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Las claves de la nutrición y una vida saludable

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Las claves de la nutrición y una vida saludable

Comienza un nuevo año de los conversatorios de Vivir en El Poblado y Santafé Medellín. En estos espacios quincenales distinguidos expertos de diferentes campos conversan en forma amena con el escritor Esteban Carlos Mejía sobre temas útiles en nuestra vida cotidiana.

 

El primer conversatorio de esta temporada 2013 será Las cuatro claves de la nutrición. El invitado será el médico nutriólogo Sandro Gómez Mauquet. Este especialista en Nutrición Clínica Enteral y Parenteral de la Universidad Nacional Autónoma de México, abordará los mitos, las verdades y acciones para alcanzar una alimentación equilibrada y llevar una vida saludable.
Este evento, recomendado para todos aquellos que desean deshacerse de esos kilos de más y limpiar el cuerpo de los excesos cometidos en vacaciones, se llevará a cabo el jueves 7 de febrero de 6:30 p.m. a 8:00 p.m. en el primer piso del Centro Comercial Santafé Medellín. La entrada es libre y no requiere inscripción. Informes en el 268 2758.

Centro Infantil Rotario de La Visitación:

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Centro Infantil Rotario de La Visitación:
Abiertas matrículas gratuitas

Hasta completar los cupos, estarán abiertas las matrículas gratuitas en el Centro Infantil Rotario de La Visitación, dirigidas a niños de 2 a 4 años que pertenezcan al Sisbén III, categorías I y II. Allí, a partir del 4 de febrero, de lunes a viernes, en una jornada de ocho horas (de 8 a.m. a 4 p.m.), los pequeños recibirán una atención integral, que incluye acompañamiento y alimentación (desayuno, almuerzo y refrigerio). Esta labor es realizada por la Fundación Solidaria La Visitación, bajo los lineamentos de Buen Comienzo, programa de la Alcaldía de Medellín que brinda educación inicial, salud, nutrición, recreación y protección a niños menores de cinco años, en 16 comunas y cinco corregimientos, por medio de sedes de atención.

La Fundación Solidaria La Visitación es una organización sin ánimo de lucro que durante 23 años ha desarrollado programas de intervención en distintas comunas de la ciudad, ofreciendo atención integral y alternativas educativas, recreativas y culturales a niños, jóvenes y familias de estratos bajos.

Para obtener mayor información sobre los requisitos para acceder a las matrículas o para apoyar a la Fundación Solidaria La Visitación, comuníquese en los siguientes teléfonos: 268 9191- 266 8938. El Centro Infantil está en la calle 5 Sur No. 30-72, contiguo a la parroquia de La Visitación.

Juegos de alcoba

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Juegos de alcoba

Por Gustavo Arango
“De caoba, mi señora”. Había comprendido que debía hablarle a ella. El hombre se escondía detrás de las gafas, el bigote y un balbuceo que sería igualmente indiscernible si uno se acercara para oírlo.
Pero ella lo oía, entendía los murmullos de ese hombre que podía ser su padre, que seguramente era su amante, a juzgar por las constantes miradas a la calle, el inocultable temor a ser visto allí con ella. Era un buen observador. Años de vender artículos para el hogar le habían dado la suspicacia para detectar la más leve huella de infidelidad.
“Pregunta si es resistente”, tradujo ella con una sonrisa, quizá imaginando el decorado general de su apartamento, contenta de estar protagonizando una escena como ésa.
“Usted podría organizar en esa cama una fiesta de elefantes. El ajuste de las piezas está cuidadosamente revisado”.

“Una fiesta de elefantes”, repitió ella divertida. Al hombre se le enderezó el bigote. Conocía esos gestos: la venta era un hecho.

Por política del almacén, los trámites eran breves. No debían permitir titubeos en los clientes. La pareja se despidió con palabras agradecidas de ella y el mismo monótono y lejano balbuceo del hombre.

Pronto sería mediodía. En un día normal, iría a almorzar al restaurante de la esquina y volvería de inmediato a trabajar. Pero era su día de suerte. Había hecho en la mañana las ventas que con dificultad hacía en una semana. Se dejó tentar por la idea de pedir la tarde libre. Quería sorprender a su mujer, dedicarle más tiempo.

Su jefe titubeó con la propuesta. Temía que fuera un desperdicio interrumpir la buena racha, pero al final accedió. Se sentía generoso y pensó que quizá era el momento de congraciarse un poco con su mejor vendedor.

A la hora del almuerzo salió con sus compañeros. Le palmeaban la espalda, lo felicitaban por su ingenio y le auguraban muchos éxitos. Alguien prometió usar la hipérbole de los elefantes. En la esquina decidió no comer. Se despidió de todos y caminó sin prisa, tratando de imaginar los éxitos que le auguraban.
No era mucho dinero, nunca lo había tenido, no le interesaba demasiado y no sabría qué hacer con él. En algún momento lo habían convencido de que tener dinero en exceso era un riesgo moral. Tampoco eran lujos. A lo sumo, la realización de un sueño de toda la vida: que tardes como ésa lo encontraran en lugares extraños. El único éxito que podía interesarle era poder ver lo que había detrás de palabras como Roma, Estambul o Sri Lanka.

Cuando llegó a su casa, abrió la puerta con sigilo. Quería sorprenderla, darle una sorpresa, invitarla al cine o a comer helado. La buscó en la cocina, pero no estaba. Desde la sala escuchó los crujidos en el cuarto. Pensó que ya era hora de cambiar el viejo juego de alcoba, que ella debía dormir; quiso creer que tenía un sueño intranquilo.

Se preguntó con qué fin habían ajustado la puerta, qué endeble conciencia querían cegar. Quiso grabarse cada detalle de la escena, cada ruido, cada gota de sudor. Los veía atropellarse, uno contra otro, con algo como miedo o desesperación, mientras descartaba una a una las actitudes aprendidas.

No cerró la puerta de la calle. Unos pasos después, otros ruidos vinieron a ocuparlo. Tomó un bus en la esquina y, después, se bajó y tomó otro y, mucho después, tomó otro y siguió hasta que el mundo tenía otro rostro.

Un baño público

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Un baño público

Por Memo Ánjel
El hombre chico entró al sanitario público. Estaba limpio y olía a fresco. Nada mal: dos orinales, dos sanitarios, un lavamanos amplio, una fuente de jabón, una secadora eléctrica de manos, un dispensador de papel. Si hubiera estado en un campo de concentración, se habría comido el papel. Pero no, el hombre chico estaba satisfecho. Se acercó al orinal que le pareció menos bajo, se empinó y disparó un chorro potente y amarillo. Orinó sin problemas. Y mientras lo hacía, imaginó otros sanitarios. Sintió el olor a desinfectante y recordó los baños públicos de las películas. En muchos de ellos habían matado gente: con puñales, con bolsas de plástico, con tiras de seda, con disparos de ametralladoras. Miró a su alrededor y todo seguía tranquilo. Leyó un aviso: “Acércate más. Salpica menos”. No aceptó la invitación del aviso. Miró con cuidado a su alrededor. Podría suceder algo, como en el viejo Chicago, cuando la prohibición de vender licores tenía la ciudad vuelta un sumario. Terminó de orinar y fue a mirarse al espejo. Estaba tranquilo y pensó que en lugar de ese aviso podrían colocar, en el centro del sanitario, una calcomanía con una mosca para que todos los hombres le apuntaran. Cuando el hombre chico era niño y orinaba en el campo, buscaba un grillo, una hormiga, algo que se moviera para darle con el chorro. Sonrió y se dijo, hoy es lunes.

El sábado había hecho el amor con intensidad y en la mañana del domingo había desayunado bien. Fruta, huevo con pimienta, un buen café. Incluso le gustó el contenido del periódico y la mujer que tenía al lado. Así que el hecho de orinar ese lunes solo fue eso, orinar, sin pensar porquerías. Y había quedado bien, con todos los canales vacíos. Incluso sintió que había crecido un poco. La cama del sábado, en la que se había mostrado como un vikingo cerrero, era amplia. Y la mujer que estuvo en ella, una reina de cabaret. La pasó bien y durmió como si le hubieran pegado un tiro en la frente. Todo se le puso oscuro y amplio.

En la mañana del domingo, recién bañado, mordió unos trozos de pan del sábado. Antes de almorzar hizo el crucigrama y luego miró la tele. Por la tarde durmió y soñó que era un peón de ajedrez. Al despertar, miró por la ventana e hizo un inventario de árboles, balcones y vecinos. Descubrió dos puertas azules, una fachada amarilla reciente y dos mujeres viejas que conversaban mientras se escarbaban las uñas de los pies. Le pareció asqueroso.

Frente al espejo en que se miró el hombre chico, volvió a repetir: “Hoy es lunes”. Sonrió y los dientes se le vieron blancos y parejos. Quiso hacer muecas y cantar “tengo más dientes que un hombre grande”, pero en esas entraron dos tipos, más cuadrados que altos.
—Acérquense más para que salpiquen menos, dijo el hombre chico. Los pisos meados huelen mal, acotó.

Y no se supo más, pues como en los baños públicos matan gente y, como ya pasó en Chicago y en New York, entrar en detalles no viene al caso. Como digo, era un hombre chico y estaba satisfecho. Y tenía todos los canales vacíos.

Corazón de mantequilla

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Corazón de mantequilla

Por José Gabriel Baena
Había una vez dos personajes de novela que vivían en mis 66 obras inéditas dentro del anaquel de la cocina, y se llamaban Vampiretto y Funeralda, eran vampiros vegetarianos y se mantenían leyendo en voz alta interminables cuentos de pérfidos ateos o sobre ellos mismos, como por ejemplo:

“ -Nada mejor para empezar una buena y triste historia que sentarse un largo día de verano en el trópico, digamos el 20 de diciembre de 2012, al borde de la piscina de sangre tibia, oyendo a los Rolling Stones y su coro de once mil vírgenes desnudas cantando You can´t always get what you want y, después de llorar a lágrima suelta entre 12 y 15 minutos hora estándar del Este, tomarse una ginebra doble y sentarse a filmar este cuento neofantastic, así: “Tras montes y valles, en tierras remotas, había una princesa más linda que la luna, o digamos que el sol, más dulce que el moscatel, o digamos que la miel, y no tenía esta princesa ni padre ni madre ni hermana ni hermano ni otros parientes, y se hallaba tan sola en el mundo como árbol solitario a orillas del camino, ya dijimos que este va a ser un cuento bien triste, más triste que Los Rollos del Mar Muerto del Amor que escribiste cuando perdiste para siempre el amor, y como si fuera poco tres brujas malvadas, envidiosas de la belleza de la infanta, la tenían hechizada. Y entonces llegó el apuesto caballero y gallardo aventurero Vampiretto desde los confines del mundo y le dijo citando a Cervantes: -¿De qué temes, cobarde criatura? ¿De qué lloras, corazón de mantequilla? ¿Qué te persigue o acosa, ánimo de ratón casero? Y con su espada deshizo el conjuro, y las tres brujas se desintegraron en pavesas, y en recompensa la princesa, que casualmente se llamaba Funeralda, le obsequió al húsar Vampiretto, pues era un húsar húngaro, un gran libro llamado El Gran Libro de Cuentos de Tapas Negras y una enorme vela, y le dijo: “Aquí te dejo, no tardarán en resucitar las brujas, y si quieres hacerme tuya enciende el cirio y lee el Libro y no te dejes interrumpir, y sobre todo no levantes la vista del libro, pase lo que pase y digan lo que digan”. Y Vampiretto cumplió con su deber y al momentito la princesa fue suya a la luz de los candiles. Y el libro que le obsequió la princesa era ESTE MISMO, para que lo leáis en temor y prudencia. Así… mientras el tiempo pasaba lentamente, nuestros protagonistas se amaban como dos tiernas palomas y vivían felices y contentos y por la tarde hacían su siestita soñando con héroes y heroínas y morfinas y hachís, benditas drogas enviadas por Alá, y leyendo luego más cuentos sobre ellos mismos, así:

“-Sucede que había en la profunda selva algunas hermandades constituidas por monjes que, rebeldes a las enseñanzas de Saulo de Tarso y de Temístocles, buscaban en el egoísmo y el bandidaje la imagen engañosa de la sabiduría y se les conocía como los 80 Malvados Ascetas Desnudos, quienes no vivían de limosnas sino del asalto sangriento y a mansalva. Después de avistar en un claro a Vampiretto y Funeralda se dirigieron durante la noche a la Famosa Roca Negra, pues sabían que tarde o temprano, extraviados en el bosque, nuestros héroes estarían allí después de ponerse el sol. Así sucedió, y una vez Vampiretto y Funeralda se hubieron alojado en una casita que servía de abrigo a los desgraciados viajantes, 900 (o 700) de los 80 Ascetas Desnudos se acercaron al albergue intimándoles rendición, amenazando con prender la casa si no se entregaban por las buenas. Pero Vampiretto y Funeralda, que tenían la facultad de conocer todos los pensamientos –como sucede en las antiguas y buenas novelas-, supieron que los iban a matar, y se hicieron muy pequeñitos y se deslizaron por el ojo de la llave y, volviéndose invisibles, escaparon en las mismas barbas de los Herejes Bandidos Teólogos. Y unos 200 años después, en el siglo 21, y para establecer la topografía de este cuento, Vampiretto tomó a Funeralda de la cintura y la hizo montar detrás de él en su mismo corcel, porque llevaba corcel bien aprestado y apercibido de armas y ricas viandas, y regresaron a su palacio sobre los precipicios en el corregimiento de Santa Elena de la Maldita Medellín de Indias, con vista a la presuntuosa ciudad.

Deberemos decir aquí también que en el vasto jardín de Funeralda y Vampiretto, en alguno de sus mágicos y ocultos rincones, perdido entre macizos de flores de altísimos tallos, vivía acurrucadito desde hacía muchos años, quizá desde el principio de los tiempos, un anciano mago cuya hermosa cabeza semejaba un ovillo de lana de las ovejas de la luna, esto es, ovejas de lanas de plata, cabellera maravillosa que se prolongaba con las barbas, plateadas también. ¿Y para qué mencionamos la existencia de este anciano mago? Pues parece ser que se escapó de otro cuento donde no le daban desayuno ni sopitas ni su copita doble de jerez para dormirse. Ser personaje de cuento es oficio bien difícil, sobre todo cuando se entra en la edad de los achaques y lo descuidan a uno los autores. Y entonces nuestros jóvenes protagonistas lo cogieron de su cuenta y lo invitaban a sus abundantes cenas bañadas en vino. “-Por todo ello y lo que hemos atravesado de vida en vida –citaba siempre Vampiretto a Gao Xingjian– no conviene sondear las almas, no conviene buscar las causas y los efectos, no conviene buscar el sentido, todo no es más que caos. No tienes ganas sino de exponer los hechos valiéndote de un lenguaje que trasciende las relaciones de causa y efecto y de la lógica. Se han contado ya tantas tonterías que nada te impide seguir contando más”. Y cantando Flores muertas, el mejor bolero de los Stones, se despide de vosotros Josecito Nosesabe. FIN

Un cruce inventado

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Un cruce inventado

Por Saúl Álvarez Lara
…Fue entonces cuando cometí el error. Me enamoré. Sucedió así. La vi por primera vez en el cruce de dos calles. La vi antes de que el semáforo cambiara pero algo la interrumpió y no alcanzó a hacerlo. Me pareció tímida en su vestido de algodón blanco. No tenía un cuerpo de esos que entusiasma, era más bien menuda pero algo en ella la destacaba del resto, ángel dirían algunos. Entre el momento en que la luz roja le prohibió el paso y el regreso de la luz verde tuve tiempo suficiente para llegar a su lado.

Cruzar calles no era su fuerte y la noté nerviosa, con deseos de estar en la seguridad de la otra acera o en otra parte. Un peatón en sentido contrario la rozó con fuerza, salió de su trayectoria e invadió la mía. Me miró con una disculpa pero no esperó respuesta. En menos de treinta segundos, intensos, llegamos a la otra acera. Cuando recuperó la calma caminó entre la gente que se abría a su paso. Me mantuve dos metros detrás. Por momentos alcanzaba a situarme a su altura. Entonces pude apreciar su perfil; sus hombros bronceados; su cintura perfecta y la falda al vuelo, que dejaba, a veces, percibir la piel de sus muslos. Caminaba como si fuera a llegar tarde. Al trabajo, pensé. De repente se me ocurrió que la causa del nerviosismo podía ser la posibilidad de incumplir una cita. Iba retrasada y su afán no debía tener otra explicación. La posibilidad de la cita fallida abría otros espacios. Una cita de amigas, con su madre o de trabajo, eran situaciones aceptables, pero si se trataba de un encuentro de amor era distinto. Hasta ese momento nunca consideré la posibilidad de los celos. Ahora, con la mujer vestida de blanco, la sospecha de ver traducido su afán en angustia por culpa de una cita de amor, me descompuso. La presencia de otro me convirtió en presa fácil de los celos.

Cualquiera puede pensar que es imposible que situaciones así sucedan en un espacio tan corto de tiempo, para muchos se necesita una vida entera, pero no, la sola idea de una presencia masculina cerca, acariciando su piel, besándola, me erizó los pelos. Entonces, estuve a punto de cometer otro error. Quise alargar la mano para tocarla, tomarla por el brazo y preguntarle adónde iba, cuando un golpe sólido en el hombro interrumpió mi intención y perdí el equilibrio. La perdí de vista.

Aquel día hice el recorrido entre el semáforo y el lugar donde recibí el golpe en el hombro cientos de veces con la esperanza de verla pero ella no deshizo sus pasos. Volví el día siguiente y el siguiente y muchos otros después. Horas miré desfilar gente. La luz pasó de verde a rojo y cambió de nuevo a verde cientos de veces pero ella no regresó. Después de casi tres semanas de vigilia, una mañana creí entender por qué no la había vuelto a ver. Esperaba una mujer vestida de blanco sin considerar que hubiese podido cambiar de vestido, sin duda su guardarropa debía incluir la gama de tonos y texturas que la moda exige para estar al día. Hice grandes esfuerzos pero no logré imaginarla de rojo encendido o azul colegio, para mí era una mujer vestida de blanco. Mi incapacidad para verla en otros colores era superior a mi deseo, incluso a mis celos, y nunca más apareció. Es probable que nunca haya regresado.

Entonces inventé una táctica de defensa que no solo la alejaba de mi vista y mi deseo, sino de cualquier probable enamorado que hubiese buscado aquel día, inventé que era una extranjera de paso y así se quedó en mi memoria.

La boda negra

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La boda negra

Por Juan Sebastián Mora Eusse
Esta es la historia de un hombre con nada que perder, excepto a sí mismo. La alegría y la desdicha se confundían en su rostro. Era un manojo de inseguridades. El suyo era el juego eterno de menospreciar lo propio y languidecer por lo ajeno, para luego valorar lo que una vez fue suyo y desinteresarse por lo que hace poco anhelaba.

La fecha de matrimonio estaba fijada para el 24 de noviembre. Ese día se cumplían tres años de la tarde nublada en que la conoció en el bar La Esmeralda. En ese bar, muy cerca de la iglesia donde iba a casarse, decía haber vivido “los mejores años de su juventud”.

Su futura esposa era bella, sofisticada a su manera, y dotada de un sentido del humor tan negro como el suyo, cualidad que le fascinaba y aterraba al mismo tiempo. El deseo de ella era vestir de negro en la boda. Familia y amigos la habían criticado hasta al cansancio. Así eran las ocurrencias de la novia: divertidas, perturbadoras.

Al fin llega la hora. Continúan las burlas y las críticas por el vestido de la novia. Pero son cada vez menos notorias. El arroz llueve. Marido, mujer e invitados se dirigen a Los Abedules, la hacienda donde él pasó su infancia.

La parranda era ruidosa. El padre había contratado una de las papayeras más costosas del país. La hija tuvo que aceptarla a regañadientes. Ella detestaba con pasión la música tropical. Los rostros de los novios parecían felices.

Después del brindis y demás rituales típicos de las fiestas matrimoniales, el novio cayó en una de sus encrucijadas mentales. Su nuevo compromiso batallaba con la idea de la libertad que perdía. Justo en ese momento, cuando la libertad parecía derrotada, sentía que aún era posible retenerla.
“Voy al baño”, dijo.
Se escabulló por una de las puertas traseras. Allí se abría un frondoso bosque que conocía de memoria. Más allá estaba el barranco, en cuyo borde muchas veces se había sentado a reflexionar.

La novia también desapareció. Las copas de más la condujeron a una de las habitaciones donde se sumió en un profundo sueño o, al menos, eso sostuvo ella al día siguiente.
Después de dos horas, nadie sabía el paradero de los recién casados. Entonces, del bosque emergió el novio. Su traje blanco estaba cubierto de lodo. Habló con agitación a los pocos invitados que seguían despiertos en el corredor.

“Tienen que acompañarme al bosque, ya mismo”.
Al principio, los borrachos se rieron.

“No lleva ni medio día de casado y ya se quiere volar”.

Pero algunos empezaron a alarmarse con la palidez fantasmal y el gesto preocupado de su amigo. Buscaron linternas y se adentraron en el bosque. Trataban de seguirle el paso al novio, quien corría entre los pinos y solo se detenía para no perderlos de vista.

Los sonidos del bosque y la oscuridad reducían el efecto del alcohol en los improvisados expedicionarios. El silencio se apoderó del viento. Los pinos se evaporaron. Al final de la carrera, el novio se detuvo en el borde del barranco y les gritó:

“¡Aquí, aquí está!”
Un escalofrío recorrió sus cuerpos. El novio yacía en el fondo del abismo, con su vestido blanco cubierto de lodo. Invadidos por una intolerable sobriedad, los invitados buscaron la figura que los había guiado hasta allí. Había desaparecido.

Mientras tanto, en la casa, la viuda limpiaba de lodo y de hojas su vestido negro. Sabía que al día siguiente iba a necesitarlo.

Bazar en la Vía Primavera

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Los Mercados Campesinos, la Tienda del Mamm y un grupo especial de creativos de la UPB, cuya misión era reformar prendas, fueron algunas de las atracciones del más reciente bazar en la Vía Primavera. Durante este evento, que combinó la oferta comercial y gastronómica de la zona con actividades culturales, se recolectaron y entregaron, en un mismo día, regalos para los niños del Hogar Bambi.

Alejandra De Bedout, Laura Jiménez

Andrés Tobón, Lolita Tobón

Camilo Agudelo, Juanito Acosta

Carlos García

Carolina Gómez, Juan David Gutiérrez

Catalina Restrepo

Estefanía Osorio, Ana Cristina Patiño, Laura Muñetón, Carolina Betancur

Juana Toro, Juan Manuel Barrera

Laura Díaz

Mariana Gómez, Camila Sánchez

Melina David, Susana David

Nataly Duque, Natalia Taborda, Cindy Colorado

Paula Jaramillo, AMy Piñeres, Gloria Saldarriaga, Alejandra Jaramillo

Ricardo Ruiz

Sebastián Mejía, Mario GIraldo




Palabramar: El Colegio del Cuerpo

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Palabramar: El Colegio del Cuerpo

Uno de los centros de danza contemporánea más importantes del país, El Colegio del Cuerpo, presentó en el Mamm Palabramar. La obra, concebida como un homenaje al poeta Aimé Cesáire, fue el cierre del año del programa cultural del museo Noches Extendidas.


Adrián Zelaya, Carlos H. Jaramillo, Dora Mejía

Alina López, Santiago Alzate

BeatrIz Franco, Dora Vélez, Lizbeth García, María Mercedes González, Óscar Roldán

Catalina Echeverri, Harry Montoya, Carlos Alberto Rendón

Diego Castaño, Mónica Giraldo

Gladys Márquez, Natalia Estrada, Laura Estrada

Johanna Agudelo, Yadira Sánchez

Juan José Montoya, Álvaro Ramírez

María Paula Duque, Ana María Duque









68,70,72. Bienales de Arte Coltejer

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68,70,72. Bienales de Arte Coltejer

49 obras de artistas de 12 países componen 68,70,72. Bienales de Arte Coltejer, exposición inaugurada en el Museo de Antioquia, con la curaduría de Nydia Gutiérrez y Carolina Chacón. La muestra, además de hacer un reconocimiento a aquellas históricas bienales patrocinadas por Coltejer, tiene el propósito de promover investigaciones interdisciplinares sobre el surgimiento, desarrollo e impacto que tuvieron en la esfera artística y social de la época.


Alberto Sierra

Ana Piedad Jaramillo, Rafael M. Kalach

Andrés Piedrahita, Alonso Orrego

Carolina Chacón, Juan Bustamante

Catalina Jiménez, María Cristina Vargas, Byron Vélez, Paula González, Carlos Rendón

Diana Carolina Zapata, Karen Gómez

Diego Bedoya, José Javier Mejía

Gabriel Baraya, Lina Posada, Jaime Morales

Hernán Varela, Julieta Marín, Doris Ortega, Luz Ángela Soto

Hildebrando Mejía, Ana Lucía Mejía, Alberto Piedrahita

Isabel Cristina Seguro, Marco Aurelio Sáenz

Jessica Escobar
Maleya Hoyos


Juan Francisco Vélez, María Luisa Estrada, Sofía Estrada

Lucía González, Ignacio González, Ángela Duque

Martha Elena Gómez, José Miguel Lotero

Pascual Ruíz, Alfonso Sánchez

Ricardo Giraldo, Jovanna David

Walter Correa, José Claver








En la búsqueda del cuerpo

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En la búsqueda del cuerpo

Pudo haber continuado su carrera como bailarín profesional en cualquier lugar del mundo pero prefirió regresar a trabajar con la infancia desfavorecida

No es una historia simple la de Álvaro Restrepo, es quizás el profesional de danza contemporánea más conocido de Colombia y el bailarín colombiano más reconocido internacionalmente. A pesar de haber empezado a bailar a los 24 años, -tarde para un bailarín que depende de la juventud de su cuerpo para el virtuosismo-, pudo estudiar en Nueva York, recorrer el mundo, presentarse en los mejores escenarios y ser entrenado por grandes maestros del baile como Martha Graham y Merce Cunningham.

Su infancia estuvo lejos de ser maravillosa. Sobrevivió a una educación escolar y familiar basada en la violencia física y psicológica. En un ambiente machista del Caribe colombiano su único refugio fue el aprendizaje del piano con su tía abuela Maruja de León, “la primera gestora cultural de Cartagena, una mujer visionaria y muy cristiana (en el mejor sentido de la palabra), que vivía su fe y la ejercía a través del amor por los demás”. Ese, dice Álvaro, fue su primer contacto con las artes y con las obras por los otros.

Terminado el bachillerato siguieron un par de años de estudio de Filosofía y Letras, y otros dos de trabajo con niños de la calle en Bogotá. Luego vino el estudio de Teatro como herramienta terapéutica para los niños desamparados. Allí descubrió su cuerpo, las posibilidades del baile y su pasión y talento.

Algunos lo llaman el clamor del alma, otros insatisfacción; Álvaro lo describe como un llamado. Después de encontrar el éxito internacional, regresó a Colombia con el ánimo de ayudarle a los niños menos favorecidos a encontrar un camino, a descubrir el talento a temprana edad y a cuidar el cuerpo. Así, de la mano de Marie France Delieuvin, bailarina y coreógrafa francesa, fundó en 1997 el Colegio del Cuerpo en Cartagena.

Si se mira por encima, el Colegio del Cuerpo es un proyecto social, pero Álvaro Restrepo lo que busca es talento. “La mejor manera de impactar lo social es a través de la búsqueda de la excelencia”, explica el bailarín. “Nos hemos propuesto que no haya diferencia entre hacer el bien y la excelencia”.

El colegio recibe niños y jóvenes de escasos recursos según su talento y dedicación. Esto le permite a los pupilos tener oportunidades que de lo contrario el contexto cartagenero les negaría. A su vez el trabajo con la danza “forma seres sensibles, alertas y compasivos, que es lo que necesita esta sociedad”, asegura. Agrega que, como todas las artes, el baile debería ser una asignatura formal y no de uso del tiempo libre. Pero la danza profesional no es un concepto fácil de introducir en la sociedad colombiana. “Yo creo que es porque somos un país donde todo el mundo sabe bailar y el baile está presente siempre. Somos muy corporales y tal vez por eso se asocia a la rumba, al carnaval, a la diversión y no a la disciplina y al sacrificio”.

Sacrificio ha sido para Álvaro dedicarse mucho a la gestión del colegio, dejando un poco la creación artística. “Dedicarme 15 años a este proyecto y a mantenerlo vivo me cambió la vida, pero he tratado de entender que el colegio es una obra de arte, una escultura social, así que me siento gratificado por los ‘sacrificios’ en la lucha”, dice con alegría.

Ahora quiere regresar a su propio cuerpo, a crear obras para sí mismo. Para él, el paso del tiempo no es una derrota, es una conquista. “La vida del bailarín termina cuando uno lo decide, cada edad tiene su propia danza y su propio tiempo”, explica el coreógrafo. Sin embargo, no espere verlo bailando en una rumba, pues dice que no va a fiestas a trabajar, prefiere ver cómo se desinhibe la gente, analizar el lenguaje corporal de los otros y mirar cómo se revelan a través del cuerpo. “Como decía Martha Graham, el cuerpo nunca miente”.

Ari, la DJ de los vinilos

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Ari, la DJ de los vinilos

Adriana Gutiérrez se destaca en la escena electrónica de Medellín

Antes de salir a escena en el Beat Xperimental, evento musical realizado en La Miscelánea, en el barrio Provenza, Adriana tenía las manos heladas. Hacía tiempo no tenía esa sensación y se puso nerviosa cuando DJ Dmoe la presentó como “buena conocedora de la música”. Sobre la mesa en donde estaban las tornamesas y el mixer, acomodó un maletín y de este eligió unos cuantos discos de vinilo. Buscando que el cambio pasara desapercibido, los acomodó sobre la pista que venía y estos giraron al tacto de agujas nuevas. Llevó los audífonos a la cabeza y bailó al ritmo de lo que mezclaba. Al tiempo, descubrió un oído para escuchar los sonidos, cantó las pistas vocales y dijo: “Me gusta contar una historia, ese es el trabajo del DJ”.

Ari DJ, como se hace llamar Adriana Gutiérrez, empezó a tocar piano a los seis años cuando su papá la llevó a la casa de una alemana que tenía un piano. Allí tomó clases y se acercó a los sonidos de obras clásicas infantiles. Luego aprendió a tocar el órgano electrónico y continuó tomándole amor a la música.

Vivir por la música
En Armenia, su ciudad natal, creció oyendo música disco, folclórica colombiana y todo tipo de ritmos de descendencia africana que a su padre se le antojaban.

“¡Entretenimiento musical a cargo de Adriana Gutiérrez!”, decían los presentadores en fiestas y eventos en los que interpretaba música tropical junto a su profesor de órgano. A los 10 años le dijo que quería tocar música clásica, pero este la ignoró por completo. Desmotivada, no volvió a ensayar y así dio fin a sus presentaciones.

Pereira ofrecía más opciones para un futuro profesional y allí se fue a vivir. Entre Música y Derecho, terminó eligiendo el segundo de huida del desafortunado destino que, según su madre, le esperaba a los artistas. En el 2000 la música electrónica estaba en su boom y los DJs todavía tocaban con vinilos. No olvida esa primera fiesta cuando vio salir a Dj Alexa de Bogotá, con un saxofonista: “Vi a esta pelada tocando electrónica con música convencional, los discos, los acetatos y dije: “¡Wow, yo quiero ser como ella!”.

Estando en la universidad empezó ir a las fiestas, pero su curiosidad iba más allá de la rumba. Se hacía al lado de los DJs para hablar de música y ver lo que hacían. “Yo quiero aprender”, le dijo a uno de ellos en el bar que frecuentaba. “Para ese momento había mucha competencia, sobre todo entre los hombres, líderes del género. No era fácil que alguien te enseñara”, cuenta Adriana. “¿Pero seguro que quiere aprender?”, le dijo su amigo, reconfirmando que aquel deseo no fuera el mismo de las chicas que solo lo hacían por moda. Desde ese momento cada tarde practicaba. Logró tener su primer tornamesa, compartió equipos con otros DJs y fue hasta Cali a comprar discos.

Aunque llegó hasta el cuarto año de Derecho, este quedó relegado tras tropiezos y desencantos. Había conocido a Andrés Puerta, DJ Mister Drums, quien estudió en España con el DJ Cristian Varela (líder en el género techno) y juntos emprendieron la creación de JAH Estudio, la primera academia de electrónica que existió en el Eje Cafetero. Para sustentar lo que enseñaba, entró a estudiar Licenciatura en Música en la Universidad Tecnológica de Pereira. Reconoció que el violín, con el que se hacen obras hermosas, le fue imposible y que al fin de cuentas lo suyo era “la música del futuro” y su instrumento, la tornamesa.

Del Eje Cafetero a Medellín
Ari fue la primera DJ en Pereira. Participó en el Afternoon Party en 2004, ocupó el tercer puesto en el concurso de Heineken Thirst y su primera residencia fue el Tropical Cocktails de esa ciudad. En este mundo electrónico las mujeres suelen ser estigmatizadas. “Otra vieja que viene a mostrarse y que no sabe tocar”, dicen los productores cuando estas se presentan, cuenta Adriana. Sin embargo, su experiencia y el empeño por lograr una excelente producción le han permitido destacarse. Es una de las pocas mujeres que sabe tocar con vinilos.

A principios de 2012 llegó a Medellín, la ciudad electrónica colombiana, para continuar haciendo lo que más le gusta: aprender, enseñar y producir música. En abril de este año tuvo la oportunidad de presentarse en Fruto Beach (Cartagena), la playa más importante para la música electrónica en el país. Hoy reside en el Tropical Cocktails del Parque Lleras, bar en el que toca house, su género predilecto. En otros escenarios recurre a un saxofonista y a percusionistas, para un show en el que ofrece otras alternativas. También da clases de teoría musical en la academia Dj Zentral, ubicada en la calle 10 de El Poblado y estudia informática musical en el Instituto Tecnológico Metropolitano.

“Entiendo el afán de los DJs por figurar, pero nunca lo he sufrido. No sufro si no toco un fin de semana, lo que me desvela es la buena música”.
Para conocer más sobre el trabajo de Ari DJ visita su set Privilage en http://www44.zippyshare.com/v/29836530/file.html y youtube.com/arideejay.

Francisco y su pesebre

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josegabrielBaena

Francisco y su pesebre

/ José Gabriel Baena
Con la leve brizna de catolicismo que aún conservo en mi malvado corazón, declaro que no acepto en absoluto la afirmación de Benedicto 16 sobre que no hubo en el pesebre ni buey ni asno, y sí en cambio leo con fervor cada año Las Florecillas de San Francisco de Asís el 25 de diciembre, día de mi ascenso a este mundo, donde se cuenta cómo este santo inventó el pesebre que ha sobrevivido 783 años en el imaginarium de los pueblos. (Francisco nació en 1182 y murió en 1226). Transcribo fragmentos de la Biblioteca de Autores Cristianos y de la Editorial Aguilar en su colección de miniaturas que publicaba entre 1950-60. Diáfana piratería de las cosas del Altísimo.

“La suprema aspiración de Francisco, su más vivo deseo y su más elevado propósito, era observar en todo y siempre el santo Evangelio y seguir la doctrina de nuestro Señor Jesucristo y sus pasos con todo cuidado, con todo el anhelo de su mente, con todo el fervor de su corazón. Digno de recuerdo y de celebrarlo con piadosa memoria es lo que hizo tres años antes de su gloriosa muerte, cerca de Greccio, el día de la natividad de Nuestro Señor Jesucristo. Vivía en aquella comarca un hombre, de nombre Juan, a quien el bienaventurado Francisco amaba con amor singular, pues, siendo de noble familia y muy honorable, despreciaba la nobleza de la sangre y aspiraba a la nobleza del espíritu. Unos quince días antes de la Navidad, el bienaventurado Francisco le llamó, como solía hacerlo con frecuencia, y le dijo: Si quieres que celebremos en Greccio esta fiesta del Señor, date prisa en ir allá y prepara prontamente lo que te voy a indicar. Deseo celebrar la memoria del niño que nació en Belén y quiero contemplar de alguna manera con mis ojos lo que sufrió en su invalidez de niño, cómo fue reclinado en el pesebre y cómo fue colocado sobre heno entre el buey y el asno”.

“El hombre bueno y fiel corrió presto y preparó en el lugar señalado cuanto el santo le había indicado. Llegó el día, día de alegría, de exultación. Se citó a hermanos de muchos lugares; hombres y mujeres de la comarca, rebosando de gozo, prepararon cirios y teas para iluminar aquella noche que, con su estrella centelleante, iluminó todos los días y años. Llegó Francisco y, viendo que todas las cosas estaban dispuestas, las contempló y se alegró. Se prepara el pesebre, se trae el heno y se colocan el buey y el asno. Allí la pobreza es ensalzada y Greccio se convierte en una nueva Belén. La noche resplandece como el día, noche placentera para los hombres y para los animales. Llegan las gentes y ante el nuevo misterio saborean nuevos gozos. La selva resuena de voces y las rocas responden a los himnos de júbilo. Cantan los hermanos las alabanzas del Señor y toda la noche transcurre entre cantos de alegría. Francisco está de pie ante el pesebre, desbordándose en suspiros, derretido en inefable gozo. Se celebra el rito solemne de la misa sobre el pesebre y el sacerdote goza de singular consolación. Así… el niño Jesús, sepultado en el olvido en muchos espíritus, resucitó por su gracia, por medio de su siervo Francisco, y su imagen quedó grabada en los corazones enamorados. Terminada la solemne vigilia, todos retornaron a su casa colmados de alegría.” Amén pa´ las ánimas.
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Ron Botero… ¡qué aguinaldo!

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En los primeros días de diciembre recibí esta sugestiva invitación: “Prometemos la luna. Programa Noches de Planetario. Ron, noche, alcoholes y literatura. Invitados: Héctor Abad, escritor, y Mario Jursich, director de la revista El Malpensante. Viernes 14 de diciembre, hora 6:30 p.m. Planetario. Entrada libre”.

No asistí… no pude asistir. ¡Qué lástima! No soy caro amigo de ninguno de los dos, pero por avatares del destino hace algunos años a los dos les serví unos rones en la chimenea de mi casa y disfruté de su breve compañía… sobra decir que tímidos no son y les fascina el ron. Hasta el momento de iniciar esta crónica, no he recibido ningún mensaje o comentario de aquella noche de luna, la cual – no es osado imaginar – debió de haber sido una auténtica tertulia etílica, rebosante de picantes anécdotas y conspicuas opiniones. Aclaro: ajeno a lo tratado aquella noche, seguramente comentaron algo acerca del Ron Botero, recién salido al mercado y asunto sobre el cual me voy a referir, esperando no parecer plagiario de sus eventuales comentarios. No es la primera vez que escribo sobre el tema. En octubre de 2009 escribí en mi columna Apuntes de Servilleta una crónica titulada “No más enólogos… necesitamos sabihondos del ron” y en ella decía: “Durante más de medio siglo la vida me ha permitido disfrutar y degustar del bouquet de rones panameños, boricuas, ticos, jamaiquinos, guatemaltecos, hondureños, venezolanos y obviamente cubanos convirtiéndome actualmente en pregonero de la necesidad de valorar y divulgar la cultura de aquello que el escritor cubano Fernando G Campoamor denominó perfectamente como ‘el hijo alegre de la caña de azúcar’. Es un hecho: como en tantas cosas de nuestra cultura, los colombianos estamos rezagados en el conocimiento histórico, social y geopolítico de una bebida que lleva más de cuatro siglos entre nosotros y continuamos sin prestarle la atención que se merece; sin embargo, en menos de dos lustros nos hemos convertido en grandes conocedores de vino y da gusto oír los comentarios y observaciones especializadas de quienes ya han pasado por una, dos, tres o media docena de catas, gracias a las invitaciones que semanalmente se ofrecen en las principales ciudades de Colombia, organizadas por las distribuidoras de vinos chilenos y argentinos, las cuales tienen al consumidor atribulado de información y a los propietarios de restaurantes repletos de producto en consignación”.

Lo que tenía que pasar pasó: a finales de noviembre me invitaron a una cata de Ron Botero organizada por la FLA e implementada y servida impecablemente en el restaurante San Carbón (sobre la variante Las Palmas). Hicimos presencia 60 personas a quienes en magistral charla el maestro mayor de la FLA (ingeniero Jorge Gómez) no solo nos enseñó con lujo de detalles cada uno de los rones que destila la FLA, sino que de manera impecable, sin alborotos y exceso de adjetivos, nos instruyó sobre las “virtudes gustativas” del Ron Botero.

Confieso: mi primer encuentro con el Ron Botero fue fascinante; me pareció muy diferente a todos los que conozco, me supo su añejo, me gustó su color, me calentó sensualmente la garganta, su aroma me sacó lagrimas de los ojos, me apretó la dentadura, me irrigó las venas del cerebro, lo sentí llegar al estómago, me entró por el alma… sencillamente, me encantó; además, su nombre, su razón de ser, sus intenciones sociales, su estupenda etiqueta y su hermosa botella lo convierten en un estupendo aguinaldo para amigos y parientes cercanos y sobre todo para llevar a las amistades lejanas. Hoy quiero agradecer a San Carbón por tan amable invitación y a la FLA por tan estupenda bebida, la cual, gracias a su gran calidad, entrará a reforzar el bar de los verdaderos amantes y coleccionistas del ron y a quienes como Héctor y Mario y Yo, un buchecito diario se nos convertirá en elixir cotidiano.
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Andrea Trujillo: Ganso y Castor

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Andrea Trujillo: Ganso y Castor

Un encantador café bistró que transporta con su exquisita comida y decoración a las calles parisinas, viene ganando adeptos desde hace dos meses cuando abrió sus puertas en la carrera 36 con la 7 – 46, en el barrio Provenza. La artífice de Ganso y Castor es Andrea Trujillo, quien estudió cocina en la Escuela Hofmann, en Barcelona, y administración hotelera en la prestigiosa Escuela de Hotelería de Lausana, en Suiza.

El paté, las empanadas de queso de cabra, la sopa de cebolla, los sándwiches y los ricos menús diarios (que incluyen entrada y postre) son algunos de nuestros recomeAndados de la carta de este acogedor lugar. Para las cenas de Navidad y Año Nuevo, Ganso y Castor ofrece pavos ahumados, lomos acaramelados y perniles a las finas hierbas, con dos tipos de salsas y una variedad de acompañantes (los pedidos deben realizarse con dos días de anticipación).

El pernil, lomo o pavo queda perfecto con una salsa de manzanas especiadas y acompañado de una ensalada de orzo al pesto con tomates secos, pasas y nueces. Recetas que Andrea Trujillo nos regala en la presente edición de la Buena Mesa.

Salsa de manzanas especiadas (para 6 porciones)
• 3 manzanas verdes.
• 80 gramos de azúcar.
• 30 gramos de mantequilla.
• 2 estrellas de anís.
• 1 rama de canela.
• Media vaina (ramita) de vainilla.
• Una cucharadita de polvo cinco especias.
• Media taza de caldo vegetal.

Procedimiento
Pelar las manzanas y cortarlas en láminas delgadas, vigilando que las semillas se retiren. En una cacerola derretir la mantequilla y poner las manzanas con el azúcar, el anís, la canela, la vainilla y el polvo cinco especias. Cocinar a fuego medio durante 20 minutos o hasta que las manzanas estén blandas. Retirar el anís, la canela y la vaina de vainilla. Licuar hasta que no queden trozos de manzana. Regresar a la olla y aligerar con un caldo vegetal de tal forma que quede una salsa consistente pero ligera.

Ensalada de orzo al pesto, con tomates secos, pasas y nueces
(para 10 personas)
• 500 gramos de orzo.
• 1 taza de pesto de albahaca.
• Media taza de tomates deshidratados.
• 1/3 taza de nueces picadas.
• 1/3 taza de pasas rubias.
• Sal y pimienta al gusto.

Procedimiento
Cocer el orzo en abundante agua con sal hasta que esté al dente. Colar y enfriar con agua corriente del grifo. Agregar al orzo el pesto, los tomates, las nueces y las pasas. Mezclarlos bien hasta obtener un color homogéneo en toda la pasta. Rectificar la sal y pimienta. Servir frío de acompañamiento a carnes como pavo, roast beef y pernil.

El cochinillo de Toscano

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El cochinillo de Toscano

Un plato que vale la pena probar este diciembre es el cochinillo all’ aspromonte, de la trattoria y pizzería Toscano.

Esta creación del propietario del restaurante, el italiano Felice Toscano -inspirada en sus tardes de caza cerca al macizo montañoso Aspromonte, en la región de Calabria- consiste en un cochinillo horneado, que se marina durante dos días en brandy, vino blanco y especias. El plato va acompañado de unas papas de la casa y un antipasto calebrese (una tabla con quesos, carnes maduradas y otras delicias). Incluye además dos jarras de sangría o dos litros de vino blanco o tinto. El cochinillo debe ordenarse con tres días de anticipación y está pensado mínimo para seis personas, máximo para diez. El costo por persona es de 55 mil pesos. Toscano está ubicado en calle 8 A Nro. 34 – 20, en Provenza. Informes en el 311 3094.

Los buñuelos de Don Pedro

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Los buñuelos de Don Pedro

“Es una receta de mi bisabuela, que mi papá trajo de su pueblo cuando montó el restaurante hace más de 25 años”, afirma Pedro Suárez acerca de los célebres buñuelos que vende en su restaurante Don Pedro, localizado al lado de la iglesia de Santa Ana, en el parque de Sabaneta. La clave es, según él, que están hechos con quesito. Grandes y esponjosos, son un antojo difícil de ignorar. También son famosos porque cada año, Don Pedro prepara un buñuelo de gigantescas proporciones (el de 2011, pesó 40 libras). Los chorizos, chicharrones, pandequesos y morcillas (además del inmenso típico montañero) también son otros de los productos estrellas de este restaurante.
Informes: 288 0962.

Un banquete de alternativas

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Un banquete de alternativas

Varios reconocidos sitios gastronómicos de la ciudad ofrecen suculentas opciones para las cenas de Navidad y Año Nuevo. En la Cafetiere de Anita pueden ordenarse pavos rellenos con manzana, champiñones y tocineta, pechugas de pavo rellenas de frutos rojos secos, perniles horneados con un glaseado de naranja y Cointreau, jamones ahumados dorados en salsa maple y jerez.

El Chef Francois vende por encargo perniles asados en salsas de uchuvas y finas hierbas, pavos rellenos, con carne de cerdo o res, y deshuesados en salsa de cerezas o al vino. La Salsamentaria Excelsior ofrece perniles asados, cañones de cerdo asados y jamonados, pavos rellenos, chuletas de cerdo jamonadas, pechugas rellenas y pierna de cordero, en una variedad de ricas salsas. Todos estos restaurantes también cuentan con una diversidad de acompañamientos para estas carnes tradicionales en las cenas decembrinas, ocasiones ideales para consentir el paladar.

Hay que confiar en el camino

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Hay que confiar en el camino
/ Esteban Carlos Mejía
Es muy difícil no tutear al padre Jorge Villalobos. Te envuelve con eso que la gente llama don de gentes, te escucha con atención y te habla con respeto. Tiene pinta de galán de telenovela mexicana. No es casual: nació en Durango, a medio camino entre San Luis Potosí y Culiacán, como en un corrido de José Alfredo Jiménez. Ya casi no tiene acento. En vez de “no manches, güey” tiende a decir “eh, ave María, pues”. Sin exagerar, claro.

No predica: convence. Su elocuencia es antirretórica, sin alambiques oratorios. Charla (o platica) con sencillez y claridad, a punta de ejemplos cotidianos o de remembranzas de grandes obras de literatura universal. Es capaz de reírse de sí mismo y no se deja confundir con preguntas capciosas ni con novedades teológicas. Y eso que fue ordenado en el Vaticano por el mismísimo Juan Pablo II. Vivió unos meses en Curitiba, Brasil. En 1992, sus superiores lo trasladaron a Medellín. Con humor, pensó que alguien quería deshacerse de él, pues por entonces nuestra ciudad sufría los peores estragos de la mafia. A los pocos días, se sintió feliz. “Qué tierra tan hermosa, qué gente tan amable, qué valentía”. Hoy en día es párroco en San Juan Bautista de La Salle, en Copacabana, casi en los límites con Girardota. Lidera la Fundación Gente Unida, que en diecisiete años ha construido seis colegios populares y un hogar para niños. Las dos horas con el padre Villalobos, en el último conversatorio del Centro Comercial Santafé y Vivir en El Poblado (la Navidad, el amor y la familia), se fueron volando. Por eso, nos comprometimos a volverlo a invitar el año entrante.

Con frases precisas y comprensibles, habló de los seres humanos. “Somos cuerpo, mente y espíritu. Cuidamos nuestros cuerpos en los gimnasios. Hacemos múltiples actividades intelectuales. Pero ¿qué le dedicamos al espíritu?”. Fue contundente: “la espiritualidad es la experiencia divina en cada persona. Y la Navidad es la época más propicia para cultivar el espíritu”. Lo interrumpí, con la venia del patrocinador, y le hice ver las dificultades de ser espiritual en una temporada tan mundana, compras, natilla, buñuelos, pavo, perniles, Papá Noel, renos, traídos del Niño, alumbrados. No se alteró. “Para cultivar el espíritu, lo primero que tenemos que hacer es sacar tiempo. Tiempo para estar solos y en silencio. Tiempo para agradecer a Dios por las bendiciones recibidas, tanto materiales como espirituales. Debemos hacer un ‘stop’ para dar gracias”. Gran consejo iniciático. “Después hay que buscar y encontrar un camino. Con sus alegrías y dificultades, vaivenes, avances y retrocesos. Y seguirlo como es”. Se trata de una elección individual, una decisión propia. “Hay que confiar en ese camino”.

De la espiritualidad pasamos a la solidaridad. “Por naturaleza somos altruistas. Por educación y cultura, somos egoístas”. Recordó a Jean Valjean y los candelabros del obispo, uno de los pasajes más conmovedores de Los miserables, de Victor Hugo. “No te prives de ayudar a nadie”, concluyó. “A ti no te empobrece, a ti te enriquece”. Y bajo el signo de la caridad, el padre Villalobos nos deseó felicidades en Navidad, espíritu de espíritus.

En 2013 seguiremos con los conversatorios con Santafé. Estén pendientes de la información. Mientras tanto, por favor, pásenla bien. ¡Requetebién!
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Bonos que protegen el ecosistema

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Bonos que protegen el ecosistema

Ahora tanto industrias como personas naturales pueden contribuir a la conservación de los bosques y comunidades del Darién con bonos de carbono


Fotos cortesía Anthrotec

“Si no se hace algo para conservar y proteger, en 30 años desaparecerían las extensiones de bosque del Darién y, aproximadamente, cerca de tres millones de toneladas de carbono serían emitidas al medio ambiente”, señala Mauricio Salazar, gerente del proyecto Corredor de Conservación Chocó Darién, que la compañía Anthrotect adelanta desde 2010 en Acandí para la conservación de las comunidades nativas y el ecosistema natural de este territorio.

Este proyecto, que nace de la necesidad de proteger los bosques tropicales en el extremo norte del Chocó, lugar considerado patrimonio natural de la humanidad por la Unesco (Parque Nacional del Darién en Panamá y Parque Nacional Los Katíos en Colombia), es un sitio reconocido no solo por sus especies endémicas y biodiversidad, sino por su importancia geográfica, ya que conecta el sur de América con el norte. Este, según explican los expertos, es un sitio de conservación internacional.

Ante esta necesidad de protección nacen los bonos de carbono, que son un mecanismo de descontaminación del medio ambiente propuesto en el Protocolo de Kyoto, con el objetivo de reducir las emisiones de dióxido de carbono que van a la atmósfera y así prevenir los efectos del cambio climático.


Fotos cortesía Anthrotec

“En este territorio encontramos que los bosques son amenazados por ganadería, por extracción de maderas, cultivos ilícitos, entre otras circunstancias. Vemos que el patrón de deforestación en Acandí es muy alto, y si no se hace algo va a desaparecer. Nosotros hacemos actividades para evitar la deforestación y para eso se crea el sistema de preservación de carbono. Desde 2010 hasta ahora, el Corredor de Conservación Chocó – Darién ha protegido 300 hectáreas de bosque tropical, lo que se traduce en 100 mil toneladas de carbono que se contienen en este territorio”, expresa Salazar, ingeniero forestal de la Universidad Nacional y máster en Antropología de la Universidad de Londres.

Este proyecto ambiental recibió en noviembre pasado el sello VCS (Verified Carbon Standard) que certifica las actividades emprendidas para la reducción de las emisiones de carbono. En el Darién no solo se busca la conservación de los bosques, sino también el desarrollo de las comunidades afrodescendientes e indígenas del Cocomasur (Consejo Comunitario de la Cuenca del río Tolo y Zona Costera Sur) que comprende cerca de 13.400 hectáreas en títulos colectivos y más de mil familias nativas.

Para desarrollar este proyecto, explican sus gestores, se basan en cuatro ejes de acción: la gobernabilidad de las comunidades afrocolombianas e indígenas, para que sean soberanas en su territorio; la conservación de los bosques y el uso sostenible de los recursos; el bienestar comunitario y los planes de etnodesarrollo; y la protección a la biodiversidad del Darién.

“Si evitamos la deforestación, generamos créditos de carbono. Esos créditos los negociamos en el mercado voluntario, donde llegan las empresas interesadas en reducir emisiones, generando ingresos económicos que financian las actividades de desarrollo sostenible”, explica Salazar. “El reto de la conservación es volverlo económicamente viable. Parte de la conservación está basada en altruismo o gente que entrega fondos para conservar, pero esto no es autosostenible. En el Darién se encuentran las comunidades indígenas nativas como los Embera y los afrodescendientes. Necesitamos es ofrecerles el desarrollo que ellos tanto necesitan. Y compensarlos de alguna forma por la preservación que ellos han hecho”, concluye.

4.600 años encuadernados

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4.600 años encuadernados

En mayo el antropólogo Pablo Aristizábal y su grupo rescataron un cementerio indígena en Los Guayabos. Ahora el turno es para el libro

El traje que lució el antropólogo Pablo Aristizábal en la presentación del libro Nuevos Descubrimientos Arqueológicos en la Ciudad de Medellín, pudo haber dado la impresión de que el trabajo que realizó desde mayo de este año, había sido todo, menos extenuante.

Alejado del glamour de los eventos de ciudad, en esos días las botas Macha mandaron, al igual que los jeans y las camisetas manga corta. Este trabajo consistía en desentrañar en tiempo récord los misterios que emanaron con una vasijas funerarias pertenecientes a comunidades indígenas del año 670 después de Cristo (según la datación con carbono).

Fueron quince días agitados. Las retroexcavadoras, ávidas de tierra, transformaban una zona verde cercana a Eafit, incluido el lote Los Guayabos, para dar paso al gigante de la 4 sur (Gilberto Echeverri).
Las excavaciones mostraron un total de seis vasijas o urnas funerarias con tapa, correspondientes a un cementerio familiar precolombino.

Ante el descubrimiento, Aristizábal expresó: “Lo bello es que encontramos miles de años de historia en una hectárea. Tenemos este cementerio indígena; el periodo colonial, que consiste en botijas o ánforas usadas por los españoles. Además, tenemos una cantidad de locitas y platos traídos de Inglaterra en los siglos 18 y 19”. El hallazgo también confirmó que El Poblado fue un resguardo indígena en 1615.

Divulgar el pasado
Después de extraer todo el material, el turno fue para las restauraciones y para la divulgación. Precisamente Pablo explicó el 13 de diciembre todo el proceso, ahora sí con ropas dignas de un coctel y de un documento como este. Un eslabón de la memoria de la ciudad y un esfuerzo que gracias a unos pocos se salvó de ser enterrado para siempre.

La presentación se realizó en una zona adecuada que se llama plazoleta Gilberto Echeverri, un espacio que deja ver una placa conmemorativa y un montículo de piedra que fue trasladado allí pieza por pieza.

Este documento será llevado a colegios y a todas las bibliotecas de la red pública de la ciudad, para que las nuevas generaciones lo conozcan. Esta historia, que en total encontró evidencia de 4.600 años, espera tener una sala arqueológica en Eafit y un dvd (documental), si todo sale bien.

El boom constructivo de la actualidad hace que Pablo, al otro día de la presentación, se vuelva a vestir adecuadamente para rescatar un pasado que tendrá un lugar especial en nuestro futuro.

Ubiquémonos

Ubiquémonos

/ Juan Carlos Franco
A lo largo del año esta columna se ha enfocado en destacar las aspiraciones que tenemos los habitantes de El Poblado y de Medellín de habitar en un entorno con mayor calidad de vida. Y también las frustraciones, que no son pocas, en parte por incoherencia de nuestras autoridades, o por insistir en modelos equivocados de urbanismo, o por falta de visión o de liderazgo, o por indolencia. Y a veces, también por ignorancia, tanto de habitantes como de dirigentes.

Esos problemas nos parecerán muy graves en nuestra perspectiva humana, tan limitada, tan local, tan corta, con tantos matices que la hacen difícil de entender.

Pero caramba, se antojan un tanto serios, severos para tratarlos en la última columna del año, con la Navidad ya encima y con un deseo de ser más leves, de acercarnos al Universo.

Empecemos por echar una mirada a nuestros alrededores. Hablemos de lo que hay más allá de nuestra ciudad, por ejemplo.

¿Somos muchos en Medellín? Se siente como que sí, pero aquí solo vive y trata de ser feliz uno de cada 3.000 habitantes de la Tierra.

¿Le parece grande la ciudad? Sus 38.000 hectáreas cabrían 3.000 veces en Colombia. Y Colombia, que se ve tan grande, cabría 130 veces en la superficie “terrestre” de la Tierra, valga la redundancia, y 450 veces en el planeta entero.

¿Le parece grande la Tierra? Respire, la superficie de Júpiter es 120 veces mayor. Y el volumen, 1.400 veces. Como quien pone una cereza al lado de un balón de fútbol. Pero eso no es nada, el Sol, una estrella del montón (excepto para nosotros, claro) es casi 1.000 veces más grande que Júpiter y 1.300.000 veces más que la Tierra.

Pero aún el Sol, con semejante tamaño, trata de no darse muchas ínfulas. La estrella Betelgeuse, que por esta época navideña se ve todas las noches como uno de los hombros de Orión, es 350 millones de veces más grande y, atención… 14.000 veces más brillante. Lleve abundante protector solar y gafas si planea acercarse.

Y la estrella más grande conocida, VY Canis Majoris, es 17 veces más voluminosa que Betelgeuse, o sea 6.000 millones de veces mayor que el Sol.

Además, el vecindario del Sol es pequeño, muy pequeño. Hace 35 años los humanos lanzamos las naves Voyager, que van por el espacio a 56.000 Km/h –la máxima velocidad que podemos darles-, y apenas ahora están empezando a salir del sistema solar. Para llegar a Alfa Centauri, la estrella más cercana de todas, aquí al ladito, harían falta otros… 70.000 años.

Y si algún día pudiéramos multiplicarles la velocidad por casi 20.000 para que fueran tan rápido como la luz, esas naves tomarían 100.000 años solo en ir de un lado a otro de nuestra galaxia, la Vía Láctea. Que tiene más de 200.000 millones de estrellas, una de ellas nuestro Sol. ¡Cada habitante de la Tierra agarre de a 30!

O sea, un rayo de luz que hoy esté llegando a un extremo de la galaxia fue emitido en el otro extremo cuando apenas unos grupitos de Homo Sapiens trataban de sobrevivir en ciertas comarcas africanas. Y la Vía Láctea, a propósito, es solo una galaxia del montón.

Bueno, y si queremos salir de la galaxia y visitar a nuestra vecina Andrómeda, que se puede ubicar a simple vista en noches claras, tocará pedir vacaciones en la oficina mínimo por cinco millones de años para ir y volver. Y eso a la velocidad de la luz.

Y nosotros aquí tan perturbados por los tacos de diciembre.
¡Feliz Navidad!
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“Ahora son un simple adorno”

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“Ahora son un simple adorno”

En San Lucas dicen que el barrio se volvió un atracadero. La Junta de Acción Comunal pide herramientas para apoyar a las autoridades

La gota que rebosó el vaso para John Jairo Arango fue el atraco del que fue víctima su hija. A ella la abordaron dos hombres en moto que la amenazaron con un revólver y le hurtaron el dinero que había retirado segundos antes en un cajero electrónico.
Aunque esta situación ocurrió cerca a La Visitación y no en San Lucas propiamente, se parece mucho a varios hechos ocurridos en los últimos meses en el barrio, extendiéndose sobre las transversales y en las zonas aledañas a Casa Victoria.
En la calle 19 sur con la carrera 17, por ejemplo, se han presentado robos, dado que es un tramo que no tiene muy buena iluminación.

Arango también afirma que “por el trajín de tantas personas que trabajan en el sector de la construcción en Envigado, el corredor de la 20 sur, en San Lucas, se ha convertido en zona obligada para muchas personas que pasan por allí”. En su concepto, esto habría deteriorado la seguridad.

En todos estos casos John Jairo ha sentido gran impotencia, y no solo porque sea el presidente de la Junta de Acción Comunal de San Lucas Los Mangos, sino porque no puede evitar pensar en unos radioteléfonos que sirvieron para alertar a la policía de estas fechorías, pero que hace un año no funcionan.

Él tiene uno de estos aparatos colgado en su casa como adorno. Cuando la señal no apareció más, Arango llamó a la estación de Policía El Poblado. Allí le informaron que estas herramientas dependían de una antena repetidora en el CAI de las Palmas, pero que esta se había desmontado porque no cumplía con los requisitos de ley.

Sin esos 11 radioteléfonos, que habían sido entregados por Presupuesto Participativo a varias juntas de acción comunal (Los Mangos, El Tesoro La Y, El Tesoro La Virgen, La Chacona, Los Parra, El Garabato, Poblado Centro, Manila y el Comité Cívico de El Poblado), la percepción de indefensión se hizo mucho mayor.

“A mi la policía me dice que tienen seguridad en todos los cajeros, pero en el transcurso de una semana, por el sector de la Visitación, esto ha sido un agosto para la delincuencia”, dice.

Otros teléfonos pero sin con qué sostenerlos
La reacción policiaca cuando funcionaban los radioteléfonos parecía de muy buen recibo para la comunidad. Los comentarios expresados es que era inmediata. “Se evitaron muchas situaciones delincuenciales”.

Los deseos comunitarios por contar con herramientas para ayudar a las autoridades no pararon allí. Se hicieron dos frentes de seguridad: uno en La Visitación y otro en Patio Bonito. Se instalaron dos cámaras, una en cada sitio. Además se asignaron 33 avanteles.

Pero, de nuevo se presentó un problema. Ahora resulta que la comunidad tiene que pagar 400 mil pesos para pagar una póliza y así poder retirar y activar estos teléfonos. Aparte de esto hay que asumir un plan de telefonía celular mensual. De inmediato la comunidad, incluido John Jairo, manifestó la inviabilidad de encontrar a alguien que se responsabilice en estas condiciones.

Estos aparatos hacen parte del contrato de los frentes de seguridad (hay 95 en El Poblado) y cobija a las juntas de acción comunal, a las asociaciones de comerciantes y a otros grupos organizados.

Respuestas a la ciudadanía
Vivir en El Poblado intentó comunicarse con la Secretaría de Seguridad, liderada por Eduardo Rojas y con la ESU (Empresa para la Seguridad Urbana). En la primera dependencia explicaron que en próximos días atenderán los requerimientos, por motivos de agenda, y en la segunda manifestaron no tener nada que ver con este tipo de tecnologías de apoyo comunitarias.

El que sí se pronunció fue el comandante de la estación de Policía El Poblado, Coronel Fabio Rojas, quien corroboró que la antena (repetidora) de Las Palmas fue retirada porque no cumplía con los requisitos de ley. Rojas expresó, además, que “se vienen atendiendo los requerimientos de cada una de las zonas” y mostró que incluso capturaron este mes a individuos que se dedicaban a hurtar bicicletas en Las Palmas, una situación que venía aquejando a esta zona, al igual que a San Lucas.

El uniformado aprovechó para recomendar de nuevo la comunicación con el cuadrante 8 (que cobija a San Lucas), cuyo número es 3127165018.
Por último, afirmó que “se viene trabajando en comunión con la policía de Envigado para realizar muchos más patrullajes”.

La situación planteada es que no hay herramientas para trabajar, en un momento en el que se le pide a la comunidad que colabore con la seguridad.

El fallo de la CIJ

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El fallo de la CIJ

/ Juan Carlos Vélez Uribe
En días recientes tuve la oportunidad de visitar en compañía del expresidente Álvaro Uribe Vélez la isla de San Andrés. Allí pudimos conocer de primera mano los efectos que ha producido el fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya en la vida del archipiélago y de sus pobladores. La verdad es que se queda uno asombrado del tremendo error que cometió la Corte de La Haya al despojarnos de no sé cuantos kilómetros cuadrados de mar, pero creo que la cifra es cercana a los cien mil.

Qué tristeza, la verdad hay que decirlo, que este tribunal no hubiese conocido en detalle lo que significa su decisión para la vida de un grupo amplio de habitantes de las islas, que dependen exclusivamente de los recursos naturales que reposan en esas áreas de mar de las que fuimos despojados. Me refiero principalmente a 600 pescadores artesanales de Providencia y a más de 3.000 trabajadores de las empresas pesqueras que tienen su asiento en San Andrés, que explotan la langosta y el caracol pala de los cayos y bajos circundantes a estos.

Es en estos sitios, los que quedaron en manos de Nicaragua, donde hoy se encuentran los principales bancos de pesca y los bajos donde se concentra el 70 por ciento de la langosta que se produce en la zona, la cual le representa al país varios millones de dólares en divisas, producto de su exportación. Es increíble que la Corte de La Haya no haya tenido en cuenta que las redes que se utilizan para la pesca en esas áreas tienen una extensión de 24 kilómetros y que el mar territorial de los cayos solo tenga 18 kilómetros contados a partir de sus costas. Tampoco que el caracol y la langosta que se reproducen en los cayos, se capturen en los bajos que se encuentran en las aguas asignadas a los nicaragüenses.

Igualmente, es lamentable que la CIJ de La Haya no tuviera en cuenta la existencia de la reserva de la biosfera declarada por la Unesco y que es conocida como Sunflower. Esta importante zona de protección en el mar Caribe incluye la barrera de coral que comienza en la isla de Providencia y se extiende por 32 kilómetros, la cual es considerada la tercera más extensa del mundo luego de la de Australia y la de Belice. Qué torpeza cometió la CIJ al dejar por fuera del control de las autoridades colombianas más de la mitad de esa barrera de coral. ¿Cómo irá a ser la depredación que va a ocurrir en esa parte que quedó en Nicaragua?

No tuvieron en cuenta tampoco que al asignarle zonas al país centroamericano donde se presume la existencia de yacimientos de hidrocarburos, como la denominada “Media Luna”, paralelo 15 con meridiano 82, cualquier accidente que se presente en la explotación de estos recursos generará seguramente un desastre ecológico en los ecosistemas de nuestros cayos e islas, y la coordinación entre los dos países para enfrentarlo será muy compleja dada la figura propuesta por la Corte sobre cayos “incrustados” en el mar de otro país.

Estas razones que traigo hoy a colación se suman a las tantas que hemos venido arguyendo un número importante de colombianos que sostenemos que este fallo injusto de la CIJ de La Haya no debemos acatarlo. Fue una decisión que no se ajustó a derecho y por lo tanto es un deber patriótico no aceptar ese despojo orquestado por el tribunal de La Haya.
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“Me preocupa el futuro”

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“Me preocupa el futuro”

A los 94 años, la principal preocupación de este personaje no es su futuro, sino el de la ciudad y El Poblado

Curiosamente, y a diferencia de otros de sus contemporáneos, que en todo caso no son muchos, de lo que menos quiere hablar Jaime Tobón Villegas a los 94 años es del pasado. No porque no lo recuerde con fechas precisas, nombres completos y dos apellidos, o porque le pueda la nostalgia, sino porque le parece más relevante hablar del futuro, y no del suyo, sino del de Medellín y El Poblado, el barrio donde vive y que tanto le inquieta.

“La pregunta es hacia dónde debe ir El Poblado en el año 2050 para atender a la gente que vamos a tener, en materia de servicios públicos, conectividad, vías, educación y salud, para hacer un hábitat favorable a todos y no esta cosa en que estamos hoy”, dice con aire de preocupación, sentado en el comedor de un apartamento arrendado, rodeado de libros y documentos que aseguran que para 2050 el país va a tener 70 millones de personas. “Siquiera ese año no nos coge vivos”, le comentamos. “A mí sí, no sé a usted”, contesta impávido.

Jaime Tobón Villegas sigue siendo el cachaco de años atrás. Lleva bombín, cargaderas, ahora dos bastones y desde el año 65 una infaltable corbata negra, como luto eterno por su madre.

Con una fresca voz de cuarentón se había comunicado hacía poco con Vivir en El Poblado para felicitar por el contenido de la edición 500 y para proponer un debate sobre el futuro de la comuna 14. “Usted quizás no me conoce. Soy Jaime Tobón Villegas, fui alcalde…”.

”Claro que sabemos quién es usted”, le interrumpimos al otro lado de la línea, sorprendidos por la vitalidad, no solo de su voz. Quedamos en visitarlo muy pronto para hablar de El Poblado y de él, cómo no, aunque no quería.“Mi disco duro está intacto”
“El secreto de mi vitalidad es este”, dice señalando los libros y textos de estudio. “Además, todas las noches hago balance mental, qué paso, qué hice en el día. Claro que en este momento no tanto -se queja- porque me quitaron dos o tres asesorías que tenía y estoy prácticamente en el aire, sin conseguir qué hacer”.

Quién creyera, pero este hombre que tiene la Cruz de Boyacá, entre un sinfín de condecoraciones más, se la pasó trabajando honradamente toda la vida y hoy tiene una pequeña pensión que, asegura, no le alcanza. En chiste, dice que recientemente le mandó la hoja de vida a un amigo y que este la remitió al jefe de personal de la empresa. “¿Qué es lo que usted quiere que haga con este señor Tobón?”, le preguntó el jefe de personal a su amigo. “Le queremos ayudar, no tiene recursos, no tiene nada”. “Pues se equivocó de dirección, mándelo para un hospicio”, concluyó el subalterno.

“Mi disco duro está intacto”. Jaime Tobón señala su cabeza. Todos los días, luego de dormir dos o tres horas, máximo, este abogado, exalcalde de Medellín en los años 67-68, exdirector nacional de Fenalco, antiguo integrante del Comité de Paro que tumbó a Rojas Pinilla, exgerente de EPM, exrector de la Universidad de Medellín y de la Universidad Libre de Bogotá, por solo citar algunos de los innumerables cargos ocupados, se levanta a leer periódicos, revistas especializadas, informes económicos, textos de historia, a recortar las noticias que le interesan y a escribir sus columnas para un periódico local. También se concentra en la revisión de su noveno libro: Trovas, chascarrillos y versos, próximo a salir.

A menudo sale solo, a cumplir sus citas en las diferentes juntas y comités de los que hace parte, o a entrevistarse con los mandatarios de Medellín y Antioquia para hablar sobre las necesidades de la región. “Somos parte del proceso de articulación territorial con el cual buscamos el desarrollo equilibrado y sostenible de las regiones de Antioquia. Soy el único exalcalde de Medellín que se interesa por el futuro de la ciudad”, apunta.

Regreso al pasado
A regañadientes acepta hablar de su niñez. Nació en la vereda El Tablazo, de Rionegro, y muy niño llegó caminando a Medellín, con tres hermanos y su madre viuda, que venía a cumplir el juramento que le hizo al esposo antes de morir: educar a los muchachos. “A las seis de la tarde llegamos a la Puerta Inglesa y mi madre consiguió con don Polito Londoño una casita en Buenos Aires, en el barrio Gerona, que le prestó la Sociedad San Vicente de Paúl. El agua la cogíamos de la pila de la esquina. Nos daban un bono de 60 centavos que yo cobraba -carne y leche, cero-, y con una maquinita de coser que yo conservo, con eso nos levantamos diez años, cuando mi hermano y yo empezamos a hacer mandados. Estudié en la Placita de Flórez, hasta cuarto de primaria, era excelente estudiante, y de ahí nos volvimos para Rionegro tres años. Un tío me dio trabajo y de diez años empecé a trabajar la tierra, fui obrero, cogía maíz, sembraba papa, cargaba leña”. Luego regresaron a Medellín, continuó el estudio, empezó Derecho en la Universidad de Antioquia y lo terminó en la Universidad Libre, en Bogotá, y … bueno, de ahí en adelante una larga historia de esfuerzos y méritos que merece espacio aparte.

“Con la frente en alto”
Por lo pronto, baste decir que Jaime Tobón Villegas insiste en convocar a todos los que tienen que ver con El Poblado para conformar comités de trabajo y pensar en los años venideros. “¿Qué están pensando las universidades, los centros comerciales, los inversionistas grandes, los constructores? ¿Vamos a seguir creciendo El Poblado en forma inmisericorde? Hay que pensar cuál es la regulación que le vamos a dejar a El Poblado para el futuro”. Y va más allá. “Como hay problemas con el dinero, propongo un fondo de desarrollo social con el gobierno municipal y los inversionistas; los particulares tienen que poner dinero para mejorar las condiciones de vida porque son los que más utilizan esta zona. ¿Cómo es posible que la banca colombiana se siga ganando lo que se está ganando y no pueden aportar un billón de pesos para El Poblado, si ellos van a ser los beneficiarios de los negocios, de los comercios, de la vivienda, de los carros, de todo? Hay que beneficiar a la comunidad también”.
En fin, el tema con Jaime Tobón da para largo y el espacio es escaso.

Sigue soñando, por ejemplo, conque el Congreso colombiano sea de una sola cámara “y ponerle control para que esos vagabundos no sigan haciendo lo que están haciendo”. Hace una pequeña pausa y concluye: “La honestidad a toda prueba, en primer lugar, ese es el acatamiento que la gente tiene conmigo. Saben que de todas partes salí con la frente en alto”.

Cuestionan la peatonalización

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Cuestionan la peatonalización

Residentes del barrio Provenza dicen haberse afectado en la prueba de peatonalización del Lleras

La reciente peatonalización del parque Lleras, realizada durante la semana del 25 de noviembre al 2 de diciembre, como parte de la preparación de la ciudad para el concierto de Madonna, dejó un sabor agridulce entre algunos de los residentes vecinos a la Zona Rosa de El Poblado.

En la reunión sostenida por las autoridades municipales, representantes de empresarios y residentes, el pasado 7 de diciembre, cuando se evaluó el proyecto de peatonalización, la prueba salió bien librada “porque la consideran como un proyecto de ciudad que beneficia el empleo, la cultura, el arte y el comercio”. Sin embargo, para otros residentes que no acudieron a la reunión, la cosa no fue tan buena. Gloria Agudelo, habitante de la carrera 36, en el barrio Provenza, quien se ve directamente afectada por la asistencia masiva de público a la Zona Rosa, expresa que la situación en vez de mejorar se ha empeorado, tanto por los problemas de ruido como de basuras. “Durante esa semana se vio como las calles de Provenza se volvieron un caos. Los parques se convirtieron en baño público y los que no pudieron parquear en el Lleras se vinieron para acá, a pesar de que afuera de mi casa hay restricción de parqueo, y esto se llenó de carros hasta la madrugada, donde además continuó la rumba en las aceras. En esa semana no se pudo descansar y tememos que esto empeore”.

Por su parte, Hernán Molina, otro residente de Provenza, cree que si se peatonalizan las inmediaciones del Parque Lleras, el descontrol y los abusos aumentarán. “En el papel el proyecto podría servir, pero ya sabemos de los hostales, hoteles, licoreras, discotecas, bares, música en vivo y los eventos masivos. Tenemos saturación de discotecas y falta de parqueaderos. El barrio ha sido degradado y guayaquilizado. No hay participación ciudadana para la toma de decisiones que afectan y perjudican a los residentes”.

Una de las decisiones que causó mayor incomodidad entre los habitantes fue el cierre de la carrera 37, Vía Primavera, lo que no estaba estipulado inicialmente. Según los afectados, no se les informó oportunamente de tal medida. “Somos residentes hace más de 50 años, donde tenemos arraigo y sentido de pertenencia. Tenemos derecho a llegar a cualquier hora del día o de la noche a nuestra residencia en nuestros vehículos. No nos pueden violar, negar o violentar nuestros derechos cerrándonos la vía (entre calles 8 A y la 10) para volverla peatonal”, concluye uno de los residentes afectados.

La pasión de la vanidad

La pasión de la vanidad
/ Sebastián Restrepo

Quiero seguir con la pasión de la vanidad, esa compulsión a confundir el ser con el reconocimiento del otro, con lo que se aparenta. La vanidad es la raíz de la exhibición en todas sus manifestaciones: senos artificiales, carros de alto cilindraje, diplomas, trofeos comerciales o sexuales; el vanidoso se pega siempre de las cosas hechas o tenidas para encontrar su valor en la mirada del otro.

El vanidoso se pierde en la apariencia y vive una doble tragedia: no solo depende de que los demás lo vean y valoren, sino que sabe muy bien que el valorado y reconocido es un falso yo. Termina perdiéndose en la cárcel de sus posturas, imposturas y exhibiciones. No sabe quién es el mismo. No se siente con derecho a ser y a valer por el simple hecho de existir.

La vanidad es eficiente. Se entrena para buscar el logro y el éxito. Hace las cosas de forma precisa y expeditiva. Compite para sobresalir. Fracasar es una cara más del infierno. Desde muy temprana edad a las personas vanidosas las confundieron con sus logros. Nunca encontraron en sus progenitores la mirada de aceptación profunda, sino que se sintieron queridos en tanto lograban algo: altas calificaciones, excelencia deportiva, belleza estereotipada. Por eso el vanidoso se rechaza en el fondo, sin sus trofeos se siente perdido, inexistente.

¿No es esta la marca de esta cultura americanizada: orientación al logro, eficacia, estandarización, medición de competencias? ¿No vivimos sumergidos en una invitación callada a renunciar al ser por el tener, a dejar de ser auténticos para aparentar?
Las personas esclavas de la vanidad miden con su ojo calculador al otro, de quien esperan una mirada. Son brillantes socialmente, pero perfectos idiotas en términos de estar en sintonía con la propia alma. Son actores perfectos que saben mostrar su bella sonrisa blanqueada cuando se necesita. Se ponen máscaras y se asocian bien bajo el siguiente lema utilitarista: “Dime con quién te asocias y te diré quien eres”.

Cultiva la vanidad una belleza muerta, basada en cantidades y protocolos. Con formas definidas, pero hueca por dentro; una belleza sin alma.

La persona vanidosa importa los valores de los otros sin cuestionarlos. Está orientada hacia los demás: cambia de actitud o de apariencia según las modas. Necesita tener todo bajo control. La espontaneidad es, desde su punto de vista, algo cuestionable y peligroso. Al estar tan profundamente desconectada de su ser, desconfía de los procesos, impulsos y llamados del alma. Cree solamente en la historia repetida de la máscara ideal que suplantó a su ser auténtico.

Sufre porque no tiene acceso a sus sentimientos profundos, no sabe quién es y desconoce sus verdaderos deseos. El precio de la vanidad es vivir exiliado del alma y morirse lentamente en medio de un doloroso y desatendido raquitismo espiritual.
Recuerden, por favor, que Narciso se murió ahogado mientras observaba embelesado su propia imagen.
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Menos árboles y más concreto

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Menos árboles y más concreto
El proyecto que se erige en plena Milla de Oro traerá una nueva transformación ambiental al sector, que preocupa a la comunidad vecina

Desde hace unos meses el paisaje se ha transformado para Mercedes Vélez, residente de la urbanización Torres Blancas Dos, en el barrio Astorga. Desde su balcón ya no observa la floresta ni las aves que visitaban la zona arbórea que reunía la antigua finca San Juan.

“No entendemos cómo se siguen tumbando árboles para hacer más concreto. Desde mi casa ahora se ve toda la Avenida El Poblado, cosa que antes no era así, porque había muchos árboles. No solo es por la afectación del medio ambiente que esto trae, sino también porque para los habitantes de esta comuna quedan cada vez menos espacios verdes para disfrutar”, expresa Mercedes.

La preocupación no es solo de esta residente de Torres Blancas, sino de la comunidad de Astorga y Patio Bonito, que ve hoy cómo desaparece uno de los lotes con zonas verdes más grandes que tenía el sector. Allí, en lo que se conocía como finca San Juan, se levanta uno de los proyectos urbanísticos más importantes de El Poblado, ubicado en plena Milla de Oro, el corredor empresarial y financiero de la ciudad.

En preventa
Se trata de One Plaza, un centro de negocios adelantado por las constructoras Coninsa Ramón H. y Bienes y Bienes, donde se edificarán dos torres de oficinas de 15 y 21 pisos, unidas por una plazoleta central con ocho locales comerciales. Esta plazoleta, según los diseños del proyecto, será un bulevar peatonal con acceso desde la Avenida El Poblado y contará con zonas de parqueo para visitantes y propietarios.

“En el proyecto One Plaza están marcados unos árboles sobre la avenida y dentro del lote del proyecto y cerca al lindero con el edificio Torres Blancas Dos, que no veo la necesidad de talarlos. Ya tienen bastante pelado el lote que era la finca San Juan”, señala la residente.

Carmen Sofia Silva, gerente de comercialización del proyecto One Plaza, de Coninsa Ramón H., explica que no se sabe con certeza cuándo comenzará la ejecución de la obra, pues actualmente se encuentra en preventa, y solo hasta alcanzar el punto de equilibrio en la comercialización se dará vía libre a la intervención física.

“Sabemos que hay un lote de ocho mil metros que se va afectar. Hay una tala de algunas especies y el trasplante de otros árboles. Estamos viendo cómo mitigar esta afectación, pues debemos hacer una compensación de 3 a 1, como dice la ley. Eso lo estamos definiendo, porque queremos hacer la compensación aquí mismo. Contratamos expertos ambientales para que la misma zona sea impactada con los árboles”, explica la directora del proyecto. “Ya tenemos la licencia ambiental y de construcción aprobadas”, concluye.

Tala aprobada
La resolución 1420 del 15 de agosto de 2012, emitida por el Área Metropolitana, aprobó la tala de 72 árboles, la intervención con rocería de otros 45 y el trasplante de 20 individuos dentro del proyecto One Plaza. El estudio dice que para compensar los impactos ambientales causados por estas intervenciones se propone el establecimiento de 146 nuevos individuos, repartidos entre árboles, arbustos y palmas.

“Las afectaciones ambientales más relevantes que se generarán por causa de la ejecución del proyecto son al recurso suelo por la pérdida del horizonte orgánico, al paisaje y al recurso flora por la pérdida de individuos arbóreos. Estos impactos se pretenden mitigar con la reposición exigida, que deberá ser integrada a la propuesta paisajística del proyecto y a los espacios públicos verdes más cercanos”, señala la resolución metropolitana.

El estudio ambiental además apunta que dos individuos, de la especie Abarco (cariniana pirifformis), no se deben talar debido a las características, el porte, el valor paisajístico y las funciones ecológicas asociadas de los árboles. “Se deberán conservar y realizar actividades de mantenimiento a la mayor brevedad posible para eliminarles de forma manual las plantas epifitas y trepadoras, que están afectando sus condiciones físicas y sanitarias”.

Con trato de Cenicienta

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Con trato de Cenicienta

Está próximo a terminarse 2012 y la Estación de Policía de El Poblado sigue siendo quizás la más deplorable de Medellín

Dos años ajustó al frente de la Estación Poblado de Policía el teniente coronel Fabio Rojas. Desde que llegó, su clamor ha sido el mismo: sus policías necesitan una estación digna.

En la reunión sobre Seguridad en Navidad en la comuna 14, realizada en el auditorio de C.I. San Fernando Plaza el martes 18 de diciembre, el tema salió de nuevo a relucir. “Falta voluntad política”, respondió el teniente coronel Rojas a la pregunta de Vivir en El Poblado sobre por qué, pese a las solicitudes reiteradas de la misma Policía, de algunos sectores de la comunidad, y a la intención de la Alcaldía de ceder el terreno que ocupa la institución en el barrio Manila, sus 220 agentes siguen viviendo en condiciones que el coronel Rojas comparó con la de los habitantes de calle reconocidos en la comuna 14: “Makanaki”, “Ruanas” y “Sacolito”, entre otros.

Varias son las carencias de la Estación resaltadas por su comandante y que resultan absurdas en una comuna como la 14, centro comercial, financiero, hotelero, turístico y residencial de la ciudad. Para no entrar en detalles, digamos no más que las paredes están divididas por muros de tríplex y, en el mejor de los casos, de drywall, lo que es fatal para la seguridad; que la comodidad es mínima para el ciudadano que quiera acercarse a denunciar; y que los policías no cuentan con acceso a Internet, por tanto no pueden sistematizar sus informes o sus capturas.

En síntesis, la seguridad en El Poblado tiene “trato de Cenicienta”, como lo define el teniente coronel Rojas, lo que es bien extraño pues de tiempo atrás la Policía Nacional tiene destinados 2.500 millones de pesos para invertir en una sede propia en la comuna 14. La administración municipal aduce que es el Concejo de Medellín el que tiene en sus manos el cambio de destinación del lote y que solo cuando esto suceda podrá construirse la nueva sede, pero nada. “Nos estamos quedando atrás. Villahermosa, Belén y el municipio de Envigado tienen excelentes estaciones de Policía y en El Poblado, nada”, añade el comandante Rojas.

Como si fuera poco, como lo informamos en la presente edición, están deshabilitados 11 radiotélefonos que habían sido entregados a varias juntas de acción comunal para comunicarse con la Policía y reforzar la seguridad en los barrios de la comuna, pues desmontaron la repetidora en Las Palmas. Es decir, ya no sirven, de manera que se pierde el sentido de aquel permanente llamado a la colaboración ciudadana que hacen las autoridades.

Sin embargo, con las uñas, la Policía sigue trabajando por la seguridad de la comuna 14 y diseñando estrategias para contrarrestar las actividades delictivas. Ahora, más que nunca, esta institución necesita el apoyo de la ciudadanía y ni qué decir del Concejo y la Alcaldía, para que de una vez por todas resuelvan la situación y den vía libre a la construcción de una sede policial digna, a la altura de El Poblado.

Con trato de Cenicienta

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Con trato de Cenicienta

Está próximo a terminarse 2012 y la Estación de Policía de El Poblado sigue siendo quizás la más deplorable de Medellín

Dos años ajustó al frente de la Estación Poblado de Policía el teniente coronel Fabio Rojas. Desde que llegó, su clamor ha sido el mismo: sus policías necesitan una estación digna.

En la reunión sobre Seguridad en Navidad en la comuna 14, realizada en el auditorio de C.I. San Fernando Plaza el martes 18 de diciembre, el tema salió de nuevo a relucir. “Falta voluntad política”, respondió el teniente coronel Rojas a la pregunta de Vivir en El Poblado sobre por qué, pese a las solicitudes reiteradas de la misma Policía, de algunos sectores de la comunidad, y a la intención de la Alcaldía de ceder el terreno que ocupa la institución en el barrio Manila, sus 220 agentes siguen viviendo en condiciones que el coronel Rojas comparó con la de los habitantes de calle reconocidos en la comuna 14: “Makanaki”, “Ruanas” y “Sacolito”, entre otros.

Varias son las carencias de la Estación resaltadas por su comandante y que resultan absurdas en una comuna como la 14, centro comercial, financiero, hotelero, turístico y residencial de la ciudad. Para no entrar en detalles, digamos no más que las paredes están divididas por muros de tríplex y, en el mejor de los casos, de drywall, lo que es fatal para la seguridad; que la comodidad es mínima para el ciudadano que quiera acercarse a denunciar; y que los policías no cuentan con acceso a Internet, por tanto no pueden sistematizar sus informes o sus capturas.

En síntesis, la seguridad en El Poblado tiene “trato de Cenicienta”, como lo define el teniente coronel Rojas, lo que es bien extraño pues de tiempo atrás la Policía Nacional tiene destinados 2.500 millones de pesos para invertir en una sede propia en la comuna 14. La administración municipal aduce que es el Concejo de Medellín el que tiene en sus manos el cambio de destinación del lote y que solo cuando esto suceda podrá construirse la nueva sede, pero nada. “Nos estamos quedando atrás. Villahermosa, Belén y el municipio de Envigado tienen excelentes estaciones de Policía y en El Poblado, nada”, añade el comandante Rojas.

Como si fuera poco, como lo informamos en la presente edición, están deshabilitados 11 radiotélefonos que habían sido entregados a varias juntas de acción comunal para comunicarse con la Policía y reforzar la seguridad en los barrios de la comuna, pues desmontaron la repetidora en Las Palmas. Es decir, ya no sirven, de manera que se pierde el sentido de aquel permanente llamado a la colaboración ciudadana que hacen las autoridades.

Sin embargo, con las uñas, la Policía sigue trabajando por la seguridad de la comuna 14 y diseñando estrategias para contrarrestar las actividades delictivas. Ahora, más que nunca, esta institución necesita el apoyo de la ciudadanía y ni qué decir del Concejo y la Alcaldía, para que de una vez por todas resuelvan la situación y den vía libre a la construcción de una sede policial digna, a la altura de El Poblado.

Con trato de Cenicienta

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Con trato de Cenicienta

Está próximo a terminarse 2012 y la Estación de Policía de El Poblado sigue siendo quizás la más deplorable de Medellín

Dos años ajustó al frente de la Estación Poblado de Policía el teniente coronel Fabio Rojas. Desde que llegó, su clamor ha sido el mismo: sus policías necesitan una estación digna.

En la reunión sobre Seguridad en Navidad en la comuna 14, realizada en el auditorio de C.I. San Fernando Plaza el martes 18 de diciembre, el tema salió de nuevo a relucir. “Falta voluntad política”, respondió el teniente coronel Rojas a la pregunta de Vivir en El Poblado sobre por qué, pese a las solicitudes reiteradas de la misma Policía, de algunos sectores de la comunidad, y a la intención de la Alcaldía de ceder el terreno que ocupa la institución en el barrio Manila, sus 220 agentes siguen viviendo en condiciones que el coronel Rojas comparó con la de los habitantes de calle reconocidos en la comuna 14: “Makanaki”, “Ruanas” y “Sacolito”, entre otros.

Varias son las carencias de la Estación resaltadas por su comandante y que resultan absurdas en una comuna como la 14, centro comercial, financiero, hotelero, turístico y residencial de la ciudad. Para no entrar en detalles, digamos no más que las paredes están divididas por muros de tríplex y, en el mejor de los casos, de drywall, lo que es fatal para la seguridad; que la comodidad es mínima para el ciudadano que quiera acercarse a denunciar; y que los policías no cuentan con acceso a Internet, por tanto no pueden sistematizar sus informes o sus capturas.

En síntesis, la seguridad en El Poblado tiene “trato de Cenicienta”, como lo define el teniente coronel Rojas, lo que es bien extraño pues de tiempo atrás la Policía Nacional tiene destinados 2.500 millones de pesos para invertir en una sede propia en la comuna 14. La administración municipal aduce que es el Concejo de Medellín el que tiene en sus manos el cambio de destinación del lote y que solo cuando esto suceda podrá construirse la nueva sede, pero nada. “Nos estamos quedando atrás. Villahermosa, Belén y el municipio de Envigado tienen excelentes estaciones de Policía y en El Poblado, nada”, añade el comandante Rojas.

Como si fuera poco, como lo informamos en la presente edición, están deshabilitados 11 radiotélefonos que habían sido entregados a varias juntas de acción comunal para comunicarse con la Policía y reforzar la seguridad en los barrios de la comuna, pues desmontaron la repetidora en Las Palmas. Es decir, ya no sirven, de manera que se pierde el sentido de aquel permanente llamado a la colaboración ciudadana que hacen las autoridades.

Sin embargo, con las uñas, la Policía sigue trabajando por la seguridad de la comuna 14 y diseñando estrategias para contrarrestar las actividades delictivas. Ahora, más que nunca, esta institución necesita el apoyo de la ciudadanía y ni qué decir del Concejo y la Alcaldía, para que de una vez por todas resuelvan la situación y den vía libre a la construcción de una sede policial digna, a la altura de El Poblado.

Vacaciones explosivas

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Vacaciones explosivas
Driver (Mel Gibson) aprenderá a sobrevivir en una prisión mexicana.


Más cerca de la Navidad

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Más cerca de la Navidad

Con gran asistencia por parte de la comunidad, el Hotel Poblado Plaza llevó a cabo la duodécima versión de su Gran Concierto de Navidad, que contó con la participación de la Orquesta Filarmónica y el Coro Polifónico de Medellín. Fue una velada musical para el recuerdo y una alegre bienvenida a un tiempo para compartir y vivir en familia.

Catalina Sologmier
Rocila Acosta


Cecilia de Gutiérrez, Enrique Gutiérrez


Gloria Giraldo, Juan José Rivera

Gloria Giraldo, Juan José Rivera

John Eder Arredondo, Johana Tabares

Juan David Ochoa, Catalina Lince

Leslie Cadavid, Hernán Darío Cadavid

Lía Sánchez, Bernardo Salazar

Marcela Benavídez, Andrés Zuluaga

Martha Zúñiga, Anny Lozano

Matilde Eugenia Gómez, Gabriel Jaime Gómez, José León Gómez

Patricia Cossio, Dora Cossio

Sandra Tabares, Alejandro Rivera, Luz Stella Tabares

Sonia González, Alonso Sierra

El Paseo 2

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El Paseo 2

Plan todo incluido, una segunda versión del El Paseo, se estrena el 25 de diciembre en las salas de cine de la ciudad. Una comedia que narra las aventuras de la familia Calvo en un viaje a Cartagena, protagonizada por John Leguízamo.


Lo azul del cielo

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Lo azul del cielo

Una historia de amor en medio de la complicada realidad colombiana, rodada en la Medellín moderna, bella y luminosa, por el director Juan Alfredo Uribe.

El Hobbit: un viaje inesperado

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El Hobbit: un viaje inesperado

Gandalf el Gris invita a Bilbo Bolsón a unirse a 13 enanos dirigidos por el legendario guerrero Thorin Escudo de Roble, en un viaje que lo enfrentará con tierras silvestres, orcos y hechiceros. Bilbo conocerá a un personaje que le cambiará su vida: Gollum, y un anillo especial con propiedades inesperadas.


Estéreo Picnic 2013

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Estéreo Picnic 2013

The Killers, New Order y Café Tacvba encabezan este festival que movilizará a rockeros locales a la capital

No todos los días puede apreciarse en un mismo escenario a bandas internacionales de la talla de The Killers y New Order. Por ello no resulta extraño que desde ya una gran cantidad de melómanos paisas hayan programado su viaje a Bogotá para gozarse Estéreo Picnic 2013, evento que tendrá lugar el 5 y 7 de abril del próximo año.

Este festival, que en ediciones pasadas trajo bandas destacadas como Caifanes, MGMT, The Sounds, Tv On The Radio y Calle 13, se realizará al aire libre en la Zona F, un lugar campestre ubicado en el extremo norte de la capital.

Una de las principales novedades de esta cuarta versión es que se desarrollará en dos días y no en uno, como en los años anteriores. Encabeza el cartel The Killers. El cuarteto de Las Vegas, responsable de Mr. Brightside, Human, Somebody Told Me, All These Things That I’ve Done y otras canciones con las cuales Brandon Flowers y compañía han conquistado al mundo, regresará al país después de cuatro años, en el marco de su gira mundial de promoción del álbum Battle Born.

New Order es otra de las grandes atracciones de Estéreo Picnic 2013. La influyente agrupación, respetados maestros del electro disco/rock, interpretará sus éxitos más sonados como Blue Monday y Bizarre Love Triangle, además de algunos temas de su etapa como Joy Division, antes de la trágica muerte del cantante Ian Curtis.

El multifacético grupo mexicano Café Tacvba, el célebre productor y dj norteamericano Steve Aoki y una banda internacional sorpresa, ya confirmada, que muy pronto se dará a conocer públicamente, completan los platos fuertes del festival.

Los invitados foráneos no terminan allí. También estarán el dúo canadiense conformado por el productor Ethan Kath y la cantante Alice Glass, Crystal Castles; la banda británica de rock alternativo Foals, telonera de Red Hot Chilli Peppers en su concierto en Bogotá en 2011; el dúo de djs Major Lazar, que fusiona la electrónica con el reggae, el dubstep y el dancehall; Passion Pit, quinteto estadounidense; el mexicano León Larregui, vocalista de Zóe, quien presentará su intimista propuesta como solista; los españoles Vetusta Morla; y cantantes de la escena indie latinoamericana como Carla Morrison y Juan Cicerol.

En talento nacional estará representando por el hip-hop del grupo paisa Alcolirykoz; el rock guitarrero de Diamante Eléctrico; el moderno tumbao de Pernett; el proyecto Ondatrópica; el folk latinoamericano de Planes; el indie pop de Esteman, Mr Bleat; y los inclasificables Meridian Brothers.

Como es costumbre en Estéreo Picnic, el festival tendrá una zona gastronómica, compuesta por varios restaurantes y diversas opciones culinarias. También estará hippie market, espacio donde se combinarán instalaciones artísticas con puestos de venta informales de diseñadores, creativos y artesanos.

En cuanto a la boletería, todavía hay un paquete para los dos días (tercera etapa, las dos primeras ya están agotadas) con un valor de 294 mil pesos. La boleta para un solo día (en segunda etapa) tiene un costo de 118 mil pesos (ingreso el viernes 5 de abril) y 176 mil pesos (ingreso el domingo 7 de abril). Al comenzar la tercera etapa, los precios de estas entradas se incrementarán.

De acuerdo con Camilo Andrés Achury, de T310, empresa organizadora del festival junto a Absent Papa Events, se espera una asistencia total de diez mil personas, es decir, cinco mil por día.

Los horarios, mapas, la identidad del artista internacional sorpresa y otros detalles de la programación de Estéreo Picnic 2013, serán revelados por los organizadores a través del sitio oficial del evento, el día sábado 15 de diciembre. Más información acerca del festival en www.festivalestereopicnic.com

El sibaritismo nos hará libres

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El sibaritismo nos hará libres
/ Esteban Carlos Mejía

El tema sonaba exótico: Sibaritismo, una osada manera de vivir en el mundo del siglo 21. ¿Sibari qué? ¿Sibarita o sí bareta? Pero el antropólogo y columnista Julián Estrada, con su verbo cortés y persuasivo, hizo que pasáramos un rato delicioso en el último Conversatorio del Centro Comercial Santafé y Vivir en El Poblado.

Sibaritismo viene de Sybaris, ciudad griega que alcanzó su esplendor en el siglo VI antes de Cristo, hace 2.600 años, más o menos, gracias a la distinción de sus habitantes y a su apetencia por los placeres de la buena mesa. Sibarita, entonces, es aquel que “se trata con mucho regalo y refinamiento”, según la definición de la Real Academia.

¿Cómo se entusiasmó Julián por el sibaritismo? Todo fue culpa de un sinsonte (Mimus polyglottos), “amor incondicional” de su abuela materna. “Un día -frisaba yo los ocho o nueve años- mi abuela Leonor se acercó a arreglar la jaula de su sinsonte y lo vio acurrucado y ensangrentado. Ella soltó un berrido y cayó al suelo”. Por fortuna, no le dio un infarto sino un síncope. Llamado con urgencia, su cardiólogo, el doctor Gabriel Jaime Villa, la atendió y la sacó del apuro. Apenas se enteró de que el causante del percance había sido un sinsonte, fue a verlo en la jaula. Quedó impresionado con el cuido, frutas, postres, mojicones. Sólo atinó a decir: “Pero, doña Leonor, ese sinsonte no es un pajarito, es un auténtico sibarita”. Julián sonrió embelesado al recordar la escena. “Terminada la visita médica, ipso facto recibí una cariñosa orden, pidiéndome buscar en el diccionario –asunto que yo ya dominaba- tan conspicua palabra. Desde aquel día me propuse vivir como el sinsonte de mi abuela”. Sin embargo, no se declara sibarita a ultranza. “Soy amante de la buena mesa, sobre todo de aquella que deriva de los fogones campesinos y populares en cualquier parte del mundo”.

Durante los últimos treinta años, Julián se ha dedicado a la investigación culinaria: dos o tres vueltas a Colombia, de cocina en cocina, picando y zapoteando en ollas, peroles y sartenes, con el arduo y apetitoso empeño de preservar esas sabidurías para complacencia de muchos. “Colombia no es un país, es un continente”, dijo, para significar nuestra diversidad cultural. “Y Antioquia no es un departamento, es un país”.

Con una descripción que nos hizo la boca agua, detalló las diferencias entre el sancocho valluno y el sancocho paisa. Contó un desayuno en un rancho cordobés: revoltillo de huevos con cebolla junca y trocitos de cola de langosta, bollo limpio de maíz morado y aguapanela con jengibre, ¡boccato di cardinale! Para darle gusto a un turista costarricense, feliz en Santafé, explicó cómo se hace el pastel o tamal de arracacha. Habló también de quince recetas de frijoles que una vez recopiló: hasta unas monjitas mandaron su fórmula. Se burló de la vergüenza ajena que sentimos por la arepa y sus cuarenta variedades, y se lamentó de que los cocineros del Sena sean capaces de hacer brioches o croasanes, y no puedan con un patacón tostao.

“El comensal contemporáneo”, dijo, no sin pesar, “oscila entre la vanidad y la hipocondría. Sin apreciar exquisiteces, va del gimnasio a la información nutricional de las etiquetas de la FDA, U.S. Food and Drug Administration”. Y añadió: “Los sibaritas, en cambio, se inspiran en la filosofía de Epicuro: siempre el placer, jamás la culpa”. Para ilustrar este punto, mencionó al más vertical de los marxistas, Vladimir Lenin, contertulio habitual de La Closerie de Lilas, en París, en donde solía regodearse con alguno de sus platillos, escargots geant de Bourgogne o saumon fumé de Norvège. “A la hora de ser bon vivant, el sibarita no tiene religión ni moral ni ideología ni política”.

Ya para concluir, sintetizó lo que el sibaritismo le ofrece a la sociedad contemporánea. “Comer bien, sin remordimiento, sin afán. Los sibaritas no son ni ricos ni pobres, son sibaritas. Durante más de veinticinco siglos, han subsistido por su excelente disposición ante el destino”. Al oírlo, me sentí un sibarita reprimido y me prometí recuperar el tiempo perdido, con la ayuda de los dioses de Sybaris, eso sí.

Este jueves, 13 de diciembre, estaremos con el padre Jorge Villalobos, de la Fundación Gente Unida: La Navidad, un tiempo para el alma, la familia y la solidaridad. En Santafé hablamos.
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Tiempos de Paz en Oviedo con Canto Alegre

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Tiempos de Paz en Oviedo con Canto Alegre

Como bienvenida a la Navidad, Oviedo realizó su ya tradicional y concurrido espectáculo musical con Canto Alegre. Este año, en el parqueadero Aves del Paraíso, niños y jóvenes del reconocido grupo interpretaron Tiempos de Paz, un show que se concibe como un homenaje al respeto, a la tolerancia, al amor y en especial a la paz.


Andy Hernández, David Restrepo, Violeta Restrepo

Carmen Cecilia Cadavid, Hernán Castillo

Catalina Isaza, Sergio Gaviria

Catalina Vélez, Isabela Giraldo
Juliana Echeverry, María Paz Montoya


Claudia Vélez, Luz Merino, Zoraida de Panesso

Cristobal Gómez, Pilar Jaramillo, Julieta Gómez

Eloísa Escobar, Clemencia Tamayo

Francisco Correa, Valeria Correa, Sol Uribe, Amelia Correa

Isabela Zapata, Carol Mirando

Laura BOtero, Camila Sánchez

Melisa Lema, Juana Botero, Sara Escobar, Melissa Arbeláez

Sarita Gómez, Carlos Enrique Gómez, Catalina Sierra, Samuel Gómez

Canto Alegre






A.R.S. Bienale en La Oficina

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A.R.S. Bienale en La Oficina

Desde 2004, cada dos años, Jorge Julián Aristizábal, Angela María Restrepo y José Antonio Suárez se reúnen en La Oficina para exponer juntos. Se les asignan tres salas, una para la obra de cada artista, y una cuarta que es compartida por los tres. La cuarta versión de la A.R.S Bienale, como ha sido denominada esta exhibición, permanecerá abierta al público hasta el 20 de diciembre.


Alejandra Sepúlveda, Carlos Carmona

Andrés Giraldo, Carolina Grajales

Ángela Sosa, Sebastián Cadavid

Carlos Mario Suárez, Carlos Tobón, Gildardo Tobón

Carlos Mario Suárez, Patricia Suárez

Catalina Aristizábal, Manuel Mejía

Caterina Raimondi

Constanza Marín, Catalina Olarte

Diego Herrera

Elsa Victoria Uribe, Mauricio Londoño

Gustavo Álvarez, David Restrepo

Inés Vélez, Catalina Aristizábal, Alberto Sierra

Jorge Julián Aristizábal

Marta Lucía de Bedout, Jorge Rodríguez, Susana Santamaría

Pablo López, Alejandro Ruíz

Rodrigo Callejas

Stella Maya

Gloria Saldarriaga




Darwin llega a Explora

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Darwin llega a Explora

Más de 200 objetos personales de Charles Darwin (los cuadernos de estudio, sus cartas familiares, los manuscritos de sus teorías, el diario de viaje a bordo del Beagle, sus colecciones de escarabajos, su lupa, entre muchos otros elementos) hacen parte de la exposición inaugurada en el Parque Explora sobre este famoso científico inglés.

Esta muestra itinerante, que ha sido vista por cerca de tres millones de personas en doce países de cuatro continentes, es una exhibición del Museo de Historia Natural de Nueva York, efectuada en asocio con el Museo de Historia Natural de Londres, el Museo de Ciencias de Boston, el Royal Ontario Museum y el Field Museum de Chicago.


Andrés Felipe Arroyave, Samuel Castaño, Luisa Fernanda Restrepo, Andrés Herrera

Camilo Restrepo, María Isabel Echeverri, Jerónimo García, Carolina Marín, Juan Andrés PArdo, Raquel Yepes

Carlos Guisao
Carlos Mazo, Ana Cristina Trujillo


Rafael Aubad

Cristina Martínez, Juan Burgos
Gisela Posada


Jaime Robledo, Ángela María Torres

Laura Bohórquez, Ana María Acevedo, Ana María BOhórquez, Paula Andrea Castaño

Laura Toro, Sebastián Botero, Juan David Sánchez

Mauricio Betancur, Paola Escobar

Omar David Flórez, Mauricio Hernández, Simón Molina

Piedad Múnera, Amalia Múnera

Pipe Orozco, Mónica Lopera

Ricardo Acevedo, Eliana Vallejo

Santiago Pérez, María Isabel Arango, Santiago López de Mesa




Moli, la cantante del futuro

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Moli, la cantante del futuro

Una estrella virtual, acompañada de una banda en vivo, solo en Los Molinos

Tiene 16 años, es una alegre intérprete de pop con toques electrónicos y su público objetivo son los niños entre los 8 y 16 años, aunque seguramente atraerá con su espectáculo vanguardista a personas de todas las edades. Se trata de Moli Pop Star, la primera cantante virtual holográfica en América Latina y la segunda en el mundo (la pionera es la japonesa Hatsune Miku).

Moli Pop Star es un proyecto del Centro Comercial Los Molinos y LPXDigital, empresa pionera en tecnología 3D en Colombia y creadora del Brash 3D Media Server, software que han utilizado en sus giras artistas como Madonna, Bon Jovi, Destiny’s Child y Dj Tiesto.
En su espectáculo, Moli baila y canta (proyectada como una figura holográfica) cinco canciones originales y dos covers (en un show de aproximadamente 45 minutos), acompañada por una banda en vivo, conformada por experimentados músicos nacionales.

Accederán a los conciertos de Moli en el salón de eventos de Skymax de Los Molinos quienes realicen compras superiores a 50 mil pesos en los locales del Centro Comercial. Registrándolas en los puntos de información, recibirán un pase doble para una de las presentaciones de la cantante.

Hasta el 22 de diciembre, en dos funciones a las 6:30 pm. y las 8:00 p.m., estará Moli demostrando su talento en Los Molinos, centro comercial que creyó en una propuesta diferente, realizada con tecnología de punta y única en el país.

El agua brota en Agenda del Mar 2013

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El agua brota en Agenda del Mar 2013
Fiel a su compromiso ambiental, la Agenda del Mar, publicación que a lo largo de dos décadas se ha convertido en un referente para los amantes del mar, la naturaleza, los deportes náuticos y la fotografía, presentó su edición 2013. El tema central en esta ocasión es el agua dulce y la situación ambiental de las diferentes cuencas hidrográficas del territorio nacional.

En cada uno de los meses de la Agenda del Mar 2013 hay espectaculares fotografías, además de artículos e infográficos aportados por diferentes expertos vinculados a importantes organizaciones ambientales.

Junto con la Agenda del Mar 2013, los apasionados por la naturaleza y la aventura recibirán las demás piezas que siempre la acompañan: las guías de destinos y deportes náuticos, y el recetario, que en esta ocasión está enfocado en la cocina sostenible e incluye recetas de varios de los chefs más reconocidos del país. Además tiene otras sorpresas para sus compradores: calendarios de escritorio y especial, separador de libros, pieza armable sobre el Amazonas, paper toy de tortuga, clips de libélula y pez, y afiches de Bonaire y de las fases de la Luna. En venta en las principales librerías y en los almacenes Éxito de la ciudad.
Más información en www.agendadelmar.com

Verdades y mentiras del 2012

Feliz Navidad. Quién lo creyera, otro año que se acaba como si cada vez el tiempo corriera más rápido, ahí está la Virgen. Y este, como cada año, nos dejó cosas muy buenas y otras no tanto. Para Medellín fue el año de la hamburguesa, como alguna vez tuvimos el año del rodizio, el de las alitas picantes, el año peruano y siga contando. Permanece la costumbre detestable de bautizar todo como “gourmet”; si todo es gourmet, nada es gourmet; ahora la moda es gourmet barato, algo como alta cocina popular; para algunos gourmet es servir poquito y cobrar bastante.

Lo mejor del año fue la llegada al país de la llamada cocina sustentable, sostenible o ecocina. Es una nueva tendencia que invita a los restaurantes a tener en cuenta el medio ambiente en sus procesos, a comprar alimentos orgánicos, a rechazar ingredientes transgénicos, a apoyar pequeños productores campesinos y artesanales, a manejar adecuadamente basuras y residuos, a preferir envases reciclados y reusables, a reducir el uso de manteles y servilletas de tela que requieren detergentes, a evitar la compra de peces en peligro de extinción como el mero, el pez vela y los tiburones, incentivando a su vez el consumo de especies perjudiciales como el pez león, un invasor que tiene amenazados los ecosistemas caribeños; en fin, llegó la hora de que en los restaurantes apoyemos la protección de nuestro pobre planeta informándonos mejor al comprar y aplicando procesos amistosos con la madre naturaleza.

Para mí lo peor del año es el engaño con que algunas cadenas de supermercados importantes y algunas pesqueras insisten en vender el pescado vietnamita llamado basa o panga como róbalo o bagre importado, ya que no tiene absolutamente nada de lo uno ni de lo otro. Si lo quieren vender, al menos que lo llamen con su nombre porque lo demás es un fraude, y que cada uno se informe y decida si lo consume o no.

Igualmente asustador es lo que se está diciendo de la famosa canola y sus derivados ya, que según parece, no es tan saludable como la muestra su publicidad engañosa aun con fotos como si fuera una planta. Canola no es ninguna planta y su nombre quiere decir: Canadian oil low acid y no es la flor que aparece en los envases. Sería bueno que los médicos que la recomiendan estudiaran el tema pues muchos artículos afirman que “la canola proviene de la colza, una planta modificada genéticamente, cuyo aceite se ha producido durante mucho tiempo para uso industrial y es tóxica para los humanos; dicen que baja el colesterol, pero parece que tiene serios efectos secundarios y no es posible eliminarla del cuerpo”. A petición de varios lectores indignados me limito a reproducir lo que dicen algunos estudios pero es necesario que tanto comercializadores como usuarios investiguen todo lo que se está publicando y saquen sus conclusiones.

En cuanto al sector, se ganó el año. Seguimos creciendo y mejorando la oferta gastronómica de la ciudad y cada día aparecen nuevas propuestas que lo confirman. A mí, que procuro admirar a todos los colegas, dos negocios me llegaron especialmente al corazón y al estómago: La fonda de la monja, en el alto de las Palmas, y Carnes Primavera, en Envigado. El primero por su sinfonía de sabores auténticos y exquisitos y el segundo como la mejor carnicería que he conocido en mi vida; a los dos mis respetos y admiración absoluta. Espero sus comentarios en [email protected]
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Vino y música una armónica unión

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Vino y música una armónica unión
El reconocido enólogo chileno Aurelio Montes le pone música de cantos gregorianos a sus vinos durante el proceso de añejamiento.

Este hecho impulsó una investigación realizada por la universidad Heriot Watt, en Gran Bretaña. La conclusión principal que arrojó dicho estudio es que la música elegida para acompañar un buen vino puede realzar su sabor, o en cambio, distraer de sus placeres a quien lo bebe.

En la investigación mencionada se encontró además que los Cabernet Sauvignon van bien con el rock clásico, con canciones como Live And Let Die, de Paul McCartney and Wings; All Along The Watchtower, de Jimmy Hendrix, y Honky Tonk Woman, de los Rolling Stones, mientras que el Chardonnay se potencia con temas más festivos como Rock Dj, de Robbie Williams, o Spinning Around, de Kyle Minogue. Una pieza de ópera como el aria Nessun Dorma, de Giacomo Puccini, es una perfecta compañera para los Syrah. Y el soul tranquilo de Otis Redding, Sitting On The Dock Of The Bay, enlaza mejor con los Merlot.

El chef Martín Carrera, quien ha estudiado la relación entre música y vino e incluso realizó una demostración en el Museo de la Universidad de Antioquia, señala que para experimentar una armonía adecuada entre ambos elementos, se debe tener en cuenta el ambiente del lugar y recomienda vinos complejos, no muy jóvenes, que no sean excesivamente fáciles de descifrar. También agrega que a las personas que tienen un conocimiento avanzado o considerable en vinos, generalmente les resulta más sencillo apreciar y encontrar diferentes sensaciones en esa relación.

Para principios del año próximo, en la sala de clases de su restaurante St. Martin, el chef Carrera proyecta un espacio para enseñar sobre este interesante y singular maridaje.

Martín Carrera, el trotamundos de la cocina

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Martín Carrera, el trotamundos de la cocina
Las décadas de experiencia del argentino Martín Carrera en el oficio gastronómico, no se encuentran en la esquina. Ha residido en 17 países y, en todos ellos ha tenido restaurantes o desempeñado importantes cargos relacionados con el arte del buen comer.

Decidió dedicarse a la gastronomía mientras visitaba París, con motivo de un congreso de veterinaria, su primera profesión. En la distinguida Escuela de Lausana, en Suiza, estudió administración hotelera y cocina. “Allí se estudiaba todos los días, de seis y media de la mañana a diez de la noche, pues los suizos creen que quien no aguante ese ritmo no puede dedicarse a la gastronomía, y tienen razón”, dice Martín, quien luego trabajó en restaurantes (galardonados con tres estrellas Michelin) de los chefs Gualtiero Marchessi, en Milán, y Michel Guérard, en París y Eugénie-les-Bains.

En los años 80, con el restaurante de su mismo nombre, Martín Carrera triunfó en Argentina, Chile y Perú. En los 90 y la primera década de 2000, hizo de todo un poco: docente, chef ejecutivo de la central de restaurantes en los Juegos Olímpicos de Barcelona, chef ejecutivo en varios hoteles de la cadena Hilton, entre muchas otras aventuras culinarias y proyectos en el campo de la cocina, la hotelería y la academia.

A Medellín arribó en 2009 por invitación de una escuela culinaria, experiencia que no tuvo un final feliz, pues no le cumplieron con lo pactado. Cuando se disponía a abandonar el país, fue contratado como asesor gastronómico de Dislicores. Esta experiencia lo llevaría a ocupar el cargo de chef corporativo de Il Forno, cadena de restaurantes a la que sigue ligado como asesor externo.

Hace un mes, Martín inauguró St. Martin, un restaurante cuya oferta se concibe bajo una cautivante y sencilla filosofía: excelentes platos, con ingredientes de primera, a precios muy asequibles. Carnes, pastas, pizzas y hamburguesas son algunas de las sabrosas especialidades del restaurante, que progresivamente sumará otras alternativas para los comensales. Los jamones, los panes, la mozzarella y algunos embutidos son producidos por St. Martin, productos que también se ofrecen en su tienda anexa de delicatessen, vinos y carnes de alta calidad. St. Martin está localizado en la transversal 39 B (Avenida Nutibara) Nro. 77 – 39.

El fuerte compromiso de Martín con este proyecto naciente, sumado a otros planes que tiene en torno al mismo para el próximo año, confirman que este chef con alma de nómada llegó para quedarse.

Spaghetti alla carbonara
(4 personas)

El chef Martín Carrera nos trae la receta original romana de los famosos spaghetti alla carbonara. Sus ingredientes son huevos, agua o caldo, pimienta negra y tocineta; y para espesar la salsa: aceite de oliva o mantequilla. Para ajustar la receta un poco más al gusto colombiano (sin agregar crema de leche y cebolla, ingredientes que muchos utilizan pero que no hacen parte de la original), el chef ha incluido un poco de leche y queso parmesano.

Ingredientes
• 500 gramos de spaghetti • 200 gramos de tocineta ahumada picada finamente en julianas • 550 mililitros de caldo de pollo. • 250 mililitros de leche • 5 yemas de huevo • Sal y pimienta negra recién molida • Queso parmesano rallado.

Procedimiento
• Cocinar los spaghetti en abundante agua, sin sal ni aceite (cinco litros de agua por cada 500 gramos de pasta). Una vez cocinados no pasar por agua fría para no quitar el almidón (pues este facilita que la salsa se adhiera a la pasta).

• Saltear la tocineta ahumada en su propia grasa sin que se dore, desgrasar la sartén y agregar después el caldo de pollo, con un poco de queso parmesano y dejar reducir a la mitad. Incorporar a continuación los spaghetti; salpimentar y dejar reducir un poco más.

• Retirar del fuego e incorporar las yemas de huevo, previamente batidas y mezcladas con la leche y con un poco de queso parmesano. Poner al fuego y dejar allí hasta que la salsa comience a espesarse.

• Servir espolvoreando más queso rallado sobre la pasta y decorar con una hoja de perejil.

En el sendero independiente

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En el sendero independiente

Jingles y piezas publicitarias, producciones musicales y proyectos independientes hacen parte de la Zona Pro

En esta época decembrina uno de los eventos más visitados por los antioqueños es La luz de la Navidad, que cada año presenta la compañía Noel. Tras bambalinas de este espectáculo está Sergio Giraldo, un productor musical, residente de La Visitación, que por segunda vez consecutiva se encarga de la musicalización de este espectáculo navideño.

“Todo el trabajo se prepara casi seis meses antes. Me reúno con el director artístico, él me explica de que se va a tratar la presentación y, con base en eso se empiezan a desarrollar maquetas de lo que se quiere hacer. El espectáculo, que dura por ahí 45 minutos, se divide en cuatro coreografías, o sea cuatro canciones de entre cuatro y cinco minutos de duración. No es música navideña, es música muy moderna como rock y gybsy cabaret. Los textos y los diálogos de los personajes también son musicalizados”, cuenta Sergio.

Este es uno de los trabajos, que en temporadas como la actual, genera más reconocimiento para la labor de Sergio Giraldo. Sin embargo, no es lo único que hace este productor de 46 años, que cuenta con una larga trayectoria en el mundo de la música publicitaria, comercial e independiente.

Estudió música en la Escuela Superior de Arte, un instituto que desapareció en 1985, el mismo año en que se graduó. Allí se preparó en contrapunto, armonía, composición y todo lo relacionado con el estudio clásico de la música. “Me dediqué a estudiar piano. Me fui para la finca de mi papá en Guarne y me encerré a estudiar. En esa época no tenía mucha relación con el mundo de la música, era músico pero no ejercía la profesión. Solo hasta 1989 incursioné en la música publicitaria, con jingles para empresas”, dice.

Después de probar con las composiciones publicitarias, su carrera en la producción lo llevó a las grandes casas discográficas a trabajar con músicos comerciales y populares de la época.

Uno de los proyectos que más recuerda es Renacimiento, una compilación de grupos de rock and roll que produjo con Discos Fuentes.

“Con Sony hice varias canciones para Ignacio Londoño, un artista de pop rock. También en Codiscos se realizaron varios remixes y producciones propias”, señala el productor.

“Me he movido mucho en el mundo independiente. Uno de los proyectos más exitosos que tuve fue Nakí. Ella es una artista con una proyección independiente muy grande. Asistimos a festivales de Europa y Estados Unidos, se lograron dos nominaciones a los Grammy Latinos en 2010. También he hecho producción al cantante Víctor Hugo, quien por estos días se presenta en La Voz”.

Con la entrada del nuevo milenio y tras la experiencia adquirida en la música publicitaria y comercial, Sergio fundó La Zona Pro, en 2003, estudio de producción donde trabaja actualmente y desarrolla tanto proyectos comerciales como personales. “Este es mi espacio, donde realizo toda la creación musical”, dice.

Senderos de Regreso
“Como productor he hecho de todo. Pero mi enfoque musical y profesional es esto”, expresa mientras suena una de las nuevas canciones de Senderos de Regreso, producción que Sergio prepara para su lanzamiento y cataloga como world music. “Ahora está en furor esa fusión de géneros y sonidos, es lo que está mandando. Me encanta y a través de esta música puedo trasmitir lo que siento. Es muy étnico, con muchos tambores, muchos sonidos del mundo y elementos electrónicos, no contiene letras. Lo que busco con este proyecto es algo muy interno, de corte espiritual”, añade.

Además de esta iniciativa personal, Sergio trabaja en otras producciones. Actualmente, en la música publicitaria se enfatiza con el audio branding, que es el desarrollo de marca por medio del audio y la musicalización, algo novedoso en Colombia. “Tratamos de que cada cierto tiempo se desarrollen productos culturales y artísticos que tengan mucho contenido. Por ejemplo, bandas sonoras de libros. Ahora estamos en un proyecto que incluye la grabación de la voz del libro, la musicalización y efectos de sonido”, concluye el productor.

Tiempo de cambio

Tiempo de cambio

/ Jorge Vega Bravo
Se acerca el fin del año 2012, un año rodeado de misterio y predicciones. En los últimos días de cada año se celebran el solsticio de invierno en el hemisferio norte (21 de diciembre) y la fiesta de Navidad. Esta celebración se aleja cada vez más de su sentido original y se ha vuelto una fiesta exterior llena de ruido y de licor. Los que viven el invierno en esta época, tienen la ventaja de una naturaleza que invita a estar en el interior y a vivir en quietud los momentos en que recordamos el nacimiento del niño Jesús, en cuya persona se encarnó el ser espiritual llamado Cristo.

Mucho se ha especulado con el tema del calendario maya, de gran complejidad. El más conocido en occidente es el Tzolk’ín, basado en el ciclo de las Pléyades, legado de una antigua tradición según la cual el 21 de diciembre de 2012 es una fecha de cambio, de renacimiento. Para los astrónomos mayas corresponde a la salida del quinto sol y a la alineación de la tierra con el centro de la galaxia, lo que, en su concepto, va a permitir subir el nivel de vibración de la tierra y el nivel de conciencia de este tejido inteligente que es la humanidad.

El cambio ya empezó. La segunda mitad del siglo 20 y estos 12 años del 21 están llenos de fenómenos y procesos que nos hablan de una gran transformación. Si acompañamos este ciclo con consciencia vamos a permitir que el planeta retorne al punto de equilibrio, perdido por las acciones y las actitudes de los seres humanos. El científico colombiano Alejandro Jadad, en reciente entrevista publicada en El Tiempo, habla con contundencia de la necesidad de cambiar modelos a todos los niveles: “El sistema sanitario nos enferma y nos mata, el educativo nos embrutece y el financiero nos empobrece. Si no hacemos algo radicalmente distinto, la mejor opción que nos queda para cambiar sería una pandemia, otra peste que elimine a tres cuartas partes de la humanidad (…). Esto nos haría menos soberbios (…) y el impacto en el planeta sería menor. La Tierra (Gaia) es un superorganismo que se autorregula, en el que nosotros nos hemos convertido en una infección. El calentamiento global es como la fiebre, los terremotos como escalofríos y los tsunamis como una gripa”. En este tiempo de Navidad deberíamos tomar unos minutos para hacer conciencia de que el cambio es ya, y empieza en el propio interior. Cuando esto suceda podremos reconocer con respeto a los que nos rodean y contribuir a que esta casa azul -la tierra- siga siendo habitable.

Coletilla musical: Asistimos el pasado 8 de diciembre a una versión muy original del Oratorio para Solistas, Coro y Orquesta El Mesías, de J.F. Händel. El maestro Correa, después de sus estudios de dirección en Europa, profundizó en el estilo barroco y nos brindó una interpretación acorde con lo escrito e inspirado por Händel. Una orquesta mediana, un coro sólido y cada vez más profesional que siguen las propuestas de Correa con fidelidad. La sorpresa de la noche: el bajo Carlos Builes, con un bello timbre, una gran seriedad y una clara comprensión del estilo. Y la promesa de esta velada: la soprano Ana María Burbano; una hermosa emisión vocal y una entrega sorprendente que no se vieron afectadas por las dificultades técnicas que afloraron por falta de experiencia.
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Diagnóstico de la cultura

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Desde el pasado mes de septiembre la Corporación Para la Paz y el Desarrollo Social (Corpades), por medio del programa de Presupuesto Participativo, realizó un convenio de asociación con la Secretaría de Cultura Ciudadana para construir el Plan de Desarrollo Cultural de la comuna 14. Para ello, la organización social ha adelantado una primera fase de diagnóstico en la que ha identificado las debilidades y fortalezas de la escena cultural de El Poblado.

Dentro de las debilidades encontradas, el estudio preliminar apunta que en la comuna 14 falta conocimiento respecto a la historia de los barrios, hay carencia de espacios para la proyección y se tiene poca articulación entre las entidades que gestionan la cultura en la ciudad. El diagnóstico también habla de la escasez de recursos económicos para la preservación del patrimonio cultural y arquitectónico.

Por su parte, las fortalezas identificadas fueron la variedad y el talento artístico que hay en la comuna, los espacios de participación y el interés creciente de la comunidad por el tema cultural, además de que dispone de un Plan de Desarrollo Local formulado que permitirá la aplicación de políticas públicas para la escena cultural.

“El Poblado cuenta con actores formados, informados y con recorrido en el tema cultural, esta característica es una oportunidad que se ha aprovechado en el marco del presente proceso, teniendo en cuenta sus propuestas y sueños”, señala Carlos Mario Arenas, director de Corpades,.

Las propuestas de Corpades para el fortalecimiento de la cultura en El Poblado, se basan en rescatar el patrimonio material e inmaterial y consolidar el proceso con los vigías, así como crear escuelas de educación e iniciación en las artes de manera permanente, mejorar la gestión cultural, crear un banco actualizado con información de los artistas y consolidar la casa de la cultura.

“Algunos retos que quedan para el proceso son continuar el esfuerzo de convocar a más personas de la comuna, buscar la articulación y acompañamiento de actores claves a nivel cultural y político. Además, los insumos que deje el ejercicio deben ser tenidos en cuenta para la posterior formulación del Plan de Desarrollo Cultural de la comuna, que está articulado al Plan de Desarrollo Local y a las políticas públicas con que cuenta la ciudad en este tema”, concluye el director de Corpades.

Mis respetos

Mis respetos

/ Etcétera. Adriana Mejía

Me encanta un párrafo de Muriel Barbery en La elegancia del erizo, que está en la página 270 y dice así: “Si hay algo que aborrezco es esta perversión de los ricos que consiste en vestirse como pobres, con trapos dados de sí, gorros de lana gris, zapatos de clochard y camisas de flores que asoman bajo jerseís raídos. No sólo es feo, sino también insultante; no hay nada más despreciable que el desdén de los ricos por el deseo de los pobres”. (En realidad quien lo escribió fue la señora Michel, la inolvidable portera del número 7 de la calle Grenelle).

Leí esas palabras y de inmediato las tomé prestadas. Sin permiso y sin intención de devolverlas. Desde entonces, las he venido recordando con tal gusto –y con tal tristeza a la vez, por cuenta de la generalización de ese “desdén”– que muy seguramente su autora se sentiría satisfecha de haber conseguido dar en el blanco; en un blanco, al menos. (Cómo me gustaría tomarme un café tertuliado, de la cafetera de Renee Michel).

Cada que me cruzo con una Lolita, o con una cuchibarbie, o con un gomelo de alta cuna y baja consideración, pavoneándose por el universo de Medellín, con trozos de nalga o de muslo o de rodilla o de pantorrilla al aire, siento vergüenza ajena y ganas de lanzarles la obra de doña Muriel. Y también, debo admitirlo aunque no me guste, siento rabia.

Sí. Rabia de que en un mundo y una ciudad tan compleja e inequitativa como la nuestra, en la que campea la pobreza, los dictados de cierta moda (¿quién la dicta?) obnubilen la conciencia de sus borregos, hasta el punto de convertirlos en presencias insultantes para miles de personas que, muy a su pesar, tienen que salir de sus casas –si es que las tienen– con la ropa rota o, en el mejor de los casos, visiblemente remendada. Es decir, lo que debería ser reflejo de la realidad lacerante que nos rodea, la cotidianidad lo frivoliza. Y, entonces, las carencias de unos, por la magia de birlibirloque se convierten en el exhibicionismo de otros.

Estamos de acuerdo, señora Michel, esa manera esnobista de vestir que tiene Colombe, la hija mayor de los Josse, que se ha extendido como mancha de aceite en la industria del bluyín, en buen castellano tiene una sola definición: irrespetuosa.

Cambiando de tema, otro ejemplo irrespetuoso de los muchos que podría citar en distintos frentes: la perorata que se echó el senador profesional -40 años lleva calentando la curul– Roberto Gerlein, durante una de las discusiones sobre el matrimonio gay. Estas son algunas de las perlas: “Merece repulsión el catre compartido por dos varones, qué horror. Es sexo sucio, asqueroso, sexo que merece repudio. Es un sexo excremental… Y digo varones porque a mí el homosexualismo entre mujeres me tiene sin cuidado”. (¡Avemaría!, si es verdad que su diatriba es producto de la moral conservadora que lo cobija, bastante porosa la tiene).

Al señor Gerlein, como a cualquiera otra persona, lo asiste todo el derecho de estar o no de acuerdo con el matrimonio gay. Cada quien es dueño de sus opiniones y libre de expresarlas. Además, en Colombia, por fortuna, ningún legislador está obligado a votar en contra de sus convicciones. (Que con frecuencia lo hagan por conveniencia, es otro cuento). Lo que sí no tiene derecho es de abusar de la tribuna con la que cuenta para insultar, ofender y señalar sin argumentar más que sus gustos personales. Porque incluso entre los homosexuales discrimina cuando acepta el sexo entre mujeres por considerarlo inane. Qué raro. ¿Será el suyo un caso de homofobia selectiva? No lo sé. Lo que sí, es que su discurso es de un irrespeto rampante.

La verdadera dimensión del vocablo “respeto” se manifiesta en la diferencia. Y se evidencia en la convivencia.

Etcétera 2: ¡Feliz Navidad para todos! Y, por supuesto, mis respetos.
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