Esta labor visionaria, nacida con apenas 78 estudiantes y un puñado de profesores, provenientes mayoritariamente del Alma Máter, duró apenas hasta 1941. Año de tristeza por la muerte del primer rector, pero de gran alegría por la llegada de quien sería conocido en Medellín como “Moncho”, el venerable monseñor Félix Henao Botero a quien le correspondió la alegría profunda de recibir el título de Universidad Pontificia. Desde entonces y hasta 1974 los destinos de la UPB fueron regidos por este hombre de visión amplísima y disciplina ejemplar. Duro y difícil ejemplo para quienes luego lo remplazaron en el cargo de Rector de la Pontificia Bolivariana. Esta breve nota sale como humilde homenaje de quien vio sus primeras letras, su formación ética y sus más gratos recuerdos de infancia y juventud en la UPB. Cada año los niños que éramos soñábamos con esta semana de las fiestas de la Universidad. Cada año el 15 de septiembre para quienes tuvimos la oportunidad de haber crecido en ese hermoso lugar que era la Universidad en Laureles se convertía en el día más alegre del año. Solíamos correr, cantar, pero fundamentalmente, en esa camaradería de la vida despreocupada de la niñez, soñábamos con esa semana que dedicábamos cada año a celebrar con gratitud el espíritu de la fundación. Hoy, la Universidad es otra bien distinta, acorde con los nuevos tiempos y de la mano de monseñor Luis Fernando Rodríguez, la UPB recibió la acreditación de parte del Ministerio de Educación. Reconocimiento institucional a un trabajo de los más de 2,700 profesores con que actualmente cuenta la Universidad en sus tres sedes: Medellín, Bucaramanga y Montería. Muchas dificultades, muchas discusiones de toda índole, críticas y aportes de todos los frentes han pasado en estas siete décadas, es obvio, y en medio de tantos cambios se puede decir que ha permanecido intacto el sentido de ese espíritu bolivariano que escribiera monseñor Sierra y que se pasa de generación en generación y que llevan en el alma los más de 45 mil egresados y que están recibiendo los casi 25 mil estudiantes. Un mensaje que la Universidad promueve en estos valores: Reconocimiento y respeto por cada una de las personas, sin discriminación alguna. La búsqueda de la verdad y el conocimiento. La solidaridad. La justicia. La honradez. La creatividad e innovación. La lealtad. Y especialmente en el compromiso con la paz y el desarrollo del país. Una alegría que se irradia desde Laureles para Medellín y Colombia. Una alegría que compartimos en esta realidad que demuestra que la fe sí mueve montañas y que cuando una idea está cimentada en el compromiso social y moral finalmente el resultado sí se ve. |
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Un motivo para creer en la fuerza de las ideas
UPB 70 años
UPB 70 años
Desarrollo social y humano.
Cierre de un año de celebración
Muchos son los motivos para celebrar estas siete décadas de trabajo infatigable en bien de la educación y con una filosofía muy clara, la misma que dio el título al congreso con que las directivas de la Universidad quisieron rematar esta semana de fiestas, llamada Expo UPB: Desarrollo Social y Humano. Para ello, contaron con la presencia de cuatro conferencistas que hablaron sobre este tema: Belisario Betancur Cuartas, expresidente de Colombia y Director de la Fundación Santillana para Latinoamérica. Guillermo León Escobar, Embajador de Colombia ante la Santa Sede y ante la Soberana Orden Militar de Malta. Luz Estela Arango de Buitrago, Ministra Consejera de la Misión de Colombia ante la Onu, y Francisco López Segrera, secretario de la GUNI- Global University Network for Innovation, asesor de la Pontificia Universidad de Cataluña y miembro activo del Foro Unesco en Educación Superior. Como quien dice, un cierre con broche de oro para celebrar el inicio de una nueva jornada, listos para encarar los retos de los nuevos tiempos.
1 Monseñor Luis Fernando Rodríguez, Rector de la Universidad; el expresidente Belisario Betancur; el conferencista Francisco López Segrera y el Arzobispo de Medellín, monseñor Alberto Giraldo Jaramillo.
2 Monseñor Gonzalo Restrepo V.
3 El gobernador Aníbal Gaviria, el rector Luis Fernando Rodríguez y el presidente Álvaro Uribe aplauden en señal de agradecimiento, la donación de los 19 mil libros de la biblioteca personal del expresidente Betancur.
De muy buen sabor
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Jorge Gómez y Ana Patricia Palacios / Pre-Textos y Re-Pasos
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Diana Murillo, María Escallón, Ana Patricia Palacios, |
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Una arquera que le apunta a los Olímpicos
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Una arquera que le apunta a los Olímpicos |
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Obtuvo 7 medallasy batió 4 marcas en los Centroamericanos |
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Mientras las avionetas surcan el cielo con un zumbido ensordecedor, en la tierra, en la Unidad Deportiva de Belén, la impasible Natalia Sánchez Echeverri, trata de romper con flechas la resistencia del viento. ¿Y cómo puede concentrarse con aquel grito de turbinas? Entonces ella responde serena: “Los aviones ayudan en la preparación porque así los estímulos externos no afectan en las competiciones”. Y no solo son los aviones, son los niños de las otras canchas gritando, los aeróbicos con música a todo taco, todo eso ha fortalecido su concentración. Esta actitud demuestra cómo ella ha logrado asimilar los obstáculos como ventajas, hasta ser hoy la mejor arquera del país y Centroamérica.
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Los triunfos se llevan en el corazón, lo demás es practicar Después de los juegos Centroamericanos, donde Natalia Sánchez ganó 4 medallas de oro individual, 2 de plata individual y 1 de bronce por equipos y batió 4 marcas centroamericanas en tiro con arco, su vida se ha visto agitada por los turbulentos vientos de la fama. Ha tenido que enfrentar el asedio permanente de los medios, y asumir la popularidad de los ganadores. “Todas estas atenciones por mis logros son un estímulo, pero he tratado de llevar esto más en el corazón que a nivel público”, confiesa. Por eso ni los recientes triunfos han detenido su entrenamiento diario, de 4 horas, que ha hecho durante 13 años. El sueño olímpico Natalia Sánchez empezó a practicar el tiro con arco por su padre. “El hablaba de conseguir cosas muy grandes, y llegar a los Olímpicos, entonces yo también hablaba de los Olímpicos, aunque en ese momento erautópico”, comenta. Pero esa idea se fue volviendo realidad. A los 17 años, un programa que se llama Campamento Olímpico Juvenil, que se hace paralelo a los Olímpicos, la seleccionó como deportista talento, ya que para su edad tenía el mejor nivel en Colombia. “Así me fui a mis primeros Olímpicos, pero como asistente. Y se cumplió otro sueño que era ir a Australia (en los Olímpicos de Sydney)”. Esta fue la cuota inicial de un sueño olímpico que ahora se ve más claro en la perspectiva de sus posibilidades. Regreso al origen y más allá Con los resultados obtenidos en los Centroamericanos ella vuelve al sueño inicial de estar en los Juegos Olímpicos, pero esta vez como participante. “Y ya no solo es un sueño, lo veo real, lo siento posible. Y no solo por las medallas sino por la puntuación alcanzada”, 4 marcas Centroamericanas, que la ubican entre las 20 primeras del mundo. Por eso sigue entrenando para subir su marca, para seguir con las competencias del ciclo olímpico, y buscar un cupo a los Olímpicos de Pekín en el Mundial de Alemania el año entrante. “Yo creo que los triunfos implican mayor responsabilidad, no solo porque la gente espera más de mí, sino porque yo sé que puedo dar más. Para mí los Centroamericanos no son un simple ya gané y listo, son el primer paso en firme para llegar a una meta más grande como ser de las mejores del mundo, y lograr una medalla olímpica”, confiesa. |
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Cien obras del Museo de Antioquia
Se repite con mucha frecuencia que la crítica de arte pasa por una profunda crisis que la ha hecho desaparecer de los periódicos y revistas del país. Es un estado de cosas que no parece exclusivo de Colombia porque parecidas afirmaciones se descubren en casi todas las latitudes. Detrás de estas preocupaciones se esconde casi siempre una referencia más o menos velada a una época anterior en la cual una generación de críticos excepcionales definía categóricamente los valores y separaba los buenos artistas de los malos. Sin embargo, quizá no se tiene en cuenta suficientemente que la crítica de arte es una actividad que ha ganado una gran complejidad en las últimas décadas. Sobre todo, en un contexto en el cual el arte se entiende hoy como una manifestación de la cultura, la función de la crítica se dirige a propiciar la experiencia y disfrute de las obras de arte, mucho más que a la consagración o condena de artistas y trabajos. Y este cometido le impone unas condiciones pedagógicas y una claridad especial, en la medida en la cual pretende llegar al mayor número posible de lectores. Esta serie acerca de las obras del Museo de Antioquia en Vivir en El Poblado quiere encarnar esa clase de crítica de arte. En primer lugar, por medio de un lenguaje simple y directo, propone a sus lectores que consideren la posibilidad de aproximarse al arte, que se presenta como una fuente de reflexiones y de crecimiento personal. La estrategia es muy sencilla; cada una de las obras presentadas sirve para traer a colación un problema de la historia del arte, de la estética o de la realidad social, de tal manera que, en el breve espacio de una cuartilla, el lector pueda descubrir por sus propios medios algunas de las riquezas propias del arte. Por supuesto, se trata siempre de análisis muy parciales que solo pueden enfrentar alguno de los aspectos de la obra. Pero también, en segundo lugar, la serie busca invitar a los lectores a reconocer y valorar nuestro patrimonio artístico y cultural. Muchas veces se piensa que el arte está limitado a las élites sociales y económicas y que para ver buenas obras de arte es necesario buscarlas en otros países. Por supuesto, no se trata de desconocer los valores tradicionales de la historia del arte, pero sí de afirmar -dentro de una concepción contemporánea de la cultura- que cada pueblo produce el propio arte, el más importante y necesario para su desarrollo. Tenemos muy buenas obras, profundamente significativas y valiosas para una cultura de la cual somos hijos. Dentro de sus límites modestos, este es un proyecto de ciudad y de nación. Lo que en última instancia sostiene esta serie es la convicción profunda de que no existe el desarrollo sin la conciencia de los propios valores culturales, porque es la única alternativa posible para que nos reconozcamos como ciudadanos de un país que nos pertenece pero que solo existe en la medida en la cual lo construyamos entre todos. |
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Carlos Arturo Fernández Uribe.
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El suicidio y el comportamiento suicida
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El comportamiento suicida a menudo ocurre como respuesta a una situación que la persona ve como abrumadora tal como aislamiento social, la muerte de un ser querido, trauma emocional, enfermedad física seria, envejecimiento, desempleo o problemas de plata, sentimientos de culpa o dependencia del alcohol u otra droga. Puede acompañar muchas perturbaciones emocionales, entre ellas la depresión, el desorden bipolar y la esquizofrenia. Más del 90% de todos los suicidios están relacionados con problemas psiquiátricos.
En los Estados Unidos, los suicidios representan el 1% de todas las muertes cada año. La tasa más alta está entre los ancianos, pero ha habido un incremento constante entre los adolescentes. El suicidio es ahora la tercera causa de muerte para estos últimos. En Antioquia hay una tasa a 30 de junio de 2006 de 2.57 suicidios por cada 100 mil habitantes. Por regiones la tasa más alta la tiene el Suroeste con 6.15 suicidios por cada 100 mil habitantes Intentarlo es igualmente grave El método de suicidio varía de algunos relativamente no violentos (como el envenenamiento o la sobredosis de drogas) a otros sí violentos (un disparo). Los hombres tienen más probabilidades de escoger un método violento, lo cual probablemente esté ligado a que los intentos de suicidio de los hombres cumplen su cometido en la mayoría de los casos. Los familiares de las personas que realizan intentos serios de suicidio, o de quienes los completan, con frecuencia se dejan ganar de la rabia y ven el hecho como comportamiento egoísta. Sin embargo, cuando una persona es suicida, a menudo equivocadamente cree que sus actos serán un favor para sus familiares y amigos al quitarles una carga de encima. Estas ideas irracionales guían sus acciones. Síntomas suicidas Pasada esta etapa, pueden llegar las llamadas señales críticas: Cambios repentinos de comportamiento, especialmente calma después de un período de ansiedad; regalar las pertenencias o intentos de poner sus cosas o asuntos en regla; amenazas o indirectas acerca de suicidarse; intentos directosde suicidio. Después de un intento de suicidio en el que no muere lapersona, la intervención psiquiátrica es uno de los aspectos de acción inmediata más importantes. La seriedad de la amenaza |
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El suicidio en Antioquia Según información suministrada por la Dirección Seccional de Salud a Vivir en El Poblado, en Antioquia, en 2006, se han reportado 230 casos de intento de suicidio y 148 suicidios. Aquí hay un Sistema de Vigilancia en Salud Pública delsuicidio e intento de suicidio. Este busca caracterizar la situación que rodea la aparición de estos eventos, para poder así contar con información oportuna, permanente y veraz, que permita construir o formular planes de intervención y atención y disminuir el número de muertes. Las estadísticas oficiales confirman 230 casos de intento de suicidio y 148 suicidios: en niños entre los 5 y los 14 años, 4 suicidios; entre 15 y 17 años, 12 suicidios; jóvenes de 18 a 25 años, 34 suicidios. Los grupos de mayor reporte son los comprendidos entre 25 y 44 años con 55 suicidios y las personas de más de 45 años, con 43 suicidios. Los 230 intentos de suicidio se distribuyen así:el grupo poblacional más afectado fue el de 18 y 25 años con el 37% de los casos, seguido de 15 a 44 con el 25% y 15 a 17 con el 23%. No se obtuvo información de la edad en 6% de los casos (14). El 62% de los casos ocurrieron en mujeres y el 38% en hombres. En total se cuenta con una tasa de intento de suicidio por 100 mil habitantes en el departamento de 4.19. La región con la tasa más alta es el Suroeste (24.37), seguido del Norte (11.2), Nordeste (6.7), Oriente (3.55), Occidente (3.35), Magdalena Medio (3.23), Bajo Cauca (1.82), Valle del Aburrá (1.74) y Urabá (0.65). |
Un mar de aplausos
Un mar de aplausos |
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”. Probablemente, los poemas del hirsuto Pascual Gaviria -antiguo colaborador de estas páginas- serán incluidos en esa colección, o la obra en marcha del anónimo Carlos Bermudo. Lo que sí es seguro es que uno de los volúmenes será “Un mar” (2006), la magnífica novela de Ignacio Piedrahíta Arroyave, un geólogo que, aunque natural del Parque de Bolívar y ahora huésped de la República Argentina, se hizo hombre en Patio Bonito, donde todavía los viajeros y turistas pueden encontrar la casa de sus mayores. Con alguna ingenuidad, lectores desprevenidos -o ni eso: apenas mirones de solapas- se han preguntado por la relación entre la vocación literaria y la ciencia de la tierra. Piedrahíta, sentencioso, ha dicho en una entrevista reciente: “La piedra ha servido de medio a las palabras tanto como el papel”. La salida es ingeniosa pero, igualmente, innecesaria: el hecho de escribir está ligado a todos los oficios y a ninguno, de modo que, si el novelista se interesa por las piedras, ello es un hecho tan natural como si reparara calzado, practicara un deporte extremo o se entregara a místicas flagelaciones en una discreta celda. Además, en “Un mar”, si bien la narración erudita sobre unos recónditos sustratos de caliza que habrán de convertirse en cemento llama la atención científica -sin descartar al asustadizo hijo de vecino, alérgico al conocimiento, que prefirió cerrar el libro-, lo que verdaderamente inquieta al lector es la historia de amor de una pareja adúltera que, convertida en sendas criaturas acuáticas -hay aletas de por medio que no son simples metáforas-, escapa entre una barrera de corales, algo sin precedentes en la literatura colombiana. Con su novela, el habitante de Patio Bonito fue finalista en el Premio a novela inédita del Ministerio de Cultura, el año pasado, y poco después ganó la V Convocatoria de premios a la creación de la Secretaría de Cultura Ciudadana de Medellín, en la modalidad novela. Por fortuna, los fallos no siempre son fallos, pues “Un mar”, valientemente, se olvida de exóticas mujeres pistoleras, intrigas urbanas que suplican ser llevadas al cine y cantaleta narrativa para proponer personajes cuya fina banalidad acaba por hacerlos interesantes, una recóndita historia mineral y una prosa que, aunque cuidada, nada tiene de empalagosa. Algunas de esas calidades se dejan ver en el pasaje que explica por qué esta pétrea novela lleva como título un emblema acuoso: “Arenas identifica fácilmente el cerro donde lleva a cabo su exploración […] Desde allí, la inmensidad parece estar en tierra firme, en los verdes que se prolongan más allá del cerro, como si éste fuera una gran ola de movimiento imperceptible”. Por desgracia, el lector común colombiano -con más talento para las telenovelas y el cine esnobista-, previsible en sus emociones, ha caminado de la mano de los editores hasta beber en las aguas sucias de la aventura dietética en edición de lujo. Bien dijo Hemingway que no es conveniente fiarse de editores; el de “Un mar”, por ejemplo, prefirió reservar los bombos y platillos de su orquesta para lanzar, en la última Feria del libro de Bogotá, la memoria sensacionalista de un buen hombre que, como escritor, no podría ser menos que improvisado: “Memoria de un secuestro” de Gilberto Echeverri Mejía (¡la bendita superstición del perfecto antioqueño!). Escaso será el alcance de esta página, condenada posiblemente a cobijar aguacates o a dormir hecha un tarugo entre zapatos por estrenar; ella, sin embargo, alguna justicia hará a quienes no solo se dedican a vivir en El Poblado sino a leer y escribir. Dejo como colofón el inquietante epígrafe de “Un mar”, excavado y extraído por Piedrahíta de la milenaria obra de Ovidio: “Conchas marinas han quedado por tierra lejos del océano, y se han encontrado viejas anclas en las cimas de los montes”. |
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Fajardo no hará la segunda calzada de la Avenida 34
Ahora que está próxima la entrega definitiva de la Avenida 34, que completa la conexión entre La Aguacatala y Las Palmas, la comunidad se pregunta si construirán la doble calzada en esta vía. Al respecto Mauricio Valencia, Secretario de Obras Públicas aseguró a Vivir en El Poblado que “esta Alcaldía siempre tuvo la disposición de hacer este proyecto. Incluso muchos de los predios que compramos durante la primera calzada incluyen el terreno reservado para la segunda. Pero debido a discusiones con la comunidad y de ajustes a los diseños, el proyecto se dilató y lo más seguro es que ya este Gobierno no haga la segunda calzada”. Las razones del Secretario Afirma Mauricio Valencia que “el proyecto de la Avenida 34, y más el proyecto de la doble calzada, mostró una actitud reacia por parte de la comunidad, por lo que implica la movilidad sobre los sectores que interviene. Eso demuestra la contradicción de las comunidades que por un lado solicitan vías y por el otro, intereses particulares de residentes, se oponen a estos proyectos”. Sin embargo, Valencia ratifica que la segunda calzada es vital para el desarrollo urbano y de movilidad de El Poblado. Asegura que así no la construya este Gobierno, la ciudad la necesita. Y los diseños en qué quedan En las reuniones que la Alcaldía hizo desde el año pasado recogió los planteamientos de la comunidad sobre la doble calzada de la 34 y estos requerimientos se acoplaron a los diseños contratados por la Empresa de Desarrollo Urbano, Edu; para los ajustes tuvo en cuenta cómo afectaba al Chispero, el sector céntrico de El Poblado y otras zonas residenciales. “En estos diseños aparecen consideraciones no solo en el tema de movilidad sino de espacio público, un proyecto vial integral que considera ciclorrutas, mejoramiento de espacios públicos peatonales, complementos recreativos y amoblamiento”, explica Mauricio Valencia. ¿Y que pasó con los recursos asignados? Gran parte de los recursos asignados a la segunda calzada se llevaron a otros proyectos en El Poblado, explica el secretario de Obras Públicas. Dieron prioridad a la primera calzada que se espera poner en operación entre septiembre y octubre, (hace 15 días había dicho que en la primera semana de septiembre) con la entrega del tramo 4 (de la Loma de Los Parra a la calle 7, en el barrio Provenza) y el tramo 6 (desde Vizcaya hasta Las Palmas); ydestinaron recursos a los tramos 1, 2 y 3 de la Avenida El Poblado; al proyecto de la doble calzada de Los Balsos incluyendo el intercambio sobre la Avenida El Poblado; y al proyecto de mejoramiento vial en La 10, que le dará continuidad a los 3 carriles y hará mejoramiento del espacio público. “Estas prioridades se definieron para anticiparnos a las necesidades de movilidad en El Poblado, mientras se ajustaba el proyecto de la doble calzada de la Avenida 34”, explica Mauricio Valencia. ‘‘No estamos pasando una papa caliente’’ Mauricio Valencia sostiene que no se le está chutando la valorización a la siguiente Alcaldía. “Cada Administración define el mecanismo de financiación que quiera acorde con sus prioridades. La decisión de valorizar la segunda calzada de La 34 dependerá entonces de la siguiente Alcaldía, de las necesidades a resolver en el tema de movilidad y espacio público, de cómo distribuya sus recursos, porque los diseños quedan ajustados y listos”, concluye. |
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Más motos para El Poblado
Causas de los accidentes de motociclistas |
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Según el Fondo de Prevención Vial una motocicleta es un vehículo de dos ruedas sin estabilidad propia, impulsado por un motor, cuya conducción requiere entrenamiento y atención especial, pues los riesgos de accidente son elevados y de graves consecuencias. El 84% de los motociclistas no reciben capacitación adecuada antes de lanzarse a la calle en su vehículo. | ||||||||||||||||||||||
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1. Podrán llevar un acompañante en su vehículo, el cual también deberá utilizar casco y elementos de seguridad. Deberán usar de acuerdo con lo estipulado para vehículos automotores, las luces direccionales. Cuando transiten por las vías de uso público deberán hacerlo con las luces delanteras y traseras encendidas. El conductor deberá portar siempre chaleco reflectivo identificado con el número de la placa del vehículo en que se transite. 2. Deben transitar por la derecha de las vías a distancia no mayor de un metro de la acera u orilla y nunca utilizar las vías exclusivas para servicio público colectivo. 3. Los conductores que transiten en grupo lo harán uno detrás de otro. 4. No deben transitar sobre las aceras, lugares destinados al tránsito de peatones y por aquellas vías en donde las autoridades competentes lo prohíban. Deben conducir en las vías públicas permitidas o, donde existan, en aquellas especialmente diseñadas para ello. |
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Cuando le roban en un centro comercial
Parqueaderos, zonas de comidas, locales de todo tipo, zonas recreativas y espacios comunes de centros comerciales, ninguno está exento de los amigos de lo ajeno. Pero ¿cuál es la responsabilidad de los locales y centros comerciales cuando nos roban allí?, ¿qué derechos tenemos como consumidores para reclamar?, ¿hasta dónde llega la obligación de estos establecimientos comerciales? Para responder a estos interrogantes Vivir en El Poblado consultó a la Asociación Antioqueña de Consumidores.
Los parqueaderos deben responder ante robos
Lo primero que hay que tener en cuenta es que según el artículo 11 del decreto 3466 de 1982, “todo establecimiento comercial está en la obligación de garantizar la calidad e idoneidad de los productos y servicios que ofrezcan”. Y dentro de estos servicios están los servicios de parqueadero y seguridad. “Consecuente con esta norma los centros comerciales y quienes se dediquen a brindar el servicio de parqueadero están en la obligación de responder civilmente por daños y perjuicios ocasionados a los bienes que se depositan bajo su custodia, aunque el servicio de parqueadero sea gratuito e incluso cuando no le den recibos de parqueo”, explica Anselmiro Bañol, Presidente de la Asociación Antioqueña de Consumidores. La responsabilidad civil incluye, sí señor, a los parqueaderos gratuitos de centros comerciales porque los consumidores están pagando por un paquete de servicio en la compra de los artículos y productos que allí adquiere, agrega Bañol.
Lo difícil es probarlo
El robo a un vehículo representa varios problemas. Lo primero son los daños causados al forzar el sistema de seguridad del carro; estos son fácilmente verificables, los cubre el seguro y los asume el responsable del parqueadero. Pero cuando los daños no son evidentes, si la empresa de seguridad o el centro comercial logran demostrar que por descuido y no seguir las indicaciones de seguridad básicas se permitió el robo la responsabilidad recae sobre el propietario, a menos que en el parqueadero utilicen la modalidad de entrega de llaves.
Lo otro son los bienes hurtados, que requiere un proceso probatorio, con testigos, facturas y otros procedimientos que adelante la Fiscalía. Lo más difícil es llegar a un acuerdo de los bienes y su cuantía. En muchos casos, como no se reconoce en su totalidad el pago de los bienes que se declaran robados y el proceso se dilata, el consumidor puede resolver “sus diferencias” mediante concertación con la otra parte implicada y esto es lo usual.
Los límites de la seguridad
Cuando se van a consumir productos de un establecimiento, la seguridad es un servicio que debe estar incluido. “Pero aquí se habla de la seguridad entendida como las medidas que garanticen que no se afectará la integridad física ni la salud de los consumidores”, explica Anselmiro Bañol. Así que el propietario de los establecimientos comerciales debe responder solo en caso de accidentes dentro del establecimiento cuando se incumplen estos requerimientos de prevención y seguridad. En el caso de robos realizados por terceros (particulares), el propietario no está en la obligación de responder debido a que el consumidor asume la custodia de sus bienes (así sea una zona de comidas de un centro comercial) porque en este caso la vigilancia es un servicio opcional que puede ofrecer el establecimiento.
El proceso a seguir cuando hay un robo
Después de un robo dentro de un centro comercial o negocio, lo primero que debe hacer el consumidor es acudir e informar a la administración del establecimiento. Dejar claro las causas y hechos sucedidos entre el consumidor, el propietario o responsable del establecimiento, el servicio de vigilancia y la policía preferiblemente. Luego, poner la respectiva denuncia para que la Fiscalía comience el proceso de investigación. “En el caso de que existan cámaras de seguridad dentro del parqueadero o del negocio, el consumidor tiene el derecho de acceder a este registro, con la debida autorización de la Fiscalía, ya que el establecimiento está en la obligación de proporcionar las pruebas que existan en la comisión del delito”, explica el presidente de la Asociación de Consumidores.
Ojo con los escaperos
El otro problema frecuente identificado por los centros comerciales, es el descuido de la gente con sus pertenencias y compras al momento de comer, de medirse ropa o de entrar al baño. En estos casos ni el centro comercial ni el local responden, pero sí hacen un acompañamiento al cliente tratando de buscar y capturar al ladrón. Sin embargo, los sofisticados métodos empleados por escaperos dificultan su captura. “Métodos como bolsos forrados en aluminio que no permiten leer los pines de la ropa, destornilladores especiales para sacar los pines y sellos de seguridad de los artículos, fuelles para abrir las carteras y hacer un doble fondo, fajas y hasta grupos familiares donde los padres distraen a la gente mientras los niños roban son algunos ejemplos de cómo operan estas bandas”, explica la administradora del Centro Comercial Oviedo.<
Sí harán obras de La Presidenta
“Lo que buscamos es que la gente se encuentre con una transición de lo urbano y vehicular hacia lo ambiental, por ejemplo, se tendrán unos juegos didácticos que no son los tradicionales como columpios sino laberintos con especies vivas y senderos de flora”, comenta González. Además habrá unos pasos a través de la quebrada con puentes.Como el parque va subiendo habrá terrazas para no modificar el terreno y una plazoleta. En qué va el proyecto En este momento el proyecto está en el proceso de adquisición de los lotes. El total de la inversión en compra de predios es cercano a los 7 mil millones de pesos; para la construcción hay 1.900 millones y para la interventoría hay 200 millones, para un total de 9 mil 100 millones de pesos. “Todos estos recursos están financiados. El Concejo aprobó una vigencia futura por 1.500 millones de pesos con las que pudimos completar la inversión. Esperamos iniciar el proceso de licitación en septiembre, pero el proyecto es una realidad que está rodando”, afirma Alejandro González. Una propuesta de conservación y urbanismo El proyecto del Parque Lineal tiene un diagnóstico de las especies de aves de la microcuenca. En total encontraron 109 especies. La familia con mayor número de especies fue la de los atrapamoscas (Tyrannidae), seguida de los fruteros (Thraupidae) y los semilleros (Fringilidae). La cobertura con una mayor diversidad es la de bosque intervenido con 56 especies; seguida por la de retiros de quebrada con 48; andenes y antejardines 42; pasto enmalezado 42; plantaciones forestales 37; parques 27 y rastrojo alto 21. Encontraron dos especies amenazadas -la guacharaca colombiana (Ortalis columbiana) y la perdiz colorada (Odontophorus hyperythrus)-, y la tángara (Tangara vitriolina) de rango restringido. |
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Torre Mayor se salvó de ser un elefante blanco
Después de un año y medio las obras no eran significativas para los copropietarios que ya habían invertido en la construcción. Preocupados por el futuro del proyecto, estos decidieron hacer una ofensiva en medios de comunicación. Pero la estrategia falló y la crisis se agudizó debido a que los posibles comparadores no se querían arriesgar en un proyecto con problemas financieros. Entonces los copropietarios, con el acompañamiento dela constructora, se reunieron para conformar un comité que permitiera reactivar el proyecto. Los copropietarios asumen el proyecto Desde 2003 la obra estaba parada, y entre enero y agosto de 2004 avanzó a paso de tortuga, por ello las primeras acciones que definió el comité de copropietarios fue verificar el estado de las cuentas. “Debido a que el proyecto no estaba respaldado financieramente, el comité acordó ingresar los dineros a una fiducia, administrada por el constructor, con la interventoría del mismo comité, quien decidiría la destinación de los recursos financieros”, explica Luis Eduardo Valencia, miembro del comité de copropietarios. Así empezaron a pagar cuentas atrasadas, negociaron con proveedores y con los propietarios. “Al asumir la distribución de los recursos se buscó generar confianza en los compradores, para que con los aportes permitieran un flujo de caja y que el proyecto avanzara”, comenta Gilma Rojas Duque, encargada del manejo de los recursos financieros. Se realizó un avance de los apartamentos, dando brincos entre pisos acorde con los aportes de cada uno de los propietarios. Hasta que en mayo de este año el proyecto amenazó con detenerse de nuevo y los copropietarios tuvieron que aportar 400 millones de pesos más para garantizar la terminación satisfactoria del edificio. La entrega Finalmente, el edificio de 101 apartamentos terminó siendo un ejemplo de cómo la unión y concertación de una comunidad de propietarios puede encontrar soluciones viables para los problemas en los proyectos deconstrucción. El 2 de agosto el comité de copropietarios finalizó labores como representante y administrador del proyecto Torre Mayor. Durante su gestión logró entregar apartamentos a 90 propietarios y zonas comunes. Para los 11 apartamentos pendientes será el Consejo de Administración quien busque soluciones con los constructores para agilizar la entrega definitiva del edificio. Por su parte la constructora Torre Mayor afirmó a Vivir en El Poblado que “está en proceso de legalización y entrega de la totalidad del edificio ante Planeación”. |
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JMC, ¿sardino de 21 o anciano de 80? (Parte 2 de 2)
JMC, ¿sardino de 21 o anciano de 80? (Parte 2 de 2) |
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¿Almorzar en el aeropuerto? Si usted está presto a subir 32 escalones, arriba lo esperan dos maravillosos restaurantes de comida rápida. ¿Y no hay más? No, ¡no hay más! Si usted quiere una buena carne, una pasta o una sopa… o si va con ancianos, o con un niño en coche, o es minusválido, deberá contentarse con los pastelitos del piso principal. Y comerlos de pie, o en una de las escasas sillas de madera. Porque mesa no va a encontrar.
¿Comer algo luego de pasar los controles de seguridad? Ya en la sala de espera no hay posibilidad de comer ni beber nada. De acuerdo, las aerolíneas a veces regalan un dudoso café, y pare de contar. ¿Alguien conoce otro aeropuerto de su tamaño con semejante carencia? ¿Locales comerciales? ¿Quién habrá diseñado locales con 2 metros de profundidad (mídanlas si no creen), donde aún las insignes pastelerías trabajan hacinadas? ¿Cuál tienda importante o de cierto prestigio -por ejemplo un buen duty-free- aceptaría funcionar en tales condiciones? ¿Comprar un regalo? Además de las pastelerías, que son afortunada excepción (¡hay 6!), tiene usted a su disposición varias tiendas repletas de baratijas. Ropa exterior china, panties chinos, gorras chinas, carritos y avioncitos de juguete chinos, y un montón de artesanías de sospechosa calidad. ¡Ah!, y en licores, lo que quiera, siempre y cuando sea aguardiente o ron de la región. ¿Y un perfume o un reloj o un vino de calidad internacional? No. Ninguno. ¿Nadie cayó en la cuenta de que un aeropuerto de buen nivel necesitaba tiendas de buen nivel? Como un servicio para los usuarios –por algo todos los demás aeropuertos las tienen- y como una elemental fuente de ingresos para la Aerocivil. ¿Baños? Cierto, funcionan. ¿Pero ven cómo queda una superficie de fórmica barata –la de los lavamanos- luego de 21 años de uso intensivo? ¿Cuándo las cambiarán? ¿Y qué tal el jabón, que casi nunca hay? ¿Y los secadores, que a veces funcionan? Y mientras tanto, al Dorado en Bogotá lo reforman y contrarreforman, y actualizan el de Cali. Y ni hablar de países vecinos. Casi todos los aeropuertos han sido remodelados recientemente y sí parecen tener en cuenta al pasajero. Señoras y señores, si no tenemos puerto marítimo, si no tenemos carreteras de primer nivel hacia los puertos o la capital, si queremos atraer más inversionistas, más compradores, que seguramente llegarán y saldrán por avión, entonces al menos, algún día, por favor, tengamos un aeropuerto de primera calidad. Es urgente hacer algo por este pobre terminal si queremos “mantener la caña” de que Medellín pronto será una ciudad de primer nivel internacional. ¡Por el respeto! Como decía la que no respetaron. |
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Una visita guiada
El Museo de Antioquia, con una tradición centenaria, ha sido desde siempre orgullo de todos. Sus salones han sido protagonistas de una evolución vertiginosa. El Museo, patrimonio del departamento, guarda el pensamiento y los sueños de cientos de hombres y mujeres que en sus realizaciones nos presentan las más diversas formas de ver. Y es precisamente en esa diversidad donde radica la grandeza de un museo, no propiamente en el número de obras almacenadas. El de Antioquia es ejemplo por la búsqueda de proyectarse en todo el departamento como eje de la cultura y como compilador del quehacer de los creadores de la región. Desde antes de que el Museo se trasladara a su actual ubicación en Carabobo, Vivir en El Poblado dedicó muchísimas páginas a divulgar sus eventos y a invitar a los vecinos de El Poblado para que visitaran sus instalaciones. Cuando el nuevo Plan de Ordenamiento cifró en el Museo un punto focal del desarrollo del Centro nos alegramos profundamente. Esto tiene una cabal significación para la ciudad pues quiere decir, palabras más, palabras menos, que la nueva Medellín, la que estamos construyendo para los próximos siglos tiene en la cultura su eje. Hace 6 años iniciamos un ambicioso proyecto: traer el museo a los lectores del periódico. Quincena a quincena hemos narrado, de manera no lineal, esa historia custodiada por el Museo. Iniciamos la serie con todas las esculturas monumentales de la Plaza Botero, y luego, al finalizar esa primera etapa, entramos al edificio. Horizontes, esa hermosa semblanza del sentimiento de Antioquia da la bienvenida a la serie. Francisco Antonio Cano, maestro de maestros, nos saluda y continuamos con la hermosa obra de Martín Rodríguez, el propio edificio del Museo, la primera obra de arte con la que el espectador se topa al visitarlo. En esta edición alcanzamos el significativo número 100. Apenas un leve aperitivo de este suculento plato que es el Museo de Antioquia. Queremos compartir con los lectores de Vivir en El Poblado esta celebración, invitándolos a descargar a su computador un libro electrónico con toda la serie. Agradecemos la inmensa generosidad de Carlos Arturo Fernández, quien con sus comentarios da luces, de manera amable y sencilla, sobre esta visita guiada que queremos hacer cada quince días. Igualmente agradecer al Museo, que siempre ha estado dispuesto a compartir con los lectores de Vivir en El Poblado su enorme patrimonio. |
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Foto de la Semana
Foto de la Semana
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La ruta del placer
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Salir a comer siempre es una invitación placentera. Antójese con esta breve guía de sugerencias. Advertencia: Las cartas de los restaurantes están actualizadas, pero debe confirmarse con el mismo para asegurase de que su oferta se encuentre vigente. |
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Centro comercial puerta del norte
JUEVES 14 A MIÉRCOLES 20 | |||||||
PELICULA | IDIOMA | Jueves 14 Domingo 17 |
Lunes 18, Martes 19 y Miércoles 20 |
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UN GRAN DINOSAURIO 3D | Dob | 11:40 | 2:00 | 4:30 | 6:50 | 9:10 | |
¿USTED NO SABE QUIÉN SOY YO ? | Esp | 2:30 | 7:10 | ||||
PUNTO DE QUIEBRE 3D | Dob | 4:40 | 9:20 | ||||
ALVÍN Y LAS ARDILLAS 2D | Dob | 11:30 | |||||
UNO AL AÑO NO HACE DAÑO 2 | Esp | 2:40 | 5:00 | ||||
BUS 657 | Dob | 7:20 | 9:30 | ||||
ALVÍN Y LAS ARDILLAS 2D | Dob | 12:30 | |||||
GUERRA DE PAPAS | Dob | 1:55 | 4:20 | 6:40 | |||
¿USTED NO SABE QUIÉN SOY YO ? | Esp | 8:50 | |||||
UN GRAN DINOSAURIO 2D | Dob | 11:30 |
Retrato de Mujer
Como homenaje a la maestra Débora Arango, Suramericana de Seguros hará la exposición “Retrato de Mujer, de la Colonia a Débora Arango”, entre el 10 de agosto y el 29 de septiembre. La muestra está conformada por una selección de pinturas, dibujos y esculturas de diversos artistas desde la Colonia hasta la época de Débora Arango, y será complementada con una investigación sobre el tema. La muestra contará con obras de algunas colecciones empresariales, familiares, museos y casas de la cultura municipales, entre otras. ‘‘Podemos afirmar que, si se exceptúan las imágenes de culto ylos retratos de damas notables en la religión, las mujeres escasean notablemente en nuestro patrimonio pictórico colonial. La imagen de la mujer en el arte decimonónico en Antioquia, corresponde a un modelo social de orden, austeridad, principios cristianos y valores familiares. Una clase compuesta por mineros, comerciantes, agricultores ricos, abogados, recurren a los servicios del artista para hacerse retratar, o para retratar a sus mujeres, consecuencia de la prosperidad recientemente conquistada. Es así como esposas, hijas, prometidas, pasan a posar en el taller del artista o en su casa de habitación’’. |
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Jorge Aristizábal
Jorge Aristizábal
Sus estudios en artes plásticas, en Estados Unidos Francia e Italia, complementados con los que hizo en Londres, le han valido a Jorge Julián Aristizábal Vélez un gran afianzamiento en su oficio,del que es por naturaleza conocedor.
Sus estudios en artes plásticas, en Estados Unidos Francia e Italia, complementados con los que hizo en Londres, le han valido a Jorge Julián Aristizábal Vélez un gran afianzamiento en su oficio,del que es por naturaleza conocedor. Por antonomasia maestro en pintura, Jorge Julián, a quien Carlos Tobón le hizo este retrato en 2002, actualmente reside en Nueva York. Sin embargo, sus vínculos personales y profesionales se mantienen atentos a los de siempre, los de esta ciudad que son fuente de inspiración.
Maestre: rap íntimo y social
Maestre: rap íntimo y social
Más vale arrepentirse de lo hecho que lamentarse por haber dejado de ser, es la premisa de “Todo a su debido tiempo”, el primer disco de este joven rapero de El Poblado
Diego Andrés Mesa: Maestre
El bicho del rap lo picó cuando escuchó grupos locales como La Etnia y Gotas de Rap. Entonces se dio cuenta de que este género musical podía tener identidad a la colombiana. Como su pasatiempo era escribir, empezó a componer letras, basadas en experiencias cotidianas. De ahí en adelante las rimas lo contagiaron y los versos se le volvieron una epidemia incurable. Así fue como a Diego Andrés Mesa le subió la fiebre del hip-hop. Tomó un nombre artístico: Maestre, que significa líder, porque desde entonces quiso dirigir su vida por el camino de la música.
Todo a su debido tiempo
Después de 9 meses de trabajo, Maestre realizó su primer disco “Todo a su debido tiempo”, producido por Gato Records de Jontre, un veterano rapero de la vieja escuela. “Yo conocí a Jontre por su trabajo de R&B (Rhythm and Blues). No podía creer que alguien en esta ciudad tocara este ritmo melódico, muy famoso en la USA pero muy arriesgado aquí y mucho más con fusiones latinas”. Maestre quedó tan impresionado que no dudó en invitarlo a trabajar y esa unión se cristalizó en el disco. “Lo que aprendí de Jontre fue la disciplina que requiere la música. Entendí que el rap no es solo rapidez mental e improvisación. Jontre fue un profesor sobre las claves del sonido, la necesidad de limpiar las letras, y encontrar profundidad en la sencillez”. El trabajo se fue enriqueciendo con la participación de músicos invitados que le dan al disco diversidad en géneros como el rock, el R&B, electrónica, funk, pop, fusiones latinas, entre otros.
Realidad + emociones = Inspiración
Su motivación para hacer rap son las emociones que provoca la realidad. “Inventar, crear, es ante todo expresar la realidad de una manera personal; uno no puede forzar la creatividad, porque la fuerza de la música es sentir”, explica. Dentro de su primer trabajo hay temas que le cantan a las calles de Medellín, a sus problemas de amor, a los amigos perdidos, a las frustraciones diarias, a las ilusiones que redimen y condenan, a las secretos y mentiras que alimentan y envenenan y a ese infierno paradisíaco que llega a ser esta ciudad.
El rap y el estigma social
Maestre piensa que el rap en Medellín está muy estigmatizado incluso por los mismos músicos. Genera discordia con seguidores de rock pesado, de metal y punk. Pero considera que por encima de estas fricciones, el rap cada vez va seduciendo más oídos por su carácter social. “El rapero celebra la vida a pesar del dolor, es muy sensible y respeta ante todo la idea de comunidad, la hermandad”.
Un rap íntimo y social
Más allá de la lírica reaccionaria y panfletaria que el rap acostumbra, la propuesta de Maestre se orienta hacia las letras intimistas. Cada canción expresa una mirada desde el otro lado de la ciudad, donde la pobreza no vive pero se exhibe y donde los gritos de la violencia son un lejano rumor que a veces estalla en la cara. Con esa franqueza su música evade la pornomiseria y propone mensajes directos con un ritmo cadencioso. Maestre canta al ritmo del corazón. “No importa lo que se cante con tal de que exprese con la honestidad, lo vivido, lo real. Yo no puedo escribir sobre el hambre o la pobreza porque yo no he vivido eso, pero sí hablo de cómo esa situación me confronta, despierta mi hermandad, porque el rapero es un soldado de la calle”, comenta Maestre.
Qué significa cantar rap
Para Maestre lo más difícil de rapear en español es la acentuación, modular la voz, manejar la respiración y controlar la euforia, para que la voz sea otro instrumento. Como buen paisa su principal problema es el manejo del siseo, la D en las terminaciones de las palabras. “Sí o no pelao”. Como en cada canción de rap se cuenta una historia o una gran poesía, requiere mucha concentración y memoria. Además, trata de leer poesía para despejar la cabeza y poner a volar las ideas. “No me gustan las poesías muy metafóricas que hablan de centellas lunares o cosas parecidas, prefiero la poesía realista, existencial, urbana”, comenta.
Perspectiva
A futuro Maestre quiere hacer rap colombiano. “Yo sé que es muy difícil construir una cultura del rap, pero esa es la lucha, con letras que reflejen las facetas y vivencias propias”. Agrega que este ideal se va volviendo de carne y hueso cuando descubre un músico con un talento brutal cantando en comunas pobres, en calles y parques, en buses urbanos, en lugares donde el silencio clama por música y el dolor necesita una canción. Para lograr este cometido, Maestre utiliza sus conocimientos de comunicador gráfico y sus pálpitos de artista en su página web donde promueve otros talentos del rap local. Y lo seguirá haciendo a pesar de las duras y las maduras, porque como dice en su disco “Más vale arrepentirse de lo hecho que lamentarse por haber dejado de ser”… porque todo llega a su debido tiempo.
Informa se lució
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A las amantes del dulce,la glotonería y el placer, adiós al tiramizú
A las amantes del dulce,la glotonería y el placer, adiós al tiramizú
Niñas, a comer dulce. Arriba las bastantonas, Doña Lucrecia
Siempre he dicho que nada más sexi que una mujer untada de chantilly o chorreada de chocolate; placeres heredados de las orgías romanas con sangre de uro, miel y chuletas de buey. Sexo y cocina juntos: según dicen, los lampiños de hoy se untan de Red Bull y bombombum en sus fiestas de trance, pobres de ropa, entreverados hasta el medio día de mañana… ahí está la Virgen. La rabia que me da, es doble, ya que no sé si será por el desmadre que se ve cuando se está por encima de los 40 ó por la legítima envidia de no estar ahí. De todas formas, una buena manera de perpetuarse en el placer es dedicarse a comer bien y nada mejor que los postres. La pastelería es el recreo del paladar, es la fiesta del sabor, es el clímax que siempre llega al final, como el premio. Pero una cosa es lo que el común de los mortales ve, y otra muy distinta es lo que pasa detrás de la puerta de la cocina, en donde la pastelería es una ciencia perfecta, exacta y profunda, nada pero nada fácil, llena de secretos, medidas en gramos, onzas, litros, tazas y demás que no se pueden violar. Un arte de locos madrugadores, un verdadero camello que poco deja de recompensa por los desvelos, pero un oficio con futuro al que cada día se dedica más gente. Por eso a todas las amantes del dulce y a Vero, a Pepita, a la señorita Rapala, a Marce, a Catalina, a Natalia y por supuesto a mi mujer, que quiere más al chocolate que al marido, les regalo algunos secreticos de los escritos de Albert Adriá, hermanito de Ferrán y pastelero del Bulli, como quien dice, mujer, no llores, quien afirma: “Un cocinero de postres debe saber comer para decidir qué armonías, y qué combinaciones visuales, táctiles y gustativas, serán las más acertadas, confiando en su sensibilidad.”
Las combinaciones son listas de productos que armonizan entre sí. Mezclas a la fija. Ingredientes que casan a la perfección. Sin embargo, al momento de crear, falta lo más importante, la receta, las técnicas, la elaboración más adecuada, el equilibrio y la armonía del plato. Falta lo que se llama, la mano del cocinero.
Para las amantes del dulce, unas combinaciones exóticas y claves del laboratorio de investigaciones culinarias de El Bulli; o sea que a investigar, a comer y a darnos gusto a los abnegados hombres: Coco, chocolate, banano y curry. Melocotón, menta, yogur y dátiles. Vainilla, vinagre, cerezas. Almendras, limón, fresas y ajonjolí. Lichy, cilantro y mandarina (a mi me va a dar algo). Maracuyá fruta de la pasión, pistacho, naranja y frambuesa. Melón, menta, oporto y grosellas. Maní, naranja, queso y miel. Manzana, azafrán, miel y chocolate. Mango, limón, jengibre y coco.
Para experimentar lo más interesante sería partir de la misma combinación para hacer diferentes postres. La finalidad es comprobar que con cuatro ingredientes se pueden lograr infinitas versiones de combinaciones, texturas, colores, aromas y sabores, a ver si por favor algún día pasamos del tiramizú, que ya es más paisa que el uso de andar parado. Invito a promover una campaña para prohibir el tiramizú, casi siempre maluco y mal hecho, que sirven en todos los restaurantes de Medellín. ¿No dicen pues que está de moda la gastronomía? A ver si cambiamos pues lo más gracioso es que hace años ni se conocía este invasor italiano, detestable.
Niñas, a comer dulce. Arriba las bastantonas, Doña Lucrecia.
¿Dónde será la próxima frijolada del maestro Botero?
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La Plaza de la Luz o el urinario más grande del Universo
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Con la habitual resistencia al cambio
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El Municipio profundiza investigaciones sobre licencias de construcción
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Avenida 34 en la primera semana de septiembre
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Fauna de El Poblado: amenazada y exterminada
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La meta: abril de 2007
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Infiltrados, secreto a voces
Confiar en alguien para que después resulte con un chorro de babas como esta no es para menos. Pero a todas estas, alguien se ha preguntado si alguna vez a algún aspirante a cargo público le han preguntado abiertamente, bajo la gravedad del juramento, si hace parte de grupos alzados en armas, si es terrorista, o si planea atentar contra la sociedad que lo está contratando. No, eso no se estila y no por algo muy propio de nuestra cultura: confiamos en la palabra del otro y preguntar cosas así serían contrarias a la Constitución, sería tanto como pedir una prueba de embarazo. Por esa misma discreción nuestra, nadie le pidió el título de abogado al nuevo Contralor, Julio César Turbay, para ejercer como tal durante 20 años, o por lo menos, para ocupar cargos que suponen este título, no el conocimiento de las artimañas para ejercer como tal. Nunca o por lo menos que se sepa, a nadie se le ha preguntado si cuando va trabajar para el Estado planea pedir sobornos. Por eso, por ejemplo, en la oficina de Megaproyectos del Departamento, ni el director ni el señor Villegas sabían que unos millones en un contrato podían ser interpretados como un soborno por el contratista o ser mal vistos por algunos mojigatos que se enteraran del negocio. Por eso lo de Freddy sorprende. Pero la verdad, no debería causarnos tanto asombro que esta gente tenga infiltrados en la Universidad y en las entidades del Estado. Lo que preocupa no es tanto la información que pudo haber sacado en estos tres meses que estuvo al servicio de los consumidores en las Epm, allá aseguran que todo Medellín tiene acceso a la misma información que los miembros de la Junta, y así será. A nosotros lo que nos asusta es la cantidad de Freddys que debe haber por ahí, en bancos, corporaciones, entidades autónomas, Congreso de la República, en todas partes. Si bien es cierto que los guerrilleros que custodian a los secuestrados producen miedo, es casi como tenerle miedo al “coco” frente al terror que pueden sembrar estos otros jojoyes viviendo como ciudadanos de bien, dando clases en la universidad, madrugando como todos y soportando los calores y tacos de Medellín. Por eso, pedir el polígrafo para separar las aguas, es tan inocente y tan ingenuo como exigirle a los guerrilleros que se dejen crecer la barba para distinguirlos. No hay pruebas de sangre que se puedan aplicar a los “malos” y aunque aún se oiga eso de que los buenos somos más, los malos tienen información, armas y objetivos, y usan las primeras para lograr lo segundo. Así pues, que el blindaje de la sociedad frente a la infiltración de las Farc, es tan endeble como el blindaje contra la mafia o el paramilitarismo o la corrupción. El blindaje solo puede ser individual, o colectivo teniendo todos un mismo objetivo, porque la paranoia Macartista que producen medidas como la propuesta por Jorge Vélez, solo conduce a cacerías de brujas inútiles, de las que ya hemos vivido mil veces y de las que tendríamos que esperar 20 años para esperar que una nueva Virginia Vallejo amante de algún Freddy nos cuente una nueva verdad en 2025. |
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Obras del Museo Ed.284/Bandeja paisa (homenaje)
Bandeja paisa (homenaje) es una obra de Juan Camilo Uribe, realizada en 1992, de 68.5 por 100.5 centímetros, que donó al Museo de Antioquia en 2002, en un acto que simbolizó el compromiso de los artistas de vanguardia con esta idea cultural.
La obra es un collage, lo que significa que se realiza pegando sobre la superficie diversos materiales. Sobre una bandeja de plata, el artista fijó una lámina con una imagen del Niño Jesús dormido y luego la rodeó con aureolas de otras estampas de angelitos y del mismo Niño en un formato menor, sobre un fondo oscuro; también los ángulos superiores del cuadro alojan láminas pegadas. En todos los casos, se trata de ilustraciones de circulación general y muy corrientes dentro de los ámbitos de la cultura popular; es decir, aquí las referencias no están limitadas al terreno especializado del mundo del arte sino que pueden ser captadas por todas la personas que, al menos en el ámbito regional, han conocido estas mismas imágenes por medio de estampas devotas o por un uso folclórico generalizado. El artista las recorta cuidadosamente, saca las figuras del medio en el cual se presentan en aquellas estampas y, gracias a la repetición y a la estructura, crea un contexto nuevo. Por otra parte, todas las láminas han sido intervenidas con lápices de colores y toques en tinta.
Esta Bandeja paisa está llena de humor y de simpatía; por supuesto, puede evocar recuerdos de infancia, casi siempre gratos, pero además lo hace con un gesto abiertamente chistoso y desacralizado que propicia una adhesión espontánea de quien observa. Por lo demás, el conjunto es muy agradable, gracias al orden de la estructura de formas y de colores, con un valor decorativo que nos atrapa y nos obliga a detenernos en su contemplación. Pero, al mismo tiempo, nos cuestiona por su sentido.
Durante siglos, el arte asumió una posición fundamentalmente filosófica y teológica, centrado en la representación de lo divino para buscar la manifestación de una verdad de valor universal. La Bandeja paisa de Juan Camilo Uribe se mueve en una dirección diferente, no como referencia exclusiva a la religión sino, más bien, al juego de sentidos que el arte puede descubrir en todas las manifestaciones de la cultura. Por eso, tras el humor, esta Bandeja paisa –¿que es un “homenaje” a qué?– encierra preguntas acerca del arte, de su historia y de su valor, de las tradiciones, y también, ¿por qué no?, acerca del sentido de la religiosidad popular.
El pueblo y el guayacán
En el Museo presentan así la exposición: ‘‘Ethel Gilmour nos cuenta un cuento para celebrar la alegría de la vida y la belleza del mundo. En esta obra vemos fragmentos rebosantes de ternura sobre la vida apacible de un pueblo, cuyo centro es un guayacán florecido. Ethel, diminuta entre la lluvia de flores amarillas, mira la majestuosidad del árbol. Ella nos cuenta que los viejitos del pueblo se sientan a mirar el guayacán al final del día’’.
Sí, una serie de obras recientes relativas a la posible vida idílica de un pueblo colombiano, en el que es posible sentarse a la sombra de un guayacán amarillo florecido y apreciar (disfrutar) del mundo que nos rodea. Y sí, también, el cuestionamiento implícito a las razones que hacen imposible que en un pueblo colombiano, aunque florezcan los guayacanes, se pueda llevar esa vida de contemplación y deleite.
La obra de Ethel Gilmour siempre ha invitado a este tipo de reflexiones desde su creación artística llena de la exuberancia de color y vida del trópico. Ella, natural de lo que algunos llaman el sur profundo de Estados Unidos, que vino a Colombia enamorada de un colombiano, es una de las personas que con fuerza ha cuestionado, desde la plástica, el mundo contemporáneo según se ve desde estas montañas. Es la misma artista que en la puerta de su estudio recibe con estas palabras: “Una crítica de arte es la persona que sale al campo de batalla después de que la batalla ha terminado y dispara a los heridos”.
Informes en el 251 3636.
Obras del Museo Ed.248/La Anunciación
La Anunciación, de Carlos Correa es, tal vez, la obra que mayores polémicas ha desatado en toda la historia del arte colombiano, defendida por unos pocos mientras la mayoría la rechazaba como antiestética, inmoral e inclusive sacrílega: un “abominable pedazo de lienzo, bestial e irreverente”, según escribieron algunos.
El pintor, alumno de Pedro Nel Gómez, envió este cuadro, un óleo sobre lienzo de 149 por 149 centímetros, realizado en 1941, al II Salón Anual de Artistas Colombianos de ese año y fue reglamentariamente admitido por el jurado competente, para ser luego retirado por orden directa del Ministro de Educación. Al año siguiente Correa lo presentó de nuevo al III Salón, esta vez con el título de Desnudo y en esta oportunidad la situación fue todavía más grave. La obra no sólo fue admitida y expuesta sino que recibió el Primer Premio del Salón en el área de Pintura; la reacción no se hizo esperar y el nuevo Ministro de Educación anuló la decisión del jurado y ordenó, otra vez, la exclusión de la obra. Eran los primeros resultados de un debate que adquirió proporciones de problema de estado, con el gobierno liberal acorralado por el poder de la curia de Bogotá y de la prensa conservadora, sin el apoyo de los intelectuales y críticos liberales.
Hoy, sesenta años más tarde, La Anunciación de Carlos Correa es una joya preciada dentro de la colección del Museo, donde testimonia una de las etapas más vitales dentro de nuestra historia artística. El debate que produjo no puede ser ignorado, pero quizá lo más importante que nos sigue enseñando La Anunciación de Carlos Correa no se limita a esos aspectos, más o menos anecdóticos, sino que viene a demostrar que la obra de arte implica la creación de valores que conservan su validez en el tiempo, porque siguen haciendo vibrar el espíritu de quienes la observan y, sobre todo, de quienes están dispuestos a comprender su sentido poético.
Muy lejos de una ofensa sacrílega, la obra de Correa anuncia la inminencia de la vida en la figura de la mujer encinta, elemental y desnuda, pura en su simplicidad, sin adornos de ninguna clase. Y reivindica su condición sagrada, casi como si la mujer desnuda fuese un altar en honor de la Virgen María y no un sacrilegio. Así, La Anunciación permanece como obra de arte y sigue abierta para cualquiera que se acerque a ella con respeto, sin prejuicios que impongan lecturas amañadas.
Obras del Museo Ed.247/Barequera áurea
Dentro de la colección del Museo de Antioquia, la Barequera Áurea de Pedro Nel Gómez documenta un momento crítico dentro de la historia del arte regional pero, al mismo tiempo, un proceso fundamental en la obra del artista.
Se trata de una gran pintura al óleo, de 219 por 166 centímetros, con la cual Pedro Nel gana en 1949 el primer premio en una exposición nacional de artistas, organizada por la Sociedad de Amigos del Arte y patrocinada por Tejicondor.
La pintura de los frescos de Gómez en los años treinta para el Salón del Concejo y el despacho del Alcalde, en el entonces Palacio Municipal –hoy sede del Museo–, estuvo rodeada de intensas discusiones estéticas y políticas. Al contrario, después de 1945 se asiste a una especie de letargo y se elimina la perspectiva política, por lo menos en el sentido antes predominante. Pero, quizá, fue la oportunidad de desarrollar otra fase poética y simbólica, al menos en la obra de Pedro Nel.
Las barequeras, es decir, las mujeres que extraen de los ríos el oro de aluvión, llegaron a convertirse en la imagen característica de toda la obra de Pedro Nel; e incluso se entiende muchas veces, quizá no justamente, que la obsesión por ella descubre las debilidades estéticas de un artista dedicado a repetirse a sí mismo.
Sin embargo, la Barequera Áurea revela que alrededor del trabajo de las minas Pedro Nel Gómez desarrolla un auténtico proceso poético. Aunque el artista dirá muchas veces que la experiencia de los mineros lo acompañó desde la cuna, hace falta esperar hasta los frescos del Palacio Municipal para que se convierta en tema efectivo de su pintura. Y en ese momento, como ya se dijo, predomina en Pedro Nel una visión política: lo que le interesa es discutir la injusticia que se ejerce sobre los mineros y las consecuencias sociales que de ello se desprenden.
En comparación con esas escenas, la Barequera Áurea aparece como una composición independiente que, por tanto, pretende expresar un significado autónomo, aunque sin desconocer el punto de vista político original. La repetición de la imagen de la barequera busca constituirla como realidad simbólica: ya no es sólo la mujer que sufre en la mina sino, ante todo, la proclamación como mito de la relación de amor y lucha con la tierra, el trabajo y la violencia, la fuerza de la vida. Y, por eso, es la mujer que surge como manifestación misma de toda la condición humana.
Obras del Museo Ed.246/Constructivismo
En la primera mitad del siglo XX, el arte antioqueño permaneció muy encerrado en sus fronteras, quizá convencido de que con los grandes pintores de los años treinta y cuarenta había logrado su plena madurez. Sin embargo, la colección del Museo de Antioquia permite descubrir que ya en los cincuenta se presenta el esfuerzo consciente de establecer vínculos con otras posibilidades estéticas los cuales, al mismo tiempo, permiten descubrir los límites de la situación anterior.
Constructivismo, una pintura al óleo sobre madera, de 101 por 69 centímetros, realizada por el uruguayo Julio Alpuy en 1958 y adquirida por el Museo en ese mismo año, es un buen testimonio de esa preocupación.
La pintura de Alpuy debió aparecer como sumamente “moderna” en el contexto de la ciudad, incluso mucho más moderna que lo pretendido por el mismo artista. Este tipo de trabajo es resultado de una apasionada actividad educativa desarrollada en el sur del continente por Joaquín Torres García, también él de origen uruguayo, uno de cuyos mejores discípulos fue, precisamente, Julio Alpuy.
Constructivismo sigue en lo esencial la enseñanza de Torres García, inclusive desde la misma elección del tema de la pintura, que Alpuy plantea como una mirada sobre el paisaje de la ciudad: con un poco de atención es posible descubrir que tras el rigor de las formas geométricas se revelan calles y edificios, pero también montañas, el mar y el cielo, los barcos y las personas.
Entonces, se nos manifiesta con toda claridad que el artista no pretende escondernos la realidad, ni mucho menos hacer que la olvidemos para dedicarnos a un ritmo abstracto de geometría y color. Por el contrario, Julio Alpuy intenta que descubramos una nueva dimensión del mundo. La realidad que vivimos como seres humanos no puede ser definida únicamente por los conceptos geométricos de largo, ancho y profundo, y ni siquiera cuando, como Alpuy sabe hacer muy bien, se agrega el valor del tiempo. Es verdad que las implicaciones de la racionalidad nos acompañan siempre, como en este paisaje geométrico. Pero todavía más en el fondo, Alpuy nos revela la presencia de la poesía y de la sensibilidad, que no imponen una definición precisa y conceptual, sino que nos abren al universo infinito de los significados y a la reivindicación de los valores de la concreta existencia humana.
Obras del Museo Ed.245/Busto de mujer
El Busto de mujer, obra de Rodrigo Arenas Betancourt, es una talla en piedra, de 53 centímetros de altura por 36 de ancho y 26 de profundidad, que permite aproximarse a las características propias de la escultura, lo mismo que a las formas originales de los primeros trabajos de su autor.
En efecto, el Busto de mujer fue una de las primeras obras realizadas por Arenas Betancourt, quien la presentó en el Segundo Salón de Artistas Nacionales en 1941, cuando sólo contaba 22 años de edad; por tanto, es muy anterior a todos los monumentos que el escultor realizó en su madurez, y que son mucho más conocidos.
Una escultura como ésta es el resultado de la talla directa de un bloque de piedra, que se enfrenta con cinceles y martillos para eliminar progresivamente las capas exteriores del material, hasta llegar a una forma y a una superficie final, más o menos pulida según los intereses del artista. Miguel Ángel, quizá el mayor escultor de toda la historia del arte, decía que se trataba de quitar lo sobrante para que pudiera salir afuera la imagen que, de alguna manera, ya vivía dentro de la piedra.
Aunque ello no puede afirmarse de manera general, en una tal concepción de la escultura es muy frecuente que predomine el sentido del volumen y la sensación de bloque. En esa dirección, el Busto de mujer, por ejemplo, presenta un cierto carácter estático, que Arenas Betancourt abandona totalmente en los grandes monumentos posteriores, que ya no fueron realizados por la talla directa en piedra sino por el sistema de construir modelos en arcilla o yeso, luego vaciados en bronce, lo que posibilita las complejidades (y complicaciones) a veces extremas de estas obras.
El Busto de mujer, por el contrario, se caracteriza por una intensa sencillez, dentro de la cual el estatismo se convierte en virtud. La mujer simplemente está allí, frente a nosotros; no hace nada, no intenta convencernos de nada, no relata ninguna anécdota. Se nos impone por su presencia. Sólo existe como obra de arte, es decir, se nos presenta como una realidad que conocemos a través de los medios sensibles.
Pero se trata de una sencillez eficaz porque no nos deja impasibles ni desatentos. En efecto, la obra crea un ámbito solemne y arcaico, como si nos obligara a entrar en un universo mítico elemental en el cual, sin ninguna retórica, descubrimos los valores esenciales del mundo primitivo al cual todos pertenecemos.
Obras del Museo Ed.244/Los hermanos de Greiff
Ignacio Gómez Jaramillo, quien nació en Medellín en 1910 y murió en 1970, es una de las figuras más trascendentales en la historia de las artes plásticas en Colombia, aunque su obra no siempre ha gozado del reconocimiento que merece.
Quizá podría decirse que, especialmente hacia la década de los años cuarenta, la suya es una de las pinturas más modernas que se realizan en el país, porque Gómez Jaramillo tiene conciencia de la gran transformación que significaron la obra de Cézanne y el cubismo de Picasso, pero, al mismo tiempo, está cargado del espíritu social y político de los muralistas mejicanos. Como consecuencia de esos vínculos, desarrolla una pintura que se aparta de la idea tradicional según la cual la función del arte consiste, sobre todo, en ofrecernos una imagen lo más exacta posible de la realidad. Sin embargo, ese alejamiento de los conceptos del pasado no presenta todavía el carácter radical que encontraremos más adelante en el arte abstracto.
El retrato de Los Hermanos De Greiff, un óleo de 131 por 101 centímetros, que Gómez Jaramillo pintó en 1940, ofrece muchos elementos que, muy fácilmente, podemos entender desde el habitual aspecto de una representación de elementos reales. Así, por ejemplo, se distinguen los retratos de los dos hermanos, el poeta León y Otto, el músico, aunque dentro de un cierto esquematismo y reducción a formas simples. Y a su alrededor se despliega una gran cantidad de elementos que también identificamos claramente: los libros, las fotografías de artistas del pasado, las jarras para beber, el paisaje al fondo.
Pero una mirada atenta a la pintura nos revela que los componentes de la obra se acumulan en el primer plano y que nosotros mismos, como espectadores, parecemos asumir un punto de vista muy cercano, que casi nos introduce dentro del cuadro; inclusive el paisaje del fondo no parece tan distante como sería normal.
En efecto, lo que ocurre es que Ignacio Gómez Jaramillo no se limita a retratar a los De Greiff sino que está interesado en relacionarlos con una serie de elementos y ambientes muy disímiles. Y esas relaciones le obligan a realizar un análisis y simplificación de las formas. Es decir, la pintura se ubica en un terreno en el cual lo que se busca es el desarrollo de la obra de arte como realidad con un valor propio que procede de su construcción y no solo de la referencia con el mundo representado.
Obras del Museo Ed.243/La procesión va por dentro
Desde mediados de los años ochenta, Débora Arango entregó al Museo de Arte Moderno de Medellín un amplio conjunto de su trabajo pictórico, una donación que se constituye en uno de los más ricos patrimonios artísticos del país. Gracias a un generoso préstamo por parte del Museo de Arte Moderno, dentro de la muestra de arte antioqueño del Museo de Antioquia se cuenta siempre con algunas obras de la artista, que se cambian periódicamente, mientras que, de manera permanente, se exhibe una acuarela de 120 por 133 centímetros, realizada hacia 1940.
Es curioso que, incluso desde sus primeras presentaciones, esta pintura no contara con un título preciso; en efecto, se la conocía con los nombres de El Obispo, La indulgencia o La procesión. En la actualidad se expone en el Museo de Antioquia como La procesión va por dentro. Puede tratarse de un asunto meramente anecdótico y, con toda razón, debería admitirse que lo que interesa es el cuadro mismo mientras que el rótulo que se le asigna es secundario. Sin embargo, a partir de allí, también es posible vislumbrar, de manera muy fragmentaria, el proceso que comienza a desarrollarse en la obra de Débora Arango, entre el tradicional mecanismo de la representación y una revolucionaria intención de expresarse.
Por supuesto, la acuarela tiene un carácter de representación. La escena es muy clara: una procesión religiosa con la presencia del Obispo y un conjunto de clérigos o seminaristas, y la irrupción de una mujer, bastante maquillada y de apariencia mundana, que besa humildemente el anillo del prelado; inclusive puede afirmarse que se trata de la presentación de un hecho efectivamente ocurrido.
Pero Débora Arango no se contenta con referir una anécdota; sabe que los eventos y los comportamientos humanos están cargados de significado y, por eso, quiere profundizar en ellos e interpretarlos. Aquí se enfrentan el bien y el mal; pero el bien no parece morar en el alma de algunos de aquellos clérigos solapados que miran lascivamente a la mujer, sino, en la descubierta actitud de alguien que la sociedad considera una pecadora pero que se atreve a llegar ante la Iglesia, en una nueva versión del episodio evangélico de la adúltera.
No sabemos bien qué es lo que pasa, y de allí surge la vieja inquietud por el título. Pero también el acierto final: siempre “La procesión va por dentro”, y de lo interior no juzga ni la Iglesia, dice San Pablo. Ahora, la pintura de Débora Arango deja de lado todo interés por las bellas apariencias y se asoma a las profundidades del alma humana.
Obras del Museo Ed.242/Muchachas de color
Muchachas de color es una pintura al óleo, de 62 por 83 centímetros, realizada por Guillermo Wiedemann, un artista nacido en Alemania pero radicado en Colombia, donde desarrolló prácticamente todo el ciclo de su trabajo.
En un contexto artístico como el colombiano, en el cual predominó durante toda la primera mitad del siglo XX una visión muy local y cerrada, esta obra de Wiedemann permite descubrir la manera como paulatinamente comienzan a asimilarse los procesos de los movimientos internacionales más avanzados, que el artista había tenido la oportunidad de conocer en su juventud en Alemania.
Muchachas de color revela el interés que despierta en el pintor europeo el mundo del trópico y, de manera especial, el ambiente del litoral del Pacífico que le permite descubrir un universo de formas y colores que le resultan insólitos. Durante cierto tiempo se dedicará, sobre todo, a representar lo que allí encuentra, fascinado por su vitalidad y exotismo.
Sin embargo, paulatinamente, emprende un proceso en el cual su pintura se libera de la función tradicional de reproducir las apariencias de la realidad exterior y comienza a preocuparse por sus propios elementos. El punto de llegada de ese camino será un arte ‘‘abstracto’’, que no intenta producir imágenes que se parezcan a las que nos da nuestra mirada habitual, pero que sigue viviendo de las más profundas experiencias con lo real. Por eso, las posteriores pinturas abstractas de Wiedemann conservarán los valores de sus vivencias de las tierras húmedas y cálidas.
Muchachas de color se ubica, precisamente, en el momento en el cual el color comienza a liberarse de las ataduras que le imponía el dibujo tradicional y adquiere el carácter de una yuxtaposición de manchas que, al menos hasta cierto punto, se despreocupan de la forma anatómica o de los elementos con los cuales se relacionan.
De todas maneras, no podría decirse que se desvincule del contenido. Por el contrario, lo que aquí ocurre es que la pintura vive del color con más fuerza que antes, y que éste asume toda la función expresiva de la obra.
En síntesis, Muchachas de color se ubica en una línea expresionista que enriquece nuestra visión de la realidad y del arte con las vivencias más íntimas y los sentimientos más intensos del artista frente a su mundo.
Obras del Museo Ed.241/El retrato de Arturo Celis
El Retrato de Arturo Celis, de Ángel María Palomino, en el Museo de Antioquia, es una de las obras que mejor ilustra la situación en la cual se encontraba el arte en esta región en la segunda mitad del siglo XIX, cuando todavía no existía una educación artística organizada ni había aparecido la figura del artista profesional.
Seguramente tienen razón quienes consideran que el arte es una actividad necesaria, unida a la historia de manera tan esencial que nos resulta imposible imaginar una sociedad humana sin alguna forma de producción estética. Y, por eso, parecería desarrollarse por todas partes, sin las limitaciones que actualmente relacionamos con el ejercicio académico y profesional del arte. Sin embargo, no puede pensarse que el arte nace de la nada, de una manera espontánea.
El Retrato de Arturo Celis parece ingenuo y primitivo, cuando se compara con otras pinturas similares en el mismo Museo, más sofisticadas, muchas de ellas procedentes de Europa, donde los personajes más adinerados de la época se hacían retratar. Pero también la obra de Ángel María Palomino es el resultado de un largo proceso de aprendizaje, en este caso de carácter familiar y artesanal, con numerosas manifestaciones en toda la vieja Antioquia.
Surgen de aquí por lo menos dos maneras de aproximarnos al retrato de este niño. La primera, se limitaría a compararlo con los retratos que lo acompañan, para demostrar que no se ajusta a las normas clásicas; es, en efecto, la visión negativa que casi siempre se tuvo de obras como ésta, que acabaron consideradas como poco importantes y relegadas al olvido.
Pero, si en lugar de mirarlo a partir de lo que presentan otros retratos, observamos directamente el de Palomino, sus valores se nos revelan de manera positiva.
En esa dirección, el carácter en cierto sentido ingenuo y primitivo de la obra es uno de sus atractivos fundamentales, porque permite dejar de lado los artificios académicos y nos ofrece una visión más auténtica de la realidad. No se trata, en este caso, de discutir si el retrato pudiese o no parecerse más al niño Celis. Se trata de la sensación que produce de estar presente y de ser real. En otras palabras, Palomino logra producir una obra viva. Y, en definitiva, es ese –y no el dominio de los artificios académicos– el objetivo que persigue la creación artística.
Obras del Museo Ed.240/Boceto para la batalla de Boyacá
En 1926, el artista bogotano Andrés de Santa María pintó un óleo gigantesco sobre la campaña libertadora, para ser ubicado en el Capitolio Nacional. La obra desató una polémica muy violenta, entre otras cosas porque Santa María abandona la idea de una representación retórica de los héroes de la independencia, tal como había predominado en el arte académico, y busca una expresión más verdadera y humana.
Por eso, en lugar de la imagen de un ejército glorioso, visto después de la Batalla de Boyacá, el pintor escoge el episodio dramático y doloroso del paso del Páramo de Pisba que, como se sabe, permitió a los patriotas sorprender a las tropas realistas y aseguró la independencia nacional.
En este caso, el artista asume una posición muy moderna ante los acontecimientos, al reconocer que la historia es el resultado de las acciones y los compromisos de seres humanos concretos: el triunfo de la campaña libertadora se debe a estos hombres humildes y corrientes y no a unas fuerzas sobrenaturales que, casi siempre, parecen sostener la condición mítica de los héroes.
Dentro de la colección del Museo de Antioquia se conserva el Boceto para la Batalla de Boyacá, que sirvió a Santa María como trabajo preparatorio para el óleo destinado al Capitolio y que hoy se encuentra en el Museo Nacional. Como todo boceto, éste le permitió al artista definir la estructura de la pintura, es decir, la manera de organizar los distintos elementos, tales como los grupos de personajes, la distribución de los colores o la manera de reunir todos los componentes a través de unas líneas fundamentales.
En el Boceto del Museo de Antioquia, un óleo sobre lienzo de 46 por 85 centímetros, la obra se concibe dividida en tres partes –por lo que decimos que es un "tríptico"–; y cada una de ellas adquiere una carga significativa propia, dentro de la historia que se presenta. Por supuesto, el Boceto no tiene la definición de detalles que luego aparecen en la obra final; pero, tal vez por eso mismo, nos revela mucho mejor la manera como se crean las imágenes a través de los colores y de las líneas que las envuelven. El Boceto, quizá mejor que la obra final, nos habla de manera contundente por estos medios y, en ese sentido, se ubica en un contexto expresivo: más que relatarnos unos hechos, nos compromete emocionalmente con sus protagonistas.
Lengua atomatada
Receta de Silvia Mosquera, chef de La Tienda del Vino
Ingredientes
2 lenguas de res
1 kilo de tomates maduros
1 cucharada sopera de pasta de tomate
250 gramos de cebolla junca
7 hojas de laurel
2 cabezas de ajo
1 cucharadita de mantequilla
Sal al gusto
Preparación
Limpiar las lenguas quitando las agallas. Ponerlas a cocinar por una hora a fuego alto con la cebolla, el ajo y tres hojas de laurel. Después de cocinadas se pelan y se cortan en tajadas. Pelar los tomates, sofreírlos en la mantequilla, agregarles las cuatro hojas de laurel restantes, la pasta de tomate y la sal al gusto. Cuando se tengan todos los ingredientes mezclados, adicionar las lenguas y dejarlas en la salsa por 10 minutos. Si la salsa se ve un poco seca se le agrega consomé de manera que quede suelta.
Silvia Mosquera
Silvia Mosquera
El legado gastronómico de Álvaro Vasco, quien fuera dueño y creador de la carta del restaurante Piamonte y de La Tienda del Vino, tiene en esta mujer chocoana uno de sus mejores depositarios. Junto a él y a Ana de Dios Grajales, chef de Piamonte, ella complementó los conocimientos que traía de su natal Itsmina, en el Chocó, aprendiendo cocina internacional. Ingresó al restaurante en una ocasión en la que una amiga le propuso trabajar como extra en uno de los banquetes que allí atendían, la volvieron a llamar en varias ocasiones y finalmente la contrataron como cocinera de planta, hasta que llegó a ser jefe de cocina de La Tienda del Vino, hoy administrada por Álvaro Sergio Vasco, hijo del fundador. Son ya nueve años de trabajo en ese restaurante, al que entra todos los días pensando: “llegué a hacer lo que me gusta”.
Este chef propone: Lengua atomatada
El Tesoro La Virgen exige agua limpia
En el proyecto Reservas del Tesoro, de la firma Fajardo Moreno, se solicitó hacer estructuras de contención para impedir que los sedimentos se vayan a la quebrada; la conservación de los retiros de mínimo 10 metros, y “trasladar de manera provisional la captación de agua sobre el cauce de la quebrada La Volcana, a unos 10 metros arriba del puente de la vía El Tesoro (cota 1.863), como medida de compensación y mitigación a las afectaciones generadas en la construcción del proyecto. Y se sugiere la captación provisional más arriba (cota 1.930) en el mismo lugar donde capta la sociedad Santa María Botero y Cia”.
Merced de la aguas
Ante la preocupación de que las urbanizaciones de la parte alta viertan el residuo de aguas hacia El Tesoro La Virgen, la comunidad solicitó a Corantioquia una prórroga de la merced de la quebrada La Volcana, y el permiso para que se hiciera la captación de este recurso, más arriba de la actual cota (1.865) a través de un sistema de tuberías al tanque surtidor. En febrero de 2005 Corantioquia, concluyó:
- Que es viable la prórroga de la concesión de aguas otorgada en 1994 de la quebrada La Volcana a favor de la Junta de Acción Comunal del barrio El Tesoro La Virgen.
- El aprovechamiento puede hacerse en la cota 2.010, en predio de la urbanización Santa María (cerca de la vía principal de El Tesoro – Las Palmas), con diseño y planos recomendados por Corantioquia para la construcción de la obra de control y reparto.
- La concesión de esta agua será otorgada por 5 años con el objeto de verificar las obras de control, reparto y mejoramiento del sistema de acueducto.
- Que a futuro se deberá reconsiderar el trámite de prórroga de la concesión de aguas, debido a que la comunidad del sector de La Virgen tiene una alternativa de abastecimiento distinta al acueducto veredal (servicio de acueducto de Epm). La viabilidad dependerá de la gestión y uso eficiente del recurso hídrico.
- Así mismo, se debe mejorar la cobertura boscosa en el punto donde se realizan las bocatomas entre las cotas 2.000 y 1.865. Aislar los cauces para evitar intervención humana, actividad que el compete a Reservas de El Tesoro.
- Para construcciones futuras se deberá dejar un retiro de 100 metros con respecto a zonas de nacimiento y un retiro de 30 metros a cualquier fuente, según lo determina el POT.
En que va la solución
La comunidad del Tesoro La Virgen solicitó a la constructora Fajardo Moreno la restitución de la captación del agua sobre la vía Las Palmas. Y ahí está el problema porque Gabriel Jaime Rincón, ingeniero residente afirma que “esta cota se puede subir solo si existe un acuerdo entre las comunidades involucradas (Reservas de El Tesoro y sector de La Virgen), pero la comunidad Reserva de El Tesoro no es la constructora sino el Consejo de Administración”, aclara. Frente a este problema Corantioquia establece “que si no se llega a un acuerdo entre las partes se podrá considerar el mismo sitio de la captación sobre la quebrada La Volcana en la cota 1.865”. Por lo tanto, la constructora Fajardo Moreno afirma que “solo debe restituir la bocatoma tal cual estaba en el inicio de la obra, y no se ha hecho en espera de un acuerdo entre las comunidades”. Gabriel Jaime Rincón, agrega que el problema para la constructora autorizar que la cota se suba es que implica una servidumbre y es algo que la comunidad Reservas del Tesoro debe definir. Así mismo, el representante de la constructora dice que ya cumplió con los retiros de la quebrada, exigidos por Corantioquia, y aclara que Reservas de El Tesoro toma agua de otro ramal de la quebrada La Volcana, donde tiene una merced de aguas y una planta de tratamientos para su consumo, otorgada por Corantioquia.
‘‘Parcelaciones deterioraron zona rural de El Poblado’’
Sin embargo, allí en los últimos 8 años han construido 20 proyectos urbanísticos, con parcelaciones y condominios en lugares con restricciones de uso, que han afectado la calidad ambiental de esta zona, según indica un diagnóstico hecho por Martha Ruby Falla, Secretaria de Medio Ambiente, en el Primer Encuentro de Curadores y Autoridades Ambientales del Área Metropolitana.
No hay condiciones para construir, sin embargo…
En la actualidad esta zona rural de El Poblado presenta una alta vulnerabilidad ambiental para soportar a la población que se piensa instalar allí. Para proteger los suelos de las zonas rurales el POT le ha dado una categoría acorde con sus condiciones ambientales.
- Suelo forestal protector: Con un uso restrictivo para urbanizar por cada 30 mil metros cuadrados.
- Suelo forestal protector productor: No se permite fraccionamiento para urbanización.
- Suelo mixto urbano: Permite la mezcla de usos urbanos y rurales. Se reconoce el fraccionamiento para vivienda semicampestre.
No obstante estas limitaciones, según la Secretaría de Medio Ambiente en El Poblado hay 803 hectáreas urbanizadas; de estas, 259 están en suelos de protección, 291 en suelos de protección producción, 48 en suelos de uso mixto y 113 en suelos suburbanos, con una generalización de vivienda campestre cuya densidad es 40 veces mayor que la capacidad de soporte. Esta situación ha causado, dice el diagnóstico de Medio Ambiente, que 63% de los suelos estén sin cobertura vegetal y solo el 37% estén en condiciones adecuadas.
Recursos afectados
En el mismo diagnóstico, la Secretaría de Medio Ambiente dice que el recurso hídrico es el más afectado, principalmente por intervenciones inadecuadas en zonas de retiros y cauces, por procesos de socavación de estructuras, tráfico pesado en vías que no tienen resistencia, banqueos verticales, drenajes mal elaborados, excavaciones y deforestaciones indiscriminadas y sin cumplir con normas de preservación forestal. ‘‘Hay quebradas que están siendo intervenidas por constructores hasta en 7 puntos sin plan de manejo de microcuencas como lo exigen el POT y las entidades ambientales. Estas son las causantes de inundaciones y deslizamientos, suelos sin cobertura vegetal, zonas erosionadas, impactos paisajísticos y serios daños al recurso hídrico’’. Solo en la zona alta de El Poblado las autoridades encontraron 35 puntos graves que presentan deterioro ambiental.
Proyectos urbanísticos a medias
La Secretaría de Medio Ambiente dice en su diagnóstico que de los 20 proyectos urbanísticos identificados en la parte alta de El Poblado, 6 ya están construidos y habitados, 12 están en ejecución pero en etapas por iniciar y 2 sin iniciar. ‘‘Pero solo 9 lotes están en trámites ante las entidades ambientales de 13 que solicitaron licencia ambiental. 8 tienen concesión de aguas, 2 cuentan con redes de acueductos, apenas 3 tienen manejo de vertimientos, 9 están conectados a redes de alcantarillados, y solo 1 tiene una vía adecuada de soporte’’.
Acciones para resolver la problemática ambiental
Según Martha Ruby Falla, Secretaria de Medio Ambiente, este problema de saturación de proyectos urbanísticos en la zona rural de El Poblado se ocasionó por un tránsito normativo. La norma antigua definía casi unas 6 viviendas por hectárea en zonas rurales y la siguiente fue muy restrictiva de una sola vivienda por hectárea, porque con la nueva norma son considerados suelos de protección. “Por ello se está haciendo un trabajo conjunto con Corantioquia y el Área Metropolitana para requerir a los parceladores y constructores y lograr que ellos mitiguen los daños ambientales generados. Independiente de la legalidad de las licencias, que será otro tema que tendremos que evaluar con Planeación y los curadores, los daños ya están hechos a los cauces, a las reservas forestales y a los suelos con la pérdida de capa vegetal, pero muchos de esas cosas con inversión económica son recuperables y mitigables. Lo que falta es tomar la decisión de hacerlo y a exigirlo a particulares”, explica la Secretaria de Medio Ambiente.
Marco regulatorio de tarifas para 2007
Marco regulatorio de tarifas para 2007
De la edición impresa (Edición 325)
Tanto la Contraloría como el Concejo afirmaron que para evitar que las nuevas tarifas para 2007 alteren la sostenibilidad del sistema y la prestación continua e ininterrumpida del servicio de aseo en la ciudad, se requiere que la Superservicios permita que Empresas Varias permanezca con su esquema de tarifas actuales por los menos 3 años más, ya que al aplicar el nuevo marco de tarifas Empresas Varias tendría una reducción de 44% de sus ingresos actuales.
En Medellín la empresa privada Tierra Blanca E.S.P. solicitó a Empresas Varias la liberación de 500 usuarios para ser ella la que les preste el servicio. Según dijo en marzo pasado Nicolás Ossa, Gerente de Tierra Blanca, a Vivir en El Poblado, esta compañía pretende prestar el servicio de aseo inicialmente a clientes comerciales y de estrato alto. Esos son los que mayores ingresos reportan, según argumenta Empresas Varias. La prestación del servicio a los más pobres no es rentable por sí sola y se financia en parte con subsidios. Sobre este punto dijo Ossa en marzo: “Aunque Tierra Blanca por ahora está concentrada en ofrecer sus servicios a sectores comerciales y estratos altos, garantiza que destinará el porcentaje de subsidios para el fondo de solidaridad del Municipio, mientras se generan servicios a otros estratos”.
El libre mercado en servicios de aseo necesita reglas claras
Según Martha Cecilia Vélez, Contralora General de Medellín, “la Superintendencia debe ser respetuosa del orden legal, el cual establece que mientras un acuerdo esté vigente, una autoridad nacional, que no sea jurisdicción de los contencioso administrativo, no puede exigir que no se aplique”.
Por su parte, la Concejal Aura Marleny Arcila, afirma que “la apertura a una libre competencia en la prestación del servicio de aseo en la ciudad se debe dar siempre y cuando no afecte la viabilidad de Empresas Varias, que es un patrimonio público, y se garantice una clara reglamentación para los nuevos operadores”. Porque como ya lo había dicho Andrés de Bedout a Vivir en El Poblado, “sin la debida reglamentación, la entrada de nuevos operadores generaría un caos en el servicio de aseo y un grave problema de salud pública en la ciudad”.
Normas claras para la libre competencia
Para garantizar que con la apertura al libre mercado en la prestación del servicio de aseo en Medellín mantenga la cobertura universal que hasta ahora tiene, el Concejo y la Contraloría solicitaron a la Superservicios que reglamente aspectos para los nuevos operadores como subsidio a los estratos bajos, barrido de vías públicas y disposición de residuos.
Por esta razón, la Contraloría constituyó una comisión especial de carácter interdisciplinario para ver hasta que punto la actuación de las autoridades nacionales afecta el servicio de aseo en Medellín con la entrada de la libre competencia, y así mismo, instó a la Superservicios ‘‘a constituir un escenario común donde se permita la defensa de los intereses de los usuarios y promoción de la libre competencia en un ambiente de sostenibilidad, que no afecte ni vaya en detrimento del patrimonio público’’.
Hay que buscar otras alternativas
Por su parte el Concejo tras su debate ratificó su posición de defender a Empresas Varias como patrimonio público de la ciudad, al concluir que: “Ante la errada creencia de que con la expedición de la Ley 142 de 1994 las autoridades municipales han perdido todo tipo de competencias en materia de servicios públicos domiciliarios, es necesario que las autoridades municipales, en especial alcaldías y concejos, ratifiquen de manera clara sus competencias y se haga cumplir lo afirmado en diferentes pronunciamientos por la Corte Constitucional, para la defensa de la autodeterminación local y el autogobierno”, afirma la Concejal Aura Marleny Arcila. Por ello, se propuso considerar otras modalidades de competencia, como la desagregación vertical de las etapas del servicio, abrir licitación pública para la concesión de zonas, competencia por comparación de mercados (similar a la que está aplicando Bogotá) y la competencia virtual o por regulación, acorde con indicadores de capacidad.