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¿A quién tienes que perdonar?

¿A quién tienes que perdonar?
/ Carolina Zuleta

Vivimos en un mundo de contrastes. Es un mundo de belleza y de milagros, donde basta ver a un bebé recién nacido o un atardecer para recordar la magnificencia existente. Y en este mundo mágico también existen la crueldad y la maldad –lo que vemos en las noticias al prender el televisor. El contraste que percibimos en el mundo también existe dentro de cada uno de nosotros. Es así como experimentamos amor y paz y también sentimos miedo y odio. Lo importante es reconocer que: 1) tenemos control sobre lo que está dentro de nosotros, y 2) lo que está dentro de nosotros crea al mundo externo. Piensa, ¿cómo sería este mundo si todos sus habitantes eligiéramos la paz interior?
El perdón es el vehículo que nos libera del miedo y nos lleva directamente al amor. La rabia y el rencor se sienten pesados en el corazón y hacen parecer que el perdón fuera difícil. Entiendo que en el momento en que nos sentimos traicionados y heridos el perdón parece muy lejos, pero también sé que es posible. Si tú sabes en el corazón que lo que quieres es sentirte bien pero te parece que el perdón está muy lejos, entonces empieza con el deseo de perdonar. Empieza a decirle a tu mente y a tu ser interior que estás dispuesto a perdonar y pídeles que te muestren el camino para alcanzar ese perdón. Si pasas suficiente tiempo en el deseo y la disposición de perdonar, pronto sentirás cómo el perdón se empieza a sentir más natural.
En este mundo todo cambia constantemente, lo único que puede permanecer igual es lo que repetimos en cada instante. Entonces, si lo que quieres es que la paz interior permanezca en tu vida, repite el perdón todos los días.
¿A quién debes perdonar? La respuesta es solo una: a todos y a todo. Empieza por perdonarte a ti mismo tus ofensas hacia ti y hacia los demás. Luego perdona a tus seres más cercanos, tus familiares y amigos. Continúa con tus vecinos, las personas en la calle que te pitan o te gritan, sigue con los políticos o aquellos que piensan de una manera diferente a ti. Perdona a tus enemigos, a los violentos y a los crueles. Cuando perdones al mundo podrás vivir en la luz de manera permanente.
Si estás pensando que todas esas personas malas no merecen tu perdón, pregúntate: ¿Prefiero tener la razón o ser feliz? Y si tu respuesta es ser feliz, entonces perdónalos hoy. Perdonar no significa estar de acuerdo con ellos o sus acciones, significa verlos con compasión, como seres humanos que cometen errores. Sobre todo significa no tener rabia, ni rencor hacia ellos. Haz del perdón una práctica diaria y verás como una vida en paz es permanente para ti. ¿A quién tienes que perdonar hoy?
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Sin fondo

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Sin fondo
El drama es más grande de lo que imaginamos. Los afectados en forma directa no son únicamente los adictos

Hace poco más de cinco meses -el 17 de mayo pasado- iniciamos en Vivir en El Poblado ¡Estás vivo, vive!, campaña sobre las adicciones que hemos adelantado con La Tienda Creativa y con el acompañamiento de la Corporación Paso a Paso. Durante el desarrollo de ¡Estás vivo, vive! hemos profundizado en diferentes tipos de conductas adictivas con el objetivo de llamar la atención, despertar la sensibilidad y no cesar de mostrar la realidad de uno de los problemas más arraigados en nuestra sociedad.
En un principio la idea era hacer un número limitado de entregas -con las sustancias y conductas adictivas más enquistadas en nuestro medio-, sin embargo, a medida que nos vamos adentrando en los temas y las diferentes adicciones, la campaña se va convirtiendo en una especie de baúl sin fondo, como si fuera una historia sin fin. A la manera de esos monstruos mitológicos a los que cada vez les salen más cabezas, los elementos que se convierten en objeto de adicción no paran de surgir, sin importar si los legalizan o no los legalizan, si se aprueban o no las dosis personales, si se penaliza o se despenaliza su consumo. Al mejor estilo de las bandas de narcotraficantes o de las actuales Bacrim –con su infinita capacidad para reproducirse, así les den de baja o encarcelen a sus jefes–, así mismo surgen constantemente nuevas drogas y formas de ingerirlas, aunque sean sustancias creadas para asuntos totalmente diferentes, como limpiar aparatos digitales, tratar enfermedades, hacer procedimientos veterinarios, elaborar tareas en las facultades de diseño y arquitectura, pegar cueros en las talabarterías o para hacer chocolate, por solo citar una mínima cantidad de opciones posibles. Y eso sin mencionar las adicciones a los juegos, al trabajo y a las compras, entre muchas otras.
Esto nos recuerda lo que nos decía hace poco un joven poliadicto, cuyo testimonio utilizamos en un informe periodístico. Cuando le preguntamos por qué pese a vivir con su familia, no tener dificultades económicas y contar con opciones interesantes académicas y laborales, buscaba la experiencia de nocivas sustancias sicoactivas, contestó que en su interior había un vacío infinito. Pocos días después de entrevistarlo se quitó la vida.
¿Cuál es la solución para contrarrestar las adicciones? Ninguna o muchas: el apoyo de la familia, la consciencia del problema, el acompañamiento de equipos especializados en farmacodependencia, alcoholismo y conductas adictivas, entre numerosas alternativas. A algunos les funciona una de ellas, a otros varias y a algunos no les sirve ninguna. Solo queda claro que estos temas no pueden pasar desapercibidos, limitados al trabajo comprometido y aislado de algunas personas, entidades y grupos de apoyo.
El drama es más grande de lo que imaginamos. Los afectados en forma directa no son únicamente los adictos sino los coadictos, aquellos familiares y amigos que renuncian a vivir su propia vida para sobreproteger, muchas veces de una manera equivocada, al adicto. El coadicto es un ser inmensamente solo, lleno de miedo e impotencia, que termina viviendo una vida ajena y el camino que no eligió, lo que lo convierte en una persona enferma, emocionalmente hablando, al punto de que existen grupos de apoyo.
El asunto sigue, pues, sobre el tapete.

Sin fondo

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El drama es más grande de lo que imaginamos. Los afectados en forma directa no son únicamente los adictos

Hace poco más de cinco meses -el 17 de mayo pasado- iniciamos en Vivir en El Poblado ¡Estás vivo, vive!, campaña sobre las adicciones que hemos adelantado con La Tienda Creativa y con el acompañamiento de la Corporación Paso a Paso. Durante el desarrollo de ¡Estás vivo, vive! hemos profundizado en diferentes tipos de conductas adictivas con el objetivo de llamar la atención, despertar la sensibilidad y no cesar de mostrar la realidad de uno de los problemas más arraigados en nuestra sociedad.
En un principio la idea era hacer un número limitado de entregas -con las sustancias y conductas adictivas más enquistadas en nuestro medio-, sin embargo, a medida que nos vamos adentrando en los temas y las diferentes adicciones, la campaña se va convirtiendo en una especie de baúl sin fondo, como si fuera una historia sin fin. A la manera de esos monstruos mitológicos a los que cada vez les salen más cabezas, los elementos que se convierten en objeto de adicción no paran de surgir, sin importar si los legalizan o no los legalizan, si se aprueban o no las dosis personales, si se penaliza o se despenaliza su consumo. Al mejor estilo de las bandas de narcotraficantes o de las actuales Bacrim –con su infinita capacidad para reproducirse, así les den de baja o encarcelen a sus jefes–, así mismo surgen constantemente nuevas drogas y formas de ingerirlas, aunque sean sustancias creadas para asuntos totalmente diferentes, como limpiar aparatos digitales, tratar enfermedades, hacer procedimientos veterinarios, elaborar tareas en las facultades de diseño y arquitectura, pegar cueros en las talabarterías o para hacer chocolate, por solo citar una mínima cantidad de opciones posibles. Y eso sin mencionar las adicciones a los juegos, al trabajo y a las compras, entre muchas otras.
Esto nos recuerda lo que nos decía hace poco un joven poliadicto, cuyo testimonio utilizamos en un informe periodístico. Cuando le preguntamos por qué pese a vivir con su familia, no tener dificultades económicas y contar con opciones interesantes académicas y laborales, buscaba la experiencia de nocivas sustancias sicoactivas, contestó que en su interior había un vacío infinito. Pocos días después de entrevistarlo se quitó la vida.
¿Cuál es la solución para contrarrestar las adicciones? Ninguna o muchas: el apoyo de la familia, la consciencia del problema, el acompañamiento de equipos especializados en farmacodependencia, alcoholismo y conductas adictivas, entre numerosas alternativas. A algunos les funciona una de ellas, a otros varias y a algunos no les sirve ninguna. Solo queda claro que estos temas no pueden pasar desapercibidos, limitados al trabajo comprometido y aislado de algunas personas, entidades y grupos de apoyo.
El drama es más grande de lo que imaginamos. Los afectados en forma directa no son únicamente los adictos sino los coadictos, aquellos familiares y amigos que renuncian a vivir su propia vida para sobreproteger, muchas veces de una manera equivocada, al adicto. El coadicto es un ser inmensamente solo, lleno de miedo e impotencia, que termina viviendo una vida ajena y el camino que no eligió, lo que lo convierte en una persona enferma, emocionalmente hablando, al punto de que existen grupos de apoyo.
El asunto sigue, pues, sobre el tapete.

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El drama es más grande de lo que imaginamos. Los afectados en forma directa no son únicamente los adictos

Hace poco más de cinco meses -el 17 de mayo pasado- iniciamos en Vivir en El Poblado ¡Estás vivo, vive!, campaña sobre las adicciones que hemos adelantado con La Tienda Creativa y con el acompañamiento de la Corporación Paso a Paso. Durante el desarrollo de ¡Estás vivo, vive! hemos profundizado en diferentes tipos de conductas adictivas con el objetivo de llamar la atención, despertar la sensibilidad y no cesar de mostrar la realidad de uno de los problemas más arraigados en nuestra sociedad.
En un principio la idea era hacer un número limitado de entregas -con las sustancias y conductas adictivas más enquistadas en nuestro medio-, sin embargo, a medida que nos vamos adentrando en los temas y las diferentes adicciones, la campaña se va convirtiendo en una especie de baúl sin fondo, como si fuera una historia sin fin. A la manera de esos monstruos mitológicos a los que cada vez les salen más cabezas, los elementos que se convierten en objeto de adicción no paran de surgir, sin importar si los legalizan o no los legalizan, si se aprueban o no las dosis personales, si se penaliza o se despenaliza su consumo. Al mejor estilo de las bandas de narcotraficantes o de las actuales Bacrim –con su infinita capacidad para reproducirse, así les den de baja o encarcelen a sus jefes–, así mismo surgen constantemente nuevas drogas y formas de ingerirlas, aunque sean sustancias creadas para asuntos totalmente diferentes, como limpiar aparatos digitales, tratar enfermedades, hacer procedimientos veterinarios, elaborar tareas en las facultades de diseño y arquitectura, pegar cueros en las talabarterías o para hacer chocolate, por solo citar una mínima cantidad de opciones posibles. Y eso sin mencionar las adicciones a los juegos, al trabajo y a las compras, entre muchas otras.
Esto nos recuerda lo que nos decía hace poco un joven poliadicto, cuyo testimonio utilizamos en un informe periodístico. Cuando le preguntamos por qué pese a vivir con su familia, no tener dificultades económicas y contar con opciones interesantes académicas y laborales, buscaba la experiencia de nocivas sustancias sicoactivas, contestó que en su interior había un vacío infinito. Pocos días después de entrevistarlo se quitó la vida.
¿Cuál es la solución para contrarrestar las adicciones? Ninguna o muchas: el apoyo de la familia, la consciencia del problema, el acompañamiento de equipos especializados en farmacodependencia, alcoholismo y conductas adictivas, entre numerosas alternativas. A algunos les funciona una de ellas, a otros varias y a algunos no les sirve ninguna. Solo queda claro que estos temas no pueden pasar desapercibidos, limitados al trabajo comprometido y aislado de algunas personas, entidades y grupos de apoyo.
El drama es más grande de lo que imaginamos. Los afectados en forma directa no son únicamente los adictos sino los coadictos, aquellos familiares y amigos que renuncian a vivir su propia vida para sobreproteger, muchas veces de una manera equivocada, al adicto. El coadicto es un ser inmensamente solo, lleno de miedo e impotencia, que termina viviendo una vida ajena y el camino que no eligió, lo que lo convierte en una persona enferma, emocionalmente hablando, al punto de que existen grupos de apoyo.
El asunto sigue, pues, sobre el tapete.

Frankenweenie

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Frankenweenie
Tim Burton crea una conmovedora historia de un niño y su perro Sparky, el cual, tras su inesperada muerte, es regresado a la vida gracias al poder de la ciencia. Estreno el 26 de octubre en salas de cine de la ciudad.


En la parte alta abajo

En la parte alta abajo
Con la reedición del célebre libro de poemas de Helí Ramírez, el Fondo Editorial Universidad Eafit conmemora quince años de existencia


Helí Ramírez autografiando libros

En la parte alta abajo, es el nombre de un libro de poemas publicado por primera vez en 1979. Con él, buena parte de Medellín supo de la existencia del poeta Helí Ramírez, a la par que se enteró de cómo se vivía en un barrio popular de la ladera noroccidental de la ciudad. “Fue por medio de poemas y no de noticias y diagnósticos como una parte de la ciudad conoció lo que pasaba en la otra parte. En la década del 70, mucho antes de que Víctor Gaviria con Rodrigo D mostrara al mundo y a los mismos medellinenses la cara dura de sus sectores populares y su lenguaje descarnado, Helí Ramírez la había revelado en versos. Mucho antes de que se oficializara la existencia del Parlache y hasta recibiera la bendición de la Academia de la Lengua, los niños bien de Medellín tuvieron acceso a la jerga popular que se hablaba en otros barrios. Con su libro En la parte alta abajo, supieron cómo vivían o, más bien, sobrevivían en Castilla, qué hacían día y noche los pelados de gallada, trabajadores y malevos, y las cuchas y los cuchos que de porfiados levantaban familias en medio de la pobreza endilgada por el desplazamiento”. Así lo decíamos no hace mucho en un perfil sobre el poeta. Y agregábamos: “¿De dónde había salido ese original escritor de claro origen humilde que no aparecía en noticieros, revistas o periódicos? Para muchos fue una incógnita. Con excepción de un pequeño círculo de intelectuales y, sobre todo, de los editores de la Revista Acuarimántima, la primera que publicó sus poesías, nadie o casi nadie lo conocía…”.
Ahora, cuando se cumplen 32 años de la primera edición de En la parte alta abajo, el Fondo Editorial de la Universidad Eafit se anota otro acierto al publicar una nueva edición de este libro de poemas, pocos meses después de la muy elogiada reedición de la Revista Acuarimántima, desaparecida hace 30 años. Los publica tal y como aparecieron en su versión original, es decir, con los mismos errores de ortografía que, curiosamente, lejos de quitarle valor se lo dieron a los versos de un vate, quien, sin proponérselo, partió en dos la historia de la poesía en Colombia. Sencillamente porque antes de Helí no hubo otro que escribiera como él.


Fredy Serna

Fuerza doble
Esta reciente versión de En la parte alta abajo tiene poesía por partida doble, pues a los poemas de Helí los acompañan las pinturas de otro artista, también de la zona noroccidental de Medellín: Fredy Serna, de Pedregal. La obra que ilustra la portada se llama como el libro y en honor a Helí, a quien admira desde que era un muchacho: En la parte alta abajo.
Fredy Serna empezó a hacerse notar a partir del año 89 con sus lienzos y murales en los que plasmaba los barrios de la laderas del frente de su casa: los de la zona nororiental de Medellín. Precisamente a la par con la presentación del libro, se abrió al público en el Centro de Artes de Eafit Fredy Serna, Retrospectiva, con la curaduría de Alberto Sierra, exposición que se prolongará hasta el 10 de noviembre.
No es gratuito que Serna y Ramírez aparezcan juntos, pinturas y poemas respectivamente, en el nuevo libro. Ambos descubrieron la ciudad, la sienten y la cuentan a su manera, el uno con palabras y el otro con colores, pero con la misma fuerza. Han logrado estos dos hombres de origen humilde, el poeta de 64 años y el pintor de 41, derrumbar en buena medida, con sus poemas el uno y con los murales el otro, las murallas invisibles pero concretas de indiferencia, indolencia y desconocimiento, que han separado a los “barrios de los ricos” de los “barrios de los pobres”. Han logrado calar hondo, y bien significativo de esto es que sea una universidad privada, justamente situada en El Poblado, la que celebre una de sus grandes fechas con homenajes a Helí Ramírez y a Fredy Serna.

Altavoz, música al por mayor

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Altavoz, música al por mayor
Tres días consecutivos de rock, reggae, punk, metal y otros géneros musicales vivieron el gran número de melómanos presentes en el Festival Altavoz 2012. La lluvia fue un obstáculo permanente pero no aguó la fiesta. En la Cancha Auxiliar del Estadio Cincuentenario, al lado de la Universidad de Antioquia, 55 bandas nacionales e internacionales presentaron lo mejor de su repertorio y contagiaron de energía al público asistente.


Daniel Álvarez, Esmeralda Arboleda

Diego Londoño, Yojan Valencia

Diego Pino, Tatiana Paredes

Dorany García, Alex Osorno, Cornelio Rook

Felipe Posada, Isabel Ramírez

Habda Morales, Mariana Franco

Juan David Pascuales, Manuela Jaramillo

Juliana García, David Restrepo

Juliana Montoya

María Ruíz, Carolina Castro, Julián Osorio

María Ruíz, Carolina Castro, Julián Osorio

Natalia Duqe, Ana Zuluaga, Cristian Camilo Pérez

Público

Sara Gómez

Valerie Piedrahita, Horacio Carvalho

Melissa Ospina, Anderson Suárez
Daniela Castaño


Daniela Granados, Alejandro Gutiérrez, Cristina Calle, Carlos Valencia

María Fernanda Madrigal
Alejandro Restrepo

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La Noche de los Mejores

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La Noche de los Mejores
En el Metropolitano, Fenalco Antioquia llevó a cabo su tradicional Noche de los Mejores, evento en el que condecora a los empresarios o empresas destacados por su gestión comercial y social. Entre los homenajeados estuvo el dirigente hotelero Manuel Molina, quien recibió el galardón Lealtad Comercial, en reconocimiento a su liderazgo y aportes al sector turístico, el departamento y el comercio organizado. El Mercurio de Oro, el máximo galardón de la velada, correspondió al Hospital Universitario de San Vicente Fundación, el cual fue recibido por su director Julio Ernesto Toro.


Carlos Esteban Jaramillo, Juan Gonzalo Botero

Carlos Muñoz, Gilson Montoya

Diana Parra

Francisco Uribe, Jorge Cuartas, Jaime Vélez

Gloria Isabel Londoño, Juan Camilo Betancur, Claudia María López, Sandra Patricia Sierra

Guillermo Botero
Humberto Acosta


Humberto Corrales, Martha Lucía de Corrales

Jaime Tatis, Juan Fernando Roldán

Juan Guillermo Vásquez, Juan Carlos Restrepo, Ana Magnolia Zuluaga

Julián Vargas, Óscar Osorio

Leidy Restrepo, Juan Carlos Yepes
Mauricio Escobar


Mónica María Vélez, Guillermo Soto

Pablo Yunis, Manuel Molina, Juan Diego Zapata

Sergio Ignacio Soto, Adriana Salazar

Teresa María Ramírez, Jaime Andrés Gómez

Al ritmo de Julieta

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Al ritmo de Julieta
“Limón y sal”, “ Eres para mí”, “Lento”, “Andar conmigo”, fueron algunos de los éxitos que la cantante mexicana Julieta Venegas interpretó en su concierto en el Metropolitano. La artista pop estrenará a principios de 2013 un nuevo álbum, cuyo nombre está por definirse.


Alex Restrepo, Vanessa Múnera

Angélica, Ricardo Vélez

Felipe Mesa, María José Sanint

Francisco López, Ana María Redondo

Isabel Zuleta, Manuela Botero, Gabriel Osorio

Juan José Carvajal, Catalina Ortíz

Juan Pablo Lalinde, Laura Rodríguez

Julieta Venegas

Julieta Venegas

Julieta Venegas

Julieta Venegas

Leonor Fonseca, Érica Fonseca, Diana Suárez

Manuel Veléz, Elizabeth Rendón, Yenny David

María Clara Pérez, Luis Turizo, Lolita Uribe, Juan David Valencia

Michelle Rodríguez, Vanessa Callejas

Natalia Moreno, Jorge Barreneche

Paula Naranjo, Juana Piedrahita, Sergio Piedrahita, Ángela Arboleda

Santiago Jaramillo, María Alejandra Jaramillo

Silvia Choca, Salomé Beltrán, Gabriela Bonilla

Susana Jaramillo, Juan Esteban Jaramillo

Retrospectiva de Fredy Serna

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Retrospectiva de Fredy Serna
En el marco de los 15 años del Fondo Editorial de Eafit, se inauguró, en el Centro de Artes de la universidad, una exposición retrospectiva de la obra del reconocido artista Fredy Serna. La muestra estará abierta al público hasta el 10 noviembre.

Fredy Serna
Helí Ramírez







Oviedo es Danza

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Oviedo es Danza
18 academias y cinco colegios harán parte de esta tercera versión

Un espacio cultural diseñado para potenciar los jóvenes talentos y fomentar las expresiones artísticas en la ciudad. Así es Oviedo es Danza, certamen que durante un día reunirá en tarima a más de 900 niños y jóvenes de diferentes academias de baile y colegios de Medellín.
En esta tercera versión participarán las siguientes academias y escuelas de danzas: Ballet Marielena Uribe, Claudia Cadena, Play Dance, Fianna, Urban Flow, Danzalma, Danzar, Danza Estudio, Dance As, BE Academy, Andrea Wolff Ballet, Ballet Folkórico de Antioquia, Danza Oriental Maria Isabel Ángel, Musicreando, Corporación Cultural Macondo, Danzahara, Red de Danza y Elements.
Así mismo, participarán grupos de los colegios Montessori, Alemán, San Ignacio, Corazonista y Marymount.
Esta gran muestra de baile se realizará el sábado 20 de octubre a partir de la 1:00 p.m en el centro comercial y se extenderá hasta la noche. En tarima, los asistentes podrán apreciar grupos especializados en distintos generos como ballet clásico, baile moderno, danza contemporánea, salsa, folclor, tango, bailes de salón, street dance, tap, hip hop, flamenco, entre muchos otros.
La entrada es gratuita. Mayores informes en el 321 6116.

Se acerca el Rally

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Se acerca el Rally
Velocidad y aventura por una buena causa

El sábado 20 de octubre se llevará a cabo en la Fonda Caballos Bar, en Llanogrande, el Rally Red Misión, evento organizado por la Fundación Red Misión, con el fin de obtener recursos para los programas sociales que realiza en favor de las comunidades menos favorecidas del país.
El rally se divide en tres categorías: vehículos 4×4 (camperos), autos deportivos y cuatrimotos. Esta última ofrece dos alternativas: competencia y turismo (para quienes desean hacer el recorrido solo por el disfrute del mismo).
Las categorías vehículos 4×4 (camperos) y autos deportivos son por parejas (piloto y copiloto) mientras que la de las cuatrimotos se desarrolla en equipos de tres a seis aparatos, cada uno de ellos con su piloto y copiloto.
El valor de la inscripción para participar en cualquiera de las categorías es de 135 mil pesos (por vehículo, cuatrimoto o campero), precio que incluye dos camisetas y almuerzos. Para quienes deseen observar estas competencias la entrada es gratuita.
A las 8 am. del día de las competencias será la llegada de equipos (entrega de kits y refrigerios, y revisión técnico-mécanica). Las salidas de los camperos, carros deportivos y los cuatrimotos se realizarán a las 9 am., 11 am. y 1 pm., respectivamente. La llegada del último equipo de cuatrimotos está establecida para las 5 pm. La premiación se realizará a las 6 pm.
Mayor información acerca de las inscripciones en www.rallyredmision.com o llame al 310 834 74 22. Este evento es apoyado por Vivir en El Poblado.

Enfocarse en su vida y no en la del alcohólico

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Enfocarse en su vida y no en la del alcohólico

Al-Anon es una hermandad mundial de parientes y amigos de alcohólicos que comparten experiencias, esperanzas y fortalezas

“Saben que no pueden fotografiarme, ¿verdad?” pregunta Rick B. cuando ve entrar a la fotógrafa de Vivir en el Poblado con su equipo de trabajo al lugar donde se hará la entrevista. El tono en que lo dice no deja lugar para alegatos, pero las caras de sorpresa alrededor de Rick dan pie a una explicación corta y razonable. El anonimato en estas cuestiones es sagrado. Accede entonces a que le tomen una fotografía que solo deje ver su silueta pero no permite que se publique su apellido. Accede también a una entrevista sin preguntas sobre su vida personal, de solo 30 minutos pues ya casi empieza el congreso para el cual ha venido a Medellín.

Cuatro coadictos por alcohólico
Del 12 al 14 de octubre se llevó a cabo en la ciudad el XXIII Congreso Nacional de Al-Anon y Alateen. Rick es el director de la Oficina de Servicios Mundiales desde hace 16 años y miembro de Al-Anon (Alcohólicos Anónimos) desde hace 37. Esta oficina le brinda apoyo a los programas de Al-Anon y Alateen (programa para adolescentes) que existen en 131 países, entre ellos Colombia.
Según esta misma organización, se estima que un alcohólico afecta directamente a cuatro personas en su entorno, conocidas como coadictos. Desde hace más de 55 años se han conformado alrededor de 200 grupos en Colombia, con 16 mil personas aproximadamente. Los grupos son autónomos para determinar los días o la periodicidad de las reuniones. Aunque existe el programa Alateen, el promedio de edad de los miembros de Al-Anon en Colombia y en el mundo es de 40 a 50 años. Las personas afectadas suelen enterarse de este grupo por el voz a voz, por internet, por las Secretarías de Salud y Educación o por los juzgados y las fiscalías, pero sin duda muchos sufren en silencio el martirio de ser amigo o familiar de un alcohólico.

Apoyo y compañía
Al-Anon no invita a que alguien se desprenda completamente de su familiar o amigo alcohólico. Tampoco propone soluciones para los alcohólicos, ni funciona como terapia, ni reemplaza una terapia psicológica. Lo que hace es unir a personas con situaciones similares para acompañar y apoyarse, bajo la premisa de que cada uno debe encontrar sus propias respuestas. Lo fundamental, explica Rick, es que quienes hacen parte de Al-Anon “aprenden que sus vidas no pueden estar enfocadas en el alcohólico, sino en la vida propia, independiente de si el adicto sigue consumiendo alcohol o no”.
Así es. Familiares y amigos de personas alcohólicas en recuperación o con varios años de sobriedad, continúan asistiendo a las reuniones, no solo ante la posibilidad de las recaídas sino porque “cada historia es diferente y cada dolor también, así provenga de la misma adicción, y puede requerir más tiempo o trabajo personal”, añade Rick, mientras recuerda el caso de un hombre que asistía a las reuniones para sobrellevar el alcoholismo de su padre, quien había fallecido siete años atrás.
Aunque todos los dolores son distintos, las cifras de la última encuesta demográfica que realizó Al-Anon a 1.775 miembros en 2009, (se hace en línea cada tres años) describe al integrante promedio: el 84 % son mujeres, el 56 % tiene título universitario, el 23 % está allí por su esposo, el 11 % por un hijo, el 4 % por una hija, y el 3 % por su esposa o padre. En promedio, permanecen 12.7 años continuos en el programa. Para saber más sobre Al-Anon ingrese a la página www.alanoncolombia.org y para asistir a uno de los grupos en Medellín comuníquese al 512 2410.

¿40 mil millones para un velo-what?

josegabrielBaena

¿40 mil millones para un velo-what?

/ José Gabriel Baena

En la primera quincena de enero la Alcaldía anunció que el velódromo “Cochise” Rodríguez iba a ser reformado, con una inversión de entre 15 mil y 16 mil millones de pesos. No se volvió a saber nada del asunto, hasta que hace poco, el 25 de septiembre, la Alcaldía hizo un nuevo anuncio: no se haría reforma del viejo “Cochise” sino uno completamente nuevo y techado, en un lote libre entre el aeropuerto “Olaya Herrera” y el mal llamado Aeroparque “Juan Pablo II”. Digo mal llamado porque no es “aero” ni es parque: es un lote grande, feo y caro. El nuevo velódromo, con pista de madera y techo de cristal obligatorio, tendrá un costo de “alrededor de los 40 mil millones de pesos”. La palabra “alrededor” es inquietante y nebulosa. Debió haberse fijado ese costo máximo en la licitación internacional y estaría bien: solo son infelices 22 millones de dólares. Tendrá un área de 15 mil metros cuadrados, y, según el diario donde se informó sobre esto, “3.250 personas albergará el nuevo velódromo, de las cuales tres mil serán aficionados”. Se supone que las otras 250 personas serán… ¿empleados? No tengo nada contra el ciclismo, pero no comprendo la obsesión que viene desde hace cinco alcaldías, de convertir a Medellín a toda costa en una ciudad bicicletera, con las “ciclovías” que tornan la ciudad un caos a mitad y en fin de semana y mucho peor en los “puentes”, y ahora con el anuncio de que todos los miércoles de fin de mes, y con inicio en Ciudad del Río, la ciudad será invadida por cerca de siete mil ciclistas que recorrerán y trancarán media urbe media noche. Benditos sean y sus santas madres. Pienso que los velódromos de cualquier parte del mundo son perfectamente inútiles y no tienen el odioso “impacto” obligatorio de cualquier obra pública. Se usan una vez al año para eventos internacionales que no pasan de cuatro días, el resto del tiempo para entrenamiento y competencia de jóvenes locales, como pasa en Melbourne, Manchester y Atenas, donde están las mejores estructuras de este género. Buscando “info” sobre este negocio me encontré con el curioso caso del “Palma Arena” de la isla de Mallorca, España, una joya de detalles: lo construyó el famoso arquitecto-deportivo Sander Douma entre noviembre de 2005 y febrero de 2007, y un mes después, todavía barriendo escombros, se celebró en cuatro días, entre el 29 de marzo y el 1 de abril, un Campeonato mundial de pista. Pero la verdadera inauguración del tal “Velódromo”, dicen, tuvo lugar a las cuatro semanas con un “histórico” partido de tenis (¡!) entre Nadal y Federer, y desde entonces empezó a usarse para entrenamiento y competencias de basket, sede perpetua de la Federación Balear de Ajedrez, a todo lujo y con “párkin”. Y también para sede de las federaciones de bolos y billar. Terminemos con una advertencia: el costo inicial del Palma Arena era de 40 millones de euros, y por corrupción, intervención indebida y sobornos de políticos del PP terminó costando más de 90 millones. Hasta el yerno del Rey de España, el famoso Urdangarin está “imputado”. Hoy el Palma Arena se usa también para ferias de cachivaches y como sala de conciertos… ¿Moraleja?
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Los abismos de esplendor

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Los abismos de esplendor

/ Gustavo Arango

Una lectora me pide que escriba sobre el nuevo premio Nobel. Me temo que voy a decepcionarla. No he leído nada de Mo Yan y no está entre mis planes la lectura de sus libros. Mo Yan puede ser una maravilla china, pero leo pocos autores contemporáneos y un premio no me parece razón suficiente para dejar esperando a los que hacían fila. Muy bueno para él, que le hayan dado ese premio. Bueno también para sus editores, quienes van a llenarse los bolsillos. Malo, quizá, para aquellos que se apresuren a comprar sus libros y luego abandonen exhaustos la lectura después de unas pocas páginas. Gustavo Ibarra Merlano, gran poeta y gran lector, decía divertido que el premio Nobel de literatura era algo así como el “Premio Literario de la Bomba Atómica”. Hacía la salvedad de que a veces se lo habían dado a buenos escritores, como su amigo, García Márquez. Gustavo fue una luz para García Márquez en la Cartagena de mitad del siglo veinte. Puso en sus manos lecturas definitivas de los griegos, del Siglo de Oro español y algunos autores católicos. Pero el cariño que sentía por su amigo Nobel no le impedía decir que ese premio, y muchos otros, suelen darse por motivos que no tienen que ver con la literatura.
Es fácil hacer una lista de grandes escritores que han vivido en los tiempos de los premios explosivos y no los recibieron. El primero que viene a la mente es Jorge Luis Borges, a quien mantuvieron torturado los últimos años de su vida con la inminencia de un anuncio que nunca llegó. Basta citar nombres incuestionables en la literatura del siglo veinte –Joyce, Proust, Virginia Woolf– para notar lo fuera del tiesto que estaban apuntando los de la Academia Sueca. No tenemos que irnos lejos para señalar sus desaciertos. El primer premio Nobel de lengua castellana fue para don José de Echegaray, un distinguido e influyente matemático a quien hoy en día no lo leen ni sus tataranietos. Todo premio de monto o distinción suele estar rodeado de intereses, presiones y diligentes estrategias de mercado. Eso ha de tenerlo claro quien decida, a estas alturas, hacer literatura. Si quiere ser reconocido, tendrá que gastar más energía en relaciones públicas que escribiendo sus libros. No hay que hacerse ilusiones. El circo de los medios seguirá inflando fatuidades, mientras la literatura seguirá prosperando en otros lados.
Fue también a Gustavo Ibarra Merlano a quien le oí la expresión “abismos de esplendor”. Así llamaba él a las obras y autores que la vulgaridad de la fama no llega a tocar. Fue en una conversación que tuvimos hace quince años (Gustavo murió a finales del 2001 y sigue siendo poco leído). Aquella vez me hizo pensar en los autores de los que quizá jamás tendremos noticias, me ayudó a apreciar la magnitud de lo que se perdía y me enseñó a buscar la senda menos concurrida. Desde entonces he tenido muy claro por qué lado iban mis búsquedas. El camino a los abismos de esplendor suele ser difícil y desolado. Uno llega a preguntarse si no sería mejor quedarse disfrutando la tibieza del rebaño. Las señales y carteles que indican el recorrido se encuentran descuidados, son a veces ilegibles. Pero hay una dicha incomparable cuando uno por fin encuentra la majestad tranquila de aquella deslumbrante oscuridad.
Oneonta, octubre de 2012.
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Los abismos de esplendor

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Los abismos de esplendor

/ Gustavo Arango

Una lectora me pide que escriba sobre el nuevo premio Nobel. Me temo que voy a decepcionarla. No he leído nada de Mo Yan y no está entre mis planes la lectura de sus libros. Mo Yan puede ser una maravilla china, pero leo pocos autores contemporáneos y un premio no me parece razón suficiente para dejar esperando a los que hacían fila. Muy bueno para él, que le hayan dado ese premio. Bueno también para sus editores, quienes van a llenarse los bolsillos. Malo, quizá, para aquellos que se apresuren a comprar sus libros y luego abandonen exhaustos la lectura después de unas pocas páginas. Gustavo Ibarra Merlano, gran poeta y gran lector, decía divertido que el premio Nobel de literatura era algo así como el “Premio Literario de la Bomba Atómica”. Hacía la salvedad de que a veces se lo habían dado a buenos escritores, como su amigo, García Márquez. Gustavo fue una luz para García Márquez en la Cartagena de mitad del siglo veinte. Puso en sus manos lecturas definitivas de los griegos, del Siglo de Oro español y algunos autores católicos. Pero el cariño que sentía por su amigo Nobel no le impedía decir que ese premio, y muchos otros, suelen darse por motivos que no tienen que ver con la literatura.
Es fácil hacer una lista de grandes escritores que han vivido en los tiempos de los premios explosivos y no los recibieron. El primero que viene a la mente es Jorge Luis Borges, a quien mantuvieron torturado los últimos años de su vida con la inminencia de un anuncio que nunca llegó. Basta citar nombres incuestionables en la literatura del siglo veinte –Joyce, Proust, Virginia Woolf– para notar lo fuera del tiesto que estaban apuntando los de la Academia Sueca. No tenemos que irnos lejos para señalar sus desaciertos. El primer premio Nobel de lengua castellana fue para don José de Echegaray, un distinguido e influyente matemático a quien hoy en día no lo leen ni sus tataranietos. Todo premio de monto o distinción suele estar rodeado de intereses, presiones y diligentes estrategias de mercado. Eso ha de tenerlo claro quien decida, a estas alturas, hacer literatura. Si quiere ser reconocido, tendrá que gastar más energía en relaciones públicas que escribiendo sus libros. No hay que hacerse ilusiones. El circo de los medios seguirá inflando fatuidades, mientras la literatura seguirá prosperando en otros lados.
Fue también a Gustavo Ibarra Merlano a quien le oí la expresión “abismos de esplendor”. Así llamaba él a las obras y autores que la vulgaridad de la fama no llega a tocar. Fue en una conversación que tuvimos hace quince años (Gustavo murió a finales del 2001 y sigue siendo poco leído). Aquella vez me hizo pensar en los autores de los que quizá jamás tendremos noticias, me ayudó a apreciar la magnitud de lo que se perdía y me enseñó a buscar la senda menos concurrida. Desde entonces he tenido muy claro por qué lado iban mis búsquedas. El camino a los abismos de esplendor suele ser difícil y desolado. Uno llega a preguntarse si no sería mejor quedarse disfrutando la tibieza del rebaño. Las señales y carteles que indican el recorrido se encuentran descuidados, son a veces ilegibles. Pero hay una dicha incomparable cuando uno por fin encuentra la majestad tranquila de aquella deslumbrante oscuridad.
Oneonta, octubre de 2012.
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Elogio a las clases de cocina

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Recientemente estuve en Santiago de Chile una semana; confieso que para mí ir a Santiago y no visitar al menos una vez la tienda de Verónica Blackburn, es tan inconcebible como visitar a Medellín y no comer arepa o como ir a Roma y no darse una vuelta por la plaza de San Pedro.
Esta tienda la conocí hace varios años por insinuación de una amiga santiaguina, Teresa Undurraga, y está íntegramente dedicada a elementos para la cocina, con dos características muy especiales: todo es de altísima calidad y la mayoría de los productos proviene de Francia, por ejemplo las ollas Le Creuset, la pimienta de Espelette, las especies y sales marinas de Terre Exotique, cocinas La Canche, etcétera. Solo recorrerla es un placer total, disparador de dichas y deseos. Cada una de las personas que atiende es bien profesional y acompaña sus amplios conocimientos con la emblemática cordialidad de ese país.
En esta oportunidad, además, me anoté para atender a dos clases de cocina dictadas por Verónica: cinco preparaciones diferentes con salmón y un menú completo para atender invitados. Cocina de verdad enseñada por una magnífica profesora que no esconde pasos o trucos, lo que enseña de cocina es lo que procesa y produce para la degustación instantánea de sus alumnos.
Para mi gusto, y después de haber regresado a tomar clases de cocina, me parece que son la forma ideal de aprender algo sobre el oficio, especialmente para aquellos que cocinamos por afición y como profesión. Son el complemento ideal a la lectura de textos o recetas. Es más fácil aprender técnicas viéndolas en la clase que leerlas o mirarlas en los programas que hoy por hoy presentan permanentemente en la tv.
Los cocineros “caseros” aprendemos generalmente en nuestras casas algo del oficio, para luego –y a lo largo de la vida– ir ampliando estos conocimientos embrionarios, hasta que algún día decidimos empezar a aplicarlos, algunas veces con éxito y otras no tanto.
Después de observar a María cocinando en casa, aprendí bastante conversando con las empleadas (Isabel, Laura y Celina) que hacían las labores de cocina en la Central de Guadalupe cuando trabajaba allí. En esa época lejana, en la que los pollos eran de verdad, aprendí a cocinarlos al horno acompañados con papas bien doradas y bien crocantes, eran la comida preferida cuando en la Central se tenían visitas importantes.
Mi amiga Stella Arango de Navarro aprendió de su suegra, Doña Sofía, a hacer la mejor punta de anca que he encontrado a lo largo de los años. “Stella, ¿cómo hacés esta punta de anca tan maravillosa?”, le preguntaba; “tal y como dice el libro de Doña Sofía”, me respondía, ¡lo que era y sigue siendo verdad!
Cuando vivía en Washington conocí a Mimmetta Lo Montes, descendiente de una antigua familia siciliana. Ella conservó las recetas de su madre y abuelas, y a partir de ellas dictaba clases de cocina en su casa en Georgetown. Con ella aprendí que la cocina italiana es mucho más que pasta y pizza, en cada clase preparaba un menú completo (antipasto, primer plato, segundo plato, ensalada y postre) el que se compartía acompañado de los vinos que aportábamos sus alumnos; al final a cada cual le entregaba las recetas del día, que ella había copiado personalmente en su antigua Olivetti. En esos tiempos no había computadoras ni impresoras ¡y ella consideraba que las fotocopias eran muy costosas!
Después me dediqué a estudiar libros de cocina, creyendo que tenía conocimientos suficientes para hacer lo que estudiaba, unas veces con éxito y otras no tanto, como en el caso de la María Luisa: en casa siempre fue un éxito y nunca logré hacerla, hasta que hace unos 10 años logré que una excelente cocinera –Silvia Bravo de Londoño– me enseñara los secretos de esta torta.
Después de tantos años sigo creyendo que para cocinar bien, nada mejor que tomar clases de cocina con buenos profesores, que son aquellos que enseñan sin egoísmo y con claridad los trucos y detalles del oficio; como por ejemplo los que he mencionado en esta reseña, a los que tanto les debo.
Comentarios y sugerencias son bienvenidos en [email protected]
Buenos Aires, Octubre de 2012.
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Nora Hinestroza: La Fragata

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Nora Hinestroza: La Fragata
Un ejemplo de alta calidad y permanencia ha sido y es La Fragata, restaurante liderado por Nora Hinestroza, homenajeado recientemente en el festival gastronómico Maridaje 2012.

Desde finales de la década del 80, primero en Monterrey, luego en el Inter, y en su sede actual en el Hotel Park 10, La Fragata ha sido un referente para los amantes del buen comer, en particular para los comensales que buscan deleitar el paladar con exquisita comida de mar (si bien no es su única especialidad, sus carnes y pastas también son deliciosas).
Famoso por sus atractivos festivales gastronómicos , La Fragata nos brinda en esta edición de La Buena Mesa, dedicada al salmón, una sabrosa y sencilla receta con este ingrediente como protagonista.

Salmón en finas hierbas (una porción)
Ingredientes
• Un filete de salmón de 300 gramos • 10 gramos de cebollina picada • 10 gramos de tomillo limón • 10 gramos de albahaca.
Mantequilla • Una onza de vino blanco • Aceite de oliva • Sal • Pimienta.
Acompañamiento:
vegetales salteados.
• 30 gramos de zanahoria en julianas • 30 gramos de pimentón en julianas • 30 gramos de zucchini en julianas • Sal al gusto • Pimienta al gusto • Salsa de soya al gusto.

Procedimiento
Marinar el salmón en la mitad del vino blanco (media onza), con sal y pimienta. En una sartén derretir la mantequilla, agregar un poco de aceite de oliva, y finalmente el salmón. Cocinarlo allí hasta que esté sellado por ambos lados. Agregar las hierbas sobre el salmón y verter el resto del vino blanco.
Servir y acompañar con los vegetales salteados en aceite de oliva con un poco de salsa de soya.

IL Massimo, de Nápoles a Medellín

IL Massimo, de Nápoles a Medellín

A comienzos de 2012, en Laureles (en la carrera 74 B con la 39), abrió sus puertas IL Massimo, un restaurante que ofrece cocina italiana realmente auténtica, con una carta que con solo leerla despierta el apetito. El hombre detrás de este rincón azzurro es el napolitano Massimo Vespero, un experimentado chef que ha tenido exitosos restaurantes en Europa y Norteamérica, particularmente en Miami.

Precisamente uno de los platos que Massimo ideó durante su larga estancia en la capital de Florida fue el salmone in salsa dijon e caviale, un filete de salmón en salsa dijon sobre una cama de espinaca, decorado con caviar rojo y negro. Otros platos recomendados de IL Massimo es su filete de róbalo a la putanesca (Massimo asegura que este plato es hecho con róbalo y no con baza, un pez más barato y de menor calidad, que en muchos restaurantes hacen pasar por el primero) y las pastas rigatoni alla napoletena y fettuccine alla carbonara di mare. Informes en el 411 7319.

Wakame, origen nikkei

Wakame, origen nikkei
La fusión de ingredientes de las artes culinarias peruanas y japonesas se conoce como cocina nikkei, término que también se utiliza en Perú para designar a los inmigrantes nipones y a sus descendientes.

La fusión de ingredientes de las artes culinarias peruanas y japonesas se conoce como cocina nikkei, término que también se utiliza en Perú para designar a los inmigrantes nipones y a sus descendientes.
Wakame, en el Mall Palms Avenue, es un sitio ideal para probar este tipo de gastronomía. Uno de los platos emblema del restaurante es su salmón en té verde, que se precoce en un fondo en una olla de piedra y luego se ahuma con un mezcla de té verde y aceite de ajonjolí. Otros sugeridos son su variedad de arroces al wok, sus rolls de sushi de estilo nikkei, el mongolian beef (lajas de somilito crocante en una redución de soya dulce, acompañado de arroz chaufa) y las empanadas clásicas chino-japonesas: las gyozas.
Informes en el 266 4219.

770, con sello internacional

770, con sello internacional
Productos frescos, sanos y de primerísima calidad son el punto de partida para 770, restaurante especializado en comida internacional, localizado en el Mall Del Este. Los fanáticos del salmón encontrarán allí una receta irresistible, en la que este pescado es preparado con mantequilla de aguacate y limón, y acompañado de unas papas rústicas (aplastadas, con aceite de oliva, sal gruesa y cebollín).

Otras delicias de su carta que vale la pena ordenar es el penne 770 (pasta corta en una salsa blanca especial de la casa, acompañada de tomates cherry, tocineta y tomates secos y hongos), las costillas bbq, el jabugo de bellota (jamón pata negra ibérico), el ceviche de atún y el pescado a la vizcaína. De postre, sugerimos el pie de limón. Informes en el 418 5537.

Siguen en auge

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Siguen en auge
Estas jornadas domingueras en el Parque Lineal La Presidenta se convirtieron en uno de los mejores programas de la comuna 14

Empezaron el 26 de agosto. La idea inicial del Despacho de la Primera Dama del Municipio, Claudia Márquez, y la Unidad Municipal de Asistencia Técnica Agropecuaria –Umata–, con el apoyo de la empresa privada, era hacer los Mercados campesinos solo durante cuatro domingos consecutivos en el Parque Lineal la Presidenta. Sin embargo, desde la primera jornada tuvieron una acogida que nadie esperaba. Decenas de personas se acercaban, primero por curiosidad o por novelería, porque estaban en la ciclovía, o salían de misa en la parroquia de San José de El Poblado.
Lo cierto es que muchos de ellos empezaron a convertirse en clientes fieles, se encargaron de hacer correr el voz a voz y de contarles a amigos y familiares sobre el buen programa que resultaba ir los domingos temprano a comprar frutas, verduras, hierbas aromáticas y hortalizas frescas y a buenos precios a orillas de la quebrada La Presidenta; a desayunar o almorzar con algunas de varias opciones: arepas, tamales, chorizos, champiñones, panes, fiambres, ensaladas, encurtidos, dulces, mermeladas, tortas y guarapo, todos productos cultivados, cosechados y elaborados por 25 familias provenientes de los corregimientos de Medellín. Así mismo es posible encontrar diferentes artesanías y canastas para picnic, fabricadas con papel recuperado por una de las emprendedoras, y estrenarlas en este ambiente campestre, con productos conseguidos en el lugar.
En los primeros cuatro domingos asistieron 10 mil compradores, quienes además encontraron otros alicientes en este espacio al aire libre –rodeado de árboles y zonas verdes en pleno centro de El Poblado–, como tener un sitio de encuentro con amigos y vecinos, un castillo inflable para el entretenimiento de los niños, y actividades recreativas a cargo del Inder. Al ver esta respuesta de la comunidad de El Poblado y lo beneficioso que resultaba para los productores y emprendedores campesinos tener esta oportunidad semanal para vender sus productos, la Alcaldía decidió darles permanencia y seguir realizándolos en este sitio cada ocho días, siempre en domingo, entre las 8 de la mañana y las 2 de la tarde. Las empresas privadas vinculadas con esta iniciativa son Grupo Éxito, Grupo Hangar, Distrihogar, Estra, Corpaúly Procolores.

Recomendaciones
Para aprovechar al máximo la visita a los Mercados campesinos del Parque Lineal la Presidenta, se recomienda llevar una lista de compras, con espacios en blanco para los antojos; llevar suficiente dinero en efectivo; evitar el uso de bolsas plásticas y comprar las de tela que se venden allí mismo, para contribuir con el medio ambiente; preguntarle a los campesinos sobre sus siembras y las características de sus productos; comer en familia; y, si va en auto, estacionarse en el parqueadero de Corpaúl, situado en la Zona Rosa.

Touchdown en Medellín

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El deporte más popular de Estados Unidos se abre camino en la Medellín

Hace cinco años empezó esta historia de fútbol americano. Es un deporte estadounidense pero sus características deportivas y de alto impacto y estrategia atraen a fanáticos por todo el mundo, incluyendo a algunos habitantes de Medellín. La ciudad cuenta con dos equipos bien conformados: Lobos y Hunters.

El primero de ellos nació de partidos aficionados entre amigos en 2007. Pero solo hasta el año 2009 se conformó como un equipo oficial, al jugar su primer partido contra un equipo de Bogotá. Hunters también nació de juegos entre amigos, sin un interés competitivo. Al descubrir que ya existían equipos oficiales en Colombia, se acercaron a Lobos y de ellos recibieron las directrices y una invitación a entrenar y aprender, con la finalidad de armar un equipo nuevo.

Hoy ambos equipos cuentan con una planilla de 40 integrantes aproximadamente, entre los 20 y 40 años en promedio, quienes entrenan de dos a tres veces por semana en la Unidad Deportiva de Belén (Lobos) y en la Cancha del Inder de Belén, Rincón (Hunters). Ambos hacen convocatorias a principios de cada año para reclutar nuevos jugadores. En ellas se evalúa la velocidad, la capacidad de salto y de desplazamiento de los aspirantes, pero sobre todo la actitud y el compromiso. Esto es lo más importante pues, a pesar de ser divertido para los jugadores, también ha sido un camino lleno de esfuerzo.

Retos y dificultades

No existen canchas con las especificaciones (120 yardas o 109 metros de largo) pero “más que el tamaño, el problema ha sido tener acceso a los espacios”, explica Carlos Andrés Pérez, jugador y uno de los fundadores de Hunters. Cuenta que conseguir el espacio para un partido “es un suplicio”. Tanto Lobos como Hunters se mantienen al rebusque hasta de un potrero para jugar un partido o tener un tercer y cuarto día de entrenamiento.

A ello se suman los costos del equipamiento. Cada jugador lleva casco, guayos, protector bucal, uniforme y shoulderpads (protector de hombros y pecho). Esto, que es lo básico, puede costar entre 600 mil y un millón de pesos por jugador, sin contar los gastos para traerlo de Estados Unidos pues aquí no se consigue. Ese dinero sale del bolsillo de los deportistas o por medio de rifas, eventos o venta de souvenires.

El patrocinio tampoco ha sido fácil pues a pesar de ser reconocido como deporte colombiano por Coldeportes, los equipos de fútbol americano aún no cuentan con el aval como club deportivo, lo cual complica la reducción de impuestos para las empresas que quisieran patrocinar un equipo. Así lo explica Ferney Moreno, jugador e integrante del grupo directivo de Lobos. Hay mucho para contribuir si se considera que para un partido de local el equipo debe cubrir los gastos de la cancha, con ambulancia, paramédicos, marcación de la cancha y tres árbitros.

En los partidos de visitante se suman los costos de desplazamiento y hospedaje. Tampoco hay árbitros con mucha experiencia para los encuentros ni mucho presupuesto para pagarles, “tienen que ser personas muy aficionadas para viajar a otra ciudad para pitar un partido por poco dinero”, dice Carlos Andrés Pérez. Pero los más aficionados deben ser los jugadores: “La continuidad de quienes quedan elegidos en las convocatorias es fundamental, mucha gente viene por goma un tiempo, o compra todo el equipamiento y después no regresa para entrenar”, asegura Carlos Andrés.

Para seguirlos

En Colombia todavía no hay muchos seguidores ni conocimiento del deporte, pero lo que dicen sus entusiastas sobre lo que los ha interesado en él, es que se trata de un juego que requiere mucha estrategia y destreza física, pero aún más exigencia mental. Durante un partido pueden ejecutarse entre 40 o 50 jugadas que cada integrante debe memorizar por los números que gritará el quarterback (mariscal de campo o jugador que dirige el ataque).

Mientras se incrementa el interés nacional, ya existen siete equipos en Colombia para seguir y apoyar con financiación, que juegan anualmente, durante el segundo semestre del año, el torneo nacional. Estos se encontrarán en playoffs (partidos de desempate para llegar a la final) a finales del año, con el equipo Pumas de Bogotá a la delantera.

No queremos parquímetros

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El crecimiento comercial de Manila, según expresan algunos de sus habitantes, ha traído un sinnúmero de automóviles al barrio que invaden el espacio público, pues muchos establecimientos no ofrecen espacios de parqueo. Este fenómeno, que viene creciendo paulatinamente, preocupa a los residentes, quienes dicen sentirse afectados por tal situación.
“Personal de grandes empresas como ISA, Bancolombia, entre otras, ubicadas sobre la Avenida de El Poblado, viene a parquear a Manila sus autos, durante su jornada laboral. Todas estas variables, hacen que este tema merezca ser tratado con mucho detenimiento, concertado con la comunidad”, sostiene Jorge Rodrigo Molina, presidente de la Junta de Acción Comunal de Manila. Sin embargo, consideran inadecuado que el problema se resuelva con la instalación de parquímetros y proponen alternativas como el valet parking y que las grandes empresas generen opciones de estacionamiento para sus empleados.
Ante la preocupación, Edier Velásquez, gerente de Parquímetros Medellín, expresa que “la posibilidad de instalación de parquímetros en el barrio Manila, no obedece a ningún estudio técnico. Lo que hemos hecho ha sido una observación, porque es una zona donde se encuentran muchos carros en la vía pública, muchos de los cuales no son del sector. Hemos dicho que es una zona factible para las Zonas de Estacionamiento Regulado, pero la Secretaría de Movilidad es la que define los sitios de parquímetros”.
Por su parte, Carlos Marín, subsecretario de Control del Tránsito de Medellín, explica que “aún no se ha definido nada en cuanto a la instalación de parquímetros. Estamos esperando que se defina el proyecto de peatonalización del Lleras, bajo qué condiciones, para establecer el tema de parquímetros en El Poblado”.

La paz sí, pero no a cualquier precio

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La paz sí, pero no a cualquier precio

/ Juan Carlos Vélez Uribe

En estos días me preguntaban sí yo estaba de acuerdo o no con un proceso de negociación con la guerrilla que condujera a consolidar la paz en el país. Mi respuesta fue clara y contundente: estoy de acuerdo con la paz, pero no a cualquier precio.
Ello significa que aún no hemos podido convencernos acerca de la voluntad de paz de las Farc y tampoco del conocimiento que pueda tener el gobierno de hacer una buena negociación, ya que, por una parte, la guerrilla continúa ejerciendo actividades criminales como la extorsión, el secuestro (así lo nieguen; no olvidar las cuatro “chivas” secuestradas en el Caquetá), el narcotráfico y la explotación ilegal de oro, etcétera. Y, por otra parte, al presidente Santos se le olvidó que en su discurso de posesión había hablado de unos temas “inamovibles” para poder iniciar negociaciones de paz, y estos eran que la guerrilla debería abandonar el secuestro, el narcotráfico, el reclutamiento de menores y la colocación de minas antipersona, y lamentablemente las Farc no han cesado esas prácticas.
Creo igualmente que en las negociaciones de paz habrá que discutir cuál será la pena a imponer a los responsables de la comisión de delitos de lesa humanidad, en cuanto a que el Tratado de Roma que rige en Colombia desde el 2009 así lo exige, mientras que los comandantes de las Farc reclaman que no pueden ser condenados a pena privativa de la libertad y ser obligados a cumplirla.
Otra de nuestras preocupaciones es que estos responsables de la comisión de delitos atroces puedan acceder a cargos de elección popular, cuando la Constitución prohíbe que cualquier persona que en algún momento hubiese sido condenada por la comisión de algún delito, sea elegida para estos cargos.
También me preocupan algunos temas que se llevan a la mesa de negociaciones, como la ley de desarrollo rural -la cual podría plantear límites al capital privado en el campo-, la negociación de los TLC, la participación de guerrilleros en la Fuerza Pública, el cercenamiento del fuero militar y el perdón que exigen las víctimas, entre otras.
Estos, entre otros, son temas a los cuales les venimos haciendo un seguimiento, una veeduría, y seguramente algunos de ellos se resolverán en una mesa de negociación, en una ley o en una asamblea constituyente.
Es claro que para Colombia es muy importante lograr la desmovilización de ocho mil guerrilleros, pero ello no puede ser a costa de la dignidad de los colombianos y del futuro de nuestra nación.
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Levantan la voz

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  Levantan la voz
A un año de cumplir una década, el Festival Altavoz cerró el lunes festivo con más críticas que aplausos

A pesar de contar con 55 bandas nacionales e internacionales, a diferencia de las 35 del año pasado, la asistencia en Altavoz disminuyó de 70 mil a 65 mil personas. La directora del evento, Mónica Moreno, sugiere que la lluvia continua, que el año pasado solo fue de un día, influyó en la concurrencia. Pero para la nueva dirigente el aforo no es la prioridad ni el único objetivo. Asegura que el propósito de Altavoz es estimular e impulsar la participación de más bandas, de ahí que se creara la nueva tarima alterna y se aumentara el número de grupos.
En cuanto a las críticas sobre el nivel del cartel, Mónica dice que invitaron bandas muy importantes como el Cuarteto de Nos y Vice Squad, y recuerda cómo fue el resultado de tener bandas tan famosas como Molotov, en 2011, cuyo concierto propició disturbios a manos de personas que no lograron entrar al toque.
Se preguntan algunos si la asistencia y el cartel es un reflejo del recorte de presupuesto para cultura del Municipio (21 mil millones de pesos menos que el año pasado), pero en 2011 Altavoz recibió 1.295 millones de pesos de la Alcaldía y más de 340 millones de la empresa privada, para un total aproximado de 1.635 millones. Este año recibió exclusivamente de la Alcaldía 1.700 millones de pesos y no se buscó el aporte de la empresa privada.
Asegura Mónica que el cambio de fechas de Altavoz (los asistentes están cansados de aguantar agua) es un factor que se considerará, teniendo en cuenta que en los meses cercanos a octubre no es fácil: septiembre no tiene puentes y en agosto la ciudad está a capacidad máxima por la Feria de las Flores y Colombiamoda.
A la expectativa quedan entonces los fanáticos de Altavoz para su décimo aniversario en 2013, que coincidirá con los 30 años del punk, género bien conocido por Mónica Moreno, como integrante de la banda I.R.A.

 
     

Memoria y resistencia

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Memoria y resistencia
Una reciente jornada realizada en la comuna 13, recordó la importancia de la memoria colectiva, como proceso constructivo de sociedad

Así como hicieron hace diez años durante la Operación Mariscal, cuando un grupo élite de la Fuerza Pública entró a sangre y fuego a las colinas del centroccidente de Medellín para combatir las células guerrilleras y paramilitares que se disputaban la zona, los habitantes de la comuna 13 volvieron a enarbolar esta semana trapos y sábanas blancas sobre las fachadas de sus casas.
Quisieron hacer lo mismo una década después de esta intervención militar, que dejó nueve personas asesinadas, todos civiles ajenos a la lucha, residentes y víctimas del conflicto armado de la comuna 13, pero esta vez para exigir que circunstancias como los vividas no se vuelvan a repetir y, sobretodo, para hacer memoria como parte del proceso de resistencia y de no olvido.
“Esto no es un asunto de la comuna 13 sino de toda la ciudad, porque el hecho de memoria no es un asunto del pasado sino de hoy, del presente. La memoria como construcción de identidad, no solo de las víctimas sino de Medellín, porque hay situaciones que no cambian en varias zonas de la ciudad. Muchos jóvenes, que eran niños en la época de las operaciones militares, hoy más grandes, siguen sintiendo la opresión, como si todo esto no hubiera terminado”, manifiesta un habitante del barrio El Salado, durante la jornada a favor de la verdad, justicia, reparación y no repetición, en homenaje a las víctimas de la Operación Orión, el pasado 16 de octubre.
Aunque la jornada de trapos blancos se realizó como un símbolo de la Operación Mariscal, ocurrida el 21 de mayo de 2002, la comunidad conmemoró la Operación Orión, que fue realizada cinco meses después (16 de octubre). Ese día mil hombres de la Fuerza Pública ingresaron disparando por aire y tierra a los barrios El Salado, Independencias I, II y III y Nuevos Conquistadores, siendo la operación urbana más grande en el país, ordenada por el entonces presidente Álvaro Uribe Vélez, y que pretendía ponerle fin al conflicto urbano de la comuna 13.
Durante esta operación, según el informe especializado “Comuna trece, la otra versión” del CINEP -Centro de Investigación y Educación Popular- y Justicia y Paz, “la población civil fue atacada indiscriminadamente por la Fuerza Pública, utilizando ametralladoras, fusiles y helicópteros artillados desde los cuales se causaron averías en múltiples viviendas y decenas de víctimas civiles”. Hoy la comuna 13 reclama: “No más impunidad”.

Trabajo por la memoria
“Lo más difícil de todo esto ha sido el desarraigo”, expresa María del Socorro Mosquera, una madre que vivió en carne propia los estragos de la guerra urbana durante las operaciones militares en la comuna 13 en 2002. “Hay situaciones que no me gusta recordar, porque fue muy doloroso todo lo que nos tocó vivir a muchas personas de acá. Aunque han pasado muchos años, el dolor es el mismo, por eso reclamamos no más impunidad”, dice mientras sus ojos se cristalizan.
Ella es hoy una líder reconocida por la comunidad y es la presidenta de la Asociación de Madres de las Independencias -AMI-, una organización sin ánimo de lucro que trabaja con niños, jóvenes y madres cabezas de familia de la comuna 13, y que pertenece a la Ruta Pacífica de Mujeres y a Mujeres de Negro.
Desde la Asociación, esta mujer, a punta de tesón y acompañada por la comunidad, ha luchado por establecer la memoria colectiva y la reparación simbólica a las víctimas del conflicto. Para ello, con jóvenes y niños de la zona, desarrollan la página web www.cuentala13.org y la emisora www.morada.com, espacios donde se reflexiona sobre la cotidianidad de la comuna y la memoria colectiva.
“La importancia de la memoria es que la gente recuerde lo que pasamos, para que esto no se repita. Hoy vemos cómo los niños de nueve años cuentan cosas de Orión, que los mayores les cuentan, y ellos van y narran esas historias a otros niños. Esto esta generando una identidad y desde estos espacios comunitarios podemos mostrar la realidad y las necesidades que tenemos”, señala.
Róbinson Úsuga es otro habitante que se ha empeñado en rescatar la memoria de las víctimas del conflicto urbano. Es periodista y desde el portal www.lluviadeorion.com, sitio web premiado por el Museo Casa de la Memoria en 2011, ha visibilizado las historias de la comuna 13, por medio de lo que llama “la memoria recreada”, buscando sensibilizar por medio del arte y la creatividad, “para que se abandone el camino de la indiferencia”.
“Dicen que un pueblo que olvida su pasado está condenado a repetirlo, pero en el caso colombiano no creo que nos falte memoria. Lo que creo que nos ha faltado es la creatividad para apropiarnos de nuestro pasado y salirnos de este conflicto armado. En parte porque nos gobierna la indiferencia hacía las tragedias del propio vecino. Somos muy ajenos al dolor del otro y por eso nos sucedió la guerra en la comuna 13 y ahora sucede similar en la comuna 8. Casi todos los días hay disparos allí, y al resto de la ciudad parece no importarle”, afirma Róbinson Úsuga.

Cultura en diagnóstico

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Cultura en diagnóstico
La cultura continúa siendo uno de los puntos flacos en la comuna 14, sostienen los líderes culturales de El Poblado

“El próximo 10 de diciembre se entregará a la comunidad de El Poblado un diagnóstico sobre el potencial cultural de la zona, lo que permitirá identificar las fortalezas y las debilidades, y pensar en una adecuada estrategia para generar espacios culturales y artísticos para toda la comunidad”. Así lo afirma Carlos Mario Arenas, director de la Corporación para la Paz y el Desarrollo Social (Corpades), organización que desde el pasado 10 de septiembre realiza un inventario cultural de la comuna 14.
Este diagnóstico, que hace parte de la primera fase de investigación, es un convenio con un valor de 95 millones de pesos realizado entre la Secretaría de Cultura Ciudadana y Corpades. Busca, por medio de talleres temáticos y encuentros con la comunidad, definir el potencial cultural de la zona e identificar propuestas culturales y artísticas. Con este ejercicio se espera realizar la construcción del Plan de Desarrollo de Cultura para El Poblado.
“Es una comuna con escasa demanda cultural, pero donde hay un potencial que vamos a identificar con el diagnóstico. Además de las expresiones artísticas, vamos a estar observando otras manifestaciones de cultura, vinculando todas los barrios de la comuna”, expresa José Darío Castrillón, coinvestigador de Corpades, quien acompaña el proceso de diagnóstico.
“La cultura en El Poblado se ha estado manejando de manera administrativa, no nace por iniciativa de los grupos artísticos. La Comisión de Cultura busca con esfuerzo pero no fomenta ni tiene una vinculación directa con los actores sociales. El Poblado tiene barriadas populares, donde su cultura, sus expresiones artísticas, no son tomadas en cuenta, sino que la cultura es vista a través de las corporaciones”, afirma el maestro Arquímedes Barajas, pintor y residente de El Poblado.

“Hace falta más cultura”
Una de las mayores preocupaciones de la comunidad en el tema cultural es la pérdida del patrimonio arquitectónico de El Poblado, sobre todo en sectores como Manila. Allí, muchas de sus viejas casonas y edificaciones han sido o van a ser demolidas para la construcción de nuevos proyectos urbanísticos, como es el caso del claustro de Villa Carlota, ubicado en la carrera 43 B con calle 16.
“No queremos que Manila se convierta en otra Milla de Oro. Este es un barrio tradicional en el que estamos viendo como se tumban casas para construir oficinas y edificios, acabando con el patrimonio del sector y la vida cotidiana del barrio”, dice Peter Flandorffer, residente y vigía del patrimonio de El Poblado.
Otro de los asuntos críticos que aún no encuentra solución dentro de la administración pública y una de las mayores peticiones de la comunidad, es la recuperación de la Casa de la Cultura, en Manila, que desde hace varios años se encuentra en litigio entre el Municipio y la Corporación Taller de la Música. Esta corporación se ha negado ha devolver el inmueble, el cual le había sido cedido en comodato por el Municipio, durante un periodo que ya venció. “La Secretaria está de acuerdo con que el espacio de la Casa de la Cultura sea para beneficio de la comunidad. Nos interesa el lugar, pero es algo que se sale del marco legal de la Secretaría. Estamos esperando el fallo legal para nosotros poder intervenir”, manifiesta la Secretaria de Cultura Ciudadana, María del Rosario Escobar.

Proyectos culturales
Para tratar de compensar la falta de espacios culturales en El Poblado, la secretaria María del Rosario Escobar asegura que para la comuna 14 se tiene pensado, aunque todavía no se han definido diseños ni lugares, una Unidad de Vida Articulada -UVA – y un distrito cultural.
“Las Uva”, como se conocen los proyectos de intervención urbanística, son liderados por el Inder y constan de la adecuación de escenarios deportivos, recreativos y culturales como sitios de encuentro ciudadano. Estos proyectos, según las propuestas, serán multipropósito y su objetivo es convertirse en centros urbanos que integren el deporte y la cultura.
“Se está buscando el espacio más adecuado para estos proyectos. Los diseños dependerán del predio donde se vayan a desarrollar. Lo del distrito cultural son proyectos de ciudad y se trata de entregar incentivos tributarios, para que estos espacios atraigan públicos y nuevas ideas de negocio alrededor de la cultura. Pensamos que esto puede cerca del Mamm, dado la vocación cultural del sitio”, afirma la secretaria de Cultura.

Diminuto y Oscuro

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“El sembrador, sudoroso, tomó un puñado de semillas y las tiró al surco. Los granos de trigo ocuparon sus lugares, conscientes de su importancia para los hombres. Pero entre ellos había un diminuto grano oscuro.
-Quítate de aquí, enano -le gritó una semilla sobre la que había caído el grano negro. Y una carcajada recorrió los terrones que con el tiempo se convertirían en rubios trigales. Se burlaron de su pequeñez las amapolas y los hierbajos que, escasos, quedaban en la tierra limpia para la siembra. Y hasta se cruzaron apuestas sobre la altura que alcanzaría… ¡tan pequeña era! Y un rastrojo de la anterior siembra juró que nunca había visto nada igual y que aquella cosa oscura no era más que una piedra y como piedra quedaría para siempre.
La pobre semillita negra no se intimidó por las burlas. Había nacido para dar fruto, para transformarse y convertirse en algo valioso: no sabía en qué ni para quién. Pero debía cumplir su cometido. Y como para empezar no necesitaba demasiado espacio se acurrucó en un pedacito de tierra. Pronto echó raíces, pues aquel era un buen suelo, bien nutrido y húmedo. El invierno fue duro. Su tallo, tierno, poco a poco, con mucho esfuerzo, se abrió camino hacia el cielo. Pasada la primavera, llegó el caluroso verano y la que había sido considerada minúscula piedrecilla sobresalía en el trigal. Las espigas observaban calladas su crecimiento asombroso, no atreviéndose a hacer predicciones sobre un fenómeno que desbordaba todos sus pronósticos.
Un día pasó Jesús por allí. Iba acompañado de sus apóstoles y seguidores. Les hablaba del Reino de los Cielos al que estaban destinados los hombres y que debían comenzar ya en la tierra (…).
Jesús observó la planta que sobresalía. Mirad el grano de mostaza -dijo-. Es la semilla más pequeña, pero cuando crece se convierte en la más alta de las plantas del sembrado, se transforma en árbol frondoso y los pájaros anidan en sus ramas (Mt 13, 31-35)”.
Cada uno de nosotros puede identificarse con ese pequeño grano oscuro. Con frecuencia nuestros fracasos, flaquezas y equivocaciones nos hacen sentir los más pequeños; caemos en el abismo del sinsentido, en la soledad y la frustración. Hemos dado todo y todo parece derrumbarse. Pero entran la fe, la perseverancia y la tenacidad. Dios obra de manera misteriosa, cuando menos cavilamos. Y donde menos lo imaginamos se realiza el milagro del tan anhelado fruto; estaba más cerca de lo que sospechamos.
Es en lo simple donde se halla la respuesta, es en las pequeñísimas conquistas de cada día cuando se logran los grandes prodigios. Qué valiosa y vigente enseñanza del Maestro: Las cosas realmente importantes en la vida requieren tiempo, paciencia y perseverancia; lo simple, sincero y cotidiano nos catapulta a la felicidad. No importa en qué lugar o en qué momento de la siembra te encuentres; no importa si eres semilla, sembrador, agua o suelo; confía en aquel buen sembrador que te esparció como semilla en esta tierra y en este tiempo, aguarda tranquilo, confía y en silencio contempla gozoso la obra para la que Él te llama.
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Continúa la preocupación

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Continúa la preocupación
Se insiste en una pronta solución a las fallas académicas y de convivencia

Aunque la Secretaría de Educación había dado como plazo tres meses para solucionar los problemas de bajo rendimiento académico, convivencia y seguridad en Santa Catalina de Siena, la comunidad de El Poblado y el consejo de padres de familia del centro educativo pidieron resultados más rápidos y efectivos a sus directivas, ya que el año escolar está por terminar y aún no se muestran resultados positivos. Así lo manifestaron en una concurrida reunión realizada el martes 16 de octubre en la sede social de La Divina Eucaristía, a la cual asistieron representantes de la Alcaldía, la institución escolar y la comunidad.
“Hay una preocupación muy grande. Hemos conocido que muchos padres de familia, dado los conflictos que se presentan en la institución, están buscando nuevo colegio para sus hijos. Es un problema porque los líderes luchamos mucho por tener un colegio público donde los niños de El Poblado pudieran tener una buena educación, pero ahora muchos se van a tener que desplazar a otros barrios, gastando dinero en pasajes que muchas familias no podrán garantizarles”, afirmó la líder comunitaria Hilda Escobar.
Padres de familias de barrios como El Garabato, Loma de Los González y Loma de Los Parra, sectores que concentran parte de la comunidad estudiantil del Santa Catalina de Siena, donde estudian 580 alumnos, se sienten afectados por la falta de continuidad en la planta de profesores, la poca convivencia al interior de la institución y la venta de drogas alrededor del centro educativo. Por tal razón exigen acciones efectivas por parte de la Secretaría de Educación, con el fin de prevenir la deserción escolar en esta sede anexa al Inem José Felix de Restrepo.
“A pesar de las dificultades se está haciendo el mayor esfuerzo para mejorar las condiciones administrativas de la sede. La continuidad de los profesores depende de los mismos profesores pues ellos piden ser trasladados. Además con el Inem se comparten educadores que dan clases en las dos sedes, lo que no permite una permanencia total de los profesores. El compromiso es pedir al rector y a la Secretaría de Educación estudiar la posibilidad de la presencia permanente de los profesores en Santa Catalina de Siena”, expresó Alejandro Barrios, jefe de núcleo educativo.
Por su parte, Ehilduara Castaño, coordinadora de la institución, ante los asuntos denunciados por la comunidad señaló que “se ha realizado un diagnóstico en el cual se han identificado muchos problemas, tanto de la institución como de la familia. Encontramos casos muy preocupantes de intolerancia y convivencia que debemos trabajar de la mano de los padres de familia”.
Frente a estos problemas de convivencia señalados por las directivas, líderes comunitarios y padres de familia piden mayor intervención de las instituciones del gobierno. Gladys Jimenez, comisaria de familia de El Poblado, aclara que los casos internos del colegio deben ser manejados mediante el manual de convivencia de la institución. “Por competencia nosotros atendemos los casos de violencia intrafamiliar y en ese sentido hemos actuado. En Santa Catalina hemos tenido una dificultad y ha sido el cambio constante de coordinadores, que no permite que los procesos se lleven adecuadamente con los estudiantes y sus familias”, concluye la comisaria.
Jair Jimenez, subsecretario de Seguridad, testigo de las denuncias de la comunidad, expresa que desde ya se coordina una comisión interinstitucional para tratar la problemática del Santa Catalina de Siena. “Ya comenzamos a intervenir y atacar los problemas de drogas en los escenarios deportivos y en las instituciones educativas. Estamos coordinando un plan unificado para la intervención y mejoramiento las condiciones escolares”, indicó.

Sin barreras

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Sin barreras
Los Mercados campesinos contribuyen a derribar barreras sociales, a unir más a diferentes grupos humanos, todos parte de la misma ciudad

Da gusto ver cómo un espacio que ha sido significativo para El Poblado está siendo aprovechado todos los domingos para actividades positivas desde distintos puntos de vista, y que esta propuesta venga de parte de la Alcaldía, concretamente del Despacho de la Primera Dama. Nos referimos a los Mercados campesinos que empezaron a realizarse en el Parque Lineal La Presidenta a finales de agosto pasado.
Varias son sus ventajas: para empezar, se sabe que una de las maneras de conjurar la inseguridad de ciertos sitios es mediante la ocupación de la comunidad circundante con eventos culturales, artísticos u otras actividades que posibiliten lo que se conoce como sano esparcimiento, es decir, aquello que sin molestar a nadie, ni causar mal a los asistentes ni a los vecinos, divierte, descansa, despeja, anima y ayuda a recargar ánimos para las jornadas de estudio o de trabajo que impone una nueva semana. Así las cosas, el Parque Lineal La Presidenta, aquejado muchas veces por delincuentes y vándalos que se amparan en la soledad del área, los ahuyenta justamente durante los Mercados campesinos, cumpliendo de paso la labor social para la que fue creado el parque y también de paso generando sentido de pertenencia por parte de los ciudadanos beneficiados.
Igualmente se destaca que, tal y como están planteados, los Mercados campesinos contribuyen a derribar barreras sociales, a unir más a diferentes grupos humanos, todos parte de la misma ciudad, en este caso a personas de los sectores urbanos y rurales, por medio de una actividad de beneficio mutuo, un gana-gana que deja réditos (no solo materiales) tanto a los campesinos productores y emprendedores como a los compradores de sus artículos.
Otro aspecto a resaltar es la participación de la empresa privada en la realización de estos mercados, alianza que, hasta el momento, parece estar dando buenos resultados.
Por todo esto, con sorpresa no hace mucho atendimos en Vivir en El Poblado la llamada de alguien que se quejaba de la existencia de los Mercados campesinos en el Parque Lineal, sencillamente porque los consideraba “mañés”. Con todo el respeto que merecen las opiniones contrarias, quien piensa esto evidencia que poco ha viajado o aprovechado a internet para visitar otros lugares del mundo, centros urbanos muy civilizados por cierto, donde los mercados campesinos, similares al de La Presidenta, son un éxito y constituyen un notable atractivo turístico. Y, por último, lo más importante, pensar así hoy es ir un poco en contravía de la tendencia local, nacional e incluso mundial de tender puentes para acortar distancias y cerrar esas odiosas brechas que tanto daño nos han causado.

Sin barreras

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Los Mercados campesinos contribuyen a derribar barreras sociales, a unir más a diferentes grupos humanos, todos parte de la misma ciudad

Da gusto ver cómo un espacio que ha sido significativo para El Poblado está siendo aprovechado todos los domingos para actividades positivas desde distintos puntos de vista, y que esta propuesta venga de parte de la Alcaldía, concretamente del Despacho de la Primera Dama. Nos referimos a los Mercados campesinos que empezaron a realizarse en el Parque Lineal La Presidenta a finales de agosto pasado.
Varias son sus ventajas: para empezar, se sabe que una de las maneras de conjurar la inseguridad de ciertos sitios es mediante la ocupación de la comunidad circundante con eventos culturales, artísticos u otras actividades que posibiliten lo que se conoce como sano esparcimiento, es decir, aquello que sin molestar a nadie, ni causar mal a los asistentes ni a los vecinos, divierte, descansa, despeja, anima y ayuda a recargar ánimos para las jornadas de estudio o de trabajo que impone una nueva semana. Así las cosas, el Parque Lineal La Presidenta, aquejado muchas veces por delincuentes y vándalos que se amparan en la soledad del área, los ahuyenta justamente durante los Mercados campesinos, cumpliendo de paso la labor social para la que fue creado el parque y también de paso generando sentido de pertenencia por parte de los ciudadanos beneficiados.
Igualmente se destaca que, tal y como están planteados, los Mercados campesinos contribuyen a derribar barreras sociales, a unir más a diferentes grupos humanos, todos parte de la misma ciudad, en este caso a personas de los sectores urbanos y rurales, por medio de una actividad de beneficio mutuo, un gana-gana que deja réditos (no solo materiales) tanto a los campesinos productores y emprendedores como a los compradores de sus artículos.
Otro aspecto a resaltar es la participación de la empresa privada en la realización de estos mercados, alianza que, hasta el momento, parece estar dando buenos resultados.
Por todo esto, con sorpresa no hace mucho atendimos en Vivir en El Poblado la llamada de alguien que se quejaba de la existencia de los Mercados campesinos en el Parque Lineal, sencillamente porque los consideraba “mañés”. Con todo el respeto que merecen las opiniones contrarias, quien piensa esto evidencia que poco ha viajado o aprovechado a internet para visitar otros lugares del mundo, centros urbanos muy civilizados por cierto, donde los mercados campesinos, similares al de La Presidenta, son un éxito y constituyen un notable atractivo turístico. Y, por último, lo más importante, pensar así hoy es ir un poco en contravía de la tendencia local, nacional e incluso mundial de tender puentes para acortar distancias y cerrar esas odiosas brechas que tanto daño nos han causado.

Sin barreras

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Sin barreras
Los Mercados campesinos contribuyen a derribar barreras sociales, a unir más a diferentes grupos humanos, todos parte de la misma ciudad

Da gusto ver cómo un espacio que ha sido significativo para El Poblado está siendo aprovechado todos los domingos para actividades positivas desde distintos puntos de vista, y que esta propuesta venga de parte de la Alcaldía, concretamente del Despacho de la Primera Dama. Nos referimos a los Mercados campesinos que empezaron a realizarse en el Parque Lineal La Presidenta a finales de agosto pasado.
Varias son sus ventajas: para empezar, se sabe que una de las maneras de conjurar la inseguridad de ciertos sitios es mediante la ocupación de la comunidad circundante con eventos culturales, artísticos u otras actividades que posibiliten lo que se conoce como sano esparcimiento, es decir, aquello que sin molestar a nadie, ni causar mal a los asistentes ni a los vecinos, divierte, descansa, despeja, anima y ayuda a recargar ánimos para las jornadas de estudio o de trabajo que impone una nueva semana. Así las cosas, el Parque Lineal La Presidenta, aquejado muchas veces por delincuentes y vándalos que se amparan en la soledad del área, los ahuyenta justamente durante los Mercados campesinos, cumpliendo de paso la labor social para la que fue creado el parque y también de paso generando sentido de pertenencia por parte de los ciudadanos beneficiados.
Igualmente se destaca que, tal y como están planteados, los Mercados campesinos contribuyen a derribar barreras sociales, a unir más a diferentes grupos humanos, todos parte de la misma ciudad, en este caso a personas de los sectores urbanos y rurales, por medio de una actividad de beneficio mutuo, un gana-gana que deja réditos (no solo materiales) tanto a los campesinos productores y emprendedores como a los compradores de sus artículos.
Otro aspecto a resaltar es la participación de la empresa privada en la realización de estos mercados, alianza que, hasta el momento, parece estar dando buenos resultados.
Por todo esto, con sorpresa no hace mucho atendimos en Vivir en El Poblado la llamada de alguien que se quejaba de la existencia de los Mercados campesinos en el Parque Lineal, sencillamente porque los consideraba “mañés”. Con todo el respeto que merecen las opiniones contrarias, quien piensa esto evidencia que poco ha viajado o aprovechado a internet para visitar otros lugares del mundo, centros urbanos muy civilizados por cierto, donde los mercados campesinos, similares al de La Presidenta, son un éxito y constituyen un notable atractivo turístico. Y, por último, lo más importante, pensar así hoy es ir un poco en contravía de la tendencia local, nacional e incluso mundial de tender puentes para acortar distancias y cerrar esas odiosas brechas que tanto daño nos han causado.

Las ventajas de ser invisible

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Las ventajas de ser invisible
Charlie hace frente a sus problemas mentales mientras trata de encontrar un grupo al cual pertenecer.


Las ventajas de ser invisible

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Las ventajas de ser invisible
Charlie hace frente a sus problemas mentales mientras trata de encontrar un grupo al cual pertenecer.


360

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360
Si alguien es infiel, su amante se relacionará a su vez con otra persona y así sucesivamente hasta cerrar el círculo en 360 grados. Estreno en las salas de cine de la ciudad el 19 de octubre.

Visa USA

Visa USA
La visa USA fue y sigue siendo una de las que mayores inquietudes causa entre quienes la solicitan

Por Saúl Álvarez Lara
Nadie podría decir que nunca ha hecho una fila. Por necesidad, por obligación o porque no había otra salida. Hay que hacer fila. Claro está, hay filas alegres y festivas: para entrar a fútbol, para un concierto, para recibir un premio. Hay otras, en cambio, que oprimen y pueden ser causa de depresión y hasta de negocio entre quienes las hacen. Filas para obtener un certificado o pagar un impuesto en cualquier institución pública son un martirio. Para obtener una visa, cualquier visa para cualquier país que la requiera, la fila es un encuentro con lo desconocido, un mar de dudas que se atiza porque el postulante no se puede ahogar y entonces pregunta a amigos o conocidos, sin considerar que cada uno tiene una respuesta distinta según su experiencia o inexperiencia.
La visa USA fue y sigue siendo una de las que mayores dudas causa entre quienes la solicitan. Claro está, se acabaron aquellos tiempos de madrugadas imposibles y filas eternas con toda suerte de especulaciones sobre lo que encontrará quien llegue a la ventanilla: … que hoy sí la están dando, que quienes vayan en familia tienen ventajas, que el funcionario de la casilla tres rechaza a todo el mundo, que casi todos salen llorando; “mirá… aquél salió riéndose, se la dieron”. A pesar de que las cosas han cambiado y la tecnología y el sistema de citas han agilizado el proceso, las dudas campean entre quienes, algunos con tres horas de anticipación a la de su cita porque no creen, deben presentarse a la fila en la puerta de la Embajada. ¿Tengo todos los papeles? se preguntan y por milésima vez revisan la carpeta: extractos bancarios, cartas de presentación, certificados de propiedad, quizá también pasajes y direcciones de los lugares que piensan visitar o donde se van a hospedar, certificados de renta, hoja de vida, diplomas, certificado médico, estado civil. ¿Fotos? ¿Tengo las fotos? y de nuevo a revisar a ver si están donde deben estar.
La cuarentena comienza con los preparativos y a medida que la fecha se acerca la tensión sube, sobre todo porque se corre el riesgo de perder el esfuerzo de recolección de información, el dinero de la inscripción y el de los pasajes porque es obligatorio ir hasta Bogotá.
La fila es larga en la entrada de la Embajada. Hay afiches por todas partes que indican que uno no se debe dejar ayudar de nadie. Una voz monotónica da instrucciones por un altavoz: “El señor de corbata morada… no se salga de su lugar… Quien no tenga los papeles en orden regresará al final de su fila…” Una mujer ofrece chicles, gaseosas, galletas, manipapas y sombrillas para proteger del sol. Un hombre mayor pero con cabeza joven viste camisa de cuadros, jeans Levis estrechos, botas camufladas uno o dos números más del necesario, nadie cree que le den la visa, sin embargo dicen que se la están dando a todo el mundo: “Todos salen riendo”. La voz monotónica continúa las instrucciones: “… En las zonas verdes o junto a las materas no debe haber nadie… Los funcionarios van a revisar los documentos. Tengan listo el papel de la cita, foto, pasaporte, el que no los tenga en orden pasa al final de la fila”. Una mujer que parece muy enterada dice que Shakira también pasó por allí. Hasta entrar a la embajada la fila parece poco ágil, después de pasar el primer escollo y entrar al recinto –la sensación de ser observado se pega a la piel– hay que pasar los rayos X donde todo aparato electrónico: cámaras, celulares, portátiles o tabletas tipo iPad, deben quedar a cambio de un ficho azul con letras blancas, para reclamar, a la salida, lo que quede en consigna.
Después viene un espacio abierto que conduce a otras filas más cortas donde se distribuyen las personas de la fila inicial. Al cabo de algunos minutos una mujer de apariencia gringa, rubia, pelo corto y ojos claros detrás de gafas sin montura y con expresión de piedra, llama a quien sigue. Amable pero seria. Hace preguntas de rigor: ¿Cuántos son? ¿Visa? ¿Vencida? ¿Han pedido otra? ¿Quienes vienen? ¿Las fotos son antiguas? ¿Recientes? ¿Cuánto tiempo? La conversación ocurre por teléfono a través de un vidrio de seguridad. Consulta sus bases de datos, confirma lo dicho por internet en el momento de la solicitud –saben más de nosotros que nosotros mismos, dice alguien en la fila– y pide ir a otra ventanilla donde tomarán las huellas digitales. Allí otra funcionaria igualmente seria hace su trabajo y se queda con los pasaportes, que se pondrán en contacto, dice, y pasa una nota explicativa por debajo de un vidrio de seguridad verde y grueso. No se sabe si otorgaron la visa, la duda persiste. Si la respuesta es positiva es posible considerar que la tarea estuvo bien hecha. Si es un “no” rotundo, dará a pensar que algo quedó mal hecho, por supuesto, de parte de quien hizo la solicitud, la subjetividad de los anfitriones es a prueba de todo.

El origen de las palabras

El origen de las palabras
La composición es la pasión de Carlos Palacio, un músico que regresa a Medellín y encuentra una nueva escena musical donde caben sus letras y melodías

“Angina, dermatitis, condiloma, mieloma, candidiasis, cefalea, condromalacia, lupus, glaucoma, laringotraqueitis, seborrea….”. Así empieza la canción “Hay que beber vino”. Es una balada hiponcondríaca creada por Carlos “Pala” Palacio como parte de su sexta producción musical, El origen de las especias.
Años atrás, Pala quería ser médico. Después de graduarse de Medicina de la Universidad Pontificia Bolivariana en 1993 tuvo que enfrentar el hecho de que esa no era su carrera. Dando un paso valiente para dedicarse a lo que realmente lo apasionaba, decidió irse a Cuba a estudiar composición y música popular. A su regreso a Medellín se encontró con una ciudad en la que prefería no vivir, donde las oportunidades para músicos eran más que limitadas. Nuevamente empacó sus maletas, esta vez con destino a Bogotá y luego a Buenos Aires, Argentina. En esas dos ciudades, durante 14 años, produjo sus primeros cinco álbumes. De los cinco, al primero, titulado Amnesialandia, lo odia. Dice que toda ópera prima es presuntuosa, pero tal vez este sea su disco más reconocido. Desde ese, hasta El origen de las especias, el sonido ha cambiado, pasando de ritmos muy pop, con mucha batería, a un formato más pequeño, con guitarra y contrabajo. Las melodías, muy colombianas e influenciadas por las guabinas y cumbias de su infancia en Yarumal, permiten que se luzcan mucho mejor las letras de las canciones.
Pala dice que no es guitarrista, que toca guitarra; dice que no es cantante, que canta. Lo que le interesa es el texto, la composición de letras. Entre risas cuenta que se dedicó a la música por no poder dedicarse a la literatura, cosa que abunda más en su casa que los mismos discos. Por esa afición a la composición de letras cabría en la categoría de cantautores, pero él se apresura a desvincularse de esa idea de aquellos que “usan boina roja y cantan canciones de Silvio Rodríguez al lado de una chimenea”. No se trata de demeritar a nadie, sino de entender la adaptación del compositor a su momento y su contexto. “Hoy en día, en un país como Colombia, con la historia que tenemos, cantarle a la revolución es imperdonable… le cantamos a otras cosas”, dice. Esas cosas son, entre otras, una pelea que tiene casada con la religión, con esta sociedad que considera conservadora e intolerante, y en general con el cómo siente y ve a su país.

En estos casi dos años que lleva en Medellín, mira la ciudad con otros ojos. “Hay más espacios y las facultades de música han propiciado más campo de acción para sensibilizar a los jóvenes”, apunta. Y desde Medellín puede dedicarse a componer para otros músicos en cualquier lugar del mundo, como “Esto vale todo”, canción que escribió para el próximo álbum de Gilberto Santa Rosa, o “Días de cine” para el grupo cubano Habana Abierta.
Sea para él o para otros, Carlos no deja de componer. Todos los días le dedica al menos cuatro horas a escribir canciones y melodías. Dice que no cree en la inspiración, o por lo menos la entiende como el punto en el que se tiene “la maquinaria lo suficientemente aceitada para que la escritura fluya más fácil”.
Con o sin inspiración, El origen de las especias tiene 11 canciones nuevas, y 11 de producciones pasadas, interpretadas en el nuevo formato. Una de las primeras, titulada “Medellín”, recorre la ciudad en un nostálgico ritmo de son cubano… “Puedes ceñirte el pantalón pero al final del reggaetón la silicona no destrona el corazón. Trampa de dios, templo y burdel, te hablo de vos carta y Cartel. ¡Quién te dejara lo que te dejó Gardel!”.

El que quiera creer, que crea

El que quiera creer, que crea
/ Esteban Carlos Mejía

¿Sanar a una enferma con cáncer hepático? ¿Curar un lupus? ¡Joder y jolines! Duda hasta el más cándido, pero el doctor Vicente Ramírez González lo dice sin ponerse colorado. Y mucho menos teme confrontar sus experiencias con otros médicos: su consultorio queda en la Clínica El Rosario, en El Tesoro, entre colegas escépticos, desdeñosos o curiosos. Así nos lo contó en ¿Puedo cambiar mi destino?, el pasado conversatorio de Vivir en El Poblado y el centro comercial Santafé Medellín.
Vicente tiene un remoto parecido con el actor norteamericano Kevin Spacey, protagonista de Belleza americana y Criminal y decente, dos películas en las que brilla por su carisma, buen humor y seguridad en sí mismo. No es que se le parezca mucho. Eso sí, cuando te mira a los ojos y te suelta su rollo sobre la energía sanadora, uno tiende a ver la misma gracia y la misma convicción del galán gringo. Aunque las dudas más atroces e inescrupulosas me atormentaron durante la charla, terminé por ceder a su persuasión. Acepté que el ansia de creer de los seres humanos es inagotable.
El año rural de Vicente fue en La Chorrera y Leticia, Amazonas. Allí, desprevenido y en soledad, descubrió otras formas de practicar la medicina. Nos habló de la noche en que, frente a un herido grave, tuvo la insólita sensación de anticiparse a los acontecimientos y de leer el pensamiento ajeno, no como un chamán, sino como un compañero de viaje. Al volver a Medellín (¿la civilización?) leyó a Barbara Brennan, física de la Nasa, cuyo libro Hands of light lo encarriló por nuevos trayectos. No sin esfuerzo, Vicente aclaró sus sentimientos frente a la enfermedad, compaginó ciencia con sanación y se consagró a la medicina cuerpo-mente mediante una visión holística de la salud.
Para cambiar el destino, Vicente propone cinco pasos: Atención, Intención, Emoción, Inteligencia y Acción. Atención es despertar, romper el cascarón, salir de la modorra del vientre social. La intención esclarece la rectitud de los deseos, desprovistos de envidia o malignidad. Con la emoción se movilizan los líquidos corporales y espirituales de sentir y presentir. La inteligencia ayuda a ordenar. Y el poder de la acción tiene que ser directo, sin equívocos, fulminante.
De ese poder, Vicente dio ejemplos a granel. Abrazó a un señor que, al meditar, no logra librarse de sus pensamientos. Abrazó a una joven señora que, al borde de las lágrimas, se quejó de su incapacidad para romper un mal contrato, ya con casi veintidós años de vigencia, y que yo, quizás por la cercanía de Vicente, intuí como contrato matrimonial. Y abrazó a decenas de personas que se abalanzaron sobre él para recibir su energía revitalizadora. Confieso que cuando me abrazó no sentí ni calor ni frío. Tampoco escalofríos. Sentí simpatía por él y respeto por la fuerza de la fe. Si yo creo, a pie juntillas, que León Tolstói y Vladimir Nabokov no han muerto y conviven en mi biblioteca, ¿por qué no pueden los demás creer que el destino se puede cambiar? Santa paz: cero moralina. El que quiera creer, que crea.
El próximo jueves, 18 de octubre, seguiremos en la misma onda. Con Elena Molina Villegas hablaremos de La armonía y el bienestar del ser. En Santafé nos vemos, pues.
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Un Maridaje para el recuerdo

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Un Maridaje para el recuerdo
Cerca de 23 mil personas se gozaron Maridaje 2012, el festival gastronómico que durante tres días reunió a gran parte de los mejores restaurantes de la ciudad. En el acto inaugural se les brindó un homenaje a la repostería Santa Elena, al restaurante La Fragata y al antropólogo Julián Estrada, columnista de nuestro periódico Vivir en El Poblado, quien ha dedicado más de tres décadas al estudio y la reivindicación de las distintas cocinas regionales del país.


Julián Estrada

Julián Estrada, Gabriel Jaime Rico

Julián Estrada, Gabriel Jaime Rico

Liliana Montoya, Santiago Puerta, Lina Giraldo, Juan Gonzalo Velásquez, Marcela Obando, Jorge Gómez, Natalia Ángel, Federico Miranda

Nora Mendoza, Federico Trujillo, Santiago Isaza

Santiago Puerta

Santiago Puerta, Nora Mendoza
Julián Estrada


Santiago Puerta, Nora Mendoza

Uriel Sánchez, Rubén Tamayo

Álvaro Mejía, Jorge Gómez 1

Álvaro Mejía, Jorge Gómez 1

Gabriel Jaime Rico

Jorman Franco, José Guevara, Anderson Suárez, Daniela Marín, Federico Trujillo, Felipe Torres, Susana Rivera, Dora Palacio, Cristián Sánchez

Juan Gonzalo Velásquez

Juan Jairo García, Germán Patiño

Adriana Ruiz, Diego Restrepo

Andrés Gaviria, Juan Esteban Gómez

Berenice García, Angélica Madrigal

Érica López


Miryam Gaviria

Federico Acosta

Ignacio Goncalves, Stella Correa

Jorge Agudelo, Marcela Montoya

Jorge Raich, Marta Ferrer

Juan Betancur, Ángela María Ocampo

Juan Carlos Cantillo, Maribel Tobón

Juan Pablo Valencia, Martín Carrera

Julián Ramírez, Ana Isabel Zuluaga, Carlos Duque

Marcia Arcila, Luchy Vásquez

María Inés Yepes, Estefanía Gaviria

Nohemi Fierro, Juan Camilo Valencia

Orlando Álvarez, María Camila Álvarez

Paola Osorio
Robert Peckham


Rodrigo Isaza, Carlos Estrada

Santiago Pérez, Catalina Giraldo






Festival Internacional de Música de Cámara

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Festival Internacional de Música de Cámara
En el Teatro Pablo Tobón, durante dos noches consecutivas, tuvo lugar la décima versión del Festival Internacional de Música de Cámara. El evento tuvo como invitado especial al pianista italiano Gregorio Nardi, acompañado de la Orquesta Sinfónica de Eafit. En los conciertos, los asistentes también presenciaron el estreno mundial del Concierto para piano y orquesta, del maestro Adolfo Mejía, y el estreno nacional del Concierto para piano y orquesta, del maestro Jesús Bermúdez Silva.


Alejandro Larios

Catalina Velásquez, Gilles de Boysson

David Córdoba

Elizabeth Agudelo

Federico Vargas, ángela María gómez

Libia Estela Duque, Marta Velásquez

Lisseth Herrera, Tatiana Mosquera

Luis Carlos Rodríguez, Galina Lokosova, Gregorio Nardi

Luis Hernando Valencia, Lucy Fernández

Mario Melguizo
Weibar Toro


Martha Lía Restrepo, Gloria María Cárdenas

Sergio Alonso Correa, Lucía Atehortúa

Tatiana Mejía, Santiago Gardeazábal

Susana Castro

Millàu, sofisticación cautivante

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Millàu, sofisticación cautivante
Elegante, innovador, moderno, con un sinfín de atractivos para sus propietarios, así es Millàu, proyecto inmobiliario de Umbral, localizado en el sector de El Tesoro alto. Recientemente, sus clientes potenciales disfrutaron de una velada donde aprendieron de tendencias de diseño con el interiorista José Hoyos y de cocina con el chef de Casa Magna, Alejandro Briceño. Para mayor información sobre Millàu ingrese a www.umbral.com.co


Ana María Ochoa, Mauricio Echeverri

Ángela Aristizábal

Diana Martinez

José Hoyos, Diana Martínez

Luz María Saldarriaga, Malena Mejía

Malena Mejía
Comedor


Manuel Posada, José Hoyos

Alejandro Briceño
Olga Lucía Botero




Panoramica

A volar con Kuaile

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A volar con Kuaile
En Vizcaya, la academia de danza aérea Kuaile celebró en presencia de amigos, alumnas, profesores y personas cercanas a su labor, la inauguración de su nueva sede en el tercer piso del centro comercial. Exhibiciones de danzas aérea, odissi y pole dance (opciones que hacen parte de la oferta de la academia), y un show del Solle El Cuerpo, el grupo que se destacó en el programa televisivo Colombia Tiene Talento, fueron los actos preparados para el grupo de invitados.


Alejandro Arango, Miryam Velásquez

Álvero León Pérez, Isadora Libertad Pérez

Ángela López

Carolina Sánchez, Juan David Villa

Eva Boddez, Ana María Villegas

Juan David Montoya, Juan Manuel Villegas, Cielo Villegas, Vanessa Gallo

Juliana Franco, Ana María Franco, María Isabella Marín, Luisa Cuartas

Laura Bano, Alejandra Vidal

Laura Estrada, Natalia Estrada

Manuela Gómez, Juanita Panesso, Daniela Agudelo

Sofía Duque, Sara Carmona, José Luis Rojas

Sofía Olarte, María Helena Villegas

Solle El Cuerpo

Solle El Cuerpo

Tesoros cotidianos que no vemos

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Tesoros cotidianos que no vemos
Hasta el 15 de octubre estarán exhibidos en la Plaza Cines de El Tesoro los trabajos ganadores y finalistas de Tesoros cotidianos que no vemos, concurso de fotografía que buscaba encontrar imágenes que reflejasen la vida y los habitantes de los barrios de la ciudad. Tanto la instalación de la exposición como la selección de las mejores propuestas contaron con la curaduría del Mamm. La muestra estará abierta al público hasta el 15 de octubre.


Bernardo del Cristo, Proyecciones

Bernardo del Cristo_Pilares del Tesoro

Luis Arcesio Tobón, Fiesta fantasma

Luis Arcesio Tobón_La levedad de una mujer de hierro

Nicolás Gil, El tobogán de mi casa

Nicolás Gil, Los jugadores de cartas

Los lectores de Shakespeare

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Los lectores de Shakespeare

/ Gustavo Arango

Todos conocemos mucha gente que admira la obra de Van Gogh. Confieso que yo mismo encuentro estimulantes, sugestivas, dolorosas, algunas de sus pinturas. Pero siempre que me veo recorriendo esos árboles en llamas y esas noches biliosas me pregunto si mi admiración sería la misma si no hubiera existido ese enorme andamiaje de historias y reacciones aprendidas que rodean al artista. Lo personal ayuda: la oreja cortada, la pobreza y la casi demencia del artista, la ironía del reconocimiento póstumo. El gran empujón lo dieron unos cuantos expertos y comerciantes de arte y, desde entonces, se ha vuelto sospechosamente fácil apreciar, de un vistazo, el genio de Van Gogh.
Suelo preguntar a mis alumnos si serían capaces de reconocer a un artista genial si se lo encontraran en la calle vendiendo sus pinturas. Algunos se apresuran a decir que sí. Yo me apresuro a dudar. Pocas veces tenemos la oportunidad de formarnos una impresión desprejuiciada frente al arte. En materia de gustos, apenas tenemos un mayor entendimiento que el que tiene el perro de Pavlov. Salivamos con los artistas frente a los que nos enseñaron a salivar. Por eso es tan peligroso oponerse a las jaurías numerosas, a las admiraciones multitudinarias, casi unánimes. Debería considerarse una forma de suicidio hablar mal, por ejemplo, de Frida Kahlo o de Bolaño.
Hay un maravilloso texto de Edgar Allan Poe, la “Carta a B.”, donde expresa montones de ideas sobre la apreciación del arte. Allí habla, por ejemplo, de lo dispuestos que estamos a admirar una obra cuando vienen acompañada por reconocimientos en el extranjero. En el caso de Estados Unidos, el reconocimiento necesario era el de Europa. En el caso colombiano, una opinión que venga de tres metros más allá de la costa ya nos parece suficientemente autorizada. Poe también dice en la carta algo a lo que nadie le ha parado bolas: que no hay nadie mejor que el propio escritor para hacer una crítica de su obra. Hablaré en otra ocasión de los riesgos y oportunidades de esa práctica (ahora mismo estoy escribiendo un tratado sobre mis creaciones tempranas). Pero la idea que viene al caso es la reflexión que hace sobre la admiración general que ha recibido Shakespeare. Poe consuela a B, su amigo, diciéndole que no hay que preocuparse por la aprobación general:
“Shakespeare goza de aprobación general y, sin embargo, Shakespeare es el más grande de los poetas. Uno podría decir que el mundo está correcto en su juicio. Pero el problema reside en la interpretación que demos a la palabra juicio. La opinión que la gente tiene no es “su” opinión; del mismo modo que no son “suyos” los libros que compra. Un tonto, por ejemplo, puede pensar que Shakespeare es un gran poeta; aunque el tonto no lo haya leído nunca. Pero el vecino del tonto, que está un poco más arriba en los Andes mentales, dice que Shakespeare es grande y el tonto le cree. La opinión del vecino, a su vez, tampoco es suya; también fue adoptada de otro que está más arriba en la montaña. Al final, sólo quedan unos pocos individuos que miran cara a cara al espíritu en la cima”.
La fórmula se aplica para toda opinión generalizada: tontos y más tontos repitiendo la opinión de unos pocos. Sólo hay algo que ha cambiado desde los tiempos de Poe. Los que dictan desde arriba lo que el mundo va a opinar, tampoco se han leído a esos “Chespieres” que ahora nos quieren fabricar.
Oneonta, octubre de 2012.
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Su majestad el arroz blanco

Entre las tantas cosas que me gusta comer de manera desaforada, el arroz blanco es una de mis preferidas. Me gusta el arroz frío, caliente, húmedo, trasnochado, recalentado, ahumado y, casualmente, el más desprestigiado es el que más me gusta: el “pegao” de arroz, al cual llaman con cariño en muchas partes del país “cucayo”.
No se necesita ser un experto culinario, para -con casi nada- convertir un poco de arroz blanco en una excelente receta. Inicio mi glosario con la más sencilla… es mi receta preferida: el arroz blanco con gotas de limón y ¡ya está! Cada vez que me encuentro una olla de arroz en una cocina (mía o ajena) destapo y pruebo: la primera cucharada sin gotas de limón, para degustar el producto incólume y, las restantes, van con el toque cítrico. Más sencilla que la anterior es la siguiente: añadir un chorrito de aceite de oliva y no más, ¡me encanta! También tengo recetas con mayor elaboración, totalmente versátiles, como aquellas que hacemos añadiendo al arroz una cantidad mínima de “otra cosa”, pues no se trata de borrar el arroz del plato, sino de afectar su sabor con el toquecito del acompañante. En este orden de ideas, con frecuencia transformo mi arroz blanco con filetes de champiñones y hojitas de cilantro; también procedo con un poco de petit-pois (arvejas) y queso parmesano; me encanta con un puñadito de ajonjolí previamente dorado o con cabello de ángel horneado. Quede claro que no estoy proponiendo la confección de mezclas con una gran cantidad de cosas, para llegar al resultado final de un arroz con pollo o de un arroz a la valenciana versión “creatividad mamá paisa”, en los cuales abundan habichuelas, salchichas, huevos duros y todo aquello que de la nevera o despensa se pueda rescatar; sencillamente se trata de involucrar sabores de manera insinuada.
Ahora bien, mención necesaria debo hacer de aquellas recetas donde su presencia gana toda la fama, pero obviamente la mezcla con sus acompañantes lo acaban de endiosar. Me refiero a las torticas fritas de arroz con hogao; a la sopa de arroz con carne en polvo, aguacate, y tajadas maduras; al arroz blanco en hoja de bijao que acompaña papa, yuca y rebanada de posta; al arroz blanco coronado con huevo frito (de yema temblona para reventar) y picado de maduro, y al arroz blanco con frijoles recalentados en el desayuno dominical. Finalmente, y en coherencia con el título de esta columna, aquello que entre nosotros se ha convertido en pan de todos los días (una porción de arroz blanco cocinado) en otras cocinas del mundo se le considera como un acompañamiento de refinado gusto; basta con observar algunos recetarios de cocina mundial para constatar el papel que cumple el simple arroz blanco como guarnición de famosas recetas de cocina: pollo al curry de la India; goulash húngaro; lontong indonesio; chirashi-sushi japones; lengua alcaparrada madrileña. Expuesto lo anterior, se me antoja una mínima reflexión: el arroz blanco en su receta más elemental es otro gran “fucú” de la cocina sencilla, pues todo el mundo asume que lo sabe preparar… pero no a todo el mundo le sale bien.
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Ana María Morillo: La Niña Juani

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Ana María Morillo: La Niña Juani

Gran parte de sus recetas provienen de sus tías costeñas, y el nombre de su restaurante es un homenaje a su abuela Juani, quien en Cartagena hacía maravillas en la cocina con una sazón incomparable. La barranquillera Ana María Morillo es la artífice de La Niña Juani, donde todos los días se preparan suculentos menús típicos del Caribe, Córdoba y Sucre, que se han ganado un gran número de fieles comensales por su sabor y cantidad.

En este restaurante, que desde hace un año trasladó su sede de la 10 A a Provenza (a la carrera 33 con la 8 A), también ofrece antojos para endulzar, desayunar y mecatear típicos de la Costa (como sus famosos quibbes traídos de Cereté) y próximamente ofrecerá unos ejecutivos con un toque muy caribeño. El arroz apastelado de cerdo, es una deliciosa receta de Carolina, la tía abuela de Ana María.

Arroz de cerdo apastelado (12 porciones)
1 libra de tocino • 1 libra de costilla de cerdo • 1 libra de pierna de cerdo • 2 libras de arroz • Media libra de habichuelas • Media libra de col • Una cabeza de ajo • 3 cebollas rojas • 4 ramas de cebolla junca • Media libra de zanahoria • Media libra de ají • Una taza de aceite achiotado • 8 tazas de agua • 50 gramos de aceitunas • 50 gramos de alcaparras • Vinagre blanco al gusto • Comino al gusto • Pimienta negra al gusto • Pimienta de olor al gusto • Hojas de bijao • Hojas enteras de col.

Procedimiento
Condimentar la pierna, la costilla y el tocino con tres dientes de ajo, comino, vinagre blanco, pimienta negra y sal. Dejar reposar durante dos horas. Sofreír en un caldero las cebollas rojas y junca, el ají y el ajo sobrante (todo ello picado), en el aceite achiotado. Agregar las carnes y sofreírlas a fuego alto durante diez minutos.
Agregar el arroz, el agua y sal al gusto. Una vez hierva, incluir las habichuelas finamente picadas, las zanahorias cortadas, las aceitunas deshuesadas, las alcaparras picadas y la pimienta de olor entera.
Dejar cocinar a fuego alto hasta que se seque. Al secarse el arroz, debe cubrirse con las hojas de col y encima las de bijao. Luego se debe tapar el caldero y dejarlo en fuego bajo hasta que esté listo.
El arroz debe quedar húmedo. Servir con patacones o yucas fritas, y una ensalada con aguacate.

El chocoano de Credenza

El chocoano de Credenza
En el décimo piso de la sede del Centro Colombo Americano, del Centro de Medellín, está Credenza, el restaurante de la chef Marcela Gómez, quien se formó en Argentina en la Maussi Sebes, y en el colegio de cocineros Gato Dumas. Credenza trasciende el mero concepto de restaurante, pues allí continuamente hay exposiciones itinerantes, actos culturales y conciertos.

De acuerdo con su chef y propietaria, allí se sirve “el mejor café del Centro” (hecho con la premiada marca Devotion). Uno de los platos estrellas de su carta es el arroz chocoano. Es cremoso, con una base de coco, salteado con verduras y camarones con un toque de curry. Otros de nuestros sugeridos son el morrillo la 30 (con salsa pomodoro natural y lajas de portobello salteadas), la pasta pollera y sus distintas alternativas de bowls de fideos de ramen (en particular, el múcura de camarones).
Informes en el 513 4444. Ext: 169.

Arroz con pato, de Bijao

Arroz con pato, de Bijao
“Nuevo latino cuisine”. Ese el concepto detrás de Bijao, restaurante que rescata ingredientes típicos y exóticos de la gastronomía latinoamericana, explorando nuevas combinaciones y retomando técnicas clásicas culinarias.

Un ejemplo de ello es el arroz con pato. Este se prepara con pasta de ají amarillo, se sofríe con ajo y se le agrega cerveza, gandul, piernas de pato braseadas y desmechadas. Como toque final, encima del arroz va el magret (pechuga magra) de pato asado.
En Bijao, de entrada sugerimos las muelas de cangrejo y de postre el carpaccio de piña. Otro plato fuerte que vale la pena probar es la cobia (servido sobre un rissoto de lentejas y decorado con algodón de aceitunas), pescado traído de un cultivo a mar abierto en Cartagena. Bijao está localizado en el Parque Lleras. Informes: 311 6294.

Cuzco: sazón inca

Cuzco: sazón inca
Las recetas más famosas de la gastronomía peruana hacen parte de la carta de Cuzco, restaurante que cuenta con sedes en el Mall Palms Avenue y el Centro Comercial El Tesoro.

Para los amantes de los arroces, Cuzco ofrece un ramillete de deliciosas alternativas. Su arroz chaufa, plato clásico de la chifa (cocina que surgió de las preparaciones de los inmigrantes chinos en Perú), tanto con mariscos o carnes es exquisito. El peruano (mariscos, en una base de ají amarillo y cilantro) y el estilo norteño (mariscos, verduras, queso, en una base de cilantro) son otros arroces recomendados. Igual de provocativo, aunque menos autóctono del país de los incas, es el rochefort, el cual viene con quesos mozzarella, azul, holandés, parmesano, champiñones, pancheta, camarones y cilantro. Informes en el 312 4936.