Pensando en los vegetarianos que se sienten un poco aislados cuando son invitados a un asado, Vegarden concibió la picadilla mixta, combinación de proteínas vegetales (entre ellas, un baby beef hecho a base de soya y trigo), que pueden comprarse también en la tienda del restaurante para disfrutar en casa.
El portobello a la pancha glaseado, acompañado de papas criollas, el fetuccine nostro (pasta artesanal de espinaca con salsa con tocineta vegetal, cebollitas, leche, orellanas, vino blanco y pesto) y el hummus con pan pita artesanal son nuestros recomendados de sal. De dulce, sugerimos la torta de la casa con crema chantilly vegana y mermelada casera y los rollitos de canela.
Vegarden abre de lunes a jueves desde las 11:30 am hasta las 9:30 pm. Los viernes y los sábados comienza a la misma hora, pero cierra a las 10:30 pm. Informes en el 366 2289.
Si bien desde Área Metropolitana se informó que las condiciones del aire han mejorado en las últimas horas, -la estación de calidad ubicada en el Politécnico Jaime Isaza Cadavid presenta un estado bueno, que no perjudica la salud de los ciudadanos-, actualmente se está haciendo un seguimiento permanente. La entidad advirtió que si vuelve el nivel de deterioro, la entidad ambiental convocará un Consejo Metropolitano de Gestión de Riesgo para combatir la contingencia.
Por los problemas ambientales que han afectado la ciudad en este año, el Área Metropolitana anunció que adelanta medidas de promoción de la movilidad sostenible en los municipios metropolitanos y de intensificación del monitoreo y control de emisiones del parque automotor.
Si nos preguntaran quién es Quintus Caecilius Metellus Pius quizá no sabríamos responder. Sin embargo, como cónsul romano, está al origen del nombre de nuestra ciudad. Cerca del año 80 a.C. el cónsul Metellus fundó, en las tierras de Hispania, un campamento militar en la cima de un cerro que se convirtió en Castillo desde donde dominaba la ribera del río Guadiana. Dos objetivos guiaron su decisión: defender el territorio generoso en agricultura y minería y ejercer control sobre el principal punto de paso del río. Pocos años después el Senado romano elevó el campamento al rango de colonia y a partir de entonces fue conocida como Colonia Metellinensis. Metellinum, como terminó llamándose, creció, se urbanizó diríamos en la Medellín de acá, por las laderas del Cerro del Castillo.
En 1541, seis años antes de la muerte de Hernán Cortés, oriundo de la Medellín de allá y conocido por la conquista de México, Jerónimo Luis Tejelo oficial bajo las órdenes de Jorge Robledo avistó por primera vez el valle habitado por indígenas donde en 1616 se fundaría la Villa de Nuestra Señora de La Candelaria de Medellín que en 1675 recibió el nombre de Medellín, derivado de Metellus fundador de la Medellín de allá y en honor a don Pedro de Portocarrero y Luna conde de Medellín y favorecedor de la creación de la villa. Como Hernán Cortés, 280 hombres dejaron la Medellín de allá para embarcarse en la conquista y colonización de las tierras americanas, quizá por eso hay otra Medellín en el Estado de Veracruz en México y otras dos en Argentina, en Santiago del Estero y en Santa Fé. A pesar de ser distintas en población, en clima, en situación, incluso en desarrollo y devenir histórico son ciudades unidas por el origen, al fin de cuentas somos paisanos, metellinenses, de esos que se encuentran y aun sin conocerse tienen por cercanía las historias.
Seguramente por eso también fue inevitable que la Medellín de Extremadura y la Medellín de Antioquia, la de allá y la de acá, se cruzaran en la Fiesta del Libro y la Cultura para compartir historia, libros, escritores y poetas, charlas y conversatorios, exposiciones de fotografía, conciertos y platos especiales de su gastronomía.
Vendrán escritores y poetas. Jesús Sánchez Adalid, escritor de novelas históricas polifacético y original gracias al peculiar tratamiento de sus personajes. El médico cirujano Antonio María Flórez, hijo adoptivo de Marquetalia, Colombia, nacido en España, profesor universitario, asesor de organizaciones no gubernamentales en Colombia. Susana Martín Gijón, miembro de la Asociación de Escritores Extremeños y autora de El trébol de cuatro hojas, saga policial compuesta hasta ahora por tres novelas. Antonio Gómez, poeta visual, artista conceptual, quien asegura que la poesía visual no es tan moderna como podríamos suponer y que su origen se remonta a la antigua Grecia. Lucía Estrada, poetisa de Medellín, Colombia, explora la noche, el símbolo, el misterio del ser y el sueño. Autora de Las Hijas del Espino, uno de los más bellos libros que se hayan escrito en Colombia, según Juan Manuel Roca. Eduardo Moga, poeta, editor, traductor y crítico literario. Autor de libros de poemas y traductor de Bukowski, Rimbaud y Faulkner. Director de la Editora Regional de Extremadura. Octavio Escobar Giraldo, nacido en Manizales, médico cirujano y escritor, especializado en Literatura Hispanoamericana, profesor de la Universidad de Caldas, conocido por formar parte de la llamada Escuela de Andrés Caicedo. David Roa, director de la Asociación Colombiana de Libreros Independientes. Ramón Pérez Parejo, autor del libro Metapoesía y crítica del lenguaje y autor de artículos de crítica literaria en publicaciones españolas. Irene Sánchez Carrón, licenciada en Filología Inglesa por la Universidad de Extremadura y Master de Español para Extranjeros por la Universidad Antonio de Nebrija. Efi Cubero, autora de los libros Estados sucesivos (2008); Condición del extraño (2013); Punto de apoyo (2014). Yolanda Regidor, quien debutó con la novela La Piel del Camaleón en 2012 y con Ego y yo ganó el Premio Jaén de Novela 2014. Tomás García, presidente Asociación Histórica Metellinense de Extremadura. Roberto Luis Jaramillo, Historiador de la Medellín de acá.
El plato estará servido entre el viernes 9 y el domingo 18 de septiembre en la Fiesta del Libro y la Cultura en la Zona Norte de la Medellín de acá. Que nadie falte…
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El pantalón, de la colección del Museo de Antioquia, es una obra al lápiz, de 100 por 70 cm, que Santiago Cárdenas realiza en 1970.
Quizá lo primero que llama aquí nuestra atención es la exactitud desconcertante de la imagen: es fácil que todos nos encontremos de repente preguntándonos cómo es posible que alguien sea capaz de producir algo así, contando apenas con un lápiz de dibujo. La sensación de espacio y de volumen es absolutamente convincente. El clavo, la sombra sutil que crea el gancho sobre la pared, lo mismo que la que produce el pantalón, todo parece exacto.
Pero el desconcierto ante la exactitud surge también de inmediato, porque es obvio que no estamos ante un objeto real sino ante un cuadro. Y nos lo recalcan también muchos elementos: el marco, la superficie intervenida, la neutralidad de los matices de “color” del lápiz. Y, si bien se mira, son los mismos elementos los que, por una parte, quisieran hacernos creer que estamos frente a algo real y, por otra, nos llaman la atención sobre su irrealidad.
Este contraste entre las apariencias convincentes y la extrañeza de la obra misma es tanto más fuerte cuanto más definidas son sus características. En otras palabras, tanta exactitud refuerza de hecho la convicción de que estamos ante algo que no pertenece al ámbito de nuestras experiencias cotidianas. Este pantalón tiene una esencia diferente a la de los que cuelgan en nuestros armarios; tiene una naturaleza que está más allá de lo concreto; de alguna manera, es una realidad metafísica, abstracta.
Con mucha frecuencia tendemos a pensar que si la imagen producida por un artista es muy parecida a las apariencias de los objetos, esa imagen nos aproximará a la realidad. El pantalón, de Santiago Cárdenas, parece decir lo contrario: se asemeja tanto a la realidad que no puede ser real. Y esa paradoja entre realidad y abstracción viene a reafirmar que la finalidad del arte no se puede entender como la reproducción de lo que percibimos.
Pero toda esta exactitud nos ha hecho pasar por alto que lo que aquí aparece es algo insignificante. Apenas una prenda de ropa, sin ningún interés especial, como el que sí tenían los vestidos en el arte del pasado. Y, además, es solo un pantalón, aislado, fuera de contexto, anónimo, sin bagaje histórico, sin una composición literaria o de leyendas que lo respalde.
Es decir, Santiago Cárdenas nos atrapó con casi nada y nos puso a pensar sin tener que recurrir a las grandes tradiciones clásicas; y, por ese camino, vinimos a descubrir, casi sin darnos cuenta, que la trascendencia del arte puede hacer uso de lo insignificante y cotidiano, porque el arte no reside en un sujeto u objeto que se represente sino en el sentido que encarna la obra producida.
Qué mala energía me produjo una columna firmada por Paola Ochoa en El Tiempo esta semana. Destila amargura.
No por la única razón que a mi juicio tiene, en el sentido de que la población negra –el Chocó es una dolorosa muestra- ha padecido por años el abandono del Estado y la indiferencia de la sociedad. (Lo del Estado ausente es cierto, en esa y en otras regiones y lo de la sociedad indiferente, también, con todo lo que no está frente a la punta de su nariz, sea cual sea su color).
Lo digo por la sobredosis de cizaña que siembra: “Ser negro en Colombia es mucho peor que ser negro en cualquier lado. Peor, incluso, que en Estados Unidos, uno de los países más racistas del globo terráqueo”.
Por partida doble me siento ofendida: porque soy una de las muchísimas colombianas (y colombianos) que estamos convencidos de que en este país todos cabemos y desde nuestras orillas por ello trabajamos, y por lo tanto no encajamos en estas afirmaciones: “Nos vale huevo que unos negros ‒que además son pobres‒ no tengan carreteras, hospitales, energía o acueducto… Nos importa cinco que no tengan baños o que vivan en casuchas que se derrumban con un chubasco… Nos importa un comino que tengan hambre, que los maten los narcotraficantes, que se prostituyan sus hijas y madres…”.
E igual me siento ofendida, porque la vida mía no sería la misma sin la presencia y las enseñanzas de un ser humano maravilloso que vino de Tutunendo a formar parte de la familia, desde mucho antes de que la mayoría de nosotros llegara al mundo. (Estoy segura de que ella y sus vecinos, integrantes de una raza que históricamente ha sufrido la discriminación, prefieren que no les dediquen defensas con doble filo). Por eso no admitimos el ‘nos’ con el que la columnista se escuda para decir lo que, de otro modo, no se atrevería:
“Los negros nos dan asco. Nos hastían, nos fastidian, nos repugnan hasta el cansancio… Tal vez por eso los insultamos a diario con nuestro vocabulario… Como si ser negro fuera una epidemia, una enfermedad que se contagia como la lepra. Un castigo divino que solo 4 millones de personas tienen la desgracia de recibir en este mundo: nacer en Colombia y en un cuerpo de color”.
(¿Por qué no lo dice en primera persona?)
Y, además, me siento brava, porque dejé de lado la emoción y el sano orgullo que quería desgranar en este espacio, por la excelente participación de Colombia –la mejor en la historia- en los Olímpicos de Río. Sobre todo porque casi todos los integrantes de nuestra delegación deportiva, ya habían ganado medalla cuando más alto, más lejos y más fuerte vencieron la adversidad.
Tres medallas de oro –de origen antioqueño los tres medallistas, ¡hurra!-, dos de plata y tres de bronce, y 19 diplomas olímpicos -otorgados a quienes clasifican en los ocho primeros lugares de cada disciplina-, constituyen un palmarés que no tiene desperdicio. En especial porque, con contadas excepciones, tales reconocimientos los ganaron competidores provenientes de la Colombia profunda, que tuvieron que abrirse camino a pulso. (No tiene sentido negar que aquí faltan oportunidades para los negros; también para los blancos y los cafés con leche). Y alcanzaron la cima, el mundo entero sabe de ellos (para mayor furia de doña Paola). Por sus propios esfuerzos, en primer orden, pero también gracias a diversas y oportunas ayudas. Entre ellas, el apoyo económico del Estado que en los últimos años, si bien no ha llegado a los niveles ideales, sí ha sido determinante para que los atletas de alto rendimiento sobresalgan. (Están los cuadros comparativos que sustentan tales progresos). Y eso hay que reconocerlo y celebrarlo.
Con un salto largo como el de Caterine, con un llanto feliz como el de Figueroa, con una sonrisa serena como la de Mariana… Bañados en agua de oro como todos los demás.
ETCÉTERA: Así que no acepto las felicitaciones de Paola Ochoa: “Felicitaciones país hipócrita, desleal y oportunista”. Se las devuelvo, como aconseja el Buda.
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Empecé a desarrollar en la columna anterior el tema -presente en la medicina oriental y en la medicina antroposófica moderna- del alma de los órganos. Cada órgano tiene un alma y todas las almas se relacionan con el alma del corazón o Shen, asiento de la identidad del ser humano y regulador de su psiquismo. Hablamos del alma del hígado, esto es, de los aspectos emocionales y anímicos que se relacionan con este complejo órgano.
Entremos en el alma del riñón. Un órgano simétrico que se ubica en un territorio, debajo del diafragma, donde el ‘caos’ y la asimetría son la tendencia. Los riñones son representantes del Sistema Neurosensorial, donde priman el orden y la simetría. En el proceso embriológico observamos la migración que hace el riñón desde el cuello (Pronefros) hasta su lugar definitivo, en la zona lumbar, donde está separado de los órganos abdominales (retroperitoneal). Su origen está muy ligado a los órganos respiratorios y conserva una función especial en el equilibrio de la respiración. Así como la sed se relaciona con el hígado, la falta de aire se relaciona con el riñón. El componente principal del aire que respiramos es el nitrógeno y las sustancias con contenido de nitrógeno (urea y ácido úrico) son excretadas por el riñón.
Los aspectos anímicos del riñón están muy ligados al órgano que trabaja en unidad con él y con quien forma una totalidad anatómica: las glándulas suprarrenales. R. Steiner dice que la suprarrenal es el aspecto espiritual del riñón. Y su función está ligada a las situaciones que nos generan alerta y en la que se activa nuestra conciencia despierta. “El riñón da ímpetu al temperamento”. En lo fisiológico el riñón es el asiento del cuerpo emocional y gobierna a través de sus funciones de excreción e increción, muchos procesos de apertura o simpatía y de separación o antipatía. Cuando predomina la actividad en el mundo y tenemos un exceso de alerta, nuestra presión arterial aumenta y terminamos agotando la reserva renal. La hipertensión oculta es una de las causas más frecuentes de daño renal crónico. De otro lado, cuando el mundo nos abruma y violentamos nuestro ritmo, aparecen los síndromes de estrés, donde riñón y suprarrenales sufren. El miedo es la emoción que más afecta al riñón. El miedo nos paraliza. Frío es al cuerpo, lo que miedo es al alma y ambos procesos debilitan el riñón. Tener la zona lumbar descubierta, favorece la penetración de frío. “El riñón y el pulmón detestan el frío”, afirma la sabiduría oriental.
Uno de los aspectos más dramáticos de la salud actual es lo que podemos llamar ‘medicina del miedo’. ¡Cuántos colegas presionan un procedimiento terapéutico, generando miedo! Es frecuente ver que los pacientes salen atemorizados de la consulta, por un diagnóstico planteado de una manera cruda, por la falta de claridad en el mismo o por la falta de perspectiva frente al proceso de la enfermedad. Crear falsas esperanzas es absurdo, pero matarlas es cruel y muy frecuente en la práctica médica, por desconocimiento de la dimensión anímica y espiritual de la vida humana.
En el alma del riñón vive un aspecto de la voluntad, vive la capacidad de respuesta frente a los retos y vive el sano temor que protege nuestra existencia: algunos lo llaman el temor de Dios. Así como los antiinflamatorios dañan lo físico-etérico del riñón, el miedo y el estrés continuados dañan el alma del riñón.
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¡Jíbaro de libros! ¡Dealer de fantasías, sueños y utopías! Siempre, o casi siempre, estás en el lugar correcto en el momento correcto. Tú palabra, susurrada al oído, nunca, o casi nunca, lastima o se equivoca. Te acercas sigiloso, a veces en puntillas para no molestar la visita a tus estanterías, y con voz aún más discreta inyectas tu veneno. “Profe, mire lo que acaba de llegar”, y ¡zas! sacas a Borges, de Adolfo Bioy Casares, un mamotreto tan gordo como dos o tres biblias juntas. O te agachas para rebuscar una novela de Philip Roth, El animal moribundo o La mancha humana, ambas escalofriantes, como tu sonrisa de bibloalcahueta o bibloalcahuete. “¿Cierto, profe, que a usted le encantan Michael Onfray y Christopher Hitchens?”. “¿Parezco ateo?”. “No, profe, usted tiene cara de monaguillo regañado… Por eso, llévese el Manual de ateología o Dios no es bueno, serán su salvación, ya verá”. Librero anónimo: conoces mis gustos y mis disgustos. Por nada del mundo me ofrecerías algo de Donald Trump, por ejemplo. O de Harold Alvarado Tenorio. Jamás me comparas con tus otros clientes. Para ti, soy único, irrepetible, un conejillo de Indias para contemplar y contemplar, sin descuentos ni promociones, eso sí, pues bien sabes que no soy fetichista, lo mío es el contenido de los libros, no el contenedor, esos bellos objetos llamados libros.
Oh, librero sin nombre, déjame decirte unas cuantas palabras sobre tu venerable conducta. Eres astuto. Rápido, gatillo veloz. Precavido y desvergonzado al mismo tiempo. Con simpatía y cinismo. Intrépido. Sentimental. Capaz de atravesar medio valle de Aburrá para conseguir y entregar tu droga, esos artefactos del buen Johannes Gutenberg. No eres un vendedor. ¡Eres un chamán!
* Body copy. “O sea que las cosas no han sido todavía sino que van a ser, no pasaron así, sino que van a suceder ahora, en estas páginas, nadie sabe cómo, no tienen un principio ni un orden otro que el tú les des, e incluso la sucesión de renglones, de párrafos, de páginas puede ser alterada porque, aunque inflexible en su estructura, es deliciosamente arbitraria. Por eso sacas de la máquina el papel en que habías escrito
Un ladrimugidolúgubre que venía de la cala un poco por divertirte, mientras aún es tiempo, imaginando el gozo de los leídos de tu paisito que podrían ahorrarse, después de esa frase, el resto del libro y decir cuando se ofrezca, en caso de que llegara a ofrecerse: Sí, pero tiene influencia de Joyce, tal como se ahorraron el resto de Joyce, y porque cuando se hallan frente a un relato respetuoso del orden cronológico o lógico o gramatical, o sea respetuoso del orden a secas, jamás se les ocurre decir: Influencia de Zola o de Gorki –que no lo fueron en su época-, y haces una pelota que va a parar a un rincón del piso, a un canasto, a la chimenea y, como si ya entraras a padecer de veras, colocas otra hoja y creyendo que ese será el comienzo, comienzas”.
Jorge Enrique Adoum. Entre Marx y una mujer desnuda. 1976.
* * Vademécum. ¿Alcahueta o alcahuete? “Persona que concierta, encubre o facilita una relación amorosa, generalmente ilícita”. ¿Contemplar? “Complacer excesivamente a alguien o ser condescendiente con él, por afecto, por respeto o por interés”. ¿Chamán? “Hechicero al que se supone dotado de poderes sobrenaturales para sanar a los enfermos, adivinar, invocar a los espíritus, etc.”.
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En Colombia las diferentes violencias se han convertido en el panorama diario, sorprende que la que se ejerce dentro de la familia sea tal vez la menos esclarecida. Las noticias muestran todos los días a mujeres que mueren a manos de sus parejas, parejas que matan a golpes a sus hijos, mujeres que también pueden ser perpetradoras. Pero pocas veces esos actos terribles pasan de ser meros datos y alarmas. Quizás porque provenimos todos del viejo mandato de que “la ropa sucia se lava en casa”, los espantosos hechos que ocurren en el hogar quedan sin voz. Y si esto ocurre hoy, ¿qué podríamos esperar hace más de 50 años?
La figura legal de la potestad marital, que ponía a la mujer bajo la dependencia del marido, fue abolida en Colombia en 1932, en lo relativo a los bienes; y sólo en 1974, en lo atinente a su persona. Si el hombre de la casa “castigaba” a su prole o “disciplinaba a su mujer” no había mecanismos efectivos para evitar el maltrato. Eran épocas de terror para muchas familias de todos los estratos económicos y socioculturales del país y de toda Latinoamérica. Aunque el maltrato familiar pervive, por lo menos hoy existen procedimientos disponibles para solicitar protección.
Nuestra literatura local y nacional hace eco de ese silencio, escasamente ha abordado este tema; en no pocas novelas y cuentos la vida familiar de hace cincuenta o sesenta años se halla representada de manera idílica y tranquila, y en especial en las novelas que hablan de la clase media o alta de la sociedad. Es consecuente con esta realidad que sea en las obras de algunas de nuestras escritoras, como Rocío Vélez de Piedrahíta, María Helena Uribe de Estrada o Helena Araújo, Alba Lucía Ángel y Laura Restrepo, que se hayan denunciado las diferentes violencias que mujeres y niños vivían y viven en el hogar y fuera de él.
El gran valor de esta novela es su fuerza narrativa, nacida de la profunda necesidad de contar una historia que arrastra la fuerza de una verdad. Raquel Shwartzer, la autora, con una decisión inquebrantable, sin ser escritora de oficio, va llevando sin artificios una historia desgarradora y develando ante el lector los comportamientos “ingenuos” de las mujeres que tejen esta trama. Los golpes del marido, del amante, a sus dos mujeres fueron también los golpes de toda la sociedad; este es, en último término, el relato de una gesta libertaria contada con fuego en el corazón, una gesta que nos libera y corre el velo sobre los mitos y mentiras que encierra un imaginario amoroso de entrega, que conlleva el sometimiento y la humillación.
Desde el punto de vista técnico la Filarmónica es una orquesta sinfónica y no es una colección arbitraria de instrumentos; cada uno, por el contrario, ha sido escogido por los compositores a lo largo de los siglos para copar el mayor número posible de nichos sonoros, en timbre, tonalidad y posibilidades expresivas. Ningún otro instrumento o agrupación de instrumentos logra igualar la riqueza sonora de una orquesta sinfónica. Argumentan en su contra aduciendo que la música clásica es solo del gusto de una minoría; pero hay al menos un error craso en esta afirmación. Estas agrupaciones son extraordinariamente versátiles y permiten la interpretación de todo tipo de músicas, desde la llamada clásica hasta las populares. La música clásica es desde luego un bellísimo y amplísimo repertorio, pero las orquestas sinfónicas no se agotan allí.
Si la música sinfónica tuviera tanto público como algunos cantantes y agrupaciones populares podría hacerse con ella un gran negocio, pero este no es el caso, lo cual ratifica la necesidad de apoyarla desde el estado. Es necesario llevar la música sinfónica a todos los espacios sociales y permitir que los ciudadanos ejerzan su derecho a conocerla y aprendan a disfrutarla. Hemos visto desde luego progresos en los últimos años; las nuevas generaciones de músicos y sus círculos sociales y familiares, que han crecido con la Red de Escuelas de Música, han desarrollado ya un importante gusto por la música sinfónica.
Las sociedades obtienen en ocasiones unos logros inesperados y sorprendentes. Tal es el caso de nuestra ciudad, que logró casi milagrosamente construir una orquesta, la Orquesta Filarmónica de Medellín, de un nivel comparable a las mejores de Suramérica. Está conformada por muchos de los más notables músicos de Colombia y por unos pocos extranjeros de nivel sobresaliente. Algunos de estos músicos han logrado crear verdaderas escuelas de ejecución instrumental. Los músicos de la filarmónica son el referente, el modelo a seguir para los jóvenes instrumentistas que han venido y vienen formándose en la Red de Escuelas de Música, en las facultades de música de la ciudad y en la Academia Filarmónica.
Es indiscutible que a nuestros jóvenes se les muestren nuevas formas de tener éxito, distintas de la obtención de dinero rápido. Ser músico de una orquesta sinfónica no es asunto fácil, se requieren una vocación y un fervor que casi convierten el trabajo en un apostolado. Los músicos de la Orquesta se exigen tanto a sí mismos como lo hacen los deportistas de alto rendimiento, pero son además tutores de las nuevas generaciones y dignos representantes de lo mejor que nuestra ciudad tiene para mostrar.
En el pasado hemos perdido edificaciones e instituciones muy valiosas desde el punto de vista patrimonial. Los teatros Junín y Bolívar, por ejemplo, y la Orquesta Sinfónica de Antioquia (la Osda) que desapareció en 1994.
Remplazar la Osda y superar sus niveles técnico y artístico, le tomaron al menos veinte años a la Orquesta Filarmónica de Medellín. Es difícil hacer una orquesta. No basta con reunir a unos músicos; hay que encontrar unos lenguajes comunes, una sonoridad propia, hay que conformar un repertorio, hay que compartir experiencias durante años, hay que tener una trayectoria que requiere décadas. Nuestra orquesta cumplió treinta y tres años en 2016, lo cual es suficiente garantía de que se trata de una institución sólida. La calidad de sus interpretaciones y el nivel de los artistas con los cuales se ha presentado (tanto solistas como directores, coros y otras agrupaciones), serían motivo de orgullo para cualquier orquesta en el mundo.
Al momento de asignar los recursos públicos deben tener prioridad aquellas instituciones que sean símbolos de la ciudad y que puedan mostrar trayectoria, potencialidad y calidad. Todas estas condiciones las tiene la Filarmónica.
La supervivencia la Orquesta no puede seguir dependiendo de milagros: al Municipio le corresponde hacerse cargo de ella en nombre de la sociedad. No podemos permitirnos la progresiva desaparición de nuestro patrimonio cultural, construido por tantas personas a lo largo de tanto tiempo y sorteando tantas dificultades. El Municipio asigna unos recursos cada año vía contratación de conciertos, pero se trata de una suma casi insignificante comparada con lo que otras ciudades invierten en sus orquestas, y en todo caso menos de la mitad de lo que la Orquesta requeriría para funcionar.
Todos conocemos las necesidades que padecen nuestras comunidades, y es indudable que son muchas y muy apremiantes. Pero si los pueblos dejaran el desarrollo de su cultura para cuando tuvieran cubiertas todas sus carencias, tendríamos hoy unas sociedades paupérrimas en el peor de los sentidos, o quizás ni siquiera tendríamos sociedad. La cultura es el pegamento que mantiene unida la sociedad, pero es también lo que inspira a sus integrantes y los motiva para emprender grandes desafíos.
El alcalde Federico Gutiérrez es un hombre comprometido con la cultura y en su época de concejal dimos juntos algunas batallas en la búsqueda de un modelo de financiación que asegurara el futuro de la Orquesta. En su momento no lo logramos, pero ahora el alcalde Federico tiene el poder para tomar las decisiones que se requieren. Su Secretaria de Cultura es también persona muy sensible y comprometida. Pongamos manos a la obra para salvar la Orquesta. Las generaciones futuras no nos perdonarían otro fracaso.
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Sara, Mariana y David se proyectan como los futuros campeones del bolo en Antioquia. Hermanos, amigos e inseparables competidores
Por José Fernando Serna Osorio
A duras penas puede con los 12 kilos que pesa la bola. Y aunque por fuera de la pista es una descarga de sonrisas, inocencia e inquietud, cuando soporta ese gran objeto en sus frágiles manos a Sara la invade un halo de seriedad inquebrantable. Es una alumna aventajada del bolo y solo tiene 11 años.
El aire acondicionado de la Bolera del Inder refresca en el interior una calurosa tarde en Medellín. Junto a su hermana gemela Mariana y su hermano David, de 13 años, forman uno de los tríos con mayor proyección en el bowling de Antioquia, nombre con el que se reconoce a nivel internacional esta práctica deportiva. “Si siguen así de juiciosos se cansarán de ganar”, dice un hombre desprevenido que los ve a lo lejos mientras entrenan.
Son tres, de la misma casa y con las mismas expectativas. Aunque tienen que combinar el entrenamiento con las matemáticas, las ciencias sociales o el inglés en el Colombo Británico de Envigado, los aplicados estudiantes le encontraron el “efecto” a esta disciplina de la que ya han sentido la recompensa con la consecución de títulos.
Sara, de gran técnica, pese a su corta edad, fue recientemente Campeona Master de la categoría Sub 16. Cuenta que junto a sus hermanos conocieron este deporte gracias a la afición de su papá, Jaime Duque, quien los contagió y de quien aprendieron las primeras bases para su práctica. Lo mismo de su madre Isabel Cristina, que ha sido ese apoyo incondicional para los tres niños que sueñan con algún día llegar a la Asociación Profesional de Boliche de Estados Unidos (PBA, por sus siglas en inglés).
“También juego fútbol. Juego de lateral en el equipo de Formas Íntimas, pero en el futuro quisiera ser médica especialista en deporte, porque me gusta mucho estar vinculada a todo lo que tenga que ver con diferentes actividades”, dice Sara, como si llevara un adulto en su interior.
Por su parte David, el mayor de los tres, ha cumplido ha cabalidad con el papel de ser el único hombre, y pese a sus 13 años, les ha enseñado trucos y compartido consejos para que las gemelas sigan puliendo su talento. Reconoce que tiene que aprender de ellas también y por eso intenta tener la misma tranquilidad de Sara y la constancia en los lanzamientos de Mariana.
“Mi hermano tiene muy buen péndulo (movimiento técnico en el momento de la ejecución del ejercicio) y hace muchas moñonas (tumbar todos lo pines de un solo golpe)”, comenta Mariana sin pena delante de David.
También amante del fútbol, el joven bolichero ha mezclado el estudio y el bolo con esa pasión. Caso contrario le pasa a Mariana, la “menor”, quien desistió del balompié y se decidió por el voleibol. Hermanos que se complementan con la inocencia propia de sus edades y que tienen el anhelo de estar en un par de años integrando la selección Colombia de esta disciplina. Para ellos el orgullo máximo será cuando representen el país, coinciden.
El talento de los hermanos Duque no cayó del cielo o mucho menos llegó rodando como bola. Dos veces por semana asisten a la Bolera para atender la orientación de su entrenador, Santiago Mejía, un consagrado campeón del bowling que inició el proceso de los tres hermanos y hoy los proyecta para ser tan importantes como él.
Mejía, que lleva 28 años practicando bolo, es campeón Nacional, medallista de oro en Juegos Bolivarianos, Centroamericanos y del Caribe, y campeón en Juegos Panamericanos. Reconoce en ellos un gran potencial y espera que en dos años se pueda iniciar el proceso de competición para que vistan el tricolor Nacional.
“Sara ha demostrado mucho temperamento a la hora de competir. Una mujer enfocada, concentrada y no es miedosa. Le gusta la competencia. Mariana es un poquito más temerosa, le da más nervios, pero es muy apasionada por lo que hace. David es temperamental, tiene una forma de ser tranquila durante las competencias, pero es enfocado y tiene temple”, comenta el entrenador que también es sicólogo deportivo.
Santiago es consciente reconoce las limitantes que hay en nuestro país para el pleno desarrollo de bolicheros.
“Somos potencia mundial en este deporte, en cuestión de resultados, pero no nos preparamos como potencia. Tenemos campeones mundiales y en todos los torneos, inclusive en el ciclo Olímpico, pero no nos lo creemos. Ahí radica el problema”, asegura Mejía.
Cocacoleros hasta la médula y desde chiquitos, cuando les sirven un vino, un tinto de sabor potente como el Cabernet Sauvignon, también uno de intensidad media como el Merlot, o la amabilidad en pasta que presenta el Pinot Noir, o un blanco de buena acidez como el Sauvignon Blanc, no pasan del “está rico, gracias”, aunque al segundo trago la copa quede abandonada a su suerte.
Cocacoleros de sangre negra con burbujitas, han llevado todo tipo de platos de la que pudo ser una experiencia gastronómica deliciosa a un choque invasivo de dulce que termina por arruinar inspiración y arte del cocinero. Lo hicieron con paella, sushi, fondue, parrilla, ceviche, salmón, pizza, pollo apanado, arroz chaufa, magret de pato, hamburguesa, comida de carretera…
Cocacoleros consagrados, prefirieron la bebida de niño a moverse por el amplio mundo de placer que abre la uva en gustos y aromas, entonces hicieron destapar, y lo siguen haciendo, colombianas, pepsis, manzanas, cuatros, premios.
Cocacoleros, es tiempo de que el paladar crezca. Maduren. Para la gaseosa ya tuvimos años de dedicación. En el recreo, la cancha, las piñatas y la mesa. Y no es que la abandonen, ustedes verán. Es que se permitan otro nivel de disfrute, que el vino sabrá dar.
Porque el vino, en efecto, es la intensidad y la potencia de un Cabernet Sauvignon. Un caballo. Y ahí cerca están el Syrah, el Tannat, el Tempranillo. Tintos. Y ásperos. No obstante, el mundo de la uva va más allá de la bebida que saca muecas por “amarga”. Sí es líder en ventas en Colombia (de cada 100 botellas que se venden, 57 son tintas), pero tiene más para ofrecerle al paladar.
Por esencia somos dulzones. Nos levantaron entre aguapanela, jugos de fruta, el bocadillo de la mazamorra, postres de todos los tipos y es en ese renglón donde hay un tipo de vino que sigue ganando adeptos. Es el Lambrusco, italiano y, abierta la botella, con sus solo 8 grados de alcohol, ofrece notas que rozan los recuerdos cocacoleros.
Entra en la categoría de los espumantes, que el año pasado creció en ventas en Colombia un 20 por ciento y está a un punto de equilibrar a los blancos, por siempre a la zaga de los tintos.
Daniel Calle, de Vinos Nobles, impulsor del Lambrusco en Colombia lo define como una bebida fresca, que privilegia los ingredientes sobre los procesos. Le pedí que nos antoje con armonías con comidas y así se inspiró: “El rosado va con ensalada capresse, el blanco con antipasto o una buena foccacia y el tinto con pizza”.
Luis Fernando Valencia, de Dislicores, destaca su origen, de la Emilia Romaña, su carácter espumoso y sus notas a medio camino entre secas y dulces, afrutadas, ligeras, buenas para tapear.
Puro sabor para la mesa. Pero sabor a bebida y a comida, no la invasión por parte de uno solo de los dos. Dicho a la brava, ¡maduren!; dicho de otro modo, denle mejor gusto a su paladar.
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Los desesperantes tacos, el crecimiento en la tasa de motorización y la evidente contaminación han animado a más ciudadanos a usar las bicicletas como medio de transporte. Expertos reconocen avances, pero el camino sigue siendo cuesta arriba
Por Daniel Palacio Tamayo
La cifra es impactante. EnCicla, el programa de bicicletas públicas, está haciendo casi igual número de viajes en el día que el tranvía de Ayacucho. De acuerdo con Eugenio Prieto, director del Área Metropolitana, ambos sistemas de transporte están movilizando al día unos 10 mil usuarios. Aunque, a diferencia del tranvía, que sólo atiende un sector de la ciudad, el sistema de bicicletas públicas tiene 51 estaciones distribuidas por varios municipios del Valle de Aburrá, la cifra es muestra para algunos activistas y promotores de la bicicleta que este medio de transporte toma cada vez más auge.Mauricio Mesa, integrante del colectivo Siclas, se pregunta al respecto ¿cuánto valió el tranvía y cuántas personas moviliza? A su vez que deja el interrogante sobre cuántos kilómetros de cicloinfraestructura se hubieran podido construir con los mismos recursos. Para Mesa, alternativas como un ciclocarril, que está sobre la vía; o ciclorruta, que va sobre el andén, representan medios de transporte también amigables con el medio ambiente, mucho más económicos que la infraestructura para el vehículo particular.
Y es que detrás de cada pedaleo y esfuerzo por lograr que el número de viajes que se hagan al día en bicicleta o en sistemas de transporte masivo amigable con el medio ambiente, se encuentra una discusión de mucho mayor calado como la sostenibilidad. Un tema que se discute en las grandes urbes para buscar fórmulas de movilidad eficientes y menos contaminantes que los gases derivados del uso de combustibles fósiles. Prieto asegura que en esa dirección, el Área tiene como reto triplicar el número de estaciones de EnCicla en los 10 municipios del Valle de Aburrá y lograr, por fin, una tarifa única e integrada de los sistemas de transporte.
“Queremos un modelo de movilidad sostenible donde los actores de la vía aprendan a vivir de manera articulada y corresponsable; no buscamos que la gente se baje del vehículo, sino que se articule por medio de la intermodalidad entre la bicicleta, el transporte público y su vehículo”, asegura Juan Camilo Gómez, gerente de Movilidad Humana de Medellín, dependencia que se creó tras la realización del Foro Mundial de la Bicicleta, realizado en la ciudad y del que se derivaron compromisos para promover la movilidad no motorizada en consonancia con el POT, en el que se privilegia al peatón y al ciclista sobre el transporte público y el vehículo particular.
Gómez, reconoce que actualmente en la ciudad sólo se hace en bicicleta un 1% del total de viajes diarios. “La meta es llegar al 4% de viajes realizados en el Valle de Aburrá, eso significa unos 6.500”. El funcionario asegura que con esta política no solo se busca impactar la movilidad, sino también lograr mayor actividad física de los ciudadanos y un mejor uso del espacio público, pues entre menos vehículos circulen, se requerirán menos celdas de estacionamiento.
Para la promoción del uso de la bicicleta en la ciudad, la Alcaldía de Medellín se comprometió con la construcción de 80 kilómetros de infraestructura que se sumarían a los 45 existentes. Sin embargo, Mesa reclama no sólo una inversión equitativa respecto a otras alternativas de movilidad, sino que en su consideración se tendrían que construir en esta administración por lo menos 120 kilómetros, si se es acorde con la meta del POT y el Plan Maestro de la Bicicleta.
Entre los análisis técnicos que se están adelantando, Gómez adelanta que se está contemplando un trazado por la Avenidas Las Vegas y El Poblado además de otros tramos por vías como la 65 para complementar la conectividad existente y promover este tipo de movilidad en sectores donde aún no hay suficientes estaciones de bicicletas públicas e infraestructura para ciclistas como la comuna 14.
Igualmente, Gómez afirma que el diseño y la construcción de nueva infraestructura para el ciclista irá de la mano de un trabajo de cultura con todos los actores de la vía. Para ese efecto se conformó una unidad de agentes de tránsito que circula en bicicleta para recuperar espacios para el peatón y el ciclista que han sido apropiados, por ejemplo, para el estacionamiento. También el funcionario les recomienda a los ciclistas “no zigzaguear, usar los espacios adecuados y los elementos de protección como casco, chaleco y elementos reflectivos que los hagan visibles”.
Para el promotor de Siclas, la clave está en promover la “pacificación del tráfico” que le haga frente a la incultura y la falta de control por parte de las autoridades a conductas que afectan a peatones y ciclistas, los más vulnerables en las vías y que según Mesa, es una de las principales razones que alejan a las personas para subirse a la bici. Para él, un ejemplo de que sí se puede es Eafit, “una universidad privada, en la comuna más motorizada, con índice adquisitivo alto, pero en los parqueaderos se ve la cantidad de personas que van en bicicleta. Es una opción muy viable de movilidad”, asegura el experto, quien dice que otro indicador es observar la cantidad de usuarios de bicicletas en una intersección como San Juan con la 65 en una hora pico.
“No es moda, es tendencia que llegó para quedarse”, sentencia sin parar de pedalear por un nuevo modelo de ciudad.
El ‘Trampe’ es un elevador mecánico que asiste a los ciclistas urbanos en sectores de alta pendiente y que es utilizado en países como Noruega. El gerente de Movilidad Humana asegura que es una alternativa que se está estudiando, pues es de los mismos desarrolladores de los sistemas de cable que se usan en la ciudad. Para estos casos, anunció, se estudian otras alternativas como la de facilitar el acceso a bicicletas eléctricas con pedaleo asistido, lo que no haría tan traumático el tránsito por una pendiente de la ciudad. Sin embargo para Jorge Monsalve, profesional de Encicla, será muy difícil adaptar el “cable para ciclistas” en Medellín porque “la topografía de la ciudad es muy diferente a la que se presenta en las ciudades europeas, y por ende aumentarían los costos del sistema de bicicletas públicas”.
El director del Inder, Juan David Valderrama, aseguró que la entidad está adelantando estudios para determinar si es viable ampliar el número de kilómetros de ciclovías que hay en la ciudad. Entre las alternativas que se están evaluando en cuanto a su viabilidad técnica y presupuestal, se encuentra la ciclovía por la avenida Las Palmas. Desde el instituto de deporte aseguraron que no se conoce cuándo habría una decisión al rspecto.
Delivery Team, una iniciativa liderada por Nicolás Rivillas, nació con la oportunidad de ciclistas amateur de entrenar al tiempo que ganan dinero haciendo domicilios en El Poblado. Al momento un grupo de repartidores urbanos atiende los servicios requeridos por siete empresas de la comuna 14. En julio, por ejemplo, recorrieron unos 2.700 kilómetros para hacer las entregas, lo que según estimaciones de Rivillas se han dejado de emitir 53 kilos de CO2 por no transportar esos domicilios en una motocicleta.
En entrevista con Vivir en El Poblado, Juan Esteban Martínez, secretario de Movilidad de Medellín, señaló que el problema de las vías se resuelve no solo con los esfuerzos del Estado, sino también con conciencia ciudadana. “La respuesta de a dónde queremos llevar la ciudad en movilidad la debemos tener todos: usar más el metro, hacer más recorridos a pie, usar más bicicleta, no se puede esperar que toda la ciudadanía lo haga, pero con un 2 por ciento que se sume, tenemos otro impacto en las vías. Igual si un 5 por ciento decide montar en bus. Esos esfuerzos conjuntos nos dan otro panorama de ciudad”, señaló.
El rector de esta universidad, Jorge Julián Osorio, dice que en su opinión, esas discusiones deben darse en la universidad para propiciar el enfoque académico, presentando diversas posturas para lograr un equilibrio entre los argumentos. “La universidad es diversidad, todos aquí piensan distinto. Lo que tiene que hacer uno como rector, creo yo, es lograr que se respeten los diferentes planteamientos”, explica.
En esa misma fecha tendrá lugar el Primer Simposio Internacional de Humanización para la Paz, el acto central de la jornada, donde harán ponencias Paolo Asolan, consultor del Pontificio Consejo para la Promoción Humana, Cor Unum del Estado Vaticano, Francisco de Roux, director del Centro de Fe y Culturas, Mauricio Lizcano, presidente del Senado de la República, Rafael Nieto, exviceministro de Justicia, y Juan Manuel Barrientos, creador del restaurante El Cielo.
“Este es un tema de país y es un acto de responsabilidad de la universidad. La idea es que las personas de afuera también se vinculen y no guardar silencio frente a un tema tan polémico, porque esto hace mucho daño”, complementa Bernardo Gómez, gestor de Proyección Social del Ces.
El evento central también será acompañado por otras actividades, como la Ruta de los sueños, una ruta ciclística que será el domingo 25 de septiembre desde Sabaneta hasta el Parque de los Deseos.
En sus programas, que también incluyen un ciclo de cine y un concurso de cuento, este espacio académico se ha ido acercando al concepto de la paz, pero este es el primer gran evento que se realiza al respecto: “La idea es que la Universidad tome la bandera en la ciudad de generar este tipo de espacios. La paz es cotidiana y hay que construirla todos los días en nuestros espacios comunes”, continúa Gómez.
Según el rector, que fue posesionado en el cargo en enero de este año, la institución busca también generar proyectos sociales y de investigación alrededor del conflicto y la responsabilidad social. Recuenta que tienen un proyecto en el corregimiento El Cedro del municipio de Ayapel (Córdoba), donde el programa de Medicina adecuó espacios como bibliotecas, centros educativos y administran el centro de salud. También tienen proyectos con la clínica infantil Santa Ana, la fundación para personas con Síndrome de Down Andecol y proyectos aún no aprobados para trabajar en los ámbitos nacional e internacional en temas médicos relacionados con el conflicto, que según el doctor, dependen en gran parte de la firma definitiva de los acuerdos de La Habana.
“Queremos abrir espacios de discusión. Creo que hay que invertir mucho en pensamiento social, con mínimo dos o tres eventos de discusión académica al año. En este momento la discusión está puesta alrededor de los acuerdos: en otro será sobre la sostenibilidad o el medio ambiente”, reflexiona el rector.
Sus metas son, además, lograr reconocimiento internacional e intercambios, potenciar la investigación en relación con la innovación, la empresa y el Estado y mejorar la atención a los estudiantes becados que recibe año a año la universidad.
“No nos podemos quedar solo en que la universidad es buena por sus egresados, sino también ser reconocidos porque tiene un compromiso social, porque se proyecta y trabaja en otros ámbitos. Una universidad no es para producción económica sino para producción de pensamiento en la ciudad”, concluye el doctor.
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Evento apoyado por Vivir en El Poblado.
El sociólogo sostiene que la educación tricerebral es necesaria para el bienestar social. Otra mirada para una ciudad que, a pesar de haber tenido el mayor porcentaje de inversión entre 2012 – 2015 (un 27,4%, según Medellín Cómo Vamos), aún tiene estudiantes en niveles muy bajos frente a los promedios internacionales.
¿En qué consiste la teoría de los tres cerebros?
“Todos tenemos tres cerebros: el izquierdo se desarrolla aprendiendo a hablar, a leer y a escribir; el derecho por vínculos afectivos, enseñando respeto, belleza, oración y arte; y el central se desarrolla enseñando a caminar, a sentarse, a comer bien y a andar limpio. Son tres bloques de funciones y competencias. El comportamiento es expresión de lo que tienen en los tres cerebros: si solo tiene central solo expresa fuerza, violencia, si tienes solo derecho es puro amor y pajaritos, y si tienes solo el izquierdo es pura habladuría. Solo sirven los tres juntos”.
¿Cuáles cambios necesita el modelo educativo tradicional?
“Los profesores están obligados a cumplir con un currículo anticuado de más de 200 años que solo se enfoca en el cerebro izquierdo. Si no se reforma este currículo, se daña el cerebro. La escuela no enseña educación profesional financiera. Los de la clase alta en general continúan en la clase alta, con buena educación familiar, pero la familia del pobre en ocasiones es ausente, muy a menudo el papá no está. No tienen educación financiera o profesional para ser emprendedores, buenos trabajadores o ahorrar”.
¿Cómo establecer la relación de la desigualdad con el conflicto?
“Como hay desigualdad, porque hay unos listos arriba y unos con poca educación abajo, esta interacción funciona como cuando un perro es maltratado: él te ataca. Así fue con las Farc. Era un grupo de campesinos que no tenía educación, pero tenía rabia y furia, luego armas. Los de arriba tienen un cerebro perverso, el cerebro izquierdo desarrollado para hacer cálculos de cómo oprimir al otro. Porque no lo respeta ni le tiene solidaridad, características del cerebro derecho”.
¿Qué opina de la idea del Gobierno de lograr la paz con los acuerdos?
“Las Farc se levantaron porque había alta desigualdad en la propiedad de tierras, en profesiones, en dinero, y el tratado no cambia eso, no cambia la educación, no aumenta el apoyo a la familia para que eduquen mejor a sus hijos. ¿Cómo quieren la paz si continúan los vicios anteriores?”.
El sueño de tener más parques públicos verdes en El Poblado sigue abierto para muchos; sin embargo, el aprovechamiento del lote de la avenida 34, entre La Aguacatala y Los Balsos, parece un imposible
Un lugar verde, que sirva de punto de encuentro ciudadano bajo la sombra de árboles frondosos, es uno de los sueños que aún sigue vigente entre algunos ciudadanos de El Poblado, un sector de la ciudad altamente densificado y que ya deja pocos espacios vírgenes para el disfrute de una manguita. Por ejemplo, Luis Alfonso Yepes, bloguero y analista de temas ambientales y de ciudad, propone que se hagan todos los esfuerzos para lograr que, por lo menos un área del lote ubicado entre Los Balsos y la avenida 34, sea destinada como parque para los ciudadanos.
Elisa Sánchez, directora de Corpoblado, reconoce que aunque es el ideal y una necesidad, en el lugar como el señalado por Yepes actualmente no es viable la configuración de un gran parque verde. “Los vecinos, así nos guste el verde y los arbolitos, no podemos definir qué hacer en un lote privado porque, como propiedad privada, es el dueño el que decide cómo lo desarrolla”.
El Plan de Ordenamiento Territorial, como modelo de gestión del suelo, es el instrumento por medio del cual se determina el uso que se le dará al mismo. César Hernández, director de Planeación de Medellín, afirmó que el lote puede tener una extensión cercana a los 125 mil metros cuadrados; es decir, en el lugar cabrían unas 10 canchas de fútbol con medidas reglamentarias. Hernández explica que ese sector está dividido entre dos usos, “uno de ellos que es donde actualmente está el colegio, tiene un área de 52 mil metros cuadrados y tiene una destinación dotacional, y otro de 74 mil como de media mixtura”.
Mientras que en el área donde está el colegio La Enseñanza se privilegian estructuras como las actuales, mientras en el área complementaria, cercana a la avenida 34 se pueden generar espacios para actividades económicas de escala barrial, es decir, explica Hernández, vivienda con su correspondiente espacio público.
Para Luis Fernando Restrepo, experto en avalúos y tasaciones, ese es un lote que tiene toda la posibilidad de ser desarrollado y aunque no se atrevió a dar un estimado del valor, sí aseguró que “el suelo vale lo que es capaz de aprovecharse de él”.
Para el caso del lote urbanizable, indica el director de Planeación de Medellín que se tiene un índice de construcción de 1,4. Si se permitiera hasta 120 viviendas por hectárea; en este lote de 7,4 hectáreas se podrían edificar hasta 880 unidades de vivienda aproximadamente. “Esto siempre y cuando no se exceda el índice de construcción, pero normalmente se agota primero la densidad”, explica Federico Estrada, gerente de La Lonja.
El líder gremial, señala este lote como una de las grandes oportunidades no sólo para un desarrollo parcial, sino para dedicarlo al espacio público. “Sin duda, en ese lote hay una gran oportunidad para El Poblado para generar un espacio público fuerte, incluso puede ser desarrollado por medio de las obligaciones urbanísticas que se deben en El Poblado”, concluye Estrada.
Vivir en El Poblado se comunicó con las directivas del colegio de la Compañía de María de La Enseñanza, quienes aseguraron que no se pronuncian al respecto sobre el lote ni los planes futuros que se tienen con el terreno. Por su parte, el director de Planeación, aseguró que hasta ahora solo se tiene un concepto positivo condicionado para la construcción de la segunda calzada de la 34, pero que aún le hace falta aprobación técnica.
En relación con la visión que se tiene a futuro de construir por la avenida 34 un sistema masivo de transporte que conecte por un lado con el tranvía de la 80 y por el otro, con el sector de Palos Verdes, el director de Planeación, indicó que si bien se tiene planificado, esto no es prenda de que se tengan los recursos para su ejecución. Por el momento, el énfasis de esa dependencia en la Comuna 14 estará en “la articulación con Fonvalmed, porque tenemos que hacer una muy buena planeación de lo que sigue, para que no pase lo que ha ocurrido en otras obras como la de Los Balsos con la Inferior” y en la reglamentación, socialización y desarrollo de los otros instrumentos consagrados en el POT de 2014.
Ocurre con cada gran paso que da Medellín: el debate ciudadano, siempre enriquecedor, se abre y surgen las miradas opuestas, a las que hoy proponemos un planteamiento adicional: ¿Hay entre nosotros una ciudad que no estamos percibiendo?
Parte de un hecho simple. Un urbanista, según sus palabras exiliado desde hace 16 años, hoy residente en Costa Rica y alguna vez habitante de El Poblado, regresó por unos días a estas calles y por la experiencia vivida se animó para relatar sus impresiones sobre la Medellín que redescubrió.
Diez y seis años en la vida de una persona marcan huella, mientras que en la línea de tiempo de una ciudad tienen peso relativo. En el caso de Medellín, los últimos 16 años han sido claves en el área social, de orden público, infraestructura y de conexión con el mundo, por supuesto con todos los retos abiertos y con notas altas y también de las bajas.
Al urbanista, regresar le permitió encontrar una ciudad “viva y llena de movimiento”, donde se nota el compromiso “por vivir en una mejor ciudad”.
Y se abrió el debate, siempre necesario. Al planteamiento del urbanista le surgieron réplicas de ciudadanos que viven en Medellín. Le contestaron que su larga ausencia no le permitió percibir la cotidianidad y sus problemas, le dijeron que su visión de turista le ocultó los conflictos.
Antes de que se armara la polémica, el anterior habitante de El Poblado anotó que por vivirlos constantemente, aquí no percibimos los logros de la ciudad. Buen punto.
Por supuesto, esta ciudad es la de los 7 homicidios del pasado fin de semana, la del parque biblioteca cuya reparación costará casi lo mismo que su construcción y de los esperpentos de la Valorización, la de la crisis ambiental y de movilidad, la de las fronteras invisibles, la del microtráfico que se mueve con confianza.
Pero, por hábito, por el pasado doloroso, por fijarnos estándares de ciudades frente a las que aún no nos podemos comparar, ¿estamos dejando de ver la Medellín integral? ¿Estamos descalificando una ciudad que sabe conquistar a los que vienen y a los que regresan?
Además, debido a la obra que se adelanta en la zona se suspenderá el servicio de acueducto en las unidades residenciales aledañas a la Transversal Superior, la calle 10 y la Cola del Zorro a partir de las 12:00 del medio día y hasta las 6:00 p. m.
Estos cierres se realizarán entre las 8:00 a.m. y las 12:00 m. de manera total en los corredores viales por donde se realizará la jornada atlética, que iniciará en la carrera 48 con calle 41 sur, vía paralela a la pista de patinaje.
Tras la partida, los corredores irán hasta la carrera 46A y de allí a la 44 sur para buscar la 43A. Luego se dirigirán a la calle 48C hasta la carrera 48 para llegar al punto de partida.
La dependencia de movilidad recomendó a la ciudadanía tener precaución si se va a movilizar por estas zonas y atender la señalización preventiva que será dispuesta por los organizadores del evento.
Esta asignación presupuestal se da luego de que la Junta Administradora Local de la comuna 14 decidió no participar en el primer Consejo Comunal de Planeación Local porque, como expresó el edil José Bernardo Restrepo, no habían recibido el techo presupuestal, por lo que no podían tomar decisiones sin saber con qué dinero contaban.
Sobre esto, el edil Pedro Juan Arango aseguró que está todo arreglado, y que luego de tener definido el techo presupuestal “se debe reprogramar la fecha del Consejo Comunal, al cual sí vamos asistir”, y que se llevará a cabo hoy a las 5 de la tarde. Además, el edil informó que sobre este presupuesto, destinado para la comuna 14, serán los ciudadanos quienes decidan, a través de los 89 delegados que fueron elegidos hace un mes en las asambleas barriales, en qué se va a invertir este monto en el segundo semestre del 2016 y en el primer semestre del 2017.
Isaza, con unas palabras muy sentidas, describió a su amigo y “casi hermano” que nunca buscó figuración alguna y por el contrario estuvo siempre dispuesto al servicio de los demás en el área de la salud, durante los últimos años en un centro asistencial de Rionegro.
“Destaco la sabiduría y la humildad. Era un hombre culto que nunca buscó el protagonismo. Bondadoso y de muchos principios. Tenía la escasa virtud de la compasión siendo médico y literalmente sabía ponerse en los calzones del otro”, contó Isaza.
El médico, que murió a la edad de 64 años, fue un melómano consagrado, que, con sus conocimientos en la música de cámara, ambientaba una buena charla para sus amigos con la preparación suficiente para ilustrar su gusto por Franz Schubert y Robert Schumann. Era realizador del programa Al Encuentro con los Clasicos de la emisora Sinigual FM Estéreo, vinculada a la Universidad Católica de Oriente.
“Tenía otra cosa que es muy difícil. Vivir como uno piensa, porque todos tenemos contradicciones, uno tira una línea mental y no necesariamente se corresponde con eso. Juan José vivió como el creía que se debía vivir. Un hombre dedicado a su familia”, agregó su amigo durante más de 50 años.
Vivir en El Poblado lamenta profundamente el fallecimiento del Médico y expresa sus condolencias a sus padres, Horacio Mesa y Margarita Jaramillo; a su esposa Marta Álvarez Yepes, a sus hijas Adriana y Ana María así como a sus demás familiares y amigos.
Este jueves 25 de agosto a las 2:00 p.m., su familia ofrecerá una misa en la iglesia de San Antonio de Pereira
Pero antes de ello, a la planificación de la Comuna El Poblado: nos oponemos a la densificación abusiva de los constructores respaldados en curadores ambiciosos, y amparados en planes de desarrollo que les han dado prioridad al interés económico de los grupos financieros, sobre la calidad de vida de los ciudadanos.
Se construye sin valorar los daños ambientales, sin medir los efectos sobre la salud de esta y las próximas generaciones, sin calcular la viabilidad y sostenibilidad de servicios vitales como el agua.
Si a pesar de la oposición de estos grupos de ciudadanos, preocupados por el adecuado desarrollo de la ciudad, se realizan obras con los defectos y horrores como los de la Superior con El Tesoro, o el adefesio de la Inferior con Los Balsos, ¿qué pasaría sin ellos?
Los entes de control, con todas las IAS existentes, no funcionan ni oportuna ni adecuadamente por lo que, ciudadanos conscientes, nos constituimos en casi la única voz que trata de frenar el accionar desbocado de los ambiciosos grupos económicos, amparados en funcionarios cuya actuación despierta muchas dudas.
No es una oposición irracional a todas las obras, sino un accionar consciente y meditado que nos permite actuar, con los medios legales a nuestro alcance, contra el actuar desenfrenado de los grupos económicos, cuyo único interés es el beneficio económico.
GUSTAVO YARCE
Abogado
Comité Valorización Poblado
De acuerdo con voceros de la empresa de transporte masivo, fue “una novedad técnica con la catenaria en San Antonio. Estamos operando entre La Estrella Poblado y Caribe-Niquía”.
Tomás Elejalde, gerente del Metro de Medellín, dijo que la catenaria se descolgó y no permite el paso de los trenes por la estación San Antonio.
“Esto es grave porque nos parte la línea A en dos servicios independientes entre las tres o cuatro horas que dure la emergencia”, precisó.
Diferentes usuarios reportaron a través de las redes sociales los inconvenientes que hubo en el sistema y que complicaron el transporte en plena hora pico.
En diferentes imágenes se observa a los usuarios descendiendo de los vagones en plena vía férrea.
Técnicos de la empresa atienden la novedad mientras que las directivas recomendaron tomar alternativas de transporte.
El #Metrodemedellin en caos esta tarde. #Medellín @CaracolTV @Teleantioquia pic.twitter.com/sYsIDMGK81
— Juan Cardozo (@CardozoArango7) 23 de agosto de 2016
Personas evacuan @metrodemedellin por daño en catenaria @BluMedellin @NCAntioquia @elcolombiano pic.twitter.com/AY07hSGVrX
— Andrés Felipe Arias (@AFAriasM) 23 de agosto de 2016
Según informó la Secretaría, la taquilla de Sao Paulo prestará servicios de lunes a viernes de 7:30 de la mañana a 5:30 de la tarde y los sábados de 9:00 de la mañana a 12:00 del día, y la taquilla de Premium Plaza estará abierta de lunes a viernes de 8:00 de la mañana a 8:00 de la noche, y los sábados tendrá jornada continua de 8:00 de la mañana a 12:00 del día.
La ciudad invitada será la homónima Medellín, de 3.000 habitantes, ubicada en la zona de Extremadura, limítrofe con Portugal, de donde el conde Pedro Porto Carrero, presidente del Consejo de Indias de España, tomó el nombre para fundar nuestra ciudad como un medio para expandir el poderío ibérico al continente americano.
Sobre la visita de esta ciudad a la Fiesta del Libro, Amalia Londoño Duque, secretaria de Cultura de Medellín, expresó que “es importante invitar ciudades con ofertas de ciudad, para hablar con los invitados no solo de libros y de literatura sino también de sueños y de historias en común de dos ciudades que tienen raíces similares”, y que tendrán como enlace al poeta colombo-español Antonio María Flórez.
Si, como lo expone la secretaria de Cultura, a través de los libros se puede viajar y conocer nuevos mundos, lo que quiere la Alcaldía de Medellín, en compañía de la Fundación Taller de Letras Jordi Sierra i Fabra, es que los 184 mil metros cuadrados de espacio público destinados a este evento les permitan a los visitantes conocer nuevos escritores que emergen como las nuevas voces de la literatura, y por ello se tendrá la presencia de, entre otros, Francisco Goldman, Alberto Fuguet, Pablo Montoya y Eduardo Lalo.
Sobre esta nueva edición de la Fiesta, el alcalde Federico Gutiérrez manifestó que “este es un espacio de ciudad que sirve para que se siga soñando, para que aparezca la creatividad de los jóvenes y para entender que la lectura es importante porque nos permite reinventar la ciudad, y esta nueva edición nos permitirá también conocer nuestras raíces y nuestro pasado”.
La diferencia que tiene la Fiesta del Libro de Medellin en comparación con las ferias de Bogotá, Buenos Aires o Guadalajara, según expresa Juan Diego Mejía, director de Eventos del Libro de Medellín, es que en ella se busca “que no solamente haya actividad comercial de compra y venta de libros sino también que exista una actividad lúdica de toda la ciudad, vinculada a la promoción de la lectura, en donde los niños y sus familias tengan un papel fundamental para que se realice una verdadera fiesta cultural”.
Este año la Fiesta contará con 30 carpas de promoción de lectura en el Jardín Lectura Viva, 40 talleres diarios de promoción de lectura, 84 encuentros de Adopta un autor, alrededor de 110 lanzamientos de libros, 45 Charlas de la tarde con escritores y periodistas, y alrededor de 300 escritores que estarán presentes en los 10 días de Fiesta, todo esto en torno a un evento que más que promover los libros promueve una atmósfera de creación e imaginación.
El proceso inicia con el pago de los derechos de tránsito, la calibración de los taxímetros y la verificación por parte de los Centros de Diagnóstico Automotor, CDA, para finalmente adquirir la calcomanía que autoriza a cobrar el incremento.
Las nuevas tarifas fueron decretadas por la Secretaría la primera semana de agosto. Con los cambios incorporados, el arranque o banderazo quedó a $3.000, la carrera mínima a $5.000. El servicio al aeropuerto José María Córdova quedó establecido en $65.000.
Una de las solicitudes que hace la dependencia de tránsito a los usuarios es que en caso que los vehículos no cuenten con la calcomanía y la tarjeta de control (amarilla y que va detrás del puesto del copiloto) se abstengan de pagar la nueva tarifa y reportarlo a la Secretaría de Movilidad.
La teoría más aceptada sobre el origen del San Bernardo dice que este es descendiente del Moloso, una raza que acompañó al ejército romano en las invasiones del norte de Europa. En las travesías por los Alpes aquellos se cruzaron con perros lugareños, hecho que abrió lugar a la raza que hoy también hace parte del orgullo suizo.
Su consolidación se atribuye a los monjes de Saint Bernard, un albergue abierto a los viajeros que cruzaban entre Suiza e Italia, ubicado a 3 mil metros en los Alpes. Allí los entrenaron como rescatistas para las tormentas. Se habla de 1,050 D.C. y es desde esa época que se dice que el San Bernardo tiene la habilidad de presentir la ocurrencia de avalanchas. Por fuera del mito éste junto con el Pastor Alemán es el de mayor precisión para olfatear la presencia de cuerpos bajo la nieve
El San Bernardo es tan gigantón como manso. Sí, ladra con tal fuerza que le sirve de mecanismo disuasivo, sin embargo es un perro de gran bondad. “Los niños se le montan, le halan las orejas, y Eladio lo único que quiere es seguirles jugando”, dice el propietario del modelo de esta edición. Eladio, de 6 años, es hijo de Minuto y Popea y tiene 13 hermanos, aún más hace 4 años fue papá 8 veces, y aunque su dueño quiere más crías no ha sido fácil conseguirle hembra, dado el aparente predominio de machos en Medellín
Eladio es un perro de compañía, pero sus pares europeos han sido utilizados además como pastores y patrulleros y también como animales de tiro.
Altura | los machos de 70 a 90 centímetros y las hembras de 65 a 80. |
Peso | 60 a 100 kilos. |
Colores | blanco con amarillo rojizo, blanco y ciruela, o negro y blanco. Manchas blancas en el pecho, los pies, la punta de la cola, la nariz o la nuca. |
Promedio de vida | 12 años. |
Tenga en cuenta | come hasta 1,2 kilos diarios de alimento. |
Relación con los niños | gran compañero de juegos, aunque puede ocasionar accidentes involuntarios. |
Carácter | reposado, fiel y jovial. Los de máscara oscura son de expresión severa, pero solo son apariencias. |
Variedades | de pelo corto y de pelo largo -surgió del cruce con el Terranova |
La Alcaldía informó a través de un comunicado que desde las 9:30 a.m. se realizará este homenaje por los principales corredores viales de la ciudad iniciando desde Ciudad del Río, cerca del Museo de Arte Moderno, Mamm, hasta el coliseo Yesid Santos de la Unidad Deportiva Atanasio Girardot.
El desfile iniciará hacia el sur por la avenida Las Vegas hasta la calle 10 en Monterrey y luego hacia la avenida Guayabal para seguir hacia el norte (avenida Ferrocarril) y llegar al Jardín Botánico.
Luego irá hasta el puente del Mico y cogerá la carrera 65 en sentido norte-sur para dirigirse a la calle 50 (Colombia), luego la carrera 74 (Obelisco) e ingresar a la Unidad Deportiva donde se realizará el homenaje pasado el mediodía.
Esta caravana estará liderada por dos carros de bomberos y dos Turibús en el que irán los campeones olímpicos y sus entrenadores.
Según informó la Unidad de Niñez de la Secretaría de Inclusión Social, Familia y Derechos Humanos, lo que se busca con esta exposición “es que el arte posea una función terapéutica, en donde los niños puedan describir sus emociones a través de las expresiones artísticas y de esta manera sensibilizar a los espectadores de que la violencia es un asunto de todos”.
Capas de Humanidad y Homenaje al Sol, así fueron llamadas las obras individuales y colectivas que pertenecen a esta exposición que, según informa la Alcaldía, busca incentivar la creatividad de los niños, para superar momentos traumáticos y promover el desarrollo artístico como alternativa para la dignificación y la vivencia de los derechos de los niños y adolescentes.
La exposición estará abierta en el Parque Comercial El Tesoro hasta el domingo 28 de agosto. Entrada libre.
La mayoría de los ciudadanos somos amantes de la paz. El próximo plebiscito no es una pelea de buenos contra malos sino un debate sobre lecturas diferentes de la realidad nacional. No existe una forma única de interpretar el país.
Paz es convivencia digna de ideas diferentes, no ausencia de conflictos. Las opiniones divergentes son fuente de crecimiento social y de riqueza democrática. Nuestra sociedad tiene que construirse desde la diversidad y la pluralidad. La medida de la solidez de unas ideas la da el lenguaje que se utiliza para defenderlas y el respeto por las ideas diferentes. Por ahí empieza la paz.
La posibilidad de desarmar un grupo irregular no puede conducir a una polarización tan extrema. No podemos caer tan bajo por cuenta de la intolerancia. El plebiscito es una oportunidad de dirimir diferencias en el terreno de la democracia y no una excusa para incendiar el país.
Existe un razonable consenso de estar frente a un mal gobierno. Pero es que no hemos tenido buenos gobiernos en Colombia. Si así fuera no seríamos una sociedad excluyente, inequitativa, permeada por la corrupción, incapaz de ser justa. “La riqueza no es inocente de la pobreza” decía un pensador latinoamericano.
Miente quien dice que el sí significa la paz. Tan solo es un punto de partida para comenzar a construirla. Ese inicio no se puede retrasar más. La existencia de grupos irregulares ha sido la excusa para no reconocer nuestros verdaderos problemas. La eliminación física del contrario no hará desaparecer la violencia porque el problema está en otra parte.
Enfrentar y solucionar las necesidades que tenemos como país causa pánico a quienes necesitan enemigos para esconder detrás de ellos sus miedos y su incapacidad para aceptar una sociedad más tolerante y equilibrada.
Votar no tampoco prefigura la paz. ¿Cuántos desplazados más, cuánta más sangre queremos derramar, para finalmente llegar al mismo punto donde hoy estamos, sentados en una mesa tratando de encontrar salidas?
Algunas reflexiones ante las inquietudes de tantas personas honorables que descreen de las FARC. Este no es un pacto de impunidad: la vigilancia de la Corte Penal Internacional, la participación de la ONU, de la Iglesia, de la comunidad internacional, no lo van a permitir. Aun el Frente Nacional, mediante el cual partidos políticos que ensangrentaron a Colombia gobernaron como si nada hubiera pasado, excluyendo opciones diferentes, tuvo la virtud de contribuir a la cesación del enfrentamiento entre ambos partidos. De otro lado, acaba de denunciar el Fiscal General que el 99% de los delitos queda impune en Colombia. Esa dolorosa realidad no preocupa tanto como la presunta impunidad del adversario político que desnuda nuestras llagas como sociedad.
Las normas acordadas en La Habana estipulan condenas y privación de la libertad. Seguramente no serán del gusto de todos, pero se trata de aplicar la mejor justicia posible a quienes aceptan someterse a reglas de juego que por siempre han combatido. De lo contrario habría que derrotarlos militarmente y para ello tendría que continuar la guerra. O sea, hacer lo mismo que hemos hecho desde siempre.
Puede ser difícil aceptar la elegibilidad política de grupos irregulares, pero el propósito final vale la pena, máxime si hemos permitido un Congreso con aliados de otros grupos violentos a los que incluso se pidió votar mientras no estuvieran en la cárcel.
Todos conocemos personas honorables que defienden una u otra posición. Un buen punto de partida es votar pensando que el país del día después sea vivible, que no nos sigamos matando por cuenta de odios personales de otros o de elites que defienden sus privilegios. No le hagamos el juego a esa forma mezquina de hacer política. No permitamos que retome vigencia la consigna de hacer invivible la República
Siempre existirá una minoría que sabe que engaña y necesita enemigos para tener vigencia política. Una franja lunática que considera la guerra un mal menor frente a la posibilidad de convivencia con ideas que la aterran o con opositores que aceptan rectificar la manera de defenderlas. Ante ella no hay argumentos posibles. Simplemente debatir con altura y respetar la decisión ciudadana sin agendas ocultas. El voto será siempre nuestra mejor arma para avalar, castigar o rechazar.
Algún día esa minoría tendrá que pedir perdón por polarizar, por dividir, por convocar desde el miedo, desde la mentira, desde la calumnia. Grave que sean esos los resortes que se deban mover para lograr un propósito político. Tal vez sea bueno ver motivaciones altruistas y no perversidad en la posición del otro.
El sábado 20 de agosto se presentaron dos casos. En el primero de ellos se encontró en la comuna 7 Altavista, a las 7: 40 a. m., el cuerpo de Anderson Álvarez Álvarez, de 21 años que fue asesinado con tres impactos de bala.
El segundo hecho se presentó a las 11 de la noche, en la Comuna 5 Castilla, donde se encontró el cuerpo sin vida de Miller Darley Ramírez, quien presentó cinco heridas por proyectil de arma de fuego. Las autoridades lo señalan como presunto integrante de la banda delincuencial Pájaro Azul.
El domingo se presentaron cinco homicidios, dos de ellos en la comuna 5, uno en la comuna 13, uno en la comuna 8 y otro caso más en la comuna 4, cuatro de ellos por heridas de arma de fuego.
Según las estadísticas presentadas por la Secretaría de Seguridad de Medellín la Comuna 10 -La Candelaria- es la zona que más homicidios ha presentado en lo que va corrido del año, 56, seguida de Robledo y de Castilla, con 43 y 40, respectivamente.
Debido a este evento, que contará con la participación de más de 4.000 atletas, las vías del recorrido estarán cerradas hasta finalizar el recorrido; y además, la Secretaría de Movilidad informó que habrá un cierre total de la carrera 74 hasta las 12: 00 del mediodía.
Alejandro Aristizábal y Susana Díez
Camilo Arango y Juan Diego Martinez
Daniela Gil y Camilo Arboleda
Estefanía Arias y Juan José Trujillo
Fernando Sánchez, Harold Martina y Luisa Cano
Jonathan Montoya y Marta Jaramillo
Juan Mejía y María Cecilia Acevedo
Juliana Peláez y Valeria Ramírez
Laura Gómez y Laura Blanco
Lorena Giraldo y María José Gutiérrez
Natalia Ramírez y Camila Cuellar
Nathalia Orosco y Sebastián Cano
Oluwatoni Adetayo, Juan José García y Luis Miguel Mesa
Paola Camacho y Clara Muñoz
Santiago Escobar, Daniela Zapata, Sofía Medína, Martín Henríquez y Ana Isabel Henríquez
Sebastián Álvarez, Olga Maya, Sebastián Alzate y Mariana Lopera
Blanca Uribe
Harold Martina
Harold Martina
Harold Martina y Blanca Uribe
Alexander garcía, Francisco Rodríguez y Jorge Bautista
Brenda Sánchez, Jayro Jable, Emanuel Rodruíguez y Alexandra Reyes
Cristina Martínez, Valeria González y Victoria Ortiz
Daniela Mogollón, Isabella Mogollón y Manuela Zapata
Gaby Lleras y Luisa Muñoz
Javier Rodríguez, Paola Galeano y Carlos Thomas Galeano
Johan Navarro y Liseth Guerrero
Juanita Navarrete y Diana Navarrete
Kassandra Gómez, Alexis Palomares y Valeria Méndez
Katerin Ortega, jaquelina y Fanny Díaz
Kimberly Herrera, Jessica Natalia Terán y María Alejandra González
María Alejandra Galvis y Manuela Quiceno
Maria Isabel Peláez, José Daniel Villa y Sofía Villa
Alejandra Gómez, Carlota Bedoya y Mariana Bedoya
Alonso Carvajal y Jonathan Carvajal
Ana Cristina Hernández y Álvaro Jaramillo
Beatriz Palacios, José David López y Ana Patricia Palacios
Borja de la Escalera, Valentina Posada y Ihab Kharma
Carlos Fernando Gómez
Carlota Bedoya, Germán Duque,Tómas Ochoa y Alejandra Gómez
Clara Vásquez y Sergio Ángel
Diego Díaz y Mario Urrea
Edilberto Arroyave y Gabriel Hincapié
Fabio Mesa, Mary Usuga y Pascual Ruiz
Humberto Echavarría y Clara Inés Tirado
Jacobo Blandón
José Luis Franco y Manolo Saldarriaga
Juan Esteban Murillo y Diana Rodríguez
Luis Alberto Duque, Isabel Lenis Sanin y Juan Vásquez
María Eugenia Montoya, Gabriel Restrepo y Beatriz Ospina
Marisol Cuervo, Víctor Agudelo y María Piedad Gómez
Pedro Franco y Adriana Gallego
Alberto Sierra y María del Rosario
Alberto Sierra y Mónica Restrepo
Alvaro Marín y Silvia Rojo
Ana María Molina y Martha Gómez
Ángela María Restrepo y Gabriel Mesa Nicholls
Carolina Jaramillo y Gabriel Vélez
Carolina Londoño y Camilo Echavarría
Carolina Londoño y Camilo Echavarría
Claudia Velásquez y Jacobo Blandón
Cristian Usma y Valentina Monsalve
Federico Molina, Dora Vélez y Iván Hurtado
Fernando Escobar, Santiago Vélez, Emiliano Valdés y Guim Camps
Fredy Alzate y Clara Arango
Isabel Cardona y Johan Salazar
Julián Posada y Jesús Abad Colorado
Laura Montoya y Edwin Montoya
Luis Fernando Peláez y Clara Gómez
María Inés Arango
Mónica Gómez, Pablo Mora, Santiago Caicedo y Carolina Restrepo
Nedy Rueda y Lina Galeano
Pablo Mora y Santiago Caicedo
Santiago Vélez y Erika Borjesson
Sebastián Molzahn, Stefan Conrady, Santiago Arboleda y Jorge Lenis
Aimslie Ruddick y Renco de Blaaij
Paulino Piedrahita
Mis hipótesis sobre los restaurantes en la Bella Villa indican que iniciaron a finales de los años 40 con el restaurante español Don Ramón. Me pifié en 60 años…
/ Julián Estrada
Mi pasión por el tema la inicié en la década de los 80 cuando descubrí la biblioteca del otrora FAES (Fundación Antioqueña para los Estudios Sociales) en donde durante más de 10 años esculqué sus archivos y su hemeroteca, los cuales me permitieron ir armando una memoria interesante. Según mis hipótesis sobre el mundo de los restaurantes con servicio a la carta en la Bella Villa, iniciaron a finales de los años 40 con el restaurante español Don Ramón (del ciudadano catalán Don Ramón Prats), pues con excepción de dos hoteles (Hotel Palatino y Hotel Granada)(1) regentados por ciudadanos extranjeros (alemanes y austriacos) y además de los – para la época muy refinados – clubes Unión y Campestre; la oferta de almuerzos para los primeros 30 años del siglo XX, se limitaba exclusivamente a la de los llamados “comedores populares”. Reconocido era el comedor del Capitán López y más aun –fue una auténtica leyenda– el de Rosa Peluda.
La semana pasada un gran amigo (Carlos Alberto Echeverri Arias) auténtico ratón de bibliotecas y apasionado por la historia de Medellín y de Antioquia me envió a mi correo un pequeño texto,(2) el cual me ha puesto “patas arriba” mi endeble pesquisa ¿Conclusión? un antropólogo, metido a historiador es muy probable que se equivoque… en mi caso, me pifié en 60 años.
No me importa reconocer mi error y espero no poner en aprietos a mi editor con la calidad de impresión de tan interesante texto. Así las cosas, la historia del mundo de los restaurantes de Medellín se inicia en 1880 con un restaurante sin nombre cuyo propietario respondía al nombre de Jorge Schwendener.
1. Aclaración: el Hotel Nutibara inicia operaciones en el año 1945.
2. Fuente: La Balanza. Serie 1, No. 11. Medellín, 10 de junio de 1880, p. 86.
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Comida marinada y preparada con un toque de Jack Daniel’s es el factor diferencial de Jack & Roll, restaurante de la pareja conformada por Juan Esteban Román y Marcela Lotero, ubicado en la Calle de La Buena Mesa de Envigado.
¿Emborrachan? es una pregunta que recurrentemente le hacen los comensales a Juan Esteban y a Marcela sobre las exquisitas costillas, hamburguesas y carnes que ofrecen en su negocio. La respuesta es no; la función del Jack Daniel’s en sus platos es dejar en la comida sus esencias, su aroma y dar un sabor particular y contundente.
Las costillas, uno de sus productos más apetecidos, tienen un proceso de 14 horas de cocción a fuego lento, son selladas a la parrilla y gratinadas en una de las salsas artesanales a base de Jack Daniel’s (bbq, mostaza, spicy y bbq hot). Esto, sumado a otros pasos más, garantiza que la carne se desprenda con pasmosa facilidad del hueso como lo pudimos comprobar.
La Hamburguesa Black Jack, con su pan de pimienta negra y tinta de calamar, se roba todas las miradas. Es una hamburguesa con salsa de queso cheddar en cerveza artesanal, que compite por la favorita de la casa con la Blue Jack (lleva pan de orégano y salsa de queso azul), la Jack & Roll (que además de la carne casera y la tocineta ahumada incluidas en las demás hamburguesas, tiene chorizo gratinado en bbq Jack) y la más reciente la pulled pork (con costilla deshuesada).
Sandwiches, carnes a la parrilla en diferentes salsas (recomendados el filet mignon, el pollo a la naranja & Jack y el salmón onion Jack) y platos vegetarianos también se encuentran en la carta de más 30 opciones de este negocio ideal, además, para escuchar buen rock.
La pasión por el Jack Daniel’s se extiende a su carta de postres y cocteles. El mojito Jack (de maracuyá, limón o frutos rojos) y el postre frutos jack (frutos rojos salteados en Jack Daniel’s, brownie, crema de la casa y maní) son ejemplos de ese conocimiento para aprovechar las bondades de este whiskey de Tennessee en diferentes preparaciones.
Jack & Roll está en la calle 30 sur # 44 A – 24 (barrio Jardines). Su horario de martes a jueves es de 12 am a 10:30 pm. Los viernes y los sábados abre a la misma hora y cierra a la medianoche. Los domingos opera de 12 m a 6 pm. Informes en el 302 7750.
Madeira’s se encuentra en el primer piso del centro comercial La Strada. Abre de lunes a domingos de 12 m a las 10:30 pm (los domingos cierra a las 4 pm). Informes en el 266 4303.
Liberarnos de la rutina hace el camino más grato, que aligera el peso de lo cotidiano con lo que nos sorprende y además nos regala la alegría
La rutina es como el agua tibia que adormece, aletarga y, al final, mata la vida. Leyendo la respuesta del ángel me encuentro una frase que dice algo así: el hábito es la muerte, es el disimulador, es el engañador, el que siempre está al acecho, es el mentiroso, el que aguarda con sorna… Adormece y mata.
El hábito, la costumbre, todo es insensibilidad, nada se ve porque todo es igual, y las personas y el entorno van despareciendo en una gris interior, en la nada… Adormece y mata. La costumbre adquiere poder sobre nosotros, y su poder dura hasta que no se desenmascara. La rutina es fuerte, es mentirosa, disimula, es tibieza, mediocridad, muerte.La rutina nos pone en automático para todas las actividades de la vida diaria y los placeres que nos despiertan carecen de sentido. La ducha que habla, el vestirse por la derecha que se sugiere, el gusto del desayuno y se está atado a la tecnología que a partir de ahí, busca cada espacio “libre” para conectarnos. Y con la mirada baja termina el día. Y las palabras escasean, el verbo deja de nombrar lo corriente, más aun lo esencial. La rutina, el deber y la obligación son muerte. El miedo precede el error y después emerge el dolor que es el signo de lo que sucede. La enfermedad.
La vida permite salir de la rutina en un instante. Y maravillarnos. El asombro es el mejor remedio contra el gris que se mete en el alma. Osar, buscar lo diferente en lo corriente, es mantener la vida viva. El más mínimo cambio tiene el poder de modificar todo, y de quitarnos el gusto por lo rancio. Un instante de cambio, es un paso a la eternidad, un rayo de luz creador.
Lo sorpresivo que suscitamos o que permitimos nos asombre, es un acto creativo, y hay que alimentarlo para que nos proponga imágenes que abran paso a otras más extrañas, hermosas, y a otras que nos causan temores, las negativas, las que despiertan respuestas.
Con facilidad olvidamos el camino y el camino siempre nos hace sentir el peso de sus ataduras, y lo gris de las tinieblas que la falta de claridad genera. Nos doblega. Liberarnos de la rutina hace el camino más grato, que aligera el peso de lo cotidiano con lo que nos sorprende y además nos regala la alegría.
Adormecer el alma o llegar a la convicción de que la vida se justifica cuando permitimos que emerja el gozo a cada instante con sabor de eternidad y que nuestra compañera sea la alegría.
He estado entre aviones las últimas semanas y he sido terreno poco fértil para el diálogo. Como está pasando mucho en mis adentros, he preferido cerrar los ojos o leer, limitarme a saludos y despedidas enfáticas y cordiales con mis interlocutores potenciales. Pero incluso escapando me he encontrado con ese tipo de charlas que ocurren entre extraños y que a veces son más abiertas que las charlas entre viejos conocidos.
En el tramo entre Ciudad de México y Bogotá –entreviendo el escenario de mi novela selvática– releí La caída, de Camus, y recordé una escena que no ha dejado de impresionarme. Ocurrió hace como tres años, en un vuelo entre Medellín y Bogotá. Yo había pedido un lugar en el pasillo porque me gustaba ir al baño sin practicar gimnasia olímpica. También, lo confieso, porque en ese tiempo creía haber perdido el interés por lo que se podía ver desde la ventanilla de un avión.
Cuando ocupé mi puesto, ya las otras dos sillas estaban ocupadas. A mi lado iba un anciano de bigote, piel curtida y atuendo campesino. Lo saludé, quise escapar a una revista, pero al momento llamó mi atención el revuelo en la otra silla. Una muchacha como de veinte años gritaba emocionada:
–Dios mío, qué dicha –decía–. Vamos a subir hasta esas nubes.
Fue sólo el comienzo. La chica se dedicó a admirar en voz alta el hermoso interior del avión, a alentar con aplausos el despegue de otros aviones. Se volvía al anciano y le hacía saber con gestos y palabras lo feliz que se sentía.
Los aviones están llenos de fanfarrones que presumen de que volar en avión no les parece nada del otro mundo. Muchos torcieron el cuello, indignados o perdonavidas, en dirección a la muchacha. La explosión de entusiasmo sería perdonable en una niña, pero a su edad parecía cruzar el límite del decoro. Me sumé al grupo de los perdonavidas y le pregunté al hombre si para ella era el primer vuelo en avión. Me respondió que sí. Quise seguir con la conversación y le pregunté si era su nieta.
–Es mi esposa –me dijo.
Supe que había metido la pata, que con solo una mirada había juzgado y que mi gesto de sorpresa era una nueva manera de juzgar. En otras circunstancias habría guardado silencio el resto del viaje. Ahora necesitaba hacerme perdonar. La chica pasó el viaje entre exclamaciones y gritos emocionados. Al final del vuelo el hombre y yo éramos amigos. Conocí muchos detalles de su vida como militar. Supe que sentía la cercanía de la muerte, que su esposa era la luz de sus últimos años y que el vuelo en avión era un regalo que ella le había pedido.
Dos cosas me quedaron de aquel viaje. El asombro del vuelo –he vuelto a pedir ventanilla cada vez que viajo– y la necesidad de recordarme que no debo juzgar. La caída, de Camus, es también una charla entre extraños. Tras un encuentro casual en un bar, un hombre le muestra a otro las hipocresías que lo habitan. Al principio la charla parece desvergonzada, pero luego descubrimos que aquella confesión es un espejo en el que se refleja la conciencia del lector. Todo ser humano se mueve por el mundo convencido de que es justo y que sus actos los inspira la bondad. Después de leer esa breve maravilla de Camus es difícil creer en la inocencia que con tanto trabajo nos hemos fabricado.
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Hemos vivido unas semanas turbulentas y las que vienen no serán muy diferentes. La sociedad colombiana está en ebullición a un grado que poco se había visto. La gente detecta y consigue enemigos con mayor facilidad, la gente toma partido de manera impulsiva y agresiva.
Y en buena parte por desconocimiento. Cuando uno sabe poco de un tema, lo despacha fácilmente con dos brochazos, únicamente se está en capacidad de definirlo como blanco o negro, correcto o equivocado, aliado o rival…
Con qué facilidad y certeza el ignorante –o, si se quiere, el no tan bien informado– juzga y condena a quienes tienen actitud diferente sobre algún asunto sensible. Con qué facilidad y certeza los define como enemigos, como el objeto de su odio y venganza.
Aquel que solo ha escuchado y leído lo que afirma una orilla del debate y no conoce, porque no puede o porque no quiere, puntos de vista opuestos, tiene una alta probabilidad de radicalizarse.
Uno de los casos más frecuentes es el de la comunidad LGBTI. Para los heterosexuales es fácil denigrar de ellos, sobre todo cuando se ven a lo lejos, como un grupo abstracto, sin nombres propios. Nosotros, aquí, totalmente buenos. Ellos, allá, totalmente malos. Hay que mantenerlos a distancia y, cada que se pueda, humillarlos.
Pero si en la familia o entre sus amigos cercanos aparece un caso, la cosa puede cambiar. Hay más conocimiento y sensibilidad ante la situación, hay más contexto y matices, del brochazo grueso se pasa a la pincelada fina.
El otrora intransigente puede concluir que son diferentes de lo que creía, que son personas multidimensionales, con mucho qué aprenderles. Empieza a valorar sus derechos y sueños e incluso puede pasar a defenderlos contra la intolerancia e incomprensión de las mayorías ignorantes o insensibles.
Cuando se dio el cierre de la frontera con Venezuela hace un año, cuántas personas del resto del país pusieron por delante su odio y reclamaron de Colombia una respuesta inmediata y fuerte, ojalá militar, para detener el abuso y darle una lección al gobierno del país vecino.
Sin embargo, para el habitante de frontera, la cosa no era tan sencilla, había muchas más cosas en juego, había un conocimiento pleno y por tanto una opinión más matizada. Sus vecinos de frontera tenían rostro, nombre y apellido, había que actuar de manera más controlada y sutil.
Y en cuanto al proceso de paz, no deja de ser llamativo que las comunidades que más han vivido la guerra, las que más víctimas han aportado a lo largo de tantos años, en lugar de ser las que más reclamen venganza, parecen ser las más dispuestas a pasar la página y perdonar a sus antiguos verdugos.
Caeremos en la tentación fácil de afirmar que están equivocadas, atemorizadas, son ingenuas sin remedio, no entienden con quién estamos tratando ¿Les habrán lavado el cerebro o, simplemente, estarán exhaustas?
Vivir en medio de la guerra, como les ha tocado a tantas poblaciones remotas en Colombia, al parecer da una perspectiva diferente a la que tenemos en las ciudades. Es que para muchos de nosotros en El Poblado el conflicto colombiano ha resultado una guerra barata y lejana, como si tuviera lugar en otro país. Tal vez por eso para tantos sea tan fácil despacharla en dos brochazos.
Y si tuviéramos un hijo, hermano o padre en el Ejército, qué pensaríamos? Y si no unos pocos sino muchos de entre nosotros los tuviéramos, ¿cómo cambiaría nuestra sensibilidad? No lo sé. Solo sé que tendríamos una opinión diferente, quizá mucho más prudente y matizada.
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Juan Calzadilla ganó el Premio León de Greiff porque, según sus propias palabras, “ha pasado más de cincuenta años de su vida jugando. Y peor aun, cifra su destino en continuar jugando hasta el final”. En Epitafio presencia su propio entierro y escribe: “En mi entierro iba yo hablando mal de mí mismo / y me moría de la risa. / Enumeraba con los dedos de las manos / cada uno de mis defectos / y hasta me permití delante de la gente / sacar a relucir algunos de mis vicios / como si me confesara en voz alta / y en la vía pública. / Comprendo que esto no es usual en un entierro / ni signo de buen comportamiento. / Un ciudadano cabal, aun estando muerto / – cuando es él el centro de la atención – / debe guardar las apariencias / y cuidar de no exponerse al ridículo”.
Es alto, delgado, de cabellos blancos casi siempre fuera de lugar y mostacho también entrecano por donde se filtran palabras e ideas que se reflejan, escribe Ana Berta López, en la infinita dulzura de su mirada. Lo imagino riendo mientras conversa con sus amigos o mientras escribe los poemas donde juega con el otro, el otro él que no cesa de ver y caminar y pintar y escribir. Entonces su voz suena suave: “Cuando alguien me ordena que / Hable más fuerte, más fuerte / En general lo que quieren decir / Con esto es que hable más alto. / ¿Pero quién puede elevar tanto su / Voz para volverla reconocible en medio / Del bullicio ensordecedor que hacen los / Que compiten por hablar más duro y más / Fuerte?”.
Juan Calzadilla nació en Altagracia de Orituco, en el estado de Guárico, en 1931. Hubiera sido músico, pero no había posibilidad de estudiar música en Altagracia y más bien se graduó en Filosofía y Letras en el Instituto Pedagógico y en la Universidad Central. Dos momentos importantes marcan su poesía y los dos corresponden al ocaso de las dictaduras de Juan Vicente Gómez, en 1936, y Marcos Pérez Jiménez, en 1958. En 1936 después de la muerte del dictador nació Viernes, un grupo de poetas que tuvo como propósito devolver la poesía venezolana, en su publicaciones, al ritmo de otros países del continente como Piedra y Cielo en Colombia. Primeros poemas de Juan Calzadilla fue publicado en 1954 en Ediciones Mar dirigida por Vicente Gerbasi el poeta de mayor proyección del grupo Viernes. Los puntos de encuentro entre Gerbasi y Calzadilla corresponden a esos momentos políticos e históricos. Durante esos años publicó La torre de pájaros y Los herbarios rojos.
El segundo momento vino poco después de la caída de Pérez Jiménez en 1958. Calzadilla hizo parte del Grupo El Techo de la ballena. A partir de este momento su poesía explora el espacio urbano. Durante esos años publica Dictado por la jauría (1962), Malos modales (1965), Las contradicciones sobrenaturales (1967), Ciudadano sin fin (1970), Manual de extraños (1975) y Oh Smog (1977). En Dictado por la Jauría escribe: Me reconozco en mi infancia en mi madurez / en mi muerte en los términos de mi oficio de espectador a quien el muro / endurece para siempre / me reconozco en mi córnea de salamandra furiosa / me reconozco en la selva urbana que me propone una máscara / para dar los buenos días desde una claraboya demasiado alta…
La tercera etapa se inicia con Tácticas de vigía, 1982; y va hasta Aforemas 2004, entre ellos hay no menos de doce libros. La poesía de Calzadilla se centra ahora en la búsqueda de lo minimal, tanto por la forma como por el recuento de los males mínimos: “Cuando el sentido toma la palabra, la forma oye / Cuando la forma toma la palabra, / el sentido huye. / No es la forma lo que corre tras el sentido, / sino todo lo contrario”.
Luis Fernando Calderón dice que para Calzadilla la construcción gramatical es precisa como sus dibujos o sus construcciones gráficas. William Rouge, anota “… Es un maestro que me enseñó a defender mi intención de jugar con el lenguaje y con las imágenes poéticas como fundamento de mi territorio estético…”.
Juan Calzadilla recibirá el premio concedido por el Grupo Argos y sus filiales, la Universidad Eafit y La Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín, durante la Fiesta del Libro entre el 9 y el 18 de septiembre en la Zona norte de Medellín. Espero, en ese momento, conocer de viva voz al poeta.
Foto Juan David Caicedo