Puede usar la casilla de consulta de la Registraduría que hay en esta página para averiguar cuál es su lugar actual de votación. La veracidad de esa consulta es responsabilidad de la Registraduría Nacional del Estado Civil.
Un día en Explora con los astronautas del Discovery
¿Ha imaginado lo que ocurre en la intimidad de un vuelo espacial?: aprender a caminar, sujetar la comida y hasta los zapatos, asearse sólo con una toalla húmeda, ver salir el sol 16 veces al día. ¿Cómo es la vida cotidiana de un astronauta en pleno vuelo? Los tripulantes de la nave espacial Discovery, Misión STS-120, estuvieron en marzo de 2008 en el Parque Explora, en la inauguración del segundo año del programa de divulgación “Ciencia en Bicicleta”.
Más de 600 niños, adolescentes, jóvenes universitarios y docentes, recibieron calurosamente a Stephanie Wilson, George Zamka Pérez -de origen colombiano-, Paolo Nespoli y Douglas Wheelock. Los acompañó también el ingeniero colombiano de la NASA Jaime Forero. La jornada, que empezó a las 8:30 de la mañana con una conferencia que incluyó imágenes privadas del vuelo, permitió que los astronautas no sólo expusieran sus historias, también jugaron con los asistentes en las experiencias interactivas del Parque.
Por: Ana Cecilia Ochoa Acosta, directora de Comunicaciones de Parque Explora.
Queridos lectores de Vivir en El Poblado, estamos felices por empezar la nueva sección: Cambia Tu. Escribiremos un artículo al mes y queremos que el contenido conteste las inquietudes que tengan. Hemos habilitado el correo [email protected] donde ya pueden empezar a enviar sus preguntas. En Cambia Tu sabemos que la vida es para disfrutarla. Sabemos que cada persona crea su propia experiencia y por lo tanto nuestro objetivo es enseñar a través de conferencias, cursos y consejería individual para que lo logren. La mayoría de las personas viven de una manera automática, en respuesta al día a día. En Cambia Tu sabemos que la vida se construye de adentro hacia fuera y que cuando cambiamos, nuestro entorno también lo hace. Vivir la vida de una manera deliberada significa que definimos lo que deseamos, estamos atentos a las señales que recibimos y hacemos los cambios necesarios.
Abrir la mente
“No creas nada, no importa dónde lo leíste o quién te lo dijo, no importa si yo lo he dicho, a menos que esté de acuerdo con tu propia razón y tu propio sentido común”: Buda. Muchos de los temas en esta sección pueden ser nuevos para ustedes y queremos pedirles que sólo se abran a la idea de ser los creadores deliberados de sus vidas. Cuando abres la mente empiezas a ver evidencia, que se convierte en creencia, hasta que finalmente se transforma en saber.
Ley de la Atracción En esta primera sección de Cambia Tu, queremos hablar de La Ley de la Atracción, una Ley Universal que dice que las cosas que se parecen se atraen. Frases como: “Dios los hace, y ellos se juntan”, o “el que con abejas se junta, miel se le pega”, demuestran la presencia de esta ley. ¿Alguna vez se han levantado con el “pie izquierdo”, se tropiezan al entrar al baño, alguien parquea el carro detrás del de ustedes y no pueden salir del tráfico? O por el contrario ¿Recuerdan esos días donde todo sale muy bien?. Bueno, pues eso no es coincidencia, es la Ley de la Atracción, que coordina todo. Las personas emitimos vibraciones a través de lo que sentimos al igual que todas las cosas. Esto se podría entender como una antena, que envía información a través de ondas y el radio de nuestro carro se sintoniza con ellas. Debemos sintonizarnos con lo que deseamos y no con la falta de lo que deseamos. No puedes hablar de pobreza y esperar riqueza.
La Tarea Al final de cada sección les propondremos una tarea para cada mes. Esta vez la idea es que observen la relación entre lo que piensan y sienten, con lo que están viviendo. Observen ¿de qué temas habla ese amigo al que todo le sale bien? Observa si tu amiga soltera siempre habla de los pocos hombres que valen la pena. Observa cómo esa persona que tiene unos kilos de más, siempre está hablando de hacer dieta. Abre la mente y empezarás a ver evidencia de la Ley de la Atracción. Carolina y Mauricio para Cambia Tu Visítanos en www.cambiatu.com
Taller de Grabado Por medio del poder del grabado se ha creado una escuela del conocimiento y animación sobre la gráfica contemporánea. Taller de Grabado, uno de los proyectos artísticos más significativos en Colombia en las últimas décadas, ilustra las últimas cinco ediciones de Vivir en El Poblado.
Escuela artística que cumple 25 años Por medio del poder del grabado se ha creado una escuela del conocimiento y animación sobre la gráfica contemporánea. Taller de Grabado, uno de los proyectos artísticos más significativos en Colombia en las últimas décadas, ilustra las últimas cinco ediciones de Vivir en El Poblado. Las obras de Ricardo Peláez y Luis Fernando Mejía, fundadores, se sumaron a otros artistas como, José Antonio Suárez y Jorge Julián Aristizábal, quienes realizan su obra gráfica en el taller. Ángela María Restrepo, actual directora, construye su obra artística en este espacio desde que cambió su nombre a Taller de Grabado La Estampa, hace 13 años. Ella celebra junto a todos los artistas, el cumpleaños número 25 de este proyecto, que sigue adelante con su labor de exposición y educación a las nuevas generaciones. El teléfono del taller es el 268 7273.
El Puer Aeternus (en latín eterna juventud) es un símbolo que habla de la curiosidad insaciable, la velocidad de la conciencia que permite las múltiples conexiones, el deleite, la riqueza, la intoxicación y la fantasía, que producen aquel sentimiento de omnipotencia típico de la adolescencia. Este debe ir de la mano con su polaridad opuesta: el Senex (Hombre viejo en latín). En la experiencia humana, juventud y maduración deber estar juntas complementándose. No obstante en nuestra época la maduración, los ciclos del tiempo, el desarrollo organizado, la asunción de la vida con sus claroscuros y la aceptación de la propia sombra y límite, características propias del símbolo del Hombre Viejo, han sido excluidas. No hay lugar para la vejez, ni para la madurez entendida en el sentido pleno de la palabra. Todos queremos juventud; los rastros de la enfermedad, la vejez y la muerte se esconden tras los quirófanos, los mundos virtuales y la desatención de las personas, y con ellos la posibilidad de vivir una vida plena y acercarse a la sabiduría de ajustarse a las formas y ritmos de la vida. El mito de Ícaro, quien vuela con alas de cera hacia el sol, ilustra el destino del Puer cuando se polariza y desconecta del Senex, su contraparte. Ícaro encuentra su destrucción al estrellarse con la realidad terrena. Este mito nos es cercano, dado que los atributos de la adolescencia se han cristalizado como ideal absoluto en nuestra cultura. En tanto que absoluto y unilateral, lo considero un ideal embustero, que promete mucho y puede ofrecer poco. Y que trae consigo varios impasses para adolescentes que ya no pueden vivir su situación como un tránsito, sino que quedan atrapados en las múltiples paradojas de este ideal. En primer lugar queda atrapado el cuerpo en una imagen que lo anula y enajena; entre los quirófanos, las salas de spinning y los sanitarios donde se vomitan las “peligrosas calorías”, se desliza el sufrimiento de no poder vivir en paz con el propio organismo y padecer la imagen del espejo como una amenaza que persigue. Por otro lado está la vivencia de un tiempo vertiginoso en términos de progreso, interacciones, aprendizajes y actualizaciones. Un tiempo que no deja respirar, ni escuchar los sabios ritmos del organismo y la digestión. El resultado final es la experiencia de haber vendido el tiempo, empeñado la vida y asumido la posición incomoda de verse siempre postergado, desactualizado, enlentecido. También padecimientos ligados al deseo, motor de la experiencia humana, que cuando no encuentra límites, ni conciencia, ni responsabilidad, nos ata a una interminable cadena de insatisfacción. El adolescente consumista entrega su libertad, se hace esclavo de su forma de desear. Se exilia en una eterna insatisfacción que crece con cada deseo que logra satisfacer. Por otro lado encontramos a la anoréxica que desea una nada que la conduce a la muerte, como si ese deseo de vacío la liberara de los barrotes de una insatisfacción crónica de un deseo imposible. Y están también los paraísos artificiales. La compulsión a evadirse de la realidad y habitar mundos alternativos, pero estériles y fatales es parte de su experiencia. Muchos jóvenes se encierran en mundos químicos, informáticos y lúdicos. Mundos que desvían sus ojos de la realidad que lo llama a crecer y madurar enfrentando múltiples crisis vitales. Falta de fuerza, vacío existencial, contactos lánguidos, deseos imposibles, postergación y desborde, ilusión, soledad e irrealidad son las promesas del lado sombrío de nuestra época. Por eso frente a la imagen absoluta del Puer Aeternus, hay que oponer la imagen del Anciano de los Tiempos, que en sus arrugas y su cuerpo flácido, no guarda otra cosa que el secreto de una vida consumada. Así podremos gozar las delicias de la juventud, sin perder en ello la vida, cuyo flujo no nos espera en su camino a la plenitud, en caso de que le volteemos la cara.
Son los paisajes de la destrucción, del irrespeto a la naturaleza, que, bien vale la pena recordarlo, ha sido uno de los resultados del uso indiscriminado e irracional de aquella hacha que llevamos en las manos porque en el cuello nos pesa
Por Carlos Arturo Fernández U.
La cultura regional, en su búsqueda de una identidad propia, encontró en el paisaje uno de sus pilares, sobre todo desde finales del siglo 19, con logros significativos en la plástica y en la literatura. Pero muchas veces a lo largo del último siglo el paisaje dejó de ser un territorio de interpretación cultural y se convirtió en una estrategia de reconocimiento, una especie de marquilla que identificaba a los artistas amantes de la antioqueñidad. En el arte nunca es posible hacer generalizaciones y, por eso, aquí se reconoce la importancia de lo regional, siempre que no cae en fáciles dogmatismos sino que se formula en una dimensión crítica y problematizadora. En este sentido, Rodrigo Callejas (Medellín, 1937) es uno de los artistas que marca de forma más definitiva el arte en Antioquia; y como se ha sostenido con frecuencia que el hombre se hace universal a partir de su propio patio, se puede afirmar que ese aporte se extiende, por lo menos, al contexto del arte nacional. “Paisaje agredido”, de 1993, es todo lo contrario de un ilusorio panorama bucólico como el que pretendieron imponer los artistas de la marquilla de la antioqueñidad. Por el contrario, Rodrigo Callejas prefiere un lenguaje más directo que nos hace reconocer en el paisaje otra cara menos bella, pero quizá más verídica y hasta sublime; son los paisajes de la destrucción, del irrespeto a la naturaleza, que, bien vale la pena recordarlo, ha sido uno de los resultados del uso indiscriminado e irracional de aquella hacha que llevamos en las manos porque en el cuello nos pesa. Por otra parte, Rodrigo Callejas sabe que este no es un problema que se pueda limitar a un simple juego temático sino que tiene consecuencias sobre nuestra relación con el mundo. Y si el arte se nos presenta como una de las formas básicas a través de las cuales manifestamos esa relación, resulta evidente que es el arte en todas sus dimensiones el que resulta afectado. En otras palabras, cuando Rodrigo Callejas se enfrenta a la pintura de un paisaje que exprese este tipo de realidad sabe que, junto con la naturaleza, hemos destruido también la armonía del arte clásico. Por eso, “Paisaje agredido” no es una pintura que, como en la tradición, quiera representarnos una visión total de la realidad; al contrario, debe contentarse con una serie de fragmentos pintados al óleo, una acumulación de telas colgadas, de distintas dimensiones, cuya presentación más o menos completa depende de las condiciones de tiempo y lugar, como un alegato que se amplía o contrae según las circunstancias. Por lo demás, esta versión simultánea y coherente de la naturaleza y de la pintura convierte a Rodrigo Callejas en precursor de los debates ecológicos a través de la producción artística, que hoy hacen patente la función social del arte.**** Rodrigo Callejas ha sido Maestro como creador y como docente, lo que permite insistir en la importancia de la educación artística. Vale la pena visitar en el MAMM la exposición “Académica” que reune trabajos de los estudiantes más destacados de la la ciudad en los campos de las artes plásticas y visuales, del diseño gráfico, de modas y de espacios, de escenarios y de la arquitectura. Es la posibilidad de aproximarse hoy a quienes pueden llegar a ser los grandes creadores de mañana. Museo de Arte Moderno, sede Carlos E. Restrepo, hasta el 29 de noviembre.
Son los paisajes de la destrucción, del irrespeto a la naturaleza, que, bien vale la pena recordarlo, ha sido uno de los resultados del uso indiscriminado e irracional de aquella hacha que llevamos en las manos porque en el cuello nos pesa
Por Carlos Arturo Fernández U.
La cultura regional, en su búsqueda de una identidad propia, encontró en el paisaje uno de sus pilares, sobre todo desde finales del siglo 19, con logros significativos en la plástica y en la literatura. Pero muchas veces a lo largo del último siglo el paisaje dejó de ser un territorio de interpretación cultural y se convirtió en una estrategia de reconocimiento, una especie de marquilla que identificaba a los artistas amantes de la antioqueñidad. En el arte nunca es posible hacer generalizaciones y, por eso, aquí se reconoce la importancia de lo regional, siempre que no cae en fáciles dogmatismos sino que se formula en una dimensión crítica y problematizadora. En este sentido, Rodrigo Callejas (Medellín, 1937) es uno de los artistas que marca de forma más definitiva el arte en Antioquia; y como se ha sostenido con frecuencia que el hombre se hace universal a partir de su propio patio, se puede afirmar que ese aporte se extiende, por lo menos, al contexto del arte nacional. “Paisaje agredido”, de 1993, es todo lo contrario de un ilusorio panorama bucólico como el que pretendieron imponer los artistas de la marquilla de la antioqueñidad. Por el contrario, Rodrigo Callejas prefiere un lenguaje más directo que nos hace reconocer en el paisaje otra cara menos bella, pero quizá más verídica y hasta sublime; son los paisajes de la destrucción, del irrespeto a la naturaleza, que, bien vale la pena recordarlo, ha sido uno de los resultados del uso indiscriminado e irracional de aquella hacha que llevamos en las manos porque en el cuello nos pesa. Por otra parte, Rodrigo Callejas sabe que este no es un problema que se pueda limitar a un simple juego temático sino que tiene consecuencias sobre nuestra relación con el mundo. Y si el arte se nos presenta como una de las formas básicas a través de las cuales manifestamos esa relación, resulta evidente que es el arte en todas sus dimensiones el que resulta afectado. En otras palabras, cuando Rodrigo Callejas se enfrenta a la pintura de un paisaje que exprese este tipo de realidad sabe que, junto con la naturaleza, hemos destruido también la armonía del arte clásico. Por eso, “Paisaje agredido” no es una pintura que, como en la tradición, quiera representarnos una visión total de la realidad; al contrario, debe contentarse con una serie de fragmentos pintados al óleo, una acumulación de telas colgadas, de distintas dimensiones, cuya presentación más o menos completa depende de las condiciones de tiempo y lugar, como un alegato que se amplía o contrae según las circunstancias. Por lo demás, esta versión simultánea y coherente de la naturaleza y de la pintura convierte a Rodrigo Callejas en precursor de los debates ecológicos a través de la producción artística, que hoy hacen patente la función social del arte.**** Rodrigo Callejas ha sido Maestro como creador y como docente, lo que permite insistir en la importancia de la educación artística. Vale la pena visitar en el MAMM la exposición “Académica” que reune trabajos de los estudiantes más destacados de la la ciudad en los campos de las artes plásticas y visuales, del diseño gráfico, de modas y de espacios, de escenarios y de la arquitectura. Es la posibilidad de aproximarse hoy a quienes pueden llegar a ser los grandes creadores de mañana. Museo de Arte Moderno, sede Carlos E. Restrepo, hasta el 29 de noviembre.
Del “ensayadero” en un amplio sótano de la casa de Sara, la vocalista, a la tarima que los espera en la Cancha Auxiliar del Estadio Cincuentenario el próximo puente festivo hay mucho trecho. Lo más cercano a eso sucedió el pasado mes de junio durante un concierto en el Parque de El Poblado durante la Fiesta de la Música, evento organizado por la Alianza Francesa que tiene buena convocatoria del público en general. Hoy, Alejandro y Pablo, iniciadores del proyecto musical hace dos años, ven con sorpresa pero con orgullo de su talento, como Mr. Bleat fue tomando forma mientras incluían en su idea a Sara y a Matías, todos estudiantes de música comprometidos e identificados con el concepto que querían desarrollar. Comenzaron con pocos instrumentos, tocando en fiestas de arte que algunos amigos realizaban y los invitaban; ni se imaginaban ni les importaba tocar como una banda entera en vivo, hasta que con el aporte de los nuevos integrantes, fueron seleccionados por la revista Shock entre grupos de todo el país a asistir al Festival Grita Rock de Manizales, un presagio para lo que vendría. Actualmente se encuentran grabando un disco con cinco canciones, las cuales seguro retumbarán en el Altavoz este lunes festivo 12 de octubre, a partir de las 4:30 p.m., en la Cancha Auxiliar del Estadio Cincuentenario, cerca a la estación Universidad del Metro.
Con estilo propio Todos estudian música, realizan las composiciones y buscan un sonido único, tal vez por eso clasificaron al festival en la categoría Otras Tendencias. Al escucharlos, es difícil determinar a qué género musical pertenecen, como ellos mismos reconocen. “Es difícil que entremos en un género único, podemos decir que hacemos rock y utilizamos muchos elementos de la electrónica. Tenemos voces con estilo punk y muchas influencias del rock británico y de la electrónica francesa como el electro y el dance”, comentan Alejo y Pablo. Cuando están en escena, se preocupan por no realizar el concierto típico sino acompañarlo de un buen performance con audiovisuales, y combinar las mezclas electrónicas que ellos mismos hacen con la percusión, los teclados, la guitarra eléctrica, el bajo y la aguda voz de Sara, rotando entre ellos por diferentes instrumentos.
Tres días de música y convivencia El Festival Internacional Altavoz es organizado por la Alcaldía de Medellín a través de la Secretaría de Cultura Ciudadana, y por él ya han pasado importantes bandas internacionales como La Maldita Vecindad, Sepultura, Bersuit Vergarabat, Violadores del Verso y Resorte entre otras. Hay bandas nacionales invitadas, las locales deben pasar una etapa clasificatoria, en conciertos de diferentes géneros y con expertos que conforman el jurado que escoge a los privilegiados que van a tocar en el festival. Este año, la programación va desde el sábado 10 de octubre hasta el lunes festivo 12 en la Cancha Auxiliar del Estadio Cincuentenario. El sábado sobresalen bandas como Grito a las 12:45 p.m., seguido por Nadie y Fértil Miseria. Finalizando la tarde, a eso de las 6:45 p.m., La Pestilencia aparecerá con sus éxitos de los años 90 para darle paso al metal y a las bandas Exodus y Kreator, grupos que le dan fuerza al cartel internacional en esta versión. El domingo el espacio será para el hip hop con Izaya 103, Laberinto E.L.C., y la banda mexicana Instituto Mexicano del Sonido. También habrá reggae con Providencia y De Bruces a Mi entre otros. El Lunes será con algo de punk, ska y otras tendencias, con grupos como Tom Sawyer, Mr. Bleat, Mojiganga y la banda mexicana Fobia.
Estamos mejorando… Comparto con los lectores mi evaluación de los sitios visitados, la que podría ser sesgada o incompleta pues obedece a mis criterios personales y a una sola visita a cada uno de ellos
Después de casi dos años regresé a Medellín. Fue una visita corta que me permitió formarme una idea aproximada, pero naturalmente incompleta, de los cambios realizados durante el tiempo que estuve fuera de la ciudad. La nota positiva, para mí, es la vitalidad que muestran la ciudad y sus gentes, representadas en aspectos como por ejemplo: los nuevos teleféricos que comunican al metro con comunas enclavadas en medio de las laderas que circundan la ciudad; las nuevas escuelas o bibliotecas que han traído un cambio profundo en las actividades de las personas que habitan su área de influencia; las vías de comunicación que se han puesto en servicio o modificado; y para no extenderme, las nuevas edificaciones para oficinas o viviendas emplazadas a lo largo y ancho del valle y áreas circundantes. La ciudad, sus calles y edificios continúan siendo limpios, lo que compara muy favorablemente con otras ciudades del país o del exterior. Capítulo aparte merece la limpieza y orden del metro y sus estaciones, que superan en estos aspectos a otras ciudades que conozco. Para terminar esta parte del artículo, señalo como algo extremadamente positivo la identificación que observé respecto a su lugar de trabajo en personas de las escuelas, bibliotecas y metro, que me hablaron de ellos con sumo orgullo y cariño. Me quedó una pregunta: por qué son tan costosos los peajes en las vías que conducen al área de Rionegro y aeropuerto, y por qué se permiten peajes diferentes para zonas muy cercanas entre sí (carretera Sancho Paisa aeropuerto – carretera Sancho Paisa la Fe y carretera Envigado la Fe), situación que yo sepa es única en zonas donde existe dicho cobro. Observé también un bienestar creciente, representado para mí – con respecto a los temas específicos de ésta columna – en la muy amplia oferta de productos frescos y procesados que se encuentran en las plazas y supermercados, acompañados por un incremento sustancial en la oferta de vinos y licores de diferentes procedencias y con precios competitivos respecto a sus países de origen, algo realmente extraño es que en un país con acceso a dos océanos la oferta de pescados y mariscos sea fundamentalmente de producto congelado con casi o ninguna presencia de producto fresco. Los supermercados de las diferentes cadenas cuentan con amplios pasillos que le facilitan las compras a los clientes y hacen más placentera la visita, a esto lo complementan un número adecuado de cajas registradoras que evitan congestiones en el momento de terminar la compra; cuando visité a “Casablanca” en la zona de las partidas hacia el aeropuerto me sentí en algunos momentos en Estados Unidos y otros en algunos países de Europa; en mi opinión es un lugar que merece conocerse y disfrutarse y que para mí hace un gran aporte a la cultura gourmet de la ciudad. Tuve oportunidad de visitar y ser atendido en varios restaurantes o sitios más sencillos de venta de comida en Medellín mismo, en las zonas aledañas al aeropuerto de Rionegro y finalmente en Guatapé, en ellas tuve experiencias de todas clases: desde la excelencia en la trilogía cocina-servicio-ambiente, hasta una deficiencia importante en algunos o todos estos criterios. A continuación comparto con los lectores mi evaluación de los sitios visitados, la que podría ser sesgada o incompleta pues obedece a mis criterios personales y a una sola visita a cada uno de ellos. Para mi gusto, la excelencia en los tres criterios de calificación la encontré nuevamente en “Casa Molina”, con su maravilloso servicio de nueve platillos cada uno más intrigante que el otro en cuanto a sabor, cocción y calidad de la preparación; la descubrí también en el impactante restaurante “In Situ” del Jardín Botánico con su cocina mediterránea y en un sitio pequeño de El Poblado denominado Milagros, con novedosos platos de la cocina mexicana. En el renglón siguiente calificaría a “Hato Viejo” y a “El Herbario”, pero hago notar al lector que el 80% del pedido estuvo cocinado y servido a la perfección pero en un 20% hubo deficiencias en la carne ofrecida a uno de los comensales de nuestra mesa: dura y sin sabor, tema que refiero a sus dueños o administradores para que evalúen si se trata de casos fortuitos o de algo permanente que merecería ser corregido. A continuación y como muy buenos yo calificaría a “El Almanaque”, cerca al aeropuerto en la vía que parte desde Sancho Paisa, sitio sencillo, con comida hogareña de muy buena factura y que nos deleitó con los mejores jugos de fruta fresca; a “Mi Buñuelo”, en Llanogrande – impecables buñuelos recién hechos iguales o mejores que los que yo comía hace 20 años en esta cadena, acompañados de una naranjada, manjar que hace muchos días no probaba; y a “Mulata Criolla”, de Plaza Mayor – gigantescas y maravillosas ensaladas preparadas con productos frescos y de primera calidad. La calificación más baja se la asignaría a “La Hostería de los Recuerdos” de Guatapé. Sitio localizado en un lugar privilegiado sobre el embalse del Peñol, con un buen servicio y que ofrece una carta que me pareció similar a la que encontraba hace 20 años en los restaurantes de Medellín, con precios moderadamente altos y al final con una calidad de cocción y presentación que para mi no se condicen con los precios pagados. En resumen, encontré en esta oportunidad un nivel superior, respecto a visitas anteriores, en cuanto a la calidad de cocción servicio y ambiente en aquellos restaurantes que visité. El incremento de la oferta hace la evaluación de los restaurantes de una ciudad como Medellín un verdadero pero interesante desafío, pero a riesgo de equivocarme, me parece que su calidad en comida, servicio y ambiente general ha mejorado notablemente, lo que indicaría un mayor profesionalismo por parte de los responsables de los restaurantes y una mayor exigencia y sofisticación por parte de los clientes; pero quiero dejar en claro que en mi opinión todavía queda camino por recorrer para lograr tener un polo gastronómico de referencia nacional o internacional.
Después de 30 años promoviendo el arte contemporáneo en distintas manifestaciones, el Museo llega con todas sus propuestas al megaproyecto Ciudad del Río, en un espacio que la Alcaldía de Medellín le entrega en comodato como parte del Plan de Desarrollo Local, en su Componente Arte y Cultura, que seguramente le traerá muchos beneficios a la ciudad y especialmente a los habitantes de El Poblado. El Mamm ocupará el antiguo edificio de Talleres Robledo, construido en los años 30 por Félix Mejía A., en el que se adelantaron actividades industriales relacionadas con la empresa siderúrgica. Independiente del valor cultural, el nuevo uso de la edificación demuestra un respeto como espacio arquitectónico, con memoria histórica para ahora darle dinamismo a través de la cultura. La nueva casa del Mamm contará con 6.800 m2 (2.900 m2 construidos) conformados por cuatro salas de exposición, la Tienda de Objetos Mamm y el restaurante Bonuar de cocina creole. Sobre la conocida sede en el barrio Carlos E. Restrepo, el Mamm informa que seguirá operando como sede alterna del Museo. Allí los visitantes encontrarán exposiciones hasta enero de 2010 y posteriormente se seguirán realizando eventos especiales para aprovechar sus instalaciones.
Desde el 4 de noviembre Desde ese día el Museo de Arte Moderno comienza a abrir sus puertas al público con la exposición experimental “1:1 venga-inter-venga” de Máximo Flórez, artista bumangués que plantea una solución simple y recursiva para habitar el espacio del Museo transformándolo desde el vacío, invitando al público a interactuar con el espacio. La programación del primer mes también incluirá Conversaciones en el Mamm, la apertura de los espacios comerciales y una conferencia en el restaurante Bonuar con la historiadora Diana Uribe y la chef Sofía Gaviria, quienes hablarán del valor y la influencia de las negritudes en el arte y la gastronomía contemporánea. El 13 y 17 de noviembre habrá programación musical con El Suiche y la Orquesta Sinfónica de Eafit, respectivamente. También habrá cine, literatura y apertura de otras exposiciones, en un espacio que esperan consolidar a nivel local, nacional e internacional, con una sede con las mejores condiciones logísticas, de infraestructura y museográficas para conseguirlo.
Por más que escribir columnas sea oficio para quisquillosos, hay cosas de las que difícilmente se puede hablar mal. Puesto en la tarea de encontrar uno de esos rosáceos asuntos di con la idea de zurcir algunos párrafos sobre la última Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín. Van, pues, unas líneas optimistas como terapia para el hígado, a las que en todo caso sumo un párrafo escéptico con la idea de balancear el azúcar del plato servido. Poco importa que nuestra feria libresca no tenga la dimensión del gigantesco carnaval bogotano de Corferias: la frescura del Jardín Botánico, con sus senderos ocultos y sus estanques de ranas, compensa con creces lo que es un simple problema de escala. Tengo para mí que el ambiente de aquel pulmón verde del barrio Brasilia hace posible lo que no ocurre en la sede de ninguna otra feria: que uno se sienta tentado a buscar el cobijo de alguna sombra y una cama de flores de guayacán para echarse a leer lo que, como pan caliente, acaba de comprar. El prodigio no es menor: los feriantes profesionales sabrán que, paradójicamente, lo que menos le pasa a uno por la cabeza después de estarse todo el día entre tenderetes de libros es sentarse a leer. Pero allí es pecaminoso resistirse. No menos atractivo que el escenario es el decorado circense de la feria, sembrada de carpas, tiendas con cojines árabes y barcos tripulados por piratas eruditos, y recorrida por gigantones con zancos, payasos estafadores y —según vi— una que otra mujer barbuda. Todo eso neutraliza la atmósfera gris producida por las pipas de los sabios, siempre circunspectos y con la mano derecha prendida a su hirsuto mentón de chivo. No podría ser de otra manera, pues, si los adultos van a la feria inevitablemente ganados por sus incurables manías y obsesiones, nuestros niños precisan aún de un señuelo jugoso que los arrastre a la gran trampa de la lectura. Desde ya me ilusiono pensando que, muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, mi hijo recordará aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer los libros. Donde hay libros hay milagros y fantasía. No de otra manera puede interpretarse el hecho de que en aquel jardín de las delicias corra, caudaloso, un fresco río de cerveza. La cartilla mojigata del gobierno citadino —la misma que proscribió la cerveza del estadio (como si se tratara de una catedral) y la interrupción de embarazos no deseados de la Clínica de la Mujer (como si se tratara de una basílica)— no ha dictado allí sus amarguras, y por eso es posible que, en aquel rincón en que habíamos decidido sentarnos a hojear el libro nuevo, pueda florecer un vaso espumante. Sin embargo, no se descarta que, para la próxima edición de la feria, algún editorial de El Colombiano clame a gritos por el fin de la recompensa que merece todo héroe literario. Quién iba a creerlo, pero la mosca en la leche son los libros. Su abundancia atosiga y desanima, pues el genuino placer de la lectura tiene que ver más con búsquedas imposibles que no con la facilidad de un mercado abierto. Para colmo, a ello se suma la hipocresía comercial con que son ofrecidos los volúmenes, vestidos con la piel de oveja de las “promociones” pero, realmente, hechos con carne de precios lobunos. Editorialistas y libreros han elevado las páginas al altar del esnobismo y, consecuentemente, piden por ellas sumas que no pueden pagar la mayoría de los bolsillos. Por la misma razón, tampoco se esfuerzan en ofrecer cosas singulares, y de ahí que las ferias sean apenas un resumen de las vitrinas que pueden verse desde cualquier bus. Por eso no demoro más la sugerencia: que el próximo año nos dejen apenas con los árboles, los payasos y la cerveza. Después del espectáculo ya iremos, con toda calma, a la biblioteca. [email protected]
El Poblado se prepara para una nueva e interesante etapa en lo relativo al mejoramiento de su infraestructura: ¡Nos mejorarán la movilidad y habrá menos trancones! ¡Subirán los precios de las propiedades! ¡Volveremos a pagar valorización! En toda justicia, vamos a devolverle a la Administración Municipal un dinero más o menos equivalente a lo que nuestras propiedades van a apreciarse gracias a las nuevas obras… O al menos, eso dice la teoría. Se habla de 14 obras que “van a valorizar El Poblado”. De acuerdo, apenas están en estudio y no se sabe con certeza cuáles y en qué orden van a ser ejecutadas. Habrá un espacio amplio para discusión con la comunidad y harán minuciosos estudios socioeconómicos para establecer prioridades y determinar cuánto se cobra y a quién se le cobra. Lo que sí está muy confirmado es que las 14 obras son exclusivamente viales: Empalmes aquí, aperturas allá, prolongaciones más allá, de pronto algún intercambio y, la joya de la corona, la ya famosa obra de la Calle 4 Sur. Esta se trataría de un gran viaducto para comunicar directamente la doble calzada de Los Balsos con la Autopista Sur, la Avenida Regional y la Avenida Las Vegas. Se presume que en El Poblado mejorará ampliamente la movilidad por medio de esta y otras vías arterias, nuevas o reformadas, que le quitarán carga vehicular a La 10, la Avenida El Poblado, Las Vegas, etcétera. Y dice la teoría que gracias a estos flujos mejorados las propiedades aumentarán de precio. No hay duda de que financiar obras públicas por valorización es un recurso válido. Pero sí surgen dudas, y muchas, de que las propiedades vayan a valorizarse. De hecho, podría ser al revés. Veamos por qué: Como han descubierto a su pesar tantas ciudades del mundo, tener más y mejores vías atrae más tráfico y más congestiones, pues estimula a los dueños de vehículos a hacer muchos más viajes que antes. En una zona ya saturada como El Poblado, una vía nueva o mejorada tiene un impacto positivo en la movilidad sólo si no se cruza al mismo nivel con ninguna otra. O sea, que tenga intercambios a desnivel en todos los cruces, lo cual evidentemente no sucederá en muchos años en El Poblado. Y eso sin contar el crecimiento esperado de habitantes y del parque automotor. Y sin contar con la esperanza que tiene (¿tenía?) la Administración de quitar el pico y placa una vez quede lista esta infraestructura. El aumento de tráfico, lejos de valorizar, afecta negativamente a la mayoría de viviendas ubicadas a lado y lado de las vías por las que van a circular más vehículos. Sube notoriamente el nivel de ruido y podría, en lugar de facilitar, dificultar el acceso a numerosas propiedades. En el proyecto no se habla ni una letra de parques ni de aceras, cuya irrebatible ausencia casi total es una de las mayores desvalorizaciones de El Poblado. Se está perdiendo una ocasión única para que la Administración nos demuestre su entendimiento de que una propiedad es más valiosa si está al lado de un buen parque o de amplias aceras, que si está cerca de una vía por la que se movilizan cada vez más vehículos a velocidades -supuestamente- mayores. En épocas pasadas, cuando había pocos habitantes y pocas vías, indudablemente una propiedad ganaba valor cuando se construía una nueva vía que permitía acceder a ella mucho más rápidamente. Pero en estas épocas de saturación, ya casi sin zonas inaccesibles, es –por decirlo suavemente- un concepto muy discutible. De acuerdo, muchas de estas vías hay que hacerlas pronto, ¡pero no será fácil convencernos del aumento de valor!
Después de realizar talleres y foros con comunidades específicas como organizaciones sociales y ambientales, acciones comunales, representación de jóvenes, industrias, sector hotelero, comercial, educativo, y con la comunidad en general, octubre será un mes para revisar conclusiones, sugerencias y demás opiniones recogidas en diferentes encuestas desarrolladas en la ciclovía, unidades residenciales, iglesias, centros comerciales y universidades entre otros. Además, la Unión Temporal Corpoblado, Ces y Esumer, encargada del desarrollo del plan, se reunió con expertos, líderes y urbanistas que conocen la historia de El Poblado, para aprovechar su conocimiento y aplicarlo al proyecto para que sea integral y plantee soluciones de fondo a algunas problemáticas.
Faltó gente En el último conversatorio de convocatoria abierta en la Universidad Eafit la asistencia fue poca. Cerca de seis habitantes, de las decenas de miles que tiene El Poblado, tomaron la vocería para hablar desde su experiencia, de los principales problemas que afronta El Poblado, siendo escuchados por miembros de la Unión Temporal, una persona delegada desde el Departamento de Planeación, Secretaría encargada de realizar la interventoría del Plan de Desarrollo, y algunos ediles que también expresaron sus opiniones. La reunión tenía como meta no sólo la asistencia de residentes de la comuna, sino incluir al sector estudiantil de la Universidad Eafit, la cual se encargó de la convocatoria que finalmente no tuvo un sólo estudiante en la sesión.
Será el plan macro El Plan de Desarrollo de la comuna 14 es el único que falta junto con la Comuna La Candelaria, del Centro, por formularse en la ciudad. Sin desconocer estudios previos como el Plan Especial, el Plan de Ordenamiento Territorial y Para Conocernos, un estudio específico sobre las lomas de El Poblado, la función de la Unión Temporal es integrar dichos estudios al Plan de Desarrollo, que será más global y aparte de cubrir temas de infraestructura y del medio ambiente, también abarcará la recreación, la educación y lo sociológico entre otros aspectos. “Es obligatorio que el Plan de Desarrollo recoja información del POT y el Plan Especial. El de desarrollo debe ir más allá, debe tener lineamientos definidos y proyectos específicos. No se puede hacer una lista de mercado con las opiniones de la comunidad, se deben definir en grandes proyectos en cuanto a espacio público, seguridad o desarrollos empresariales por ejemplo”, comentó Hernando Granados, Codirector del Plan de Desarrollo y un experto por su experiencia con otras comunas de Medellín. María Isabel Londoño, delegada de Planeación Municipal, explicó que “terminado el diagnóstico, pasaremos a una etapa de formulación para plantear soluciones a varios problemas, y finalmente llegará la gestión para ejecutar los proyectos. La idea es que a finales de 2010 todos los planes de desarrollo de Medellín estén en esa etapa”. Finalmente, Granados informó que ya cuentan con la opinión de unas 3 mil personas en El Poblado, pero que falta que muchos piensen en el colectivo y no en el problema particular de cada uno.
Los coeficientes de copropiedad en los edificios o conjuntos constituidos con posterioridad a la Ley 675 o Régimen de Propiedad Horizonal, se determinan para las propiedades destinadas a vivienda. Dice el artículo 26 de esa ley: “Los coeficientes de copropiedad se calcularán con base en el área privada construida de cada bien de dominio particular, con respecto al área total privada del edificio o conjunto. El área privada libre se determinará de manera expresa en el reglamento de propiedad horizontal, en proporción al área privada construida, indicando los factores de ponderación utilizados. Para calcular el coeficiente de copropiedad de parqueaderos y depósitos, se podrán ponderar los factores de área privada y destinación. En cambio para los edificios o conjuntos de uso mixto y en los conjuntos comerciales, los coeficientes de copropiedad se calculan de acuerdo con un valor inicial que represente una ponderación objetiva entre el área privada y la destinación y características de los mismos. Los reglamentos de propiedad horizontal deberán expresar en forma clara y precisa los criterios de ponderación para la determinación de los coeficientes de copropiedad”.
Votos y zonas comunes Los coeficientes determinan qué parte de las zonas comunes le pertenece a los propietarios en común y pro indiviso, es decir que son de todos y que es imposible su división; también la participación en las expensas comunes y en especial, el derecho al voto que tiene cada propietario durante las asambleas. Sobre las votaciones, hay que tener en cuenta la sentencia de la Corte Constitucional C522 de 2002, que establece que en las copropiedades destinadas a vivienda, excluyendo las mixtas y las comerciales o con otro tipo de destinación, el voto de cada propietario equivaldrá a una unidad, por cada bien privado, para decisiones no económicas como la elección del consejo de administración y la reglamentación del uso de los bienes comunes. Para aprobar cuotas extras y decisiones relacionadas con la vida económica de la copropiedad, las decisiones se toman por coeficientes. Según Diego Restrepo, especialista en derecho inmobiliario, “normalmente los administradores no tienen en cuenta esta sentencia o no determinan el coeficiente de copropiedad, o lo tienen en cuenta para cualquier decisión, lo cual podría invalidar las decisiones”.
De un tiempo a la fecha la venta de animales ha regresado a La 10, si es que acaso alguna vez se fue. Muchos lectores habrán podido observar en medio de los agobiantes tacos de la tarde a un muchacho parado con un poni. No lo ofrece, no dice nada, solo se para por ahí con él, como si nada estuviera pasando; sin embargo, cualquier observador atento habrá notado que no siempre es el mismo poni, lo que nos lleva a pensar que quizás, solo quizás, y corremos el riesgo de que se nos tilde de malpensados, quizás no son de él, quizás hay una persona más poderosa dueña de esos animalitos, quizás este muchacho solo los está vendiendo, quizás él solo sea un empleado. Algo parecido puede ser lo que sucede con un par de muchachos que cargan unos cachorros de bóxer por los lados del parque, ante la actitud desinteresada y apática de los policías que charlan dentro del CAI. Y ni se diga de los vendedores de discos con películas de estreno en los cines, pornografía casera e industrial y otras cosas. Esa es La 10 que siempre hemos conocido, a la que no afectan la acción estatal con sus mimos y sus campañas (contra el comercio ilegal de fauna, contra la copia ilegal de películas, música y libros, para mejorar la movilidad y la seguridad vial, por la cultura ciudadana y muchas otras). Y a eso hay que sumarle el horror que es recorrerla a casi a cualquier hora, y no en carro, en el que al menos se pueden subir las ventanas, poner el aire acondicionado y oír un poco de música para aislarse de lo que ocurre afuera, sino recorrerla caminando. Es tanta la contaminación ambiental que en una simple caminada desde el Éxito hasta el parque, el caminante llega con la cara tiznada, los ojos rojos, la ropa sucia y la rinitis alborotada. Claro, hablamos de un caminante joven y en plena forma física. Los niños y los mayores deben pasarla mucho peor. Nadie podría negar que esa es La 10. Podría decirse sí, que Medellín, es mucho más que eso, pero para quien no vive aquí, solo está de paso y no se ha acostumbrado a las cosas con las que nosotros vivimos, este panorama puede parecerle aterrador. Debemos reconocer que existe la posibilidad de otra mirada sobre nuestra ciudad, que lo que a nosotros, Estado y ciudadanos, nos parece normal, no es más que cosas a las que nos hemos acostumbrado, pero que brincan a los ojos de personas que vienen de otras sociedades. La contaminación que estamos viviendo en Medellín es alarmante y otras cosas que también pasan en nuestras calles, como la prostitución infantil o la venta de drogas, no son problemas menores que se oculten detrás de todas las cosas buenas que tenemos y somos. Algo de esa mirada no nos cae mal para ver si algún día nos atrevemos a ponerle remedio a nuestros problemas.
De un tiempo a la fecha la venta de animales ha regresado a La 10, si es que acaso alguna vez se fue. Muchos lectores habrán podido observar en medio de los agobiantes tacos de la tarde a un muchacho parado con un poni. No lo ofrece, no dice nada, solo se para por ahí con él, como si nada estuviera pasando; sin embargo, cualquier observador atento habrá notado que no siempre es el mismo poni, lo que nos lleva a pensar que quizás, solo quizás, y corremos el riesgo de que se nos tilde de malpensados, quizás no son de él, quizás hay una persona más poderosa dueña de esos animalitos, quizás este muchacho solo los está vendiendo, quizás él solo sea un empleado. Algo parecido puede ser lo que sucede con un par de muchachos que cargan unos cachorros de bóxer por los lados del parque, ante la actitud desinteresada y apática de los policías que charlan dentro del CAI. Y ni se diga de los vendedores de discos con películas de estreno en los cines, pornografía casera e industrial y otras cosas. Esa es La 10 que siempre hemos conocido, a la que no afectan la acción estatal con sus mimos y sus campañas (contra el comercio ilegal de fauna, contra la copia ilegal de películas, música y libros, para mejorar la movilidad y la seguridad vial, por la cultura ciudadana y muchas otras). Y a eso hay que sumarle el horror que es recorrerla a casi a cualquier hora, y no en carro, en el que al menos se pueden subir las ventanas, poner el aire acondicionado y oír un poco de música para aislarse de lo que ocurre afuera, sino recorrerla caminando. Es tanta la contaminación ambiental que en una simple caminada desde el Éxito hasta el parque, el caminante llega con la cara tiznada, los ojos rojos, la ropa sucia y la rinitis alborotada. Claro, hablamos de un caminante joven y en plena forma física. Los niños y los mayores deben pasarla mucho peor. Nadie podría negar que esa es La 10. Podría decirse sí, que Medellín, es mucho más que eso, pero para quien no vive aquí, solo está de paso y no se ha acostumbrado a las cosas con las que nosotros vivimos, este panorama puede parecerle aterrador. Debemos reconocer que existe la posibilidad de otra mirada sobre nuestra ciudad, que lo que a nosotros, Estado y ciudadanos, nos parece normal, no es más que cosas a las que nos hemos acostumbrado, pero que brincan a los ojos de personas que vienen de otras sociedades. La contaminación que estamos viviendo en Medellín es alarmante y otras cosas que también pasan en nuestras calles, como la prostitución infantil o la venta de drogas, no son problemas menores que se oculten detrás de todas las cosas buenas que tenemos y somos. Algo de esa mirada no nos cae mal para ver si algún día nos atrevemos a ponerle remedio a nuestros problemas.
Ya van dos meses desde que los funcionarios de la Inspección de Policía que se disponían a restituir el inmueble, debieron devolverse con las manos vacías al ser informados de una Acción de Tutela interpuesta contra el Municipio de Medellín, por parte de la Corporación Taller de la Música por violación al debido proceso, la cual un juez falló en favor de dicha organización. Días después el Municipio impugnó el fallo, pero nuevamente el juez encargado confirmó el dictamen anterior.
Lo que sigue es demanda “Ellos han ido interponiendo procesos jurídicos para no entregar el espacio. Nosotros estamos respondiendo jurídicamente porque esto es una pelea jurídica. Nos hemos reunido con la Junta de Acción Comunal y con la Junta Administradora Local para contar lo que estamos haciendo porque el proceso va a ser muy difícil legalmente; la Alcaldía de Medellín seguirá aplicando la ley y lo logrará, el problema es el tiempo”, declaró la Subsecretaria de Cultura Ciudadana, María Rosa Machado. Marcela Restrepo, abogada de Bienes Inmuebles de la Secretaría de Hacienda, informó que “como el fallo de la segunda instancia confirmó el primero, ya se debe iniciar un proceso judicial, lo que queda es demandar”. La Casa de la Cultura es un espacio que el Municipio le entregó a la Corporación Taller de la Música en comodato desde 1999, con el compromiso de mantener variada programación cultural para la comunidad, independiente de su operación como empresa privada. Además el documento establece que en cualquier momento la Alcaldía Municipal le podrá solicitar el inmueble si lo considera necesario, es decir, lo que han buscado desde hace un año y que no ha sido posible por la negativa de dicha corporación de entregar el recinto.
Es una planta trepadora originaria de la isla de Java que se desarrolla muy bien tanto en exterior como en el interior, en un recipiente adecuado y ojalá no muy pequeño. No le convine el sol directo, habita en zonas de sombra y prefiere atmósferas con humedad. Se reproduce por medio de esquejes, y los vástagos más tiernos desarrollan raíces fácilmente. Trepa contra la superficie de un muro o de los troncos de los árboles, es muy útil para cubrir paredes y elementos que deseemos ocultar a la vista, también se puede utilizar con coberturas. Existen muchas variedades de hiedra, siendo la más llamativa la verde de hoja pequeña y bordes amarillos. Su cultivo es fácil y sencillo. Se da también en una variedad de hojas grandes y bordes dorados o plateados, pero es difícil de cultivar por la exigencia de calor y la propensión al ataque de los pulgones y cochinillas.
Como si se tratara del campeonato más importante de sus vidas, 200 nadadores llegaron a las instalaciones del Club Campestre para disputar el Séptimo Campeonato Nacional Interclubes Master 2009, torneo que a pesar de no estar avalado por la Federación Colombiana de Natación, cada año gana fuerza por la calidad de los clubes allí inscritos y por generar un espacio de convivencia para que diferentes nadadores no pierdan vigencia en lo que ha sido su deporte favorito. En un ambiente de camaradería, jóvenes desde los 21 años hasta adultos de 60 años, compitieron en diferentes categorías durante el fin de semana del 11 al 13 de septiembre, en cuatro jornadas en los estilos: Espalda, libre, pecho, mariposa y relevo. Como en unas olimpíadas, los ganadores fueron múltiples y las carreras iban y venían rápidamente, mientras el locutor anunciaba los nadadores y los ganadores. Nelson Morales, Asistente de Deportes del Club Campestre, destacó el nivel del campeonato: “Tuvimos la participación de 17 clubes del país como Acuamaster, Acuacol, Óptima, Epm, Une y Club Campestre, y dos clubes de Venezuela. Los competidores fueron de todo nivel, es un torneo que cada vez coge más auge gracias a la gran participación”, comentó.
Lo importante fue participar Entre todos los nadadores, Catalina Arcila salía feliz de su prueba de mariposa, una de las más exigentes de la disciplina, reflejando en su rostro satisfacción y alegría por hacer parte del torneo. “Aquí nos encontramos nadadores Máster, la idea es compartir, estar unidos por un deporte y entender que a la edad de nosotros todavía somos capaces de tener mucho espíritu”, dijo la participante por el Club Campestre, quien varios años atrás fue Selección Colombia en 100 metros pecho, mariposa y libre, en competencias suramericanas y de Centroamérica. Y agrega: “Este campeonato hace que las personas hagan deporte; muchas veces se tiene la conciencia de que solamente los jóvenes pueden hacer deporte competitivo; para mí, la natación aparece como una ayuda para aquellas personas que ya tienen cierta edad, personas que están terminando su vida laboral y no encuentran qué hacer, entonces es importante que tengan un hobby o un deporte como la natación por su propia salud”. De igual forma, Juan Eugenio Madrid, también del Club Campestre, dijo que “uno sabe que hay unas limitaciones por la edad, pero el que ha sido buen deportista quiere ganar siempre. Competimos con los de la misma edad y lo bueno es que la gente se apasiona”. Así, apasionados, clausuraron la séptima versión de este torneo dejando múltiples ganadores y premiados, pero sin duda cada uno dentro de sí cantó victoria por atreverse a participar y compartir gracias a su deporte preferido.
Confirma el agotamiento del minimalismo, el regreso del adorno y la aparición de nuevas curvas.
Anuncia el lanzamiento de “Flora”, donde combinará madera laminada, aluminio, poliuretano y tela.
Recalca en sus conferencias, la diferencia entre copiar y crear, el valor de nuestro ingenio y nuestro sentido común, la importancia del diseño en el impulso de una marca y la necesidad que tienen los empresarios de escuchar a sus trabajadores y de recurrir a las escuelas de diseño, que son muy buenas.
Recuerda de Italia que sus compañeros hacían cuatro rayas y les quedaban hermosas; así descubrió el valor de tres mil años de arte a la vista de la gente.
Quisiera obligar a visitar Europa, a nutrirse de las fuentes del arte occidental, a comprobar que la armonía y el equilibrio son constantes desde lo más clásico hasta lo más moderno.
Asegura que el principio del diseño industrial es entregar objetos funcionales y bellos, agradables a todos los sentidos de todos los seres humanos.
Publicado en la edición 398, 20 septiembre de 2009
Los sonidos del diseño
Desde cuando hace poco inauguraron su tienda en Medellín, las miradas de los transeuntes se han posado en la impecable vitrina de BoConcept. Los profesionales del diseño, arquitectos, decoradores y los muchos aficionados a las buenas piezas de mobiliario y decoración no han dejado de entrar para deleitarse en sus dos amplios pisos con su varidada exposición. Sin embargo, en estos días lograron capturar la atención con los sonidos que se oían provenir alli detrás del Juan Valdés, en el edifico de la 43 Avenida, y que poco a poco involucraron con su energía a quienes distraídamente pasaeaban por el sector. Se trataba de la fiesta con la que BoConcept presentaba para Medellín su nueva colección. Un enlace mundial originado en Dinamarca, país de sus creaciones enlazado en este mes y hasta noviembre, alredeor del mundo. La exótica y exigente Dubait fue la primera en presentar esta innovación ahora matizada con nuevas texturas y color y con las formas sutiles que BoConcept que le da a cada pieza con los impecables detalles de factura que garantizan su fabricación. Norte, centro y sur América, Europa y Africa, Asia y Oceanía, todas sus tiendas alredeor del mundo, sin excepción, han coincidido con sus strobe lights en las virinas para reflejar el ánímo colorido de su actual colección que rematará en Beirut el 3 de noviembre en esta maratón de sus muebles indudablemente pertenecientes al exigente momento de la globalización.
Felinos en peligro
Cada día luchan por no perder su espacio o por no ser asesinados
Ocelote
Fotografías: José Bernardo Barreiro. Zoológico Santafe y Parques Naturales Nacionales de Colombia.
Colaboración Parques Naturales Nacionales de Colombia
La conservación de los grandes felinos de Colombia es de gran importancia por ser especies focales, de alto valor para nuestra biodiversidad y porque facilitan, indirectamente, la preservación de otras especies, debido a que necesitan grandes zonas para vivir y controlan demográficamente sus especies presa, que a su vez repercute en el control del consumo de plantas y semillas, e influye en la estructura y regeneración de los bosques; además han estado embebidas en las culturas indígenas y hacen parte de nuestro patrimonio cultural, el cual es nuestra verdadera riqueza como país.
Las especies nativas de felinos silvestres de nuestro país se encuentran amenazadas por factores como el crecimiento de la población humana y su falta de conocimiento sobre su importancia en el equilibrio de los ecosistemas; el crecimiento del comercio de animales nativos distribuidos para ser mascotas o para la generación de subproductos; la destrucción de sus hábitats para ganadería o cultivos ilícitos; y conflictos con los humanos por depredación de ganado en algunas zonas.
Jaguar – Panthera onca
• Es el felino más grande de Colombia, pesa entre 50 y 100 kilos y mide casi 2 metros.
• Su piel es amarilla con rosetas y puntos negros, a veces se presentan ejemplares de color negro o café oscuro, por lo que recibe el nombre de pantera negra.
• Su voz es un ronquido repetitivo.
Puma – Puma concolor
• Es el segundo felino en tamaño en el país, pesa entre 30 y 75 kilos.
• Su piel es de tonos habanos, cafés, rojizos o grises, pero no presenta variación.
• No ruge, pero delimita su territorio recorriendo caminos y senderos y dejando marcas en el suelo y la hojarasca con orina y algunas veces excremento.
Ocelote – Leopardus pardalis
• Ocupa el tercer puesto en tamaño con un peso entre los 8 y 15 kilos y puede medir hasta 88 cm.
• Su piel es amarilla con puntos y rayas negras, su vientre es blanco.
• Su voz es muy similar a la de los gatos domésticos y consiste en maullar y resoplar en defensa.
Jaguarundi – Herpailurus yagouarondi
• Es un animal poco conocido y pesa entre 3,5 y 7,6 kilos y puede medir hasta 65 centímetros.
• Posee un pelaje sin manchas y su color puede ser gris, café, rojizo y negro.
• Tiene la apariencia de perro.
• Su voz consiste en una serie de vocalizaciones de corto alcance, descritas como un gorgoreo que usa en situaciones amigables, de cortejo y de crianza.
• Es común encontrarlo como mascota en zonas rurales.
Margay – Leopardus wiedii
• Es un felino poco conocido y pesa entre 2,3 y 4,9 kilos y mide hasta 72 centímetros.
• Hace parte del gremio de los llamados tigrillos, con pelaje amarillo en el dorso y costados, blanco en el vientre y pecho, recubierto por puntos o anillos alargados negros.
• Se puede reconocer fácilmente por su larga cola, que toca el suelo y hace una curva hacia arriba, y por la presencia de pelaje en la nuca que corre en dirección contraria a la del pelo del resto del cuerpo.
•Vive en los árboles y es el único gato que está adaptado para descender por los troncos boca bajo, ya que puede rotar la unión 180 grados.
• Su voz es muy similar a la de los gatos domésticos y consiste en maullar y resoplar en defensa.
Limpiar el mar, compromiso global Petróleo, plásticos, productos químicos, residuos radioactivos y muchas cosas más, ponen en peligro la vida del océano y con ello nuestra vida. Como una voz de alerta se creó en 1986 el Día Internacional de Limpieza Submarina que se celebra el tercer fin de semana de septiembre y que con los años se ha convertido en una actividad global, realizada en más de 100 países. En Colombia se realizan iniciativas como el San Andrés Clean Up 2009 y limpiezas en Cartagena, el PNN Corales del Rosario y San Bernardo, Santa Marta, el Golfo de Morrosquillo y otros lugares más.
Cuando descubrieron que para las marcas comerciales era muy difícil llegar a los jóvenes universitarios, vislumbraron que tenían ante sí un negocio potencial. Y lo desarrollaron, con tanto éxito que fueron invitados a participar en el concurso Andi del Futuro, a la creación de empresa, y triunfaron sobre otros participantes de Antioquia y el país. Desde ese momento de mediados de agosto pasado -cuando recibieron el premio de manos del presidente Uribe y el Presidente de la Andi, Luis Carlos Villegas- hasta hoy, el panorama no ha dejado de abrirse para los cuatro jóvenes emprendedores antioqueños, gestores de la empresa Umedia. Uno de ellos es Daniel Ángel, su gerente, quien con 24 años, es el típico ejemplo de las nuevas generaciones que optaron por la difícil misión de crear empresa y no conformarse con la tentadora opción de ser empleados de compañías sólidas. Este egresado de Negocios Internacionales en Eafit tenía claro desde niño, y se lo reforzó la universidad, “que quería tener mi propia compañía pero en algo que me gustara, como la publicidad y el mercadeo”.
A vencer barreras La idea de los sitios o puntos telefónicos gratuitos que los hicieron merecedores del premio Andi del Futuro y los cuales se encuentran hoy en siete universidades de Medellín, surgió de conocer las barreras que tienen las marcas para hablarles a los jóvenes. “Es un segmento supremamente disperso, se dirigen por muchísimos nichos y tribus urbanas, como los tecktónikos, los emos y una cantidad de subculturas a cada una de las cuales hay que hablarle de manera diferente. La otra barrera es que los jóvenes cada vez son más evasivos y cuando empiezan los comerciales en televisión son los primeros en hacer zapping, o cuando inician las cuñas radiales se pasan para otras emisoras y cuando cogen una revista se leen máximo tres artículos, pero nada más. Además, vimos que las marcas tienen una dificultad muy grande para llegarles en el campus universitario, el sitio donde ellos pasan más tiempo, debido a la tramitología y a los costos”. También descubrieron que en lo que más plata se gastan los estudiantes es en transporte y comunicación. “Se gastan más plata en tarjetas prepago y en el minutero de la calle que comprando alimentación dentro de la misma universidad”.
Sitios telefónicos: todos ganan Así las cosas y conscientes de que en un buen negocio todos ganan, los cuatro emprendedores se preguntaron qué podían hacer para ofrecerles a las marcas comerciales un canal de entrada directa a las universidades, y a la vez qué producto les podían ofrecer a los jóvenes que se les convirtiera en una necesidad básica. Obviamente, debía ser algo que también los beneficiara a ellos, a Umedia. Y así empezó en marzo Ucell, un sistema de sitios telefónicos en los cuales les dan a los jóvenes entre los 16 y los 30 años comunicación gratuita para llamadas a celular, locales fijos y larga distancia nacional. “El estudiante simplemente entra a www.ucell.com.co y se registra. De inmediato le enviamos al celular un código pin y con él accede a seis minutos diarios gratis, repartidos en tres llamadas de dos minutos cada una para cualquier operador”, explica Daniel. El beneficio para las marcas empieza cuando en estos sitios de comunicación gratuita pueden impactar a los jóvenes con publicidad visual. Además, cuando el estudiante levanta el teléfono para hacer la llamada e ingresa su número de cédula y código pin, el sistema lo identifica y debe escuchar una mención de 8 segundos, adecuada a su perfil. “La acogida ha sido muy buena. Tenemos 14 mil personas inscritas en la web y queremos terminar este año con 10 universidades en Medellín, para empezar en enero con varias en Bogotá. Gracias al premio nos han contactado muchos clientes; hoy contamos con pymes y también con grandes marcas como clientes. Cien mil personas transitan mensualmente por nuestros 12 puntos, contactos potenciales a los cuales pueden llegar esas marcas”.
Si empiezo por decirles que voy a hablar de un libro de Troncoso, estoy seguro de que me mirarán raro. ¿Troncoso? Nadie nos había dicho que Troncoso escribiera libros. Y, ya que estamos en esto, ¿quién diablos es Troncoso? De manera que me permito el rodeo de decirles que Troncos nació, creció, se reprodujo y murió en la primera mitad del siglo veinte. También escribió libros, por supuesto; de lo contrario qué sentido tendría que yo les hablara de Troncoso en una columna de opinión cuyo perfil la obliga a hablar sólo de libros, en especial de los que no leemos o leímos, los que pasamos por alto, los que hemos olvidado, los que no forman parte de ese bazar de chucherías que es la oferta literaria en la actualidad. Troncoso no fue ni eminencia ni desastre. Alguno de sus libros alcanzó a recibir la atención de los pontífices del arte y hasta se convirtió en ocasiones en referencia obligada. De manera que Troncoso no tenía una definida sensación de fracaso cuando escribió y publicó el libro sobre el que voy a hablarles. Una noche en el bosque es un libro del que podemos conocer los detalles más ínfimos de su gestación, porque el tema mismo del libro es su gestación. Es como asomarse a un cuadro y ver el taller del pintor. El libro es de una sinceridad y un candor estremecedores. Troncoso habla de sus circunstancias, del delicioso regresar a la escritura, y de mujeres que pasaron por su vida. Pero más que su contenido, de aquel libro nos importa su aventura editorial. Dudo que haya existido una aventura similar. Como la vida le sonreía, después de haber publicado su obra mejor recibida, Troncoso se tomó la libertad de escribir este texto demasiado personal. Era tan personal que dudaba si sería capaz de publicarlo y venderlo, llegó a preguntarse si no sería acaso una violación de su ya laxo sentido del decoro. De las dudas sabemos por lo que dice el texto. De hecho, no parece ocultar nada. Algunos de sus pasajes son de una crudeza que ruborizarían a un cerdo. De manera que de esa tensión, entre publicar o no un tipo de libro tan sincero al que nadie jamás se había atrevido, surgió la idea de la que quiero hablarles. Troncoso fue invitado a una feria del libro a presentar sus novedades. Aceptó la invitación y decidió poner al frente, y en edición popular, una recopilación de artículos de opinión que había enviado y publicado en un periódico de su ciudad natal. Pero detrás, casi como a la sombra del primero, puso este libro del que les hablo. Quizá nadie lo recuerde ahora, pero en 1943, durante la feria del libro de Anserma, Caldas, además de presentar su tan leída compilación: En el centro del centro, nuestro artista también presentó su novela Una noche en el bosque, en edición reducida y numerada. La edición era tan reducida que eso explica por qué nadie habla del libro de Troncoso, y algunos hasta tienen la grosería de preguntarnos quién es Troncoso. Pero hay algo que redujo de manera aún más dramática la difusión de esta obra: la voluntad que Troncoso expresó en el mismo libro. Cito verbatim: “Esta belleza de libro, este género único nacido del cansancio y de la franqueza, este abrirse al mundo como uno es en la intimidad de la escritura, estará a la venta en edición única de diez ejemplares numerados, durante una feria del libro que se llevará a cabo en Anserma, Caldas en dos semanas. Si nadie compra alguno de esos ejemplares, o sí sólo algunos llegan a venderse, los demás serán clausurados de por vida en un baúl cerrado. Se tratará de un libro póstumo y a lo mejor olvidado.” Imagino que Troncoso alcanzó a vender por lo menos un libro durante la feria. A menos que este ejemplar que conservo sea uno de aquellos que durmieron para siempre en el baúl de su fracaso. Oneonta, septiembre de 2009. [email protected]
Si empiezo por decirles que voy a hablar de un libro de Troncoso, estoy seguro de que me mirarán raro. ¿Troncoso? Nadie nos había dicho que Troncoso escribiera libros. Y, ya que estamos en esto, ¿quién diablos es Troncoso? De manera que me permito el rodeo de decirles que Troncos nació, creció, se reprodujo y murió en la primera mitad del siglo veinte. También escribió libros, por supuesto; de lo contrario qué sentido tendría que yo les hablara de Troncoso en una columna de opinión cuyo perfil la obliga a hablar sólo de libros, en especial de los que no leemos o leímos, los que pasamos por alto, los que hemos olvidado, los que no forman parte de ese bazar de chucherías que es la oferta literaria en la actualidad. Troncoso no fue ni eminencia ni desastre. Alguno de sus libros alcanzó a recibir la atención de los pontífices del arte y hasta se convirtió en ocasiones en referencia obligada. De manera que Troncoso no tenía una definida sensación de fracaso cuando escribió y publicó el libro sobre el que voy a hablarles. Una noche en el bosque es un libro del que podemos conocer los detalles más ínfimos de su gestación, porque el tema mismo del libro es su gestación. Es como asomarse a un cuadro y ver el taller del pintor. El libro es de una sinceridad y un candor estremecedores. Troncoso habla de sus circunstancias, del delicioso regresar a la escritura, y de mujeres que pasaron por su vida. Pero más que su contenido, de aquel libro nos importa su aventura editorial. Dudo que haya existido una aventura similar. Como la vida le sonreía, después de haber publicado su obra mejor recibida, Troncoso se tomó la libertad de escribir este texto demasiado personal. Era tan personal que dudaba si sería capaz de publicarlo y venderlo, llegó a preguntarse si no sería acaso una violación de su ya laxo sentido del decoro. De las dudas sabemos por lo que dice el texto. De hecho, no parece ocultar nada. Algunos de sus pasajes son de una crudeza que ruborizarían a un cerdo. De manera que de esa tensión, entre publicar o no un tipo de libro tan sincero al que nadie jamás se había atrevido, surgió la idea de la que quiero hablarles. Troncoso fue invitado a una feria del libro a presentar sus novedades. Aceptó la invitación y decidió poner al frente, y en edición popular, una recopilación de artículos de opinión que había enviado y publicado en un periódico de su ciudad natal. Pero detrás, casi como a la sombra del primero, puso este libro del que les hablo. Quizá nadie lo recuerde ahora, pero en 1943, durante la feria del libro de Anserma, Caldas, además de presentar su tan leída compilación: En el centro del centro, nuestro artista también presentó su novela Una noche en el bosque, en edición reducida y numerada. La edición era tan reducida que eso explica por qué nadie habla del libro de Troncoso, y algunos hasta tienen la grosería de preguntarnos quién es Troncoso. Pero hay algo que redujo de manera aún más dramática la difusión de esta obra: la voluntad que Troncoso expresó en el mismo libro. Cito verbatim: “Esta belleza de libro, este género único nacido del cansancio y de la franqueza, este abrirse al mundo como uno es en la intimidad de la escritura, estará a la venta en edición única de diez ejemplares numerados, durante una feria del libro que se llevará a cabo en Anserma, Caldas en dos semanas. Si nadie compra alguno de esos ejemplares, o sí sólo algunos llegan a venderse, los demás serán clausurados de por vida en un baúl cerrado. Se tratará de un libro póstumo y a lo mejor olvidado.” Imagino que Troncoso alcanzó a vender por lo menos un libro durante la feria. A menos que este ejemplar que conservo sea uno de aquellos que durmieron para siempre en el baúl de su fracaso. Oneonta, septiembre de 2009. [email protected]
Publicado en la edición 398, 20 septiembre de 2009
Cromointerferencias
La suya es una obra que nos invita a una lectura distinta a la que nos pide una escultura clásica, en la cual predominan aspectos temáticos, simbólicos y expresivos que debemos aproximar a través de referencias literarias, históricas, religiosas y culturales en general
Por Carlos Arturo Fernández U.
Cuando las ideas sociales, políticas y estéticas de los siglos 19 y 20 ponen en crisis la creación de los monumentos que habían sido desde el mundo antiguo el terreno propio de la escultura, llegó a creerse que este tipo de arte había recibido una herida mortal de la cual le resultaría imposible recuperarse. Y, en verdad, a partir de las vanguardias artísticas del siglo pasado, la escultura sigue caminos distintos a los de antes. Se ha dicho, no sin razón, que es casi inexplicable que usemos la misma palabra –escultura– para referirnos, por ejemplo, al “David” de Miguel Ángel y a unas piedras que se amontonan de forma aleatoria. En efecto, la escultura contemporánea nos propone problemas diferentes a los del mundo clásico; pero, lejos de morir, ha llegado a ocupar, por los más variados caminos, un espacio predominante en el panorama del arte actual. Reducida al más estricto sentido literal, “Cromointerferencias”, de Carlos Cruz–Díez, una obra de 1985, es un conjunto de tubos coloreados que se organizan en un esquema geométrico regular a partir de la letra M y de los juegos de color, cuyo efecto se percibe, simplemente, al pasar junto al MAMM, en el barrio Carlos E. Restrepo. Carlos Cruz–Díez (Caracas, 1923) es una de las figuras centrales de la generación que a partir de la década de los años 60, y especialmente desde Venezuela, abrió el camino de las últimas vanguardias al arte latinoamericano. Uno de los intereses de Cruz–Díez se refiere a la multiplicidad de las experiencias urbanas y a la búsqueda de propuestas estéticas en consonancia con la velocidad y los ritmos de la ciudad contemporánea. Por eso, la suya es una obra que nos invita a una lectura distinta a la que nos pide una escultura clásica, en la cual predominan aspectos temáticos, simbólicos y expresivos que debemos aproximar a través de referencias literarias, históricas, religiosas y culturales en general. “Cromointerferencias” no nos propone un tema sino que se dirige directamente a la experiencia. Por eso, si en muchas oportunidades las descripciones de los historiadores y de los críticos, sobre todo antes de la fotografía y de los modernos medios de comunicación, eran el camino más frecuente para conocer el arte, hoy se nos invita a participar de manera directa, sin intermediaciones obligatorias que nos impongan su pensamiento. Así, al menos en ese sentido, un artista actual como Carlos Cruz–Diez proclama que su diálogo es con las personas que cotidianamente experimentan su obra y que por ese medio se forman su propio punto de vista. Con esa toma de posición, Cruz–Díez plantea que la relación con el público es el centro de los problemas del arte.
Una oportunidad que no se repetirá en muchos años: ver la más grande muestra itinerante de obras de Leonardo da Vinci, en todos los terrenos de la creatividad. “Da Vinci el genio” puede verse en la Caja de Madera de Plaza Mayor hasta el 4 de octubre de 2009.
Publicado en la edición 398, 20 septiembre de 2009
Cromointerferencias
La suya es una obra que nos invita a una lectura distinta a la que nos pide una escultura clásica, en la cual predominan aspectos temáticos, simbólicos y expresivos que debemos aproximar a través de referencias literarias, históricas, religiosas y culturales en general
Por Carlos Arturo Fernández U.
Cuando las ideas sociales, políticas y estéticas de los siglos 19 y 20 ponen en crisis la creación de los monumentos que habían sido desde el mundo antiguo el terreno propio de la escultura, llegó a creerse que este tipo de arte había recibido una herida mortal de la cual le resultaría imposible recuperarse. Y, en verdad, a partir de las vanguardias artísticas del siglo pasado, la escultura sigue caminos distintos a los de antes. Se ha dicho, no sin razón, que es casi inexplicable que usemos la misma palabra –escultura– para referirnos, por ejemplo, al “David” de Miguel Ángel y a unas piedras que se amontonan de forma aleatoria. En efecto, la escultura contemporánea nos propone problemas diferentes a los del mundo clásico; pero, lejos de morir, ha llegado a ocupar, por los más variados caminos, un espacio predominante en el panorama del arte actual. Reducida al más estricto sentido literal, “Cromointerferencias”, de Carlos Cruz–Díez, una obra de 1985, es un conjunto de tubos coloreados que se organizan en un esquema geométrico regular a partir de la letra M y de los juegos de color, cuyo efecto se percibe, simplemente, al pasar junto al MAMM, en el barrio Carlos E. Restrepo. Carlos Cruz–Díez (Caracas, 1923) es una de las figuras centrales de la generación que a partir de la década de los años 60, y especialmente desde Venezuela, abrió el camino de las últimas vanguardias al arte latinoamericano. Uno de los intereses de Cruz–Díez se refiere a la multiplicidad de las experiencias urbanas y a la búsqueda de propuestas estéticas en consonancia con la velocidad y los ritmos de la ciudad contemporánea. Por eso, la suya es una obra que nos invita a una lectura distinta a la que nos pide una escultura clásica, en la cual predominan aspectos temáticos, simbólicos y expresivos que debemos aproximar a través de referencias literarias, históricas, religiosas y culturales en general. “Cromointerferencias” no nos propone un tema sino que se dirige directamente a la experiencia. Por eso, si en muchas oportunidades las descripciones de los historiadores y de los críticos, sobre todo antes de la fotografía y de los modernos medios de comunicación, eran el camino más frecuente para conocer el arte, hoy se nos invita a participar de manera directa, sin intermediaciones obligatorias que nos impongan su pensamiento. Así, al menos en ese sentido, un artista actual como Carlos Cruz–Diez proclama que su diálogo es con las personas que cotidianamente experimentan su obra y que por ese medio se forman su propio punto de vista. Con esa toma de posición, Cruz–Díez plantea que la relación con el público es el centro de los problemas del arte.
Una oportunidad que no se repetirá en muchos años: ver la más grande muestra itinerante de obras de Leonardo da Vinci, en todos los terrenos de la creatividad. “Da Vinci el genio” puede verse en la Caja de Madera de Plaza Mayor hasta el 4 de octubre de 2009.
Jhon Jairo Arango, Presidente de la Veeduría Ciudadana, dijo que “sí fue un error. Lo que pasó fue que se demoraron mucho en enviar los planos y por eso nos tocó por derecho de petición, entonces mandaron un cd con los planos de la segunda etapa y el 31 de julio llegaron de nuevo los de la segunda etapa. Los de la primera etapa llegaron apenas la semana pasada. En cuanto a las copias de los contratos de obra, sí llegaron correctamente el 6 de agosto”, declaró. Sobre la socialización del proyecto, el veedor afirmó que “nunca nos hemos reunido con la Edu, nunca nos han llamado ni citado”, mientras que la Edu sostiene que han realizado “un sinnúmero de reuniones” con la comunidad para aclarar todos los procesos contenidos en dicho proyecto.
La Cultura, con mayúscula, la definen algunos como el conjunto o acumulado de obras materiales o producciones metafísicas del llamado “ser humano”, rastreadas o de las cuales se encuentran huellas desde hace unos quince mil años (las cuevas con bisontes y venados pintados). La Cultura engloba todo lo bueno y lo malo que ha salido de las manos y mentes del Homo Sapiens desde entonces, desde la perdida Atlántida citada por Platón, las pirámides de Egipto, el pensamiento griego, Leonardo, Bach y Mozart, Stephen Hawking, hasta la bomba de neutrones y el vallenato. La Cultura es extraña. Leonardo da Vinci fue un artista extraordinario que pintó cinco lienzos y un mural pero se preciaba sobre todo de ser científico de la Naturaleza, y el ingeniero e inventor de artefactos de guerra más original y visionario de la historia. Sus maquetas de máquinas mortíferas se pueden ver en Colombia en estos días. Si nos atenemos a cerrar la palabra cultura en sólo lo que se refiere, digamos, al arte y la literatura, el espectro de abarcamiento podría cerrarse en tres mil años netos. Hay artistas u hombres cultos cuyas obras han desaparecido durante siglos y que sólo han sido descubiertas y valoradas hace poco. La primera novela propiamente dicha, “La Historia de Genji”, de la princesa-cortesana japonesa Murasaki Shikibu, fue escrita hace mil años y olvidada hasta el siglo 20. La Cultura se mueve y vive tan lento como las centenarias tortugas de las Galápagos, hoy vivas, que vieron llegar a los primeros bárbaros españoles. El trabajo de La Cultura en la conformación de la identidad de un pueblo cualquiera es entonces asunto de pura paciencia, como decía Bolívar, “de arar en el mar y edificar en el viento”. En los años 90 a los estadísticos de Planeación Nacional se les ocurrió medir “el impacto inmediato, a mediano y largo plazo” de los proyectos y eventos culturales según el número de personas que asistían o posiblemente “asistirían” a cada evento dos años después. Los encargados artísticos de las instituciones públicas teníamos que llenar por anticipado inmensos formularios adivinando cómo la “cultura colombiana” se vería beneficiada, digamos, con un concierto clásico. Con el argumento de “poco público impactado por cada concierto contra presupuesto invertido” cerraron por ejemplo la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia. En estas cosas de la cultura y sus efectos a largo plazo venía “creyendo pensar” hace poco, cuando bajaba una noche desde la Biblioteca de Santo Domingo Savio, donde había participado en un evento. Desde lo alto del Metro-cable se divisa en todo su esplendor eléctrico el valle que habitamos, desde los confines de Bello hasta La Estrella. La inmensidad del trabajo conjunto que hacemos en pequeño cada uno de los “agentes culturales” por separado día a día, se ve sin embargo como un granito de arena en el gran desierto de la “formación identitaria paisa-jística. ¿De lo que hacemos ahora, quedará algo en 500 años? El nombre de nuestro valle es una curiosa mezcla cristiano-pagana cuyos efectos semánticos posiblemente padecemos: “San Lorenzo de Aburrá” comprende al cacique que gobernaba estas verdes tierras de los perros mudos y al santo sacrificado en Roma en el año 258, y es una cruel metáfora de la validez o “impacto” del trabajo cultural enfrentado a la tontería de los estadígrafos: En Medellín, todos los días miles de papeles culturales, afiches, invitaciones, programas, catálogos de exposiciones son arrojados a la basura por gentes “muy cultas y muy importantes” que nunca asisten a nada. Trabajar para la Cultura es como arder en el fuego lento del mártir. Leamos: “Según la leyenda, San Lorenzo fue quemado vivo en una hoguera, concretamente en una parrilla, cerca del Campo de Verano, en Roma. Se dice que en medio del martirio, exclamó: “Assum est, inqüit, versa et manduca” (‘ya estoy asado por este lado, dénme vuelta y coman’)”. Este podría ser nuestro lema. La parrilla usada en el martirio fue guardada en la iglesia de San Lorenzo de Lucina.” Un adorable “objeto cultural”.
En reunión realizada el jueves 10 de septiembre, el Consejo Directivo del Fondo de Valorización de Medellín -Fonval- definió el cronograma que permitirá elegir una junta de Representantes de los Propietarios, requisito fundamental para avanzar en el proceso de construcción de obras por el sistema de valorización. La Resolución con todos los detalles y especificaciones fue firmada por el Subsecretario de Valorización, Gustavo Zapata, luego de la revisión protocolaria de la oficina jurídica de la Alcaldía. Así las cosas, la inscripción de candidatos será entre el lunes 28 de septiembre y el lunes 12 de octubre en el Fonval, situado en el edificio Torre Nuevo Centro la Alpujarra o de los tubos rojos, oficina 1307. Así mismo, la inscripción del censo electoral, es decir, la actualización de predios para poder participar en la elección de la Junta, está fijada entre el 22 y el 31 de octubre en los centros comerciales Oviedo, El Tesoro, Mall Complex, la Alcaldía y una oficina del Fondo de Valorización que próximamente abrirán cerca a la Divina Eucaristía. Por último, las elecciones se llevarán a cabo del domingo 1 de noviembre al miércoles 4 de noviembre mediante votación electrónica en los mismos cinco sitios mencionados, o, quienes lo prefieran, podrán votar desde sus casas vía Internet.
Con el fin de que la construcción del Plan de Desarrollo para la Comuna 14 cuente con la participación de todos los actores y con los aportes de la comunidad, para contar con diferentes miradas y perspectivas, la Unión Temporal Corpoblado, Ces y Esumer, encargadas de llevar a cabo el ambicioso proyecto, realizó un taller de organizaciones sociales, foros y encuestas en los parques Lleras y El Poblado, centros comerciales, supermercados y en la ciclovía del domingo. Ahora los cuestionarios llegarán a las administraciones de las unidades residenciales y de los edificios, de quienes esperan que con responsabilidad los diligencien y sean voz representativa para que sus opiniones sean tenidas en cuenta. En los próximos días se desarrollarán talleres dirigidos a los colegios y al sector productivo. Para la comunidad en general, habrá un taller en la Universidad Eafit el jueves 24 de septiembre, de 2:00 p.m. a 4:00 p.m. Pensando en que las investigaciones de diagnóstico van hasta principios de octubre, la Unión Temporal invita a que más personas se vinculen al proceso, y que si por algún motivo no pueden asistir personalmente a las actividades, visiten la página web: www.plandedesarrollodelpoblado.com, en la cual podrán incluir sus comentarios en foros y estar al tanto del progreso del Plan de Desarrollo, tan esperado por la misma comunidad.
Según María Eugenia Vélez y Raúl Montoya, de la Veeduría Quebrada La Poblada, hace más de 10 años que no le hacen mantenimiento y desde el fuerte invierno del año anterior, la situación se ha complicado más por la socavación de muros y erosión en la tierra especialmente en Lalinde. Con el acelerado desarrollo de El Poblado, sobre todo de construcciones que día a día se alzan sobre las laderas y en muchos casos, cercanas a cuencas y quebradas que atraviesan la comuna; los problemas de contaminación, tala de árboles y desvío de aguas están al orden del día, afectando severamente la estabilidad del terreno y ecosistema en general. Vélez, asegura que en una reciente asamblea de la Veeduría con vecinos de la quebrada y con geólogos del Simpad, Sistema Municipal para la Prevención y Atención de Desastres, y de la Universidad Nacional, “señalaron que la construcción sin límites en las lomas de El Poblado arrasa la capa vegetal, cambiando las condiciones de estabilidad y drenaje de la tierra, con el agravante de algunas construcciones recientes que no cumplen con el retiro exigido en el Plan de Ordenamiento Territorial, y constructores que desplazaron el cauce de la quebrada”. Raúl Montoya, residente que tiene la quebrada a escasos metros de su casa, sostiene que “con el invierno del año pasado, estas aguas ya son torrentosas y si llueve las aguas pueden subir hasta dos metros, además las piedras bajan y golpean los muros de las casas y van haciendo huecos. Los constructores quieren que cada vecino haga su muro, sin tener en cuenta que el que haga el muro va a afectar las aguas hacia abajo; eso pasa por hacer las cosas sin estudios serios”.
Buscando salidas Ahora, la preocupación de varios vecinos de Lalinde hizo que conformaran la Veeduría, con 12 miembros que se reúnen semanalmente para que el Municipio sepa que tienen conciencia y que piden soluciones integrales, basados en un estudio que indique el real estado de la quebrada. Para comenzar a darle salida a la problemática, la Secretaría del Medio Ambiente, por medio de Metro Río, contrató a la empresa Omega Ingeniería para intervenir la quebrada y atender algunos puntos específicos. “En Lalinde estamos a punto de empezar a hacer un muro con las mismas especificaciones de uno que hay al otro lado de la quebrada, para evitar que continúe la socavación y las inestabilidades”, afirmó Federico Aristizábal, de Omega Ingeniería, quien se mostró interesado en asistir a diferentes reuniones con la Veeduría. Prevenir desastres y preservar la naturaleza es el objetivo principal de la Veeduría, que convoca a todos los vecinos a realizar un inventario de la actual situación para plantear soluciones y que no se afecte más el cauce de la quebrada, para habitar sus hogares con tranquilidad.
Cuando en 2010 empiece la ampliación de la Avenida 34 a doble calzada, una de las primeras acciones que deberán hacer los constructores es la reubicación de la gruta de la Virgen de la Aguacatala, objeto de culto y peregrinación desde hace varias décadas, situada en el costado oriental de la Avenida El Poblado. Es común ver todos los días, principalmente martes y jueves, una larga fila de vehículos estacionados en plena Avenida El Poblado, sentido sur norte. Son los devotos de esta Virgen conocida como la Rosa Mística. Sus fieles llegan hasta allí a rezarle, llevarle flores, ponerle placas de reconocimiento, pedirle favores e intercesiones ante Dios, y hacer y pagar promesas. Precisamente, dada su tradición en el sector, la idea del Municipio es no mover la Virgen más de 200 metros hacia el sur cuando inicie la ampliación de la 34, pero eso es lo que preocupa a algunos vecinos, quienes temen que la reubicación de la gruta dentro de esta zona incremente los tacos vehiculares y propicie más inseguridad. Según Doris Valencia, Ingeniera de Diseños de la Secretaría de Obras Públicas, aunque todavía se están adelantando los estudios para determinar el sitio exacto al cual se trasladará la gruta, lo más probable es que sea en un terreno del Municipio, situado a la orilla de la quebrada La Aguacatala. Este terreno es adyacente a la calle 12C Sur, que es la vía de ascenso para tomar la Avenida 34 y las transversales desde la Avenida El Poblado.
Se abre la polémica Una de las personas que califica como inadecuado este sitio para erigir la ermita es la filósofa Victoria Mejía de Gutiérrez, habitante de Bosques del Campestre. Justamente en un costado de esta unidad residencial quedaría el nuevo santuario de la Rosa Mística. Victoria opina que en pleno siglo 21 es absurdo que una manifestación de la fe se dé en la vía pública y sugiere que la parroquia Santa María de Los Ángeles, responsable de la Virgen, la traslade para la parte posterior del templo y acoja allí a los peregrinos. “Creo que este culto a la Virgen atrae no solo creyentes sino delincuentes que se esconden entre ellos para hacer sus fechorías. Además, entorpecería aún más el tráfico en un sector con grandes problemas de movilidad”. Por eso pide a la Alcaldía reconsiderar la opción. “Por fortuna aún hay tiempo para analizar la situación porque no tendría sentido criticar cuando ya no se puede hacer nada”. Por su parte, el párroco de Santa María de los Ángeles, sacerdote Elías Lopera Cárdenas, estima positivo el traslado de la Virgen para el sitio señalado por el Municipio. “Me parece una idea óptima porque es un terreno muy amplio, con espacio para parqueaderos, para la ermita y para que la gente ponga las veladoras”. El Padre Elías recuerda que la historia de este culto se remonta a mediados del siglo pasado, “cuando doña María Escobar de Ángel mandó traer de Lourdes la imagen de Bernardita. La ubicaron en su finca El Carmelo y luego la pasaron para donde está hoy. Pero hace más o menos 20 años le robaron la imagen de Bernardita y le pusieron la imagen de la Rosa Mística. Ella es la patrona de los secuestrados y de los amenazados de muerte”. Lo cierto es que por la convocatoria que tiene la Rosa Mística, la decisión de su reubicación no se debe tomar a la ligera, más en un sector donde las congestiones de tránsito lo tienen ad portas de nuevos cobros de valorización para construir más vías, entre ellas la doble calzada de la Avenida 34.
“Lo normal es que cuando van a construir soliciten el servicio de redes públicas y Epm lo aprueba y le hace supervisión a las conexiones. Pero si no hacen ese tramite, Epm no tiene forma de chequear y por eso el problema no es de las redes públicas sino de la conexión que ellos hicieron”, argumentó Marta Lucía Londoño, Jefe del Área de Conexión de Aguas Residuales de Empresas Públicas. Según la entidad pública, la conexión de las aguas residuales de Reservas del Tesoro a las redes públicas y a la de aguas lluvias, que posteriormente cae a la quebrada La Volcana 1, es el motivo de contaminación que aqueja al resto de población cuesta abajo. Mónica Restrepo, Profesional de Investigación y Control de Aguas Residuales de Epm, explicó que “para nosotros lo de Reservas del Tesoro estaba conectado el año pasado, no teníamos conocimiento que se había conectado fraudulentamente, no pidieron permiso y ahora se están presentando los vertimientos a la quebrada por la mala conexión. Incluso el tubo debajo del puente de residuales es de sólo 6 pulgadas”. Las funcionarias aclaran que “nosotros somos responsables de las redes, pero las fuentes de aguas son responsabilidad de las entidades ambientales. Si se da el caso de una urbanización que no se quiera conectar o este haciendo un daño ambiental, los competentes para sancionar son las autoridades ambientales”, agregó Londoño.
Ya pidieron el permiso En Epm aseguran que con la evidencia de ver la quebrada contaminada, los responsables ya fueron a Epm a pedir el permiso de conexión y que allí les dirán dónde se deben conectar. “A la fecha estamos esperando que los constructores ingresen los diseños de los tramos porque eso es competencia de quienes hacen las urbanizaciones”, dijo Marta Lucía Londoño, Jefe del Área de Conexión de Aguas Residuales de Empresas Públicas. Mónica Restrepo, Profesional de Investigación y Control de Aguas Residuales de Epm, concluyó diciendo que “lo que pasó puede ser por desconocimiento, tal vez no tienen ni inventario ni planos de las redes, que es algo básico. Lo cierto es que donde tenemos más redes separadas es en El Poblado”. Sobre el caso concreto de la quebrada La Volcana 1, la firma Fajardo Moreno, por intermedio de Andrés Fajardo, Gerente General,aclaró que ellos no fueron los constructores de Reservas del Tesoro sino los promotores del proyecto, y que "tenemos entendido que Epm no había recibido el alcantarillado de la vía de El Tesoro hecho por el Inval en su momento, y eso pude ser uno de los motivos de lo que pasó con la conexión. De todas formas estamos en proceso de organizarla cuanto antes".
Día y noche las actividades y el descanso en Patio Bonito se ven importunadas por la plaga de zancudos. El foco se encuentra en la quebrada La Presidenta
Nubes negras de zancudos en techos, paredes, rincones y puertas de unidades residenciales y oficinas tienen aburridos y preocupados a quienes trabajan y viven en Patio Bonito, frente a la canalización de la quebrada La Presidenta. Por este motivo recogieron firmas y enviaron una carta a la Secretaría de Salud de Medellín, solicitándoles acciones para erradicarlos. Una de las afectadas es Olga Martínez, de la empresa Ingeniería Total, en la carrera 46 con la calle 7. “Nos tienen locos los zancudos. Hace más de un mes empezó la plaga, que se repite cada dos años. No valen las fumigaciones domésticas porque el foco está en la quebrada La Presidenta, en un área en que permanece estancada”. Por su parte, Gloria Elena Díez, Administradora de Balcones de Patio Bonito, indica que la mayor preocupación es que desconocen si estos zancudos son o no transmisores de alguna enfermedad, para lo cual piden la intervención oficial. “En este sector viven muchos niños y adultos mayores. Los puntos fijos de los edificios están llenos de zancudos, por eso cuando la gente llega tiene que apagar todo antes de entrar para que no se les entren los mosquitos”, cuenta mientras señala varios sitios plagados de insectos. “Ninguna fumigación sirve. Incluso en la empresa que nos fumiga a nosotros sugirieron hacer una hidronebulización, pero no garantizan su efectividad porque aseguran que el foco está en la quebrada”.
Si no es Aedes, no fumigan Al respecto, el ingeniero Raúl Rojo, Líder del Programa de Inspección, Vigilancia y Control de la Secretaría de Salud, aseguró a Vivir en El Poblado que esta dependencia sólo puede intervenir con fumigaciones cuando se trata del zancudo transmisor del dengue, Aedes Aegypti, y que para el caso de Patio Bonito es poco probable que se trate de esa especie. Para combatir el Aedes Egypti se requiere control químico que implica contaminación del ambiente, pero esta intervención solo se hace cuando se presentan casos de hospitalización por dengue, explicó el ingeniero Rojo. Indicó que lo más posible es que el zancudo que esté importunando a los residentes de Patio Bonito sea el conocido como Culex, que no es transmisor del dengue, y, por lo tanto, “no podemos intervenirlo porque no está contemplado dentro de los que causen afectación pública, aunque entendemos que es muy molesto”. Este zancudo, el Culex, se produce en aguas negras y estancadas. No obstante, el funcionario se comprometió a enviar personal a su cargo para que determine qué tipo de zancudo es y así definir o recomendar las acciones para contrarrestar la plaga.
Las relaciones políticas entre Colombia y Venezuela no pasan hoy por su mejor momento. ¿Significa entonces que por el mismo camino discurren nuestras relaciones comerciales con el país vecino? Sinceramente pienso que no. A pesar de todas las manifestaciones de amenazas al cierre de las fronteras (y del envió de tanques) por parte del Presidente Chávez, increíblemente en lo transcurrido del año, la caída de las exportaciones colombianas en varios rubros no han sido tan pronunciadas como vienen anunciando los medios de comunicación de nuestro país. Es indudable que sectores como el de la ganadería, los textiles, la avicultura, el automotor y el de insumos para la construcción, entre otros, han venido teniendo disminuciones bien importantes en las exportaciones a Venezuela, pero sorprendentemente las confecciones, el calzado, la industria editorial, de cosméticos y jabones, así como los alimentos, etc., vienen presentando crecimientos notorios frente a las cifras del año anterior. Esto último significa entonces que a pesar del querer de Chávez, les queda a los venezolanos muy difícil reemplazar de un día a otro lo que nosotros les vendemos. A junio 30 nuestras exportaciones a Venezuela sólo caían en un 0.2%, a agosto 31 el 5%, pero pienso que a final del año estas estarán por los niveles del año pasado. Sin embargo, lo que si ha tenido una gran disminución son las importaciones de Venezuela a Colombia por el orden del 55%. Puede que los vehículos automotores sean reemplazados muy fácilmente (creo que ya Argentina los va a vender); logró hacerlo igualmente con los huevos y el pollo que importa del Brasil, (ya el sector avícola ha podido reemplazar ese mercado), pero queremos ver, si va a ser capaz de hacerlo con los alimentos que le enviamos, entre estos, la carne, que dice el mandatario venezolano que va a comprar en Argentina. Y no sé si nuestras confecciones serán reemplazadas por las chinas, que no se ajustan a la idiosincrasia venezolana que le gusta adquirir prendas de vestir de calidad como son hoy las colombianas. Venezuela ha venido en los últimos días enfrentándose a una situación económica muy compleja. A pesar de que los índices de desempleo no son tan altos como los colombianos, producto de los inmensos subsidios que irriga el Estado venezolano entre su población, la inflación llegará a un 30% al finalizar el año y después de siete años de registrar un crecimiento económico positivo, para 2009 se calcula un decrecimiento de un 2.2%. En conclusión, a Chávez, por muchos esfuerzos que haga, le quedará muy difícil cortar ese cordón umbilical que une en materia comercial a las dos naciones. Si hay deterioro en las relaciones comerciales de ambos países será más por una caída de la demanda y una devaluación del dólar paralelo en el país vecino, que por las “pataletas” del Presidente venezolano.
Publicado en la edición 398, 20 septiembre de 2009
Comer en familia, una receta para el amor
Desde comienzos de esta década han sido publicados los resultados de diferentes estudios hechos por universidades de reconocido prestigio, sobre el beneficio que trae a las familias el comer juntos, sino todas las comidas todos los días, sí al menos una vez al día. La lista de publicaciones relacionadas es larga, pero en general en sus resultados muestran que las cenas familiares con frecuencia (cinco o más por semana), están asociadas con tasas más bajas de fumar, beber, y el uso ilícito de drogas en los preadolescentes y adolescentes en comparación a las familias que comen juntas dos o menos veces por semana. También se ha descubierto que los niños que comen más veces con su familia obtienen mejores resultados escolares. Los adolescentes que cenan cuatro o más veces por semana con sus familias tienen un mayor rendimiento académico en comparación con los adolescentes que comen con sus familias dos o menos veces por semana. A eso agréguele que las comidas consumidas fuera de casa valen de dos a cuatro veces más que las comidas preparadas en el hogar y debido a los horarios académicos y laborales, los compromisos y demás actividades, todos comemos por fuera varias veces a la semana. Por eso es hora de llevar a la familia de nuevo a la mesa de la casa. Vivir en El Poblado, en unión con La Tienda Creativa y desde ahora en adelante también con Almacenes Éxito, presenta en esta edición una nueva campaña cívica, en línea con las que hemos hecho en el pasado y que han merecido reconocimiento internacional, esta vez para promover la reunión de la familia alrededor de la mesa. Hay evidencia suficiente que nos dice que compartir la cena les da a todos en casa un sentido de identidad, ayuda a aliviar el día a día de los conflictos y a establecer tradiciones y recuerdos que pueden durar toda la vida. Solo beneficios se derivan de fortalecer los lazos familiares. Es sabido que a medida que los niños crecen sus horarios se complican más; en consecuencia es importante hacer un esfuerzo para comer juntos desde que están pequeños. Reservar el tiempo para cenar juntos es un deber de toda la familia y debe ser asumido desde el principio. El mejor futuro que todos queremos para nuestros hijos se comienza a construir así, de manera sencilla y al alcance de todos. A eso es a lo que le apuntamos desde nuestras posibilidades como medio de comunicación comprometido con la comunidad a la que pertenecemos, como materialización de nuestra responsabilidad social. Los invitamos a discutir esta propuesta en casa y a dejarnos saber lo que piensan de ella.
Publicado en la edición 398, 20 septiembre de 2009
Comer en familia, una receta para el amor
Desde comienzos de esta década han sido publicados los resultados de diferentes estudios hechos por universidades de reconocido prestigio, sobre el beneficio que trae a las familias el comer juntos, sino todas las comidas todos los días, sí al menos una vez al día. La lista de publicaciones relacionadas es larga, pero en general en sus resultados muestran que las cenas familiares con frecuencia (cinco o más por semana), están asociadas con tasas más bajas de fumar, beber, y el uso ilícito de drogas en los preadolescentes y adolescentes en comparación a las familias que comen juntas dos o menos veces por semana. También se ha descubierto que los niños que comen más veces con su familia obtienen mejores resultados escolares. Los adolescentes que cenan cuatro o más veces por semana con sus familias tienen un mayor rendimiento académico en comparación con los adolescentes que comen con sus familias dos o menos veces por semana. A eso agréguele que las comidas consumidas fuera de casa valen de dos a cuatro veces más que las comidas preparadas en el hogar y debido a los horarios académicos y laborales, los compromisos y demás actividades, todos comemos por fuera varias veces a la semana. Por eso es hora de llevar a la familia de nuevo a la mesa de la casa. Vivir en El Poblado, en unión con La Tienda Creativa y desde ahora en adelante también con Almacenes Éxito, presenta en esta edición una nueva campaña cívica, en línea con las que hemos hecho en el pasado y que han merecido reconocimiento internacional, esta vez para promover la reunión de la familia alrededor de la mesa. Hay evidencia suficiente que nos dice que compartir la cena les da a todos en casa un sentido de identidad, ayuda a aliviar el día a día de los conflictos y a establecer tradiciones y recuerdos que pueden durar toda la vida. Solo beneficios se derivan de fortalecer los lazos familiares. Es sabido que a medida que los niños crecen sus horarios se complican más; en consecuencia es importante hacer un esfuerzo para comer juntos desde que están pequeños. Reservar el tiempo para cenar juntos es un deber de toda la familia y debe ser asumido desde el principio. El mejor futuro que todos queremos para nuestros hijos se comienza a construir así, de manera sencilla y al alcance de todos. A eso es a lo que le apuntamos desde nuestras posibilidades como medio de comunicación comprometido con la comunidad a la que pertenecemos, como materialización de nuestra responsabilidad social. Los invitamos a discutir esta propuesta en casa y a dejarnos saber lo que piensan de ella.
Los problemas del pasado han quedado atrás, la tubería rota fue reparada, ya no pasa por inmediaciones del colegio, y la construcción del muro de contención, con un costo cercano a los 850 millones de pesos, también facilita la estabilidad del terreno y permite que los niños estudien sin ese tipo de preocupación. Superando las barreras, ahora algunos líderes de El Poblado ven con sus propios ojos cómo su anhelo de tener un colegio de calidad, público, en la parte alta de las lomas de la comuna, se hace realidad tras el avance que muestran las obras con el paso del tiempo. “Este era el sueño de todos los líderes de El Poblado que veíamos como algo imposible que se pudiera dar. Debemos darle las gracias al antiguo Jefe de Núcleo Alejandro Barros, quien gestionó para que lo dieran por Compensación Urbanística y que los líderes aportáramos con recursos de Presupuesto Participativo”, expresó Amparo Gaviria, Vicepresidente de la Junta Administradora Local y quien más perseveró ante la Administración Municipal para que el colegio se desarrollara.
Cada día mejor Actualmente el colegio presta servicio desde preescolar hasta séptimo grado, y según la demanda se ampliaría hasta noveno. De lunes a viernes hay dos jornadas, y los sábados hay validación de primaria y secundaria con el apoyo de la Secretaría de Educación. Para antes de terminar el año, la Edu, Empresa de Desarrollo Urbano, espera terminar la biblioteca, la parte administrativa y la sala de profesores. Sobre la segunda etapa la Edu ya tiene el diseño, el cual será socializado en los próximos días antes de comenzar obras. Para 2011 se espera contar con el polideportivo. “En la parte de arriba de las lomas no había ninguna escuela pública, las otras son privadas y aunque hagan labor social muchos niños no pueden estudiar allí. El sueño es tener buena calidad de educación, allá llegará Medellín Digital y nos prometieron un aula con computadores. El esfuerzo da sus frutos, que la gente sepa que es una escuela de puertas abiertas para que padres de familia de otros estratos superiores traigan a sus niños si tienen dificultades económicas. Este es un triunfo de todos los líderes”, indicó Amparo Gaviria.
Publicado en la edición 398, 20 septiembre de 2009
Flor de Mayo
Pertenece a la familia Orchidaceas del género Cattleya. Este género fue asignado en homenaje al horticultor inglés William Cattley, recolector y coleccionista de orquídeas y de otras especies epífitas. Se conocen alrededor de 50 especies de Cattleya, y son propias de las zonas tropicales de América. Esta familia es la más abundante, tanto en la flora colombiana como en la mundial. Su nombre común es Flor de mayo o Lirio de mayo y su nombre científico, Cattleya Trianaei, se refiere a José Jerónimo Triana, uno de los más destacados investigadores botánicos colombianos, del siglo diecinueve. Propia de los bosques colombianos, luce tanto en las suntuosas mansiones como en las sencillas casas del pueblo o del campo, colgando de los aleros en sencillas canastas de alambre. Desde noviembre de 1936 es la Flor Nacional de Colombia.
María Cristina Restrepo: La importancia de lo cultural.
Docente, traductora, directora de la Biblioteca de Eafit durante 7 años, escritora. Parca a la hora de publicar, pues cree que no todo debe salir a la luz pública, prefiere esperar cierta satisfacción a partir del resultado final de su trabajo. Inventora de sonidos castizos para animales creados por Kipling, su mayor reto como traductora, María Cristina Restrepo ha permanecido siempre atenta a la educación y la cultura, a las que considera como dos de los más importantes caminos para superar la violencia gracias a sus función civilizadora.
Agradecida por haber podido participar en el trabajo cultural a lo largo de su vida, como escritora ha publicado ensayos, cuentos y novelas. Con su más reciente libro, La mujer de los sueños rotos (Seix Barral, 2009) demostró que para ella escribir novelas es un pasatiempo apasionante y una grata responsabilidad.
Hace algunos días un padre de familia le comentó a otro lo siguiente: “No sé que hacer con mi hijo. Esta en plena adolescencia, se volvió rebelde, grosero e intolerante conmigo y mi esposa y solo piensa en salir a la calle con sus amigos. Creo que se me está saliendo de las manos”. El otro le respondió: “pues hombre, y vos qué esperabas. Pues eso es precisamente lo que tiene que hacer a esa edad. Se tiene que rebelar, te tiene que cuestionar y tiene que empezar a buscar quien es él en el mundo. Para eso se te tiene que salir de las manos.” Esa respuesta me confrontó porque puso en evidencia esa gran contradicción que existe en las familias con hijos adolescentes: los padres quieren lo mejor para los hijos, pero estos últimos no quieren lo mismo que sus padres. Los hijos necesitan como nunca el apoyo de sus padres, pero también necesitan confrontarlos y transgredir aquello que dicen y prescriben. Es una etapa llena de paradojas. Me pregunté silenciosamente mientras escuchaba la conversación: “¿qué puede hacer este hombre con su hijo adolescente? ¿Qué necesita el hijo adolescente de su padre?” Empezaré por decir que la adolescencia es el periodo de transición entre la niñez y la adultez de una persona. ¿Qué se está jugando en la vida del adolescente? ¿Por qué implica una profunda crisis tanto en la vida del adolescente como en la de su familia? Los adolescentes viven varios duelos. Por un lado sus cuerpos cambiantes devienen escenario de la sexualidad y el deseo. La espontaneidad del cuerpo infantil pierde su libertad ante un cuerpo que mira y busca ser mirado y se angustia ante la mirada del otro. Por otro lado pierde su identidad de niño desligada de límites y responsabilidades. Esa tierra de “Nunca Jamás” donde todo es posible se derrumba mientras el adolescente encuentra límites, oposiciones, reglas y peligros. Entre él y sus deseos crece una distancia. Entre él y sus padres, antes sobrevalorados, o incuestionados a lo sumo, se abre una brecha difícil de salvar. Pero la adolescencia, también implica búsquedas y elecciones. Una identidad debe morir para que surja otra más estable y amplia. Un adolescente busca un sentido, un espacio en el mundo, una forma de nombrarse y nombrar a los otros. Busca, y esto es lo más importante, emanciparse de una relación de dependencia, para empezar a ser responsable y pararse en sus propios pies. Se pregunta una y otra vez: ¿Quién soy, cuál es mi bien, cuál es mi mal, cuál es mi camino, cuál mi vocación, cuál es mi deseo? Lo anterior, como es bien sabido no se da de la noche a la mañana, ni de formas sutiles. A la adolescencia la acompaña un tono de transgresión, de disrupción, que va desde el alegato o la excentricidad, hasta la infracción. Pero es importante saber que todos estos movimientos le sirven a una profunda búsqueda que generará, en el mejor de los casos, una gran transformación. Si los padres tienen esto en cuenta, pueden acompañar, hasta cierto punto, a sus hijos adolescentes: mostrarles límites que no coarten su libertad, ofrecerles un amor espacioso que, no obstante, exija respeto, y finalmente fomentar en ellos la apropiación de mayores grados de conciencia y responsabilidad. Opino que más problemática que una adolescencia difícil, es una adolescencia mediocremente vivida, esto es, sin cuestionamientos, ni búsquedas, ni causas, ni revolcones, ni equivocaciones. Elegir y sostener sus propias elecciones, sin retroceder ni culparse por lo que sienten sus padres. Aceptarlos con sus fallas sin preocuparse por cambiarlos. Apartarse de ellos y seguir su propio camino. Eso es lo que busca un adolescente. Todos los que pasamos por eso sabemos cuanto trabajo cuesta.
Próxima columna: Las prisiones de la adolescencia. [email protected]
En El Santísimo Cecilia Uribe de Gaviria y Juan Felipe Gaviria. Ricardo Salazar y María Adelaida Garcés. Manuel Ibañez, Manuela Vega, Eduardo García.
¿Quién más indicado para preparar un arroz en paella que un experto cocinero proveniente de la tierra donde se creó este plato? Ese fue el ofrecimiento que hizo El Santísimo el jueves 3 de septiembre, al invitar a degustar el trabajo del chef valenciano Eduardo García. Este chef, con renombre internacional, es un especialista en la paella, gracias a más de 35 años de experiencia en restaurantes de Valencia. El acompañamiento perfecto en esa noche española fueron algunos de los vinos de Casa Ibañez ¡Y olé!.
A 35 mil libros asciende la donación que la Faes, Fundación Antioqueña para los Estudios Sociales, le hizo a la Universidad Eafit de manera oficial el pasado mes de julio. Según María Isabel Duarte, coordinadora de la Sala Patrimonial, “por ahora estamos en proceso de trasteo, son unas 3 mil cajas en total y ahí nos han ido llegando. Tendremos libros, archivos históricos, periódicos, folletería, mapoteca y varios documentos. Esperamos que para 2010 la tengamos abierta al público”, dijo. La colección Faes es una de las más importantes de Medellín y Antioquia especializada en ciencias sociales y humanas, que llevaba cerrada casi 10 años en su sede del barrio Prado en una casa vieja. “Estamos felices, es algo muy bueno para la comunidad porque el archivo estaba en condiciones críticas. Nuestro compromiso es conservar este patrimonio y estamos adecuando la Sala Patrimonial para eso”, indicó Duarte. Nueva sala Con motivo de la importante llegada de la documentación de la Faes, la Sala Patrimonial fue trasladada al cuarto piso del Centro Cultural Biblioteca Luis Echavarría Villegas, un lugar más amplio y nuevo recinto para la histórica y valiosa colección. Desde 2003 cuando Eafit creo la Sala Patrimonial, ha desarrollado grandes investigaciones con apoyo a la docencia y a la extensión de la universidad. Con esta colección incrementan su patrimonio documental y complementan su biblioteca. “Estará abierta al público en general, investigadores, particulares y estudiantes. Una característica de la Faes es el apoyo y desarrollo de estudios regionales del departamento, lo que explica que no sólo tendremos libros sino otro tipo de documentos al servicio de la ciudad”, afirmó María Isabel Duarte, la coordinadora de la sala.
“El Bicentenario es una oportunidad excelente para volver a mirar lo que fue el origen de nuestras naciones modernas y para hacer un balance de lo que hemos hecho bien y hemos hecho mal en estos 200 años. La verdad es que los ideales de la Independencia fueron muy altos, los sueños que acunaron los libertadores de estas tierras fueron muy ambiciosos. Por ejemplo, hablar a fines del siglo 18 en Francia de libertad, igualdad y fraternidad era acá muy ambicioso en una sociedad muy fraccionada, donde había aristócratas, pueblo llano, donde había grandes fortunas, nobleza hereditaria y restricciones sobre la sociedad. Hablar de igualdad cuando había tantas estratificaciones de la sociedad europea era muy ambicioso y hablar de fraternidad cuando había tantos odios acumulados y tantos desencuentros era muy ambicioso. Pero era mucho más ambicioso mencionar esas tres palabras en la América de finales del siglo 16 porque aquí había indígenas a los que se les había negado su condición humana, había esclavos –que en ese tiempo en Europa no los había; es decir, la Revolución Francesa no luchaba contra la esclavitud porque no había esclavitud en Europa, no luchaba contra la discriminación de los indígenas porque no había indígenas en Europa…”.
El valor de la Independencia “…Esa lucha de los libertadores era al mismo tiempo una lucha por la independencia contra España, una lucha por la igualdad, contra la esclavitud, contra la discriminación racial; era mucho más compleja la lucha en América. Es asombroso que en épocas en que apenas nacía la idea de la República en Europa, ya algunos hubieran concebido la posibilidad de repúblicas, de construir democracias en América. La verdad es que la democracia, que había sido inventada por los griegos hacía mucho tiempo, renació en el mundo en América, porque aun la Revolución Francesa se inspiró de la Independencia de los Estados Unidos y la Declaración de los Derechos del Hombre fue una recreación americana. Nosotros olvidamos que fuimos pioneros de muchas cosas. De la lucha por la república fuimos pioneros, hubo repúblicas primero en América que en muchas regiones de Europa. No lo hemos logrado, ha sido muy difícil, era más difícil que en Europa, era más difícil superar aquí tantas intolerancias, tantas estratificaciones heredadas, e infortunadamente los criollos que heredaron el poder en estas repúblicas muchas veces discriminaron más a los indígenas y a los esclavos que los propios españoles…”.
Frente al futuro “…Nosotros tenemos, pues, que hacer el balance de todo eso, medir la enormidad de los sueños y compararlo con los resultados para ver qué balance arroja. También creo que muchos de esos sueños son todavía deudas pendientes de nuestra cultura y recordarlo puede ayudarnos a que crezcan generaciones capaces de proponerse nuevamente grandes tareas históricas. Yo creo que la celebración del Bicentenario de la Independencia no puede limitarse a una mera enumeración de hechos del pasado; es la deuda nuestra con el presente, con nuestras tareas presentes, y una oportunidad de soñar todo lo que podemos llegar a ser en países que ya han demostrado tener una amplitud de miradas y ser capaces de proponerse tareas que parecían ir más allá de sus limitaciones históricas”.
Publicado en la edición 397, 06 septiembre de 2009
Cable
El paisaje de “Cable” es el de la vida urbana, signada por la industrialización y la tecnología, con una geometría inapelable que se impone a los juegos orgánicos de la naturaleza
Foto cortesía Museo de Arte Moderno.
Por Carlos Arturo Fernández U.
A lo largo de más de tres décadas, Jorge Ortiz ha desarrollado una activa creación artística centrada en los procesos fotográficos, que por lo general ha pasado casi desapercibida para los grandes circuitos de la crítica y del público en el país. Sin embargo, mantiene su actividad callada y persistente, basada en logros y experiencias sutiles difícilmente comercializables, pero llena de entusiasmo, de profundidad conceptual y de una calidad estética de primer orden en el arte nacional. “Cable”, una fotografía de 75 por 75 centímetros, de 1978, forma parte de una amplia serie experimental en la cual Jorge Ortiz se enfrenta simultáneamente al pasado y al futuro: a los problemas tradicionales de la historia del arte regional y a las posibilidades de transformación que abrían los nuevos usos de las tecnologías ante horizontes globales. A pesar de su aparente simplicidad, esta serie de fotografías reconoce, por una parte, que el interés por el paisaje y, en sentido más general, por la relación con la naturaleza, ha sido una preocupación constante de la cultura antioqueña, lo que se manifiesta claramente en la pintura de todo el siglo 20; pero, por otra parte, hace caer en la cuenta de que, en esa relación hombre / naturaleza, lo mejor del arte regional centró sus preocupaciones en el ser humano, sin falsas nostalgias por paraísos terrenales que la tradición creó, quizá para exorcizar la dureza de la realidad. El paisaje de “Cable” es el de la vida urbana, signada por la industrialización y la tecnología, con una geometría inapelable que se impone a los juegos orgánicos de la naturaleza pero, por eso mismo, cargada del más profundo sentido humano. Sin embargo, ya desde esta serie de los cables, que constituye uno de sus primeros trabajos, Jorge Ortiz nos revela su entusiasmo por investigar los procesos físicos y químicos que hacen posible la fotografía. Y también en esa investigación se planta entre pasado y futuro para descubrir los mecanismos, casi alquímicos, que permiten el milagro de escribir y dibujar con la luz, para lograr la paradoja de un paisaje que, como en este caso, no existe más allá del puro contraste de luz y sombra. En realidad, más que la toma de una fotografía, lo que interesa a Jorge Ortiz es la reflexión acerca de los problemas que la sustentan o se manifiestan a través de ella, con la convicción de que por ese medio podemos descubrir la vida de universos insospechados con los cuales convivimos, casi sin darnos cuenta. *** Hasta el 15 de septiembre, la Sala U – Arte Contemporáneo, de la Universidad Nacional sede Medellín (Facultad de Arquitectura, bloque 24, 9 am. – 5 pm.) presenta la exposición “Nubes en el cuarto oscuro”, de Jorge Ortiz. Vale la pena no perdérsela
Publicado en la edición 397, 06 septiembre de 2009
Cable
El paisaje de “Cable” es el de la vida urbana, signada por la industrialización y la tecnología, con una geometría inapelable que se impone a los juegos orgánicos de la naturaleza
Foto cortesía Museo de Arte Moderno.
Por Carlos Arturo Fernández U.
A lo largo de más de tres décadas, Jorge Ortiz ha desarrollado una activa creación artística centrada en los procesos fotográficos, que por lo general ha pasado casi desapercibida para los grandes circuitos de la crítica y del público en el país. Sin embargo, mantiene su actividad callada y persistente, basada en logros y experiencias sutiles difícilmente comercializables, pero llena de entusiasmo, de profundidad conceptual y de una calidad estética de primer orden en el arte nacional. “Cable”, una fotografía de 75 por 75 centímetros, de 1978, forma parte de una amplia serie experimental en la cual Jorge Ortiz se enfrenta simultáneamente al pasado y al futuro: a los problemas tradicionales de la historia del arte regional y a las posibilidades de transformación que abrían los nuevos usos de las tecnologías ante horizontes globales. A pesar de su aparente simplicidad, esta serie de fotografías reconoce, por una parte, que el interés por el paisaje y, en sentido más general, por la relación con la naturaleza, ha sido una preocupación constante de la cultura antioqueña, lo que se manifiesta claramente en la pintura de todo el siglo 20; pero, por otra parte, hace caer en la cuenta de que, en esa relación hombre / naturaleza, lo mejor del arte regional centró sus preocupaciones en el ser humano, sin falsas nostalgias por paraísos terrenales que la tradición creó, quizá para exorcizar la dureza de la realidad. El paisaje de “Cable” es el de la vida urbana, signada por la industrialización y la tecnología, con una geometría inapelable que se impone a los juegos orgánicos de la naturaleza pero, por eso mismo, cargada del más profundo sentido humano. Sin embargo, ya desde esta serie de los cables, que constituye uno de sus primeros trabajos, Jorge Ortiz nos revela su entusiasmo por investigar los procesos físicos y químicos que hacen posible la fotografía. Y también en esa investigación se planta entre pasado y futuro para descubrir los mecanismos, casi alquímicos, que permiten el milagro de escribir y dibujar con la luz, para lograr la paradoja de un paisaje que, como en este caso, no existe más allá del puro contraste de luz y sombra. En realidad, más que la toma de una fotografía, lo que interesa a Jorge Ortiz es la reflexión acerca de los problemas que la sustentan o se manifiestan a través de ella, con la convicción de que por ese medio podemos descubrir la vida de universos insospechados con los cuales convivimos, casi sin darnos cuenta. *** Hasta el 15 de septiembre, la Sala U – Arte Contemporáneo, de la Universidad Nacional sede Medellín (Facultad de Arquitectura, bloque 24, 9 am. – 5 pm.) presenta la exposición “Nubes en el cuarto oscuro”, de Jorge Ortiz. Vale la pena no perdérsela
Usamos cookies para asegurar que te damos la mejor experiencia en nuestra web. Si continúas usando este sitio, asumiremos que estás de acuerdo con ello.Aceptar