Hablemos de vidas destruidas. Y de balas perdidas
Tantas nuevas formas de entretenimiento
Catorce años de pico y placa, miles de millones de inversiones ¡y seguimos en un taco!
Medellín, 2019: cuarenta y dos muertes violentas en 23 días
Aguinaldos que no agravan el problema
¿Les da permiso a sus hijos para salir a la calle?
El muy preocupante “no sabe, no responde” de la Policía
Hay que protestar, hay que proponer, pero hay que saber cuándo
En todas partes hay alguien tosiendo
¿Dejar el carro en la casa? Difícil. ¿Aportar en sostenibilidad? ¿De pronto?
Correr al aeropuerto y perder el vuelo… y la vida
No explicaron, no socializaron y ahora perderíamos plata
Las maromas del presupuesto 2019 – 2022 en Medellín
El modelo de parquímetros se sube a los andenes
El edificio Mónaco tendrá que caer…
Denuncias desde el celular: la nueva estrategia de seguridad en Medellín
¿Quién pone en orden el parque Lleras?: volvemos a preguntar…
Septiembre divertido y multicolor
Recordar, recorrer y proyectar Ciudad del Río
Una máquina aterradora de alias
El regreso a casa después de los eventos de Feria
¿Cómo va Medellín? Entre retos y frustraciones
¿De verdad nos estamos leyendo?
¡Cómo se nos empapelan los proyectos!
¿Nos dejaron solos con el solo bus?
Los nuevos compromisos del periodismo
“No hay espacio público”, una queja para revisar
Alcalde, llegó la hora de las medidas impopulares
Se acabó el primer año de Federico y no vimos mucho
De “déjenos armarnos” y “que los maten”
Obras públicas que solo aseguran caos y abren la posibilidad de desgreño y corrupción
Montar un negocio con cargo al espacio público
El Alcalde vino a pedir perdón
Zona Rosa, zona costosa, zona expulsora
El trino que le quedó faltando al Alcalde
¿Saldrá el país de la polarización?
Ante un nuevo país, SÍ y NO, mandatos para la paz
Una historia, de las malas, contada a pedacitos
¿Se necesita el SÍ, o el NO, de Federico?
Niños de Medellín adoptan a escritores
“Las grandes obras siempre tienen dificultades”