La Fe: una práctica para todos los días

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  Por: Carolina Zuleta Maya  
  Para la mayoría de personas la palabra Fe tiene una connotación religiosa, pero en este artículo quiero definir “tener Fe” como una práctica que podemos vivir cada día, sin importar cuál religión profesamos o en qué fuerza suprema creamos. Definamos Fe como el acto de permitir que las cosas sucedan sin tener que controlarlas mientras permanecemos tranquilos porque sabemos que todo va a estar bien.
Todos practicamos la Fe sin darnos cuenta. Practicamos tener Fe en cosas tan fundamentales para nuestra vida como respirar. Respirar es un proceso esencial para vivir, si no respiramos morimos, sin embargo, la mayoría desconoce todas las cosas que pasan dentro de nuestros cuerpos para que este proceso pueda ocurrir. Simplemente lo hacemos y de alguna manera hemos aprendido que nuestra respiración va a salir bien. De la misma forma, confiamos en que mañana va a salir el sol, en que el planeta tierra continuará en su órbita y en que la vida seguirá.
La propuesta es que utilicemos esta práctica, con la cual ya estamos familiarizados, de una manera consciente para otras situaciones. La idea no es sentarnos en nuestra casa de brazos cruzados y pensar que el dinero va a llegar sin trabajar, que la pareja de nuestros sueños va a tocar la puerta o que vamos a aprender sin estudiar. Se trata de hacer lo que nos corresponde y permitir que lo demás ocurra, confiando en que todo va a salir bien, pues todas las situaciones de la vida llegan a un punto que está más allá de nuestro control y lo único que nos queda es elegir si nos preocupamos o tenemos Fe.
Piensa, por ejemplo, en cuando sembramos una semilla. Sabemos que hay unos pasos que debemos dar, como poner la semilla en un lugar donde reciba sol y regarla con agua de vez en cuando, pero después de estos pasos lo único que nos queda es la confianza en que de esa semilla va a nacer la planta que deseamos. No desenterramos la semilla todos los días para ver qué está pasando, ni nos preocupamos de que la semilla no sepa nacer. Confiamos en que esa semilla tiene la información necesaria para convertirse en una planta.
Sembremos las semillas para que crezca lo que deseamos, sigamos los pasos necesarios para que ese sueño se convierta en una realidad y confiemos en que la vida, Dios, el Universo o como quieras llamarlo, se encargará de todo lo demás. Atrévete, suelta ese tema que te tiene preocupado, al cual estás dedicando tanta energía y ten Fe en que se va a solucionar. Inténtalo y si no te funciona no lo hagas otra vez, pero no juzgues y descartes esto de tener Fe antes de intentarlo.
La Fe es el pájaro que siente el amanecer y empieza a cantar cuando aún está oscuro. – Dicho escandinavo.

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