Meros paños de agua tibia |
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Está en boca de casi todos los asiduos contertulios del Parque de El Poblado el tema del pacto ciudadano que se pretende firmar en estos días. Un pacto idéntico a los que ya se firmaron en otras latitudes, como en el Parque Bolívar, para solo mencionar uno.
Nos hemos cuestionada mucho el valor de estos pactos, especialmente cuando los temas de los que trata son las normas ya consagradas en el Código de Policía y que regulan las relaciones entre vecinos. No beber en espacios públicos, no orinar en la calle, no hacer escándalos, no parquearse en las aceras, no molestar con bulla inclemente a los vecinos que tratan de dormir, en otras palabras tratar de llevar una vida medianamente civilizada. No cabe en la cabeza de nadie que el barrio se haya tenido que llenar de letreros pidiendo respeto por los muros para que los transeúntes no orinen en las puertas de las casas. Es claro que hay que hacer algo, el Pacto Ciudadano es un camino, tal vez el único que encontraron las autoridades para remplazar la educación que debe provenir de casas y colegios y que ahora pareciera ser vista como un modelo arcaico. Tenemos la ciudad que hacemos todos. Nadie de afuera va a venir a arreglar nuestros desórdenes, es a nosotros mismos a quienes nos toca la tarea de hacer mejor lugar de vida la ciudad que tenemos. No hay en Medellín un solo ciudadano que no se sienta profundamente orgulloso de su ciudad, pero son pocos los que no se aburren de esperar ante un semáforo en rojo, o desesperan si tienen que aguardar el bus en los paraderos establecidos, o si parquean donde está permitido. Baste mirar un poco más arriba del parque, en la nueva calle 10, aun no entregada oficialmente, pero desde ya convertida en parqueadero público. Si antes transitar por La 10 era difícil, ahora está siendo imposible con la doble línea de parqueados en ambos costados de la nueva vía. ¿Habrá que explicarle a alguien que una vía arteria no es lugar para parquear? ¿Deberá explicársele a los agentes de tránsito que ese parqueo es irregular? Creemos que no, que es solo cuestión de tener en cuenta que además de cada chofer en la ciudad, de la que tanto estamos orgullosos, viven otro par de millones de seres humanos que también merecen respeto. Por eso estos Pactos Ciudadanos son aplaudidos, pero son apenas meros paños de agua tibia. |
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Meros paños de agua tibia
Todos por el Parque El Poblado
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Para los comerciantes esto representa importantes pérdidas en sus ingresos, y para los visitantes es una medida injusta, pues dicen que por culpa de unos pocos, pagan los platos rotos todos. Por este motivo se encuentra en construcción un Pacto Ciudadano, herramienta que permite que entre ciudadanía y Alcaldía se haga un uso consciente del espacio público.
Educación y consumo equilibrado Baños públicos, más canecas de basuras y de mayor tamaño, campañas encaminadas a generar cultura ciudadana de la noche, y otras iniciativas, son algunas de las acciones planteadas en el borrador del Pacto Ciudadano que construyen comerciantes, visitantes y Alcaldía, con el propósito de devolver al parque, su tradicional ambiente colmado de personas de todas las edades y barrios de la ciudad. La invitación es para que la ciudadanía que disfruta del Parque El Poblado, sea consciente y preste la ayuda necesaria, por ejemplo haciéndole ver a una persona que orinar una pared es un acto desagradable y que deja mucho que desear, poner en conocimiento a las autoridades de esta y otras acciones negativas, es un buen camino para hacer del Parque El Poblado un lugar de encuentro amable. |
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