Con una gran noche de compras, MNG presentó su nueva colección Otoño-Invierno 2018. En la noche de descuentos estuvo Beatriz Arango, asesora de moda de la marca.
MNG
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Con una gran noche de compras, MNG presentó su nueva colección Otoño-Invierno 2018. En la noche de descuentos estuvo Beatriz Arango, asesora de moda de la marca.
Frente a Cortázar y sus esposas pensé en un pasaje de Pedro Páramo donde unos muertos conversan desde tumbas contiguas. Aquel ménage à trois sepulcral también me hizo pensar en la obra de Sartre, A puerta cerrada.
Cortázar nació en Bruselas, Bélgica, un mes después del estallido de la Primera Guerra Mundial. La familia quedó atrapada en Europa por cuatro años y, cuando regresó a la Argentina, su padre tomó las de Villadiego. Cortázar creció en un suburbio de Buenos Aires, rodeado de mujeres: su madre, su hermana, sus tías y su abuela. Allí desarrolló su inclinación por el misterio.
Cortázar fue un alumno aplicado. Fue profesor en escuelas de provincia hasta la segunda mitad de los años cuarenta, cuando llegó a un Buenos Aires sumido en el populismo peronista. Allí escribió cuentos y poemas, fue traductor y vivió en busca de una oportunidad para escapar. En 1951 consiguió dar el salto e instalarse en París.
La soledad inicial motivó la llegada de su novia argentina, Aurora Bernárdez, quien también era traductora. Pero ya París había empezado a sacudirle las maneras modosas y a sugerirle merodeos por la otredad. El matrimonio se disolvió en parte por la curiosa rijosidad de Cortázar, quien como cincuentón tenía la arrechera de un adolescente.
El tatequieto le llegó cuando conoció a la escritora franco-canadiense Carol Dunlop, de quien se enamoró hasta el tuétano. Cortázar quedó maltrecho con la muerte temprana de Carol y muy pronto, en febrero de 1984, se reunió con ella en una tumba de mármol luminoso en el cementerio de Montparnasse. Es de suponer que hubo un acuerdo entre ellos sobre ese hecho definitivo.
Aurora Bernárdez volvió a ser protagonista en los últimos años de Cortázar. Estaba a su lado cuando murió y fue nombrada su albacea literaria, junto con Saúl Yurkievich y su esposa. Aurora dedicaría los treinta años que le quedaban a promover la obra de Cortázar y a publicar sus inéditos. Reconozco que los tres tienen razones y derechos de sobra para estar en esa tumba; pero creo que al menos una de las personas que allí yacen tomó la decisión sin poder consultar a los que ya estaban.
En uno de los pocos libros que conozco sobre el tema, Sir Thomas Browne se pregunta: “¿Quién conoce el destino de sus huesos? ¿Quién tiene el oráculo de sus cenizas?”. Frente a Cortázar y sus esposas pensé en un pasaje de Pedro Páramo donde unos muertos conversan desde tumbas contiguas. Como siempre he creído en el más allá, aquel ménage à trois sepulcral también me hizo pensar en la obra de Sartre, A puerta cerrada, ese infierno de gentes confinadas en un recinto estrecho. Pero quizá el horror que sentí tenga que ver más conmigo que con ellos.
El asunto pudo no haber pasado de una anécdota curiosa, si una amiga no me hubiera preguntado con quién me gustaría que me enterraran. Confieso que podría saltar del ataúd para evitar que me entierren con mi primera esposa. Con el auge de las cremaciones, el abanico de posibilidades ha variado. He dicho en broma que pueden echar mis cenizas por el inodoro y, en momentos más solemnes, que las arrojen al mar. Pero lo cierto es que esa tumba en Montparnasse consiguió recordarme que la idea de la muerte es una invitación a la humildad, pues uno no decide ni el destino que correrán sus despojos.
La escultura se relaciona con el cuerpo vital. La pintura entra en el ámbito de lo sensible. El color es alimento para el alma. En la música el ser encuentra su identidad.
La historia de la humanidad puede ser contada a través de expresiones artísticas. Desde la manera de construir viviendas y templos hasta la transformación de piedra, arcilla y metal. Desde el encuentro de luz y oscuridad creando color y forma, hasta la capacidad de combinar sonidos, ritmos y tonos. Desde el arte de combinar palabras y significados, hasta la capacidad de movernos con armonía y elegancia, para finalmente integrar todos estos caminos en el séptimo arte que aquí nombro como arte social.
Podemos mirar las siete artes como un todo orgánico y establecer relaciones entre ellas y la constitución del ser humano. La arquitectura nos posibilita construir la casa como segundo cuerpo, como límite. En la casa está el fundamento: Beth –casa en hebreo- es la primera letra tangible después del inmaterial Aleph. La arquitectura se relaciona con el cuerpo físico.
La escultura apela a la transformación de la materia para descubrir en ella la forma y expresarla. Su camino se asemeja al de las fuerzas vitales, donde se revela la forma del cuerpo y donde la vida se transforma. La escultura se relaciona con el cuerpo vital. La pintura entra en el ámbito de lo sensible. El color es alimento para el alma y revela nuevas realidades. De las artes espaciales, a lo temporal: la música se sucede en el tiempo; la música crea una atmósfera espiritual donde el ser encuentra su identidad. Steiner relaciona la música con la organización del Yo. La música es el eje central de esta visión séptuple.
La poesía y el arte de la palabra son la octava superior de la pintura. “La poesía es la palabra pintada”. La poesía apela al pensamiento imaginativo. Mientras que la danza es la escultura en movimiento; es la plástica viva que combina música, expresión anímica y forma, y se relaciona con el pensamiento inspirativo. Y en la octava superior de la arquitectura, la historia del arte situó el cine, el séptimo arte. R. Steiner nos habla del arte social: un arte que incluye la ópera, el cine y las expresiones artísticas integrativas, que transforman nuestra realidad histórica.
Dos ejemplos de arte social en relación con la arquitectura: la obra del arquitecto Felipe Uribe de Bedout, cuyo libro Anfitrión acaba de ser publicado por Mesaestandar Editores. Obras al servicio de la comunidad; obras que transforman el tejido social y enriquecen nuestra condición humana. Y la Capilla Móvil-Tienda del Encuentro, una obra de A5 Arquitectos, donde Camilo Ramírez y Tomás Vega encontraron una solución estética y práctica para una necesidad social. Creo que la confluencia de arquitectura y arte social, fue uno de los motivos para acceder al Premio Nacional de Arquitectura en la pasada bienal de Cartagena.
In memoriam: el 5 de noviembre celebramos el centenario de Alicia Bravo Escobar, quien nació en Medellín en 1918. Alicia tuvo nueve hijos con el librero Rafael Vega Bustamante y dejó una estela de bondad, integridad y alegría de la que aún nos nutrimos sus hijos y sus nietos.
En cada kilómetro habría vallas con advertencias de este tipo: “Cruzar esta calle es peligroso para su salud” o “Caminar o montar en bicicleta al lado de estos vehículos mata”.
Si las vías de Antioquia fueran reguladas por el Invima, la mayoría tendría una enorme valla cada tres kilómetros. Con alguna foto horrible de un accidente mostrando vehículos destrozados y, quizá, algún cuerpo tirado en la vía, al lado de la que fue su moto.
Porque el Invima sí se toma en serio -sí, a veces hasta el extremo- su papel de protector de la vida y la salud de los colombianos, y hace todo lo que pueda para impedir que consuman productos que van contra su salud. Fumar, por ejemplo.
Hay que ver las fotos y mensajes espeluznantes que aparecen en las cajetillas de cigarrillos desde hace varios años. Es cierto que aún mucha gente fuma, pero al menos no podrá argumentar que no fue advertida sobre las consecuencias. Que son nefastas, no solo para esta sino para sus vecinos y para el sistema de salud pública en general.
La vía a Las Palmas y varias del Oriente, la Regional y la Autopista, y también las de Suroeste, tendrían avisos cada kilómetro, incluso para ciclistas y peatones. Vallas advirtiendo sobre el peligro de usar las bermas o de atravesar la calle: “Cruzar esta calle es peligroso para su salud”. “Caminar o montar en bicicleta al lado de estos vehículos mata”. “Esta vía puede contener escenas impactantes, circule en compañía de un adulto responsable”.
O también los avisos podrían advertir sobre la deficiente calidad de la vía misma: “Esta vía no quedó bien diseñada, no se confíe, evítese sorpresas”, o tal vez “No se desconcentre, nuestro mantenimiento es deficiente”. Sin faltar una que confiese: “Aquí no hemos podido controlar la velocidad, usted verá…”.
En fin, si el Invima tuviera que expedir registro sanitario a las vías en Antioquia, muchas habrían sido rechazadas desde el diseño mismo. Los gobernantes de turno habrían tenido que ser más exigentes consigo mismos y con sus contratistas y tal vez no habrían alcanzado a inaugurar las obras en sus períodos de gobierno.
Y claro, todas habrían resultado más costosas al principio. Porque muchas curvas se habrían tenido que rectificar, los taludes serían más tendidos y mejor protegidos, las bermas más amplias, más predios por comprar…
Esas mayores inversiones, que en su momento habrían superado los presupuestos, en poco tiempo se habrían librado gracias al menor número de accidentes, menos vidas perdidas o afectadas, menos pérdida de activos, de tiempo, de vuelos, etcétera.
La pregunta en el fondo es, así como se regulan y prohíben los alimentos y medicinas, cuyo vendedor no pruebe hasta el extremo que no perjudican la salud, ¿qué derecho tiene un Estado de construir vías que a todas luces son peligrosas para la población gobernada? Pudiéndolo hacer bien…
¿Y qué derecho asistiría a dicha población -en especial a las víctimas o sus familiares- a reclamar por malos diseños o mala ejecución de una obra?
Y si, definitivamente ya no hay manera razonable de cambiar o mejorar las vías, al menos que se diseñen y apliquen normas más estrictas de utilización para los usuarios.
Lo que haya que hacer para proteger nuestras vidas, ¡Invima para las vías!
Vivir en El Poblado ofrece en esta edición un panorama sobre la movilidad sostenible en Medellín, que apuesta por ser la capital de la movilidad eléctrica en el continente.
La ciudad no puede mantener intactos sus esquemas de movilidad particular a riesgo de seguir comprometiendo su calidad de vida general. El aire que respiramos y los tiempos perdidos son indicadores negativos.
Baja satisfacción, baja percepción de seguridad y alto costo del sistema de transporte público colectivo: por esas razones hay ciudadanos que se resisten a usar bus en Medellín, o que dejaron de hacerlo y se compraron, por ejemplo, una moto. Ya hay 750 mil rodando por estas calles. Carros particulares son 550 mil.
Otras razones del descrédito son las fallas en accesibilidad, disponibilidad y tiempos, sin borrar del todo los efectos, entre los que van sentados y los de pie, de la guerra del centavo, que llevan al ciudadano a responder encuestas como la de la semana pasada de Vivir en El Poblado: ¿En el último mes se ha animado a dejar el carro en casa para movilizarse en transporte público en Medellín? En Twitter 53% de los seguidores dijo no; en Facebook la mayoría marcó 64%.
La ciudad no puede mantener intactos sus esquemas de movilidad particular a riesgo de seguir comprometiendo su calidad de vida general. El aire que respiramos y los tiempos perdidos son indicadores negativos.
“La gente tiene derecho a escoger su modo de transporte de acuerdo con sus condiciones”, dice, con razón, el investigador de la Universidad Nacional Víctor Gabriel Valencia. El reto para Medellín, frente al que se reducen las posibilidades, además de derechos, también implica obligaciones colectivas en asuntos de salud, ambiente y economía. Dicho de otra manera, la ciudad no puede mantener intactos sus esquemas de movilidad particular a riesgo de seguir comprometiendo su calidad de vida general.
En esta edición Vivir en El Poblado ofrece un panorama sobre la movilidad sostenible, en una región que tiene logros probados como el metro, el metroplús, los cables, el tranvía o EnCicla; tareas en lanzamiento como el sistema inteligente en 1.356 buses para informar en tiempo real sobre mapas, rutas, tiempos de viaje y límites de velocidad (que debería animar a más usuarios, más del 45% del presente, a subirse al transporte público) y también defectos de región expresados en la porción de vías que ocuparían todos los carros particulares, si estuvieran enfilados al mismo tiempo: 108%, el registro a octubre de 189 muertes por accidentes de tránsito solo en Medellín o la cuestionable calidad del aire que se pone en alerta roja varias veces al año.
No se puede dejar el carro en la casa porque el bus no resuelve todas las necesidades, no es posible viajar en bicicleta o caminando por el invierno y por las lomas… entonces si la movilidad para un sector de la ciudadanía es solo de tipo particular ¿se puede aportar en sostenibilidad? ¿Convertir el carro a gas o a electricidad? ¿Moverse con cero emisiones? A algún frente hay que decirle que sí. Por la calidad de vida general.
Junto a Sandra Valencia “la Negra” aprende la técnica para realizar pequeños saltos en la bicicleta.
Un ciudadano metropolitano promedio no logra alcanzar el nivel de bachiller. Es un gran desafío para Medellín, en tanto en los últimos años no se ha logrado reducir el nivel de desigualdad.
Por Piedad Patricia Restrepo
Directora de Medellín Cómo Vamos
Los años promedio de educación para la población de más de 18 años, en la región metropolitana del Valle de Aburrá han venido aumentando, pasando de 9,29 años en 2007 a 10,15 en 2017; sin embargo, un ciudadano metropolitano promedio no logra alcanzar el nivel de bachiller, que requiere mínimo doce años de educación.
Sin embargo, los promedios pueden esconder muchas diferencias. Según nuestro reciente Informe de Calidad de Vida de Medellín, los hogares de la región metropolitana con ingresos más bajos tienen un promedio de años de educación para la población joven (18 y 24 años) de 10,36 años en 2017, pero a medida que aumentan los ingresos de los hogares, los jóvenes logran acumular mayor capital humano, llegando en el más alto a un promedio de 12,51.
Si comparamos lo ocurrido en otras ciudades y regiones metropolitanas, incluyendo a Medellín, se evidencia que en la ciudad tenemos el mayor nivel acumulado de educación para hogares con ingresos más altos, con 13,08 años en 2017, pero también, el menor para los ingresos más bajos, con 9,69.
Estos resultados muestran un gran desafío para Medellín, en tanto en los últimos años no se ha logrado reducir el nivel de desigualdad en los años promedio de escolaridad por ingresos, relacionados con la acumulación de capital humano y su distribución entre la población. Primordialmente, se deben enfocar esfuerzos en lograr que los jóvenes de los hogares más pobres accedan a las oportunidades educativas, permanezcan en la escuela y logren adquirir las competencias para acceder al mercado laboral.
*Esta columna de opinión fue coescrita con Róbinson Meneses, comunicador de Medellín Cómo Vamos
La versión 373 de la SiCLeada se realizará en honor a Ingrid María Suaza, quien fue atropellada por un bus el pasado domingo en el sector de la 80 con Guayabal.
El recorrido comenzará por la carrera 51 para luego tomar la 65 y bajar por La Iguaná hasta la autopista hasta la Avenida Bolivariana, hasta la 71 para seguir directo por la 70 hasta la 80.
En el lugar del accidente realizarán un homenaje (la 80 con Guayabal), posteriormente seguirán por el puente de La Aguacatala; luego tomará Las Vegas, Palacé, San Juan, y la 65 hasta Carlos E.
En el Hotel San Fernando Plaza se realizó la inauguración de la exposición Fine Art que reúne artistas contemporáneos, grandes maestros y clásicos (concretamente acuarelistas Antioqueños y Maestros de la Escuela de La Sabana).
La mañana de este miércoles fue anunciada la captura de 13 integrantes del grupo delincuencial “La Terraza”, que delinquían en diferentes zonas del Valle de Aburrá, pero con una influencia mayor en el sector del Parque Lleras de El Poblado.
La acción fue efectuada en conjunto por la Policía Metropolitana, la Fiscalía, la Alcaldía de Medellín y la Dijín.
Entre los capturados se encontraba Johan Ochoa Vidal, alias “Bambám” o “el cabezón” (29 años), “quien fungía como máximo cabecilla de este grupo criminal y era el encargado de coordinar la distribución, abastecimiento y recolección de dinero producto de las ventas de los estupefacientes” y sus dos coordinadores, Jorge Alberto Montoya, alias “Quetamina”, y Carlos Mario Villa Concha, “Concha”, informaron las autoridades.
Cuando estaba en el proceso de judicialización, “Bambám” se lanzó del piso 16 del Palacio de Justicia en La Alpujarra y murió en el acto.
Otros capturados fueron “Yafer”, “el Puma”, “Harry”, “Tolima”, “el Costeño”, “Brayan”, “Zeus”, “Veneco” y “el Mono”, que de acuerdo con el reporte policial mantenían su accionar delincuencial en el Parque Lleras y Provenza.
Se les acusa de la distribución de marihuana creepy, drogas sintéticas, derivados de la base de coca (perico) y cocaína, utilizando fachadas de vendedores informales para establecer contacto directo con posibles consumidores y comercializar los estupefacientes en estos sitios.
Vivir En El Poblado habló con Pablo Rendón, el creador de los Tweets Urbanos, una cuenta en redes sociales que recopila mensajes creativos en los muros de la ciudad.
Expresiones que reflejan el sentimiento de muchas personas que habitan la ciudad.
La cifra la dio la Secretaría de Movilidad de Medellín, que resaltó el hecho de que, hasta el pasado 28 de octubre, 85 de los fallecidos eran peatones y 76 motociclistas, siendo los dos grupos más afectados por los siniestros viales.
La entidad reportó además que a la fecha de corte iban 23.934 casos con lesionados.
“Como Secretaría de Movilidad, somos conscientes que la seguridad vial es fundamental para la ciudad y por eso hemos venido en unas campañas muy fuertes de educación vial, cultura ciudadana y de control a través de los agentes de tránsito”, dijo Humberto Iglesias Gómez, secretario de Movilidad.
Entre enero y octubre de 2017 fueron 225 muertes las que se registraron, que desde la mirada de la Alcaldía significó una reducción de 16% respecto a 2018.
Vivir en El Poblado habló con Alejandra Cardona, influenciadora de la moda y el deporte quien comparte sus claves de cómo destacarse en un blog y a través de Instagram.
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Tres casos de éxito sobre recuperaciones físicas y neurológicas mediante soluciones de programación. El juego como método para ganar en calidad de vida.
Por Sebastián Aguirre Eastman / [email protected]
Hace dos años, el fisioterapeuta antioqueño Óscar Yepes, doctorado en Ciencias Biomédicas y radicado en Madrid, creó una aplicación de celulares llamada Mirror Therapy VR. La utiliza en la recuperación de afecciones neurológicas como hemiplejias (parálisis de un lado del cuerpo, producto de una lesión cerebral) y hemiparesias (disminución de la fuerza en un lado del cuerpo).
“Es una combinación de la terapia de espejo con la realidad virtual”, dice. Se refiere a la técnica que tuvo su origen con pacientes amputados, que utiliza el reflejo del miembro que está sano y genera sensaciones de movimiento en la extremidad afectada y estimula su recuperación motriz.
Su colega y amigo, Sebastián Botero, replicó el Mirror Therapy con pacientes con dolor físico, producto de cirugías del hombro por manguito rotador. “Con el uso de realidad virtual, el paciente tendrá un efecto espejo en el brazo que fue intervenido”, afirma.
Sebastián, además, trabaja con videojuegos de la plataforma Wii de Nintendo. Se llama la wiiterapia y se enfoca en la recuperación de esguinces y fracturas de tobillos y rodillas, para restablecer el equilibrio, la fuerza o la estabilidad.
Igual ocurre con los miembros superiores, con videojuegos de boxeo y tenis, por ejemplo, además hay otros de yoga, pilates y de trabajo del abdomen y de la cadera.
Mauricio Betancourt, desarrollador de Indie Level Studio, creador de videojuegos en Medellín, está cerca de terminar La princesa de los mitos, un título hecho a solicitud de un cliente y que servirá para recolectar datos útiles para neurólogos. Será la alternativa para los test presenciales, que resultan aburridos para los menores.
“Está dirigido a niños entre 7 y 8 años, tipo historia o novela gráfica, que les va haciendo preguntas y va midiendo sus respuestas a determinados estímulos”, explica Mauricio. Una vez esté listo, será expuesto en un congreso de neurología en Austria.
El fisioterapeuta Botero destaca que los videojuegos aplicados a la salud mejoran la parte cognitiva, las cualidades físicas y la adherencia de los pacientes. “En niños es muy útil porque es difícil que se concentren. Es un enfoque revolucionario que ayuda a la salud. Obviamente es el complemento de un profesional o un tratamiento”.
El presupuesto de Medellín es el segundo más robusto de todo el país, en buena medida porque la empresa de servicios públicos le transfiere parte de sus utilidades. Retos.
Como consecuencia de la contingencia en Hidroituango, el manejo de las transferencias de EPM para Medellín está en el centro de la discusión, con un dilema: cómo mantener la sostenibilidad de la entidad y, al mismo tiempo, los programas sociales para la ciudad que se financian con esos recursos. Seis claves para entender el panorama actual y futuro.
Hasta 2007, el municipio de Medellín recibía el 30% de los excedentes de EPM; sin embargo, por esa fecha se firmó un acuerdo que autorizaba subir ese porcentaje hasta el 55%, fórmula que ha sido utilizada hasta por el gobierno local actual. Se deben considerar “por un lado, los requerimientos financieros del Municipio y, por el otro, las necesidades financieras de EPM para su gestión, de modo que no se ponga en riesgo la viabilidad empresarial y su expansión ordenada”, se lee en el acuerdo.
Olga Lucía Arano, Presidenta del Sindicato de Profesionales Sinpro, de EPM y de UNE, habla de que en los últimos cinco periodos de alcaldes de Medellín se han transferido 12,6 billones de pesos; cifra aproximada de lo que vale la construcción de Hidroituango. David Suárez, exfuncionario de EPM, considera que las preguntas respecto a las transferencias deben ser cuánto, cómo y quién debe decidir sobre ello, pues a su consideración lo excepcional se está convirtiendo en regla.En el fondo de la discusión también está la efectividad de esas inversiones, pues los expertos se preguntan si están sirviendo para sostener subsidios o para generar riqueza.
Para concejales y expertos, entre ellos el profesor de economía de la UdeA, Guillermo Maya, dejar a un lado las transferencias no es una opción; pues acarrearía un costo social muy alto. Al no tener cómo apalancar inversión pública en infraestructura, que a su vez genera empleo, ni impulsar programas que ayudan a la reducción de brechas sociales, se podrían desencadenar hasta problemas de seguridad, señala.
David Suárez propuso en un foro organizado por el sindicato Sinpro, que la definición de las transferencias no se debe realizar a la par del ciclo político, cada cuatro años, sino que sea una discusión anual, de acuerdo con resultados operativos.
Las transferencias de los entes descentralizados, que también deben aportar rendimientos al Municipio, significarán para 2019, según la Secretaría de Hacienda, unos 238 mil millones de pesos. Un 5% del total de los ingresos.
Sin embargo, los expertos reunidos en el foro de Sinpro reclamaron mejores resultados de estas empresas. “¿Qué contratos se ha ganado la EDU en el sector privado? ¿O solo está para ejecutar obras del Municipio y cobrar un porcentaje?”, se preguntó David Suárez quien también llamó a que el Municipio recaude plusvalías entre los privados por la construcción de obras públicas.
Tras la contingencia en Hidroituango, EPM anunció por los próximos cuatro años un plan de ahorro de un billón de pesos y el Secretario de Hacienda, Orlando Uribe, dijo que “tenemos un plan de austeridad”. Olga Lucía Arango, Presidenta del sindicato, propuso que la empresa privada patrocine los alumbrados navideños.
“Cómo no vamos a estar de acuerdo con algo que nos lleva agua, mejoramiento de vivienda, salud, ojalá las transferencias fueran el doble o el triple. Lo que tenemos que hacer es que vayan donde tienen que ir”.
“Las transferencias de EPM se mantienen en niveles muy importantes, del orden de 1,1 billones de pesos”.
Ingresos totales: $4,95 billones
Funcionamiento: $739 mil millones
Servicio a la deuda: $331 mil millones
Inversión: $3,88 billones
2017: $662 mil millones
2018: $694 mil millones
2019: $739 mil millones
Durante el día atiende en su local de Manila y en las mañanas y las noches trabaja su cuerpo. Su anhelo es conseguir la tarjeta profesional y participar en Mister Olympia.
Por Sebastián Aguirre Eastman / [email protected]
“Kevin: ¡Como estás de viga!”, les escuchaba decir a sus amigos. Funcionaba, entonces, su plan de entrenamiento para que las camisetas le quedaran “apretaditas”.
Kevin Sánchez tenía 17 años -hoy tiene 27- y todas las noches invertía una hora haciendo ejercicio en el parque de la urbanización en la que vivía en el barrio Laureles. En esas estuvo durante dos meses, hasta que quiso subir el nivel de su preparación y se inscribió en el gimnasio AnimalX, que en aquella época apenas iniciaba -en la actualidad tiene sucursales hasta en Panamá y en Miami-.
Lo recibió el instructor Alexánder Arroyave, a quien ya había visto -pero aún no conocía- en el sauna de su unidad. Ese primer contacto visual marcó a Kevin Sánchez (“me impresionó su físico”) y cuando ya habló con él, escuchó por primera vez sobre fisicoculturismo.
Tres meses en el gimnasio le sirvieron para que lo vincularan como instructor, luego de graduarse de bachiller en el Instituto San Carlos.
Cuando no laboraba, Kevin se entrenaba en el mismo lugar, curioso por saber más sobre ese deporte que hizo famoso a Arnold Schwarzenegger en la década de los 70, antes de su transformación en Hollywood.
Pagó una asesoría de 200 mil pesos a José Luis Rodríguez, “Big J”, colombiano, campeón suramericano y ganador del Arnold Classic, un certamen referente del fisicoculturismo mundial.
Big J diseñó un plan de entrenamiento y de alimentación que Kevin comenzó a seguir con juicio, aunque el factor económico empezó a pesar, pues entre otros asuntos que debía cumplir, tenía que consumir unos suplementos con aminoácidos, proteínas limpias e hipocalóricas muy costosos (entre 160 y 190 mil pesos cada tarro, que le duraban no más de 45 días).
Solo le pudo pagar un mes a su asesor, pero mantuvo sus rutinas de entrenamiento y preparación. Tuvo que olvidarse de las rumbas a las que lo invitaban sus amigos de barrio, y hacer muchos sacrificios para conseguir lo que quería. “Tenía que comer pollo seis veces al día y huevo otras tres. Económicamente era duro, pues mi mamá no me apoyaba en este deporte, aunque yo no tenía que dar plata en la casa, pero debía que sostener mis rutinas alimenticias y de entrenamiento”, comenta.
En su primer torneo, el Clásico Paisa -tradicional en Medellín-, quedó entre los diez primeros; aún le faltaba ganar en musculatura para competir ante participantes más maduros físicamente.
Tras cinco años en el gimnasio, renunció y se dedicó a vender ropa. Mantuvo sus rutinas deportivas, pero le bajó a la intensidad, más aún cuando sufrió un accidente que lo mantuvo alejado de la preparación.
Kevin perdió por un tiempo sus deseos de ser fisicoculturista, pero se mantuvo en actividad deportiva. La situación económica no era la mejor, así que exploró las influencias familiares que había recibido de su abuela, peluquera por más de 40 años en el barrio Buenavista de Belén, y de un tío, quien le enseñó a motilar haciendo las veces de cliente.
“Él me orientaba, me indicaba qué corte tenía que hacer”, recuerda. Terminó creando su propia barbería, tarea en la que su papá fue vital, pues le colaboró con apoyo económico para iniciar el proyecto.
En su primer año como empresario tuvo muy buenos resultados, que le permitieron, ahora sí, iniciar en forma su carrera deportiva como fisicoculturista, la cual reactivó con nuevos bríos.
Regresó a Clásico Paisa y esta vez quedó de segundo. Luego ganó el Señor de Piedra. Su carrera alzó vuelo.
En 2017, Kevin Sánchez y su novia Juliana planearon un viaje por Europa en septiembre de 2018. Él le compartió su deseo de participar en algún evento y coincidía su estancia allí con el Mister Olympia amateur en San Marino.
Se inscribió en la modalidad Men´s Physique. Era el único latinoamericano, recuerda. Allí estuvo entre el 21 y el 23 de septiembre y obtuvo un gran logro: figurar entre los cinco primeros.
Esto lo hizo volver con nuevas metas: ahora sueña con participar en el Mister Olympia profesional, que todos los años se realiza en Las Vegas, Estados Unidos. Si quiere llegar allá, necesita primero obtener la tarjeta que lo acredite como profesional, para lo cual debe ganar algún torneo internacional.
Esa, dice, es su próxima meta. Con 27 años, aún está a tiempo de conseguirlo.
El fisicoculturismo en Colombia es reconocido como deporte por el Comité Olímpico Colombiano. Cuenta con su propia federación, que está adscrita a su vez en la Federación Internacional IFBB.
Dependiendo de la modalidad se juzgan asuntos como tono muscular, volumen, estética, definición, estatura y peso.
Prepárese para la movilidad durante este fin de semana, la Administración Municipal informó sobre los cierres viales en la ciudad.
Parques del Río
Avenida La Playa
Montaje Alumbrado Navideño
La Secretaría de Movilidad de Medellín presentó este viernes un sistema inteligente de información en línea del transporte colectivo en la ciudad, que le permitirá a la ciudadanía saber en tiempo real detalles como las rutas, los tiempos de desplazamiento de los buses, velocidad, entre otros.
El secretario Humberto Iglesias informó que a 1.356 vehículos de 29 empresas transportadoras les fue instalado un dispositivo electrónico que transmite información al Centro de Gestión y Control de la entidad, el cual recibirá la información y la difundirá en 383 paraderos inteligentes -hoy habilitaron 70- distribuidos por toda la ciudad.
En esos paraderos los usuarios tendrán disponibles mapas con las rutas que pasan por el lugar, sabrán en cuánto tiempo llegará el siguiente bus y cuánto se demorarán hasta su destino.
A su vez, la Secretaría podrá hacerles seguimiento a los transportadores para que circulen por los carriles preferenciales (Solo bus), que no se excedan en la velocidad, que paren en los sitios permitidos y que no se salgan de las rutas, entre otros aspectos que impactan en la calidad de su servicio.
“Con esto buscamos incentivar cada vez más a los ciudadanos para que elijan el transporte público colectivo, que sea cómodo y útil. Además, que los transportadores se preocupen por ofrecer un mejor servicio. Que sea una cultura bus, como lo es la cultura Metro“, dijo Iglesias.
La Alcaldía y los transportadores también avanzan en la renovación de la flota; la meta es que al finalizar el 2019 lo hayan hecho con el 70%, y hasta ahora van con el 32% (en total son 3.263 buses).
Fueron anunciados el pasado martes en Bogotá. Entre ellos están Leo, Harry Sasson, El Chato y Villanos en Bermudas.
Por Claudia Arias / [email protected]
Por primera vez el restaurante Leo, de la cocinera Leonor Espinosa, es el mejor de Colombia, ocupando el puesto 10 en la lista Latin America’s 50 Best Restaurants, impulsada por el grupo editorial inglés William Reed.
Se trata del mejor posicionado del país desde 2013, cuando inició el listado en Latinoamérica; el año pasado la cartagenera obtuvo la distinción como mejor cocinera de la región y su restaurante llegó al puesto 18, detrás de Harry Sasson, que se ubicó en el puesto 17, siendo el mejor de Colombia ese año –este año ocupó la casilla 23–.
Todos los restaurantes del país que aparecen en la lista están ubicados en Bogotá. Además de los ya mencionados, aparecen El Chato, de Álvaro Clavijo, en el puesto 21 –nueva entrada mejor posicionada este año–, y Villanos en Bermudas –al frente de cuya cocina están el mexicano Sergio Meza y el argentino Nicolás López– en el puesto 15, habiendo entrado por primera vez en 2017 en el puesto 40.
Este año Colombia recuperó un nuevo espacio en la lista, votada por 252 miembros entre cocineros, periodistas y otros conocedores de la restauración. Desde la primera vez que se votó por lo mejores de la región en 2013, otros colombianos –El Cielo, Andrés Carne de Res y Criterión–, han formado parte de la lista alguna vez.
Restaurantes de Perú, México, Brasil, Argentina y Chile, siguen siendo los que más casillas ocupan, entre tanto muchos países quedan ausentes.
Entre las 11:00 de la noche de este sábado 3 de noviembre y las 3:00 de la mañana del domingo 4, algunos canales transaccionales de Bancolombia estarán fuera de servicio debido a labores de mantenimiento, informó la entidad.
El único servicio disponible será el uso de las tarjetas de crédito para pagos por internet, en establecimientos comerciales y avances en cajeros de otras entidades financieras.
El resto de canales, advirtió Bancolombia, no operarán en las horas señaladas, entre ellas el funcionamiento de toda la red de cajeros electrónicos que son propiedad del banco y todos los servicios virtuales, incluyendo la App.
La entidad recomendó a sus usuarios programar sus diligencias para antes o después de los horarios señalados y evitar inconvenientes.
Con un coctel, Caribe Motor presentó su nuevo logo y la imagen renovada de su concesionario de la avenida Guayabal. Con este cambio, la tradicional marca presenta una imagen más actual y moderna. Este es el primer local en Colombia en recibir la apariencia que Renault quiere para sus aliados.
Es primero de noviembre, es día para conmemorar y recordar a los seres queridos que partieron. Pero ¿se debe hablar de la muerte? Aun más, ¿por qué le huímos a esa conversación? ¿Por qué, siendo un camino natural, creemos que mencionarla es invocarla? Analizamos el tema con el tanatólogo y escritor José Gregorio Henríquez. Así somos, desde la mirada científica que se encarga de encontrar el sentido al proceso de la muerte, sus ritos y significado.
“Hay una división. Por un lado, ciertos sectores de la población, de estratos medio y alto, se resisten a pensar en la muerte, a involucrarla en las conversaciones, en su cotidianidad, evitan tocar el tema. Se cree que tocarlo es invocarlo. Es vista como una conversación de mal gusto. En sectores de estratos bajos, al contrario, la muerte está en la cotidianidad y en el diálogo. Hay dos percepciones sobre la muerte, a pesar de tenerla de frente todo el tiempo”.
“Faltan pedagogía y reflexión sobre el morir y sobre la muerte. De hecho, esta sociedad dispone espacios específicos para la muerte. Como somos una sociedad productiva, vemos al anciano como metáfora de la muerte: si ya no es productivo y ya no está en la economía, la sociedad lo va sacando. Es una actitud de negación de la muerte. Y cuando esta se presenta, se evacúa pronto. Medellín es la ciudad en el país con mayor intención de cremación”.
“A la muerte no se le ponen riendas ni es posible domesticarla. La muerte cuestiona al profesional de la medicina; para los ritmos productivos, la muerte trastoca todo. Mientras en ciertos sectores, una persona fallece temprano en la mañana y ya al mediodía la están cremando, en otros la gente pide tener su velorio, acompaña a su ser querido de la iglesia al cementerio, hace la novena. Las clases más altas han ido quitando simbología. Cada ritual sobre la muerte lleva consigo una reflexión sobre la vida, sobre los ciclos vitales, dónde estoy, para dónde voy, pero lo hemos llevado a una cuestión social y al concepto de estorbo”.
“Nos genera unos vacíos. Una sociedad que desvaloriza la vida y la muerte, entra a desvalorizar todo lo otro”.
“Hay un efecto importante. Hemos llegado al concepto de vivir poco, pero vivir bien. De consumir y gastar lo más que se pueda, antes de irse. Y ese concepto borra el ser: no importa qué puedes aportar, qué sabes; solo importa qué tienes. Se suele hacer la referencia de que alguien “no tiene dónde caerse muerto”. Se cree que hay que tener, no importa cómo llegues hasta allá”.
“Las culturas campesinas tienen una forma natural de relacionarse con la muerte: los ciclos del campo, de sus animales, los partos hechos por parteras, eso transforma frente a la vida. En San Basilio de Palenque no es que haya fiesta por la muerte, es que hay ritmo, música que atraviesa toda la vida, hasta la muerte. La cultura Wayuu hace el ritual para decir adiós, es el homenaje de agradecimiento al ser querido”.
“La llevan de otra forma porque temerle es un despropósito, está con nosotros inevitablemente. En el Cauca, en formas parecidas a México, hacen banquetes rituales. En Mompox la gente en Semana Santa se va en la noche al cementerio y lleva música y velas”.
“Es positivo poder hablar de la muerte en familia. Los niños manifiestan esas dudas. Abordar la muerte viendo con ellos una película de Disney, por ejemplo con el Rey León, aporta. Poder hablar en familia de qué quisieran hacer, qué les gustaría, cuando cada uno muera. Es una sociedad más sana. Es mejor hablarlo en familia a conocerlo en un noticiero o en una ficción. Incluso, es positivo que los maestros abran espacios con sus estudiantes sobre la muerte y el envejecimiento”.
Hubo una época en la vida en que los motociclistas andaban sin casco (no cuentan los de ahora, que, en barrios de zonas alejadas, ignoran la Ley y esta no los busca). Hace 21 años, el Tránsito tomó medidas contra la accidentalidad y el primero de octubre de 1997 puso las cabezas en su lugar. Por supuesto, los semáforos se llenaron de vendedores, que ofrecían cascos a 20 mil pesos. Había casi 25 mil motos registradas en Medellín; hoy todo el área metropolitana concentra unas 829.000.
¿Es hoy la innovación un real motor de desarrollo de la gastronomía local o su ausencia conlleva a utilizar tecnologías obsoletas y a operar con bajos niveles de productividad?
Últimamente, nuestra ciudad cuenta con una etiqueta vinculada al mundo de la innovación. Su capacidad de transformación, de resiliencia y de inclusión la están posicionando entre las más innovadoras del mundo. ¿Y en las cocinas que?
Me pregunto entonces si hoy la innovación constituye un real motor de desarrollo de la gastronomía o por el contrario constatamos que su ausencia conlleva a utilizar tecnologías obsoletas y a operar con niveles de productividad mucho más bajos que otras cocinas emergentes en el concierto internacional, lo que se traduce en menores tasas de crecimiento que otras gastronomías latinoamericanas (en número de establecimientos repartidos por el mundo y notoriedad), menor acceso a los mercados más exigentes y rentables, y a estar soportada en el mercado local por bajos niveles de salario promedio y estrategias comerciales embrionarias.
A través de los siglos, el oficio de la cocina ha evolucionado y se ha reinventado mediante múltiples innovaciones. Se han introducido al sector gastronómico procedimientos, invenciones y descubrimientos que le dan forma a lo que comemos, a cuándo y cómo lo comemos. Podemos hablar aquí de lo importante que fueron los movimientos artísticos culturales italianos, de la relevancia de Carême en la estructuración de la cocina como lugar de trabajo y de los menús, del rol de la refrigeración y el secado en la conservación de los alimentos. Incontables momentos para comprender a dónde hemos llegado y hacia dónde podríamos ir.
El movimiento más relevante para el momento que vivimos en nuestro desarrollo gastronómico fue en la década de 1960-70, con la aparición de la nueva cocina francesa (la nouvelle cuisine), promovido por Henri Gault y Christian Millau. Este par de periodistas franceses propuso un decálogo de principios que sentarían las bases de una corriente que propulsaría una cocina simple, refinada, ligera y audaz; que pondría en órbita a cocineros como Paul Bocuse, Raymond Oliver o Joel Robuchon, primeros discípulos de esta corriente.
Estos criterios podrían erigirse en pilares para nuestro proceso local de crecimiento e innovación. Con esta receta podemos emprender un proceso disruptivo, sin ánimos a equivocarnos, pues es un camino certero y comprobado.
No quiero terminar esta nota sin rendir un homenaje a Raquel Rosemberg, periodista gastronómica argentina que apagó sus fogones hace unos días. Pocas personas laburaron tanto en favor de las cocinas latinoamericanas y por la unión de sus cocineros. Deja Raquel un continente diferente, un miam miam latino que por su diversidad y afiliación está más preparado para conquistar el mundo.
El sommeliere colombiano, ganador de premios en España, es uno de los invitados a Maridaje este año. Un poco de su historia.
Por Juan Pablo Tettay De Fex / [email protected]
Cuando el café llegó a la mesa, Santiago tomó la taza, la olió y, luego, se llevó un sorbo de bebida a la boca. Dejó entrar aire a la boca y saboreó. En su expresión había satisfacción, había placer. “Me encanta un buen café colombiano, uno como este en el que se puede probar no solo un buen grano, sino la historia de las personas que hay detrás”.
Santiago Cadavid es sommeliere, es medellinense y es invidente, pero eso es lo de menos: “no me gusta que se me conozca por ser el sommeliere ciego”, dice. Y claro, eso no lo define, sino otros hechos, por ejemplo haber quedado de tercero en el certamen de cata por parejas Vila Viniteca junto a su amigo, el español Rafael Reyes. También que ha trabajado en México asesorando a varios restaurantes en la creación de su carta de vinos, o que ha sido profesor y que escribe regularmente en medios de comunicación sobre su gran pasión: el vino. Y es precisamente de eso que hablará en Maridaje, Festival de Amigos y Sabores en Plaza Mayor, que va desde hoy primero hasta el lunes 5 de noviembre.
Santiago Cadavid conoció el mundo del vino cuando llegó a España, país que lo recibió cuando tenía seis años. “En Colombia no había muchas oportunidades para personas invidentes, no había cómo estudiar”, recuerda. Y esa fue la razón de peso para buscar un mejor futuro en Europa. El primer pueblo al que llegó con su mamá se llama Tomelloso. “Allí el vino es importante, casi todas las personas trabajan con y para él, y eso me impactó bastante”. Tres años después, fijarían su residencia en Alicante.
Uno de los primeros contactos que tuvo con el vino fue a través de un libro: Entender de Vino, del Marqués de Griñón. “Me encantaba leer de gastronomía y por eso pedíamos muchos libros de cocina escritos en braille. Pero una vez llegó esa obra por error. Me encantó todo lo que allí pude leer”. Y, dice, fue ese el momento en el que decidiría que el vino sería su profesión.
Fue después de leer el libro que, en una feria gastronómica, probó el vino por primera vez. “Cuando lo pedí, me dijeron que para mí no había por ser menor de edad. Sin embargo, mi mamá me dio un poco y cuando el dueño de la marca me preguntó por mi apreciación, prácticamente le hice una nota de cata”. El asombro del hombre fue grande y desde ese momento le auguró un buen futuro en la industria.
Santiago Cadavid estudió en la Cámara de Comercio de Alicante-Unión Española de Catadores y Escuela de Catas y luego en el Wine and Spirits Education Trust, en el Reino Unido. Pero más allá de su formación académica, disfruta visitando el campo: hablando con quienes producen el vino, “es lo mejor de cada botella, conocer la historia, entender qué hay detrás, quién está detrás”.
Para él, el mejor profesor es el vino, cada bebida tiene una historia especial, cada trago ofrece historia e información que sería imposible obtener sin beber. Repite, también, que hay que visitar los cultivos, pues allí están quienes mejor entienden el medio. Al decirlo, levanta la taza de café y dice enfático que un europeo jamás podrá entender el contenido de ese pocillo y, por eso, cree que formarse como sommeliere en Colombia es complicado.
Define el vino como una puerta abierta, como un libro en el que puede leerse la historia y la cultura de un pueblo: “en todas partes el vino es el mismo, lo diferente es lo que logra la gente con él”.
Su carrera, dice, ha sido volátil. Siempre ha trabajado como consultor. Establecerse en un lugar ha resultado complicado. “Mi discapacidad es una realidad evidente. Muchas veces he perdido trabajos por no poder ver. Por eso me resulta más fácil ser independiente”. Y repite que no le gusta ser “el sommeliere que no ve”. Tampoco comparte esa idea de que sus sentidos se han agudizado: para él, sucede que al no tener distracciones visuales, puede concentrarse en el vino mucho más, “pero tú, que ves, puedes entrenar tus sentidos para lograr lo mismo que yo”, explica. Así, dice, una persona logra ser más que un simple catador y se convierte en un traductor del lenguaje del vino, aunque reconoce que siempre habrá un grado de subjetividad en esa traducción.
Por eso, hace énfasis en que el mejor vino “es el que mejor te haga sentir”, y en su caso, es el blanco, “porque soy de disfrutar, de conversar. Me gusta la sensación de que me estoy tomando un perfume”. Y hablar de cepas o de marcas es imposible porque, recuerda, “cada vino es único y el resultado depende de muchos factores como el suelo, la gente, los barriles y otras cosas que no podemos negar”.
Santiago termina su taza de café y remata la conversación diciendo que “el vino es mi vida. No es solo mi trabajo, también es todo un disfrute”.
Las notas del vino, los aromas del tequila, el anisado del aguardiente y la malta de la cerveza se empiezan a preparar para combinarse con carnes, pescados, chocolate y café, además de otras delicias que llenarán Plaza Mayor del 1 al 5 de noviembre en Maridaje, el festival de amigos y sabores. Como novedades están el Salón de Saberes de Antioquia con café, chocolate y derivados lácteos y Plaza Maridaje.
Dentro de la programación académica, Todo Vino Éxito ofrece charlas y clases de cocina como la de Santiago que será hoy jueves 1 de noviembre a la 1:30 p.m.
Por Salomón Borenstein Restaurante Osea
Tostar el pan ojalá en la parrilla y untarlo con el aceite de oliva. Cortar el aguacate en lajas o hacerlo puré y poner sobre la tostada. Sazonar con sal y pimienta y poner el salmón ahumado encima. Mezclar los ingredientes de la vinagreta y bañar abundantemente. Servir de inmediato.
Con esta frase, Salomón Borenstein, chef y propietario de Osea, anunció el cierre del restaurante al frente del cual lleva casi cinco años.
Por Claudia Arias Villegas / [email protected]
“El 31 de diciembre celebraremos a Osea, lo bueno que nos dio, la oportunidad de compartir”. Salo está triste, aunque liberado; operar su restaurante ha sido un reto que le deja aprendizajes, un gran equipo y unos clientes que ya lo extrañan como se lo expresaron ante el anuncio del cierre del formato actual con su “We are going dark for now”.
En inglés, sí, porque Salomón, de padres colombianos, nació, creció, estudió e inició su carrera en EE.UU. Artista plástico y cocinero, se dedicó primero al pincel y la fotografía, aunque siempre disfrutó cocinar, y en esas andaba en París cuando por azares del destino, y con ganas de estar cerca a sus papás, de regreso en Colombia, decidió darse una oportunidad en Medellín.
Abrir Osea fue una aventura, ni él entendía a los clientes, ni ellos lo entendían a él, pero “fuimos creciendo juntos”. Al inicio cambiaba carta cada 15 días, luego anduvo con más calma, siempre un poco cuesta arriba.
Insistió con pasión, pero entonces una enfermedad que padecía su padre hace años se lo llevó y de paso Salomón terminó con su novia… sintió que su vida estaba “en una transición poderosa”. Lo meditó antes de hablarlo con su equipo y anunciar el cierre a fin de año.
Aún no sabe qué hará: pero Osea no muere, Salo lo tiene claro: “finalizar algo no es fracasar, es una oportunidad si lo tomas para crecer”. Lo extrañaremos, sí, pero cuando se toman decisiones pensadas, con amor y perspectiva, es más la alegría por aquellos a quienes se admira. Vuela Salo.
“Al final no tenía energía para luchar más… a la gente podrá o no gustarle mi cocina, pero no podrán decir que no lo hacíamos con el alma”.
a secretaria de Infraestructura de Medellín, Paula Andrea Palacio, anunció este jueves la reactivación del contrato por el cual se ejecuta la ampliación de la avenida 34, entre la calle 13A y el cruce con la quebrada La Escopetería -cerca a la calle 5-, que estaba suspendido mientras se ajustaban los diseños de la obra para la conservación de 400 árboles y otras especies de fauna que se encuentran en este corredor.
Las modificaciones las generó una acción popular presentada por ciudadanos que alegaban una afectación al medio ambiente. El contratista es el Consorcio Urbano Avenida 34.
Lea también: Avenida 34 viene con nuevo diseño y más obras con la misma plata.
“Haremos la ampliación del par vial sobre la avenida 34 y también la calle 36, con mejoramiento de 6.000 metros públicos de andenes y zonas verdes y la recuperación de 1.320 metros en doble calzada”, sostuvo la funcionaria.
Esta es una parte del proyecto completo de ampliación de la avenida 34 desde la avenida El Poblado hasta Las Palmas, en el cual se invertirán 14 mil millones de pesos que provienen de los recursos de valorización que vienen pagando los contribuyentes de El Poblado.
Otro tramo del proyecto, entre la avenida El Poblado y Los Balsos, se encuentran en este momento en proceso de contratación, añadió Paula Andrea Palacio.
Colombia, por desgracia, está en el “top 3” de asesinatos de defensores ambientales:
a 24 personas se les arrebató la vida el año pasado por proteger nuestro bienestar.
La protección del ambiente es equivalente al cuidado de la vida: la supervivencia y el bienestar de la sociedad son posibles gracias a las contribuciones que nos hace la naturaleza y, por ende, en la búsqueda de la prosperidad debemos relacionarnos de manera cuidadosa y respetuosa con nuestro entorno ecológico.
Como se menciona en un reporte del URG (Universal Rights Group), sin ecosistemas sanos no hay vida digna pues “no es posible disfrutar plenamente de los derechos humanos, incluyendo (el derecho) a la vida, la salud, la comida, el agua y una vivienda digna, en un medio ambiente degradado”.
Aunque la responsabilidad ecológica es compartida, no es común encontrar a alguien que participe activamente en la defensa de la naturaleza. Por eso es tan necesario proteger a quienes lo hacen: son personas que velan por un futuro colectivo próspero y digno, poniendo incluso en riesgo su vida. El 2017, según Global Witness, fue el año con mayor número de asesinatos de defensores ambientales. La mayoría de estos crímenes ocurrieron en América Latina, con Brasil a la delantera (el nuevo presidente no pinta un panorama alentador), y Colombia, por desgracia, está en el “top 3”: a 24 personas se les arrebató la vida el año pasado por proteger nuestro bienestar.
Detrás de los números hay nombres, que a su vez encarnaban vidas: a Adelina Gómez Gaviria le dispararon a muerte en septiembre de 2013 por su resistencia a la minería ilegal, y Hernán Bedoya fue asesinado por protestar contra los cultivos de banano y de palma de aceite. Hay gente valiente, como Jakeline Romero, que sigue adelante y dice: “Te amenazan para que te calles. No puedo permanecer en silencio frente a todo lo que le está pasando a mi gente. Estamos luchando por nuestras tierras, por nuestra agua, por nuestras vidas”.
Resulta frustrante que el gobierno colombiano no haya firmado el Acuerdo de Escazú, un esfuerzo por fortalecer la democracia ambiental en América Latina y el Caribe, garantizando: i) los derechos de acceso a la información ambiental, ii) la participación pública en los procesos de toma de decisiones ambientales, y iii) el acceso a la justicia en asuntos ambientales. En palabras del secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, el acuerdo “tiene por objeto luchar contra la desigualdad y la discriminación y garantizar los derechos de todas las personas a un medio ambiente sano y al desarrollo sostenible”.
A pesar de que el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible promovió la adopción de este acuerdo, la Cancillería no ha dicho por qué no lo firmó, ni cuándo tiene pensado hacerlo (o si no lo hará). El presidente Iván Duque, que ha declarado con vehemencia su compromiso con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), tampoco se ha pronunciado. Es necesario que las declaraciones del presidente sean respaldadas con acciones efectivas en materia ambiental. ¿Será congruente con su discurso entusiasta y hará que el Acuerdo de Escazú se firme e intentará que se ratifique? ¡Todavía hay tiempo!
Queda la pregunta: ¿por qué se desaprovechó la oportunidad que se tuvo a finales de septiembre para firmar el acuerdo? Es cierto que la legislación colombiana, al menos en el papel, es sólida. Pero cuando de ver la realidad se trata, el país pierde el examen. No es sensato entonces pensar que, por contar ya con algunos instrumentos de democracia ambiental, el acuerdo en cuestión sea innecesario. Al contrario: es indispensable para que la defensa del ambiente y de la vida pase de las palabras bonitas a las acciones concretas.
Es difícil seguirle el paso porque siempre está buscando cumplir una nueva meta. Su vida a cada hora va a un ritmo diferente: como pasar de un musical de Broadway a reguetón y luego a clásica.
Por Daniel Palacio Tamayo / [email protected]
Cuando a los diez años una amiga llevó a Mariana Tobón a conocer un salón de baile, ella no podía entender cómo no había estado en un lugar así de fantástico hasta entonces. Desde ese día sintió que ese sería su sitio. Que pertenecería para siempre a ese espacio con piso en madera y paredes con espejos, en el que era feliz. Lo quería para siempre.
Cuatro años después ya estaba dictando clases de danza. Era en su colegio, el Columbus School. En los recreos, preparaba las coreografías con niños y niñas de primaria. “¡Era un plan delicioso!”, dice mientras recuerda cómo renunciaba en plena adolescencia a las conversaciones en los descansos con sus amigas por estar bailando.
Después le propusieron que las clases no fueran solo en los descansos sino en el garaje de su casa. Su mamá le acolitó esa idea “sin saber en lo que se estaba metiendo”, pues en cuestión de meses el número de alumnas de la recién creada Academia Mariana Tobón, en el barrio Lalinde, se contaban por decenas.
Con lo conseguido en las clases de garaje, ahorró para irse a Nueva York a estudiar danza, pero se llevó la sorpresa de la vida: le faltaba formación. Después de eso regresó a estudiar actuación.
Hoy su academia tiene más de 500 alumnos y es el lugar que siempre soñó para formar en danza, canto y teatro, también para potenciar con artes escénicas las habilidades de bebés desde los tres meses hasta niños y adolescentes que buscan minimizar temores y derrumbar barreras. Pronto espera tener el aval para dictar un programa técnico laboral en formación en danza.
A los 24 años, su papá le dijo: “hija, creo que la danza sí era lo tuyo”.
Aunque ya era tarde para seguir en esa profesión, Mariana Tobón se dio cuenta de que sí es posible vivir de lo que se sueña; por eso cada que se encuentra con jóvenes —de esos llamados millenials— no solo les ve pasión, curiosidad y ganas de devorarse el mundo, sino que los invita a trabajar por su mejor versión.
“Lo más complejo es la inmediatez; hay que entender que hay cosas que toman tiempo”, anota.
Los operativos de control se hicieron en La 33, los miradores de Las Palmas y en varios puntos de la regional.
Durante la noche de Halloween, se realizaron 271 comparendos y se inmovilizaron 172 vehículos que no cumplían con la normativa, según informó la Secretaría de Movilidad de Medellín.
Los operativos de tránsito estuvieron acompañados por agentes de policía y uniformados del Escuadrón Móvil Antidisturbios para evitar cualquier alteración al orden público durantes estas caravanas en las que salen por la ciudad cientos de motociclistas y conductores disfrazados infringiendo algunas normas de tránsito.
En redes sociales se subieron videos de algunas de las imprudencias que se cometieron durante estas caravanas con personas disfrazadas y que se extendieron hasta altas horas de la noche.
Las autoridades hicieron un llamado a la ciudadanía a respetar el Código Nacional de Tránsito en todo momento.
El ciclista británico Chris Froome, cuatro veces campeón del Tour de Francia y ganador además del Giro de Italia y la Vuelta a España, aterrizó este jueves en Colombia para participar en El Giro de Rigo, prueba ciclística que promueve el colombiano Rigoberto Urán y que se efectuará el próximo domingo 4 de noviembre en las vías de Oriente antioqueño.
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Además de Froome, en la competencia estarán figuras de este deporte en Colombia, como Egan Bernal (compañero del británico en el equipo Sky), los hermanos Sebastián y Sergio Henao, además de Daniel Felipe Martínez y Álvaro Hodeg, jóvenes llamados a reemplazar al mismo Urán, Nairo Quintana y tantos otros que hoy ocupan las primeras posiciones de los eventos internacionales de primer orden.
Debido a esta prueba -que comprende dos recorridos, de 60 y 140 kilómetros-, el domingo se presentarán cierres viales que explicamos a continuación.
Desde las 4:00 de la mañana y hasta las 2:00 de la tarde la vía entre Guatapé y San Carlos estará cerrada en su totalidad, mientras que el tramo que conduce de Marinilla a Guatapé estará en ese único sentido.
Estamos construyendo nuevas esclavitudes por creer en una libertad cada vez más subjetiva, de principios que corresponden a obtener poder, lograr placer y poseer lo que se nos antoja.
La frase es de Heráclito de Éfeso, que retomaron e hicieron famosa los estudiantes en París, en ese mayo que abrió esperanzas y mostró que se podía vivir diferente.
Como la vida es cíclica y en espirales que ascienden y descienden, una nueva revolución se impone. Ahora hombre y tecnología se entrelazan y es importante darle un sentido a lo que estamos viviendo, en concordancia con los avances tecnológicos, avances que no solo nos sorprenden, sino que impulsan a iniciar una gran revolución interior. Como un sabio repite: ¡Una ciencia sin conciencia es la peste!
Es el momento propicio para iluminar los elementos que han guiado la vida de cada ser humano, los impactos que vienen del pasado y repensar –¡no repetir!- las herencias morales y metafísicas que hasta ahora nos han conducido.
Intuyo que cuando llegamos a cierta edad nos damos cuenta de que el mundo no empezó con nosotros, que hay un impulso que tiene millones de años y que ese impulso vibra, y si lo queremos negar, se impone y nos baja de ese pedestal que pretendemos.
La vida nos exige ponernos en paz con nuestra memoria para poder enfrentar con certeza espiritual el futuro. Cambiar en armonía.
Intuyo que estamos viviendo la individualización de la moral. Creemos solo en lo personal, rechazamos todo aquello que se nos impone, lo que pertenece a las buenas prácticas tradicionales nos pesa y nos inventamos nuevas, o simplemente ignoramos los principios.
Estamos construyendo nuevas esclavitudes por creer en una libertad cada vez más subjetiva, de principios que corresponden a obtener poder, lograr placer y poseer lo que se nos antoja.
El reconocimiento de ese otro que nos habita es el principio del cambio. Siempre nos conversa e ilumina. Está ahí y nos llama para ser presente, para estar presente. Hay que oír ese flujo de energía, que va permitir que lo espiritual realice el matrimonio sagrado entre la maravilla de lo que la ciencia y la tecnología nos están regalando y el mundo espiritual que guía y alegra la vida cotidiana.
Que ese soplo sea un ventarrón interior que nos anima.
Fernando Gaviria el segundo colombiano en ser líder del Tour y dueño de 34 triunfos en sus dos años y medio en Europa, dejó al conjunto que logró 73 victorias en el año, por uno que apenas llegó a la docena.
El ciclismo no es un deporte de ricos. Ni sus ciclistas, ni sus equipos, ni sus finanzas son boyantes. El salario del ciclista mejor pagado del mundo (Chris Froome), apenas se compara con el futbolista de mejores entradas en la Liga Mexicana de Fútbol (Andre Pierre Gignac, ambos cerca de los 5 millones de dólares al año) y los equipos sobreviven por sus patrocinadores. En ese contexto deben moverse nuestros ciclistas y las decisiones que toman.
Los equipos del World Tour son el patrocinio. La multinacional Sky, del multicampeón Chris Froome, tiene el presupuesto más alto del pelotón con más de 35 millones de euros al año, casi el doble de lo que tiene el Movistar. Y aun así está alejado de los 752 millones de presupuesto anual que tiene el Real Madrid, su par en el fútbol.
Cada año el pelotón vive un llamado de “patrocinio o muerte”. Hace una temporada el Cannondale sobrevivió gracias a la llegada del Education First. Este 2017 el mayor ganador de la temporada, el QuickStep Floors, obtuvo su salvavidas con la empresa Deceunick. De lo contrario tendría que haber buscado cómo abaratar sus costos a una mínima expresión.
En ese contexto, los ciclistas de apenas una década de alto rendimiento y expuestos a lesiones por doquier, deben buscar su mejor acomodo. Así fue que Fernando Gaviria anunció que dejaba el mejor equipo y el más ganador de la última década, para irse al UAE Cycling Team. Gaviria, segundo colombiano en ser líder del Tour y dueño de 34 triunfos en sus dos años y medio en Europa, dejó al conjunto que logró 73 victorias en el año, por uno que apenas llegó a la docena.
Patrick Lefevere, su entrenador en el QuickStep, fue contundente: “no puedo pagar lo que el UAE ofrece”. Y aunque Fernando Gaviria no se ha expresado, su entorno es enfático en pedir que no se juzgue a Fernando creyendo que es una decisión netamente monetaria. Y atenderemos el llamado.
El QSF es una máquina. Sus 73 triunfos son solo superados en la historia reciente por el Team Columbia-HTC que ganó 85 carreras en 2009. El conjunto tuvo a tres embaladores Viviani (18 victorias), Jakobsen (7) y Fernando (9), además de un tren de velocistas (Hodeg, Sabatini y Richeze), que eran garantía de estar en la pelea. El UAE tiene al campeón europeo, Kristoff (5 triunfos), pero a un equipo que dista de ser experto en las llegadas masivas.
Lo otro es el guayabo post-QuickStep. Los dos anteriores embaladores que salieron de la escuadra vivieron un año de resaca. Kittel pasó de ganar 13 fracciones en 2017 a solo una en su nueva escuadra Katusha. Tretin vivió algo similar, tras pasar de 7 celebraciones a 3 con el Michelton-Scott. Cavendish vio cómo sus victorias se redujeron de 13 a 9 tras su paso al Dimension Data.
Fernando Gaviria va a un equipo que confió en Colombia. El Emirato se llevó a Sergio Luis Henao, a Cristian Muñoz y al velocista Juan Sebastián Molano, que debería ser mano derecha en el embalaje.
Fernando Gaviria afronta un reto grande. El colombiano ha sabido reponerse a las derrotas y a las lesiones, para ganarse un lugar en la élite. En 2019 deberá demostrar que su cambio de equipo busca mejorar sus números, más de victorias que de dinero en la cuenta bancaria. Y tiene con qué.
Una obra que se demora por voluntad política, mala planeación o similares, pone en cuestión su utilidad o comienza a generar una deuda social con quienes se deberían beneficiar de la misma.
En Medellín nos estamos acostumbrando peligrosamente a que las obras públicas pueden pasar de periodo en periodo de gobierno, generando sobrecostos sociales y económicos, sin que nadie se responsabilice de esos efectos. La falta de una sociedad civil que haga seguimiento a las promesas y la ejecución de las obras, exigiendo efectividad en la gestión, permite ese desbarajuste.
Cada alcalde se preocupa por dejar algún inmenso objeto de cemento, con su placa; por ejemplo, Fajardo, las Bibliotecas, varias de ellas hoy con grave deterioro, o para volver a construir como la de Santo Domingo Savio. Salazar, el puente Gilberto Echeverri (4 sur), del cual ya dijeron que seguirá estrangulado en el costado oriental por los costos de las obras de acceso. Gaviria, el puente de santa Laura, que hoy sirve de “albergue” a damnificados de un incendio y en el que se presentan inquietudes por accidentes e inseguridad. Y así.
También, cada alcalde deja iniciadas obras públicas, cuya culminación dependerá de la voluntad política de la siguiente administración, sin contar con que surjan problemas técnicos, sociales, o financieros con las mismas.
Una obra pública que se demora por asuntos de voluntad política, mala planeación o similares, pone en cuestión su utilidad o comienza a generar una deuda social con quienes se deberían beneficiar de la misma. Todo ello sin considerar los sobrecostos económicos que se van volviendo cosa de todos los días y que se justifican con reiteradas adiciones a los presupuestos iniciales.
Aparte de que las quieran o no, esta administración municipal de Medellín ha superado, creo, el nivel de obras públicas iniciadas en la pasada, que se han retrasado de manera escandalosa en su ejecución y entrega. Vale decir que hace poco entregó, casi tres años después, el Mova, del cual tendremos que evaluar su uso y efecto para la formación de docentes y la educación en la ciudad.
A las ya conocidas obras de “valorización” en El Poblado, mal planeadas y peor ejecutadas, algunas de las cuales generaron retrasos y sobrecostos de los que todavía no hay precisión en cuanto a responsables, se unen, para hacer una lista corta, Parques del Río (del cual hay que decir que faltan todavía obras del sector 1A, “entregado” ya a la ciudad), la línea H del metrocable en el oriente, el edificio sede de la EDU, la unidad hospitalaria de Buenos Aires, entre otros. Todas obras iniciadas en la pasada administración que continuaron en esta, con ajustes y redefiniciones presupuestales. Salvo Parques del Río, que en su conjunto debería llevar años en su construcción y entrega por fases, todas las demás son obras que debieron ser entregadas hace ya rato.
Hay pues que volver en Medellín a las obras públicas bien planeadas, bien ejecutadas y mejor administradas, asunto que deberíamos poner como condición imperativa para los planes de gobierno de los candidatos para las elecciones de alcaldes o gobernadores, en octubre de 2019. De esta forma volveremos a que los alcaldes inauguren obras y no promesas.
Junto a la campeona Nacional de ENDUR, Sandra Valencia “La Negra” aprende a bajar terrenos inclinados en la bicicleta.
Ten en cuenta que la silla debe estar abajo y los pies deben estar paralelos al piso.
Dice la leyenda que las esmeraldas son lágrimas de tristeza de Fura, la primera mujer en la Tierra. Hoy son piedras con alto valor y belleza.
Por Juan Pablo Tettay De Fex / [email protected]
Los indígenas muzos protegieron con su sangre los yacimientos de esmeraldas. Sin embargo, los españoles terminarían descubriéndolos y en poco tiempo estas piedras preciosas llegaron a las cortes europeas. Aunque hoy Colombia compite en producción con Zambia, Brasil y Afganistán, la esmeralda colombiana sigue siendo la más apreciada en el mercado internacional.
Alejandro Restrepo, gerente de la Joyería Mercurio y presidente del sector de Joyerías de Antioquia, explica que esto se debe, principalmente, a que las esmeraldas de otras latitudes son mucho más opacas. “Las colombianas son de un color verde intenso y cristalinas, por eso son tan apetecidas”.
Restrepo explica, además, que hoy la moda ha empezado a valorar mucho más estas gemas, por lo que hoy es más común encontrarlas en piezas de diseño. “Por su rareza, la esmeralda se ha convertido en un objeto de gusto”, explica el experto.
De hecho, cada vez son más los joyeros que deciden exhibir una esmeralda como pieza central. Hoy, la mayoría de las veces se combina con plata; también se pueden encontrar montadas en oro blanco y amarillo y, a menor escala, en otros metales.
La esmeralda es la variedad verde de un mineral incoloro llamado berilo y está compuesta por aluminio, óxido de silicato y tres importantes elementos conocidos como impurezas: cromo, hierro y vanadio. Si bien la composición química de todas las esmeraldas es la misma, las colombianas se formaron durante el periodo cuaternario, en el que la Tierra tuvo una profunda transformación: las montañas se convirtieron en valle y los valles en montañas. La región en la que están los más grandes yacimientos en Colombia es Boyacá, que en esa época era un gran océano, por lo que las piedras se formaron bajo el agua: esa es la razón de la claridad que las caracteriza.
La tendencia invita a dejar que las piedras luzcan su encanto natural y más si son colombianas. Por eso, es común ver que hoy anillos, aretes y collares tienen piedras en bruto, sin tallar. “De ese modo, se puede ver todo el encanto de la gema, su forma y color natural”, agrega Restrepo.
Es común entonces ver que actrices y cantantes han empezado a lucir esmeraldas en galas y alfombras rojas. En la mayoría de oportunidades,dichas joyas son elaboradas con piedras colombianas.
Por otro lado, los anillos de compromiso han empezado a dejar de lado los diamantes como piedra principal para ofrecer color, como el caso de la esmeralda. “Hoy queremos que sea la pieza central”, dice Alejandro Restrepo.
Otra de las invitaciones que se hace desde el sector joyero es a invertir en esmeraldas. “No se trata solo de comprarlas para ponerlas en una joya. El valor de estas piedras sube cada vez más por lo que es una excelente posibilidad para capitalizar”, concluye Restrepo.
Con el propósito de dar a conocer la importancia de la gema más representativa de Colombia, su historia e impulsar las industrias minera, joyera y diseñadora del país, la exposición Silicatos de Berilio, Fura y Tena, estará abierta al público de manera gratuita a partir del 8 de noviembre y hasta el 8 de diciembre en la Joyería Mercurio del Centro Comercial Oviedo. En la muestra los asistentes nacionales y extranjeros podrán apreciar las formas y figuras más exóticas de esta gema que se han encontrado en las minas colombianas.
La pizza elegida para la receta de La Buena Mesa es la pizza ópera, la irresistible especialidad de la casa. Ópera Pizza ofrece cerca de cuarenta deliciosas opciones de pizzas, además de una variedad de pastas frescas.
Coloque la harina en forma de volcán sobre una superficie de trabajo y añada la sal, la levadura, el agua tibia y un par de cucharadas de aceite. Mezcle hasta formar una masa suave. Luego amase enérgicamente hasta formar una bola. Introdúzcala a un bol o recipiente, tápela con un paño y déjela reposar en un sitio cálido hasta que doble su volumen. Luego, estire la masa con un rodillo para formar la pizza, extendiéndola sobre una bandeja untada de aceite. Introduzca la pizza al horno durante unos cinco minutos, a una temperatura de 250 grados. Retírela del horno y reparta la pasta de tomate en la masa; distribuya sobre ella el queso mozzarella, el orégano, el salami, la tocineta cortada en pequeños trozos, los champiñones, las alcaparras y las aceitunas (previamente picadas). Introduzca nuevamente la pizza al horno durante unos 15 minutos, a una temperatura de 250 grados.
Retírela y disfrute.
*Nota: Nuestras recetas de La Buena Mesa son elaboradas por expertos de la cocina, con conocimiento en el manejo de alimentos y en sus técnicas de preparación. Las recetas han sido ensayadas por ellos mismos con utensilios profesionales y los resultados en casa están sujetos al conocimiento gastronómico, de ingredientes y uso de herramientas adecuadas.
Hasta el momento en que escribí esta opinión, Medellín contaba con 501 homicidios, 42 más que en el mismo periodo del año anterior y una superación de los asesinatos ocurridos en 2015, que presentó 496.
Por Daniel Suárez
Es indudable que las cifras de homicidio en la ciudad se han disparado, el mes más violento del año en curso fue junio, donde ocurrieron 67 casos, una cifra desproporcionada y lamentable, donde las comunas que han aportado a esta cifra, son desde luego también más violentadas, la 10 (La Candelaria) y la 13 (San Javier).
Estos datos no deben ser ajenos a nosotros y nosotras, debemos pensar en qué está sucediendo en la ciudad. Tres chicos de la comuna 13 llevan más de un mes desaparecidos, en algunos lugares del corregimiento de Altavista han encontrado pertenencias de ellos, pero no el paradero de sus cuerpos, esto pensando lo peor. Y justo allí, en esa búsqueda, también se han hallado otras fosas comunes, donde se han podido ubicar cuerpos de personas que llevaban mucho tiempo desaparecidas y ahí surge una nueva pregunta: ¿cuántos desaparecidos y desaparecidas hay en esta ciudad? Esta cifra no la tengo, básicamente, porque es un dato que no está habilitado para los ciudadanos y ciudadanas de a pie, pero en el Aburrá hay más desaparecidos de los que nos imaginamos.
La actual administración prometió que bajaría estos escandalosos datos de homicidios, incluso el alcalde Federico Gutiérrez cuando era candidato, lanzaba críticas, videos y publicaciones en redes sociales a Aníbal Gaviria por la forma en que la ciudad estaba invadida de inseguridad. Hoy el alcalde dice que esto sucede por intolerancia (que tiene un poco que ver), pero también porque el combate a la criminalidad también tiende a aumentar las muertes violentas.
Pues si bien tiene un poco de razón, no es justificación alguna, porque como bien insiste e insistimos los voluntarios a la campaña Instinto de Vida, que en Medellín es liderada por el colectivo NoCopio, ¡Nada Justifica el Homicidio! Porque cada uno de estos más de 500 homicidios que han sucedido en Medellín, son seres que nos duelen, hay una madre que sufre por esa partida y así debemos pensarlo.
Es lamentable que estemos guardando tanto silencio ante el incremento de homicidios, los cuales suceden en su mayoría en población joven. Edades desde los 16 hasta los 19 han sido las aportantes a estas cifras, además de otros casos de feminicidios ¿Será posible que en lugar de decir “por algo lo mataron” gritemos “¡Nada justifica el homicidio!”?
La Alcaldía de Medellín está en deuda y hay que manifestarlo, no queremos más sangre.