Presentaciones
- El hecho de mirarse a los ojos es ya en sí mismo la mayor demostración de interés en el otro más si está acompañado de una sonrisa, sin tener que decir una sola palabra.
- Un simple saludo, como “mucho gusto”, “que tal”, “encantado”, “como está” son más que suficientes durante una presentación y servirán bajo cualquier circunstancia, sin apelar a fórmulas rebuscadas.
- Los nombres deben ser pronunciados con claridad.
- Junto con el saludo, usualmente se estrecha la mano, de manera firme mas no excesiva. Tampoco débil y desganada, lo cual puede interpretarse como una muestra de debilidad de carácter o timidez.
- En el caso de los saludos, las jerarquías imperan lo mismo que la edad o como se dice siempre, “primero las damas”.
- Una persona joven es presentada a la mayor: doctor Jaramillo, este es Ricardo, mi sobrino de quien le hablé.
- Un subalterno al jefe, diciéndose primero el nombre de la persona más importante: ingeniero Ramírez, este es Carlos Jaramillo, el nuevo bodeguero.
- El hombre a la mujer: Marta, te presento a Manuel Vélez, compañero de inglés.
- Si son hombres o mujeres de la misma edad o rango, simplemente se dicen sus nombres: Clarita Ángel, María Isabel Arango.
- Puede pasar que se nos olvide el nombre de alguien y, para salir del paso, podemos decir: “¿ustedes se conocen?” y por supuesto el otro nos sacará de las dudas al contestar, “Rafael García, mucho gusto”.
- Un hombre que esté sentado se levantará siempre para ser presentado, para saludar o despedirse.
- Las mujeres deben permanecer sentadas para saludar o ser presentadas, pero las excepciones son: una dueña de casa al recibir a un invitado. Cuando la otra persona sea mucho mayor o de rango importante. En reuniones oficiales o como anfitrión en su oficina, como expresión de respeto y afecto.
- Si se trata de una presentación a un grupo de personas, se menciona únicamente el nombre de la que va a presentarse, sin dirigirse a nadie en particular: ella es Margarita Gómez, la señora de Pablo Sierra.
¡Y el gusto es mío!
Cinco reglas fáciles para recordar nombres y caras |
1. En primer lugar, al ser presentado, cerciórese de haber oído el nombre correctamente. Repítalo al responder a la presentación: “El gusto es mío, señora Londoño” |
2. Mentalmente, si realmente le interesa grabarse el nombre, repítalo varias veces: nombre y apellido. |
3. Busque una asociación del nombre con algo que le sea familiar: por ejemplo, señora Madrid y se acordará por la última visita a esa ciudad. |
4. Fíjese bien en el rostro de la persona que le acaban de presentar y trate de detectar inmediatamente sus rasgos más característicos: su estatura, la forma de la nariz, el color de los ojos, el largo del pelo. Preste atención a su tono de voz ¿es grave? ¿es agudo? Así, mantendrá una imagen más clara y concreta. |
5. Finalmente, y ya sin la premura del momento, trate de reconstruir el momento en el que le presentaron a esa persona de quien se quiere acordar: al hacerlo, con seguridad recordará su nombre, repítalo mentalmente y con seguridad ya nunca se le olvidará. |