La Galería Banasta (Complex Llanogrande) exhibe la exposición Territorios–Mapas–Viajes, del artista Alejandro Castaño, quien muestra el territorio en la quietud de sus habitantes y construcciones que lo pueblan. Abierta hasta el 13 de abril.
La Galería Banasta (Complex Llanogrande) exhibe la exposición Territorios–Mapas–Viajes, del artista Alejandro Castaño, quien muestra el territorio en la quietud de sus habitantes y construcciones que lo pueblan. Abierta hasta el 13 de abril.
Ricas paellas a domicilio, con ingredientes de alta calidad y a precios asequibles, ofrece P4, negocio que desde hace más de cuatro años funciona con gran éxito en Bogotá y hace unos meses llegó a Medellín.
A diferencia de otros restaurantes que exigen ordenar paella para dos comensales, al menos, P4 ofrece porciones individuales, permitiendo pedir lo necesario o probar e intercambiar distintas paellas en una reunión o cena en grupo. El empaque también es una de sus fortalezas. Es una caja diseñada para conservar el calor, dotada con varios compartimentos para los cubiertos, panes artesanales y limones que acompañan las paellas, lo que las hace ideales para picnics o eventos familiares. Para paellas de ocho personas en adelante, P4 facilita la paellera. Se deja un depósito por su préstamo y se retorna al cliente luego de su devolución.
P4 cuenta en su carta con 12 tipos de paellas, entre las que se destacan la Catalana (camarón, calamar, scallops, mejillones, langostinos, colas de langosta, arveja y pimentón asado) y la Rústica (pollo, costilla de cerdo, camarón, calamar, chorizo español). Este restaurante ofrece además tapas, sangrías, vinos, postres y ensaladas.
P4 atiente los domicilios en el 444 7770.
/ Julián Estrada
Hace muchos años tuve el privilegio de vivir en Bruselas. Espero que mi memoria jamás me falle y pueda mantener intactos en mi caja gris los aromas y sabores de la más prolífera y atiborrada salsamentaria de barrio que he conocido en mi vida. Madame Pavlova, su propietaria, era una mujer rusa de más de ochenta años, con un semblante de mujer de noventa, pero con una agilidad de trapecista de circo ruso, pues subía y bajaba de sus estanterías con mayor agilidad que la de su gato. Traspasar el contraportón de vidrio y de campanas delatoras, significaba llegar a un lugar saturado de mercancías provenientes de toda Rusia y de imposible reconocimiento para un provinciano de un país tropical. En un maremágnum de cajas, frascos, botellas, charoles, canastos, damajuanas, tolvas, estantes, neveras y vitrinas, el surtido de alimentos –todos desconocidos– era completamente fascinante; pero más fascinantes eran los aromas de esturiones, albóndigas, salamis, salchichas y jamones que se mezclaban con aquellos de preparaciones en vinagres y mostazas, y con las poncheras de pimientas y alcaparras secas, amén de una docena de quesos deliciosos e impronunciables. Sin embargo, allí reinaba el aroma del mejor y más afamado arenque seco… hoy, después de cuarenta años, todavía me lo saboreo.
Hace diez años visité por primera vez a Quibdó, adonde viajé con un canastado de incógnitas culinarias y, por consiguiente, ávido de despejarlas; conocí su pusandao y sus carnes saladas, conocí sus quesos, conocí sus longanizas ahumadas; cuando pretendí conocer su pescado seco, me encontré con un fenómeno social y cultural de talla mayor; en efecto, la llegada de la época del pescado seco es una cruzada de comercialización que transforma el embarcadero de la plaza de mercado sobre el río Atrato en un epicentro de compraventa, cuya cantidad no cabe en la imaginación del visitante; son cientos y cientos de canoas y embarcaciones que llegan y salen permanentemente cargadas con unos alijos apilados en altura, cuya forma y color los convierten en una auténtica instalación de arte contemporáneo (opinión que expongo, con la venia de los especialistas Alberto Sierra y Carlos Arturo Fernández); pero más interesante aún es enterarse de que dichas canoas viajan río arriba –algunas durante cuatro o cinco días, otras durante más de una semana– para proveer caseríos y aserríos cuyos habitantes logran permanecer hasta medio año en la remota selva, consumiendo únicamente pescado seco, además de la carne de monte.
Los aromas culinarios son un tema más de la lista de “discusiones infinitas” en donde nadie tiene la razón. Con motivo de la proximidad de la Semana Santa, un discreto recetario del pescado seco sale a relucir en cocinas y comedores de todas las clases sociales en muchas regiones de Colombia. Lo que acontece en nuestro medio –Medellín y Antioquia– donde el remilgo y la repugnancia han combatido durante siglos los sabores ictiológicos, será el tema de mi próxima columna.
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“Tal vez en el próximo foro mundial de urbanismo que se anuncia y que tendrá como sede la ciudad, no aparezca la disyuntiva de si la atención prioritaria de la nueva ciudad va de la mano del peatón o del motorizado, asunto que parece baladí y que no lo es, pues Medellín se casó con el vehículo y esto sería feo mostrarlo cuando la tendencia que se impone es apostarle a los medios alternativos y limpios de transporte…
“Ver los andenes de nuestra ciudad invadidos por el parqueo de vehículos, fracturados buena parte de ellos, con depresiones y resaltos donde se espejea el propietario del inmueble que lo adereza con mosaicos deslizantes para dañar y ahuyentar al que se atreva a pasar, no sería un buen ejemplo. Y esto se da al amparo de la dejadez e impunidad de los gobiernos municipales que no parten de ‘ciudad educadora’, como lo han pregonado algunos, que construye comportamientos a partir del espacio público generoso y que derivaría en ‘la ciudad para la vida’, porque la falta de actuación gubernamental, malogra esa posibilidad…
“La civilidad se construye desde la institucionalidad respetuosa de la ley. Si la prioridad es el motorizado, el vehículo, es explicable que los andenes y las zonas verdes (que son vida para el que camina y deja el carro guardado), estén a punto de desaparecer, convertidos en garaje colectivo, a costa de la seguridad del peatón que ha sido expulsado y se le ha negado el derecho a la ciudad sostenible. La apuesta por la movilidad debería partir por ofrecerle al ciudadano de a pie una red de andenes, como los que se han insinuado en algunos sectores afortunados, con diseño comprensivo de derechos para los discapacitados, pero es programa que marcha como tortuga mientras que a la construcción de vías se le da prioridad…
“El Poblado es una muestra de este acento en un sector donde el peatón es rara avis. Que para resolver el trancón se le recetan más vías no es acertado, cuando la experiencia y las conclusiones de los investigadores serios advierten que serán copadas tan pronto entren a funcionar; que la movilidad no se resuelve con más vías, sino fortaleciendo los sistemas masivos y limpios de transporte (en Medellín, capital de la hidroelectricidad, importamos gas para mover el metroplús y construimos Hidroituango)…
“Solo fortaleciendo alternativas como las ciclovías –que es política de salud pública– y andenes seguros para que la gente salga a caminar, se favorece una orientación correcta que permite construir una mejor ciudad, apartada de esa ilusoria pretensión de resolver el problema de la movilidad construyendo más vías, de las que al final solo se benefician los contratistas”.
Más de 800 niños y jóvenes
¡Listos para Oviedo es Música!
El evento más esperado por los jóvenes de las academias y colegios de Medellín, se realizará por séptima vez en el Centro Comercial Oviedo
Los chicos que pertenecen a las academias de música y áreas de música de varios colegios de Medellín, reciben felices cada año la convocatoria de Oviedo es Música. La calidad de los escenarios, el montaje y contar con la admiración del público, hace que este sea uno de sus escenarios favoritos. Los grupos están conformados, las canciones montadas, las coreografías ensayadas y la actitud más que dispuesta para presentarse en la séptima edición de Oviedo es Música, que se realizará del 4 al 6 de abril, en el Centro Comercial Oviedo.
Este evento, que convocó unas pocas academias hace siete años, hoy reúne a más de 800 niños y jóvenes, de cinco a veinte años, de 32 instituciones. Academias como Solo Rock, Staff Music, Canto Alegre y Yamaha Musical fueron las pioneras, pero la oportunidad de mostrar el talento fuera del aula, llegó a colegios de Medellín y otros municipios cercanos, para apoyar esas áreas de música de alta calidad y ya estructuradas. Lo que empezó como un encuentro sectorial es ahora una plataforma de talentos, un conector de amistades musicales y el espectáculo más importante de este Centro Comercial.
De izquierda a derecha: Daniel Morales (bajo), Silvana Dangelo (contralto), Daniela Toro (contralto),Sebastián Bedoya (barítono) Sara Arrubla (soprano), Juan Pablo Roldán (piano) de la academia Staff Music
Su esencia es ser un festival abierto al público y para compartir en familia. Las presentaciones que se hacían en un solo día, ahora se hacen en tres. No hay premios ni competencia. Es el escenario para gozársela y lucirse. Allí están los padres, los tíos, los primos, o la niña del colegio esperando ver al chico que le gusta.
Preparándose para lograr la mejor presentación y superar las del año anterior, es lo que vienen haciendo desde febrero los participantes de la academia Staff Music. Para ello cuentan con la profe María Isabel Piedrahíta, quien desde que abandonó su vida de músico como baterista y vocalista ha transmitido, junto a su esposo Juan Camilo Camacho (contrabajista y bajista), toda su pasión a este proyecto. Andaban en un carro con pocos instrumentos y recorrían las unidades residenciales de El Poblado donde vivían sus primeros estudiantes, en busca de salones sociales y garajes para hacer los ensayos. Esto se lograba gracias a los padres, apoyo que, según María Isabel, es lo más importante en este proceso de formación.
El Coro Mini, el Coro Junior, el Coro de Proyección (de mujeres) y el Grupo Instrumental de Proyección (de hombres), son las agrupaciones con las que participará la “Familia Staff”.
Hacer parte de las bandas con las que la academia se presenta en los eventos y conciertos de la ciudad, es la meta de los estudiantes y es el premio por su trayectoria y disciplina. A Juan Pablo Roldán, del Colegio Calasanz, la música le abrió el mundo. Sus instrumentos son el piano y la guitarra y quiere ser ingeniero de sonido. “Yo quiero ser como ellos”, dijo Juan Fernando Quintero cuando vio tocar a Staff en su Colegio Cumbres. Eligió el bajo “porque la guitarra y la batería ya estaban muy trillados”. Después de ocho años, al fin pertenece al grupo. Quiere ser escritor y guionista. Y a Julián Llano, de The Columbus School, desde cuando tenía tres años sus padres le vieron el talento para tocar piano. Aunque pronto empezará su formación en Medicina, su pasión será siempre la música, asegura. Los tres son del Grupo Instrumental de Proyección. Aman estar en Staff y entre risas hablan de las anécdotas y experiencias con la academia: “Aquí tienes siempre una oportunidad de aprender. Para pasado mañana estas cinco mil canciones”, exagera Juan Pablo, refiriéndose a la exigencia que le piden sus profesores a la hora de montar un repertorio. Con esa dedicación han preparado para Oviedo es Música, Circus, de Britney Spears, pero en la versión de Dirty Loops, y la canción Run away, de Bruno Mars.
Así mismo, semana tras semana se han estado preparando los participantes de Solo Rock. Hugo Restrepo, director de esta academia y exguitarrista de Kraken, estará en un mismo escenario cantando Vestido de Cristal, con su hijo de seis años en la batería. Solo Rock ha hecho parte de Oviedo es Música desde sus inicios. Según Hugo, esta iniciativa se dio gracias a Lina Hinestroza, ejecutiva de Tripartita Comunicaciones, agencia organizadora del evento. “Ella tenía a uno de sus hijos en la academia y pensó en un espacio en donde se pudiera mostrar el talento de los niños”, cuenta. Sueños Rotos, de La Quinta Estación, Nada queda, de Kudai, y Locked out of heaven, de Bruno Mars, harán parte del repertorio de sus cuatro agrupaciones participantes.
Las presentaciones de Oviedo es Música se podrán ver el viernes 4 de abril, de 5 pm a 9 pm, el sábado 5, de 11 am a 9 pm, y el domingo 6, de 11 am a 8 pm.
Su identidad, desde la infancia, está ligada al baile. Nada menos que su padre, profesor de profesión, fue quien creó la escuela de danza en el colegio de Copacabana donde enseñaba. “Mi papá no se imaginó”, dice Rafael sobre la dimensión del baile en su vida.
Todo comenzó después de esas clases de baile en Copacabana. Con 18 años Rafael se fue para la capital. ¿Por qué Bogotá? Porque allá estaban Totó La Momposina, Esperanza Biohó y el Ballet Nacional. Lo que no estaba, después de tres años de que Rafael lo buscara allí, era una forma de baile que representara las negritudes, alejada del cliché erótico y exótico. “Nos negaban otros items importantes como la historia que hay antes de llegar a América como esclavos y otro montón de preguntas sobre la identidad”, cuenta el bailarín.
¿Y cómo descubrir la identidad que viene desde África? Viajando primero a Francia. La respuesta le llegó a Rafael a través de dos mujeres africanas. En Bogotá había corrido con la suerte de conocer a Germaine Acogny, creadora de la escuela senegalesa Mudra. Ella, al ver su entusiasmo e interés, le recomendó visitarla en Francia para que estudiara en su escuela. Rafael no lo dudó. Unos ahorros más tarde estaba en Toulouse donde Germaine. Pero tal vez ella vio más talento del que esperaba o quiso encaminar al joven bailarín en una ruta especial porque pronto le recomendó irse a París en busca de Irene Tassembedo, la bailarina de Burkina Faso.
“Ahí, con Irene, vi lo que quería hacer” recuerda Rafael. Con ella bailó durante cinco años, aprendió y descubrió pero, sobre todo, vivió sus raíces viajando y estudiando en más de 18 países del continente africano. Este aprendizaje le permitió a Rafael volver a Medellín, cosa que siempre supo que sucedería, con las herramientas para construir un puente entre África y Colombia. Ese puente lo nombró Sankofa.
Sankofa significa regresar a la raíz, en el lenguaje africano Akan. Como filosofía, significa conocer el pasado comprender el presente y avanzar hacia el futuro. Con esa filosofía se integran hoy 20 jóvenes del país para crear y difundir la danza afrocolombiana contemporánea con obras como Pasos en la tierra, que los hizo merecedores de una mención de la Unesco como buenas prácticas de inclusión social afrodescendiente en América Latina; San Pacho Bendito, y La Puerta, una obra sobre Goreé, la isla de los esclavos declarada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad, por donde cruzaron más de 20 millones de personas desde Senegal hacia América.
Los otros cien
Las becas, los premios y las obras ya son abundantes pero los retos no paran. Uno de esos es enfrentarse al racismo y la realidad de que, por ahora, a Sankofa le va mejor en el extranjero que en su país, aunque Rafael espera que llegue el día en que tengan que negarse a propuestas internacionales porque su agenda esté copada con el público nacional.
“Colombia tiene un alto índice de racismo que hay que empezar a combatir desde la cátedra de estudios afrocolombianos y con proyectos políticos y sociales”, sugiere Palacios. Los estereotipos que existen sobre las negritudes, o aquellos que los excluyen, los vive continuamente. “Todos los días me preguntan que de dónde soy, como si ser antioqueño significara tener un fenotipo específico”.
Por fortuna, la danza, la creatividad y las artes no miran el color de la piel y le permiten a Rafael y su grupo hacer toda suerte de propuestas, como una interpretación coreográfica de la novela Cien años de soledad, titulada Los otros cien años, que llevarán al Festival Iberoamericano de Teatro en Bogotá.
Al oír la música que compuso Paul Dury, basada en la novela del premio Nobel, Rafael supo que algún día la llevaría al escenario. Ese fue el origen de los movimientos, pasos y ritmos de personajes tan recordados como Melquiades y Remedios la bella.
Es posible que a la hora de aparecer este artículo, la película Nymphomaniac, de Lars von Trier, haya salido de las pocas salas de cine que se atrevieron a proyectarla, pero me parece necesario decir algo sobre ella. El señor Von Trier tiene una larga trayectoria como director de los que llaman “de culto” –como si fueran pastores de alguna iglesia de garaje–, y gran parte de su filmografía obedeció a los preceptos del movimiento danés “Dogma” –otra palabra con sentido religioso– basados en la pobreza o ausencia de los materiales físicos: no luces, no música, no diálogos doblados, no decoración, cámaras al hombro, no historias difíciles de creer sino casi que del cinema-verité, edición salvaje, etcétera. En suma, una pretensión del cine del primer mundo para hacer películas como si fueran del tercero o cuarto. ¿Acercamiento luterano de ricos a pobres? Una treintena de películas europeas se hizo con estos predicamentos, hasta que el miembro más destacado, Von Trier, sucumbió a la tentación maldita de apartarse del camino recto. Insufribles fueron sus cintas de los últimos años como Dogville, Antichrist, Bailando en la oscuridad –de la que sólo se salva una canción de Bjork– pero sobre todo Melancholia, una visión findelmundesca, apocalíptica y llena de los efectos especiales que el grupo Dogma tanto odiaba.
Ahora con Nymphomaniac, el señor Von Trier se ha tomada la amarga cucharada de su propia medicina: la pobreza inicial de su cinematografía –palabra que uso en el sentido justo de “la escritura o el lenguaje de las imágenes en movimiento”–, lo ha devorado sin esperanza de regurgitarlo. Y qué disparatada historia: esa jovencita que desde los 13 años siente la necesidad de ser penetrada por miles y miles de penes –valga la redundancia–, hasta que al final del volumen 1 de la cinta y ya a los 50 años, descubre que nunca ha sentido nada y que ni siquiera tiene atisbos de la supuestamente filosófica frase soplada al oído por su amiga de que “el amor es el ingrediente secreto del sexo”. Y en el curso de todos sus días y de sus “búsquedas” ha sido brutalmente apaleada física y anímicamente casi hasta la muerte. En el llamado volumen 2 se supone que la protagonista, “Joe” –nombre de hombre– e interpretada por Charlotte Gainsbourg, acelera más su campeonato fórmula 1 de penetraciones –la cinta está por llegar, dicen–, con un afiche dizque provocador que muestra a todos los actores con el rostro en el clímax del orgasmo, incluyendo a mi hasta ahora bienamada Uma Thurman, a quien digo adiós.
La más profunda crítica de la película ha sido escrita, en un verdadero ensayo, por la profesora brasileña Elianne Brum; comparto en general sus conclusiones –buscadlas en El País de España– y de las cuales cito su final: “Pedimos a nuestro amante, al hombre que amamos: ‘Llena todos mis agujeros’. Pero sabemos que pedimos un imposible. O un posible sólo durante el momento en que nuestros cuerpos respiran uno en el otro, para después descubrirnos de nuevo incompletas. Y seguimos, cargando nuestro vacío, no como ausencia, sino como presencia. Como movimiento que nos mantiene vivas y deseantes”.
/ Gustavo Arango
Gustavo Arango es un pésimo escritor. Si escribir mal fuera un delito, estaría pudriéndose en la cárcel. Si se hiciera una encuesta para saber quién ha sido el peor escritor de finales del siglo veinte y comienzos del veintiuno, votaría por Arango. No imaginen que exagero, soy sesgado o trato de ser irónico. Tengo autoridad moral: soy la única persona que ha leído su veintena de libros publicados y otro par de docenas que aún no ha conseguido publicar. >
Improbables defensores dirán que los premios que le han dado deben significar algo. Nadie está libre de ganarse un premio y, a diferencia de Homero, los jurados de concurso sólo muy de vez en cuando están despiertos. Para probar mi punto me basta con citar a la segunda persona en el mundo que más ha leído a Gustavo Arango. Después de recorrer con admirable obstinación las páginas de La risa del muerto, misia Nubia –su madre– exclamó con un suspiro: “No me explico qué le vieron los jurados a esto tan enredado”.
El mundo no está exento de sensatos. Después de leer Un ramo de nomeolvides, el sucesor de García Márquez tildó a Arango de hipócrita y criticó la exigua longitud de sus párrafos. Lo de hipócrita no tiene discusión. Lo de la longitud de los párrafos parece no tener remedio; mientras más viejo se vuelve más cortos hace los párrafos. A esas justas objeciones habría que sumarle que, en más de treinta años cometiendo libros, Arango todavía no ha podido dominar cosas tan simples como el uso del punto y coma. Hace poco leí una reseña de El origen del mundo, la novela de Arango que los mexicanos se equivocaron premiando. Para el reseñista, Arango es un patético si quiere compararse con Borges o Woody Allen. El personaje de Máximo Delgado, ese quijote enloquecido por leer pornografía, es simplemente grotesco. Yo no podría estar más de acuerdo con ese reseñista.
Las editoriales comerciales han estado muy atentas a que Arango no se cuele entre sus filas. Salvo la novela de don Máximo, el resto de sus libros han salido publicados en editoriales independientes, universitarias o en su propia editorial, la cual –muy acertadamente– se llama El Pozo. Pero no se culpe a los editores que se han arriesgado a seguirle la corriente. En literatura pasan cosas raras y no sería de extrañar que alguna cosa se salvara entre los escombros de la aranguiana. Sólo una arriesgada apuesta por un futuro improbable justificaría el poco juicio de quienes han acogido su trabajo.
Ahora Arango nos joroba la paciencia con una recopilación de sus textos breves: La brújula del deseo (cuentos 1986-2014). La presentación del libro dice que las categorías no importan –que hablar de cuentos, relatos, narraciones o nouvelles, es irrelevante. Pero aquí entre nos les cuento que el vesánico de marras no podría explicar lo que es un cuento. La razón de esta columna es pedirles el favor de que no compren ese libro y, si llegan a comprarlo –pensando que ese verde mamoncillo sirve para decorar–, que no pierdan su tiempo valioso tratando de leerlo. Como bien lo dijo el editor colombiano que rechazó El origen del mundo: “Ahí no pasa nada”. Nada ocurre en las casi quinientas páginas de La brújula del deseo, salvo esperanzas frustradas, deseos insatisfechos, miserias y pesadillas. Sería un gran alivio que Arango callara y dejara de agobiarnos con su grafomanía.
Oneonta, Marzo de 2014.
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Bosques de La Aguacatala era un paraíso residencial al que muchos llegaron hace 37 años. Fue la primera unidad abierta de Medellín, en el barrio El Poblado, sobre la carrera 48 con la calle 12 Sur. Un guayacán amarillo y otro centenar de árboles conformaban la vista ideal tras los ventanales. Pero aunque el guayacán persiste, junto con otras especies, en los últimos cinco años el deterioro del entorno de esta urbanización (120 apartamentos en 15 torres), ha causado cierto desasosiego a sus residentes, que añoran la tranquilidad de otros tiempos.
“Las principales afectaciones que tenemos son ruido, movilidad, contaminación por material particulado e inseguridad”, afirma Alfonso Vergara, uno de los habitantes de Bosques de La Aguacatala y promotor de la JAC Poblado Sur. Él ha estado al tanto de los impactos que causó la construcción de la Vía Distribuidora a la unidad residencial, del aumento vehicular en el intercambio vial de La Aguacatala como vía alterna hacia Envigado y del incremento de vendedores informales en los alrededores.
¿ Y de los acuerdos, qué?
Como lo reportó en su momento Vivir en El Poblado, la construcción de la Vía Distribuidora (carrera 49) se dio en medio de polémicas entre los residentes y ambientalistas con el Área Metropolitana, encargada de la obra. En 2005, cuando se socializó el proyecto, tanto el Área como Planeación y la Secretaría de Tránsito llegaron a varios acuerdos con los residentes. Hoy, cinco años después de terminada la obra, algunos de ellos no se han cumplido, según afirma Alfonso Vergara.
Dice, por ejemplo, que para contrarrestar el ruido de los motores y llantas de los carros, se acordó la construcción de una barrera natural en medio de la vía. Actualmente permanece un separador metálico. También se convino reorganizar el acopio de taxis y recuperar la zona verde, ambos ubicados sobre la vía de servicio (carrera 48 C) que conecta con la entrada trasera de la unidad. En el acopio, que estaba dispuesto para ocho taxis, hoy se encuentran alrededor de 20, además de los buses alimentadores del metroplús y de los integrados del metro.
“El problema es que aquí teóricamente deben estar tres buses integrados del metro y en este momento hay entre siete y ocho rutas que en vez de ocupar una bahía ocupan todo el espacio. Esto hace que se forme un taco cuando salimos por la vía que da a la vía de servicio o cuando vamos por la Vía Distribuidora a buscar la oreja del intercambio vial”, explica el residente. En cuanto la zona verde, “se destruyó para construir el paradero de buses, pero se hizo una veeduría ante la Personería y la zona se tuvo que recuperar”.
En ese mismo corredor, todos los días, desde las 11 am a 8 pm, están más de una decena de vendedores, algunos de ellos sin el permiso de la Subsecretaría de Espacio Público, que encuentran en los alrededores de la estación La Aguacatala una opción para su sustento económico. Según las quejas de los residentes, los buses y los vendedores, además de obstaculizar el paso de los peatones, son causa de contaminación ambiental, visual y auditiva.
“Desde las 5 am, empiezan a gritar. Si no son ‘las fresas’, ‘la gelatina’ o los periódicos son las rutas de los buses: ‘¡San Lucas!’, ‘¡San Fernando!’. No entiendo por qué si las rutas están señalizadas hay señores gritando. Además del mecato, ya tienen fritangas, butifarras, carnes, no sé en qué condiciones. Yo entiendo que tienen familia, que tienen derecho, pero que no nos dañen la armonía de la urbanización”, expresa Beatriz Londoño, miembro del Consejo Administrativo de Bosques de La Aguacatala.
Cuando llueve, plásticos pintorescos cuelgan de la reja de la unidad y se extienden hasta que termina la acera. Lo que para los residentes es un deterioro estético, para los vendedores es la manera de sortear los inconvenientes del clima. Otra causa de incomodidad es que la gente que pasa en los buses o que va caminando alrededor de Bosques de La Aguacatala, puede curiosear o no tras las rejas. Lo que quizás los mirones no sepan es que detrás de estas mallas hay personas que no volvieron a abrir sus ventanas, a fin de preservar su intimidad. Por otro lado, el hollín es permanente en sus casas. Además de estas situaciones, los residentes se sientes inseguros por los robos y el microtráfico de drogas. Ninguno se atreve a asegurarlo por cuenta propia, pero dicen que hay casos de vacunas a los vendedores y que han visto “guardar el vicio en las jardineras”, también deterioradas.
Para hablar sobre estos puntos, el Consejo Administrativo de la unidad se ha reunido varias veces con el Metro, Metroplús, Planeación, Infraestructura, Movilidad y Espacio Público, pero aún no se han tomado decisiones. Mientras tanto, insisten en “que nos construyan la barrera que fue prometida, haya unos cambios de sentido vial para nuestra salida y trasladen las rutas alimentadoras a los bajos del intercambio vial de La Aguacatala”.
/ Jorge Vega Bravo
En las últimas cuatro columnas realicé un viaje hacia el espacio interior de los seres vivos, cómo se crea este espacio en el proceso evolutivo y cómo se emprende un viaje hacia él. La educación actual hace énfasis en el desarrollo exterior, en la conquista del espacio exterior, en el tener y no en el ser, en los resultados y no en los procesos. “No hay manera de avanzar si uno mismo no cambia”, cita Piedad Bonnett en su columna de El Espectador a J. Franzen. Y aunque él lo plantea para el oficio del escritor, es válido en otros ámbitos de la vida.
Existen tres grandes obstáculos para emprender un proceso de cambio y recorrer el camino del desarrollo interior: son la duda, el odio y el miedo. Con estas tres herramientas operan las fuerzas opositoras de manera trimembrada.
La duda es el obstáculo que se opone a un pensar libre, que se opone a la verdad. Una estrategia común cuando no queremos aceptar la verdad es ponerla en duda. La duda se mete como un fantasma en nuestra mente e impide que el pensar se conecte con el sentir y se transforme en acción. La duda también actúa cuando tenemos pensamientos obsesivos alrededor de un problema. La duda nos priva de la libertad. Uno de los disfraces de la duda es la mentira. El mundo actual está lleno de informaciones contradictorias plenas de intereses, que generan dudas. Si fortalecemos nuestra convicción en los principios fundamentales, vencemos el fantasma de la duda. La duda se combate con creatividad.
El odio se opone al sentir y desfigura la belleza; el odio bloquea las manifestaciones del espíritu e impide una vida de relación adecuada. Los tiranos utilizan el odio y promueven la separación utilizando el populismo y la demagogia. El odio se opone a la igualdad, al respeto por el otro, a la fuerza de atracción magnética que mantiene la vida. Podemos combatir el odio con la fuerza del amor, con el respeto y el reconocimiento de las diferencias. Solo si reconocemos el tú, transformamos el odio.
El miedo es el obstáculo para la voluntad humana: el miedo se mete como una bestia en las entrañas y genera ira o parálisis. Los déspotas utilizan el miedo, el abuso del poder como estrategia para gobernar. El miedo puede ser transformado en prudencia y respeto por aquello que no podemos controlar. Por ejemplo, frente al mar sentimos un enorme respeto, pero no podemos tener miedo. En la inmensidad del mar podemos templar la voluntad y afinarla para vencer el miedo. El coraje es la fuerza que se opone al miedo y se adquiere en la calma interior y la quietud.
El aburrimiento es una de las máscaras del miedo. ¿De qué tiene miedo el aburrido? De quedarse solo consigo mismo. El ser humano aburrido no puede elevar la mirada a otro plano y tiene mucho miedo de entrar en su propio interior. El aburrimiento fue considerado por un grupo de médicos ingleses como uno de los factores de riesgo para sufrir enfermedades del corazón.
Con un pensar libre y verdadero vencemos la duda y la mentira. Con un sentir solidario transformamos el odio. Con la fuerza moral y el coraje, vencemos el miedo y el aburrimiento. “Cuando venzas estos obstáculos alzaras el vuelo que te lleva al camino del conocimiento” (R. Steiner). El estado de confusión y de guerra soterrada en que vivimos se fundamenta en la duda, el odio y el miedo. Podremos salir de este estado si cada uno enfrenta estos tres enemigos del desarrollo interior. La verdadera transformación empieza en el espacio interior.
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/ Juan Carlos Franco
En pocos días comienza en Medellín el WUF7 (World Urban Forum 7), organizado por Hábitat, organismo de las Naciones Unidas enfocado en promover un mejor futuro urbano. O sea, busquemos cómo vivir mejor en las ciudades. Lo que tenemos hoy puede y tiene que ser mejorado. El tema general del foro será “Equidad Urbana en el Desarrollo – Ciudades para la Vida”. Esta última frase, sin duda aportada por nuestra Alcaldía, servirá como marco de trabajo general.
Cuando uno estudia con cuidado los documentos de preparación para el evento es inevitable concluir que, de existir un manual sobre cómo construir una ciudad lo menos equitativa posible, Medellín serviría como destacado modelo.
Y es posible que esta ciudad, así como muchas de las ciudades latinoamericanas, hubiera sido relativamente exitosa durante un buen tiempo. Pero no porque tuviera o promoviera equidad, sino porque esta pasaba relativamente desapercibida. No figuraba en el radar. Con el tiempo, la inequidad ha seguido creciendo por diferentes razones que se mezclan y amplifican entre sí: migración del campo, poca planeación y mala administración de la ciudad, deficiente infraestructura física, falta de zonas verdes y espacios comunes, corrupción, hacinamiento, politiquería, violencia, debilidad institucional, pésima educación, pérdida de puestos de trabajo, ineficiencia de la justicia, etcétera. Además, por supuesto, de la actitud egoísta, racista o machista de buena parte de la población.
Y también, por fortuna, la inequidad se ha atenuado, aunque sea levemente, gracias a la buena dotación de servicios básicos con que cuenta casi toda la ciudad (es decir, EPM), al metro (con sus metrocables, metropluses y tranvías), a la construcción reciente de buenas escuelas y bibliotecas, al mayor pie de fuerza de la policía, entre otros. Y, claro, gracias a la labor de incontables fundaciones e individuos que hacen lo que pueden para redistribuir recursos y oportunidades.
Hay elementos que son gestionables por una alcaldía y otros que corresponden a complejas dinámicas sociales de todo el país y que en cuatro años de gobierno local difícilmente se pueden enfrentar. Un alcalde puede desenfocarse y perder efectividad si pretende resolver todos los problemas posibles en tan poco tiempo.
El alcalde tiene que concentrarse en volver la ciudad más amable y segura, y, por ende, más equitativa para sus habitantes. Que la gente al menos pueda caminar tranquila, sin miedo a ser atropellada o asaltada, que pueda salir con los niños a jugar al parque.
Nada más sencillo y equitativo que una buena acera. Nada más inequitativo que una vía sin aceras. Solo en años recientes esta ciudad parece estar entendiendo un principio tan elemental y por fin hay programas serios y bien financiados en esta dirección. Pero ¿cuánto tiempo tomará reversar lo que no hicimos en tantas décadas?
Ojalá el Foro sea la ocasión para que la ciudad cambie definitivamente de modelo de desarrollo y anteponga siempre el bienestar y seguridad del peatón al de los dueños de vehículos. La cercanía a zonas verdes valoriza, a vías llenas de vehículos desvaloriza. La tendencia mundial es cada vez más parques, más calles convertidas en zonas peatonales, cada vez más puntos de encuentro y esparcimiento, cada vez más y mejores aceras.
Ahí está la equidad. O al menos la mínima base para aspirar a que algún día haya igualdad de oportunidades.
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Por Lina María Aguirre Jaramillo
La equidad de género es, ante todo, un derecho humano. Hombres y mujeres tienen el derecho de vivir dignamente sin persecución ni miedo por causa de su respectivo género. Así que al hablar de “Equidad urbana para el desarrollo – Ciudades para la vida”, el título de la séptima versión del Foro Urbano UN-Habitat WUF7, es indispensable discutir sobre cómo va una ciudad en este terreno. En el documento conceptual se advierte: “Las inequidades (…) persisten en muchos países y contextos”, citando tasas más bajas de acceso a la educación secundaria, al empleo decente, a la representación política y la correlación género-pandemia del VIH. La premisa clave para discutir es que la equidad es un pilar en el desarrollo y por ello no solo es una de las ocho Metas del Milenio, sino que se le reconoce como una fundamental para conseguir las otras siete.
En ese escenario, ¿qué pasa con las mujeres? Que un número mayor, en términos globales, vive en condiciones en las cuales ese derecho es vulnerado de forma consistente y mediante prácticas diversas. El Fondo de las Naciones Unidas para la Población (Unfpa) asegura que la “discriminación en contra de mujeres y niñas -incluyendo violencia de género, discriminación económica, desigualdades en salud reproductiva y prácticas dañinas tradicionales- continúa siendo una de las formas más pervasivas y persistentes de inequidad”. Cuando las mujeres están en condiciones de equidad, de desarrollar todo su potencial (“empoderamiento”), los prospectos mejoran para comunidades enteras con efectos revisables que benefician a la siguiente generación.
En América Latina, el informe presentado por un grupo de agencias de las Naciones Unidas en enero de 2014 llama la atención sobre la brecha persistente entre hombres y mujeres en términos de trabajo y equidad. El Informe no desconoce progresos hechos en la región y el hecho de que más de 100 millones de mujeres de A. Latina y el Caribe se hayan incorporado a la fuerza laboral en la última década pero alarma sobre las condiciones que relegan a las mujeres por prejuicios y discriminación.
Mientras el porcentaje de mujeres cabeza de familia creció del 22% en 1990 al 31% en 2008, las mujeres ganan entre el 60 y 90% del salario promedio de los hombres. Más mujeres (86% en Guatemala, 74% en México y Uruguay) dedican más tiempo a actividades no remuneradas. Un 54% labora, pero en el sector informal. Las mujeres de la región tienen el doble de posibilidades que los hombres de tener que trabajar sin pago. Cuando se revisa la situación a lo largo de todo el continente americano, una variable constante es que también existen enormes inequidades entre distintos grupos de mujeres, siendo el origen étnico, la condición urbana o rural, la condición de residente o migrante e incluso la condición de tener o no hijos, factores que inciden en la disparidad.
La calidad de oportunidad y progreso laboral está directamente relacionada con las posibilidades de desarrollo real de un país, y esto involucra las posibilidades que tienen las mujeres en un país de la región, como Colombia y una ciudad como Medellín, en donde también es necesario -y a propósito de la agenda del Foro Urbano- revisar las ideas sobre el lugar y el papel que las mujeres ocupan o deberían ocupar en la sociedad.
Es posible que desde la comodidad de un café ‘neohipster’ en Medellín, algunas de estas cuestiones parezcan abstractas o distantes. Pero no lo son. Las condiciones previstas, deseables, reales de las mujeres en una ciudad conciernen a toda la sociedad. Cuestiones como la situación de mujeres expuestas, participantes y víctimas de acciones delincuenciales desde el menor a mayor grado en todas las comunas; los escenarios que enfrentan las mujeres en el trabajo, tanto en el sector público como privado; los riesgos de discriminación pura y dura, tanto como aquella más sutil o condescendiente; la presencia o ausencia de modelos de liderazgo visible femenino fuera de pasarelas –por ejemplo en la ciencia–; las diversas formas de violencia física y/o psicológica, relegación o directo menosprecio que no distinguen clase social; la puja por el dinero y el mostrar el dinero. Están también temas que ocupan debates internacionales, como el sexismo casual de cada día que no es inofensivo, el de la provocación indecente vestida de ‘piropo’, el de la presunción de que cualquier avance sexual conseguido, incitado o aceptado por una mujer le niega a ella el derecho a parar en cualquier momento sin tener que temer un asalto físico indeseado.
En el contexto de ciudad y equidad es necesario también preguntarse por la forma como las mujeres enfrentan, concilian o no las consecuencias de mayores conquistas, derechos y autonomía con su entorno social, cultural y económico, y si van a un compás similar hombres y mujeres en Medellín. ¿Y cómo está la salud? ¿Sufren ahora las mujeres que habitan la ciudad más enfermedades por razones de angustia, estrés, incertidumbre económica, afectiva? Ya se sabe, la cuenta de ahorros en negro no blinda contra el rompimiento emocional.
¿Cómo viven las adolescentes y jóvenes de Medellín?
Probablemente no expuestas a mutilaciones o matrimonios forzados por norma, como en otras partes del mundo. Pero es importante indagar qué pasa entre muros de Facebook que se pueden convertir en muros de miseria, insultos, ‘matoneo’, detonantes de desórdenes psíquicos y físicos –también sin distinción de clase social–. Cuando hay múltiples sitios web que ofrecen todo tipo de acompañantes y servicios sexuales femeninos en Medellín a clientes extranjeros (la ciudad figura alto en las búsquedas de turismo de este tipo y de ‘novias por correo’) con la correspondiente generalización estereotipada que puede generar el hecho, crecer y formarse en la crucial etapa veinteañera debe suponer preocupaciones nuevas para formular en voz alta. Es razonable pensar que algunas personas encontrarán disonante las imágenes publicitarias de la ciudad con las imágenes reales captadas en algunos parques y sitios de ocio.
De hecho un periodista español, y uno que ejerce lo que podría llamarse ‘galanteo castellano’ y no es propiamente conservador en sus opiniones, comentaba en una conversación personal, y bajo condición de no revelar su nombre, que había encontrado profundamente perturbadora la idea de que un DJ en una discoteca pudiera conseguir tanto eco en su grito “¡viva la silicona!” y que ese “viva” se replicase tranquila, calladamente en la calle sin que hubiese “una discusión, una campaña en medios, en las agencias públicas, debates universitarios, grupos de cabildeo entre estudiantes, entre alguna organización de mujeres”.
La palabra ‘feminismo’ puede tener mala prensa y abundan mitos germinados en prejuicios. Quizá representa para algunas personas la idea de señoras lanza en ristre, sofocadas, muy pagadas de sí mismas, terriblemente sexistas a su vez, por una propensión a subestimar a sus pares masculinos, o “feas”, o incapaces de disfrutar “buen sexo” o simplemente que “no se depilan”. Curiosamente, en esta ciudad –en la cual una parte de su población con mayores accesos a la información internacional y con hábito de calcar algo de lo que ve afuera aquí a como dé lugar– no ha calado aún la interesante discusión acerca de una nueva ola del feminismo siglo 21. Con o sin lápiz de labios, asuntos formales sobre la equidad o no en la situación de las mujeres son hoy tenidos como determinantes para el desarrollo real. Muy afortunadamente, en esa agenda internacional están participando en forma activa hombres de diversos caminos de la vida. A ellos se les debe un reportaje también, más cuando se sabe que el cromosoma Y de la masculinidad parece estar a salvo, según científicos de la U. de California en Berkeley en una investigación de Plos Genetics el pasado 6 de enero (algunos estudios recientes anticiparon su posible desaparición al haber perdido más del 90% de sus genes en millones de años de evolución). Pero ese es otro tema.
Ahora, la equidad real de género será otro tema para seguir cuidadosamente en el desarrollo del WUF7, mientras será interesante también el día en que se vean también mujeres en sendos despachos principales de La Alpujarra, en las rectorías de acreditadas universidades o presidiendo las empresas insignes cuyas asambleas de accionistas se convocan por estos días, y las cuales encabezan la alianza público-privada de respaldo al Foro.
Por Lina María Aguirre Jaramillo
La equidad de género es, ante todo, un derecho humano. Hombres y mujeres tienen el derecho de vivir dignamente sin persecución ni miedo por causa de su respectivo género. Así que al hablar de “Equidad urbana para el desarrollo – Ciudades para la vida”, el título de la séptima versión del Foro Urbano UN-Habitat WUF7, es indispensable discutir sobre cómo va una ciudad en este terreno. En el documento conceptual se advierte: “Las inequidades (…) persisten en muchos países y contextos”, citando tasas más bajas de acceso a la educación secundaria, al empleo decente, a la representación política y la correlación género-pandemia del VIH. La premisa clave para discutir es que la equidad es un pilar en el desarrollo y por ello no solo es una de las ocho Metas del Milenio, sino que se le reconoce como una fundamental para conseguir las otras siete.
En ese escenario, ¿qué pasa con las mujeres? Que un número mayor, en términos globales, vive en condiciones en las cuales ese derecho es vulnerado de forma consistente y mediante prácticas diversas. El Fondo de las Naciones Unidas para la Población (Unfpa) asegura que la “discriminación en contra de mujeres y niñas -incluyendo violencia de género, discriminación económica, desigualdades en salud reproductiva y prácticas dañinas tradicionales- continúa siendo una de las formas más pervasivas y persistentes de inequidad”. Cuando las mujeres están en condiciones de equidad, de desarrollar todo su potencial (“empoderamiento”), los prospectos mejoran para comunidades enteras con efectos revisables que benefician a la siguiente generación.
En América Latina, el informe presentado por un grupo de agencias de las Naciones Unidas en enero de 2014 llama la atención sobre la brecha persistente entre hombres y mujeres en términos de trabajo y equidad. El Informe no desconoce progresos hechos en la región y el hecho de que más de 100 millones de mujeres de A. Latina y el Caribe se hayan incorporado a la fuerza laboral en la última década pero alarma sobre las condiciones que relegan a las mujeres por prejuicios y discriminación.
Mientras el porcentaje de mujeres cabeza de familia creció del 22% en 1990 al 31% en 2008, las mujeres ganan entre el 60 y 90% del salario promedio de los hombres. Más mujeres (86% en Guatemala, 74% en México y Uruguay) dedican más tiempo a actividades no remuneradas. Un 54% labora, pero en el sector informal. Las mujeres de la región tienen el doble de posibilidades que los hombres de tener que trabajar sin pago. Cuando se revisa la situación a lo largo de todo el continente americano, una variable constante es que también existen enormes inequidades entre distintos grupos de mujeres, siendo el origen étnico, la condición urbana o rural, la condición de residente o migrante e incluso la condición de tener o no hijos, factores que inciden en la disparidad.
La calidad de oportunidad y progreso laboral está directamente relacionada con las posibilidades de desarrollo real de un país, y esto involucra las posibilidades que tienen las mujeres en un país de la región, como Colombia y una ciudad como Medellín, en donde también es necesario -y a propósito de la agenda del Foro Urbano- revisar las ideas sobre el lugar y el papel que las mujeres ocupan o deberían ocupar en la sociedad.
Es posible que desde la comodidad de un café ‘neohipster’ en Medellín, algunas de estas cuestiones parezcan abstractas o distantes. Pero no lo son. Las condiciones previstas, deseables, reales de las mujeres en una ciudad conciernen a toda la sociedad. Cuestiones como la situación de mujeres expuestas, participantes y víctimas de acciones delincuenciales desde el menor a mayor grado en todas las comunas; los escenarios que enfrentan las mujeres en el trabajo, tanto en el sector público como privado; los riesgos de discriminación pura y dura, tanto como aquella más sutil o condescendiente; la presencia o ausencia de modelos de liderazgo visible femenino fuera de pasarelas –por ejemplo en la ciencia–; las diversas formas de violencia física y/o psicológica, relegación o directo menosprecio que no distinguen clase social; la puja por el dinero y el mostrar el dinero. Están también temas que ocupan debates internacionales, como el sexismo casual de cada día que no es inofensivo, el de la provocación indecente vestida de ‘piropo’, el de la presunción de que cualquier avance sexual conseguido, incitado o aceptado por una mujer le niega a ella el derecho a parar en cualquier momento sin tener que temer un asalto físico indeseado.
En el contexto de ciudad y equidad es necesario también preguntarse por la forma como las mujeres enfrentan, concilian o no las consecuencias de mayores conquistas, derechos y autonomía con su entorno social, cultural y económico, y si van a un compás similar hombres y mujeres en Medellín. ¿Y cómo está la salud? ¿Sufren ahora las mujeres que habitan la ciudad más enfermedades por razones de angustia, estrés, incertidumbre económica, afectiva? Ya se sabe, la cuenta de ahorros en negro no blinda contra el rompimiento emocional.
¿Cómo viven las adolescentes y jóvenes de Medellín?
Probablemente no expuestas a mutilaciones o matrimonios forzados por norma, como en otras partes del mundo. Pero es importante indagar qué pasa entre muros de Facebook que se pueden convertir en muros de miseria, insultos, ‘matoneo’, detonantes de desórdenes psíquicos y físicos –también sin distinción de clase social–. Cuando hay múltiples sitios web que ofrecen todo tipo de acompañantes y servicios sexuales femeninos en Medellín a clientes extranjeros (la ciudad figura alto en las búsquedas de turismo de este tipo y de ‘novias por correo’) con la correspondiente generalización estereotipada que puede generar el hecho, crecer y formarse en la crucial etapa veinteañera debe suponer preocupaciones nuevas para formular en voz alta. Es razonable pensar que algunas personas encontrarán disonante las imágenes publicitarias de la ciudad con las imágenes reales captadas en algunos parques y sitios de ocio.
De hecho un periodista español, y uno que ejerce lo que podría llamarse ‘galanteo castellano’ y no es propiamente conservador en sus opiniones, comentaba en una conversación personal, y bajo condición de no revelar su nombre, que había encontrado profundamente perturbadora la idea de que un DJ en una discoteca pudiera conseguir tanto eco en su grito “¡viva la silicona!” y que ese “viva” se replicase tranquila, calladamente en la calle sin que hubiese “una discusión, una campaña en medios, en las agencias públicas, debates universitarios, grupos de cabildeo entre estudiantes, entre alguna organización de mujeres”.
La palabra ‘feminismo’ puede tener mala prensa y abundan mitos germinados en prejuicios. Quizá representa para algunas personas la idea de señoras lanza en ristre, sofocadas, muy pagadas de sí mismas, terriblemente sexistas a su vez, por una propensión a subestimar a sus pares masculinos, o “feas”, o incapaces de disfrutar “buen sexo” o simplemente que “no se depilan”. Curiosamente, en esta ciudad –en la cual una parte de su población con mayores accesos a la información internacional y con hábito de calcar algo de lo que ve afuera aquí a como dé lugar– no ha calado aún la interesante discusión acerca de una nueva ola del feminismo siglo 21. Con o sin lápiz de labios, asuntos formales sobre la equidad o no en la situación de las mujeres son hoy tenidos como determinantes para el desarrollo real. Muy afortunadamente, en esa agenda internacional están participando en forma activa hombres de diversos caminos de la vida. A ellos se les debe un reportaje también, más cuando se sabe que el cromosoma Y de la masculinidad parece estar a salvo, según científicos de la U. de California en Berkeley en una investigación de Plos Genetics el pasado 6 de enero (algunos estudios recientes anticiparon su posible desaparición al haber perdido más del 90% de sus genes en millones de años de evolución). Pero ese es otro tema.
Ahora, la equidad real de género será otro tema para seguir cuidadosamente en el desarrollo del WUF7, mientras será interesante también el día en que se vean también mujeres en sendos despachos principales de La Alpujarra, en las rectorías de acreditadas universidades o presidiendo las empresas insignes cuyas asambleas de accionistas se convocan por estos días, y las cuales encabezan la alianza público-privada de respaldo al Foro.
/ Elena María Molina
Llenos de contradicciones, con facilidad perdemos la fe, o al menos eso decimos, y por ese embudo se van también nuestras creencias.
Me uno a Bachelard, quien piensa que el hombre necesita soñar el mundo y comprenderlo. Necesitamos de ambos para creer. “Toda comprensión es un sueño superado”, dice el filósofo y teólogo Bertrand Vergely. Los sueños y las intuiciones fundamentan los conceptos y a partir de ahí llegamos hasta la ciencia.
Buscamos certezas; sin embargo, las certezas nos inquietan porque creer no significa estar en lo cierto, pero al menos permiten la vivencia de la reflexión, de la vida interior, de la mirada íntima que nos despoja de prejuicios para expresarnos y entendernos. Eso es un acto de liberación personal, porque admite la escucha y evita los fanatismos que buscan persuadir al otro desde nuestra propia inseguridad. El fanatismo siempre está poblado de violencia.
Me encanta cuando se habla de fe desde la certeza individual que nace del diálogo interior y un sí a lo comprendido. Siento que ese es el camino de la espiritualidad que deja de lado lo pasivo de lo cotidiano para ingresar en un flujo intenso de la vida activa. Cada cual lo siente o lo va a percibir como un llamado apasionante sobre su mundo interior que permite sentirse vivo.
Eso significa apertura a lo nuevo. La aventura interior es la gran aventura, porque nos remite a lo más profundo y ahí nos remite al mundo, a todo lo creado que en él se manifiesta. Del pequeño yo individual, a lo universal. Es ahí donde se nos permite entender que todo vive de una forma diferente, que todo vive. Y la fe está en eso que vive y se manifiesta cuando nace, brota desde el interior, desde lo íntimo, y nos llena, nos alienta y tonifica.
Tenemos sed de certezas, sobre todo frente a nosotros mismos, y solo las encontramos en el camino hacia nuestro interior. Que esa sed infinita se mantenga, persevere, que así sea, para que ese flujo de pasión del conocimiento de nosotros mismos nos conecte con todo lo creado. De lo contrario, vamos a caminar sin rumbo, vamos a errar, buscando afuera en esta realidad que solo nos puede llevar y llenar de espejismos, de esas certezas con las que no resonamos porque nada tienen que ver con nuestro ser interior.
Lo que se nos comunica y lo que comunicamos tiene dos aspectos: uno es la forma de hacerlo y el otro las palabras, que se quedan cortas y se convierten en obstáculos. ¿Quién puede entendernos? Adicionalmente, lo que decimos y lo que trasmitimos siempre va cargado de lo que sentimos como individuos y como seres sociales. Por eso solo lo que proviene del interior es válido y nos toca, porque es vida con tintes que en todos están, como la creación toda, en el interior de cada ser humano.
Lo que expresa vida nos conduce a la fe tradicional, nos despierta, y por momentos a ella nos aferramos. También nos anclamos a esa otra fe, que es la misma desde otro lado, la que nace de la pregunta, de la lucha y que al tocarse con lo íntimo se toca con el Verbo que en nosotros encarna y vive.
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Es paradójico que ad portas de empezar en Medellín la séptima edición del Foro Urbano Mundial, el evento más importante en materia de vivienda y, según el ministerio del ramo, el gran espacio “para examinar los retos que enfrenta el mundo en relación a los asentamientos humanos, como la rápida urbanización y su impacto en las ciudades, comunidades, economías, cambio climático y políticas”, la ciudad y particularmente los damnificados de las torres 1, 2, 3, y 4 de Space se enfrenten a la vulneración de unos de sus principales derechos, consagrado en la Declaración Universal de Los Derechos Humanos: el derecho universal a una vivienda digna.
Más contradictorio parece aún si se tiene en cuenta el argumento para escoger a esta ciudad como sede del evento: “Medellín se destaca por ser un ejemplo mundial en políticas públicas de vivienda y hábitat… como ejemplo internacional de transformación urbana a través del urbanismo social”.
Lo cierto es que mientras la ciudad termina los preparativos para que comience el importante Foro, los habitantes de Space no saben qué va a pasar con sus vidas y con lo que, pese a todas las afectaciones, continúa siendo su patrimonio, es decir, todos y cada uno de los apartamentos de las torres 1, 2, 3 y 4, en los que no pueden vivir aunque hayan invertido en ellos sus ahorros y por ellos se hayan endeudado.
Propuesta polémica
Tras 39 días que duró la negociación entre la mesa de representantes de los afectados y la Constructora CDO, al cierre de esta edición no había arreglo entre las partes.
Pasado este tiempo, las familias propietarias esperaban cerrar un capítulo, por lo menos el de la negociación. Pero sus esperanzas se fueron abajo el viernes 21 de marzo cuando recibieron de parte de la constructora Lérida CDO el documento que contenía los términos y condiciones de la negociación. Palabras más palabras menos, el pago de sus apartamentos estaría condicionado a la autorización del Municipio de Medellín de “rehabilitar” las torres 1, 2, 3 y 4 y a dos cláusulas más, que de tajo consideraron “abusivas”.
El alcalde de Medellín, Aníbal Gaviria, también rechazó la presión ejercida por la constructora y pidió a CDO entrar en razón: “La cláusula es completamente inviable. La decisión de la repotenciación es completamente independiente, una cosa es la negociación que haga CDO con los propietarios y otra la decisión de la demolición que ha ordenado la Alcaldía de Medellín basada en los estudios de la Universidad de Los Andes. No tiene presentación que CDO, meses después de hablar con los propietarios, salga con esa situación”.
Pese al desconcierto y la incertidumbre que generó el contenido del documento enviado por la Constructora Lérida CDO, las 79 familias que aún no tienen resuelta su situación de vivienda, no dieron por terminada la batalla y enviaron una contrapropuesta. Esta, según el vocero de la mesa de damnificados de Space, Santiago Uribe, es similar a la que presentaron durante la negociación del valor de los apartamentos de las desaparecidas torres 5 y 6. Hasta el miércoles 26 de marzo, los representantes de los damnificados de Space no habían recibido ninguna respuesta de la constructora, lo que han interpretado como un cese definitivo de la negociación. Sin embargo, Vivir en El Poblado consultó con el abogado Álvaro Isaza, asesor de Lérida CDO, quien manifestó que la constructora mantiene la voluntad de negociar.
Por las vías del Derecho
Ante el panorama, y sin encontrar más salidas, en reunión celebrada el martes 25 de marzo en la noche, muchas de las familias afectadas decidieron acogerse a una acción de grupo. Hoy están representadas por el equipo de abogados Tamayo Jaramillo & Asociados, en cabeza del exmagistrado de la Corte Suprema de Justicia, Javier Tamayo. Sobre los alcances de la acción de grupo, el abogado de la firma, Juan Bernardo Tascón, explicó a los afectados: “Es un instrumento que permite en una sola demanda reclamar una indemnización plena de perjuicios para todos los afectados por un mismo hecho (…). Pedimos la reparación plena de los perjuicios que han sufrido y eso incluye el pago del valor de los apartamentos por el avalúo comercial; apartamentos, parqueaderos, cuartos útiles y terrazas en el caso de los que las tengan. Además, la indemnización de los perjuicios extrapatrimoniales; eso incluye los perjuicios morales y lo que se denomina ‘daño a la vida de relación’, un daño por haberse alterado sustancialmente las condiciones de vida de existencia que ustedes tenían. También estamos pidiendo la reclamación de lo que se llama lucro cesante”.
En la reunión del 25 de marzo, varios propietarios expresaron preocupación por una eventual liquidación de CDO
A la fecha Tamayo & Asociados asegura haber recibido 20 poderes de personas que han solicitado ser sus representados, número que podría aumentar. El jurista Javier Tamayo les habló sobre lo largo que podría ser el proceso: “Lo que sí les quiero es ser franco, si no hay un arreglo en el camino este es un pleito que no rebaja de 15 años”. Tamayo, quien ha llevado en materia de responsabilidad civil diversos casos para las compañías más grandes del país, sabe a qué y a quién se enfrenta: “Es que nos pisó el pulpo más pulpo que el país tenía”, dijo en clara alusión a los propietarios de la constructora Lérida CDO.
Por el compás de espera
Pero mientras unos de los afectados optan por esta acción de grupo, otros piensan que las puertas de la negociación no se han cerrado definitivamente y que es prudente dar un compás de espera. Es así como fijaron el 4 de abril como plazo para que la constructora entregue una respuesta o se pronuncie sobre su contrapropuesta. Ese mismo día Lérida CDO deberá presentar a la Inspección de Policía 14 A de El Poblado el plan de rehabilitación de las torres 1, 2, 3 y 4, y la Inspección deberá dar respuesta positiva o negativa el 11 de abril.
Mientras pasan los días con los ires y venires de propuestas de un lado y del otro, en el terreno de la tragedia donde perdieron la vida 12 personas, la constructora Lérida CDO continúa removiendo los escombros, pese a que el 24 de marzo se cumplió el segundo plazo otorgado por el Municipio de Medellín para hacerlo.
En el mismo escenario se exhiben carteles dejados por los damnificados de Space, en los cuales protestan por el comportamiento de Álvaro Villegas Moreno y su familia, dueños de la constructora Lérida CDO.
No encontramos otra definición más apropiada para referirnos a los últimos acontecimientos protagonizados por la constructora Lérida CDO S.A y sus dueños, la familia de sangre y empresarial conformada por Álvaro Villegas Moreno y sus hijos (“mis aventajados alumnos en el manejo de mis empresas”, como lo señala el expresidente de la SAI en su libro Secretos de un líder, publicado en febrero de 2013).
Con la propuesta enviada con sus voceros a los propietarios de los apartamentos de las torres 1, 2, 3 y 4 de Space, queda en evidencia lo que ya se deducía del largo silencio indolente y las distintas estrategias utilizadas por estos empresarios, hoy sin rostro, como los jueces de otras épocas: el afán de dilatar las negociaciones y evitar a toda costa la implosión de esas estructuras fantasmagóricas en las que nadie quiere vivir, por razones obvias que, incluso, trascienden la gravedad de lo técnico.
Ya decíamos a principios del año que se nos hacían raros los intempestivos aplazamientos del cronograma y el súbito cambio de decisión de la Alcaldía con respecto a la demolición de las torres. Consideramos prudente recordar una vez más que en diciembre la Alcaldía había anunciado que la demolición de la torre 5 se haría a finales de diciembre o a principios de enero. Luego se justificó el aplazamiento para mediados de enero en que era mejor esperar el estudio preliminar de la Universidad de Los Andes: si este determinaba que las cinco torres estaban en riesgo, lo mejor era hacer la implosión de todas simultáneamente. Sin embargo, cuando la Universidad de Los Andes dijo que las cinco eran inhabitables, para sorpresa de muchos se siguió programando (y aplazando) solamente la implosión de la 5. Ya después vendría el recurso de reposición interpuesto por CDO ante la Inspección 14 A de El Poblado para evitar la demolición de las cuatro fases.
Aunque por fortuna la Alcaldía está hoy firme en que se debe demoler, ahora no nos queda ninguna duda de que las presiones para que el Municipio avale la supuesta rehabilitación de estas estructuras existían de tiempo atrás y no terminan.
Así lo demuestra la reciente condición que puso esta constructora a los propietarios afectados para comprarles sus apartamentos y liberarlos de una vez por todas del terrible error que cometieron al comprarlos. Si la Alcaldía no permite la supuesta ‘rehabilitación’ de las torres, los propietarios no recibirán su plata. Al menos así se desprende del “Modelo del Contrato de Transacción”, presentado por los voceros de Lérida CDO a los afectados. Uno de sus apartes, dice: “… La validez, efectos y vigencia de la presente transacción quedan sometidos a la condición suspensiva de que las fases 1 a 4 del conjunto residencial SPACE cuenten con la viabilidad de la rehabilitación conforme a los conceptos y estudios presentados por la EMPRESA ante la INSPECCIÓN 14 B (sic) DE POLICÍA y la ALCALDÍA DE MEDELLÍN y sea autorizada por las autoridades competentes. Si la presente condición no se ha dado cuando llegue la fecha del primer plazo aquí estipulado las fechas se desplazarán hasta tanto no (sic) se concrete la condición”.
La propuesta, además de indecente, nos parece infame con las familias ya agobiadas por la espera y el cansancio. Como lo dijo en forma enérgica y valiente el alcalde Aníbal Gaviria: “La cláusula es completamente inviable… Una cosa es la negociación que haga CDO con los propietarios y otra la decisión de la demolición que ha ordenado la Alcaldía de Medellín basada en los estudios de la Universidad de Los Andes”. Más claro no canta un gallo.
Desde las 6:30 de la mañana del martes, algunas de las víctimas de la tragedia del edificio Space se reunieron en la vía Marianito para protestar contra la constructora Lérida CDO, empresa con la que vienen negociando los términos de indemnización tras el colapso de la fase 6 en octubre de 2013 y posterior implosión controlada de la fase 5, en febrero de 2014.
Los manifestantes protestaron con pancartas que llamaban la atención sobre la responsabilidad de la familia Villegas (de Álvaro Villegas Moreno) en el asunto y evidenciaban la decepción de las víctimas en el proceso de indemnización.
En la propuesta de reparación por los daños presentada por la constructora a las víctimas la semana pasada, se plantea una cláusula en la que solo se pagarían los apartamentos de las fases 1 a la 4 si la Alcaldía aprueba su plan de rehabilitar la estructura.
En el contrato se lee así: “La validez, efectos y vigencia de la presente transacción quedan sometidos a la condición suspensiva de que las fases 1 a 4 del conjunto residencial SPACE cuenten con la viabilidad de la rehabilitación conforme a los conceptos y estudios presentados por la Empresa (Lérida CDO)
ante la Inspección14 B de Policía y la Alcaldía de Medellín y sea autorizada por las autoridades competentes. Si la presente condición no se ha dado cuando llegue la fecha del primer plazo aquí estipulado las fechas se desplazarán hasta tanto no se concrete la condición.
En todo caso si la inspección 14 B de El Poblado ratifica la orden de demolición en cualquier momento del trámite de evaluación de las alternativas de rehabilitación, el presente acuerdo perderá sus efectos y las disposiciones y obligaciones aquí contenidas perderán obligatoriedad y exigibilidad por cualquier vía”.
El alcalde Aníbal Gaviria aclaró que la negociación de los afectados de Space con la constructora es independiente a la determinación de rehabilitar o demoler las torres 1 a la 4, la cual está sujeta únicamente a los estudios de la Universidad de Los Andes. Además le solicitó a CDO que entrara en razón frente a este tema.
Nataly Ortiz, del grupo de víctimas de la fase 5, estuvo presente en la manifestación a pesar de que la intención del encuentro estuviera centrada en las condiciones del contrato de las víctimas de las fases 1 a la 4. “Me interesa apoyar porque las condiciones de nuestro contrato también fueron muy abusivas”. Agregó que hubieran esperado más personas de las casi 30 que asistieron pero entiende que la hora y posiblemente una falta de comunicación habría afectado la asistencia. “Además llevamos seis meses quitándole tiempo a la continuación de nuestras vidas para resolver todo lo de Space”.
Al mediodía, el sonido que los djs mezclaban en sus tornamesas y mixers se oía retumbar desde afuera de Plaza Mayor. Los más entusiastas que no pensaban perderse ni media, hacían la fila para entrar al Freedom, Festival Internacional de Música Electrónica, que se realizó por segunda vez en Medellín, el pasado fin de semana, desde las 12 m del sábado 15 de marzo hasta las 4 am del domingo 16 de marzo.
En tres ambientes diferentes se vivió este festival donde se unen diferentes sonidos electrónicos como el techno, el house, el tech house, el minimal y el deep: el Gmid (Good Music I dance) Arena en el Pabellón Verde, una plataforma para los djs que dentro del underground hacen parte del mainstream; el Medellín and Beyond en el Pabellón Blanco, dedicado a djs clásicos, orgánicos y experimentales del underground; y el Street Funk, un espacio lounge con bebidas, que conectaba a los otros dos y que servió de escenario a las propuestas locales.
Fotos cortesía Mauricio Atencia
Djs locales dejaron rodar la música aún sin público. A eso de las tres de la tarde se abrieron las puertas y pronto esos grandes salones en donde la música subía y bajaba, fueron ocupados según los sonidos iban seduciendo. En el reporte final: casi 4000 personas y no más de 8 mareos, según le informaron los socorritas al director del festival, José Luis Posada de MedellinStyle.
El Freedom es un festival que busca promover la esencia de la electrónica. “Aquí no tienes un dj famoso, sino propuestas musicales para que la gente se enamore de una electrónica artística donde surgen un montón de historias y sentimientos”, dice José Luis. -¿Por qué Freedom? “Este género es como un curador social que me ha enseñado a compartir con la la gente sin importar género o condición social. Estamos conectados con la vida, el movimiento, la expresión, el mundo, la evolución y el futuro. Hacemos nuevas cosas que nos permite la libertad del individuo y bailar con el otro en paz”.
Los locales abrieron la fiesta
Dj Jaguar, el primero en el Street Funk, una vez bajó del escenario, revoloteó por ahí, al ritmo de la música de sus colegas. Algo de house y deep house, eso fue lo que tocó, algo suave para empezar. Álvaro Cardoso, quien se hace llamar Jaguar empezó a moverse en el mundo de las fiestas y la música electrónica desde hace quince años y como dj hace 7. En las fiestas tuvo acceso a los djs, a sus cabinas y a sus conocimientos. ¿Y qué djs le gustan? Algo acelerado, se le vienen a la cabeza: Marco Carola, Stacy Pullen y Snake. Antes de seguir su revoloteo, dijo emocionado por qué le gusta Paco Osuna: “porque Paco es puro baile, puro movimiento, todo el tiempo la gente está ¡arriba, arriba, arriba!”.
Fotos cortesía
En los djs jóvenes que están surgiendo en la escena electrónica de Medellín se pueden encontrar hechos comunes: nacer en una “época ochentera y noventera” al lado de padres que siguieron la onda del pop, el rock, el disco y el trance del momento; interesarse en los sonidos producidos por sintetizadores y acercarse a ellos en el resurgimiento de las fiestas de electrónica en el 2006, momento explosivo del techno y el minimal en la ciudad. Su comienzo se da en los toques de cada semana en bares, discotecas o fincas y si son constantes sus nombres empiezan a sonar, a reconocerse para ser invitados a más y nuevos y espacios.
Entre ellos están Jorge Jara (Jorge Jaramillo) de 22 años y Nikol Claude (Julián Salazar de 23), que siguieron en el turno de la tarima. Desde hace cuatro años encontraron una energía complementaria para tocar juntos techno y mininal, y en ese tiempo han producido al menos 30 tracks con el sello MedellinStyle. Son reconocidos por hacer híbridos (mezclar pistas de otros djs y adicionarle sonidos propios) y lives (producción en vivo de música propia). Han tocado en el mismo escenario con el italiano Josep Capriati y el norteamericano Rick Wade, además de ser en 2012 los teloneros de Chemical Brothers. Participaron en el Freedom 2013, -¿qué esperan de este? “Vos de cada dj aprendes un poquito, por eso para uno, más que venir de fiesta, es aprender cosas distintas”, contesta Jara. -¿Y que encuentran en la música electrónica? “Libertad. Cuando escuchas una canción todo se desenvuelve en una letra. La electrónica te da miles de conexiones que vos podes imaginar”, dice Nikol.
Fotos cortesía Mauricio Atencia
Andrés Gil, otro chico que hace 8 años viene formándose, estrenó tres tracks en el Medellín and Beyond,: Redo (Original Mix) y otro aún sin nombre, de su propio sello Refluxed Records y Freedom, para el label ucraniano DSR Digital. Al igual que otros djs locales su casa es Mansion Club, ubicado en la carrera 36 con la calle 10, en El Poblado, una discoteca que viene promoviendo su colectivo de djs desde el 2010. La fiesta apenas comenzaba y en este mismo escenario iban a demostrar su experiencia Robag Wruhme, de Alemania y Pär Grindvik, de Suiza. “Djs que quiero oír por ser del estilo que ahora me está cautivando, un estilo clásico que vuelve a la producción y que mantiene esa fuerza de siempre”, dice.
El fragmento de una historia dj
Solitario en el Gmid Arena, estaba Dj Morris, el nombre artístico que eligió Mauricio Rodríguez, la cuota local en este escenario. En Europa una francesa pronunció su nombre en ese acento bonito y particular, algo así como “Maourris”, pero en Medellín definitivamente quedó “Morris”. Es un dj de vieja data de la ciudad que empezó en la época en que la electrónica aún no había llegado a su boom (2001). En 1996, empezó como el músico que primero reconoce el espacio en el que se va a mover antes de serlo. Recibió boletas, requisó en la entrada, hizo inventarios.
Fue portero, mesero, barman, lightjockie. Como lighjocki llegó al dj y al fin a sus equipos y desde ese momento nadie lo paró. Recuerda que fue en “Ábsalon”, un “antro”, según cuenta, ubicado en San Juan con la 70, donde llegaba la gente que no podía entrar a “Fortaleza”, la discoteca de moda de la época.
Después de explorar la música y saber que quería poner a bailar, empezó un proceso de aprendizaje de técnicas, formas, géneros y estilos. Lo suyo fue aprender en la calle, en la sensación de los after party en 1999, “lugarcitos”, casas, garajes, bodegas, fincas y bares, para después “cogerse de parche a Medellín” con los djs Julián y Fabían entre el 2000 y el 2004.
Sus influencias antiguas son Dj Boom y Dj Tuso, los locales que oía en la radio. En el 98, el español Cerati, y del 2009 hasta hoy, el canadiense Mathew Jonson. ¿A quién espera ver en el Freedom 2014? “A Rozzo, un tipo que nació en Suecia hace 54 años y que ha influenciado la música electrónica europea desde sus inicios. Tiene el proyecto
Fotos cortesía Mauricio Atencia
The Mountain People, por eso quisimos traerlo porque nosotros somos gente de la montaña”, finalizó sonriendo.
Estalló la fiesta
Las nubes estaban entre rosadas y grisáceas, cuando Robag Wruhme ya tocaba en sus consolas. Los visuales en las pantallas del Medellín and Beyond, movió sensaciones diferentes a las luces intermitentes y coloridas del Gmid Arena que mantuvieron siempre arriba la fiesta con Sean Random, antes de la apertura internacional con el canadiense Hobo y el irlandés Matador, donde subió aún más. Un boom boom boom de múltiples interpretaciones tarareadas con lucidez o entre la psicodelia, el éxtasis y la embriaguez, cambiaba de nivel y provocaba una posterior euforia que buscaba permanecer. En este escenario de fiesteros en el que la multitud se mantuvo, el sueco Alexi Delano sorpendió con nuevo techno y al fin subió el muy esperado español Paco Osuna, que a más de uno le parece “un mounstro”.
Fotos cortesía Mauricio Atencia
Del otro lado tocaba Robag, quien antes de cerrar, soltó la pista Around the world, de Daft Punk, que logró más de una conexión en ese momento, junto con los ojos rotatorios que salían en las pantallas. El underground y clásico Rozzo la rompió con toda. Su música y una mezcla de imágenes artísticas lograban cierta exquisitez y sugestión, cuando la fiesta estalló y llegó a su mejor momento, exactamente a las 12 am y a 23 grados centígrados. Se podía leer en la pantalla que siempre marcó la hora, afuera, en otro pabellón. Mientras Paco hacía su “traqueteo”, nos deleitamos con el gran Park Grindvik que mantuvo la plenitud de la euforia de quienes lo seguían. A una señal de cierre y las luces ya encendidas, la impotencia de no poder complacer a un público que con aplausos y gritos le pedía más, fue inevitable.
En Plaza Mayor Medellín se realizó un montaje recreando los nuevos CorredoresdeVida
El plan Corredores de vida, adscrito a la Secretaría de Infraestructura, ya tiene en marcha su proyecto piloto en el sector Juan del Corral, de la comuna 10. Este primer tramo tendrá 1.559 metros cuadrados en la carrera 51 D, entre las calles 61 y 64. La segunda etapa adecuará 2.168 metros cuadrados de andenes en el mismo sector. En dos meses el proyecto piloto estaría listo para ser replicado en otras zonas, como El Poblado.
Aunque aún no se han definido con precisión las zonas de la comuna 14 en las que se implementará este proyecto, ya se estima una inversión de 1.400 millones de pesos durante 2014 para los primeros 5.956 metros cuadrados. Para 2015 quedaría faltando una inversión de 424 millones para 1.772 metros cuadrados.
Imaginario #3 del “Plan Corredores de Vida” – Sector La Presidenta
El plan Corredores de Vida completo cuenta con unos recursos iniciales de 30.000 millones de pesos para construir 110.000 metros cuadrados de andenes en la ciudad.
Como lo había reportado Vivir en El Poblado, este plan busca conectar oriente y occidente mediante las estaciones del metro y el puente de la 4 sur, posiblemente con algunas intervenciones de diseño para las calles 10 y 10A, entre Las Vegas y la Avenida El Poblado.
Javier Darío Toro, secretario de Infraestructura de Medellín, dijo que estos corredores serán espacios públicos en condiciones de calidad, comodidad y seguridad que no solo incluirán andenes nuevos, sino ciclorrutas y zonas verdes. Asimismo aseguró que en la adecuación de estos espacios se consideró ampliamente el tránsito de personas discapacitadas o de movilidad reducida.
Foto cortesía de un ciudadano del sector.
Carlos Alberto Marín, subsecretario de Seguridad Vial y Control de Medellín, aseguró que hasta el jueves 19 de marzo el balance de los recientes cambios viales en el Poblado, medida tomada por el inicio de construcción de cuatro obras viales por Valorización, había sido positivo. Agregó que los gestores pedagógicos y los mapas distribuidos en el sector continúan siendo efectivos y que no se han visto cambios negativos. Por el contrario, indicó, la gente ha sido receptiva.
Sin embargo, en el desarrollo de las obras es probable que ocurran algunos cambios, incluso aquellos sugeridos por los ciudadanos, después de una completa consideración de parte de las autoridades. Hasta el momento el subsecretario no sabe de sugerencias hechas por los ciudadanos que estén considerando las autoridades.
A las personas que han manifestado descontento por la confusión y algo de caos, les recomienda tomar consciencia de los cambios, salir con tiempo y tratar de circular por lugares menos congestionados.
Alejandro González Valencia, director de Corantioquia, autoridad ambiental encargada de las obras de rehabilitación en la margen izquierda del Río Medellín, por el daño ocasionado por el afluente a la infraestructura férrea del Metro entre las estaciones Ayurá y Envigado, asegura que las obras avanzan conforme al cronograma, “estamos trabajando con el Área Metropolitana aguas arriba y aguas abajo, para que esa zona tenga la estabilidad adecuada. 45 metros aguas arriba y 35 metros aguas abajo”, agregó González.
En el sitio Corantioquia ha dispuesto de personal técnico y logístico para atender la emergencia, además de maquinaria pesada que trabaja sin tregua en el punto de afectación.
Con este panorama, la autoridad ambiental esperan comenzar a hacer pruebas de estabilidad durante el fin de semana. Las pruebas se iniciarían una vez estén culminados los trabajos que se adelantan en la parte superior del talud y estén avanzadas las columnas en el río.
Entre tanto, y para garantizarlas necesidad de movilidad entre los municipios del Sur del Valle de Aburrá, el Metro continúa operando entre las estaciones Envigado, Itagüí, Sabaneta y la Estrella.
Por su parte, el Área Metropolitana del Valle de Aburrá, en compañía de las secretarías de movilidad de los municipios del Sur, continúa coordinando la prestación y reubicación de las tradicionales rutas integradas al sistema Metro.
Teniendo en cuenta los 15 días previstos para adelantar las obras en la margen izquierda del río, el servicio del sistema Metro debería reanudarse entre la estación Poblado y las demás que conforman el sur, el sábado 29 de marzo.
Por Carlos Arturo Fernández U.
Desde el 22 de febrero y hasta el 18 de mayo de 2014, 97 obras de la colección de arte de Suramericana, correspondientes a unos 60 artistas colombianos y mexicanos, estarán expuestas en el Museo Dolores Olmedo de Ciudad de México. Posteriormente, la muestra completa, titulada Encuentro México-Colombia. Colección Sura, se presentará en Tijuana, en Medellín y en Bogotá.
Johann Moritz Rugendas. Paisaje con el pico de Orizaba
La selección de las obras de Suramericana corrió a cargo de Alberto Sierra y Consuelo Fernández y el estudio académico respectivo fue realizado por Juan Luis Mejía. No es necesario agregar que una muestra de este tipo tiene la posibilidad de señalar los puntos de contacto y las divergencias que surgen de la confrontación entre el arte colombiano y el mexicano, al menos en el último siglo y medio.
La vinculación intelectual, artística e ideológica con México se hizo sentir de una manera especialmente fuerte en un largo período que se extiende entre 1930 y 1980, quizá como consecuencia del impacto cultural y social que se deriva de la Revolución Mexicana.
En efecto, tras la guerra que se extiende por México entre 1910 y 1920, llega por fin una etapa de consolidación de las reivindicaciones de todo tipo que había planteado la Revolución. En ese contexto, fuertemente cargado de ideología, tuvo una presencia definitiva un movimiento artístico riquísimo en todos los campos, que, con frecuencia, erróneamente pensamos que se reducía al trabajo de los muralistas, como Diego Rivera, José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros y Rufino Tamayo, y a su resonancia en el ámbito latinoamericano e internacional.
Diego Rivera. Retrato de la señora Beteta. 1946
Adicionalmente, hacia mediados del siglo, los movimientos de las vanguardias artísticas y los estudios teóricos y críticos vinculados con ellas, defendieron el carácter autónomo de la obra de arte y rechazaron de forma sistemática todo lo que pudiera significar un compromiso político y social, porque se entendía que ello iba en contra de los valores propios del arte. La crítica latinoamericana de entonces fue especialmente virulenta contra los muralistas mexicanos y contra todos aquellos que, de una manera u otra, parecieran seguir el camino por ellos trazado en la dirección de un compromiso político, cultural y pedagógico. Se afirmó que aquello no era arte y que toda esa producción había tenido efectos catastróficos en América Latina.
Sin embargo, en las últimas décadas se ha vuelto a pensar con insistencia en el hecho de que, sin negar sus peculiaridades, el arte sólo existe como práctica social, lo que, por tanto, posibilita que vuelvan a salir a la luz problemas a veces definitivos de una historia que se había resuelto no mirar o, al menos, no tener en cuenta de manera global.
Johann Moritz Rugendas. Valle de México
Los vínculos de Colombia con México se extienden ampliamente en todas las direcciones del tiempo y de la cultura. Los curadores de la exposición en el Museo Dolores Olmedo recuerdan cómo, cuando en la segunda mitad del siglo 19 Colombia decide finalmente establecer una academia para la formación artística, se trae a Bogotá al pintor mexicano Felipe Santiago Gutiérrez. Su influencia será definitiva para el desarrollo de nuevas ideas, como era en ese momento, por ejemplo, la pintura del paisaje, una línea en la cual se puede encontrar un parentesco con Francisco Antonio Cano.
A lo largo del siglo 20 muchos artistas colombianos encontraron en México una segunda patria en la cual consolidaron sus ideas, desarrollaron la mejor parte de su obra y no pocos permanecieron allí el resto de sus vidas. Artistas como Rómulo Rozo, piedra fundamental del Grupo Bachué, el fotógrafo Leo Matiz y Rodrigo Arenas Betancourt son imposibles de imaginar sin México. Pero, además, muchos de los principales escritores colombianos, entre ellos Porfirio Barba Jacob, Álvaro Mutis, Gabriel García Márquez y Fernando Vallejo, encontraron en México el espacio y el clima cultural necesarios para el desarrollo de su obra.
Diego Rivera. Retrato de Juanita. 1935
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Diego Rivera. Niños almorzando 1935
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Y cuando se piensa en contactos más limitados en el tiempo, pero no menos trascendentales, la cantidad de artistas para quienes la experiencia mexicana fue y sigue siendo definitiva, aumenta vertiginosamente. Al margen de la manera como en cada caso se deba definir el contacto, la influencia, el impacto, la contraposición o simplemente la mirada, México ocupa un lugar central en la vida o en la obra de Pedro Nel Gómez, Ignacio Gómez Jaramillo, Débora Arango y Fernando Botero, entre muchos otros.
Lo mismo ocurre entre artistas de generaciones posteriores que también están presentes en este Encuentro México-Colombia. Colección Sura: Beatriz González, Luis Caballero, José Antonio Suárez, Jorge Julián Aristizábal, el Grupo Utopía. Por supuesto, en el “multiverso” (ya no “universo”) cultural que caracteriza el presente, todas las relaciones se hacen más difusas y ya seguramente no encontraremos procesos tan radicales como el del primer Arenas Betancourt, quien hasta 1970 parecía más mexicano que colombiano.
Quizá, como señala un medio mexicano, la muestra hace patentes los “vasos comunicantes pictóricos” que existen entre Colombia y México. Y, por supuesto, posibilita que se avance en el conocimiento internacional de la producción artística colombiana, frecuentemente encerrada en las fronteras locales.
En una noche de viernes, el grupo de rock La Cuerda Floja se presentó en Arte Vivo. La Cuerda Floja es una banda conformada por cuatro amigos: Juan David Márquez (guitarra y voz), Felipe Correa (batería, percusión, coros), Carlos Montañez (bajo y coros), Alejandro Arango “Lelo” (guitarra y coros), quienes han hecho parte de reconocidos grupos locales (Nadie, Nepentes, Popcorn) y decidieron juntarse para dar vida a este proyecto de blues rock.
Andrés Ruiz
Dennys Cabarcas
Eliana García
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La Cuerda Floja
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Fabián Darío Mejía, Ana Holguín
Guillermo Restrepo, Daniel Lopera
José Echeverry
Juliana Ramírez, Santiago Márquez, Johnny Márquez, Susana Morales, Andrés Restrepo
Juliana Zapata
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Gustavo Álvarez
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Juliana Zapata
Katherine Molina, Manuel Vélez
Leidy Orozco, Martín Arbeláez
Marcela Sierra
Natalia Peláez
Ts Donner
Yuliana Castles, María Isabel Hermelín, Bernardo Aubad
Alejandro Soberón, Natalia Montoya
La Cuerda Floja
La Cuerda Floja
La Cuerda Floja
La Cuerda Floja
La Cuerda Floja
La Cuerda Floja
La Cuerda Floja
Pink Floyd, Bob Marley, The Doors, Nirvana y otros grandes del rock han sido retratados en lápiz sobre papel por el artista Heyner Silva. Sus dibujos en pequeño formato conforman la exposición Fuck $ Roll, muestra recientemente inaugurada en la Galería De la Oficina.
Alberto Sierra
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Alejandra Burgos
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Alejandro Gutiérrez
Andrés Camilo Mazorra, Catalina Mazorra, Heyner Silva
Andrés Layos
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Beatriz Londoño
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Angélica Elejalde
Carlos Marín
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Emanuel Gaviria
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Freddy Rodríguez
Hernando Blandón, Rodrigo Callejas
Heyner Silva
Jesús Abad Colorado
Juan Esteban Yepes, Juliana Arango, Julieta Londoño
Juan Manuel Molina, Martha Gómez
Juan Pablo Bolívar
Luis Fernando Peláez, Marta Elena Vélez, Iván Hurtado
Melissa Álvarez
Óscar Rodríguez
Un mercado de moda con diseñadores y marcas locales tuvo lugar en Rock Café Dalí. Este evento, denominado Vestidor 2, el cual se repetirá en mayo, contó con la participación de Labranza, Natare, Amor de mis Amores, Juanita Betancur Mobiliario, Ágape, Amuleto (accesorios para mascotas), Ana Montenegro Bisutería y Trufas del Bosque (negocio de trufas artesanales).
Ángela María Sánchez, Bertina Restrepo
Carolina Chica, Andrea Yepes
Catalina Cerón
Cristina Castañeda, Alejandra Mejía, Carolina Chica
Emilse Restrepo
Felipe Grajales, Jorge Gaviria
Isabel Cristina Ospina, Jorge Cerón
Juliana Aristizábal
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Karina Ochoa
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María Clara Ferrer, Santiago Arbeláez
Maribel Tamayo
Marta Elena Uribe, Santiago Giraldo
Martin Rosinski, Luis Carlos Arango
Sergio Álvarez
Valentina Arcila
Yamile Ruales
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Natalia Aristizábal
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Ana Montenegro, Carolina Echeverri
Andrew Contreras
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Diana Giraldo, María Camila Gómez
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De una mañana dominguera en torno al deporte en dos ruedas disfrutaron los cerca de 800 participantes del Ciclopaseo Oviedo. Este recorrido de 15 kilómetros, que inició y finalizó en el Centro Comercial, fue organizado con el Inder.
Anuar Sabogal, Lina Quintero, Alejandro Zapata
Carolina Ramírez, Cristina Londoño
Diana Betancur, David Vargas
Edison Rodríguez, Santiago Ruiz
Gabriel Jaime Franco, Rodrigo Jiménez
Isabel Castañeda
Juan Diego Camargo
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Katherine Arrieta
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Juan Esteban Valencia, Susana Gómez, Adriana Correa, Jaime Jaramillo
Juan Pablo Moreno, Juan Blandón
Lorenzo Díez, Andrea Vargas
Marcela Montoya, Edison Cardona
Marcela Seguro
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María Antonia Velásquez
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Sandra Navarro
Sandra Zuluaga, Juan José Álvarez
Susana Calle, Nancy Zapata, Manuela Calle, Jorge Calle, Miguel Londoño, Juan Luis Londoño
Alejandro Hoyos
/ Álvaro Navarro
En la lista de ciudades de la tierra que cuentan con una mejor y más variada gastronomía, Sídney debe ocupar un lugar destacado, y a fe que tiene con qué comprobarlo: está localizada en un país que cuenta con inmigraciones recientes de Europa, Asia, Oceanía y América, que aportan los sabores y cocciones ancestrales de sus países originarios; tiene tierras feraces y climas favorables en las áreas cercanas a sus centros urbanos, que facilitan la producción de alimentos requeridos por las diferentes colonias étnicas; productos agrícolas y ganaderos respaldados por la última tecnología y con estricto control de calidad, complementados por la riqueza ictícola que brindan los mares que rodean el continente; cocineros y restaurantes de muy buen nivel que ofrecen comida de los cinco continentes; y, finalmente, un bienestar económico general que permite el fácil acceso a la variada oferta.
Para formarse una idea de esta oferta, nada mejor que una visita (como la que hicimos Matilde mi esposa y yo) a uno de los mercados de productores, por ejemplo el Eveleigh Farmers’ Market que se realiza cada sábado, entre las 8 am y la 1 pm, en 245 Wilson Street. Está localizado en un antiguo taller ferroviario que aún conserva algunas de sus antiguas prensas de fines del siglo 19 (www.eveleighmarket.com.au). Cuenta con unos 70 puestos que son un verdadero regalo para los sentidos del visitante, al que le será difícil abstenerse de adquirir algún producto.
Encontrará flores y verduras frescas de estación; diferentes tipos de carne, convenientemente empacada al vacío, proveniente de granjas certificadas, con días o meses de maduración garantizada; quesos frescos o estacionados hechos con leches de vaca, oveja o cabra; huevos de granja de diferentes calidades y tamaños; variedad de hierbas para tisanas; diferentes tipos y calidades de mieles y hongos frescos; panes artesanales variados y recién horneados, y, al final, un stand que vende un humeante y sabroso café colombiano, además del producto en grano o recién molido.
Una vez superada esta inmersión en los productos locales, nuestros guías en la ciudad (mi hijo y su esposa) nos llevaron a otro galpón especializado en sales, carnes y quesos importados (www.saltmeatscheese.com.au) con productos de primera calidad de todos los confines de la tierra, como sal rosada del Tíbet o de la Camargue en Francia, o de los desiertos australianos, o jamón español (pata negra o serrano) o italiano (San Daniele o prosciutto de Parma), estacionados entre 12 y 36 meses y precios por kilo entre 55 y 300 dólares; también salames, salamines y carnes embutidas, pastas italianas, granos, arroces, cafés y especies de variados orígenes, quesos perfectamente afinados, en fin, un emporio de delicadeces llegadas desde muchas naciones.
Mención especial merece la carnicería de Víctor Churchill (www.victorchurchill.com) en operación desde 1876 y localizada en el 132 de Queen Street, en el afluente vecindario de Woollahra. El establecimiento, más que una carnicería, parece una galería de arte con mostradores de joyería, donde se puede apreciar todo el proceso de la carne, desde el despiece de los animales hasta la preparación de cada uno de los cortes; hay carnes frescas o también bifes estacionados hasta 30 meses, cuyo precio alcanza hasta 200 dólares el kilo; el establecimiento tiene una escuela donde enseña diferentes técnicas y procedimientos relacionados con el negocio de la carne.
En un próximo artículo complementaré estas notas con otros sitios que me llamaron la atención en la ciudad y algunos de sus muchos restaurantes.
¡Se justifica cruzar medio mundo para disfrutar de la gastronomía de Sídney!
Comentarios y sugerencias son bien recibidos en [email protected]
Buenos Aires, marzo de 2014
[email protected]
El chef Miguel de Greiff, quien realizó el montaje del restaurante con la ayuda de Álvaro Molina, recomienda como entradas la Soho’s Salad y los Beans, Nachos and Cheddar. De los fuertes, sugiere las Smokey Joe Pork Ribs, los Keywest’ Large Shrimps y el Chicago Stlyle Sandwich, del que se deriva el Man vs. Food, una versión más grande de este sándwich (de un kilo), que es gratuito para quien logre comerlo entero (otros premios adicionales por superar este reto, son una camisa y la ubicación de la foto del vencedor en el muro de la fama del restaurante).
Como postre, vale la pena probar alguno de los pies, particularmente el de pecan, o tomar una de las malteadas, bebidas perfectas para acompañar un plato o dar un dulce cierre a una suculenta cena o almuerzo.
i95 abre de miércoles a sábado de 12 a 3 pm y de 6 pm a 11 pm. Los domingos, de 10 am a 1 pm ofrece brunchs, y de 12:30 pm a 5 pm funciona la carta habitual del restaurante.
Informes y domicilios (todos los días, únicamente en el sector de Las Palmas) en el 314 891 4481.
Smokey Joe Pork Ribs (una persona)
Ingredientes
• 500 gramos de costilla
de cerdo.
• Salsa de soya al gusto.
• Pimienta al gusto.
• Sal al gusto.
• Perejil liso al gusto.
Salsa de tamarindo
• 60 gramos de salsa de tomate.
• 60 mililitros de caldo de carne.
• 60 mililitros de miel de maple.
• 60 mililitros de vinagre
de frutas.
• 60 mililitros de pulpa de tamarindo con azúcar
Preparación de la salsa
En un bol, agregar los ingredientes y revolver hasta obtener una mezcla homogénea. Cocinar en una olla, a temperatura media, durante 10 minutos y reservar.
Preparación de las costillas
Bañar la costilla con salsa soya y condimentar con pimienta. Envolverla en papel aluminio y asarla en el horno entre 3 y 3 1/2 horas, a una temperatura de 180 grados centígrados. Retirar y porcionar. En una sartén, sin grasa alguna, dorar las costillas durante cinco minutos. Agregar la salsa a las costillas, dejándola reducir en la sartén durante 10 minutos, mientras se salpimienta al gusto y se le adiciona el perejil liso.
Servir la costilla decorada con ají dulce y cebollina, ambos finamente picados. Acompañar con tomates (con limón, aceite de oliva, perejil, cilantro y vinagre) y papas a la francesa o puré de papa.
Los amantes de las carnes perfectamente maduradas, asadas a la parrilla, encontrarán en el restaurante bar Corte Grueso, un sitio ideal para disfrutarlas en abundancia.
En Corte Grueso, los cortes son porcionados al instante, según el término solicitado por el cliente, y son servidos en platos calientes (callanas) que permiten conservar mejor los jugos y el calor.
Entre los sugeridos del cocinero Weimar Franco están la picaña (punta de anca entera de 650 gramos), el malevo y el filet mignon. De entradas, aconseja el tocino ahumado y los corazones de pollo al jerez, bbq o teriyaki. El Corte Grueso también ofrece pescados y mariscos a la parrilla y platos mixtos que facilitan probar varias delicias y satisfacer a los comensales más indecisos.
El restaurante acaba de estrenar carta, en la que cada semana se tendrá una selección de nuevos platos recomendados. Localizado en el Mall Indiana, Corte Grueso piensa en cada detalle para brindar una experiencia distinta a quienes lo visitan: en días muy fríos presta ruanas a sus clientes. El restaurante abre todos los días a las 11 am. De lunes a jueves cierra a las 10 pm; los viernes y sábados entre la 1 y las 2 am; y los domingos a las 6 pm. Informes en el 386 1981.
Francisco Rettig
¿Usted se imagina vivir con la responsabilidad de ser el sucesor de Beethoven? ¿Componer obras mientras la crítica, el público y los colegas confían en que usted será quien continúe con el gran legado del sinfonismo alemán? Así era la vida para Johannes Brahms, pero no sin justa causa. La predicción del compositor Robert Schumann al proclamar como genio y “joven águila” de la música alemana a Brahms, cuando este solo contaba con 19 años, pronto se convirtió en una predestinación.
La primera
Cuenta el maestro Francisco Rettig, director de la Orquesta Filarmónica de Medellín, que después de la muerte de Beethoven en 1827, “el sinfonismo alemán quedaría trunco y, aunque pasaran otros compositores con todos sus aportes, no habría nadie realmente hasta Brahms”. Bajo esa presión, y después de más de 10 años de trabajo, Brahms entregó al mundo la Primera Sinfonía en Do menor, Op. 68. En 1877 al director Hans von Bülow le pareció adecuado llamarla Décima Sinfonía de Beethoven. “Esto podría dar a pensar que Brahms estaba imitando a Beethoven, pero con eso se quería decir que luego de la Novena de Beethoven seguía la de Brahms como gran continuadora del sinfonismo alemán”, explica Rettig.
El jueves 27 de marzo la Orquesta Filarmónica de Medellín estará interpretando esta gran pieza junto a la Sinfonía No.3, a las 8 pm, con un conversatorio previo de 6 a 7 pm., en el Teatro Metropolitano. El ciclo Brahms continuará el sábado 29 de marzo a las 6 pm con las sinfonías No. 2 y No. 4 y conversatorio previo de 4:30 a 5:30 pm. La entrada a los conciertos es con boleta y a los conversatorios es libre.
Para no perderse ninguna
Las sinfonías de Brahms no son como las de Beethoven, explica el director Rettig. “No son de programa; no cuentan una historia ni están basadas en la naturaleza ni nada así. Es sinfonismo puro”.
Para el director titular, incorporarlas todas a esta temporada no solo es atractivo sino desafiante, musical y técnicamente.
Las cuatro obras, siempre vigentes y fundamentales en el repertorio sinfónico, tienen mérito y le gustan al maestro Rettig. “Ahora, desde el punto de vista de la composición, me llama la atención la No. 4, por esa capacidad de inventiva de Brahms al estar repitiendo siempre de formas diferentes”.
/ Esteban Carlos Mejía
La escritora gringa Patricia Highsmith (Fort Worth, Texas, 1921 – Locarno, Suiza, 1995) era una persona complicada. Peor aún: alguien que la trató con regularidad llegó a decir que era “mala, dura, cruel, indigna de amor”. Adoraba la soledad. Y a los gatos y a los caracoles: tuvo más de 300 en el jardín de su casa en Suffolk, Inglaterra. Decía que su imaginación funcionaba mejor cuando no tenía que hablar con la gente. Escribió cuentos, cómics y más de veinte novelas, entre ellas las cinco dedicadas a su criatura más emblemática: Tom Ripley.
Ripley es un tipo tan raro como su autora: un criminal nato: estafador, falsificador, asesino. Después de sus primeros crímenes, las muertes de Dick Greenleaf y su amigo Freddie Miles en The talented Mr. Ripley (A pleno sol), se instala en Belle Ombre, una hermosa casa en Villeperce-sur-Seine, a unas doce millas de Fontainebleau, al sur de París. Vive allí con Heloise, su hermosa y dulce esposa, quien ignora las fechorías del marido. Cuida el jardín, estudia clavicémbalo, lee The International Herald Tribune, repasa cuentas bancarias, compra obras de arte: una vida feliz y aburguesada, solo martirizada por una incisiva paranoia. No es bisexual, pero parece. Mata por impulso o por necesidad, y se atormenta con latigazos de genuino remordimiento.
Ni policías ni detectives privados pueden con él. En contravía de las novelas policíacas más clásicas, en las que el criminal, por lo general, es descubierto y castigado, Ripley deambula por los territorios de ficción de Patricia Highsmith con una impunidad a veces intolerable, a veces envidiable. En cine lo han encarnado actores tan disímiles como Alain Delon, Matt Damon, Dennis Hopper o John Malkovich, en películas que, a mi juicio, incorporan demasiada acción a unas tramas más propensas al suspenso, al análisis y al misterio. Allá ellos. A mí me pasa que cada vez que leo las aventuras de Ripley, narradas con escrupulosidad y neutralidad por la malgeniada Patricia, siempre acabo en lo mismo: ¿Por qué, en vez de escupirlo y denigrarlo, me identifico con un criminal como Tom Ripley? ¿Qué proyecta él en mí? O, al revés, ¿qué proyecto yo en él? No sé. Y no saberlo me angustia un poco, no lo suficiente, eso sí, para suspender la lectura y tirar el libro. Con sus finos modales, su buen gusto y su malignidad, Tom Ripley anida en mi alma con pernicioso beneplácito. ¡Ay de mí!
* Día tras día. Y esta semana, ¿cuál es la efeméride? El 20 de marzo del año 43 antes de Cristo, nació en Sulmona, Italia, el poeta Publio Ovidio Nasón. Dejó una obra didáctica que, aún hoy, alivia (o desmejora) penas de amor y de deseo: Ars amatoria o El arte de amar, rotundos consejos para enamorar y ser amado. Quizás para que le creyeran, tuvo tres esposas. Pero al emperador César Augusto no le gustaron los versos. ¿Celos? ¿Envidia? ¿Politiquería? Sin mucho trámite lo desterró a Tomis, a orillas del Mar Negro, donde el narizón Ovidio vivió hasta su muerte en el año 18 d. C. Si uno quiere revivir las peripecias de aquel exilio, puede leer Lejos de Roma, entretenida y fina novela de Pablo Montoya Campuzano publicada en 2008.
** Body copy. “Sí, era con los viajes cuando los dulces recuerdos del pasado (y también los más tristes) se agitaban en algún rincón de su quietud inconsciente, y caldeaban la sangre, caldeaban el corazón, caldeaban siquiera algo en aquel frío y ansioso núcleo que inspiraba gran parte de la fiebre norteamericana”
Norman Mailer. Los ejércitos de la noche. New York, 1968.
[email protected]
Ser reiterativo muchas veces sirve para que a los problemas se les dé la relevancia que requieren. Es necesario insistir en determinados temas, repetir hasta la saciedad para que las soluciones aparezcan. En esta ocasión volveré a tratar el problema que en materia de movilidad padece nuestra ciudad.
Dijimos en un artículo anterior que la peor ciudad del país en cuanto a movilidad vehicular es Medellín, con una velocidad promedio de 20 kms por hora, mientras que en Bogotá es de 23 kms/hora y en Cali de 30 kms/hora. Los resultados los confrontamos con los de las principales ciudades del mundo y encontramos que estamos por debajo del promedio.
Hemos dicho que es importante que la administración municipal ponga entre sus prioridades, además de la solución al flagelo de la inseguridad, verdaderas soluciones al caos en el tránsito que se vive en nuestra ciudad, y muy especialmente al desastroso manejo que se le ha dado a la movilidad en la comuna de El Poblado.
Es indudable que las personas de este sector de Medellín ya no aguantan más. Resulta inaudito que en varias ocasiones, para recorrer la Transversal Inferior desde Las Palmas hasta la loma de El Campestre, podamos demorarnos hasta una hora. La Avenida El Poblado ya no da abasto; cruzar la calle 10 desde la Autopista hasta la loma de El Tesoro puede tomar más de 30 minutos. Los casos se presentan por doquier e, insisto, las alternativas por parte de la Alcaldía y la Secretaría de Movilidad no se ven aún. Claro que la respuesta que vamos a recibir es que con las obras que se adelantan por valorización, como los intercambios viales, van a arreglar el problema vial de la comuna.
Me darán la razón seguramente cuando el caos continúe y en el futuro encontremos situaciones similares de congestión vehicular a la que hoy padecemos con el puente sobre la calle 4 Sur. Como decía el exconcejal Arturo Bustamante (q.e.p.d), “con estas soluciones lo que hacemos es pasar el taco para más adelante”.
El Poblado necesita opciones viales de gran envergadura y no pañitos de agua tibia con la construcción de algunos intercambios viales. Las soluciones que se requieren pueden tener un costo político alto, como la ampliación de la Avenida El Poblado, la ampliación de las transversales, la construcción de la Circunvalar Oriental y la terminación de las paralelas a la quebrada La Presidenta, suprimidas por la construcción de un bello parque que le obstruyó la salida al barrio Patio Bonito. También hay que sincronizar mejor los semáforos y ubicar más guardas de tránsito que ayuden a que el tráfico fluya mejor en las horas pico, que estén más pendientes de propiciar una mejor circulación y no tanto del pico y placa.
Cada año la situación se va a poner peor. La administración municipal, además de pensar en proyectos viales para el Río Medellín –que no son tan urgentes–, debe plantear drásticas medidas que permitan terminar con los eternos tacos a los que todos los días se enfrentan los medellinenses y que ya sobrepasan el umbral de la tolerancia.
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/ Etcétera. Adriana Mejía
Sigo con Medellín. Intensa, a lo mejor. Pero es que la ciudad que nos da la comida y nos presta abrigo, a todos nos debería interesar; se lo debemos. A mí me obsesiona por épocas. Ahora estoy en un pico alto, gracias a los papeles arrumados que me rodean. Además está el Foro Urbano Mundial que se realizará aquí, en pocas semanas. Mejor dicho, Medellín para rato. De ahí, estos extractos de textos recién encontrados:
Fidel Correa (revista Claridad, 1930), escribe, entre otras cosillas: “El pasear por la ciudad en las horas de la noche causa verdadero pánico; no se ve una sala iluminada, ni se oye tocar un piano, ni se ve una animada tertulia… Para invitar a un amigo a nuestra casa ostentamos un lujo desmedido y tratamos de deslumbrar a nuestros invitados y por eso forzosamente tales invitaciones tienen que ser menos frecuentes… Tenemos un temperamento hosco que nos priva del don de ser amables, una pereza de ser atentos con los demás que después de todo resulta hasta incómoda” (ese tal ambiente monacal, no era asunto de percepción; cualquier crónica de la época lo resalta. Pero, cómo han pasado los años, cantaría el cronista si reviviera. ¡El ruido nos está dejando sordos!, don Fidel; estudios hay que lo demuestran. Lo de la hosquedad –se me ocurre que es grosería en lenguaje diplomático- sí que es proverbial, no así la desatención con los demás, al menos no hoy; aunque, si la duda persiste, favor consultar opiniones de turistas para resolverla. En cuanto a lo de la ostentación, si bien siempre la ha habido y la habrá –por ahí andan sueltos hijos de papi, nuevos ricos, mafiosos, etcétera–, no es la norma general en esta sociedad. De pronto en la del altiplano).
Romualdo Gallego publicó una novela muy diciente desde el título, La pródiga avaricia (1925): “Los cien mil antioqueños que en esta ciudad moran, viven satisfechos y hasta orgullosos de tener la mayor catedral de América Latina, el teatro más hermoso de la América Latina, un ascensor para subir a un edificio de cuatro pisos, un gabinete antropométrico, un carrusel, y el mejor café suave del mundo” (sí que le faltó tiempo a Romualdo –nombre le sobró– para añadir a su lista: la mejor esquina de América, la más educada, la más violenta –como decían en la década del noventa–, la del capo más buscado –por esos mismos años–, la más, la más, para lo bueno y para lo malo. Blablá, la gran obsesión).
Horacio Franco, en Un testimonio y un mensaje (1963), anotaba: “El sentido del humor del antioqueño es esporádico y se concreta a reducido número de ejemplares, en los que se suman todas las corrientes colectivas. Y lo que más extraña es que a veces, casi siempre, se encuentra ese sentido del humor, ese magnífico florecimiento de la ironía en hombres sin ninguna cultura, en analfabetos sin disciplina alguna…” (párrafo que sirve de antesala al desfile de personajes típicos de entonces: Cosiaca, Guineo, Marañas y vaya uno a saber cuántos apodos más. Solo que ese “magnífico florecimiento de la ironía”, era producto de la falta de cordura de los “ejemplares” escogidos, lo cual no tendría por qué haber sido motivo de celebración. Aparte, el argumento de que el sentido del humor es “esporádico” entre nosotros, resulta ser una afirmación deleznable. Sobre todo porque esa publicación es muy reciente en términos históricos y ya, para entonces, debería vislumbrarse la cantera de grandes humoristas nacionales que se gestaba en este Valle de Aburrá).
Etcétera: Cada registro, cada concepto, cada descripción –todos, subjetivos- es una huella que ha ido dejando el paso del tiempo en el rostro de esta ciudad tan excesiva. De estos y de muchos otros cronistas hay una recopilación muy completa de Fabio Botero, publicada por la Universidad de Antioquia: Cien años de la vida de Medellín.
Jesús Cárdenas, Avenida El Poblado con el Campestre
“Dicen que no podemos estar aquí por estar al lado del club de los ricos. ¿Sí me entiende?, cómo van a permitir un montón de vendedores aquí, pero dos semáforos más allá sí dan permiso”, comenta Juan Carlos Trujillo, quien vende copias de películas, entre las 9 am y las 6 pm, al frente del Club Campestre, en el cruce de semáforos sobre la Avenida El Poblado.
Este tramo en los alrededores del Campestre es uno de los más críticos en cuanto a proliferación de ventas informales, según lo manifestó José Fernando Álvarez, de la Mesa Ambiental, en la edición 561 de Vivir en El Poblado. También expresaron inconformidad los residentes de ese sector, así como de Ciudad del Río, por la que consideran una ocupación inadecuada del espacio público.
Semáforo de la Avenida El Poblado con la loma del Campestre
Pero, ¿qué dicen algunos de esos vendedores sobre la apropiación que hacen del espacio?
Con Juan Carlos trabajan otros cinco compañeros que se mueven cada día, de arriba a abajo, en el separador de la vía, frente al Campestre, de acuerdo con el ritmo del semáforo. Después de los 10 y hasta 20 años que llevan allí, el sol ya no “aporrea tan duro”, el hollín les quedó pegado en la piel y los frenos y pitos son sonidos llevaderos.
Luis Carlos Cavadía, en Ciudad del Río
“¿Por qué aquí?… ah, porque mi papá me traía desde chiquito a camellar. Esto era una finca, lo de allá otra finca”, cuenta Alexander Pulgarín (chacero móvil) mientras señala los grandes edificios que se alzan alrededor. En ese ir y venir, interrumpe José Luis Saldarriaga (vendedor de accesorios de celular): “En una empresa no nos pagan lo que nos ganamos acá. Uno se puede ganar hasta 80 mil pesos diarios. No me gusta tener un patrón que le diga a uno ‘lo voy a echar, que esta empresa es mía’”.
Están con ellos el de las hostias, el de las rejillas para baños y el maromero. “Aquí no dejamos meter a nadie más. Si ve un desconocido, la Policía nos dice que ya son muchos”, agrega José Luis. -¿Y por qué se les relaciona con la inseguridad en el sector?, preguntamos. “Eso dicen, que los vendedores ambulantes están trabajando con los ladrones, que tin, y no, ¡cómo nos vamos a poner en esas con la gente que nos colabora!”, responde Alexander. “Al contrario, si nos ven a muchos ahí, no roban. Ellos aprovechan los trancones porque supuestamente por aquí pasa la gente más acaudalada”, agrega Juan Carlos. Sin embargo, admiten que en este sector sí ha habido casos de robos.
Manejar los propios horarios, no depender de un jefe, no pagar un arriendo o impuestos, son las ventajas que ven quienes se acostumbran a la calle, por eso las ofertas de empleo no son tentadoras. Don Jesús Cárdenas, quien tiene su puesto fijo hace cuatro años sobre esta vía y asegura tener permiso de la Subsecretaría de Espacio Público, tuvo en el Centro de Medellín un restaurante, una cafetería, un bar, pero ninguno le funcionó. Él, como otros chaceros, viene de otra zona de la ciudad; ellos se vuelven conocidos entre los vecinos, cuentan con la amabilidad de alguien que les guarda el “carrito” o la mercancía, y tienen clientela. Sus clientes más asiduos vienen de las oficinas y en un día también pueden atender hasta 60 taxistas. -¿Le ha tocado pagar por un espacio? “No, no, esto es un permiso que uno logra con Espacio Público”, reitera don Jesús.
Cristian Montoya, “El Marra”, en Ciudad del Río
Las ventas en Ciudad del Río
Entre tanto, a Ciudad del Río y su parque lineal cada vez llegan más comerciantes informales con pequeños carros o con chazas, aunque no tengan permiso para ello. Hoy, alrededor de 20 permanecen en este espacio y unos 80 rotan los fines de semana; allí llegan furgonetas con comidas rápidas, y jóvenes que encuentran en la venta de productos elaborados por ellos mismos una posibilidad de emprendimiento. Es el caso de Cristian Montoya, un surfista y skate conocido como “el Marra”, quien financia su deporte con la venta de limonadas de cereza en una bicicleta. Hace pocas semanas llegó de representar a Colombia en un campeonato de surfing en Perú. Así mismo, varios conocen a Willy Brown, un chico que vende brownies y chocolates, algunos de ellos con cannabis a petición de sus compradores. También expende una crema que creó con dicha planta y que, asegura, sirve para todo tipo de dolores.
La preocupación que expresan los habitantes de Ciudad del Río tiene que ver con la indisciplina social, el daño ambiental, la afectación a la estética del entorno y la inseguridad que genera el no control por parte del Municipio de un espacio que se supone es para el disfrute de todos.
Semáforo de la Avenida El Poblado con loma del Campestre
Para varios residentes es absurdo que muchos niños del barrio ya prefieran jugar en las porterías que salir al parque, pues tanto a ellos como a sus familias los intimida la presencia de personas que están consumiendo permanentemente sustancias ilícitas y de jíbaros que las distribuyen, a veces camufladas en otro tipo de ventas.
Luis Carlos, quien tiene una chaza y vende cervezas micheladas, se defiende: “Si el Alcalde me dice que me cobra por estar acá, yo le pago. No dan los permisos y tampoco dejan trabajar. Uno como pobre viene a rebuscarse la comida”. A Luis Carlos le han retenido el carro seis veces y admite tener otros tres. Aunque reconoce que en ocasiones existe rivalidad entre los mismos vendedores, señala que en Ciudad del Río no se alquilan espacios en forma ilegal, como algunos temen.
Otro vendedor informal de Ciudad del Río, cuyo nombre omitimos por motivos obvios, dice sobre la venta de marihuana y otras sustancias ilícitas: “Aquí el vicio es un problema. Ya pusieron venta. ¿Si las mismas autoridades y patrulleros saben dónde lo venden, por qué no van y atacan las casas venteras en vez de venirnos a atacar a los que nos estamos rebuscando la comida honradamente? ¿Por qué no podemos vender una cerveza, trabajar acá?”.
Otro vendedor vecino, expresa: “La droga hoy en día la trabajan los grandes, no los pequeños. Si a usted lo ven vendiendo algo, le van pegando la pela o desapareciendo. Si algunos lo hacen, tienen una chacita mal surtida, lo mismo que los que roban, pero por eso no pueden referirse a todos”.
Willy Brown, en Ciudad del Río
¿Qué dice la Alcaldía?
Según la Subsecretaría de Espacio Público, en la Avenida El Poblado, Ciudad del Río y La Aguacatala hay 45 comerciantes regulados, con su permiso al día. La cifra puede ser mayor puesto que varios de ellos no han solicitado la revalidación del permiso o un nuevo carné.
“Desde finales del mandato de Alonso Salazar los permisos quedaron congelados. Estamos mirando cómo se va a regular el uso del espacio a partir del POT, que es la norma máxima por la que nos debemos regir, para ver como van a quedar los diferentes territorios”, afirma la subsecretaria de Espacio Público, Irma Lucía Ramírez.
La funcionaria admite que durante diciembre se disminuyó el personal operativo en lugares como Ciudad del Río debido a que la instrucción de la administración municipal era concentrarse en el Centro de Medellín. Este año, sin embargo, se retomaron los controles. “De lunes a sábado (en Ciudad del Río) contamos con un servicio con 10 gestores operativos, y en febrero realizamos 14 retenciones de elementos como carros de cerveza y comidas rápidas. Trabajamos articulados con las secretarías de Salud y Convivencia, haciendo el control a los vendedores informales. Desarrollamos el tema de pedagogía desde el área social para no hacer sólo un trabajo de choque con ellos”.
Con respecto a la ciclovía de la Avenida El Poblado, informa que desde el domingo 16 de marzo –luego de la publicación de varias quejas en Vivir en El Poblado– a las 6 am iniciaron operativos para controlar la ocupación indebida del espacio público. “Con recorridos constantes sobre la carrera 43 A, desde La Frontera hasta la calle 30, se ejerció control de ventas informales y verificación de permisos, despejando los andenes y corredores de la ciclovía”. En estos operativos se hicieron seis retenciones de puestos de ventas.
Según cifras de la Subsecretaría, desde octubre de 2013 hasta finales de febrero de 2014 en El Poblado se realizaron 193 operativos de control y la retención de 766 elementos de ventas informales.
Entrevista a la subsecretaria de Espacio Público, Irma Lucía Ramírez
¿Qué opciones ofrece la Alcaldía a los vendedores informales que encuentran más beneficios en la calle?
Tenemos que ofrecer a los vendedores una opción de trabajo, porque en el momento en que los sacamos del espacio público vulneramos ese derecho. Se les ofrecen capacitaciones en asocio con los Cedezos y el Punto de Intermediación laboral (PIL) para que puedan acceder al mercado laboral, talleres de sensibilización laboral y la oferta educativa del Sena, Buen Comienzo y la Fundación EPM.
¿Y si no quieren aceptar, porque consideran que les va mejor trabajando independientes en la calle?
La Constitución no nos permite retener a nadie para que esté en las capacitaciones. Presentamos la oferta institucional que tenemos para que se vinculen a nuestros programas sociales como Medellín Solidaria, desde la Secretaría de Desarrollo Económico. Hemos tratado de hacer esto en corresponsabilidad. No es solo la administración municipal, sino con los privados, la comunidad y una participación activa de esos venteros irregulares.
Hay una población adulto mayor que ya no es empleado por el comercio formal. Con ellos estamos trabajando con la Secretaría de Inclusión Social para ver realmente su vulnerabilidad.
Tenemos otra población entre los 18 y 45 años, se les convoca desde el área social y se les hace una sensibilización y se les dice las oportunidades que existen.
¿Qué se está haciendo para ejercer control del espacio público?
Estamos trabajando desde la Vicealcaldía de Gestión Territorial en el tema de pedagogía desde el área social para no llegar a hacer un trabajo de choque, únicamente con la retención con los camiones. Así como tenemos población desplazada y vulnerable que necesita salir al espacio público para subsistir, hay también personas que subcontratan a personas para vender. Le hemos pedido a la comunidad que nos apoye porque los defensores de Espacio Público han sido objeto de agresión.
Vamos a empezar una campaña para que la comunidad nos acompañe y apoye la labor, que es recuperar el espacio público para que los peatones puedan moverse libremente y de una manera segura. Estamos mirando desde las diferentes secretarías cómo vamos a reorganizar las normas sobre el espacio público a partir del nuevo POT, que es la máxima en la que nos debemos regir.
A partir de enero de este año entró a regir el Artículo 7 Decreto 1684 de 2013, que tiene que ver con las carretillas y el cobro por el bodegaje. Ese cobro era insignificante y en este momento se ha endurecido. Esto los ha golpeado porque es menos estimulante ir a sacar los elementos que han sido retenidos.
Pero se hacen los operativos y de nuevo se saca el carro, se convierte en una multa continua y un círculo vicioso. ¿Cuál sería entonces la solución?
El problema de venteros irregulares en las calles es un problema de 30 años. No podemos pretender que en cinco meses (lo que lleva la subsecretaria en ese puesto) o en cuatros años la administracion vaya a saldar una deuda que tiene con el espacio público. Tenemos que volver a normatizar. Sin tener las normas no podemos sacar a la gente.
Ellos tienen que seguir trabajando. Mientras que se vuelve a dar una nueva regulación y se vuelven a permitir espacios. ¿Qué opciones tienen?
El Punto de Intermediación Laboral (PIL). Y estamos haciendo un diagnóstico preguntando por qué la persona está en el espacio público, si es por darle estudio a sus hijos. Mucha gente no conoce la oferta institucional que tenemos con la Fundación EPM.
¿Y si la gente que lleva más de 20 años en el espacio público, como los que trabajan en los semáforos y su opción no es adherirse a ninguno de estos planes?
El tema de los semáforos lo ha trabajado muy bien la gerente de El Poblado, la doctora Astrid Velásquez. Ella ha venido trabajando en un proyecto de la Secretaría de Cultura con los malabaristas. Nosotros hemos mirado cómo esa labor se puede tomar desde el punto de vista pedagógico. En definitiva, es entrar a cambiar parte de la norma.
Algunos residentes afirman que se están alquilando espacios ¿Qué puede decir de esto?
Las secretarías de Gobierno y Seguridad han venido trabajado articuladamente. El doctor Iván Darío Sánchez ha estado al frente con la gerente territorial de El Poblado para atender los requerimientos de los habitantes de El Poblado.
Ustedes hablan de articulación pero la apreciación de los habitantes es otra. Dicen que a veces está presente una dependencia, pero no está la otra.
Cada ocho días hay una programación de dónde vamos a estar. Parte de esta no se informa a la comunidad ni a los periodistas debido a los operativos. Incluso nosotros mismos no sabemos cuándo van a ser para que la gente no esté avisada de que vamos a ir. En cualquier momento se disponen los defensores para determinado punto.
Precisamente algunos residentes dicen que pareciera como si en el interior hubiera informantes, pues casualmente cuando se hacen las operativos, no hay nadie
A raíz de eso, de las diferentes quejas y que hemos llegado y que no hay nadie, hemos cerrado el círculo de quienes toman las decisiones. Coordinamos con la Policía, las secretarías de Gobierno y Seguridad y los operativos están en cabeza de, máximo, tres personas.
¿Qué pasa con esos vendedores que tienen más de un carro?
Si los denuncian nos harían un gran favor. Para nosotros como Estado es muy difícil tener esa información. Si nos hacen la denuncia, que puede ser anónima, nosotros procedemos a hacer el trabajo previo de mirar si esa persona es regulada y tiene carnet o, si no lo tiene, entramos a hacer la parte operativa.
Anteriormente hablaba de un trabajo pedagógico ¿En qué consiste?
A los 320 gestores que tenemos de espacio público de la ciudad hemos venido capacitándolos desde las Vicealcaldía de Gestión Territorial, en el tema de manejo de residuos sólidos, en el uso del espacio público, en la oferta a través del área social, porque hay que empezar desde la cultura ciudadana. Primero al ventero se le decía córrase de ahí y se subía la mercancía a un carro y la gente no entendía. Ahora el defensor le explica al ventero por qué no puede estar ahí.
También hacemos control con los comerciantes regulados que ya tienen un módulo. Cuando infringen la norma se les hace una visita y si continúan con el desorden, se entra con inspecciones y con las móviles a recoger.
¿Cuál sería su espacio público ideal?
Eso no lo hemos preguntado desde la Administración Municipal. No podemos pretender tener un espacio público sin venteros ambulantes, eso hace parte de la cultura de nosotros, desde los pueblos en las plazas principales. Es mirar cómo están ellos ahí de una manera organizada en donde las ventas formales e informales puedan estar en el mismo espacio, que es lo que se ve en en grandes ciudades y países desarrollados como Francia y Estados Unidos. También es mirar cómo ese ventero ambulante lo vinculamos al sistema institucional de vivienda, salud, educación… pensando siempre en el ejercicio de la corresponsabilidad, es decir que ellos se hagan responsables de su propio desarrollo, con el apoyo del sector privado y la comunidad. El espacio público, como su nombre lo dice, es de todos.
/ Carolina Zuleta
Las emociones que sentimos con más frecuencia determinan la calidad de nuestras vidas. Por ejemplo, si la mayor parte del tiempo estamos bravos, con miedo o rabia la calidad de nuestra vida no es tan buena. Por el contrario, si experimentamos felicidad, gratitud, alegría y amor con más frecuencia podemos decir que tenemos una calidad de vida muy buena. Entonces, ¿qué podemos hacer para experimentar más sentimientos positivos en nuestro día a día?
Según Tony Robbins, la manera como nos sentimos depende de tres cosas:
1. Nuestro cuerpo: incluye nuestra postura, como nos movemos, sentamos, respiramos. Saber que tu cuerpo influye en cómo te sientes es una herramienta muy poderosa, pues cuando observas que te estás sintiendo como no deseas, puedes moverte de una forma que te ayude a salir del estado emocional en el que te encuentras. Uno de los momentos en que más utilizo esta herramienta es en las mañanas cuando me siento cansada. Sé que si permito que mi cuerpo se mueva lentamente y si arrastro los pies me voy a sentir aún más cansada; por el contrario, si pongo una música que me gusta y empiezo a bailar mientras me baño, inmediatamente me siento con energía. Al principio, tomar una postura diferente a lo que se está sintiendo se percibe muy raro e inclusive falso, pero si lo sigues haciendo tu cuerpo hace que tus sentimientos cambien.
2. Nuestro enfoque: es decir, en lo que ponemos nuestra atención. Por años hemos oído sobre ver el vaso medio lleno o medio vacío. Y esta frase, aunque suena cliché, es muy cierta. Si nuestra atención está en lo que no tenemos, en lo que hemos fracasado, en lo que a los demás no les gusta de nosotros, entonces nos vamos a sentir tristes, con rabia o deprimidos. Pero si nuestro enfoque está en dar gracias, en ver cada situación de la vida como un regalo y en disfrutar de las cosas chiquitas, nos vamos a sentir mucho mejor. Una gran manera de cambiar el enfoque es teniendo un diario de gratitud.
3. Nuestro lenguaje: constantemente tenemos una conversación interna y las palabras que utilizamos en esa conversación afectan como nos sentimos. Por ejemplo, si las preguntas que te haces son: ¿por qué me sucede esto a mí?, ¿por qué soy tan boba?, ¿por qué nunca puedo perder peso?, probablemente no te vas a sentir tan bien. Si, por el contrario, te haces preguntas como: ¿qué puedo aprender de esta situación?, ¿cómo puedo amarme aún más en este momento?, ¿qué puedo hacer que me acerque a mi meta de perder peso?, la calidad de tus emociones es mejor.
Te invito a que revises cómo tu postura, tu enfoque y tu lenguaje están afectando tus emociones, y si no te estás sintiendo como deseas, haz cambios en estas tres áreas.
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Mientras en el terreno la empresa de demoliciones Atila continúa con el desmonte de las losas que quedaron suspendidas luego de la implosión de la torre 5 de Space, en los estrados judiciales el tiempo corre más lento. Así, a cinco meses y medio de que colapsara la torre 6 de la edificación y ocasionara la muerte de 12 personas, aún el fiscal 80 de la Unidad de Vida de la Fiscalía General de la Nación no ha fijado fechas para interrogar al ingeniero Jorge de Jesús Aristizábal; a la ingeniera directora de obra, María Cecilia Posada; a la excuradora segunda de Medellín, Eliney Francis; al curador segundo de Medellín, Carlos Alberto Ruiz, y a Pablo Villegas, representante legal de Lérida CDO. Según el ente acusador, luego de recolectar nuevas pruebas técnicas tras la implosión, podrían ser citadas otras personas además de las cinco que ya recibieron notificación.
Esto, casi un mes después de que el vicefiscal, Jorge Perdomo, informara que “la investigación avanza de forma muy rápida luego de la creación del Grupo de Tareas Especiales” e hiciera énfasis en que en este caso “tendremos que obtener algunos resultados en materia penal porque hay unos homicidios culposos o dolosos por los que alguien tiene que responder”.
Con nervios de acero
Entre tanto, cinco personas que llegaron a Medellín procedentes de Cali, lugar de domicilio de Atila Ingeniería, trabajan en el sitio de la tragedia en el desmonte de las losas a través de microimplosiones y mediante oxicorte, una técnica para cortar metales con un soplete que utiliza la mezcla de oxígeno y acetileno.
El Departamento Administrativo para la Gestión del Riesgo de Desastres (Dagrd) está a la espera de que se cumpla el plazo definitivo (el 24 de marzo), para hacer revisión del procedimiento y del estado de las demás estructuras.
Sin embargo, a juzgar por el panorama del miércoles 19 de marzo ofrecía la otrora unidad residencial Space, parece improbable que se logre cumplir con el plazo dado por la Alcaldía para desmontar las losas colgantes y retirar los escombros de la zona. Varios obreros desprendían pedazos de concreto en las diferentes plantas de las torres 5 y 4, evidenciando unos nervios más fuertes que la estructura en la que se movían. En la torre 4 se apreciaban huecos en las paredes, al parecer abiertos para que los trabajadores pudieran pasar a los restos de la 5 para hacer su labor. Al enterarse de esto, algunos propietarios de la fase 4 expresaron inconformidad, por cuanto, aseguran, no fueron informados sobre la apertura de estos boquetes en sus apartamentos.
Al ver parados a los obreros en la estructura semidestruida, algunos trabajadores que hacían el reparcheo de la Transversal Superior (en el lugar donde se hizo el cerramiento, después de la tragedia) interrumpieron su trabajo y manifestaron su temor por el aparente peligro que corrían los que estaban en Space.
A la espera
En cuanto a las familias damnificadas, al cierre de esta edición (miércoles 19, a las 6 pm) 79 familias propietarias de los apartamentos de las torres 1, 2, 3 y 4 de Space, se encontraban reunidas con representantes de la constructora Lérida CDO, con la que esperaban alcanzar un acuerdo económico definitivo, de manera que puedan restituir sus patrimonios. Santiago Uribe, vocero de los damnificados, dijo que los resultados de esta reunión sólo podrían conocerse el jueves 20 de marzo, pues existe un acuerdo de confidencialidad entre las partes que les impide divulgar previamente los alcances de la negociación.
Cabe recordar que para principios de abril, la Alcaldía espera recibir la evaluación y recomendación de la Universidad de los Andes sobre las torres 1, 2 3 y 4 de Space y sobre el estado de Continental Towers y Asensi, unidades residenciales construidas también por Lérida CDO S.A. en El Poblado.
El 2014 es un año especial para hablar de la ciudad, de Medellín específicamente. No solo se está ad portas de la realización del Séptimo Foro Urbano Mundial (abril 5 al 11) –con cerca de 25 mil personas inscritas de distintos países–, sino que se espera contar a mediados del año con un nuevo Plan de Ordenamiento Territorial, hoy en proceso de socialización. De este POT será eje central el Proyecto Parque del Río, “el más importante de la historia de Medellín”, según la administración municipal.
Parque del Río “será el alma del POT”, como advierte el director de Planeación, Jorge Pérez, y representará un cambio en los conceptos de vida, hábitat y ciudad. Y precisamente en este contexto y en los albores del proyecto de intervención y renovación urbana alrededor del río –con el que se pretende conectar la ciudad en términos de movilidad y espacio público–, es donde adquiere sentido la próxima exposición fotográfica de la sala abierta del Mamm: Reflejos del Río Medellín, con la cual empezamos un nuevo ciclo de portadas en esta edición de Vivir en El Poblado.
La muestra será inaugurada el jueves 27 de marzo y permanecerá hasta el 6 de julio en los alrededores del Museo de Arte Moderno (Mamm), en Ciudad del Río, para el disfrute de todos, pero también para la toma de consciencia.
A partir de imágenes en blanco y negro del río Medellín, tomadas a principios y mediados del siglo 20 por fotógrafos de la talla de Melitón Rodríguez, Horacio Gil Ochoa, Gabriel Carvajal, Francisco Mejía, Carlos Amortegui y Manuel Lalinde, fotógrafos de hoy como Karin Richter, Alejandro Arango, Juan Ricardo Ramírez, Camilo Restrepo, Camila Botero y Julián Roldán hacen distintas interpretaciones. Los retratos antiguos del río adquieren pues un nuevo significado, gracias a la mirada e intereses de los jóvenes fotógrafos, residentes en Medellín. Imágenes que son arte, no inconexo sino ligado a la ciudad, a lo que esta fue, a lo que ha sido y a lo que será. Dos conceptos –arte y ciudad– en los que siempre ha creído Vivir en El Poblado.
Esta exposición, que tiene la curaduría, edición y diseño gráfico de Mesa Editores y Taller Estándar, en alianza con la EDU, toma relevancia en momentos en que el río vuelve a tener protagonismo. Como dicen sus organizadores, la exposición “solo pretende arrojar imágenes que nos lleven a pensar en cómo usar el río Medellín de modos más vitales y apropiados, y dejar al mismo tiempo que esta entidad natural y artificial, de apariencia a veces muerta y aislada, adquiera un grado de juventud propio, una segunda vida”.
El vicealcalde de Ciencia, Tecnología e Innovación, Desarrollo Económico, Internacionalización y Alianzas Público-Privadas, Luis Felipe Hoyos, anunció desde Moscú el nombramiento oficial de Medellín como sede del Congreso Global de Emprendimiento 2016.
En el evento -un encuentro interdisciplinario de líderes de diversos países para la creación de empresas, interesados en compartir ideas sobre las mejores prácticas para ayudar a jóvenes empresarios a crecer en sus regiones- participarán delegados de más de 130 países y más de 4.000 asistentes.
La delegación que acompañó al vicealcalde a la capital rusa para el Congreso Global de Emprendimiento 2014, y que compitió con países como México, Australia, Alemania y Qatar, estuvo conformada Juan Camilo Quintero, director de Ruta N; Patricia Fuel, directora del Parque del Emprendimiento; Diana Milena Arango, gerente general del Medellín Convention & Visitors Bureau; y el rector de la Universidad de Antioquia Alberto Uribe.
Tomás Mejía, secretario de Desarrollo Económico de Medellín, considera que este nombramiento se debe a la consolidación de plataformas institucionales y ecosistemas de emprendimiento en la ciudad a través de una continuidad en las política públicas de los últimos 10 años. Políticas que favorecen la cultura de empresarismo “y han trascendido tres administraciones: las de Sergio Fajardo, Alonso Salazar y Aníbal Gaviria, creando una dinámica importante de atracción de inversión”, dijo el funcionario.
Frente a las expectativas para Medellín al convertirse en sede del Congreso, el secretario afirmó que es una oportunidad para mostrarle al mundo, no solo qué tanto y cómo ha cambiado la ciudad, sino cómo el emprendimiento es un factor clave en la reducción de la pobreza y en el mejoramiento de la calidad de vida de los ciudadanos.
En la noche del martes 18, el alcalde de Medellín, Aníbal Gaviria; el director de Ruta N, Juan Camilo Quintero, y el rector de la U de A, Alberto Uribe, se adelantaron al pronunciamiento vía Twitter, dándolo como un hecho.
Medellín cuenta los días para que comience el Séptimo Foro Urbano Mundial, también llamado WUF (World Urban Forum).
Para Ricardo José Arango, gerente del Comité Local Organizador del evento, esta será la oportunidad para que los visitantes conozcan a Medellín tal cual es. “Una de las cosas que queremos es que los participantes no estén como en una urna de cristal, sino que salgan a vivir la ciudad, que tomen un taxi, que se monten al metro, que salgan espontáneamente y visiten el Centro, que vivan la ciudad como es; no pretendemos adornar a Medellín porque esta ciudad, como cualquier otra del mundo, tiene virtudes y temas por mejorar”, dice.
Visitantes de 130 ciudades del planeta, entre ellos gobiernos nacionales, regionales y locales, organizaciones no gubernamentales y de la sociedad civil, profesionales, instituciones de investigación y universidades, sector privado, instituciones de financiación del desarrollo, fundaciones, medios de comunicación, la Organización de las Naciones Unidas y otras agencias internacionales, debatirán entre el 5 y el 11 de abril el tema principal de la conferencia: Equidad Urbana en el Desarrollo para la Vida.
No es gratuito que Medellín haya sido escogida como sede del Séptimo Foro Urbano Mundial: “Ha sido seleccionada porque tiene una historia, esa historia tiene tres grandes etapas, una etapa de miedo, una en la que renació la esperanza y una etapa en la que buscamos la vida deliberadamente. Esas tres etapas hacen legítimo para el resto del mundo que Medellín sea un laboratorio viviente porque es una ciudad que puede evidenciar el proceso de transformación urbana. Cuando un extranjero viene a Medellín puede encontrar de manera directa procesos de metamorfosis de ciudad”, argumenta Ricardo José Arango.
La importancia del Foro Urbano Mundial radica en que es la Principal Conferencia Mundial en Ciudades (World’s Premier Conference on Cities), la cual que se realiza cada dos años, La última versión de la conferencia se llevó a cabo en Nápoles, Italia, y contó con una asistencia de 8.200 personas.
Según la organización del evento, ” Medellín, como ejemplo internacional de transformación urbana a través del urbanismo social, se convertirá en un ‘laboratorio urbano’ durante los días del WUF7″.
Una fiesta temática, donde los clásicos musicales de la década del 80 fueron los principales protagonistas, se vivió en el bar Rock Café Dalí. El dj en esta concurrida rumba retro fue Camilo Martínez. Vivir en El Poblado estuvo allí registrando en imágenes algunos de los mejores momentos
Isabel Sánchez, Carolina Marín
Juan Miguel Botero
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Laura Nivia
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Mónica Henao, Diego Layos, Laura Gómez
Pablo Andrés Posada
Paulina Estrada
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Pedro Pablo Correa
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Sebastián Ossa, Alejandro Isaza
Susana Estrada, Juliana Jaramillo
Yuly Arboleda, Carla Rúa
Álvaro Arboleda
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Carlos Felipe Ramírez
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Andrés Aramburo, Daniela Arroyave
Camilo Martínez, Alba Cañellas
Carlos Esteban Fernández
Carolina Arango, Álvaro Yepes, Ángela Lalinde
David Soberón
Felipe Isaza
Este año los concejales de Medellín tendrán una gran responsabilidad: la revisión y aprobación del Plan de Ordenamiento Territorial (POT). Jorge Pérez, director de Planeación, indicó que a finales de mayo o principios de junio se radicará el POT ante el Concejo de Medellín.
Entre tanto, líderes cívicos y políticos de la comuna 14 esperan con expectativa el proyecto que marcará una nueva ruta en la ciudad.
Andrés López, presidente de la JAL de El Poblado, espera que las nueve propuestas presentadas por esta corporación a Planeación Municipal y que giran en torno a temas como la protección de las zonas verdes, el uso del suelo, la movilidad en el sector y las zonas mixtas, entre otros, se hayan tenido en cuenta. Sugiere además a la entidad que las nuevas reuniones de socialización con la comunidad sean en horarios que se acomoden a la cotidianidad de la comuna 14. “Hicimos la petición para que estos espacios de socialización sean después de las 6:30 pm”, dice López, pero advierte que esta petición aún no ha sido atendida.
Por su parte Elisa Sánchez, presidente de la corporación cívica Corpoblado, afirma: “Hemos estado participando en las reuniones del POT, pero no hemos tenido retroalimentación”. Entre los temas que, según Corpoblado, plantearon a Planeación pero sobre el que no han tenido respuesta satisfactoria, está el de la movilidad, como lo expresa Elisa Sánchez: “Se evidenció en el Proyecto de Valorización de El Poblado que entidades municipales como el Fonvalmed desconocen el carácter de las vías municipales y metropolitanas, así como el efecto metropolitano de las vías en la ciudad-región, por ejemplo la Avenida 34 como continuación de la Avenida 80 como anillo municipal y como futura vía de acceso al Túnel de Oriente desde el sur y también a la loma de Los Balsos como conexión oriente-occidente”.
Estas y otras propuestas fueron entregadas por las organizaciones de la ciudad en los diferentes espacios de participación a lo largo del 2012 y 2013 para la construcción del POT.
Ahora el proyecto se encuentra en manos de Corantioquia y el Área Metropolitana del Valle de Aburrá, autoridades ambientales que deberán evaluarlo y darle su visto bueno. Una vez ambas entidades lo estudien y lo aprueben, este pasará al Consejo Territorial de Planeación y, por último, al Concejo Municipal que deberá aprobarlo por medio de un acuerdo.
Nuevo tramo de la Carrera 43C
“Excelente para salir del taco de la calle 10 y caer a la casa”, dice Carlos Alzate, habitante del barrio Astorga, sobre el nuevo tramo de vía en la carrera 43 C, entre las calles 8 y 9, en el que era el parqueadero adyacente a La Tienda del Vino.
Lo que le gusta a este residente de El Poblado es que es una vía poco transitada; sin embargo, comerciantes del sector aseguran que desde la apertura del tramo, hace casi tres semanas, han presenciado varias colisiones de vehículos. “Aunque quedaron muy bonitas las nuevas zonas verdes, hemos visto muchos choques porque los carros que bajan por la calle 9 van muy rápido y ahora también los que vienen desde la calle 10 por la 43 C”, dice el administrador de uno de los restaurantes cercanos. “Deberían poner un resalto o un semáforo porque la gente no tiene muy claro quién lleva la vía ahí”.
La vía la llevan los conductores de la carrera 43 C. Los carros que bajan por la calle 9 deben marcar el pare señalizado en el piso. El nuevo tramo es de un solo sentido, norte–sur, desde la calle 6, hasta la calle 9. En este trayecto no hay celdas de parquímetro ni está autorizado el parqueo en ninguno de sus costados.
Cruce de la Carrera 43C con la calle 9
La Secretaría de Infraestructura Física puso en servicio este tramo, con una inversión de más de 5 mil millones de pesos. Se construyeron 1.429 metros cuadrados de espacio público sobre la carrera 43 C, de los cuales 920 metros son nuevas zonas verdes. Las zonas verdes mencionadas fueron denominadas Parque del Silencio, una propuesta acordada entre la comunidad y el Municipio en las reuniones realizadas con el Comité Ciudadano de Obra.
Esta trayecto vial es el último que faltaba de la obra conocida como prolongación de la carrera 43 BCD. Los otros dos tramos complementarios, ya construidos, son la conexión de la carrera 43 CD, entre calles 11 y 11 A, y la conexión de la carrera 43 C, entre la calle 7 y la transversal 6.
Con los tres tramos mencionados se pretende conformar un corredor vial paralelo a la Avenida de El Poblado, entre el Centro Comercial Automotriz y Los Balsos, que sirva para descongestionarla. No obstante, esta continuidad solo será posible cuando se termine la glorieta en la loma de Los Parra con las carreras 43 B y C, a finales de abril. Además quedan faltando obras de adecuación vial en el cruce de la carrera 43 C con la calle 5 y cambios de sentido en el barrio Manila, al lado del Centro de Salud.
Nuevo Parque del Silencio
Desde el domingo en la noche, habitantes de El Poblado vieron los cambios de señalización y semaforización en diferentes sectores para facilitar la movilidad en los cambios viales generados por el inicio de la construcción de otras cuatro obras por Valorización en la comuna 14.
En la mañana del lunes 17 de marzo se implementaron los cambios que habían sido informados por medios de comunicación y socializados en instituciones educativas, centros comerciales y las unidades residenciales más cercanas a cada obra.
Así mismo, se hicieron modificaciones a los recorridos de las rutas de buses 130, 132, 132i, 133ii, 134i, Selección de Elementos operadas por Autobuses El Poblado Laureles, y a la ruta 304, operada por Invetrans.
A pesar de la información dada al público y de que la Secretaría de Movilidad de Medellín dispuso agentes de tránsito y gestores pedagógicos para orientar a los conductores, ciudadanos manifestaron algunas inconformidades a través de redes sociales.
Como medida para facilitar el transporte en la zona sur del Área Metropolitana en medio de la suspensión de servicios del metro, el sistema de transporte opera desde ayer entre las estaciones Envigado, Itagüí, Sabaneta y La Estrella.
Serán 15 días sin metro en el sur del Área Metropolitana, informó el director de Corantioquia, Alejandro González Valencia. Mientras tanto, varias estaciones de este sistema de transporte se vivieron congestiones de personas que intentaban llegar a sus lugares de estudio y de trabajo.
Agregó que el lugar donde se presentó el deslizamiento de tierra, entre las estaciones Ayurá y Envigado, es diferente al que en enero de 2014 también causó el cese de operaciones del metro en el tramo sur.
Corantioquia lleva a cabo acciones con más de 30 personas y maquinaria especial para recuperar los 40 metros de talud en el costado izquierdo del Río Medellín. En este sitio se está removiendo el sedimento y se construye un jarillón de protección para impedir que el río continúe arrastrando la tierra. Así mismo, se está impermeabilizando el talud para evitar que se lave y frenar el desprendimiento de tierra.
Ramiro Márquez, gerente del Metro, le pidió a la comunidad tener mucha comprensión mientras se hace la evaluación de riesgos por parte del Departamento Administrativo de Prevención, Atención y Recuperación de Desastres (Dapard) para poder determinar el reinicio de operaciones.
Área Metropolitana reorganizó las rutas integradas para alimentar los sectores de las cinco estaciones cerradas por la emergencia. El programa EnCicla habilitó 100 bicicletas para usuarios afectados por la suspensión del servicio.
Plan de contingencia presentando por el Metro, Área Metrpolitana, y Secretarías de Tránsito de Medellín y municipios del Sur.
“En los últimos seis meses se han presentado dos hechos bien diferentes en obras civiles que se construyen en nuestro medio.
Empiezo por la más positiva: la desviación del Río Cauca con motivo de la construcción de la Hidroeléctrica Ituango, también conocida como “Pescadero Ituango”. Esta es una obra bien compleja que ha requerido de largos estudios que involucran diferentes especialidades de la ingeniería, tales como hidrología, hidráulica, geología, topografía, medio ambiente, construcción, etcétera. Un proyecto comparable con el de otras centrales hidroeléctricas construidas hace muchos años con récords más que aceptables de funcionamiento y estabilidad, que se adelanta utilizando positivamente para su diseño todo lo aprendido durante muchos años y que enfrenta ahora la desviación de uno de nuestros grandes ríos, para viabilizar la construcción del gran proyecto de generación de energía, el más importante del país a partir de 2018.
Lo más negativo aparece con el derrumbe de la torre seis del emprendimiento conocido como Space, posterior implosión de la torre cinco y los resultados del estudio llevado adelante por la Universidad de Los Andes. A esta experiencia –de acuerdo con las notas de prensa– se estarían sumando otras edificaciones que parecen tener también problemas o situaciones comparables, aunque no con las complejidades de la mencionada.
Estas últimas fallas o situaciones pueden llevar a la sociedad a cuestionar fácilmente la calidad de la ingeniería y las obras que se efectúan en nuestro medio.
Para mí, es preocupante el silencio de las sociedades profesionales y gremiales respecto a manifestarse sobre lo ocurrido, sus causas y sus efectos, y plantear aquellos posibles caminos correctivos para evitar que haya más Spaces en nuestro medio.
Estimo que a ellas les tocaría liderar un camino que garantice a la sociedad que las obras que se construyan de acá en adelante no se derrumben como castillos de naipes y que permanezcan décadas incólumes, tal como han permanecido, durante décadas, las grandes obras de centrales hidroléctricas mencionadas al principio.
Buenos Aires, marzo de 2014”.
“Soy peatón y usuario del transporte público y vivo en La loma de Los Balsos. Las megaobras que están próximas a iniciarse, causarán verdaderos mega atascos.
Me escandaliza ver que más del 80% de los vehículos que ruedan en El Poblado son particulares y lo peor es que el 80% van a mañana, medio día y tarde con un solo pasajero. Qué desperdicio de combustible, qué derroche de lo que esos carrohabientes llaman comodidad, qué toneladas de CO2 le enviamos a la atmósfera de este sufrido planeta. Qué montañerada tan grande la de nosotros los paisas que tenemos que ir a almorzar todos los días a la casa, sin detenernos a pensar en el tiempo que hacemos perder a nuestras empresas. Qué falta de sentido del ahorro: cuánto en desgaste de maquinaria, combustible y mantenimiento del vehículo nos podríamos evitar para aumentar nuestra pensión de retiro. Qué papaya la que damos a los ladrones en cada atasco para que roben celulares, relojes, anillos y bolsos en cada esquina y qué riesgo de accidentalidad el que podríamos disminuir con sólo no ir a almorzar a la casa.
En mis caminatas observo el descaro, la falta de cultura, de cortesía y de solidaridad de muchos dueños de carros particulares (la mayoría señoras encopetadísimas) que a la hora de la salida de los colegios y jardines infantiles que hay por estas lomas, se parquean indolentemente a estorbar el tránsito, mientras sus queridos hijitos salen perezosamente de las aulas. Cómo si no hubiera transporte escolar o no tuvieran con qué pagarlo. Observo cómo los taxistas se están inventando puntos de acopio en cualquier parte, sin que los señores del Tránsito les pongan sus respectivos partes…”.
Sobre mascotas
León Montoya también se refirió al comportamiento de algunos dueños de mascotas:
“Soy permanente caminante de las calles de nuestra comuna y con tristeza he notado lo siguiente: algún tiempo atrás veía a personas que salían a pasear sus perros y dejaban las deposiciones de estos animalitos en los prados, jardines y andenes.
Luego se hizo muy notable y ejemplarizante cuando los dueños de mascotas salían con sus animalitos y en una bolsa plástica recogían los excrementos, anudaban la bolsa y la llevaban hasta la caneca de basura más cercana o posiblemente hasta su casa.
Más tarde observaba yo que detrás de los postes o junto de las cercas a la vera de las calles algunas personas dejaban las bolsitas de excrementos. Estos habitantes de “Antioquia la más educada” empacan el “abono” y lo dejan a disposición de quien quiera utilizarlo o para que los empleados de Empresas Varias lo recojan o, por qué no, para que algún descuidado caminante lo pise y se embarre sus zapatos.
Más tarde llegaron los paseadores de perros y esto se volvió moda. Ya no todos los dueños de mascotas sacan a sus perros, les tienen paseador, cosa que tiene de bueno el hecho de que se ha generado una nueva fuente de empleo.
Lo que ha ocurrido es que las famosas bolsitas de excrementos caninos pululan por todas partes. Indolentemente dejamos tirados los desechos de nuestras queridas mascotas, ensuciando de paso nuestro propio nido y nuestra reputación de ser Medellín La tacita de plata.
Nuestra cultura o educación es solo una pantalla, una conveniencia, algo que exhibimos pero detrás somos indolentes, malos vecinos, ciudadanos descuidados que nos creemos muy cívicos porque pagamos los impuestos para que con ellos le paguen a otros para que recojan nuestras inmundicias.
Medellín será más limpia cuando no sea necesario barrerla tantas veces”.
Cientos de palabras que había recortado de periódicos y revistas las insertaba en una bolsa para mezclarlas y luego lanzarlas al aire. Al caer los pequeños papeles al piso del patio de la casa, los 13 hijos de Luis Arturo Penagos se tiraban al suelo para recoger las que más pudieran y así jugar a formar frases a contra tiempo. Desde ese momento la poesía preguntaba por Ángela a través de juegos, conversaciones y lecturas con su padre. “Lo llamo el filósofo del viento”, dice ella, refiriéndose a Luis Arturo. Con esas mismas palabras tituló un poema que escribió en su memoria muchos años después de haber disfrutado esos juegos en su infancia en Belén. Ahora Ángela vive en el barrio Manila, es madre de dos hombres, abuela de tres niñas, pero, sobre todo, Ángela Penagos Londoño es poeta.
A los juegos de palabras infantiles se sumaron cuentos, tertulias de literatura con los vecinos y obras de teatro en la juventud. Las creaba de principio a fin con algunos de sus hermanos, y aquellos que no participaban le servían de público.
Entre esos juegos de teatro y la escritura de cartas de amor empujadas por las hormonas adolescentes de sus compañeras de clase, empezó a exteriorizar su interés en la escritura y la poesía. En el colegio vio por primera vez que sus palabras podrían sorprender a los lectores. “Una de las monjas de La Presentación nos puso a escribir una carta y yo elegí como personaje narrador a un pato. Ella abrió unos ojos inmensos y vi que había algo interesante. Entendí que la imaginación es poderosa; como decía Santa Teresa de Jesús, es la loca de la casa, y yo he querido despertar esa loca que hay en mí”.
Aunque empezó a trabajar desde muy joven en una empresa de textiles, la literatura la seguía rondando y si hubo alguna duda sobre su destino como poeta quedó aclarada al entrar a sus primeros talleres de escritura creativa en la UPB, en la escuela de filosofía Aluna y en el taller de Ángel Galeano. Los profesores, cuenta Ángela, la incentivaron a cultivar esta pasión a medida que descubrían su talento para publicar.
Su primer libro fue Silencio del mandala. Cuenta que el silencio es importantísimo para un escritor, que debe estar recogido en acallamiento para crear. El mandala, por su parte, es un círculo mágico que puede ser muy sanador, explica la poeta. Por ese libro, publicado en 2008, fue invitada a diferentes eventos en otros países y por ese mismo texto se disparó en ella una hiperactividad creadora y de gestión cultural.
“Me asomo por la cima
de esa gran línea sinuosa
de mujer
de gran madre
tierra surcada
de agua y selva,
y diviso el mar y su morada”.
*Fragmento del poema
Me asomo al misterio
Hoy se ha convertido en una pasión de tiempo completo. Escribe y lee todas las noches, hace ejercicios de escritura todas las mañanas en un diario y aún hace parte del taller Aprendiz de Brujo de Ángel Galeano, grupo con el que ha publicado El Traído, Cuando el río Suena y La palabra se baña en el río. Ha publicado otros dos libros sola, Umbral del Ángel, con testimonios de mujeres en la guerra, y otra selección de sus poemas en Ecos de Marimba. Como si el tiempo no se gastara, también ha sido directora del Encuentro de Mujeres Poetas de Antioquia, desarrolladora de Poemas en la Vía con el Metro de Medellín, fundadora de Poesía por la Paz, cofundadora de Viarte, presidente de la Red de Mujeres Artistas y del Consejo de Cultura de El Poblado.
“La poesía es una diadema de luz que hay que encender. Todos la tenemos”, dice Ángela. Eso, y estar convencida de que en El Poblado hay muchísimos artistas sin descubrir, fue la motivación para una de sus mas recientes vinculaciones culturales: el primer festival y concurso de poesía de El Poblado, Bajo el cielo de Aná, celebrado a finales de febrero de este año.
A futuro vendrán más libros y gestiones culturales. Por lo pronto, para este año, Ángela se le mide a la poesía erótica con una Beca de Creación de la Alcaldía.
/ José Gabriel Baena
Confieso mi creciente incultura, quizá debida a mi repugnancia por las redes sociales, donde están todos mis amigos cada vez más adictos a esa peste mundial, símbolo de la nueva sabiduría. Digo incultura porque no había tenido conocimiento de un libro publicado en España en 2012 y que hallé repentinamente en la sección infantil de la nueva librería Grámmata. Andaba yo buscando una obra que hiciera juego con mi viejo sofá color mostaza quemada, para ponerlo en la mesa de centro de la sala, no lo hallaba, hasta que de pronto lo vi de lejos, resplandeciente como una poma abierta del suroeste, entre La Isla del Tesoro y Precisely so de Kipling: Más español que americano de Jaime Jaramillo Escobar, el más grande de los poetas colombianos junto con León de Greiff. Pero no es un libro nuevo sino una preciosa antología de la vasta obra de X-504, editada en la Colección Poesía de Fulgencio Pimentel –Logroño-. El poeta ha publicado una docena de libros originales pero ha gozado del fervor impreso de otras veinte compilaciones en Colombia, Brasil, España, México, y traducciones propias de otros autores. El prefacio aclara el título, donde X explica su amor por la lengua española pura, que le enseñaron sus mayores predicándole el asunto de “la madre patria”, y en el primer poema resume su pasión. Fragmentos: “Escribir en español es la delicia de las delicias, por su riqueza y flexibilidad… Cantar en español es el placer de los placeres, por su sonoridad y belleza… Amar en español es el encanto de los encantos, por su ternura y expresividad… Secretear en español es el regocijo de los regocijos, por su cadencia y delicadeza… Vivir en español es la suerte de las suertes, por su variedad e intensidad…”. Acerca de morir en español mejor no cito nada.
El libro recoge en sus 200 páginas mis poemas favoritos, los cuales releí juiciosamente y me llevaron a esculcar en mi cada vez más exigua biblioteca hasta encontrar la revistillas de Nadañismo 70, léase Nadaísmo, que Escobar editaba en Bogotá, más los Poemas de la Ofensa completos, los de Tierra Caliente y Sombrero de Ahogado, y sobre todo el sorprendente y siempre venenoso Método fácil y rápido para ser poeta que si se divulgara en decenas de miles de ejemplares en los colegios acabaría con el embeleco de los talleres de poesía, donde nunca se aprende nada que ya no se sepa, a saber, que la poesía no se aprende en los talleres sino en la canciones infantiles, etcétera, aunque lo más misterioso es que el poeta viva de dictar su taller propio desde hace innumerables años chinos. Será porque es un monstruo de otra época, como confiesa en alguna parte. La edición fue hecha a la manera de los libros españoles, argentinos y chilenos que yo devoraba en mi niñez, en fino papel puro y con sobrecubierta y con las firmas de Jaime y de Don Fulgencio. Para no prestárselo a nadie… Terminemos con la pérdida de la “intelligentzia” y cultura contemporáneas que mencioné antes, con estos versos de Convocando el olvido: “Si la inteligencia del hombre no satisface a sabios y científicos, quienes la ponen en duda… yo decido que la cosa no tiene importancia. Mientras tanto ¡cómo estoy de contento! No importa mi inteligencia deficiente. Para dentro de doscientos años espero haber mejorado bastante… Ven, linda, bailemos… Vamos a olvidar…”. [email protected]