Las obras del Museo de Antioquia... una visita guiada
Barequera áurea (Ed. 247)
Textos de Carlos Arturo Fernández, profesor de Artes de la Universidad de Antioquia y miembro del Consejo de Curaduría del Museo de Antioquia, para Vivir en El Poblado.
Las obras del Museo de Antioquia... una visita guiada
Constructivismo (Ed. 246)
Textos de Carlos Arturo Fernández, profesor de Artes de la Universidad de Antioquia y miembro del Consejo de Curaduría del Museo de Antioquia, para Vivir en El Poblado.
Las obras del Museo de Antioquia... una visita guiada
Busto de mujer(Ed. 245)
Textos de Carlos Arturo Fernández, profesor de Artes de la Universidad de Antioquia y miembro del Consejo de Curaduría del Museo de Antioquia, para Vivir en El Poblado.
Las obras del Museo de Antioquia... una visita guiada
Muchachas de color (Ed. 242)
Textos de Carlos Arturo Fernández, profesor de Artes de la Universidad de Antioquia y miembro del Consejo de Curaduría del Museo de Antioquia, para Vivir en El Poblado.
Las obras del Museo de Antioquia... una visita guiada
El retrato de Arturo Celis (Ed. 241)
Textos de Carlos Arturo Fernández, profesor de Artes de la Universidad de Antioquia y miembro del Consejo de Curaduría del Museo de Antioquia, para Vivir en El Poblado.
Hace algunos años fue presentado al Concejo de Medellín un proyecto para conmemorar a algunas antioqueñas históricas bautizando con sus nombres ciertas calles de la ciudad, y producto de ello es que hoy pueden verse los flamantes rótulos de las avenidas María Cano, Jesusita Vallejo y Cacica Arazaba, entre otros. Merecido homenaje para nuestras damas toda vez que, hasta hace pocos días, el inventario de calles dejaba ver, en su casi totalidad, solo nombres masculinos, de países, de ciudades e incluso de cosas de dudosa solemnidad como “El Palo” o -tengo pruebas- “El Sapo”.
Las obras del Museo de Antioquia... una visita guiada
El florero azul (Ed. 239)
Textos de Carlos Arturo Fernández, profesor de Artes de la Universidad de Antioquia y miembro del Consejo de Curaduría del Museo de Antioquia, para Vivir en El Poblado.
Las obras del Museo de Antioquia... una visita guiada
La marcha fúnebre (Ed. 238)
Textos de Carlos Arturo Fernández, profesor de Artes de la Universidad de Antioquia y miembro del Consejo de Curaduría del Museo de Antioquia, para Vivir en El Poblado.
Las obras del Museo de Antioquia... una visita guiada
Collage matérico (Ed. 237)
Textos de Carlos Arturo Fernández, profesor de Artes de la Universidad de Antioquia y miembro del Consejo de Curaduría del Museo de Antioquia, para Vivir en El Poblado.
Las obras del Museo de Antioquia... una visita guiada
El despertar del indio a la civilización (Ed. 235)
Textos de Carlos Arturo Fernández, profesor de Artes de la Universidad de Antioquia y miembro del Consejo de Curaduría del Museo de Antioquia, para Vivir en El Poblado.
Las obras del Museo de Antioquia... una visita guiada
Parque Santander (Ed. 234)
Textos de Carlos Arturo Fernández, profesor de Artes de la Universidad de Antioquia y miembro del Consejo de Curaduría del Museo de Antioquia, para Vivir en El Poblado.
Las obras del Museo de Antioquia... una visita guiada
Naturaleza muerta (Ed. 233)
Textos de Carlos Arturo Fernández, profesor de Artes de la Universidad de Antioquia y miembro del Consejo de Curaduría del Museo de Antioquia, para Vivir en El Poblado.
Las obras del Museo de Antioquia... una visita guiada
Imagen de Antioquia (Ed. 232)
Textos de Carlos Arturo Fernández, profesor de Artes de la Universidad de Antioquia y miembro del Consejo de Curaduría del Museo de Antioquia, para Vivir en El Poblado.
Las obras del Museo de Antioquia... una visita guiada
El cafetal (Ed. 231)
Textos de Carlos Arturo Fernández, profesor de Artes de la Universidad de Antioquia y miembro del Consejo de Curaduría del Museo de Antioquia, para Vivir en El Poblado.
Las obras del Museo de Antioquia... una visita guiada
El Cristo del Perdón (Ed. 230)
Textos de Carlos Arturo Fernández, profesor de Artes de la Universidad de Antioquia y miembro del Consejo de Curaduría del Museo de Antioquia, para Vivir en El Poblado.
Aunque parezca una invención de la literatura de terror o una ficción sobre los peligros que entraña la naturaleza, las plantas carnívoras existen. Esto lo puede corroborar Nicolás Peláez, un joven biólogo de la Universidad de Antioquia que vive en El Poblado y cultiva estas exóticas plantas.
Para mejorar la movilidad en sitios neurálgicos de la ciudad, identificados por su accidentalidad y congestión, la Secretaria de Tránsito ha planteado el reordenamiento de algunas vías. “En aquellas vías donde se producen maniobras, giros y cruces peligrosos, o se saturan por la doble direccionalidad, se buscan alternativas como cambiar el doble sentido por un solo sentido de circulación, y suprimir los giros izquierdos, que es el mayor generador de tacos, demoras adicionales y riesgos de accidentes”, explica Martha Lucía Suárez, Jefe de la Unidad de Circulación de la Secretaría de Tránsito,
Entre el 23 de enero y el 10 de marzo de este año, la unión temporal entre la Universidad de Medellín y la Universidad de Antioquia tomó muestras en 25 puntos de la ciudad para medir los niveles de contaminación vehicular por gases y ruido y asociarlos con los efectos en la salud pública. Los puntos se definieron con base en unos aforos que hizo la Secretaría de Tránsito de los puntos de mayor congestión en la ciudad. En El Poblado la medición fue en el parque principal.
Más que una mala influencia que afecta la personalidad y convierte a inocentes jóvenes en asesinos paranoicos, los juegos de rol son una afición que estimula la imaginación y desarrolla la creatividad. Además de sus efectos pedagógicos para que niños y jóvenes aprendan a relacionarse y encontrar soluciones creativas a sus problemas, estos juegos vienen tomando mucha fuerza a nivel escolar y empresarial para el diseño de estrategias y mejoramiento de la productividad. Algunos expertos de internet incluso aseguran que la oportunidad de desempeñar un rol ajeno, es decir, la posibilidad de ser otro durante un juego, permite una mirada autocrítica de uno mismo y fortalece actitudes como responsabilidad, autonomía y liderazgo.
Otra vez los residentes de Castropol se quejan por el ruido de las discotecas ubicadas sobre las vía Las Palmas. “El exagerado volumen y la falta de aislamiento acústico de ciertos locales no nos deja dormir”, aseguró Carlos Gallego, habitante del sector. Para resolver el problema el Área Metropolitana realizó las mediciones de verificación y encontró que efectivamente algunos negocios excedían el límite permitido de ruido, (65 decibeles para zona comercial y de 45 decibeles para zona residencial) afectando principalmente a los residentes de la Loma de San Julián.
La charla empieza con frases cortas. Puede ser por timidez, por afán de irse a disfrutar del descanso del mediodía en su colegio, el Palermo de San José, o también porque a lo mejor a Isabel Valderrama Carvajal le va mejor expresándose con palabras escritas y no con las pronunciadas.
Lo que sí hay que descartar de plano es la posibilidad de que no tenga algo que contar, pues a sus 15 años, pronto cumplirá 16, esta estudiante de último año de bachillerato, residente del barrio Manila, ya ha sentido lo que es ver publicado un cuento de su autoría, algo que cataloga como un verdadero regalo, y más a su edad.
Cebame un mate cochengo Esta joya me la mandó mi amigo Julio Riechert desde la entrañable Villa Yanquín a orillas del río Limay, en la mismísima Patagonia argentina,
Un día cualquiera en la calle 11 entre las carreras 43E y 43F.
Diciembre podría llamarse el mes de la basura. Por alguna razón nos gustan los objetos llenos de empaques: bolsas, cajas, tarjetas y otras cosas, acompañan el más mínimo regalo. Los sitios de reunión terminan convertidos en basureros. Los lugares de ventas, especialmente de comidas y frutas, salvo escasas excepciones, se distinguen por exhibir toda clase de desperdicios y malos olores. La historia empezó cuando el río y las quebradas fueron los lugares elegidos para depositar las basuras y escombros, a las que se sumaron las aguas negras.
Posiblemente sea febrero el único mes del año en que todas las pelambres se alegran de estar en las aulas y de hacer sus tareas, desde los niños de preescolar que no veían la hora de volver a asolearse en las piscinas de pelotas hasta los universitarios que, ahora sí, van a tomar la cosa en serio y a mostrarle al mundo entero que en sus cabezas hay ricos filones de sabiduría. Sin embargo, algo hay en medio de semejante alegría que delata la impostura -o, más bien, la fugacidad- de semejante disposición: y es el ingenuo entusiasmo con que, creyendo que ahora serán leídas y disfrutadas, se exhiben en las vitrinas de los almacenes las obras clásicas de la literatura colombiana. Posiblemente uno llegue a creer que un muchacho de quince años, flamante dentro de su nuevo uniforme, quiera empezar bien sus estudios de álgebra para no verse penando a fin de año (a propósito: ¿existen aún asignaturas con números o ya fueron reemplazadas por rosados cursos de crecimiento personal?), pero ya es demasiado imaginarse que ese mismo bergante se dedique con interés a la lectura de María.
Manuel Gómez se presenta a sí mismo como un estudiante de ingeniería de sistemas de Medellín, Colombia, miembro activo de la comunidad hispana de Ubuntu, localizable en el canal de chat #ubuntu-es donde ofrece soporte a quienes lo requieran, uno de los principales aportantes de la versión en español de la Guía Ubuntu, y dedicado ahora a la construcción del Ubuntu SuperCD.
Por más que se diga que tiene 31 días, enero es el mes más corto del año: nadie se siente habitándolo hasta que no caiga oficialmente el telón de la fiesta decembrina, y ella se extiende hasta un lunes festivo que la sacrosanta Ley Emiliani a veces arroja demasiado lejos; igualmente, tanto foco encendido y tanto santo gigante a la vera del río poco ayudan en esa preparación que el espíritu necesita para convencerse de que ha de empezar a rodar de nuevo. Además, el agüero de las cabañuelas tiene como uno de sus corolarios el de que el mes propiamente dicho solo pueda empezar desde el día 13 (cifra poco halagüeña, en verdad). Pero lo más diciente es, en sí mismo, inexplicable: la extrañeza de verse escribiendo una carta o llenando un formulario con la palabra “enero”… ¿acaso no era un mes para estarse tumbado al lado de una piscina? Sin embargo, como esas jornadas en que se tiene verdadera conciencia de que otra vez se está trabajando comienzan apenas el décimo o vigésimo día del mes, la ilusión dura poco, y pronto se está en ese mes sensato, sobrio y gigantesco de 28 días sin festivos que es febrero.
Los almacenes Éxito de Envigado y El Poblado, así como el Parque Comercial El Tesoro, son las nuevas zonas en las que se puede acceder a internet desde equipos portátiles sin necesidad de cables. Este servicio lo presta desde hace algún tiempo la universidad Eafit dentro de su campus, y más recientemente lo inauguró en el Parque Lleras. Sin embargo, para acceder a esta red es necesario ser de la universidad, mientras que en los Éxito y en El Tesoro basta con llevar algún aparato electrónico que cuente con tecnología inalámbrica para poder navegar.
Anime-se a conocer la cultura japonesa viendo dibujos animados
De la edición impresa (Edición 311), con datos adicionales exclusivos online
Quiérase o no, nadie puede negar el impacto de estos dibujos animados en sus principales consumidores: los niños y los adolescentes. Por ello, aquí están algunos elementos básicos, tanto para los padres que buscan comprender lo que ven sus hijos, como para aquellos que quieren estar en onda con esta afición.
Agenda del Mar, quince años Corría el año de 1990. María José Ospina estudiaba Ingeniería Industrial en la Universidad Nacional, y combinaba con su amor con todo aquello que tuviera relación con los impresos.
86.461 personas desplazadas tiene Medellín (oficialmente)
De la edición impresa (Edición 309)
Medellín es la segunda ciudad con mayor recepción de población desplazada en el país. Según estadísticas de la Personería, en los últimos cincos años se han registrado 86.461 personas desplazadas. Aunque los índices de desplazados que llegan a nuestra ciudad han disminuido considerablemente, de 21.596 personas registradas en 2000 y 20.469 en 2002, se ha pasado a 7.536 en lo que va de 2005, pero la problemática sigue siendo alarmante.
Las obras del Museo de Antioquia... una visita guiada
La Huída (Ed. 309)
Textos de Carlos Arturo Fernández, profesor deArtes de la Universidad de Antioquia y miembro del Consejo de Curaduría del Museo de Antioquia, para Vivir en El Poblado.
Las obras del Museo de Antioquia... una visita guiada
Figura en ocre (Ed. 308)
Textos de Carlos Arturo Fernández, profesor deArtes de la Universidad de Antioquia y miembro del Consejo de Curaduría del Museo de Antioquia, para Vivir en El Poblado.
Una empresa de aquí desarrolla un proyecto de domótica
La domótica es la parte de la tecnología encargada de la automatización del hogar y las empresas, por medio de dispositivos inteligentes que permitan programar las funciones de los aparatos eléctricos acordes las necesidades que se tengan.
El futuro siempre es una inquietud recurrente en todos. Acaso por la influencia del cine y la televisión muchos lo imaginan plateado, con casas que atienden todos nuestros requerimientos con solo presionar un botón, otros, más visionarios, simplemente construyen ese futuro desde ahora. Este es el caso de unos jóvenes emprendedores que conformaron una empresa de base tecnológica llamada Consulnet, dedicada al desarrollo de sistemas inteligentes para el sector inmobiliario y empresarial.
No hace mucho -y como siempre ocurre por esta época- la clientela dominical de las parroquias se vio engrosada por un público no del todo convencional: jóvenes cercanos a los 18 años que, a pesar de su decidida apariencia de paganos, repetían las oraciones con toda unción, y que luego, después de tomar solemnemente la comunión, reflexionaban en sus puestos como si fueran cartujos filósofos dispuestos a componer el mundo con su sola devoción mental. Pero se trata de una realidad fácilmente explicable: toda aquella seráfica juventud poco o nada tenía que ver con esos ejércitos de adolescentes enloquecidos con el venerable y difunto Juan Pablo II, sino que allí estaban los asustadizos bachilleres que se disponían a marchar, al otro día, al patíbulo de un examen de admisión universitario.
Desastres invernales en El Poblado son ahora más factibles
De la edición impresa (Edición 307)
La ciudadanía reportó 171 puntos de posible riesgo ambiental en esta comuna. Metrorío los analizó.
El Poblado aun está lejos de vivir una tragedia de grandes proporciones causada por los deslizamientos que normalmente se presentan en la temporada invernal, pero el riesgo, según consideran en la Subsecretaría de Metro Río, se ha incrementado a causa de las construcciones que se adelantan en las laderas. También señalan otro problema adicional, el irrespeto de algunas construcciones por los retiros que deben conservar con relación a los lechos de las quebradas, “que no es exclusivo de las zonas nororiental y noroccidental, sino que también se presenta en El Poblado”, afirma la subsecretaria Lida Patricia Giraldo.
Solo falta usted… De la edición impresa (Edición 307)Inicialmente 13 instituciones se han vinculado a la jornada del día de no carro: 8 Universidades:...
Las obras del Museo de Antioquia... una visita guiada
Dama colombiana (Ed. 307)
Textos de Carlos Arturo Fernández, profesor deArtes de la Universidad de Antioquia y miembro del Consejo de Curaduría del Museo de Antioquia, para Vivir en El Poblado.
Las obras del Museo de Antioquia... una visita guiadaDama colombiana (Ed. 306)Textos de Carlos Arturo Fernández, profesor deArtes de la Universidad de Antioquia y...
Esas escenas bucólicas salidas de su pincel parecen reflejar un mundo que queda bastante lejos de El Poblado altamente urbanizado de hoy, pero no. Él, que provisto de una cámara fotográfica análoga, de las de antes, ha recorrido las riberas, despertando con ello la sospecha de los vigilantes de las unidades residenciales, da fe de que esas escenas aun existen entre nosotros, las fotografía y luego las pinta en sus cuadros. Lo que pasa, dice, es que cuando uno pasa en el carro no las ve. “Es importante rescatar las quebradas, que haya por donde caminar, pero quizá a las urbanizaciones esto les da miedo”.
En algún año desastroso de mi vida (aquel en que el DIM perdió el título por sólo un milímetro) me vi con una mano enyesada y traspasada por un alfiler gigantesco, y con una espinilla hecha una miseria, abierta en una herida cuyo recuerdo me será perenne, e hinchada hasta el extremo de obligarme a ir con pantaloneta a la universidad. Pues bien, buscando cumplir con los deberes que allí se me asignaron, fui con mi cruz a la Biblioteca Piloto y, allí, un funcionario criado bajo sabe Dios qué extraños preceptos morales estuvo a punto de echarme a patadas, pues a juicio suyo yo había cometido el horrible delito de estar en un templo de libros con las piernas al desnudo. Al final, quizá porque una mancha café pugnaba por salir desde dentro de la gasa, aquel Cancerbero, ceñudo, dio media vuelta sin insistir más, dejándome a mí la tarea de entender que podía quedarme y a él la refrescante convicción de saberse un hombre magnánimo.
Patricia Rojas La indudable labor realizada por Luis Alberto Moreno, al frente de la estratégica Embajada de Colombia en los Estados Unidos, no tiene precedentes en la reciente historia de nuestro país.
Caminaba por ahí un día de estos, y cuando alcancé el extremo de una acera vi que desde el opuesto se acercaba una criatura extraña: vestía como un hombre normal -incluso con más elegancia que la de un transeúnte promedio: llevaba corbata y camisa de manga larga, aunque con una combinación de colores más propia de un cajero de banco que de un ministro-, pero se comportaba como un primate arborícola descendido a la tierra: acompañaba sus zancadas con movimientos caprichosos de sus manos y su boca; evoluciones que también parecían las de un malabarista jubilado, a quien le ha quedado la manía de lanzar y aparar naranjas que no existen. De vez en cuando, aquel engendro se llevaba la mano a un carrillo, como si en él le estorbara alguna verruga o un bolo de comida a medio masticar. En algún momento, estando muy cerca de él, vi que una masa extraña -un animal parásito o algo así- se adhería efectivamente a una de sus mejillas. A cinco metros de distancia vi que, como un tarado, el simio hablaba solo. Cuando apenas nos separaban dos pasos supe la estúpida verdad: era un hombrecito novelero hablando por un celular “manos libres”.
Las obras del Museo de Antioquia... una visita guiada
Homenaje al trabajo (Ed. 305)
Textos de Carlos Arturo Fernández, profesor deArtes de la Universidad de Antioquia y miembro del Consejo de Curaduría del Museo de Antioquia, para Vivir en El Poblado.
Con los recursos del presupuesto participativo se le enseñará a las comundiades que se asientan en las orillas de seis de las más importantes quebradas de El Poblado la manera en que deben cuidarlas. El personal encragado de las charlas está integrado por jóvenes bachilleres y profesionales del sector.
Una mirada crítica a la frase que le atribuye a Medellín el ser una ciudad limpia, con un recuento de lo que ha sido el manejo de las basuras en décadas recientes. Al mismo tiempo, una reflexión sobre el papel no siempre bien ponderado que cumplen los recicladores en la cadena del manejo de los desechos, y también un llamado a reciclar por sus benefciios económicos y por supuesto ecológicos.
Las obras del Museo de Antioquia... una visita guiada
Navegante número 2 (Ed. 304)
Textos de Carlos Arturo Fernández, profesor deArtes de la Universidad de Antioquia y miembro del Consejo de Curaduría del Museo de Antioquia, para Vivir en El Poblado.
Catalina Estrada Por: Nicolás EstradaDe la edición impresa (Edición 303)Observar los trabajos realizados por Catalina Estrada es como sumergirse en un hermoso mundo de...
Las obras del Museo de Antioquia... una visita guiada
Les fureurs l’espirit (Ed. 303)
Textos de Carlos Arturo Fernández, profesor deArtes de la Universidad de Antioquia y miembro del Consejo de Curaduría del Museo de Antioquia, para Vivir en El Poblado.
Las obras del Museo de Antioquia... una visita guiada
La silla (Ed. 302)
Textos de Carlos Arturo Fernández, profesor deArtes de la Universidad de Antioquia y miembro del Consejo de Curaduría del Museo de Antioquia, para Vivir en El Poblado.
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