Aranjuez, la cuarta comuna en número de habitantes y una de las más densamente pobladas de Medellín, es también una de las más representativas, no solo por los referentes que alberga sino por los diferentes procesos vividos en las últimas décadas.
De Aranjuez hacen parte sitios hoy tan protagónicos en el desarrollo cultural y educativo de la ciudad como la Casa Museo Pedro Nel Gómez, el Parque Explora, la Universidad de Antioquia, el Planetario, el Centro de Desarrollo Cultural Moravia, el Jardín Botánico, Ruta N, el Parque de los Deseos y el Parque Norte. Son símbolos de un renacimiento que se ha dado lentamente luego de haber sido sede de experiencias tan complejas como el basurero de Moravia y los embates del narcoterrorismo.
Si bien ningún sector de la ciudad escapó al impacto negativo del narcotráfico en los años 80 y 90, Aranjuez fue, sin duda, una de las comunas más afectadas. En sus calles reinaban “Los Priscos”, poderosa banda de sicarios al servicio del Cartel de Medellín, responsable de reclutar a centenares de jóvenes para la comisión de magnicidios, secuestros, atentados, amenazas y torturas. De allí que muchos jóvenes de la comuna 4 truncaran sus vidas con esta influencia, la zona fuera estigmatizada y numerosas familias optaran por irse a otros sectores. El Estado, mientras tanto, brillaba por su ausencia.
Sin embargo, Aranjuez ha sabido reponerse principalmente mediante el arte, la cultura y el deporte. Las nuevas generaciones no solo han contado con más apoyo e inversión por parte del Estado y otras instituciones, sino que hallaron en la música, en géneros como el hip hop, otras maneras de expresarse y generar tejido social, al punto que hoy gozan de reconocimiento internacional. Es el caso, por ejemplo, de Alcolirykoz y Crew Peligrosos, grupos que con trabajo constante y amor por su entorno, se han convertido en ejemplo para otros jóvenes de la comuna, la ciudad y el mundo.
El Aranjuez que destacamos hoy es el del trabajo dedicado de las organizaciones sociales, el de los jóvenes que se juegan la vida, no por el dinero fácil, sino por prepararse, permanecer y ayudar en su entorno; el que involucra en sus calles y fachadas las obras de Pedro Nel Gómez, el que aprende en las aulas de Explora, el que siembra flores en el Cerro de Moravia y el que vibra y recibe miles de visitantes durante todo el año, sobre todo en los días de la Fiesta del Libro y la Cultura. A este Aranjuez con nombre de concierto dedicamos este cuadernillo de nuestra serie Vivir en Medellín.
Ubicación La comuna 4, Aranjuez, está situada al nororiente de Medellín. Limita al norte con las comunas 1 (Popular) y 2 (Santa Cruz); al oriente con la comuna 3 (Manrique); al occidente con el río Medellín y al sur con la comuna 10 (La Candelaria). Extensión: 488,39 hectáreas.
Barrios De la comuna 4 hacen parte los barrios Aranjuez, Berlín, Bermejal – Los Álamos, Brasilia, Campo Valdés No. 1, La Piñuela, Las Esmeraldas, Manrique Central No. 1, Miranda, Moravia, Palermo, San Isidro, Sevilla y San Pedro.
Viviendas En la comuna 4 hay 43.147 viviendas. De ellas, 23.700 pertenecen al estrato 3 de la población; 14.827 son del estrato 2, y 4.620 están en estrato 1.
Población y edades Según la Encuesta de Calidad de Vida Medellín 2013, en Aranjuez (comuna 4) hay 161.491 habitantes, de los cuales 84.612 son mujeres y 76.879 son hombres. Por edades, se agrupan así: de 45 a 64 años hay 43.196 personas; de 0 a 14 años, 31.648; de 25 a 34 años, 26.213; de 15 a 24, 25.568; de 35 a 42 años hay 21.166, y de 65 años o más, hay 13.700 personas.
Seguridad De acuerdo con el Sistema de Información para la Seguridad y la Convivencia (Sisc), entre el 15 de enero y el 15 de agosto de 2015 se registraron en la comuna 4, 19 homicidios, 14 menos que en igual periodo de 2014, 13 menos que en el mismo lapso de 2013 y 34 menos que en 2012. Así mismo, entre el 15 de enero y el 15 de agosto de 2015, el número de días sin homicidios aumentó a 212, 15 más que en 2014, 14 más que en 2013 y 25 más que en igual lapso de 2012. Los hurtos de carros se redujeron de 121 en 2012 (enero 15 – agosto 15) a 90 en 2013, a 51 en 2014 y a 31 en 2015. En la comuna 4 hay 32 cuadrantes de Policía y 43 cámaras de videovigilancia.
La Alcaldía de Medellín moviliza a 5.988 servidores públicos y genera, en promedio, el ingreso a sus instalaciones de 2.200 usuarios al día. Desde allí se planifica y se controla la movilidad ¿Qué tanto se practica?
Por Luisa Martínez
El movimiento en el Centro Administrativo La Alpujarra comienza a las 7 de la mañana, cuando los funcionarios empiezan a llegar a su lugar de trabajo: Alcaldía, Concejo, Gobernación, Asamblea, Palacio de Justicia. Además de empleados, allí se concentran los ciudadanos que demandan sus servicios. El pasaje Carabobo, San Juan, la estación Alpujarra del metro, la estación Plaza Mayor del metroplús, la avenida del Ferrocarril, son los corredores para cientos de personas.
Los aportes a una mejor movilidad deben provenir de decisiones inteligentes. Las de los ciudadanos y las del sector público. Esta vez Vivir en El Poblado indagó sobre las acciones que está tomando el gobierno municipal para contribuir al óptimo funcionamiento de las vías y del transporte, alrededor del Centro Administrativo Municipal.
La Alcaldía tiene 5.988 empleados, de los cuales 2.000 llegan al Centro Administrativo Municipal en La Alpujarra. El resto se distribuye en sedes alternas como la Plaza de la Libertad, el edificio Business Plaza, Caribe, el edificio Nuevo Alpujarra o las Torres de Bomboná. De acuerdo con Alejandra Vanegas, secretaria de Gestión Humana y Servicio a la Ciudadanía, la Alcaldía tiene diferentes estrategias que en principio surgieron para mejorar la calidad de vida de los servidores públicos, pero que, en efecto, impactan en la movilidad general. Estas podrían servir de modelo para el sector privado.
“El mayor porcentaje de servidores públicos utilizan bus y metro”
Teletrabajo, un reto cultural
“Es una posibilidad de que el servidor cumpla con sus objetivos institucionales sin que haga presencia en La Alpujarra, sino que tenga un espacio con todas las condiciones laborales necesarias en su casa, lo que implica un reto a nivel de tecnología y logística”, explica Alejandra Vanegas.
A la fecha, 130 personas laboran desde su casa, 165 han vivido la experiencia del teletrabajo, otras 23 superaron el proceso de ingreso a esta modalidad y 24 más están inscritos en un proceso de selección. La meta de la Administración es tener 302 teletrabajadores. El servidor se postula para obtener este beneficio, sin embargo hay cargos que por su exigencia, no lo permite. En la calificación tienen prioridad madres cabeza de familia con hijos menores de edad o con alguna condición especial. “Es un reto institucional muy grande porque a nivel cultural implica que líderes y jefes relacionen este proyecto como un elemento que mejora la calidad de vida y los niveles de productividad de la institución”, agrega.
Horario flexible, otra forma de moverse
“Esta es una iniciativa para generar equilibrio y darles peso a otros elementos distintos al trabajo”, afirma Vanegas. Establecieron cuatro horarios desde marzo de 2015: de 6:15 am a 4 pm; de 8:15 am a 6 pm; de 9 am a 7 pm; y de 12 m a 9 pm. Además se conserva el horario habitual de 7:30 am a 5:30 pm. Son 608 servidores públicos los que trabajan en horarios flexibles. “Hemos notado un impacto positivo en las horas pico, en las filas de los ascensores y en el uso de los parqueaderos”.
Quinto piso: un lugar para el esparcimiento
Este piso de la Alcaldía es denominado Rosa de Los Vientos y se adecuó para que los empleados tengan alternativas en el lugar de trabajo. Desde junio de 2015 se abrió con restaurante, gimnasio, salón multifuncional y zona para la pausa activa y el ocio creativo.
En el cuarto piso está el jardín infantil Nautilus, que les sirve a las madres para tener a sus hijos cerca. “Es otra forma de mejorar la movilidad”, explica la funcionaria.
Un impulso a los medios alternativos
Otro frente de trabajo mejora la movilidad del peatón y promueve el uso de la bicicleta. La Alcaldía cuenta con un cicloparqueadero para 220 unidades, gratuito y vigilado (ubicado detrás del edificio del Concejo). El uso promedio diario es de 110 celdas. También en el sector están disponibles las estaciones de Encicla, una en Plaza Mayor y otra en la Plaza de La Libertad.
Por otro lado, se trabaja en el proyecto de acuerdo “Al trabajo en cicla” y se promueven las “bicirrutas” que salen, todos los miércoles, desde La Aguacatala y el Segundo Parque de Laureles, a las 7 am. Alejandra Vanegas asegura que la ciclorruta de San Juan “maneja un promedio de 500 ciclistas al día. Ese es el único paso seguro sobre el río, lo que les permite a muchos de esos ciclistas acceder a La Alpujarra”.
Dos estaciones del programa Encicla operan en la zona de La Alpujarra
¿En qué se movilizan los servidores públicos?
“Solo hay una celda por oficina, entonces la rotación es muy dura. Los parqueaderos son muy costosos, pueden valer 12 mil pesos el día, pero hago el gasto porque no soy buena para los tumultos del metro”, expresa Carolina Pérez. Mauricio Mejía señala: “Hemos ganado mucho porque tenemos mejor accesibilidad al edificio de la Alcaldía, con nuevas rampas para personas con discapacidad. Tenemos dificultades con el parqueo público, pero hay nuevas alternativas como Encicla y los horarios flexibles”. Para Guillermo Benavides “el acceso es fácil porque utilizo moto. La parqueo y solo tengo que cruzar San Juan”; sin embargo, cree que para los conductores que transportan a los funcionarios es más complejo porque “no se pueden estacionar en los alrededores. Pueden esperar unos tres minutos mientras recogen al usuario; si no, tienen que dar vueltas”.
Hasta el momento la Administración Municipal “no tiene un conteo exacto de qué medio de transporte usan sus empleados, pero, podría decir que el uso del vehículo particular no es el que prima. El mayor porcentaje está en el uso del bus y del metro”, afirma Alejandra Vanegas.
La Alpujarra no cuenta con un parqueadero público para sus funcionarios. El que existe es para los 144 vehículos en los que se movilizan guardas de tránsito, inspectores, comisarios de familia, secretarios de despacho en las diferentes misiones, además de 300 vehículos de servicio especial contratados para cubrir las misiones faltantes, de los cuales, ocho son para los subsecretarios.
Varios de los vehículos oficiales ocupan las vías de los alrededores de La Alpujarra
Las secretarías que concentran más funcionarios son: Educación (1.063, de ellos 838 son docentes), Movilidad (912) y Gobierno (629). Por su parte, las personas que se transportan en vehículo particular utilizan los parqueaderos de Plaza Mayor, Plaza de La Libertad y los parqueaderos de Carabobo, entre otros.
Descentralización de servicios, una alternativa
Además del personal interno, a la Alcaldía ingresan en promedio 2.200 personas al día. Los trámites más demandados son los de Catastro y el Sisbén y las dependencias más visitadas son Inclusión Social, Hacienda y Movilidad. Para esto se tienen puntos de atención descentralizados, los cuales se caracterizan, según los trámites más solicitados, en cada comuna: cinco Más Cerca correspondientes a El Poblado, Belén, Guayabal, La Floresta y Castilla; diez Centros de Servicio en las demás comunas, y Casas de Gobierno en los cinco corregimientos.
Hacia la digitalización
El proyecto Oficina de Trámites en Línea consiste en automatizar y unificar por medio de una plataforma, los trámites de la Alcaldía de Medellín. Este pretende desconcentrar los servicios, evitar el desplazamiento del ciudadano, además de manera gratuita. Iniciará con los trámites de catastro, que son los más demandados, y se espera que esté disponible al finalizar este gobierno, en diciembre.
Servicios en el Más Cerca El Poblado
En ese despacho atienden trámites de Movilidad, recaudo (Banco Popular), impuestos departamentales, Hacienda e Inder, Inclusión social (programa Buen vivir). Debido a la demanda en trámites de tránsito se abrió el nuevo punto de la Secretaría de Movilidad en el Centro Comercial Sao Paulo, en el sector La Frontera. En Premium Plaza se atienden casos de fotomultas.
Con motivo de la Fiesta del Libro y la Cultura, este año el Museo en la Calle presentará la muestra “Espejos de Papel, Literatura Ilustrada”
El año pasado, el Museo en la Calle presentó la muestra 34+2, durante la cual se exhibieron las fotografías del argentino Daniel Mordzinski
Por: Álvaro León Pérez S.
El próximo viernes 21 de agosto comienza el Museo en la Calle, iniciativa cultural que permitirá a los medellinenses admirar la muestra Espejos de Papel, Literatura Ilustrada, en la cual se reúne el trabajo de 54 artistas, quienes han hecho esbozos de fragmentos escogidos en las obras de los más de 300 escritores invitados a la Novena Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín.
Inicialmente, la exposición se instalará en La Alpujarra, donde estará hasta el 9 de septiembre. Después, Espejos de Papel, Literatura Ilustrada se trasladará a la calle Carabobo, entre el Parque Explora y el Jardín Botánico, donde podrá apreciarse entre el 11 y el 20 de septiembre.
En la muestra 34+2, realizada en 2014, se exhibieron 34 retratos de escritores antioqueños, además de dos célebres fotografías de Gabriel García Márquez y Álvaro Mútis, conservadas por Mordzinski
Algunos de los escritores cuyos fragmentos fueron tenidos en cuenta para esta muestra son Milcíades Arévalo, Ramón Illán Bacca, Roberto Rubiano Vargas, Alberto Barrera Tyszka, Luis Miguel Rivas, José Libardo Porras, Elkin Restrepo, Evelio Rosero, Nell Leyshon, Valter Hugo Mae, Alberto Salcedo Ramos. Pablo Montoya, Santiago Gamboa, Carla Guelfenbein, Ray Loriga, Tim Keppel, Juan Manuel Roca, Alfonso Cruz y Carolina Sanín.
Los fragmentos ilustrados, convertidos en así en literatura bidimensional, fueron creados utilizando una amplia variedad de técnicas, incluyendo el carboncillo, el collage, la acuarela, el acrílico, el óleo y el lápiz. Adicionalmente, cada una de las piezas se sometió a un proceso de digitalización.
Así se logró que cada ilustración refleje los rasgos contundentes de la personalidad de los distintos creadores, lo cual se evidencia en la muestra.
Una de las fotografías expuestas en el Museo en la Calle, en el año 2014
Elizabeth Builes, Nel, Ximena Escobar, Tobías Arboleda, Alejandro Uscátegui, Ana López – Cabizbaja, Titania Mejía, Mar de Enredos, Federico Fernández Gärtner, Samuel Castaño, Julián Urrego, Daniel Gómez, Coste Montenegro, Lina Rada, Señor Ok y Santiago Pérez, son algunos de los artistas e ilustradores que participan en Espejos de Papel, Literatura Ilustrada.
Además de tratarse de una plataforma móvil en la que ilustradores -residentes en Medellín en su gran mayoría- pueden hacer gala de su talento, esta exposición se enmarca perfectamente en el tema que tienen este año los Eventos del Libro: Leer la vida, pues todos los pasajes bosquejados contemplan tanto amargura como dulzura, contraste acostumbrado en la experiencia vital.
Como ya es ilegal prohibir llevar de parrillero a un hombre, ahora sí surge el plan ambicioso de las autoridades en bloque contra todo tipo de delitos
“Operaciones estructurales contra la criminalidad” es la nueva apuesta de las autoridades, y 139 la cantidad de intervenciones a ejecutar, de aquí al final del año. Un número abundante de acciones, que apunta contra la extorsión, el tráfico de estupefacientes y al hurto en varias de sus manifestaciones: de celulares, de automotores, a personas y a residencias.
El plan de operaciones, anunciado por la Alcaldía, es reacción a la derogación del decreto, por acción del Tribunal Administrativo de Antioquia, que prohibía desde noviembre de 2012 que los motociclistas llevaran hombres como parrilleros entre las 8 de la mañana y las 12 de la noche. “Acciones de choque tras el levantamiento de la medida”, señaló.
“No estamos preocupados por la caída de la medida del parrillero, tenemos un plan estructurado para evitar que con la caída de esta medida se incrementen los delitos”, dijo en su momento el vicealcalde de Gobernabilidad y Seguridad, Luis Fernando Suárez. El plan será ejecutado por la Secretaría de Seguridad, la Policía, la Fiscalía, Espacio Público, Movilidad, Salud y Rentas Departamentales y pretende defender los logros que se derivaron de la prohibición y que, de acuerdo con las cifras oficiales, marcan una caída del 41% en homicidios y del 25% en hurto de carros, si se comparan los índices de 2014 con los de 2015.
“Vamos a priorizar aquellos sitios que son críticos por la ocurrencia de delitos. Es un esfuerzo que hace la institución con un personal especializado para acompañar estas intervenciones”, anunció el general José Gerardo Acevedo, comandante de la Policía Metropolitana.
Un plan de operaciones estructurales, como lo pedía la ciudadanía de tiempo atrás y por todos los medios posibles. Para citar uno solo, Medellín Cómo Vamos viene registrando año por año que una de las demandas más importantes de la comunidad es generar mayor seguridad en los barrios. Hasta propuestas tiene: presencia de más policías e instalación de CAI.
Pero solo al caer la prohibición del parrillero hombre, es cuando surgen las 139 operaciones. Toda la artillería contra la delincuencia y para ejecutar en poco más de cuatro meses. La estrategia se pudo aplicar antes. La complejidad del delito en Medellín, la extorsión, el tráfico y los hurtos, no toleran intervenciones a medias o en fases extendidas en tres años, como la que revela ahora la Alcaldía, sin profundizar en los efectos de estigmatización y de molestia generados contra los pasajeros de bien que necesitan moverse en ese tipo de vehículos, más el impacto causado a la movilidad por el aumento en la compra de motos y por la carga adicional de pasajeros al metro.
La reacción no debió ser reacción, tuvo que ser un plan complementario, incluso el plan líder vinculado a los cuadrantes, más ahora cuando se evidencia que el reto no solo se compone de vigilar parrilleros. Por eso las 139 operaciones también involucran a funcionarios diferentes a la Policía o a Movilidad, caso Salud, Espacio Público o Rentas. Es un plan de seguridad necesario para Medellín, pero tardío. Pudo ejecutarse en 2012. O antes.
Aranjuez, el barrio que presta su nombre a la comuna 4, ha transitado desde sus comienzos por paraísos perdidos e infiernos latentes. Y sabe lo que significa ser estigmatizado. Por eso se echó al hombro su realidad dura y optó por reinventarse. Ahora tiene presente. Tiene aroma de vida. Tiene “quereme”. Aranjuez es mucho barrio, caramba
“Al agüita hirviendo, le echa el café que quiera y ahí mismo le añade una taza de agua fría; tapa la olla y la deja en bajo tres minutos, después sirve despacio. Y le garantizo que no da tembladera ni quita el sueño, porque el ripio y la cafeína quedan en el fondo. Uno saborea es el puro aroma. Me lo enseñó, hace mucho, un médico suizo”.
En su ebanistería, el luthier León Vargas habla sobre el pasado, el presente y el futuro de Aranjuez. Foto Róbinson Henao, agosto 2015
Puro aroma de taller de luthier.Don León Vargas lo es desde que, estrenando los catorce —hace 73—, empezó a trabajar en la ebanistería del papá, con tan prometedores resultados que, cuando menos lo pensó, ya don Julio lo había incluido en la razón social del negocio: Ebanistería Julio y León Vargas (eso sí fue sacar pecho). La misma en la que ahora —delgado y derecho como un ciprés, y curioso e inquieto como un aprendiz—, construye y repara instrumentos musicales, en compañía de tres de sus nueve hijos. Sin que ningún detalle escape a sus ojos sin gafas, sigue siendo el Maestro.
En ese local de la carrera 51 —un sótano largo y espacioso en los bajos de la vía, donde se instaló hace 55 años—, don León da rienda suelta a la pasión que le despiertan los violines, las guitarras, los pianos, las victrolas, los chelos… Todo el día, todos los días. Acompañado siempre de una taza de aromático café, preparado por él en el fogón de dos puestos (en la parrilla de la izquierda el café, en la de la derecha la cola negra, “la única que al secar y pegarse a la madera permite que el sonido circule”) con la receta que vino de Los Alpes. Adobada con una pizca de aserrín, puedo dar fe, aunque nuestro barista de ocasión no lo haya mencionado en la lista de ingredientes.
Fotografía tomada a mediados del siglo 20 en el taller de Julio y León Vargas. Cortesía León Vargas
Mmmm…, es una delicia.
Puro aroma del barrio Aranjuez, uno de los catorce que conforman la comuna del mismo nombre, la 4, en la zona nororiental de la ciudad. Sí, el que en los años duros del Cartel de Escobar y sus Priscos nos daba tembladera a los medellinenses, así como Medellín, a los colombianos. Y a los extranjeros –en especial a los corresponsales que venían a ganar premios a costa de nuestra mala hora— que nos pusieron la etiqueta de ciudad más violenta del mundo. Cómo nos quitaba el sueño Aranjuez en la década de los 90. (“Mis hijos estaban jovencitos y a mi esposa le dio porque nos teníamos que ir; busqué en otras partes para darle gusto, pero en ninguna encontraba una casa como la de nosotros, por el precio de la de nosotros y con el espacio de la de nosotros. ¿Dónde iba a encontrar una mansarda en la que me cupieran mis fotos, mis guitarras, mi música, los tableros de ajedrez? Nos quedamos, entonces, y, por fortuna, pasamos limpiecitos esa época tan brava. No hay como Aranjuez”).
Imposible, piensa uno, cuando lo recorre y reconoce en la actualidad. Gente hospitalaria, jóvenes emprendedores, paredes multicolores, casas con plancha para seguir “pa´rriba”, señoras en levantadora trapeando los balcones y charlando con las vecinas, jubilados jugando ajedrez en las esquinas, muchachitos de uniforme, antejardines con árboles; tiendas donde se venden bolis, gaseosas, chocorramos, cartulinas…, se remallan medias, se arregla de todo, se organizan fiestas, se fabrican ataúdes para exportación… Y, por sobre todo, un barrio perfumado de presente y de futuro.
Porque el Aranjuez de hoy, sin desconocer los problemas que cualquier barrio tiene –combos y microtráfico, en este caso— no da tembladera ni quita el sueño. Es un buen vividero, como dice Alejandro: estudiante de Derecho, miembro del Comité Conciliador y excelente cocinero (qué pollo el que prepara). Es una zona muy viva en la que da gusto trabajar, como afirma Álvaro Morales: abogado, director de la Fundación Casa Museo Pedro Nel Gómez hace ocho años, comprometido con la comunidad que lo rodea.
La estufa donde don León Vargas, luthier de Aranjuez, prepara el más delicioso café y la cola negra indicada para la madera de los instrumentos. Foto Róbinson Henao, agosto 2015
Es un barrio que tiene “quereme”, como dicen en la calle.
Son muy escasos los letreros de Se vende o Se alquila. “Si bien de las familias fundadoras muchas emigraron, los herederos no salen de las propiedades. La población es muy estable y tiene orgullo de barrio. Los que nacimos y crecimos por estos lados no nos vamos por nada. Todo lo que se necesita está en el vecindario. Queremos traspasar fronteras, sí, pero desde aquí”, precisa Benoni: exseminarista, estudiante de Derecho, presidente de las Juntas de Acción Comunal de Aranjuez barrio y de Aranjuez comuna.
Las calles de la comuna 4 se han convertido en lugares seguros para los niños. Foto Róbinson Henao, tomada en agosto de 2015
“En estos últimos diez años hemos superado el 60 por ciento del déficit de credibilidad que teníamos, a punta de trabajo incansable; con la Administración Municipal, las JAL, la Arquidiócesis, la ciudad, la comunidad, los combos”, complementa Ómar: estudiante de Diseño, secretario de comunicaciones de Asocomunal, líder del Colectivo Fénix (video y fotografía). Y, publicista nato, se le acaba de ocurrir un eslogan: “Aranjuez, territorio de talla internacional”, para referirse a los visitantes de otras partes que llegan al barrio atraídos por sus iniciativas.
El arte y la realidad se mezclan en el Paseo Urbano Pedro Nel Gómez. Foto Róbinson Henao, tomada en agosto de 2015
La resistencia activa ha sido la consigna del movimiento comunal en la última década. “A cada mala situación que se presenta, se le organiza como respuesta un convite, una marcha, un plantón…”, cuentan al unísono Benoni, Ómar y Alejandro.
Además del Fénix existen muchos otros colectivos, entre ellos Unitango infantil, acreedor de varios reconocimientos en el exterior; DanzAgher, danzas árabes; Cinestrato, apreciación cinematográfica; Crew Peligrosos, escuela de hip hop, famosa dentro y fuera del país; Banda Músico Marcial Prado—Brasilia, promotora de encuentros internacionales; Mesa de la Juventud, organizadora del Primer Festival Juvenil que hubo en Medellín; Red Cultural de la Comuna 4, responsable de los carnavales culturales…
En Aranjuez están pasando cosas. Muchas cosas.
Los vecinos del Museo Pedro Nel Gómez han podido escoger reproducciones de obras del maestro para engalanar sus casas y alegrar su cotidianidad. Foto Róbinson Henao, agosto 2015
Otro sorbo del café de don León y una rápida mirada retrospectiva a la historia menuda del buen vividero.
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Mucho antes de que el compositor español, Joaquín Rodrigo, hubiera escrito Concierto de Aranjuez (París, 1939), el urbanizador antioqueño Manuel José Álvarez había adquirido dos fincas ganaderas inmensas (Medellín, 1919), situadas en el nororiente, allá arriba de Manrique, donde el azul del cielo y el verde de la montaña eran más intensos, el aire más puro y fresco, la luna llena más barrigona; y los grillos, búhos y quebradas, arrullo natural al final de la jornada.
El arte y los juegos de los niños se mezclan en las calles de Aranjuez. Foto Róbinson Henao, agosto 2015
Se llamaban “Berlín” y “Aranjuez”, y el sector era conocido como “Bermejal”, por el característico color bermejo de sus tierras. No se sabe por qué, aunque eran vecinas, don Manuel J. diferenció las dos urbanizaciones que levantaría: Berlín y Aranjuez. Esta última fue la niña de sus ojos. La dividió en terrenos generosos para que los futuros propietarios construyeran casas quintas parecidas a las de Prado, el barrio elegante de la ciudad. Pero lo que más suscitó la atención general fue el trazado de “manzana francesa” (conjunto de casas contiguas que conforman una isla rodeada de calles) tan en boga en la Europa de comienzos del siglo 20 y que tanta organización urbanística le imprimió a Aranjuez.
Aranjuez, el barrio modelo/ Aranjuez, el barrio jardín/ Aranjuez, el Chapinero de Medellín/ Aranjuez, con tranvía, agua, luz y teléfono.
Moravia hoy. Foto tomada por Róbinson Henao, en agosto de 2015
Y vaya si calaba hondo esta estrofa promocional. Familias muy prestantes de Medellín fueron apareciendo con sus corotos, en busca de mayor espacio, tranquilidad y exclusividad. Sobre todo después de 1922, cuando la llegada del tranvía a la estación El Cairo dinamizó la cotidianidad, y la presencia aplastante del Manicomio Departamental, ubicado en el techo del Bermejal, pasó a ser secundaria ante semejantes promesas de buenos aires. (En 1958, el Manicomio en el que murió hace un siglo el autor de la letra del Himno Antioqueño, Epifanio Mejía, que había sido construido en 1892, fue reemplazado por el Hospital Mental de Bello. Y en 1997, Comfama abrió al público el antiguo edificio, luego de una intervención realizada por el arquitecto Laureano Forero que le mereció un premio de la SCA).
El Basurero Municipal, localizado en el mismo barrio Moravia, cerrado en 1984 cuando fue reemplazado por el relleno sanitario Curva de Rodas. Foto sin fecha, de Gabriel Carvajal. Cortesía Archivo Fotográfico Biblioteca Pública Piloto
Tiempos aquellos en los que Tomás Carrasquilla escribiera: El panorama que desde estos campos se disfruta abarca la ciudad, varias poblaciones circundantes, la cuenca y el sistema de cordilleras que la guardan; abarca los detalles más interesantes, los paisajes más amenos y esas lejanías medio azules, medio borradas, que ensanchan e idealizan la mente.
Su plano, ejecutado con mucha atención y no poca maestría por habilísimo ingeniero, es hermoso, peregrino y de inusitada novedad… Afuera solo habrá verjas y vallados, dunas y murallas, portadas y alambrado…Iglesia de San Nicolás de Tolentino, en el Parque de Aranjuez. Foto Róbinson Henao, agosto 2015
No es un barrio para el proletariado ni menos, todavía, para gentes del hampa. Mas, como quiera que hay lo tes pequeños, todo pobretón ahorrativo y ordenado podrá hacerse a su vivienda en este barrio retirado e higiénico…
(Futurismo, 1922)
(Qué pena con don Tomás, pero, seguro, más temprano que tarde tuvo que tragarse las palabras, en lo que a la selecta clientela se refería. En el libro Aranjuez 80 años (1997), su autor, Hugo Bustillo Naranjo, cuenta que debido a que para ir del Centro a Aranjuez había que pasar por Lovaina, el Fundungo, la Curva del Bosque y la entrada a las Camelias –“batacazo que no aguantaban las esposas”—, los jefes de familia aprovecharon urbanizaciones nacientes en el sur y el occidente de la ciudad para emigrar y sacarles el cuerpo a los frecuentes problemas nocturnos. “El lugar, entonces, fue cambiando de dueños; llegaron nuevas personas y costumbres diferentes”).
Poco a poco Aranjuez se va convirtiendo en un barrio museo, gracias al trabajo de la Casa Museo Pedro Nel Gómez. Foto Róbinson Henao, agosto 2015
Tiempos aquellos en los que este Aranjuez comenzó a colgar de los alambres de la ropa, que cruzaban como pentagramas extendidos los patios de las viviendas, las sábanas recién lavadas y las primeras notas de una composición musical salpicada de agitatos, passionatos, maestosos, tranquillos, vigores… El otro Concierto de Aranjuez. El inconcluso, el de nosotros. El que con sus bemoles refleja a la perfección la violencia y la resiliencia que han caracterizado a la capital de la montaña, y que para bien y para mal la han convertido en objeto de deseo para informadores y observadores de distintos rincones del planeta.
Tiempos aquellos en los que la abuela de Benoni lavaba la ropa blanca de las salesianas en aguas de La Bermejala.
Donde antes quedaba el Manicomio Departamental, funciona Comfama de Aranjuez desde 1997, tras una intervención del arquitecto Laureano Forero. Foto Róbinson Henao, agosto 2015
Pero el capricho español del urbanizador Álvarez –que, según cuenta Bustillo en el libro, se le notaba en sus modales, sus costumbres, sus ropas— no quedó satisfecho hasta que los nombres de otras ciudades de la península aterrizaron repletos de zetas en la nomenclatura del barrio. Para muestra: Zaragoza, Badajoz, Girón, Teruel, Balboa…, las calles 85, 86, 86 A, 87, 88 y Tarragona, Cartagena, Málaga, Zamora, Salamanca…, las carreras 49, 50, 50 A, 50 B, 50 C.
Y olé.
Solo que, a la larga, esa nostalgia castellana no pegó. Terminó por sucumbir a la vocación tanguera que medio clandestina se escapaba por las hendijas de las puertas de los cafés que frecuentaban los hombres: Rinconcito Argentino, Cuartito Azul, Calle Corrientes, El Faro… Y de las casas de citas legendarias, distinguidas por bombillos rojos en las entradas: American Club, El Colegio, Las Dos Palmas, Casablanca… Lunfardo en estado puro. Caliente, caliente.
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Otro trago de café humeante, sin ripio y sin cafeína, la Segunda Guerra Mundial y la llegada del maestro Pedro Nel Gómez —en compañía de su esposa italiana, Giuliana Scalaberni y sus hijos— a la calle Badajoz (84) con carrera Tormes (51B), entre Berlín y Aranjuez. Marcó territorio e impregnó los alrededores de pintura, escultura, música, poesía, tertulias de intelectuales. Y echó raíces hasta su muerte, en 1984. Benoni recuerda que, cuando niño, se montaba con los amigos a los árboles de ese lugar inalcanzable, a robar mangos, y un señor cascarrabias salía a perseguirlos con un bastón. Y ellos a correr, como almas que lleva el diablo. La figura del pintor, trepado en su isla, les producía miedo y atracción al mismo tiempo.
Tiempos aquellos en los que la abuela de Benoni lavaba la ropa blanca de las salesianas en aguas de La Bermejala.
Con Álvaro Morales y su incondicional equipo en la dirección de la Fundación, se despejaron los alrededores y se abrieron las rejas. “No llegamos a imponer soluciones a la comunidad, sino a escuchar cuáles eran sus propuestas y apoyarlas”. Y nada mejor para conjurar cualquier reticencia que organizar la exposición itinerante Comuna 4, somos historia, con fotografías y recuerdos de los propios vecinos. “El barrio es nuestro epicentro y el Museo, un patrimonio que Aranjuez le aporta a la ciudad. Aquí nadie tiene que tocar, ni pedir permiso para entrar. La gente usa los espacios, a veces hasta para hacer travesía entre las calles de arriba y de abajo”.
Manicomio Departamental, en el alto de Bermejal, en Aranjuez, donde funcionó entre 1892 y 1958 (hoy funciona allí una sede de Comfama). Se observa al poeta Epifanio Mejía. Fotografía anónima, tomada en 192? Cortesía Archivo Fotográfico Biblioteca Pública Piloto
A los talleres de formación que imparte el Museo, se suma el respaldo que brinda a cerca de cuarenta agrupaciones que se reúnen en sus instalaciones. Sean ustedes bienvenidos: los estudiantes para hacer tareas; las señoras de la tercerísima edad para hacer gimnasia; los bailarines, cantantes, músicos para afianzar sus habilidades; los que no tienen ninguna gracia especial, para conversar en la cafetería… Y así, los unos y los otros se encuentran con las obras de Pedro Nel Gómez en cualquier rincón (3.027 piezas: planos, tallas, esculturas, dibujos, pinturas, el mural de 160 metros, la casa), y aprenden a apreciarlas.
El sentido de pertenencia y el respeto por el Museo es general. “Es que aquí todo el mundo, los muchachos de los combos también, tiene algún pariente cercano que va al Museo o que se beneficia de él. Incluso que trabaja en él”, pontifica en voz baja una abuela que va los miércoles a ejercitar los músculos. De ahí que el problema de inseguridad más grave de los últimos años haya sido el robo continuado de la tapa de un sanitario. Tapa reemplazada, tapa evaporada. A la quinta vez descubrieron que el fantasma era un señor mayor, asiduo visitante, que la estaba sacando escondida por entre el saco enorme que llevaba puesto. “Se puso muy nervioso porque pensó que íbamos a llamar a la policía, pero le dijimos: devuélvanos la tapa y váyase tranquilo. Y vuelva cuando quiera, eso sí, teniendo cuidado de que a los sanitarios no se les pierdan las tapas”.
Paseo de la familia Rodríguez Márquez, en el sector del Bermejal en Aranjuez. De pie, en el centro, el fotógrafo y arquitecto Horacio Marino Rodríguez. Fotografía Rodríguez, tomada en 1895. Cortesía Archivo Fotográfico Biblioteca Publica Piloto
¿Su mayor logro al frente del Museo? “Llegué aquí con siete sueños, de los cuales cinco se me han cumplido: no cerrarlo; activarlo y ponerlo al servicio de todos los públicos; inventariar y controlar el patrimonio del Maestro; organizar el Paseo Urbano desde Moravia; y publicar el gran libro de su vida y obra (¡espectacular!), en el marco de la mayor muestra que hasta ahora se ha hecho del Maestro. Me faltan: la ampliación del Museo, única y exclusivamente para el uso de la comunidad, y la conversión de Aranjuez en un Barrio Museo”.
Poco a poco se vislumbra el fondo de la taza, dos sorbos y listo.
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En Aranjuez el que se aburre es porque quiere y el que se mete a los combos también. (No es un secreto que en el sector operan dos de los grandes: La Oficina de Envigado y los Pachelli de Bello). Opciones las hay para todos los gustos, edades y condiciones; el barrio se está reinventando, en cualquier esquina se oyen las burbujas que suelta su variopinta actividad. Bueno, se oye es un decir, si en el momento pasan veloces montones de jóvenes azotando el pavimento, montados en sus ruidosas y alegres patinetas. (El Skatepark de Aranjuez es poderosa fábrica de campeones). “Con el apoyo de la Iglesia, la Consejería de Paz y Redepaz –se arrebatan la palabra Benoni, Ómar y Alejandro— hemos hecho un gran avance en materia de convivencia. Los muchachos (los integrantes de los combos) siguen estando, pero ahora con mucha madurez social. Participan en eventos para la comunidad, incluso organizan cada año la fiesta de los niños el 31 de octubre, partidos de fútbol interbarriales, etcétera”.
Capilla de Jesús Nazareno en el barrio Sevilla (comuna 4). Su construcción se inicio en 1894. Era destinado a diversos actos, como la penitencia pública. Foto de Manuel A. Lalinde, tomada en 1922. Cortesía Archivo Fotográfico Biblioteca Publica Piloto
¿Y las fronteras invisibles? “No existen. Todo el que quiera, pasa de un lado a otro sin problema. Usted, por ejemplo, puede caminar por donde quiera y a la hora que quiera sin que le vaya a suceder nada. Lo máximo, es que si la ven por ahí mirando mucho, alguien le pregunte: ¿está perdida mamita? Lo que pasa es que quedamos marcados. Todavía sí hay gente que se sigue creyendo dura y actúa así, más que todo los cachorros (adolescentes recién vinculados a los combos) que estrenan moto o fierro. Pero con los jefes y los veteranos la relación es de respeto, y hasta de amistad –muchos son parientes o compañeros de infancia o habitantes de la misma cuadra—, aunque en público se guarden las distancias. A todos nos interesa que el entorno esté tranquilo, sobre todo porque este es un barrio de puertas abiertas”.
Y de arraigadas creencias, es evidente. Los límites están marcados con imágenes religiosas. “Casi todas las cuidan los muchachos que son muy devotos y más juiciosos que los sacristanes para mantenerlas limpias y adornadas. Las misas de los domingos se llenan y las Semanas Santas son pomposas, tipo Popayán. La mayoría de las familias se involucra con la organización de las ceremonias y hay cofradías que trabajan durante el año en los pasos de las procesiones. Además, dos de las trece iglesias que tenemos en la comuna son Patrimonio Nacional: la de los carmelitas en Manrique y la de San Cayetano”.
Vista aérea del Museo Cementerio San Pedro, en el barrio San Pedro (comuna 4). Fue construido en 1842, declarado Museo en 1998 y Monumento Nacional en 1999. Foto de Gabriel Carvajal, tomada en 1954. Cortesía Archivo Fotográfico Biblioteca Publica Piloto
Y siguen enumerando valiosas posesiones: canchas de fútbol, instituciones educativas públicas y privadas, la Escuela de Ciegos y Sordos Francisco Luis Hernández (90 años de funcionamiento), centros de salud, unidad hospitalaria, catorce sedes sociales, zona rosa… La lista es larga. Con razón los llaman, con tonito mal disimulado, el Laureles de la Comuna Oriental. “Estamos catalogados como estrato 3, pero las apariencias engañan; hay mucha pobreza de puertas para adentro, gente que ni siquiera tiene para mercar”.
Caería redondo Carrasquilla si resucitara y con esta confesión topara.
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Ahora sí es verdad que esto se acabó y no queda ripio en la taza, tiene razón don León.
Quedan, sí, muchas cosas por contar, dos de ellas realidades inminentes. La próxima terminación del puente de la Madre Laura, frente al cual existen expectativas encontradas: de un lado la emoción de pasar al frente de la ciudad sin tener que dar semejante vuelta y, del otro, el susto de que de Castilla les llegue un barco cargado de… problemáticas ajenas. Y el proyecto de extender el Paseo Urbano hasta las rutas camineras del Metro; las voluntades de la Alcaldía, el Museo y la Acción Comunal apuntan en esa dirección, solo falta que los vecinos se comprometan a facilitar la intervención de las fachadas para materializar el Barrio Museo imaginado.
El nuevo Aranjuez, el que huele y sabe a lo que huele y sabe el café de un anciano luthier.
El cronista
Adriana Mejía Londoño es comunicadora social – periodista de la Universidad Pontificia Bolivariana y especialista en Estudios Políticos de Eafit.
Con experiencia en prensa, radio y televisión. Actualmente es columnista de Vivir en El Poblado, columnista y miembro del Comité Editorial del portal Las2Orillas y cronista freelance. Ha sido ganadora en dos oportunidades del Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar, categorías crónica y reportaje, y del Premio Iberoamericano de Periodismo (Madrid-España), categoría investigación. Autora del libro De tacón en la pared.
A través de sus testimonios, varias personas que han vivido o trabajado en Aranjuez permiten conocer algunos de los procesos vividos en los barrios de esta comuna nororiental de Medellín
Gambeta (Juan Carlos Fonnegra) Rapero. Del grupo Alcolirykoz. “Tengo 30 años y siempre he vivido en Aranjuez. Toda mi familia, mi historia y mis cosas están relacionadas con el barrio. Empecé desde que tenía como 13 o 14 años a ver que los que eran mayores que yo estaban escuchando rap, una música que para mí era sorprendente; no había escuchado nada que hiciera en mí lo que hizo el rap, y lo escuché aquí en Aranjuez. El barrio de un momento a otro estaba lleno de raperos y de pelados que hacían fiestas y rapeaban; para mí, ese momento fue como haberme encontrado conmigo mismo. Aranjuez ha tenido una transformación muy grande con los años. Hay más orden, ha crecido más el respeto. Hace muchos años, cuando estaba niño, sí era un poco peligroso como cualquier comuna de Medellín, pero ahora hay una transformación muy grande, hasta en inversión; el barrio está distinto, han construido lugares que lo han hecho más bonito, la misma gente se ha organizado, el entorno ha cambiado para bien. Culturalmente, incluso, es más grande. Lo que más me gusta de Aranjuez es que me siento seguro, siempre he sentido que no me puede pasar nada. Cuando estoy en otro barrio, en otra comuna, tengo la sensación de que es caliente, que no conozco a nadie, en cambio en Aranjuez conozco a todo el mundo y todo el mundo me conoce, y si doy dos pasos encuentro algún conocido, como en un pueblo donde todo el mundo se conoce. Siento que todo tiene que ver conmigo (…). Uno de los lugares que más le ha aportado a Aranjuez es el Comfama, aunque es viejito; incluso allí fue donde estuve por primera vez en un videoconcierto de rap, era muy niño y fui con mi primo Kastro, con el que rapeo ahora (…). ¿Qué no me gusta de Aranjuez? Lo único que digo es que entre más bueno lo pongan, entre mejor esté, más se incrementan los precios de las casas, de los arriendos, se vuelve más comercial, un poco capitalista en algunos aspectos, se llena de almacenes y el costo de vida sube. Eso está pasando en Aranjuez. De resto, no tengo nada malo que decir (…).
Alejandro Gómez Integrante de la JAC del barrio Los Álamos, estudiante de Derecho. “Los Álamos es un barrio tranquilo, lleno de familias humildes, trabajadoras. En épocas pasadas (años 90) sí nos toco vivir lo que fue la violencia en su esplendor, pero hoy se vive un momento de calma y paz. Ahora al barrio lo caracteriza la unión de las familias, siempre han vivido en esas mismas casas. La administración municipal ha estado invirtiendo en obras para beneficiar a la comunidad, como los parques al aire libre para los niños y para que los jóvenes hagan ejercicios; también pavimentaron hace poco tres cuadras que estaban en muy mal estado; ahora es más fácil transitar. Creo que Aranjuez como comuna es muy influyente para la ciudad, teniendo en cuenta que en tiempos pasados fue el sector donde empezaron a vivir los ricos de Medellín; también le llegó la época en que fue colonizada por otras personas que venían del departamento y el país, y después llegó la violencia. Pero todo eso empezó a cambiar con nuevas mentalidades y nuevos líderes que empezaron a surgir. Claro que Aranjuez es muy grande y no faltan lunares, el lugar donde es difícil entrar por los grupos delincuenciales, pero ellos dejan trabajar al líder y permiten que la comunidad se integre a las actividades (…). En Aranjuez sobresale la humildad de sus habitantes; a veces siguen siendo muy ingenuos y manejan lo que se ve en los pueblos, las puertas abiertas y, sin importar quien sea la persona, le permiten entrar a la casa y le dan un vaso con agua. En lo cultural estamos muy bien, hay muy buenos líderes, contamos también con un grupo de artistas reconocidos a nivel nacional y mundial como Crew Peligrosos, que ha sido uno de los más significativos de esta comuna porque ha apoyado el talento de niños, jóvenes y adultos en la cuestión de la música, del baile break dance; desde allí empiezan a surgir varias agrupaciones culturales. En la Casa Museo Pedro Nel Gómez también están unas jóvenes de la comuna ensayando danza árabe; están los talleres de pintura en otros sectores como Campo Valdés; se gestionó por medio de PP un parque de skateboard; una buena parte de los recursos de esta comuna se están destinando para la educación de los jóvenes para que no tengan que poner un solo peso, solo un trabajo social de 80 horas. En cuestiones de deportes, se están haciendo las gestiones para que la cancha de San Isidro sea sintética porque la de arenilla estaba afectando la salud de sus habitantes. Aranjuez ha estado creciendo mucho, ha progresado en todos los aspectos; para mí es falso eso de que tiene barreras invisibles, porque yo paso por cualquier sector y realmente no pasa nada. Acá se vive y se deja vivir”.
Diego Vanegas Abogado. “Aunque vivo en Sabaneta estoy muy vinculado a Aranjuez por la memoria de la juventud, cuando vivimos tantas cosas buenas y malas. Para mí, volver a Aranjuez es recordar y hacer un balance positivo porque estamos vivos. Vivía en Manrique, pero confluíamos en una escuela donde había amigos de Aranjuez, Campo Valdés, Manrique, El Pomar. Nos juntábamos en la escuela, nos veníamos a jugar fútbol a Aranjuez; todo esto era un solo barrio para nosotros, no había fronteras. En los 80, la época del narcotráfico se vivió muy duro. Los más conocidos eran los Priscos, ellos buscaban mucho a los jóvenes para hacer cosas. No era como ahora, para vender estupefacientes, sino a un nivel mucho más alto. Cogieron a muchos amigos míos que hoy solo quedan en la memoria. De un grupo de 80 jóvenes solo quedamos cinco vivos, muy triste; de esos, cuatro pensamos en una opción diferente, que la educación y la familia eran lo único que nos podía salvar. A mí me salvó que tenía muy claro que quería ser arquitecto. Cuando era más pequeño, me iba para una ebanistería y le decía al señor que me regalara los taquitos de madera que le sobraban y hacía maquetas. También jugaba fútbol, juegos de pelados, salía con mis amigos, pero mi mundo era otro. Eso del dinero fácil, tener cosas materiales o la mejor moto para que las muchachas nos vieran, no me llamaba la atención, aunque yo tenía una problemática familiar bastante grande. Incluso la mamá de un gran amigo que murió ahí y que se convirtió en muy mano derecha de Pablo Escobar, me dice que ojalá él hubiera pensado como yo, porque le interesaba más lo de la calle que lo de la casa, y que a pesar de que él tuvo amor familiar y yo no, yo pensé en algo distinto. El problema de esa época es que los jóvenes se dejaban permear con el cuento de ‘venga, que aquí no hay que hacer el menor esfuerzo y va a tener las mujeres a su lado’. Todos pensaban lo mismo, la mejor moto, el mejor carro, la mejor pinta, tener una chica bonita, no pensaban que era el prepararse y estudiar lo que les iba a dar un mejor futuro. También me ayudó mucho el amor por los animales, porque prefería estar pendiente de un animalito abandonado o maltratado que del tipo que llegó con una vieja en una moto nueva, o del ´venga vamos para Cartagena a llevar un carro que nos van a pagar tanta plata’. Mi amigo cometió muchos errores, pero la tristeza que me da es que la sociedad lo llevó allá, porque desafortunadamente el tema social en esos años era nulo. Recuerdo que yo estudiaba en la escuela Porfirio Barba Jacob, en Campo Valdés, y cuando estábamos allá llegaban con planes de grupos de teatro, de música, de danza, pero todo había que pagarlo, y uno no tenía los suficientes recursos; faltó apoyo del Estado para tener acceso a muchas cosas en una sociedad que estaba pidiéndolo a gritos, y llegaron estos grupos a cogernos y a decirnos ‘venga que hay mejor opción’. En los años 70 y 80 el Estado abandonó completamente a la sociedad, a los jóvenes que estaban creciendo, con el narcotráfico tan arraigado en este tipo de barrios, y toda esa generación mía de los 70 y los 80 se perdió (…). Hoy veo que aunque hay más inversión, sigue habiendo mucho desequilibrio social…”.
Carlos Velásquez Director de Públicos y Proyectos de la Casa Museo Pedro Nel Gómez. “Aranjuez es un sector icónico. Recuerdo que cuando estaba pequeño, viviendo al otro lado de Medellín en el barrio Castilla, oía decir a mi mamá: ‘Voy a ir a Aranjuez a hacerle la novena a san Nicolás y a traer los bizcochitos’. Eso empieza a generar referentes en uno. Y Aranjuez, no solo por su historia sino por estar tan pegado al Centro, siempre ha sido muy importante dentro de la ciudad, una zona muy vital en todos los sentidos, su trazado, la arquitectura de sus casas… Fue un barrio pretencioso cuando empezó a ser construido. Si uno mira las casas y hace una pesquisa sobre las personas que las habitaron en los años 50, 60 y 70, encuentra que eran de clase media; el tamaño de las casas es impresionante, tanto, que con el fenómeno social que vivió Medellín de los años 80 hacia acá, cuando mucha gente se empezó a ir del barrio y este empezó a ser habitado por familias con menos recursos económicos, algunas de las casas se fueron dividiendo para convertirse casi en inquilinatos. Si hacemos un recorrido, encontramos que todavía hay muchas casas de una sola familia, ordenada, con el papá, la mamá y los hijos, el abuelo y la abuela; también se ve ese fenómeno de la abuela que tiene que cuidar a los niños porque la nieta de 14 años se embarazó. (…) En la parte artística y cultural, y sin demeritar el trabajo que se hace en otras zonas de Medellín, diría que Aranjuez es uno de los más fuertes. Hay infinidad de bandas musicales de todo tipo: hip hop, reggaeton, rock, reggae, metal, todos los géneros musicales están aquí con bandas conformadas y muy reconocidas como Crew Peligrosos, que son de esta zona y no se van de aquí. Ellos dicen que Aranjuez es su territorio y quieren permanecer para emitir el mensaje de que la gente no tiene que irse de sus barrios y sus sitios de residencia. Esta es una falla que hemos tenido en esta ciudad, un fenómeno doloroso, y es que cuando un muchacho se hace profesional lo primero que hace es irse del barrio por muchas razones, una de ellas es que se creen de otro nivel social, o también por la violencia o por el desplazamiento forzado, y con la salida de sus habitantes naturales, los barrios van perdiendo mucho de su esencia. A Aranjuez le ha pasado eso, sin embargo, me fascina ver que Aranjuez también tiene mucha gente que conservó una tradición y decidió quedarse en el barrio, o se fueron los hijos pero se quedaron los padres…”.
Estudiantes de instituciones educativas desde noveno grado hasta once y universitarios desde el primer semestre y hasta el cuarto, foco del proyecto #MásDeVos
Construir soluciones, hacer preguntas, generar reflexiones, decidir sobre el estilo de vida que se quiere llevar, hacen parte de los objetivos del proyecto #MásDeVos, que partió de un convenio entre la Secretaría de Juventud de Medellín y la Universidad Eafit y que está enfocado en los jóvenes de El Poblado y de La América.
El proyecto toma relevancia si se tiene en cuenta el estudio titulado Comportamiento de las adicciones en la comuna El Poblado, realizado por la Secretaría de Salud, en convenio con la Universidad Ces durante 2014. Este concluye, entre otros hallazgos, que el consumo de marihuana aumentó entre 2006 y 2014 en los estudiantes de instituciones públicas y privadas.
Se suma que el consumo de sustancias psicoactivas no es lo único que puede causar adicción. Actividades, objetos y personas también pueden generar necesidades que ocasionen dependencias en los jóvenes y dificultades en los entornos que rodean sus vidas.
Bajo la premisa “Jóvenes pensando en jóvenes”, el proyecto #MásDeVos trazó cuatro ejes esenciales:
• Movilizar a jóvenes y grupos sociales para que pongan en práctica hábitos de vida saludables • Instalar preguntas que lleven a identificar actividades, objetos y sustancias con las que pueden establecerse relaciones adictivas • Fortalecer en compañía de los jóvenes, su habilidad para la toma de decisiones • Suscitar interés por el mutuo cuidado como una forma de potenciar el propio bienestar
Actividades como talleres de formación con estudiantes de instituciones educativas preseleccionadas y otras estrategias de participación hacen parte de #MásDeVos. Para conocer todos los mecanismos del programa consulte la página masdevos.medellinjoven.com
“En el contexto de globalización en el que crecemos los jóvenes, vemos que siempre estamos consumiendo información, cultura, modas, estilos que nos llegan de otras partes y no nos damos cuenta de que nuestra cultura también tiene algo para dar”
Mariana Duque, Sofía Sánchez, Andrea Henao y Sara Zuluaga
Cuatro chicas que han crecido con las artes, impulsan un proyecto para conocer la música colombiana, desde donde es debido: sus raíces. Durante la Semana de la Juventud, que la ciudad celebró recientemente, las jóvenes que participaron por El Poblado, recibieron un reconocimiento. El 12 de agosto en el Teatro Pablo Tobón, Sara Zuluaga, Mariana Duque, Andrea Henao y Sofía Sánchez se llevaron el primer puesto en la categoría Arte y Cultura de la convocatoria Jóvenes Destacados.
La iniciativa de la convocatoria es un estímulo para los jóvenes que trabajan por el bien común de sus barrios y que buscan una transformación social. El proyecto de las jóvenes de El Poblado cumplió este cometido. “Queremos generar conciencia de la importancia de rescatar las tradiciones colombianas desde la música”, expresa Sara Zuluaga.
<<<< El proyecto ganó el primer puesto en la categoría Arte y Cultura, en la convocatoria Jóvenes Destacados, en representación de El Poblado
Raíces es un proyecto cultural y social que busca que los jóvenes tengan una mayor acogida e interés por los diferentes géneros musicales del país. Esto lo quieren lograr buscando los espacios, las herramientas y los expertos para hacer actividades y capacitaciones alrededor de este tema.
Así son Sara Zuluaga, de 19 años, estudia Música en Eafit y participa en varios proyectos artísticos de la ciudad. Hace parte del nuevo proyecto Gómez Palacio, del solista Federico Gómez. Al igual que a sus compañeras, le gusta la percusión. Su especialidad es la batería y este año ha querido expandir sus posibilidades con la melodía de la marimba.
Mariana Duque, de 19 años, es estudiante de Derecho y Ciencias Políticas de la UPB y siempre le ha gustado tocar la batería. Lo hace como hobby en la academia Art Music y a la vez une la música a sus proyectos académicos.
Andrea Henao, de 18 años, estudia Música en Eafit. Otra amante de la batería, desde que tenía nueve años. Sus vacaciones del colegio las pasaba en clases de este instrumento. Por estos días aprende sobre percusión latina con el percusionista Cristian Valderrama (de Maité Hontelé) y aprende sobre géneros colombianos.
Sofía Sanchéz, de 16 años, es la niña dulce y clásica. Cursa el grado 11 en el Instituto Musical Diego Echavarría. Toca violín y piano, canta en el coro del colegio, baila ballet y danza contemporánea. Quiere estudiar Administración de Empresas, porque en la ciudad no tiene la opción de estudiar Administración Artística, que es su sueño.
Las raíces de un proyecto ¿Y por qué les preocupa que los jóvenes no estén conectados con la música colombiana? “Porque nos dimos cuenta de que las oportunidades de nuestra música son muy pocas. Es una cuestión de conciencia. En el contexto de globalización en el que crecemos los jóvenes, vemos que siempre estamos consumiendo información, cultura, modas, estilos que nos llegan de otras partes y no nos damos cuenta de que nuestra cultura también tiene algo para dar. Queremos conocer eso que tenemos para poder mostrárselo a otros y que finalmente sí se dé ese flujo de cultura desde la música”, expresa Manuela Duque.
Las chicas se conocieron en 2013 en un campamento. Uno de los que realiza la Corporación Kairos para promover la formación de jóvenes de alto potencial. La idea que se dio en ese espacio de creación se fortaleció a principios de 2015, con la motivación por participar en Oviedo es Música.
Cada una tiene empatía con un instrumento, pero esta vez no participaban para tocar, sino para poner en acción sus ideas. Con la ayuda de estudiantes de la Universidad de Antioquia, lograron capacitar jóvenes para que aprendieran sobre música colombiana. De allí surgieron dos ensambles que se presentaron en los conciertos del evento.
Su más reciente actividad fue la charla Cultura, arte y ciudadanía, en la Casa de la Cultura de El Poblado, que pretendía generar reflexión sobre la importancia de la apropiación cultural en la realidad colombiana. Uno de sus propósitos es dirigirse no solo a los jóvenes que saben de música, sino llegar a las raíces también desde la academia, el baile, el arte y la literatura. Entre sus actividades futuras están una intervención artística con el proyecto Yo creo, una clase maestra y cerrar el año con un pequeño festival que reúna lo que han realizado.
La indagación por lo colombiano, casualmente, lo exploraba Sara Zuluaga en su trabajo de grado del colegio. En este se preguntaba: “¿Podría un árbol sin raíces resistir la tormenta?”. De allí se dio la metáfora en donde Colombia era el árbol, la tradición, las raíces, y el conflicto interno, la tormenta. Su investigación recorrió el país, desde el Descubrimiento de América, la Conquista, la Violencia, y descubrió que la memoria es un vínculo muy importante para construir sociedades. “En Colombia ese vínculo lo tenemos muy aporreado porque la historia nunca se nos ha contado como es”, agrega.
Este ha sido uno de los fundamentos teóricos de su proyecto. Según Sara, “tiene un aire político. Yo creo que para que Colombia pueda ser ese país que soñamos, tenemos que conocernos. Si no conocemos nuestras raíces culturales, no podemos tener un país sólido, una democracia que funcione. No podemos recibir todo de afuera si no conocemos desde adentro”.
El español Ignacio López y la colombo-española Juanita Jaramillo son los creadores de German Street Food, un lugar pequeño, pero de generosos sabores e impecable servicio al cliente, ubicado en el parque de El Poblado.
Manuel Bedoya, cocinero de German
Esta pareja, luego de conocerse en la península ibérica, se radicó en Londres y desde allí viajaba continuamente a Alemania en busca de las delicias gastronómicas callejeras de ese país.
Con la esencia de la comida callejera europea en mente, la pareja regresó a Colombia y abrió German, un lugar fast casual -de comida rápida en el que no se pierde la esencia de darle una agradable experiencia al comensal-, y allí ofrecen seis tipos de currywurst, que son salchichas hechas en casa, servidas en pan alemán con salsa de tomate casera y un toque de curry.
La variedad de salchichas incluye la clásica blanca de cerdo, otra de cerdo y res con jengibre, una ahumada con madera de haya, una picante, otra de cerdo y res con mozzarella y una de cerdo y res con hierbas y cerveza rubia. Su carta también ofrece Kebab de pollo o falafel, dürüm de pollo o falafel, hamburguesa de carne o de falafel y ensalada.
Todos los platos se pueden pedir con papas a la francesa y con alguna de las salsas de la casa: banano y jengibre, mostaza dulce, mostaza Dijón, salsa picante, salsa de yogurt o de ajo. Para un toque aún más especial, le recomendamos acompañar su plato con una cerveza alemana.
German abre de lunes a miércoles de 12 a 9:30 pm y los jueves hasta las 10:30 pm
Los viernes y los sábados el horario es de 12 m. a 12 pm Informes en el 312 8235.
Desde su cocina completamente abierta para que los clientes vean todo el proceso de cocción y preparación, Manuel Bedoya, uno de los cocineros de German, nos enseña a preparar las bolitas de falafel para luego incorporarlas en un rico dürüm.
Falafel para dürüm
Ingredientes
• 500 gramos de garbanzo.
• 100 gramos de cebolla.
• ¼ de taza de cilantro.
• ¼ de taza de perejil.
• ½ cucharada de sal.
• Pimienta al gusto.
• 1 diente de ajo.
• Aceite vegetal para sofreír.
Preparación
Remoje los garbanzos la víspera. El día de la preparación, muela en un procesador los garbanzos con el cilantro, el perejil y el ajo, hasta obtener una masa moldeable. Agregue la sal y la pimienta, mezcle bien y chequee el sabor. Deje la mezcla reposar durante una hora para que se impregne bien el sabor de los demás ingredientes a los garbanzos y luego arme las bolitas a mano. Para cocinar las bolitas, puede llevarlas a una olla con abundante aceite caliente y freír hasta que estén doradas, o a una sartén con un poco de aceite caliente y sofreír por todos los lados. También se pueden llevar al horno en una lata engrasada y dejar a temperatura media alta hasta verlas tomar un color dorado.
Arme el dürüm poniendo las bolitas de falafel sobre una tortilla árabe, con ensalada fresca a base de lechuga, tomate, repollo morado, cebolla y pepino. Agregue salsa de yogurt y de ajo, o la salsa que se desee. Envuelva la tortilla hasta lograr la forma del dürüm y acompañe con papas a la francesa.
El lunes inicia el 13er Festival de Cine Colombiano de Medellín
Antes del fuego
La música en el cine, es el tema central del 13er Festival de Cine Colombiano de Medellín que se realizará desde el lunes 24 hasta el viernes 28 de agosto.
Más de veinte cintas nacionales estrenadas entre 2014 y 2015, podrá disfrutar gratuitamente el público en diferentes espacios como las salas de cine Procinal y Cine Colombia, universidades y parques biblioteca.
Un seminario sobre música en el cine y el taller de talentos cinematográficos, hacen parte de la programación académica de esta edición del festival, en la que tendrán participación directores, actores, productores y compositores musicales.
A Humberto Dorado, actor, guionista y dramaturgo, y quien es invitado especial, se le rendirá un homenaje especial por su aporte al cine colombiano. También se proyectará una muestra retrospectiva de varias películas en las que ha participado como guionista y actor e intervendrá en una charla acerca de su filmografía y experiencia en la pantalla grande.
Durante estos 13 años, el Festival de Cine Colombiano de Medellín se ha convertido en uno de los espacios de mayor importancia para la exhibición de las más recientes producciones del cine nacional y un espacio privilegiado que posibilita el encuentro y la discusión en torno a las propuestas, temáticas y reflexiones en relación con la industria cinematográfica.
Un tributo al ingeniero, docente y científico Michel Hermelin Arbaux
Michel Hermelin Arbaux. Universidad de los Niños en Eafit. Fotografía de Róbinson Henao. Fotos cortesía
Por Juan Sebastián Mora
Como un pionero y mentor del desarrollo de la geología ambiental en Colombia y en Latinoamérica: así será recordado el ingeniero Michel Hermelin Arbaux, quien falleció el sábado 15 de agosto.
En 1953, a los 16 años, dejó su París natal por Colombia, vivió en Sogamoso y posteriormente se estableció en Medellín, ciudad en la que formó varias generaciones de científicos e investigadores y produjo invaluables aportes a la geología, las ciencias de la Tierra y el estudio del medio ambiente.
Fotografía de Róbinson Henao. Fotos cortesía
Egresado de Ingeniería de Geología y Petróleos de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional, donde luego se desempeñó como docente, Michel Hermelin demostró desde su época de estudiante una fuerte inclinación hacia la investigación, pasión infatigable que dio como fruto innumerables reconocimientos y distinciones como el premio a Toda una vida que le otorgó la Alcaldía de Medellín en 2011.
En la Universidad Eafit, institución que en 2014 lo distinguió como profesor emérito, fundó el Departamento de Geología. Allí encontró un valioso espacio para estar en permanente contacto con jóvenes estudiantes, que, en palabras del científico, le mantenían intacto y vigente su deseo por aprender y embarcarse en nuevos proyectos.
Master in Science de la Colorado State University y Master of Arts de la Princeton University, a Hermelin, como lo expresó su hijo Daniel en una entrevista sobre su padre en 2011, no le gustaba figurar, sino hablar con su trabajo y servir de ejemplo de carácter contundente y coherente con su vida.
Vivir en El Poblado expresa las más sentidas condolencias a su esposa, Marta Elena Bravo Betancur, a sus hijos Daniel y Nicolás, a sus nietos Pedro y María, así como a sus demás familiares y amigos.
Gloria Elena Toro Docente de Geología de la Universidad Eafit.
“De Michel resalto su amor por la ciencia, su entusiasmo por la investigación, su integridad y generosidad como persona y profesional. Soy testigo de la ayuda que le brindó a muchísimas personas. Siempre se tomó muy serio sus proyectos y todavía tenía muchos planes para el futuro. Me siento muy honrada de haberlo conocido, y contado con su apoyo incondicional y amistad. Fue mi gran profesor y un gran amigo”.
Juan Luis Mejía Rector de la Universidad Eafit.
“Para Medellín y para Colombia constituye una enorme pérdida la partida de Michel, quien deja un gran vacío, no solo en la geología sino en todo el ámbito científico nacional. Eafit preservará la memoria de Michel, un hombre que, desde su labor académica y científica, exhortó a quienes quisieron recorrer un camino de inspiración, creación y transformación”.
Geovany Bedoya Jefe del Departamento de Ciencias de la Tierra y del pregrado de Geología de la Universidad Eafit.
“El aporte de Michel al desarrollo de la geología en Colombia fue fundamental. Destaco su honestidad y su transparencia. Trabajaba pensando en el bienestar de la sociedad, de su entorno. Siempre priorizando los intereses comunes a los particulares. Yo compartí 33 años de trabajo con Michel, y con él todo era una enseñanza. Era un guía, un caballero, un profesional, una persona supremamente correcta. Nos deja un vacío muy grande”.
Humberto Caballero Ingeniero geólogo y docente de Geomorfología, Geología Ambiental y del Cuaternario de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional.
“Michel es un pionero en el campo de las ciencias de la Tierra, porque él fue quien introdujo al país conceptos muy novedosos, como por ejemplo la geomorfología, que es la ciencia que estudia el relieve.
Cuando fue director del Servicio Geológico Colombiano, que anteriormente se llamaba Ingeominas, creó la primera división de geología ambiental en el país, encargada de estudiar amenazas geológicas (como terremotos, volcanes, tsunamis…). Es además el responsable de la introducción en Colombia del tema de gestión del riesgo, lo que antiguamente se llamaba prevención de desastres”.
Nicolás Hermelin “Mi papá era un hombre de manos grandes y corazón gigante, amigo indisociable de carácter hermoso, que siempre construyó algo mejor para todos. Era tierno, generoso y bonito. En un mundo de ciencias recorridas, comprobaba lo exacto y lo traducía en lo humano y llevadero”.
La medida es necesaria para llevar a cabo el desmonte de la formaleta que sostiene una parte del puente en construcción
El cierre será para tráfico pesado entre las 10 pm. y las 4 am.
Hasta el viernes 21 de agosto estará cerrada la intersección de la Loma de Los Balsos con la Transversal Superior, entre las 10:00 de la noche y las 4:00 de la mañana.
La restricción del tránsito será para camiones, vehículos de carga pesada y transporte público. Solo se permitirá el paso de automóviles particulares.
Durante el cierre, se buscará favorecer la movilidad en la Transversal Superior en sentido sur – norte y hacia el oriente sobre la Loma de Los Balsos. Por ello, a la altura del mall Complex se contará con un desvío, 50 metros antes del semáforo del cruce con Los Balsos.
El mismo desvío deberán tomarlo los conductores que continúen por la Transversal Inferior hacia el Mall San Lucas para conectarse con la Superior y con Las Palmas.
Los conductores que bajan por los Balsos en sentido oriente – occidente y requieren conectarse con la Transversal Superior no tendrán ningún tipo de restricción.
La dependencia adelanta un análisis técnico y jurídico de las alternativas disponibles para terminar la obra de Valorización
Aspecto de las obras en la Transversal Inferior con la Loma de Los Balsos
Tras la aparición de versiones extraoficiales, según las cuales Bernardo Ancízar Ossa López cedería el contrato de construcción de la obra de Valorización denominada Paso a desnivel de la Transversal Inferior con Los Balsos, se pronunció el subsecretario de Planeación de la Infraestructura Física de Medellín, Juan Martín Salazar Vélez.
“Mucha gente se ha preguntado frente a la cesión del contrato; esa es digamos una de las alternativas que se está revisando. Sin embargo, hoy todavía no es una alternativa que tengamos seleccionada y, como les digo, estamos haciendo un análisis muy juicioso de todas las alternativas. Lo que sí les puedo garantizar a todos es que en los próximos días tendremos una solución definitiva que garantizará la finalización de las obras en los próximos meses”, declaró a este portal el funcionario.
De igual manera, Salazar Vélez precisó que desde el 28 de julio se abrieron 12 procesos sancionatorios socioambientales que pueden conducir al cobro de multas al contratista, si se determina su responsabilidad en los atrasos que ha sufrido la obra.
“Hay una primera fase en la que se exponen los motivos por parte de la interventoría y se estudian por parte de la Administración. En ese momento el contratista tiene la posibilidad de defenderse. La segunda fase concluye el próximo 28 de agosto. Esta es decisoria de si se multa o no, después del análisis técnico y jurídico de esos 12 procesos”, añadió el subsecretario de Planeación de la Infraestructura Física de Medellín.
Una arboleda que rodeaba la bucólica estancia “Restaurante La Aguacatala” fue talada, pero echó raíces en el vecindario, y también en el barrio Manrique
La autoridad ambiental debería investigar si hubo afectación a los pinos vela, que sufrieron poda
Donde hoy se levantan los flamantes edificios del Centro Comercial Santafé y la Librería Panamericana “vivían”, hasta hace unos diez años, 511 frondosos árboles. Era el hábitat de miles de pájaros y una fábrica de aire y de frescura para los vecinos. Todos fueron talados. ¿Cómo operó, en este caso, la compensación arbórea que exige la autoridad ambiental?
Vivir en El Poblado obtuvo un documento del Área Metropolitana que da respuesta a esta inquietud, propia de los habitantes de la comuna 14.
Para el primer caso (447 individuos talados), la compensación consistió en: “El establecimiento de sesenta y cuatro (64) individuos en la zona verde del área de influencia directa del proyecto, los cuales se recibieron a satisfacción por parte de la Entidad (Área Metropolitana), y un aporte económico por valor de mil quinientos millones ($1.500.000.000) como reposición por las intervenciones realizadas”.
El documento precisa que este recurso económico fue destinado a la adquisición de la finca Montecarlo (en el barrio Manrique), según escritura No. 1872 de 2007, matrícula inmobiliaria No. 01N5018462, cedida al municipio de Medellín. El valor del predio ascendió a dos mil doscientos veintitrés millones quinientos dieciséis mil pesos ($2.223.516.000).
Añade el informe que para llegar a esta valoración económica de la reposición, el Centro Comercial se basó en la metodología propuesta en el Plan Maestro de Zonas Verdes formulado por el Área Metropolitana. El predio en mención, ubicado en el barrio San Blas, sirve de sede a la llamada centralidad Montecarlo que alberga un colegio, un jardín infantil y la sede de la Escuela de Música Manrique Montecarlo, entre otras instituciones.
A su turno la compensación que hizo la Librería Panamericana “consistió en el establecimiento de ciento cuarenta y siete (147) individuos por la intervención con tala de sesenta y cuatro (64)…”.
Dicha reposición se cumplió de la siguiente manera: Catorce (14) guayacanes amarillos y rosados, ubicados en zona verde paralela a la calle 7 Sur. Diez (10) pinos vela ubicados frente al edificio de la librería Nueve (9) palmas zanconas plantadas sobre el andén de la avenida El Poblado, también al frente de la edificación Catorce (14) individuos establecidos en el retorno de la avenida Las Palmas (frente a Palms Avenue), de diferentes especies: cinco (5) caimitos, dos (2) piñón de orejas, siete (7) varasantas y cien (100) matas de guadua. Esta reposición, agrega el documento, fue recibida a satisfacción por el Área Metropolitana, que luego procedió al cierre del expediente.
Velas sin pabilo En el caso de los pinos vela localizados en la zona frontal de la Librería Panamericana, el ingeniero forestal Mauricio Jaramillo denunció en este medio, el 21 de mayo de 2015, el daño causado a estos individuos: “En imágenes tomadas en octubre de 2011 y mayo de 2014 se observa el normal crecimiento de los pinos y la legibilidad de la doble valla que publicita el nombre de la librería. Las vallas ya han generado significación, recordación y posicionamiento de la marca, no hay justificación para que ahora se dañe y atrofie el normal crecimiento y desarrollo de los árboles, impidiendo que se den los beneficios ambientales que se esperaba de ellos como compensación arbórea. ¿No fue suficiente haber talado 64 árboles de 22 especies para construir el edificio, sino que también es necesario dañar la estructura de siete árboles sembrados como reposición, con el objeto de despejar una de las vallas de la librería?”.
Interrogado al respecto el subsecretario del Medio Ambiente, Arbey Osorio, hace notar que cada árbol sembrado debe ser objeto, no solo mantenimiento preventivo, sino de cuidado para asegurar su crecimiento y sostenimiento durante determinado tiempo, para que logre su pleno desarrollo. Luego, se practican podas, según el requerimiento. En el caso de los pinos vela podados frente a la Librería Panamericana, sostiene que se debe verificar si recibieron daño ambiental o afectación, para emprender acciones contra la empresa responsable.
Esa Secretaría tiene el sistema de arbolado urbano georreferenciado para todos los individuos y especímenes sembrados hasta ahora. Existe un inventario del árbol urbano para vigilar su estado. Cada vez que se siembra o se tala un individuo, se lleva la información a una base de datos para mantener actualizado el diagnóstico en toda la ciudad, agrega Osorio.
También anuncia que esa dependencia trabaja en un manual de silvicultura que entregará herramientas para que el árbol urbano y el paisajismo estén armonizados con los requerimientos de un espacio público adecuado para la ciudad.
Al cierre de esta edición se esperaba un pronunciamiento de la Librería Panamericana.
Cómo tramitar un aprovechamiento forestal
El permiso de aprovechamiento forestal es la autorización que otorga la Autoridad Ambiental a una persona natural o jurídica, pública o privada, para su utilización sostenible.
En 2006 cerró el histórico restaurante La Aguacatala, para dar paso a un amplio centro comercial
El trámite se inicia al diligenciar el formulario SINA, que se descarga de la página web del Área Metropolitana A este documento se le anexa el certificado de existencia y representación legal; el certificado de libertad y tradición del predio; la escritura pública y los planos con localización del 100 % de los individuos que conforman la cobertura arbórea presente en el predio donde se desarrollará el proyecto constructivo. Se deben identificar con puntos negros los individuos que permanecen; con puntos rojos aquellos que se requiere talar y con puntos verdes los que se deben trasplantar.
Parte de la compensación arbórea que hizo la Librería Panamericana, para levantar una edificación de 13.804 m2
El plano debe indicar la localización del proyecto futuro, vías futuras, para visualizar la afectación que producirá sobre dicha vegetación. Además, señalará la localización de construcciones, estructuras, sistema vial existente y retiros a cuerpos de agua, de acuerdo con los lineamientos del Plan de Ordenamiento Territorial o Plan Básico de Ordenamiento Territorial vigente en cada municipio.
Se debe indicar el nombre del proyecto, de la firma diseñadora y empresa constructora, municipio, barrio, dirección, nombre o razón social del propietario, cédula o NIT, teléfono y fecha de levantamiento.
Un aspecto de los árboles sembrados en reemplazo de los 511 que fueron talados para dar paso a nuevas edificaciones en este sector
Es necesario hacer la lista de las especies y la cantidad que se pretende aprovechar (inventario forestal con altura, diámetro y volumen; los árboles deben estar marcados y el número debe corresponder al entregado en el plano).
Hay que agregar un documento de soporte que contenga: Propuesta paisajística que mitigue los impactos generados sobre el componente biótico (flora y fauna), listado de especies y cantidad de individuos a plantar, justificando la selección propuesta de las especies seleccionadas. Éstas deben estar enmarcadas en las características apropiadas del árbol urbano.
Con esta información, el Área Metropolitana inicia el trámite de aprovechamiento forestal, a través de un acto administrativo denominado Auto, que es publicado en la Gaceta Ambiental y notificado al usuario. Luego, un funcionario de la Subdirección Ambiental evalúa la información y verifica si es necesaria la tala o reubicación aducida por el interesado, para lo cual emitirá un concepto técnico, teniendo en consideración entre otros aspectos las razones de orden histórico, cultural o paisajístico relacionadas con las especies objeto de la solicitud.
La autoridad ambiental podrá autorizar dicha solicitud (mediante acto administrativo), consagrando la obligación por parte del interesado de reponer los individuos que se autoriza talar. Igualmente, señalará las condiciones de la reubicación o trasplante cuando sea factible.
El trámite ambiental termina cuando el interesado cumple a satisfacción con las obligaciones adquiridas, impuestas en el acto administrativo, con el cierre del expediente ambiental.
En resumen, el Área Metropolitana del Valle de Aburrá está autorizada para conceder las solicitudes de licencia ambiental, autorizaciones, permisos y concesiones, entre otras. Así como para ejercer las funciones de evaluación, control y seguimiento a las actividades que generen o puedan generar deterioro ambiental. La entidad cumple el papel de otorgar los permisos de aprovechamiento forestal de árboles aislados; controla y hace seguimiento ambiental a dichos permisos.
Vivir en El Poblado lamenta informar que el sábado 15 de agosto falleció el ingeniero Michel Hermelín Arbaux
Michel Hermelín Arbaux (a la derecha) recibiendo un premio a su trayectoria, concedido por la Alcaldía de Medellín, en octubre de 2011 (FOTO: CORTESÍA)
Nacido en París, Francia, y radicado en Colombia desde el año 1953, Hermelín Arbaux ingresó a la Facultad Nacional de Minas en 1958 y se graduó como Ingeniero de Geología y Petróleos en 1965.
Posteriormente, obtuvo un doctorado en la Universidad de Princeton y se desempeñó como docente de la Universidad Nacional de Colombia.
Asimismo, fue fundador del departamento de Geología de la Universidad Eafit.
Su vida estuvo dedicada a la educación y a la ciencia, áreas en las que se destacó, siendo autor de innumerables publicaciones y receptor de varias condecoraciones.
Las honras fúnebres del ingeniero Michel Hermelín Arbaux se realizarán, hoy lunes 17 de agosto a las 2:30 de la tarde, en el cementerio Campos de Paz.
Vivir en El Poblado expresa sus más sentidas condolencias a su esposa, Marta Elena Bravo Betancur, a sus hijos Daniel y Nicolás, a sus nietos Pedro y María, así como a sus demás familiares y amigos.
Fortalecer estos eventos permitirá continuar con el mejoramiento de la calidad musical de coros profesionales y amateur de la ciudad
/ Sebastián Mejía
Uno de los medios de expresión musical de mayor antigüedad logró robarse el protagonismo en la agenda del último mes. La voz demostró con creces el porqué de su vigencia y aceptación en la ciudad.
La decimocuarta versión de Festival Coral de Medellín “José María Bravo Márquez”, se llevó a cabo con una excelente promoción y presencia en lugares tanto públicos como privados. Recitales que ofrecieron una amplia oferta de géneros y coros de diferentes nacionalidades, dotaron el evento de una evidente diversidad tímbrica y estilística. Sobresalió la inteligente manera de rotar las intervenciones en su concierto de clausura, logrando con ello resumir y compendiar lo mejor de las distintas presentaciones aisladas de cada agrupación.
Fortalecer eventos de esta índole permitirá continuar con el mejoramiento de la calidad musical de coros profesionales y amateur de la ciudad. Además, se ratificó lo eficaz que resulta en términos de promoción y formación, asaltar musicalmente la cotidianidad de las personas para captar nuevo y variado público.
En su acostumbrada agenda de presentaciones, la Orquesta Sinfónica de la Universidad Eafit sirvió de digno anfitrión de un coro internacional que visitó la ciudad por primera vez.
El HBCU Legacy Voices Choir es una agrupación que especializa su actividad en la difusión, adaptación y montaje de música góspel. Este género, que toma su nombre de las palabras inglesas God y Spell, proviene de los cantos de alabanza adoptados por los afrodescendientes asentados en Norteamérica, una vez fueron convertidos a la iglesia evangélica. Musicalmente, el Góspel se caracteriza por una enorme carga emotiva y un amplio sentido comunitario.
La presentación llenó el teatro y permitió ver en escena solistas de una enorme exuberancia vocal. La orquesta y el coro ofrecieron un espectáculo lleno de emoción a un público que abandonó las sillas para acompañar de manera espontánea, con vítores y aplausos, la intervención del coro invitado.
La acostumbrada agenda musical de la Feria de las Flores convocó un enorme número de espectáculos en los que la voz fue también protagonista. Los eventos oficiales y afines de la Feria lograron reunir con repertorio folclórico, popular y académico, un amplio conjunto de espacios que posibilitaron el disfrute de un público que sigue viviendo activamente la música en sus múltiples manifestaciones.
La agenda musical de este mes nos permitió apreciar la voz en todo lo ancho de sus posibilidades expresivas. La satisfactoria afluencia de público a los diferentes eventos demostró la acogida que tiene la música vocal entre quienes disfrutan y hacen ciudad disfrutando de su agenda. De manera tácita se van creando líneas temáticas que convocan con éxito la diversa oferta de la ciudad.
Coda: concierto de asistencia ineludible para los amantes del piano, el de este próximo 13 de agosto. El pianista chino Mei Ting Sun interpretará en el Metropolitano una excelente versión de todo el Opus 28 de Chopin. [email protected]
Nereo, poeta de la luz y de las sombras, notario de los rostros, padre de la fotografía en Colombia, morirá lejos de su país
/ Gustavo Arango
“He estado pensando…”, dice Nereo con voz muy queda. Está un poco más fuerte que hace dos días, pero no lo suficiente para que alguien se atreva a hacer un pronóstico optimista. Tiene los ojos cerrados. Respira suave para evitar el vértigo de la debilidad. Procura tener a raya las náuseas que le despiertan las papillas. Acopia fuerzas y palabras porque quiere sonar claro.
“En estos días he hecho como un examen”, los visitantes guardan un silencio solemne. Se refiere a las tardes eternas del verano en las que nadie viene, a las largas noches solitarias: “He podido hacer mi reflexión”.
En septiembre, si es que llega, cumplirá noventa y cinco. Hace tres semanas ingresó a un hospital. Hace dos fue trasladado al centro geriátrico Isabella, en el alto Manhattan. Lleva ya un buen tiempo lejos de su casa y no se sabe si podrá regresar. “He visto muchas cosas. No lo he visto todo, pero he visto mucho”.
Es Nereo, el hombre que a mitad del siglo 20 recorrió toda Colombia fotografiándola, el poeta de la luz y de las sombras, el notario de los rostros que han hecho nuestra historia en los últimos 65 años, el reportero oportuno y recursivo que registró visitas papales o fiestas de premio Nobel. Es Nereo, el padre de la fotografía en Colombia, preparándose para morir lejos de Colombia.
“He escuchado muchas cosas”. Su mente está lúcida pero su cuerpo empieza a fallar. Está pálido y su delgadez es extrema. Sus ojos azules tienen un brillo intenso. Reconoce a quienes lo visitan y hace chistes. Dice que le preguntó a su médico de qué se va a morir y que el otro le respondió: “De viejo; tú eres como un camión viejo”. Ahora su tono es transcendental: “He vivido”. Pero no encuentra la manera de morir. Intenta abandonarse, intenta decir que está listo, pero la vida se impone, parece cobrarle ese momento de debilidad hace tres décadas, cuando la bancarrota lo condujo al borde del suicidio, y una circunstancia milagrosa lo llevó a reinventarse fuera de su país.
“El ciclo está completo”, dice sin convencimiento. “Todo en la vida es ciclos. Ya no tengo más que dar”.
Nació en Cartagena y quedó huérfano muy temprano. Bromea diciendo que, en su caso, no puede decir que la longevidad sea hereditaria. Fue actor de cine, administrador de un teatro y muchas otras cosas, hasta que encontró una cámara y se dedicó a plasmar las sencillas maravillas de la vida cotidiana. Amó y fue amado con intensidad (“dos cosas enamoran a las mujeres: la fotografía y el baile”). En Nueva York tuvo una segunda juventud. Se movía feliz en los trenes. Seguía creando series fotográficas. Cultivó el gusto exquisito por los espectáculos de ballet. Hace unas semanas empezó a invadirlo una debilidad de la que no parece capaz de reponerse.
“Mi reflexión no es una reflexión loca. Tengo proyectos, pero si no tengo el fuego suficiente para qué pensar en eso. Si estuviera bien diría: ‘Tengo que curarme para hacerlos’”.
Está contento porque en Colombia acaba de salir un libro hermoso con sus fotografías. El tesoro fotográfico que deja es invaluable. Sabe –hace mucho lo supo– que por mucho que viva, el reconocimiento de su país solo vendrá cuando se muera. Sólo hay una persona en este mundo que conoce el valor verdadero de todo lo que ha hecho: Nereo mismo, ese hombre digno y reducido que trata de resignarse, de abandonarse a la muerte, para después alzar el rostro y seguir vivo.
Entonces entrega destilada su larga reflexión: “Colombia es un país bello… es hermoso. Bello, bello. Lo que pasa es que lo maltratan. Lo llevan por el abismo”. Nueva York, Agosto de 2015. [email protected]
La celebración de los 60 años de las Empresas Públicas de Medellín fue presidida por el alcalde de la ciudad, Aníbal Gaviria Correa, y el gerente general de la entidad, Juan Esteban Calle Restrepo. Durante el acto, se hizo una rememoración de los hitos más significativos que ha tenido la empresa insignia de los antioqueños, referente indiscutible en la historia y el desarrollo de la ciudad, el departamento y el país.
Pedro Pablo Patiño, Ana María Restrepo, Carlos Solano
Ana María González, Claudia Márquez, Alexandra del Corral
Carlos Arturo Díaz
Juan Luis Mejía
Carlos Bayer, Coronel Ramiro Riveros, Rodrigo Ardila
Coronel Héctor Carrascal, Brigadier General Néstor Robinson, Coronel Carlos Estupiñan
Fabio Humberto Rivera, Juan David Echeverri, Juan Carlos Peláez
Iván Correa, Juan Felipe Gaviria, Federico Arango
Juan Esteban Calle, Sergio Fajardo, Lucio Chiquito, Aníbal Gaviria, Luis Felipe Henao
El rock tuvo su propio espacio durante la Feria de las Flores, gracias al Concierto de la Juventud 2015, realizado el pasado fin de semana en la plazoleta de eventos del Parque Norte. Este año, el concierto contó con la participación de bandas como Difonía, Nepentes, Jhonie All Stars, Grito, Ron Daymon, Kraken, Rey Gordiflón y Tres de Corazón.
Sofía Rico, Javier Rico, Lina Acevedo, Isabella Rico
Alejandro Restrepo
César Augusto Serna
Andrés Suárez, Camila Rivas
Aura Martinez, Nía Pulgarín
Camilo Ossa, Catalina Parra
Esteban Posada, Jenifer Vasco
Jorge Tobón, Laura Valencia
Juan Antonio Murillo, Juan Camilo Henao, Jesus Llano
Juan David Márquez
Marcela Cano
Marcela Pizano, Luis Felipe Valencia
Mauricio Arango, Juan David Márquez
Saul Ospina, Ana María Maya, Julián Múnera, Juliana Andrea Lenis
Sebastián Mejía, Óscar Suescún, Andrés Suárez, Jorge Botero, Felipe Muñoz, Julio Cesar Guerrero
La compañía suiza Mummenschanz presentó en la ciudad su obra de teatro visual Los Músicos del Silencio. Gracias a los oficios de Medellín Cultural, los asistentes al Teatro Metropolitano José Gutiérrez Gómez pudieron apreciar a los artistas manipulando materiales comunes y objetos cotidianos para crear un espectáculo lleno de lúdica e imaginación.
Más de 20 mil petunias maravillan los sentidos de quienes recorren los veinte metros de extensión del gran sendero de flores diseñado en El Tesoro y en exhibición hasta el 23 de agosto. Así mismo, la Plaza Palmas del parque comercial cuenta por estos días con espacios especialmente concebidos para el descanso y la realización de picnics, en un entorno pleno de belleza natural.
El 3 de septiembre abre sus puertas el nuevo edificio del Museo de Arte Moderno de Medellín. Exposiciones, conciertos al aire libre, teatro, cine, performance, y más. ¡Qué emoción la que despierta entre los hombres que lo soñaron!
Por Catalina Peláez
Está que llega a su fin la construcción del nuevo desarrollo del Museo de Arte Moderno (Mamm), que contará con un teatro para 256 personas, laboratorios para programas de educación y creación, salas de exposición adicionales, un salón de eventos, locales comerciales y amplias terrazas para disfrutar de la vista de la ciudad. Juan David Mejía, arquitecto y director del proyecto, dice con una amplia sonrisa: “Vamos en un 97 por ciento de ejecución de obra, empezamos el proceso de paisajismo y a sembrar algunas plantas, la constructora ya nos entregó algunas áreas”.
Viendo la imponencia del nuevo edificio, es preciso devolver la historia en el tiempo, y conocer cuál es ese sentimiento que genera este espacio entre los fundadores. “El museo históricamente fue fundado en la Galería de La Oficina, en 1978, cuando quedaba en la avenida La Playa. Invité a mis amigos a fundarlo”, recuerda Alberto Sierra.
Transcurridos 37 años, los fundadores fueron invitados por las directivas del Museo para recorrer los nuevos espacios que hacen parte de su expansión. Estos son los sentimientos e impresiones en las voces de algunos de sus fundadores.
“La puerta del teatro, traída desde Estados Unidos y que se puede abrir para conectar al público de la plazoleta exterior con el escenario, fue muy esperada. En la ciudad no hay ningún edificio que tenga una puerta con esas características” Juan David Mejía
“En todo el proceso constructivo lo más complejo fue el teatro, porque en él, confluyeron seis o siete disciplinas. La coordinación de todas al mismo tiempo fue difícil; cada una tenía exigencias muy altas, requerimientos específicos y había que atenderlos a todos para lograr que ese lugar finalmente quedara con una excelente calidad sin que tuviéramos que sacrificar una cosa por otra”, dice Juan David Mejía, con quien recorrimos el nuevo edificio. Oírlo hablar y explicar cada detalle hace pensar que por los poros le brota amor infinito por ese imponente espacio, cuya construcción tuvo la fortuna de dirigir. Parados en el hall de entrada dice: “Acá pensamos en todo, entonces mandamos a construir estas canastas para que los estudiantes de los colegios que nos visiten, puedan depositar sus morrales al llegar al Museo”.
Rodrigo Callejas “A mí me parece que todo el espacio es maravilloso. Valoro enormemente que hoy podamos tener el Mamm, después de haber trabajado con las uñas durante tantos años. Quienes lo fundamos, estamos muy contentos de haber llegado hasta este punto y de haber recibido ese invaluable apoyo de la Alcaldía de Medellín y de la empresa privada para lograr materializar el sueño.
Recorriendo el nuevo edificio, experimenté una sensación muy agradable cuando entré al teatro y a las salas de exhibición”, comenta Rodrigo Callejas, uno de los fundadores del Museo, quien agrega: “El Mamm en sus inicios pasó por momentos de mucha pobreza; nunca pensé que se pudiera materializar algo así”.
Alberto Sierra “A mi juicio, hay dos espacios supremamente importantes. Uno es el laboratorio de experimentación sonora y el otro, el teatro. Sin embargo, yo adoro Talleres Robledo, la sombra que proporciona, esa gran altura con ese techo a dos aguas…”, comenta Alberto Sierra, fundador del Mamm, arquitecto, crítico, coleccionista de arte y además dueño de la Galería de La Oficina. Recuerda además el año 1982, cuando el presidente de la época, Belisario Betancur, entregó un espacio en el barrio Carlos E. Restrepo, donde por muchos años prestó servicios el Museo. “Ese era un sitio comunal y ese barrio era maravilloso porque vivían profesores universitarios y era un lugar de tránsito obligado para la Universidad Nacional”, dice Sierra con nostalgia y emoción.
Álvaro Marín “Es un espacio polifuncional. Me puso los pelos de punta porque llegamos al futuro”, comenta entre carcajadas Álvaro Marín y con efusividad continúa hablando, casi sin tomar aire: “Los sistemas de enfriamiento para la conservación de las obras y los espacios de exposición son de una elasticidad y proporciones únicas. Estas y muchas cosas más, hacen que me pellizque y diga: ¡Qué bueno, esto es de la ciudad y los artistas, esta es la punta de la lanza! Llegar a este punto nos ha costado sangre, sudor, lágrimas y bastante licor, pero bien tomado”, dice Marín.
Una torre de 13 pisos propiedad de una firma especializada en hoteles temáticos ofrece otro golpe de vista a la entrada de Castropol
Por Catalina Peláez
Del edificio Dallas, ubicado sobre la avenida El Poblado, en Castropol, y que en los años 90 fue construido por el extinto narcotraficante Pablo Escobar Gaviria para convertirlo en un complejo de oficinas, no queda ni el nombre. En ese lote de 1.968 metros cuadrados, que por años soportó una estructura a medio terminar, y que fue también blanco de un atentado con explosivos en 1993, hoy se levanta una nueva edificación que para finales de 2015 abrirá sus puertas como el Hotel Viaggio Medellín. “El lote fue comprado en subasta pública a la Dirección Nacional de Estupefacientes –entidad liquidada–. A lo que existía del Dallas, le quitamos los muros y aprovechamos las placas de concreto; lo que no estaba en buen estado, lo demolimos y antes de comenzar a construir el hotel, hicimos las revisiones estructurales pertinentes”, comenta Gabriel Lemus, gerente de la Inmobiliaria Royal S.A.S. Esta es la propietaria de hoteles Viaggio, cadena que diseña, construye y opera estos hoteles ubicados en Bogotá, uno recientemente inaugurado en Cartagena y el que se estrenará en Medellín.
Un hotel temático Este nuevo hotel, que contará con 135 habitaciones, salones de eventos, un local comercial, un restaurante italiano y 50 parqueaderos, será un edificio temático, y el tema que se desarrolle será una sorpresa. Viaggio tiene en Bogotá varios hoteles temáticos como el Viaggio Nueve Trez, situado a pocos pasos del Parque de la 93, o el Viaggio 6.1.7, sobre la carrera séptima, en pleno Chapinero Alto. “El Hotel Viaggio Nueve Trez lo llamamos el Viaggio de las letras en Bogotá; cada piso lo dedicamos a un escritor de nuestro país, de manera que decoramos retomando elementos de las obras más leídas de estos escritores. El Viaggio 6.1.7, incluye obras de reconocidos caricaturistas como Grosso”, explica Gabriel Lemus. Atrás quedaron las ruinas del edificio Dallas, las cuales se habían convertido en atractivo para turistas del exterior que llegaban en tour a mirar la estructura. Atrás también quedó ese lugar que utilizaban los habitantes de calle como sanitario público y al que los medellinenses se acostumbraron a ver como parte del paisaje.
“Es muy importante que se haya podido recuperar este edificio, porque le va a dar otra cara al sector; espero que finalicen pronto y entre en servicio el hotel, que seguramente va a ayudar a dinamizar la zona y a evitar los problemas de seguridad que se presentaban, cuando el lote estaba abandonado”, celebra José Rodrigo Solórzano, gerente de la empresa Desarrollo Urbano, vecina de la obra.
Las obras aquí sí se hacen. Se ve que el dinero se invierte bien y que tratan de no perjudicar a la gente más allá de lo razonable
/ Juan Carlos Franco
Hace año y medio por fin empezamos, después de tanto aplazamiento, las cuatro grandes obras del Proyecto de Valorización de El Poblado: los intercambios a desnivel en Los Balsos con la Inferior, Los Balsos con la Superior, El Tesoro con la Superior y la calle 10 con la Inferior.
Estamos a mediados de agosto y ya se han entregado los dos últimos. No se puede negar que El Tesoro con la Superior y la calle 10 con la Inferior se hicieron bien y rápido, y cumplen desde el primer día su objetivo a cabalidad.
Para los dos de Los Balsos hace falta todavía una enorme dosis de paciencia. Los vecinos de las obras y quienes se desplazan por San Lucas han sido perjudicados de manera notable. Quizá más de lo que temían. Para peor, aun después de haber pagado sus cuotas de valorización, numerosas de esas propiedades ni siquiera recuperarán su valor original.
La ciudad entera respirará aliviada cuando entre en servicio el puente de la Superior encima de Los Balsos. Ese día, ya cercano, que armen carnaval los afectados, así falten aún varios meses para su entrega final.
Y ya entregado este, tomar con resignación los cuatro – seis meses que le quedan al de la Inferior con Los Balsos, el más complejo, el que ha impactado con mayor contundencia a los vecinos y el único que parece mal manejado.
Después siguen los de la Superior con la calle 10, la Inferior con Los González y la Inferior con Los Parra. Y la ampliación de la 34. Que se supone no serán tan críticos ni de tan difícil construcción. Quizá no nos dará tan duro por estar ya acostumbrados.
Haciendo un balance, es justo decir que el de Valorización de El Poblado es un proyecto que se mueve. Uno puede estar en desacuerdo con que estas obras valorizan los predios, puede demostrar que los parámetros y estudios para asignar las cuotas son irrelevantes o desactualizados, puede comprobar injusticias e inconsistencias…
Pero al menos, a diferencia de otras ciudades del país, las obras aquí sí se hacen y cumplen su papel. Se ve que el dinero se invierte bien y que tratan de no perjudicar a la gente más allá de lo razonable.
También es evidente el esfuerzo que hace Fonvalmed por mantener informada a la comunidad y responder a sus inquietudes. Hay boletines de todo tipo, atención de reclamos, foros, etcétera. Se notan liderazgo y ganas de acertar.
Al fin y al cabo las obras están ubicadas en el mismo municipio y todos hablan el mismo idioma. Uno puede estar en desacuerdo con todo, pero al menos parece haber alguien al mando que sabe para dónde va.
Qué diferencia frente a lo que ocurre en el Oriente cercano antioqueño. Las obras de infraestructura vial que se requieren con urgencia suprema quedan en diferentes municipios y nadie sabe para dónde van. Nadie quiere ir de la mano de nadie. Y no hay líder ni entidad alguna que organice a estos niños.
Para las vías de este importante sector de Antioquia, el segundo piso de Medellín, con un crecimiento acelerado en los años recientes y por venir, no hay a la vista posibilidades de ampliaciones, de intercambios a desnivel, de doble calzadas… No, todo se metió en ese oscuro y poco relevante túnel, cortesía del anterior gobernador.
Todos los municipios se sienten afectados en forma negativa porque el túnel no los beneficia en el aspecto vial y se traga todos los recursos que podrían haber estado disponibles para obras realmente importantes de la zona.
El Oriente antioqueño solo podrá progresar unido, bajo un liderazgo claro y fuerte, por ejemplo de la Gobernación. Pero hasta ahora, al menos en el tema vial, ese liderazgo ha sido errático y endeble.
Es muy triste no tener dinero para hacer las obras que se necesitan con urgencia. ¡Pero es mucho más triste tenerlo y malgastarlo en la obra equivocada! opinion@vivirenelpoblado
La decisión obedece a motivos normativos y técnicos. La obra completa se presenta como el nuevo parque público para la comuna 14
Render. Diseño actualizado de la UVA de El Poblado
Por Luisa Martínez
La obra de la Unidad de Vida Articulada –UVA– de El Poblado, que estaba programada en un principio para iniciar construcción en diciembre de 2014, al fin se encuentra en ejecución. Las labores comenzaron en junio de 2015 y actualmente avanza en movimientos de tierra y en la construcción de los cimientos de los edificios que integrarán este proyecto.
Nuevo espacio público se recrea alrededor de los tanques de EPM
Ubicada en un lote de 21 mil metros cuadrados entre el barrio Los Naranjos (costado norte), El Garabato (costado sur), el Parque Comercial El Tesoro (costado oriental) y la Transversal Inferior (costado occidental) contará con tres escenarios: un edificio mixto de la Fundación EPM (con oficina de atención y local comercial), un edificio cultural (con biblioteca y aula múltiple) y otro para el jardín Buen Comienzo, el Inder (oficinas y una ludoteca) y una cancha múltiple.
Para este último escenario se tenía previsto un Polideportivo, pero según el último informe del equipo del Departamento Intervenciones Urbanas Sostenibles EPM (liderado por el arquitecto Horacio Valencia), por cuestiones normativas y técnicas, no se podrá construir. La razón es que la dotación estaría construida sobre la huella de la quebrada La Sucia 3, en el sector Los Naranjos, que dentro del nuevo POT aparece señalada como activa.
Aunque según estudios técnicos de EPM, la quebrada no aparece, el Área Metropolitana no concedió el permiso de ocupación del cauce. Esa misma situación generó retrasos en el inicio de la obra.
Nuevo espacio público se recrea alrededor de los tanques de EPM
A cambio del Polideportivo se está contemplando construir un nuevo edificio para aumentar la capacidad técnica y de atención del Inder. Esta novedad en el diseño, aseguran voceros de EPM, se socializó recientemente con la comunidad, en el Parque Comercial El Tesoro.
Así avanza La obra, adjudicada a la firma Coninsa Ramón H., cuenta con recursos de EPM, el Municipio de Medellín, el Inder y el Área Metropolitana, y tiene un costo total estimado, por ahora, de 28 mil 500 millones de pesos.
Según informe del equipo de Interventoría de EPM, así avanza: en el edificio mixto, que conectará por medio de un paso a nivel con El Tesoro, se trabaja en excavaciones y la instalación de estructuras de acero.
Avanzan labores de excavación y cimientos de los edificios
Para el edificio cultural, los obreros realizan la excavación de las 22 pilas que van a sostener el terreno. Para ello, un operario debe bajar 15 metros de profundidad del terreno, mientras un compañero desde la superficie le recibe la tierra excavada. Cada día se excava un metro, se instalan los anillos de concreto y se rota de pila. Luego se llenarán con 75 metros cúbicos por metro lineal de concreto. En promedio, hacer una pila, puede tardar 20 días. Con previo aviso, los vecinos del sector son alertados por una alarma: suena una vez, pasan tres minutos, suena otra vez, una tercera y ¡boom!, explotan las rocas. El suelo que es considerado como de tipo consolidado ha tenido que ser dinamitado, por lo que puede haber seis explosiones diarias.
Por otro lado, para la estructura del Inder se trabaja en la instalación de anclajes activos. Para esto se perforan 28 metros de profundidad y se hacen inyecciones de cemento a un ángulo de 20 grados, para sostener la montaña.
Para la construcción de la obra se talaron cerca de 60 árboles, que serán compensados, en proporción de 2 por 1, en las orillas de la quebrada La Olleta y en las zonas verdes del terreno, según afirma la interventoría.
Avanzan labores de excavación y cimientos de los edificios
Un gran parque público para El Poblado Las UVA de EPM se caracterizan por retomar lotes del acueducto de la ciudad alrededor de los tanques de agua y activarlos como parques públicos. Su diseño se basa en arquitectura creativa y sostenible, según el Departamento Intervenciones Urbanas Sostenibles.
Render. UVA de El Poblado
Para El Poblado se buscó que los edificios no fueran altos y se adaptarán a la topografía. Estos irán en escala y servirán como terrazas y balcones verdes, para que prevalezca la condición de parque. Además se hará un manejo integral de las aguas de escorrentía; en vez de ir por canales de concreto, se van a construir andenes que permitan aumentar la capacidad hidrológica de la canalización de las aguas lluvias. Los edificios se podrán recorrer por senderos, lo que le da accesibilidad a este espacio de 300 metros de largo por 100 metros de ancho. También hay diseño alrededor de los dos tanques. En uno habrá un sistema de agua recreativa y otro funcionará como galería de arte.
A cambio del Polideportivo, se construiría un nuevo edificio para aumentar la capacidad de servicios del Inder
Premio a mejor diseño sostenible El Plan Maestro Proyectos UVA tanques Grupo EPM y el diseño arquitectónico de la UVA Orfelinato, en la comuna 8, Villa Hermosa, realizado por el Colectivo 7 20, recibió el 5 de agosto el premio Global Holcim en la categoría Oro, galardón otorgado por LafargeHolcim Foundation. Este premio es considerado uno de los más importantes en diseño y construcción sostenibles.
Render. UVA de El Poblado
A la fecha se han entregado cuatro Unidades de Vida Articulada a la ciudad: De Los Sueños (Manrique Oriental-Versalles), La Esperanza (San Pablo), La Libertad (La Libertad-Sol de Oriente) y La Alegría (Manrique Santa Inés-Campo Valdés).
¿ Qué piensa de sí misma una persona que tiene miedo a equivocarse? En ese temor convergen bobada, soberbia y falta de amor profundos
/ Juan Sebastián Restrepo
No deja de maravillarme cada que veo a una persona dándose látigo porque se equivocó. Observo su rostro, sus palabras, su autocondena y me río en secreto. Pienso: pobre pendejo, qué daño le hicieron sus padres. Me parece tan ilógico que conviertan un asunto funcional –mantener una Coca-Cola dentro del vaso, que funcione o no una relación de pareja, obviar un paso en la ecuación matemática confundir un nombre con otro, o tomar una decisión– en uno moral –ser buena persona o mala persona, en ser valioso o no ser valioso– que podría compararlo con algo tan estúpido como reventarse de la rabia porque uno no se eleva del piso tirando de los cordones del propio zapato.
Y todos los días vemos ese irracional, ilógico e insensato sentimiento: el temor a equivocarse. Lo vemos en el pánico escénico de la bailarina que se tulle en el momento del show, en el ejecutivo que gaguea en la reunión, en el eyaculador precoz, en las vidas tibias de las personas mediocres que no escogen, en los matrimonios sin amor y en el sufrimiento que repetimos todos los días por no buscar algo distinto. Es una gran epidemia este temor a equivocarse.
Me gusta preguntarme qué es lo que piensa de sí misma una persona que tiene miedo a equivocarse: que es perfecta, que ya se las sabe todas, que hay un juez que lo persigue, que si se equivoca no lo quieren, etcétera. Y solo puedo llegar a la conclusión de que en el temor a equivocarse convergen una bobada, una soberbia y una falta de amor profundos.
Ya habrá una cantidad de adoctrinados en esta filosofía de la autotortura que estarán formulando el clásico pensamiento catastrófico: sin el temor a equivocarnos nos extinguiríamos, esto generaría el colapso total, nuestra vida se volvería una catástrofe. Pero no es así, señor lector. Aunque usted tenga miedo a equivocarse, aunque usted se fustigue con ortiga cada que se equivoca, usted se equivocará. Y no se equivoque, el mundo no funciona porque no podamos equivocarnos, funciona por curiosidad, necesidad, amor, creatividad. Además, las personas que amamos son las auténticas que se han atrevido a equivocarse. Los defensores del perfeccionismo siempre abrigan el resentimiento oculto de que nadie los ama por ser quienes son.
Pero poco se ha escrito sobre las consecuencias desastrosas que trae no tener derecho a equivocarse. Y es que esa postura de vida nos vuelve cobardes, rígidos, torpes, resentidos, inseguros y acusadores. El sufrimiento del neurótico es vivir en una cárcel minúscula por el temor a fallar. No hay vida sin equivocación, no hay amor sin percances, no hay flores sin manchas, no hay conocimiento sin desvíos y crisis. Y mientras el autotorturador está ocupado dándose látigo por haberse equivocado, el que puede equivocarse está aprendiendo a hacer las cosas de otra manera. Por eso los mediocres no son los que se equivocan, sino los que no se permiten fallar. El que no se puede equivocar no puede entregarse, no tiene los sentidos abiertos para vivir la vida, no está haciendo su propio camino, no puede aprender las grandes lecciones.
Las personas maduras y despiertas saben cuánto vale una falla bien hecha, cuánto aporta una buena metida de pata, siempre y cuando no nos hagamos los pendejos. La perfección no existe, pero la mayor parte de la plenitud, de la grandeza humana, está hecha de equivocaciones bien hechas. Así que, ¡por favor, aprenda a equivocarse! [email protected]
En julio el grupo constructor les comunicó que no podría continuar cumpliendo con los auxilios de habitabilidad. En agosto tampoco ha dado señas
Por Catalina Peláez
En julio se prendieron las alarmas cuando el grupo CDO, mediante un comunicado, les informó a los propietarios desalojados de los conjuntos residenciales Asensi, Continental Towers y Colores de Calasania, así como a 12 de las familias afectadas del desaparecido Space, que ya no podría seguir cumpliendo con el pago de los auxilios habitacionales.
Un mes después, la situación no ha cambiado; por el contrario, las familias afectadas pareciera que fueran de mal en peor. “Me acaba de llegar un predial de más de cuatro millones de pesos con intereses de 213 mil pesos; además, tenemos que seguir pagando el crédito hipotecario y a la fecha CDO no nos ha pagado el auxilio de agosto. Es muy triste saber que estamos desembolsando un dinero por un apartamento que no podemos disfrutar y, para colmo, estoy sin empleo”, comenta Andrea Echeverri, propietaria del apartamento 505 de la fase uno del edifico Continental Towers.
Para las familias afectadas de la urbanización vecina, Asensi, la situación no es distinta. “En este momento estoy consiguiendo un apartamento más económico, de manera que pueda tener los recursos suficientes para poder vivir y además pagar el crédito hipotecario mensual de un millón 300 mil pesos. Afortunadamente yo tengo la manera de hacerlo, pero conozco familias de Colores de Calasania que no tienen para pagar arriendo y crédito a la vez”, dice Catalina González, quien habitaba el apartamento 523 de la torre dos del edificio Asensi.
Cabe recordar que el Superintendente de Industria y Comercio, Pablo Felipe Robledo, dijo hace poco en una visita a Medellín, que la empresa está obligada a seguir pagando los auxilios –que oscilan entre 2 millones 200 mil pesos y 3 millones de pesos al mes–, y que estos no pueden estar sujetos a que en la fiducia constituida para tal fin, exista o no dinero.
Vivir en El Poblado pudo conocer por medio de un funcionario de la Superintendencia de Sociedades –organismo de control que tiene a su cargo la reorganización del grupo empresarial CDO y la liquidación de Lérida S.A., sociedad que también pertenece a este–, que en una reciente reunión celebrada en Bogotá, a la que asistieron ambas superintendencias, funcionarios de la Alcaldía de Medellín y otros organismos de control, la familia Villegas aseguró estar vendiendo un lote en Medellín, con el fin de repotenciar las edificaciones evacuadas o pagar los auxilios habitacionales. “En esa reunión manifestaron que con la venta del lote podrían repotenciar o pagar los arriendos, pero que no tendrían cómo cumplir con ambas cosas”, aseguró el funcionario.
Tienen que pagar el predial En un reciente comunicado de cinco puntos, la Alcaldía de Medellín deja en claro, entre otras cosas, que “seguirá con su papel de facilitador y mediador, según sus responsabilidades legales y su capacidad institucional, para que se logren los acuerdos entre las partes que lleven a la solución definitiva de la problemática actual”.
También manifiesta expresamente en el numeral tercero del documento, que los auxilios habitacionales acordados voluntariamente entre la constructora y los afectados se deberán seguir pagando, tal como lo ha ordenado la Superintendencia de Industria y Comercio. En relación con la inquietud que tienen los damnificados frente a los cobros que han venido llegando de impuesto predial, Astrid Velásquez, secretaria de Gestión y Control Territorial de la Alcaldía de Medellín, ha dicho que según el acuerdo municipal 064 de 2012, se concede la exención en el pago del impuesto predial a los propietarios de los inmuebles que han sido evacuados definitivamente por recomendación del Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo Emergencias y Desastres (Dagred), “acompañando la solicitud con la correspondiente acta de demolición levantada por la autoridad competente, siempre y cuando no obedezca a hechos o acciones de terceros”, tal como consta en el artículo 143 de dicho acuerdo, y aclara: “Situación que para el tema de los afectados de las edificaciones de CDO, no procede”, pues es necesario que las autoridades competentes demuestren y establezcan si la evacuación correspondió a temas relacionados con hechos o acciones de terceros.
Palabras más, palabras menos, por el momento las familias afectadas por CDO no están exentas del pago del impuesto predial. El pago del tributo solo está suspendido.
San Antonio de Prado, menos conocido como la comuna 80, es el primer corregimiento en aparecer en las páginas de nuestra serie Vivir en Medellín. No sobra recordar que la publicación de este cuadernillo la iniciamos a mediados de marzo de este año como un regalo para nuestros lectores en los 25 años de fundación y circulación ininterrumpida del periódico Vivir en El Poblado. La idea, acercar a la comunidad de El Poblado un poco más a las diferentes comunas que conforman la ciudad.
Con una extensión de 507 hectáreas —197 menos que Santa Elena, el más extenso de los cinco corregimientos— San Antonio de Prado es el más poblado de ellos. De acuerdo con las cifras oficiales, tiene un poco más de 95.000 habitantes, es decir, la población de Santa Elena multiplicada por seis, la de Palmitas multiplicada por 19, la de Altavista multiplicada casi por tres, y alberga 25 mil habitantes más que San Cristóbal.
Quebrada Doña María. Nace en el Cerro del Padre Amaya, pasa y abastece de agua a diferentes lugares como el corregimiento San Antonio de Prado y el municipio de Itagüí, donde llega como afluente del río Medellín. Fotografía superior, tomada por Jorge Obando (1894-1982) en 194? Cortesía Archivo Fotográfico Biblioteca Pública Piloto. Fotografía inferior, tomada por Róbinson Henao el 4 de agosto de 2015
Precisamente, esta densificación es hoy una de las características más relevantes del corregimiento, un proceso que empezó en las últimas décadas del siglo pasado, ha continuado sin tregua a lo largo del tercer milenio y no tiene visos de concluir, a juzgar por las 103 urbanizaciones aprobadas por curaduría, según lo narra en estas páginas el cronista Juan Gonzalo Betancur. Este cuenta, además, cómo la población en San Antonio de Prado pasó de seis mil habitantes en 1964 a 14 mil en 1973, a 22 mil en 1988, a 72 mil en 2005 y a los 95 mil de hoy, aunque hay quienes aseguran que la cifra supera los 120 mil habitantes.
Y es este, por supuesto, uno de los mayores puntos de reflexión de sus pobladores, no solo por las implicaciones en términos de seguridad y convivencia que ha tenido la llegada de miles de personas al territorio, sino porque temen que los equipamientos en salud, recreación, cultura, movilidad y educación, entre otros, continúen siendo inferiores a la escala de urbanización, como sienten que ha sido. De allí que aboguen por un desarrollo armónico y por la creación de lazos de identidad entre antiguos y nuevos habitantes y de todos con el entorno. También es motivo de preocupación el futuro de la ruralidad de este corregimiento, considerado pulmón y despensa agrícola de Medellín. Por fortuna, San Antonio de Prado cuenta con una gran fortaleza: su organización comunitaria, evidenciada en más de cien grupos de trabajo en diferentes áreas, con un objetivo común: el mejoramiento y la protección de ese pequeño cielo que disfrutan.
Ubicación
La comuna 80 (corregimiento de San Antonio de Prado) limita por el norte con los corregimientos San Sebastián de Palmitas y San Cristóbal; por el oriente con el corregimiento de Altavista; por el sur con los municipios de Itagüí y La Estrella, y por el occidente con los municipios de Heliconia y Angelópolis.
Extensión
507 hectáreas
Veredas
A San Antonio de Prado lo integran nueve veredas: La Montañita, El Astillero, Yarumalito, San José, La Verde, Potreritos, La Florida, El Salado y San Antonio (parte central).
Viviendas
En la comuna 80 hay 26.675 viviendas: 16.589 en estrato 2; 9.366 en estrato 3; 633 en estrato 1; 82 en estrato 4, y 5 en estrato 6.
Población y edades
Según la Encuesta de Calidad de Vida Medellín 2013, San Antonio de Prado tiene 95.392 habitantes. De ellos, 49.327 son mujeres y 46.025 son hombres. Entre 0 y 14 años tienen 23.397 personas; de 15 a 24, 18.550; de 45 a 64 años, 17.162; de 25 a 34, 16.637; de 35 a 44, 15.947, y de 65 años o más, 3.699.
Seguridad
De acuerdo con el Sistema de Información para la Seguridad y la Convivencia (Sisc), entre el 1 de enero y el 31 de julio de 2015 hubo siete homicidios en San Antonio de Prado, uno menos que en igual periodo de 2014, 22 menos que en 2013 y 46 menos que en 2012. En paralelo, los días sin homicidios durante los siete primeros meses de este año aumentaron a 205, uno más que en 2014, 19 más que en 2013 y 32 más que en 2012.
En San Antonio de Prado hay diez cuadrantes de Policía y catorce cámaras de videovigilancia.
No son urbes que compiten, aisladas, desentendidas de las necesidades de las demás, exitosas, pero rodeadas de crisis y miseria, sino que intercambian experiencias y conocimientos de innovación
Medellín sede. Otra vez. Epicentro de discusiones de orden global como las del Foro Urbano Mundial, en 2014, o las convocadas por el BID, en 2009, y ya seleccionada para acoger la Asamblea General de la Organización Mundial del Turismo, en septiembre, ahora prepara Cities for Life.¿Pantalla? ¿Vitrina? ¿Maquillaje? Es una manera de verlo. Otro análisis indica que la ciudad estigmatizada y arrinconada en el mapa de opciones para la realización de eventos mundiales ahora compite, y sale elegida, para ser centro de debate y pensamiento, con consecuencias además en generación de empleo y de oportunidades de turismo, de dinamización de la economía regional.
El centro de discusión en Cities for Life, será el rol de las ciudades en el mundo globalizado. No las urbes que compiten, aisladas, desentendidas de las necesidades de las demás, exitosas, pero rodeadas de crisis y miseria, sino las que intercambian experiencias y conocimientos de innovación.
Innovación, así como Medellín sede, también ha generado rechazo y hasta burlas. Cada acción de un delincuente en las calles las genera, como si se pudiera responsabilizar a la innovación del control del orden público o como si los efectos de esta en las ciudades, en Medellín y en cualquiera, incluso en las de los países del primer mundo, fueran de acción inmediata contra el delito.
Pero innovación en el ámbito local es EPM, con 60 años de gestión con éxito probado, o son las líneas de metrocable y sus 30.000 usuarios diarios. Innovación social. Ahora Cities for Life propone la discusión sobre innovación urbana: darles la palabra a mandatarios y a especialistas para que presenten sus casos de éxito y, al final del ejercicio, llegar a un acuerdo político para afrontar desafíos comunes. Un mundo colaborativo.
71 ciudades, con sus mandatarios y sus técnicos, vendrán a Medellín, entre el 31 de agosto y el primero de septiembre, para cohesionar el conocimiento del mundo y ponerlo en espíritu solidario al servicio de la solución de retos complejos, actuales y futuros, de las ciudades y sus habitantes. Canadá, Estados Unidos y Bangladés, Brasil e Israel, Corea del Sur, Filipinas y Uganda, Kenia, Francia y Austria, hacen parte de los países participantes.
Planeación y diseño urbano, Desarrollo Social, Medio Ambiente y Gobierno son tareas que, pese a los esfuerzos públicos y privados, todavía tienen asuntos pendientes en Medellín. Ni qué decir de Movilidad y de Seguridad. Y no solo en Medellín. Cities for Life abrirá las discusiones, también con presencia de representantes del Banco Mundial, la CAF y el BID, frente a estos temas bajo la premisa de ecosistema abierto y colaborativo. Compartir el éxito, entender cómo otros lo lograron.
Gana Medellín. Porque agrega un evento a su portafolio para venderse al mundo. Porque convoca líderes políticos y especialistas en innovación y pone sobre la mesa sus logros y también sus retos. Y gana el mundo globalizado desde una mirada en la que más que competir es compartir.
Durante más de un siglo mi familia ha vivido, luchado, permanecido y salido de este corregimiento. Su historia cuenta la vida misma de esta zona que pasó de comarca bucólica a sufrir los traumas de la acelerada expansión urbana
“Hoy en Prado ya uno no conoce a nadie”, dicen mis tías cada que suben al pueblo que las vio nacer y que hoy es una colmena de personas venidas de todas partes de Medellín. En el parque principal, en el que hace 50 años cualquiera se podía sentar después de misa de doce y quedaba como perdido en una isla solitaria, hoy no caben la gente, los carros, el ruido, los letreros anunciando cuanta cosa hay, el barullo, la música, y los buses de Cootrasana y del Metro abriéndose paso entre el tumulto.
Los abuelos Manuel J. y Gabriela se casaron a comienzos de la década de 1940 con la pompa de entonces. Cortesía familia Betancur
De niño me sorprendía que la gente caminara por las calles porque no había carros y solo reaccionara de un brinco cuando les pitaban encima. Hoy pasa igual, tampoco se inmutan hasta que les pitan, pero el motivo es distinto: ya no caben en esas estrechas aceras de pueblo antiguo al que estos tiempos agarró desprevenido.
El parque principal, posiblemente a finales del siglo 19 o comienzos del 20. Cortesía Corporación Amigos por San Antonio de Prado
Los bisabuelos y los primeros años de Prado
La primera generación de los Betancures a los que pertenezco por la línea paterna, y de la que tenemos información, fue la de los bisabuelos, campesinos que a finales del siglo 19 ayudaron a levantar el pueblo. Los hombres eran jodidos y se cuentan historias que dan pena, pero que hay que relatar porque así eran ellos y seguramente otras personas de su tiempo.
El bisabuelo Eduardo, por ejemplo, fue arriero y carnicero, avezado en los negocios y algo jugador. Gildardo Betancur —quien no es familiar aunque comparte nuestro apellido— lo recuerda como un hombre “de ruana terciada, machete, sombrero y un carriel atravesado en el pecho en el que guardaba unos dados”.
Procesión de Semana Santa. Foto sin fecha. Cortesía Corporación Amigos por San Antonio de Prado
Un día, el bisabuelo Eduardo se paró ante su familia y soltó una perla que los dejó fríos: “Empaquen todo que mañana tenemos que entregar esta casa porque la acabo de perder jugando cartas”. Al parecer no fue la única vez que lo hizo, según relataba mi papá, aunque así como perdía también ganaba. Por eso al morir dejó propiedades y se dice que muy viejo, ya ciego, reconocía el valor exacto de los billetes solo con tocarlos y restregarlos en sus manos.
Como todos por allí, era católico, conservador de espíritu y de partido político, muy temeroso pero a la vez agradecido de Dios. Claro que había unos más que otros, como el otro bisabuelo, Epitacio, que después de tener encuentros prohibidos en los rastrojos cercanos a su casa hacía arrodillar a la dama de sus aventuras para juntos agradecerle al Altísimo por el gusto recibido.
Parque principal en la década de 1980. Cortesía Corporación Amigos por San Antonio de Prado
Aquello era solo fincas de enormes potreros donde era fácil volarse para infringir el sexto mandamiento. Lorencita y Concepción, las bisabuelas, eran unas santas, como varias mujeres que nacerían después.
Esas historias truculentas han llegado hasta hoy como perduran las leyendas: contándose con gracia, repitiéndose cada vez que se puede y sin una sola certeza de que todo lo que se dice haya sido completamente verdad.
El escultor José Horacio Betancur nació en el corregimiento de San Antonio de Prado en 1918 y falleció en Medellín en 1957. Foto sin fecha, de Gabriel Carvajal (1916-2008). Cortesía Archivo Fotográfico Biblioteca Pública Piloto.
Mucho antes, el origen
Por entonces, el territorio actual de San Antonio de Prado era un cruce de caminos de arriería, sitio de tránsito del comercio que se hacía entre Heliconia, Ebéjico y Armenia—Mantequilla con Itagüí y Medellín. Los arrieros, como el bisabuelo Eduardo, transportaban principalmente tabaco, sal, maderas y aguardiente.
Urbanizaciones Barichara y El Limonar, en San Antonio de Prado. Foto tomada por Róbinson Henao el 4 de agosto de 2015
Los caminos eran abiertos por el paso permanente de recuas de mulas y caballos, aunque tales rutas existieron desde antes de la llegada de los españoles, ya que en la zona habitaron los Yamesíes, indígenas pertenecientes a la nación de los Nutabes. De esto dan fe caminos en piedra que aún existen y los restos hallados en El Silencio —en la reserva natural de Romeral— donde habitó una comunidad de ellos. También en cercanías a donde está el parque biblioteca, donde al parecer hubo otra población indígena.
Los españoles llegaron en 1541 cuando Jerónimo Luis Tejelo, adelantado de Jorge Robledo, posiblemente cruzó por el actual territorio de Prado en su paso hacia el valle del río Aburrá. Las crónicas de aquellas expediciones no aclaran si pasó por el alto del Chuscal y siguió hasta el actual Altavista o si pudo haber bajado siguiendo el curso de la quebrada Doña María.
Esa vertiente de agua, en lo profundo del cañón donde está el corregimiento, debe su nombre a doña María de Quesada, viuda del capitán Juan Daza, quien en 1616 recibió una merced de tierras que iban desde Ancón hasta Itagüí y parte de Prado.
Lo que pasó en los siglos 17, 18 y 19 es un lento proceso de colonización, disputas familiares por tierras, compras y ventas, y el paso de propiedades de una descendencia a otra. En el libro Historia de San Antonio de Prado, investigación de un equipo coordinado por el historiador Dairo Correa Gutiérrez, el apellido Betancur aparece entre los propietarios en documentos de 1724. Vaya uno a saber de cuáles venimos nosotros: si de los que solo poseían tierras o de los que también tenían esclavos.
Vereda Potrerito. Al fondo, Itagüí, Envigado y parte del barrio El Poblado. Foto tomada por Róbinson Henao el 4 de agosto de 2015
Prado comenzó a tomar forma en 1869 cuando los 246 habitantes empezaron a crear el pueblito donde está hoy la zona central del corregimiento. “A nosotros en la escuela siempre nos enseñaron que el fundador fue Manuel Betancur”, dice muy segura mi mamá, María Teresa Betancur. Él no fue el único —explica el libro citado— pero lideró el trazado de calles y de la plaza principal junto a las familias Arango, Escobar, Espinosa, Garcés, Gil, Gómez, Hurtado, Montoya y Restrepo.
Los abuelos y el nuevo siglo
Los tiempos de finales del siglo 19 tuvieron sus momentos críticos como cuando hubo pestes de viruela y lepra, y una plaga de langostas que se comió todo lo que encontró. Pero a la segunda generación le tocó más fácil: la llegada de la luz eléctrica, el teléfono, carretera de piedra hasta Itagüí, servicios médicos y un acueducto.
Las costumbres nada que se modernizaban: “A mi mamá (mi abuela Gabriela), la amarraban dentro de la casa para que no viera a Manuel, a quien amaba. ¡Manuel, mirá como me tienen!, le gritaba por una ventana cuando él pasaba para la escuela”, dice mi tía Berenice. “Es que no los dejaban acercarse porque eran primos terceros”, aclara. Sin embargo, se casaron. El historiador mencionado advierte que en esa época hubo mucho matrimonio “de Betancures entre sí y de Betancures con Escobares”. Por eso estos apellidos abundan en el corregimiento.
Vereda La Florida. A la derecha, I.E. San José Obrero. Foto Róbinson Henao. Agosto 4 de 2015
En 1903 Prado fue municipio y en 1909 dejó de serlo y lo anexaron a Medellín. El abuelo Manuel, nacido en 1912, trajo a la familia dos enfermedades: la primera, la política. Fue concejal, diputado, representante a la Cámara y al momento de su muerte, en 1950, secretario general de su amado Partido Conservador. Era de los godos de verdad, tanto que Laureano Gómez, el Tuso Navarro y monseñor Miguel Ángel Builes fueron sus amigos.
Y la segunda enfermedad: el periodismo. Dirigió entre 1941 y 1949 uno de los periódicos más radicales e incendiarios que ha tenido Antioquia: La Defensa. Fue tan dura la lucha de ese vespertino contra los liberales, que en la tarde del viernes 9 de abril de 1948, apenas se supo en Medellín que habían matado al caudillo Jorge Eliécer Gaitán, las turbas rojas se fueron en tropel hasta La Defensa —que funcionaba en un segundo piso a un costado de la iglesia La Veracruz— y le prendieron fuego a las instalaciones. El abuelo se salvó porque no se encontraba. Dos generaciones después, algunos heredamos esas enfermedades.
Prado siempre fue su feudo porque era conservador y católico, que en esos tiempos venía siendo lo mismo. Durante la primera mitad del siglo 20, los sacerdotes tenían más poder que un alcalde porque manejaban las cosas del alma y los asuntos de la vida mundana con una autonomía que nadie osaba contradecir. Familia que se respetara tenía cura y monjas (por supuesto, la mía también) que no faltaban en las fotos y que siempre comían de primero.
Quizá porque en Prado no había liberales, allí no hubo crímenes ni persecuciones políticas: la gente moría de vieja, por enfermedades o por problemas derivados de las malas condiciones sanitarias.
Mi abuela Gabriela enloqueció con la muerte súbita de su marido, que le dejó solo las deudas de un caserón en San Antonio de Prado que todavía existe y que iba a ser supuestamente para 24 hijos. En esa casa vivimos después casi todos los primos, cuando éramos niños. En su locura, la abuela vistió de negro a sus cuatro pequeños (mi papá, Gonzalo, y mis tres tías, Rebeca, Berenice y Flavia) y se encerró con ellos en un cuarto, sin comer, a esperar que su esposo viniera a llevárselos.
Esa tragedia familiar era nada frente a lo que se vivía en los años 50 en el país: el desangre de La Violencia, que llevó al asesinato de más de 200.000 colombianos. Como en Prado no había liberales, no hubo crímenes ni persecuciones políticas: la gente moría de vieja, por enfermedades o por problemas derivados de las malas condiciones sanitarias.
Hernando Montoya Betancur (San Antonio de Prado 1921-1994). Músico, profesor de Historia Musical y organista de la Catedral Basílica Metropolitana de Medellín. Cortesía Archivo Fotográfico Biblioteca Pública Piloto
Don Diego Echavarría Misas —de la familia fundadora de la textilera Coltejer— construyó el hospital en 1948, más tarde el ancianato y fue benefactor de esta región donde también era dueño de tierras. La vida apacible siguió para los seis mil habitantes que había en la década del 50 y comienzos de los 60.
A lo que más se temía era a las brujas, a las que se atribuyó la desaparición de un niño por la laguna de la vereda Potrerito, que fue hallado a los días entre un zarzal con la cara toda rayada. La bruja de mi familia fue Concha, prima segunda de mi papá, quien se encaramaba en los árboles de noche y lanzaba unas carcajadas que hacían orinar de miedo a cualquiera. “¿Vos todavía seguís con esas pendejadas?”, le preguntó una vez mi papá, estando ya viejita y en el ancianato. Ella le respondió sonriendo con malicia: “No mijito, yo ya dejé eso… Esas eran cosas de la juventud”.
Las consecuencias de la violencia se sintieron porque empezaron a llegar familias que venían huyendo de la chusma liberal, principalmente de pueblos vecinos del Occidente cercano, pero también de más lejos. Seguramente Gildardo Rico (tío político cuya familia también es tradicional en el pueblo) trajo a muchos en el camión de escalera de siete bancas que manejaba hasta Heliconia. En 1952, entre los llegados estaba la familia de mi mamá, con ella de nueve años.
Alrededores del parque principal de San Antonio de Prado un domingo. Foto tomada por Róbinson Henao el 2 de agosto de 2015
Los papás y las tías, bellos tiempos ya idos
“Nos vinimos de La Granja, en Ituango, por esa violencia que había. Llegamos a la casa de mi tío, José Muñecas, al que le decían así porque tenía un taller de muñecas de trapo y porcelana donde le ayudábamos estando nosotras muy niñas. Es que la familia de mi papá era de Prado”, dice mi mamá.
Se habían venido en bestia durante varios días. Lloraron mucho no solo al salir sino en el camino cuando los alcanzó Muñeco, el perro que habían dejado amarrado y que se soltó y olfateó hasta que dio con sus amos, quienes nunca más fueron capaces de abandonarlo. En Santa Rosa de Osos cogieron un camión de escalera que los trajo a Medellín; esa fue la primera vez que mi mamá vio un carro. Luego se fueron en otra escalera para Prado y Muñeco se mareó en el viaje.
Los muchachos de familias tradicionales y los recién llegados empezaron a crecer en casas de solares grandes donde se sembraba plátano, cebolla, tomate y matas de adorno. Para jugar tenían las amplias mangas y las calles del pueblo donde todos se conocían. En una de esas, mi papá y mi mamá se encontraron siendo adolescentes y después de nueve años de noviazgo se casaron. Junto a mis tías, hicieron parte de la tercera generación.
“Fue una época muy buena porque todo era tranquilo. Las puertas vivían abiertas y en las noches de Luna llena salíamos a caminar por la carretera sin que nunca nos pasara nada”, cuenta mi mamá.
Muchos habitantes empezaron a hacer parte del ejército de obreros y empleados del comercio y las empresas del sur del Valle de Aburrá. El corregimiento era un pueblo total y desde lejos era inconfundible: un nido de casas color ladrillo a mitad de la montaña, en medio las altas palmeras del parque principal y la silueta de la iglesia con su única torre de estilo medieval.
Bar La Tienda. Foto tomada por Róbinson Henao el 1 de agosto de 2015
Nosotros, la generación de la transición
En 1967, cuando nací, vivimos en el viejo caserón que levantó el abuelo para los 24 hijos que quería. Las tías se fueron casando y después de un tiempo se mudaron a Medellín, igual que nosotros. Mucha gente foránea llegó, lo que hizo que entre los años 60 y 80, Prado empezara a romper sus lazos con la vida y la mentalidad rurales. En pocos años, la población se duplicó: los seis mil habitantes de 1964 se convirtieron en catorce mil en 1973 y se poblaron los sectores aledaños a la carretera principal.
La cuarta generación arrancó en la familia de la tía Berenice y su esposo Jorge Castaño, quienes se quedaron y aún hoy siguen viviendo allí: primero nació el primo Héctor y enseguida las primas Ángela y Mónica. Los otros de esa cuarta camada pero en distintas familias —Gabriel Jaime, Andrés, Esteban, mi hermano Pablo y yo— vivimos en la Medellín más urbana.
El mayor de nuestra generación, Héctor, picó en punta en reconocimiento público cuando se convirtió en ciclista profesional. Fue el segundo pedalista destacado del pueblo: antes estuvo Honorio Rúa Betancur, subcampeón en 1955 de la Vuelta a Colombia, coequipero del famoso líder de la escuadra antioqueña, Ramón Hoyos Vallejo.
“Honorio era un monstruo para correr. Claro que yo he sido el único ciclista de Prado en correr el Tour de Francia”, afirma mi primo sin petulancia cuando recuerda sus dos temporadas en Europa en el equipo Kelme, de España. Ambos llegaron a la élite de ese deporte a punta de subir y bajar en cicla todos los días las cuestas de Prado, lidiando con buses y camiones que siempre han transitado a sus anchas por la vieja y estrecha vía.
Como Medellín ya no tenía para donde crecer, se desdobló hacia sus corregimientos, principalmente a San Antonio de Prado y San Cristóbal.
El pueblo siguió creciendo, aumentaron los servicios públicos, la salud, la educación; el conservatismo perdió fuerza como partido político y los curas eran respetados pero ya no tenían poder; se debilitó la economía agraria, se empezó a olvidar la herencia campesina; subió el interés por el deporte, la cultura, y la organización comunitaria.
En la década de 1980, el crecimiento obligó a incorporar al perímetro urbano a los núcleos poblados de Pradito y El Vergel, pero fue la construcción de las urbanizaciones Aragón y Rosaleda, en la vereda San José (límites con Itagüí), la que advirtió que los campos serían invadidos por la maquinaria del progreso.
Domingo en el parque principal de San Antonio de Prado. Foto tomada por Róbinson Henao el 2 de agosto de 2015
En los años 90 la vida siguió cambiando, en especial por la construcción de El Limonar, 2.670 viviendas de interés social a donde el Municipio llevó a damnificados de tragedias en Villatina y El Pinar, en el otro extremo de la ciudad. Luego trasladó a gente de La Iguaná, desplazados por la violencia y viudas de policías asesinados.
El Municipio les dio unas casas pequeñitas, pero no los acompañó para construir una comunidad. Eran personas de distintas procedencias y culturas que quedaron a su suerte y eso detonó los conflictos, la violencia y la inseguridad. Todo eso, en el período más duro para Medellín por la época de terror que instauró el narcotráfico.
Las dos enfermedades del abuelo, volvieron: la política con los primos Gabriel Jaime Rico (ahora aspirante a la Alcaldía de Medellín) y Héctor —el ciclista— quien una vez se lanzó fallidamente al Concejo Municipal y todavía sigue trabajando para campañas electorales. El periodismo regresó con quien les escribe.
Los hijos de los primos, el cambio total
La siguiente generación, la quinta, ya en el siglo 21, tiene mayoría de mujeres: Laura, Evelyn, Manuela, Samantha y Jerónimo. A las dos primeras, las únicas que viven en Prado, les tocó una comunidad distinta, un corregimiento atiborrado de inquilinos que llegaron a los edificios que crecieron donde antes había viejas casonas con solar, a las 30 urbanizaciones que coparon antiguas fincas, entre comercios y carros por aquí y allá.
Al fondo, el Cerro del Padre Amaya. Más cerca se observa la torre de la iglesia principal de San Antonio de Prado. Fotografía tomada por Róbinson Henao el 2 de agosto de 2015
Como Medellín ya no tenía para donde crecer se desdobló hacia los corregimientos de San Antonio de Prado y San Cristóbal. En 17 años (de 1988 a 2005) la población se cuadruplicó: pasó de 22 mil a 72 mil habitantes. Entonces nacieron otros barrios, centralidades y los nuevos pobladores trajeron una identidad que chocó con el ser tradicional de los habitantes rurales y de aquellos del núcleo urbano de siempre.
A esta generación le tocó padecer males jamás vistos allí: asesinato de jóvenes, fronteras invisibles y ajusticiamientos por parte de la Policía. Pese a tener zonas montañosas y boscosas, las veredas más lejanas nunca sufrieron la guerrilla, aunque de vez en cuando salía por el alto del Chuscal. Tampoco fue porque los alzados en armas no quisieran, sino porque lo impidió un cordón paramilitar que operó en los vecinos Armenia, Heliconia y Ebéjico, al que se atribuye la muerte y desaparición de muchas personas.
Pero en los últimos años también han visto cosas que mantienen la esperanza: la bella biblioteca, la red de bandas de música, la Corporación Casa de la Cultura, la emisora y el periódico Ciudad Rural, la nueva carretera por El Vergel hasta Ditaires, centros educativos, la ampliación del hospital, organizaciones sociales de cuanta cosa existe, grupos culturales, equipos deportivos… entre ellos el de baloncesto, en el cual sigue jugando la prima Ángela con la misma pasión de su época del colegio.
Para esta generación sigue siendo un orgullo que en el parque principal esté, junto al de Simón Bolívar, un busto del abuelo que fue político y periodista, Manuel J. Betancur, y que el liceo más viejo lleve su nombre.
Fotografía tomada desde la Metropolitana, vía que comunica a Prado con La Estrella e Itagüí por el sector de Ditaires. Al fondo, la iglesia principal. Foto Róbinson Henao. Agosto 4 de 2015
Celeste y el futuro que llega
No ha cumplido tres años y Celeste ya habla como una lorita: “Este año entró al jardín y ha sido un cambio total”, dice su mamá, Laura, quien la tuvo cuando apenas iniciaba su carrera de Ingeniería de Procesos en la Universidad Eafit.
La chiquita es un sol, tiene un rostro redondo, pelo crespo y recién nacida sus ojos eran como aceitunas negras. Hasta ahora, es la última de nuestra estirpe que sigue en Prado, la sexta generación allí. ¿Cómo será el corregimiento que le tocará vivir?
“Prado tiene 103 urbanizaciones aprobadas por curaduría para ser construidas. ¿Dónde vamos a tenerlas?”, se pregunta Esmeralda Cardona, integrante de la Junta Administradora Local. Tanto como el espacio físico, le preocupa que quienes llegarán requerirán equipamientos urbanos que no se tienen: “Les hablan de iglesias, centros de salud, colegios, vías… Eso les prometen los constructores, pero no lo hacen ellos”.
“Tenemos suelos inestables porque estamos en la reserva de Romeral, que está llena de fuentes de agua, y aún así se están sobrecargando los terrenos con un peso que quién sabe cuánto aguantarán. La laguna que teníamos en Potrerito se perdió y no se sabe la causa, si por inestabilidad de los suelos, filtraciones o qué”, afirma.
También le preocupa que los recién llegados tomaron la quebrada Doña María y Romeral como sitios de recreación sin ningún orden, lo que pone en riesgo los bosques, fauna y flora de ese pulmón verde no de Prado, sino de todo el Valle de Aburrá.
Por eso reclama educación y construcción de relaciones de arraigo que generen identidad con el territorio y con los demás pobladores, con los que siempre lo han habitado y con los campesinos de las áreas rurales. Y que haya educación y empleo, pues así evitarán nuevos problemas sociales.
Esmeralda Cardona dice que el Plan de Desarrollo del corregimiento tiene siete grandes líneas, pero que serán nada sin la participación de la comunidad. Menos mal tienen una sociedad civil compuesta por unas 150 organizaciones, entre ellas su Junta Administradora, las 36 juntas de acción comunal; las mesas ambientales, de movilidad, espacio público, derechos humanos; y grupos diversos que trabajan por este corregimiento con cara de pueblo, vida de ciudad y desafíos nunca imaginados por los antiguos habitantes, por nuestros antepasados.
De nuestra familia, ¿qué más decir? Que los chismes buenos de los Betancures a los que pertenezco quizá se contarán generaciones después, cuando algún descendiente caiga presa de una o de las dos enfermedades que dejó el abuelo. Quién sabe qué irán a escribir sobre nosotros, qué pensarán cuando oigan nuestras historias y se rían de las truculencias que nos ocurrieron, ocurren o habrán de ocurrir. Qué importa, al fin y al cabo así es la vida, sea en San Antonio de Prado o en cualquier otro rincón del mundo.
El cronista
Juan Gonzalo Betancur Betancur.
Comunicador social – periodista de la Universidad Pontificia Bolivariana. En la actualidad, es profesor e investigador adscrito al Departamento de Humanidades de la Universidad Eafit, donde dicta cursos de periodismo en la carrera de Comunicación Social.
Es magíster en Estudios Humanísticos y tiene especializaciones en Análisis Político y del Estado, y en Comunicación y Conflictos Armados, de la Universidad Complutense (Madrid).
Trabajó como periodista durante una década en el periódico El Colombiano, donde fue editor de sección; fue cofundador y director del periódico 15, de Bucaramanga; y editor de fin de semana del diario La Prensa, de Panamá.
Es coautor del libro Los olvidados – Resistencia cultural en Colombia, junto al fotógrafo catalán Kim Manresa. En Eafit trabaja en proyectos de periodismo digital sobre memoria histórica, lenguas nativas de Colombia y el río Magdalena.
Personas que habitan y trabajan en San Antonio de Prado ofrecen su visión sobre este corregimiento, que no ha estado ajeno a la continua transformación urbanística que ha caracterizado a Medellín
Álex Betancur
Líder y gestor cultural. “San Antonio de Prado ha tenido una transformación muy grande a partir del POT (Plan de Ordenamiento Territorial). Ya hay muchas personas, es un botadero de gente, sin grandes equipamientos ni opciones dignas para todos los que llegan. El POT permite a las urbanizadoras construir proyectos de vivienda sin cesar, no necesariamente para la población actual; eso no es malo, pero esta dinámica no ha llegado equitativamente con la infraestructura necesaria para garantizar una buena educación, un buen espacio para la recreación y el deporte, movilidad y seguridad. Increíblemente, estamos pasando por un momento de mucha paz, una tensa calma. Sin embargo, no deja de ser una bomba de tiempo y es necesario abordar estos problemas y seguir exigiendo que el equipamiento justo llegue a medida que llega más población.
Ahora hay muchos ojos puestos tratando de frenar lo que no tiene freno, pero al menos hacemos el llamado de atención para que sigamos siendo un corregimiento con una vocación clara. En este momento no sabría decir cuál es la vocación de San Antonio de Prado, si tiene que ver con la ruralidad, o con tener urbanizaciones y gente. Esta falta de claridad va generando dificultades a la hora de integrarnos, no importa quién nació en Prado y quién llega, lo que importa es que todos podamos sumar como corregimiento. Como ventaja de este proceso de urbanización está el enriquecimiento de la etnocultura, tenemos una mayor cercanía con otras formas de ver la ciudad.
San Antonio de Prado que tiene una vocación cultural muy fuerte. Tiene grupos artísticos espectaculares, de jóvenes y adultos, algunos con proyección internacional. Equipamientos como el parque biblioteca o como la Casa de la Cultura —en caso de que se dé su reestructuración— pueden ayudar mucho a estos procesos, acompañados también de la UVA y de los centros de integración barrial.
La danza moderna ha tomado mucha fuerza, con grupos que nos han representado a nivel latinoamericano. Tenemos músicos de gran factura reconocidos internacionalmente, inspirados por grandes maestros como el pianista José Hernando Montoya e instituciones como la Manuel J Betancur, que han dado numerosos artistas, danzarines, actores y músicos.
San Antonio de Prado es espectacular, un buen lugar para vivir, un corregimiento que lucha por la seguridad, el equilibrio y la integración, para que no haya diferencias entre los que nacieron allí y los que recién llegan (…)”.
Jorge Mario Quintana
Coordinador de la Casa de la Cultura, músico y profesor. “El corregimiento ha cambiado de manera sorprendente, no solo por la cantidad de personas que han llegado a vivir allí. Hay muchos edificios nuevos, lo que ha generado cambios en el modo de vida.
También ha habido violencia y cosas a las que los habitantes de San Antonio de Prado no estábamos acostumbrados. El auge de la construcción empezó a darse a partir de los 90 y más en forma después del año 2000. Por ejemplo, antes no se dejaba construir edificaciones de más de tres pisos, pero ahora hay hasta de 20 pisos. El problema es que las constructoras hacen edificaciones pero no solucionan la parte de educación, salud y recreación. También sucede que los conflictos de algunos asentamientos urbanos se extienden a otros sitios. Igualmente, el aspecto ecológico se ha resentido, pues muchas unidades residenciales se han construido en zonas que anteriormente eran verdes, como Pradito, que en los 70 y 80 era solo fincas. Se ha perdido fauna y flora. Sin embargo, aún hay sitios donde uno puede salir a respirar aire. Hay personas que se esmeran por hacer de San Antonio de Prado un sitio rico para vivir, y si bien es cierto que los cambios han sido a escalas mayores, todavía hay cosas muy rescatables dentro del corregimiento.
Una de las necesidades más grandes que tenemos es en el aspecto de salud, porque el hospital no es suficiente para tanta población. En cuanto a lo cultural, hay pocos equipamientos. La población que se cubre es muy pequeña, no logra cobijar a todas las personas que vivimos en el corregimiento (…).
Reinaldo Castaño
“Toda la vida hemos vivido en San Antonio de Prado. Somos de una vereda que se llama Potrerito. A mi esposa y a mí nos escogió la primera dama de Medellín para los Mercados Campesinos en El Poblado. Cada ocho días llevamos las verduras al Parque La Presidenta y nos va bien porque las vendemos bien. Tengo 67 años y soy agricultor desde niño, nuestro trabajo siempre ha sido sacar legumbres y ha sido difícil porque a veces le va bien a uno, a veces no.
San Antonio de Prado es espectacular, muy sano, aquí la gente es muy amable, sobre todo la vereda donde vivo es muy bonita, la gente se amaña mucho. Mi esposa Luz Dary nació en otra vereda,Yarumalito, pero hace 35 años me casé con ella y vivimos en Potrerito, hemos trabajado mucho los dos para sacar los hijos adelante y los tres son profesionales (…).
San Antonio de Prado se ha transformado mucho. Antes no había tanta construcción y ahora hay edificios por todas partes, se ha agrandado demasiado pero sigue siendo muy sabroso. Aunque hay mucha gente, ahora hay poca violencia. Nosotros vivimos en una finca situada a cinco minutos del pueblo, y por aquí no pasa nada”.
Luz Dary Echavarría
“Siempre he vivido en San Antonio de Prado y por lo general ha sido muy sano, sobre todo en las veredas. Hace unos tres años hubo un poco de violencia, pero ya pasó.
El corregimiento ha cambiado mucho, está muy urbanizado, han hecho muchas casas y torres cada vez más cerca de las veredas. Eso es bueno en algunos aspectos pero malo en otros porque tenemos el mismo centro de salud, las mismas vías, las mismas áreas recreativas, los mismos centros de estudio, o sea que la población aumenta pero las facilidades para otras cosas, no. El avance en cuanto a cultura ha sido poco; en salud, el hospital es muy bueno, pero casi no hay médicos. Lo que sí destaco es que se han creado muchas fuentes de trabajo. Antes, todo el mundo tenía que irse para el Centro de Medellín a trabajar. Ahora hay más industria porque están Cantabria, Porcicarnes —que está dando mucho empleo—, existe además una empresa de transportes que es muy pujante, Cootrasana, y hay muchas empresas medianas de porcicultores.
La vía alterna que hicieron hace unos años ha solucionado mucho el problema de movilidad hacia Medellín, que era un caos. Lo que nos tiene perjudicados son los carros del relleno sanitario El Guacal. Todos pasan por el parque contaminando, obstruyendo. Han ocasionado accidentes y acaban las carreteras con su peso.
En los Mercados Campesinos de La Presidenta nos ha ido muy bien. A mí me gusta estar allá, con la gente, porque ya hicimos la clientela y estamos contentos de vender así, nos va mejor que yendo a las mayoristas donde nos compran tan mal. Aire puro y vida tranquila son algunas de las cosas buenas de de vivir en San Antonio de Prado (…)”.
Johny Echavarría
Investigador en derechos humanos. Trabaja en la Personería de Medellín. “Nací hace 37 años en San Antonio de Prado, cerca al parque principal, y en este corregimiento quiero vivir toda la vida. Nunca me iría porque siempre es tranquilo, aunque hubo algunos picos de violencia; aquí nacieron mis hijas, está el trabajo comunitario, están mis amigos y mi familia. Prado siempre va a ser un lugarcito amable, muy verde, muy bonito. Pese a la expansión urbanística que ha tenido, sigue siendo pulmón para la ciudad.
Hay preocupación porque las curadurías continúan licenciando proyectos de vivienda y no hay infraestructura suficiente. Por ejemplo, un sector de San Antonio de Prado se abastece de agua de La Estrella. Creo que se necesita una congelación urbanística, pues ya le ha aportado bastante a la ciudad en este aspecto. No más urbanizaciones. Aunque según los datos oficiales en San Antonio de Prado hay 95.000 personas, creemos que somos más de 120 mil habitantes. El corregimiento está escaso de zonas de recreación para tanta gente que hay ahora. Faltan vías de acceso, necesitamos apoyo en materia de juventud, para la cultura y el arte. Dirijo hace más de quince años la Corporación Semillero Juvenil Sadep, dedicada a la actividad cultural y artística con jóvenes, y nunca hemos tenido el apoyo de la administración municipal.
Pienso que San Antonio de Prado se debe seguir conservando como tal, como zona rural, seguir apoyando al campesino nuestro; es necesario que la administración municipal se apropie y sienta que debe ser el pulmón de la ciudad, para dar más generaciones talentosas y más posibilidad de tener alimentos”.
Cuatro jóvenes rescatan la memoria de la banda de ska punk que narró la Medellín de los 90 y cautivó a varias generaciones: Mojiganga
Ana María Roldán (directora), Daniela Machado (productora ejecutiva), Xiomara Giraldo (productora de campo) y Juliana Botero (directora de arte). Foto cortesía
Por Luisa Martínez
Por estos días, Mojiganga o “La Moji”, como recuerdan sus más fervientes seguidores esta banda de ska punk de la ciudad, ha dado de qué hablar. Hace un año, en agosto de 2014, la banda anunció su retiro de los escenarios y dejó la incógnita de si algún día regresará.
Foto cortesía
Desinhibida de fanatismo y para responder a un deber universitario a Ana María Roldán, una estudiante de Comunicación Social Audiovisual de la Universidad Medellín, se le ocurrió a través de un documental volver a esta agrupación, que no conocía bien, pero que sabía había sido un referente en la vida de muchos jóvenes de Medellín. A esta iniciativa se unieron otras tres compañeras que en el propósito de hacer un buen trabajo, su proyecto creció y salió de las aulas. El documental Mojiganga, una historia escrita desde 1995 fue lanzado en el Festival Internacional de Documentales DocsBarcelona+Medellín 2015 y espera ser recibido en otros espacios de proyección local.
Foto cortesía
Aunque la advertencia inicial de los integrantes de la banda para unirse al proyecto, era no parecer pretenciosos, según comentó la directora, Ana María Roldán a Vivir en El Poblado, “la misma investigación y los testimonios de la gente nos hablaban de que a ellos los querían y que eran importantes para la escena local”. Ana María Roldán (directora), Daniela Machado (productora ejecutiva), Xiomara Giraldo (productora de campo) y Juliana Botero (directora de arte) se montaron en un corre corre de ocho meses para encontrar la esencia de la banda. “No queríamos una respuesta de libreto sino que cada uno, de manera independiente, nos hablara de lo que pensaba y sentía”, cuenta Daniela Machado.
La producción se hizo compleja, en especial porque algunos están fuera de Medellín. Además de aceptar salir en cámara entran en un juego en el que ellos mismos desde equipos no muy sofisticados, graban sus intervenciones. En esa exploración Ana María y Daniela, de una manera divertida, dan una percepción de esos personajes de quienes escucharon muchas historias a horas impensadas a través de Skype.
Foto cortesía
Miguel Cardona (batería), vive en Cali, “Es muy detallista, todo lo tiene en su memoria y habla desde la nostalgia”. Daniel Puerta (trompeta y voz), vive en Francia: “Fue muy difícil sacarle las palabras”. Guillermo García (guitarra y voz), vive en San Francisco. Él se retiró de la banda luego de ir a grabar el disco No estamos solos en 2002: “Tiene como una culpa que está sanando (…), está esa duda de qué hubiera pasado si no se hubiera ido (…). Guillo es uno de los más recordados por la gente, era el que interactuaba con el público”. De Rogelio (guitarra voz), los integrantes no conocían su paradero y las realizadoras lograron encontrarlo por petición de los seguidores en las redes sociales. Hasta hoy, no quiso que revelaran en donde está: “Reemplazó a Guillo y la gente lo confundía, aunque era más afinado”, dice Ana María, riéndose. Natalia Villa (saxofón), vive en España: “A ella no se le conocía la voz, fue muy emocionante verla sentir y tener esa única mirada femenina”. A diferencia de ellos, Mauricio Agudelo (saxofón y voz) y Juan Zuluaga (bajo) viven en Medellín. El primero serio, tímido y con humor y el segundo con un gran sentimiento social, son la muestra de que las letras de la Mojiganga no surgieron de un imaginario sino de una realidad que ellos mismos vivían. “Se atrevieron a hablar en sus canciones de lo que nadie hablaba y se dieron cuenta de que las personas se identificaban con lo que les estaba pasando”, expresa Ana María.
Para saber más de Mojiganga y de su legado en la música local, podrá ver el documental hoy jueves 13 de agosto en la Alianza Francesa, sede Centro, a las 5 pm.
No conocemos lo nuestro: ni el recetario del maíz, ni las frutas, ni nuestras bebidas, ni los quesos, ni nuestros pescados
/ Julián Estrada
No es la primera vez que escribo sobre el tema. Una cosa es saber de cocina y otra muy distinta es saber de gastronomía. Hoy en día, todo aquel que se pone un gorro de chef, lanza langostinos y tortillas al aire y se responsabiliza de un asado entre amigos –con buenos resultados– de la noche a la mañana comienza a sentirse un auténtico cocinero. Convengamos: hasta el más analfabeto del mundo puede llegar a ser buen cocinero, pues la nobleza del oficio no pone talanqueras de conocimiento; paradójicamente, en nuestro medio abundan no solo buenos sino excelentes cocineros que se firman con la huella digital.
El saber gastronómico, como la mayoría de los conocimientos especializados, exige un largo y detallado proceso de formación y estudio. El universo de alimentos para conocer de manera integral, desde su origen rural hasta su llegada a manteles, es infinito; la lista de productos naturales de orden vegetal, animal y mineral, presentes en los cuatro puntos cardinales del mundo, es un reto sin fondo y la lista de productos procesados artesanal e industrialmente es algo similar.
Cerveza, vino, queso, pan, aceite y vinagre exigen una vida entera para su conocimiento. Saber de pescados y mariscos y reconocer las diferencias gustativas entre especies similares del océano Atlántico con aquellas del Pacífico, es una osadía que exige años de un permanente viajar y yantar; además, reconocer y practicar los numerosos cortes de carne de res y de cerdo que se implementan en la carnicería mundial, es un conocimiento que muy pocos maestros del cuchillo, dominan completamente.
A todo lo anterior se suma una multiplicidad de cocinas nacionales, derivadas de millares de cocinas regionales, cuyos recetarios son fuente inagotable de investigación. No pretendo decir que no se puede opinar de gastronomía. Pretendo, sí, decir que es necesaria una actitud seria y responsable para hablar sobre el tema. Recomiendo aplicar el principio de la sabiduría popular árabe que dice “el hombre por tener dos oídos y una boca, debe oír el doble de lo que habla”. Y lo digo, porque en nuestro medio abundan los patanes que con facilidad pasmosa, después de un viaje a París y dos pasadas por Buenos Aires, argumentan de vinos a diestra y siniestra y solo ellos conocen el secreto del soufflé y la chimichurri. La gastronomía tampoco puede reducirse al placentero hobby de almorzar cinco veces a la semana (en todo tipo de restaurantes), circunstancia que permite endosarse la aureola de crítico gastronómico, dada la extensa lista de cartas y platos que tal experiencia genera.
No quiero aparecer como regionalista a ultranza, pero considero que la gastronomía colombiana se encuentra muy disminuida por la falta de una crítica y una polémica permanentes y bien estructuradas. No conocemos nuestro recetario del maíz, no conocemos nuestras frutas, ni nuestras bebidas (petos, horchatas, motes, chichas, mazamorras y guarapos); ni nuestros quesos, ni nuestros pescados. La cocina y la gastronomía colombiana no pueden reducirse a cinco o seis recetas (ajiaco, sancocho, mondongo, lechona, arroz con coco, bandeja paisa, etcétera).
Reitero: bienvenidas la polémica y la discusión, pero con análisis y reflexión. Estoy convencido de que es mucha la masa que existe para cortar sobre nuestra cocina. Invito a que seamos inicialmente críticos gastronómicos de la yuca, la arepa, el hogao, la longaniza, la mazamorra, el tamal, la papa rellena, la empanada, etcétera, etcétera… con la misma pasión de aquellos que hoy se autoconsideran avezados críticos gastronómicos del salmón, el caviar, los jamones, el faisán, el queso y el vino. [email protected]
Platos literarios que encapsulan datos curiosos e historias acerca de legendarios escritores, es el viaje mágico que traza Saramago, café restaurante situado en una espaciosa casa en el barrio Provenza (carrera 36 No.8A-60), que también funciona como librería-biblioteca.
Carlos Andrés y Juan Manuel Corrales y José Miguel Hernao
La literatura es el punto de partida, desde el cual los primos Carlos Andrés y Juan Manuel Corrales, con la asesoría del chef Gustavo Torres, gestaron una serie de homenajes culinarios a grandes maestros de las palabras. Entre las entradas destacadas, se encuentran la Julio Cortázar, tres alfajores salados (rellenos de carne con chimichurri, pollo en salsa de vino y ratatouille) que representan las tres nacionalidades de este escritor argentino, belga y francés; y la Julio Verne, inspirada en Viaje al Centro de La Tierra, que por fuera lleva hierbas frescas, naranjas caramelizadas, camarón y plátano verde, por dentro “tres mundos por descubrir”.
Una hamburguesa cuya carne es una receta original de Ernest Hemingway, y el Gabriel García Márquez (un plato colombiano con relleno mexicano, y una guarnición de papas de colores que simbolizan el realismo mágico del Nobel), son algunos ejemplos de los fuertes de Saramago, nombre elegido debido a que el portugués José Saramago es uno de los escritores predilectos de los propietarios.
El postre sugerido es el Isabel Allende, un arroz con leche con trufas de chocolate, que tiene como fuente de inspiración una receta incluida en su libro Afrodita.
Saramago, lugar que cuenta además con una activa agenda cultural, abre de martes a sábado desde las 12 m hasta la hora de cierre (entre las 10 pm y las 12 am). Los lunes atiende desde las 4 pm. Informes en el 266 1193.
A continuación, el chef de Saramago, el venezolano José Miguel Hernao, nos brinda la receta del Manuel Zapata Olivella, un plato que fusiona las cocinas caribeña y africana y que lleva el nombre del escritor colombiano autor del libro Changó, el Gran Putas.
(para una persona)
Ingredientes
• 160 gramos de lomo de cerdo.
• Coco rallado.
• Huevo.
• Harina de maíz amarilla.
Preparación
En un bowl, marinar el lomo de cerdo en vinagreta de naranja (mezcla de jugo de naranja y ajo finamente picado), procurando que quede totalmente sumergido, y dejarlo allí desde el día anterior a su consumo.
Sellar el lomo en una sartén muy caliente con poco aceite, cocinarlo durante cuatro minutos aproximadamente por ambos lados. Una vez sellado, se pasa por harina de maíz, luego por huevo y, finalmente, por coco. Este proceso es llamado encocado. Por último, freír en aceite caliente. Cortar el medallón en dos partes diagonales y servir sobre un espejo de salsa de curry de naranja.
Ensalada Ingredientes
• 15 gramos de cilantro.
• 1/4 de plátano maduro.
• 1 tomate.
• Media cebolla.
• Sal, pimienta y limón al gusto.
Preparación
Es similar al pico de gallo. Picar los vegetales (tomate y cebolla) en brunoise (pequeños dados) y el cilantro de forma rústica. Previamente, rallar el plátano maduro y cocinarlo en agua hirviendo. Una vez listo, unirlo a los vegetales ya picados y mezclar muy bien, asegurándose de que todos los ingredientes estén bien integrados. Condimentar con limón, pimienta y sal al gusto.
Ugali
Ingredientes
• 1 taza de fondo de pollo.
• 2 tazas de harina de maíz amarilla.
• 15 gramos de cebolla de rama.
• Sal y pimienta al gusto.
Preparación
Es una típica polenta, proveniente del sur del Congo (África). Para esta preparación se debe tener listo con anterioridad el fondo de pollo ya condimentado con sal y pimienta. Cortar de modo rústico la cebolla de rama junto con el perejil. Poner a hervir el fondo, y agregar la cebolla y el perejil. Introducir la harina de maíz amarilla, poco a poco, mientras se mezcla con un batidor manual (tipo globo). Añadir sal al gusto y, una vez esté espesa la preparación, separar del fuego y dejar reposar. Verter la mezcla a un molde, puede ser redondo o rectangular, y llevar al horno por 15 minutos a una temperatura de 145 grados centígrados. El ugali debe quedar tostado por fuera y suave por dentro. Decorar con hierbas de su preferencia.
Salsa de curry de naranja
• 1 naranja.
• 8 gramos de curry amarillo en polvo.
• Medio diente de ajo.
• 2 cucharadas de crema de leche (50 mililitros aproximadamente).
• Sal y pimienta al gusto.
• 20 mililitros de crema de leche.
Preparación
Poner en una sartén caliente el curry, agregar el medio diente de ajo (finamente picado) y el jugo de la naranja. Dejar cocinar hasta hervir (por aproximadamente tres minutos). Adicionar sal y pimienta y crema de leche, dejar reducir y servir.
El cierre de Colombiamoda dejó un derrame económico estimado en más de 23.000 millones de pesos y oportunidades de negocios por 340 millones de dólares. También dejó una marca en un sector de ciudadanos: la poda de un árbol para la instalación de una carpa de la feria más el uso del espacio público.
Carlos Eduardo Botero, presidente ejecutivo de Inexmoda, ofreció las razones que generaron la intervención y anunció un plan de compensación general.
¿Por qué se dio la poda y el cierre de una vía pública? “Por la relevancia que tiene la feria en América Latina, hemos tenido que crecer alrededor de los espacios de Plaza Mayor. En este año lo hicimos, con las autorizaciones de la Alcaldía y el Área Metropolitana, para acomodar el servicio del registro de ingreso a la feria y una carpa para potenciar la categoría infantil. La Alcaldía otorga el permiso y hace visitas de supervisión de cumplimiento”.
Esa carpa generó la poda “Cuando montamos la carpa tuvimos, con todas las autorizaciones, la poda de unas ramas. Trabajamos con firmas especializadas, Inexmoda no cogió los árboles a machetazos”.
¿Era el único lugar posible? “Le dimos muchas vueltas a ese tema. En la otra plazoleta estaban los Gigantes de Flores, el espacio disponible para la categoría infantil era ese. Tenemos que atender a nuestros expositores”.
¿Habrá alguna reposición? “Con la preocupación que tenemos por el medio ambiente, este año en alianza con el Bureau, la Alcaldía y Contreebute, medimos el impacto ambiental. Estamos buscando la manera de compensar el impacto ambiental de toda la feria, incluyendo el transporte aéreo, para que nuestras ferias tengan carbono neutro”.
La decimotercera y última etapa de la competición consistirá en una contrarreloj individual por las escarpadas montañas antioqueñas
Convoy de ciclistas participantes en la Vuelta a Colombia, a su paso por La Virginia, Risaralda, el pasado 8 de agosto
Por: Álvaro León Pérez S.
Una empinada ruta de más de 17 kilómetros espera a los pedalistas que este sábado 15 de agosto, a partir de las 6:30 de la tarde, lucharán para alzarse con el título de la principal carrera ciclística del país.
En la carrera 58, frente al edificio inteligente de EPM, estará el punto de partida de la etapa 13 de la Vuelta a Colombia. Desde allí, el pelotón recorrerá algunas calles de la ciudad, tras lo cual tomará la vía Las Palmas, donde estará tendida la línea de meta, a la altura del antiguo estadero El Peñasco.
Desde ya se espera una masiva asistencia de aficionados al evento deportivo, que este año contará, además, con la asistencia de varias leyendas del ciclismo colombiano.
Una de esas figuras es Antonio Londoño, quien, después de retirarse de las competencias profesionales en 1988, sigue atento el desarrollo de la Vuelta a Colombia, año tras año.
“El ciclismo ha evolucionado mucho, antes era más fácil ganar porque la competencia no era tan reñida. Ahora hay más preparación, aditamentos y recursos que incrementan el rendimiento. Este año, el ganador podría ser Óscar Sevilla, quien parecía al límite de sus fuerzas pero ha venido demostrando lo contrario” comenta Londoño.
También Abelardo Ríos, curtido competidor a nivel nacional e internacional retirado hace 27 años, ve posible la victoria del español naturalizado colombiano que actualmente corre en el equipo EPM UNE Área Metropolitana.
No obstante, no descarta el triunfo de otra figura destacada de la carrera: “Mauricio ‘el enjalmado’ Ortega, del equipo Orgullo Antioqueño, ha hecho un gran trabajo y no le falta por ganar sino el título de la Vuelta a Colombia. Creo que el primer puesto está entre él y Sevilla”, pronostica.
Recorrido de la etapa 13 y cierres viales
Partiendo del edificio inteligente de EPM, los ciclistas irán hacia el norte por la carrera 58, hasta la calle 43. Desde allí se dirigirán al oriente hasta la Avenida del Ferrocarril, donde girarán al sur para llegar a la glorieta del Palacio de Exposiciones.
En este punto, el pelotón enfilará por la calle 37 y pasará por la glorieta de Sandiego para tomar el carril ascendente de Las Palmas, hasta la línea de meta.
“El cierre de las vías comenzará a las 5:30 de la tarde y la reapertura de estas se hará de manera paulatina, a medida que la caravana avance. La experiencia que tuvimos el año pasado con la misma carrera nos permite calcular que la normalidad en la movilidad se restablecerá totalmente alrededor de las 10:30 de la noche”, sostiene Carlos Alberto Marín, subsecretario de Control y Seguridad Vial de Medellín.
La Lonja de Propiedad Raíz de Medellín y Antioquia presentó un balance positivo de su actividad durante los primeros siete meses de 2015
A juicio de la Lonja de Propiedad Raíz, la oferta de vivienda nueva en El Poblado se ha venido recomponiendo, al disminuir la construcción de apartamentos pequeños y aumentar la edificación de inmuebles con mejores especificaciones arquitectónicas y espaciales
Por: Álvaro León Pérez S.
La Lonja de Propiedad Raíz de Medellín y Antioquia reportó que hasta julio de este año se habían realizado 41.776 negocios inmobiliarios en el Valle de Aburrá, cifra prácticamente igual a la lograda en el mismo periodo del año anterior, cuando se concretaron 41.763 operaciones en el área metropolitana.
“Las cifras de ventas de propiedad raíz son sorprendentemente buenas. Mientras otros sectores dan signos de desaceleración, el negocio inmobiliario arroja excelentes resultados que reflejan una gran estabilidad y nos permiten pensar que podríamos terminar el año con 71 mil negocios”, declaró Federico Estrada García, gerente de la entidad.
En lo que tiene ver con la venta de vivienda nueva, en los primeros siete meses de este año se vendieron 13.860 casas en el Valle de Aburrá, lo que representa una variación positiva del 36 % con respecto al mismo periodo de 2014, cuando se vendieron 10.164 unidades.
Sobre la ocupación comercial de locales y oficinas, Estrada García reveló que la tasa de vacancia en este tipo de inmuebles ronda este año el 5,6 %, frente al 6,2 % que se registró en 2014.
“Las cifras de vacancia demuestran que la demanda está absorbiendo la oferta. Actualmente esa cifra está ligeramente por encima del 5 %, que es la tasa estructural normal en el sector inmobiliario”, señaló el Gerente de La Lonja.
Locales y oficinas de El Poblado siguen teniendo alta demanda
Si bien es cierto que la desocupación en los inmuebles de oficinas situados en el barrio El Poblado ha tenido un crecimiento leve, el porcentaje continúa manteniéndose bajo, con un 4,7 % en lo que va corrido del año.
El informe de la Lonja de Propiedad Raíz destaca que no hay sobreoferta de este tipo de inmuebles, ya que a pesar de la construcción de grandes edificios de oficinas en los últimos semestres, la ocupación de los mismos ha sido alta y satisfactoria.
Aún más baja es la vacancia en los malls de la zona, que registran una tasa de desocupación de apenas el 3,4%.
En los grandes centros comerciales, varios de los cuales se ubican en la Comuna 14, los niveles de vacancia eran del 5,3 % al mes de julio, cifra que consolida a la zona como una de las más apetecidas para realizar actividades de tipo comercial en la ciudad.
Las autoridades tienen listo un paquete de medidas para prevenir y atacar las conductas delictivas cometidas por los agresores que se desplazan en moto
La estrategia para controlar los índices de delincuencia asociada con las motos es liderada por la Secretaría de Seguridad, en articulación con la Policía y la Fiscalía, entidades que serán acompañadas por funcionarios de Espacio Público, Movilidad, Salud y Rentas Departamentales
Aproximadamente 139 operaciones estructurales contra la criminalidad se llevarán a cabo en Medellín en el segundo semestre de 2015, con el objetivo de contrarrestar un eventual incremento del accionar de los delincuentes, tras el levantamiento de la medida restrictiva del parrillero hombre.
De las 139 operaciones anunciadas, cincuenta son contra la extorsión, treinta y seis contra el tráfico de estupefacientes, diecisiete contra el hurto de celulares, catorce son operaciones contra el hurto a personas, doce contra el hurto de automotores y diez contra el hurto a residencias.
“A los ciudadanos les pedimos adoptar medidas de autoprotección, corresponsabilidad y denuncia en una alianza con la institucionalidad”, afirma el vicealcalde de Gobernabilidad y Seguridad, Luis Fernando Suárez Vélez, al anunciar las estrategias.
El funcionario precisó, además, que se realizarán 34 comandos situacionales, que comprenden actividades de control mediante el registro a personas, a locales comerciales, a motos y vehículos.
Asimismo, se continuará aplicando el llamado Plan Parrillero, en el marco del cual ocho agentes de tránsito y quince agentes de la Policía Metropolitana realizan controles de movilidad a motocicletas y verifican la legalidad y vigencia de los documentos de los conductores.
El Plan Parrillero se implementó el pasado 1 de agosto y, desde entonces, ha permitido inmovilizar 350 motocicletas, retener ocho vehículos y expedir 557 comparendos.
“Vamos a priorizar aquellos sitios que son críticos por la ocurrencia de delitos. Es un esfuerzo que hace la institución con un personal especializado para acompañar estas intervenciones”, asegura el General José Gerardo Acevedo, comandante de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá, General José Gerardo Acevedo Ossa.
Restricción levantada por orden del Tribunal
El pasado miércoles 5 de agosto, el Tribunal Administrativo de Antioquia fijó el edicto con el cual inició la etapa de notificación del fallo que derogó la medida que prorrogaba la restricción de parrillero acompañante masculino en la ciudad de Medellín.
En ese momento, la Alcaldía de Medellín hizo saber que la medida se mantendría y solo perdería su validez el martes 11 de agosto, es decir, tres días hábiles después de la publicación del edicto, lapso tras el cual fue desfijado el documento.
La Alcaldía de Medellín anunció que estudia el alcance del fallo y que considera solicitar la aclaración de la sentencia al Tribunal Administrativo de la sentencia
Con la restricción del parrillero masculino, las autoridades han buscado reducir las tasas de delitos como el robo
En la capital de Antioquia no se permitirá la circulación de motos con parrillero masculino hasta que no sea desfijado el edicto mediante el cual se notificó el fallo derogatorio de la prorroga de la restricción del segundo pasajero masculino en este tipo de vehículos.
Así lo hizo saber la Administración Municipal, mediante un comunicado en el que se precisó que la medida perdería su eficacia el martes 11 de agosto, día en el que la ciudadanía podrá circular con parrillero hombre, sin ninguna restricción.
Sin embargo, la Alcaldía informó que considera la posibilidad de solicitar al Tribunal Administrativo de Antioquia la aclaración de dicha sentencia, para lo cual tiene plazo hasta el próximo lunes, 10 de agosto.
En caso de hacerse efectiva la solicitud de aclaración, la medida que prohíbe el parrillero hombre continuaría vigente hasta tanto el Tribunal Administrativo de Antioquia entregue el respectivo concepto.
La compañía suiza Mummenschanz presentará en el Teatro Metropolitano de Medellín su espectáculo de teatro visual “Los Músicos del Silencio”
Escena del espectáculo de Mummenschanz (FOTOS: WWW.MUMMENSCHANZ)
Con una puesta en escena donde lo ordinario se convierte en extraordinario, Los Músicos del Silencio hace uso de elementos visuales e interactivos, concebidos para estimular en el público la capacidad de imaginar, durante una experiencia lúdica llena de color y de formas.
Los artistas de Mummenschanz utilizan materiales comunes, objetos cotidianos y formas abstractas llenas de color como máscaras de barro, el llamado “hombre furtivo” y manos gigantes que adquieren vida.
Asimimismo, logran reinventar el papel de la sombra y la luz ofreciendo una visión atemporal de la condición humana que trasciende las barreras culturales.
Esta compañía suiza, cuya actividad comenzó en París en 1972, es considerada un referente del teatro y han permanecido hasta por tres años en cartelera en Broadway.
Una única fecha para un espectáculo singular
En Medellín, los aficionados al teatro visual podrán disfrutar del espectáculo de Mummenschanz únicamente este lunes 10 de agosto a las 8 pm.
La boletería tiene precios que oscilan entre los $80 mil y los $100 mil y se está vendiendo en la taquilla del Teatro; los almacenes Todo en Artes de El Tesoro, Los Molinos y Santafé; y los puestos de revistas de los almacenes Éxito de Colombia, Laureles, Envigado, El Poblado, Bello, San Antonio, Rionegro y Robledo.
El espectaculo es organizado por Medellín Cultural y la línea telefónica 232 28 58 se encuentra habilitada para solicitar mayor información.
La medida obedece a la continuación de las obras de Parques del Río
El cierre continúa en la Autopista, en sentido norte sur (a la derecha de la imagen) entre el puente Guayaquil y la estación del metro Industriales, a la altura de la sede de Bancolombia (FOTO: CORTESÍA SECRETARÍA DE MOVILIDAD)
Una vez finalice la Feria de las Flores, continuará el cierre de la Autopista Sur en sentido norte sur, entre el puente Guayaquil, donde convergen los puentes militares; y la estación del metro Industriales.
Así lo anunció la Alcaldía de Medellín, precisando que la medida es necesaria debido al inicio de las actividades de ampliación de la Autopista Sur en el tramo descrito.
Los trabajos a realizarse son la repavimentación y el aumento del número de carriles de la vía, con el objetivo de empalmar la Autopista Sur con los siete carriles proyectados en el soterrado que se construye actualmente.
“Antes del más allá” y “Las voces de la clepsidra” son los títulos de las obras que serán presentados la próxima semana en la BBP
Durante su larga trayectoria, Olga Elena Mattei ha extendido su labor al periodismo y a la crítica artística y musical
El martes 11 de agosto se hará la presentación de las obras Antes del más allá y Las voces de la clepsidra, cuya autora es la reconocida poeta colombiana Olga Elena Mattei Echavarría.
El acto tendrá lugar en el auditorio de la Biblioteca Pública Piloto a las 6:30 de la tarde.
Mattei Echavarría es autora de 23 libros publicados y 39 inéditos, de los cuales varios han sido traducidos a diferentes idiomas. Además, ha escrito un sinnúmero de artículos y poemas, publicados en periódicos y revistas en Colombia y el exterior.
Su palmarés incluye nueve premios nacionales e internacionales, entre ellos el Premio Nacional de Poesía Guillermo Valencia (Bogotá, 1973), el Premio Internacional de Poesía Café Marfil (Madrid, 1974) , la Orden Les Aniseteurs du Roi (París, 1976) y el Premio Nacional de Poesía Porfirio Barba Jacob, (Medellín, 2004).
Sobre la obra de la poeta, escribe el prestigioso crítico Augusto Escobar Mesa: “Mattei es un ser singular, pero lo es aún más por su poesía en sí misma. Porque es una voz única en un oficio que no ha abandonado nunca y ha ido forjando con ardua paciencia como la hoja de metal incandescente y sin forma bajo el golpe de martillo en un yunque que exige oficio”.
Todos aportaron. La agencia Melborp, con Sebastián Peláez, como director creativo, el equipo de Zorronegro Estudio, como artistas del mural, el silletero Mauricio Londoño, quien tuvo a su cargo la intervención con las flores, y la Alcaldía. Y el resultado es una nueva visual en la calle 43 C entre calles 8 y 9, que cumplió su propósito de unir dos mundos, los grafitis y los silleteros, en una plataforma que no es habitual. El proceso del video se puede disfrutar en Youtube, bajo el nombre de Graffitero / Silletero – Feria de las Flores 2015.
La orquesta era una selección de los mejores músicos del mundo menores de 26 años. Desde mi butaca veía el rostro feliz de los nuestros, de nuestra Academia Filarmónica. Espinoza y los Bernal
Santiago Bernal en medio de la orquesta
Por Alfonso Arias Bernal*
Desde Ginebra se llega en tren a Martigny bordeando el lago Lemán por su ribera norte que es, digamos así, la parte civilizada, o en todo caso la más desarrollada y la que cuenta con la línea férrea. El trayecto dura algo más de una hora y media. En el camino está Lausana (Lausanne) desde donde, al otro lado del lago, hacia el sur, se divisan los Alpes majestuosos y con un poco de suerte, el macizo mismo del Mont Blanc. Me gustaría algún día hacer el viaje por la ribera sur, la parte agreste, siguiendo el curso del río Arve. Los antiguos viajeros que querían visitar los glaciares o cazar gamuzas, solían usar esta vía, más directa y natural.
Mischa Maisky
En Martigny tomé un automóvil que en poco menos de media hora me llevó a Verbier por una carretera de montaña. Me distraje mirando por la ventanilla las moles de las montañas y los valles estrechos de vertientes empinadas, mitad peladas mostrando la roca viva, y a medias cubiertas por bosques de coníferas. Pensé en los visitantes ilustres de estas montañas: Goethe, extasiado; Chateaubriand, atormentado; Rousseau, que era oriundo de la vecina Ginebra y seguro conocía bien el paisaje, taciturno; Víctor Hugo, a quien los montes le recordaron los personajes de los dramas de Shakespeare; Alexandre Dumas padre, que entrevistó a Jacques Balmat, el primer escalador de la cumbre del Mont Blanc, y lo transcribió en un relato formidable; George Sand, que visitó la zona con Franz Liszt; Mary Shelley que ambientó su Frankenstein en esas heladas cumbres. También vino a mi mente la madre del filósofo Schopenhauer, Johanna, pionera de las escritoras de novelas, quien ambientó su obra Nieve en estos parajes. Pensé en mi tierra, en el cañón del Cauca y en los farallones, pensé en Bolombolo y en Fredonia. La confusión de mis pensamientos mezclaba la Sinifaná y el Cartama con el Ródano.
Verbier
Verbier
Desde Verbier la vista de los Alpes es magnífica e invita a la fantasía. Esas viejísimas montañas que vieron a Rousseau y a Goethe deambulando torpemente por sus laderas como insectos minúsculos y atolondrados, se me antojaron amenazadoras como la obra de dioses enloquecidos o ebrios que quisieran aterrorizarnos; matarnos, tal vez. De alguna manera me recordaron los dedos lívidos y agarrotados por el dolor, del cristo del altar de Isenheim que pintó Matthias Grünewald, ante el cual, según dicen, se desmayaban las mujeres. Los picos nevados y las moles rocosas nos sugieren cataclismos y procesos de millones de años que, si pudiéramos acelerarlos para verlos en cinco minutos, nos asombrarían por su violencia y su inmensidad. Cuenta Víctor Hugo que en 1741 se desplomó una montaña cerca de Servoz junto al Arve, y que la zona quedó sumida en la más completa oscuridad durante tres días debido a la cantidad de polvo que se levantó. Verbier es un pequeño poblado típicamente alpino de construcciones de madera, un lugar encantador y risueño en medio de ese paisaje delirante; en invierno es una importante estación de esquí.
*No sabría darle una idea exacta de ese mundo, ni expresarle la permanencia de los montes en una lengua de las llanuras” C. L. Senancour
Inés Monjas, Roberto González y Ricardo González
Orgullo indescriptible James Levine debía dirigir el concierto de apertura del festival pero finalmente no pudo hacerlo por razones de salud. Quizás tuve suerte. Lo dirigió Esa Pekka Salonen, un maestro impresionante. Me recordó a nuestro querido Francisco Rettig: la delicadeza y la elegancia, el ademán caballeroso y comedido, los gestos llenos de gentileza y de gracia, esa sabiduría superior. Viéndolo hacer su trabajo casi pudiéramos pensar que es fácil dirigir una orquesta; su batuta parece flotar sola en el aire. Por su parte la orquesta, una selección de los mejores músicos del mundo menores de 26 años, estuvo admirable. La precisión, la sonoridad, la fuerza y la expresividad en su plenitud. Una experiencia única. Desde mi butaca veía, en medio casi del grupo de músicos, el rostro feliz de uno de los nuestros, de nuestra Academia Filarmónica de Medellín Afmed.
Después vinieron muchas más actividades, más conciertos, más música. David Espinoza y Nicolás Bernal, hermano de Santiago, formaron parte de la orquesta juvenil llamada Orquesta del Camp. Su actuación fue tan destacada que se seleccionó a David para dirigir al público un saludo de bienvenida en inglés. “Mi sueño es el de llegar un día a ser un músico profesional y hoy me siento un paso más cerca de convertir en realidad este sueño”, dijo.
Fue maravilloso ver a esos jóvenes, casi niños, llenos de sueños y talento, plenos de entusiasmo, con una voluntad de hierro y una bondad ingenua y magnífica, codeándose con los mejores del mundo. Estos jóvenes son nuestros embajadores más eficaces. Sentí un orgullo indescriptible. *Gerente Orquesta Filarmónica de Medellín (Filarmed)
Esa Pekka Salonen
Nicolás y Santiago Bernal con los padres de Roberto González
Ana Chumachenco, Blythe Teh Engstroem, Renaud Capuçon, Roberto González y Edgar Moreau
Después de un trabajo de investigación y diseño, los silleteros llevarán un identidad renovada en la Feria de las Flores de 2015 en el desfile del domingo 9 de agosto
Desde la montaña en Santa Elena, llegaban los silleteros a la Plaza de Cisneros, a finales del siglo XIX y principios del XX. Como es costumbre cada año, con un desfile, Medellín los recuerda y enaltece. Este año es especial porque la cultura silletera se incluyó en el Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación; además, esta edición, la número 58, rescata después de tantos años, esas prendas de antaño para representar una identidad renovada.
“Los silleteros nunca habían tenido un traje como este. Desde hace más de 10 años ellos habían confeccionado el vestuario que utilizaban o iban al desfile con sus propias prendas. Pensamos que sería útil contar con una nueva distinción, haciendo una investigación de la cultura silletera. Conformamos un grupo de investigación sobre historia, diseño y silleteros, para llegar a un traje que hablara de cómo se vestían los campesinos”, explica María del Rosario Escobar, secretaria de Cultura Ciudadana de Medellín.
Vestuario del silletero
Junto a ella, ese grupo lo integraron Juan Luis Mejía, Rector de la Universidad Eafit; Lina Moreno de Uribe, ex Primera Dama de la Nación y estudiosa de la tradición; y Alicia Mejía, directora de Expoartesano. El comité le presentó la idea al diseñador Camilo Álvarez y él propuso trabajar con el estudiante de diseño de modas Miguel Mesa, quien se ha inquietado por la herencia y la tradición. “Tuvimos en cuenta los textiles y tres elementos fundamentales, textos descriptivos del vestuario, fotografías de Melitón Rodríguez y de Benjamín de la Calle de campesinos en la estación Cisneros e ilustraciones de la época”, narra Camilo Álvarez.
Vestuario del silletero
Se encontró que la camisa tenía un cuello de banda (conocido como tipo Nehru o Mao) y llevaba un botón que podía ser un metal precioso que destacaba la labor del artesano, elementos que se adicionaron a la nueva camisa. Se hizo un desarrollo artesanal de la ruana de Sonsón y fue fabricada en Boyacá: “Era bicolor, el negro y el rojo era muy común y tenía muchos símbolos y usos. Negro para el luto y rojo para las fiestas”, explica Álvarez. También se tomó el pantalón clásico, el sombrero aguadeño, el delantal (se ata hacia adelante y tiene tapa para cubrir el amarre, para que el nudo no estorbe en la espalda al cargar la silleta), el carriel y la funda del machete (de Jericó). Tanto el pantalón como la falda, están en un tono azul profundo, “como el de las montañas cuando se miran desde lejos”.
Vestuario de la mujer
En la falda, se usó un recogido en la petrina. En la camisa, se cambió el cuello de bandeja y se hizo cerrada con un cuello artesanal, botones, decorados en el pecho, mangas embombadas con boleros y con la espalda limpia para la carga de la silleta y se tomó el chumbe o faja en hilos de lana en tono dorado para la cintura. También lleva delantal, mantola o pañolón para los hombros y pañuelo para la cabeza. La cotizas o alpargatas, iguales para todos los silleteros, tendrán mayor soporte y comodidad.
Este domingo 9 de agosto, cerca de 500 silleteros, acompañados de danzas y bandas, llevarán una nueva alegría por un recorrido de 25 km. “Para nosotros significa tener presencia, estar elegantes, ser importantes y darle una representación a nuestros antepasados y nuestras costumbres”, expresa Óscar Atehortúa, presidente de la Corporación de Silleteros de Santa Elena.
Artistas locales, fundadores y empleados del museo recorrieron por primera vez el nuevo edificio que hace parte del proyecto de expansión
Rodrigo Callejas, Alberto Sierra, Marta Elena Vélez y Luis Fernando Peláez
Por Catalina Peláez
Una luz ilumina uno de los muros laterales del nuevo edificio que hace parte la expansión del Museo de Arte Moderno de Medellìn (Mamm).
En este moderno espacio de 7.220 metros cuadrados, que convivirá en perfecta armonía con el primer edificio del Museo, se reunieron fundadores, artistas locales y personal del Mamm para recorrerlo por primera vez. “Quisimos tener un gesto de agradecimiento con los artistas locales y fundadores y hacerles un homenaje; quisimos que tuvieran el privilegio de ser las primeras personas en conocer la expansión, para contarles cómo ha sido el proceso, explicarles cada uno de los espacios y resolver sus dudas”, dice María Mercedes González, directora de la entidad.
Cómo no emocionarse con este lugar para vivir la cultura, donde la ciudadanía podrá disfrutar espacios de exhibición, teatro, aulas múltiples, terrazas y zonas comerciales, además de las áreas de oficinas, servicios y un depósito de obra, . “Estoy feliz de que pase lo que está pasando, y de que esa idea que nació en 1978 esté donde está”, comenta Alberto Sierra, fundador del Mamm, arquitecto, curador, crítico y coleccionista de arte.
El nuevo edificio habla del trabajo, pasión y esfuerzo de los arquitectos, diseñadores, ingenieros, obreros y personal del Museo que durante más de un año han trabajado de manera ardua para concretar el sueño. Parada frente a la llamativa estructura, María Mercedes González dice que valió la pena. “Me siento muy contenta, este es un edificio que además de ser imponente, aunque discreto, fue construido con materiales de altísima calidad, es un regalo para la ciudad y un sueño de muchos, materializado”.
Uno de los lugares que más le gusta es el teatro. Tiene sus razones, pues está especialmente adecuado para la música y el cine y cuenta con un alto nivel de calidad en cuanto al sonido y la iluminación. Uno de los elementos más novedosos es su puerta, de 12 x 6 metros de altura, la cual se deslizará por un riel y será a su vez una pantalla de nueve paneles, cada uno de 200 kilogramos, que se moverá de forma manual y se abrirá para conectar al público de la plazoleta exterior con el escenario.
Beatriz Olano, artista local, destaca que la expansión del Mamm es un hecho de suma importancia no solo para Medellín sino para el país. “Las nuevas dimensiones de las salas del Museo permitirán al mundo del arte mostrar muchas más cosas”.
El miércoles 2 de septiembre será la inauguración y a partir del jueves 3 abrirá sus puertas al público.
Cabe recordar que el 50 por ciento de los recursos para la expansión del Mamm, que corresponden a 12.000 mil millones de pesos, fueron aportados por la Alcaldía de Medellín y el 50 por ciento restante por el sector privado que siempre ha creído en este nuevo espacio de ciudad.
Nombres y fechas, frases célebres o candidatas a la celebridad, títulos de textos, citas y notas de pie de página. Subrayé hasta el índice
/ Esteban Carlos Mejía
¿Les ha pasado que prestan un libro en una biblioteca y al leerlo descubren, alarmados, que está subrayado con sevicia o voracidad? Hace poco, por ejemplo, estaba leyendo Tratado de ateología, de Michel Onfray, y no pude. Párrafos remachados a la guachapanda. Insultos al margen. Tachones por doquier. Páginas rasgadas. Una degollina. Obvio, maldije al carnicero. Desistí y busqué otro ejemplar, ya no prestado sino comprado.
Pero lo que es la vida. Apenas abrí mi libro, empecé a hacer lo mismo. Lápiz y regla en mano me puse a la tarea de resaltar lo que me gustaba. Nombres y fechas, frases célebres o candidatas a la celebridad, títulos de textos, citas y notas de pie de página. Subrayé hasta el índice. ¿Incoherencia? No creo. Subrayamos en un libro aquello que somos, deseamos ser o no seremos jamás. El siguiente lector sabrá disculpar mis rayones. O hará como yo.
* Día tras día. ¿Y la efeméride de esta semana? El 9 de agosto de 1962, a los 85 años de edad, moría en Montagnola, cantón del Tesino, Suiza, uno de los creadores más prolíficos del siglo XX, el escritor alemán Hermann Hesse. Mientras dormía, una hemorragia cerebral lo despachó a la nada.
Poeta, cuentista, ensayista, novelista, Hesse elaboró una obra monumental, vendida por millones en el mundo entero y traducida a más de 40 idiomas. Tuvo una vida batallada. Siendo muy joven se escapó de un seminario evangélico. Trabajó como mecánico en una fábrica de relojes. Después, gracias a los dioses, se hizo librero. Librero de libreros. A los 21 años de edad publicó su primer libro de poemas, fracaso comercial, éxito artístico. Al estallar la Primera Guerra Mundial fue declarado inútil para el combate y confinado a manejar la librería de los prisioneros de guerra alemanes en Berna, Suiza. Se volvió escritor de tiempo completo para cumplir el juramento que se había hecho años antes: “Seré poeta o nada”. En 1946 fue Premio Nobel de Literatura.
Sus obras han estado presentes en las lecturas de varias generaciones. Que levante la mano el que no haya leído o, al menos, ojeado alguno de sus libros más famosos: Demian (1919), Siddhartha (1922) o El lobo estepario (1927). De su libro más ambicioso, El juego de los abalorios (1943), tengo un recuerdo agridulce. Una vez en tercero o cuarto de bachillerato (8° o 9°) le prometí a un compañero muy querido, Nacho Tobón, que en vacaciones la leería y haría un informe de lectura por él. Fui incapaz: a esa edad la metáfora de la novela me resultó ilegible. Él perdió la materia y yo, por poco, pierdo su amistad. Oh, fortuna, Nacho ya me perdonó. Porque la vida es o parece un juego de abalorios.
* * Body copy. “En el bosque de la ficción, aunque las relaciones entre todas las cosas eran evidentes, nunca obtenía respuestas lógicas, a diferencia de lo que sucedía con las matemáticas. El papel de las historias de ficción era, grosso modo, presentar una cuestión bajo una forma distinta. Y dependiendo de las características y de la transformación que sufría aquella cuestión, la solución quedaba sugerida en la historia. Él atrapaba esa sugerencia y regresaba al mundo real. Era como un pedazo de papel en el que había escrito un conjuro incomprensible”.
Haruki Murakami. 1Q84. Primera edición: 2009.
* * * Vademécum. ¿Prolífico? Dice el Diccionario de la Real Academia: “Dicho de un escritor, de un artista, etc.: Autores de muchas obras.” ¿Abalorio? “Conjunto de cuentas agujereadas, con las cuales, ensartándolas, se hacen adornos y labores”.
El Orquideorama del Jardín Botánico acogió en sus espacios el lanzamiento oficial de la vigésima segunda versión de la exposición Orquídeas, Pájaros y Flores, así como de la Feria de Artesanías que anualmente se lleva a cabo en este lugar de la ciudad.
Silvia Siegert, Diego Toro
Agustina Lanzaco, Candelaria Lanzaco, Daniela Lanzaco, Martina Pérez
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