El Tesoro tiene su Estra Con una elegante cena y un grupo de músicos interpretando una bella selección de melodías jazz, las directivas de Estra e invitados especiales, celebraron la inauguración del nuevo almacén de la marca en El Tesoro, sede que se destaca por su atractiva ambientación y decoración, y que ofrece además de una gran variedad de productos para el hogar y la industria, disponibles también en sus otros cinco puntos de venta en la capital antioqueña, una nueva sección especializada en artículos importados. Los motivos de celebración para Estra no terminan allí, pues hace poco la empresa llegó a su aniversario número cincuenta y siete. Nuestras sinceras felicitaciones.
Juan Felipe Posada, Alberto Hoyos, Mauricio Vélez, Juan Guillermo Noreña.
Yurupary, 25 años como vía a la excelencia María Victoria Franco, Gloria Uribe, William Arango. Clara Ángel, Claudia Jaramillo, Ana María Ángel. Carlos Ramírez, Sara Fernández, Carlos Fernández. Luz Elena Mejía, Ana María Castro, Socorro Cadavid, Ana María Arcila. La exposición del concurso de fotografía Yurupary 25 años, estará exhibida en las instalaciones de la academia hasta el 19 de septiembre.
En presencia de alumnos, egresados, profesores y otras personas vinculadas de distintas maneras a la historia de la institución, Yurupary celebró sus 25 años, tiempo en el que ha consolidado un modelo pedagógico que hace del conocimiento una herramienta de progreso accesible para todos, y de su proceso de aprendizaje la mejor “vía a la excelencia”, frase que ha sido el norte de esta academia, desde que sus actuales directoras Gloria María Uribe y María Victoria Franco, la fundaran en 1985. El festejo comenzó con una solemne eucaristía de acción de gracias en la Parroquia de San Juan Apóstol, precedida por una bella reflexión de Gloria María Uribe; y finalizó con un coctel en las instalaciones de la academia, en el cual fue inaugurada la exposición del concurso de fotografía “Yurupary 25 años”, exhibición que evidencia la gestión de Yurupary -en palabras de una de sus directoras- como un “espacio para el aprendizaje de la paz”.
Pez león un pez que pone en jaque al Mar Caribe colombiano
“Ni el tiburón ni el mero parecen responder positivamente a incluir este venenoso animal en su dieta”
Suele existir la creencia de que la proliferación de animales es sinónimo de vida y salud de los ecosistemas, sin embargo, cuando éstas son introducidas o invasoras, el panorama es radicalmente distinto. Se considera una especie invasora a cualquier planta o animal introducida por el hombre fuera de su lugar de distribución natural y que por lo general resulta dañina para el equilibrio del ecosistema.
Sin embargo, ¿cómo puede una especie invasora afectar a una persona de ciudad? La respuesta es tan simple como decir que en medio ambiente no existen hechos aislados, es decir, que no hay nada que pase allá que no repercuta acá, pues finalmente todos estamos bajo el mismo cielo.
Uno de los casos más preocupantes es el del pez león, una exótica especie proveniente del Océano Índico que, según se cree, fue liberado tras la destrucción de un acuario artificial en la Florida donde había ejemplares en cautiverio. Estos animales son grandes depredadores y suelen alimentarse de pequeños peces de arrecife, y de otros de los que depende la seguridad alimentaria de muchas familias.
pez león
Principales afectados
En la larga lista de afectados se encuentran los corales; la presencia del pez león disminuye la población de otros animales marinos que se comen las algas presentes en los arrecifes. Al no tener depredadores éstas afectan en gran manera la salud de estos sensibles animales que, entre otras cosas, deben afrontar la amenaza del cambio climático.
Además de los efectos que genera en la pesca artesanal y comercial, este depredador, afecta a los turistas quienes pueden también ser sus víctimas; al entrar en contacto con el pez león, éste libera su veneno, el cual provoca un agudo dolor y problemas respiratorios. Según un artículo publicado por la revista Science, científicos norteamericanos están comparando el estado de esta especie en el Caribe con el del Pacífico, donde está aparentemente controlada, para determinar la forma en que se puede detener su proliferación.
Pruebas realizadas en la Universidad Estatal de Oregon, en Estados Unidos, demostraron que un ejemplar de pez león fue capaz de comer 20 peces en 30 minutos. En parte le atribuyen este fenómeno a que por ser un animal exótico algunas especies no lo identifican como un pez depredador.
Aunque se han hecho pruebas para determinar cuál sería un depredador para este pez, ni el tiburón ni el mero parecen responder positivamente a incluir este venenoso animal en su dieta. Mientras tanto, su población sigue creciendo y el problema está latente. En Colombia, se ha detectado su presencia en el archipiélago de San Andrés y Providencia, Islas del Rosario y San Bernardo y en las inmediaciones del Parque Tayrona.
“El Caminante” es una estructura doble, creada por el contraste entre dos planos contrapuestos separados unos 120 metros, que se complementan de manera precisa
Por Carlos Arturo Fernández U.
“El caminante”, en el Edificio Bancolombia, junto a la Estación Industriales no es simplemente un objeto ubicado de manera más o menos casual y que nos sale al paso en el espacio urbano, sino que está pensado a partir de una relación inmediata con la arquitectura. La obra, instalada en 2009, es una creación del Grupo Utopía conformado por los arquitectos y artistas Patricia Gómez, Jorge Mario Gómez y Fabio Antonio Ramírez. Lo mismo que todos sus trabajos anteriores, “El caminante” manifiesta el interés del Grupo Utopía por generar un proceso de reflexión acerca de las condiciones y posibilidades de la realidad urbana de Medellín, teniendo siempre al río como eje constitutivo básico, lo que se hace patente en este caso gracias a la ubicación del edificio. Mientras que, normalmente, las herramientas de la disciplina arquitectónica (planos, maquetas, perspectivas) buscan formalizar la información, los trabajos del Grupo Utopía crean un ámbito de poesía y de metáfora a través de llamadas de atención a la historia del arte y de la arquitectura que se reinstalan en los espacios del Valle de Aburrá. “El Caminante” es una estructura doble, creada por el contraste entre dos planos contrapuestos separados unos 120 metros, que se complementan de manera precisa pero que revelan al mismo tiempo una especie de juego irónico y humorístico, reforzado por la pintura azul que nos separa de inmediato de cualquier referencia simplemente representativa. De hecho, parecería como si una única lámina metálica hubiera sido recortada con tijeras para sacar una figura, y luego se hubieran instalado aquí tanto la figura resultante como los restos vacíos de la lámina recortada. Es como si el cuidado con que se lleva a cabo el proceso industrial de corte de la lámina nos permitiera obtener dos obras con los recursos materiales de una sola y duplicar así su impactos y fuerza metafórica. Cada uno de los dos elementos tiene una altura de 6.10 metros y un ancho de 2.40; realizada en acero de ¾ de pulgada, la obra tiene un peso total de 5 toneladas (unos 2700 kilos la figura llena y 2300 el perfil vacío). Este trabajo manifiesta de manera expresa la invitación a la reflexión que nos hace el Grupo Utopía y, al mismo tiempo, sus preocupaciones urbanas. Para ello recurre a la referencia al Modulor de Le Corbusier que, como se sabe, fue uno de los más grandes arquitectos del Siglo XX. Le Corbusier presenta el Modulor como una figura humana que levanta su brazo derecho, y a partir de allí despliega todo un sistema de medidas y de proporciones. En realidad, a través del Modulor, cuyas dimensiones corresponden a las de una figura humana promedio, Le Corbusier está interesado en plantear las relaciones entre hombre, arquitectura y naturaleza que, en definitiva, cree determinadas por proporciones matemáticas y estéticas. En la obra del Grupo Utopía, ambos planos de “El Caminante”, el positivo y el negativo, repiten la forma del Modulor y, por tanto, como es obvio, hacen expresa referencia al significado del mismo. Pero a diferencia del de Le Corbusier, “El Caminante” del Grupo Utopía se presenta como una figura colosal. Es, seguramente, una especie de gigante amable que nos protege; pero también, quizá, pueda leerse como una crítica suave a los desarrollos vertiginosos de la arquitectura del presente. De todas maneras, este “Caminante” nos hace percibir una situación límite en la cual el hombre parece haber perdido definitivamente su posición de medida básica y proporción de todas las cosas.
Reflejos de ciudad Las hileras de casas que se aglutinan de forma ascendente por las montañas de las zonas populares de la ciudad.
Las hileras de casas que se aglutinan de forma ascendente por las montañas de las zonas populares de la ciudad; viviendas, predominantemente de color ladrillo, ese que se extiende y que confirma que un todo, es más que la suma de las partes; son la fuente de inspiración permanente para Fredy Serna, reconocido artista antioqueño que durante años ha plasmado con maestría, y un tratamiento impresionista, diferentes miradas de la comuna nororiental.
Plasmar en imágenes sensaciones y momentos memorables, es la labor que ha definido la existencia de Nora Elena Múnera, administradora de profesión y fotógrafa de oficio; mujer que con su tenacidad característica hoy ejerce ambos saberes en el Laboratorio León Duque, el legado de su esposo, con quien trabajó durante décadas para sacar adelante esta exitosa empresa de fotografía, cercana a los 30 años en el mercado.
Docente, conferencista, incansable viajera, y admirada entre sus colegas particularmente por su profundo conocimiento técnico del arte fotográfico, Nora Elena Múnera fue retratada por Carlos Tobón en 2008, durante una visita académica que ella, en ese entonces docente de Yurupary, hizo en compañía de sus estudiantes al estudio del fotógrafo.
Sexto Festival del Arte y el Sabor El sábado 11 de septiembre de once de la mañana hasta las seis de la tarde, se celebrará en la Calle de la Buena Mesa, el Sexto Festival del Arte y el Sabor, un evento ideal para deleitarse con la oferta gastronómica del sector a precios especiales, recorrer 40 toldos de artesanías y disfrutar de una variedad de actividades recreativas para niños y adultos. Las ganancias recogidas durante este Festival, organizado por los restaurantes 1910 Revolución Mexicana, Artisano, Blue Marlin, Casa Molina, Delicias Pesecar, El Zócalo, Frutos del Mar, La Albufera de Valencia, La Tienda del Vino, Mar del Plata y Salsamentaria Excelsior, serán destinadas a la Clínica Santa Ana, institución sin ánimo de lucro, ubicada en Manila, que atiende a niños con trastornos nutricionales. Vivir en El Poblado y su Corporación Vivir/Julio Posada se vinculan con la promoción y difusión de esta bonita causa, un evento para vivir en familia.
Carnivorismo Salvaje Joyas hechas a mano; cortadas con sierras de joyería; pintadas con jeringas y ensambladas sobre diferentes tipos de herrajes; en las que resaltan sutiles imágenes y figuras de animales salvajes. Así son las piezas (collares, aretes, pulseras, anillos, broches y pines) que integran Carnivorismo Salvaje, la nueva propuesta de La Libertad, marca creada por Federico Castrillón, publicista de la Bolivariana, y diseñador de esta innovadora colección, lanzada al mercado hace poco en el Taller de Grabado La Estampa.
Hace poco en un aeropuerto me puso a reflexionar un suceso. Estaba yo en mis habituales cavilaciones aeroportuarias, cuando del otro lado del pasillo sale caminando una Venus criolla que inmediatamente arrebató mis miradas, mis pensamientos y mis respiraciones. La seguí absorto en su belleza. En realidad casi todos la seguimos, hombres y mujeres, hasta que se perdió de nuestras miradas. Pero cuando busqué otra mirada masculina para hacer el habitual levantado de cejas que se acompaña de un suspiro y un sacudido de cabeza, expresando admiración e impotencia ante el paso de la bella fémina, encontré un hombre enfrascado en su pequeño y aburrido Blackberry. Me pareció gravísimo el asunto. Pensé: ¡pobre idiota! Y en ese momento me di cuenta de que todo estaba llegando demasiado lejos. Estos aparatitos no solo están debilitando relaciones entre padres e hijos, suplantando relaciones amorosas e idiotizando al público general; están además perturbando la capacidad de admiración aeroportuaria de la belleza. Por eso me propuse hablar sobre las nuevas tecnologías, los medios de comunicación en general y los nuevos medios en particular. Un medio, para que empecemos ordenadamente, es una “cosa que puede servir para un determinado fin”. Preguntémonos entonces: ¿Qué fin le estamos dando a nuestros medios tecnológicos y de comunicación? Empecemos por los medios de comunicación. No perderé tiempo criticando la basura de nuestros medios televisivos y radiales con sus majestuosas vanidades, sus noticieros circenses, sus epopeyas de mafiosos heroicos, sus divas estandarizadas y su maquiavélico uso de la desinformación. Más bien traeré la pregunta a nosotros. ¿Para qué los usamos? ¿Cómo los usamos? ¿Cuánto tiempo invertimos en ellos? Muchos dirán que para descansar, para pasar un rato agradable, para estar informado o instruirse. Pero lo que vemos día a día, es que nos volvemos consumidores pasivos, idiotizados, compulsivos de basura audiovisual. Cedemos al extraño trance que ofrece ese cuadradito de plasma que tenemos al frente. Está bien ver y oír un poco de basura. Pero cuánto tiempo, vida y lucidez le entregamos a esos cuadraditos. Yo diría que los usamos también para evadir, para sumergirnos en nuestras fantásticas cárceles de deseos, miedos y frustraciones sin pasar por el selectivo filtro de la carne. Los usamos, y la mayoría dirá que estoy loco, para matar el poco tiempo que tenemos de vida, para renunciar al presente y entregarnos a nuestra frustración vigente. ¿Y los nuevos medios? ¿Internet, Messenger, Facebook, Twitter, están siendo medios para qué? Son avances maravillosos, están cambiando el mundo y las formas humanas de relación y comunicación. Pero ¿cómo los estamos usando? ¿Cuantos contactos, chats, mensajes electrónicos son importantes y significativos? ¿Cuánto tiempo se va en conversaciones estúpidas, en saludos baladíes? ¿Cuánta concentración perdemos cuando estamos conectados? ¿No se ha vuelto para muchos la conexión una forma de estar desconectados? Lo cierto es que la distracción crónica, los problemas de atención, los contactos pobres y la mediocridad existencial crecen con nuestro inadecuado uso de los medios. Les aseguro que hay parejas que se acuestan en la cama a chatear cada uno con su Blackberry. Yo seguiré admirando la belleza en los aeropuertos, mientras mis posibles contendores siguen dormidos en el limbo de sus maquinitas. ¡Tanto mejor para mí! Los lectores más inteligentes probablemente se quedaron preguntando: ¿medios para qué?
Con un concierto de Anabella, finalista del Factor X en 2005 y cantante que se ha presentado en diferentes escenarios de América y Europa, San Fernando Plaza festejó su tercero aniversario. El acto se llevó a cabo en la plazoleta de comidas y eventos del complejo arquitectónico, donde la artista caleña enamoró a directivas, empleados, comerciantes y clientes especiales, con un extenso repertorio compuesto por boleros, rancheras y temas de otros géneros populares. Fue una velada muy musical, cargada de alegría, de gran significado para todos aquellos que han hecho parte del creciente progreso y consolidación de San Fernando Plaza.
La idea de un jardín de piedras resulta bastante absurda para una mentalidad como la nuestra que relaciona siempre el jardín con un triunfo de la exuberancia de la vegetación y de las flores
Por Carlos Arturo Fernández U.
El “Jardín de piedras” de Hugo Zapata, en el Edificio Colmena de la Avenida El Poblado, es una obra contradictoria o, por lo menos, extraña y problemática. La idea de un jardín de piedras resulta bastante absurda para una mentalidad como la nuestra que relaciona siempre el jardín con un triunfo de la exuberancia de la vegetación y de las flores. Aquí, por el contrario, predominan las piedras y elementos extraños a la naturaleza orgánica. Más todavía, el jardín de Hugo Zapata está definido por un conjunto de formas, como especies de picos en concreto, que no son ni siquiera elementos minerales sino que tienen que ver con los procesos industriales y artificiales más extremos. Quizás, el problema que nos plantea esta obra estriba en que queremos vincularla a situaciones que le son totalmente extrañas. Aquí no nos encontramos frente al típico jardín occidental sino, mejor, ante una idea que remite a experiencias trascendentales y espirituales que, en buena medida, quieren hablarnos del mundo oriental. “Jardín de piedras” es una composición de 2,30 metros de altura, por 17 metros de largo y 4,80 de anchura, en piedra y concreto pintado, que Hugo Zapata realizó en 1989. Los materiales predominantes en las estructuras mayores parecen querer contraponerse con la obra “Estelas”, realizada apenas dos años antes en Suramericana de Seguros, donde se imponían las formas naturales de las piedras moduladas por el tiempo y por todos los elementos. En “Jardín de piedras”, por el contrario, se impone la presencia y decisión inapelable del hombre que impone sus formas y materiales. La referencia básica, tal vez, tiene que ver con los jardines zen, desarrollados con arenas y materiales inertes, que de manera contundente nos ubican frente a los elementos básicos de la realidad, y nos imponen una actitud de respeto y silencio por la contundencia de su presencia. Arenas y piedras, desplegadas de formas más o menos cuidadosas, pero que siempre parecen responder a procesos abiertos a la revisión y rediseño, nos hablan de una historia continua, sin héroes deslumbrantes ni víctimas dolorosas, sino, más bien, centrada en el puro acontecer. Y lo que acontece es la naturaleza que se carga de sentido por la acción humana. Así, más allá de la simple acumulación de materiales del mundo mineral y de las producciones industriales, aquí nos topamos con una creación de elementos que nos obligan a plantearnos la pregunta por el sentido. Y, en definitiva, la respuesta será siempre la misma, como una especie de canto mantra que llevado ante el dios nos garantiza su apoyo: la exigencia de la reflexión humana, en estricto respeto con el desarrollo natural. “Jardín de piedras” no es una obra simple. Por el contrario, nos habla del silencio y la ausencia en las cuales, según el pensamiento zen, es posible encontrar la explicación de lo real.
Qué tal que a uno lo inviten al cumpleaños de una rancia señora y que llegada la hora le salgan con una fiesta de quince, así nada más, a sangre fría y sin haber ensayado el vals. En eso pensé el pasado 20 de julio al ver la poca atención que se le prestó al florero de Llorente y los muchos aplausos que cosecharon Bolívar y su Estado Mayor. Para decirlo de una vez por todas: la fiesta del Bicentenario, en buena parte, le ha sido dedicada a una efeméride que, como la Batalla de Boyacá, apenas ajustaba la suma fraccionaria de 190 años, 11 meses y 13 días cuando se cantó el Happy Birthday. Supongo que la sosa lógica de los estándares nacionales de educación tiene la culpa de esa herética confusión histórica: como, según esos acápites nauseabundos, lo que importa es la idea general de los procesos y conceptos y en ningún sentido el dato exacto y pulido con que nos regala la buena memoria, tanto da una cosa por otra —un puente por un florero— si, de lo que se trata, es de hablar de independencia en los términos más generales. Y hay qué ver hasta dónde llegan los efectos de ese sofisma detestable: el mismo alcalde de Medellín, en el discurso tartamudo y chapucero que escupió con motivo del publicitado aniversario 200, olvidó referirse a Morales, Rosillo y Carbonell y prefirió rendir homenaje a próceres como José María Córdoba y Juan Manuel Santos; un equívoco tan extravagante como los miles de millones de dólares que ardieron, esa noche, en el cielo de nuestra ciudad mendiga. Ver la carátula que la revista Número le dedicó al Libertador y los aspavientos con que se anunció la obra escénica Bolívar: fragmentos de un sueño sólo me produjo un agudo dolor de cabeza; porque, mientras del héroe caraqueño se vio hasta su osamenta, de los protagonistas de los hechos del 20 de julio de 1810 poco o nada se dijo. Ha hecho lamentable carrera esa idea según la cual la “primera Independencia” no fue más que un alboroto pasajero: como si fuera un chiste aquello de que, después de siglos de tiranía hispánica, los criollos santafereños participaran en una junta de gobierno; o que el encopetado virrey Antonio José Amar y Borbón se viera obligado, por una turba de mestizos y zambos pobretones encabezada por José María Carbonell, a convocar a un cabildo abierto. La historia ha sido particularmente injusta al olvidarse de Carbonell: él, cuando se había calmado el zafarrancho nacido con la rotura del florero y mientras los criollos daban por cumplidas las dudosas promesas del virrey, recorrió los barrios bajos de la capital y reclutó un ejército de menesterosos que habría de ejercer la presión definitiva sobre el mandamás español. A sus audacias se refirió Pablo Morillo con evidente furia: “José María Carbonell fue el primer presidente de la junta tumultuaria que se formó en esta capital, quien puso los grillos al excelentísimo señor virrey Amar y lo condujo a la cárcel; el principal autor y cabeza del motín, el que sedujo a las revendedoras y a la plebe para insultar a la señora virreina”. Más que el opaco Alberto Lleras Camargo, este héroe desconocido merece la gloria de poner su rostro en el futuro billete de cien mil pesos. Como van las cosas, al llegar el 7 de agosto de 2019 la relumbrante palabra Independencia será clavada definitivamente, en monopolio, a los pies de los lanceros de Boyacá. Entonces la generación que ahora gatea confundirá a Carbonell con un lápiz para dibujo, verá en Camilo Torres a un cura con fusil y creerá que los apellidos Acevedo y Gómez eran los de una dupla goleadora del Santa Fe. Habrán terminado, sin que quepa duda, los momentos de efervescencia y calor para los forjadores de nuestro primer minuto de libertad.
Existe un cuento acerca de un niño que todos los días abría su lonchera en el colegio a la hora del almuerzo y, sin falta, expresaba: “¡Otra vez sándwich de queso!”. En una ocasión uno de sus amiguitos, ya molesto por sus quejas, le dijo: “Dile a tu mamá que te empaque otra cosa diferente para almorzar”, a lo que el quejoso respondió: “Es que yo soy quien empaco mi lonchera”. ¿Eres tú, acaso, una de las personas que tienen sándwich de queso en sus vidas, situaciones que no te gustan, de las cuales te quejas todos los días pero que son creadas por ti y no te esfuerzas en resolver? ¿Cuáles son esas situaciones en tu vida? ¿Acaso es el trabajo, ese por el cual pasas la semana descontando los días para que sea viernes y el domingo en la noche te produce un malestar en el estómago porque sabes que la semana empieza de nuevo? ¿Es la relación que te hace llorar todas las semanas pero en la que continúas por el miedo de estar solo? ¿O son los kilos de más que te molestan, para los cuales planeas empezar dieta el próximo lunes? ¿Cuánto tiempo llevas en tu vida quejándote por lo mismo sin hacer nada al respecto? Muchas personas se pasan la vida sacando excusas para no actuar y hacer los cambios necesarios para mejorarla. “Hoy no, mañana empiezo la dieta” o “es que es muy difícil conseguir trabajo” (sin preparar siquiera la hoja de vida) o “él si me quiere, lo que pasa es que…” son algunas de las disculpas más comunes que dan ante los demás y ante sí mismos. Según Jack Canfield, autor de Sopa de Pollo para el Alma, el principio #1 para sentir más control sobre tu vida es tomar responsabilidad por tus resultados. Si no te gusta tu trabajo, entiende que fuiste tú el que aceptó el contrato laboral. Si no estás feliz en tu relación sentimental, acepta que tú eres el 50% de esa relación y que puedes salirte de ella cuando quieras. Si estás más pesado de lo que quisieras, es porque estás comiendo más calorías de las que gastas. El primer paso para cambiar cualquier situación es asumir la responsabilidad en ella. Porque habla del mismo principio, me encanta la campaña Se Acabaron las Excusas, del Fondo de Prevención Vial, cuyo objetivo es educar a la ciudadanía para que se responsabilice de su comportamiento en las calles. Nos invita a tomar responsabilidad por nuestros pensamientos, palabras, acciones y resultados. Puedes pasarte la vida sacando disculpas y dando explicaciones de por qué las cosas están como están, pero eres TÚ el que se está negando a cambiarlas, eres TÚ el que se está frenando. Por fortuna, nunca es tarde, todavía estás tiempo. Si quieres ver mejoría en tu vida Se Acabaron las Excusas.
En Medellín cada vez se hace más difícil circular en un vehículo automotor. La “bogotanización” de la ciudad es ya prácticamente una realidad. Las vías ya no dan abasto y aun no se conocen medidas “inteligentes” de tránsito que permitan pensar que la movililidad vehicular de la ciudad es fluida. La verdad es que cada vez nos vemos inmersos en un caos que hace que vías, que se suponen son arterias viales como la Autopista Sur y la Paralela, ya no sean suficientes. Amable lector, solo ensaye cuánto se demora usted para dirigirse desde el puente de la Avenida San Juan hasta el puente de La Aguacatala a cualquier hora del día, o trate de circular a las 6 p.m. por la Paralela entre la Calle 30 y la Avenida Colombia para que se dé cuenta que toma más de 45 minutos recorrer ese trayecto. Ni qué decir de El Poblado. La Calle 10 desde el puente sobre el río es un caos en horas pico. La Transversal Inferior es un solo taco desde el Hotel Intercontinental hasta la Loma de El Campestre; ni qué hablar de la Avenida El Poblado. Difícil moverse, difícil llegar al destino. De otros sectores de la ciudad también podría hablar. Mire no más lo que sucede con la Avenida 80, la Calle 33, La 65, etc. A este caos vehicular, sumémosle lo que ha venido aconteciendo en Medellín después de que a los “genios” del Tránsito Municipal les ha dado por permitir cierres de vías por toda la ciudad, como si la movilidad de los ciudadanos no importase y de pronto, fuesen más importantes las celebraciones de eventos deportivos y recreativos que la misma circulación de los vehículos de los ciudadanos que también pagan impuestos y tienen iguales derechos. Es inaudito que cerremos una vía tan importante como la Autopista y la Paralela para la celebración del evento de la conmemoración de la Independencia, que se pudo haber hecho solamente unas pocas horas. Tampoco me parece que la ciudad tenga que colapsar por el paso de la Vuelta a Colombia. Es inaudito que uno deba estar más de una hora metido en un carro, como el pasado sábado 14 de agosto en La 33, por el paso de esta carrera sin haberle avisado a los ciudadanos acerca de los cierres de vías en la ciudad por el evento deportivo. Y más aun, ver a los guardas de tránsito manicruzados dejando en manos de los conductores de los vehículos, que de una manera propia de no sé donde, sean quienes deban resolver los atolladeros como sucedió en esa importante vía arteria de la ciudad. Podría ilustrar muchas más situaciones en las cuales la ciudadanía ha manifestado su inconformidad por los cierres inesperados de importantes vías, no sólo para la celebración de eventos deportivos y culturales, sino para la construcción de obras civiles. Espero que la Administración Municipal haya aprendido de los inmensos perjuicios que se les ocasionaron a los comerciantes de la Calle 10, la Calle 30 y la Carrera 45 en Manrique, cuando en la Administración Fajardo se cerraron estas vías por varios meses, generándole al Municipio unas eventuales demandas por perjuicios de miles de millones de pesos. Espero que la Autoridad de Tránsito de la ciudad sea más eficaz en su actuar. Que no se sigan cerrando las principales vías de la ciudad y que los Guardas de Tránsito estén alertas a atender las situaciones de complejidad en el tráfico vehicular que se presentan continuamente en Medellín y no se vuelvan a “atortolar” como el día que la Vuelta a Colombia atravesó la ciudad.
El Círculo de Periodistas y Comunicadores Sociales de Antioquia, CIPA, concedió a Vivir en El Poblado una Moción de Felicitación como medio alternativo de comunicación mientras que su recientemente fallecido fundador y director, Julio Posada, fue exaltado de manera póstuma por su esfuerzo al frente de esta publicación. Este valioso reconocimiento para Vivir en el Poblado y su inolvidable creador y guía, fue otorgado durante la celebración del Día del Periodista, ceremonia celebrada en el auditorio del Instituto para el Desarrollo de Antioquia, IDEA. La Resolución No. 026 del 4 de agosto de 2010, por medio de la cual Vivir en El Poblado recibe este estímulo, lo destaca como “primer medio alternativo de comunicación impreso en Antioquia, con 20 años de fructífera tarea”. Agrega la Resolución que para el CIPA “es motivo de especial satisfacción estimular esta labor consagrada al libre ejercicio de la libertad de expresión a través de medios alternativos de comunicación”. La labor y el camino trazado por Julio Posada al fundar y dirigir Vivir en El Poblado durante dos décadas también es destacada por el CIPA en esta Resolución, la cual ordena en su Artículo Segundo: “Exaltar y reconocer como un homenaje póstumo el esfuerzo de su fundador y director Julio César Posada Aristizábal por mantener esta publicación desde 1990 hasta 2010 y consolidarse cada vez más como un medio alternativo para la comunidad”. Este reconocimiento hace parte del Premio CIPA a la excelencia periodística, creado en 1989 para exaltar cada año a los profesionales que se distingan por el ejercicio de su profesión. Para Vivir en El Poblado significa la reafirmación de nuestro compromiso con lectores y anunciantes, con el periodismo de interés público, promotor de valores cívicos y democráticos. Por eso siempre hemos mantenido una orientación estrictamente local, con la información pertinente, útil e interesante para los habitantes de El Poblado. No se trata, como podría pensarse a primera vista, de una restricción geográfica, sino de una idea de respeto por los lectores y los anunciantes, a los que se les entrega un periódico que les habla de los asuntos cercanos por sus intereses personales, su profesión, su entorno social y sus aficiones. Esa apelación a lo local es respetuosa porque no pretende atiborrar de información irrelevante disfrazada de actualidad, sino ofrecer sustento para el diálogo, la toma de decisiones y la interacción con la comunidad. Agradecemos al CIPA por reconocer el trabajo de Julio Posada y la forma en que ejercemos el periodismo en Vivir en El Poblado.
Culinaria gourmet con Miró y Suso Me preocupa cada día más la cultura de la flor de pimentón, el moño de perejil crespo, la ramita de romero, la hoja de apio, la rosa de cáscara de tomate, el chorrito de reducción, la zanahoria torneada, el pepino en zigzag, heredados de los 70s cuya obra maestra era la tetica de arroz con pezón de salsa de tomate, fusión de Anorí y Lincoln Rd (el que entendió, entendió) que yo personalmente detesto.
Con los mismos elementos, técnica y un tris de imaginación se pueden hacer decoraciones comestibles bonitas y ricas; si de flores se trata, en la mismísima calle encuentra muchas exquisitas que no van a envenenar a nadie. Me parece triste botar la comida y la plata en decoraciones excesivamente manoseadas que nadie se come y que en algunos sitios pasan recicladas de un comensal al otro. Ojalá las universidades, institutos, academias y escuelas de cocina que hoy pululan en la ciudad, se dediquen a recuperar, mejorar y promover nuestros verdaderos valores culinarios como el plátano, la papa, la yuca, los frisoles, el arroz, el maíz, la arepa, los montones de vegetales y frutas, tan nuestros y menospreciados, en vez de perder tanto tiempo haciendo obritas de arte carentes de sazón, identidad y gracia, que aunque son bonitas como una pintura de Miró, usualmente saben a eso. Algo como la receta de un hijo de Suso y Susana Jiménez nacido en Soacha pero educado en Eton College. Todo lo que se sirve en un plato debería ser para comer y en vez de tanta decoración fruto de un mal interpretado estilo culinario en extinción, nos deberíamos concentrar mucho más en el sabor, que queda grabado en el alma, mientras la flor del rábano, de plato en plato, se olvida como un mal amor. A pesar de que varias escuelas de cocina están haciendo muy buen trabajo, es triste la pobre cultura general del mundo culinario de algunos nuevos flamantes chef, empezando por el abuso de la palabra gourmet, definida en Wikipedia: “Un gourmet es una persona con gusto delicado y exquisito paladar, conocedor de los platos de cocina significativamente refinados, que tiene la capacidad de ser catador de talentos de gastronomía al probar el nivel de sabor, fineza y calidad de ciertos alimentos y vinos.” Aquí por el contrario, gourmet, se volvió cualquier cosa que quieran cobrar caro y la receta empieza, lo creen a uno bobo, por reducir las porciones a canapé de pichón enfermo pensando que menos es más, hacer detestables y repetitivos emplatados con “altura”, pintar una raya en el fondo de cualquier cosa, no importa a lo que pueda saber, o parar un frisol en un timbal, a mí me va a dar algo. Cada día me convenzo más de que poco o nada me descrestan muchas de las creaciones modernas, sobre todo porque no encuentro parámetros de comparación; por el contrario ante un arroz bien hecho, un patacón en su punto o un buen chicharrón, me quito el sombrero. Lo que antes era la Alta Cocina hoy es gourmet, pero como ya todo es gourmet, cuando todo es gourmet, ya nada es gourmet (el que entendió, entendió). Otro tema en el cual deben trabajar más las escuelas es en la ética profesional, tan necesaria entre una competencia desleal y poco sana cuya mayor virtud es copiar al que le va bien, de ahí la invasión por oleadas de negocios iguales que más temprano que tarde fracasan, deteriorando la imagen del sector. En el mundo gastronómico triunfan y perduran los auténticos; los segundos nunca dejarán de serlo. Ahí está la Virgen que de todas maneras hay gente nueva extraordinaria con ofertas originales, bien estructuradas y de muy buen gusto como Artisano en Manila que me encantó, tanto por su comida como por la amabilidad de sus dueños. Entre otras cosas les cuento que estuve en el Barrio Santo Domingo Savio grabando la Gastrosophía de Tulio en un festival del sancocho y pude comprobar dos cosas: no hay como el caldo hecho con hueso y ninguno de los 137 sancochos callejeros tenía ninguna yerba sicodélica como aquel espantoso que le sirvieron a Bourdain en medio de canticos de adoración a la violencia y a la droga; deberíamos protestar para que youtube borre semejante oprobio. Si alguien me sabe decir en dónde se come un buen sancocho escríbame por [email protected] o a través de lacocinademolina.blogspot.com. Que rico que así como hay negocios de ajiacos y de mondongos, hubiera de sancochos, ya que en el mundo hay miles de versiones y en Antioquia los tenemos deliciosos. A mediados de agosto reabre por fin el chef Santiago Uribe su restaurante Cocina, Campo & Madera, por la entrada de Flot; un sitio donde se come demasiado bien en medio de un ambiente campestre bellísimo. Se le puede aparecer sin avisar después de los miércoles a comer pizzas en horno de barro, o cualquier día con reserva para deleitarse con sus sabores y crónicas de anfitrión incomparable. [email protected]
Colectiva: una nueva generación de talentos Artistas, periodistas y otros invitados especiales se reunieron en la Galería Naranjo & Velilla en San Fernando Plaza, con motivo de la inauguración de Colectiva, muestra auspiciada por la Fiduciaria Bancolombia, que integra las mejores obras de una nueva generación de talentos nacionales: Diego Díaz, Johan Barrios y Yosman Botero, tres artistas plásticos de la Universidad de Antioquia, que pese a su juventud, tienen un recorrido académico-empírico considerable en el mundo del arte. Sus propuestas aunque disímiles en diversos sentidos, tienen en común una influencia latente de la fotografía y del entorno circundante, además de un afán sincero por motivar a los observadores a ejercitar su imaginación y capacidad de interpretación ante lo observado. Esta exposición, recomendada para los amantes del buen arte contemporáneo, estará abierta al público hasta el 31 del presente mes. Diego Díaz, Yosman Botero y Johan Barrios Fuad Velasco, Pilar Velilla, Juan David Correa, Adolfo Naranjo y Maria del Pilar Naranjo Velilla Caralina Rojas, Catalina Velásquez y Natalia Londoño José David López, Juan Raúl Hoyos y Luis F. Vélez
Festival Gastronómico del Mar en el Dann Caldereta de camarones; langostinos Hawai; seviche antillano; róbalo papillote; sopa del pescador y muchos otros exquisitos manjares hacen parte de los 25 menús que ofrece el Festival Gastronómico del Mar, que se realiza en el restaurante Spiga di Palermo, del Dann. Este evento culinario estará abierto a los comensales hasta el 31 de agosto. Mayores informes en el 444 5151, extensión 300.
Un reconocimiento a un sueño cumplido Julio Posada Aristizábal José Jaramillo, Manuel Posada.
Con el objetivo de exaltar los 20 años de fructífera y exitosa labor de Vivir en El Poblado en el ejercicio de un periodismo libre, cercano y útil, el Cipa (Círculo de Periodistas y Comunicadores Sociales de Antioquia) otorgó al Periódico una Moción de Felicitación, honor que también tenía el propósito de homenajear de manera póstuma a nuestro fundador Julio Posada Aristizábal, quien en 1990 hizo realidad un sueño para muchos, en ese entonces, utópico: crear el primer medio impreso sectorial y gratuito del país; un periódico ajeno al poder e interesado por los temas cotidianos que afectan a una comunidad. El reconocimiento fue recibido en la ceremonia de los Premios Cipa, realizada en el auditorio del Idea. Agradecemos este importante premio, el cual nos motiva a continuar con nuestra misión de entregar a los lectores un periódico útil para vivir bien, vivir mejor.
Enlace Escobar-Restrepo En un clásico taxi Checker, Melina Escobar -vestida con un diseño de María Luisa Ortiz- y Sebastián Restrepo -con un traje de Pascal Decaillet- arribaron a la Iglesia Santa Bárbara de Ayurá, para contraer matrimonio, en presencia de familiares y amigos cercanos. La novia es hija de María Luisa del Corral y Francisco Escobar, el novio, de Silvia Toro y Guillermo Restrepo. Alrededor de las nueve de la noche, los recién casados y sus ciento treinta invitados se trasladaron hasta Banquetes Santa Mónica, en donde disfrutaron de una exquisita cena y una fiesta a la altura de tan sublime ocasión.
Sebastián Restrepo, Melina Escobar. Francisco Escobar, Melina Escobar, Camilo Escobar, María Luisa del Corral. Luis Eduardo Yacaman, Verónica Restrepo, Sebastián Restrepo, Melina Escobar, Guillermo Restrepo, Silvia Toro. Hasta casi las tres de la mañana, novios y amigos disfrutaron de la fiesta.
Fernando Hernández llevaba ya 12 años en una empresa en Medellín, la mayoría de ellos como gerente comercial. Tenía 48 por aquellos días y se había formado en gerencia gracias a un trabajo que se basaba en su experiencia. Tal vez por eso le dieron tan duro los cambios que se produjeron en la compañía y la llegada de mentes con ideas renovadas y con las últimas especializaciones disponibles. Los métodos de Hernández empezaron a ser cuestionados por sus pares, sus jefes y hasta sus subalternos, disminuyendo su participación en las decisiones. Las consultas cada vez eran menos y sus superiores, tal vez intencionalmente, le redujeron funciones. Las burlas y las desautorizaciones fueron minando sus ímpetus, sus defensas y terminaron por llevarlo a un estado depresivo que le produjo dificultades para dormir, falta de concentración, caída del pelo y una mella en su autoestima difícil de cuantificar. Aunque el nombre de esta persona es ficticio (para proteger su integridad) la historia es real y data de hace tan sólo un par de años. Fue conocida muy de cerca por María del Rosario Reyes, profesional en Gestión Humana desde hace 20 años, 11 de ellos como consultora, y hoy docente de psicología organizacional en el CES. Ella no duda en afirmar que se trató de uno de los casos más frecuentes de acoso laboral o moral, más conocido como ‘mobbing’. “Este acoso o presión puede venir de tres partes: de los jefes, que sería descendente; de los compañeros, que sería horizontal; e incluso de los subordinados, que sería ascendente”, es la explicación de la señora Reyes. En el caso del acoso descendente, quien ostenta el poder humilla a sus subordinados con desprecios, falsas acusaciones e insultos para mantener su posición jerárquica. Además, se puede tratar de una estrategia empresarial para deshacerse de una persona sin necesidad de un despido legal, forzando el abandono “voluntario”. El acoso horizontal, por su parte, se presenta en ocasiones por problemas puramente personales, por celos laborales o porque haya compañeros distintos. Las burlas en este punto son permanentes. En el caso ascendente, uno de los más extraños, la persona que ostenta un rango superior en la organización, se ve agredida por uno o varios subordinados, en la mayoría de los casos porque es nuevo y sus métodos no son aceptados, porque tiene un puesto ansiado por alguno de ellos o porque su ascenso no ha sido consultado e informado a los demás.
Métodos específicos de acosadores
La agresión muchas veces es extremadamente sutil pero muy perversa, ya que se trata de un comportamiento premeditado. “Una de las ideas es producir deliberadamente aislamiento social”. A veces se impulsan cambios en la organización que perjudican directamente al acosado y pueden ir desde no asignarle tarea alguna, hasta asignarle tareas que bien por su complejidad o cantidad son imposibles de terminar. También se le asignan cosas que no sirven para nada o se le dan datos erróneos para que fracase. Comúnmente se evalúan siempre los trabajos realizados por la persona de forma negativa, creando en el trabajador una sensación de inutilidad.
Soluciones En palabras de María del Rosario Reyes “hay que enfocarse en la comunicación asertiva, con palabras adecuadas al dirigirse al otro. En cuanto al jefe, que incentive en grupo y no individualmente, teniendo presentes máximas de la gestión humana como: ‘los reconocimientos en público, regaños en privado’, y ‘suave con las personas, duro con el hecho’”. Las cifras muestran que una víctima de acoso (mobbing) disminuye hasta en un 60 por ciento su desempeño laboral. En cuanto a las empresas, también se ven afectadas, como ocurrió en el caso de “Fernando” quien al final fue despedido, generando un pago en indemnización (que por supuesto se merecía). El equipo de trabajo, se resquebrajó porque unos estuvieron a favor de él y otros en contra, y por último, muchos de los empleados perdieron la confianza al afirmar que no podrían encomendar sus desempeños laborales en una compañía que no fuera capaz siquiera de arropar a uno de sus directivos. Para Fernando fueron varios meses de terapia para tener confianza en sí mismo de nuevo y para desarrollar trabajos en grupo, tan importantes siempre para las empresas.
¿Usted tendría en casa a un león, un elefante, un tiburón o una jirafa?
Si usted es uno de esos tantos que, ya sea por curiosidad, lástima o equivocación compró o recibió fauna silvestre en su casa, existen formas de resarcir el daño causado, al menos en una parte.
Foto cortesía Área Metropolitana del Valle del Aburrá.
Tan descabellada como suena la idea de tener un animal de este tipo como mascota, así mismo es tener fauna silvestre, animales no domésticos que son sacados de su hábitat natural para venderlos, generando consecuencias catastróficas para su especie, ecosistema e incluso para el humano mismo.
Existe un desconocimiento general sobre este tipo de animales que suelen camuflarse entre perros y gatos como mascotas de muchas familias. La diferencia fundamental radica en que la fauna doméstica es aquella que depende del hombre para sobrevivir mientras que la silvestre puede valerse por sí misma si se encuentra en su ambiente natural.
En la actualidad, el tráfico de especies es el tercer negocio más lucrativo del mundo, después de las armas y la droga. Existen redes completas que se dedican a traficar con animales para venderlos vivos para su exhibición o muertos para el uso de sus pieles, dientes o diferentes partes de uso comercial.
Si usted es uno de esos tantos que, ya sea por curiosidad, lástima o equivocación compró o recibió fauna silvestre en su casa, existen formas de resarcir el daño causado, al menos en una parte. El Área Metropolitana del Valle del Aburrá realiza operativos por los barrios buscando animales que hayan salido ilegalmente de sus ecosistemas. Ellos pueden realizar el decomiso o existe la posibilidad de la entrega voluntaria a través de la línea 385 6000, extensión 127 ó 109.
Cuando la Unidad de Rescate Animal logra recuperar la especie, ésta es llevada al Centro de Atención y Valoración de Fauna Silvestre donde recibe atención especializada para reincorporarlos a su ecosistema natural. Allí inician un proceso de resocialización donde comienza a relacionarse con seres de su especie después de ponerlo en cuarentena para evitar la transmisión de enfermedades.
Existe un gran riesgo tanto para la especie como para el ser humano de transmisión de enfermedades. Las heces fecales de estos animales poseen una gran cantidad de bacterias peligrosas para el hombre. Sacar un ejemplar de cualquier tipo causa un desequilibrio en el ecosistema, al disminuir el número de su especie, limitar su reproducción e incluso afectar a otras tantas que se alimentan de ésta.
Aunque parezcan felices, estos animales nunca van a serlo conviviendo con el hombre. No pueden establecer comunicación y no pueden reproducirse. Al sinsonte, por ejemplo, es muy común verlo como mascota, su hermoso canto atrae la atención de muchas personas, sin embargo, éste sólo canta cuando se siente triste o está buscando pareja. Para aquellos amantes de los animales silvestres, el mensaje es que los quieran pero en libertad y que denuncien esta práctica a los números mencionados.
Temporada pasada por lluvias
Hoy por hoy en la ciudad es muy normal ver a las personas con abrigos, sombrillas e impermeables. Esta nueva indumentaria ha venido con la temporada de lluvias que azota al país y que parece no lo dejará hasta final de año según lo ha informado el IDEAM.
Tras una temporada de sequía derivada del fenómeno de El Niño, ahora La Niña trae consigo un caudal de lluvias e inundaciones. Estos cambios recurrentes cuestionan a muchos que añoran la época de las cabañuelas o cuando la actividad del clima era cíclica. Sin embargo, fenómenos como el cambio climático interfieren de forma directa en este panorama que no parece ser alentador.
Vale la pena meditar en acciones que, aunque cotidianas, pueden contribuir a que estas temporadas, de las que nadie se salva, no sean tan extremas como hasta ahora. Compartir los cupos del carro, tapar las ollas al cocinar y usar medios masivos de transporte pueden hacer la diferencia para disminuir el impacto que se genera a la atmósfera, gran responsable de la regulación del clima del planeta.
La idea de un jardín de piedras resulta bastante absurda para una mentalidad como la nuestra que relaciona siempre el jardín con un triunfo de la exuberancia de la vegetación y de las flores
Por Carlos Arturo Fernández U.
El “Jardín de piedras” de Hugo Zapata, en el Edificio Colmena de la Avenida El Poblado, es una obra contradictoria o, por lo menos, extraña y problemática. La idea de un jardín de piedras resulta bastante absurda para una mentalidad como la nuestra que relaciona siempre el jardín con un triunfo de la exuberancia de la vegetación y de las flores. Aquí, por el contrario, predominan las piedras y elementos extraños a la naturaleza orgánica. Más todavía, el jardín de Hugo Zapata está definido por un conjunto de formas, como especies de picos en concreto, que no son ni siquiera elementos minerales sino que tienen que ver con los procesos industriales y artificiales más extremos. Quizás, el problema que nos plantea esta obra estriba en que queremos vincularla a situaciones que le son totalmente extrañas. Aquí no nos encontramos frente al típico jardín occidental sino, mejor, ante una idea que remite a experiencias trascendentales y espirituales que, en buena medida, quieren hablarnos del mundo oriental. “Jardín de piedras” es una composición de 2,30 metros de altura, por 17 metros de largo y 4,80 de anchura, en piedra y concreto pintado, que Hugo Zapata realizó en 1989. Los materiales predominantes en las estructuras mayores parecen querer contraponerse con la obra “Estelas”, realizada apenas dos años antes en Suramericana de Seguros, donde se imponían las formas naturales de las piedras moduladas por el tiempo y por todos los elementos. En “Jardín de piedras”, por el contrario, se impone la presencia y decisión inapelable del hombre que impone sus formas y materiales. La referencia básica, tal vez, tiene que ver con los jardines zen, desarrollados con arenas y materiales inertes, que de manera contundente nos ubican frente a los elementos básicos de la realidad, y nos imponen una actitud de respeto y silencio por la contundencia de su presencia. Arenas y piedras, desplegadas de formas más o menos cuidadosas, pero que siempre parecen responder a procesos abiertos a la revisión y rediseño, nos hablan de una historia continua, sin héroes deslumbrantes ni víctimas dolorosas, sino, más bien, centrada en el puro acontecer. Y lo que acontece es la naturaleza que se carga de sentido por la acción humana. Así, más allá de la simple acumulación de materiales del mundo mineral y de las producciones industriales, aquí nos topamos con una creación de elementos que nos obligan a plantearnos la pregunta por el sentido. Y, en definitiva, la respuesta será siempre la misma, como una especie de canto mantra que llevado ante el dios nos garantiza su apoyo: la exigencia de la reflexión humana, en estricto respeto con el desarrollo natural. “Jardín de piedras” no es una obra simple. Por el contrario, nos habla del silencio y la ausencia en las cuales, según el pensamiento zen, es posible encontrar la explicación de lo real.
La creatividad ha sido y será siempre el idioma de Gabriel Villa, “El Flaco”, publicista con más de treinta años de experiencia en la labor de concebir conceptos novedosos y materializarlos en proyectos exitosos. Cofundador de Materia Gris, agencia en la que durante cerca de dos décadas dejo huella por sus innovadoras propuestas, este bogotano de nacimiento pero residente de Medellín de toda la vida, actualmente se dedica a la consolidación de Arcángel, una corredora y administradora de talentos especializados, negocio que desea replicar en otras ciudades, entre ellas Miami.
Apasionado por la música -estudió violín y piano en Bellas Artes y la Universidad de Antioquia- Gabriel Villa considera la humildad y la capacidad para trabajar en equipo como las virtudes que debe tener todo aquel que elija la publicidad como su opción de vida. Retratado por Carlos Tobón en 2008.
Bienvenidas, las dos Pilar Velilla y Clara Inés Restrepo.
Tras cinco años a la cabeza de un exitoso proceso de renovación, mediante el cual convirtió al Jardín Botánico en lo que es hoy, una institución sostenible, actualizada, eficiente y referente de ciudad, Pilar Velilla deja el cargo de directora, para asumir un nuevo reto como gerente del Club El Rodeo. El Jardín queda en muy buenas manos, su nueva directora es la economista agrícola con maestría en estudios urbanos regionales Clara Inés Restrepo, quien tiene gran experiencia en el manejo de empresas privadas y públicas sociales y quien se desempeñó como Secretaria de Desarrollo Social durante la alcaldía de Sergio Fajardo y como Secretaria de Medio Ambiente en la Administración Municipal actual. Suerte y éxitos para ambas en sus nuevos caminos.
Pasión por lo nuestro Recientemente pasó por Santafé Medellín “Descubre Colombia a través de su corazón”, exposición itinerante organizada por Colombia es Pasión, vista por más de un millón de personas en distintas ciudades -entre ellas Nueva York y Washington-, que busca proyectar y hacer visibles las virtudes de nuestro país. A esta exhibición interactiva se le sumó la Placita de las flores, un espacio de ambiente europeo adecuado por Santafé Medellín, ideal para llevarse a casa unas bellas flores o simplemente disfrutar de un buen café. Este colorido lugar permanecerá en el Centro Comercial hasta el 29 de agosto.
El sentido de lo Inestable “La materia se transforma y todo lo que se creía indivisible… se divide” es la principal premisa detrás de la creación de Inestable, exposición de José Fernando Moreno -uno de los nuevos talentos del arte local-, quien durante más de dos años desarrolló esta serie de obras pictóricas, de gran formato en su mayoría, en las cuales los equilibrios parecen inestables e insostenibles, y un engañoso azar permite toda suerte de mutaciones y combinaciones de la diversidad de materiales utilizados por el autor de esta provocadora propuesta. La muestra estará exhibida en Casa Imago hasta el 1 de septiembre. Mayores informes en el teléfono 511 4931.
Empanadas paisas en Buenos Aires Más parecidas a las empanadas de fonda al bordo de la carretera o de las cantinas de pueblo que a las de las iglesias
Hace pocos días, y desde Bogotá, mi prima Gloria me preguntó cómo hacer empanadas como las que hacen los paisas en Antioquia. Con ellas, que yo sepa, se han construido al menos todas las iglesias de Antioquia, Caldas, Risaralda y Quindío. Me puse a investigar un poco y terminé haciendo mi versión, pareciéndome que quedaron bastante aceptables; más parecidas a las empanadas de fonda al bordo de la carretera o de las cantinas de pueblo que a las de las iglesias: quedaron con carne como relleno y no llenas de aire como suelen ser las que se utilizan para ayudar a la construcción de estas últimas. Con la receta que indico a continuación hice 24 empanadas de tamaño mediano.
Ingredientes para la masa 4 tazas de masa para arepas, hecha preferiblemente a partir de maíz trillado, remojado durante por lo menos un día, cocido después a fuego medio cubierto con agua, y que una vez frío se muele para hacer la masa. Este último paso yo lo hago con un “food procesor” y hasta lograr la consistencia de masa. 2 cucharadas de Maizena o almidón. 1 cucharada de manteca de cerdo. ½ cebolla picada muy finamente. ½ cucharadita de sal. ¼ cucharadita de achiote o cúrcuma. ¼ cucharadita de comino molido.
Preparación de la masa Preparar la masa de maíz de acuerdo a lo indicado arriba, mezclar bien todos los ingredientes y poner la masa así formada en una bolsa de plástico y hasta el momento de preparar las empanadas, este paso es con el fin de que permanezca húmeda.
Ingredientes para el relleno 250 gramos de solomo redondo de res o de un corte de carne similar, cortado en tajadas muy finas, como con las que se hacen las milanesas o la carne apanada y posteriormente picada a cuchillo, para que quede finalmente en cuadros muy pequeños. ½ cebolla picada muy finamente. 1 diente de ajo, picado muy finamente. ½ frasco de salsa de tomates frescos (no de la salsa conocida como “ketchup”). 1 cebolla junca picada muy finamente. ¼ cucharadita de achiote o de cúrcuma. ¼ cucharadita de comino molido. Sal y pimienta al gusto. 3 ó 4 papas medianas hervidas, peladas y cortadas en cubos pequeños. Aceite de oliva o manteca de cerdo.
Preparación del relleno Poner una sartén a fuego medio, agregar el aceite de oliva o la manteca, la cebolla y el ajo y dejar cocinar todo unos dos o tres minutos; agregar la carne picada a cuchillo y cocinar hasta que ésta suelte todo el líquido y pierda su color crudo, agregar la salsa de tomate, la sal, la pimienta y resto de aliños, revolver bien y al final la cebolla junca, cocinar un minuto más. Bajar del fuego, agregar las papas cortadas en cubitos, revolver bien, pasar a un recipiente y llevar varias horas a la refrigeradora, preferiblemente durante una noche.
Armado y cocción de las empanadas Retirar sucesivamente de la masa la cantidad necesaria para hacer una bola de unos 5 centímetros de diámetro, colocarla entre dos hojas de papel plástico, haciendo presión con el puño y luego con la mano aplanarla hasta formar un círculo de masa de unos 13 centímetros de diámetro. En una de sus mitades agregar una cucharadita colmada del relleno y doblando el resto de masa sobre el relleno cerrar la empanada, apretando bien la unión para que quede sellada, si se desea se puede hacer el pespunte que realza la forma de la empanada y mejora su sellado. Mientras tanto, llenar con aceite vegetal y hasta la mitad la paila o recipiente en que se van a fritar las empanadas; ponerla a fuego alto y calentar el aceite hasta que esté bien caliente en tal forma que si se le agrega un poco de pan, éste suba rápidamente a la superficie. Ir agregando poco a poco las empanadas para que el aceite no se enfríe. Dejarlas freír hasta que estén doradas y un poco tostadas; retirarlas con la espumadera dejando que escurran la mayor cantidad posible del aceite o la grasa en que se frieron. Colocarlas sobre servilletas de papel para que acaben de escurrir la grasa que les quedó de la cocción. Pasarlas a la fuente de presentación y llevarlas a la mesa, acompañadas de los ingredientes tradicionales que se indican a continuación.
Acompañamiento tradicional para las empanadas Acompañarlas con un sofrito rápido hecho con dos cucharadas de aceite de oliva, media cebolla y un diente ajo bien picados, (opcionalmente se le puede agregar además , un ají dulce o picante bien picado y sin las semillas); agregar al sofrito 1 tallo de cebolla junca bien picado y media taza de salsa de tomate casera (como la que se usó para el relleno), dejando cocinar todo varios minutos, hasta que se vea que la salsa de tomate y el aceite de oliva se empiezan a separar. Bajar del fuego y dejar enfriar un poco. Se acompañan también con el jugo de un limón recién partido. Los amantes del picante las pueden acompañar con ají picante o tabasco. ¡Espero que las disfruten!
Empanadas paisas en Buenos Aires Más parecidas a las empanadas de fonda al bordo de la carretera o de las cantinas de pueblo que a las de las iglesias
Hace pocos días, y desde Bogotá, mi prima Gloria me preguntó cómo hacer empanadas como las que hacen los paisas en Antioquia. Con ellas, que yo sepa, se han construido al menos todas las iglesias de Antioquia, Caldas, Risaralda y Quindío. Me puse a investigar un poco y terminé haciendo mi versión, pareciéndome que quedaron bastante aceptables; más parecidas a las empanadas de fonda al bordo de la carretera o de las cantinas de pueblo que a las de las iglesias: quedaron con carne como relleno y no llenas de aire como suelen ser las que se utilizan para ayudar a la construcción de estas últimas. Con la receta que indico a continuación hice 24 empanadas de tamaño mediano.
Ingredientes para la masa 4 tazas de masa para arepas, hecha preferiblemente a partir de maíz trillado, remojado durante por lo menos un día, cocido después a fuego medio cubierto con agua, y que una vez frío se muele para hacer la masa. Este último paso yo lo hago con un “food procesor” y hasta lograr la consistencia de masa. 2 cucharadas de Maizena o almidón. 1 cucharada de manteca de cerdo. ½ cebolla picada muy finamente. ½ cucharadita de sal. ¼ cucharadita de achiote o cúrcuma. ¼ cucharadita de comino molido.
Preparación de la masa Preparar la masa de maíz de acuerdo a lo indicado arriba, mezclar bien todos los ingredientes y poner la masa así formada en una bolsa de plástico y hasta el momento de preparar las empanadas, este paso es con el fin de que permanezca húmeda.
Ingredientes para el relleno 250 gramos de solomo redondo de res o de un corte de carne similar, cortado en tajadas muy finas, como con las que se hacen las milanesas o la carne apanada y posteriormente picada a cuchillo, para que quede finalmente en cuadros muy pequeños. ½ cebolla picada muy finamente. 1 diente de ajo, picado muy finamente. ½ frasco de salsa de tomates frescos (no de la salsa conocida como “ketchup”). 1 cebolla junca picada muy finamente. ¼ cucharadita de achiote o de cúrcuma. ¼ cucharadita de comino molido. Sal y pimienta al gusto. 3 ó 4 papas medianas hervidas, peladas y cortadas en cubos pequeños. Aceite de oliva o manteca de cerdo.
Preparación del relleno Poner una sartén a fuego medio, agregar el aceite de oliva o la manteca, la cebolla y el ajo y dejar cocinar todo unos dos o tres minutos; agregar la carne picada a cuchillo y cocinar hasta que ésta suelte todo el líquido y pierda su color crudo, agregar la salsa de tomate, la sal, la pimienta y resto de aliños, revolver bien y al final la cebolla junca, cocinar un minuto más. Bajar del fuego, agregar las papas cortadas en cubitos, revolver bien, pasar a un recipiente y llevar varias horas a la refrigeradora, preferiblemente durante una noche.
Armado y cocción de las empanadas Retirar sucesivamente de la masa la cantidad necesaria para hacer una bola de unos 5 centímetros de diámetro, colocarla entre dos hojas de papel plástico, haciendo presión con el puño y luego con la mano aplanarla hasta formar un círculo de masa de unos 13 centímetros de diámetro. En una de sus mitades agregar una cucharadita colmada del relleno y doblando el resto de masa sobre el relleno cerrar la empanada, apretando bien la unión para que quede sellada, si se desea se puede hacer el pespunte que realza la forma de la empanada y mejora su sellado. Mientras tanto, llenar con aceite vegetal y hasta la mitad la paila o recipiente en que se van a fritar las empanadas; ponerla a fuego alto y calentar el aceite hasta que esté bien caliente en tal forma que si se le agrega un poco de pan, éste suba rápidamente a la superficie. Ir agregando poco a poco las empanadas para que el aceite no se enfríe. Dejarlas freír hasta que estén doradas y un poco tostadas; retirarlas con la espumadera dejando que escurran la mayor cantidad posible del aceite o la grasa en que se frieron. Colocarlas sobre servilletas de papel para que acaben de escurrir la grasa que les quedó de la cocción. Pasarlas a la fuente de presentación y llevarlas a la mesa, acompañadas de los ingredientes tradicionales que se indican a continuación.
Acompañamiento tradicional para las empanadas Acompañarlas con un sofrito rápido hecho con dos cucharadas de aceite de oliva, media cebolla y un diente ajo bien picados, (opcionalmente se le puede agregar además , un ají dulce o picante bien picado y sin las semillas); agregar al sofrito 1 tallo de cebolla junca bien picado y media taza de salsa de tomate casera (como la que se usó para el relleno), dejando cocinar todo varios minutos, hasta que se vea que la salsa de tomate y el aceite de oliva se empiezan a separar. Bajar del fuego y dejar enfriar un poco. Se acompañan también con el jugo de un limón recién partido. Los amantes del picante las pueden acompañar con ají picante o tabasco. ¡Espero que las disfruten!
“Propileos” es una escultura de Ronny Vayda, de 6 metros de altura por 6 metros de ancha y 60 centímetros de profundidad, en acero oxidado, que fue instalada en 2006 en el campus de la Universidad Eafit.
Por Carlos Arturo Fernández U.
La ubicación de obras tridimensionales en los espacios públicos ha posibilitado algunos de los desarrollos más importantes del arte contemporáneo. Durante mucho tiempo, desde finales de la Edad Media, movidos por las exigencias de sus clientes, los artistas se fueron dedicando cada vez más a producir obras destinadas a espacios privados. Era seguramente una manifestación que estaba relacionada con las condiciones sociales y las ideologías predominantes que privilegiaban los valores de la individualidad. Por el contrario, en las últimas décadas el arte se volcó vertiginosamente sobre los territorios urbanos de las calles y las plazas, mientras, al mismo tiempo, se insistía en los valores de la cultura ciudadana y de los compromisos colectivos. Se entiende que hay unas consecuencias inmediatas de esta ampliación espacial. Por supuesto, no se trataba simplemente de sacar a la calle lo que antes se hacía para el interior de las casas; con frecuencia, se construyen ahora trabajos de grandes dimensiones que resultan necesarias para que la escultura conserve una presencia eficaz en esos amplios espacios. Pero, más allá de esas condiciones externas, el asunto es de fondo, y tiene que ver con el diálogo significativo que la obra establece con sus nuevos contextos. “Propileos”, de Ronny Vayda, tiene unas características formales que la identifican y destacan; se trata de diez módulos iguales, que son otros tantos prismas emparejados en cinco grupos que giran 90 grados en espiral ascendente. El conjunto crea una especie de muro que, al mismo tiempo, genera la idea de movimiento y de posibilidad de paso. Pero aquí no bastan los análisis formales de la obra aislada. Su sentido está ligado con el espacio del campus universitario que habita y sería una obra totalmente distinta si los mismos módulos estuvieran ubicados en otro contexto. Desde su título, la obra hace referencia a las estructuras monumentales que servían de pórtico de entrada a los conjuntos arquitectónicos del mundo clásico grecorromano. Como allá, Ronny Vayda crea un ingreso con esta obra que es al mismo tiempo escultura y arquitectura. Y lo mismo que hacían los antiguos propileos, llama la atención sobre la separación de los espacios pero, gracias al giro de las columnas – módulos, invita a seguir adelante. Los “Propileos” de Ronny Vayda son una invitación a valorar la trascendencia del espacio sagrado que es la Universidad: al llegar frente a ellos sabemos que nos apartamos de la regularidad habitual y que entramos en un espacio cargado de aspiraciones de conocimiento. A todos aquellos que pasamos la vida entera en ambientes universitarios y a quienes están allí por algunos años o incluso sólo de paso, Ronny Vayda viene a recordarnos el extraordinario privilegio que significa entrar en los templos del saber. No es casual que los propileos por antonomasia, los de la Acrópolis de Atenas, conducían al atónito visitante a las puertas mismas del Partenón, el templo de Atenea, diosa de la sabiduría.
La mayoría de los negocios con permiso para abrir 24 horas en la ciudad están en jurisdicción de la comuna 14. En la Zona Rosa, en Barrio Colombia y en Las Palmas están casi todos estos negocios, que con el permiso de la Alcaldía, tienen la posibilidad de siempre estar abiertos al público. Hace unos años era común escuchar la queja de que en Medellín apagaban la luz muy temprano y que no era posible encontrar establecimientos nocturnos abiertos después de determinadas horas. Se decía entonces que esto se debía, entre otras razones, a los malos recuerdos de la peor época de la violencia del narcotráfico en la ciudad. De distintos sectores de la vida ciudadana (comerciantes, gestores culturales, gremios turísticos, etcétera) se le pedía al gobierno municipal que revitalizara la noche, que pusiera su esfuerzo y empeño en que Medellín, como otras ciudades de similares características, tuviera vida nocturna. Los 10 años que van de este siglo han visto ese esfuerzo de parte de la Alcaldía para que la actividad económica no cese con las primeras sombras de la noche. Distintos planes y programas se han puesto en marcha para lograr este objetivo. Uno de ellos incluye un método de zanahoria y garrote para los comerciantes de la noche (bares, discotecas, restaurantes, locales de comidas rápidas, licoreras , casinos y demás) en el que se premia a los que menos problema ponen con un sistema de calificación que incluye como premio la posibilidad de ampliar su horario de funcionamiento. Así fue que muchos negocios llegaron a la categoría AAA que les permite mantener abiertas sus puertas las 24 horas del día. Los AA deben cerrar a las 4 de la mañana. La tan ansiada vida nocturna en Medellín es, finalmente y como todos sabíamos desde un principio que sería, trago y música a todo volumen. Estaban equivocados quienes creían que el carácter parroquial de nuestras vidas y comunidades se podía cambiar por decreto. Para la gran mayoría en Medellín, y en casi todas partes, para ser justos, diversión se entiende como trago y música. Poner cámaras de vigilancia en la calle, aplicar el Código de Policía, exigir a bares y discotecas que cumplan la ley, etcétera, no hacen que una ciudad viva en la noche de una manera distinta a como vive en el día, es decir, lo que no hay en el día no va a aparecer en la noche porque nos sentimos más seguros. Por eso la vida nocturna que ahora tenemos es así, como la del día, caótica, desordenada, irregular, bullosa, contaminante. Y ahí hay problemas. Los mismos problemas de siempre, solo que ahora no cesan a la madrugada sino que siguen de largo, en una ciudad que vive las 24 horas del día.
Cuando discute sobre su trabajo se sienten su pasión y compromiso. Cuando está con su pareja, se percibe que se aman y confían uno en el otro. Visitar su casa es como entrar a un santuario. Según la Dra. Teresa Kay-Aba Kennedy*, tú puedes ser esa persona por medio de cinco principios: 1.Vivir con propósito: Es vivir en el presente, como el ser humano que deseas ser, pero primero debes explorarte a ti mismo. Busca lugares de silencio y meditación y pregúntate si estás viviendo una vida auténtica, si tus actividades diarias reflejan tus creencias más profundas y cuánto tiempo gastas en alcanzar lo que realmente deseas. Las respuestas te aclararán qué tipo de vida estás viviendo y cuál es la que quieres vivir. 2.Sintoniza tu mente con lo positivo: Es tener la capacidad de ver el vaso medio lleno en vez de verlo medio vacío. Busca siempre la perspectiva más positiva para ver las cosas. Para activar esta actitud, haz cada noche una lista de tres cosas que te gustaron del día. 3.Honra tu cuerpo: Tu cuerpo es tu hogar y este principio invita a maximizar tu energía física para mejores resultados y óptima salud. Para mantener un cuerpo sano, incluye en tu dieta diaria todos los grupos alimenticios. Los ejercicios y los estiramientos también son esenciales. En yoga se dice que para tener una mente flexible hay que tener un cuerpo flexible. Es mejor hacer 30 minutos de ejercicio diario que dos horas dos días a la semana. 4.Sé un guerrero humilde: Es conectarte con tu energía emocional para construir relaciones cercanas, mantener la felicidad y la fuerza interna. Como guerrero humilde asumes fracasos y éxitos con paz en el corazón. Sé amable con los demás, entiende las situaciones y no juzguez a las personas. Cuando sientas rabia con alguien, haz una lista de las cosas que sí te gustan de esa persona. Agradece todos los días que estás vivo, agradece todas las cosas que tienes y dile a las personas que amas que las amas. 5.Santifica tus alrededores: Hazte consciente de tu relación con el medio ambiente. Se trata de desintoxicar tu energía ambiental para mantener la fluidez y apoyar tu visión. Pregúntate si te sientes en tu hogar cuando estás en casa, si quienes te rodean te cargan de energía o te la quitan y cuántas de tus acciones perjudican el planeta y tu salud. Reduce la basura y recicla, utiliza más el transporte público y apaga la luz, la televisión y el computador cuando no los uses. *PHD en filosofía y religiones mundiales, MBA de la Universidad de Harvard y especialista en yoga y nutrición.
No había pasado mucho tiempo luego de la famosa batalla del 7 de agosto de 1819, cuando ya Bolívar había constituido un avezado grupo de banqueros para irse a las Europas a pedir dinero prestado –oro puro- para financiar las nacientes repúblicas. Entre ellos, cómo no, un medellinense, Francisco Antonio Zea, cuyo nombre aburrido decoró nuestro Museo durante años. La Nueva Gran Colombia era un inmenso territorio que tenía parte en Venezuela, Ecuador, Perú, Brasil y llegaba hasta la Costa de los Mosquitos en Nicaragua, y comprendía miles de kilómetros de las llamadas tierras “baldías” o sin dueño conocido. Para pagar en inicio los préstamos, inmensos territorios fueron adjudicados a las compañías europeas que financiaban el crédito, y ya desde mediados de los años 20s de ese siglo 19 empezaron a llegar los técnicos a “prospectar” los terrenos, especialmente los lugares para la explotación de minas de oro, plata, platino, esmeraldas y otros minerales que luego serían estratégicos. Existen en archivos particulares –ni siquiera los tiene la Nación, esos documentos de “adjudicación de tierras baldías” sin límite de vencimiento, con lo cual hoy tenemos todavía poderosos señores en Europa que muestran orgullosos a sus visitantes los planos de “unas tierritas que tengo por allá en el Nuevo Mundo y que no he tenido tiempo de ir a mirar”. Ni hablar del Canal de Panamá, una empresa criminal pactada entre pillos que se pasaban la bola unos a otros cuando no podían manejar ese complicado rollo de estafas, enfermedades, traiciones, la final injerencia de USA: cuando los gringos “se tomaron” a Panamá, ordenaron destruir todos los archivos de más de 30 años de las 3 principales compañías involucradas, para que no aparecieran “culpables” ni reclamantes. De todos esos papeles baldíos se habla de vez en cuando, cuando se lee por ejemplo que la “Frontino Gold Mines” va a vender parte de sus derechos y se va a cambiar de nombre por otro que no recuerde tanta villanía, o se alborota el cotarro por las agonizantes concesiones de oro y platino en el Chocó, que son extranjeras, las minas de Zaragoza, Marmato, Mariquita, la gran montaña de oro que hay en el Tolima pero que no se puede tocar porque “daña la ecología”. Casos semejantes ocurren con los inmensos territorios selváticos en Urabá, en el Amazonas, las gigantescas concesiones petrolíferas de las cuales nadie puede hablar porque los “blancos” de la capital tienen ahí “unos interesitos que no se pueden tocar, ala”, etc. Todos los apellidos “elegantes” bogoteños están untados con la sangre, sudor y mierda de miles de esclavos que perdieron sus vidas trabajando para sus amos. La gran montaña de oro que es –o era- Marmato en Caldas es el más prominente de los monumentos al “patrón oro”. Esa montaña es toda por debajo un laberinto de socavones que está punto de derrumbarse y debajo de cada casita arranca un túnel donde el propietario araña su tesorito. Otra: re-lea usted “La Vorágine” de José Eustasio Rivera sobre las inmensas plantaciones caucheras de mano esclava hasta los años 30: Rivera murió en Nueva York envenenado, asesinado por sus denuncias. Otra buena novela sobre las caucheras es “Toá” del antioqueño Uribe Piedrahíta, quien también escribió otra novela-testigo sobre las petrolíferas de Venezuela: “Mancha de aceite”. ¿Alguien se ha preguntado por qué Colombia no tiene explotaciones de petróleo en la frontera de la Guajira, al pie del Golfo de Maracaibo? ¡Misterios misteriosos! ¿De quién es Colombia al fin y al cabo? ¿Será propiedad acaso de los 100 sabios que mencionaba el presidente López Michelsen en los años 70 y no del resto que vivíamos en esa época, quienes, según él, éramos 20 millones de tarados? Es falso el cacareado “bicentenario de nuestra independencia de España”. Nunca hemos sido independientes de nada. Vea: ya ni siquiera los Estados Unidos de América son independientes ellos mismos sino que tienen con China la deuda externa más grande del mundo, y China a su vez le debe todo el oro del universo al Banco Mundial, de propiedad judía: “Los Illuminatti del Priorato de Sión”. Ellos sí son los dueños de todo. Vean las películas, lean las novelas. Mientras tanto entonemos una puesta al día del poeta aragonés del siglo 18 Vila San Juan: “Hay que destruir el apestoso y plebeyo panorama de rondallas, silleteros, guitarras, tiples y coplas, mozos y mozas y relinchos de asno… torpes festejos que nunca nacieron del alma regional sino que sólo son estridencia que se pasea por periódicos y radios y canales de TV, la triste historia de una Antioquia ignorante y embrutecida poblada por desvergonzados y mercachifles!”.
La ley 388 del año 1997 en su artículo 128, contempla claramente la posibilidad de que estos perjuicios sean pagados a los propietarios de los predios colindantes de obras, siempre y cuando demuestren que con la ejecución de la obra se lesiona el patrimonio de forma permanente, es decir, que el valor comercial del inmueble resulte afectado por la ejecución de dicha obra. Casos como la desvalorización causada por la pérdida de privacidad en un condominio residencial, la desmembración de áreas de vital importancia (parqueaderos) para la operación de un negocio, el deterioro físico de las construcciones existentes a causa de las excavaciones de la obra vecina, entre muchos otros, serían los tipos de casos cubiertos por el citado artículo. Para demostrar lo anterior se requiere por supuesto de un avalúo antes de la ejecución de la obra y de otro posterior, expresados en términos de pesos del mismo momento, es decir, en igualdad de poder adquisitivo. La ley citada establece, de manera un tanto equivocada en nuestro concepto, que el reclamo por la vía administrativa puede hacerse en tanto el monto de la pérdida de valor sea igual o superior a un treinta por ciento (30%). Respetuosamente discrepamos de este tope pues resulta sencillamente absurdo presumir que una pérdida de valor de un 20% no amerita indemnización o que para obtenerla no se pueda acudir a la vía administrativa, sino que sería necesario acudir a la vía judicial, lo cual resulta por lo menos contraproducente si se entiende que el espíritu de las leyes es el facilitar la solución de los conflictos entre los ciudadanos sin requerir acudir a los estrados judiciales. Cabe anotar que el citado artículo trae unas aproximaciones a la definición de valor comercial un tanto imprecisas, probablemente fruto de la redacción de los textos jurídicos sin la cooperación de especialistas en las áreas del conocimiento de que se trata, pero no obstante, trataremos de interpretar el sentido de la norma, más allá del contenido literal de la misma. La norma precisa que el monto de la indemnización, que puede y debe en primera instancia ser reclamada por la vía administrativa, podrá ser compensada en dinero o en títulos representativos de derechos de construcción (implementados mediante el decreto 151 de 1998) lamentablemente aún no reglamentados por la mayoría de nuestras municipalidades. Conviene advertir que el plazo para reclamar tiene caducidad, que al igual que la prevista por el derecho público, es de dos años, contados a partir de la fecha de la finalización de la obra o de la ocurrencia del daño, según el tipo de reclamación a formular. Ha madurado tanto la conciencia jurídica del país en el tema de compensación del daño, que nuestra legislación ha contemplado para la ocurrencia de este tipo de acontecimientos, absolutamente normales por lo demás, prever en los presupuestos de ejecución de las obras públicas la creación de un fondo denominado de compensaciones, que permita asegurar el reparto equitativo de las cargas y beneficios en la ejecución de dichas obras, es decir, resarcir los daños y perjuicios ocasionados con la ejecución de las obras. Vale advertir que para todos los efectos de una reclamación, la fundamentación debe ser sustentada objetiva y demostrablemente, con avalúos y dictámenes técnicos e información de mercado sobre las últimas operaciones, tal como acontece con el principio general del daño. El citado artículo 128 prevé posibles sanciones para los ciudadanos que presenten solicitud de compensaciones temerarias o infundadas, casos en los cuales pueden ser castigados con sanciones o multas por un equivalente del 40% de la suma solicitada como compensación. Por último cabe anotar que como es apenas natural, además de la reclamación por la vía administrativa contemplada en el artículo 128 de la ley 388, existe la posibilidad de recurrir a la justicia (rama administrativa), en los eventos que dicha reclamación por la vía gubernativa no sea atendida adecuadamente o en el caso que el monto a reclamar sea inferior al 30% del valor del inmueble. De nuevo enfatizamos en la importancia del conocimiento de la normatividad existente y sobre todo en la importancia de la obtención de una adecuada asesoría en esta temática.
He perdido la cuenta de las veces que he oído decir que Sor Juana Inés de la Cruz era feminista. Lo que no he perdido es la capacidad para indignarme contra el exabrupto: el feminismo fue un fenómeno posterior y sor Juana era demasiado inteligente como para que la reclutaran en un “ismo”. La incomprensión ha querido también que una de sus obras más conocidas sea una redondilla donde les dice necios a los hombres, por quejarse de la dificultad de las mujeres o despreciar su facilidad. Aunque el consejo que contiene ese poema es para enmarcar: “Queredlas cual las hacéis, o hacedlas cual las buscáis”, los poemas amorosos de sor Juana están lejos de ser sus obras más importantes. No pierdo la esperanza de entender algún día “Primero sueño”, ese poema majestuoso en que sor Juana se propuso reflejar el universo. Pero mientras me llega el momento de escalar una de las cimas más elevadas de la lengua castellana, tengo consuelo suficiente con otro escrito suyo que no tuvo intención literaria y, sin embargo, también es obra maestra: La respuesta a sor Filotea. El brillo de sor Juana fue temprano y exitoso. Aprendió a leer por su propia cuenta cuando tenía tres años. Muy joven se convirtió en una especie de atracción de circo, en la ciudad de México, por su capacidad para sostener debates con toda clase de eruditos. Cuando le llegó el momento de decidir su vida, prefirió el convento a la cárcel matrimonial. Más que una vocación religiosa, lo que alentaba a sor Juana era la posibilidad de continuar con sus estudios. No fue fácil dar alimento a su hambre de conocimiento en un ambiente en que las monjas eran poco más que sirvientas y el clero recelaba de una mujer estudiosa. La versión cinematográfica de la vida de sor Juana, realizada por la directora argentina, María Luisa Bemberg, exagera algunas cosas, para ayudarle a la agenda personal de la directora; pero lo que sí es cierto es que sor Juana se vio enredada en un pleito religioso que casi la hace caer en las llamas infernales de la inquisición. El arzobispo de México admiraba con ceguera a un teólogo portugués que estaba de moda en aquel tiempo. El obispo de Puebla, para provocarlo, le pidió a sor Juana que escribiera una refutación de las ideas del teólogo. Sor Juana lo hizo, con la condición de que su escrito no se publicara. Pero el obispo ignoró la petición y lo publicó acompañado por un prólogo –firmado bajo el seudónimo de sor Filotea–, con el que simulaba reprender a sor Juana por dedicarse a asuntos que no eran de mujeres. La ira del arzobispo de México no se hizo esperar, pero no fue nada comparada con la de sor Juana. El castigo acabaría lentamente con la moral y con la vida de Juana de Asbaje, pero su respuesta sigue tan viva como cuando la escribió. La respuesta a sor Filotea es una carta escrita con furia por una de las mentes más brillantes que ha habido en América. Sin usar un solo improperio, a través del elogio excesivo y la autodegradación, pero también de la exhibición de su capacidad intelectual descomunal, sor Juana destruyó a sor Filotea sin que fuera posible que se demostrara, en una sola línea de la carta, lo que estaba haciendo. Pero no es la magia retórica de la carta su virtud más importante, sino la defensa del estudio, del cultivo de ese entendimiento con que hemos sido bendecidos para apreciar universo. Hoy que la educación se limita a comprar diplomas por cuotas y que un doctorado no se le niega a nadie, resulta más urgente que nunca releer esa carta que sor Juana le enrostró a la ignorancia.
El dragón despierta en Sandiego El Despertar del Dragón, así se ha denominado a la Décimo Tercera Exposición de Bonsái, evento de ciudad que en esta ocasión gira en torno al fuego como concepto que simboliza la energía creadora y destructora que cohabita al interior de todos los seres de la naturaleza. Ciento cincuenta bonsái de distintos tamaños y estilos, dragones de madera, un bosque de árboles artificiales metálicos con terminaciones de fuego, lunas de bonsái y una gran linterna budista componen esta atractiva muestra que estará abierta al público en Sandiego hasta el 8 de agosto.
De Feria en el Jardín Hay mucho para ver y disfrutar en el Jardín Botánico en esta época de Feria de Flores. Allí se podrá apreciar la XI Exposición de Orquídeas, Pájaros y Flores, exhibición que contará con las tradicionales orquídeas colombianas, tulipanes holandeses y una enorme variedad de flores provenientes de distintas naciones del mundo; además de 250 aves, en 10 variedades, de la Asociación de Canicultores. Pero eso no es todo, el Jardín también tendrá la sexta versión de su Feria de Artesanías, en la cual participarán 140 expositores de todo el país. Ambos eventos estarán abiertos al público del 5 al 8 de agosto.
En el corazón de la Milla de Oro, frente a Oviedo, se inaugurará en septiembre el Hard Rock Cafe Medellín, en el cual se invirtieron aproximadamente dos millones de dólares, y que tendrá las características esenciales de las numerosas franquicias de la marca alrededor del mundo. Se espera que para final de año, esta nueve sede de Hard Rock Cafe -que coincide con la apertura de otras más en la Costa Maya, Dubai, Hanoi y Nabq- haya sido visitada por más de 75 mil personas. Creada en 1971 en Londres, la cadena Hard Rock Cafe es famosa por su comida rápida, los videoclips de rock clásico y moderno que se transmiten sin pausa en sus pantallas, y especialmente por la variedad de objetos de culto y pertenencias de las grandes luminarias de la historia de la música, que hacen parte vital de su ambientación. Como antesala a su llegada a la capital antioqueña, Hard Rock Cafe realizó la presentación oficial de Rock Shop, la tienda de moda y accesorios de la marca. Colombiamoda fue la ocasión elegida para este importante lanzamiento; a través de una pasarela llena de música y color, que combinó las últimas propuestas en jeans de Levi´s- uno de los sponsors del evento, junto con el Hotel Intercontinental- y las más recientes colecciones internacionales de vestuario de la marca Hard Rock. Las buenas noticias relacionadas con el Hard Rock Cafe Medellín no terminan allí, pues Vivir en El Poblado y la clásica marca, nos encontramos trabajando en una alianza que generará múltiples sorpresas para nuestros lectores. Para ambientarse más de la cultura Hard Rock, ingrese a www.hardrock.com
María Luisa de Ruiz y Tony Ruiz.
Francisco Bonet, Margarita Gómez Moreno, Gabriel Cerón.
Francisco Bonet, Juliana Restrepo, Paola de Rodríguez, Juan David Rodríguez, Luis Javier Rodríguez, Lyda Rey.
Un siglo para contar “¿A qué se debe el progreso de El Tiempo? Al ejercicio limpio, impecablemente honrado, de la industria periodística concebida dentro de las más claras normas”, respondió Eduardo Santos -en una entrevista realizada en 1948-, quien compró, por cinco mil pesos, ese diario a Alfonso Villegas Restrepo en julio de 1913. Las palabras del ex presidente y motor durante muchos años de El Tiempo aún hoy representan la misión de ese medio, que esta semana con motivo de su centenario organizó una pasarela, uno de los puntos altos de Colombiamoda. En el marco de esta gran celebración, con Luis Fernando y Rafael Santos y Roberto Pombo como anfitriones, un grupo de invitados y amigos de la Casa Editorial disfrutaron de una sobria y exquisita cena en La Provincia, sitio elegido para conmemorar diez décadas del diario escribiendo la historia de Colombia. Luis Fernando Santos, Roberto Pombo. Carlos Andrés González, Manuel Posada, Daniel Hoyos. María Elvira Arango, Liliana Sotomonte. Anne Murrle, Gabriel Vallejo. Nora de Sierra, Ricardo Sierra, Luz Ángela Wiesner, David Bojanini. Adriana Garzón, Darío Restrepo, Liliana Sotomonte. Carmen de Londoño, Olga Clemencia Villegas de Estrada, Roberto Pombo, Irene Gaviria Correa. Roberto Pombo, Luis Fernando Santos, Gabriel Vallejo. Luis Fernando Santos. Daniel Hoyos. Cristina de Botero, Carlos Eduardo Botero, María Teresa Egurrola. Alonso Salazar.
El Tiempo-Nivea 100 años de moda Un siglo cumplió El Tiempo; diez décadas magistralmente representadas en la pasarela que el periódico organizó, junto con Nivea, en Colombiamoda. Las pintas recatadas y la estética andrógina de los comienzos del siglo; los vestidos inspirados en las girls pin ups de los años 40: las vestimentas de los gángsters y las divas de los 50; los vestidos de baño de talle alto y tonos psicodélicos de los sesenta; las prendas ceñidas y coloridas de los 70; el look tipo college boy de los 80; los modos de vestir de las tribus urbanas de los 90; y los materiales inteligentes del 2000 utilizados en prendas cargadas de nostalgia y memorias; fueron las propuestas concebidas por los talentosos diseñadores de ocho (nueve con Binario, que creó el calzado para todo el desfile) marcas nacionales (Casa de Greta, Amulette, Mulai, Chickend, Kolt, Clownaman, Juan, y Divino), encargadas de representar una o dos décadas del siglo de mayor importancia para el desarrollo de la moda.
¿Sabes cuántos planetas necesitas? El consumo responsable es un tema que genera muchas dudas y cuestiona a más de una persona sobre sus hábitos y forma de vida. Sin embargo, ¿cómo determinar que nuestro comportamiento afecta más de la cuenta al planeta? La respuesta, al medir nuestra huella ecológica.
La huella ecológica es un indicador ambiental que permite medir y evaluar el impacto sobre el planeta de nuestra forma de vida en relación a la capacidad que éste tiene para absorber residuos y generar los recursos necesarios para nuestra subsistencia. Por primera vez en Colombia, tenemos la posibilidad de saber el tamaño de nuestra huella con datos derivados del censo referentes a nuestro consumo. Ingresando a www.soyecolombiano.com podemos medir nuestra huella ecológica y conocer la forma de tener un estilo de vida más sostenible y convertirnos en gestores del cambio a través de acciones cotidianas y muy sencillas. Soy ECOlombiano es una campaña ambiental de carácter nacional que pretende involucrar a cada ciudadano para que sea responsable de su consumo y genere acciones a partir de las cuales empiece un cambio en pro de la sostenibilidad del planeta. Convierte en un ECOlombiano, ingresando a la página de internet y descubre muchos ECOtips que te enseñarán acciones simples que generan grandes cambios.
El medio ambiente recibe un nuevo aire en el Valle del Aburrá Mucho se ha dicho con respecto de la contaminación pero existe la tendencia a creer que es muy fácil huir de ella. Sin embargo, la probabilidad de ser afectados por el solo hecho de respirar es más alta de lo que imaginamos. Existen partículas contaminantes que son imperceptibles a simple vista y se encuentran en el aire. Las denominadas PM 10 y PM 2.5 pueden desencadenar algunas enfermedades de tipo respiratorio y cardiaco, según lo informado por la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos. Debido a sus condiciones topográficas, el Valle del Aburrá tiene una alta concentración de material contaminante en el aire, derivado principalmente del tráfico vehicular y seguido por las emisiones generadas por la industria, esto según el Plan de descontaminación del Valle del Aburrá, presentado por el Área Metropolitana. Dicho plan busca motivar acciones concretas que involucren todos los sectores de la sociedad, plantea que los grandes cambios requieren de pequeñas acciones que al juntarse generaran los mejores resultados. La calidad del aire en el Valle del Aburrá es una responsabilidad compartida entre las autoridades y la sociedad civil dónde del compromiso depende el nuevo aire que tengamos. Si desea más información, ingrese a www.respiraprofundo.net Ballenas en peligro: ¿Cuál es el riesgo de estos cetáceos? Las poblaciones de ballenas han disminuido en cifras alarmantes en los últimos años debido a la presión de la caza y amenazas actuales como la pesca incidental, la colisión contra grandes buques y el cambio climático. Países como Japón justifican la caza con fines científicos, dando muerte a 10.000 ejemplares registrados. En la pasada cumbre de la Comisión Ballenera Internacional, celebrada en Marruecos, se presentó un manifiesto donde los operadores de turismo expusieron su posición, al mostrar los beneficios económicos, sociales y ambientales que trae el avistamiento de cetáceos. En Colombia, lugares como Nuquí y Bahía Solano, sustentan su economía en la explotación turística derivada de esta práctica la cual representa la mayor parte de sus ingresos al año. La recuperación de ballenas implica una serie de beneficios ambientales y económicos representados en turismo que alcanza la cifra de 300 millones de dólares para las comunidades locales de América del Sur, según un informe presentado por la organización internacional WWF.
“Propileos” es una escultura de Ronny Vayda, de 6 metros de altura por 6 metros de ancha y 60 centímetros de profundidad, en acero oxidado, que fue instalada en 2006 en el campus de la Universidad Eafit.
Por Carlos Arturo Fernández U.
La ubicación de obras tridimensionales en los espacios públicos ha posibilitado algunos de los desarrollos más importantes del arte contemporáneo. Durante mucho tiempo, desde finales de la Edad Media, movidos por las exigencias de sus clientes, los artistas se fueron dedicando cada vez más a producir obras destinadas a espacios privados. Era seguramente una manifestación que estaba relacionada con las condiciones sociales y las ideologías predominantes que privilegiaban los valores de la individualidad. Por el contrario, en las últimas décadas el arte se volcó vertiginosamente sobre los territorios urbanos de las calles y las plazas, mientras, al mismo tiempo, se insistía en los valores de la cultura ciudadana y de los compromisos colectivos. Se entiende que hay unas consecuencias inmediatas de esta ampliación espacial. Por supuesto, no se trataba simplemente de sacar a la calle lo que antes se hacía para el interior de las casas; con frecuencia, se construyen ahora trabajos de grandes dimensiones que resultan necesarias para que la escultura conserve una presencia eficaz en esos amplios espacios. Pero, más allá de esas condiciones externas, el asunto es de fondo, y tiene que ver con el diálogo significativo que la obra establece con sus nuevos contextos. “Propileos”, de Ronny Vayda, tiene unas características formales que la identifican y destacan; se trata de diez módulos iguales, que son otros tantos prismas emparejados en cinco grupos que giran 90 grados en espiral ascendente. El conjunto crea una especie de muro que, al mismo tiempo, genera la idea de movimiento y de posibilidad de paso. Pero aquí no bastan los análisis formales de la obra aislada. Su sentido está ligado con el espacio del campus universitario que habita y sería una obra totalmente distinta si los mismos módulos estuvieran ubicados en otro contexto. Desde su título, la obra hace referencia a las estructuras monumentales que servían de pórtico de entrada a los conjuntos arquitectónicos del mundo clásico grecorromano. Como allá, Ronny Vayda crea un ingreso con esta obra que es al mismo tiempo escultura y arquitectura. Y lo mismo que hacían los antiguos propileos, llama la atención sobre la separación de los espacios pero, gracias al giro de las columnas – módulos, invita a seguir adelante. Los “Propileos” de Ronny Vayda son una invitación a valorar la trascendencia del espacio sagrado que es la Universidad: al llegar frente a ellos sabemos que nos apartamos de la regularidad habitual y que entramos en un espacio cargado de aspiraciones de conocimiento. A todos aquellos que pasamos la vida entera en ambientes universitarios y a quienes están allí por algunos años o incluso sólo de paso, Ronny Vayda viene a recordarnos el extraordinario privilegio que significa entrar en los templos del saber. No es casual que los propileos por antonomasia, los de la Acrópolis de Atenas, conducían al atónito visitante a las puertas mismas del Partenón, el templo de Atenea, diosa de la sabiduría.
El entendimiento “del interminable misterio del alma humana” es una búsqueda que disfruta y no tiene fin para Juan Sebastián Restrepo, psicólogo y especialista en trabajo social que divide su tiempo entre la docencia universitaria, el ejercicio práctico de su profesión, y la escritura de Desvaríos de Psique, columna mensual de este periódico. Apasionado por los deportes, la lectura y los viajes, considera que el nunca abandonar la curiosidad y vencer el temor de encontrar duras realidades en su interior, son las cualidades que debe tener todo buen psicólogo.
Su franqueza, apertura y capacidad de observación han hecho de Juan Sebastián Restrepo un exitoso profesional, quien tiene entre sus proyectos prioritarios, el montaje de una escuela de psicología para formar terapeutas, consultores y personas interesadas en el desarrollo del potencial humano. Retratado por Carlos Tobón en 2010.
Belleza al natural Recientemente fue inaugurada en la ciudad el Gloria Hincapié Esthetic Center Spa, centro de salud y belleza, con sucursales en Estados Unidos, Panamá y Colombia, que ofrece un conjunto de tratamientos corporales diseñados para moldear naturalmente el cuerpo, sin la utilización de máquinas, inyecciones o dietas. Gloria Hincapié es una empresaria con más de 20 años en el campo de la belleza, famosa por crear una innovadora técnica -compuesta por una serie de procedimientos naturales, que combinados con el uso de productos de piñaterapia, embellecen la figura- a la que se han sometido numerosas personalidades de la farándula nacional e internacional.
Tabla Redonda Alpina: una aventura gastronómica por la diversidad Junior Baltazar Giraldo, Gabriel Jaime Gómez y Carolina Diaz Vásquez
En el Country Club se llevó a cabo la semifinal en Medellín de la Tabla Redonda Alpina, concurso que prueba la habilidad de profesionales y estudiantes de gastronomía de todo el país (para esta quinta edición se amplio la convocatoria a Venezuela y Ecuador), eligiendo tres finalistas por ciudad, quienes competirán en la gran final en Bogotá, en el mes de septiembre. Los ganadores de la eliminatoria en nuestra ciudad- en la que participaron 60 talentos de las artes culinarias- fueron: Carolina Díaz Vásquez (plato fuerte) y Baltazar Giraldo (postres) en la categoría Junior; y Gabriel Jaime Gómez (ganador regional plato fuerte y postres) en la categoría Senior.
Mesacé: feliz centenario Creada en 1910 por el artesano Jesús Mesa Caballero, Mesacé cumplió hace poco cien años de estar a la vanguardia en la comercialización de artículos de cuero y materiales afines. En su sede en Itagüí, empleados, directivas e invitados especiales celebraron a todo timbal este relevante acontecimiento. Durante la misa previa al festejo, el gerente Alberto Mesa recibió -en nombre de Mesacé- la Orden al Mérito Juan del Corral, Categoría Oro, otorgada por el Consejo de Medellín, por cumplir un siglo de sobresaliente actividad empresarial. La conmemoración de su nacimiento también estuvo acompañada de nuevos lanzamientos en sus líneas equina y personal: las colecciones Centenario.
Armamos mentalmente, y de forma compulsiva, escenarios donde nuestros miedos y expectativas puedan desfilar libremente, repitiendo ese pobre argumento que tenemos acerca de lo que somos. Asfixiamos de forma constante el poder del instante y de lo nuevo. Creemos que pensamos constante y compulsivamente para conocer o vivir mejor. Pero se trata de repetir una y otra vez la misma trampa íntima de nuestro ego: perseguir y evadir. Es el resultado de traicionar la vida en pos de una historia ficticia que nos contamos hasta las náuseas en nuestros diálogos mentales: la pobre y repetitiva historia de nuestra identidad egóica. Algunos creen que el más verborréico, con el lenguaje más articulado, el vocabulario más extenso, la colección de títulos académicos más representativa y el discurso más elaborado es quien más se acerca al conocimiento. Sé que el lector podrá quedar desconcertado con mi planteamiento; tanto mejor si es el caso. Pero lo cierto es que en el balance de las masas, el número de tarados con altos coeficientes intelectuales y sobresalientes títulos profesionales es creciente y alarmante. La razón es simple, no necesitaré ecuaciones, ni largas disertaciones: nuestros sentidos permanecen cerrados, nuestra atención es débil y no nos damos cuenta de lo que tenemos al frente. Entre nuestra desatención y nuestra torpeza sensorial, perdemos el contacto con la principal y la primera fuente de conocimiento: el darnos cuenta de lo obvio, lo inmediato, lo que está a la mano. En una conversación, por ejemplo, pensamos en los significados, pero no vemos los gestos, las modulaciones del cuerpo, la musicalidad de la voz, la forma en que se suceden los sonidos y los silencios, las tonalidades de la piel, los movimientos y ritmos. Tratamos de explicar todo con retorcidas y falaces especulaciones, pero desatendemos el mensaje directo que constantemente recibimos de todo. Y lo peor de todo es que nos comemos el cuento. Pero el asunto es todavía más grave. No nos damos cuenta ni de lo que auténticamente llevamos por dentro: la rabia, el disgusto, la fatiga, la tristeza o el asco, entre otras. Vamos poniendo nombrecillos, escogiendo delicadamente eufemismos e inventando excusas para tapar ese gran hueco de inconsciencia que cavamos por pasar por alto lo obvio. Nuestro cuerpo habla, nuestra alma habla, pero nosotros no percibimos sino que tapamos el mensaje con nuestro pensamiento compulsivo. Así que la primera invitación en esta columna es a que se de cuenta simplemente, observando lo obvio, de qué tan alejado está de sus sentidos. Una vez se de cuenta y se alarme un poco, lo invito a que trate de jugar con ellos en sus situaciones cotidianas: la audición, el tacto, el gusto, el olfato, la vista. Meta los diferentes sentidos en sus interacciones, deje por momentos su loca verborrea mental y observe que pasa. Tal vez se asombrará de cuanta información logra captar, adentro y afuera de usted. Si hace muy bien el ejercicio posiblemente lo calificarán de clarividente o brujo. En todo caso creo que se dará cuenta de cuanta razón tiene la canción de Bajo Tierra que dice: “pensar es tener los ojos enfermos”.
La cocina del Mundial Los surafricanos se especializan en hacer carnes y pescados a la parrilla cocidas sobre brasas de madera o carbón, que acompañan con mazorcas de chócolo o maíz tierno cocidas también en la misma parrilla
Unos amigos que viajaban al mundial de futbol me preguntaron: “¿Y que será lo que se come en Suráfrica?”. La verdad es que yo no tenía mucha información y por lo tanto les dije: “Vayan tranquilos que comida no ha de faltar, hay 46 millones de personas en ese país y que yo sepa no se están muriendo de hambre”. Mis amigos partieron con una santa resignación dispuestos a comer “lo que hubiera” con tal de tener la oportunidad de seguir de cerca el desempeño de sus equipos favoritos, todos ellos de Suramérica. Hoy recibí un email en el que me dan sus impresiones respecto a lo encontrado en tres semanas de estadía mundialista y futbolera. Dicen ellos, que la primer sorpresa gastronómica que recibieron fue conocer que a la cocina local la llaman la cocina del arco iris y que está construida a partir de la diversidad de productos, razas y culturas que componen el país: los descendientes de los pueblos originarios y la descendiente de los países que han tenido incidencia en el desarrollo de su economía. Primero fueron otras etnias africanas que llegaron para aprovechar su clima y la feracidad de sus tierras, luego los portugueses, que llegaron hasta el cabo de Buena Esperanza antes que Colón llegara a América, en la búsqueda de un camino marítimo para llegar al origen de las especies asiáticas; posteriormente, a finales del siglo 17, llegaron los holandeses y los ingleses, los que establecieron colonias permanentes en el país; y más tarde los malayos, hindúes y árabes que llegaron para trabajar en las minas, la agricultura y el comercio; en épocas más recientes inmigrantes de diferentes razas y países atraídos por el boom reciente de Suráfrica. Cada una de ellas ha aportado lo suyo en cuanto a productos y patrimonio gastronómico para conformar dicho arco iris culinario. Las costas y mares de los océanos Atlántico e Índico proveen una gran variedad de pescados y mariscos que son preparados en unos casos con cocciones simples y en otros con unas bien complejas que se fusionan con las cocinas de las otras etnias presentes en el país; por otro lado, de América y a través de Europa llegó el maíz, que es una de las bases de la alimentación, que se ve complementado en la dieta diaria con los tomates, las papas, los ajíes, etc.; los ingleses y holandeses aportaron el ganado vacuno, ovino, caprino, las aves de corral y también los pasteles rellenos con carne molida, pollo o verduras; los asiáticos y árabes aportaron las complejas especies que dan origen a sus aromáticas comidas. Finalmente, el suelo africano aportó una gran cantidad de verduras y frutas que se preparan o presentan de maneras diferentes, dando lugar a los “potijekos” que son potajes y comidas sustanciosas cocidos en grandes ollas de hierro fundido, que cocinan comidas con sabores variados, las que incitan a probar, cada vez más, otro nuevo plato de la cocina del país. En adición a todo lo anterior, los surafricanos se especializan en hacer carnes y pescados a la parrilla cocidas sobre brasas de madera o carbón, que acompañan con mazorcas de chócolo o maíz tierno cocidas también en la misma parrilla; esta combinación de carnes y mazorcas se convierte en el elemento central para animar reuniones familiares y de amigos. Suráfrica produce también vinos tintos y blancos comparables en cuanto a calidad con los argentinos y chilenos que se consumen hoy en Colombia, y que en reuniones es normal encontrarlos complementados con cervezas rubias y negras, que son también de muy buena calidad. Mis amigos cuentan que estuvieron en varias “brai” (parrillas) disfrutando de las tradicionales “boerewors” (salchichas de campo), que también eran vendidas en los estadios, y que estaba acompañadas de Cabernet Sauvignon, Merlot, Syrah o Sauvignon Blanc de excelente calidad, con mención especial para los de Constantia. Disfrutaron también de ricos platos de langosta preparada de diferentes maneras, de cangrejos de río braseados con cebollas y ajíes o al curry o de comidas más informales como las “frikkadels”, consistentes en hamburguesas pequeñas sazonadas con nuez moscada y envueltas en hojas de repollo y acompañadas de “arroz amarillo; y para los fríos del invierno encontraron que nada era más reconfortante que un buen “bredie”, que es un estofado hecho a base de cordero y vegetales de estación. Están encantados con la hospitalidad brindada por las gentes del país, y al final comentan que Suráfrica sería perfecto si tuvieran arepa como compañía para su rica y variada gastronomía.
Junio, mes de importantes fechas ambientales
5 de junio día mundial del medio ambiente.
Sólo a mediados del siglo 20 la humanidad empezó a preocuparse por el creciente deterioro del medio ambiente. La ONU en 1972 convocó La Primera Conferencia Mundial sobre el Medio Ambiente, celebrada en Estocolmo. En ella se aprobó la Declaración de principios sobre elmedio ambiente, se creó el Programa PNUMA y la realización anual el 5 de junio, del día mundial del medio ambiente, evento que comenzóa celebrarse en 1973.
Cada año, en el Día Mundial de Medio Ambiente, una ciudad y una temática se encargan de advertirnos que es imposible subestimar la importancia de proteger la vida y el entorno en que se desarrolla, en un planeta amenazado.
En este 2010, la ciudad elegida fue Ruanda y el lema: Muchas especies, un Planeta, un futuro, cuyo objetivo es darle una cara humana a los problemas ambientales, motivar a las personas para que se conviertan en agentes activos del desarrollo sostenible y equitativo paragarantizar que todas las naciones y personas disfruten de un futuro más próspero y seguro en la Tierra.
8 de junio día mundial de los océanos
Los océanos cubren dos terceras partes de la superficie de la Tierra y juegan un papel fundamental en la conformación de las condiciones que hacen posible la vida del planeta. Además, son el hábitat de millones de plantas y animales, y proporcionan alimento, energía y múltiples recursos a los seres humanos.
Razones para cuidarlos
De los océanos se obtienen toneladas de alimento, sal y agua dulce. Las reservas petroleras y de gas natural en ellos, abastecen gran parte de la demanda mundial de hidrocarburos, y además son un recurso económico vital que proporciona sustento y vida a millones de personas en todo el mundo. Aproximadamente el 90% del comercio internacional se transporta por mar y el turismo de playa y los cruceros son una importante fuente de ingresos para muchos países.
Problemas
Actualmente sufren una grave degradación debido a la contaminación, la pesca excesiva y al crecimiento urbano costero. Casi el 75 % de las reservas experimentan sobrepesca o están siendo extraídas hasta su límite biológico. Cerca de 150 ballenas, delfines y marsopas mueren diariamente en todo el mundo a causa de los enredos con los aparejos de pesca, un promedio anual de 54.759 animales.
Los océanos Atlántico, Pacífico e Índico se están calentando lentamente debido al efecto de invernadero. Este cambio climático podría dar lugar a un elevamiento en los niveles del mar. Además, cerca de la mitad de los ecosistemas costeros del mundo se encuentran en riesgo de ser degradados.
Todo esto hace necesario hacer un llamado a la sociedad, a la comunidad académica, grupos especializados, medios de comunicación y tomadores de decisiones sobre los efectos la sobre pesca y la importancia de la conservación de los recursos marinos y costeros.
Te invitamos a la presentación del documental The End Of The Line y al foro con expertos en temas marinos y conservación, el martes 8 de junio a las 6:30 p.m. en la sala 3D del Parque Explora.
Wok, un restaurante aliado del atún
Esta reconocida cadena de restaurantes ubicados en la cuidad de Bogotá, desarrolla proyectos con el fin de promover acciones encaminadas a la conservación del medio ambiente. Actualmente, lidera, de la mano con la Fundación MarViva un proyecto de consumo responsable de atún, especie amenazada, fomentar la pesca de otras especies y fortalecer la organización de pescadores artesanales. Más información en www.wok.com.co
Con el primer redoble de la batería, quienes ya andaban por este mundo a mediados de la década del 60 sintieron sacudirse su disco duro. Eran Los Yetis, los inconfundibles, y aquello que sonaba era nada menos que su himno, Ametrallando, un tema instrumental que los identificaba en aquel apogeo de la Nueva Ola.
Segundos antes de este redoble, el desconcierto del público lo percibieron y lo entendieron los mismos Yetis al subirse al escenario. No había duda de que parecían en el lugar equivocado presentándose en una Parada Juvenil, pues si bien habían sido jóvenes rebeldes, de eso hacía ya mucho tiempo y ahora, para hablar sin rodeos, al primer impacto no eran más que un grupo de sesentones.
Muy rápido, sin embargo, demostraron que su veteranía iba más allá de las canas y los kilos de más o de menos y que esa esencia que los hizo célebres y que partió la historia musical de Medellín en dos seguía vigente. Que los vieja guardia vibraran con quienes durante su juventud fueron símbolos de cambio y música moderna no era raro, pero lo que sí resultaba inaudito era que los más jóvenes entre los jóvenes no solo corearan sus canciones sino que poguearan con ellas, bailaran en círculos y se dieran codazos al ritmo de La chica del billete, Shimmy shimmy ko ko bop, Hanky panky, La bamba, Despierta Lorenzo y hasta de baladas como Conocerte mejor, por solo mencionar algunas.
La memoria de las viejas generaciones se activó aún más cuando supieron que en el escenario, cantando para ellos, estaba Juan Nicolás Estela, ídolo de la Nueva Ola, tanto como solista como integrante de la banda. Por él se enloquecían en los 60 las jóvenes más lanzadas de Medellín y del país, se le metían en el cuarto de los hoteles, lo esperaban en las afueras de los teatros, se le presentaban en osadas minifaldas a la salida de las emisoras o de los estudios de televisión en Bogotá. Juan Nicolás era la figura, pero también tenían su encanto Juancho López y Luis Fernando Garcés, ahora con él en el escenario, al igual que el inolvidable Iván Darío López, fallecido en 2003, y Norman Smith y Hernán Pabón, quienes hoy viven en La Florida. Tenían clubes de fans, recibían cientos de cartas, firmaban miles de autógrafos, de discos y de fotos y llegó el momento en que en Medellín tenían que salir a escondidas y de noche porque donde llegaban causaban revuelo, paraban el tráfico e infartaban locales como Versalles, El Astor y Fuente Azul, en Junín. Total, el concierto fue un éxito, el público quedó empezado y Los Yetis felices, convencidos de que era el momento de hacer lo que hacía tiempos les rondaba en la cabeza: regresar, pero completos, con Juan Nicolás Estela, radicado en Cali hace muchos años.
“Yo me puedo venir para Medellín porque en Cali no tengo perro que me ladre”, nos dice Juan Nicolás mientras caminamos con los cuatro miembros principales del grupo por Ciudad del Río. El más joven es el guitarrista Víctor Acevedo, de 39 años, quien entró en reemplazo de Iván Darío, y al que felicitan por conservado cuando cuenta que es de Los Yetis. “Llenar este espacio es para mi un orgullo. Lo que los muchachos de ahora tienen que saber de Los Yetis es que abrieron la brecha para nosotros los rockeros de los 80, los 90 y los de hoy”. Como dice Jorge Montoya, otro músico de Medellín, “Los Yetis son leyenda. Muchos conocimos primero el rock con ellos que con los Stones, eran muy buenos haciendo las versiones de Los Beatles y más de uno oyó sus versiones primero que las originales”.
Hablar con Los Yetis no es tarea fácil. Sin exagerar, son unas plagas, mamagallistas, se ríen a carcajadas, se quitan la palabra y recuerdan un sinfín de anécdotas simultáneamente. No podemos entonces dejar de imaginarnos cómo serían hace 45 años, cuando Juan Nicolás, dada la fama de Don Juan adquirida, no tenía entrada ni a la casa de su novia. “El papá me abría y yo le decía buenas noches, por favor Patricia? -Está, pero no para usted”.
Juancho López tampoco se quedaba atrás. “Yo caía gordo por empalagoso, cansón y por picao. Ah, yo quería ser artista, qué pena”. Y parecerse a Elvis Presley, al punto que para un concierto “como no me salían patillas me corté todos los pelos del antebrazo y me los pegué con Cemento Duco. Ríase para quitármelo”.
Siguen siendo tan amigos como antes, pese a que a Juan Nicolás lo echaron del grupo en el 67, un año antes de disolverse, porque resolvió enamorarse y casarse en Cali y ya no quería saber nada de Los Yetis. Durante todo este tiempo anduvieron caminos distintos: Juancho López fue instructor de conducción, Luis Fernando Garcés vendió discos por toda Antioquia y hoy los produce y Juan Nicolás, quien estudió licenciatura musical y mercadeo y publicidad en La Florida, tiene una disquera y sigue siendo compositor.
Ahora están decididos a estar juntos de nuevo, ya sí, hasta que la muerte los separe.
En el siglo 20 cuatro presidentes de Colombia fueron antioqueños, en el siglo 21 ya llevamos el primero. Estamos a punto de terminar los ocho años de mandato del presidente Álvaro Uribe Vélez en el que Antioquia ha visto una presencia del Gobierno Nacional como nunca antes se había presentado. Vamos a extrañar esa presencia constante y permanente de nuestro Presidente en el departamento. Gracias Señor Presidente por todo lo que hemos logrado los colombianos. La seguridad democrática, el desarrollo económico, la confianza inversionista y una infinidad de programas sociales tales como Familias en Acción para casi tres millones de personas, el Subsidio a la Tercera Edad para 500 mil ancianos, el Programa de Nutrición Infantil para millones de niños diariamente, así como una cobertura plena del 100% en la educación básica primaria y del 80% en básica secundaria. El haber triplicado el número de cupos de estudiantes con acceso a crédito del Icetex, el fortalecimiento de una institución como el Sena que llega a todos los rincones del país, del cual millones de colombianos se han beneficiado; la implementación de una política para la primera infancia, etcétera, etcétera. Antioquia también le quedará muy agradecida por los logros de su gobierno en el departamento. Por fin hemos visto el avance de proyectos tan importantes para nuestro desarrollo como el de las Autopistas de la Montaña, proyecto que ya ha empezado su ejecución; toda una política de desarrollo en Medellín como ciudad de servicios, logrando la presencia hoy en día de Hewlett Packard con más de mil empleos directos. El haber consolidado a la capital antioqueña como ciudad turística, de congresos y convenciones, así como el haber logrado la conectividad de la ciudad con varios países del mundo a través de su aeropuerto, llegando incluso a tener por primera vez vuelos directos a Europa, algo que habíamos soñado por muchos años los antioqueños. Y podríamos quedarnos enumerando las obras y realizaciones del gobierno del presidente Uribe en nuestro departamento. Nuevamente gracias Señor Presidente por todo ese respaldo a nosotros los antioqueños. Esperamos que usted continúe después del 7 de agosto siendo una guía para Antioquia, ojalá usted no se olvide de nosotros y nos siga ayudando en esta senda de progreso que ha emprendido nuestro departamento. ¡Muchas gracias señor Presidente! P.D1: Nos sentimos muy contentos de que ya por fin Medellín tiene un diesel menos contaminante, que ha sido petición nuestra de tiempo atrás. P.D2: Seguimos insistiendo al Señor Alcalde en la importancia de la peatonalización del Parque Lleras pero no a través del sistema de valorización.
Cuando el árbitro inglés Howard Webb decretó el fin del partido que daba a España su primer título mundial, de inmediato me ganó la pesarosa idea —como cada cuatro años— de que el Mundial de Fútbol es tan fugaz como la vida de un insecto. Y, para colmo, de él no se puede decir que se va tan pronto como llega, porque los tres años y once meses de vigilia que corren entre dos campeonatos son largos y tediosos. Bastará con decir que entre un mundial y el siguiente hay que soportar, completo, un decepcionante periodo presidencial. Lo más curioso de todo es que, entre lo que hace entrañable un Mundial, el fútbol quizá no sea lo principal. Hace cuatro años casi lloré cuando Fabio Grosso pateó el penalti que dio fin a la competición, pero aun así la mayoría de las acciones de juego y buena parte de los resultados de 2006 ya se han borrado de mi cabeza: ¿Cómo fueron los goles con que Alemania le arrebató a Portugal el tercer lugar? ¿Cómo le fue aquella vez a España en su primer partido? ¿Cuál fue el mejor gol? La verdad es que pocas cosas tengo tan frescas en la memoria como el cabezazo de Zidane sobre el pecho de Materazzi. Del mismo modo, del Mundial de 2002 recuerdo sobre todo cómo mi despertador chillaba a la 1:30 a.m. y, yendo mucho más allá, del certamen de 1982 tengo la vívida imagen de un sheik arrogante que baja a la cancha para hacer anular uno de los goles que Francia le convirtió a Kuwait. Los moralistas y la gente “profunda” dirán lo que quieran, pero un Mundial es una cosa magnífica. Porque, en el supuesto de que el fútbol fuera un amasijo de veintidós hombres tras un balón —como lo sostienen, con nula imaginación, ciertas almas de cántaro— y que las estampas curiosas que acabo de ejemplificar no fueran más que un zurcido de tonterías, le queda la gracia de ser un aderezo magnífico de la armonía hogareña. Durante muchas mañanas de este junio fui un convidado de honor entre las cobijas de mis hijos, la una prendada del “Niño” Torres y el otro hecho seguidor incondicional de Eslovaquia. Además, al calor de un café sostuve interesantes discusiones con mi esposa a propósito de las improvisaciones técnicas de Maradona. Y ni qué decir de la final, con el cuadro entrañable de un batallón de hermanos, primos y amigos sentados en el mismo sofá, las madres preguntando por el marcador después de cada alarido y un tío astuto cobrando el dinero de la polla familiar. A una semana del pitazo final, qué lejano se me hace ya Sudáfrica 2010. Un amigo con el que compartí este pesar me dijo, con espontánea genialidad, que al acabarse un Mundial uno se siente como cuando vuelve de un paseo. Ni más ni menos: con alegría vencida y nostalgia indeleble; incluso con rabia, por saber que hace apenas un día estábamos metidos en el mar o contemplando el mundo desde la cima de una montaña de enciclopedia. Qué difícil es archivar esas vivencias en el cajón del pasado y reintegrarse a la gris rutina en que veníamos: esa de estadios en reparación, bastoneras descoordinadas y partidos Medellín-Chicó o Nacional-Cartagena. La vida es dura, pero es la vida. Con todo, la sensación horrible de disolución que se toma mi cabeza no alcanza a poner en jaque el que, desde ya, sé que será el más sólido recuerdo del Mundial que acaba de expirar. Por supuesto que no se trata de la imagen de Andrés Iniesta venciendo a Stekelenburg, ni la del gol fantasma de Inglaterra, ni la de la atajada —la mejor del torneo— de Luis Suárez contra Ghana. En mi memoria comienza a erigirse, reinante, la figura del pulpo Paul, ese sabio adivino del mundo animal que ha condenado al olvido a Gauchito, Naranjito, Pique, Goleo y todas las pusilánimes mascotas de la historia.
A mediados de junio se murió José Saramago y muchos escritores famosos descansamos con eso en paz, porque Saramago era de los mejores y nos quitaba ventas por miles. Saramago no había publicado nada interesante desde principios de los años 90, cuando decidió abandonar “la poesía” en sus novelas y escribir como quien talla una tosca roca con un taladro, implacable y sin adornos. Publicó su primera novela cuando tenía 25 años y después ya no volvió a sacar nada, tan ocupado como estaba trabajando en compañías de seguros en Portugal y completando el sueldo como periodista, un milagro, le tocaba bien duro al hombre, para el sostenimiento propio y de la familia, en ese Portugal empobrecido y dictatorial. Hasta principios de los 80 nadie sabía entonces quién era Saramago y cuando cumplió los 60 se jubiló y empezó a publicar una tras otra sus grandes novelas como “Alzado del suelo”, “Memorial del Convento”, “El año de la muerte de Ricardo Reis”, “Historia del sitio de Lisboa”, “El Evangelio según Jesucristo”. Lo último en verdad notable de Saramago fue “La balsa de piedra” a principios de los 90, y después su escritura perdió, digo yo, el alma, aunque el alma no existe. Pienso que mucha culpa de esto la tuvo su matrimonio con una joven periodista, hermosa, española, fogosa, que se volvió su traductora y agente, y el Premio Nobel acabó de arruinar su literatura. El exceso de sexo con una nena de 39 le seca el seso a cualquiera de 60. Muchas de sus últimas obras parecen haber sido escritas y guardadas durante años, porque él sabía que no valían la pena, pero su mujer lo convencía de publicarlas, porque ser Premio Nobel tiene las ventas aseguradas. Saramago nunca lo dijo ni nadie lo ha afirmado, pero ya se sabrá: sus grandes novelas las escribió mientras trabajaba en el ramo de los seguros, encerrado en la oficina, dándole sin descanso a la máquina. Sus compañeros de oficio pensarían: “Este Saramago no para de trabajar. Esa máquina de escribir suena seguido. Se gasta una cinta por semana”. Saramago tuvo más suerte que Kafka, quien también trabajó en los seguros, abogado de jubilaciones anticipadas, y se tuvo él mismo que jubilar a los 37 años, víctima de la maldita tuberculosis y de pensar tanto en sus atormentados personajes. Saramago no sólo sobrevivió a su trabajo en los seguros sino también al periodismo, lo cual demuestra la existencia de Dios. Lo que quiero ahora es resaltar esa extraña relación entre la escritura clandestina y el trabajo en las compañías de seguros. Sobre eso nadie ha escrito ninguna tesis y entonces la propongo. Sospecho que Saramago fue el último escritor secreto agente de seguros y me atrevería a afirmarlo con juramento sangriento de pirata del Caribe: durante años trabajé en una entidad del Gobierno que quedaba justo en frente del Sindicato Mundial de Seguros -Suramundi-, y todos los días, cuando salía a almorzar, coincidía con centenares de empleados de esa firma, que también salían a esa hora: eran todos igualiticos, los hombres con su pantalón oscuro y camisa clara, muy bien motilados y afeitados, y ellas muy pulcras y super-arregladas, discretas y asexuales. Lo más surrealista del asunto es que las gentes de Suramundi salían a almorzar y jamás se quitaban del cuello la llamada “escarapela” con su nombre y sello, lo cual les daba “carácter”. Y siempre salían en grupo. Uno los veía venir, de lejos, y ya sabía: “Ahí vienen los Suramundis”. Pero nunca he sabido de ningún escritor que haya brotado como gloria literaria de ese gran edificio gris, ni creo que saldrá ya nunca. Aunque todo en la vida es tan misterioso como la muerte, y es posible que esta columna la esté leyendo en este momento en el baño un “agente” que siempre ha pensado: “Me gustaría ser escritor. Si no fuera por tener que vender estos malditos seguros ya hubiera escrito mi primera novela”. A lo mejor estoy despertando una vocación oculta y creando inquietudes indeseables que vayan contra la Misión de la Compañía, así es como le dicen, “la Compañía”, incluso muchos años después de jubilarse, como si fueran monjes de la Compañía de Jesús. El espíritu de “Suramundi” lo marca a uno con marca de hierro de por vida, dice un tío mío. Con Saramago es posible que se haya marchado el último escritor que vendió seguros, pero si hay alguno con el veneno inoculado con mucho gusto lo atiendo y le doy consejos. Un buen argumento para una primera novela podría ser que un día ocurre “una misteriosa desaparición” de toda la Junta Directiva en la fabulosa Sala de Reuniones, cuando la secretaria entra con los tintos, en medio de una nube de incienso sólo se ve clavada en la mesa una refulgente espada de los Caballeros de la Orden de Malta. No daré más pistas. Incluso hasta después de su muerte el infeliz Vaticano le siguió dando madera al buen anciano ateo, pero por allá muy lejos lo debe de tener Jesucristo escribiendo novelas eróticas en el suplemento cultural del diario del Infierno.
Usamos cookies para asegurar que te damos la mejor experiencia en nuestra web. Si continúas usando este sitio, asumiremos que estás de acuerdo con ello.Aceptar