Nuestro túnel está anunciado como la conexión más ágil entre Medellín y el aeropuerto y el Oriente y Bogotá y todo lo demás. ¡La obra magna que le faltaba a Antioquia!
/ Juan Carlos Franco
Desde hace años me mantiene intrigado y muy preocupado nuestra discutible decisión de invertir casi un billón de pesos en el Túnel de Oriente. No porque sea malo en sí tener un túnel, sino porque a pesar de tanto dinero solo tendremos un túnel bidireccional. O sea, de calzada simple. Sobrepasos prohibidos. Por eso en esta columna, con frecuencia, afirmamos que es un proyecto cojo. Y así se quedará durante sus primeros cinco o más años de operación. Con sobrepasos prohibidos. Como el Túnel de Occidente, pero el doble de largo.
Tuve recientemente la oportunidad de atravesar un gran número de túneles de carretera en Europa. Algunos de ellos muy largos, como el de 11,6 km que une a Francia con Italia por debajo del Monte Blanco. O el de San Gotardo, en la Suiza italiana, que mide casi 16 km. Interesante porque ambos túneles son bidireccionales, como lo será el nuestro. Y más largos, pues el de Oriente “solo” tendrá 8 km. Estas son las conclusiones: Atravesar estos túneles es relativamente ágil y sin inconvenientes. Se debe estar muy concentrado, pues hay que mantenerse con precisión dentro del carril, guardar distancia prudente con el de adelante (150 m) y conservar velocidad constante. El problema está en el acceso. Una autopista de doble calzada debe pasar a calzada simple de un momento a otro. Y eso es un desastre. Colas interminables por lado y lado, en especial en el túnel del Monte Blanco. Y si además hay que pagar peaje, a armarse de paciencia. Hora y media fue nuestra espera en el Monte Blanco. Ah, y si le parecen caros los peajes de por aquí, sorpréndase por los 46 euros que allá le costará cada cruce, ¡140,000 pesos! En San Gotardo no hay que pagar peaje pero la cola para entrar también es considerable la mayor parte del año, solo por la necesidad de pasar de dos carriles a uno.
Entonces, si allá no tienen problema en hacer estas colas, ¿por qué nos quejamos tanto en esta columna? Muy sencillo, porque nuestro túnel está anunciado como la conexión más ágil entre Medellín y el aeropuerto y el Oriente y Bogotá y todo lo demás. ¡La obra magna que le faltaba a Antioquia! ¡Ahora sí despegaremos! Y puede que sí sea ágil atravesar el túnel. Pero ¿qué tanto lo será ingresar a él? El flujo vehicular que tome Palmas (doble calzada) para entrar por la boca occidental, arriba del Seminario, tendrá que organizarse en fila india y pagar peaje en algún punto. Igualmente los que salgan muy raudos del aeropuerto por el corto tramo de doble calzada actual a tomar el Túnel, pronto se encontrarán la cola para pagar e ingresar. ¿Cuántos se devolverán? Por más casetas de peaje que pongan, el mero hecho de pasar de dos carriles a uno tiene un efecto devastador sobre el flujo de tráfico. Pregúntele a los usuarios del Túnel de Occidente si esto le parece exagerado.
Entonces quienes prefieran llegar ágilmente al aeropuerto y otros destinos dudosamente lo tendrán como su ruta favorita, pues con frecuencia tomarán más tiempo por el Túnel que por alguna de las vías alternas. Por ejemplo, la variante actual entre Indiana y Sajonia. Y ni hablar del peaje del Túnel, que probablemente sería el doble o más que por cualquier otra vía.
Eso sin contar la alta probabilidad de que a lo largo de 8 km de vía subterránea ocurra algún incidente. Un carro varado, un camión descuadrado, cualquier choque pequeño de latas puede bloquear durante horas el túnel completo. Para terminar de complicar las cosas, abrir al tráfico el segundo hueco y construirle doble calzada a toda la vía entre el Seminario y Sajonia depende del dinero que se recoja en la primera etapa. Menos gente usando el túnel implicará mayor aplazamiento de la segunda etapa.
¡Caracoles! Aunque no estemos en Suiza, por ahora lo único sensato parece ser encomendarnos a San Gotardo. [email protected]
Actualmente se adelantan doce procesos sancionatorios socioambientales contra el contratista Bernardo Ancízar Ossa, según Secretaría de Infraestructura
Por Luisa Martínez
La obra de valorización Paso a desnivel de la Transversal Inferior con Los Balsos no estará terminada el 31 de octubre. Así lo confirmó el contratista Bernardo Ancízar Ossa en reunión con los vecinos de la zona y la Secretaría de Infraestructura Física, el 28 de julio en Casa Mónaco. Esa fecha de entrega la había prometido el pasado 28 de abril, cuando presentó un nuevo cronograma a la comunidad, en cabeza de la Secretaría de Infraestructura y Fonvalmed.
Transversal Inferior con la Loma de Los Balsos
En ese sentido, Arles Herrera, director de la obra, afirmó en la reciente reunión con la comunidad: “Prevemos que la obra se puede entregar de manera completa el 17 de diciembre”. Ante el incumplimiento de los compromisos, el contratista Bernardo Ancízar Ossa expuso: “La verdad es que el proyecto lo recibimos con deficiencias de diseño. El trabajo más crítico fue la instalación de la red de conducción de 600 mm y la construcción de las pantallas (…) Recibí un estudio geotécnico que no corresponde a lo que hemos encontrado. Hemos perdido cinco meses y lo hemos detallado”.
A la fecha, el porcentaje físico programado es del 90,09 % y el ejecutado es del 65 %; y el porcentaje financiero programado es del 79,69 %, pero el ejecutado es el 50,86 %.
Por su parte, Javier Darío Toro, secretario de Infraestructura Física, le reafirmó a la comunidad que el contratista no está cumpliendo las condiciones para desarrollar el proyecto: “Hay que reconocer que ha habido problemas. Los diseños de 2009 los hizo la misma firma para los demás pasos a desnivel, sabemos que tenían dificultades y que no eran perfectos, pero un buen contratista tiene la obligación de identificar las redes, la interventoría le ha insistido eso en múltiples formas y no lo ha cumplido”. Además de eso, admite que no cuentan con los recursos porque “no tienen el personal, el material ni la maquinaria suficiente para trabajar” y que “hay una responsabilidad en la actitud, en querer hacer las cosas y en las condiciones en que trabajan”. Esto ya lo habían denunciado los vecinos desde principios del año: “Retrasos, improvisación y mal manejo de la obra”. Por eso, con gran disgusto, los asistentes a la reunión le reclamaron al secretario por la función de la interventoría y el control que él mismo debe ejercer como dueño de la obra y administrador de los recursos públicos, y su reconocimiento “tardío” de lo que está sucediendo. Inclusive insinuaron “complacencia entre contratista y contratante”. Sergio Gaviria, un residente del sector, expresó al respecto: “Lo que estamos viendo es que es tan deficiente el constructor como la secretaría”. En su defensa Javier Darío Toro afirmó que se adelantan 12 procesos sancionatorios en contra de Bernardo Ancízar Ossa, 10 por temas ambientales, uno por nombramiento de personal y otro por no terminación de la red de distribución. Precisamente, el 28 de julio hubo audiencia con la interventoría y la compañía de seguros para que se hicieran los descargos de dichos procesos de multa. La próxima reunión será el 11 de agosto donde se dará el fallo sobre las decisiones que se van a tomar, según explicó Toro.
Vecinos le piden ceder el contrato En medio de una discusión aireada la comunidad se rehusó a oír el nuevo cronograma que pretendía exponer el contratista, sobre el cual el secretario Javier Darío Toro afirmó no tener conocimiento. Los argumentos de los presentes eran que encontraban inútil atender una propuesta que no ha sido aprobada, teniendo en cuenta que el término del contrato es el 17 de septiembre. “Lo que siento es que nos están manipulando. Es una vergüenza que nos presenten un cronograma de un contrato que no se sabe si se va a prorrogar”, manifestó Martha Ortega, residente de Bosques de la Cascada. En consonancia, los habitantes expresaron que están “¡mamados de la obra!”, que han padecido por 16 meses –inició en marzo de 2014–, y le insistieron al contratista: “Por favor, si no es capaz de cumplir, ceda el contrato”.
Pancartas de los vecinos de la Inferior con Los Balsos
Pancartas de los vecinos de la Inferior con Los Balsos
Ante la situación actual, Javier Darío Toro, afirma que aún no se ha tomado una decisión y explica las diferentes alternativas: “Una, es esperar que se termine el contrato el 17 de septiembre, pero eso tiene un problema y es que habría que volver a licitar la obra; otra es que el contratista acepte, como ha pedido la comunidad, la cesión del contrato a una entidad que tenga la capacidad financiera, la actitud y el compromiso de terminar la obra. Si el contratista no acepta, porque es su potestad, es que lo termine, siempre y cuando nos presenten un cronograma con unas condiciones reales, unas inversiones claras y específicas y con las garantías de que sí va a cumplir y, en esa medida, podríamos prolongar el plazo”. Otra posibilidad es la caducidad del contrato “que implica una serie de presupuestos y tiene un problema muy grave porque durante el tiempo que un juez determine las condiciones, no se puede tocar la obra, ni hacer una nueva licitación”.
Pancartas de los vecinos de la Inferior con Los Balsos
Se prometió y no se ve… El incumplimiento de las obras acordadas, los obstáculos para acceder a las unidades residenciales, los senderos peatonales intransitables, los escombros que se quedan inmóviles en la vía por días, el agujero aún abierto a donde fue a dar un carro, el polvo al cruzar las calles, los remiendos, el desorden –“que se arregla cuando va a estar cerca la reunión”, según César Alzate, residente de Surabaya e integrante del Comité Ciudadano de Obra– llevó a los vecinos a manifestarse con pancartas que hacen un llamado de auxilio desde las fachadas de las unidades residenciales Turingia, Tierradentro, Los Balsos, Portofino, Torres del Castillo y Surabaya. “Señor, protégenos de Fonvalmed, Secretaría de Infraestructura y de su contratista”, es la plegaria de una de ellas. Con tanta excavación que termina y comienza, surgió, a manera de chiste, una leyenda entre los vecinos que repite uno de los porteros: “Es que los contratistas están buscando una pala de oro que está ahí enterrada, por eso hacen un hueco acá luego otro más arribita”.
Pancartas de los vecinos de la Inferior con Los Balsos
Tal como lo evidenció César Alzate, en el cronograma se tenía previsto para Surabaya la pavimentación del lazo sur para el 15 de mayo, y para el 31 de julio, el lazo norte que hoy no es más que tierra. Así mismo, se prometieron los lazos de Torres del Castillo, pero “esta es la hora que no han movido la portería para conectar la vía y los andenes”, agrega Alzate. Para terminar el lazo de salida a la Loma Los Balsos se debe reubicar la portería del edificio Los Balsos, pero no ha sido posible porque “el contratista no le ha dado el anticipo al subcontratista”, según cuenta Laura Vallejo, auxiliar administrativa del edificio. Otra preocupación es que en el frente de Portofino se construyeron los andenes, pero no tienen los antejardínes que aparecían en el plano que compartieron Fonvalmed e Infraestructura el 28 de abril. En la última reunión, se concluyó que los vecinos tienen un plano de paisajismo diferente al del contratista por lo que se “sienten engañados”.
También avanzan en Los Balsos
Otras dos obras, sobre la Loma de los Balsos, complementan este corredor impactado por el Proyecto de Valorización
El puente de la Superior con Balsos estaría listo en agosto En el paso a desnivel de la Transversal Superior con Balsos se trabaja en la luz central del puente, que medirá 172 metros de largo y al que le faltan 36 metros por construir. Esa es la única sección en la que falta el vaciado de concreto, según informa Humberto Barrios, director de la obra. Este estaría terminado en la segunda semana de agosto y a finales del mes estaría en servicio. Sin embargo, no se ha establecido el tiempo adicional para entregar la obra completa. A la fecha, 29 de julio, el avance de la obra es de 87,6 %.
Paso a desnivel de la Transversal Superior con la Loma de Los Balsos
Entre otras labores, se está terminando la doble calzada, una obra complementaria que va desde la Transversal Superior hasta la glorieta de ISA. Según Barrios, las actividades que quedan faltando están relacionadas con las obras de urbanismo como el paisajismo, zonas duras, iluminación y mobiliario. Además de concluir conexiones de acueducto y de redes eléctricas.
A pesar de que la obra avanza, Birmania Castro, administradora de Atlantic, denuncia que el edificio ha sido afectado notablemente: “El ingreso, que era de 4 m de altura quedó reducido por lo que no pueden ingresar los buses escolares, carros de trasteos o el carro de la basura. Por eso solicitamos corregir la altura de la estructura; vamos a tener problemas con el ruido porque los apartamentos quedaron al frente del puente; nos afectaron el cerramiento al edificio, le dañaron la fachada, los motores de la piscina y las puertas vehiculares están llenas de polvo, por lo que estamos incurriendo en más gastos en productos de mantenimientos y en horas de personal”. La queja relacionada con el ingreso al edificio fue interpuesta en un derecho de petición y la administradora no quedó satisfecha con la respuesta, en donde la administración municipal le asegura que la altura es la indicada y que no es posible la modificación del puente, pues este obedece a los diseños de la obra.
Comenzó ampliación de la loma de Los Balsos En junio comenzaron las primeras labores de la Prolongación de la doble calzada de la Loma de Los Balsos hasta la Transversal Superior. Esta permitirá, a quienes descienden desde el sector de ISA, bajar en dirección oriente–occidente, de forma directa.
Obras iniciales de la Prolongación de la doble calzada de la Loma de Los Balsos hasta la Transversal Superior
Según informa Fonvalmed, actualmente se realizan varias intervenciones en diferentes predios. En Lisboa, se adelanta la perforación para la construcción de anclajes, construcción de muros de contención y excavación para la nueva vía; en el predio Providencia, se avanza en la construcción de cerramiento y filtros; y en San Michel se construyen muros de contención.
La obra presenta un avance en el movimiento de tierras que se aproxima al 95 %. Pronto, se iniciará la instalación de redes y la construcción del boxculvert en la quebrada San Michel, una de las labores más importantes para la comunidad.
Aunque las estadísticas son imperfectas en este campo, dan cuenta de un fenómeno en crecimiento, agravado por la falta de compromiso ciudadano
Por Fernando Cadavid
Los datos son del año 2011, pero por igual constituyen una voz de alerta: se estima que la carga de mortalidad atribuible a la contaminación atmosférica fue cercana al 9.2 % del total de muertes en el Valle de Aburrá. En la actualidad el Área Metropolitana avanza en estudios para actualizar estas cifras. Es de esperar que se incrementen, si se tiene en cuenta el crecimiento tanto poblacional como del parque automotor y de la emisión de material particulado, sumado al cada vez más lento y atiborrado tráfico vehicular, según los analistas.
El estudio también estableció que 30 casos de mortalidad infantil, en niños menores de un año, tuvieron la misma causa. Se advierte que en algunos centros hospitalarios no es muy riguroso el registro de la información, en población menor de cinco años. También en 2011 hubo cerca de 500 hospitalizaciones y 270 casos de atención en salas de urgencias, por materiales particulados.
Se estima que el valor de la carga de enfermedades atribuibles a la contaminación ambiental fue superior a los 1.3 billones de pesos para ese año. Cerca del 70 % de la mortalidad atribuible a este fenómeno se registra en Medellín.
La fuente destaca el rigor científico para llegar a estas cifras, que se basan en las estadísticas que entregan las secretarías de salud del Valle de Aburrá, más la literatura internacional sobre el tema. Debido a muy variados factores, no es posible disponer de cifras más actualizadas. El esfuerzo investigativo de los funcionarios del Área Metropolitana se centra en conocer la problemática ambiental, medirla y analizarla. Ahora se cuenta con un conocimiento claro de las fuentes, con un inventario de emisiones con porcentajes atribuibles a cada una de ellas: las fijas, las móviles y las de origen en la naturaleza, para determinar el impacto en la salud, y en consecuencia proponer las estrategias y alternativas para enfrentar esta situación.
A su vez la Secretaría de Salud de Medellín informa que, en cuanto a la incidencia de contaminación por fuentes móviles en la salud pública, tiene en discusión el protocolo de calidad del aire, elaborado por el Ministerio de Salud y Protección Social, que pretende relacionar los dos temas. Insiste en que las causas de las enfermedades vinculadas a la contaminación, como son la infección respiratoria aguda, el cáncer de pulmón, etcétera, son multicausales, y es difícil establecer cuál es el grado de participación que tiene el material particulado.
Los investigadores coinciden en cuestionar el uso desmedido del vehículo particular, práctica que está incrementando considerablemente los niveles de emisión de partículas dañinas. Insisten en la necesidad de generar una cultura de responsabilidad social frente a esta costumbre.
La red que vigila Para determinar la calidad del aire que respiramos existe una red de medición con 22 estaciones fijas y una móvil, que reportan datos en tiempo real, y que se publican en el portal del Área Metropolitana, para indicar su comportamiento. La red mide los niveles de PM10, PM2.5, de ozono y de monóxido de carbono (CO). (Otros contaminantes, reseñados en la gráfica 2, son NOx: óxido de nitrógeno; SOx: óxido de azufre; VOC: compuestos orgánicos volátiles).
La referencia PM clasifica el material particulado según su tamaño: la cifra 10 señala partículas inferiores a 10 micras (medida para objetos microscópicos). El aparato respiratorio humano está dotado con una especie de filtro en las fosas nasales para recoger estas partículas e impedir que penetren en el organismo.
Pero las menores a 10 pueden pasar a la tráquea; otras, más pequeñas (de 2.5 o menores, tamaño inferior a una séptima parte del diámetro de un pelo humano), pueden causar una gran afectación, pues alcanzan a llegar al pulmón y pueden ir hasta los alvéolos y al torrente sanguíneo. Debido a ello, los investigadores científicos se concentran en su medición.
Emisiones de contaminantes, según categoría vehicular. Camiones y volquetas aportan las mayores emisiones de CO (40 %), de NOx (40 %) y de PM2.5 (45 %)
La estación monitora asignada a El Poblado se reubicará en el sector conocido como la Y, cerca de los tanques de EPM, sobre la Loma de Los Balsos. Frente a propuestas para instalarla cerca al parque o en sectores muy concurridos, la ingeniera química Ana Zoleima Orrego, del Área Metropolitana, explica que lo importante es disponer de una caracterización del Valle de Aburrá en temas de calidad el aire: por la condición topográfica del territorio, a veces los vientos chocan contra las laderas y allí se depositan los factores contaminantes. En el caso de El Poblado, la parte alta de Los Balsos se convierte en un sumidero de ozono, porque llegan los contaminantes por vientos y se depositan allí, y con la acción de la luz solar se generan altas concentraciones de este gas. Sin esta medición no es posible alcanzar una visión clara del problema de la calidad en toda la subregión.
Distribución del parque automotor en el Valle de Aburrá (en 2013). Se destaca la preponderancia de las motocicletas (cerca del 48 %) y del vehículo particular (42 %)
La Universidad Nacional es la operadora de la red; la operación, mantenimiento, análisis y procesamiento de informes puede tener un costo de unos cuatro mil millones de pesos al año.
Según el Índice de Calidad del Aire, ICA, el inventario de las fuentes emisoras demuestra que cerca del 80 % de los contaminantes más críticos en el Valle de Aburrá están asociados a fuentes móviles, y el 20 % restante a fuentes fijas (chimeneas). Recordemos que en el informe de calidad del aire del programa Medellín Cómo Vamos, se indicó que este desmejoró entre 2013 y 2014.
Si alguien quiere recordar o formarse una idea de cómo transcurría la vida en Medellín cuando aún era un pueblo grande, le basta con recorrer el parque principal de Belén y sus alrededores. Verá a los jubilados jugando dominó, tirando cartas, conversando en las bancas, alimentando las palomas. Verá a los niños salir de la escuela contigua a la iglesia entre saltos y gritos eufóricos, y corretear a un pastor alemán de patas cortas en medio de carros de crispetas, mangos y solteritas. A la par, observará a decenas de comadres sentadas en los pequeños muros del parque, desatrasándose de historias recientes o rumiando las de siempre, y caerá en la tentación de aprovisionarse en las carretas de mandarinas, tomates, papayas y aguacates, con precios que también parecen del pasado. En las cuadras de alrededor sentirá el olor a finca, a cuido, a tiendas de abarrotes, legumbrerías y carnicerías. A la hora del algo se le hará agua la boca con el aroma a pandebonos, pandequesos y pasteles de gloria recién horneados, los mismos que se venden como pan caliente.
A pocos metros, por la 30, verá pasar el metroplús, y con solo cruzar la calle, disfrutará la vida sin afanes que corre en tradicionales tiendas mixtas, fondas y cafés, como El Yucal, el Club de los Tranquilos y Bonanza, donde el tinto envenenado con brandy es el mejor combustible de las tertulias vespertinas.
Ni la ola urbanizadora ni la fiebre comercial que transformó, por ejemplo, la residencial 76 en una avenida plena de locales, han logrado destruir ese sentido de comunidad que prima en algunos entornos de Belén: las vecinas todavía se pasan entre ellas los platos cocinados en el día, el barrio todo se encuentra en las exequias de alguno de los parroquianos y casi todos se saludan por el nombre.
Si embargo, como sucede en otras comunas, en la extensa y poblada Belén también subsiste la heterogeneidad y no es ajena a la inseguridad que causan fenómenos como el microtráfico de drogas, los combos y las bandas delincuenciales, así como al deterioro del medio ambiente, ocasionado por la continua urbanización, el aumento del parque automotor y la indisciplina social.
El reto, más ahora frente al nuevo POT, es proteger ese valioso aire barrial que aún persiste en esta comuna que, entre imágenes del pasado y el presente, nos habla de la pertinencia de progresar, desarrollar y urbanizar, pero sin deshumanizar.
Ubicación La comuna 16 (Belén), está situada al suroccidente de Medellín. Limita al norte con la comuna 11 (Laureles-Estadio), al oriente con la comuna 15 (Guayabal) y al suroccidente con el corregimiento Altavista. Extensión: 883 hectáreas.
Barrios Belén tiene 21 barrios: Fátima, La Mota, Las Violetas, Rosales, El Rincón, Las Mercedes, Belén Parque, Loma de Los Bernal, Nueva Villa del Aburrá, Granada, La Gloria, Miravalle, San Bernardo, Altavista, Nogal – Los Almendros, Las Playas, La Palma, Nutibara, Diego Echavarría, Los Alpes y La Hondonada.
Viviendas En Belén hay 70.789 viviendas, de las cuales 26.075 están en el estrato 3; 16.942 en el estrato 4; 14.564 en estrato 5; 11.930 en estrato 2, y 1.278 en estrato 1.
Población y edades Según la Encuesta de Calidad de Vida Medellín 2013, en la comuna 16 habitan 195.588 personas, de las cuales 105.966 son mujeres y 89.622 son hombres. De 0 a 14 años tienen 28.821 personas; de 15 a 24, 29.240; de 25 a 34, 30.804; de 35 a 44 años, 24.156; de 45 a 64, 60.298; de 65 años o más, 22.269.
Seguridad: De acuerdo con el Sistema de Información para la Seguridad y la Convivencia (Sisc), entre enero 25 y julio 25 de 2015 hubo 14 homicidios en Belén, seis menos que en igual periodo de 2014, trece menos que en 2013 y 29 menos que en 2012. Entre tanto, los días sin homicidios aumentaron este año a 168, frente a 162 en 2014, 158 en 2013 y 149 en 2012. Los hurtos de carros se incrementaron de 56 en 2014 a 58 en 2015, pero disminuyeron con respecto a 2013 (134) y 2012 (164). Belén tiene 25 cuadrantes de Policía y 57 cámaras de videovigilancia instaladas.
¿En qué vamos a trasmutar tanta violencia? Es posible cambiarla por algo diferente, por algo nuevo, que nos permita construir una historia distinta con una paz cuyo camino y meta desconocemos
/ Elena María Molina
En un país donde la violencia es endémica, es sensato preguntarnos cuál es la paz que esperamos. ¿Es el deseo de paz un ensueño? ¿Es el sueño del alma? Siento que hay que hablar de la paz que queremos, para que no sea tan ilusoria que las barreras de la realidad nos conduzcan a grandes frustraciones.
Cautivada por lo que la cábala enseña, mi reflexión se estremece cuando pienso en las palabras de Cristo: “¡No vine a traer la paz sino la espada!” Sí, la espada, esa maravillosa capacidad de discernir, definir y nombrar, que nos remite siempre a entrar en contacto con nuestra interioridad –tema único de estos artículos–. No podemos seguir pensando en la paz ilusoria, ilimitada, practicando virtudes aparentes, exteriores a nosotros mismos, en un estado de infantil de buena conciencia.
Somos como Cristo espada, aquella que nos debe permitir atravesar lo ficticio y penetrar en lo real; el mundo interior. Un hombre–espada sumado a otros hombres–espada constituyen este país. Un hombre claro, justo, responsable. La apariencia es solo un límite.
La espada discernimiento, la espada verbo, nos construye y con ella construimos nuestra realidad, y al mismo tiempo, ella, la espada, nos verifica y prepara nuestro devenir. Espada verbo –palabra– es nuestra sentencia que vivifica o que corta y mata para vivificar. Espada que muestra el camino de las mutaciones, de las transformaciones y si no cambiamos, si no mutamos, lo que vivimos son regresiones, es decir, repetimos y repetimos la historia. Esta historia de violencia hay que cambiarla, para eso es la espada en cada ser, la que permite la transformación y enfrentar nuestros enemigos. ¿Enemigos? Partes de nosotros mismos. Espejos para reflexionar.
Es nuestra obligación como ciudadanos esperar que nuestros dirigentes utilicen la espada, respalden la legalidad y cuiden que la justicia sea justa y, ante todo, que se haga justicia. Eso es el respeto que nos deben, eso esperamos de ellos. Y es en todo los campos, el social, el político, la salud, la educación.
La energía de la espada–discernimiento, palabras justas, es tan importante como la misericordia y la tolerancia. No hay que exaltar ningún exceso, ni el de la fuerza ni el de la paciencia, cualquier exceso es una locura.
La paz es un logro que exige sacrificio de todos y a propósito encontré en un articulo sin autor: “El sacrificio significa la elección deliberada, clarividente, de un bien elevado con preferencia a uno inferior”.
En realidad, el sacrificio es una transmutación de fuerza. ¿En qué vamos a trasmutar tanta violencia? Es posible cambiarla por algo diferente, por algo nuevo, que nos permita construir una historia distinta con una paz cuyo camino y meta desconocemos. Pero si hay respeto mutuo, respeto justo, seremos distintos y, espero, un poco más amorosos. [email protected]
La Superintendencia de Industria y Comercio reiteró que el grupo constructor deberá continuar desembolsando los auxilios de habitabilidad, sin estar sujetos a los recursos de la fiducia
Unidad residencial Asensi
Por Catalina Peláez
Luego de que el Grupo CDO anunciara hace algunos días que no continuará pagando los auxilios de habitabilidad a las familias evacuadas de Asensi, Continental Towers, Space y Colores de Calasanía, el Superintendente de Industria y Comercio, Pablo Felipe Robledo, ha dicho que la empresa está obligada a hacerlo. “No hay ninguna razón para que esa obligación se incumpla y esté sometida a que en la fiducia haya o no unos determinados recursos. Agotados esos recursos de la fiducia, CDO tendrá que inyectarle más o salir a vender bienes para poder pagar los auxilios a las personas que se han visto damnificadas”. En abril de 2015, la Dirección de Investigaciones de Protección al Consumidor de la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC), mediante Resolución 13895 de 2015, ya había ordenado a las sociedades del grupo constructor pagar el auxilio de habitabilidad. En un comunicado de esta superintendencia, que data también de abril, este organismo técnico del orden nacional dijo que “la orden administrativa de la Superindustria consiste en mantener dicho pago, como mínimo en los mismos valores que se venían suministrando, bien con cargo a la fiducia o bien con cargo al patrimonio de las empresas del grupo, pues garantizar vivienda en condiciones dignas para quienes fueron evacuados no puede depender de que la fiducia tenga o no recursos”. También expresó que, frente a la orden impartida no procedería ningún recurso y que su inobservancia o incumplimiento generaría sanciones por una suma equivalente a mil salarios mínimos legales mensuales vigentes. La Superintendencia de Industria y Comercio ha dicho que para Asensi, Continental Towers, Colores de Calasanía y Space la orden permanecerá vigente hasta tanto se realicen las adecuaciones necesarias que permitan la habitabilidad de los inmuebles, sin riesgo alguno para los copropietarios de cada una de estas unidades residenciales, “o hasta que se adopte una medida que a juicio de esta Superintendencia permita su levantamiento o modificación”.
Edificio Continental Towers
La Superintendencia de Sociedades deberá tomar cartas en el asunto La Superintendencia de Industria y Comercio, en cabeza de su director Pablo Felipe Robledo, instó a su homóloga: “La Superintendencia de Sociedades, que tiene el proceso de liquidación judicial de Lérida CDO S.A. y el proceso de reorganización empresarial de otras sociedades del grupo CDO, está también obligada a cumplir con la orden (…) tendrá que tomar las decisiones a que haya lugar para poder generar el flujo de caja y para que existan los recursos que permitan cumplir con los auxilios de habitabilidad”.
“La alcaldía nunca ha abandonado a las familias” Ante la queja reciente de los damnificados por CDO en el sentido de que sienten que la Alcaldía los dejó solos con su drama, Astrid Velásquez, secretaria de Gestión y Control Territorial de la Alcaldía de Medellín, dependencia creada recientemente y encargada de asuntos relacionados con la tragedia de Space, dijo que “la Alcaldía nunca ha abandonado a las familias (…) nosotros acompañamos a los afectados acercándolas a las autoridades del orden nacional que tienen competencia en relación con el tema de CDO”. Aseguró que en los próximos días esta dependencia tendrá una reunión con estos organismos para definir la ruta a seguir en relación con las familias afectadas por el grupo constructor.
Merece una intervención inmediata, un compromiso serio de la próxima administración y, en ese sentido, una muestra de interés por parte de los candidatos a la alcaldía
Desde hace más de 15 años Vivir en El Poblado ha documentado la transformación de la Zona Rosa y del Parque Lleras. Vimos cómo pasó de ser un sector familiar, de residencias y oficinas –con unos pocos establecimientos como Niágara y Blue Rock–, a contar con más de cien negocios de gastronomía y entretenimiento que cada fin de semana atraen alrededor de 120 mil personas y que generan entre tres mil empleos directos y cinco mil indirectos. Un proceso traumático para muchos habitantes de la zona, pero una oportunidad dorada para el comercio.
Durante la administración de Sergio Fajardo se empezó a hablar de la idea de peatonalizar el parque. Los detractores argumentaron el infarto vial que esto causaría a la calle 10 y al flujo de la zona. Los impulsadores explicaron cómo la iniciativa –que incluía la posibilidad de adoquinar las calles– beneficiaría los ingresos del comercio y la comodidad de los usuarios, convirtiendo el Lleras en una “verdadera Zona Rosa como existe en otras ciudades del mundo”. Pero la peatonalización se llevó a cabo en 2010, con el cierre de algunas vías, haciendo uso de unas deslucidas vallas anaranjadas (que aún hoy permanecen allí). Sin embargo, muchos ciudadanos se quedaron a la espera de ver un cambio urbanístico real durante la administración de Alonso Salazar.
Ahora llevamos poco más de dos años enterándonos de escasos y ambiguos datos sobre un nuevo plan para renovar urbanísticamente el Parque Lleras, bajo el modelo de alianza público privada. En esta modalidad, la iniciativa es privada y se ejecuta sin recursos públicos, lo que tiene como resultado un exceso de confidencialidad sobre un tema de espacio público que interesa a la comunidad en general. Desde la administración municipal, el vicealcalde de gestión territorial, Wilson López, confirmó recientemente lo poco que ya se sabía: la alianza permitirá que se hagan mejoras en el parque y en el entorno, a cambio de una explotación comercial publicitaria en la zona. Según el funcionario, lo que falta es que las tres empresas privadas, interesadas hasta el momento en la alianza, presenten una propuesta definitiva de diseños para establecer un cronograma. Ya tienen un modelo del aspecto físico pero la estructuración financiera está pendiente, así que, asegura, faltaría poco. Sin embargo, ya en octubre de 2014, Juan Bernardo López, director general de la Agencia para las Alianzas Público Privadas en ese entonces, le dijo a Vivir en El Poblado que el proyecto comenzaría a ejecutarse en los primeros meses de 2015.
Mientras seguimos esperando que se concrete la anhelada reforma, también seguimos siendo testigos de un declive en el sector y del auge de lo que en algún momento el Código de Policía denominaba como “grilles y discotecas”, diferente a cafés y restaurantes, y cuyos efectos y consecuencias padecieron zonas como la carrera 70 o la calle San Juan. El temor de que el Lleras se convierta en una zona deprimida, donde abunde la prostitución, el vicio y la delincuencia subyace bajo lo que a todas luces es un espacio vital y un grandísimo atractivo turístico de la ciudad. Por eso mismo merece una intervención inmediata, un compromiso serio de la próxima administración y, en ese sentido, una muestra de interés por parte de los candidatos a la alcaldía.
Un periodista, antiguo habitante de Belén, después de muchos años regresa al barrio. Busca el lugar donde vivió y donde trabajó. Encuentra muchas cosas cambiadas, una vida más frenética, nuevos usos comerciales. Esta es una visión de Belén en dos tiempos, en dos ritmos
Me había ido de Belén San Bernardo hacía más de 30 años y nunca había vuelto. Por eso me despertaba curiosidad el eterno retorno, saber qué encontraría a mi regreso. Cómo sería caminar por esas calles ahora, calles que en aquella época parecían de una luz delicada, con las muchachas en flor. ¿Me encontraría con María, la chica de una bella sonrisa, en cuya casa yo había vivido pagando arriendo en una pieza? ¿Estaría en el mismo lugar el banco donde trabajé y, en diagonal, el liceo Montini con su animado revuelo de colegialas a la hora de entrada y salida de clases? ¿Qué habría donde mi tío tenía una pequeña tienda de variedades en cuyo fondo vivía él y más al fondo, tras una cortina, había vivido yo algún tiempo?
Es verdad que no volví a Belén, pero el barrio se me aparecía en la memoria a veces. Hasta a Madrid, a donde me fui a vivir en 2001, me llegó su viva imagen, cuando el 29 de mayo de 2003 un mail me anunció una mala noticia. Era un mensaje de Óscar, mi hermano:
Hola, Pedro Nel: Afectuoso saludo
Te cuento que falleció nuestro tío Toño. De enero para acá se encontraba muy mal de salud. Por estos días estuvo en Medellín, hasta el pasado lunes que fue trasladado al hospital de El Peñol para hacerle exámenes por medio del Sisben. Hoy a las 8:30 de la mañana murió al parecer por una enfermedad de los pulmones.
Hasta pronto, Muchísima suerte, Óscar Iván.
Tarde de juegos en Belén Rincón. Fotografía tomada por Róbinson Henao el 28 de julio de 2015
Me hubiera gustado ir al entierro, pero no podía salir de España porque aún no tenía permiso de residencia y si pasaba la frontera ya no podría volver. No quedó más que rumiar algunos recuerdos, el más antiguo, ya envuelto en las nieblas del tiempo, cuando era niño y vivía en El Peñol. Por alguna razón, Toño se había ido lejos y regresó un día al pueblo a visitar a su hermana Inés, mi madre. Fueron dos días que todos mis hermanos y yo pasamos jugando con él, un tío joven y bromista. Pero se fue de nuevo y por muchos años no volvimos a saber nada de él, incluso ni mi madre.
Se convirtió en una intriga, una leyenda. Que estaba en la Costa Norte, que lo vieron en el barrio Aranjuez de Medellín, que había abierto una tienda en la 45 de Manrique, que vivía en Cali. Eran rumores y ninguna certeza.
La verdad la trajo, por fin, un familiar lejano de nosotros. Nos contó que Toño tenía un pequeño negocio de cacharrería en Medellín, en el barrio Belén Las Playas. Alguien de la familia lo visitó en un reencuentro feliz. Después mis dos hermanos más pequeños estuvieron donde él paseando algunos días. Entonces yo había entrado a la universidad, estudiaba Periodismo a primera hora de la mañana y en la noche, mientras en el día trabajaba en el Banco Agrario, que por la época figuraba como Caja Agraria.
Visité a Toño; su pequeño negocio quedaba en una esquina. En la parte delantera estaba la mercancía que vendía, en el fondo su cama y a un lado un mesón con una estufa de dos puestos en la que hacía su comida. En ese reencuentro con el tío experimenté su gran simpatía, la misma que le conocí en mi niñez.
Toño era un personaje en esa zona de Belén. Todos lo llamaban ‘El Mono’, por su piel blanca y ojos claros. Tenía una voz fuerte pero amable.
Cruce de la carrera 76 con la calle 30, en la estación Belén, de metroplús. Fotografía tomada por Róbinson Henao el 28 de julio de 2015
De pura casualidad el banco me asignó a la sucursal situada a media cuadra del Parque de Belén. En ese trabajo me encontraba bien, aunque la labor era intensa, más sumándole mi asistencia de madrugada y de noche a clases. En el banco trabajaba con Zoila, quien hacía los tintos y el aseo en la oficina; era una mujer negra, entrada en edad, de baja estatura, robusta, de andar rengo y hablar lento, que se quejaba de algunos achaques, hermoso personaje. El cajero era Gonzalo, quien por las tardes echaba calle arriba a estudiar Contabilidad en la Universidad de Medellín, situada cerca.
El director de la oficina, Orlando, un tipo de El Carmen de Atrato, Chocó, simpático y hablador. La contadora, Amparo, una mujer solterona que parecía vivir añorando a algún hombre de su pasado. En cuentas corrientes laboraba Ramón, un muchacho llegado de un pueblo lejano del occidente antioqueño, noble y jovial. Era auxiliar de ahorros Lilian Sofía, hija de un alcalde todo terreno, de esos que nombraba la Gobernación de Antioquia cuando aún no había elección de alcaldes, y ejercía de pueblo en pueblo. Yo era a la vez auxiliar de ahorros y ‘patinador’, el que hacía las vueltas en otros bancos y llevaba en la tarde a la sede principal de la Caja Agraria, en Colombia con Carabobo, en el Centro de la ciudad, el canje que era un montón de cheques de otros bancos que habían consignado los clientes. Una tarde, en un bus de Belén en el que iba con el canje, se me perdió ese manojo de cheques que tenía en alguna tula, y vaya rollo se armó.
Iba a almorzar a la Plaza de Mercado de Belén, en la carrera 76, a un restaurante de un cliente del banco. Vendía un sancocho espectacular, aunque yo pedía otros platos y el sancocho lo comía una o dos veces a la semana.
De la oficina también solíamos ir a tomar café en leche con buñuelos a la cafetería Los Bachilleres, en una esquina del parque. Era de varios hermanos, con peinado y estética de The Beatles, que ponían baladas de Beto Fernán… “Te llevaré muchacha hacia mi tierra natal…”, algo así.
Belén Rincón, rodeado de urbanizaciones. Fotografía tomada por Róbinson Henao el 28 de julio de 2015
Belén estaba totalmente unido a Medellín, aunque al parecer le quedaban rezagos de pueblo pues antiguamente había estado aislado de la ciudad por quebradas, mangas y arenales. Entre las mujeres de más edad que yo atendía en el banco aún se les oía preguntar: ¿Vas a ir esta tarde a Medellín?, aunque el Centro de la ciudad sólo quedaba a 25 minutos en bus, dependiendo de si había o no trancón.
Por el parque pasaba la carrera 76 que se iba hacia Belén San Bernardo y llegaba a Belén Rincón y a la antigua agencia estatal de seguridad DAS, cuyas calles adyacentes permanecían llenas de una multitud que estaba en los engorrosos trámites para sacar el certificado de antecedentes penales, que lo exigían para muchas cosas, hasta para ingresar a un trabajo.
… Más de 30 años después he vuelto a Belén. Mi hijo me lleva en su carro y nos acompaña un hermano mío. Por unas calles pequeñas de un costado de la Iglesia del parque subimos y salimos a la 30 A…
Por esos días el tío Toño se trasladó con su negocio y su cama de la carrera 72 a la 76, a unas cuatro cuadras del parque, luego de pasar un puente sobre una quebrada.
La 76 era una de las vías más movidas de Belén en tráfico vehicular y también peatonal. Se veían carros y gente a toda hora hasta altas horas de la noche, que iban o venían del parque. Así que la cacharrería de Toño estaba bien ubicada y no le faltaban los
clientes, graneaditos en semana, con una afluencia mayor los sábados y domingos.
Con el tiempo me pasé a vivir a Belén San Bernardo. Una señora, doña Eufrosina, que tenía cuenta de ahorros en el banco donde yo trabajaba, me ofreció alquilarme una habitación y acepté, pues yo vivía en un barrio lejos del trabajo. Quedé a unas cuantas cuadras de mi tío Toño.
Doña Eufrosina vivía de la pensión que le había dejado su marido, un jubilado de Ecopetrol, que trabajó toda la vida en Barrancabermeja y había muerto unos años antes. Él era paisa y ella santandereana. No tuvieron descendencia. Con doña Eufrosina vivía María, simpática muchacha que trabajaba en una ferretería y era tratada por la anciana como si fuera su hija. De alguna manera a mí me trató igual, cuando viví en su casa. Doña Eufrosina entonaba una balada: “Siento que una sombra extraña se ha posado en tu mirar…”, y decía que esa era la canción que siempre le había dedicado su desaparecido compañero.
Iglesia de Nuestra Señora de Belén. Fotografía tomada por Róbinson Henao el 28 de julio de 2015
En Belén yo caminaba en la noche sin miedos. Una señora que vivía cuatro cuadras más abajo, en Belén Las Playas, me vendía la cena. Se llamaba doña Amparo y su casa era en ladrillo pelado. Tenía una hija, de 14 años, que se sentaba a la mesa conmigo cuando yo cenaba, pues su madre le decía que me acompañara. Era una niña de piel trigueña, de rostro hermoso y ojos melancólicos que se quedaba todo el rato mirándome, y su madre me decía que yo tenía que esperarla para que dentro de unos años fuéramos novios, lo que no parecía descabellado pues yo sólo tenía 20 años. En la casa había otros personajes simpáticos, un hombre a quien llamaban Pastrana y un par de primas de doña Amparo que vivían allí con sus maridos.
Unos meses después me pasé a vivir donde el tío Toño. Me insistió que viviera con él para que me ahorrara el arriendo y en fines de semana y festivos le ayudara en el almacén. Me llamaba mucho la atención ese mundo de Toño, su negocio, sus clientes, las chicas que a toda hora llegaban a hacer bromas con él.
Él puso su cama, plegable, dentro del negocio, y la mía quedó detrás de una cortina, al fondo del local.
El retorno
Más de 30 años después he vuelto a Belén.
Mi hijo me lleva en su carro y nos acompaña un hermano mío. Por unas calles pequeñas de un costado de la Iglesia del parque subimos y salimos a la 30 A, donde dejamos el vehículo en un parqueadero.
Bajamos hacia el parque, pero yo me detengo a cada instante, pues esa calle 30 A, aunque estrecha, se abre como una autopista para mi memoria. En ella, media cuadra antes del parque debe estar el banco en el que trabajé.
Fabiola Sánchez, testigo permanente del transcurrir de Belén. Fotografía tomada por Róbinson Henao el 28 de julio de 2015
En la esquina de la 78 me encuentro una mujer en un puesto de venta de chance, Fabiola Sánchez, quien me dice que lleva trabajando allí más de 20 años. Fabiola me hace caer en cuenta que estamos en la acera del antiguo colegio femenino Montini, una edificación de cuatro pisos, hacia la que alzo la mirada y para mi sorpresa lo que encuentro son ventanales oscuros y maltrechos, un edificio abandonado y casi tenebroso, con un letrero en el centro de “Se vende”. Fabiola me cuenta que hace varios años ese colegio dejó de funcionar allí e instalaron una comisaría de menores, pero los muchachos se volaban fácil, y la cerraron. Mientras dialogo con Fabiola, mi hijo y mi hermano se adelantan hacia el parque.
Fabiola me entera de cambios en el barrio. La Plaza de Mercado (donde hacían aquellos sancochos de los que uno no dejaba sino el hueso chupao) ya no existe; el sitio lo ocupa un bloque de apartamentos. Igualmente, un almacén de gran superficie que estaba a un lado de la Plaza había pasado de dueño en dueño y ahora se llama de otra manera.
El paso del metroplús ha vitalizado la calle 30, en Belén. Fotografía tomada por Róbinson Henao el 28 de julio de 2015
La mujer, pelo teñido de amarillo y muy corto, me dice que cumplió 60 años. Nació en Olaya, Antioquia, joven se instaló en Envigado, pasó al barrio París, de Bello, y luego a Belén, donde vive desde entonces, en los últimos años en una habitación alquilada. Tiene una hija y dos nietos que habitan en la zona noroccidental. En su puestecito de chance en la acera ha visto nacer y morir negocios en el local justo detrás de ella que ha sido cafetería, licorera, restaurante, tienda naturista, venta de carnes frías, venta de helados y ahora Droguería Ecodescuentos Belén.
Parque Biblioteca de Belén. Fotografía tomada por Róbinson Henao el 28 de julio de 2015
Me muestra lo que yo estoy ansioso por ver, aunque ya lo sospechaba: “Vea, allá era donde quedaba el Banco Agrario hasta hace varios años, lo que antes fue la Caja Agraria”. Me despido de Fabiola y paso a la acera del frente en busca del sitio donde había trabajado tres décadas atrás. Me encuentro nuevos vecinos: una cerrajería y una carpintería. Luego, entre una tienda naturista y un negocio de telefonía celular, está el local donde quedaba el Banco Agrario, en el primer piso de una edificación de cuatro pisos… Ahora funciona en el sitio una tienda de artículos de cuero, ‘Artecueros’. Conserva las puertas amplias, estilo garaje, que tenía el banco: en una está la vitrina del negocio y la otra la forman dos alas de vidrio que apenas las franqueo activan un sonido de campanillas alegres que me recuerda a alguna casa en la playa. Adentro están pegados a las paredes los estantes con bolsos, correas, zapatos, chaquetas, billeteras… Todo ese espacio era donde antes teníamos los puestos para atender a la clientela del banco. Una joven sonriente me recibe y le confieso que sólo quiero curiosear y conocer qué hay allí donde trabajé hace muchos años. Le hago una pregunta y me remite a un hombre que está atrás, donde el local se estrecha, trabajando en una máquina artículos de cuero.
El tipo, amable, me hace seguir y me cuenta que ese local está ampliado pues los dueños compraron un solar más atrás que les sirve de bodega. Junto donde está él, veo la pequeña cocina en la que Zoila hacía el café y la recuerdo de nuevo con toda claridad, su andar cansino, su voz pausada, su bondad. ¿Qué habrá sido de Zoila y de todos los demás? ¡Ha pasado tanto tiempo!
Aquí quedaba hace más de tres décadas la sede de la Caja Agraria. Fotografía tomada por Róbinson Henao el 28 de julio de 2015
Regreso a la parte de adelante, veo en una vitrina pequeños objetos de cuero. Aprovecho para comprar una billetera como me gusta, pequeña, sin muchos compartimentos, que no forme un morro en el bolsillo del pantalón. Me cuesta 48 mil pesos. Doy las gracias y salgo, me despiden las campanillas alegres.
… La 76 es un solo mercado, una sucesión de negocios de toda clase, cacharrerías, mueblerías, tiendas de ropa; una carrera saturada de comercio como no era antes…
Bajo hacia el parque. Ante mis ojos ya no se ven tantas viviendas como antes; desfilan negocios de venta de colchones, una cooperativa, un laboratorio clínico, una boutique, una papelería, y en la esquina ya no está la cafetería Los Bachilleres. Llego al parque y me encuentro con un montón de cajas de plástico y en medio de ellas tres vendedores de frutas y verduras. Están uniformados con delantales y gorras de color beige.
A un costado, la iglesia gris con su reloj marcando las 3:05 de la tarde. El parque me parece el mismo de siempre, con árboles frondosos, con algunos letreritos en los que figura la especie. Troncos y follaje inmensos. Árboles de cocuelos o bala de cañón gigantes; a uno de estos se le cayó una rama, en aquellos años, y fue suficiente para que dañara siete taxis de un acopio que había en el parque. Hay bancas por todas partes, la mayoría ocupadas por jubilados, algunos conversan. Lo normal, las palomas y los niños corriendo tras ellas.
Busco a mi hijo y a mi hermano y vamos a almorzar a un restaurante cercano. Me sorprende que vendan ajiaco; en el tiempo en que viví en el barrio habría sido imposible de conseguir. Pido uno. Mientras sirven los almuerzos les muestro a mi hijo y a mi hermano mi adquisición. Aprovecho para pasar a la nueva billetera los documentos de la vieja que está que se deshace en pedacitos. La arrojo a un recipiente de basura del restaurante.
Ahora caminamos por el costado oriental del parque, por donde va la carrera 76. No veo los bancos que había antes en ese costado, a los que yo iba a llevar cheques de mi banco. Nos alejamos del parque, cruzamos la 30 y seguimos hacia Belén San Bernardo en busca del local que tuvo el tío Toño y donde viví con él. La 76 es un solo mercado, una sucesión de negocios de toda clase, cacharrerías, mueblerías, tiendas de ropa; una carrera saturada de comercio como no era antes. Llegamos a la 27 A, por donde baja una quebrada, cruzamos el puente y entramos en territorio de Belén San Bernardo. Pasamos por la acera de unos cuantos almacenes y pronto estamos frente al local que ocupó el tío Toño, su tienda variada, a la vez papelería, cacharrería y venta de regalos y juguetes.
Sigue siendo un negocio parecido al de mi tío, una tienda de variedades, ahora atendido por dos mujeres jóvenes. Como es sábado en la tarde, está lleno de clientes. Afuera, la calle con mucho tráfico de vehículos y buena afluencia de gente por las aceras.
… Una tarde de sábado, hace 30 y pico de años, cruza los temporales del tiempo y la memoria. Estoy leyendo una novela recostado en mi cama, detrás de la cortina. Adelante, en el negocio, el tío Toño juega ajedrez con un amigo, juegan al estilo que llamamos ‘pinponeado’, rápido movimiento de fichas, mueve uno y mueve el otro de inmediato. Los oigo desde donde leo.
–Jaque– dice el amigo. –No… pues ganó– dice en tono burlesco Toño. –Mono, muéstreme qué esmaltes tiene –dice una muchacha que acaba de entrar a la tienda. –Tengo los que querás, preciosa. Se oye a Toño dando unos pasos. –Vea este qué bonito. –Ahh, pero tan oscuro… mostrame otros. –Jaque– dice Toño mientras se oye descargar la ficha en el tablero.
Tertulias y buena música hacen de Bonanza una fonda referencial. Fotografía tomada por Róbinson Henao el 28 de julio de 2015
Juega y vende, vende y juega… Así se pasa la tarde de sábado y parte de la noche. Si hay congestión de clientes salgo y le ayudo un rato. Y vuelvo a leer. En algún momento Toño entra a la trastienda a hacerse de afán un café. Me ve leyendo, sonríe y exclama: ¡Cómo harán para meterse tantas letras en la cabeza!
Sale y vuelve a la partida de ajedrez. Sigue el golpeteo de fichas…
Con mi hijo y mi hermano vamos de regreso al parque para subir por la 30 A a buscar el carro. Sé que unas cuadras más arriba están Los Molinos, un moderno centro comercial de varios pisos. El barrio ha cambiado mucho. No estoy en capacidad de concluir si para bien o para mal. Posiblemente no cabe ninguna lamentación. Belén, en su parque, en la 76, en la 30 y 30 A y en muchos otros sectores se montó en el tren veloz, ruidoso y medio desordenado de la vocación comercial de la capital antioqueña. Seguro no hay la tranquilidad de hace 30 años, pero es un barrio vital. Ni mejor ni peor. Ahora… no quiere decir que no hagan falta los buñuelos de la cafetería Los Bachilleres, hoy en día ocupada por una agencia de arrendamientos; y se extraña al tío Toño y a mis compañeros del banco, con Zoila que iba por ahí quejándose no sé de qué mal…
El cronista
Pedro Nel Valencia (El Peñol, Antioquia).
Periodista de la Universidad de Antioquia. Se inició como reportero en 1978 en El Espectador, cuando empezaba la carrera y laboraba en un banco. Trabajó también en el periódico El Mundo, en el noticiero TV Hoy, en la emisora Todelar, en el diario El Tiempo (como director del noroccidente del país) y en la revista La Hoja. Entre 2001 y 2011 residió en Madrid, donde trabajó en varios medios y dirigió el periódico Latino, con 500 mil lectores. Realizó una maestría en Migraciones Internacionales en la Universidad Pontificia Comillas, de Madrid. Publicó el libro Días de fuego y, con otros periodistas, Medellín Secreto. Ha dado cátedra en universidades de Medellín y ofrecido conferencias en universidades españolas y en Casa de las Américas, de Madrid, sobre periodismo narrativo y periodismo e inmigración. En 1984 ganó el Premio Simón Bolívar en la categoría Crónica y Reportaje. Una crónica suya figura en la Antología de Grandes Crónicas Colombianas. Ahora es editor de El Meridiano, de Montería.
La zona del Valle de Aburrá que Jerónimo Luis Tejelo encontró habitada por la tribu de los Yamesíes en 1541, es hoy la comuna 16 (Belén), la más poblada de Medellín. Así la ven algunos de sus habitantes
Rafael Escobar Documentalista. “Mis papás vivían en el parque de Belén cuando nací, en el 73. Me tocó un Belén semirrural que están tratando de rescatar; era un Belén todavía con charcos, con la Loma de Los Bernal intacta, me tocó ver hacer la Nubia y me tocó un crecimiento, si bien no desbordado desde lo urbanístico, sí muy vertiginoso.
Pero Belén sigue conservando en la gente la estructura popular, rural, es un pueblo grande. Si se le observa en sus diferentes nodos, todavía tiene costumbres muy de barrio. El residente de Belén necesita mucho reconocimiento, no ha olvidado esa estructura social de pueblo y de barrio antiguo; aquí todos nos conocemos, todos somos amigos, aquí lo primero que se sabe es un fallecimiento y cuando alguien de Belén muere, la catedral se llena. Los barrios de Belén son muy próximos. De hecho, hay algunos con nombres y apellidos, barrio Los Mesa, barrio Medina, porque era la manga de Kiko Medina; es un callejón interesantísimo que es todavía la pequeña vecindad del Chavo, un barrio donde las vecinas se siguen pasando pruebitas de comida, ‘hice este bocadillo’, ‘hice este tamal’, comparten, y ni siquiera la revolución urbanística les ha cambiado eso. En una unidad que se llama Castellón de La Palma, donde quedaba un lote contiguo al barrio Medina, viven muchas de las señoras que se criaron en ese barrio, pero siguen haciendo sus encuentros en el callejón, siguen circulando de casa en casa, cuidando a los niños vecinos, o sea, se conserva ese concepto de familia barrial.
En el parque se encuentran los jubilados de siempre, los mismos lustrabotas de hace 25 años, el mismo vendedor de lotería, los mismos negocios de bar, cafetería, discoteca. Cerca están el Club de los Tranquilos, que tiene 53 años y es visitado por personalidades de otras partes de Medellín y por todo Belén; el bar Coba, el bar Bonanza, pero lo que me encanta de Belén es que a pesar de ese desarrollo urbanístico, sus habitantes siguen siendo los mismos, las señoras se siguen tratando como gran familia, eso es lo que me gusta y es lo que conservo. Belén se desarrolló en torno a la 30 —porque no conozco una calle con más ensanches— pero sigue resistiéndose a ser solamente comercial; todavía hay gente que vive en la 30, pese al metroplús. Creo que Belén es la mejor representación de clase media en Medellín. Tiene otra ventaja, y es que todo lo tenemos a la mano, a Belén no le falta nada, en infraestructura lo tiene todo, el transporte público es muy efectivo, los servicios públicos domiciliarios tienen suministro permanente; todavía quedan lotes, conservamos algunas casas -por lo menos las fachadas- bonitas, hasta cuatro consecutivas. Aún hay casas de los años 40, con patio, donde la señora sale a compartir las manzanas, los mangos, las granadas o los limones del solar. Lo negativo es su movilidad, problema universal; me da mucha tristeza que la gente haya tumbado las salas para hacer garajes, esa parte es complicada porque nos ha traído la irascibilidad, el irrespeto por el peatón, la desconfianza.
En cuanto a la inseguridad, hay ladrones que conozco hace 40 años, los mismos. —¡Vos seguís escapeando!, les digo. —´Pues, hombre, no sé hacer nada más´. No sé adónde se van a robar porque aquí no roban, yo creo que eso es un problema de Medellín, un intercambio barrial de delincuentes: los de Las Violetas roban en el parque, los de El Rincón roban en Los Bernal y se empiezan a desplazar, eso hoy no es ni más ni menos que hace 20 o 25 años; de hecho, cada vez escucho menos ‘cójanlo’. Obviamente hay apartamenteros a la orden del día, pero, lo digo con honestidad, no soy de los ciudadanos que se quejan por el asunto de la seguridad en Belén”.
Fotografía tomada por Róbinson Henao en julio de 2015
Beatriz Jiménez Coordinadora de la Mesa de Derechos Humanos. Habitante de Belén San Bernardo. “La transformación de Belén ha sido muy notoria. Hay líderes muy comprometidos con el Plan de Desarrollo, el PP (Presupuesto Participativo) y las comisiones han trabajado con mucha insistencia en cada tema: cultura, educación, deportes, etcétera, por lo cual Belén tiene ahora una buena visión. La transformación física es más delicada porque los urbanizadores grandes tienen a Belén muy encerrado, han deteriorado la tranquilidad y el medio ambiente; al intervenir terrenos tan grandes y hacer edificios tan altos se ven en la obligación de tumbar muchos árboles.
En seguridad, tuvimos una dificultad muy grande hasta hace dos años y medio, y es que cada seis meses nombraban un comandante nuevo de estación de Policía. Ahora no es que estemos en la gloria y vivamos sin dificultad, pero ha mejorado un poco, hay menos enfrentamientos de los combos, no sé si será por tanta detención que hubo que están calladitos, no sabemos esperando qué, pero la seguridad ha mejorado en un 70 por ciento, hay menos asesinatos. Por Belén San Bernardo hay tranquilidad, se puede salir a caminar con la familia en la mañana y en la noche sin pensar que va a haber enfrentamientos. Lo que continúa son los robos de carros, motos y celulares, porque también hay mucha delincuencia común, pues en la comuna aún hay mucha drogadicción y muchachos que roban por la necesidad de comprar vicio. Ha sido difícil para la Policía combatir esa parte. Si pudiera pedirle tres cosas al alcalde de Medellín, le insistiría con el tema del hurto y con el tema del empleo en los muchachos jóvenes porque por Presupuesto Participativo sacamos bastantes profesionales pero salen sin empleo, y pediría que se mejore la atención en salud del adulto mayor. Hay dificultad para que les autoricen la droga, tienen que irse para Prado de madrugada a conseguir fichos (…).
Lo mejor de vivir en Belén es que es tan grande y tan buena que es como vivir en una ciudad. Es una ciudad dentro de la ciudad”.
Fotografía tomada por Róbinson Henao en julio de 2015
Soledad Calle Presidente JAC Belén Rincón. “La transformación de Belén ha sido vertiginosa y no se han tenido en cuenta muchos aspectos. Se han construido muchas edificaciones muy bonitas y unas unidades espectaculares, pero El Rincón está atropellado por la transformación, se ha ido arrinconando y a las constructoras no les importa el daño que le están haciendo. Creo que El Rincón es una bomba de tiempo, nadie como que ha construido alcantarillados, y en la parte central se represan todos los de las unidades de arriba como Estambul, Nueva York y otras obras. Tampoco han tenido en cuenta las quebradas. Incluso una constructora que está haciendo una edificación, está tirando los escombros a La Pabón y esta se está taponando en un sitio específico. La gente se ha quejado, la inspectora sabe, pero nada pasa, pues ahora lo más importante es Belén es construir por encima de lo que sea, lo principal es levantar el edificio. La gente también se queja de que la estratificación está muy alta, porque casi que nos quieren poner a competir con las unidades modernas. Hay unas familias en unas condiciones muy precarias, hay casas donde no entra un salario mínimo completo.
El equipamiento educativo de El Rincón es muy bueno. Uno de ellos es el Colegio Piloto de Futuro, inaugurado por la Alcaldía en el año 95. Está funcionando muy bien a pesar de que para nadie es un secreto que el barrio ha tenido periodos difíciles de violencia y el colegio está situado en una zona en donde ha habido confrontaciones de combos, se ha visto afectado por esas circunstancias y ha tenido altibajos por deserción escolar. Hace cerca de dos años, una pareja de adultos mayores que pasaba para la iglesia murió en un cruce de balas. Esto causó un caos en el barrio y las mamás dejaron de mandar a los muchachos a estudiar, aunque ahora la situación está normal.
En cuanto a la seguridad, no podemos decir que aquí la gente no pueda venir; viene sin ningún problema, no se escucha de atracos; pasa lo que está pasando en todas partes, problemas de bandas, de combos, de microtráfico de drogas, sin embargo, está controlado. Claro que los poquitos combos que hay en Belén Rincón hacen mucho daño (…). Nos hace mucha falta una sede comunal para atender todas las actividades barriales. Ojalá la hicieran las constructoras que tantas unidades están construyendo en el barrio; sería una parte del cumplimiento de su responsabilidad social”.
Fotografía tomada por Róbinson Henao en julio de 2015
Fabio Enrique López Vive hace 48 años en Belén. Propietario del bar Bonanza. “En los últimos años, Belén se ha transformado más del cien por ciento. Yo vivía en la 76, toda la avenida eran casas viejas, de bahareque la mayoría, y las transformaron en negocios; esa avenida la ampliaron, quedó muy buena comercialmente, muy cotizada, y lo residencial lo sacaron, no se consiguen residencias sino internándose por los costados. El metroplús nos trajo problemas durante su construcción; dos años nos afectó pero en este momento nos favorece a todos, hasta a los negocios porque la gente se baja del metroplús y mientras coge un alimentador junto al Éxito, consume en la panadería, acá o en otras partes. Nos sentimos muy orgullosos de Belén, es la segunda comuna más grande que tiene Medellín y ha mejorado bastante. Tenemos clínicas, Las Américas, Saludcoop, la del Café… pero hay mucha inseguridad. En la noche tenemos que montar vigilancia, aparte del cuadrante de Policía. La inseguridad ha empeorado por el desarrollo que hay, por los negocios, la gente sale del banco y la atracan, en eso ha desmejorado porque Belén está superpoblado y muy comercial. Sin embargo, sigue siendo un buen vividero, de aquí no me iría. Pido más seguridad, porque al haber más seguridad hay más inversión, más desarrollo, la gente sale y consume. Pero ahora, si vienes a las seis y media o siete de la noche, hay muy pocas personas porque les da miedo”.
Fotografía tomada por Róbinson Henao en julio de 2015
Gabriel Jaime Ospina Presidente Junta Administradora Local (JAL). “En Belén hemos cambiado más en infraestructura que en lo social. Los líderes sociales estamos buscando quién nos reemplace. No ha habido cambios generacionales en los espacios social-comunitarios. Poco a poco estamos formando personas más jóvenes. Esto no es de saber sino de querer servir y hacer las cosas. Hay cosas muy particulares que se necesitan en Belén y uno lo que busca es suplir las necesidades que vengan a solicitar. Creemos que nos afectó la descomposición social que ha tenido el territorio en los últimos ocho años con tanta violencia que hubo en las bandas, y concluimos un grupo de amigos que lo que tenemos que generar en Belén es educación, brindar oportunidades de acceso a la educación superior, con recursos del PP (Presupuesto Participativo). El requisito indispensable es pasar a la universidad y vivir en Belén y, si lo cumplen, acceden a un proceso para poder acceder al programa. En este momento, 521 estudiantes de Belén se han beneficiado con el programa de PP. Mantenemos esta juventud no solo ocupada sino capacitándose, para que mañana o pasado mañana le puedan brindar un servicio a la comunidad.
En Belén hay muchas organizaciones sociales. No solo en educación atendemos a la comunidad, también gestionamos ante los entes municipales en siete áreas: convivencia y seguridad; inclusión social y salud; cultura; recreación y deportes; obras públicas y medio ambiente; desarrollo económico, y educación…”.
Fotografía tomada por Róbinson Henao en julio de 2015
Gustavo Molina Vive en Miravalle, pertenece a la Junta de Acción Comunal (JAC) Belén Parque. “Miravalle es un barrio de abuelos, pequeño, muy solo, muy tranquilo, pero ya se están presentando problemas de atracos y cosas por el estilo. En Belén sí ha habido buenas transformaciones en ciertos barrios, pero hay otros donde falta mucho por mejorar. El parque principal es el de los abuelos, de los jubilados, pero está muy sucio, artículos, comida y todo en el piso. Con la JAC estamos combatiendo los roedores del parque y sus alrededores, pues hay muchos.
La gente no tiene consciencia de que las basuras no se deben tirar a la quebrada, los ambientalistas están tratando de crear consciencia, pero hay muchos recicladores que, por ganarse un peso, desembalan a la gente y tiran todas las basuras y escombros a la quebrada La Picacha. Por no llamar y pagar a Empresas Varias, que presta un servicio para recoger escombros, los entregan a los recicladores y estos tiran colchones y muebles a la quebrada.
Hay mucho atraco, los problemas de seguridad son gravísimos; tenemos un sitio en la carrera 77 donde llega todo el mundo a vender chatarra, y a la salida los esperan los expendedores de vicio. Estos llegan a los sitios donde creen que pueden encontrar clientes. Belén es un pueblo dentro de una ciudad. Uno consigue lo que necesita, sin necesidad de ir al Centro. Tenemos almacenes grandes, supermercados, universidades, colegios, ferreterías… Recomiendo vivir en Belén, porque tiene lugares muy agradables, aunque también hay otros lugares muy retirados del parque donde ya el ambiente es distinto, como El Rincón, Altavista y Aguas Frías, con más inseguridad…”.
El lunes 27 de julio se retomaron las actividades del cineclub de Eafit con el ciclo Cine británico: los últimos 25 años.
En el nombre del padre (1993)
En la primera sesión, la película presentada fue The Commitments (1991) del director inglés Alan Parker; una producción que narra la historia de un grupo de dublineses que deciden conformar una banda de música soul. A partir de próximo 3 de agosto, el cineclub presentará los lunes del mes, a las 6:30 pm, las siguientes películas: El juego de las lágrimas (1992), de Neil Jordan, Termina el largo día (1992), de Terence Davies, En el nombre del padre (1993), de Jim Sheridan y Trainspotting (1996), de Danny Boyle. Para el resto del semestre el ciclo británico incluirá películas como Following (1998), de Christopher Nolan, El viento que acaricia el prado (2006), de Ken loach, Fish Tank (2009), de Andrea Arnold y The Selfish Giant (2013), de Clio Barnard.
Trainspotting (1996)
El cineclub es dirigido desde el año 2000 por Juan Carlos González, columnista y crítico de cine, y autor de los libros como Francois Truffaut: una vida hecha cine (2005), Elogio de lo imperfecto, el cine de Billy Wilder (2008) e Imágenes escritas (2014). Informes en el 261 9500.
La formación HBCU Legacy Voices Choir presentará su espectáculo musical por primera vez en Medellín
Orquesta Sinfónica de la Universidad Eafit. Foto cortesía
La escena cultural de la ciudad aguarda expectante la presentación del HBCU Legacy Voices Choir, formación coral estadounidense que, junto a la Orquesta Sinfónica de la Universidad Eafit, se alista para ofrecer su concierto Gospel Sinfónico en la capital antioqueña.
Con tres directores, 33 cantantes y más de 50 músicos en escena, el concierto promete ser un espectáculo de primer nivel para los amantes de la música y, en particular, para los seguidores del género gospel.
“El gospel sinfónico es una fusión que se ha hecho en Estados Unidos y otros países de Europa. Sin embargo, pocas personas han hecho el arreglo coral de estos géneros y es la primera vez que algo así se va a hacer en Medellín. En esta ocasión, yo soy la persona encargada de arreglar la orquesta y las voces para un concierto que va a hacer historia”, declara Jeremy Winston, uno de los tres directores del espectáculo.
Todos los integrantes del Coro de la Central State University of Ohio fueron seleccionados, durante el concurso 105 Voces de la Historia, para hacer parte del HBCU Legacy Voices Choir. Foto cortesía
El programa incluye una versión concertante de la obra Porgy and Bess, considerada la gran ópera americana, dirigida por Winston y la maestra Cecilia Espinosa. Estrenada en 1935, y basada en la novela Porgy, la ópera cuenta con música de George Gershwin, mientras que su libreto en inglés es autoría de DuBose Heyward e Ira Gershwin.
“El primer acercamiento con la Orquesta Sinfónica fue genial porque los músicos supieron entender y escuchar la música, y eso es lo que queremos transmitir durante el concierto: mucha seguridad, muchas cosas positivas. Fue evidente que la orquesta logró sentir la obra Porgy and Bess y si los músicos lo sienten, el público lo siente. Estoy emocionado porque tengo la seguridad de que este va a ser el concierto del año”, agrega Winston.
Además de Porgy and Bess, los asistentes escucharán la interpretación de piezas clásicas del gospel como Every Praise, de Hezekiah Walker; Total Praise, de Richard Smallwood; y Oh Happy Day, de Edwin Hawkins; así como las obras We Sing the Praises, Amen! y Amazing Grace, con arreglos del maestro Winston.
La cita es el próximo lunes 3 de agosto, a las 8 pm, en el Teatro Metropolitano José Gutiérrez Gómez, de Medellín. El concierto es una coproducción de la Orquesta Sinfónica Eafit, Medellín Cultural y el Centro Colombo Americano. Informes en el 204 0404, extensión 1045.
Sobre el HBCU Legacy Voices Choir El HBCU Legacy Voices Choir está conformado por los músicos más destacados de universidades estadounidenses como Alabama A&M University, Central State University y Prairie View A&M University.
Así lo destacó el maestro Winston, al afirmar que “en esta ocasión se fusionaron tres coros en uno. Aunque anteriormente se habían realizado intercambios culturales con Medellín, nuestra representación estuvo siempre a cargo de una sola universidad. Esta vez son tres universidades las que envían a sus mejores voces, lo cual nos tiene muy contentos”.
La formación coral resultado de la fusión es ampliamente conocida en los Estados Unidos, debido a que sus integrantes ganaron el concurso 105 Voces de la Historia.
Esta competencia es organizada por HBCU (Historically Black Colleges and Universities), asociación de universidades con una larga tradición educativa entre la comunidad afroamericana, y administrada por PAS, Partners Achieving Success.
Luego de su triunfo, y como parte de la premiación, la HBCU Historically Black Colleges and Universities realiza una gira por varias ciudades, dentro y fuera de los Estados Unidos, incluyendo a Medellín en el itinerario.
El género musical que nació en las plantaciones El gospel es un género musical religioso cuyos orígenes se encuentran en los cantos de los esclavos que trabajaban en las plantaciones estadounidenses, en el siglo 18.
Su nombre proviene de la expresión “GodSpell”, que traduce literalmente “palabra de Dios”.
De ahí que las letras se encuentren, en gran medida, inspiradas en el Antiguo Testamento y aborden temas relacionados con la fe, sin dejar de lado los relatos de la esclavitud y las hazañas de los líderes negros.
Durante el siglo 20, el gospel evolucionaría incorporando nuevos sonidos y ritmos, por lo cual devino en una amplia gama de géneros y subgéneros, entre los cuales se encuentran el New Gospel, el Reggae Gospel, el Black Gospel y el gospel tradicional.
Presentación en la Universidad de Antioquia HBCU Legacy Voices Choir se presentará en la ciudad de Medellín, por segunda vez, el próximo 4 de agosto, a las 6 pm. en el Teatro Camilo Torres de la Universidad de Antioquia.
La entrada al evento es libre, previa reclamación de las boletas en el puesto de información del bloque 16, en el Edificio de Extensión, contiguo al Parque de los Deseos; y en el vestíbulo del teatro universitario.
Asímismo, el público externo puede inscribirse en la página reune.edu.co, en la sección Programación Cultural.
Una visión global del diseño y del arte local para crear ambientes con distintas experiencias
Espacios llenos de vida y personalidad propia
A la esquina de la calle 10 con la carrera 38 llega una nueva casa para el arte y el diseño. The Blue House, una galería de mobiliario que integra obras de arte en los espacios que diseñan, abrió sus puertas el 23 de julio y compartió con los asistentes la experiencia de sus tres áreas adecuadas en tres pisos: El primero, el de la Furniture Gallery, donde se exhibe el mobiliario y obras de arte locales, el segundo, donde está la empresa diseñadora del mobiliario, asesora en diseño personalizado, espacios arquitectónicos y decoración, y el tercero, es para Timebag Curator, la nueva propuesta del proyecto Timebag.
The Blue House esta inspirada en una vieja galería de Nueva York. Se le ocurrió a tres empresas que se unieron para integrar arte con mobiliario. “Queremos que cada pieza, bien sea un sofá, un espejo, una lámpara, sean piezas de arte únicas fabricadas en Colombia (…) que en los objetos haya una historia detrás y una experiencia completa”, expresa María José Fernández, directora creativa de la casa. Ella y sus compañeros recorrieron diferentes ciudades para dejar en este espacio el conocimiento de las nuevas tendencias, estilos, formas y colores que se visualizan en el mundo, a través de exhibiciones que cambiarán cada dos meses. En la primera colección, explica, “tenemos un diseño muy rústico e industrial. Pasamos de lo brillante, cromado, liso, perfecto, a un cuero desgastado, a mangas aporreadas, a una madera que habla de sus usos, pero con acabados exquisitos”. Actualmente Sara Herrera, José Julián Agudelo, David Romero, Santiago Múnera, Lindy Márquez, Juan Fernando Cano y Sara Ramírez, son los artistas invitados que recrean cada ambiente. Espacios llenos de vida y personalidad propia
Timebag es una plataforma que busca acercar el arte contemporáneo al público general y encontrar nuevas audiencias que quizá no habitan los escenarios del arte. “La ciudad ha ido abriendo escenarios, creando nuevas ofertas que se complementan con las galerías que ya están establecidas, pero también estamos ávidos de encontrar nuevas experiencias”, expresa su director y artista Harold Ortiz. Por eso en este espacio “queremos ofrecer una dinámica distinta y rehabitar espacios de diseño que se convierten en una manera más amable de relacionarse con el público”. El proyecto Timebag inició su acción con apropiaciones de espacios que dejaron de habitarse y son habitados de forma inusual por los más de 35 artistas que han participado. Timebag Curator eligirá los artistas invitados para cada colección y tendrá una sala de proyectos permanente, con ingreso libre, en donde se realizarán instalaciones, talleres y charlas.
El Universo de Lindy Márquez,primer proyecto en la sala La infancia permanece en la vida de las gemelas Lindy y Azul Márquez. Tienen 29 años y, aunque en apariencia más, lo de niñas, lo llevan dentro. Solo a quien le sucede sabrá qué tan influyente será nacer en un día trágico. Al menos así lo fue para la artista Lindy Márquez y su hermana, quienes consideran el día de su nacimiento un momento muy especial, aunque marcado por un momento difícil: La tragedia de Armero –la erupción del volcán Nevado del Ruiz–, el miércoles 13 de noviembre de 1985. Su madre estaba en Bogotá, pero su padre, que conducía un bus, realizaba uno de sus viajes en esa zona de Tolima. El desespero de aquella mujer sobre el paradero de su esposo, producirá que sus hijas, nazcan ese día imprevisto y antes de tiempo (eso fue lo que les contó la madre y lo que aseguraron los médicos, quienes las llamaron las gemelas de Armero). Por la atención a la tragedia, los hospitales en Bogotá estaban a reventar. Las gemelas llegaron prematuras a Medellín. En una de las salas de espera en un hospital, mientras atendían a las niñas, la madre encontró sus nombres. Lo hizo mientras se distraía explorando un mapamundi que tenía en una agenda que llevaba en la cartera. “Azul, lo vio en Argentina y a Lindy, en África”, recuerda Lindy, sonriendo.
Universo, obra de instalación de Lindy Márquez
Azul estudia idiomas, aunque Lindy es la que habla. En el tercer piso de The Blue House, se encuentra su obra reciente, Universo, una instalación que rememora el día de su nacimiento. Mientras habla de la obra y sus vidas, su hermana, como una niña pegada al brazo de su madre, permanece a su lado, callada, tímida, en busca de un lugar hacia donde mirar. “Crecimos con un imaginario de piedras, pantano y lodo y, pensar que habíamos nacido por un volcán, me hizo retomar esa anécdota y enlazarla con un proceso de investigación y creación sobre la infancia y la memoria”. De allí surgieron nuevas imágenes, gestos, acciones, donde se ve la niñez.
Azul y Lindy Márquez. Fotos cortesía
La muestra está constituida por dos videos que están en escena con unas “piezas escultóricas”. Uno es un volcán con aleluyas donde se proyecta un video de archivo del volcán Nevado del Ruiz. La otra pieza es una montaña de papel bond, sin ninguna estructura que la soporte. Lo acompaña la proyección que Lindy denominó Ser piedra, “donde nosotras arrastramos una piedra inamovible y que de alguna manera nos genera angustia y dolor tener que dejarla ahí… Nace de la visualización de las personas que veíamos tenían que sacar a sus familiares del lodo y no podían ayudarles. Lo llevamos a este ejercicio performativo para expandir nuestra visión sobre ese acontecimiento”. “El arte nos permite ser niñas que construyen ilusiones y sueños dentro de sus imaginarios”
Y las aleluyas, están ahí, “porque aunque no tuvimos cumpleaños, sí tuvimos aleluyas”, expresa la artista. Sus padres, en empatía con el dolor ajeno, instituyeron el 13 de noviembre como un día de respeto. Cada año, la pantalla en el televisor les recuerda esta tragedia. No hubo torta ni velas, pero cada año recibieron tarjetas de su adorada madre y padre que, aún viaja en bus por los departamentos de Colombia. Este año, adjuntaron la número 29 a su colección.
Esa conexión de ser gemela es cierta. A veces una comienza un sueño y otra lo termina. De niñas, terminaban con morados en la misma rodilla, pero en su adolescencia, fue más difícil no ser reconocida. Ahora, cuando aún buscan vestirse igual, Lindy parte de la pregunta “¿quién eres tú?” y de la respuesta “soy mi hermana”.
El Sistema de Bibliotecas Públicas es el proyecto encargado de coordinar dichas entidades. La Red de Bibliotecas, en cambio, es un programa de la Fundación EPM que brinda apoyo al sistema y a otras bibliotecas municipales y departamentales
Parque Biblioteca Guayabal
Por Catalina Peláez
Según la página de Facebook del Sistema de Bibliotecas Públicas de Medellín, este “es un proyecto que busca asegurar el libre acceso a la información, la lectura, el conocimiento, el libre pensamiento y el disfrute de la cultura”. Del sistema hacen parte 29 unidades de información, ubicadas en puntos estratégicos de 13 comunas y cuatro corregimientos de la ciudad y a las que se denomina de esa manera porque no todas son bibliotecas. Así pues, el sistema, que hace parte de la Secretaría de Cultura Ciudadana y de la Subsecretaría de Lecturas, Bibliotecas y Patrimonio, cuenta con los siguientes tipos de unidades de información: nueve Parques Bibliotecas, nueve Bibliotecas de proximidad, una Casa de la Lectura Infantil, cuatro Centros de Documentación, el Archivo Histórico de Medellín y la Biblioteca Pública Piloto (sede central), con sus cuatro filiales. Cuenta la historia de esta biblioteca líder como institución cultural, que la Bpp se fundó por convenio entre la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura –UNESCO– y el gobierno de Colombia para el año 1952, fue además una de las experiencias que este organismo internacional proyectó como modelo de bibliotecas para poblaciones de escasos recursos en África, India y América Latina. A las unidades del sistema las vistan semanalmente 13 mil personas, se prestan dos mil materiales (libros, revistas, periódicos, documentos fílmicos entre otros) y 2 mil 700 veces en 838 equipos se da acceso libre a las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC).
Parque Biblioteca Guayabal
La biblioteca pública más próxima a la Comuna 14 (El Poblado), es el Parque Biblioteca Manuel Mejía Vallejo, ubicado en Guayabal junto al Aeropuerto Olaya Herrera. Su horario de atención es de lunes a viernes de 9 de la mañana a 8 de la noche y domingos y festivos de 11 de la mañana hasta las cinco de la tarde. Para prestar materiales en las distintas unidades de información del sistema, hay que ser usuario afiliado. Para ello, basta acercarse a uno de los puestos de circulación y préstamo, suministrar la información requerida: nombre completo, datos de contacto, dos referencias, firmar el acta de compromiso y autorizar la toma de una fotografía personal. El proceso de afiliación también se puede realizar a través de un formulario de autoregistro que se encuentra en la página web del Sistema Bibliotecas Públicas de Medellín www.bibliotecasmedellin.gov.co El usuario registrado en el SBPM, puede prestar hasta un máximo de 16 materiales en cualquiera de las bibliotecas, por un período de 10 días, renovables hasta por dos oportunidades consecutivas, siempre y cuando no esté reservado por otro usuario.
Entre todas las unidades de información, la colección disponible de material es de 499 mil 357 libros, 41 mil 82 audiovisuales, 6 mil 733 recursos digitales, 156 mil 298 publicaciones seriadas y 398 mil 750 de material en otros formatos. En Medellín, las bibliotecas son escenarios para la construcción de contenidos, y en las que no solo se accede al conocimiento sino que también se generan preguntas, encuentros y conversaciones ciudadanas, así lo ratifica Natalia Espejo directora del Parque Biblioteca de Guayabal quien dice: “En esa medida se entiende que la oferta bibliotecaria pasa de ser un asunto de custodiar la información a ser un asunto de tejer el conocimiento asociado no solo a lo académico”.
La Red de Bibliotecas Para entender qué es y cómo funciona el Sistema de Bibliotecas Públicas de Medellín, es preciso también contar qué es y qué hace La Red de Bibliotecas. Vale la pena aclararlo porque en el imaginario colectivo se confunde la una con la otra. La Red de Bibliotecas es un programa de la Fundación EPM; es un portal web que agrupa servicios digitales para 115 bibliotecas de Medellín, Área Metropolitana y Antioquia; la Red, se ocupa de apoyar, difundir y visibilizar la labor que realiza cada una de ellas y cuenta además con un conjunto de servicios y contenidos digitales para sus usuarios. “La red, es un programa que administra unos recursos con el objetivo de promover el desarrollo sostenible de las bibliotecas públicas, que estén ubicadas en áreas donde el grupo EPM tiene impacto” asegura Juan Miguel Villegas, editor del portal de la Red de Bibliotecas. La Red entonces se enfoca en brindar apoyo permanente a las bibliotecas en sus procesos de inclusión digital, en el fortalecimiento físico y tecnológico de sus espacios y en su proceso de creación de servicios accesibles para personas con discapacidad, para esto se vale de estrategias como alianzas con instituciones públicas y privadas; formación de usuarios (EnglishNet, BibliTICando), iniciación a la fotografía digital y apreciación cinematográfica; capacitación del personal bibliotecario en competencias para el servicio; dotación y donación bibliográfica y tecnológica, entre otras. Para saber cómo hacer parte de la Red, consulte en www.reddebibliotecas.org.co
Parque Biblioteca Belén
Bibliotecas en El Poblado A la fecha la Comuna 14 no tiene una biblioteca pública en su territorio, sin embargo, en los diseños de lo que será la UVA (Unidad de Vida Articulada) de El Poblado, se contará con un edificio cultural que incluye una biblioteca, una aula múltiple y tres aulas para el programa Buen Comienzo. Entre tanto, los habitantes de El Poblado pueden acceder, por ejemplo, a la Biblioteca Luis Echavarría Villegas de la Universidad Eafit, a la biblioteca del Politécnico Jaime Isaza Cadavid o a la Fundadores de la Universidad CES. “No solo somos biblioteca académica que acompaña las tareas de la universidad. Las personas vecinas de la comuna que quieran venir, pueden acercarse y no solo tendrán acceso a la colección bibliográfica sino también a la sala de cine, la de música y la virtual. También pueden hacer préstamos de material”, comenta Nora Ledis Quiroz, directora de la Biblioteca Fundadores que está abierta de lunes a viernes de 6:30 de la mañana a ocho de la noche y los sábados de 7:30 de la mañana a dos de la tarde.
La Alcaldía de Medellín anunció que no levantará la medida, hasta no recibir la notificación oficial de la decisión tomada por el Tribunal Administrativo de Antioquia
Las autoridades hacen un llamado para que los motociclistas se eviten multas y sanciones, absteniéndose de transportar parrilleros hombres, hasta que la Alcaldía informe que está permitido
Tras conocerse que el Tribunal Administrativo de Antioquia declaró nulo el Decreto 1369, mediante el cual se prohibía transportar acompañantes masculinos en motocicletas por las vías de la ciudad, la Alcaldía de Medellín anunció que la medida continuará vigente hasta que el Municipio reciba una notificación oficial al respecto.
“La medida del parrillero sigue en firme hasta que seamos notificados por el Tribunal Administrativo de Antioquia”, sentenció Luis Fernando Suárez Vélez, vicealcalde de Gobernabilidad y Seguridad de Medellín.
El funcionario señaló que la notificación formal podría llegar a principios de la semana entrante.
Así las cosas, quienes transporten pasajeros de género masculino en sus motocicletas, podrán ser multados por las autoridades.
Varios árboles fueron podados para dar cabida a una gigantesca carpa que fue instalada en plena calle 41
La estructura ocupa una cuadra y el paso por la acera, en el costado norte de la calle 41, está cerrado, como se observa en la imagen
Medellín acoge con entusiasmo una nueva edición de Colombiamoda, la principal feria del país en su género, organizada por Inexmoda y considerada como una de las más importantes de Latinoamérica.
Diseñadores, modelos, fotógrafos, periodistas y compradores se dan cita, por estos días, en Plaza Mayor, donde se cumple una maratónica agenda de pasarelas, ruedas de negocios y exposiciones.
Sin embargo, el entusiasmo no es general.
En medio del frenesí que se vive en la sede del evento, algunas personas han expresado su inconformidad por la instalación de una carpa destinada a acoger el pabellón infantil de la feria, a lo largo de una cuadra, en plena vía pública.
Asimismo, hay quejas porque la instalación de la estructura demandó la poda de varios de los árboles que crecen en el separador de la calle 41.
Montaje de la carpa en la calle 41, despues de la poda de varios árboles
La carpa en cuestión se levanta entre la acera del pabellón verde del Palacio de Exposiciones y el andén del Teatro Metropolitano, cubriendo ambos carriles de la calle 41, entre la carrera 57 y la Avenida Regional (carrera 62).
De esta manera, la vía está cerrada en este momento al tránsito de vehículos y una valla impide el libre tránsito de peatones por su costado norte.
Así luce el andén contiguo al Teatro Metropolitano José Gutiérrez Gómez
La ocupación del espacio público y la poda de los árboles no han sido vistos con buenos ojos por sectores de la ciudadanía, que cuestionan la decisión de usar la calle para realizar eventos, precisamente al lado de un inmenso recinto ferial como es Plaza Mayor.
Interior del pabellón infantil de Colombiamoda, instalado sobre la calle 41
El servicio de acueducto será interrumpido durante la mayor parte de la mañana y las primeras horas de la tarde de mañana, 28 de julio
Se recomienda a los residentes del sector tomar las previsiones necesarias para evitar inconvenientes durante el lapso en que no habrá suministro de agua
Mañana martes, 28 de julio, habrá interrupción del servicio de acueducto en la Loma de Los Balsos, entre la Transversal Superior y la Avenida Las Palmas.
Así lo anunció la empresa Gisaico S.A., a través de un comunicado en el que explica que la interrupción se debe a la ejecución del contrato 4600051885 con el Municipio de Medellín, cuyo objeto es la construcción del intercambio vial en la Transversal Superior con la Loma de Los Balsos.
El suministro de agua será interrumpido entre las 8:00 am. Y las 2 pm. con el fin de llevar a cabo actividades de empalme en la red de distribución.
Gisaico S.A. precisó que los trabajos están autorizados por las Empresas Públicas de Medellín y pidió disculpas por las incomodidades que pueda generar la situación.
Asimismo, la empresa informó que tiene habilitadas las líneas telefónicas 317 57 59 y 310 514 90 88 para la resolución de las inquietudes que al respecto tenga la comunidad.
Estos son algunos puntos de atención del Tránsito en Medellín donde podrá hacer los Siguientes tramites:
Liquidación y pagos de comparendos .
Notificación, liquidación, acuerdos de pago y atención de audiencias por fotodetección .
Matriculas iniciales .
Traspasos .
Pago de cuotas de acuerdos de pago .
Expedición, duplicado, refrendación y recategorización de licencias de conducción.
Duplicado de placas .
Expedición de historiales.
Expedición de certificados y paz y salvos .
Expedición y renovación de tarjetas de operación .
Inscripción y levantamiento de prenda .
SEDE TRÁNSITO CARIBE
Ubicación:Carrera 64 C # 72 – 58 (Barrio Caribe).
Horarios: Lunes a viernes de 7:30 am. a 5:30 pm. (El horario de atención es hasta las 4:30 pm. La suscripción de acuerdos de pago se hace solo hasta las 4:00 pm. y los viernes hasta las 3:00 pm.) .
Sábados de 9:00 am. a 12:00 m. (El horario de atención es hasta las 11:30 am. Los sábados no se realizan acuerdos de pago y la entrega de vehículos se lleva a cabo hasta las 11:00 am.).
Servicios:
Matriculas iniciales.
Tramites en general.
Licencias de conducción.
Suscripción de acuerdos de pago y pago de cuotas.
Audiencias.
Entrega de vehículos.
Notificación y pago de comparendos.
Notificación de accidentes.
Pago de semaforización.
Historiales.
Paz y salvos.
Formas de Pago:
Efectivo
Tarjetas débito y crédito (Excluyendo Dinners Club y débito Visa).
SEDE LA FRONTERA
Ubicación: Centro Comercial Sao Paulo (La Frontera) Carrera 43 A # 18 Sur – 135, local 322
Horarios:
Lunes a viernes 7:30 am. a 5:30 pm.
Sábados de 9:00 am. a 12:00 m .
Servicios:
Liquidación y pagos de comparendos .
Notificación, liquidación, acuerdos de pago y atención de audiencias por fotodetección .
Matriculas iniciales .
Traspasos .
Pago de cuotas de acuerdos de pago .
Expedición, duplicado, refrendación y recategorización de licencias de conducción.
Duplicado de placas .
Expedición de historiales.
Expedición de certificados y paz y salvos .
Expedición y renovación de tarjetas de operación .
Inscripción y levantamiento de prenda .
No se realiza:
Entrega de vehículos.
Formas de pago:
Efectivo.
Tarjetas débito y crédito (Excluyendo Dinners Club y débito Visa).
SEDE PREMIUM PLAZA
Ubicación: Centro Comercial Premium Plaza, Carrera 43 A con calle 30, local 1149
Horarios:
Lunes a viernes de 8:00 am. a 8:00 pm.
Sábados de 8:00 am. a 12:00 m.
Servicios:
Notificación y pago de comparendos.
Pago de cuotas de acuerdos de pago.
Programación de cursos pedagógicos.
Pago de semaforización y audiencias.
No se realiza:
Tramites y suscripción de acuerdos de pago.
Formas de pago:
Sólo efectivo.
PUNTO DE ATENCIÓN MÁS CERCA EL POBLADO
Ubicación: Carrera 43 B # 11 – 02 (Barrio Manila)
Horarios:
Lunes a viernes de 7:00 am. a 6:00 pm. (El horario de atención es hasta las 5:30 pm.) .
Sábados de 9:00 am. a 12:00 m. (El horario de atención es hasta las 11:30 am.) .
Servicios:
Matriculas iniciales.
Trámites en general.
Notificación y pago de comparendos.
Licencias de conducción.
Pago de cuotas de acuerdos de pago.
Historiales.
Pago de semaforización.
No se realizan:
Suscripción de acuerdos de pago, audiencias y entrega de vehículos.
Formas de pago:
Efectivo.
Tarjetas débito y crédito (Excluyendo Dinners Club y débito Visa).
PUNTO DE ATENCIÓN MÁS CERCA BELÉN
Ubicación: Carrera 76 # 32 – 74
Horarios:
Lunes a viernes de 7:00 am. a 5:30 pm.
Los días sábado no hay servicio .
Servicios:
Notificación y pagos de comparendos.
Pago de cuotas de acuerdos de pago.
Programación de cursos.
Pago de semaforización.
No se realiza:
Trámites y suscripción de acuerdos de pago.
EPM reporta el total restablecimiento del suministro de energía eléctrica en la comuna 14, tras la interrupción que dejó en la oscuridad a varios barrios del sector, durante la noche de este domingo
Como se aprecia en la imagen, numerosas calles y edificaciones de El Poblado quedaron ayer a oscuras (FOTO: CORTESÍA SANTIAGO MORALES)
La salida de servicio de un transformador G60 MVA, debido a la activación de protecciones mecánicas propias del dispositivo, fue la causa de la interrupción del suministro eléctrico ayer en El Poblado.
Así lo afirmó Carlos Mario Jaramillo, director de Operación y Calidad de Energía de EPM, quien además desestimó la posibilidad de que el apagón de este domingo hubiera sido causado por sobrecargas en el sistema.
“La posibilidad de una sobrecarga está completamente descartada. De hecho, al momento del incidente, el transformador funcionaba a solo un 50 % de su capacidad total. Lo que sucede es que estos equipos tienen protecciones automáticas que mitigan los efectos de eventuales fallos, de manera similar a los breakers eléctricos de uso doméstico, que se disparan cuando hay un corto en la vivienda”, explicó el funcionario.
Actualmente, la subestación Poblado tiene doce circuitos de distribución eléctrica, los cuales surten de energía a la población del sur del Valle de Aburrá.
Una vez ocurrido el apagón, el personal de EPM procedió a transferir el suministro eléctrico de los barrios afectados, desde la subestación El Poblado a las subestaciones ubicadas en Envigado, San Diego, Guayabal y Las Palmas.
Hoy lunes, continúan los trabajos para establecer de manera detallada las causas del fallo en los equipos de la subestación Poblado.
“Se están realizando nuevas pruebas al transformador para determinar el estado interno del mismo. Una vez se determine la causa del evento, se procederá a continuar con el plan de contingencia diseñado para situaciones de este estilo”, agregó Jaramillo.
Domingo a oscuras
Alrededor de 38.700 familias, residentes en varios barrios de la comuna 14, se quedaron anoche sin energía eléctrica, debido al fallo de uno de los transformadores de la subestación Poblado.
El apagón, que comenzó a las 7:35 pm., se extendió por más de tres horas en algunos sectores, afectando el normal desarrollo de las actividades domésticas y comerciales en la zona.
De inmediato, cientos de usuarios se volcaron a las redes sociales para reportar la interrupción del servicio desde sectores como Vizcaya, Las Lomas, San Lucas, Los Balsos, las transversales y Las Palmas, entre otros.
Los cibernautas trinaron pidiendo explicaciones a EPM sobre lo sucedido, de manera cada vez más reiterativa a medida que pasaban las horas y no se restablecía el servicio, hecho que finalmente ocurrió a las 10:52 pm., según la versión oficial.
No obstante, los usuarios reportaron en las redes que algunos sectores permanecieron a oscuras hasta casi la medianoche.
En la mañana de hoy inicia la búsqueda de fosas comunes en la comuna 13
Cientos de familias aguardan los resultados de la búsqueda en La Escombrera, con la esperanza de encontrar, al fin, a sus seres queridos (FOTO: CORTESÍA)
El polígono 1, en el sector conocido como La Arenera, es el lugar de la Escombrera donde, en el transcurso de la mañana, se realizarán las primeras excavaciones en busca de cuerpos de personas desaparecidas en la comuna 13 de Medellín.
Previo al inicio de las excavaciones, la Fiscalía General de la Nación, la Alcaldía de Medellín y las organizaciones de víctimas Mujeres caminando por la verdad y Movice capítulo Antioquia participarán en el acto simbólico “Escarbando la verdad, desenterrando la justicia”.
Los actos se realizan con la presencia del ministro del Interior, Juan Fernando Cristo; y el alcalde de Medellín, Anibal Gaviria Correa.
Las autoridades presumen que bajo los escombros se encuentran alrededor de cien cuerpos, aunque los familiares de los desaparecidos sostienen hay más de trescientas personas sepultadas allí.
Juan Carlos Villada, alias “Móvil 8” confesó en el pasado que su comando enterró a aproximadamente cincuenta personas en La Escombrera.
Mañana inicia la itinerancia de la sala taller Des Apariciones
Con el propósito de reflexionar frente a la desaparición como acto de guerra en Colombia, la sala taller Des Apariciones entra en su fase de itinerancia.
La Casa Teatro El Poblado será el lugar donde se lleve a cabo la primera de estas jornadas, este martes 28 de julio, a partir de las 2:30 pm.
En estos talleres, la fotografía juega un papel testimonial en el proceso de construcción de memoria, mediante el cual se busca darle dignidad a las víctimas, reconstruir el tejido social, reconocer las historias y buscar la no repetición.
Bajo la dirección de la foto documentalista Natalia Botero, un grupo de mujeres, cuyos familiares fueron víctimas de la desaparición forzada, comparten sus historias y testimonios de integración, identidad y resistencia a la violencia desde la civilidad.
La avenida El Poblado será escenario del desfile, este domingo 26 de julio
Tomar vías alternas es la mejor manera de evitar congestiones en la avenida El Poblado
Este domingo, 26 de julio, tendrá lugar el V Desfile de Motocicletas Antiguas y Clásicas Custom Touring.
La caravana, que sale desde la IV Brigada, recorrerá en su etapa final la calle 12 Sur y la Avenida El Poblado, hasta la calle 10.
Por la calle 10 subirán las motos hasta la carrera 40, desde donde se dirigirán a la calle 9, finalizando el recorrido en el Parque Lleras.
Se espera que el recorrido se desarrolle entre las 10 de la mañana y la 1 de la tarde.
Por ello, la recomendación a los conductores que deban desplazarse por El Poblado a esas horas, es tomar vías vías alternas como las transversales, la avenida Las Vegas y la Carrera 34.
El dúo, conformado en 2003, interpreta composiciones que tienen la estructura tradicional de la música andina colombiana, incorporando influencias musicales como las armonías del jazz
Julián Cardona es maestro en Guitarra Clásica y especialista en Artes de la Universidad de Antioquia. Además, tiene un postgrado en Perfeccionamiento e Interpretación de Guitarra Clásica, en el Liceu de Barcelona, y es master en Musicología y Educación Musical de la Universidad Autónoma de Barcelona
Mañana, sábado 25 de julio, el dúo de música colombiana Alexa y Julián estará presentándose en el centro de servicios comunitarios La Casa Blanca, ubicado en la carrera 36 # 10 B – 171.
A partir de las 6:30 pm., los asistentes podrán deleitarse al ritmo de las interpretaciones del dúo, que previamente ha presentado su espectáculo en diversos escenarios, a nivel nacional e internacional.
Alexa y Julián han actuado en Medellín Pereira y Armenia, y en salas de ciudades europeas como Barcelona, Girona, Sitges, Polinyà, Huesca, Perpinyà, Figueres, Sabadell, Almuñecar y Granada.
Alexa Cortés es cantante lírica egresada de la Universidad de Antioquia, máster en Producción y Gestión de Espectáculos y máster en Gestión Cultural, de la Universidad de Barcelona
Música de calidad al alcance de todos
Desde hace dos años, el centro de servicios comunitarios La Casa Blanca organiza conciertos que tienen lugar los últimos sábados de cada mes.
“Queremos apoyar a los talentos que hay en la ciudad y ofrecerles la oportunidad de foguearse en un escenario. Así aprovechamos un espacio que estaba sub utilizado y ofrecemos a las personas una alternativa de sano esparcimiento, sin que tengan que pagar una boleta”, afirma Milady Montaña, coordinadora de eventos culturales del centro de servicios comunitarios.
El ingreso al concierto es libre (quienes lo deseen pueden hacer un aporte voluntario) y el parqueadero es gratuito. Mayores informes en el móvil 311 315 10 82.
A partir del jueves 23 de julio quedan cerrados dos tramos de vía en inmediaciones de la Avenida 33, a la altura de la Autopista Sur
La oreja que conecta a la Avenida 33 con la Autopista Sur (En la imagen) es uno de los tramos de vía que quedan cerrados hasta nueva orden.
Según las autoridades, el cierre de la oreja que conecta la Avenida 33 con la Autopista Sur, en sentido oriente-sur y el lazo de conexión noroccidental que une la Autopista Sur con la Avenida 33, se hace necesario debido al avance en la obra Parques del Río.
Este cierre se extenderá hasta que culminen las obras en ese sector.
Rutas alternas
Los vehículos que vienen desde el oriente por la avenida Las Palmas, y que lleguen a la Avenida 33, deberán tomar la triada (calle 38) y continuar hacia el sur por Carabobo (carrera 52), o por Bolívar (carrera 51) hasta la Avenida Industriales. Desde allí, los vehículos deberán continuar por el puente de la calle 30 para empalmar con la Autopista Sur.
Los automotores que vienen desde el oriente por la Avenida 33 deben retornar en la glorieta de Exposiciones hasta Carabobo (carrera 52), o por Bolívar (carrera 51) hasta la Avenida Industriales donde podrán continuar por el puente de la calle 30 y empalmar con la Autopista Sur.
Los vehículos que vienen desde el oriente y llegan al puente de la Avenida 33 sobre el río, deben continuar hasta Bulerías y retornar por la Avenida 33 en sentido occidente – oriente.
A quienes vienen desde el norte por la Autopista Sur y se dirigen hacia el occidente a la altura de la Avenida 33, se les sugiere tomar San Juan (calle 44), la canalización de la quebrada La Picacha. Otra posibilidad es pasar la Avenida 33 y tomar la oreja en sentido norte-oriente, para retornar en la glorieta de Exposiciones. Igualmente, pueden desviarse por la Avenida Bolivariana para tomar la Avenida 33 hacia el occidente.
Quienes se desplacen por la Avenida Ferrocarril sentido norte – sur, deben tomar el Puente de Guayabal sobre la glorieta de Exposiciones.
El estreno nacional de la película La Tierra y La Sombra, ganadora de la Cámara de Oro a la mejor ópera prima en Cannes 2015, es la antesala del Festival de Cine Colombiano de Medellín
Escena de la película La Tierra y La Sombra. Foto Cortesía
Por Luisa Martínez
Un gran campo de caña de azúcar aparece, hermoso, cubriendo la pantalla gigante. Es la imagen de una tierra cercana, un pasaje a experiencias de infancia, una pieza de recuerdos viejos, un paisaje común. Podría ser un campo de cualquier otro cultivo de tierras colombianas, en donde los campesinos padecen la inclemencia del progreso, pero este es el universo que nos presenta el director caleño César Acevedo, en su primera película La Tierra y La Sombra, que se estrena el jueves 23 de julio en las salas de cine del país.
La Tierra y La Sombra llega de Cannes 2015 como la película colombiana más galardonada en ese festival, en la historia del cine local. Se llevó el premio Cámara de Oro a la mejor ópera prima y tres reconocimientos más: Le Grand Rail D’Or, el Premio SACD –otorgado por la sociedad de autores–, y el France 4 Visionary Award –al cine independiente–. Así, esta obra se une a esas creaciones emergentes que atraen las miradas del mundo a las producciones del país. La película, de aparente sencillez, está cargada de detalles simples que logran su compleja esencia. Y es porque surge de los sentimientos más profundos y honestos de un joven de la ciudad de Cali. La historia se le ocurrió a César Acevedo a los 19 años o, más bien, fue el producto de lo que vivió en ese momento. “Nació de un dolor personal, de la muerte de mi madre y de la soledad que me produjo la ruptura de mi familia. Fue una película con la que traté de volver a los seres que más amaba, hacerle frente al olvido, sacarme los dolores y también cosas buenas”, expresa el director. Los espectadores, afirma, podrán ver una película de lo difícil que es perder los lazos con los seres que más amamos. La producción no es la biografía de César, pero es parte de él: “Hay recuerdos de mi vida, pero sí tomé una distancia porque quería que le llegara a todo el mundo. El universo funciona por sí solo y quien la ve no necesita conocerme para conectarse con él”.
“La película hace que te mueva algo en el interior y te lleva a pensar en la situación de las personas invisibles por la sociedad”, apreciación de Martha Ligia Parra. Foto Cortesía
Para ir más allá de lo personal, la narración toma la historia de una familia campesina que devela cómo, por el progreso, “está en juego el valor del arraigo, de la identidad por la tierra y a lo que se ve enfrentada esta población por la necesidad de vivir”. Ese campo de caña de azúcar que se ve es en El Tiple, un corregimiento del municipio de Candelaria, del Valle del Cauca, y allí permaneció César junto a un equipo de 30 personas durante las cinco semanas de rodaje, entre septiembre y octubre de 2014. Pero la producción es el resultado de un trabajo de 8 años de César y los amigos con los que creció en la vida y en el cine. El director vuelve a este tema porque allí están sus orígenes: “La caña hace parte del paisaje emocional de mi vida y quería hablar de todos esos problemas que se han generado por esta industria, el desplazamiento, las enfermedades… Y mostrar cómo ese progreso ha pasado por encima de los seres humanos y es legitimado por los ojos de la historia y por nosotros mismos”.
A sus 20 años, tenía el guión, la historia, el conflicto… como él dice, el microcosmos que es esta película. Fue por su compañera de pregrado en comunicación social y periodismo de la Universidad del Valle, Paola Pérez, que la película llegó a la productora Burning Blue, de Bogotá, la cual apoyó el proyecto y a la que el director le da el mérito de ser, según afirma, una de las pocas empresas de Latinoamérica que por quinto año consecutivo tiene una producción en el Festival de Cannes. La productora de La Tierra y La Sombra, es la ya reconocida joven paisa Diana Bustamente, también directora artística del Festival Internacional de Cine de Cartagena.
César Acevedo, director de La Tierra y La Sombra.
Su director cree que el éxito de la película se debe a que es “una película muy honesta que apunta al corazón de los hombres y que llega a los sentimientos por los acontecimientos (…)”. Finalmente, Acevedoa expresa estar feliz de poder compartir esta historia: “Ya hice lo que tenía que hacer, conocerme a mí mismo, entender mi historia familiar, sanar heridas, aprender de las cosas buenas y de las malas, solo falta que la vea el público que es cuando se complementa este proceso”.
Nueva dirección en el Festival de Cine Colombiano La película La Tierra y la Sombra tuvo un preestreno especial en el lanzamiento de la decimotercera edición del Festival de Cine Colombiano de Medellín que, en un mes, llenará una vez más los escenarios de la ciudad con cine propio. Del 24 al 28 de agosto se proyectarán más de 20 películas colombianas, con entrada libre y que estuvieron en cartelera entre 2014 y 2015.
Este año, la Corporación Festival de Cine de Santa Fe de Antioquia, creadora del Festival de Cine Colombiano, estrena directora artística: la crítica de cine y docente universitaria Martha Ligia Parra Valencia. El día de su presentación llegó feliz y emocionada. Antes de salir de casa, pensó en el lanzamiento del festival, en la acogida que podría tener, en el nuevo reto que comenzaba. Tal como lo pensó, se llevó una grata recompensa: “Sí, estoy haciendo lo que quería hacer y es el sitio donde quería estar”, expresa Martha Ligia Parra.
Y es que han sido 25 años de trabajo dedicado al cine desde la apreciación, la reflexión, la historia, la investigación. En su experiencia se destaca el ser columnista, jurado de convocatorias y festivales dentro y fuera del país, y autora y coautora de los libros Cine y cinco expertos (Dirección, Arte, Guión) y De la novela colombiana al cine.
Una industria en ciernes Su intención, en sintonía con la del festival, es acercar al público a las películas colombianas para “que nos reconozcamos en esas imágenes que se están creando y entendamos que es importante para la identidad de un país”. La industria del cine colombiano “está en ciernes”, asegura Parra. Por eso dice que están pasando tantas cosas interesantes. Por un lado se está naciendo y a la vez surgen una cantidad de talentos “precoces” –como el del director César Acevedo– de las escuelas de cine y de las facultades de comunicación. Los temas han cambiado y hay nuevas miradas, aunque no se debe desconocer “que vivimos en una Colombia en guerra. El problema no es hablar de la violencia, –que es tan criticado por los espectadores–, sino la manera de contarla”. Desde su apreciación piensa que “es muy bonito que en medio de la guerra está floreciendo el arte”.
La industria del cine en Colombia “es muy prometedora, porque no solo lo estamos diciendo los críticos colombianos, sino que está siendo reconocida afuera…”. Afirma que al año, en Colombia, se están estrenando 30 largometrajes y que se hacen documentales, animaciones y una gran cantidad de coproducciones, pero el problema es que muchas de esas películas duran muy poco en cartelera. A estas, “se les debe dar mayor oportunidad para que encuentren su sentido, que es el público”, expresa. Piensa que hay unos fenómenos en el cine colombiano muy interesantes, como las películas taquilleras de Dago García. “Esas películas son importantes porque impulsan la industria”.
Martha Ligia Parra, nueva directora artística de la Corporación Festival de Cine de Santa Fe de Antioquia
La edición 13 Entre las novedades de este año, según su directora Martha Parra, es que este será un “festival austero”, pero sin demeritar y afectar la calidad artística, la muestra central y la formación académica, que es uno de sus fuertes. Explica que será así porque encontró, que el festival estaba dando pérdidas, por lo que propuso al equipo de trabajo ajustar el presupuesto, ser creativo y concentrarse en lo más importante: fortalecer el espacio.
La música en el cine es el tema del festival, y el diálogo será en un seminario con 11 invitados nacionales e internacionales. Además del Taller de Talentos Cinematográficos, continúa la iniciativa Pelados al Cine, que busca atraer a los jóvenes de barrios, que nunca han ido a una sala de cine. Para próximas ediciones se quiere reforzar la muestra de cortometrajes y abrir un espacio al patrimonio fílmico colombiano.
Esta vez, dentro de los invitados especiales estará el actor, guionista y dramaturgo Humberto Dorado, a quien se le hará un homenaje por su aporte al cine colombiano, con una retrospectiva con seis de sus mejores películas. Mayor información en festicineantioquia.com
Progresión es el nombre de la exposición de Aníbal Vallejo, que acaba de ser inaugurada en Lokkus Arte Contemporáneo. En la galería se exhibe también, de manera simultánea, la muestra Prelibri, de la artista salvadoreña Abigaíl Reyes. Ambas exposiciones reflexionan en torno a los conceptos de proceso, pensamiento, palabra y creación en el quehacer artístico y estarán exhibidas hasta el próximo 16 de agosto. Ingrese a vivirenelpoblado.com para ver más imágenes de la inauguración.
Aníbal Vallejo
Víctor Pérez, Silvia Vallejo
Alejandro Quiceno, Carole Soulas
Carla Moy, Andrés Arango
Catalina Franco, Sara Alzate
Daniel Mecklar, Moisés Montoya
Federico Gómez, María Luisa Vargas
James Vásquez, Juliana Mira, Carlos Gurtiérrez
Juan Diego Meneses, Sebastián Cadavid, Carlos Arango
El yoga, la ecología, la música en vivo y la gastronomía saludable fueron los protagonistas de la primera versión del Eco Yoga Fest, evento que tuvo lugar el fin de semana pasado en Ciudad del Río. Realizado por primera vez en Medellín, el Eco Yoga Fest tiene un significativo número de seguidores en varias ciudades latinoamericanas, incluyendo a Bogotá, donde se lleva a cabo periódicamente.
Vrinda González, Gourangi Devi
Ángela Vanegas, Andy Bailey, Paula Villegas
Carlos Hernández, Lina María Reina
Carolina Moncada, Michael Kunz
Carolina Villalba
Luisa Jaramillo
Claudia Nuñez, Johnathan Julio
Daniela Correa
Gupta Govardhan Das
Juan David Cardona
Juan Esteban Grajales, Roberto Muñoz
Valeria Hernández
Nicolás Escobar, Stephanie Rodas
Patita Pavana Das, Mohana Vásquez
Tatiana Vanegas, Olga Naranjo, Magda Ballesteros, Luis Montaña
Como cada mes de julio, el centro comercial San Diego ha convertido sus espacios en un enorme jardín con motivo de la exposición anual de bonsái, evento antesala de la Feria de las Flores de la ciudad de Medellín. Este año, la XVIII Exposición de Bonsái se realiza bajo el concepto de “Wabi – Sabi”, expresión referida a la belleza de las cosas modestas y no convencionales. La muestra estará abierta hasta el próximo 17 de agosto.
Cambria Café Resto con un ambiente clásico que remonta a los años 20, Cambria es un pequeño y entrañable restaurante que transporta a través de la música, las luces y la fotografía a Lisboa, California, Boston, Nueva Orleans, Madrid y otros destinos visitados por sus propietarios: la experta en cocina y diseñadora Beatriz Restrepo y su hermano Luis Javier, administrador de empresas apasionado por la gastronomía.
Luis Javier Restrepo y Beatriz RestrepoCambria funciona de manera simultánea como panadería–repostería y restaurante bar. Desde temprano en la mañana, Beatriz y su equipo hornean panes (recomendado la ciabatta), rollos de canela rellenos de frutos rojos, tortas de brownie y de zanahoria, croissants dulces y salados, galletas, entre otros incitadores manjares.
Cocina internacional, particularmente la europea y la norteamericana, es el concepto dominante en la carta de Cambria. El solomito California (un jugoso medallón al horno con salsa de champiñones y tocineta, servido con puré de papa gratinado, y ensalada con vinagreta de vino y yogurt), el salmón del Nilo (un tierno salmón en una mezcla de granos egipcios y romero, acompañado de cuscús y espárragos) y las supremas de la colonia (filetes de pollo rellenos de jamón y queso y albahaca, envueltos en tocineta y acompañados de zanahorias y habichuelas salteadas en jengibre y miel) y la Belusa (canasta de hojaldre, de pollo o vegetariana), son los fuertes destacados por Luis y Beatriz Restrepo. De la sección de repostería, resaltan el cheesecake con salsa de rosas y el pecan pie.
Sándwiches, pastas y desayunos gourmet completan el abanico de delicias de Cambria, sitio que también es frecuentado por los amantes de sus capuchinos de sabores (sugeridos el de menta, el de avellana y el de frambuesa) y su expreso Martini (un Martini de café).
Cambria está ubicado en Manila (Carrera 43 E No.12 –16). En semana, abre a las 7:30 am y los sábados a las 8 am. De lunes a miércoles cierra a las 8 pm, los jueves a las 9:30 pm y los viernes y sábados a las 11 pm. Informes en el 352 1970.
Supremas otoñales
(para 2 personas)
Ingredientes
• 2 filetes de pechuga de pollo de 130 gr.
Para el marinado
• ½ taza de jugo de limón.
• 3 cucharadas de cilantro.
• 1 diente de ajo picado.
• 1 cucharadita de sal marina.
• 1 cucharadita de pimienta.
Para el relleno:
• 4 cucharadas de queso crema.
• 2 tajadas queso fundido.
• 1 cucharada de aceite de oliva.
• 80 gramos de zucchini, picado finamente en cuadritos.
• 4 albaricoques cortados en láminas.
• 50 gramos de maní triturado.
• 30 gramos de ajonjolí.
• 50 gramos de champiñones cortados en láminas.
• 1 pizca de cardamomo.
• Un tris de cúrcuma.
• ½ oz de vodka.
• Hojitas de tomillo.
Procedimiento
Preparar el marinado con todos los ingredientes y sumergir los filetes en la mezcla, dejarlos allí mientras se prepara el salteado.
Saltear el maní y el ajonjolí hasta que doren y comiencen a soltar sus aceites y aromas, luego incorporar el aceite de oliva y el zucchini. Al tiempo, se agregan los champiñones, el tomillo, las especias y el licor. Continuar salteando por 2 minutos hasta lograr el aroma y textura deseada.
Disponer los filetes sobre una tabla y untarlos con el queso crema, poner el queso fundido, el salteado y los albaricoques. Envolver los filetes, sin que se salga el relleno, y colocarles un palillo para que no se desarmen. Cortar cada rollo en la mitad y ubicarlos en un molde. Bañarlos en la salsa de estragón y llevarlos al horno por 15 minutos a 180 °C.
Retirarlos del horno y servirlos sobre un espejo de salsa. Decorar con un poco del salteado y ramas frescas. Acompañar las supremas con ensalada de hojas verdes.
Para la salsa:
• 4 cucharadas de crema de leche.
• Una cebolla morada picada finamente.
• 1 cucharada de mantequilla.
• 4 cucharadas de hojas de estragón frescas.
• 2 onzas de vino blanco.
• 1 cucharadita de pimienta.
Preparación
Quebrantar las cebollas moradas en la mantequilla, verter el vino y luego incorporar los demás ingredientes hasta lograr una salsa ligera (dejar a fuego bajo durante aproximadamente 5 minutos).
Por Juan Sebastián Mora Desayunar, almorzar o tardear de una manera saludable, sin remordimientos, probando delicatessen naturales, nutritivos y deliciosos, es un plan a realizar en Chía, un nuevo espacio de las administradoras de negocios de Eafit, Laura Gómez y Marcela Acevedo, quienes lo atienden personalmente en el Mall San Lucas Plaza (local 159).
La principal materia prima en Chía es, como su nombre lo indica, la semilla de chía, que se caracteriza por su alto contenido de calcio, fibra, omega 3 (siete veces más que el salmón), proteína y antioxidantes.
Chía ofrece “superalimentos” que nutren, aumentan la energía, mejoran el sistema inmunológico y el estado de ánimo. El gran recomendado es el parfait, el cual contiene pudding de vainilla a base de chía, yogurt griego (sin azúcar), frutas y frutos secos. Para matar el hambre, entre comidas, están los snacks saludables como los rollos de canela y quinua, las bolitas de energía (en cuatro sabores: chocolate, maní, pistacho, arándanos) y las tortas de banano y zanahoria. De las bebidas, se destacan los chocolates calientes: de maní, blanco y oscuro (con un 75 % de cacao).
Ensaladas, sándwiches, wraps, tartaletas y los chía chips (nachos elaborados sin ningún tipo de harina, que van acompañados de hummus o guacamole), son algunas alimenticias opciones de sal.
Chía abre de lunes a jueves de 10 am. a 7:30 pm. Los viernes y sábados abre a la misma hora pero cierra a las 8 pm. Los domingos funciona de 10:30 am. a 7 p.m. Informes en el 321 8878.
Gran parte de nuestras falencias tienen que ver con la pertinencia de la educación en las artes y para las artes y con la difusión de pensamientos y opiniones que inciten a la reflexión
/ Carlos Arturo Fernández U.
Uno de los acontecimientos más trascendentales de la historia de Occidente se produjo, en realidad, al margen de la historia. En el terreno de la mitología griega.
Es el momento en el cual el joven dios Zeus, salvado por el amor y el dolor de su madre de la furia obsesiva de su padre Cronos, o quizá mejor de la debilidad que en Cronos produce la conciencia de la traición y del pecado cometido por él contra su propio padre, se levanta contra este y contra todas las anteriores generaciones divinas. Antes de que su madre pudiera ocultar y salvar a Zeus, Cronos (el tiempo) devoraba a sus hijos apenas nacidos para evitar que, una vez hechos mayores, pudieran atacarlo como le había anunciado su padre, Uranos, a quien Cronos castró y destronó.
Edipo y la Esfinge. Gustave Moreau (1864) Museo Metropolitano Nueva York
Tras larguísimos combates, los dioses que habitan en el monte Olimpo, es decir, Zeus y sus hermanos, que son, desde todo punto de vista, humanos perfectos e ideales, derrotan a Cronos y a todos los dioses de su generación, deidades monstruosas de múltiples cabezas, cíclopes, dioses con piernas o cabellos de serpientes, poderes indefinibles, en fin, seres imposibles de entender dentro de los parámetros de la razón y de la experiencia común.
Como ocurre siempre en los relatos de la mitología, hay versiones distintas en las cuales los actores de estas luchas cambian de posición o de estrategia. De todas maneras, quizá lo más impactante es que, frente al antiguo universo de dioses incomprensibles y espantosos, Zeus y sus hermanos aparecen casi como vecinos felices, bellos y potentes, con quienes quisiéramos encontrarnos.
Aquellas guerras de los dioses olímpicos contra los titanes y contra los gigantes, que los griegos amaban representar en todos sus templos, de manera obsesiva como si fuera necesario que las personas más sencillas y corrientes no las olvidáramos, más importantes que la guerra de Troya o la que sostuvieron todas las ciudades helénicas contra los persas, es uno de los momentos fundamentales en la vida de cada uno de nosotros.
Y es fundamental, aunque sea un mito que no sigue esquemas temporales humanos y que ni siquiera pertenece a nuestro ámbito geográfico, sino que es un mito “extranjero”, en todo caso. Pero es, realmente, una expresión de lo que somos. Porque lo fundamental aquí no es lo que ocurre en esas batallas fantásticas sino las causas y el resultado de la guerra, sin que pueda olvidarse ninguno de los dos aspectos.
Por una parte, porque esta es una guerra contra el absurdo de que el tiempo nos mate irremediablemente: aunque seamos productos suyos, Cronos devora a sus hijos, nos destruye, como aparece en la terrible pintura de Goya; por eso, la guerra de los olímpicos contra los titanes y los gigantes es la lucha por la vida y la obsesión por la permanencia. Pero, además, la guerra se produce, no tanto por los temores de Cronos y por las aspiraciones de poder de Zeus, sino porque todas las acciones, humanas y divinas, tienen consecuencias: siempre hay que pagar las culpas, por insignificantes e intrascendentes que parezcan.
Y, por otra parte, porque el resultado de la guerra es el triunfo del ideal humano: belleza, perfección, poder, equilibrio, permanencia; lo que son los dioses; aunque para nosotros, pobres mortales, todo permanezca en el plano de la aspiración. Pero, al fin de cuentas, triunfo de lo que creemos o queremos ser…
Zeus contra los gigantes. Altar de Pérgamo Museo de Berlín
Hasta que, querámoslo o no, la realidad nos muestra que ese ideal es solo una ilusión y que la vida, quizá, nos lleva por caminos que pueden ser totalmente contradictorios. Y, cuando creíamos encontrarnos en un mundo feliz y perfecto, nos chocamos con las fuerzas del destino.
Es terrible. Con Edipo se repite la historia: la inteligencia humana del héroe desentraña el enigma de la esfinge y, como consecuencia, la bestia muere.
Edipo siempre podrá repetirse, con toda la seguridad del mundo, que hizo lo humanamente posible por actuar de la manera más ética y sincera: abandonó a quienes creía que eran su verdadera familia para no correr el riesgo de hacerles mal y, sin querer, acabó destruyendo a sus padres biológicos y cometiendo los crímenes más abominables, sin que su buena fe o su real saber y entender tuvieran ninguna importancia.
Ante Edipo que, tras la muerte de su madre y esposa Yocasta, se presenta dolorosamente ciego ante los ciudadanos de Tebas, cabe siempre la pregunta de si valía la pena que los humanos intentaran derrotar al destino incomprensible e incontrolable. O, lo que es lo mismo, si tenía algún sentido que los dioses olímpicos hubieran derrotado a los monstruos inmortales de las generaciones nacidas del caos, ente la tierra y el cielo.
Es esta la tragedia del hombre pero es, al mismo tiempo, el contexto de nuestra existencia. Por eso, desde Grecia, el ser humano es el centro de las preocupaciones humanas. La guerra contra el mito nos permitió entender que, ante todo, somos humanos y que esta conciencia es el punto de partida del sentido de todas nuestras creaciones: el arte, la literatura, la ciencia y la filosofía.
De alguna manera, en ese momento mitológico comienza nuestra verdadera historia y, por supuesto, también la historia del arte. [email protected]
Nuestro cuerpo vital, nuestro plano mental y emocional y nuestro yo, se ponen en evidencia por sus manifestaciones, pero no son objetivables por los sentidos corrientes
/ Jorge Vega Bravo
¿Qué es lo oculto? Es a su vez un adjetivo y el presente y participio del verbo ocultar, que proviene del latín occelere. (Ob: frente a, y celare: esconder) y, a su vez, del indoeuropeo kel: ocultar, presente en clandestino y célula.
En el lenguaje corriente, oculto es todo lo que está escondido o guardado, o lo que escapa a nuestra comprensión. Lo oculto tiene un atractivo para el ser humano. Pero el término se distorsionó. Se estiró y dio origen al “ismo”… Ocultismo: saco en el que hemos acomodado muchas corrientes, la mayor parte pensadas para engañar incautos y alimentar falsas ilusiones.
Rudolf Steiner, filósofo y científico austríaco, fundador de la Antroposofía y la Pedagogía Waldorf, escribió La Ciencia Oculta, un bosquejo. En la introducción aclara que el sentido de la palabra oculto está relacionado con lo que no podemos captar con los sentidos corrientes, lo que se esconde a la percepción y necesita ser conquistado, comprendido. La Ciencia Oculta relata –desde un punto de vista espiritual y no evidente– el proceso de evolución de la Tierra y de la humanidad. Cuenta cómo nuestro planeta ha pasado por otras tres etapas previas a la actual y relata cómo ha sido la evolución de la conciencia humana hasta nuestros días.
Desde una nueva antropología, que incluye el nivel espiritual, Steiner se ocupa del ser humano como un todo y escribe Una Fisiología Oculta, que parte de la observación de la naturaleza oculta del hombre. Por ejemplo, tenemos niveles no manifiestos de organización que llamamos cuerpos suprasensibles, que no son percibidos por los sentidos. Nuestro cuerpo vital, nuestro plano mental y emocional y nuestro yo, se ponen en evidencia por sus manifestaciones, pero no son objetivables por los sentidos corrientes.
Sabemos que tenemos órganos, pero no los vemos. El órgano más invisible de todos es el bazo. Es el único órgano vital que se puede sacar sin que se afecte la vida. Es el responsable de los ritmos internos: regula el encuentro entre los alimentos y la sangre, y es de gran importancia para el sistema inmune. Lo que nace en la medula ósea, muere en el bazo: allí fenecen los glóbulos rojos y las plaquetas después de cumplir su tarea. Solo lo reconocemos porque en el lenguaje común decimos “tengo bazo”, cuando sentimos una punzada en el vientre izquierdo. En la tradición ayurvédica es el portador del Prana, de la vitalidad.
Asuntos ocultos: Reporto con sentimiento de pesar el paso del umbral de dos personas cercanas: el columnista de Vivir en El Poblado, escritor, filósofo y diletante, José Gabriel Baena. Confieso que leía con gozo sus columnas y viajaba con él a otras realidades, a otras maneras de ver el mundo. Compartía con él ese extraño destino de ser hijos de libreros.
Y el médico veterinario David Botero Gómez, hermano del colega Camilo Botero G. –hoy oncólogo de orientación antroposófica, en Barcelona–. Tuve el gusto de atender a David en mi consulta y de recibir pacientes que me remitía de Entrerríos, Antioquia. Allí lo querían y lo valoraban como un gran ser humano, siempre dispuesto a servir. Hay mucho dolor y muchas preguntas en la comunidad de Entrerríos, donde David vivió y sirvió durante 20 años. opinion@vivirenelpoblado
En 2006, de cada 100 estudiantes, casi 13 habían consumido marihuana durante la vida. En 2014, 24 de cada 100 lo habían hecho
“En La calle 1 (loma de Los Parra) tenemos una situación muy compleja en relación con el consumo de vicio. Lo están haciendo frente a las casas y a cualquier hora, he llamado varias veces a la Policía y he hablado con el nuevo comandante, pero no resuelven nada.
Hasta la cocina de mi casa llega el olor de la marihuana”. Este es el testimonio de un habitante de El Poblado que vive por el sector del colegio Santa Catalina de Siena y quien se siente abrumado por el consumo de marihuana en su barrio.
Otro testimonio, que hace parte de uno de los tantos que recoge el estudio titulado Comportamiento de las adicciones en la comuna El Poblado, realizado por la Secretaría de Salud de Medellín, en convenio con la Universidad Ces durante 2014, dice:
“Si (los jóvenes) están alcoholizados les pueden quitar el carro y el pase, en cambio, la marihuana no deja ningún rastro (…) si un policía te ve no te va a hacer nada y estás en tu traba, además, (la marihuana) no te deja oliendo a nada, podés llegar a tu casa perfectamente y (los padres) están sanos, olés a humo pero si te echás una loción eso se te pasa; en cambio, el tufo del alcohol no se pasa con nada (…) y entrás a tu casa tambaleando y vomitando”.
Ambos comentarios dan cuenta de la situación que se vive en El Poblado frente al consumo de sustancias psicoactivas.
El estudio arrojó que el consumo de marihuana aumentó significativamente, entre 2006 y 2014, en los estudiantes de instituciones públicas y privadas ubicadas en El Poblado. De acuerdo con la investigación, realizada en 2006 y denominada Primer estudio salud mental del adolescente, de cada 100 estudiantes 13 habían consumido marihuana durante su vida. En comparación, en 2014, 24 de cada 100 lo habían hecho.
También alerta a las autoridades el consumo de la “Cripa”, una especie de marihuana que, según el más reciente estudio, llegó a Colombia por vía aérea en forma de semilla. “La palabra Cripa proviene del término creep en inglés, que significa arrastrarse, y llamada así por los fuertes efectos que produce en el organismo. Una de las novedades de esta hierba alterada genéticamente en los laboratorios, es que tiene un efecto 15 veces mayor al de la marihuana criolla”, asegura el estudio.
El consumo de alcohol en el sexo femenino ha aumentado
“Llama la atención lo encontrado sobre el consumo de bebidas alcohólicas y consumo hasta la embriaguez según el sexo, donde el femenino presenta un fuerte aumento”, dice la reciente investigación. También, explica que se destaca el consumo de alcohol como un medidor en las relaciones sociales y que, como integrador, juega un papel importante en la socialización de los grupos de jóvenes de El Poblado. En relación con el consumo de cigarrillo, el estudio dice que los indicadores de consumo de esta sustancia “confirman la excelente evaluación de la política pública sobre su control, disminuyendo la prevalencia de vida en más del 10,0 por ciento y la prevalencia anual en 8,0 por ciento”.
De las adicciones no químicas
La investigación también hace referencia a las adicciones no químicas, como la ludopatía, las adicciones tecnológicas y al ejercicio (vigorexia). En relación con la ludopatía, afirma que el 14 por ciento y el 6.8 por ciento de los jóvenes de sexo masculino y femenino respectivamente, presentan prevalencia de ludopatía y que la frecuencia en la presentación de problemas “siempre o con frecuencia por la utilización del internet es mayor del 25 por ciento y, por jugar con videojuegos, mayor del 20 por ciento”.
“Cocaína rosada”
Para los expertos, como el médico toxicólogo Hugo Gallego, el mundo de las drogas ilícitas ya traspasó los límites de la marihuana, la heroína y la cocaína, y se imponen nuevas como la llamada “cocaína rosada” o también conocida como 2CB, nombre pronunciado en inglés. “Es una metanfetamina, más potente que la cocaína. Son unas pastillas que las están triturando y pulverizando y las venden en bolsitas; la consumen inhalada o se la echan al licor”, dice el experto.
Cocaína rosada
Asegura, además, que las metanfetaminas son drogas sintetizadas en laboratorio y tienen principios activos estimulantes y alucinógenos.
Tras la ingesta, “la cocaína rosada” puede empezar a actuar en el organismo a la media hora de haberse consumido y sus efectos son: aumento de la energía corporal, percepción alterada de la realidad, movimientos estereotipados (movimientos repetitivos), inquietud, desasosiego, que pueden durar de seis a ocho horas siempre dependiendo de la dosis y de la persona.
Esta droga según el médico toxicólogo, también produce otros efectos como la sudoración, el aumento de la temperatura que puede llegar en algunos casos, a ocasionar en la persona un schock por calor, deshidratación y falla de riñón o, arritmia cardíaca, infarto agudo de miocardio, infarto cerebral y convulsiones. Según el experto, está demostrado que el consumo de 2CB ocasiona lesión o daño en grupos de neuronas que tienen que ver con el estado de ánimo y la memoria.
El 2CB no es cocaína, pero tomó el nombre de “cocaína rosada” porque una de las formas en la que se distribuye, es como el alcaloide, en bolsita.
Comenta el doctor Hugo Gallego que una pastilla de 2CB puede costar en el mercado entre 100 y 120 mil pesos; el precio de las bolsitas varía según el tamaño. Esta nueva droga, según el médico, es mucho más potente que la cocaína,” algunos hablan de hasta 50 veces más potente” dice.
“La edad promedio de inicio de consumo de sustancias está alrededor de los 13 años”
Desde la Secretaría de Salud del Municipio de Medellín se asegura que existe un trabajo permanente en El Poblado, enfocado hacia prevención del consumo de sustancias psicoactivas. “Tenemos un centro de escucha conformado por profesionales como psicólogos, sociólogos trabajadores sociales que se desplazan todos los días a la comuna para adelantar acciones en términos de prevención y mitigación.
Este centro de escucha no es un lugar fijo, por el contrario, estos profesionales, recorren el territorio, y se articulan con otras instituciones para tener un espacio abierto de escucha. De esta manera, cualquier persona puede acercarse a ellos para solicitar ayuda u orientación”, explica Lina María Pareja, referente técnico de drogas de la Secretaría de Salud de Medellín y quien coordina el programa Medellín sana y libre de adicciones.
Otra estrategia está direccionada desde la Secretaría de la Juventud, dependencia que forma jóvenes que a sus vez son gestores y que promueven el tema de la prevención del consumo de drogas y promoción de la salud.
Silvana Zapata, epidemióloga de salud mental de la Secretaría de Salud de Medellín, asegura que “la apuesta de la Alcaldía de Medellín es reducir el consumo de sustancias psicoactivas y aumentar la edad de inicio” y agrega: “la edad promedio de inicio del consumo de sustancia psicoactivas está al rededor de los 13 años”.
Estadísticas del estudio Comportamiento de las adicciones en la comuna El Poblado 2014
Un amasijo de tráfico desbordado, edificaciones, irresponsabilidad humana y condiciones topográficas se confabulan contra la calidad del aire que respiramos
Por Fernando Cadavid
< José Fernando Jiménez, de la Facultad de Minas
La imagen asusta: un manto de humo serpentea sobre la comuna 14, con un mensaje asfixiante para sus habitantes. Proviene del incendio en los bosques de Santa Elena, que durante la última semana de junio convirtió en cenizas parte del verde purificador de sus laderas. El video sintetiza dos horas de grabación (time lapse), para enseñar cómo los aires que recorren el valle, de norte a sur, distribuyen la humareda. Si eso se percibió en tan poco tiempo, ¿qué pudo pasar durante los diez días de la quema? La pregunta desvela al profesor José Fernando Jiménez, del grupo de investigadores de Meteorología Urbana, de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional.
Es el mismo estudioso que llueve sobre mojado cuando afirma que las emisiones de gases y partículas, producto de la combustión del tráfico vehicular, nos está intoxicando. Según Jiménez, en el sector que va del centro hacia el sur del área metropolitana es donde se concentran más vehículos por unidad de área. En El Poblado se agrava la situación con la cercanía de las vías arterias: la Regional, la Autopista Sur, Las Vegas y la avenida El Poblado. “Prácticamente de la calle 5 hacia el sur, el embotellamiento es casi permanente; además, nuestra cultura promueve el uso intenso del vehículo”.
El estudioso se detiene en este análisis: para que un carro arranque debe aumentar el consumo energético, pues al frenar y acelerar aumenta la emisión de contaminantes a la atmósfera. “Es increíble: en promedio la eficiencia de un vehículo es del orden del 30 %, o sea que de 100 unidades de energía que le meto para que ruede, solo 30 se convierten en transporte neto; lo otro, el 70 % restante, es energía que liberamos a la atmósfera en forma de calor, ruido, vibraciones, etcétera, y eso va acompañado de moléculas nocivas”, explica.
Hay otra estación en el Politécnico J.I.C., para medir contaminación en la vía regional
Acerca del comportamiento de la polución, el profesor Jiménez hace más gráfica su explicación: Montañas y valle estrecho generan mayores contaminantes atmosféricos, que circulan con dificultad. El viento los debería barrer, pero hay factores agravantes como la altura de los edificios que obstaculiza este ejercicio. Además, los primeros metros de la atmósfera urbana están muy contaminados y también entorpecen la circulación del aire; lo enredan.
Para Iván Sarmiento, director del Departamento de Ingeniería Civil, de la misma Facultad y experto en movilidad urbana, en la comuna 14 circulan muchas volquetas y carros grandes, que emiten contaminación a ojos vistas, sin mucho control. Consultado por Vivir en El Poblado, precisa: “Mi percepción es que en El Poblado se realizan muchas construcciones, sea de edificaciones u obras viales, las cuales requieren materiales de construcción, la mayoría de los cuales deben ser transportados en volquetas. Según el Área Metropolitana (en el Valle de Aburrá operan) unas 8.000 volquetas que diariamente, según el plan de Manejo de Residuos Sólidos de Medellín, transportan un promedio de 8.000 toneladas de escombros (…). En todo caso, todo viaje cargado lleva asociado un porcentaje a veces alto de viajes vacíos en el sentido contrario”.
Se doblará el número de carros En relación con el control a volquetas, la abogada Isabel Cadavid, de la secretaría de Movilidad de Medellín, advierte que para ellas no existe un programa especial de chatarrización. Se cumplen tareas de vigilancia, al igual que al resto de automotores, para controlar su peso, que circulen por sectores autorizados, que la carga se mueva en condiciones adecuadas, que el conductor tenga la categoría de licencia y documentos en orden y que la revisión técnico mecánica esté actualizada.
Agrega que en el lugar de las obras hacen presencia los agentes del tránsito para ejercer estos controles, pero más allá no existen otras exigencias porque son de la órbita del Ministerio.
Sobre el desborde del parque automotor, Sarmiento precisa: “Es sabido por muchos que nuestro nivel de motorización en Colombia, e incluso en el Valle de Aburrá, aún es bajo respecto a valores internacionales de países industrializados. La tasa de autos particulares es de 100 autos por mil habitantes, y si incluimos las motos estamos en unos 190 vehículos por mil habitantes, y si incluimos (otros) motorizados (taxis, volquetas, buses), estaremos cerca de los 200 por mil habitantes, cuando las tasas internacionales muestran valores entre 500 y 700 vehículos por mil habitantes. Todavía nuestro potencial de crecimiento de motorización es grande y puede duplicarse en 20 años e incluso triplicarse en 50 años. Actualmente el número de viajes comerciales de livianos en la ciudad está entre 20 y 25 % del tráfico (carros livianos que transportan mercancías o prestan servicios de reparación, etc.) y si sumamos los viajes escolares, de buses, de camiones pesados, el tráfico que no es particular supera el 30 %”. Añade que, al aumentar la motorización en general, los particulares no encontrarán espacio y habrá que restringirlos un poco para dar paso a la movilidad comercial (carga y servicios) y pública, esencial para la economía de la ciudad.
Por un transporte más limpio La industria transportadora ha hecho esfuerzos por mitigar la polución, introduciendo cambios respecto a la tecnología que utilizan. Ahora todo vehículo que ingresa al parque automotor de servicio público colectivo debe estar homologado por los ministerios del Medio Ambiente y de Transporte. La implementación de la Norma Euro V reduce el nivel de contaminación en un 80 %, debido a que sus emisiones de gases son más filtradas, más compatibles con el medio ambiente y por tanto con el ser humano. Esta tipología de buses está dotada con un motor más complejo, con inyección electrónica. La explicación es del presidente de la Asociación de Transportadores del Valle de Aburrá (Asotransvaa), Juan Gonzalo Merino.
A su turno la abogada Isabel Cadavid explica que en la ciudad la desintegración física de buses, taxis y microbuses, está reglamentada por la Resolución 1131 de 2009. Se produce cuando estos carros cumplen su vida útil (veinte años), y deben salir del parque automotor rodante, para reponerlos con nuevos vehículos de alta tecnología y que no sean tan contaminantes. La desintegración de automotores se produce casi a diario, señala, pero no impacta en el número de aparatos en circulación, porque cada unidad que sale se repone de inmediato.
< Juan Gonzalo Merino, presidente Asociación de Transportadores del Valle de Aburrá
No es el caso del programa de racionalización, resultado de la implementación del sistema metroplús, del Programa del Transporte Público de Medellín (TPM) y de los cambios que traerá el tranvía.
En ese sentido, Juan Gonzalo Merino explica que en el Valle de Aburrá había cerca de 7.300 buses, busetas y microbuses (4.250 sólo en Medellín). En la primera racionalización salieron 255 vehículos y 415 en la segunda, para sumar 670 retirados, que dieron entrada a 253 buses para las cuencas 3 y 6. Este proceso se ha cumplido en los dos últimos años. Ahora bien, con la entrada en servicio del tranvía y los cables se pretende sacar otros 276 buses.
Reubicarán estación monitora
Los investigadores advierten: si no se dispone de estaciones bien ubicadas para monitorear la calidad del aire resulta imposible ubicar episodios críticos de contaminación, como el producido por el reciente incendio en las laderas de Santa Elena, que debió afectar en mayor medida a niños y ancianos. ¿Cuántas consultas médicas pudo originar ese episodio?
“Nosotros creíamos en algún momento que en El Poblado no había problemas de contaminación ambiental en la partes altas. Pero la estación llamada Une Poblado (al sur, por Loma de los Balsos), de la red de monitoreo de la calidad del aire, dio una sorpresa: los niveles de contaminación registrados no son bajos”, revela el docente José Fernando Jiménez.
Se propone instalar este equipo, hoy inactivo, cerca de la calle 10 con la Avenida El Poblado, para optimizar su uso
La estación está apagada desde el 15 de julio, porque debe ser reubicada, trámite que adelanta el Área Metropolitana. El profesor Jiménez sugiere que sea instalada en un sector más central (el ideal: calle 10 con avenida El Poblado). “Es que no conocemos los niveles de contaminación que están afectando al grueso de la población que circula por estas áreas. Estamos revisando la red de monitores y quisiéramos ver si la gente está respirando un aire más contaminado de lo que estamos detectando”, añade.
No es fácil encontrar un lugar de ubicación que ofrezca seguridad para los equipos. No hay cultura ciudadana para respetar la estación y se llevan o destruyen las partes exteriores del equipo. La idea es encomendarlo a alguna institución privada o pública, a la Junta Administradora Local o a una Junta de Acción Comunal. Pero se necesita una mayor disposición de la ciudadanía para permitir que queden bien ubicadas, en el lugar más representativo de donde están las personas.
Cuando una estación detecta un incremento súbito y sostenido de contaminación, la autoridad ambiental debe emitir la alerta respectiva. Pero sin instrumentos no existe tal posibilidad. “Por favor, ¡que nos ayuden!”, clama el investigador.
El Municipio espera solucionar diferencias con los propietarios del lote del Casino San Fernando Plaza para completar la calzada norte de la Prolongación de la Loma de Los Parra
Actualmente se está finalizando el lleno para hacer la estructura de pavimento de la vía. La intervención total comprende: dos calzadas, cada una de 7 metros para dos carriles, un separador de 2 metros y dos andenes de 2 metros
Por Luisa Martínez
La Prolongación de la loma de Los Parra, tramo 2, que va desde la carrera 43 C hasta la Avenida El Poblado (carrera 43 A), y que hace parte del proyecto de Valorización de El Poblado, está a un mes de entrega, de acuerdo con el cronograma del Consorcio AS 2014 y Fonvalmed: 18 de agosto de 2015. El tramo 1 va desde la carrera 43 C hasta la carrera 43 D y ya está terminado.
Según Fonvalmed, las labores que se están realizando en el tramo 2, como la instalación de las redes de acueducto, aguas lluvia y aguas servidas faltantes, “son relativamente rápidas porque no hay que cavar mucho” y una vez se termine el lleno, se pone la base de pavimentación. Sin embargo, teniendo en cuenta que, según el nuevo POT, las obras no se pueden entregar sin el urbanismo terminado, es un hecho evidente que la obra necesita más tiempo. Cabe anotar que la obra comenzó en noviembre de 2014 y que el cronograma inicial, previsto para mayo, se amplió otros tres meses debido a las dificultades en las actividades preliminares, como el manejo ambiental, la compra de predios y la autorización del Área Metropolitana para hacer la tala correspondiente de los árboles de esa zona, que era la cuenca ya canalizada con un boxculvert, de la quebrada Guadalajara, y que los vecinos apreciaban como un “bosque”. Según aclara el equipo de Fonvalmed, los ingenieros forestales definieron que “técnicamente no era un bosque” y que muchos de los árboles que se talaron allí se encontraban en mal estado. Pero esto no es lo que expresan algunos de sus residentes: “Nos cambiaron un bosque por un tráfico de vía principal” y eso ya no tiene vuelta atrás.
La calzada sur va a quedar, por el momento, con un solo carril, hasta que se pueda intervenir la calzada norte
Ahora su inquietud es con el futuro funcionamiento de la vía, puesto que hasta ahora, los dueños del lote donde se ubica el Casino San Fernando Plaza, no han llegado a un acuerdo con la Administración Municipal sobre parte de los predios que Fonvalmed necesita para entregar la obra completa. Tal como confirma Joaquín Ramírez, ingeniero supervisor de Fonvalmed, “la intervención de la calzada norte va desde el parqueadero del casino, pero hasta que el problema no se solucione no podemos intervenir”. Según Fonvalmed, Planeación informó que “la parte de la obra en el sector del casino era una obligación vial (urbanística)” por lo que Fonvalmed solicitó iniciar el proceso de construcción “sin la inclusión de la parte de obra correspondiente a ese tramo de vía”. También asegura que en la Inspección 14B se está analizando el caso y que, según la decisión, el panorama sería el siguiente: “Si la situación se define a favor de la Alcaldía, el casino entraría a cumplir con la obligación urbanística de ese costado; si falla en contra del municipio, se haría una oferta de compra para ese predio, y si no lo aceptan, se entra a expropiar. Una vez expropiado actuaríamos para terminar la doble calzada”. De hecho, si esa situación se resuelve rápido, se podría hacer un contrato adicional para intervenir con el mismo constructor, según afirma el funcionario.
El lote en donde está el edificio del Casino San Fernando Plaza es de propiedad de Inversiones Euro. Ante la situación, Carlos Mario Rueda, gerente administrativo y financiero de Inversiones Euro, afirma que la obligación urbanística no fue definida en la licencia otorgada, por lo tanto, solo están dispuestos a vender el predio: “El Municipio está buscando que se le entregue una franja a título gratuito, de un terreno que es nuestro. Nosotros mostramos a la Inspección 14B la titularidad del terreno. Ellos argumentan que había una obligación urbanística, pero esta no existe. Si hubiera la obligación ellos tendrían la titularidad del lote y en la licencia, aprobada por la curaduría, que era para remodelación, no había obligación. Como Inversiones Euro estamos en la mejor disposición de vender la franja de terreno”.
En el caso hipotético de que por ahora no se resuelva el tema de la vía, según Fonvalmed, es probable que entre en funcionamiento un carril en un solo sentido (oriente-occidente), pero esa decisión sería de la Secretaría de Movilidad. También aclara que el cambio de normas retrasó la adquisición de los predios y “no queremos generar una preocupación, sino hacer el debido proceso y la entidad está pendiente de este tema para cumplirle a la comunidad”.
Preocupación por impacto ambiental Pero arrasar una zona verde sin resolver esa situación es la que no perdonan los residentes: “Es inconcebible que las obras se inicien sin tener la compra de los predios y los permisos (…) La perla de la improvisación es haber iniciado sin tener resuelta la situación del lote del casino. Nos preocupa también que se hable de priorizar al peatón y las aceras sean tan estrechas –de 2 metros de ancho–, sin una franja de antejardín para sembrar árboles y evitar el aumento de temperatura. No vemos ninguna compensación ambiental para el sector y lo que nos tiene más molestos es que el cobro de la Valorización es inversamente proporcional al beneficio que obtenemos”, expresa indignado Juan Guillermo Osorio, residente de la unidad residencial El Condado.
Según Fonvalmed, el valor inicial total de la obra era de 7 mil 467 millones 096 mil 787 pesos y el valor actual es de 7 mil 544 millones 485 mil 549 pesos. Por ahora la obra avanza y otros vecinos coinciden con el buen desarrollo y manejo de la obra. Por ejemplo, doña Oliva Calle, habitante del Conjunto Residencial Uno Sur, aunque le molesta el ruido, ve que los operadores “son unos muchachos muy ordenados. Todos los días llegan cumplidos y les toca trabajar muy duro”. Por su parte, la ingeniera civil Adriana Peláez, también residente de Uno Sur, piensa que “aunque la ejecución de la obra, en sí, está bien, los vecinos no estamos de acuerdo con un proyecto que se traza sobre una quebrada y que no hace mayor diferencia porque solo se ahorran unos 20 metros y la vía igual estará semaforizada”. Su preocupación, en general, es por la reforestación y las zonas verdes. Sobre el tema ambiental, Joaquín Ramírez asegura que sembrarán árboles en los taludes, en el separador central de la vía y en las unidades residenciales vecinas para recuperar la fauna.
La meta de una pelea saludable es que las dos partes queden satisfechas
/ Carolina Zuleta
La mayoría de personas asociamos una pelea con palabras hirientes, rabia, y dolor. Muchos hemos aprendido a evitar el conflicto para no tener que enfrentar estos sentimientos dolorosos. El problema es que no pelear y guardarse lo que sentimos, nos distancia de las personas que más queremos tener cerca. Cada que no expresamos nuestros resentimientos, es como si pusiéramos una almohada entre nosotros y la otra persona, y cuando menos pensamos, tenemos tantos resentimientos guardados, tantas almohadas entre los dos, que cuando nos queremos dar un abrazo no alcanzamos. Pelear o discutir puede ser molesto, pero cuando aprendemos a pelear de una manera responsable, estas discusiones se vuelven esenciales para tener relaciones transparentes, reales y cercanas. Aquí te comparto cinco consejos para tener peleas más efectivas.
1. Toma el 100 por ciento de la responsabilidad de tus palabras, sentimientos y actos. Evita decir frases que empiecen con “nunca” o “siempre”. Evita culpar al otro o justificar tus acciones. Expresa tus sentimientos con frases como “tengo rabia” en vez de frases como “es que tú me sacaste la rabia”. Reconoce tus errores y pide perdón cuando realmente lo sientas.
2. Honra los sentimientos. Todos deseamos ser vistos, escuchados y validados. Cuando estás en una pelea, honra todos los sentimientos presentes. Evita frases como “no deberías estar tan bravo” o “¿te vas a poner a llorar por eso?”. Si tú o la otra persona están tristes, bravos o dolidos, es importante respetar esos sentimientos y confiar que la otra persona se siente así por una razón válida. Al honrar los sentimientos, estás respetando la experiencia del otro.
3. Toma solo el 50 por ciento de la responsabilidad por la pelea. En una pelea entre dos personas, siempre hay responsabilidad de los dos lados. Algunas personas tienden a responsabilizarse por todo y piden perdón por aquello que no es suyo. Y otras tienden a poner toda la responsabilidad en el otro. Siempre que estés en un conflicto, recuerda que hay dos personas y que los dos tienen su parte.
4. Recuerda la regla 80/20. Muchas veces nuestras reacciones en un conflicto son más fuertes de lo que el conflicto genera. Digamos que en una escala de 1 a100, tienes rabia a un nivel de 100 y notas que 20 de 100 son por este conflicto. Los 80 restantes se deben a que la pelea tocó una herida que has cargado por muchos años. Aprovecha la ocasión para entender realmente qué es lo que te molestó y qué heridas del pasado no has sanado.
5. La meta es la satisfacción. El objetivo de una pelea saludable es que las dos partes queden satisfechas. Es decir, que las dos personas sientan que fueron escuchadas, vistas y validadas. Que los dos expresaron lo que sentían y pensaban y se llegó a una solución que funciona para los dos. Si al final de una pelea no te sientes satisfecho, no te rindas. A veces para sentir la satisfacción se necesitan varias conversaciones. [email protected]
67 familias de Continental Towers aseguran que no solo ellas, sino 2.000 copropietarios más, se verán afectados por la decisión
En un comunicado con fecha del 16 de julio de 2015 y firmado por María Cecilia Posada, representante legal de la constructora Alsacia CDO S.A., se anuncia que los auxilios de habitabilidad que venía pagando la constructora a los habitantes de Asensi y Continental Towers, edificaciones evacuadas luego del colapso de la torre 6 del edifico Space, no se pagarán más. “Continuamos en nuestro empeño de realizar los activos para proceder con los reforzamientos requeridos. Sin embargo, como se ha mencionado, no nos es posible continuar con el pago de los auxilios”. Así finaliza el documento.
CDO: “Continuamos en nuestro empeño de realizar los activos para proceder con los reforzamientos requeridos. Sin embargo, como se ha mencionado, no nos es posible continuar con el pago de los auxilios”
Los auxilios para las familias afectadas en Continental Towers eran de 3 millones de pesos mensuales y para las de Asensi de 2 millones 250.000 pesos. El grupo constructor CDO suspendió el pago de los auxilios desde julio. Las reacciones no se hicieron esperar, y tanto las 67 familias del edificio Continental Towers como las 76 de Asensi alzaron su voz de protesta. Mediante un comunicado, las familias de Continental Towers aseguran: “La única muestra de responsabilidad que estaba dando la familia Villegas, propietaria de la constructora, ante esta enorme tragedia humana y social era el pago de este auxilio, con el cual se compensaba en parte la necesidad de las familias evacuadas de pagar un arriendo mientras se encontraba una solución definitiva al tema”.
También exigen a la Superintendencia de Industria y Comercio –SIC–, que haga valer la orden dada a la constructora mediante la Resolución 1389 en el sentido de mantener el pago de los auxilios de habitabilidad hasta tanto haya una solución definitiva al problema y hacen un llamado urgente a las autoridades a las cuales les compete. A la Superintendencia de Sociedades “para que en el marco del proceso de reorganización del grupo empresarial CDO que actualmente llevan a cabo, se priorice sobre la situación de la gente y se encuentren los mecanismos de protección necesarios, para que podamos recuperar el patrimonio”, a los gremios, en especial la SAI –Sociedad Antioqueña de Ingenieros y Arquitectos– y a Camacol, a los que consideran que han mostrado indolencia y silencio, para que inviten a CDO a responder como es debido. A las universidades, para que promuevan un debate ético en torno al tema, a la Alcaldía de Medellín para “que retome este asunto que parece haber olvidado”, y a otras instituciones del orden municipal y nacional como la Personería de Medellín y a la Defensoría del Pueblo, a las que les ruegan: “No nos abandonen y actúen con decisión para que no se vulneren más nuestros derechos”. Así mismo, manifiestan que no dan tregua en su lucha por la búsqueda de la restitución de sus derechos: “Seguiremos con dignidad y firmeza acudiendo a todas las instancias que nos permite la Constitución y la ley, para reclamar que opere la justicia. Y estamos estudiando la posibilidad de acudir a las instancias internacionales que sean necesarias y pertinentes, para encontrar la reparación justa a esta terrible situación”.
Asensi en el limbo Por su parte, los copropietarios de Asensi aceptaron el pasado 14 de abril, en asamblea extraordinaria, el plan de reforzamiento estructural para su edificio, propuesto por CDO. La decisión de aceptar la propuesta fue tomada con la condición de que la constructora se comprometiera a continuar pagando los auxilios de habitabilidad hasta que se finalizaran los trabajos, explica Leana Catalina González, propietaria del apartamento 523 de la torre dos, del edifico Asensi. Las obras de refuerzo en Asensi aún no han comenzado.
Si nos atenemos a las voces consultadas para elaborar este cuadernillo sobre la comuna 10 (La Candelaria), el Centro de Medellín entró hace varios años en un creciente proceso de deterioro que no ha sido posible frenar y cuyo efecto más perturbador es la inseguridad. Desde mediados de los 90, las alcaldías de turno han intentado conjurar los males de La Candelaria con algunas obras y paños de agua tibia, entre ellos la llamada Gerencia del Centro. Pero a la lupa del tiempo, está claro que los esfuerzos han sido insuficientes y no se ha logrado detener la decadencia, la destrucción de bienes patrimoniales, la pérdida del sentido de pertenencia, la sensación de que es territorio de nadie, la mezcla caótica de usos del suelo, la proliferación de bandas criminales de mucha y de poca monta, pero suficientes para atemorizar y ahuyentar a los habitantes y visitantes y degradar el núcleo, el lugar más importante de toda urbe que se respete.
Y son paños de agua tibia esas obras y acciones puntuales emprendidas para mejorar la comuna 10, porque allí también confluyen otras realidades contundentes. Por ser precisamente el centro, al Centro llegan todas aquellas personas marginadas, desempleadas, desplazadas, que han ido poblando las laderas de Medellín sin más opción que el rebusque, las actividades informales de todo tipo. A la par, han incidido de manera negativa, claro, las mutaciones del narcotráfico, con secuelas que aún no terminamos de ver y padecer: las sórdidas cuevas, las plazas de vicio; los herederos de los carteles desmantelados, resucitados, atomizados, del gusto por el dinero fácil y la muerte atroz, y la aterradora horda de personas, ya de fama internacional, que consumida por las adicciones deambula por Medellín.
Otro factor que para muchos influyó en el deterioro del Centro fue la construcción de la Avenida Oriental y la fractura que hizo a la antes aristocrática zona residencial de Medellín. Igualmente, se le atribuye su “guayaquilización” a la irrupción que hizo el metro por la carrera Bolívar. Estos y otros factores han hecho del Centro lo que es hoy. Pero hay esperanzas. Nuevas obras, sumadas a la creciente inversión social en las comunas, a las enseñanzas de los errores pasados y a la consciencia cada vez mayor de la necesidad de protegerlo, hacen pensar que empezó el resurgimiento del Centro y que por fin recuperará el esplendor que alguna vez tuvo.
Ubicación La comuna 10 (La Candelaria), más conocida como el Centro de Medellín, está ubicada en la zona centroriental de la ciudad. Limita por el norte con la comuna 4 (Aranjuez); por el oriente con las comunas 8 (Villa Hermosa) y 9 (Buenos Aires); por el sur con la comuna 14 (El Poblado), y por el occidente con las comunas 7 (Robledo), 11 (Laureles – Estadio) y 16 (Belén). La Candelaria es considerada el centro fundacional, histórico y patrimonial de la ciudad. Extensión: 609 hectáreas.
Barrios A la comuna 10 la conforman 17 barrios: Prado, Jesús Nazareno, El Chagualo, Estación Villa, San Benito, Guayaquil, Corazón de Jesús, Calle Nueva, Perpetuo Socorro, Barrio Colón, Las Palmas, Bomboná No. 1, Boston, Los Ángeles, Villa Nueva, La Candelaria y San Diego.
Viviendas De acuerdo con la Encuesta de Calidad de Vida Medellín 2013, en la comuna La Candelaria hay 30.375 viviendas: 16.002 en estrato 4; 11.045 en estrato 3; 2.210 en estrato 2 y 1.118 en estrato 5Población y edades Según la misma Encuesta, la comuna 10 tiene 85.323 habitantes, de los cuales 43.711 son mujeres y 41.612 son hombres. De 0 a 14 años hay 10.668 personas; de 15 a 24 años, 10.093; de 25 a 34, 14.289; de 35 a 44, 10.923; de 45 a 64, 26.834 y de 65 años o más, 12.516 personas.
Seguridad De acuerdo con datos suministrados por la Alcaldía de Medellín, con base en el Sistema de Información para la Seguridad y la Convivencia (Sisc), entre el 1 de enero y el 30 de junio de 2015 los homicidios en la comuna 10 (La Candelaria) se redujeron en un 43 por ciento en comparación con el mismo periodo de 2014, al pasar de 68 a 39. Con respecto a igual lapso de 2013, cuando hubo 80 homicidios, disminuyeron el 52 por ciento. Los días sin homicidios durante el primer semestre de 2015 aumentaron, al pasar de 132 el año pasado, a 148 en 2015. Sin embargo, la comuna 10 sigue presentando la tasa de homicidios más alta de la ciudad. Otro índice que mejoró fue el de hurto de vehículos, al pasar de 78 en el primer semestre de 2014, a 63 en el mismo periodo de 2015. En la comuna 10 hay 66 cuadrantes de Policía y 266 cámaras de videovigilancia instaladas.
Vale la pena preguntarse qué tan significativas son las soluciones que se han logrado para combatir la drogadicción a través de los datos y encuestas tradicionales
Según el estudio Comportamiento de las adicciones en El Poblado, realizado por la Universidad CES y la Secretaría de Salud de Medellín en 2014, se incrementó en la comuna 14 el consumo de drogas y de licor. Las cifras del informe indican datos como la edad promedio de inicio de consumo y los factores principales que conducen a estas actividades, así como algunas medidas para contrarrestar los índices.
Progresar en la reducción del consumo también implica más trabajo empírico para descifrar qué funciona a la hora de combatir y corregir el problema. Sabemos que el abuso de sustancias no es simplemente el resultado de una mala elección. Es una enfermedad biológica, sicológica y social. Es decir, si bien las elecciones que toman las personas cumplen un papel determinante en una adicción, no son las únicas culpables. Entender eso es importante, pues uno de los factores que a menudo se pasa por alto es la trascendencia del apoyo social. Desafortunadamente, en la fallida guerra contra las drogas también hemos desatado y declarado una innecesaria guerra contra los consumidores a través de la estigmatización. Mientras más se comprenda el uso y el abuso de las drogas como un problema de salud, más se podrán sanar sus repercusiones. Pero seguimos quedándonos cortos.
Hace poco más de un año, el New York Times publicó una discusión de uno de sus foros en línea, en el que preguntaba a varios expertos ¿qué es la adicción? Se les pedía que opinaran si las adicciones son un desorden, una enfermedad, materia de debilidad humana, o algo diferente. En ella se habló en profundidad sobre los esfuerzos científicos de los últimos 25 años para desarrollar medicamentos que bloquean los efectos de recompensa que producen las drogas en el cuerpo y sobre la posibilidad de desarrollar una vacuna para prevenir la adicción a la cocaína. Ese conocimiento y esa discusión es más que válida y necesaria, así como lo son las encuestas y estudios de los índices de consumo, del origen de la adicción y si se llega a ella por curiosidad u otro medio. Sin embargo, uno de los puntos que sobresalen en el foro mencionado –para tratar de ir más allá en la discusión–, es que al enfocarnos en el debate de si la adicción es una enfermedad o una elección, y al centrarnos en las estadísticas del consumo, nos alejamos de otras discusiones que, quizá, son igualmente importantes: ¿cómo se dan los casos de recuperación y rehabilitación de forma exitosa? ¿por qué se invierte poco en el estudio de los buenos resultados?
Shawn Achor, psicólogo de la Universidad de Harvard y uno de los especialistas más reconocidos en psicología positiva, plantea que la manera de acercarse a las soluciones sociales a través del estudio de la enfermedad es mucho menos eficiente que a través del entendimiento de la cura. Esa ruta, aplicada a la drogadicción, nos debe interesar, al menos, tanto como saber cuántos adictos hay y cómo llegaron a exponerse a las drogas. Vale la pena preguntarse qué tan significativas son las soluciones que se han logrado a través de los datos y encuestas tradicionales. Y de paso, preguntarse qué tanto se puede beneficiar la sociedad al enfocarse en el estudio de la recuperación de un adicto: ahorro en costos de salud, del sistema legal, en perjuicios y daños hechos lejos de la sobriedad, etcétera.
La organización Rostros y Voces de la Recuperación (en Estados Unidos) publica anualmente una encuesta titulada La Vida en la Recuperación que documenta los dramáticos resultados positivos de las personas que entran en programas de rehabilitación efectiva y que afectan a toda la comunidad: empleo estable, ahorro, educación, participación en actividades familiares, voluntariados y creación de empresas. ¿Qué tanta información tenemos nosotros sobre aquellas personas que han tenido un éxito medible en su proceso de rehabilitación? Este tipo de estudios existen para determinar cómo se sostiene en el tiempo la recuperación de pacientes con cáncer o sida y qué factores inciden en los casos de remisión. ¿Por qué no abundan para las adicciones?
“Miré los muros de la tierra mía, Si un tiempo fuertes ya desmoronados” Francisco de Quevedo
1. Instrucciones para quienes van al Centro
Se recomienda no dar papaya. No mostrar el miedo. No dar visaje. Estar pendientes a cuatro ojos. Si alguien se acerca con intención de cosquilleo, no revirar, no decir nada (nunca andan solos y son peligrosos). No llevar mucha plata, ni objetos de valor. Llevar el bolso adelante y bien pegado al cuerpo. Usar zapato bajito que permita correr. Mirar a los lados. Poner cara de pocos amigos. Caminar rápido y con determinación. Encomendarse a los santos y a la Virgen, de preferencia a Nuestra Señora de La Candelaria.
2. Un poco de historia
Cuenta la historia que el cráter donde hoy rebulle la capital mundial de la verraquera fue descubierto en 1541 por un grupo de exploradores sin caminos que llegaron por donde hoy queda Robledo. Dicen que la ciudad no fue fundada por don Miguel de Aguinaga, sino por Francisco Herrera Campuzano, en 1616. Lo que hizo don Miguel fue oficializarla como villa y ponerle ese nombre de pueblo extremeño con el que casi todo el mundo la ha conocido. Se ha dicho que la ciudad empezó en el Poblado de San Lorenzo, pero todo indica que su primera actividad comunitaria ocurrió cerca del Centro, en un lugar conocido como el alto de las sepulturas. En ese sitio, con prácticas carroñeras, violando la paz de las tumbas indígenas empezó la Bella Villa. Su nombre original fue Nuestra Señora de la Candelaria de Aná.
Medellín recibió el título de ciudad en 1813, junto con Marinilla, y así alcanzó el nivel que ya tenían Santa Fe de Antioquia y Rionegro. En 1890, el Concejo expidió un acuerdo que regulaba la construcción de edificios, apertura y pavimentación de vías, acueducto y alcantarillado, y hasta la forma de las ventanas, para que no obstruyeran el paso de peatones. El Parque de Bolívar se inauguró en 1892, con motivo del cuarto centenario del descubrimiento. Ese mismo año, la quebrada de Aná pasó a llamarse Santa Elena y se conformó el paseo público de la Avenida de La Playa.
Jubilados, comerciantes y transeúntes confluyen en las calles y pasajes del Centro de Medellín. Fotografía tomada por Róbinson Henao en julio de 2015
Desde la mitad del siglo 18 se trazaron calles, así como las salidas a Rionegro (Ayacucho), a Marinilla (La Ladera), a Bermejal (Bolívar), a occidente (Boyacá y Colombia) y a El Poblado y Envigado (La Asomadera o Avenida El Poblado). En 1895, la plaza principal, donde estaba y hoy perdura la iglesia de La Candelaria, recibió el nombre de Parque de Berrío. A finales del siglo 19 se elaboró el plan llamado “Medellín futuro”, que orientó el desarrollo de la ciudad: en 1905 se inauguró el primer tranvía tirado por mulas (tranvía de sangre), en 1914 llegó el Ferrocarril de Antioquia, en 1925 arrancó el funcionamiento de los tranvías eléctricos, y en 1928 se cubrió totalmente la quebrada Santa Elena. En 1940 empezaron las obras de canalización y rectificación del río Medellín, a lo largo del Valle de Aburrá. El Hotel Nutibara fue construido en 1945. A finales de los años 40, realizados los trabajos en el río y por la expansión urbana hacia el occidente (Otrabanda), fue necesario un nuevo plan para la ciudad.
Dicen que alguna vez Medellín fue una ciudad tranquila, de espíritu progresista, sanamente exaltado. Así la pintan los testimonios de principios del siglo 20. Los ricos se paseaban todos pinchados en sus autos de lujo, sin que los pobres parecieran resentirse por eso. En aquel tiempo todavía había temor de ir al infierno y ser pobre era aceptado como mandato divino. La gente se divertía en el Bosque de la Independencia o en el Hipódromo de San Fernando o en la retreta del Parque de Bolívar. En el club Cantaclaro había peleas de gallos. Se tomaba Carta Roja y se comían jamones de La Ceja y rellena de Envigado. La gente solía ubicarse por lugares precisos: la revueltería El Paraíso, el colegio de Lola González, el Salón Mariela, el Café Tal. En los cafés se tomaba ron don Félix y era posible encontrar cantantes de talento como “los negritos”, Julián y Obdulio. La gente comía prójimo pero rara vez lo mataba. Se contaban chistes de Cosiaca, y los limpiabotas eran tan cultos que tarareaban el Danubio Azul y la Traviata.
Comerciantes, transeúntes y rebuscadores de todo tipo confluyen en las calles y pasajes del Centro de Medellín. Fotografía tomada por Róbinson Henao en julio de 2015
Los urbanistas Paul L. Wiener y José L. Sert hicieron el Plan Piloto que proyectó la ciudad entre 1948 y 1950, el cual sugería, entre otras, la construcción de diversas avenidas y el diseño del nuevo centro de Gobierno. Algunas obras de impacto, como la Avenida Oriental (años 70) y el Centro Administrativo La Alpujarra (años 80), no estaban contempladas en ese plan, pero encontraron en él su inspiración. Entre 1950 y 1980 se agudizó el fenómeno de invasiones, dificultando el cumplimiento de los planes de crecimiento. La población se triplicó en 20 años, pasó de 358.189 en 1951, a 1.071.252 en 1973. Muchas edificaciones antiguas y otras de principios del siglo 20 fueron destruidas para hacer edificios de oficinas y vivienda.
En 1973 empezó la construcción de la Avenida Oriental, la cual cortó el vínculo natural entre los barrios residenciales Villanueva y Prado. Villanueva dejó de ser un sector de casas unifamiliares y pasó a estar ocupado por edificios de apartamentos. Años más tarde, se llenaría de inseguridad, prostitución, indigentes y droga. En 1987 se inauguró el Centro Administrativo La Alpujarra, en el sector que antes se conocía como Guayaquil. El 30 de noviembre de 1995 inició operaciones el metro. En el 2000 se inauguró Ciudad Botero. En 2002 empezó la construcción del nuevo sistema de transporte unido al metro: metrocable, que uniría el centro con los barrios populares de las comunas nororientales, hasta Santo Domingo Savio.
A partir de la segunda mitad del siglo 20 la ciudad se fue extendiendo y se volvió más compleja, pero el Centro siguió siendo “su centro” por mucho tiempo. Allí confluían los habitantes de todos los rincones, a hacer compras y gestiones, a encontrarse unos con otros. El Centro era la síntesis y el rostro de la ciudad.
Sólo en ocasiones especiales el Centro parecía inofensivo. Los árboles de La Playa se llenaban de frutos luminosos. Las vitrinas de Junín nos daban ideas para la lista del Niño Dios.
3. Apunte autobiográfico
Nací en el Centro, en una clínica que se llevaron las llamas. Pasé los primeros años de mi vida en barrios que no recuerdo, pero vivía en el Centro cuando empecé a ser consciente de las cosas: de una avidez que identificaba con mi nombre, del universo de la casa, de un mundo exterior agitado y peligroso.
Vivía en el Centro sin tener idea de lo que era el Centro o de que el Centro tuviera algo de particular. Lo más lejos que salía era a la esquina, cuando mi padre nos compraba vasitos de helado. El resto del tiempo lo pasaba de puertas para adentro, perdido en abstracciones, en mundos imaginados.
Circo Teatro España (barrio Boston). Además de las presentaciones del circo, contaba con un coliseo taurino, cinema y sala de conciertos. Fotografía tomada en 1934 por Francisco Mejía. Cortesía Archivo Fotográfico Biblioteca Pública Piloto
Sólo en ocasiones especiales el Centro parecía inofensivo. Los árboles de La Playa se llenaban de frutos luminosos. Las vitrinas de Junín nos daban ideas para la lista del Niño Dios. La fuente del Parque de Bolívar, con su danza caprichosa y sus aguas de colores cambiantes, era el lugar más fascinante de la tierra. Pero, el resto del tiempo, el Centro era como una fiera peligrosa a la que era mejor no provocar.
Las ventanas de la casa tenían alas de madera. Casi siempre que pienso en esas ventanas las recuerdo cerradas. Recuerdo el aire de ceniza, la oscuridad de los cuartos. Recuerdo el miedo que sentí aquellas noches en que la madera se estremecía con las piedras que lanzaban los estudiantes. Recuerdo los ruidos de los carros y los monólogos de los borrachos en la madrugada. En cierto modo, jamás he salido de la casa sombría del Palo con Ayacucho donde conocí al mismo tiempo el miedo y la alegría de estar vivo.
4. La ciudad que se devora
Las ciudades son voraces e insensibles, devoran tiempo y gente sin detenerse, mudan de piel en cada construcción que cae y se levanta, y guardan un silencio rotundo e indiferente. En las fauces del progreso fueron desapareciendo los lugares que habían llenado de orgullo a las generaciones del pasado. Desaparecieron el Teatro Junín y el Hotel Europa: donde cantaron y se hospedaron luminarias como Roberto Ledesma, Miguel Aceves Mejía, Daniel Santos, Agustín Lara y el mismo Carlos Gardel. Embriagados con la idea de progreso, no había tiempo para la nostalgia. Sucumbieron los teatros (el Medellín, el Bolívar, el Odeón, el Cid, el Ópera), el Hotel Bristol, el Pasaje Sucre, la Estación Villa, el Palacio Arzobispal, el Circo España, la Plaza de Cisneros, el edificio de Melitón Rodríguez, la casa de Tomás Carrasquilla, la de Pedro Justo Berrío, la de Ciro Mendía, el Cementerio San Lorenzo. Todo desaparecido.
A principios de los años 70, en un café de Junín, ocurrió el primer asesinato sicarial. La ciudad perdió la inocencia y la vida humana empezó a devaluarse. A finales de esa década, la ciudad parecía en guerra abierta contra su propio pasado. Empezaron unos cambios que la volverían irreconocible. Surgió un edificio que con algo de optimismo podía llamarse rascacielos. Empezaron a gestarse las tres obras que, a juicio de algunos, determinaron la “guayaquilización del Centro”: la destrucción de Guayaquil y su Plaza de Cisneros para hacer el centro administrativo, la construcción de la Avenida Oriental y la construcción del metro, en especial su paso elevado por la carrera Bolívar.
Las fotografías en las afueras del Museo de Antioquia, son escenas cotidianas en la comuna 10 (La Candelaria). Fotografía tomada por Róbinson Henao el 21 de julio de 2015
Al lado de aquellos cambios, empezó la deserción. Empresas y bancos se fueron a otro lado. La paz bucólica fue desapareciendo. El mundo estaba cambiando y surgieron negocios que les permitieron a los marginales hacerse más ricos que los viejos ricos. Así empezó a asomarse un resentimiento represado por décadas. Nuevo patrones señorearon.
Con el tiempo el Centro dejó de ser indispensable; mucha gente aprendió a vivir sin tener que visitarlo. Las congestiones desalentaban. La inseguridad se desbordó. Pero el Centro se resiste a la caída. Es la zona de la ciudad con más oferta cultural. Concentra importantes lugares como el Museo de Antioquia, la Plaza de Botero, el Centro Internacional de Convenciones y Exposiciones Plaza Mayor, los teatros Pablo Tobón Uribe, Metropolitano y otros, el Parque de los Pies Descalzos, centros comerciales y una oferta gastronómica que incluye lugares tradicionales como Versalles y el Ástor, así como —según algunos— la mejor pizza y pasta de la ciudad.
“Dicen que la decadencia del Centro no es más que una estrategia para abaratar las propiedades, que el resurgir vendrá cuando todo lo que vale se encuentre en otras manos”
5. Regreso del desterrado
Alguna vez volvió en busca de sus recuerdos:
Mi ciudad. La ciudad de mis pálidos recuerdos. El caótico conjunto de calles y de caras del que salí huyendo. Una mujer pidiendo dinero para irse a su casa. Un hombre que muere a solas en un cuarto. Un muchacho arrojándose a los carros porque ha tenido un mal viaje, suplicando entre el caos que se lo lleven de allí, de ese centro inhumano, de esa droga pesada. Un desfile de caras amargas. Ojos que miran desconfiados. Cuerpos con hambre de afecto. Un montón de recuerdos que ya no son nada. Un viejo profesor arrastrando con decoro el peso de su vida. Una mujer que alguna vez amé y ahora la encuentro vencida. Montones de seres triturados por el tiempo, infinitas versiones del fracaso, del desencanto, de la desventajosa transacción que nos impone la vida. Un viejo amigo de papá que eligió la quietud y el derrame. Niños viajando al encuentro de su propia decepción. Seres que repiten dormidos las mismas rutinas de hace varios años. Calvicies, arrugas, ojos apagados, rostros pálidos que hace siglos no se encuentran con el sol. Mi ciudad. Su frío indeciso. Su lluvia sin alma. Un loco roñoso que prende un cigarrillo con otro que se acaba de fumar. Una mujer triste que vende cocteles amorosos. Un vendedor de billeteras con los ojos salidos en dirección a un pensamiento. Una señora con gafas oscuras y gestos tristemente prepotentes. Caras y caras, blancas como lápidas. Miradas que huyen. Andares sin ganas. Mi ciudad. Las escalas que una vez descendí confundido y derrotado. El lugar donde un beso o la humedad de un sexo, fresco y subestimado. Las aceras largamente detalladas de andar cabizbajo. Lugares fantasmas. Mujeres maquilladas y vestidas para nadie. Hombres que siguen siendo niños. Inválidos que venden buena suerte. Ciegos que cantan. Frentes arrugadas y silencio y soledad. Olor a jabón, a flores y a mierda. Caras paralizadas por el miedo, ruidos agresivos. Un niño llorando. Seres domesticados que viajan en frágiles burbujas, ventanas arriba, bien aseguradas, sufriendo en silencio, temiendo. Vagones y buses repletos, tumultos de sombras, bolsos y bolsas fieramente agarradas. Caras dementes mirando y buscando, hurgando en los otros, retando, llamando, pidiendo palabras y atención y afecto o insultos y rabia.Una limpieza veloz en la fuente del Parque de Bolivar. Fotografía tomada por Róbinson Henao el 21 de julio de 2015
6. El fin se acerca
Para algunos el Centro es feo e inhóspito, una olla podrida, un tumor maligno, un territorio de cartelitos criminales y de enganchados en la droga, un paraje salvaje en el que no hay que aventurarse, a menos que sea por razones de fuerza mayor. “El Centro está muy peye”, dice Merceditas. “Su sordidez y su miseria son deprimentes”, sostiene Mónica. “El Centro es muy bonito”, replica Consuelo. “Nunca me han atracado”. “Aquí se juntan lo noble y lo oscuro”, dice Efraín, mirando hacia los lados. “Hay fuerzas ocultas, intereses extraños”. “Va a quedar muy bonito cuando lo terminen”, dice Omaira. “El Centro es una cosa toda rara”, dice la gerente de un local. “El Centro parece un mundo aparte”, dice Miguel. “Un territorio en otro tiempo y espacio, un hueco inmenso cuya vida transcurre en otra dimensión”.
“Los que vivimos y trabajamos en el Centro tenemos la casa por cárcel”, dice Leonardo. “Somos como una casa donde hay unos cuadros muy lindos”, dice el párroco de la catedral, “pero detrás de esos cuadros hay miseria, dolor, injusticia social”. “Es un asunto de estratos”, dice Melina. “Hay gente que toda la vida ha ido al Centro y sigue yendo. Lo que pasa es que los de los estratos altos prefieren las burbujas de los centros comerciales”.
Las ventas en el pasaje Carabobo, otra escena cotidiana en la comuna 10 (La Candelaria). Fotografía tomada por Róbinson Henao el 21 de julio de 2015
“Calcúleme la edad”, dice don Octavio. “Aquí donde me ve, tengo ochenta y cuatro años. Cada día, religiosamente, vengo a sentarme en este café. Doy propinas generosas y las meseras me llaman ‘mi amor’”. “Los habitantes del Centro sabemos que después de las seis de la tarde ya no hay seguridad”, dice Joaquín. “Sabemos que las cámaras que resguardan el sistema financiero no nos protegerán y que hasta los policías se encierran en el CAI”. “Cuentan que unos inversionistas españoles estuvieron recorriendo el sector”, dice Adolfo. “Dicen que la decadencia del Centro no es más que una estrategia para abaratar las propiedades, que el resurgir vendrá cuando todo lo que vale se encuentre en otras manos”.
“Medellín, mi ciudad, no me gusta”, dijo hace poco en su muro de Facebook el poeta Elkin Restrepo. “Creo que ha colapsado y que, si se quiere llevar una existencia como se debe, habrá que ir pensando en abandonarla. Pienso en lo que este deprimido y angustiante escenario será en un año o dos y cuento los días porque, como oye uno por ahí, el fin se acerca”.
7. Y sin embargo…
Regreso al Centro con ojos dispuestos a ver la ruina, y sin embargo siempre hay algo que se resiste a la conmiseración. Miro desde el balcón de la plataforma del metro y empiezo a encontrar motivos para expresar el desastre: el Parque de Berrío convertido en sótano al aire libre, la gorda de Botero —el tema de mi primer texto periodístico— reducida a fichita perdida de ajedrez, los grupos de atracadores en busca de incautos… y sin embargo el parque está lleno de vida y en el medio hay un tranvía que promete, en un futuro cercano, paseos agradables. Recorro hoy con recelo el Guayaquil por donde me paseaba sin temor cuando era niño, entre charcos hediondos, mirando intrigado a las mujeres de billetera bajo el brazo y medias de lana hasta la rodilla… y sin embargo me pregunto qué había en aquel pasado que valiera la pena conservar. Voy viendo los lugares donde hubo librerías… y sin embargo la oferta permanece, en pasajes, en puestos ambulantes, el que quiera leer seguirá hallando algún libro de interés. Veo la catedral cerrada, y como ofendida, frente a la sordidez del Parque de Bolívar. Veo a un hombre macilento bañarse y lavar su única muda de ropa en la fuente a esa hora sin chorros y sin luces. Veo los territorios, los personajes: el travesti que se alquila, el muchacho de mirada insolente, la anciana en silla de ruedas que vende cigarrillos… y sin embargo hay algo hermoso que palpita entre las cenizas.
Veo el árbol que dio sombra a la muerte de mi padre… y sin embargo es bello el verde de sus hojas. Veo la oferta del porno más atroz a la puerta de la iglesia de La Candelaria… y sin embargo siento que la zoofilia que me ofrecen dará pan a una familia, y que el misterio que habita en esa iglesia sirve para entender esa terrible paradoja.
Veo a la gente acostumbrada a bajarles la cerviz a criminales, acobardada por decenios de abusos… y sin embargo veo nobleza y gente que trabaja y que ama lo que hace, y hay miradas embriagadas de esperanza y de futuro. Percibo en el ambiente los fantasmas de unos tiempos insensibles, sanguinarios… y sin embargo hay bondad en ese embolador cetrino y viejo que no sabe que existe La Traviata, en el rostro de ese niño que mira fascinado los globos de colores.
Oigo sirenas y canciones. Huelo nubes alucinógenas. Veo a las amigas ancianas que se encuentran para tomar el algo, los jubilados que resuelven los problemas del país, los artistas callejeros, las hipnosis colectivas, los trabajos en las calles, las luces, las palomas, el algodón de azúcar, los ruidos, las ventas, los tumultos… y, a pesar de todo el gris y de tanto desencanto, siento que en todo aquello hay una rara melodía, un esplendor que se asoma entre las ruinas, y entiendo que el afán de ver tan solo decadencia no es más que la tristeza del que sabe que se marcha y que, cuando se marche, el Centro seguirá como si nada, con su olvido desdeñoso, y que vendrán otras criaturas con sus sueños y temores, y habrá flores y palomas, y habrá fuentes luminosas, y habrá gente inconcebible que levante su mirada hacia las nubes y que piense que la vida, a pesar de sus miserias, no deja de ser hermosa.
El cronista
Gustavo Arango.
Comunicador social – periodista de la Universidad Pontificia Bolivariana. Es profesor de Español y Literatura Latinoamericana en la Universidad del Estado de Nueva York, en Oneonta.
Fue editor del suplemento literario de El Universal, en Cartagena, y recibió el Premio Simón Bolívar de Periodismo 1992, al mejor trabajo cultural en prensa. Es autor, entre otros, de los libros Un tal Cortázar y Un ramo de nomeolvides: García Márquez en El Universal. Recibió el Premio Bicentenario de Novela en México (2010), por El origen del mundo, y fue el autor homenajeado en la Feria Hispana/Latina de Nueva York 2013. Su libro más reciente, Santa María del Diablo, acaba de recibir en Estados Unidos el International Latino Book Award, a la mejor novela histórica en español. Es columnista de Vivir en El Poblado.
Personas que han estado vinculadas a la comuna 10 (La Candelaria), hablan desde la nostalgia sobre su transformación, las consecuencias de esta, y las expectativas frente al futuro
Víctor Bustamante
Escritor. “Aunque parezca contradictorio, Medellín se caracteriza por la ausencia de amor de empresarios, urbanistas, políticos y, en síntesis, de la élite paisa por el legado de sus antecesores. Solo les interesa la especulación inmobiliaria, construir edificios, sin preservar el patrimonio. Esa ciudad que fue construida por tantos e importantes arquitectos, y que antes de la década del 70 tenía cierta unidad urbanística, se fue acabando. El primer gran símbolo del Centro que se destruyó fue el Teatro Junín, el más hermoso que había en Medellín (…). Cada generación va desmantelando lo que dejó la anterior y va construyendo la ciudad a su gusto. No hay sentido de memoria ni de historia. (…). Si miramos fotografías del Parque de Berrío vemos que ha sido construido y destruido unas cinco veces. Muchos edificios de diversos arquitectos han sido tumbados para erigir otros y nadie dice nada. Tres obras de gran impacto y que causaron un daño inmenso al Centro y transformaron la arquitectura, fisonomía y la vida de esa área vital, son la destrucción de Guayaquil y su Plaza de Cisneros para hacer el Centro Administrativo, la construcción de la Avenida Oriental y la construcción del viaducto del metro por el Parque de Berrío…”.
Claudia Vásquez Comunicadora, empresaria. “Viví en Boston —tres cuadras arriba del parque— desde niña (desde el 67 hasta el 92). Para mí significaba barrio, amiguitos, jugar en la calle, había muchas familias que venían del oriente y se asentaron en ese sector. El Centro era otro universo, era la felicidad. Las amiguitas nos bajábamos a pie a conocer los ascensores de los edificios de La Playa, a ver la construcción del edificio Coltejer, de la Avenida Oriental. La otra aventura era ir a la cárcel de La Ladera, pero al escondido porque allá no nos dejaban ir. Nos tocó la época del gran impacto de la mafia, a finales de los 70 y principios de los 80. Algunas de las niñas lindas del barrio terminaron en manos de los mafiosos; la familia de la esposa de Pablo Escobar vivía cerca del Parque de Boston; hubo niñas que terminaron muertas en vendettas, en las drogas, o yéndose para Tokio como prostitutas. Las motos también crearon un gran impacto y muchos de los niños, cuando eran buenos motociclistas, fueron contactados para ser sicarios y terminaron muertos. Cuando me casé, viví en Bolivia con Mon y Velarde, y luego en las Torres de Bomboná pero en el 99 el Centro nos sacó, se volvió peligroso, las Torres cambiaron y empezó a pauperizarse el comercio, los locales grandes se dividieron en locales chiquitos, y el ambiente se volvió más pesado. Además, el Centro se fue envejeciendo, se quedaron las abuelitas porque los hijos se fueron a otros barrios, llegaron otras personas de un estilo distinto y uno ya no se sentía en el mismo lugar”.
Padre Bernardo Restrepo Párroco de la catedral Metropolitana. “El Centro es el lugar de confluencia de todas las personas que tienen que hacer sus vueltas, ir a sus lugares de trabajo, coger líneas de transporte, hacer compras o descansar. También es donde confluyen fenómenos de tristeza, como bandas que se relacionan entre sí para la extorsión, el microtráfico, el macrotráfico, la explotación sexual, la prostitución. Estamos hablando de una ciudad que es reconocida como la ciudad más innovadora del mundo (…). Somos como una casa donde hay unos cuadros muy lindos, pero detrás de los cuales hay mucha miseria, dolor, injusticia social, desempleo, lucha de clases y, lo que es más difícil de entender, hay demasiada pobreza, pocas oportunidades de trabajo y de estudio para muchas personas, sobre todo de los barrios populares. El Centro ha tenido una transformación muy grande, se volvió terriblemente caótico. Tiene barrios que denotan un olvido total de los mandatarios…”.
Leonardo Gómez Propietario de bar entre La Playa y Caracas. “Las personas que vivimos y trabajamos en el Centro tenemos la casa por cárcel. La vida nocturna no existe desde hace muchos años. Por eso a quienes les gustaba disfrutar de su diversión, cultura y recreación tuvieron que emigrar por la inseguridad que reina en la comuna 10. La Policía pasa por el Parque del Periodista echando a la gente para la casa, sin que esté sucediendo nada. La justificación es la inseguridad. Pienso que es para ellos poder refugiarse tranquilos, porque a veces llegan destacamentos hasta de 30 policías y lo que hacen es decirle a la gente que se vaya para la casa. ¿Por qué no cuidan el viaducto del metro? Esa zona está tomada por la ilegalidad y por los indigentes. Ni siquiera la autoridad llega hasta esos lugares para recuperarlos. Ahora también los comerciantes están perjudicados con el bloqueo de las calles por hacer todos los trabajos al tiempo…”.
Estela Alzate Administradora Astor de Junín. “Trabajo en el Centro hace 22 años. Me parece que el Centro ha tenido muy pocos momentos de tranquilidad. En los últimos años he visto un deterioro muy grande, qué pesar. Siempre he pensado que el Centro debería ser un lugar muy privilegiado como en otras ciudades del mundo. Creo que en Medellín ha faltado mucho compromiso con el Centro, hay mucha inseguridad, la mayoría del tiempo es muy descuidado. Las gerencias del Centro no han sido para nada protagonistas, su papel ha sido el de un acompañamiento muy regular. Pienso que lo que más falta es continuidad de un programa serio, porque todo es muy momentáneo; ha faltado seriedad, no hay seguimiento. Yo le pediría a un gobernante tres cosas: seguridad, seguridad y seguridad”.
Gabriel Abad Comunicador social. Empresario “Vivía en la carrera La Unión, entre La Playa y Maracaibo; eran cuadras chiquitas y callecitas cerradas y cuando tenía nueve años empezaron a hacer la Avenida Oriental y a tumbar lo que es hoy el Parque San Antonio, que era un barrio hermoso, de casas muy humildes pero muy bonitas. Y siguieron tumbando, pero quebró la obra de la Avenida Oriental y quedaron destruidas como cinco o seis cuadras, desde San Antonio hasta Bolivia o Perú. Eso quedó desbaratado como tres o cuatro años —lo que es hoy El Paso, el Camino Real— e hicimos cancha de fútbol, diamante de béisbol, pista de ciclocross, teníamos donde jugar en todas esas ruinas. Fue muy tenaz porque se fueron todos los niños del barrio porque les tumbaron las casas y no quedamos sino algunos. En el separador central de la Avenida Oriental era donde estaban todos los patios de esas casas. He querido el Centro toda la vida, pero con mucha tristeza veo que ya es invivible. Cuando yo crecí, el Centro era como otro barrio residencial y eso se fue perdiendo. Todas las casas las demolieron para hacer edificios. Se fue pauperizando el comercio y fue llegando gente que no era del Centro. El problema del Centro no es el Centro, es la pobreza en las comunas y los barrios periféricos porque la gente se baja a rebuscarse la vida. También ha perdido toda la belleza arquitectónica, todo su gusto, las casas bonitas. Creo que el gran daño se lo hizo la Avenida Oriental porque lo destruyó y cambió todo. La idea era construir una vía por donde hoy queda la transversal que pasa por los Bomberos para no dañar el Centro, pero decidieron que no”.
Joaquín Pérez* “Los habitantes del Centro sabemos que después de las seis de la tarde no hay seguridad, que no podemos dar papaya, que las cámaras que resguardan el sistema financiero no nos protegerán y que las fuerzas del orden se van a descansar. Entonces lo más sensato por nuestra integridad y nuestras vidas es hacer lo mismo. Es tal la inseguridad que hasta los del CAI se encierran. El Parque de Bolívar, por ejemplo, se lo toman después de las seis de la tarde diferentes fuerzas ilegales. Todo se empezó a degradar por la especulación inmobiliaria. Hasta hace 25 años todo Palacé, con Bolivia, hasta el Teatro México era muy transitado y tranquilo. Pero esa zona la depreciaron los especuladores (…). Esas casas están convertidas en lugares de lenocinio, o están en proceso de extinción de dominio. Hay una nueva generación de ricos que no es igual a la que había y que creó la especulación inmobiliaria. Es una generación producto de la extorsión, las vacunas y el expendio de drogas ilegales y es tanto el recaudo que hace que, según las cifras de la misma Policía, pueden comprar un edificio al año o todo un barrio. Los especuladores financieros e inmobiliarios que propiciaron todo este caos en el Centro para poderse quedar con las casas para construir en altura, ahora tienen el problema de que están peleando con esta delincuencia organizada…”. *Nombre cambiado por petición de la fuente.
Emiro Cifuentes* “Yo soy de las Convivir del Centro, pero de las buenas. El Centro de hoy está desorganizado, más que todo en cuestión de tránsito y para los peatones por todas las obras que están haciendo, y hay demasiada inseguridad: fleteo, cosquilleo, raponazo y atraco. Cuando las Convivir empezaron a organizar a Medellín, cuando trabajaban normalmente —porque Medellín anteriormente era un porquería— esto se limpió. Usted podía ir al Hueco con la plata que fuera y no le pasaba nada y los ladrones se acabaron. Lo que hace que las Convivir acabaron de existir estamos viendo otra vez el raponeo, el robo, el atraco. Unas convivires sí hacían cosas mal hechas, recibían plata para dejar robar, pero había otros que no. Yo no permito eso. Pero empezó la ley a acosarlos, a cogerlos, a ficharlos, y lo que hacen ya las Convivir es trabajar al escondido. Lo que estamos es defendiendo a la ciudadanía, no dejando que los roben; nosotros somos tan conocidos por la gente mala, que cuando lo ven a uno, se abren. Nos tienen miedo. Si uno coge un ladrón, puede hacer lo que la Policía, desgraciadamente, no puede hacer porque está maniatada. Mientras uno esté caminando por esta zona, no se ve nada, cuando yo me pierdo de aquí ocho días y vuelvo, las quejas son horribles. Llevo 15 años lidiando con ladrones y los comerciantes me ven y sienten tranquilidad, alegría, porque saben que uno los está cuidando. Ellos colaboran pero no se obligan; había unas Convivir que sí estaban obligando a la gente a pagar, y eso no es así, por eso perdieron tanta credibilidad. Los comerciantes que quieran que me den la liga, eso no es pagar”. *Nombre cambiado por petición de la fuente.
Luis Fernando Arroyave Docente universitario. “El Centro está en un grave estado de deterioro. Es lamentable, gran parte del patrimonio de la ciudad ha sido demolido y otra parte permanece en el olvido, incluyendo ese patrimonio inmaterial oculto detrás del material. La inseguridad está alejando a la gente del Centro. Tiene innumerables problemas cuyo origen es el POT, la organización territorial del suelo, porque se autorizó su uso indiscriminado. El POT de los años 90 mostró algunas cosas buenas, pero no fue claro. No se elaboraron planes de manejo, no hay un plan de protección del patrimonio, hay muchos vacíos en las leyes y aunque ya existían las del Instituto Nacional de Cultura, no se aplicaban, aquí todo el mundo demolía con el visto bueno de Planeación. Fuera del comercio tradicional, llegaron entonces el vicio y el crecimiento de bares y cantinas en cualquier lugar del Centro (…). El modelo de educación también ha sido muy deficiente, además se quitó de primaria una materia que veíamos en las escuelas que se llamaba Civismo y Urbanidad y eso fue la debacle. Así comenzó el derrumbe total de la ciudad y de la sociedad (…) Es una vergüenza pasar por el Parque Berrío, o por el Parque de Bolívar, así están todos los parques y plazas públicas, deteriorados, invadidos por los indigentes, los borrachitos, los piperos, los ladrones y los viciosos…”.
Las recomendaciones son una secuela del nepotismo. Y a mí, el nepotismo en sus múltiples versiones, sibilinas o campechanas, me inflama el colon
/ Esteban Carlos Mejía
Hay frases que dañan la salud del colon, esa porción de intestino que, en mi caso, funciona más como prolongación de la mente que como extractor o regulador de la digestión. “Tienes que llenar este formulario” es una de las peores, explosiva y traicionera como pocas. O “Esteban Carlos, te busca la DIAN”: hospitalización inmediata en el centro de urgencias más cercano. Y otra, lobo con piel de oveja: “¿Me recomiendas un libro, por favor?” ¡Cólico miserere! Aunque exagero, claro.
Recomendar un libro es faena ingrata. Casi nunca acierto. Una vez, por ejemplo, le recomendé La feria de las vanidades, de William M. Thackeray, a una exnumeraria o exsupernumeraria del Opus Dei. Horror de horrores. “En la Obra me aconsejaban leer ese bodrio para dormir en paz”, me replicó ácidamente. En otra ocasión aconsejé La canción del verdugo, de Norman Mailer, a un fulano que acababa de pasar doce años en un curso intensivo de inglés en Coleman, una prisión federal en Florida.
Me opongo a hacerle palanca a los libros. Cada cual lee lo que se merece. Las recomendaciones son una secuela del nepotismo. Y a mí, el nepotismo en sus múltiples versiones, sibilinas o campechanas, me inflama el colon.
* Día tras día. ¿Y la efeméride de esta semana? El 24 de julio de 1991, a los 89 años de edad, murió en Surfside, Estados Unidos, el escritor polaco Isaac Bashevis Singer, Premio Nobel de Literatura en 1978. Escribió toda su obra, copiosa y ancestral, en yiddish. Según Miss Google, el yiddish es una lengua germánica con cerca de 3 millones de hablantes, principalmente judíos askenazis, en Estados Unidos, Israel, Rusia, Ucrania y otros países. La palabra yiddish, asegura también la cavilosa Señorita Google, parece ser una versión abreviada de yidish–taytsh, que significa ‘alemán judío’, ni más ni menos, para escarnio de tanto nazi y neonazi que conspira por ahí. Bashevis Singer escribía en yiddish porque le parecía “la lengua con más palabras para definir a un pobre.”
Todavía recuerdo las sombras y el brillo sensual de su novela El mago de Lublin (1960), con las desventuras del ilusionista Yasha Mazur, que malbarata el deseo entre cuatro mujeres: su esposa Esther, su ayudante Magda, su amante Zeftel (esposa de un ladrón) y Emilia, una viuda católica por la que se desvive o… desmorona. Lección ejemplar.
* * Body copy. “Y luego el murmullo que sube de pronto, como un mar de fondo que viene de lejos, de los confines de la ciudad y quizás de las cuatro esquinas del inmenso país, y que se convierte en un solo grito, espantoso, gutural, el grito de miles de gargantas que parecen tomar conciencia de la irreversibilidad de la muerte cuando la hoguera prende súbitamente en una explosión de llamas y en pocos minutos envuelve el sudario en un abrazo fatal. Rahul da unos pasos hacia atrás. Sonia se tambalea. Su hija le pasa el brazo por encima de los hombros y la sostiene hasta que recobra fuerzas. A través del muro de llamas, los tres asisten al espectáculo antiguo y tremendo de ver cómo la persona que más quieren se consume y se convierte en cenizas. Es como otra muerte, lenta, penetrante, para que los vivos siempre recuerden que nadie escapa a lo inevitable del destino.”
Javier Moro. El sari rojo. 2008. * * * Vademécum. ¿Nepotismo? “Desmedida preferencia que algunos dan a sus parientes para las concesiones o empleos públicos”. ¿Sibilino? “Misterioso, oscuro con apariencia de importante”. ¿Escarnio? “Burla tenaz que se hace con el propósito de afrentar”.
La Universidad Eafit rindió un homenaje al escritor León de Greiff con motivo de los 120 años de su natalicio
Este año se cumplen 120 años del nacimiento del maestro León de Greiff, quien vino al mundo en Medellín, capital del entonces Estado Soberano de Antioquia, el 22 de julio de 1895.
En la foto, el libro contable con el catálogo de la biblioteca del poeta, que recibió Eafit. Foto cortesía
2015 será recordado, además, por ser el año en el cual se conmemora el primer centenario de la publicación de Los Panidas, revista que circuló entre los meses de febrero y junio del año 1915. Dicha publicación marcó un importante hito en las letras colombianas, ya que en sus páginas un grupo de intelectuales, entre quienes se encontraban Fernando González y Ricardo Rendón, rompió con los cánones de la literatura y el pensamiento.
En conmemoración del hecho, las directivas de la Universidad Eafit realizaron un acto el miércoles 22 de julio, en el que estuvo presente Hjalmar de Greiff, hijo del escritor; Belisario Betancur Cuartas, expresidente de la República; Héctor Abad Faciolince, escritor e investigador de la obra de De Greiff; y Luis Fernando Macías Zuluaga, autor del libro Glosario de referencias léxicas y culturales en la obra de León de Greiff.
Durante el homenaje, representantes de los diferentes estamentos universitarios manifestaron su agradecimiento a la familia de Greiff, que recientemente donó una parte de la colección bibliográfica personal del escritor a la Sala Patrimonial Eafit.
Los textos fueron entregados por Hjalmar y Alexis, hijo y nieto del autor antioqueño, el pasado mes de abril a las directivas de la universidad.
“Estos textos nos dicen qué leía De Greiff, de qué se nutría intelectualmente y sobre qué discutía”, manifestó María Isabel Duarte Gandica, coordinadora de la Sala Patrimonial de Eafit.
En las cajas que guardaban los libros también se encontró evidencia de cómo sus conocimientos de contabilidad le ayudaron al literato para organizar su biblioteca. Así, además de las anotaciones, dedicatorias y fechas, en el lote de textos también hay un libro de inventario hecho por él, en el cual están relacionados más de 6.000 títulos, coincidiendo con la numeración que aparece en los textos.
El acto del miércoles tuvo un prólogo musical a cargo del maestro Gustavo Yepes y el barítono Andrés Yepes, quienes interpretaron composiciones que se hicieron a partir de letras del homenajeado.
Una donación fundamental para entender la obra del escritor El acto de homenaje sirvió además para que los asistentes dialogaran sobre aspectos poco conocidos y detalles inéditos de la vida de Francisco de Asís León Bogislao de Greiff Häusler, el escritor antioqueño que, además de firmar sus escritos como León de Greiff, también usó diversos seudónimos como Leo Le Gris y Gaspar de la Nuit.
León de Greiff. Imagen del Banco de la República
Los asistentes pudieron conocer, por ejemplo, que León de Greiff, el artista de las letras, también conversó con los números. Lo hizo cuando llegó a Bolombolo (Antioquia) para trabajar en el área de contabilidad del Ferrocarril Troncal de Occidente.
Sobre su colección de libros, los invitados coincidieron en destacar su importancia en razón de aportar luces para entender la producción literaria del autor.
El escritor Héctor Abad Faciolince, director del Centro Cultural Biblioteca Luis Echavarría Villegas, quien ya tuvo la oportunidad de revisar algunos de los títulos donados, y que por estos días prepara una investigación sobre De Greiff, comentó: “Su obra no se entiende sin sus lecturas. Aquí está lo fundamental. Los pensadores y los poetas que lo formaron están entre esos primeros libros de su catálogo”.
Por su parte, Juan Luis Mejía, director de Eafit, señaló que la colección contiene los componentes para tratar de descifrar a “uno de los poetas más encriptados por los símbolos, claves y figuras que utilizaba. Esta es una oportunidad de acercarse a uno de los literatos más reconocidos del país”.
La donación también refleja la melomanía del poeta. La Coordinadora de la Sala Patrimonial de Eafit comentó que contiene mucha música, con catálogos de obras de Estados Unidos y Europa.
Exposición sobre León de Greiff Entre el 22 de julio y el 31 de agosto estará habilitada una exposición que también le rendirá homenaje a León de Greiff. Estará ubicada en el segundo y tercer piso del Centro Cultural Biblioteca Luis Echavarría Villegas, en Eafit.
Allí se podrán apreciar las primeras ediciones de los libros que se publicaron del maestro, parte de los títulos de su biblioteca personal con numeración y anotaciones, partituras con las interpretaciones que se hicieron de sus poemas y algunos de los textos que se han escrito sobre él.
El coliseo de la Universidad Pontificia Bolivariana fue escenario del Ágora Fest 2015, evento que reunió por primera vez en Colombia a las principales estrellas del anime latino. Actores de doblaje, intérpretes originales, cantantes y cosplayers participaron en la jornada que congregó, además, a cientos de fanáticos de la animación japonesa.
Memorables los daiquirís, los mojitos y los jugos de frutas frescas, pero insuperables los rones cubanos de tres, siete, diez, once y más años de añejamiento
/ Álvaro Navarro
Visitar Cuba era una de mis tareas pendientes. Logré cumplirla en mayo, cuando acompañé a mi esposa, quien había sido invitada a participar como artista en la duodécima Bienal de La Habana, dentro de las actividades programadas en La Academia San Alejandro. Mi primera impresión, y que todavía guardo, es que realicé un inolvidable viaje en el tiempo.
Por lo que vi y percibí, La Habana está detenida en aquellos años en que estudiaba ingeniería en Medellín. Fue maravilloso reencontrar, en estado impecable, hermosos carros de esa época, los que trajeron a mi memoria hechos y eventos de mi ya larga vida. Ford, Chevrolet, Buick, Pontiac, Mercury, Cadillac, Dodge, Plymouth y Chrysler que por esos años caminaban por nuestras calles en Prado y Laureles y que los fines de semana viajaban con sus dueños a fincas en El Poblado, Envigado, Sabaneta, la Estrella y Caldas; o hacia Rionegro, El Retiro o La Ceja para los más aventureros.
Pero la detención en el tiempo se observa también en casas y edificios, algunos mejor cuidados que otros, pero todos de baja altura. Solo pude ver una gran torre en las cercanías del Hotel Nacional, que, según me dijeron, también es de la época anterior a la revolución. Estas imágenes, acompañadas de la calidez y la amabilidad de los habaneros, hicieron de este viaje uno de los mejores de mi vida.
Nuestro hotel estaba localizado en la zona de Vedado, a dos cuadras del imponente Hotel Nacional de Cuba, declarado hoy como patrimonio histórico de ese país. Su enorme edificio, una combinación ecléctica de diferentes estilos arquitectónicos –desde reminiscencias árabes, hispano morunas, Neoclásico y Neocolonial–, fue construido a finales de los años 20 del siglo pasado e inaugurado el 30 de diciembre de 1930.
Traspasar el impactante lobby y abrir la puerta hacia el patio posterior generalmente va acompañado de un “¡Oh!” o de alguna exclamación parecida: ante nuestros ojos tuvimos una amplia galería amoblada con cómodos sofás y sillones de mimbre. Caminando unos pasos más allá, se encuentra un extenso jardín arbolado que también cuenta con mesas y un bar, y que balconea sobre el inmenso Atlántico. Una vista y ambiente imperdible, y los reyes de este jardín son una o dos parejas de pavos reales que circulan por entre las mesas, reclamando con sus graznidos un poco de pan.
Pasé varios días apoltronado en uno de estos sofás, leyendo a ratos, en otros mirando hacia el horizonte, fumando lentamente un habano y disfrutando siempre de la amabilidad e impecable atención del personal del hotel. Memorables los daiquirís, los mojitos y los jugos de frutas frescas, pero insuperables los rones cubanos de tres, siete, diez, once y más años de añejamiento. Mis favoritos fueron el Ron Santiago de once años o el Selección de Maestros de Havana Club, para ser tomados solos, en copa de brandy o cognac. El bar de la galería ofrece una selección limitada de pasantes y sandwichs, el más recomendable es el cubano con jamón, queso y carne desmechada de marrano.
El Comedor de Aguiar, el restaurante de lujo del hotel, ocupa un salón imponente cubierto con un impresionante techo artesonado. Su carta refleja la comida francesa de los años 60 del siglo pasado y entre las estrellas de su magnífica cocina están los camarones flambeados, la langosta thermidor, el Filete Mignon con salsa de champignones, el Chateaubriand con salsa bearnesa o algunas delicias de la cocina cubana como la ropa vieja con moros y tostones o el cordero estofado a la hierba buena. Para terminar, son recomendables unos creppes Suzzete cocidos y flambeados al lado de la mesa o los famosos helados Copelia. Mientras cenábamos, Ada Martín, la famosa pianista y compositora cubana, deleitaba a la concurrencia con hermosos danzones y otras canciones. Espero poder regresar más de una vez a La Habana y a su Hotel Nacional. Si desea puede escribirme a [email protected] Buenos Aires, julio de 2015 [email protected]
Entrevista con los organizadores del congreso internacional Arquitectura: Territorio y Ciudad
Alejandro Echeverri, director de Urbam, (en primer plano) y Miquel Adrià, director de Arquine, durante uno de los conversatorios (FOTOGRAFÍAS: CORTESÍA UNIVERSIDAD EAFIT)
Por: Álvaro León Pérez S.
Con un balance positivo culminó Arquitectura: Territorio y Ciudad, congreso internacional que se llevó a cabo en el Museo de Arte Moderno de Medellín, los días 16 y 17 de julio.
Arquitectura: Territorio y Ciudad fue el resultado del trabajo colaborativo entre Arquine, la mayor plataforma de contenidos de arquitectura y urbanismo de Latinoamérica, y el Centro de Estudios Urbanos y Ambientales, Urbam, de la universidad Eafit.
Durante dos días, más de 300 arquitectos de diferentes nacionalidades recorrieron Medellín, asistieron a conferencias y exposiciones, y tuvieron una oportunidad única de compartir sus experiencias.
Vivir en El Poblado entrevistó los organizadores del evento, los arquitectos Miquel Adrià y Alejandro Echeverri, quienes además son los directores de Arquine y Urbam, respectivamente.
En diálogo con este portal, ambos compartieron sus impresiones sobre lo que fue el congreso, a la vez que se refirieron a los desafíos que enfrenta Medellín como ciudad y a los cambios que se han producido en la manera de hacer arquitectura.
“Medellín es un modelo de transformación sumamente interesante”: Miquel Adrià
Miquel Adrià es un premiado arquitecto catalán, docente y conferencista en universidades españolas, estadounidenses y mexicanas.
Su trayectoria profesional incluye haber sido curador del pabellón de México en la XIII Bienal Internacional de Arquitectura de Venecia. El director de Arquine es, además, autor de una treintena de libros.
¿Sus impresiones al concluir el congreso?
Ha sido la oportunidad de escuchar las voces de arquitectos de distintos países, todos comprometidos con la solución de problemas que son comunes a muchas ciudades, liderando trabajos interdisciplinares y dando pasos importantes en la construcción de un nuevo modelo de la arquitectura, que está más vinculado con la sociedad civil.
¿De qué manera se evidencia ese mayor compromiso de la arquitectura con lo social?
Estamos tratando de superar el modelo de hace años, caracterizado por la arquitectura casi exclusivamente en manos del Estado, de las instituciones o de arquitectos estrella; de edificios tremendamente icónicos que realmente no respondían a una necesidad social, que no venían de abajo hacia arriba, sino que eran casi imposiciones monumentales.
Creo que, en ese sentido, todas las voces que hemos oído de arquitectos que vienen de países como Chile, México, Colombia, Venezuela o España, nos permiten identificar claros signos de esperanza, gracias a una generación de profesionales más en contacto con las comunidades y, en general, más comprometidos con la sociedad.
¿La gente de a pie sí se involucra en estos procesos?
Gracias a la transversalidad de las redes sociales ya hay entre el público un gran conocimiento de algunas de estas iniciativas, las cuales se están reproduciendo viralmente, prácticamente en todas las ciudades del mundo. Hablo de ciudades porque creo que la cultura contemporánea se construye a partir de una red de ciudades con respuestas a veces similares a pruebas comunes, y ya no tanto de los países.
¿Cuál es su lectura de Medellín como ciudad?
Para mí, Medellín se ha convertido en un modelo de transformación tremendamente interesante, el cual hemos seguido con mucha atención desde México y Barcelona. He venido un montón de veces, viendo en cada ocasión cómo están construyendo proyectos, a veces con la excusa de la arquitectura, pero sobre todo, como respuesta a necesidades sociales.
A partir del periodo de Sergio Fajardo empezó todo un proceso de transformación que considero ejemplar y que, de algún modo, ha impactado a muchas ciudades del mundo.
¿Aspectos por mejorar?
Durante la primera fase de esa transformación se trabajó en un urbanismo táctico con intervenciones puntuales que tuvieron un impacto casi inmediato. Ahora se están planteando proyectos de carácter estratégico y mayor calado, los cuales requieren más tiempo y están más institucionalizados, por lo que pueden perder la inmediatez y la conexión con lo social.
Cuando haces un parque biblioteca, eso tiene un impacto inmediato y, aunque no es suficiente, es muy notable. Por el contrario, cuando haces un plan a veinte años para generar un parque lineal sobre el río Medellín, el impacto no es inmediato.
¿Qué opina del proyecto Parques del Río? Yo no me atrevo a descalificar estos proyectos para nada, creo que los proyectos estratégicos que se están planteando hoy en Medellín son absolutamente necesarios. Sin embargo, hay que ser muy cuidadosos con las estrategias y los planes que se establezcan para que esas iniciativas no pierdan su conexión con lo inmediato y con lo social.
El congreso registró un lleno total, durante los dos días que duró
Mejor preguntas que respuestas
Cofundador y director del Centro de Estudios Urbanos y Ambientales, Urbam, de la Universidad Eafit, Alejandro Echeverri es un arquitecto y planeador urbano ampliamente reconocido a nivel internacional.
El palmarés de Echeverri incluye galardones tan importantes como el Premio Nacional de Arquitectura, el Premio Nacional de Urbanismo, el Premio Curry Stone Design y el Premio Verde Veronica Rudge en Diseño Urbano, entre otros.
¿Cuál es su balance del congreso Arquitectura: Territorio y Ciudad?
Fue emocionante ver la diversidad de las personas que participaron y sentir una especie de complicidad al abordar los lugares y problemas comunes que tenemos en nuestras ciudades de origen.
Los arquitectos y urbanistas trabajamos para tratar de resolver situaciones complejas, pero nos quedan muchas preguntas importantes por resolver; la academia tiene todavía pendiente la tarea de dar esas respuestas pertinentes.
Sin embargo, yo creo que es mucho mejor tener preguntas que respuestas, y me parece que, haciendo un balance del congreso, lo más valioso que queda son todas las preguntas que pueden desencadenar procesos de conocimiento, formación y nuevos diálogos.
¿Cómo dar impulso a esos procesos?
Claramente, hay que hacer trabajos mucho más colaborativos. Ya no es factible que un solo personaje, con una única percepción, haga un proyecto de arquitectura o urbanismo. Es necesario que el trabajo sea interdisciplinario y orientado a construir procesos en los que se pueda recibir información suficiente para dar verdaderas soluciones.
Tenemos que trabajar con la gente, pero no en el sentido clásico de la participación, que se ha distorsionado completamente. Ya no se trata simplemente de informar al otro sobre lo que se va a construir, sino de involucrarlo en la co creación, en la construcción de los procesos y en la obtención de la información.
¿Qué papel deberían asumir, entonces, los arquitectos de hoy?
Nosotros somos mediadores. Aunque los arquitectos y los urbanistas trabajemos en gran parte con transformaciones físicas, los espacios que creamos tienen que ser definidos mediante un trabajo que nos exige convertirnos primero en mediadores de un dialogo, para poder dar las respuestas después.
¿Por qué elegir a Medellín como sede del congreso?
En los últimos años Medellín se ha convertido en un laboratorio, no solo en relación con los temas de transformación arquitectónica o urbanística, sino también en ámbitos como el social y el político.
Adicionalmente, existe una percepción muy amplia a nivel latinoamericano, sobre la capacidad de Medellín para generar alianzas estratégicas entre el sector público, las empresas privadas, la academia y los políticos para sacar adelante proyectos e instituciones que hoy existen por esos acuerdos.
¿Por ejemplo?
Un ejemplo de ello es el Parque Explora, un proyecto que viene desde la política, y en el cual el sector privado ha sido un actor fundamental, mientras que la academia ha jugado desde el principio un papel importantísimo. Ese tipo de cosas no nos llaman la atención porque a los medellinenses eso se nos convirtió en paisaje, pero en otras partes del mundo eso no es tan normal o frecuente como uno pudiera creer.
Desde su óptica como arquitecto: ¿Cuáles son los problemas de Medellín que demandan atención prioritaria?
Estamos lejos de tener una ciudad incluyente. Medellín es una ciudad dividida en la que muchos barrios tienen carencias inmensas. Hay un problema de hábitat y de vivienda en los cinturones de la parte alta, lugares que son una tragedia con gran cantidad de personas viviendo en zonas de riesgo.
También nos queda por solucionar mucho en el tema de la movilidad porque, aunque el tema se ha abordado y el transporte público ya está en la agenda de la ciudad, todavía nos falta un camino inmenso.
Fíjate en toda la reclamación que hay de los derechos del ciclista, y, sin embargo, andar en bicicleta por Medellín sigue siendo un riesgo absoluto. Entonces, ¿cuándo vamos a tener una ciudad donde uno pueda caminar civilizadamente y en la que un niño de nueve o diez años pueda cruzar las calles, o pueda coger una bicicleta?
¿Cuánto tiempo tomaría minimizar esos problemas? Nos faltan veinte años de trabajo intenso para eso. Lo que tenemos son unas tareas inmensas pero eso no me genera un trauma, ni me desanima, porque siempre trato de ver lo interesante de los retos que tenemos por delante.
El Área Metropolitana del Valle de Aburrá, en convenio con la Universidad Pontificia Bolivariana, trabaja en la construcción del documento y espera aportes de la ciudadanía a través de redes sociales
Desde octubre de 2014, el Área Metropolitana del Valle de Aburrá, en convenio con la Universidad Pontificia Bolivariana, trabaja en la formulación de una política pública de construcción sostenible para la región, alineada con el reglamento de nivel nacional, que en julio de 2015 se lanzó oficialmente (Reglamento de Construcción Sostenible para Colombia Decreto 1285 de 2015). El documento contiene los parámetros y lineamientos técnicos necesarios para lograr el uso eficiente de los recursos de agua y energía en las nuevas construcciones a partir del año 2016. Este reglamento fue formulado por el Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio en el marco del Plan de Acción Sectorial de Vivienda y Desarrollo Territorial.
De forma paralela, el objetivo del Área Metropolitana y de la Universidad Pontificia Bolivariana es orientar la planeación, diseño, construcción, operación, renovación y la deconstrucción de los proyectos urbanos y de las edificaciones en la región hacia un desarrollo más sostenible, caracterizado por una mayor eficiencia en el uso de recursos, un menor impacto ambiental y una mayor inclusión social. Esto incluye temas relacionados con la biodiversidad, la gestión de los materiales y la reducción en la generación de residuos, entre otros.
El desarrollo técnico del documento está a cargo de un equipo interdisciplinario compuesto por arquitectos, ingenieros, paisajistas, biólogos, comunicadores y abogados, pertenecientes a grupos de investigación de las facultades de Arquitectura, Comunicación Social y Derecho de la UPB.
Adicionalmente, diferentes entidades públicas y privadas, así como gremios relevantes al tema, aportan elementos según sus competencias y experiencias. Las instituciones que participan por el momento son la Cámara Colombiana de la Construcción –Camacol- Seccional Antioquia, Centro Nacional de Producción Más Limpia y Tecnologías Ambientales, Curadurías Urbanas, Departamentos de Planeación Municipal, Empresa de Desarrollo Urbano –EDU-, Empresa de Vivienda de Antioquia, Empresas Públicas de Medellín, Instituto Social de Vivienda y Hábitat de Medellín –Isvimed-, Parque del Emprendimiento y la Sociedad Colombiana de Arquitectos –SCA-.
La estrategia de construcción de esta política pública también incluyó la realización de cuatro foros con la participación de los diversos participantes de la construcción y las empresas afines. Así mismo, la ciudadanía en general puede hacer sus aportes mediante la aplicación de la metodología de Voces Ciudadanas, que ya fue empleada para canalizar la participación comunitaria en la formulación del Plan de Ordenamiento Territorial de Medellín en 2014. En esta oportunidad se hace a través de las cuentas en redes sociales del Área Metropolitana del Valle de Aburrá y Voces Ciudadanas usando #MedellínSostenible en las cuentas de Twitter @Areametropol y @Vc_sostenibilid o en Facebook Areametropol y Vcsostenible.
Las preguntas que se plantean en las redes sociales son las siguientes:
1. ¿Qué impactos genera la construcción en su comunidad? (edificaciones, espacio público, vías) 2. ¿Cómo considera usted que deberían mejorar las construcciones en su comunidad? 3. ¿Qué entiende usted por construcciones sostenibles? 4. ¿Qué características marcan la diferencia entre una construcción sostenible y una no sostenible? 5. ¿Cómo cree usted que el Estado debería garantizar la sostenibilidad en una construcción? 6. ¿Cómo un ciudadano puede ejercer control sobre el proceso de una construcción? 7. ¿Qué beneficios presenta para el sector, la ciudad y los usuarios una construcción sostenible?
A las 4 pm. de hoy se normalizó el servicio de acueducto en los barrios Las Lomas, Altos de El Poblado y Los Naranjos, interrumpido desde ayer en la noche
El daño en la tubería se produjo de manera accidental, durante la realización de los trabajos de construcción del paso a desnivel de la transversal superior con la calle 10 (FOTO CORTESÍA: FONVALMED)
Tres barrios de la comuna 14 se encontraban sin agua desde la noche de ayer, cuando se presentó la rotura accidental de una tubería a la altura de la Transversal Superior con Calle 10, precisamente donde se lleva a cabo una de las obras de Valorización de El Poblado.
La interrupción afectó a cientos de familias que residen en los barrios Las Lomas, Altos de El Poblado y Los Naranjos, así como a la sede de la Universidad CES y a los establecimientos comerciales de la zona.
Durante toda la noche, el personal de Fonvalmed trabajó para reparar el daño y restablecer el suministro de agua, hecho que finalmente se concretó en la tarde de hoy, cuando un equipo de ingenieros verificó el correcto funcionamiento de las válvulas y restableció el servicio.
Fonvalmed informó que una trabajadora social visitó los barrios afectados, donde se entrevistó con los residentes y los representantes de la comunidad.
Asimismo, la entidad informó que será la empresa interventora la encargada de investigar lo ocurrido y esclarecer las causas del daño.
Aprender otro idioma sin incurrir en gastos es posible, gracias al programa de Planeación Local y Presupuesto Participativo
Se espera una nutrida participación de la comunidad en los cursos de inglés
¿Reside en la comuna 14 y desea recibir clases gratuitas de inglés?
Tal vez le interese saber que están abiertas las inscripciones para los cursos de inglés financiados con los recursos priorizados por la comunidad, a través del programa de Planeación Local y Presupuesto Participativo.
Pueden inscribirse estudiantes de educación superior y personas que se encuentren laborando en la actualidad, cuya edad esté entre los 18 y 39 años y residan en la comuna 14.
El proceso de inscripción es sencillo y se realiza a través de un formulario virtual, desde la comodidad de su lugar de residencia o trabajo.
El inicio de las clases cursos tendrá lugar, una vez se haya completado el mínimo de personas inscritas.
Los interesados pueden obtener información adicional en el teléfono 444 65 30 (Corpoblado).
La Alcaldía de Medellín inauguró la obra, que hace parte del Proyecto de Valorización de El Poblado
El nombre del nuevo intercambio vial es Evelio Ramírez Martínez
La inauguración de la obra tuvo lugar este jueves y contó con la presencia del Alcalde de Medellín, Aníbal Gaviria Correa, quien destacó que el proyecto mejorará la movilidad del sector.
Aunque el nuevo intercambio vial fue entregado oficialmente, todavía faltan por terminar algunos detalles para que la obra quede terminada y entre en pleno funcionamiento.
Según algunos obreros que trabajan en el sector, las lluvias que cayeron esta semana retrasaron los trabajos, que terminarían en una semana, aproximadamente.
La obra finalizada contempla un puente de 170 metros lineales sobre la Transversal Superior, dejando a nivel la vía al Tesoro con el fin de lograr mayor fluidez al tráfico por ambos ejes viales.
También se construyeron 1.18 kilómetros de nuevo carril y 2.400 metros cuadrados nuevos de espacio público, con una inversión superior a los $10.300 millones.
Las autoridades señalan que una vez se finalice el intercambio vial que se está construyendo en la Transversal Superior con la Loma de los Balsos, se evidenciará una descongestión vehicular mayor, pues las dos estructuras permitirán la continuidad de la circulación en sentido sur – norte, por el corredor vial.
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