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Aventureros extremos

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Aventureros extremos
El espíritu aventurero de un egresado y un estudiante del Poli los ha llevado a exóticos parajes

Todo comenzó por una promesa. Luego de la muerte de su hija Katerine en 2001, Yesid Alejandro Ochoa, ingeniero de instrumentación y control del Politécnico Jaime Isaza Cadavid, decidió hacer el viaje más largo de su vida: ir en bicicleta hasta el Cabo de la Vela –en la Guajira– y esparcir las cenizas en la inmensidad del océano Atlántico.
En esta odisea Yesid no estuvo solo. Contó con la compañía de José Fernando Bonilla, un estudiante de Tecnología en Sistematización de Datos, quien al conocer la noble causa de la travesía no dudó un momento en ser su escudero.
“La idea surgió en 2005 y fue una iniciativa propia, una motivación personal. Conocí a Fernando y desde ahí comenzamos a gestionar el proyecto con el respaldo y apoyo del Politécnico, que nos entregó recursos económicos para poder hacer el viaje. Básicamente nos dieron la alimentación y el hospedaje. Finalmente, en 2007 pudimos emprender la aventura que llamamos “Kameg” (Katerine – Medellín – Guajira) en honor a mi hija”, cuenta Yesid, quien preparó la bicicleta mecánicamente para dejarla “como una uva” y acomodó su maleta a la espalda, con las herramientas necesarias para rodar por carretera cerca de 15 días, atravesar seis departamentos y pedalear más de 1.100 kilómetros.
Yesid tiene 32 años y José Fernando 38. Aunque sus profesiones no tienen nada que ver con la bicicleta, ambos son amantes del deporte de aventura. La experiencia adquirida en las carreteras y montañas colombianas los ha motivado para formar clubes deportivos. Incluso José Fernando, quien es técnico de ciclomontañismo, organizó después de la experiencia el primer semillero de deportes de aventura en el politécnico Jaime Isaza Cadavid.
“El deporte es una forma de crecimiento, no solo para la parte física sino personal. Acá tenemos un potencial para el deporte de aventura, por nuestra geografía y paisajes, pero aún estamos abriendo ese campo. Nosotros promovemos el ecoturismo, pues por medio de las travesías es posible conocer muchos lugares. Es descubrir nuestro país, que es bastante hermoso, es mostrarle a la gente que no solo se puede viajar por avión o en carro”, dice Fernando.
Desde la primera travesía extrema, este par de ciclistas aficionados ya ha realizado cuatro aventuras en bicicleta. La segunda fue en 2010, la que llamaron “Karagabi”, en referencia al dios embera-katío. En esa oportunidad recorrieron la ruta Medellín-Playa Blanca-La Miel-Panamá, un trayecto de cerca de 980 kilómetros, durante trece días y cinco horas. La tercera, en 2011, fue Nevados-Tatacoa, en la que durante siete días y doce horas atravesaron los departamentos de Caldas, Tolima y Huila.
De su última expedición llegaron hace menos de un mes. Estaba proyectada entre Medellín y el Meta, pero terminó a mitad de camino, en Quindío, cuando los recursos se agotaron. “En esta última aventura tuvimos el apoyo de un motorratón, patrocinado por Auteco, que nos acompañó todo el camino. Lamentablemente los recursos económicos no fueron suficientes para cumplir con todo el trayecto, así que en la Plaza de la Gobernación de Armenia marcamos nuestro destino”, cuenta Yesid.

Próxima aventura
Desde ahora este par de ciclistas aventureros prepara la próxima travesía extrema. Para 2013, en la cabeza de estos politecnistas ronda la idea de ir en bicicleta por todo Centroamérica. Lo que más les llama la atención es cruzar los caminos que bordean los ríos Atrato y Truandó, en el Tapón del Darién, que según la Sociedad Geográfica Colombiana es el segundo canal interoceánico más importante del mundo, después del istmo de Panamá.
“Esta es una expedición muy exótica y que nos llama mucho la atención, porque son territorios muy desconocidos y que tienen mucho por explorar. La idea es poder hacer el recorrido, una parte en bicicleta, otra en caminata, y en kayak cuando haya que viajar por el río”, apunta Yesid. “Para ello estamos buscando apoyos que nos permitan organizar bien la travesía y poder convocar a más personas que se unan a esta aventura en bicicleta”.

Delegados, a inscripciones

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Delegados, a inscripciones

El 31 de agosto es el límite para las inscripciones de los delegados

La Alcaldía de Medellín, por intermedio de la Secretaría de Desarrollo Social, anunció que hasta el próximo 31 de agosto estarán abiertas las inscripciones de los delegados escogidos por las organizaciones comunitarias para participar en el proceso de Presupuesto Participativo y decidir cuáles proyectos del Plan de Desarrollo Local se priorizan para el desarrollo de las comunas.
“Es muy importante que todas las personas, tanto de las urbanizaciones como de las organizaciones barriales, se inscriban y participen del Presupuesto Participativo porque de eso dependen los recursos que recibirá la comuna. Hay muchos proyectos que se deben sacar adelante y esperamos recibir buenos recursos para priorizarlos en El Poblado”, afirma Elisa Sánchez, representante de Corpoblado.
Los candidatos a ser delegados deben, entre otros requisitos, ser mayores de 14 años; las organizaciones deben tener mínimo un año con personería jurídica y ser conformadas por más de diez integrantes. Cumpliendo esta normativa, los delegados pueden diligenciar el formulario que se entrega en los 22 puntos habilitados por la Alcaldía. En El Poblado, el Mascerca es el lugar de inscripciones, todos los lunes y martes de 2 a 5 pm.
“Con la inscripción de delegados, comienza el proceso preparatorio de las Asambleas barriales y veredales en las comunas y corregimientos de la ciudad, que tienen un doble objetivo: elegir a los delegados de las Asambleas y priorizar los proyectos de los Planes de Desarrollo Local que serán implementados con recursos del presupuesto participativo”, señala la Secretaría.
Por su parte, los delegados candidatos por las Asambleas barriales y veredales, que no representan las organizaciones, tendrán plazo de inscripción hasta el 23 de septiembre, según el cronograma presentado por la administración municipal. Luego de las inscripciones, los delegados serán elegidos democráticamente en las Asambleas barriales del 7 de octubre. “Los delegados por asambleas son aquellos que buscan representar a sus comunidades, mientras que los delegados por organizaciones entran directamente a ser parte de los actores que conforman los Consejos Comunales y Corregimentales, instancias donde se toman decisiones relacionadas con el desarrollo colectivo de las comunas”, explica Katherine Velásquez, de la Secretaría de Desarrollo Social.
El Presupuesto Participativo es una política pública que permite a la ciudadanía decidir sobre el cinco por ciento del presupuesto municipal de libre inversión. El año pasado El Poblado recibió, por parte del programa, 4.132 millones que fueron destinados a proyectos de medio ambiente como la recuperación de quebradas; en educación, a programas como Buen Comienzo y apoyos de créditos educativos; además, se asignaron recursos para recreación y deportes, seguridad, convivencia y salud, entre otros proyectos.
Para los próximos cuatro años la Alcaldía de Medellín ha fijado recursos por 584 mil millones de pesos para toda la ciudad, dentro del programa de Planeación Local y Presupuesto Participativo –PL y PP–. “Durante los encuentros barriales, que son eventos preparatorios a las Asambleas, se construye el plan de Presupuesto Participativo. Cuando se inicie el proceso de las Asambleas barriales se analizarán las principales necesidades de la comunidad para priorizar los recursos, que deben de estar acordes al Plan de Desarrollo Local. En El Poblado, aún estamos en proceso de revisión del tarjetón donde se priorizarán los proyectos a invertir este año”, cuenta Johana Ramírez, coordinadora de la Secretaría de Desarrollo Social en la comuna 14.

Decisiones cada día

Decisiones cada día

/ Elena María Molina

Canto aunque no cante. Cuando decidí escribir sobre el tema y puse el título sonreí recordando la canción. Y el tema surgió cuando me pregunté: ¿Quién decide en mí? A cada día y a cada instante. Decidir es un acto de libertad que nos permite ser autónomos. En principio creemos que es la razón y lo que constatamos es que los momentos decisivos jamás nos dan el tiempo de tomar decisiones. Es más, cuando nos tomamos el tiempo para hacerlo, entramos en dos procesos: el uno, examinarnos hasta que llegue la duda que toca hasta lo más profundo de la autoestima y, luego, aparece ese fantasma que se llama el remordimiento. Argumentar nunca garantiza el resultado.

Dudar, elegir, escoger, lamentar, es el mecanismo de la deliberación interior. Y mientras más lo utilizamos, más tensa se hace nuestra existencia y más nos alejamos de la felicidad. Lo que uno también va entendiendo es que por más reflexión que intentemos, siempre se vuelve al pálpito inicial y las decisiones no son tan importantes. Lo que nos toca en el fondo es saber cuál vital y feliz nos permite ser y hacer lo que decidimos.
Pensamos hasta la obsesión, y frente a ella lo único que importa es quién decide, pero valoramos más lo que pensamos que nuestro mismo ser. Lo curioso es que en los momentos más importantes de la vida no hay tiempo para pensar, y decidimos. Siempre hay alguien en cada ser que sabe lo que quiere, que elige sin dudar, alguien sutil con una gran capacidad de responder a cada instante y al que hay que alimentar desde el deseo. ¡El deseo de vida, de ser fértiles en todo lo que hacemos! Porque la realidad es un movimiento perpetuo para dejarnos todo el tiempo para pensar.

Alimentar el ser y nutrir el espíritu. Llenarlo de vida y de las propuestas que la naturaleza nos muestra, es lo que nutre la decisión. Hacerlo es optar por la vida y va a permitirnos bajarle la tensión que siempre conduce al inconformismo y al remordimiento. Nutrir la creatividad conduce a la espontaneidad. Amarse, amar lo que se hace, amar a los demás y el respeto aprendido, es lo que permite que nuestras decisiones, nuestras respuestas, estén llenas de la magia de la justicia, la rapidez del instinto y la luz de la sabiduría. Dice Marquet: “¡Yo no premedité mi acto, pero la necesidad de actuar me encontró listo! A favor de una disponibilidad interior que no perturba ni pensamiento, ni afecto… El pensamiento interviene después para constatar mi fecundidad”.
Vivir en vela intensamente, nutriéndonos de amor, creando, respetando. Porque a cada instante optamos por la vida.
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Falsas VIP, siguen en la mira

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Falsas VIP, siguen en la mira
Control y acciones frente a las viviendas VIP en estratos altos es el compromiso del Municipio. Se anuncia modificación de la ley que regula estos proyectos

“Estamos trabajando en la resolución que esperamos expedir la semana entrante. Con esto ya podemos entrar a trabajar en un mejor control y regulación de las VIP, ya que se advirtió a los notarios y oficinas de registro para que no expidan escrituras de proyectos que no cumplan con las características y no se ajusten a la normativa”, declara Jorge Enrique Vélez, Superintendente de Notariado y Registro, quien quiere poner en cintura a las constructoras que están desarrollando proyectos de Vivienda de Interés Prioritario (VIP) en estratos 4, 5 y 6.
Los proyectos VIP están amparados bajo el decreto nacional 2060 de 2004, por el cual se establecen normas mínimas para proyectos VIS y VIP. La normativa, orientada a programas o desarrollos masivos de vivienda, se ha venido aplicando de manera indiscriminada para desarrollos multifamiliares aislados, predio a predio, sin tener en cuenta las normas municipales en términos de alturas, obligaciones de estacionamientos vehiculares y densidades definidas por el Plan de Ordenamiento Territorial, tal y como se ha informado desde tiempo atrás en Vivir en El Poblado.
“Los ciudadanos afectados por estas licencias no entendemos por qué la administración pública no adoptó oportunamente las medidas de choque necesarias para evitar que las curadurías las siguieran otorgando, cuando ya existía total certeza de la problemática. Con posterioridad al decreto 012 de 2011, se expidió el 2060 de 2012, que no contiene normas que desestimen en su totalidad la construcción de estos proyectos, solamente hace referencia a los parqueaderos, pero no se considera la no viabilidad económica del proyecto partiendo del valor del terreno”, señala la corporación cívica Corpoblado, que también ha levantado su voz de alerta ante el Municipio para el control de estos proyectos en la comuna 14.
Durante la última sesión extraordinaria del Concejo de Medellín, el pasado 15 de agosto, se visibilizaron los efectos negativos de la construcción de cuatro mil apartamentos en sectores de Belén, Laureles, La América y El Poblado. Bernardo Alejandro Guerra, presidente de la corporación, menciona que la aprobación de este tipo de proyectos tiene como consecuencia “la alteración de la movilidad y de la calidad del hábitat, la evasión de impuestos”. Añade que esta práctica podría derivar en “un posible carrusel de la corrupción, en el que estarían participando funcionarios públicos y particulares”.
De los 41 proyectos VIP denunciados por Planeación en Fiscalía y que también investiga la Personería, solo aparece uno con licencia en El Poblado, ubicado en el barrio El Diamante 2 (carrera 41 AA con 18B Sur – Proyecto Frontiere), aprobado por la Curaduría Primera. Sin embargo, representantes de Corpoblado señalan que en la comuna 14 se encuentran más proyectos que no figuran en la lista de investigados. “Solo se registra una licencia en estrato seis, pero esta información está incompleta, no aparece ni siquiera el proyecto Oslo, en la loma El Tesoro. Estoy elevando derecho de petición para establecer por qué no aparece”, señala la abogada Jenny Acero, representante de Corpoblado.
“La petición de los ciudadanos afectados por el licenciamiento indiscriminado de proyectos VIP en estratos 4, 5 y 6, aparentemente resultado de un vacío normativo, es que se proceda a la revocatoria directa de los actos administrativos que las otorgaron, revocatoria consagrada en el artículo 43 del decreto 1469 de 2010, que puede ser adelantada por el mismo curador o por el alcalde municipal o su delegado”, solicita Corpoblado.
Ante esta petición, el secretario de Planeación Municipal, Álvaro Berdugo, señala: “Ya se han tomado decisiones. La primera es modificar la ley y sacar el decreto que regule este tipo de proyectos en estratos altos. También se decidió conformar una mesa de trabajo para tratar el tema, desde lo que nos permite la norma. Necesitamos la actuación de otros actores como los curadores, que se haga el debate ético de este tipo de proyectos y licencias. La Personería también debe tener acciones frentes a las construcciones VIP. En cuanto a la suspensión de las licencias, como han pedido algunos concejales, debemos hacer una consulta a la parte legal, ya que este es un tema totalmente jurídico”, concluye.

Que no se pierda el impulso

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Que no se pierda el impulso
El reto ahora es aprovechar el impulso y frenar de una vez por todas las falsas VIP. Y, a propósito, ¿qué va a pasar con las que ya están terminadas?

Por fin, después de cerca de dos años de que en Vivir en El Poblado diéramos la voz de alerta sobre las irregularidades alrededor de la construcción de Viviendas de Interés Prioritario (VIP), se empieza a dar una verdadera respuesta social e institucional frente a este tema.
La primera inquietud la manifestó a este periódico una fuente confiable, un alto directivo del Departamento de Planeación de Medellín, quien veía impotente cómo constructores inescrupulosos, a la caza de oportunidades no éticas de negocio, le hacían el esguince a la ley para beneficiarse, sin remordimientos, de las exenciones de impuestos y otros incentivos contemplados para aquellos que edificaran, de verdad, viviendas para los más pobres.
La fórmula de este descaro, por decir lo menos, es bien sencilla, como bien lo explica en esta edición el columnista Juan Carlos Vélez, y como lo hemos detallado en otras ocasiones: construyen supuestas viviendas VIP (cuyo valor no debe exceder los 70 salarios mínimos legales mensuales vigentes –hoy, 39 millones 669 mil pesos–) pero terminan vendiendo estas unidades a precios similares al de cualquier proyecto en estratos altos. De entrada, es absurdo pensar que pueda haber viviendas de este tipo en la comuna 14, donde el valor promedio del metro cuadrado es de tres millones cien mil pesos. ¿De cuántos metros entonces tendría que construirse una casa en El Poblado para que no exceda los 39 millones 669 mil pesos de una VIP? Con cuentas sencillas, el apartamento sería de 12.79 metros cuadrados. Si acaso, un patio. La figura que les ayuda a estos constructores a burlar la normativa es vender por separado parqueadero, cuarto útil y acabados, para equiparar el valor que normalmente tiene un apartamento en la comuna 14. Obligan al comprador a adquirirlo bajo estas condiciones que excluyen a una familia de escasos recursos económicos. Estas, difícilmente, logran acceder a una casa VIP con el precio establecido por el Gobierno.
Hay que ver la dificultad, por ejemplo, para que una madre de tres hijos, cabeza de familia, quien trabaja sin descanso desde hace 20 años en los oficios varios de una empresa estable, pueda conseguir en Medellín, en el barrio popular donde habita, en el estrato 1, una casa propia. De hecho, no ha sido posible. Además de las trabas para obtener los créditos y subsidios, el solo tope de la cuota inicial la hace inalcanzable para alguien que como ella gana un salario mínimo y, por tanto, no tiene capacidad de endeudamiento. Por eso es inadmisible seguir permitiendo que constructores avivatos alimenten sus arcas de cuenta de los beneficios que deberían destinarse exclusivamente a favorecer a los más necesitados.
El reto ahora es aprovechar el impulso y frenar de una vez por todas las falsas VIP. Y, a propósito, ¿qué va a pasar con las que ya están terminadas?

Que no se pierda el impulso

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Que no se pierda el impulso
El reto ahora es aprovechar el impulso y frenar de una vez por todas las falsas VIP. Y, a propósito, ¿qué va a pasar con las que ya están terminadas?

Por fin, después de cerca de dos años de que en Vivir en El Poblado diéramos la voz de alerta sobre las irregularidades alrededor de la construcción de Viviendas de Interés Prioritario (VIP), se empieza a dar una verdadera respuesta social e institucional frente a este tema.
La primera inquietud la manifestó a este periódico una fuente confiable, un alto directivo del Departamento de Planeación de Medellín, quien veía impotente cómo constructores inescrupulosos, a la caza de oportunidades no éticas de negocio, le hacían el esguince a la ley para beneficiarse, sin remordimientos, de las exenciones de impuestos y otros incentivos contemplados para aquellos que edificaran, de verdad, viviendas para los más pobres.
La fórmula de este descaro, por decir lo menos, es bien sencilla, como bien lo explica en esta edición el columnista Juan Carlos Vélez, y como lo hemos detallado en otras ocasiones: construyen supuestas viviendas VIP (cuyo valor no debe exceder los 70 salarios mínimos legales mensuales vigentes –hoy, 39 millones 669 mil pesos–) pero terminan vendiendo estas unidades a precios similares al de cualquier proyecto en estratos altos. De entrada, es absurdo pensar que pueda haber viviendas de este tipo en la comuna 14, donde el valor promedio del metro cuadrado es de tres millones cien mil pesos. ¿De cuántos metros entonces tendría que construirse una casa en El Poblado para que no exceda los 39 millones 669 mil pesos de una VIP? Con cuentas sencillas, el apartamento sería de 12.79 metros cuadrados. Si acaso, un patio. La figura que les ayuda a estos constructores a burlar la normativa es vender por separado parqueadero, cuarto útil y acabados, para equiparar el valor que normalmente tiene un apartamento en la comuna 14. Obligan al comprador a adquirirlo bajo estas condiciones que excluyen a una familia de escasos recursos económicos. Estas, difícilmente, logran acceder a una casa VIP con el precio establecido por el Gobierno.
Hay que ver la dificultad, por ejemplo, para que una madre de tres hijos, cabeza de familia, quien trabaja sin descanso desde hace 20 años en los oficios varios de una empresa estable, pueda conseguir en Medellín, en el barrio popular donde habita, en el estrato 1, una casa propia. De hecho, no ha sido posible. Además de las trabas para obtener los créditos y subsidios, el solo tope de la cuota inicial la hace inalcanzable para alguien que como ella gana un salario mínimo y, por tanto, no tiene capacidad de endeudamiento. Por eso es inadmisible seguir permitiendo que constructores avivatos alimenten sus arcas de cuenta de los beneficios que deberían destinarse exclusivamente a favorecer a los más necesitados.
El reto ahora es aprovechar el impulso y frenar de una vez por todas las falsas VIP. Y, a propósito, ¿qué va a pasar con las que ya están terminadas?

Que no se pierda el impulso

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Que no se pierda el impulso
El reto ahora es aprovechar el impulso y frenar de una vez por todas las falsas VIP. Y, a propósito, ¿qué va a pasar con las que ya están terminadas?

Por fin, después de cerca de dos años de que en Vivir en El Poblado diéramos la voz de alerta sobre las irregularidades alrededor de la construcción de Viviendas de Interés Prioritario (VIP), se empieza a dar una verdadera respuesta social e institucional frente a este tema.
La primera inquietud la manifestó a este periódico una fuente confiable, un alto directivo del Departamento de Planeación de Medellín, quien veía impotente cómo constructores inescrupulosos, a la caza de oportunidades no éticas de negocio, le hacían el esguince a la ley para beneficiarse, sin remordimientos, de las exenciones de impuestos y otros incentivos contemplados para aquellos que edificaran, de verdad, viviendas para los más pobres.
La fórmula de este descaro, por decir lo menos, es bien sencilla, como bien lo explica en esta edición el columnista Juan Carlos Vélez, y como lo hemos detallado en otras ocasiones: construyen supuestas viviendas VIP (cuyo valor no debe exceder los 70 salarios mínimos legales mensuales vigentes –hoy, 39 millones 669 mil pesos–) pero terminan vendiendo estas unidades a precios similares al de cualquier proyecto en estratos altos. De entrada, es absurdo pensar que pueda haber viviendas de este tipo en la comuna 14, donde el valor promedio del metro cuadrado es de tres millones cien mil pesos. ¿De cuántos metros entonces tendría que construirse una casa en El Poblado para que no exceda los 39 millones 669 mil pesos de una VIP? Con cuentas sencillas, el apartamento sería de 12.79 metros cuadrados. Si acaso, un patio. La figura que les ayuda a estos constructores a burlar la normativa es vender por separado parqueadero, cuarto útil y acabados, para equiparar el valor que normalmente tiene un apartamento en la comuna 14. Obligan al comprador a adquirirlo bajo estas condiciones que excluyen a una familia de escasos recursos económicos. Estas, difícilmente, logran acceder a una casa VIP con el precio establecido por el Gobierno.
Hay que ver la dificultad, por ejemplo, para que una madre de tres hijos, cabeza de familia, quien trabaja sin descanso desde hace 20 años en los oficios varios de una empresa estable, pueda conseguir en Medellín, en el barrio popular donde habita, en el estrato 1, una casa propia. De hecho, no ha sido posible. Además de las trabas para obtener los créditos y subsidios, el solo tope de la cuota inicial la hace inalcanzable para alguien que como ella gana un salario mínimo y, por tanto, no tiene capacidad de endeudamiento. Por eso es inadmisible seguir permitiendo que constructores avivatos alimenten sus arcas de cuenta de los beneficios que deberían destinarse exclusivamente a favorecer a los más necesitados.
El reto ahora es aprovechar el impulso y frenar de una vez por todas las falsas VIP. Y, a propósito, ¿qué va a pasar con las que ya están terminadas?

A la China con Gaby

A la China con Gaby
/ Esteban Carlos Mejía
China es impenetrable. Su área es 8.4 veces la superficie de Colombia, incluidos los islotes del archipiélago de San Andrés. Tiene 1.300 millones de habitantes, casi 29 veces nuestra población. Nacionalidades, lenguas, provincias y ciudades laboriosas, insaciables, megalópolis equivalentes a siete u ocho veces el Valle de Aburrá, a veces tan asfixiante. Y montañas, altísimas como la luna. Y ríos, caudalosos, hacia tres o cuatro mares distintos. China no es un país: es una galaxia. Insondable, además.

Y a esa China fuimos de la voz de Luz Gabriela Gómez, Gaby, viajera impenitente, en los conversatorios de Vivir en El Poblado y el Centro Comercial Santafé, tertulias que desde ya prometen ser amenas, instructivas y encantadoras.
Gaby es una narradora salerosa: saborea cada palabra, cada instante. Primero hablamos de los preparativos del viaje, a China o a cualquier otra parte. “Lo fundamental es decidir a dónde de verdad se quiere ir. Pues viajar es aprender, del paisaje y de uno mismo”. Gaby y sus acompañantes trazaron un itinerario sin halagos turísticos ni presiones externas. Se empaparon de atmósferas y ambientes. De algún modo, hicieron el viaje antes de viajar.
Al llegar, de inmediato, percibieron las cambiantes energías del campo y la ciudad, desde Shanghai, con sus 24 millones de habitantes, hasta las orillas del Mekong, por el que navegaron una semana, de puerto en puerto, probando y comprobando sabores y saberes milenarios. Nos habló de insólitas costumbres: no regalar relojes, regatear sin fin, comer gusanos y cucarachas, no cucarachas chancleteadas como las de aquí, sino suculentos insectos cultivados con higiene y esmero. “La auténtica gastronomía china es sorprendente: no se parece a la hollywoodense que conocemos en Occidente.” Y mencionó, claro está, la hermosura de las mujeres y la apostura de los hombres. Nos previno sobre algunos riesgos: los cambios de moneda y la prostitución bisexual.
Ahora, la amistad. Aquellos con los que has viajado te siguen acompañando después con persistencia y lealtad. Gaby calcula que el tiempo compartido con sus compañeros de viaje a China, de mañana a noche, equivale a un noviazgo de seis meses, ni más ni menos. Un noviazgo que, gracias a los dioses del viajero, se vuelve hermosa y entrañable amistad.
Y, así, entre anécdotas y espléndidas reflexiones históricas y culturales, el tiempo se nos fue volando, ¡ay, Gaby!

El cuervo

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El cuervo
Cuando una madre y su hija son despiadadamente asesinadas en el Baltimore del siglo 19 el detective Emmett Fields hace un asombroso descubrimiento: el crimen se asemeja a un asesinato ficticio descrito en una colección de cuentos de Edgar Allan Poe.


El camino

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El camino
Tom llega a Francia para recoger las cenizas de su hijo aventurero. Daniel pereció durante una fenomenal tormenta en los Pirineos. Aturdido, Tom intenta regresar de inmediato a su hogar pero, a último minuto, concreta la más impulsiva de las decisiones.


Carrusel

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Carrusel
El Alcalde de Ciudad del Caffre quiere ser presidente de La República Independiente del Croto. Para lograrlo se va a inventar la construcción del mejor aeropuerto de América Latina, con un conglomerado de contratistas bastante turbios

La lectora

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La lectora
Un misterioso maletín está desaparecido y más de uno haría cualquier cosa por encontrarlo. Las pistas para llegar a él están descritas en un texto en alemán, cuyos dueños son incapaces de descifrar. Este par de hermanos obligará a una universitaria a traducirlo.


Secretos de Pasión

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Secretos de Pasión
Historia de amor que transcurre durante la Guerra Civil. Robert, un periodista que vive y trabaja en Londres, descubre, mientras realiza una investigación para su libro, dolorosos secretos del pasado en los que está involucrado su padre, un hombre autoritario y con quien mantiene una pésima relación. Su investigación lo lleva a una época lejana, en la cual cuatro personajes unen sus destinos para siempre.


Un amor imposible

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Un amor imposible
Alfred Jones es un experto en piscicultura. Su vida cambia cuando su jefe le pide evaluar un extraño proyecto: introducir salmón en Yemen, Oriente Medio.


Primer año de Lo doy porque quiero

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Primer año de Lo doy porque quiero
Lo doy porque quiero, un espacio para compartir conocimientos, experiencias, habilidades, gustos o aficiones fuera del esquema académico y laboral, celebra su primer aniversario durante el mes de agosto.


Las sesiones, que duran entre 45 minutos y una hora, no tienen costo alguno, pero los asistentes pueden hacer aportes voluntarios. Las semanas pasadas se disfrutaron, en La Miscelánea y en el Mamm, charlas de temas como las cosas cotidianas de la tipografía, con la diseñadora visual Mariana Álvarez, o las raíces del skateboarding en Medellín, con el publicista y fotógrafo Empa Rodríguez. Para los siguientes encuentros que celebran el primer año, estarán el físico Andrew Smith hablando sobre la geometría de la naturaleza, el jueves 16 de agosto en La Miscelánea, y el ingeniero Daniel Hermelín, discutiendo la ciencia de las revoluciones liberales y la superioridad cultural, el martes 21 de agosto en Verdeo. Consulte el resto de la programación de este aniversario en el 300 625 5232.

Tercer Concurso de Fotografía y Narrativa Binarius

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Tercer Concurso de Fotografía y Narrativa Binarius
Escribir una poesía, una epístola o un cuento, acompañado de una fotografía alusiva al texto, es la manera de concursar en el Tercer Concurso de Fotografía y Narrativa Binarius que organiza Eafit.

Con el propósito de “neutralizar el llamado pánico a la hoja en blanco”, la tercera versión de este concurso presenta la opción Enlaces Literarios, en la que los jurados ofrecen una frase literaria en cada categoría (carta, poesía o cuento) para que los concursantes le den continuidad. La recepción de textos será hasta el 13 de agosto. Consulte las frases y las bases del concurso en www.eafit.edu.co. Mayores informes en el 261 9500.

Muestra de Cine Español 2012

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Muestra de Cine Español 2012
El cine del país ibérico se ha convertido en una industria de grandes producciones.

En su desarrollo, la filmografía española ha adoptado nuevas metodologías, narrativas y temáticas que lograron trascender fronteras. Medellín podrá disfrutar de una amplia muestra de filmes españoles producidos en los últimos años. Películas como Chico y Rita, Fausto 5.0, 18 Comidas, Rec, Pan Negro, Intacto y Yo, podrán ser vistas del 17 al 23 de agosto en las salas de cine del Colombo Americano. Informes: 513 4444.

Quinta maratón nacional de realización y exhibición audiovisual

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Quinta maratón nacional de realización y exhibición audiovisual
Esta maratón de realización y exhibición audiovisual que busca las mejores historias contadas en tan solo un minuto, se llevará a cabo en 21 ciudades de Colombia del 7 al 9 de septiembre.

Hasta el 31 de agosto estarán abiertas las inscripciones para participar. La gran maratón, que se realiza desde 1999, se divide en Realización y Exhibición.
En la Maratón de Realización los participantes (a partir de los 12 años) podrán contar historias con cualquier tipo de cámara que permita registro visual (incluidas cámaras fotográficas digitales, celulares y web cam), durante un fin de semana (7 al 9 de septiembre). Profesionales y aficionados de 21 ciudades (Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla, Cartagena, Cúcuta, Ibagué, Bucaramanga, Pereira, Villavicencio, Valledupar, Pasto, Manizales, Neiva, Sincelejo, Popayán, Florencia, Quibdó, Leticia, San Andrés y Villa de Leyva) competirán simultáneamente por conseguir el mejor plano secuencia de 60 segundos, capaz de contar la mejor historia en un minuto.
Por otro lado, la Maratón de Exhibición está diseñada para ver durante 10 horas consecutivas lo mejor del cine joven colombiano en simultánea, en las mismas 21 ciudades. Esta maratón tendrá lugar el día 7 de septiembre. En Medellín, se realizará en la sala de cine 1 del Colombo Americano de 10 am. a 8 pm., con entrada libre. Inscripción y consulta del instructivo de participación en www.imaginaton.lbv.co. Más informes en el 513 4444.

Arranca la feria

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Arranca la feria
Afianzar relaciones empresariales, cerrar acuerdos de negocios e intercambiar opiniones del sector son las principales motivaciones

Aunque el sector constructor sigue creciendo a buen ritmo, no será nada fácil que la Feria Expocamacol 2012, entre el 22 y el 25 de agosto, supere la cifras que arrojó en su edición de 2010.
En aquella oportunidad el evento presentó expectativas de negocio por 118 millones de dólares, se realizaron 1.735 citas en la rueda de negocios y se recibieron 39.020 personas provenientes de otros países y de diferentes ciudades de Colombia. Ese año las empresas foráneas con mayores expectativas de negocio provenían de Estados Unidos, Costa Rica, Panamá, Ecuador, México y el Caribe.
En su versión 2012, Expocamacol ocupará 23 mil metros cuadrados en Plaza Mayor Convenciones y Exposiciones Medellín. Serán nueve pabellones en área cubierta y dos más al aire libre. Estarán presentes 365 expositores, quienes representan los siguientes sectores: acabados; carpintería, vidrios, cocinas y baños; accesorios eléctricos, equipos especiales y software; pinturas, impermeabilizantes y materiales varios; diseño y cubiertas; maquinaria; cementos, concretos, ladrillos y prefabricados; aceros, formaletas y perfilería, y publicaciones especiales.
Sobre la procedencia de los expositores, la oficina de comunicaciones de la Expo 2012 explicó que hay un 79% de empresas colombianas y un 21% de otros países.
Esta vez las empresas chinas parecen mostrar el mayor interés para la realización de negocios en la ciudad y el país, pues representan el 24% de los participantes internacionales, seguidos por Perú con el 15%, y Argentina y Estados Unidos con el 12%. Los porcentajes restantes se los reparten México, España, Italia, Alemania, Venezuela, Brasil, Ecuador y Portugal.

Libretas que hablan

Libretas que hablan
Juan David es diseñador gráfico, ha sido docente y trabaja en Medellín con múltiples proyectos que involucran la gráfica como principio de comunicación
Por Óscar Roldán Alzate
Hasta hace una semana Vivir en El Poblado publicó una serie de cuatro portadas distintas a las que habitualmente nos tiene acostumbrados. El factor común en ellas fue la presencia de libretas de apuntes como elemento protagónico de la composición. Las libretas estuvieron siempre acompañadas de objetos ordinarios —pero, quizá solo por esto, imprescindibles—. En las cuatro ocasiones se mantuvo la lógica inicial que buscaba abrir, enseñar y publicar el contenido privado de un objeto íntimo (las libretas) en un medio de circulación masiva (el periódico).
Tanto las libretas como los objetos, y además la superficie donde reposaban, cambiaron radicalmente en cada entrega. De esta manera la imagen nos daba pistas para emprender un viaje divertido por la mente de quien dibujó y escribió sobre estas libretas, con códigos propios de documentos que se escriben como un diario personal que solo habla coherentemente a quien lo escribe. El invitado fue Juan David Díez, o también podríamos decir Taller Estándar, nombre de su compañía de diseño y bajo la cual firma todo lo que hace solo o acompañado. Él fue quien organizó cada conjunto de objetos y los fotografió cuidadosamente para contarnos cuentos que se armaban por asociación, y que finalmente terminarían por ser distintos a los ojos y maneras de entender de cada uno de los lectores.

Aunque hablamos ya del sentido de lo íntimo, Díez afirma: “Mis libretas no son íntimas porque sé que alguien las podría llegar a ver. Para mi, una libreta es una herramienta que me permite o me ayuda a visualizar algo, a pensar y, como productor de imágenes, me ayuda a encontrar estrategias para hacer de un pensamiento algo tangible, hacer visible algo que hasta ese momento no existía”.
En el último número se pueden ver cinco objetos sobre una superficie de cemento: una tabla de dibujo con hojas sobrepuestas, donde en la hoja superior se ve el dibujo coloreado de una cómoda silla de estructura metálica con espaldar y asiento de varillas de madera y un cojín color verde claro; al lado derecho un lápiz gris con punta y uno azul entero; una caja de fusibles eléctricos y una libreta pequeña donde se lee: TIPO, NORMA, UNIFORME, SENTIDO COMÚN, APRENDER-DESAPRENDER, LÓGICA, SALIR PARA ADENTRO, TANTO, VIVIR EN EL LABORATORIO, etcétera. Además de textos presentados como conceptos o palabras claves, se pueden ver en la libreta dibujos esquemáticos de objetos o situaciones referenciales, como las que presenta el manual de uso de un electrodoméstico. Aquí resulta claro que el dibujo es un manera de pensamiento y una forma de conocimiento.



Juan David es diseñador gráfico, ha sido docente y trabaja en Medellín con múltiples proyectos que involucran la gráfica como principio de comunicación. En suma, Taller Estándar se ocupa de cosas que pueden pasar desapercibidas para cualquier ojo, gracias a lo anodino de su presencia, pero que a la postre son cosas que nos permiten alcanzar espacios de felicidad. Éste es el norte de su trabajo y quizá un perfil que hace posible ver sus libretas en un espacio destinado usualmente para arte.

El Poblado, sin Altavoz

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El Poblado, sin Altavoz
Ya están definidos los conciertos eliminatorios para el Festival Internacional Altavoz. Esta vez El Poblado no será escenario

Después de dos meses de convocatoria y de pasar los procesos de selección, tras analizar aspectos musicales como composición, arreglos, originalidad y proyección, la novena versión del Festival Altavoz toma vuelo. La Alcaldía de Medellín anunció las fechas y lugares donde 77 bandas musicales locales competirán por un puesto en el concierto internacional que se realizará del 13 al 15 de octubre.
Esta vez el Parque El Poblado, que había acogido a los músicos en las ocho versiones anteriores, no será tenido en cuenta para los conciertos clasificatorios. El escenario, por disposiciones de la organización, ha sido reemplazado por Plaza Mayor, que este 8 de septiembre recibirá a los amantes del rock y la música electrónica.
David Viola, de la dirección del Festival Altavoz, expresa que “vamos a experimentar este nuevo espacio, porque es un lugar más adecuado, en el que no se requiere el cerramiento de vías. En El Poblado, por la asistencia masiva, puede ocasionar problemas con el tráfico. Además con la iglesia, que siempre pide que se apaguen los equipos por la misa”.
Otros escenarios dispuestos por la organización son el Aeroparque Juan Pablo II, donde se realizarán los conciertos clasificatorios de punk, hard core, ska, reggae y hip hop el 18, 19 y 20 de agosto, respectivamente. Entre tanto, en el Teatro Carlos Vieco -Cerro Nutibara-, se llevarán a cabo las presentaciones de metal, alternativa y otras tendencias, el 25 y 26 de agosto.
De las 262 propuestas musicales postuladas a Altavoz en su fase preliminar, fueron seleccionadas 84 agrupaciones en las siete categorías del festival. Como novedad, en esta presente versión se ha incluido una tarima alterna para los artistas que ocuparon, según los puntajes del jurado, el puesto 12 (por categoría fueron seleccionadas 11 banadas para las eliminatorias).
“Las bandas que tocan en la tarima alterna no participan en los clasificatorios del festival sino que estarán directamente en el Festival Altavoz Internacional. La tarima alterna se encontrará en la Cancha Cincuentenario en la zona que regularmente es de comidas”, declara la organización. Allí se presentarán artistas como Antised, Unity Love, Shhorai, Deadth Cult, Dosis, Vélez y Panorama.

Una historia de Hesse

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Una historia de Hesse

/ Gustavo Arango

Como los pecados hay que confesarlos, reconozco que fui un lector apasionado de las novelas de Hermann Hesse. Cuando tenía trece o catorce años, alguien a quien no le guardo rencor me sugirió que leyera Demian y la lectura tuvo efectos perdurables. Esa historia de personajes oscuros y pájaros simbólicos se acomodó impunemente en las estructuras de mi ser. La identidad incierta que tenía en aquel tiempo se sintió especial y a gusto encarnando ese relato de secretos destinados a unos pocos elegidos.
Tardé poco en meterme en otros libros del alemán. La primera versión que tuve de la vida de Buda era la que Hesse había ofrecido en su novela, Siddartha. Hice mía la soledad rencorosa del lobo estepario. He olvidado qué pasó en Bajo la rueda, pero tenía un sabor similar. No es de extrañar que Hesse haya sido el tema de uno de los primeros artículos de prensa que escribí. Estaba empezando en la universidad y aquel texto ha sido uno de los poquísimos que he escrito a dos manos. Lo hice con una novia esotérica que en aquel tiempo me tenía embobado. Ahora sé que escribí aquel elogio para seducir a la muchacha. Ya empezaba a notar algo sospechoso en la manera como los adolescentes se apasionaban por Hesse.

El golpe de gracia lo dio Julio Cortázar. En una entrevista para La voz de Alemania, Cortázar volvió añicos las novelas de Hesse. Le habían pedido su opinión para un homenaje, pero es imposible pensar que su respuesta haya servido para algo. Lo llamó truculento y mentiroso, burguesito ciego, reforzador de individualismos en un mundo donde lo más necesario era la solidaridad. Para resumir, y traducir al lenguaje de nuestro tiempo, para Cortázar la obra de Hesse era el otro ingrediente que habría que echar en la licuadora, al lado de Paulo Coelho, para obtener un jugo de Harry Potter. Desde entonces, nunca más he vuelto a leer a Hesse; aunque cargue a cuestas la tara de creerme a veces especial.

Pero como siempre me han interesado las vidas de los escritores, incluso las de aquellos que no leo, he seguido buscando información sobre su vida. Lo curioso es que al hacerlo me encontré con una historia que podría hacer de Hesse un escritor muy popular entre lectores de la tercera edad. Era sólo una frase. Estaba en otro de mis libros favoritos, Cien autores contemporáneos, de la chilena Lenka Franulic (Ercilla, 1952). La primera vez que la encontré tuve que devolverme a releer. Confieso que no he visto esa historia en ningún otro lado. Dice Lenka que al cumplir setenta años Hermann Hesse se había cansado de escribir y se dedicó a la música, la pintura y el estudio de la magia china. En aquel tiempo el escritor era tan popular como una estrella de rock. Su cartero sufría de dolores de espalda. Pocos días después de recibir distinciones honorarias de dos universidades alemanas, Hesse fue detenido y llevado a la cárcel. Había sido acusado y condenado por usar la magia china para seducir a una muchacha. No deja de enternecerme ese episodio casi siempre escamoteado en su biografía. Se me antoja que esa anécdota perdida de su vida es la mejor historia de Hesse.
Oneonta, agosto de 2012.
[email protected]

Cierre de la Feria de las Flores en Sinko

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Cierre de la Feria de las Flores en Sinko
Con más rumba se celebró el cierre de la Feria de las Flores en Sinko Bar, en el Centro Comercial Río Sur, y con Buchanan’s Master como anfitrión. La noche estuvo ambientada por el grupo Puerto Candelaria y su original e innovador acercamiento a la música colombiana.


Andrés Bedoya y Germán Cortés

Andrés Toro y Arianwen Morris

Andrés Uribe, Julián Gómez y Jimena Ceballos

Carolina Betancur y Santiago Ramírez

Carolina Escobar y Felipe Iglesias
Rafael Burgo y Sara Zuluaga


Elsa Solís y Lina Tamayo

Germán Silva y Zabrina Ospina

Jaime Guerrero, Carolina Robledo y Ana María Navarro

Juan Tascón y Pilar Vélez

Juliana González y Marcela Fernández

Juliana Gutiérrez y José Restrepo

Laura Muñoz y Ana Cristina Muñoz

Lucas Talero y Santiago Lopera

Manuela Mejía y Pablo Márquez

María Yepes, Camila Yepes y Verónica Ospina

Juliana Muñoz
Martha Lucía Ramírez


Milena Marín y María Teresa Robles

Natalia Ardila y Álvaro Medina

Puerto Candelaria con Juanchi Vélez y José Restrepo

Susana Ospina, Jaqueline Buitrago, Luz María Escobar y Manuela Escobar

Tatiana Gómez, Eduardo Gallego y Sara Trujillo

Tatiana Uribe y Santiago Hernández

Verónica Escobar y Juanchi Vélez





Concierto de la Juventud

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Concierto de la Juventud
Cerca de dos mil personas se dieron cita en el Concierto de la Juventud de la Feria de las Flores, que se realizó en el teatro al aire libre Carlos Vieco. Como ya es costumbre, los asistentes disfrutaron de exponentes del rock, punk y hard core. En esta ocasión las bandas locales Rey Gordiflón, Nepentes, La Pestilencia, Tres de Corazón y Johnie All Stars lo dieron todo en el escenario. El invitado de honor fue Attaque 77 que revivió gratos recuerdos para sus fans, quienes no veían a la banda argentina en Medellín desde hacía siete años.


Alejandra Estrada

Ana Lucía Pérez, Laura Ríos y Daniel Uribe

Ani Lozano y Mapa Gil Montoya

Camila Uñates y Laura Montoya

Camilo Andrés Rodríguez, Natalia Ramírez y Juan Esteban Herrera

Carolina Rivera, Diana Martínez, Juliana Gómez y Manuela Alzate

Edwin Múnera y Mariana Melendez

Erika Giraldo y Juan David Meneses

Jessica Carvajal y Katherine Ortíz Ochoa

Jorge Esteban Benavidez, Diego Londoño y Juan Sebastián Molina

Juan Pablo Montoya
Laura Betancurt


Sara Uribe y Catalina Acebedo

Sebastián Alzate y Juliana Doncel

Tomás Villa, Daniela Mesa, Juana Mesa y Camilo Agudelo

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Latin American Poker Tour en Sixtina

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Latin American Poker Tour en Sixtina
El Latin American Poker Tour (LAPT), que se llevó a cabo por segunda vez en la ciudad de Medellín, tuvo una bolsa de premios superior al millón de dólares. 337 jugadores fueron parte del evento principal, entre ellos los reconocidos Chris Moneymaker y Pablo González. Los jugadores y otros invitados asistieron a la fiesta de lanzamiento en la discoteca Sixtina para una rumba que duró hasta la madrugada.


William Shaw y María Rosa Campo

Addy Hincapié y Gisela Vásquez

Adriana Betancur y Carlos Montoya

Carlos Eduardo Monzón, Johnatan Agudelo, Andrés Arias y Edwin Parra

Carolina Vásquez, Olga Hernández y Yuliana Sossa

Chris Moneymaker

Edwin Salacar y Andrea Sánchez

Felipe Galindo y Juan Manuel Carreño

Javier Restrepo y Juan David Arias

Javier Venegas, Claudio Caniggia y Marcelo Domínguez

Jesús Coronado y Eyner Nuñez

Juliana Vásquez

Julián Leal y Daniel Montoya

Julio Correal, Catalina Maya, Adriana Betancur y Carlos Montoya

Leidy Yepes, Jairo Cardona, Carlos Mario Agudelo, Claudia Yusty, Marco Leoni, Carlos Pérez y Goerge Alvarado

Lina María Peña, Luis Felipe Pérez, Jorge Zapata y Johana Peña

María Fernanda López, Ricardo Navarro, Carlos Montoya, Catalina Maya y Paulina Gil

Mariuxy Londoño y Catalina Serna

Mauricio Ardila y Juan Manuel Díaz

Sebastián Castro, Santiago Gándora y David Carrión

Pablo González
Victor Shaya

Vía Primavera Club

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Vía Primavera Club
Vía Primavera también se unió a la Feria de las Flores al cerrar una de sus calles durante dos días para acoger artesanos antioqueños, creativos y propuestas gastronómicas del sector. Ambos días, 11 y 12 de agosto, de 10 am. a 10 pm., los habitantes de la ciudad disfrutaron de las propuestas de Cazuelas de Mi Tierra, Mundo Verde, Milagros, Juicy Lucy, Verdeo, Chef Matilda, 24Food Mart, Me Late Chocolate, entre otros, y del buen ambiente que se vivió allí gracias a las diferentes intervenciones artísticas y culturales.


Alexander Osorno y Katherine Jaramillo

Andrés Arboleda y Paula Andrea Zapata

Carolina Vélez y Andrés Gallego

Erik Jongezoon y Patricia Pérez

Felipe Barrera, María Alejandra Parra y Juan Esteban Peláez

Felipe Madrid y Juan Pablo Álvarez

Hernán Ruíz

Jennifer Ocampo y Andrés Delgado

Juan Camilo Sánchez y Sebastián Delgado

Juan David Quiñones y Andrea Ríos

Juan Galeano, Sara Jaramillo, Sebastián Vélez y Sandra Hincapié

Juan José Velásquez y Jorge Sambato

Juan Pablo López, Yesenia Vásquez y Paula Andrea Ospina

Juan Sebastián Sánchez y Raúl Giraldo

Laura Naranjo y Carolina Jordán

Luis Javier Ruíz, Marcela Echeverri y Martín Delgado

María Victoria Alejan, Ana Misas y Nella Flórez

Marta Ruíz y John Gutiérrez

Natalia Arenas y Pablo Callejas
Paulina Agudelo


Paulina Agudelo, Juliana Vargas y Anabel Trujillo

Santiago Osorio, Camilo Hernández y Daniel Hernández

Susana Zuluaga y Angélica Machado

Valentina López, y Alejandra Gómez

Camila Freyre
y Paula Andrea Gómez
Sara Monsalve López
y Luisa Fernanda Hoyos

Para comer afuera

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Para empezar, les comento que participo con 14 amigos en un grupo cerrado en Facebook en el cual, personalmente, conozco a muy pocos. Desde el principio el líder me bautizó como El Cenador, presumo que por mi cercanía con la mesa y temas relacionados con la cocina. En este foro se habla de Dios y María Santísima y en estos días me dijeron: “Cenador, cuéntenos: ¿Qué busca cuando sale a un restaurante y para qué lo hace?”.
No tiene que haber una razón para salir a comer fuera de casa cuando uno está en el medio en que vive, pero si se anda de viaje sí o sí se deberá buscar un lugar donde alimentarse, no necesariamente un gran restaurante. En estos casos por lo general me dirijo a sitios conocidos o bien referenciados.
En primer lugar, busco buena compañía y sitios tranquilos, aquellos donde se puede desarrollar una conversación sin tener que elevar la voz o hacer esfuerzos auditivos extremos para poder escuchar y participar en la conversación. Evito los lugares donde lo más importante son la música y su nivel y prefiero parajes sosegados, donde el orden y el aseo invitan a entrar.
Otro factor importante es definir con anticipación cuál es la clase de comida que busco. Ahora, con la gran oferta que existe de restaurantes y sitios para comer, es fácil dirigirse a aquel que en principio atenderá nuestros deseos gastronómicos, bien sea por cocina de países o por especialidades. No es buena idea dirigirse a comer carnes en un restaurante especializado en mariscos, porque será alta la probabilidad de que me vaya mal. En particular tengo una gran desconfianza por aquellos lugares donde ofrecen de todo, en los que, de acuerdo con mi experiencia, poco será memorable.
Internet es una gran ayuda; generalmente trato de buscar por los menús de aquellos restaurantes que quiero visitar y las opiniones de clientes que han estado antes. Con los menús me tomo una idea del tipo y variedad de cocina que encontraré; muchos restaurantes acompañan fotos de sus platos, las que unas veces me pueden abrir el apetito y otras me incitan a buscar otra opción. Si los comentarios son pocos, trato de evitarlo. Con base en esta información hago una reserva.
En forma alternativa, cuando encuentro un restaurante que no conozco y que me ha sido referenciado, hago una llamada telefónica para buscar información sobre el tipo de comida, especialidades, horarios de atención, etcétera. Si las respuestas me satisfacen hago la reserva correspondiente.
Me encantan los restaurantes limpios y luminosos, aquellos donde se respetan las horas de la reserva, donde la atención es respetuosa y profesional, donde las personas que toman el pedido conocen perfectamente cada uno de los platos, saben describirlos y tienen la capacidad de generar expectativas por lo que se encontrará en el momento de traerlos a la mesa; mejor aún si sugieren un vino adecuado para acompañarlo –no necesariamente el más caro de la lista-, y si en la casa existe la opción de vinos por copas.
Detalles adicionales importantes son copas y vasos relucientes, vajillas y cubiertos impecables en cuanto a su estado y finura, oferta de panes de buena calidad, detalles de buen gusto como flores en las mesas o floreros en los mostradores, las que sirven para alegrar el ambiente.
Llegado el momento de la comida valoro un servicio razonablemente rápido, con los platos cocidos de acuerdo con los cánones y el gusto del cliente, si este solicitó algo especial. La cocina debe trabajar con productos muy frescos. Qué mala imagen que me dan aquellos sitios donde todo está precocido y se pasa por el microondas para traerlo a la mesa, u otros donde todo está hecho a base de alimentos procesados o enlatados.
Estos y muchos más detalles son los que busco cuando salgo a comer afuera. Hay un elemento final bien importante: una cuenta bien hecha, en la que su listado y precios correspondan a lo ofrecido por el menú y ordenado por la mesa. Por último, no se debe olvidar que la propina es optativa y que en principio debe ser acorde con lo recibido y que una opinión amable acerca de la experiencia –bien sea positiva o negativa- siempre será bien recibida.
Comentarios y sugerencias pueden dirigirse a [email protected]
Buenos Aires, Agosto de 2012.
[email protected]

Ellos recomiendan

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Es curioso ver chefs visitando restaurantes diferentes a los suyos, descubrir qué comen quienes dominan el tema de la gastronomía cuando salen de su casa y de su establecimiento. Para esta edición de La Buena Mesa les pedimos a cinco reconocidos y muy diferentes chefs, que nos contaran a dónde van a comer o con qué restaurante están fascinados por estos días.


Rodrigo: chuletón en La Legumbrería
Rodrigo Isaza, artista plástico convertido en chef, es socio y cocinero de los restaurantes Herbario y Bonuar
El primero de ellos es una mezcla ecléctica de cocinas en donde se unen diferentes ingredientes, culturas y técnicas, con hierbas y especias como punto de partida. En Bonuar la propuesta culinaria y el ambiente giran en torno a la cultura negra. Le preguntamos a Rodrigo por un plato con el que se deleite por estos días y nos recomendó probar el chuletón de cerdo de La Legumbrería.
Este sitio pequeño y acogedor, ubicado en el Mall Indiana, en el Alto de Las Palmas, propone una nueva carta cada semana con ingredientes de temporada. El chef, Jhon Zárate, quien estudió en la Escuela Gastronómica de Antioquia y luego amplió sus estudios en Argentina, prepara el plato con una chuleta de cerdo de 500 gramos cocinada en sartén y luego en el horno. Viene acompañado de vegetales: cebolla, zanahoria, zuchinni y un chutney de peras y pepinillos.
Informes: 312 895 6405.


Miguel y Rossy: trucha en Opa y Oma
Donde Bupos se ha caracterizado por ser uno de los sitios ideales en la ciudad para probar los mejores sabores del mar.
Sus creadores y dueños, Miguel Winograd y Rossy Toledo, son quienes atienden y recomiendan platos a sus clientes cada noche. En la amplia carta se encuentran róbalo, atún, salmón, camarones, ostras, langostinos, calamares, cola de langosta y muelas de cangrejo, entre otras delicias marinas. Pero cuando se trata de pescados de agua dulce, Miguel y Rossy le hacen viaje a la trucha ahumada del restaurante Opa y Oma. Este sitio de cocina auténtica alemana, ubicado en el Mall Carabanchel (Km 27 vía Las Palmas), lleva funcionando 27 años. Sus dueños, una pareja de alemanes de 90 años, aún se encargan de la cocina y los productos ahumados. La trucha, (Forelle) es la especialidad de la casa y, así como los otros platos de la carta, viene con Bratkartofeln (papas salteadas), champiñones y pepinillos encurtidos, los cuales pueden remplazarse con repollo blanco encurtido (Sauerkraut) y repollo morado agridulce (Rotkraut). Informes: 542 0565.


Julián: cazuela en Bahía Mar
Julián Estrada, el antropólogo, pionero de la investigación en gastronomía colombiana y creador del restaurante Queareparaenamorarte, nunca ha sido tímido para decir lo que piensa de la gastronomía local.

La crítica culinaria es uno de sus fuertes, por eso no dudamos en preguntarle con cuál restaurante está entusiasmado últimamente. Sin pensarlo nos contó sobre Bahía Mar y la cazuela de mariscos cartagenera que allí preparan. Dice Julián Estrada que es cocina auténtica de la costa, sin pretensiones.
Bahía Mar es un sitio con dos sedes pequeñas: una en la calle 10 con carrera 33 y otro en la calle 9, abajo del Parque de El Poblado. Dilia González, creadora del restaurante, cuenta que la cazuela surgió repentinamente a petición de uno de sus primeros clientes. No tenía cazuela pero ella decidió que podía tenerla y la preparó en minutos a punta de intuición, leche de coco, pulpo, caracol, camarón, calamar, almeja y chipichipi. Ahora el plato hace parte de la carta con una versión especial que lleva langostinos. Se sirve con arroz con coco y patacones.
Informes: 352 0938.


Juan Manuel: mini hamburguesas en Le Coq
Uno de los chefs más destacados de la cocina molecular es Juan Manuel Barrientos, creador del restaurante El Cielo, en Medellín y Bogotá.
Este joven cocinero, tal y como lo hace en la cocina, siempre está ensayando cosas nuevas, por eso le pedimos que recomendara algo que hubiera probado recientemente. Este pupilo del chef vasco Juan Mari Arzak y del chef argentino-japonés Iwao Komiyama, recomendó dos platos del restaurante Le Coq: pollo en yogur y las mini hamburguesas de pollo. El primer plato, explica Laura Castro, chef y socia de Le Coq, es un pollo que después de marinarse en yogur, es apanado en harina de maíz y llevado a freír. Lo sirven con salsa de yogur y pepino. El segundo plato es una ensalada de pollo con uvas, nueces, albahaca, tocineta y mayonesa a base de leche, y servida sobre pan de la casa. Laura recomienda seguir uno de estos dos platos con Algunas de las Muchachas, nombre del plato con el que se pueden degustar varios de los postres de la carta.
Informes: 268 7142.


Anita: pollo Makhani en Naan
Anita Botero, una de las más reconocidas cocineras de Medellín, con título de chef profesional grado A, la máxima distinción que otorga la Cordon Bleu (la más prestigiosa escuela de gastronomía del mundo), es la creadora de La Cafetiere de Anita.
 Allí, la influencia de gastronomía clásica es evidente, pero a ella le encanta viajar y disfrutar nuevos y exóticos sabores. Por eso no sorprende que al contactarla, Anita nos contara que anda fascinada con el restaurante Naan, de cocina hindú. De él recomendó las espinacas crujientes y el pollo Makhani, o butter chicken. El plato Makhani, explica María Teresa Vélez, creadora de Naan, se logra al sellar y cocinar el pollo en una salsa a base de yogur, tomate y almendras, con un poco de especias. El yogur suaviza el sabor sin quitarle profundidad, para aquellos clientes que no se arriesguen con mucho picante. Viene acompañado de cintas de pepino y arroz basmati o uno de los panes tradicionales de la India, hechos en Naan.
Informes: 312 6285.

Un japonés en el Oriente

Un japonés en el Oriente
El amor y la belleza de El Carmen de Viboral lo llevaron a dejar su tierra natal y a cambiar la cocina por las escobas

Por Saúl Álvarez Lara 
Vi a Junzo Hattori un sábado de mañana en el parqueadero de Gualanday, el centro comercial sobre la carretera de Llanogrande. Lo vi de lejos junto a unas varas de bambú sostenidas en la canastilla de una bicicleta donde, lo noté luego, llevaba también el fiambre para la jornada, una gorra y otras herramientas. El sol de tierra fría rechinaba pero Junzo parecía fresco. Atado al manubrio un cartel anunciaba: “Escobas de bambú para barrer el jardín. Siete mil pesos”. Entonces me di cuenta de que era japonés. Ese día compré dos escobas por una razón sencilla: el ensamblaje, las varas de bambú unidas por un anillo, también de bambú más grueso, el palo sin accidentes y, sobre todo, el sistema de amarre que mantiene todo como una sola pieza hace que el objeto sea más que una escoba, que sea una pieza de diseño, además de una excelente escoba.

Junzo Hattori habla poco español pero sonríe con sus ojos finos y uno acaba por entenderse con él. Vive en la vereda La Chapa, más allá de El Carmen de Viboral. Nació en Yokohama el 12 de octubre de 1943. Es el menor de una familia compuesta por el padre, funcionario del servicio de correos, la madre y cuatro hermanos. Fue profesor de deportes hasta que una grave lesión de rodilla interrumpió su carrera y entonces se dedicó a la cocina. Tenía treinta años. Trabajó en el restaurante de la NTT (Nippon Telegraph and Telephone Corporation) y pocos años antes de jubilarse abrió su propia barra de comidas con fideos (noodles), sopas, ensaladas y sándwichs para pasajeros apurados en la estación de Tsujido, cerca de Yokohama y cerca, también, de la fábrica de Panasoniac donde trabajaba Fabiola Carrasquilla, una colombiana que fue al Japón a visitar a su hijo, le gustó, y se quedó allí trabajando.
Más de tres años Fabiola pasó frente al “Ryw” (El Dragón), el restaurante de Junzo, antes y después del trabajo y siempre notó que el hombre detrás de la barra se quedaba mirándola, algunas veces le pareció que la esperaba y le iba a decir algo pero nunca le habló. Hasta que una tarde, un jueves, el japonés se atrevió y le preguntó si aceptaba ir a comer con él. Fabiola dijo que sí y esa noche fueron a un restaurante en Yokohama. Así fue el primer día. Y así fueron los otros días hasta que se casaron, Junzo se jubiló y vino a Colombia a conocer a su familia política. Por razón de su trabajo Fabiola no lo pudo acompañar. Llegó a la finca en la vereda La Chapa donde vivía la familia de Fabiola y quedó encantado con el lugar, la calma, el aire fresco y la veranera frente a la casa. Lo había imaginado, sobre todo después de que Fabiola le describiera los paisajes, el clima, las montañas, las flores, pero la realidad superaba de lejos lo dicho por Fabiola y decidió vivir aquí.
Junzo regresó a Yokohama, convenció a su mujer de volver a Colombia y el 29 de marzo de 2007 desembarcaron con todo y equipaje en el aeropuerto José María Córdoba. Compartieron la casa de la veranera en el frente con la familia de Fabiola, más allá del Carmen. Le hicieron reformas, la pintaron de rosado, agregaron una habitación e instalaron allí un pequeño salón para tomar té, donde es costumbre quitarse los zapatos para entrar. Una estampa de Utamaro, el pintor del siglo 18, al lado de una vista del Monte Fuji y una lámpara en papel de arroz de tres cuerpos, recuerdan el Japón que Junzo dejó para no volver.
Su vida cambió. Difícilmente hubiera podido encontrar un lugar así en su país superpoblado. En lugar de las carreras, los horarios, el estrés, Junzo cuenta con el tiempo para montar en bicicleta, el único deporte que puede practicar después de la lesión, y observar el nuevo mundo alrededor. Un día, mientras reparaba las escobas de la casa, se dio cuenta de que era mejor hacerlas nuevas con el bambú que veía a lado y lado cuando salía en bicicleta. Montó un taller en el corredor de atrás de la casa, creó el diseño y se dedicó a ensamblar escobas. Intentó vender los primeros ejemplares en la plaza de El Carmen de Viboral, sin éxito. De esto hace cerca de tres años. Perfeccionó el ensamblaje y ahora Junzo sale todas las mañanas a recoger bambú, arma escobas en las tardes y los fines de semana las vende en Gualanday, –adonde se demora una hora para llegar en bicicleta–, o en El Retiro –a tres horas y media el trayecto hasta la plaza–, o en el Mall Llanogrande, a dos horas de camino. En cada salida lleva hasta siete escobas atadas a la canastilla de la bicicleta y no regresa a casa hasta que las haya vendido todas.
Junzo Hattori es un hombre feliz. Con la sonrisa en los ojos dice: “Gustar Colombia, vivir contento aquí…”.
Fabiola lo mira con ternura. Son una pareja feliz que un día, quizá, vuelva a Yokohama, “La tierra tira”, dicen por aquí.

Campeón mundial de chalanería

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Campeón mundial de chalanería
Un joven estudiante del colegio Montessori se trajo el oro de Estados Unidos

Andrés Rojo Botero, un joven de 17 años estudiante de grado once del colegio Montessori, regresó al país luciendo en su cuello la medalla de oro de la novena versión del Mundial de Amazonas y Jinetes, campeonato de chalanería, disputado recientemente en Miami, Estados Unidos.
“Es un triunfo demasiado gratificante porque desde que empecé a competir esto era a lo máximo que quería llegar, a ser campeón mundial. Tenía toda la convicción de ser el ganador, pero al llegar, como uno no compite con el caballo propio sino que la organización asigna uno para el torneo, no tuve mucha suerte con la yegua porque antes de la competencia se enfermó. Sin embargo, luego me tocó un buen caballo y pude hacer una buena presentación”, cuenta el jinete campeón de la categoría juvenil, de 15 a 17 años, quien montó al ejemplar “Prodigio del Limón”.
En pocas palabras la chalanería o equitación criolla es el arte de montar a caballo. Para esta práctica deportiva, que comienza a ser popular en nuestro país, se requiere sincronía, coordinación, técnica, compenetración y, sobre todo, la afinidad entre el caballo y el jinete. Esta disciplina es practicada por amazonas (niñas y jóvenes) y jinetes (niños y jóvenes) desde los dos hasta los 24 años de edad.
Para llegar al campeonato mundial, el jinete colombiano primero tuvo que sortear las válidas locales y el campeonato nacional, donde obtuvo el título que le dio el paso al certamen internacional. Allí compitió contra 28 chalanes de ochos países, entre los que se encontraban potencias mundiales como Puerto Rico, Estados Unidos y República Dominicana. De la delegación colombiana de amazonas y jinetes, que participó con 70 deportistas, Andrés logro la única medalla dorada del campeonato.
“Es una competencia muy difícil porque son demasiados detalles de los que hay que estar pendiente. Lo más importante es saber lucir el caballo de paso, tener una postura adecuada y hacerlo con elegancia”, afirma Andrés Rojo.
La pasión por los caballos comenzó para este chalán desde que era un niño. A los cinco años, bajo la influencia de su abuelo ganadero, hizo sus primera montadas. A los siete años comenzó a competir, con el apoyo de su familia. “Lo más importante es tener amor por los caballos. Esto necesita mucha dedicación, pues ya son 11 años montando. Y no soy solo yo, sino mi profesor Alejandro Chavarriaga y mi familia, que siempre me acompaña a las competencias”, dice Andrés.
Este jinete, que reside en el barrio La Florida, cerca a la Clínica Medellín de El Poblado, ya había participado en cuatro mundiales: el primero fue en 2004, en Puerto Rico; el segundo en Estados Unidos (2006), luego en Colombia (2008) y en Puerto Rico (2010). Sin embargo, fue el más reciente mundial el que le dio el título esperado. Su meta ahora es prepararse para repetir el triunfo dentro de dos años.

Donde los pianos van a morir

Durante la guerra franco-prusiana de 1870 – 71, la artillería brutal de ambos bandos destruyó las instalaciones de la casa de edición musical y fabricación de pianos más antigua del mundo, la compañía Breitkopf & Härtel. Había sido fundada en 1719 en Leipzig y en principio se había dedicado a la impresión de partituras y luego a la fabricación de pianos desde 1807. Los pianos Breitkopf & Härtel gozaron de la estimación de grandes compositores del siglo 19 como Liszt, Robert y Clara Schumann y apoyaron la producción impresa y los derechos de partituras de otros genios como Beethoven, Haydn, Mendelssohn, Wagner, Brahms. A pesar de que nunca siguió fabricando pianos desde 1870, la compañía persiste en su labor como editora hasta hoy. Perdonen los lectores esta memoriosa introducción, para decirles con orgullo que tengo en mi apartamento uno de los últimos pianos de “pared” Breitkopf & Härtel, en un sello borroso se lee el código “b129” y que llegó como herencia a mi hermana María quién sabe a través de cuántas rancias familias antioqueñas, por caminos ya sinuosos ya gloriosos. Y esta nota se escribe en honor a este instrumento, porque en una reciente edición dominical del “New York Times” dedicaron un reportaje titulado “A donde van morir los pianos”, en verdad conmovedor. En los Estados Unidos se calcula que existen unos 365 mil pianos fabricados entre 1910-30, cuando había pocos tocadiscos y rara era la radio, de modo que el piano era la única fuente de entretenimiento familiar. Miles de pianos ya cumplieron su edad de “servicio” calculada en unos 80 años y existen en Pensilvania y en todo el país enormes compañías cuyo oficio es recoger los instrumentos que ya nadie puede tener en sus estrechas viviendas, pianos escolares desvencijados o abandonados cuando mueren sus propietarios solitarios y la policía debe decidir qué hacer con los muebles del difunto, etc. Enormes camiones recorren el estado recogiendo estos pianos condenados a la nada y los conducen a una barraca donde son arrojados brutalmente al piso y desmantelados con pesadas mandarrias. El reportero narra estremecido cómo sueltan los pianos sus últimos quejidos metálicos cuando caen a tierra y empiezan a ser descuartizados como elefantes leprosos. Cada camión descarga unos diez pianos de cola o de pared y apilan los desechos según sean cuerdas, finos tablones, patas torneadas, tapas, teclas de marfil, pedales de hierro. La compañía exterminadora de pianos seniles tiene más de un siglo y hoy queda anexa a las planta de basura del estado. El valor de los pianos usados es ínfimo, su reparación costosísima, los expertos escasean, y entonces la gente que los tiene mejor los ofrece como basura. Algunos artistas ocasionalmente van a recoger una que otra parte de un piano destrozado, y en el invierno los transportadores suelen usar las partes de madera como leña en sus bodegas. Es misterioso pensar que esos pianos incendiados alguna vez sonaron como Beethoven o Liszt o como el simple “happy birthday” y hoy son humo y ceniza, “polvo al polvo”. Loado sea nuestro piano familiar “Breitkopf & Härtel”, que permanecerá con nosotros hasta que el próximo diluvio cubra a esta Ciudad sin música, en fecha que no se me ha permitido revelar.
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Preocupado por Los Balsos

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Preocupado por Los Balsos
Por intermedio de Vivir en El Poblado, un lector quiere conocer la posición de la Policía sobre la recurrencia de atracos, sobre todo en Los Balsos. El coronel Rojas responde

“Vivo hace apenas un año en El Poblado”, escribe David, un lector que se siente intimidado por la presencia constante de ladrones en la doble calzada Los Balsos. “Quiero compartirles la preocupación por la inseguridad que se vive en esta vía, entre el Centro Comercial Santafé (Avenida El Poblado) y la Transversal Inferior (supermercado Consumo). Tienen azotado ese sector, son tres o cuatro parejas de motos, y también hay dos jóvenes a pie que andan armados. A diario se conoce de cuatro o cinco atracos. Quiero saber: ¿Por qué la autoridad no hace nada? ¿Cómo es que la ciudadanía tiene que vivir atemorizada por siete u ocho delincuentes en dicho sector? Es súper sencillo que la policía implemente alguna estrategia de patrullaje y de retenes en esa avenida a ver si por fin se destierran a quienes son el terror de los que transitan por allí”.

Responde el coronel Rojas
Sobre esta inquietud, el coronel Fabio Rojas, comandante de la Estación de Policía de El Poblado, argumenta: “Ese modus operandi -en motos y por sitios altos como Los Balsos- les da ventaja a los delincuentes, pues mientras las personas avisan a la policía, ellos tienen cerca de siete minutos de ventaja para escaparse”. A las rutas de escape tradicionales de los ladrones en El Poblado se suman las vías nuevas como el puente de la calle 4 Sur, con su salida hacia el sur occidente de la ciudad, y la loma de El Indio, con su conexión hacia La Asomadera, informa el coronel Rojas. Destaca que este año han sido capturadas en esta comuna 678 personas, 649 de ellas en flagrancia, lo que lo preocupa. “Son muchos delincuentes rondando por El Poblado. Es impresionante la tendencia a delinquir”, enfatiza. Sobre si estas personas permanecen o no privadas de la libertad, manifiesta con desánimo que ya es otro asunto que depende del sistema judicial colombiano. “Es posible que por el monto del hurto o porque los fiscales consideren que no son una amenaza para la sociedad estén de nuevo en las calles”.
Con base en las estadísticas delincuenciales de la comuna 14 en los últimos cinco años, el coronel Fabio Rojas se atreve a afirmar: “Los hurtos no son un asunto esporádico o aislado, sino permanente, sistemático, aunque este año hayan disminuido en relación con el año anterior. Mientras hasta el 11 de agosto de 2011 se denunciaron en El Poblado 212 hurtos, en el mismo periodo de 2012 la cifra fue 164, es decir, 38 casos menos”.
En cuanto a las estrategias para combatir a los atracadores, el coronel Rojas asegura que antes, durante y después de la Feria de las Flores la estación que dirige ha contado con el apoyo de grupos de reacción motorizada que hacen recorridos alrededor de centros comerciales como Santafé, Río Sur, Oviedo y El Tesoro. Recomienda a los ciudadanos afectados por los delincuentes comunicarse directamente con el cuadrante indicado. Por ejemplo, en Los Balsos la seguridad corre por cuenta del cuadrante de policía número 7, cuyo número celular está disponible las 24 horas: el 312 716 74 85.
Como para el coronel Fabio Rojas la seguridad es un asunto de corresponsabilidad, espera que en la comuna 14 se adelanten otras acciones. Por ejemplo, para antes de que finalice agosto, confía en que la ESU (Empresa de Seguridad Urbana) instale y ponga a funcionar otras 35 cámaras de vigilancia en El Poblado, cuyas imágenes serán controladas directamente desde una terminal en la Estación de Policía El Poblado. “Estamos urgidos de esta interconexión que nos permitirá tener un mayor control”. También insiste en que es necesario mejorar la iluminación en varios sectores de El Poblado. “Es insuficiente, lo que favorece a los ladrones, al igual que la topografía del área y la frondosidad de algunos árboles. No se trata de tumbarlos pero sí de podar varios que les permiten a los ladrones esconderse”, concluye.

Peatonía y tránsito: ¿Desde el colegio?

La administración de Aníbal ya completa siete meses. ¿Qué se ha decidido y logrado en materia de tránsito? No mucho. Fuera de ajustes bastante obvios al pico y placa –que poco ayudan al 90% de los vehículos particulares de Medellín– el tiempo se ha ido haciendo estudios. El tráfico cada día empeora y ya nadie se hace ilusiones de mejoría real.
Bienvenidos los estudios, pero uno esperaría que alcaldes con tanta trayectoria entren a su cargo con el tema más dominado y con decisiones más ágiles y concretas. Durante las campañas tratan de convencernos de que conocen a fondo y aplicarán cuanto antes las soluciones precisas, pero luego parecen caer en la cuenta de que la cosa no era tan fácil.
Las cifras tampoco son positivas. Casi todos los índices de accidentalidad han aumentado en 2012. Según la página del Municipio, por ejemplo, el número de heridos en accidentes de tránsito entre enero y junio subió el 15% respecto a 2011 y el 26% respecto a 2010. Claro, al haber más vehículos es de esperar que haya más accidentes, como dice la administración. Pero no tienen cómo justificarnos que el número de heridos haya subido a un ritmo bastante mayor que el de vehículos, y eso contando con tantas cámaras que han llenado de fotomultas y cursos a los conductores.
La mayor justificación de las cámaras era precisamente reducir la accidentalidad, y si esta sube, entonces tener o no tener cámaras no incide tanto como la actual y la anterior administración nos prometían. O sea, por ahí no era la cosa.
La clave, Señor Alcalde de Medellín, es la educación temprana para el tránsito.
De acuerdo, algo se está avanzando en educar y reeducar a conductores, pero resulta que por más vehículos que haya en la ciudad, la cantidad de habitantes que ni posee ni conduce vehículo es -y será siempre- varias veces mayor. Y estos también deberían aprender algunas cositas.
A la inmensa mayoría de peatones nunca nadie les ha enseñado cómo circular a pie, sus deberes y derechos. Y salen a la calle desde muy niños a enfrentarse a una ciudad que, para que funcione, necesita que todos cumplan reglas y la manejen bien.
Tampoco los ciclistas reciben de nadie una mínima instrucción sobre cómo usar su vehículo por la ciudad. Y solo desde hace poco los motociclistas, como si nadie hubiera pensado antes sobre el tema.
Aníbal, ¿qué tal si incluimos en el pénsum de los colegios una materia en 10 u 11 grado que explique los conceptos básicos de comportamiento en la calle para ser buenos peatones, conductores o ciclistas? Que indique por dónde se puede y no se puede circular, qué significan las señales de tránsito, cómo usar mobiliario urbano, cebras, puentes peatonales y paraderos de buses, entre otros.
Y esta educación básica en “peatonía” y tránsito a los jóvenes de todos los estratos, la complementamos con instrucción básica en conceptos cada vez más críticos para la convivencia como separación y reciclaje de basuras, uso adecuado del agua, contaminación por ruido, nutrición y ejercicio.
¡A ver si por fin preparamos a los niños para vivir la vida real!
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Un pulmón en El Poblado

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Un pulmón en El Poblado
Este vivero, más que un referente, es un oasis en medio de la congestión y el cemento

Con sus 3.300 metros cuadrados en plena Milla de Oro, Tierra Negra no pasa inadvertido. Situado desde hace siete años en la muy transitada esquina de calle 7 D con la carrera 43 A, en toda la Avenida El Poblado, ejerce la atracción de un imán sobre quienes pasan por allí. Desde afuera, sobresale el verde de algunas de las numerosas especies nativas que sus dueños –el agrónomo Raúl Penagos y su esposa Ana María Jiménez– producen en sus plantaciones de Rionegro y El Tolima: guayacanes, almendros, ébanos, arizá, chiminangos, palmas, cedros y caobos, entre muchas otras. Una vez adentro, el visitante queda arrobado por el colorido de las flores: bromelias, marygold, petunias o conservadoras, salvia roja y besitos, por solo citar unas pocas, se extienden en macetas a lo largo y ancho del lugar, dándole un colorido inolvidable.
“La gente se enloquece con los parches de color”, dice Ana María, quien relata cómo cada día se acercan al vivero decenas de personas que trabajan en El Poblado y quieren simplemente relajarse y disfrutar la naturaleza. “Son secretarias, trabajadores, profesionales que salen de sus oficinas a almorzar y dicen que quieren ver verde en medio de tanto cemento”.
Durante la Feria de las Flores, Tierra Negra estuvo más visitado que de costumbre. Los turistas se acercaban a tomarse fotografías en el árbol de mango de la entrada, mientras que cientos de residentes, comerciantes, dueños de restaurantes y hostales aprovecharon la promoción de flores en materas para decorar sus casas y locales y mostrar a los turistas la cara más amable y florida de Medellín.
También fue este vivero el que recientemente surtió con 35 mil flores al Centro Comercial Santafé para la elaboración de su tapete.

Guardianes de una tradición

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Guardianes de una tradición
Encontramos varios personajes que se aferran a su oficio y lo ejercen con profesionalismo

Los avances tecnológicos y el desarrollo de la industria han acabado con diversos oficios. Máquinas que reemplazan al hombre y tecnologías de punta que sistematizan infinidad de tareas, tienen al borde de la extinción muchas labores que tradicionalmente se hacían a pulso y vocación. Han ido desapareciendo bellas ocupaciones como las de ascensorista, cartero, talabartero, herrero, tinterrillo y arriero, este último el más popular para los antioqueños de antaño. Sin embargo, hay oficios que perviven. En El Poblado encontramos algunos de ellos.

Luis Eduardo Calle, albañil
A los 89 años Luis Eduardo Calle, albañil de toda la vida, le quedan fuerzas para construir unas escalas. Así lo hizo hace poco, cuando por pedido de una de sus cuñadas, le moldeó con palustre y cemento en mano la entrada de la casa, en la loma de Los González. Hace días, recuerda, también acudió donde la vecina Hermentina Jaramillo, quien le pidió hacer unos remiendos, organizar los sanitarios y arreglar las humedades.

“Yo mismo construí esta casa. Cuando me iba a casar, mi suegro nos entregó este lote y aquí fue donde levanté mi hogar. Esto era puro monte y no había casas. Esta fue la segunda que se construyó en este sector. La mayoría de personas de este barrio éramos albañiles y unos pocos choferes”, recuerda Luis Eduardo, quien añade que el palustre siempre ha sido su mano derecha.
Del matrimonio de Luis Eduardo con su esposa Nelly González, con quien lleva 64 años de casado, nacieron nueve hijos. Con el oficio de la albañilería levantó a toda su familia. “Yo siempre trabajo, aunque ya muy poco porque por la edad mía es difícil. Pero siempre tengo patrones que me ocupan y los vecinos. Comencé a los 15 años, si no fue antes porque quedamos huérfanos muy pequeños. Éramos cuatro hermanos, yo era el mayor y los vecinos me llevaban de ayudante. Como el oficio me gustaba, lo aprendí ligero. Ya después pasé a maestro de obra y ya me la ganaba de ojo dirigiendo”, rememora el albañil Luis Eduardo, sentado en el balcón de su antigua casa de la loma de Los González.


Jaime Ospina, sastre
“Un oficio tan antiguo como noble”, reza uno de los cuadros que adorna la sastrería Manila, en los alrededores del Parque Lleras. Allí Jaime Ospina, puntada a puntada, con una perfección milimétrica, confecciona pantalones, blusas y vestidos de dama y caballero en una vieja máquina de coser Brother.

A El Poblado llegó hace cinco años, cuando abrió su propia sastrería en el barrio Manila, que luego trasladó al Parque Lleras, donde se ubica actualmente. Desde allí atiende a sus clientes, muchos de los cuales buscan sus servicios para la confección de sus trajes.
“Este es un oficio que nunca va a desaparecer, aunque hoy poca gente manda hacer su ropa y lo que más se ve son los arreglos, como subirle el tiro o cogerle bota a un pantalón. Pero la gente nunca va a dejar de usar ropa y, quien puede, nunca va a dejar de hacerla a su medida. Tengo clientes desde hace 20 años”, comenta el sastre mientras le da un respiro a su Brother.
Jaime tiene 54 años y desde hace más de 30 se dedica al oficio de coser, cortar y diseñar prendas de vestir. Consigo siempre lleva unas gafas y un metro que cuelga en su cuello. El oficio lo aprendió de un tío, quien era sastre en San Joaquín, uno de los sectores de la ciudad que por tradición aún conserva varias sastrerías en sus calles.


Gustavo Gómez, pintor
“Yo pinto de todo, pero a lo que más me dedico es a la pintura comercial porque es lo que la gente más compra, y para poder sobrevivir con el arte hay que hacer reproducciones de los grandes pintores”. Esto lo dice Gustavo Gómez mientras traza unas delgadas pinceladas en la réplica de Una Familia, original del maestro Fernando Botero, obra que Gustavo adelanta desde hace tres días en el Parque Lleras.

Gustavo tiene 55 años y es artista plástico de la Universidad de Antioquia, donde se graduó en el año 1985. Lleva cerca de 12 años pintando cuadros en El Poblado. Todos los días, junto a un grupo de colegas que se instaló en el Parque Lleras hace más de una década, llega desde su barrio, San Javier, en el centro occidente de Medellín, para sentarse en un butaco y pintar bodegones y retratos en óleo de reconocidos personajes como John Lennon, mientras espera que alguien se interese en una de sus pinturas.
“Durante mucho tiempo me había dedicado a los negocios, con una empresa de productos de hogar. La pintura es un medio muy difícil pero uno se defiende con ella. Los cuadros que pinto, que hago con mi propia propuesta artística, los mantengo guardados porque el arte es poco valorado en nuestro medio”, afirma Gómez, sin levantar los ojos de La Familia.


Pablo Jaramillo, anticuario
Afuera de la anticuaria Flash Back, ubicada en la calle 9 con calle 43B, hay una moto Lambreta naranja, modelo 68. “Es una pieza de colección. Una moto de origen italiano”, dice Pablo Jaramillo, mientras señala con su índice el vehículo que parquea en su acera. “Está en buen estado. Esta moto es más que todo para quien sea amante de esta marca, que es un icono en el mundo”, aclara.

En su almacén de antigüedades se encuentran muebles y lámparas en desuso, un maniquí, una secadora de salón de belleza, una chaqueta de puro cuero, robots y juguetes anacrónicos, muñecos de artistas clásicos como Verdi y Chopin, viejos modelos de botellas de Coca-Cola, cámaras fotográficas y de video de los años ochenta, películas de 8 milímetros, tiras cómicas de Memín, El Hombre Nuclear y Kalimán, entre decenas de cachivaches y chécheres.
“Hay personas a las que les gustan las cosas viejas. Por lo que más preguntan es por lámparas, cuadros o elementos de decoración retros”, dice Jaramillo, de 43 años, quien realizó algunos semestres de Antropología en la Universidad de Antioquia. “Hace seis años tengo este almacén. En la semana voy al Centro y recorro mercados de pulgas en busca de objetos antiguos. Los compro, los vendo o los adapto”, sintetiza el anticuario.


Rubén Acosta, portero
“La primera y última persona que la gente ve cuando entra o sale del edificio soy yo, por eso en mi trabajo se necesita mucha vocación de servicio. En todas partes se necesitan porteros, aún no hay robots que abran y cierran las puertas”, comenta Rubén Acosta, con una sonrisa dibujada en su rostro.

El oficio de portero es uno de los más comunes de El Poblado. No hay urbanización ni conjunto residencial donde no se encuentre uno con su típico uniforme y gorra de vigilante. En las noches, cuando cumple con su jornada, Rubén Acosta pasa revista por los distintos pisos del edificio Callejuelas de Lalinde, donde trabaja desde hace dos años.
A sus 49 años ha pasado la mitad de la vida ejerciendo este oficio. Primero lo hizo en la portería de una escuela, luego vigiló un lote y trabajó en el área de seguridad de Comfama y Carulla. “Esto se vuelve la casa de uno, porque aquí se permanece mucho tiempo. Este puesto para mi es el mejor porque uno tiene contacto con las personas. Además de estar pendientes de la seguridad, somos los que damos recados, llevamos razones, repartimos la prensa, entre otras cosas. Lo más importante de este oficio es la confidencialidad con las personas del edificio; ver, oír y callar”, dice Acosta.

El Lleras, para peatones

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El Lleras, para peatones
El proyecto para construir senderos peatonales en los alrededores del Parque Lleras va por buen camino, señala la Corporación Zona Rosa

Si hoy el Parque Lleras fuera peatonal, como está contemplado en el Plan de Desarrollo 2012-2015, los transeúntes, visitantes y residentes, podrían caminar libremente, sin el estorbo de los vehículos, por la carrera 38 (Al Rojo) entre las calles 8 y 9, y la calle 9A (Hotel The Charlee), entre las carreras 38 y 37A, al mejor estilo de los bulevares europeos.
“Ya nos reunimos con el Municipio y hay una voluntad del Alcalde para que esto se haga rápido, sobre todo ahora cuando vienen eventos muy importantes para la ciudad”, dice Luis Guillermo Orjuela, representante de la Corporación Zona Rosa. “La idea es que esto, lo que estamos proponiendo, tenga una primera fase con un cierre parcial, sin intervención del espacio público, mediante unos bolardos y cadenas en toda la zona peatonalizable. Y una vez pasado este período de sensibilización, que puede ser de unos seis meses, iniciar la intervención de la obra con los recursos que la Corporación y la Alcaldía busquen juntos, para las alianzas público-privadas o el modelo del aprovechamiento del espacio público”. En este último modelo los comerciantes aprovecharían, por ejemplo, para sacar sillas y mesas a las aceras y pagarían al Municipio una especie de alquiler por el uso del espacio público.
Según está estipulado en los diseños de peatonalización del Lleras, 63 celdas de parquímetro que están dentro del perímetro del parque desaparecerían para ser utilizadas como espacio público. Aunque todavía está por definir como será la financiación de esta obra, si por valorización o alianza público-privada, se calcula que el costo de la intervención pueda llegar a los 4.300 millones de pesos, de acuerdo con datos suministrados por el Fondo de Valorización de Medellín (Fonval).
Ante la inquietud con respecto a cómo se resolvería el parqueo bajo este esquema, Luis Guillermo Orjuela señala: “Esto no va a implicar ningún problema con la movilidad, porque creemos que estos puestos de estacionamiento los pueden absorber los tres parqueaderos que tenemos en el sector. Hemos visto que estos aún tienen capacidad para más vehículos. También está la propuesta de exención de impuestos para la construcción de nuevos parqueaderos en la zona. Además, la peatonalización propuesta no obstruye en absoluto la movilización de los residentes, porque no se tocan para nada la carrera 39, ni la calle 8 ni la Vía Primavera, por donde podrán transitar tranquilamente los carros”, señala Orjuela.
Según datos de la Corporación Zona Rosa, cerca de 70 mil personas, en promedio, visitan los fines de semana el Parque Lleras y sus alrededores. Además, apunta la agremiación de empresarios que la afluencia de turistas se ha quintuplicado en los últimos años gracias a los recientes eventos internacionales como los Juegos Suramericanos, el Mundial Sub-20 de fútbol y la misma feria Colombiamoda, entre otros.
“La idea es que esto se convierta en un espacio para los residentes, que tenga una activación cultural los fines de semana durante el día y la noche, que no sea solo rumba. Proponemos al alcalde Aníbal Gaviria crear la macro Zona Rosa de El Poblado, que estaría articulada a los cordones verdes que él propone. La idea es que el Parque Lleras sea el centro de la macrozona, que estaría integrada por La Milla de Oro, que se comunica de manera natural con el Parque La Presidenta. Además el Lleras se comunica con la Vía Primavera y Provenza, así mismo, con el Parque El Poblado, Astorga y la Calle de la Buena Mesa. La idea es recuperar físicamente todo este entorno”, afirma Luis Guillermo Orjuela.
La peatonalización del Lleras, aprobada dentro del Plan de Desarrollo por el Concejo de Medellín, se suma con otras cinco obras al paquete de proyectos que se pretenden construir en El Poblado por Valorización, aunque se deja la puerta abierta para desarrollarla bajo otro modelo de financiación.

Quítate la máscara

Uno de mis lugares favoritos en Chicago se llama Pritzker Pavillion. Es un teatro al aire libre en Millenium Park. El escenario está cubierto por una gran concha acústica, hecha de láminas gigantes de acero inoxidable que le dan un aspecto futurístico. Este teatro fue diseñado por el famoso arquitecto Frank Gehry.
Danielle Laporte cuenta la historia de Gehry en su libro The Fire Starter Sessions. A principios de los 80, Gehry fue elegido para diseñar un centro comercial llamado Santa Monica Place, en Los Ángeles. Diseñó el edificio con el típico estilo de esa época: de concreto, con líneas rectas y pintado de color rosado. El día de la inauguración, el director de Santa Monica Place fue a comer a la casa del arquitecto. Al llegar, el invitado se sorprendió al ver que la casa, también diseñada por Gehry, era muy diferente al centro comercial. Tenía paredes de acero inoxidable, ventanas curvilíneas y picos muy altos. “¿Te gusta tu casa?”, le preguntó. “Sí”, respondió el arquitecto. “Si te gusta esta casa no te puede gustar Santa Mónica Place”, le dijo el director. “No, no me gusta”, confesó Gehry un poco tímido. –“¿Entonces por qué la construiste?”. –“Pues tenía que hacer dinero, concluyó el arquitecto.
Después de esta conversación, Gehry tomó la decisión de solo diseñar lo que lo apasionaba, de expresar en sus edificios al verdadero Gehry. Al día siguiente canceló los contratos que tenía con ese director, los cuales equivalían a una suma grande de dinero, y se dedicó a crear edificios que realmente le gustaran.
Gracias a esa decisión de ser auténtico, sus obras fueron citadas como las más importantes de la arquitectura contemporánea en la Encuesta Mundial de Arquitectura de 2010.
En tu autenticidad está tu poder. No hay una mejor manera para vivir plena y exitosamente que siendo lo que en realidad somos. A cada uno se nos dio un regalo muy especial, algo en lo que somos brillantes por naturaleza. Sin embargo, muchos de nosotros tapamos lo que somos con máscaras de identidades que creemos que son mejores a la nuestra. A veces esas máscaras son tan fuertes, que olvidamos quiénes somos en nuestro interior.
Sigue el ejemplo de Gehry y di NO a lo que no es auténtico para ti. Empieza por ser honesto contigo mismo. ¿Estás siendo transparente en tu vida? ¿Tus palabras, acciones y corazón están alineados? Ser auténtico no significa ser perfecto; por el contrario, significa que muestras tus imperfecciones y muchas veces al hacerlo te puedes sentir vulnerable. Pero la grandeza nace de lo vulnerable. En su larga investigación sobre qué hacía que las personas vivieran plenamente, la socióloga Brene Browne concluyó: “La vulnerabilidad es donde nacen la felicidad, la creatividad, el sentido de pertenencia y el amor”.
¡El mundo quiere conocer tu verdad, quítate la máscara!
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100 años de don Conrado

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Don Conrado González Mejía marcó la educación en Antioquia. Su aporte como formador de maestros y de varias generaciones de jóvenes sigue cosechando frutos

Si viviera, don Conrado González Mejía, fundador del colegio que lleva su nombre, cumpliría 100 años el próximo 27 de agosto. Pero su legado está vivo y su natalicio será celebrado por su familia y por Eafit en este claustro universitario.

El homenaje será el lunes 27 de agosto en el auditorio 125 del bloque 38, de 10 am. a 1 pm. Cuenta su hija, Margarita González López de Mesa, que el acto empezará con una Eucaristía celebrada por otro de los cinco hijos de don Conrado y doña Margarita López de Mesa, el padre Jaime, quien vive en Cuba; también habrá un concierto coral, una muestra fotográfica y, al cierre, el foro Maestro de Maestros, en el cual participarán tres personas que conocieron al gran educador y que se sintieron tocados por él: Juan Luis Mejía, Gabriel Jaime Arango y Pilar Velilla.

“Escucharlo era un deleite”

Conrado González Mejía nació en 1912 en el municipio de San Pedro de Los Milagros. En su biografía sobre don Conrado, destaca Juan Luis Mejía, rector de Eafit, que fue uno de los alumnos más brillantes de la Escuela Normal Superior de Bogotá, donde se graduaban quienes se convertirían en los grandes maestros del país. Egresó en 1937 de la sección de Pedagogía, con honores, y viajó a París a perfeccionar sus estudios, sobre todo en pedagogía moderna, gracias al apoyo del profesor Luis López de Mesa y a una beca otorgada por la Alianza Francesa.

A su regreso a Medellín empezó a formar maestros en la Normal Superior con su gran amigo Miguel Roberto Téllez, pedagogo santandereano, con quien en el año 49 fundó el Instituto Jorge Robledo, el primer establecimiento de educación laica en el departamento. Años más tarde, en el 63, fundó con su hermano Humberto un nuevo colegio: el Conrado González.

“Siempre tuvo la sencillez de un sabio. Escucharlo era un deleite”, agrega Juan Luis Mejía sobre este miembro de la Academia de Historia que repetía el Quijote de memoria, dominaba el latín, el francés y el castellano, trabajó como editor de la Editorial Bedout y escribió y tradujo numerosos textos de pedagogía, entre otras cosas.
Hasta con su matrimonio se distinguió don Conrado. Compartió casi seis décadas con su esposa, la pedagoga Margarita López de Mesa, quien lo apoyó en todos sus proyectos. “Ella, como mujer visionaria y pujante, le incitó a tomar las decisiones que en uno y otro caso (la fundación del Jorge Robledo y del Conrado) fueron después de largos desvelos”, dice Margarita en un escrito sobre sus padres. Así mismo, resalta que fue ella quien lo impulsó para irse a Francia y a Bogotá a adelantar estudios, mientras ella asumía las riendas del hogar e indirectamente las del Colegio.

La muerte no los separó

Pero sin duda el gran amor y la unión que caracterizó a esta pareja se manifestó como nunca el día en que dejaron este mundo. Se murieron, de muerte natural, con 40 minutos de diferencia. “Mis padres decidieron marcharse juntos”, recuerda Margarita que pensó ese 19 de enero de 1995, cuando entró a la Catedral Metropolitana, atestada de familiares, compañeros, amigos, discípulos, periodistas y curiosos, y vio los dos féretros, uno al lado del otro, cubiertos por banderas de Antioquia y del Instituto Conrado González, cercados de arreglos florales. “Mucho tiempo pasó para entender que ninguno de los dos habría sobrevivido sin el otro”, concluye.

Ahora, frente al cumpleaños de don Conrado González el próximo 27 de agosto, resume el rector de Eafit: “Creo que la mejor celebración que podemos hacer en su centenario de nacimiento, es revivir su ejemplo. Convertir sus principios en un acto cotidiano. Que quienes le conocimos realcemos su nombre con su entrega y revivamos el ejemplo de un maestro que encontró en el conocimiento la más alta razón de existir”.

A la memoria del maestro

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A la memoria del maestro
En buena parte, esta valoración que requieren y merecen los educadores tiene que ver con la memoria

Algunas ceremonias, como los rituales, tienen un significado profundo. Dentro de estas se enmarca el homenaje que se rendirá en la Universidad Eafit a la memoria de don Conrado González Mejía en el centenario de su natalicio.
Don Conrado no fue un ciudadano cualquiera y, menos aún, un maestro del común. Muchas generaciones de antioqueños, muchas de las familias tradicionales de El Poblado se educaron, quizás sin saberlo, bajo las modernas corrientes pedagógicas sobre las que él se instruyó a partir de los años 30 del siglo pasado en Francia y en el principal centro formador de educadores del país, en Bogotá, corrientes que luego implantaría en Medellín mediante la enseñanza en la Normal Superior y posteriormente en las instituciones educativas fundadas por él: el Instituto Jorge Robledo y el Colegio Conrado González. Contribuyó don Conrado a que la educación en Colombia se renovara luego de largos siglos de estancamiento.
Con su trabajo y trayectoria ayudó no solo a educar sino a darle prestancia a la figura del maestro, en una época en que, como lo destaca el rector de Eafit, Juan Luis Mejía, los educadores eran seres respetados y respetables. Muy distinto a como es ahora.
No es secreto que desde décadas atrás la educación en Colombia viene de capa caída en valores y en calidad. En esta última lo han evidenciado los resultados de diferentes pruebas a alumnos y a docentes. En los estándares nacional e internacional de calidad de la educación, las evaluaciones tanto de Medellín, como de Antioquia y Colombia dejan mucho que desear.
Si bien se han hechos grandes esfuerzos en infraestructura, por mejorar las condiciones locativas de colegios y universidades, se ha dejado atrás algo de valor imponderable como es la valoración social de los maestros y su cualificación: bajos sueldos, pocos incentivos para actualizarse continuamente, tanto en conocimientos como en las herramientas idóneas para transmitirlos, hacen parte de un círculo vicioso que no les permite gozar hoy la dignidad que tenían a mediados del siglo 20. Se les exige que se preparen pero no se les facilita esta labor.
En buena parte, esta valoración que requieren y merecen los educadores tiene que ver con la memoria, con no olvidar ni pasar por alto el aporte que hicieron seres ejemplares, como fue don Conrado González Mejía. Por eso, el homenaje de que será objeto en Eafit es más que un simple acto social. Es la reivindicación de la importancia del maestro en la sociedad.

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A la memoria del maestro
En buena parte, esta valoración que requieren y merecen los educadores tiene que ver con la memoria

Algunas ceremonias, como los rituales, tienen un significado profundo. Dentro de estas se enmarca el homenaje que se rendirá en la Universidad Eafit a la memoria de don Conrado González Mejía en el centenario de su natalicio.
Don Conrado no fue un ciudadano cualquiera y, menos aún, un maestro del común. Muchas generaciones de antioqueños, muchas de las familias tradicionales de El Poblado se educaron, quizás sin saberlo, bajo las modernas corrientes pedagógicas sobre las que él se instruyó a partir de los años 30 del siglo pasado en Francia y en el principal centro formador de educadores del país, en Bogotá, corrientes que luego implantaría en Medellín mediante la enseñanza en la Normal Superior y posteriormente en las instituciones educativas fundadas por él: el Instituto Jorge Robledo y el Colegio Conrado González. Contribuyó don Conrado a que la educación en Colombia se renovara luego de largos siglos de estancamiento.
Con su trabajo y trayectoria ayudó no solo a educar sino a darle prestancia a la figura del maestro, en una época en que, como lo destaca el rector de Eafit, Juan Luis Mejía, los educadores eran seres respetados y respetables. Muy distinto a como es ahora.
No es secreto que desde décadas atrás la educación en Colombia viene de capa caída en valores y en calidad. En esta última lo han evidenciado los resultados de diferentes pruebas a alumnos y a docentes. En los estándares nacional e internacional de calidad de la educación, las evaluaciones tanto de Medellín, como de Antioquia y Colombia dejan mucho que desear.
Si bien se han hechos grandes esfuerzos en infraestructura, por mejorar las condiciones locativas de colegios y universidades, se ha dejado atrás algo de valor imponderable como es la valoración social de los maestros y su cualificación: bajos sueldos, pocos incentivos para actualizarse continuamente, tanto en conocimientos como en las herramientas idóneas para transmitirlos, hacen parte de un círculo vicioso que no les permite gozar hoy la dignidad que tenían a mediados del siglo 20. Se les exige que se preparen pero no se les facilita esta labor.
En buena parte, esta valoración que requieren y merecen los educadores tiene que ver con la memoria, con no olvidar ni pasar por alto el aporte que hicieron seres ejemplares, como fue don Conrado González Mejía. Por eso, el homenaje de que será objeto en Eafit es más que un simple acto social. Es la reivindicación de la importancia del maestro en la sociedad.

A la memoria del maestro

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A la memoria del maestro
En buena parte, esta valoración que requieren y merecen los educadores tiene que ver con la memoria

Algunas ceremonias, como los rituales, tienen un significado profundo. Dentro de estas se enmarca el homenaje que se rendirá en la Universidad Eafit a la memoria de don Conrado González Mejía en el centenario de su natalicio.
Don Conrado no fue un ciudadano cualquiera y, menos aún, un maestro del común. Muchas generaciones de antioqueños, muchas de las familias tradicionales de El Poblado se educaron, quizás sin saberlo, bajo las modernas corrientes pedagógicas sobre las que él se instruyó a partir de los años 30 del siglo pasado en Francia y en el principal centro formador de educadores del país, en Bogotá, corrientes que luego implantaría en Medellín mediante la enseñanza en la Normal Superior y posteriormente en las instituciones educativas fundadas por él: el Instituto Jorge Robledo y el Colegio Conrado González. Contribuyó don Conrado a que la educación en Colombia se renovara luego de largos siglos de estancamiento.
Con su trabajo y trayectoria ayudó no solo a educar sino a darle prestancia a la figura del maestro, en una época en que, como lo destaca el rector de Eafit, Juan Luis Mejía, los educadores eran seres respetados y respetables. Muy distinto a como es ahora.
No es secreto que desde décadas atrás la educación en Colombia viene de capa caída en valores y en calidad. En esta última lo han evidenciado los resultados de diferentes pruebas a alumnos y a docentes. En los estándares nacional e internacional de calidad de la educación, las evaluaciones tanto de Medellín, como de Antioquia y Colombia dejan mucho que desear.
Si bien se han hechos grandes esfuerzos en infraestructura, por mejorar las condiciones locativas de colegios y universidades, se ha dejado atrás algo de valor imponderable como es la valoración social de los maestros y su cualificación: bajos sueldos, pocos incentivos para actualizarse continuamente, tanto en conocimientos como en las herramientas idóneas para transmitirlos, hacen parte de un círculo vicioso que no les permite gozar hoy la dignidad que tenían a mediados del siglo 20. Se les exige que se preparen pero no se les facilita esta labor.
En buena parte, esta valoración que requieren y merecen los educadores tiene que ver con la memoria, con no olvidar ni pasar por alto el aporte que hicieron seres ejemplares, como fue don Conrado González Mejía. Por eso, el homenaje de que será objeto en Eafit es más que un simple acto social. Es la reivindicación de la importancia del maestro en la sociedad.

La era del rock

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La era del rock
Drew y Sherrie se conocen en el Sunset Strip mientras intentan alcanzar sus sueños en Hollywood. El romance entre estos dos jóvenes se da en medio de los grandes éxitos de Def Leppard, Joan Jett, Journey, Foreigner, Bon Jovi, Night Ranger, REO Speedwagon, Pat Benatar, Twisted Sister, Poison y Whitesnake, entre otros.


Para-Norman

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Para-Norman
Esta comedia con fantasmas, brujas y una maldición, es la historia de Norman; el único chico que podrá ayudar a su pequeño pueblo, cuando este es atacado por zombies. Estreno en cines el 17 de agosto.


Abraham Lincoln: cazador de vampiros

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Abraham Lincoln: cazador de vampiros
Batalla secreta contra los vampiros a manos del presidente


La Sirga

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La Sirga
Alicia, desterrada por el conflicto armado, intenta rehacer su existencia en un hostal decadente, a orillas de una gran laguna en lo alto de Los Andes.


El legado de Bourne

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El legado de Bourne
Siguiente capítulo de la popular franquicia de espionaje. Esta vez revela una conspiración mayor.


Esteban Gira, un músico de convicciones

Esteban Gira, un músico de convicciones
Auténtico e irreverente, este rockero busca consolidarse como solista

Hay músicos que trabajan por pasión, sin presiones comerciales; son creativos, mantienen su estilo y se ve reflejado en sus producciones. Esto pasa con Esteban Gira. Un hombre de 30 años, cuya originalidad se ha mantenido en el tiempo. Este psicólogo y productor musical, cada día confirma que su pasión y su labor en el mundo está en los escenarios y en los estudios, cantando y arreglando su propia música.
Es psicólogo pero nunca ha ejercido esta profesión. Su padre era pianista y desde la adolescencia se fue perfilando como músico. “Cuando tomé la decisión de dedicarme profesionalmente a la música fue duro pero no tuve que pensarlo tanto. Siempre me he cuestionado sobre mi lugar en esta sociedad, me pregunto si debo llevar el libreto social típico o debo encontrar mi sitio, cueste lo que cueste, con lo que me gusta”, dice Esteban.
Hoy, después de muchos años de música, de haber integrado bandas locales y abrirle concierto a Andrés Cepeda y al argentino Fito Páez, confirma su elección y planifica su futuro alrededor de ello. “Será arriesgado pero la música es lo que quiero. Mis álbumes son un resumen de mis sentimientos, fantasmas y sensaciones”, expresa este habitante de El Poblado, quien también es director musical del Colegio Jesús María.

Descubriéndose a sí mismo
El recorrido por su historia musical muestra las diferentes fases por las que Esteban ha pasado. Influenciado por la música clásica, el rock argentino y Joaquín Sabina, entre otros artistas, también utilizó la filosofía, la literatura y la pintura para sus producciones.
Esteban divide su carrera musical en tres momentos. La primera fase, influenciada por el rock, en la que se encontró con él mismo y fue perfilando sus gustos y posiciones frente a la vida. “Hice un duelo porque vi que la música con la industria y lo comercial había cambiado”, cuenta. “Toda mi carrera es una confrontación conmigo mismo. He tenido la disciplina para vivir de esto porque la música me satisface, por eso me siento libre para hacer música”.
Luego de esta época, Esteban elaboró canciones acústicas que le permitieron más libertad de expresión y, según él, han sido las más pedidas por su audiencia.
Más recientemente descubrió que tenía raíces con el Medio Oriente y encontró afinidad. Ha realizado combinaciones de sonidos que se verán reflejados en “Irse”, su próximo trabajo que hará eco de sus experiencias, de manera más sensata, como él asegura.

Exportando su música
Hoy Esteban compone y produce su propia música. Gracias a la tecnología existente, se graba con sus instrumentos y poco a poco hace los arreglos de sus canciones.
Cuando sus montajes requieren el grueso de la banda, convoca a los amigos con los que toca en Artevivo. En los últimos conciertos ha explorado con percusión con sus alumnas del colegio, como el del 14 de julio en Acción Impro, cerca al Parque de El Poblado. Ese día, Esteban presentó “Residuos”, un disco de 14 canciones en vivo que recoge lo mejor de sus presentaciones entre 2009 y 2011.
Muestra de su evolución como artista es un nuevo álbum que prepara para lanzar en diciembre. Tendrá arreglos sinfónicos con piano y orquesta. Él lo define como “un debate entre la oscuridad y el color”.
Sobre la difusión de su música, Esteban destaca a varios amigos que han invertido en su proyecto, y a las redes de confianza que ha creado. Prueba de ello, dos empresas grandes del país lo contrataron en mayo y realizó una gira por algunos departamentos.
Por estos días está presentándose en Estados Unidos (Atlanta, Tampa, Miami y New York) e Inglaterra, abriendo espacio y cantando con más fuerza y en español. “Es el segundo idioma, es la fuerza de la inmigración y eso también es atractivo. Cuando vuelva a Colombia habrá incertidumbre, porque empezaré una nueva vida con más conciertos, más grabaciones y viajes”, manifiesta.
Sin traicionar su estilo y en una búsqueda permanente continuará Esteban entre las tarimas y los estudios de grabación. Un músico auténtico que refleja transparencia y honestidad.

Aniversario 25

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Aniversario 25
El Teatro Metropolitano celebró sus 25 años de trabajo cultural y apoyo a la música con un gran concierto dirigido por el maestro Andrés Orozco. La celebración también fue el momento para rendir homenaje y despedir a uno de los mayores promotores de la música clásica en la ciudad, Rafael Vega Bustamante. Durante el evento, la silla que don Rafael acostumbraba ocupar en cada concierto estuvo iluminada y decorada con flores. 


Andrés Oquendo, Diana Elena Rendón, Manuela Toro y Francisco Mejía

Germán Jaramillo y María Caridad Cortés

Jorge Vega y Teresita Gómez

María Alejandra Velásquez y Juan David Osorio

María Eugenia Restrepo, Sergio Vega, Marta de Vega y Clara Pérez

Maribel Vencia, Alina Gómez y Juan Fernando Tobón

Nicolás Arias y Stefanía Olmos

Teodoro Posada y Andrés Posada




Feria de las Flores en El Rodeo y El Campestre

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Feria de las Flores en El Rodeo y El Campestre
Música, alegría y buena fiesta. Así acogieron a la Feria de las Flores los socios e invitados de los clubes El Campestre y El Rodeo. En el primero estuvieron varios artistas del programa Yo me llamo, y la banda Titirifué de la discoteca Kukaramakara ambientó esta gran rumba junto a la piscina. El Rodeo celebró el Night Festival con todos los invitados vestidos de blanco, en compañía de J Balvin, El Combo de las Estrellas y la banda de la discoteca Carito.


FERIA DE LAS FLORES- CLUB EL RODEO – FIESTA BLANCA

Alicia Gómez, Manuela Posada y Catalina Rivera

Camilo Vásquez, Montse Lilo y Ana María González

Carolina Correa, Mariana Vergara, Pablo García y Camila Russi

Cristina Garcés, Alejandro Rivera y Diana Prager



Juan Carlos Puerta y Julián Medina

Juan David Montoya y Juan Pablo Agudelo

Juan David Dapena
Juan Manuel Torres y Lucía de La Pava


Juan David Echeverri, Juliana Valenzuela, Guillermo Morales, Natalia Ramírez y Eligio Vallester

Juliana Yepes, Juan David Montoya, Catalina Escobar, Carolina Ortíz, María Adelaida Velásquez y Yuldery Borja

María Susana Gómez y Diego Bohórquez

Natalia Parra
Alejandra Yepes


Nora Díaz, Brigitte Cardozo y Sara Mosquera

Pablo García Ledesma, Camila Russi, Felipe León y Simón Álvarez

Sara Bohórquez y Patricia Bohórquez

Andrea Restrepo


FIESTA DE LAS FLORES – CLUB CAMPESTRE

Adriana Uribe y Pedro Carreño

Ana Patricia Echavarría, Santiago Sosa y Ana Lucía Arango

Ana Urrea y Dairo Cárdenas

Andrea Castaño
Clara Londoño


Andrea Torres y Diego Mejía

Angie Vargas, Juan Carlos Velásquez, Miguel Vásquez y Beatríz Arango

Carlos Gaviria, Juliana de Gaviria, Martha de Restrepo y Ricardo Restrepo

Darío Sierra y Jorge Jaramillo

Fredy Angulo

Gonzalo Correa y Eliza Jaramillo

Gustavo Valderrama y Gabriel Jaramillo

Lina Saldarriaga, Mauricio Molina, Diego Restrepo y Beatríz Mejía

Luciane Mello y Danilo Mello

Luisa Calderón e Isabel Uribe

Manuel Aponte, Óscar Montoya y Gabriel Montoya

Margarita Montoya
Nicolás Jiménez


María Isabel Gutiérrez y Jorge Gómez

Miguel González y Beatríz Escobar

Mónica Cuartas y David Penagos

Pedro Molina y Verónica Piedrahita

Rossana Frieri y Gustavo Vélez

Ruth Alzate y Blanca Gómez

Santiago Gutiérrez y Male Correa

Tititirí Fue

Tititirí Fue

Tititirí Fue

Juan Gabriel, artista de Yo Me Llamo 3

Juan Gabriel, artista de Yo Me Llamo 3

Juan Gabriel, artista de Yo Me Llamo 3

Juan Gabriel, artista de Yo Me Llamo 3

Camnitzer, arte conceptual en el MAMM

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Camnitzer, arte conceptual en el MAMM
Los visitantes del Mamm disfrutaron la inauguración de la exposición del artista uruguayo Luis Camnitzer, quien exhibe sus obras creadas desde la década de los sesenta hasta la actualidad. Sus piezas, que hacen parte de colecciones como la del Museo de Arte Moderno de Nueva York, se exhiben gracias al apoyo de la Colección Daros Latinoamérica, la más grande de arte latinoamericano contemporáneo.


Oriana Lince, Verónica González y Hernando Restrepo

Óscar Roldán
Valentina Canseco y Pablo Pérez


Paula Builes, Estefanía Otálvaro y Johanna Logreira

Santiago Giraldo y Juliana Restrepo

Santiago Suárez y Felipe Arias

Silvia Orozco y Carolina González

Alejandro Pérez y Sebastián González

Andersón Cala y Óscar Ulloa
Danilo Cuadros




Carlos Agudelo, Anna Massalle y María Ceciclia Carvajal

Diana Múnera y Lina Flórez

Diego Ramírez, Carlos Arango y Lisbeth García

Diego Suárez Vallejo y Ana María Aristizábal

Giovanna Hernández y Yairo Mejía

Hans Michael Herzog y Katrin Steffen

Jean Pierre Thenot

Jimena Carrero e Iván Acevedo

Juan Bustamante, Nidia Gutierrez y Ana Piedad Jaramillo

Juan David Mejía y Dora Vélez

Lina Velásquez y Mariana Jaramillo

Luis Efe Vélez y Gloria Saldarriaga

María Camila Arango, Juan Diego Martínez, Iván Restrepo, Ramiro Restrepo y Alejandro Vargas

Martha Gutiérrez y Óscar Ruíz

Mikel Fernández

Gerardo Mosquera