Termina cada día antes de empezar el siguiente, interpone una sólida pared de sueño entre los dos y empieza el nuevo con un espíritu tan alto que no pueda ser obstaculizado por tus iletrados jefes
A propósito de hechos recientes en el lejano país africano de Narkombia, presento a ustedes el inicio del ensayo anarquista “Sobre el deber de la desobediencia civil” (1849) de Henry David Thoreau, traducido y publicado por vuestro autor hará unos 10 años (Edit. Grafoprint).
Desde ya estamos viendo los primeros síntomas de que la era del petróleo como componente básico de la economía y el desarrollo en pocas décadas terminará
Los yerros de la condición humana no son marca exclusiva de ningún oficio o profesión, y los estereotipos lo único que revelan es la ramplona visión de mundo de quien los emplea
Hará cosa de veinte años que los críticos de la televisión se fueron lanza en ristre contra los programas que contuvieran alguna riña, con la idea de que los espectadores niños muy seguramente iban a replicarla a la primera oportunidad, masacrando a hermanitos o compañeritos de colegio.
Todavía les queda la oportunidad de mostrar un poco de gallardía y, cuando se abra la próxima emisión de acciones por otro 10%, discretamente susurren a sus copartidarios que no sería tan mala idea comprar unas accioncitas
Traicionado por sus exdrugos y en estado de coma, es trasladado a un ultracientífico manicomio británico donde finge entregarse a la voluntad del Señor
Repetidamente se ha mencionado en esta columna que en nuestra ciudad el problema no es tanto de falta de obras o de inversión. Sino que cuando las hacemos, tenemos una tendencia muy arraigada a hacerlas mal o incompletas.
Ya que estás tan preocupado con defender nuestro medio ambiente, seas igualmente estricto con las volquetas, buses y camiones, que son los que verdaderamente ensucian el aire en esta ciudad
El 20% de vehículos particulares que hoy saldrían de circulación se recuperarían con otros nuevos en 2 ó 3 años, al cabo de los cuales volveremos a quedar en la misma situación que hoy
Durante unas recientes vacaciones costaneras en Co-veñas, con el poeta y periodista Pascual Gaviria, su esposa y su sobrino el también poeta japonés Jesús Gaviria, nos reuníamos después de los calores del día, en el corredor de la cabaña, a las siete de la tarde, a componer, por orden, poemitas que hablaran de la jornada, de los mares y los soles, y de las nacientes estrellas fulgurantes.
Se fueron a vivir al campo a tratar de vivir a la manera de las protagonistas de esa obra, especialmente de la enigmática Justine, con muchos amantes, vino, opio.
Ya sea vivir la vida en ralentí, esto es, en “cámara lenta”, ya en velocidad de términos medios o por el Justo Sendero del cual sabían ya los chinos mil años antes que Aristóteles.
Jamás el peso colombiano había alcanzado niveles tan altos frente al dólar. Jamás había sido tan barato importar cualquier mercancía a este país. Y jamás había sido tan difícil exportar.
Politiqueros de provincia antojados de inmortalidad, publicistas bogotanos imberbes y patriotas ecologistas han asumido el asunto como si se tratara de un concurso escolar de dibujo.
Estos jardincillos de iglesia han sido desplazados en importancia por los largos parques del siglo 21, los cuales, a pesar de su pretendida majestad, son apenas las ruinas de un concepto entrañable
Está claro que demoler los resonadores (prohibido seguir llamándolos “reductores”) y volver a poner pavimento para volver al estado original sería aún más costoso de lo que fue construirlos
El 23 de abril siempre tendrá algo de entrañable, por más que se trate de una fiesta civil ignorada por la sapientísima Ley Emiliani y rivalizada por el concupiscente Día de la Secretaria. Pero, ¿quién no tiene en la cabeza, como parte del botín de su memoria, la imagen legendaria de un acto cívico con recital poético y de las rústicas carteleras —acabadas a la media noche— con la cara larga del manco Cervantes o la barba algodonosa de Don Quijote?
Entre las canciones que más fatigan la radio nacional, los primeros lugares los ocupan las invenciones de Juanes y Rodolfo Aicardi, con tercer lugar -y nada podría ser más lamentable- del Himno nacional de Colombia.
Un amigo, maestro de adolescentes, me dijo que los candidatos de su colegio se comportaban como aspirantes a diputados en tarima de pueblo: con hipertrofiada irresponsabilidad prometían hacer placas deportivas
Los de las 9 p.m. protestan -a lo mejor hacen una marcha junto a las taquillas- pero les responden que el teatro es muy democrático y que la mayoría (de los que están adentro, of course) ya se ha pronunciado
“Somos partidarios de que se proteja a los animales del maltrato y creemos que en las corridas se trata cada vez más para que el toro sufra lo menos posible”
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