



Madeira’s se encuentra en el primer piso del centro comercial La Strada. Abre de lunes a domingos de 12 m a las 10:30 pm (los domingos cierra a las 4 pm). Informes en el 266 4303.
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Liberarnos de la rutina hace el camino más grato, que aligera el peso de lo cotidiano con lo que nos sorprende y además nos regala la alegría
La rutina es como el agua tibia que adormece, aletarga y, al final, mata la vida. Leyendo la respuesta del ángel me encuentro una frase que dice algo así: el hábito es la muerte, es el disimulador, es el engañador, el que siempre está al acecho, es el mentiroso, el que aguarda con sorna… Adormece y mata.
El hábito, la costumbre, todo es insensibilidad, nada se ve porque todo es igual, y las personas y el entorno van despareciendo en una gris interior, en la nada… Adormece y mata. La costumbre adquiere poder sobre nosotros, y su poder dura hasta que no se desenmascara. La rutina es fuerte, es mentirosa, disimula, es tibieza, mediocridad, muerte.La rutina nos pone en automático para todas las actividades de la vida diaria y los placeres que nos despiertan carecen de sentido. La ducha que habla, el vestirse por la derecha que se sugiere, el gusto del desayuno y se está atado a la tecnología que a partir de ahí, busca cada espacio “libre” para conectarnos. Y con la mirada baja termina el día. Y las palabras escasean, el verbo deja de nombrar lo corriente, más aun lo esencial. La rutina, el deber y la obligación son muerte. El miedo precede el error y después emerge el dolor que es el signo de lo que sucede. La enfermedad.
La vida permite salir de la rutina en un instante. Y maravillarnos. El asombro es el mejor remedio contra el gris que se mete en el alma. Osar, buscar lo diferente en lo corriente, es mantener la vida viva. El más mínimo cambio tiene el poder de modificar todo, y de quitarnos el gusto por lo rancio. Un instante de cambio, es un paso a la eternidad, un rayo de luz creador.
Lo sorpresivo que suscitamos o que permitimos nos asombre, es un acto creativo, y hay que alimentarlo para que nos proponga imágenes que abran paso a otras más extrañas, hermosas, y a otras que nos causan temores, las negativas, las que despiertan respuestas.
Con facilidad olvidamos el camino y el camino siempre nos hace sentir el peso de sus ataduras, y lo gris de las tinieblas que la falta de claridad genera. Nos doblega. Liberarnos de la rutina hace el camino más grato, que aligera el peso de lo cotidiano con lo que nos sorprende y además nos regala la alegría.
Adormecer el alma o llegar a la convicción de que la vida se justifica cuando permitimos que emerja el gozo a cada instante con sabor de eternidad y que nuestra compañera sea la alegría.
He estado entre aviones las últimas semanas y he sido terreno poco fértil para el diálogo. Como está pasando mucho en mis adentros, he preferido cerrar los ojos o leer, limitarme a saludos y despedidas enfáticas y cordiales con mis interlocutores potenciales. Pero incluso escapando me he encontrado con ese tipo de charlas que ocurren entre extraños y que a veces son más abiertas que las charlas entre viejos conocidos.
En el tramo entre Ciudad de México y Bogotá –entreviendo el escenario de mi novela selvática– releí La caída, de Camus, y recordé una escena que no ha dejado de impresionarme. Ocurrió hace como tres años, en un vuelo entre Medellín y Bogotá. Yo había pedido un lugar en el pasillo porque me gustaba ir al baño sin practicar gimnasia olímpica. También, lo confieso, porque en ese tiempo creía haber perdido el interés por lo que se podía ver desde la ventanilla de un avión.
Cuando ocupé mi puesto, ya las otras dos sillas estaban ocupadas. A mi lado iba un anciano de bigote, piel curtida y atuendo campesino. Lo saludé, quise escapar a una revista, pero al momento llamó mi atención el revuelo en la otra silla. Una muchacha como de veinte años gritaba emocionada:
–Dios mío, qué dicha –decía–. Vamos a subir hasta esas nubes.
Fue sólo el comienzo. La chica se dedicó a admirar en voz alta el hermoso interior del avión, a alentar con aplausos el despegue de otros aviones. Se volvía al anciano y le hacía saber con gestos y palabras lo feliz que se sentía.
Los aviones están llenos de fanfarrones que presumen de que volar en avión no les parece nada del otro mundo. Muchos torcieron el cuello, indignados o perdonavidas, en dirección a la muchacha. La explosión de entusiasmo sería perdonable en una niña, pero a su edad parecía cruzar el límite del decoro. Me sumé al grupo de los perdonavidas y le pregunté al hombre si para ella era el primer vuelo en avión. Me respondió que sí. Quise seguir con la conversación y le pregunté si era su nieta.
–Es mi esposa –me dijo.
Supe que había metido la pata, que con solo una mirada había juzgado y que mi gesto de sorpresa era una nueva manera de juzgar. En otras circunstancias habría guardado silencio el resto del viaje. Ahora necesitaba hacerme perdonar. La chica pasó el viaje entre exclamaciones y gritos emocionados. Al final del vuelo el hombre y yo éramos amigos. Conocí muchos detalles de su vida como militar. Supe que sentía la cercanía de la muerte, que su esposa era la luz de sus últimos años y que el vuelo en avión era un regalo que ella le había pedido.
Dos cosas me quedaron de aquel viaje. El asombro del vuelo –he vuelto a pedir ventanilla cada vez que viajo– y la necesidad de recordarme que no debo juzgar. La caída, de Camus, es también una charla entre extraños. Tras un encuentro casual en un bar, un hombre le muestra a otro las hipocresías que lo habitan. Al principio la charla parece desvergonzada, pero luego descubrimos que aquella confesión es un espejo en el que se refleja la conciencia del lector. Todo ser humano se mueve por el mundo convencido de que es justo y que sus actos los inspira la bondad. Después de leer esa breve maravilla de Camus es difícil creer en la inocencia que con tanto trabajo nos hemos fabricado.
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Hemos vivido unas semanas turbulentas y las que vienen no serán muy diferentes. La sociedad colombiana está en ebullición a un grado que poco se había visto. La gente detecta y consigue enemigos con mayor facilidad, la gente toma partido de manera impulsiva y agresiva.
Y en buena parte por desconocimiento. Cuando uno sabe poco de un tema, lo despacha fácilmente con dos brochazos, únicamente se está en capacidad de definirlo como blanco o negro, correcto o equivocado, aliado o rival…
Con qué facilidad y certeza el ignorante –o, si se quiere, el no tan bien informado– juzga y condena a quienes tienen actitud diferente sobre algún asunto sensible. Con qué facilidad y certeza los define como enemigos, como el objeto de su odio y venganza.
Aquel que solo ha escuchado y leído lo que afirma una orilla del debate y no conoce, porque no puede o porque no quiere, puntos de vista opuestos, tiene una alta probabilidad de radicalizarse.
Uno de los casos más frecuentes es el de la comunidad LGBTI. Para los heterosexuales es fácil denigrar de ellos, sobre todo cuando se ven a lo lejos, como un grupo abstracto, sin nombres propios. Nosotros, aquí, totalmente buenos. Ellos, allá, totalmente malos. Hay que mantenerlos a distancia y, cada que se pueda, humillarlos.
Pero si en la familia o entre sus amigos cercanos aparece un caso, la cosa puede cambiar. Hay más conocimiento y sensibilidad ante la situación, hay más contexto y matices, del brochazo grueso se pasa a la pincelada fina.
El otrora intransigente puede concluir que son diferentes de lo que creía, que son personas multidimensionales, con mucho qué aprenderles. Empieza a valorar sus derechos y sueños e incluso puede pasar a defenderlos contra la intolerancia e incomprensión de las mayorías ignorantes o insensibles.
Cuando se dio el cierre de la frontera con Venezuela hace un año, cuántas personas del resto del país pusieron por delante su odio y reclamaron de Colombia una respuesta inmediata y fuerte, ojalá militar, para detener el abuso y darle una lección al gobierno del país vecino.
Sin embargo, para el habitante de frontera, la cosa no era tan sencilla, había muchas más cosas en juego, había un conocimiento pleno y por tanto una opinión más matizada. Sus vecinos de frontera tenían rostro, nombre y apellido, había que actuar de manera más controlada y sutil.
Y en cuanto al proceso de paz, no deja de ser llamativo que las comunidades que más han vivido la guerra, las que más víctimas han aportado a lo largo de tantos años, en lugar de ser las que más reclamen venganza, parecen ser las más dispuestas a pasar la página y perdonar a sus antiguos verdugos.
Caeremos en la tentación fácil de afirmar que están equivocadas, atemorizadas, son ingenuas sin remedio, no entienden con quién estamos tratando ¿Les habrán lavado el cerebro o, simplemente, estarán exhaustas?
Vivir en medio de la guerra, como les ha tocado a tantas poblaciones remotas en Colombia, al parecer da una perspectiva diferente a la que tenemos en las ciudades. Es que para muchos de nosotros en El Poblado el conflicto colombiano ha resultado una guerra barata y lejana, como si tuviera lugar en otro país. Tal vez por eso para tantos sea tan fácil despacharla en dos brochazos.
Y si tuviéramos un hijo, hermano o padre en el Ejército, qué pensaríamos? Y si no unos pocos sino muchos de entre nosotros los tuviéramos, ¿cómo cambiaría nuestra sensibilidad? No lo sé. Solo sé que tendríamos una opinión diferente, quizá mucho más prudente y matizada.
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Juan Calzadilla ganó el Premio León de Greiff porque, según sus propias palabras, “ha pasado más de cincuenta años de su vida jugando. Y peor aun, cifra su destino en continuar jugando hasta el final”. En Epitafio presencia su propio entierro y escribe: “En mi entierro iba yo hablando mal de mí mismo / y me moría de la risa. / Enumeraba con los dedos de las manos / cada uno de mis defectos / y hasta me permití delante de la gente / sacar a relucir algunos de mis vicios / como si me confesara en voz alta / y en la vía pública. / Comprendo que esto no es usual en un entierro / ni signo de buen comportamiento. / Un ciudadano cabal, aun estando muerto / – cuando es él el centro de la atención – / debe guardar las apariencias / y cuidar de no exponerse al ridículo”.
Es alto, delgado, de cabellos blancos casi siempre fuera de lugar y mostacho también entrecano por donde se filtran palabras e ideas que se reflejan, escribe Ana Berta López, en la infinita dulzura de su mirada. Lo imagino riendo mientras conversa con sus amigos o mientras escribe los poemas donde juega con el otro, el otro él que no cesa de ver y caminar y pintar y escribir. Entonces su voz suena suave: “Cuando alguien me ordena que / Hable más fuerte, más fuerte / En general lo que quieren decir / Con esto es que hable más alto. / ¿Pero quién puede elevar tanto su / Voz para volverla reconocible en medio / Del bullicio ensordecedor que hacen los / Que compiten por hablar más duro y más / Fuerte?”.
Juan Calzadilla nació en Altagracia de Orituco, en el estado de Guárico, en 1931. Hubiera sido músico, pero no había posibilidad de estudiar música en Altagracia y más bien se graduó en Filosofía y Letras en el Instituto Pedagógico y en la Universidad Central. Dos momentos importantes marcan su poesía y los dos corresponden al ocaso de las dictaduras de Juan Vicente Gómez, en 1936, y Marcos Pérez Jiménez, en 1958. En 1936 después de la muerte del dictador nació Viernes, un grupo de poetas que tuvo como propósito devolver la poesía venezolana, en su publicaciones, al ritmo de otros países del continente como Piedra y Cielo en Colombia. Primeros poemas de Juan Calzadilla fue publicado en 1954 en Ediciones Mar dirigida por Vicente Gerbasi el poeta de mayor proyección del grupo Viernes. Los puntos de encuentro entre Gerbasi y Calzadilla corresponden a esos momentos políticos e históricos. Durante esos años publicó La torre de pájaros y Los herbarios rojos.
El segundo momento vino poco después de la caída de Pérez Jiménez en 1958. Calzadilla hizo parte del Grupo El Techo de la ballena. A partir de este momento su poesía explora el espacio urbano. Durante esos años publica Dictado por la jauría (1962), Malos modales (1965), Las contradicciones sobrenaturales (1967), Ciudadano sin fin (1970), Manual de extraños (1975) y Oh Smog (1977). En Dictado por la Jauría escribe: Me reconozco en mi infancia en mi madurez / en mi muerte en los términos de mi oficio de espectador a quien el muro / endurece para siempre / me reconozco en mi córnea de salamandra furiosa / me reconozco en la selva urbana que me propone una máscara / para dar los buenos días desde una claraboya demasiado alta…
La tercera etapa se inicia con Tácticas de vigía, 1982; y va hasta Aforemas 2004, entre ellos hay no menos de doce libros. La poesía de Calzadilla se centra ahora en la búsqueda de lo minimal, tanto por la forma como por el recuento de los males mínimos: “Cuando el sentido toma la palabra, la forma oye / Cuando la forma toma la palabra, / el sentido huye. / No es la forma lo que corre tras el sentido, / sino todo lo contrario”.
Luis Fernando Calderón dice que para Calzadilla la construcción gramatical es precisa como sus dibujos o sus construcciones gráficas. William Rouge, anota “… Es un maestro que me enseñó a defender mi intención de jugar con el lenguaje y con las imágenes poéticas como fundamento de mi territorio estético…”.
Juan Calzadilla recibirá el premio concedido por el Grupo Argos y sus filiales, la Universidad Eafit y La Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín, durante la Fiesta del Libro entre el 9 y el 18 de septiembre en la Zona norte de Medellín. Espero, en ese momento, conocer de viva voz al poeta.
Foto Juan David Caicedo
Estas consultas de psicología clínica ocupan la mayor parte de su día, y en ocasiones de su noche. En otros momentos asiste a un centro de meditación que tiene hace dos años y atiende un grupo terapéutico.
“Últimamente le he entrado muy fuerte al tema de la meditación. Me parece que no hay una forma mejor de conocer la mente que sentarse a observarla”, explica.
< Juan Sebastián Restrepo
La unión de la meditación y la psicoterapia la encontró cuando estudió Psicoterapia Gestáltica Integrativa. También, de este mismo movimiento, fue director de la Escuela de Gestalt Claudio Naranjo Colombia durante tres años. “Ese límite entre psicoterapia y espiritualidad no queda muy claro, entendiendo esta última como una construcción de sentido, y el único entrenamiento que realmente expande esa necesidad es la meditación. De la mano de la meditación los pacientes aprenden a observarse y conocerse y eso tiene efectos clínicos también”, argumenta Juan Sebastián.
Por eso, considera esta práctica “la medicina definitiva”. Para él, haber obtenido ese conocimiento, así como el de los terapeutas de la escuela Gestalt, le permitió encontrar lo que buscaba cuando entró a estudiar.
“Casi todos los que estudian Psicología lo hacen para resolver sus problemas propios, hasta que se dan cuenta de que no es por ahí. Estudiar como se plantea en Occidente implica sentarse frente a un tablero a escuchar teorías absolutamente desconocidas y repetirlas como una lora. Solamente hasta que encontré reales maestros terapéuticos que me metieron en el ruedo y me confrontaron fue que pude darles cara a mis problemas”.
Para él es esencial estar bien, siendo el terapeuta. Dice al respecto, que estar bien “es haber enfrentado sus demonios, conocer su parte enferma, sus sesgos, sus límites, sus traumas y repeticiones en la vida. En la medida en que un terapeuta encara su propia enfermedad, crece”.
Juan Sebastián vive en Bogotá con su pareja Verónica Orozco y su hija de cuatro años Violeta. Su forma de llevar la vida de psicólogo, por un lado, y de padre y pareja, por el otro, es entendiendo que “no soy el terapeuta de ellas”. “Respeto el gusto y la inclinación de cada una. Me gusta sobre todo estar ahí, no sabérmelas todas, sino asumir una postura más bien humana y humilde, más amorosa”.
También, apunta, es necesario tener un espacio para trabajarse a sí mismo, para desahogarse y enfrentar los planteamientos que se tienen día a día en el trabajo.
“Es importante no ubicarse en el lugar del salvador. Se llega a un punto donde uno entiende que tampoco se puede echar encima los problemas de los pacientes, ni hacerle terapia a la familia. Hay que creer mucho en la humanidad y en la capacidad que cada uno tiene de hacerse responsable de su crecimiento, con las herramientas que yo puedo brindar como terapeuta”, reitera. Agrega que, en su escuela, el tratante debe considerarse y demostrarse tan humano como su paciente.
Lo que impulsó su carrera y la voluntad de atender sus 50 pacientes actuales y crear su centro de meditación es que desde muy joven le interesó trabajar con personas, poniéndose a su servicio. Por eso durante siete años trabajó en psicología social comunitaria, pero también ahora es columnista del periódico Vivir en El Poblado y de la revista Cromos.
“Las columnas son inquietudes, obsesiones, preocupaciones. Siempre mi pregunta es ¿qué es lo que la gente necesita para defender su humanidad, defender el amor y hacerles resistencia a tantas fuerzas sociales que son enfermizas?”. En ellas el psicólogo hace preguntas fundamentales que en su opinión, la humanidad ha dejado de hacerse, frente a la felicidad, por ejemplo.
También trae a reflexión aspectos de la vida que son comunes, pero en su opinión, incorrectos o dignos de análisis. En una de sus columnas, Palabras muertas, publicada el pasado marzo en este periódico, cuestiona el uso de palabras comunes para enfrentar situaciones, pero también para ocultarlas. De ejemplo comenta que lo digno de resaltar se le atribuye al ‘yo’, pero cuando algo incomoda, se dice ‘uno’. En vez de “yo no te amo”, se dice “uno deja de amar”.
“Hay que saber hacer preguntas y no dejársela fácil a la gente, en el sentido de volver a caer en un discurso de la psicología del siglo XXI que son un poco pañitos de agua tibia. Yo busco hacer una lectura de los puntos más ciegos de nuestro pacto social”, explica el psicólogo.
En el futuro, Juan Sebastián espera que sus proyectos actuales crezcan, en especial el centro de meditación. “Ojalá tener una tierrita en las afueras de Bogotá, y tener más retiros y más opciones para meditar”, dice. Sin embargo, se define como no muy obsesionado por los objetivos, sino que más bien trata de mantenerse y crecer.
“Para mí lo más importante es encontrar más amor cada vez, dar más amor cada vez. A mí me gustan dos cosas en la vida: conocer y amar. Espero seguir por ahí. Quisiera tener siempre el coraje para estar ahí haciendo el trabajo que mi alma me requiera, sin hacerme el pendejo y sin distraerme de lo verdaderamente importante”.
Juan Sebastián Restrepo es el próximo invitado a los conversatorios del centro comercial Santafé y Vivir en El Poblado. Su intervención se llamará Las nueve pasiones, una mirada a los males del alma, y será el 25 de agosto a las 6:30 pm. en el centro comercial. Es con entrada libre.
El 11 de junio de 1961 fue un día trascendental en la vida de Hernán Medina Calderón. Ese domingo, alrededor de las dos de la tarde, terminó en estadio El Campín de Bogotá la undécima Vuelta a Colombia en Bicicleta. El ganador fue Rubén Darío Gómez “El tigrillo de Pereira”. Por cuarta vez consecutiva Hernán Medina Calderón subía al podio de los ganadores, era subcampeón como en 1958 y 1959. En 1960, “El príncipe estudiante” como lo llamó Carlos Arturo Rueda, el famoso narrador radial, se había coronado campeón; y también lo hubiera sido en 1957, el año de su debut en la Vuelta, si el equipo de Antioquia no se retira en señal de protesta por una decisión de las directivas.
Aquel año Hernán Medina era líder de la carrera con cerca de un cuarto de hora sobre el español José Gómez del Moral, segundo en la clasificación general y, a la postre, ganador de la Vuelta.Cuatro participaciones, cuatro podios, un palmarés envidiable para cualquier deportista y seguramente un futuro promisorio en el deporte; sin embargo, Hernán Medina, un hombre con la claridad de un proyecto de vida definido aun desde esos años de juventud, tenía veintitrés, se bajó de la bicicleta al concluir la etapa Girardot Bogotá en El Campín y dijo que haría lo que se había propuesto hacer desde siempre, terminar la carrera de Ingeniería Mecánica en la Universidad Pontificia Bolivariana y no volvería a competir. Una decisión trascendental para un hombre que ahora con el paso de los años dice, “a mí, me hizo la bicicleta”.
La bicicleta para Hernán Medina fue quizá lo mismo que para todos los muchachos de ese Medellín pueblerino de los años cincuenta. El medio de locomoción para ir de la casa al colegio, hacer mandados o ir hasta el Bosque de la Independencia de paseo los fines de semana. Una de sus primeras bicicletas fue de turismo, marca Raleigh muy buena, muy fina, pero pesada; después tuvo una Humber igual a la anterior; pero cuando consiguió una Monark de carreras en almacenes La Primavera y se presentó la posibilidad de participar en los juegos intercolegiados en representación del Liceo de la Universidad de Antioquia, donde estudiaba bachillerato, empezó, dice, “a montar en bicicleta”.Con esa frase inició la que podríamos llamar la primera parte de su vida. Conoció a los importantes de ciclismo nacional que ya habían corrido vueltas a Colombia e incluso habían ganado varias como Ramón Hoyos, y entre todos ellos conoció un hombre que fue importante en aquellos años, Julio Arrastía Bricca, un argentino que llegó a Colombia como ciclista, se quedó como entrenador, lo vio correr con otros muchachos en las calles alrededor del estadio Atanasio Girardot y le insistió para que compitiera.
Medina tenía claro que su objetivo era estudiar, en su casa, doña Judith, su madre, insistía en el estudio, “lo demás viene por añadidura” decía, recuerda ahora Hernán. Pero Arrastía insistía. Hasta que un día dijo sí voy a correr. Y corrió. Y desde las primeras competencias ganó, le ganó varias veces a Ramón Hoyos, el héroe del momento a quien respetaba, pero en la carrera los dos iban en bicicleta y había que competir.
Pero también había que estudiar y en la casa doña Judith y don José, su padre, insistían en la importancia del estudio y fue quizá por eso, porque se le notaba o porque cada vez que podía decía que su objetivo era estudiar, Carlos Arturo Rueda desde su “transmóvil”, en la Vuelta de 1958 cuando iba adelante subiendo al Alto de La Línea, lo llamó “El príncipe estudiante”. Y así se quedó y como “Príncipe” ganó también una Vuelta a Guatemala y representó a Colombia en los Juegos Olímpicos de Roma en 1960.
Hernán Medina Calderón fue “El príncipe estudiante” para todos los colombianos hasta aquel domingo de junio en El Campín de Bogotá, cuando dijo, ya no va más, ahora sí a estudiar y empezó la segunda parte de su vida, que podríamos llamar la segunda etapa, también con subidas y bajadas, con premios de montaña, con dificultades y satisfacciones.
Me encontré con Hernán Medina Calderón en su casa de El Poblado en Medellín. Desde su balcón se ve la ciudad de hoy, tan distinta a la de su época de ciclista. Me habla de los años después del ciclismo, de cómo trabajó quince en Cervecería Unión y después veintiocho en su empresa de Transportes. Ahora está retirado, cumplirá pronto ochenta años. Pero conversando con él me doy cuenta de que uno no se retira de lo que le gusta, Hernán Medina sigue montando en bicicleta, dos o tres veces por semana y después de nuestro encuentro irá a una reunión a la empresa porque le gusta su trabajo, estudia y está al corriente de los avances de la tecnología. Le pregunto por los ciclistas de hoy. “No tienen complejos, son aguerridos. A nosotros nos tocó la época de los caminos destapados, todo iba más lento y teníamos tiempo para corregir. Los ciclistas de hoy no se pueden desconcentrar ni un segundo”.
Hernán Medina Calderón es una gloria del ciclismo nacional y cumple ochenta años. Felicitaciones…
Aunque los expertos aseguran que solo se ha explorado un 30 por ciento del potencial que podría tener el lugar, han encontrado en una profundidad que va entre los 50 centímetros y el metro cuarenta vasijas elaboradas en barro con el estilo de marrón inciso que data entre unos mil quinientos y dos mil años antes del presente. Sin embargo lo más valioso encontrado en el lugar es un “sitio para el tratamiento del cuerpo”, asegura Godoy, quien recuerda que antes se habían encontrado vasijas con restos óseos, pero nunca “el lugar donde se cremaban los cuerpos, eso nos muestra una parte de la cadena que no habíamos visto antes”.
Los huesos hallados tienen marcas particulares y un reducido tamaño en forma circular que es muestra fehaciente que el hueso fue expuesto al fuego aún con tejidos blandos, por lo que lo único que queda de los mismos es el depósito de calcio. No descartan que en el lugar también haya restos de animales que les podría dar nociones sobre la importancia y el valor simbólico que esa comunidad le daba a la fauna.
En cuanto a las urnas crematorias, los antropólogos tienen como hipótesis de que el lugar fue sellado, pues después de un último evento se depositaron “con mucho cuidado” otras vasijas que según Diez pudieron tener una connotación particular, dada su elaboración especial. Diez adelanta que han encontrado 20 vasijas desde pequeñas hasta de gran tamaño en forma subglobular, zoomorfa y fitomorfa.
La sorpresa mayor podría venir de lo que se encuentre al interior de las vasijas. Entre las que se han examinado preliminarmente aseguran los expertos han encontrado macrorrestos botánicos como un carbón al parecer correspondiente al tronco de una palma, frutos y hasta una posible hoja de coca que sería la evidencia de similitudes en sus rituales con otras comunidades indígenas que aún perduran. Igualmente podrían hallarse otras piezas que brillen sobre la historia de ese asentamiento.
“Acá estamos indagando a un sitio arqueológico y rescatando elementos que son analizables. Después en laboratorio la vamos a terminar de analizar y a obtener más respuestas”, aseguran Diez y Godoy, quienes esperan el apoyo necesario para continuar con las labores que les permitan identificar científicamente aspectos como si esos asentamientos se dedicaban a la minería, orfebrería o cómo eran las ofrendas a la madre tierra sus rituales fundacionales o sobre la muerte.
En el 30% explorado en la etapa de campo a la fecha se han invertido unos 100 millones de pesos, pero advierte Diez que “faltan la etapa de laboratorio y otros análisis especializados, la restauración de las piezas y buscar cómo se le va a llevar este hallazgo a la gente de una forma amena y que garantice su conservación”.
“Es un sitio único con evidencias y contextos únicos”, plantea Godoy quien opina que no se tendría que justificar la verdadera importancia de tal hallazgo, que por sí mismo muestra su magnitud no sólo para los arqueólogos sino para quienes viven en el Valle de Aburrá.
“Es una oportunidad de abrir una ventana al pasado”, dice, e igual reconoce que mucha de esa historia quedará enterrada debido al crecimiento urbano, pues ese mismo asentamiento se pudo extender un poco más de donde está actualmente la calle 10.
Por Daniel Palacio Tamayo y José Fernando Serna
<< Zoraida Gaviria. Foto archivo Vivir en El Poblado
La directora de la especialización en Gestión y Procesos Urbanos de la Escuela de Ingeniería de Antioquia, Zoraida Gaviria, asegura que tal situación empieza a generar “una cantidad impresionante de conflictos. Alguien piensa salir de una urbanización y no puede, por lo que vendría un policía acostado o un paletero y eso ya no la haría una carretera ni una calle, sino un eje rizado”, advierte la experta.
Según el Departamento Administrativo de Planeación de Envigado en ese sector hay actualmente unas 1.029 viviendas en las que residen cerca de 3.300 personas. Sin embargo, la autoridad estima que el crecimiento urbano durante los próximos años esté cercano al 4 por ciento. Ahora bien, se estima que cada hogar del sector tiene en promedio 1,47 vehículos, cifra que “crece a medida que aumenta el estrato socioeconómico de los residentes en el sector”.
Juan Carlos Franco, analista de movilidad y columnista de Vivir en El Poblado aseguró en una reciente publicación “¡Uno solo de estos proyectos contempla 486 apartamentos! Más decenas de casas en estrechos y empinados lotes. Y muchos locales. Y al frente, otro centro comercial enorme…”. Para Franco el crecimiento urbano, el valor de la tierra y la falta de previsión harán casi imposible o “ridiculamente costoso” construir una doble calzada por la variante a Palmas.
“Hay normas pero no hay planeación”, afirma Gaviria quien agrega que los problemas que se avecinan no se circunscriben únicamente a los relacionadas con la movilidad, sino también con el suministro de servicios públicos como acueducto y alcantarillado. Al respecto, Fabio Ríos, director de Masora, organización que reúne a los dirigentes del Oriente antioqueño, anunció que próximamente harán un pronunciamiento “sobre la adjudicación de licencias urbanísticas en ese corredor vial, inclusive en zonas en las que se tienen dificultades para acueducto y otras necesidades básicas como la movilidad, que ha traído Medellín a nuestra región”.
En ese sector están ubicadas las veredas El Vallano, Perico, Pantanillo y Palmas, que tiene según el POT del municipio de Envigado un umbral máximo de urbanización del 31.76% equivalente a la suma del suelo donde se puede edificar. Para Gaviria el sector tiene un atractivo porque la gente quiere vivir en el campo, pero ese mismo auge está matando sus propios atributos más cuando vivir en una urbanización de esas implica la dependencia del automóvil que con el alto flujo vehicular se traduce en mayores tiempos de desplazamiento.
La experta en planeación urbana de la EIA advierte que “será muy pronto que este caos sea absolutamente insoportable” por lo que se empezarán a reclamar acciones por parte de los nuevos habitantes de este sector limítrofe entre Envigado, Rionegro y Medellín que estarían conformando un nuevo estrato alto migrante y podría ir segregando a los campesinos de la zona que se ven presionados a salir por el alto valor del suelo. Es decir, explica Gaviria, “no quiere decir que haya que estigmatizarlo, sino que están ubicados en un territorio que no se planificó y que sigue dependiendo de Medellín”. Por su parte, Planeación del municipio de Envigado afirmó que la responsabilidad del otorgamiento de las licencias en la localidad recae exclusivamente sobre la curadurías urbanas.
Carlos Mario Restrepo, presidente de la Junta de Acción Comunal de Pantanillo aseguró que sus vecinos de la vereda han sido campesinos de toda la vida y que tienen actividades económicas, culturales y familiares en el oriente antioqueño, por lo que cree que la presión inmobiliaria es preocupante para su arraigo con la tierra. Aunque el líder comunitario también resalta aspectos positivos como el cambio del peaje hacia el punto conocido como la Posada de Posada, lo que significa para ellos mayor facilidad para el transporte hacia la centralidad del municipio, además de las alternativas que significa para ellos que la zona se convierta en un polo de desarrollo, pues “se van a generar nuevas actividades eco turísticas y comerciales en las que ya hay campesinos trabajando”.
Sin embargo, la cuota amarga para Restrepo está en los casos de robos en viviendas y ganado que se han presentado a raíz de que el número de población flotante que llega a esos proyectos urbanos se ha incrementado y con ello la inseguridad. En veredas como Pantanillo, los habitantes acostumbraban a dejar la puerta de su casa abierta mientras adelantaban otras actividades, pero ahora con mayor tránsito de personas desconocidas y otros casos que los han puesto en alerta, aseguran que ya no pueden dormir con la misma tranquilidad.
Para Gaviria y Ríos, obras como el traslado del peaje y la construcción del Túnel de Oriente han generado una plusvalía importante sobre estas tierras de las que se han beneficiado particulares ya que los municipios aún no han cobrado este tributo, pues es un hecho por ejemplo que una hectárea de tierra antes del peaje vale mucho más que una después del mismo. Igual sucede con las propiedades que estarán cerca del Túnel que permitirá conectar al Valle de Aburrá y San Nicolás en menos de 20 minutos.
La experta recomienda como alternativa desde la planificación que los municipios se organicen entre ellos y trabajen de la mano con el sector privado, para que estos “se acojan a una propuesta de un crecimiento ordenado y el negocio siga siendo rentable”, pero que se tenga un proceso de urbanización que cuide el medio ambiente, tenga acceso a los servicios públicos y vías de acceso óptimas.
Por Daniel Palacio Tamayo
“La comunidad está maniatada”, asegura Mario Bertieri, uno de los vecinos, quien agrega que en esa obra no se han hecho sentir para buscar los responsables de un proyecto que tuvo un costo inicial de 46 mil millones de pesos y actualmente vale unos 165 mil millones.
Beatriz Arango, también vecina del sector en la Capital, apenas suspira y dice “ay Dios” al escuchar la situación del deprimido de Los Balsos con la Inferior, en Medellín, donde, como en Bogotá, la Alcaldía tuvo que cambiar de contratista, hubo problemas con la localización de redes y daños en estructuras de viviendas cercanas. La habitante de la capital asegura que “hay que insistir sin miedo de denunciar las cosas, siempre y cuando estén bien sustentadas”, dice.
Comisión en el Concejo Municipal
Regresando al caso de Medellín, vecinos de Los Balsos con la Inferior y concejales de la ciudad participaron en una comisión en la que funcionarios del Municipio anunciaron que para finales de agosto se podrían reanudar las obras de reparación de las fallas estructurales en el túnel que fueron detectadas en la parte final del proceso constructivo. Según estimaciones previas, las nuevas obras tardarían unas 8 semanas.
Luz Marina López, Secretaria de Infraestructura, afirmó que tras conocerse los resultados del estudio de la Universidad de Medellín, contratado por la Alcaldía con el fin de identificar el origen de las fallas que derivaron en los problemas estructurales del túnel de la Inferior y proponer una solución, el contratista Gisaico y la interventoría hicieron unas reclamaciones, que serán escuchadas “para tener en su contexto toda la información”.
Igualmente la secretaría López anunció que espera el informe definitivo y aclaratorio de los consultores para avanzar con las reclamaciones a los presuntos responsables de las anomalías en el proyecto. Según adelantó la funcionaria, la Empresa de Desarrollo Urbano, entidad con la que Fonvalmed firmó un convenio para agilizar la contratación, tiene adelantadas las gestiones para que sea “una empresa reconocida la que haga la reparación”, que tendría un valor cercano a los 2 mil millones de pesos.
Por su parte, Luz María Múnera, concejal citante de la comisión, aseguró que es necesario poner en conocimiento de los entes de control las deficiencias que ha presentado, entre los que se enumeran problemas estructurales y daños en las viviendas cercanas que no estarían cubiertas por las pólizas.
El término, derivado del “not in my back yard”, “no en mi patio”, se popularizó en los 80 y califica a ciudadanos que preocupados por presuntos o posibles daños o perjuicios económicos a su propiedad o por riesgos medioambientales dicen “fuera de aquí”.
Carvalho abre el tema por lo vivido en Parques del Río, pero esta ciudad ya tiene su cola en los “fuera de aquí”: la ampliación de la 34, obra clave de la Valorización, el metroplús de Envigado y, una década atrás, el proyecto de teatro de la Filarmónica entre Los Balsos y Los González, rechazado por “ruido, parqueo, vendedores de chicles y ladrones”.
Al nimby poco se le escapa: ni una transversal entre la Inferior y la 43A, en El Poblado, donde la ciudadanía pide más vías; ni un sistema de transporte masivo, que descargaría de buses la 43A; ni un proyecto de música de alta factura. Por vías similares se truncó la Obra 500.
Por supuesto, y en especial en los proyectos públicos y los manejos habituales del Municipio, las obras no suelen ser un modelo de eficiencia, calidad o rigor, pero el estilo nimby va a extremos.
Ve en equipamientos, infraestructuras o servicios, factores de incomodidad, peligro o desagrado, sin medir el efecto general, por ejemplo congestionar el sistema judicial y llevar obras públicas casi terminadas a una marea de despachos, funcionarios y escritorios; un nimby dice no, “aquí no”, y no ofrece soluciones; o, así como dice no, también quiere decidir el dónde sí, sin bases financieras, técnicas o catastrales. Para sumar, encuentra como aliados a abogados que traducen las acciones populares en oportunidad de negocio. Viven de eso.
Al decir “aquí no” y apoyados por el sistema toman volumen, cuando en realidad son voces, valiosas, necesarias, pero al fin y al cabo voces que no hallan contrapeso en ciudadanos que entienden el valor de los proyectos sin prejuicios y no se animan a expresar “sí, aquí sí”.
En cada nimby, explicable en el miedo de unos pocos al cambio y el anhelo de perpetuar paisajes y una presunta comodidad, no están bien medidos los intereses particular y general frente al desarrollo de una ciudad. Entretanto, ¿tiene peso la voz de los yimbi, los que dicen “yes in my back yard”? ¿Se quieren hacer escuchar y alguien los quiere escuchar?
Por Laura Montoya Carvajal
Desde mayo de este año el gobernador de Antioquia, Luis Pérez Gutiérrez, había manifestado su voluntad de instalar allí tres proyectos de su administración: la Universidad Digital, la Gerencia para la Paz y la Empresa de desarrollo agropecuario, que funcionarían gracias a un comodato con el Fondo.
Alan Jara Urzola, director nacional de la Unidad para las Atención y Reparación Integral a las Víctimas, manifestó el 21 de julio en una reunión con el gobernador que buscarían “concertar desde el punto de vista jurídico un convenio que le dé ese predio, que comprende más de 30.000 metros, a la Gobernación, para que pueda adelantar allí este proyecto y a cambio de ello las víctimas puedan recibir educación”, refiriéndose al programa de Universidad Digital, que se espere beneficie a 200.000 estudiantes de todo el departamento.
Según Jorge Mario Alzate, director en Antioquia de la Unidad, si bien se están realizando las consultas respectivas para considerar esta opción, se decidió contratar un avalúo del canon de arrendamiento y ubicar un cartel para recibir propuestas de posibles interesados, esto para de nuevo percibir recursos del predio que mensualmente requiere gastos de administración en mantenimiento, servicios públicos y vigilancia que vienen del Gobierno.
“Si bien hay una intención, esta no se ha formalizado, no se ha firmado todavía un comodato frente al proyecto que ellos estaban planteando. El de la universidad es un proyecto que no es de corto plazo, porque implicaría demoler lo que hay allá y edificar”, dijo, y aseguró que la entidad departamental está interesada en que el bien les fuera entregado de manera definitiva para realizar allí estas construcciones.
Según el director departamental de la Unidad, Montecasino tiene “limitaciones con el Plan de Ordenamiento Territorial para construir”. Agregó además que el predio, avaluado en 40 mil millones de pesos, tiene restricciones en este sentido si es entregado en comodato, y que no podrá ser extinguido definitivamente hasta que la Sala de Justicia y Paz de Medellín no emita una sentencia de uno de los integrantes del clan Castaño.
Alzate enfatizó en que “todas las opciones están dadas”, tanto la de formalizar un acuerdo con la gobernación o recibir otra institución. Concluyó que “el destino final de estos bienes es monetizarlos cuando ya haya habido extinción de dominio para indemnizar a las víctimas, en este caso las de las AUC”.
Por Daniel Palacio Tamayo
Daniel Carvalho, urbanista, residente del sector y concejal de Medellín, asegura que si bien el barrio sigue siendo un buen vividero y ejemplo de cómo se debe desarrollar la ciudad, hay problemas que se deben atender para que no se conviertan en caos.
Una de las preocupaciones que atiende una comisión especial del Concejo de Medellín es la relacionada con los problemas de movilidad y el estacionamiento. De allí, asegura Carvalho, han salido propuestas como instalar parquímetros en el sector. “Igual la gente se está parqueando en cualquier parte y quienes cobran son informales, lo mejor es que sea el Municipio quien diga dónde y cobre por eso”.
Las autoridades aseguran que hacen controles constantes en la zona. Como ejemplo, señalan que entre enero y julio 17 de 2016 sorprendieron a 958 conductores mal estacionados. En operativos inmovilizaron 492 vehículos. Sin embargo, no es raro encontrar motos y carros estacionados en la vía de ingreso al parque lineal justo en el costado donde están las señales de prohibido. De ser sorprendidos por la autoridad, estas personas tendrán que pagar una multa que ronda los 344.000 pesos.
Luis Guillermo Mejía, líder de control de la Secretaría de Movilidad, recomienda a quienes lleguen en vehículo particular, utilizar los estacionamientos formales como los del Museo de Arte Moderno y de las clínicas que funcionan en la zona. Sin embargo, Carvalho asegura que estos lugares están subutilizados, pues cuando más afluencia de público hay en el parque, los estacionamientos están cerrados, por lo que se buscan acercamientos con sus administradores para coordinar horarios.
Entre las 5 mil personas que viven en el sector, se encuentra Jaime Monsalve, quien advierte que con la entrega de un par de nuevas urbanizaciones la situación de movilidad se puede complicar, a la vez que propone nuevas alternativas de movilidad como las salidas del barrio por la calle 17 y 24 hacia la Regional.
Monsalve y Carvalho piden mayor presencia del Municipio, no sólo con grúas sino también con pedagogía.
Este skatepark único nació como un sueño que presentaron algunos habitantes del sector a través del Presupuesto Participativo de la Comuna 15 (Guayabal), con la ayuda de Inder Medellín.
Y esta vez el sueño se verá cumplido en una ceremonia que contará con la participación del alcalde de la ciudad, Federico Gutiérrez, y director Inder Alcaldía de Medellín, Juan David Valderrama.
La Secretaría de Movilidad presentó un informe sobre la circulación de vehículos en El Poblado, donde se evidencia una mayoría de particulares, con un 43,8%, seguido por los buses y por las motos con un 17,9% y un 11,9%, respectivamente.
El número de vehículos que transitan en El Poblado es mayor a 719.600, según el estudio de Origen y Destino realizado en el 2012. Al respecto la concejala Múnera expresó su inconformidad porque no se tienen estudios más actualizados. Según ella, “se está planificando una ciudad sin tener datos actualizados y sin ninguna información técnica que sirva de soporte”.
Luz Marina López, secretaria de Infraestructura, expresó que a su despacho le corresponden dos obras de Valorización, la de la Inferior con los Balsos y la de la Superior con Los Balsos, y sobre la primera aseguró que ha sido la que más dolores de cabeza le ha generado a la comunidad y a la Secretaría, y que por eso se busca contratar una firma de gran prestigio para terminar el proceso. “Esperamos que a finales de agosto estemos comenzando la reparación del túnel de la Inferior con Los Balsos”, expresó la funcionaria.
César Augusto Giraldo, director de Fonvalmed, además de informar que desde 2014 se han recaudado más de 238 mil millones de pesos, expresó frente a los daños en la estructura de las viviendas de la parcelación Surabaya, que se han visto afectadas por la construcción de la obra de la Inferior con Los Balsos, que los propietarios de las 20 casas afectadas recibirán una orientación jurídica para los reclamos pertinentes. Dijo, no habrá necesidad de que otro patólogo indique que los daños fueron causados por las obras de Valorización, porque así se estableció el año anterior.
Como vocero de la comunidad, Alfonso Vergara, director de Dignidad Colombia, expuso que el mal estudio de suelos hecho en la Inferior con Los Balsos, el inconveniente legal que existe alrededor del predio del casino San Fernando y la depuración de la zona arbórea de la comuna 14 son tres de los mayores problemas que aquejan a los habitantes de El Poblado, los cuales, según él, necesitan una solución pronta.
Para encontrarles una salida a los inconvenientes, la concejala Luz María Múnera invitó a las diferentes secretarías a crear una mesa de trabajo, que labore de manera conjunta con la comunidad. Esta comisión extraordinaria durará el tiempo que dure la construcción de los proyectos de valorización.
La próxima sesión se hará dentro de veinte días con el reto de pasar de la palabra a la acción, porque como expuso la concejala “esta comisión será importante si logramos tratar tema por tema para poder empezar a dar soluciones, porque si no se toman medidas esta comisión no tendrá sentido”.
La enorme propiedad de 27 mil metros cuadrados y que hasta el año anterior fue la sede del canal Telemedellín está a disposición para quien la quiera tomar en comodato ante su responsable, la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas.
“El Fondo de Reparación tiene como su principal objetivo administrar estos bienes y recibir ese dinero. Este está desde diciembre desocupado y cada mes la administración del bien vale”, dijo Jorge Mario Alzate, director de la Unidad.
Desde hace más de una semana fue instalado un aviso de arriendo en la reja exterior sobre la avenida El Poblado, pese a que en reiteradas ocasiones el gobernador de Antioquia, Luis Pérez Gutiérrez, ha dicho que este bien podría ser utilizado para la Gerencia de paz, la universidad virtual y la empresa agrícola del departamento.
En este sentido, Alzate precisó que el interés de la Gobernación ha sido explícito, pero su intención es en un proyecto a largo plazo y “que implicaría demoler todo lo que hay allá, hacer unos edificios y construcciones, y como son bienes que son entregados en comodato tienen una restricción del uso. Hasta que eso se defina mal haría la Gobernación en invertir esos recursos”.
Por el momento no se ha definido el monto del alquiler para esta propiedad y se está a la espera que resulte algún interesado para definir el canon de arrendamiento con la Lonja.
Este predio fue entregado por la Fiscalía General de la Nación a la Unidad para la Atención a las Víctimas en 2015 para el proceso de reparación. El inmueble está avaluado en más de 17 mil millones de pesos.
El corte que realizará EPM para reparar una fuga de agua se hará entre las 8:00 p.m. y las 4:00 a.m. en 12 barrios de la localidad del sur del Valle de Aburrá.
Los sectores afectados serán: La Pradera (Envigado), Uribe Ángel, El Esmeraldal, La Sebastiana, La Inmaculada, Loma de Las Brujas, El Chingui, Loma del Atravesado, Zúñiga, San Lucas, Las Orquídeas y Alto de Misael. También las instalaciones del Consumo, Éxito y Bancolombia ubicadas en la zona.
El próximo martes 23 de agosto, a las 11:30 a. m., se celebrará en el colegio la ceremonia de premiación, en la que se harán presentes los altos ejecutivos de la Universidad de Cambridge y del British Council.
La primera autoridad del departamento hizo un recorrido y encontró un avance significativo en la obra que unirá el Valle de Aburrá con el de San Nicolás, a través de una excavación de 8 kilómetros.
“Con un trabajo intenso por parte de la Gobernación de Antioquia y los contratistas avanzamos las obras del Túnel de Oriente dificultando el desarrolló de las obras fueron solucionados con las máquinas robot, en las que ha medida que se va abriendo el túnel va sellando las grietas, explicó a través de un comunicado la Gobernación de Antioquia.
De acuerdo con la Concesión Túnel Aburrá-Oriente en su sitio web, al 26 de julio de 2016, se habían perforado 2.793 metros en sus portales oriental y occidental, que representan un 34,06 por ciento de ejecución.
Otro de los aspectos que destacó la Gobernación es que gracias al impuesto del derecho a la accesibilidad de los viajeros, el túnel quedó completamente financiado y así se garantizó su ejecución a tiempo y sin retrasos.
“Estamos felices porque no sólo es un sistema de movilidad casi que revolucionario, sino también porque estamos generando un gran liderazgo en todo lo relacionado con ingeniería para este país que nos ayuda a avanzar en las obras, pero principalmente con el cuidado del medio ambiente”, agregó Pérez Gutiérrez.
Hay Bulldog de Francia y hay Bulldog de Inglaterra, y mientras en los dos países debaten sobre el origen de la raza y sostienen que la suya es la original, al menos con base en los rasgos físicos podría hablarse de dos animales distintos: el Bouledogue, el francés, mide unos 30 centímetros y pesa entre 8 y 14 kilos; el inglés mide hasta 40 y su peso ronda los 25. Aún más, el primero en promedio vive 12 años, tres más que el segundo.
En lo que sí hay similitudes es en esa rara belleza que los caracteriza. La cara es chata, cuadrada y arrugada; la nariz tiene ventanas bien abiertas; los incisivos inferiores van delante de los superiores; los ojos son grandes y saltones, además tiene las llamadas orejas de murciélago.
Bien puede ser de color atigrado, una mezcla de pelos negros y rojos en todos los tonos y algo de blanco en el pecho y la cabeza, o caille, es decir blanco con manchas atigradas.
Origen | Desciende del Molosoide de Epiro, del Molosoide del Imperio Romano, del Alano de la Edad Media y del Dogo de Francia. |
Edad | Como raza consolidada existe desde finales del siglo XIX. |
Debate | En opinión de los ingleses no es más que la miniatura de su Bulldog, proveniente del Pugnax britaniae, conseguida con el aporte de otras razas. |
Nombre | Le enseñaron a ser un animal de combate; peleaba contra perros, pero también contra toros. Bulldog podría traducirse como perro toro, o bien perro torero. |
Relación con los perros | Poco interesado. |
Aptitudes | Compañía y guardián. |
Vivo en San José de Costa Rica y soy el fundador de una ONG llamada Movete por tu ciudad (www.moveteportuciudad.com), cuyo principal objetivo es generar conciencia entre los ciudadanos sobre temas de movilidad, urbanismo y calidad de vida en la ciudad. Son incontables las veces que he citado en nuestros posts los logros tangibles de la ciudad de Medellín y llegó a ser, hasta cierto punto, un modelo a seguir. Ir a Medellín se vuelve como un aprendizaje de cómo hacer mejor ciudad, pero al vivirlo constantemente, los paisas no lo perciben.
Medellín estaba de fiesta y era evidente, el Nacional estaba a un paso de coronarse campeón continental y todos estábamos ansiosos por conocer el resultado de ida. Lo que a veces los habitantes de esta bella villa olvidan es que esta ciudad siempre está de fiesta, o por lo menos siempre está viva y llena de movimiento. El hecho de que la comuna 14 El Poblado sea un espacio tan densamente poblado genera un fenómeno cultural que probablemente no veamos en ningún otro lugar. Aquí, el peatón es nuevamente el rey del espacio, y la pirámide de movilidad tiene su orden lógico: el carro es subordinado del peatón y no viceversa.
Lleras/Provenza son lugares principalmente peatonales y es por esto que se posibilita tomarnos una cerveza casi que en la calle y provocar encuentros no planeados. La arborización no sólo hace que el paisaje ciudadano se vea atractivo sino que mantiene los microclimas, logrando así una temperatura perfecta para caminar. Cabe rescatar que Medellín por su topografía, necesita una abundante arborización para regular los gases efecto invernadero. La rigidez de las leyes de transporte hace que el peatón se sienta a gusto en las aceras y sean realmente usadas por estos. Las aceras, las cuales están más emparentadas con los parques que con las calles, son respetadas por los conductores y no se ven personas mal estacionadas.
Los locales comerciales parecen haberse puesto de acuerdo para generar este ambiente mágico que ofrece diferentes temporalidades. En la misma esquina donde desayuné un delicioso pastel de Como pez en el agua, comí picada y tomé cerveza con amigos por la noche en El social y bailé reguetón hasta el amanecer. Se nota como la empresa privada realmente se esmera en producir este tipo de ciudad, creando espacios para todo tipo de clientela. Está demostrado a nivel mundial que el uso mixto del suelo crea cohesión social, herramienta muy necesaria para combatir la desigualdad social. De esta manera, parece ser que se está perdiendo poco a poco el miedo entre los habitantes.
Estos logros se han alcanzado paulatinamente y se deben al buen trabajo de empresa pública, empresa privada y sociedad civil. Sin embargo, las problemáticas ahora son otras, en especial el caos vehicular y la contaminación ambiental entre otros, pero me alegra mucho ver a una ciudadanía tan madura y anuente de la situación actual. El paisa es un ciudadano cada vez más responsable por el bien común y consciente de que la ciudad es de todos y es deber de todos hacerla lucir cada día más agradable.
Teo Mezger, M.Sc. TUM Urbanism
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Las autoridades de Fonvalmed, en una reunión que tuvieron con ellos el pasado miércoles, les informaron que sí serán habilitados los dos sentidos de Los Balsos, como se había prometido, cuando se termine de llevar a cabo la reforma de la 11Sur.
Esta noticia cae de muy buena manera en los residentes que veía problemas de movilidad en el sector por cuenta de la implementación de un solo sentido en la vía.
Como en todo hay un chino, ya en el año 1200 a.c., los chinos intentaban domesticar el viento con papeles de colores. Mo Ti, el filósofo, hizo una cometa en forma de ave que se sostuvo tres días seguidos en el aire. Años después, en 1778, Goya hizo una de sus pinturas más conocidas, un grupo de elegantes y coloridos goyescos, cortesanos madrileños, echando a volar una cometa. A finales del siglo 19 las cometas fueron la inspiración para el avión que los hermanos Wright pusieron a volar en 1903; y a pesar de que fueron utilizadas como instrumento militar de observación o de comunicación entre trincheras durante la Gran Guerra, las cometas tienen la virtud de elevarnos y ponernos a volar como los pájaros. Recuerdo días lejanos elevando cometas con mis hermanos en el morro detrás de la casa. Quien no haya elevado una cometa que aproveche ahora porque llegaron los vientos…
Amalia Londoño y Daniela Maturana
Catalina Gómez, Mariano García y María Paula Gómez
Catalina Urrea
Cristina Chica y Felipe Urrego
Daniela Álvarez y Daniel Rodríguez
Daniela García
Natalia Vanegas y Carolina Alzate
Daniela Jaramillo, Sara Grajales y Rosi Ocampo
Estefania Londoño, Simón Martínez, Susana Quiceno y Gregorio Martínez
Hilary Smile
Isabel Prade, David del Valle y Amalia Ramírez
Juan Antonio Murillo y Vanesa Ramírez
Juan Camilo Ramírez y Angie Giraldo
Juliana Hernández y María Isabel Gómez
Leidy Avilés y Lina Vélez
Lina Ríos y Mario Muñoz
Lina Vélez
Mar Arango y Ana Escobar
María Fernanda Betancur y Juan Guillermo Orozco
Mateo Licona y Adriana Zapata
Mateo Licona y Lina Ríos
Mauricio Díaz, Yessica Santa y Camilo García
Melissa García
Mónica Hernandez, Federico Wils, Sara Vélez y Sebastián White
Natalia Montoya, Daniel Barrera, Juan Sebastián Hincapié y David Barrera
Raquel Chica y Natalia Jaramillo
Simón Martínez, Ana Isabel Agudelo, Juan Chalarca, , Walter Melo y María Fernanda Correa
Yolanda Munera y Mónica Osorio
Alejandra Uribe y Sergio Arbeláez
Ana María Álvarez y Miguel Abosaid
Carlos Londoño, Marta Mejía, Juan Guillermo Uribe y Lucelly Mesa
Carolina González y Fabio Duque
Consuelo Dueñas y Hernán Gómez
Diana Marín, Carlos Echeverry y Ángela Sierra de Mejía
Esteban Barrientos y Valentina Jaramillo
Francisco Lozano y Pilar Trujillo
Guillermo Madrid, Margarita Sánchez, Marta Solorzano, Clarita López y Javier Escobar
Harold Noack y Adriana Lozano
Ç
Jorge Alzate, Gustavo Gurmaraes, Vanessa Arbelaez y Laura Marín 01
Lenis Augusto Agudelo, Ana Lucía Aristizábal, Beatriz Monsalve, Luis Fernando Monsalve y Paola Londoño
Luis Guillermo Gómez y Catalina Alzate
Luz Marina Zuluaga, Ángela Alzate y Marta Alzate
Mariana Castro, Mariana Echeverri y Alejandro Loaisa
Margarita Corrales y Pedro Juan Arbeláez 02
Mariana Gómez, Luisa Merchán y Armando Gómez
Rafael Acenjo y Camila Herrera
Stella Ponce de León, Patricia Mesa, Adriana Escobar y Clara Escorcia
Tata Gallego y Sebastián Fernández
Yolanda Munera y Mónica Osorio
Jorge Gómez y Lina López
José Manuel Hernández y Sebastián Hernández
Katty Samdoval y Marta Gaviria
Laura Rodas y César Ortega
Luis Restrepo y Clara Vélez
Manuela Méndez, Mónica Marulanda y Adolfo Méndez
María Consuelo Vásquez y Rafael Ignacio González
Natalia Baena y Mónica Agudelo
Jorge Picón, Felipe Quintero, Luis Fernando Valencia y Richard Ruiz
Sandra Gómez y Mariana Mora
Julián Ballesteros, Gloria Giraldo, Oswaldo Moscoso y Paula Andrea Rengifo
Alexandra Aguirre y Lilian Montoya
Ana García y Juan Pablo Castaño
Carlos Alberto Lopera y Mónica Giraldo
Carlos Alberto López y Gloria Montoya
Carlos Hernández y Gilma Hernández
Carolina Perdomo y Ricardo Martínez
Catherine Riaño y Camilo Pérez
Eduardo Osorio
Andrés Urrego, Lina Parra, Guadalupe Urrego
Carlos Arturo Fernández, Luz Gabriela Gómez, Sara Fernández, Carlos Esteban Fernández
Felipe Ángel, Gloria Eugenia Betancur, Alberto Hugo Restrepo, Lina Otero
Fernando López Belén Botero
Jorge Otálvaro, Paulina Abad
Lucía Gaviria y Dorian González
Margarita Murillo y Adriana Escobar
Sebastián Yepes, Andrés Vélez, Manuela González
Simón, Amparo e Iván Trejos
Ubicado en el tercer piso del centro comercial La Strada, Kmzero tiene a la vista de sus comensales un , una huerta de hierbas aromáticas que son utilizadas en los gin tonic y cocteles diseñados por el bartender Cristian Omega y que pueden ser personalizados por los clientes.
Kmzero abre de lunes a domingos de 12 del mediodía hasta la medianoche. Informes y reservas en el 321 541 7084.
Canecas de camarones, hamburguesas y perros rellenos de langosta salteada (lobster rolls) son las sabrosas especialidades de Happy Crab, restaurante situado en una agradable casa en el barrio La Magnolia de Envigado (diagonal 32 No 29 sur-24), detrás del Colombo Británico.
Miel mostaza, búfalo y ajillo son las salsas artesanales disponibles y combinables para las canecas camaroneras (recomiendo acompañarlas con alguna de las refrescantes sodas de la casa, en especial la de sandía) que se ofrecen en dos tamaños, 250 y 500 gramos. Los rolls –perros o wraps rellenos de langosta o de camarones (salteados o apanados)– son otros de nuestros sugeridos, así como los bastiones de cangrejo y la hamburguesa Happy Crab (contiene langosta salteada, tocineta, tomate, lechuga).
Happy Crab cuenta en su carta con otros platos estelares como el clásico philly cheese steak y los panne cook de solomito y de champiñones al ajillo. Informes en el teléfono 331 5129.
Muchas personas vienen a mí porque no son felices en su trabajo. Aunque tienen carreras prestigiosas y una trayectoria extraordinaria, se sienten estresados, poco apreciados y atrapados en un trabajo que no les da plenitud.
Cuando les pregunto qué están haciendo para encontrar un trabajo más satisfactorio, muchos me dicen que están siguiendo los mismos pasos que los llevaron a la insatisfacción en primer lugar. La definición de locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando resultados diferentes. Así que si quieres satisfacción en tu trabajo y aún no la tienes, debes aprender un nuevo método.
Creo que el proceso que seguimos para buscar empleo está incompleto. Este proceso se centra en buscar las oportunidades laborales que existen, pero no tiene en cuenta los valores y anhelos de la persona que está buscando.
Por lo general, todo comienza cuando estamos eligiendo a qué universidad ir. Estudiamos las universidades debido a su reputación, ubicación, carreras que ofrecen y la probabilidad de ser aceptados, finalmente elegimos la que creemos se ajusta a lo que necesitamos.
Años más tarde al graduarnos, elegimos un trabajo basado en el título que recibimos en la universidad, el lugar donde queremos vivir, la posición que tendremos y el sueldo que nos van a pagar. Si decidimos conseguir un grado avanzado, de nuevo elegimos mirando lo que está disponible afuera de nosotros: escalafones, locación, etcétera. Rara vez nos detenemos a mirar qué es lo que realmente nos va a traer plenitud.
Pasamos toda nuestra carrera buscando afuera de nosotros mismos lo que va a hacernos felices, sin comprender realmente lo que nos hace feliz por dentro. La sociedad dice que un mejor trabajo es aquel que tiene más responsabilidades, un título más prestigioso y que paga más dinero, pero por ahora me imagino que sabes que esto no es del todo cierto.
La industria, posición, salario y beneficios son muy importantes, pero no son suficientes para sentirnos plenos. La plenitud aparece cuando nuestra realidad exterior refleja nuestros anhelos internos. Con valores me refiero a lo que es más importante para nosotros: la libertad, ser visto, ser escuchado, la creatividad, el crecimiento, la contribución, etcétera. Estos valores son únicos para cada uno de nosotros y cuando encontramos la manera de honrarlos en el día a día, vivimos una vida plena.
Si no estás contento en tu trabajo y deseas cambiar, te invito a que te tomes un tiempo para aprender sobre lo que te dará el sentimiento de plenitud. Reflexiona sobre estas tres preguntas.
1. ¿Cuáles son los valores que son más importantes para ti en el lugar de trabajo?
2. ¿Con qué tipo de personas te gustaría trabajar?
3. ¿Cómo sería el día a día ideal para ti?
Una vez que tengas claridad sobre las respuestas a estas preguntas, busca un trabajo que se alinee con tus valores y preferencias de estilo de vida. Recuerda que un proceso de entrevista, no es sólo para que la empresa pueda decidir si tú eres el candidato adecuado, también es para que tú puedas decidir si esa posición es la que te va a permitir tener la vida que deseas.
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La nena era flaca, bonita y seria. O, al menos, leía con seriedad. Apoyaba el libro sobre el borde de la mesa. Desde donde yo estaba, no podía ver la portada. Nada la molestaba, ni las voces de los comensales ni el ruido de la calle. Dejé caer una servilleta y me agaché con disimulo a ver si podía pillarme el título. Cuando veo a alguien leyendo me entra la piquiña del metiche: quiero, necesito, debo, tengo que saber. De vez en cuando ella resaltaba algo, una frase, medio párrafo, un subtítulo. ¿Serían cuentos? ¿Un manual de autoayuda? ¿Cómo ser feliz sin salir de casa? ¿Poemas? ¿Gimnasia olímpica? La curiosidad me dañó el tinto. Esto no se puede quedar así, pensé. Me levanté, di un rodeo a las mesas y me le planté detrás, más vale ponerse colorado una vez que quedarse pálido el resto de la vida. Leí por encima del hombro: imposible: una tipografía demasiado chiquita para mi voyerismo. Se volteó y me miró con desconfianza. No tenía ni 16 años. “¿Qué estás leyendo?”, dije atolondradamente. Me mostró la carátula. After, de Anna Todd. “Oh”, exclamé. “Es un fenómeno juvenil, la historia de un amor infinito”, me explicó. ¿Un amor infinito?, pensé, pero me quedé callado. Por su bien y por el mío.
* Día tras día. ¿Y la efeméride literaria de esta semana? El 14 de agosto de 1994 moría en Zúrich, Suiza, Elías Canetti, versátil y erudito, hábil para crear ficciones intelectuales y también capaz de desmenuzar con inclemente escrupulosidad lo que el Poder significa en la vida humana. Premio Nobel en 1981, hablaba con fluidez tres o cuatro idiomas, entre ellos ladino o sefardí, búlgaro e inglés. Escribía en alemán.
Huyó de los nazis en 1938, dos años después de haber publicado la novela Auto de fe, apocalíptica historia del sinólogo Peter Kien, su matrimonio con la criada Teresa -ignorante, abusiva y arribista- y las tribulaciones alrededor de su biblioteca de 25.000 volúmenes. Ojo, profesores: ¡cuidado con las muchachas del servicio!
En 1960 publicó Masa y poder, perspicaz ensayo sobre la manipulación y la sumisión. Me consta que algunos políticos colombianos lo usan para convalidar mefíticos proyectos, el Estado de Opinión, por ejemplo. El grueso de la obra de Canetti sólo podrá publicarse en 2024, según disposiciones testamentarias.
* * Body copy. “No volvía nunca a Nueva York, aunque de vez en cuando Nueva York iba a visitarle: las personas que había conocido y tratado, los artistas y los poetas y otros por el estilo, a los que conoció antes de comenzar a ganar tanto que necesitó un buen armario donde guardarlo. Los pintores, los escritores que no habían vendido un libro, ni un cuadro, tipos que se dejaban barba para ocultar el cuello desgastado de la camisa, iban a verle y se ponían sus camisas y sus calcetines, dejándolos escondidos bajo la cómoda al marcharse, y las mujeres con vestidos holgados, aunque a veces no: las flacas, ansiosas, carnívoras pregoneras y tamborileras del Arte”.
William Faulkner. Artista en casa. 1933.
* * * Vademécum. ¿Voyerista? “Persona que disfruta contemplando actitudes íntimas o eróticas de otras personas”. ¿Sinología? “Estudio de las lenguas y culturas de China”. ¿Perspicaz? “Dicho del ingenio: Agudo y penetrativo”. ¿Mefítico? “Dicho de una cosa: Que, respirada, puede causar daño, y especialmente cuando es fétida”.
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Las sutilezas de la pintura obligan a mirar de cerca, una estrategia con la cual el artista pretendía que la persona se sintiera inmersa en la obra. Pero no es el juego de colores ni las relaciones formales lo que le interesa
/ Carlos Arturo Fernández U.
Casi siempre la obra de Mark Rothko (Daugavpils, Letonia 1903 – Nueva York 1970) nos deja sin palabras. Por eso, estas líneas quieren ser, ante todo, una invitación y no tanto un discurso crítico o histórico.
El Museo de Arte Moderno de Medellín nos ofrece en estos días la posibilidad de tener una de las experiencias más intensas que pueden encontrarse en el arte actual y, en sentido general, en toda la historia del arte. En el marco de la exposición De lo espiritual en el arte. Obertura, planteada por María Iovino como curadora, se encuentra un montaje especial de la Capilla Rothko, de Houston (Texas) que, además, se acompaña a lo largo de todo el día con la reproducción de la música que Morton Feldman compuso para el espacio original de esa capilla. En realidad, es la oportunidad para enriquecerse interiormente con la profundidad de una especie de obra total.
Pero, aunque uno se quede sin palabras, quizá algunos datos pueden ayudarnos a ubicar esta obra.
Siendo él muy niño, la familia de Rothko emigró a Norte América en condiciones económicas complejas que también dificultaron su educación. No tuvo un acercamiento temprano a la formación artística y solo comenzó a exponer sus obras a mediados de los años 30, en momentos en los cuales Nueva York asiste a la llegada masiva de artistas, críticos, teóricos, galeristas y todo tipo de personas vinculadas al mundo del arte, que huyen de Europa ante el inminente estallido de la Segunda Guerra Mundial.
Entonces, mientras la ciudad se convierte en la capital mundial del arte, surge una generación de pintores norteamericanos que, por primera vez, plantean un arte propio que ya no sigue los caminos dictados desde el Viejo Mundo sino que manifiesta la cultura cosmopolita que se vive. Es la llamada Escuela de Nueva York o la generación del Expresionismo Abstracto que impone maneras de trabajar radicalmente nuevas, como en el caso de Jackson Pollock que crea pinturas dejando chorrear los colores sobre las telas extendidas en el piso. El momento es de absoluta libertad y total reivindicación de la propia personalidad; y así, junto a un arte frenético, estridente y a veces incluso violento, se encuentra también Mark Rothko con pinturas aparentemente abstractas y serenas. Pero él afirmará muchas veces que no es un pintor abstracto y que concibe sus obras como un drama.
En general, las pinturas de Rothko son de gran formato, verticales, en colores que se fueron haciendo cada vez más oscuros. Y sobre ellos no hay casi nada: en un fondo aparentemente uniforme parecen flotar rectángulos o cuadrados de colores contrastantes; pero, en realidad, todas las superficies son de colores vibrantes, las formas nunca son rectas ni están distribuidas simétricamente en el cuadro. Las sutilezas de la pintura obligan a mirar de cerca, una estrategia con la cual el artista pretendía que la persona se sintiera inmersa en la obra. Pero no es el juego de colores ni las relaciones formales lo que le interesa y, por eso, niega que sea un pintor abstracto.
Cuando uno se aproxima a los cuadros de Rothko percibe casi automáticamente que ingresa a un espacio sagrado que invita al silencio y a la mirada interior; un espacio que, por eso mismo, parece no necesitar de otras voces que nos acompañen o nos expliquen lo que experimentamos, porque es obvio que cada uno de nosotros conoce mejor que nadie sus propias experiencias. Y la que se tiene con la obra de Rothko, si nos dejamos llevar por ella, es tan directa y potente que, a la manera de una experiencia mística y religiosa, sentimos y sabemos que se nos comunica de forma personal. Y, según las propias palabras del artista, lo que le interesa expresar son las emociones humanas más elementales: la tragedia, el éxtasis, la fatalidad del destino; una experiencia religiosa que Rothko espera que sea tan profunda como fue la suya al pintar sus cuadros. Por eso, quien solo mira los juegos de formas y colores, pierden los valores esenciales.
Entre 1966 y 1969 pinta un conjunto de 14 óleos para ser instalados en el interior octogonal de la capilla construida en Houston por el arquitecto Philip Johnson. La profundidad de esta obra de arte permitió que la Capilla Rothko se convirtiera en un espacio de reflexión espiritual, abierto a todas las creencias y corrientes de pensamiento, auténticamente ecuménico, donde, a través de la introspección, las personas buscan los fundamentos de su existencia.
Una razón más para visitar las salas del MAMM.
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/ Rosana Arizmendi
Ayer me estaba desayunando unas tostaditas de pan artesanal, deliciosas, con un poco de queso y miel, cuando ¡pum! a mi mente le dio por pensar en las hermanas de José Miel. Es decir, en las abejas.
En ese momento me di cuenta de lo poco que sabía sobre ellas y, claro, como científica que soy, me picó. La curiosidad, no una abeja. Me puse, entonces, manos a la obra, y a la investigación de nuestras amigas me dediqué por un rato. Y, cha chaaan, aquí les presento el resultado de mis arduas pesquisas (apicultores, sabrán perdonar mi ignorancia).
Para empezar, me llevé una sorpresa al enterarme de que existen muchas especies de abejas que producen miel. Yo siempre pensé que solamente la producían las abejas domésticas (las típicas; las que asociamos con la palabra “abeja”), pero no. Estaba muy desinformada.
(Dato 1: Las abejas domésticas no son nativas de América sino que fueron traídas por los europeos y ya habitan en todo el mundo).
Resulta que hay muchas especies nativas de este lado del charco que producen una miel deliciosa, que son silvestres (aunque ya hay cultivos con ellas) y que, además, no tienen aguijón (o sea, ¡no pican!). Estas amigas se llaman abejas criollas y, como sus primas europeas americanizadas, también viven en colonias: son animales eusociales. (Eusocialidad: dícese del nivel más alto de organización social que se da en algunos animales, como abejas, gambas o algunas ratitas, en el que en una sola colonia viven dos o más generaciones de adultos, el cuidado de las crías es cooperativo y el trabajo se divide entre la “clase” reproductora y la “clase” obrera).
(Dato 2: hay muchas especies de abejas que viven en solitario y no forman panales).
Pues, sí, vecinos, en las colonias de abejas, ¡hay castas! Por un lado, se tiene a la abeja reina, que es la única hembra de toda la colonia que se puede reproducir (o sea, la mamá de José Miel). Durante toda su vida es alimentada por las abejas obreras, que también son hembras, pero infértiles, y que, en su mayoría, son hijas de la reina (o sea, hermanas de José Miel). Entre muchas de sus funciones, las obreras cuidan y alimentan a las larvas, limpian y construyen la colonia, vigilan que no lleguen enemigos, buscan alimento y alimentan a los zánganos. Entiéndase por estos últimos a las abejas macho de la colonia (también son hijos de la reina -o sea, José Miel en “persona”) y no a los humanos perezosos “quiaiporai”. Los zánganos son la tercera casta de la colonia y su principal función es fecundar a las abejas reina, sean estas de su nido o de allende los panales.
(Dato 3: Cuando encuentran alimento, las abejas obreras se avisan entre sí haciendo un movimiento conocido como la “danza de la abeja”).
Les cuento todo esto porque nuestras api-amigas, tanto las eusociales, como las solitarias, (“api” viene del latín “apis”, que significa abeja, y “amigas” viene del sentimiento de amistad que deberíamos sentir todos por ellas) se están muriendo. Se están muriendo porque cada vez hay menos hábitats donde ellas puedan alimentarse y porque el cambio climático está alterando los patrones de floración de las plantas que las alimentan. Esta falta de alimento las hace más débiles y, por ende, más propensas a ser infectadas por parásitos y morir. Además, el envenenamiento por pesticidas neonicotinoides -unos de los más usados mundialmente-, está jugando un papel importante en la desaparición de nuestras amigas y parece ser uno de los principales causantes del síndrome de colapso de colonias (en el que las obreras abandonan la colonia, dejando solo a la reina y a las larvas, que, eventualmente, mueren por falta de alimento).
Todo esto no solo es triste sino también muy grave, pues si el mundo se queda sin abejas puede disminuir notablemente la biodiversidad y, además, muchos de los cultivos que nos alimentan a los humanos y a nuestros animales domésticos podrían acabarse, causando pérdidas exorbitantes de dinero (en adición a las consecuencias más obvias).
Y, es que, vecinos, resulta que las abejas son esenciales para los ecosistemas y para nosotros porque son polinizadoras (es decir, llevan el polen de una flor a otra para que muchas plantas se puedan reproducir). Ellas polinizan un tercio de lo que comemos (podríamos decir que uno de cada tres bocados se lo debemos a las abejas) y el 84% de los cultivos que nos alimentan dependen de ellas y de otros insectos. Además, para acabar de ajustar, son las guardianas de la biodiversidad, ya que polinizan a las plantas que son la base de la cadena alimenticia de muchos ecosistemas.
(Dato 4: En el mundo hay alrededor de 20.000 especies, de las cuales Colombia tiene cerca de 400. Muchas están en peligro de extinción).
Entonces, cuando pensemos en las frutas y las verduras que más nos gustan, en el cafecito caliente de por las mañanas o en la chocolatina que nos vamos comiendo de a pedacitos (o en una sentada) ¡agradezcamos a las abejas! No las matemos… Ayudemos a que José Miel se reúna con su mamá y a que sus hermanas puedan seguir existiendo.
¡Salud!
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En la antropología antroposófica concebimos al ser humano como constituido por cuatro niveles de organización o cuatro cuerpos: el cuerpo físico, que organiza los elementos materiales que nos habitan. El cuerpo vital, que genera la salud y mantiene al cuerpo físico con vida. El cuerpo emocional, o nivel de organización anímica, y el nivel de la identidad u organización del yo. Relacionados con estos cuatro niveles, se destacan 4 órganos principales: el corazón, relacionado con la organización del Yo. El riñón, con el nivel anímico. El hígado, asiento del cuerpo vital, y el pulmón, relacionado con el cuerpo físico.
Cada uno de estos órganos gobierna aspectos de la fisiología y de la organización corporal y a su vez se relaciona con aspectos anímicos. Los antiguos chinos decían que cada órgano tiene un alma y que todas las almas se relacionan con el alma del corazón o Shen, asiento de la identidad del ser humano y regulador de su psiquismo.
En la medicina antroposófica se estudian los 4 cuerpos en cada uno de los órganos: un plano físico, soportado por su organización celular y tisular, plano que enferma cuando se agota la vitalidad del órgano. Veamos por ejemplo el hígado. La expresión más dramática de la enfermedad de un órgano es el cáncer, precedido por procesos de endurecimiento o esclerosis. En el hígado se inicia con una hepatitis (viral, tóxica, sérica), proceso inflamatorio que de no resolverse en la dirección correcta, deriva en una inflamación crónica y en un proceso de esclerosis, en este caso una cirrosis y un cáncer (hepatocarcinoma).
Igualmente cada órgano tiene un cuerpo vital que regula sus procesos líquidos y garantiza la función correcta del órgano. En este nivel se destaca el hígado, órgano vital por excelencia. Ya mencione en una columna pasada (edición 608) que el nombre del hígado en las lenguas sajonas tiene la misma raíz que vida: Liver en inglés y Leber en alemán. En las lenguas romances está relacionado con la higuera, árbol de la vida en algunas culturas. Nuestra reserva de vitalidad depende de los ritmos y de la reserva funcional del hígado.
Cada órgano tiene un alma, que es la responsable de su capacidad sensorial -el hígado es un órgano de los sentidos para la calidad del agua y de los alimentos que consumimos-, y también de las funciones anímicas del órgano. Para la medicina china, el alma del hígado es nombrada como HUM y regula la capacidad de decisión, la voluntad humana. Para R. Steiner, el “músculo es sangre coagulada” y la fuerza para la actividad muscular proviene del hígado a través de la sangre. “La acción muscular es una actividad volitiva. El metabolismo de los carbohidratos, base del movimiento muscular, se centra en el hígado” (Holtzapfel). El hígado era nombrado en la antigüedad como el almacén de la sangre; de la calidad y la disponibilidad de este líquido tan especial, depende nuestra disposición para la acción. Detrás de muchos procesos depresivos y de irritabilidad, se oculta una afección del hígado.
“El hígado… es el órgano que le provee al ser humano el coraje de transformar una acción pensada en una acción ejecutada. El hígado es el mediador entre las ideas concebidas y las ideas ejecutadas” (R. Steiner). Si usted cuida el hígado, tiene coraje para la acción. Hablaremos de las almas de los otros 3 órganos.
Todavía no sé a ciencia cierta qué me quiso decir un amigo cuando me dijo: “A usted, mijita, la van a velar parada”. Por el tonito que utilizó y las sonrisas que provocó en algunos de los contertulios, supongo que me dedicó un “tontarrona”, de manera hiperbólica. Y por el tema del que estábamos hablando, estoy casi segura de ello.
Tontarrona, porque en una conversación que sosteníamos sobre el Proceso de Paz, en la que la generalidad de los presentes descalificaba todo lo relacionado con las negociaciones de La Habana, me salí del redil y manifesté lo que pensaba (lo que pienso): no me gusta Santos -nunca he votado por él, desconfío de su palabra-, pero quiero creer en sus buenas intenciones respecto de este tema; desde siempre, y a pesar de los pesares, he sido una convencida de que la paz negociada es el único camino; y hasta que no considere que tengo suficiente ilustración sobre lo acordado (en estudiar con detenimiento los textos estoy empeñada), no izaré ninguna bandera.
Así que, amigo mío, proceda. Si fueron esos los motivos, estoy lista a que me vele parada. (Además un “tontarrona”, después de los “gafufa” que he tenido que escuchar desde los cuatro años…, hasta bonito me suena).
Comparto esta anécdota personal porque refleja –en pequeña escala, por fortuna- lo difícil, qué digo, lo imposible que se ha vuelto intercambiar opiniones en relación con un tema que concierne a todos los colombianos. Incluso a los que creen que el cuento no es con ellos.
Los argumentos, que los hay muy valederos de lado y lado, son sepultados por las campañas viscerales y sus aludes de insultos, descalificaciones y etiquetas: ¡guerreristas!, ¡castrochavistas!, ¡vendepatrias!, ¡paracos! Qué vergüenza ajena.
Como las campañas por el SI y por el NO tienen apellido (Santos y Uribe), los responsables de las mismas apelan a la animadversión que existe entre ambos y a la receta mágica de los culebrones: intrigas, traiciones, rencores, pasiones…, para ganar adeptos a sus causas. Sólo que en este caso no nos estamos jugando ningún rating pasajero; nos estamos jugando, en buena parte, el país que dejaremos a nuestros hijos. Por eso los odios y los amores entre éstos y aquéllos, no deben, no pueden, permear la libre decisión de los votantes.
Sin rabia, señores, que el país no les pertenece. (Qué mal ejemplo están dando y qué espectáculo tan lamentable el de señores tan principales sacándose al sol los trapitos).
Hay más de 40 millones de personas que no pueden escuchar lo fundamental por cuenta de su gritería.
No le teman al disenso, debatir no es polarizar. Polarizar es crispar y crispar es descalificar al contrario, aún antes de que la discusión comience. Peor, incluso, es aplicar las técnicas del matoneo para silenciar, hay dos ejemplos muy recientes: la intimidación de la que fue víctima el senador Antonio Navarro en Medellín, por parte de energúmenos promotores del NO, y la abucheada que se ganó el expresidente Uribe en la Universidad del Norte, por parte de energúmenos defensores del SI.
Y si a esa imposibilidad de manifestar dudas e inquietudes, no digamos ya a nivel político, sino de empresas, medios, universidades, corrillos callejeros, familias; si a esa imposibilidad, decía, se le suman el secretismo, las declaraciones contradictorias del gobierno, las especulaciones alarmistas de la oposición y la escasísima pedagogía de los puntos que dan sustento al plebiscito, pues, cuando llegue la fecha quedaremos deshojando margaritas (sí, no, sí, no, sí…) igual que en el Monólogo de Caballero en Semana, sin saber si el “sí” es que sí se debe votar o se deber votar que sí y el no, si no se debe votar o se debe votar que no.
ETCÉTERA: La cuestión es que sin saber cuál es el acuerdo final y cuándo se firma, cuál es la fecha del plebiscito y cuál es la pregunta que se va a formular, como perros rabiosos ya nos estamos mostrando los dientes. Qué esperanzas. Mejor cambiemos de tema.
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Por Saúl Álvarez Lara
El día siguiente de la inauguración de su exposición de retratos en el Museo Maja de Jericó, a las ocho de la mañana, me encontré con Gustavo Jaramillo en la sala del primer piso donde están colgados los setenta y dos que, dice, ha hecho en su vida de artista que comenzó en mil novecientos setenta y cinco, el año en que terminó los estudios de Sociología en la Universidad Pontificia Bolivariana. Ha hecho setenta y cuatro retratos en total. En la exposición faltan dos pero no le pregunté por qué, los que tenemos alrededor son testimonio suficiente de la relación íntima, amorosa, dulce, enamorada, en ocasiones intensa incluso dolorosa, entre artista y sujeto. Están hechos a lápiz, con suavidad para no herir el papel, en capas sucesivas que les dan vida.
Todo tiembla, dice con una sonrisa. Es su manera de compartir con los clásicos. Son coincidencias, frutos del azar, pero el azar no existe, es el resultado de la correspondencia entre pensar y hacer. Jaramillo habla de los personajes, estamos allí para eso, aunque por momentos uno que otro salto a la historia lo desvían del tema, dice con preocupación; sin embargo no es así y él lo sabe, los personajes retratados son parte de la historia y para comprenderla y comprender el mundo es necesario estudiarlos, conocerlos, saber de dónde vienen y, lo que es mejor, para donde van, a pesar de que entre los setenta y dos en la sala solo dos viven. Los otros habitan el imaginario de Jaramillo desde siempre. Todos los días los busca, está en contacto con ellos, los lee despacio; solo una página por día, luego cierra el libro aunque al final de la página encuentre una coma, un punto o parte de una frase. Cuando encuentra párrafos que lo ponen a pensar o lo conmueven los copia en un papel, los mete al bolsillo y durante el día los saca y los relee. Le ha sucedido con Walter Benjamin y aun así, asegura que Benjamin le ha pegado unos revolcones fantásticos. Entonces caigo en la cuenta de un detalle, todo está hecho de detalles, Jaramillo habla de los personajes como si viviera con ellos, como si los tuviera en su casa, como si esperaran su regreso. Cuando llegue saldrán a la puerta a recibirlo. Si me lo preguntaran yo diría que es posible conversar con cada uno de los setenta y dos como si fueran Gustavo Jaramillo y escuchar las historias que los llevaron a estar allí, en la sala del primer piso del Museo Maja de Jericó hasta finales de septiembre. Si me lo preguntaran yo diría que los setenta y dos retratos son el retrato de Jaramillo, de su vida de artista, de su conocimiento, de su talento.
“Los conversatorios son una oportunidad para que muchos nos enteremos y creemos conciencia de lo que está pasando en el país en relación con la paz. Hay mucha desinformación y esto nos lleva a la polarización”, manifiesta Vásquez, quien fue la que llevó la idea a la asociación después de haber conversado con algunas amigas, incluida Peláez, quien es socióloga, exdecana en Ciencias Sociales de la Universidad de Antioquia y actual vicepresidente de la Unión de Ciudadanas de Colombia.
“Concluimos que hay mucha desinformación y que el tema se está abordando desde la emocionalidad, la rabia y el odio. Hay que poner al país a pensar en las violencias al interior de las familias. Soy activista del movimiento de mujeres: nosotras hemos liderado en todo momento la paz y la lucha por la paz, y en esta coyuntura hemos acompañado los procesos de paz en todos los gobiernos”, manifiesta la socióloga.
Por su parte, Margarita Uribe explica: “El objetivo es tener claridad y conocimiento de lo que pasa para tener elementos válidos a la hora de tomar decisiones y poder opinar con fundamentos profundos sobre la paz, no solo de lo que está pasando en La Habana sino de todo el conflicto, cómo se ha desarrollado sin polarizarlo. No vamos con ninguna corriente política ni estamos representando ninguna parte del Gobierno sino que es un espacio para conversar y conocer”.
Para abordar el tema sus organizadoras, entre las que también se cuentan Connie Restrepo y Dinah Roll, decidieron hacerlo desde las visiones de distintos sectores. El primero de ellos fue la mirada institucional, donde Santiago Londoño Uribe, exsecretario de Gobierno de Antioquia, y Juan Felipe Palau Ángel, Consejero Metropolitano de Seguridad, abordaron cuestiones como la seguridad ante la llegada de la población reinsertada.
En un segundo momento se presentó una visión desde los investigadores del conflicto colombiano, en el que estuvieron presentes Max Yuri Gil Ramírez, director de la Corporación Región, y Luz María Londoño, investigadora y consultora en temas relacionados con el conflicto.
El próximo encuentro, que será el jueves 8 de septiembre, abordará el tema desde la perspectiva empresarial, según Peláez, para explicar cómo el posconflicto podría beneficiar otros sectores, al destinarse menor cantidad de recursos a la guerra y mejorar las condiciones sociales de los territorios productivos. Para este conversatorio está confirmado el rector de la Universidad Eafit, Juan Luis Mejía, “que puede dar una perspectiva humanista a los temas económicos”, como explica la moderadora.
Para Peláez, una de las novedades de este evento será el enfoque de género que habrá en el último conversatorio: “Esta es también la novedad de este proceso de paz, que se está haciendo con enfoque de género, distinto a otras resoluciones de otras partes del mundo”, recalca ella, quien cree que desde la configuración familiar también nacen los conflictos. “La paz es una creación cultural, un relato de convivencia, un horizonte soñado por la humanidad”, puntualiza.
Para la intervención sobre las mujeres, que será el 5 de octubre, estarán presentes Olga Lucía Ramírez, directora de la Corporación Vamos Mujer, y Argelia Londoño, de la Unión de Ciudadanas de Colombia.
Estos eventos, llamados ¿Qué está PAZando en Colombia? son para el público general y tienen un valor de $10.000. Se realizan en el auditorio del Colegio Marymount a las 6 pm. Más información en el correo [email protected] o en el teléfono 266 1555, extensión 149.
Armonía. La delicadeza evoca el movimiento perfecto de un cisne surcando las aguas. Cada ejecución produce un placer visual en medio del ruido que hay en el exterior. Elegancia. Sus patines se deslizan sobre la pista y fluyen con la expresión de una danza melodiosa, fina y a la vez recatada. Coordinación. El compás se marca en la mente, su ejecución es milimétrica: la espalda siempre erguida, los brazos abiertos ondulan cortando el viento con suavidad. La mirada siempre al frente, sentidos agudizados, una danza sobre ruedas.
Son las 11:32 de la mañana. El calor sobrecoge el ambiente del escenario gris de la pista de patinaje artístico de la Liga Antioqueña. María Paulina va y viene mientras sus movimientos son dirigidos a lo lejos por el profesor Óscar Rivera, quien da pequeñas instrucciones a la alumna que atiende a su paso con unos ojos expresivos. Toma impulso y se lanza repitiendo una a una la lección como quien se prepara para un examen decisivo. En ningún momento pierde la compostura y el porte se conserva ante cada giro que da en esas ocho ruedas debajo de sus pies. El ritmo se lleva como si estuviera sobre un escenario de ballet. Precisión y agilidad.
Esta es una de las 6 ó 7 horas que se puede pasar entrenando en el día la joven de 21 años. La pasión inició 15 años atrás siendo una niña que practicaba ballet clásico y que luego de ver una presentación de patinaje se dejó llevar a la pista como una historia de encanto y magia. Logró combinar las dos cosas y del complemento salió una mujer disciplinada y madura que hoy se proyecta como una de las mejores en la modalidad de danza.
Ya un poco más relajada, sin la concentración que exige ese ritual deportivo de pensar en cada detalle, Paulina se transforma en una persona extrovertida. Ríe con cada anécdota. Esa danza sobre ruedas inició en el colegio San José de Las Vegas en 2001 gracias a su terquedad y a los patines que le regaló su prima Juliana López. Trastabillar y caerse no fueron el impedimento para intentarlo y aprender empíricamente. Su obstinación desde niña no la dejó renunciar pese a los raspones y los morados. Así, su padre Jorge Pérez y su madre Pilar Gómez, no tuvieron otra opción que llevarla de la mano al mismo compás.
Se decantó por el patinaje y pulió sus movimientos. Esto le sirvió para que en 2007 llegara a integrar la selección Antioquia de esta disciplina y desde ahí hasta hoy ha participado en innumerables campeonatos nacionales interligas. Es integrante de lujo en el escalafón nacional ocupando el tercer puesto en su estilo. A nivel panamericano obtuvo el tercer lugar este año en una competencia en Brasil, su mejor posición hasta el momento.
Tanta disciplina y entrega ha tenido recompensa. En el colegio estudiaba de 7:00 a.m. a 3:00 p.m. y entrenaba de 3:30 p.m. a 6:00 p.m. Luego el gimnasio otras dos horas, las tareas y a dormir para el siguiente día repetir la rutina. Hoy en día mientras cursa quinto semestre de Derecho en la Universidad Eafit, las cosas no han cambiado mucho. Pese a que faltan escenarios se ha buscado lugares en los que practicar y perfeccionar sus movimientos. Ni los esguinces de tobillos la detienen. “¡Qué terquedad!”, le dicen.
Un equilibrio
Todo es un complemento: técnica, el gesto del rostro, la música y el traje. No hay un detalle que se escape al jurado calificador. Por eso antes de ingresar a la pista, Paulina reproduce al azar una canción en su iPod y se libera de todas las cargas externas. Un abrazo con su entrenador y su manía que más pareciera un agüero, sacudir sus hombros como botando las malas energías. De ahí en adelante se transforma. Hay armonía.
“Para preparar una pieza escojo un ritmo, casi siempre de música clásica. Leo, estudio el género, veo películas, videos, escucho música similar y presentaciones para aprenderlo todo. Incluso tomo clases de baile de ese ritmo, yo quiero que todo salga perfecto y para eso me preparo. Inclusive cuando voy por la calle a veces escucho ritmos similares y me dejo llevar por la música, muevo el cuerpo y luego caigo en la cuenta de dónde estoy y me da pena (risas)”, comenta Paulina.
Ha participado en dos mundiales, uno en 2013 en Taipéi (China) con un séptimo lugar en categoría Junior y otro en Cali 2015, donde se ubicó en el sexto lugar, siendo una de las representantes que ha puesto en el mapa deportivo a nuestro país. Pese a que el profesionalismo la ha llevado por los ritmos clásicos se le antoja escuchar baladas, tropipop, salsa, vallenato y reguetón. Se quita su traje de gala y es una joven más que disfruta con los amigos de una buena fiesta.
/ Claudia Arias
“Si ganar su medalla olímpica no le merece a una mujer tener un titular de prensa, ¿cuándo lo merecerá?”, esta pregunta de la periodista María Canabal a través de Instagram el pasado 7 de agosto, iba dirigida a la cuenta del periódico Chicago Tribune. ¿El motivo? La deportista norteamericana Corey Cogdell ganó medalla de bronce en la competencia de tiro, pero el diario tituló refiriéndose a ella como la esposa de Mitch Unrein, estrella del equipo de fútbol americano Chicago Bears, sin siquiera mencionar su nombre en el titular.
Estamos en la sección La Buena Mesa, pero la actualidad nos permite dar relevancia al tema, en este caso la igualdad entre géneros en los fogones del mundo, la cual parece tan utópica como en los deportes y otros ámbitos. Justamente por ello María Canabal –periodista especializada basada en París– preside Parabere Forum, plataforma internacional independiente que se encarga de visibilizar la voz de las mujeres en temas relacionados con la cocina.
No es un asunto emocional, el movimiento se respalda en cifras que muestran, por ejemplo, como de los restaurantes incluidos en la Guía Michelin solo 3% están regentados por mujeres y en la lista de los 50 mejores restaurantes del mundo, solo 4%. Ese no es el porcentaje de mujeres talentosas dirigiendo cocinas, si bien sigue siendo bajo, pero muchas de ellas permanecen anónimas.
Hay que recordar entonces a Eugénie Brazier, primera mujer en conseguir 3 estrellas Michelin en 1933 para sus dos restaurantes, La Mere Brazier en Lyon y Col de la Luère; sí, Alain Ducasse la secundó, no fue el primero. En la actualidad vienen a la mente nombres como el de la española Elena Arzak o el de la francesa Dominique Crenn, que regenta Atelier Crenn en Nueva York, pero el solo hecho de que en la lista de los 50 mejores restaurantes del mundo haya un premio específico para la mejor chef mujer –que este año obtuvo Crenn–, da cuenta de la desigualdad.
En Colombia la situación no es distinta, sobresalen nombres como los de Leonor Espinosa, Catalina Vélez y Jennifer Rodríguez, pero ellas son solo tres de muchas desplegando su talento en los fogones y que no obtienen igual reconocimiento que sus pares masculinos. En Medellín la situación es similar, pero si miramos la historia de sus restaurantes, dos de los más reconocidos, y que han brillado por años, tienen mujeres al frente: La Provincia, liderado por María Adelaida Moreno, y La Cafetiere, a cargo de Anita Botero, quienes han sabido mantenerse en una ciudad con una cultura gastronómica apenas ahora en crecimiento, a lo que han contribuido muchas mujeres.
Esta columna es un pequeño homenaje a ellas y a otras cocineras locales que hoy están al frente de sus negocios de cocina, ganándose el reconocimiento que merecen. Mujeres como Carmen Ángel, quien junto a su esposo el también cocinero Rob Pevitts están detrás de Carmen; Laura Londoño que regenta Ocio; Carolina Arango, encargada de los sabores dulces de Brulée junto a su esposo Diego Aveiro, chef ejecutivo; María Teresa Vélez, de Naan; Andrea Trujillo de Ganso & Castor y Paulina Naranjo de Como pez en el agua, por mencionar algunas.
Ni las listas ni las estrellas determinan quién es el mejor frente a una cocina, si es que esto puede determinarse, pero como estas son estrategias posicionadas y tenidas en cuenta por los comensales a la hora de elegir dónde comer, es deseable que en ellas exista representatividad de género. Hoy 93% de quienes cocinan en casa son las mujeres, mientras que entre los chefs de restaurante ellas solo son 18%. Es hora de cambiar la balanza; en un mundo más equitativo, ni “los hombres en la cocina huelen a rila de gallina”, ni la única cocina reservada para las mujeres es la de la casa.
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“Somos conscientes de que hay un déficit de vehículos, las filas son indignantes”, comenta Mateo González, director del programa Transporte Público de Medellín (TPM) de la Secretaría de Movilidad. Calcula que a diario, a través de rutas integradas y de buses (que suman 205 vehículos) de la empresa Autobuses Poblado Laureles se movilizan 80 mil personas en este sector de la ciudad, pero el director administrativo de esta empresa, Jaime Sánchez, conjetura que pueden ser muchísimos más. “Una cosa es lo que movemos y otras son las necesidades de transporte de El Poblado. Hay mucha más gente que necesita el transporte público y no hay sillas para atenderlos”, declara Sánchez.
Esta meta atiende al llamado Proyecto de modernización del transporte público, con el que el TPM presentó la semana pasada 11 buses no contaminantes que adquirió la empresa Trans Castilla. Otro punto son los carriles solo bus, que ya se están implementando en vías principales como la carrera 65, Colombia, San Juan, avenida Oriental y Ferrocarril, que serán pintados y tendrán paraderos con pantallas que indicarán información de las rutas.
Según González, El Poblado tendrá su propio carril solo bus, que irá desde la Iglesia San José del parque del Poblado hasta la avenida Oriental. Este proyecto aun no tiene fecha de inicio porque está pasando por su fase de estructuración, pero está claro que será un antecedente a la entrada en funcionamiento del corredor Pretroncal Sur del metroplús, que irá sobre la avenida El Poblado, la calle 12 sur y la avenida Guayabal, y comenzará construcción en julio de 2019. “Lo que haremos es operar con los buses que tenemos actualmente pero con carril preferencial hasta que podamos tener metroplús en toda la avenida El Poblado”, aseguró el director del programa.
El proyecto de modernización contempla además la implementación de la tarjeta Cívica del metro como pasaje único para el transporte público colectivo (buses y microbuses) y el transporte público masivo (metro, metroplús, tranvía, cables y alimentadores). González detalló que “el Alcalde destinó más de 60 mil millones: el municipio coloca una parte y los transportadores otra. Hemos hablado con el Metro de Medellín de unos plazos de 24 meses contados a partir del año entrante para tener el recaudo con Cívica en todo el transporte público”.
Sánchez completa que, en su experiencia operativa, la zona es un centro receptor de viajes muy grande que “funciona diferente al resto de la ciudad, del Centro al barrio, contrario a otras partes donde el tráfico de pasajeros se da del barrio al Centro”. También explica que las horas pico son múltiples, debido a las diferentes actividades (comerciales, laborales, recreativas) que se desarrollan aquí.
El director del TPM concluyó que, con todas estas acciones, sumadas al trabajo conjunto con los administradores de rutas, buscan “revertir ese fenómeno que hemos tenido durante las últimas décadas de alta motorización y que la gente vea que el tema del transporte público es un compromiso con la movilidad, el medio ambiente y la reducción de accidentalidad”.
Por Daniel Palacio Tamayo
Su meta: que se cambien los diseños del tramo 1 de la ampliación a doble calzada de la avenida 34, catalogada como una de las obras más importantes del proyecto de valorización.
Cuéntenos de usted
“Yo trabajo la rama administrativa, como abogada de algunas empresas constructoras. Me ha tocado intervenir en acciones populares en las que han sido demandadas estas empresas, pero directamente jamás la había instaurado. No es ni mi negocio”.
Usted ha estado en los dos lados. Defendiendo un constructor y pidiendo que se detenga una obra.
“A mí me contaron quién instauró la acción popular por la que declararon la mía como cosa juzgada. Yo lo conocí en la acción popular de El Peajito Social. Y de verdad que era lamentable la calidad, era su negocio, él se dedicó a hacer acciones populares en serie. Lo que está pasando ahora es consecuencia de una mala demanda. Mal enfocada”.
¿En qué momento instauró la acción popular?
“Cuando empezó el proceso de Valorización, en 2014, hicimos un derecho de petición a Fonvalmed, pero la respuesta fue muy lacónica, que esos diseños venían desde hace mucho tiempo y no había lugar a ningún cambio. En 2016 nos invitaron a una reunión con ellos, pero de un día para otro. Yo me enojé mucho y les dije que tenían que hacer una nueva citación. Llegó la fecha del nuevo encuentro y nada, pero cuando eso yo estaba preparando la acción popular que íbamos a firmar varios vecinos, estábamos en ese proceso cuando salgo a la puerta para la notaría 17 con el texto de la demanda y veo una tremenda retroexcavadora. Ahí dije empezó el baile. Si esperaba la semana que nos habíamos dado para recolectar firmas, nos tumbaban los árboles”.
Usted ya encontró argumentos para desmentir que sea cosa juzgada.
“Los derechos colectivos son los mismos, y se pueden violar todos los días y por la misma persona o entidad. Además encontré una sentencia que dice que en una acción popular son ‘cosa juzgada’ cuando se acogen peticiones, pero cuando se desestiman no. Al igual que cuando existen nuevos hechos y pruebas que corroboran la efectiva violación de los derechos colectivos”.
¿El que sea a título personal no le quita representatividad a una acción popular?
“No hay problema. Se pueden ir sumando varios coadyudantes. La gente normalmente poco conoce y poco le interesa meterse en esos asuntos. Si uno los lleva, van. Yo fui más valiente porque soy abogada y sé a qué me enfrento, pero mis vecinos se sienten indefensos. Aquí hay cosas de interés colectivo. Un árbol menos es un problema más en Medellín”.
Usted pide cambio de diseños, porque como está sería un “elefante blanco”.
“Los diseños son antiquísimos. 5 años es antiguo, más en una zona como El Poblado que es tan cambiante. Yo me puse a ver ese diseño y no estaba construido ni el Hotel 10, ni otros edificios del sector. Y después notamos que la vía tenía en el centro una zona verde, que después iba a servir para la vía de metroplús, pero si no hay físicamente espacio para hacer la vía de ese sistema en Provenza. Ahora dicen que metroplús, pero la realidad es que no saben si son buses, tranvía o monorriel. Para qué hacer y después tener que deshacer”.
—Vea, vea, esa es la vida de nosotros— interrumpe al paso de una ardilla acompañada por el canto de algunos pájaros. “Acá pasan también iguanas y zarigüeyas. Aquí no son ni 4 eucaliptos, ni 2 ardillas. Acá hay una fauna espectacular”.
¿Cómo es su propuesta de par vial por la 36?
“Esta es una zona residencial. La 36 tiene mejores especificaciones. Solo que la gente también se va a molestar porque ya la tienen de parqueadero, porque no hay zonas de estacionamiento regulado”.
¿El Poblado estaría dispuesto a un cambio de la obra como se contempla en el estatuto de Valorización? Por ejemplo transporte público, aceras y ciclovías.
“Una ciclovía en El Poblado no. Ni que vivieran Parra o Botero. Ciclovías en El Poblado no serían para la mayoría, sería la minoría que lo practica como deporte. Pero aceras sí. Nosotros pagamos por eso y ahora resulta que no tenemos derecho a dar ideas y decir cómo lo queremos. Fonvalmed cree que tiene la potestad de hacer lo que decidieron que iba a hacer. Si en El Tesoro hubieran dicho que el puente iba a quedar como quedó, no lo hubieran dejado hacer”.
En Fonvalmed dicen que han buscado negociar con usted.
“Eso es falso. Me contactan fácilmente. Sí estuve fuera del país, pero me fui el 29 de junio y volví el 27 de julio. Y justo ahí quisieron contactarme, por qué no me contactaron cuando interpusieron recurso tras recurso, que no era sino dilatorio, pero no, poniendo trabas y trabas. Cómo será que los notificaron por conducta concluyente. En vez de ellos tener afán de enfrentarme directamente empezaron con los recursos”.
¿Cómo cree que va a terminar todo?
“Acá es imprevisible. Jamás me imaginé que iban a sacar esa sentencia de cosa juzgada. Yo confío en que se llegue a un acuerdo de diseño y entiendan la problemática de realizar una obra que no tiene sentido”.
Foto Juan David Caicedo
Por Daniel Palacio Tamayo
Entre los operativos realizados por las autoridades en los negocios de rumba del parque Lleras, el hallazgo de botellas de licor de contrabando ha sido de las conductas irregulares más frecuentes. Sin embargo, la Fábrica de Licores de Antioquia, ha detectado además de la evasión de los impuestos, bebidas alcohólicas fraudulentas o que han sido alteradas.Según la FLA, unos 1.5 billones de pesos dejan de recibir cada año los departamentos por culpa del alcohol ilegal, que estaría ganando su tajada por ser vendido a precios inferiores en el mercado negro, al ser elaborado artesanalmente y evadir impuestos, que según la ley, están destinados para la salud y la educación.
Solo en el 2015, se incautaron 32.739 botellas de licor fraudulento y 11.196 botellas de licor de contrabando. Antioquia, de acuerdo con las cifras de la Fábrica de Licores, está por encima de la media nacional.
Por si fuera poco el daño que tal situación le hace a las arcas del Estado, la misma FLA cree que los grupos al margen de la ley en Medellín reciben unos 10 mil millones de pesos anuales producto del procesamiento del alcohol ilegal, una actividad que está entre las 5 más lucrativas, según estimaciones oficiales.
Sara Lastra Bello, toxicóloga del Centro de Información y Estudio de Medicamentos y Tóxicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia, indica que entre los síntomas que presenta una persona por ingesta de alcohol adulterado se encuentran la visión borrosa y hasta diez veces más de lo normal la sensación de embriaguez. La recomendación de la experta es acudir de inmediato a un centro médico en caso de sentir esos síntomas, pues una consecuencia directa de no ser atendido a tiempo puede ser, entre otras, la pérdida de la visión.
Ya llegó el ofrecimiento de excusas por parte de Bancolombia para los usuarios por los problemas presentados recientemente, y que, según lo ha informado la entidad, se explican en la actualización tecnológica de sus plataformas.
“Por todo lo anterior, quiero expresarle nuestras sentidas disculpas. Estas fallas en nuestra promesa de servicio no solo afectan a nuestros clientes sino también a nosotros como organización, pero a su vez nos reta a concentrarnos y a buscar la manera de fortalecer nuestro servicio hasta que sea impecable”, aseguró Juan Carlos Mora Uribe, presidente de la firma por medio de un comunicado.
El acceso a los servicios bancarios con el llamado dinero plástico y las transacciones virtuales cada vez tiene mayor acogida entre los usuarios, por lo que las fallas en el sistema han suscitado fuertes críticas de los clientes de esa entidad financiera y un pronunciamiento por parte de la Superintendencia Financiera en el que llama a Bancolombia a tomar medidas de contingencia.
La Superintendencia solicitó que se le brindara información transparente y oportuna al público sobre las dificultades que se presentaban y el tiempo estimado para la solución. Igualmente le pidió al banco “asegurar la efectividad de los mecanismos alternativos de atención al cliente, ajustar los planes de contingencia, contratar una auditoría externa que identifique los motivos de la intermitencia del servicio y resarcir los costos y gastos incurridos por los clientes como consecuencia de las fallas reiteradas”.
Con respecto al último punto, el banco está recibiendo la solicitud de cada uno de los clientes que se pudo ver perjudicado para hacer análisis individuales. A raíz de esta situación, la Superintendencia publicó los mecanismos a adoptar cuando se presenten este tipo de interrupciones en la prestación de servicios financieros por eventualidades de carácter tecnológico.
Entre las medidas que tendrán que tomar las entidades de ahora en adelante, se cuentan que los establecimientos bancarios están en la obligación de anunciar cuándo se van a realizar esas actualizaciones técnicas que se podrían traducir en interrupción de servicios, al igual que deben dar a conocer a sus clientes “los canales afectados, las operaciones que no se pueden realizar, los canales alternativos a través de los cuales los clientes y/o usuarios pueden continuar realizando las operaciones y la fecha y la hora estimadas para restablecer la prestación normal del servicio”.
En cuanto al procedimiento para cumplir la instrucción de resarcir los costos adicionales asumidos por el cliente a raíz de problemas técnicos del banco, la Superintendencia pidió que los establecimientos de crédito establezcan políticas frente al pago de la cuota de manejo correspondiente a los días en que se presente el evento, el pago de intereses moratorios y “reporte a los operadores de bancos de datos cuando, como consecuencia de la interrupción del servicio, el consumidor financiero no pueda cumplir con el pago oportuno de sus obligaciones con la entidad vigilada”, al igual que las medidas necesarias para que el usuario del sistema financiero “no se vea afectado por la imposibilidad de realizar el pago oportuno de sus obligaciones con terceros como consecuencia de la interrupción en la prestación del servicio”, concluye la Superintendencia Financiera.
Contrario a lo que quisieran las víctimas, la Policía no tiene potestad para entrar al apartamento donde ocurre la anomalía, apagar la música, cerrar la fiesta y sancionar a los responsables. Todo queda restringido a un asunto de buena voluntad, en el que los agentes, si acuden para atender el caso, mandan razones desde la portería para que la rumba modere su volumen; y si lo logran, ida la autoridad, la celebración recupera todo su timbal.
Entretanto, el portero de la urbanización queda en la encrucijada: un residente que se considera su empleador le reclama que exija el fin de la fiesta; el otro residente también se siente empleador y exige que lo dejen celebrar. Junta y administrador no están disponibles.
La inspección de Permanencia, que trabaja 24/7, tiene otros alcances y puede ingresar a una vivienda, no para labores de allanamiento, como sí para “cubrir una queja”. La Permanencia, en el caso de las rumbas de este tipo, tiene un turno de 8 p.m. a 8 a.m.; el problema: El Poblado, con cerca de 43.000 viviendas, solo tiene asignado un funcionario para este rol. Uno solo.
La otra Inspección, la que labora en días y horas hábiles, se ofrece para atender casos de escándalos, conflictos y discordias, pero en frío y mediante un proceso, es decir, podrá encontrar una solución tal vez semanas después de presentada la rumba.
Bajo este panorama, se evidencia la fragilidad del sistema para quienes reclaman su derecho a dormir, fragilidad que termina, sin proponérselo, blindando al infractor. Se imponen los hechos de fuerza y todo conduce a que en el edificio se vayan a dormir en paz cuando el que “tiene derecho” a su rumba lo decida.
El Manual de Convivencia que rige para todo Medellín, contrario a prohibir las fiestas les fija horario, hasta las 12 de la noche con moderación, y procura que el ciudadano se mueva en ambientes de autorregulación. Un buen valor para aplicar, pues con el nivel de exigencia que tienen las autoridades en esta ciudad, no corresponde tenerlas destinadas a bajarle el volumen a un equipo de sonido.
Fonvalmed y la Secretaría de Movilidad recomiendan a los conductores tomar la vía alterna de la Cola del Zorro hasta la carrera 22 -Universidad Ces- y ahí podrán bajar por la calle 10A para retomar el trayecto por la transversal Superior.
En la actualidad, el funcionamiento de las vías es a la inversa de las manecillas del reloj. Será restablecido en el otro sentido.
Al respecto, Adriana González, gerente del Parque Comercial, explicó que “ya se hizo la prueba del cambio de sentido y fue positiva, estamos esperando que se terminen todas las obras del sector para implementar este cambio si es que en realidad afecta de manera positiva la movilidad de la zona. El cambio se dará, según se prevé, el próximo año”.
Además, González explicó que de manera permanente se están realizando reuniones con la Alcaldía y la Secretaría de Movilidad para revisar los nuevos proyectos viales que ya se encuentran aprobados para comenzar a construir en los próximos meses, que afectaran el tráfico del sector, máxime si a esto se le suma la construcción de la nueva UVA de El Poblado, la cual trabajará de manera mancomunada con el Parque Comercial.
El decreto 350 del 10 de agosto de 2016 cobija la medida hasta el 31 de enero de 2017 en toda la localidad del sur del Valle de Aburrá entre la 8:00 de la mañana y las 12 de la noche.
Los únicos que tendrán excepción en esta medida serán los integrantes de la Policía, el Ejército, Tránsito, organismos de inteligencia y cuerpos de socorro. Así mismo, empresas de seguridad y servidores públicos en funciones laborales.
El incumplimiento de esta restricción será sancionado con la inmovilización inmediata de la motocicleta.