El reconocido músico y profesor Juancho Valencia nos presenta una original crónica sobre el transcurrir musical de la ciudad durante los años de vida de Vivir en El Poblado
/ Álvaro Navarro En ellos no hay cartas sofisticadas en varios idiomas; es muy probable que el menú sea descrito por quien atiende al visitante o que esté escrito con tiza en un tablero
“Los videojuegos me salvaron la vida” Uno de los gamers más dedicados y expertos de la ciudad, le contó a Vivir en El Poblado porqué estos aparatos electrónicos cambiaron su destino
Opinión / Humo veloz. José Gabriel Baena Ciudad, mundo, mapas mentales ¿Estará por allá tan lejos la tierra prometida? ¡Claro! Si no fuera por el embeleco de las soberanías nacionales cualquier país latino con Mar Pacífico debería solicitar su anexión a China
No oyes ladrar los perros Aparece un narrador despistado, que parece haber llegado amanecido de una parranda, y se dedica a decirnos que los hombres proyectan una sola sombra
Reflexiones acerca las posibilidades de nuestra cocina El restaurante está lleno todos los días de la semana y su menú se confecciona cada día basado en los productos frescos que adquiere en la zona
Angélika Angélika, una joven cantante de El Poblado, regresó de España dispuesta a conquistar la escena musical del país con una dulce voz y dulces instrumentos
Después de cuatro décadas de ausencia y de haber desarrollado una exitosa carrera profesional en Estados Unidos, Lucía Giraldo de García regresó a Medellín para quedarse
Una señora vecina de mi antiguo barrio de San Javier, a quien le habían diagnosticado un “feroz” o agresivo cáncer de hígado que dizque se la iba a llevar en menos de dos meses, se dio a la tenaz tarea de no morirse “hasta que midiós se lleve a Tiberio”
Después de 52 años de estudiar, dar clases y conciertos fuera del país, de recibir los premios Beethoven (Viena), Chopin (Varsovia), Orense y Albéniz (España) la principal pianista colombiana es la maestra contemplada de Eafit
Lo que ha cambiado la gastronomía en nuestro medio ¿Pero qué salsa de tomate utilizaba?, la del frasco de salsa de tomate (ketchup que le dicen en Miami)
“La tarea del pensamiento radical es hacer al mundo más enigmático…”
Miles de páginas circularon por la Red el pasado mes de marzo a propósito de la muerte del ensayista francés Jean Baudrillard, ese icono mediático que tantos adoradores y adoratrices tuvo en nuestras universidades en los 70s y 80s.
Muy pocas urbanizaciones están debidamente preparadas
Poco eco ha tenido la solicitud del Simpad de crear comités para la atención de emergencias en las unidades residenciales de El Poblado
Es totalmente erróneo esperar a que sucedan experiencias propias para buscar soluciones a posibles repeticiones de emergencias. Esa es la idea del Simpad que invita a la ciudadanía a conformar Comités Barriales de Emergencia. Camarón que se duerme… en boca cerrada… pensar dos veces antes de… prevenir es mejor que… son algunos de los refranes que se decían en el colegio y el hogar, y como muchos de estos fueron pasados por alto en el contexto del cuidado y la preservación de la madre naturaleza, hoy vemos cómo el clima es un problema tan grande como el planeta mismo.
Acabé reconociendo que “su Majestad” no era un tratamiento políticamente peligroso para un latinoamericano
Por los días en que los reyes de España estuvieron en Medellín, se conoció un feroz artículo en que Fernando Vallejo acusaba a Juan Carlos I de Borbón de ser un despiadado cazador de osos, corrupto y bueno para nada. La verdad es que la catilinaria hizo tanto efecto en mí que me sentí preocupado por la coyuntura histórica de la que surgió mi nombre, y solo descansé cuando comprobé que el monarca había sido entronizado un año después de mi nacimiento y cuando mi madre me aclaró-por enésima vez- que me puso Juan Carlos solo porque ese nombre le “sonaba bonito”. Más tarde pensé, liberado desde todo punto de vista, que la combinación ya existía en 1909 cuando la usó la madre de Juan Carlos Onetti, el magistral escritor uruguayo.
Hace algunos años fue presentado al Concejo de Medellín un proyecto para conmemorar a algunas antioqueñas históricas bautizando con sus nombres ciertas calles de la ciudad, y producto de ello es que hoy pueden verse los flamantes rótulos de las avenidas María Cano, Jesusita Vallejo y Cacica Arazaba, entre otros. Merecido homenaje para nuestras damas toda vez que, hasta hace pocos días, el inventario de calles dejaba ver, en su casi totalidad, solo nombres masculinos, de países, de ciudades e incluso de cosas de dudosa solemnidad como “El Palo” o -tengo pruebas- “El Sapo”.
A principios del siglo 20 la población mundial llegaba a 1.600 millones de habitantes. En julio de 1987 se estimó en 5 mil millones. Actualmente pasamos de los 6 mil millones. El crecimiento es muy rápido y provoca la alarma entre los especialistas. Estos se preguntan: ¿De dónde se sacarán recursos y espacios para tanta gente? ¿Cómo se evitará el deterioro ambiental?
Barrio El Poblado: Versiones históricas apoyadas incluso en un monumento construido en el parque principal en 1966 por el Concejo Municipal afirmaron por mucho...
Nacido hace más de cien años y maestro indiscutible de la mordaz crónica de la vida cotidiana, el argentino Roberto Arlt alguna vez se maravilló ante la singularidad de ciertos oficios, entre los que se le hacía casi inverosímil el de un pobre diablo porteño que, en medio de un taller mugroso, se dedicaba a reparar muñecas. Pero no hay que ir hasta las extremidades sureñas para encontrar una ocupación igualmente pintoresca -una para la que no haya, y ni siquiera en el generoso mayo, un día conmemorativo-, fácilmente verificable, también, en nuestra tórrida Medellín. Me refiero, por ejemplo, al oficio de ascensorista.
En su viaje gastronómico por diferentes regiones del país, Doña Gula estuvo en el Chocó y descubrió que la técnica del ahumado aun se usa en esta zona, lo que le da a sus carnes un sabor único. El procedimiento también permite el intercambio de productos entre parientes de la costa y del interior.
Imagine un aviso clasificado personal (para buscar pareja) que diga algo así: Tengo la cabeza casi cuadrada, orejas y ojos minúsculos y grandes narices oblicuas y arqueadas; el cuello corto y robusto; el cuerpo alargado y enormemente grueso, con el dorso más elevado en la grupa que en la cruz y hundido en la parte central; el vientre amplio y redondeado. Tengo la cola corta y delgada; las patas muy cortas e informes, con los pies anchos y los dedos dirigidos hacia delante. No tengo mucho pelo aunque sobre la piel me salen algunos pelos cerdosos. Busco..., bueno, seguramente encontrará.
A causa de cierto paternalismo hacia la mujer que hace tiempo está de moda, se vienen repitiendo en los estadios las pésimas actuaciones arbitrales de Adriana Lucía Correa sin que nadie parezca tomar nota de sus yerros. No hace falta ser muy malicioso para sospechar que esa negligencia tiene que ver con el género: se la trata con especialidad por tratarse de una dama, sin importar que, con ello, se patrocine la mediocridad. Muchos no ven en Adriana un árbitro común y corriente -lo que sería de elemental justicia- sino algo así como una simpática mascota cuya única gracia es correr de aquí para allá con pantalones cortos. Pregunto yo: ¿A eso se llama una justa valoración de lo que puede hacer una mujer?
A mi hija le va bien en eso de dormir, y a sus casi tres años ha desarrollado una especial sensibilidad por el tema, de modo que la visión de una persona dormida –espectáculo soso a más no poder- le parece el fenómeno más inquietante de la naturaleza. Devanando todo el asunto, resulta que lo que más llama su atención es el bulto de algún vagabundo a quien no le ha quedado otro remedio que echarse a dormir en cualquier césped o acera, sin ninguna posibilidad de intimidad dada la inaudita proliferación de transeúntes sobre la Tierra. Mi hija, entonces, me pregunta por qué el buen hombre de turno se ha recogido en un lugar tan inhabitual (no lo pregunta de ese modo, se entiende: que ni siendo la hija de Rufino José Cuervo). Yo le respondo cada vez con una frase que, de lo puro ingenua o tierna, un día de estos va a hacerme llorar: “Porque no tiene casita, bebé”.
María Centeno, madre de la empresa minera en Antioquia
Pionera del empresario minero; audaz, inteligente, visionaria, valiente, osada. El historiador Bernardo Martínez Villa anota que María Centeno fue mujer de armas tomar, figura celebérrima, casi de leyenda, que a principios del siglo XVII, llamado el siglo de oro, figuró en toda la provincia de Antioquia; provincia que tanto ayudó a formar ya administrar, con sus ideas y aportes económicos, producto de sus exitosas empresas. La emprendedora minera fue una de las tres hijas del capitán Fernando de Zafra y Centeno, caballero extremeño, que después de muchas andanzas por diversos países europeos al servicio de Su Majestad, apareció por estas tierras en el año de 1548, para luego sentar su residencia en la ciudad de Antioquia.
La valiente dama María Martínez de Nisser, impuso la necesidad de entrenar y admitir a la mujer como soldado en las batallas que libraba la patria, para prestarle así los mejores servicios. Su decisión, que obviamente recibió críticas, se impuso, por encima de toda consideración.
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