MOSTRANDO LOS RESULTADOS PARA:

La tacita de plata


La tacita de plata

De la edición impresa (Edición 304)

Una mirada crítica a la frase que le atribuye a Medellín el ser una ciudad limpia, con un recuento de lo que ha sido el manejo de las basuras en décadas recientes. Al mismo tiempo, una reflexión sobre el papel no siempre bien ponderado que cumplen los recicladores en la cadena del manejo de los desechos, y también un llamado a reciclar por sus benefciios económicos y por supuesto ecológicos.

Sopita patoja de nonato


Sopita patoja de nonato

De la edición impresa (edición 302)

Doña Gula estuvo paseando por los lados de Popayán, y allí, en una de las ciudades con la aristocracia más tradicional de Colombia, realizó una incursión por los comedores de una popular galería, en la que encontró un plato sumamente exquisito. La sopa en cuestión, dice Doña Gula, es tan agradable a la vista y al gusto que podría figurar sin problemas en el menú de restaurantes de mucha alcurnia.

Cuando gritar es peor que pegar


Cuando gritar es peor que pegar

De la edición impresa (Edición 298)

Los padres les levantan la voz a sus hijos mucho más de lo que les levantan la mano. Pero algunas palabras pueden tener un impacto tan perjudicial como lo tienen los golpes.

Una madre como las que se ven por las zonas de juegos de los centros comerciales los fines de semana, a gatas persiguiendo a sus hijos, es una víctima fácil de los gritos como herramienta de crianza. El padre camina unos pasos atrás y en vista de la actitud de la criaturita (que ignora olímpicamente a su madre), le llama la atención con voz recia. Se les ve en la cara y en sus gestos (a los padres), que están al borde del grito. Probablemente estén cansados de tener que decir todo 5 veces, por eso a la sexta, la voz sube de tono, y si no fuera porque no están en casa, el grito sería de narrador de fútbol.

Los escribe una mujer guajira: elogios para su cocina


Los escribe una mujer guajira: elogios para su cocina

De la edición impresa (Edición 296)

Mi correría por el Caribe me sigue dando tema para esta columna, y boba sería si después de pasar a vuelo de pájaro por la hermosa Guajira no fuese capaz de referirme de alguna manera a esta exuberante región de Colombia. Y digo a vuelo de pájaro porque definitivamente para conocer en profundidad una región como esta se necesita vivir en ella al menos un invierno y un verano.