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Soy amante apasionada de esta receta gringa, pero soy también sumamente exigente en su preparación; en otras palabras, solo me gustan las hamburguesas hechas en casa con carne de calidad y al carbón y, sin entrar en más detalles, detesto las hamburguesas de cadena. Da rabia que habiendo pagado un pasaje que frisa casi el medio millón de pesos, se nos despache con un bocado de 5.000 pesos. Y da más rabia aun que por el afán y la improvisación de la aerolínea, más de un pasajero haya tenido que tragarse su hamburguesa sin la gaseosa de su gusto, con un refresco cualquiera al clima y además con ausencia total de las dos salsas básicas que tradicionalmente acompañan tan versátil receta: ketchup y mostaza. Afortunadamente no fui víctima de este ardid de cortesía, pues como veterana que soy en los avatares de esperar aviones retrasados, desde el primer anuncio del retardo de mi vuelo me dirigí al bar y me zampé un ecuanil doble con tónica y limón (léase ginebra) acompañado de delicioso maní salado. Como la espera fue de más de 200 minutos mis 4 ginebras me dieron la osadía de rechazar tan grotesca bolsita de comida y a la vez me permitieron ser testigo mudo de un espectáculo en el cual hombres y mujeres de edades y condiciones diferentes, hacían todo tipo de caras de insatisfacción y malestar al encontrarse engañados por una propuesta que les otorgó más sinsabores que satisfacciones. Hace más o menos 4 años escribí en esta misma columna una crónica titulada “La comida de avión ¿buena o maluca?” y palabra más, palabra menos concluí: la cocina de avión no es maluca, es espantosa. Hoy estoy refiriéndome a una hamburguesa que no probé a 22 mil pies de altura; pero que estoy segura se trataba de una opción para mitigar el hambre completamente funesta. |
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Ríos de tinta han corrido en este y otros periódicos para analizar la recientemente entregada Doble Calzada en la vía Las Palmas. Por consenso general, la vía mejoró lo que teníamos, pero se quedó corta frente a las expectativas. Algunos la critican por los taludes, otros por la anchura insuficiente, otros por que se dejaron demasiadas curvas, etcétera. Digamos que el resultado final es aceptable, pero que no es la gran maravilla. Es una vía normalita, no una extraordinaria. No representa “lo mejor de la ingeniería nacional”, como leí que en algún momento decían los constructores. Ojalá no sea así, nuestra ingeniería realmente puede dar mucho más. El punto que quiero comentar es el de las velocidades máximas permitidas en dicha vía. Que claramente fue construida para subir y bajar más rápido (perdón por la obviedad). Pero que al parecer terminaría siendo una de las vías más lentas de toda la ciudad. Mejor dicho, si por las autoridades de tránsito fuera, esa platica se perdió. Veamos. Viniendo del Aeropuerto, entre Sajonia y la glorieta de Sancho Paisa, -es decir, todo el tramo que no es calzada doble- la velocidad máxima permitida es 60 kilómetros por hora. Pero al llegar a la doble calzada, la máxima baja a 40. También subiendo, la máxima es 40 km/h. Y eso que en el tramo de calzada simple, entre Sajonia y Sancho Paisa, la pendiente es aún mayor que en el tramo de doble. Ah, y en la propia Loma de Los Balsos, muchísimo más estrecha y empinada que la doble calzada, donde nos ruegan que por favor bajemos en segunda o en primera, ahí podemos acelerar hasta 30 km/h. Mejor dicho, después de semejante inversión, podemos ir por la doble calzada 10 Km/h más rápido que en nuestras vías más peligrosas, estrechas y empinadas! Lo cual lleva a las reflexiones siguientes: Podemos correr más en las vías estrechas que en las amplias, incluso si son más empinadas. Es tan ridículamente baja la máxima permitida en la doble calzada, que ningún vehículo la cumple. Incluyendo, por supuesto, todo tipo de autos oficiales. Salvo en un par de curvas estrechas, es bien difícil encontrar algún automóvil, camión o bus que circule a menos de 60 y si lo hay, seguro va por toda la izquierda. Son tan tontas, tan poco aplicables, que la gente se acostumbra a no cumplirlas y se vuelven parte del paisaje. Y así ninguna señal será tomada en serio, ni en esta ni en ninguna otra vía. Me imagino la escena cuando un agente de tránsito, empiece a parar vehículos porque “señor, lo siento mucho, usted venía a 45 y esta es una vía de 40, ¿acaso no vio la señal? Finalmente, también podría ser alguna de las opciones siguientes: Que no nos avisaron, y las señales están en millas y no en kilómetros por hora. Que tampoco nos avisaron y las señales indican la velocidad mínima y no la máxima permitida. Que se agotaron a nivel nacional los números mayores de 40 pero tranquilos, próximamente llegará un embarque. Los invito, señores Secretarios de Tránsito de Medellín y Envigado, a que suban o bajen por esta vía cumpliendo estrictamente las señales de velocidad. Como debe ser, por supuesto. Y después hablamos. |
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Nunca fui ni mucho ni en demasía aficionado a las obras de Borges “en solitario”, como sí me gustaban más las de su amigo del alma Adolfo Bioy Casares (La guerra del cerdo, La Invención de Morel…), a quien casi nadie menciona en nuestros cenáculos. Y debo decir que siento un fastidio inmenso por todos aquellos que para sustentar cualquier nimiedad deben apuntar, con los ojos en blanco, “como decía Borges…”, como si fuera el Gran Burundún. Todos los días me llegan correos donde extraños bibliotecólogos paracientíficos de Lo Oculto citan la inmamable frase “Me imagino el Paraíso con la forma de una Biblioteca” o, peor,“La Biblioteca es una esfera cuyo centro cabal está en ninguna parte”, frases cínicas de Borges deformadas hasta el infinito, palabra que a él tanto le gustaba. Aviso: estos correos los borro sin leerlos… Todo esto para introduciros a la celebración de la llegada de esa obra magnífica, “Borges”, de Bioy Casares, que acabadita de publicarse en La Argentina ya ha sido impresa en Golombia. El libro es monumental: un solo volumen de casi 1.700 páginas, más gordo que el “Pequeño” Larousse, y sin embargo ligero de peso por la calidad, lástima, de su papel periódico, que no va a sobrevivir a muchas lecturas en las bibliotecas públicas. Tomado en las manos, lo siente uno latir como un tibio bebé hipopótamo ansioso de exhalarnos en la cara los millones de palabras que lo llenan, y la dificultad para resolver dónde y cómo leerlo es inmensa: ¿Sentados, acostados, en un atril, en una mesa? No hay cómo acomodarse del todo con este libro gigante, cuya sola presencia caricaturesca y boteriana –un pleonasmo- despierta ya la risa. Y es precisamente la Risa soberana y con mayúscula la que aquí establece su señorío, pues toda la obra no es más que el registro maníaco, la reunión maquiavélica ejecutada por Bioy durante más de 40 años, en su diario, de sus conversaciones con Borges, quien casi todas la noches cenaba en su mansión de Buenos Aires. ¡Y vaya las conversaciones! ¿De qué hablaban Borges y Bioy sino de Literatura, del arte de escribir,pero también de las chismografías de la espléndida ciudad, de las infamias y pequeñeces de la politiquería? Para enfocarnos, aquí no queda escritor argentino que no pierda cabeza, pies y fama con las frases lapidarias de JLB, aseguradas con llave por Bioy, como tampoco se escapan muchos de los famosos hispanoamericanos y universales. La mayoría de los argentinos citados ya estarán “en el piadoso olvido que concede la muerte”, y sus nietecitos deben de andar, con este libro, cariacontecidos. Como también deben de andar los borgesinos sacralizantes, aquellos que nunca han sabido que Borges y Bioy inventaron a ese enloquecido escritor fantasma llamado “H. Bustos Domecq”, autor de varias obras detectivescas y de supuestas preocupaciones sobre problemas de arte y estética.El tal “Bustos Domecq” inventó, entre muchas otras tendencias, las “performances” y las “instalaciones”, esos ripios que entre nosotros todavía apestan las galerías, los libros inexistentes con sus respectiva críticas, etc., tal como, parodiemos, hace algunos años lo demostré en un insuperable ensayo. Pues bien, leída de reojo, la obra que aquí consideramos es sin duda la obra póstuma y cumbre del pícaro Monsieur Domecq, dada (¡milagroso Dadá!) a la luz siete años después de la metempsicosis de Bioy en el 99, pero seguramente preparada por ambos a principios de los ochentas, como golpe de gracia y con efectos dantescos, en el sentido de divina y elegante comedia pos-mortem para sus atortolados enemigos y desconcertados prosélitos. Ambos estaban avisados del peligro que corren los escritores de guardar y guardar manuscritos para que después sus herederos tarambanas y editores descuidados lostergiversen: “Borges me asegura que es indispensable destruir todos los papeles porque el día menos pensado uno desaparece y los amigos le publican esas grietas y esos estigmas”. A propósito de “elegante comedia”, cabe anotar que las señoras bonaerenses de alto copete y puntudos atributos, aspirantas a escritoras, se peleaban para asistir a lasveladas de este par de minotauros devorantes, recordemos a una estupenda señora “Bibiloni”, sin sospechar que años después aparecerían en estas páginas “en pura desnudez y/o boludez mental”. Y los amores y desamores de Borges corren por allí también, a veces pintados de manera cruel, a veces compasiva y tierna: “La más dulce prueba de intimidad nos la da una mujer cuando nos habla de sus reglas. Es como si nos besara…”. Bioy y Borges sabían qué clase de infernal bomba de tiempo eran estos diarios, y la quisieron reservar entonces para apreciar sus efectos demoledores desde el Paraíso: una devastadora “carga de profundidad”, en términos de guerra submarina. Bienvenida pues esta Opus Magna de “H. Bustos Domecq”, por la que brindamos con un trago de su apellido: ¡Salud, oh Libraco o Hipopótamo Totémico, oh Gran Hipotótem! |
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La señorita Gabriela
Semblanza de la docente, la rectora, la mujer que fue una institución de la Escuela Guillermo Echavarría y un ejemplo que perdura en varias generaciones de El Poblado.
La señorita Gabriela, así la llamaron más de 3 generaciones de estudiantes que pasaron por la Escuela Guillermo Echavarría Misas. Durante casi 4 décadas esta mujer fue el alma y rectora de la institución educativa y parte de la historia de El Poblado. Comenzó a laborar en la escuela desde 1960 como docente de los primeros grados de primaria. Ocho años más tarde asumió la rectoría, sin dejar su mayor pasión, enseñar, hasta que se jubiló en 1999. Sus compañeras afirman que sentía especial cariño por dar clase en los grupos de primero de primaria. “Solía hablar con inagotable entusiasmo sobre la facilidad con que los niños le aprendían a leer. Y es que realmente era sabia en sus métodos y pedagogía, porque Gabriela le enseñó a leer a familias, desde los abuelos hasta sus nietos”, dice la profesora Esneda Garzón, su amiga.
Pero no solo era diestra en el arte de enseñar el idioma, también le abrió el mundo de las ciencias naturales y sociales, las matemáticas, manualidades y la caligrafía a todos sus pequeños estudiantes. Quienes la recuerdan como maestra, hoy, muchos años después, atesoran su recuerdo. Dicen que “la señorita Gabriela siempre compartió el conocimiento como si se tratara de una aventura fascinante y estimuló en los niños la alegría de descubrir y aprender”. Sus grupos tenían fama de aplicados. Muchas profesoras, sorprendidas, se preguntaban cómo era posible mantener atentos e interesados a los inquietos niños. Pero pronto entendían que la magia de Gabriela fue acompañar su labor pedagógica de mucha afectividad y una sencillez cautivadora.
Las docentes que trabajaron a su lado, la reconocen como una mujer muy generosa con los demás, de una entrega incondicional y abnegado servicio a la institución. Constantemente atendía las necesidades personales de sus alumnos, como consejera, confidente, orientadora y amiga, porque creía que la educación va más allá de los muros y las clases y tiene el sagrado compromiso de formar seres humanos. “Era admirable cómo buscaba sacar la institución adelante aún con recursos propios”, recuerdan las docentes.
Nunca cejó en su empeño de promover actividades extracurriculares, como ventas de empanadas, bazares, meriendas con padres de familia y miembros de la comunidad pobladeña, a fin de recoger fondos para mantener el restaurante escolar, dotar de recursos a la escuela y subsidiar las actividades lúdicas, culturales y recreativas de los niños.
Célebres en todas las generaciones son las clases de danzas folclóricas, promovidas por la señorita Gabriela, quien contrataba a una persona especializada para manejar la actividad desde el preescolar hasta quinto de primaria. Su amor por la música autóctona y sus persistencia, lograron que esta pequeña escuela de barrio ocupara puestos de honor en festivales de danza municipal y fuera invitada a participar en prestigiosos desfiles de la ciudad. “Con estas presentaciones Gabriela logró que la institución tuviera representatividad social durante muchos años”, dice Esneda Garzón.
Sus alumnos de varias generaciones recuerdan con entrañable agradecimiento las fiestas de disfraces y reinados de belleza. Las mismas profesoras confiesan que uno los momentos de mayor alegría de Gabriela era la celebración del día del niño. “Planeaba este día durante todo el año, ponía todo su empeño en hacer de esta celebración un pequeño carnaval, con regalos y sorpresas. Se divertía como una niña”, comentan.
Ni la gente más cercana recuerda un solo momento en que la señorita Gabriela estuviera molesta o enfadada. Siempre tenía una sonrisa cordial, y un trato amable, tranquilo. Oídos y manos abiertas era su actitud de siempre.
La señorita Gabriela quedó huérfana a muy corta edad y quizá por ello se convirtió en maestra. No tuvo hijos, pero dio todo su espíritu maternal a los miles de niños que educó. Entregó su vida y sabiduría a una pequeña escuela, pero nunca dejó de viajar en sus vacaciones. No fue residente de El Poblado pero lo ayudó a construir con ejemplar sentido de pertenencia. No fue distinguida en vida por su labor docente o administrativa pero siempre recibirá como premio la gratitud de cientos de familias (tradicionales y numerosas educadas por ella) y su recuerdo estará indeleble, como solo están las personas queridas.
La señorita Gabriela GiraldoDuque falleció el 3 de octubre, con más de 70 años de edad. Hoy su huella sigue dejando marca en quienes aprendimos a leer y escribir por ella. He aquí entonces este pequeño pero sentido homenaje. Y en nombre de sus amigos, colegas y alumnos, le decimos: infinitas gracias, Maestra.
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Luis Fernando Peláez
El maestro de diferentes lenguajes
Desde sus comienzos artísticos en los años setenta, Luis Fernando Peláez se ha caracterizado por ser un constructor de espacios en donde confluyen diferentes lenguajes plásticos, como la pintura, la escultura, y la fotografía, que al entrelazarse producen un impactoprofundo y duradero en quienes se acercan a su material. Un claro ejemplo de ello es su obra más reciente “Espíritu y materia”, trabajo en que la fotografía juega un papel esencial y cuya inaguración tuvo lugar en el Festival Cervantino en Guanajuato, México, evento al que fue invitado junto al talentoso escultor antioqueño Hugo Zapata y que reúne a una importante cantidad de artistas de todo el mundo.
Actualmente, aparte de su constante labor en la realización de nuevos trabajos, Luis Fernando Peláez se desempeña como docente de la Universidad Nacional, institución en donde lidera un proyecto orientado a la investigación ya la interacción constructiva entre todos los docentes y estudiantes de la escuela de arte.
Nacido en Jericó, este arquitecto de la Bolivariana se ha distinguido por obtener un buen número de premios y reconocimentos, entrelos quese destaca el nombramiento como miembro de la Real Sociedad de Escultores Británicos en 2002.
De temperamento tranquilo y amable, Luis Fernando Peláez se caracteriza por ser un artista de tiempo completo: siempre generando nuevas ideas y conceptos para continuar evolucionado en su original estilo de ver, plasmar y entender el arte.
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Con todo el Mal y la cantidad de espíritus malignos que comparten el planeta con “los buenos” (supongamos que pertenecemos a este último bando, que mejor podría llamarse el de los “idiotas sin remedio” o “tontos de capirote”), no deja de golpearlo a uno la pregunta de por qué tantos afamados y honorables directores o productores de cine, y actores de talla, insisten en realizar películas donde la presencia de la Malignidad es tan abrumadora, y presentada a la vez con tanta benevolencia, una paradoja, que las pocas esperanzas que acumula el resignado cristiano durante el día, un trabajito honrado, una recompensa mínima, unas ganas de llegar a la cama a ver una cinta que relaje, son abatidas implacablemente por esa clase de filmes perversos, como si quisieran decirte, “no se te olvide, muchacho, que en el mundo estamos, y que es malo, muuuuuuuuuy malo…”. Sin hablar, para qué, de las noticias al servicio de las innombrables. Hace poco vimos por el cable dos de esas producciones bajadoras, “Seven”, de David Fincher (1995), y “15 minutos” de John Herzfeld (2001), cuál de las dos más descarnada, literalmente. “Seven” presenta la historia de un sicópata religioso que escoge como víctimas a quienes él considera culpables de los siete pecados capitales, y de manera sistemática y meticulosa los va “eliminando” valiéndose de las más brutales técnicas de tortura. La cámara se regodea en la visión de las víctimas y en centenares de fotografías que el asesino les toma como registro de su actividad justiciera encargada desde Lo Alto. Los esforzados detectives acumulan algunas pistas que finalmente no les sirven de nada porque el asesino se entrega… para jugarles la última y terrible carta.En “15 minutos”, asistimos a la enfermiza carrera de otros dos sociópatas emigrados de Europa del Este que, acabaditos de llegar a New York, se dan cuenta de que mientras más atroces sean los crímenes que se cometen en EU mayores recompensas mediáticas reciben los criminales. La ecuación es:Asesino “demente” comete crímenes en serie. Asesino demente es capturado y recluído en hospital mental. Abogado de asesino demente demuestra que no es un demente y que por lo tanto debe ser liberado, y no puede ser juzgado por segunda vez. Asesino escribe o le escriben su historia, se la filman y se vuelve multimillonario y honorable. En “15 minutos” el plato está servido, porque uno de los sujetos comete sus crímenes mientras el otro lo registra en vídeo y luego envían la cinta a la tele, donde un presentador sin escrúpulos, en nombre de “los derechos del periodismo”,emite el acto supremo del verdugo: la ejecución del detective que lo estaba buscando. Total: Asesino famoso con su director famoso. Y, lo peor, en ambas películas, cuando se da la posibilidad de que la policía liquide limpiamente a esas alimañas, aparece por supuesto el dilema de “por qué manchar su carrera” para los agentes. Los malos terminan ganando, de todas maneras. Cualquier crítico de aldea podría decir que “es notable de todos modos la magnífica actuación de quien hace de asesino ruso, un auténtico Nosferatu, cuyo placer ante cada crimen y su malvada risita ponen los pelos de punta”. Preguntará el lector, con razón, por qué entonces veo hasta el fin estos filmes execrables: Diré: por puros motivos profesionales, y por la curiosidad de saber si algún día algún director logra siquiera acercarse a la soberana majestad artística con que Stanley Kubrick maneja el tema de la ultra-violencia física y psicológica en “La Naranja Mecánica”, a los acordes de Beethoven y otros clásicos. La película es tan soberbia y sobrecogedora que el propio Kubrick la rechazó después por sus posibles nefastas influencias sobre la juventud británica. Recordemos otra cinta de Kubrick donde el Mal se pasea sutilmente y se adentra en la vida de un médico neoyorkino: “Eyes wide shut” (Ojos abiertamente cerrados), con la impresionante secuencia de la reunión de iniciados orgiásticos en una mansión en las afueras. Para quitarse el sombrero, maestros. Hago esta reflexión subjetiva sobre la presencia del Mal, en afectuosa evocación de un amigo a quien en tierras lejanas y muy peligrosas para el espíritu acaba de lloverle sobre su vida delicada y su corazón de artista la ducha de acero de una justicia tenebrosa. Desde estas montañas que él tanto ha pintado en sus cuadros con pincel amoroso, le dedicamos la canción grabada por Eric Clapton en 1969 con uno de los mejores grupos de rock de la historia, “Blind Faith” -Fe Ciega-, donde el guitarrista nos abre el cerebro con punteo de cirujano en la canción “Presence of the Lord”: “He encontrado finalmente una manera de vivir, como nunca podría haberlo hecho antes. Sé que no tengo mucho qué dar, pero puedo abrir cualquier puerta. Todos saben el secreto, todos saben el resultado: he encontrado finalmente un modo de vivir en presencia del Señor”. Que la luz nos acompañe en los misteriosos caminos… |
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El asma es una enfermedad del sistema respiratorio que afecta principalmente a los niños, aunque también se puede dar en adultos. Entre los niños, el asma es quizás la primera causa de hospitalización, enfermedad crónica y ausentismo escolar. | |||
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En las personas con asma, las vías respiratorias que van desde la nariz hasta los pulmones son extremadamente sensibles. El asma es una respuesta excesiva de las vías respiratorias a un detonante como el polvo en el aire. Esa respuesta puede ser hinchazón e inflamación de las vías respiratorias y un estrechamiento reversible de los pequeños músculos que les rodean (broncoespasmo). En los casos severos de asma, el daño a los pulmones puede ser acumulativo y terminar con un estrechamiento permanente de los bronquios.
Los niños con asma pueden ser capaces de respirar normalmente la mayor parte del tiempo. Sin embargo, cuando encuentran un detonante, ocurre el ataque. Esta es una lista de detonantes comunes: Humo de cigarrillo, polvo, polen, ejercicio, infecciones virales (como la gripa común), animales (pelo o caspa), químico en el aire o la comida, moho, cambios en el clima (más a menudo el clima frío), emociones fuertes, aspirina y otros medicamentos. La contaminación Las vías respiratorias de los niños son más estrechas que las de los adultos, lo cual significa que esos detonantes que pueden causar una respuesta leve en un adulto, son muchos más serios en los niños. De hecho, en los niños la enfermedad puede aparecer súbitamente con síntomas severos. Por esta razón es importante diagnosticar y tratar el asma de manera apropiada. Para algunos niños esto puede significar tomar medicamentos diarios, incluso durante períodos en los que los síntomas de la enfermedad han desaparecido. Es de anotar, sin embargo, que aunque los síntomas desaparezcan, el asma sigue allí, agazapada, y puede reaparecer bien sea debido a la presencia de uno de los detonantes mencionados arriba, o porque se suspenden los medicamentos (o por las dos cosas). Tratamiento Existen dos clases básicas de medicamentos para el tratamiento del asma: Medicamentos de control a largo plazo, que se utilizan de manera regular para prevenir los ataques y no para el tratamiento durante un ataque; y medicamentos de alivio rápido o de rescate, usados para aliviar los síntomas durante un ataque. Los niños con asma leve (ataques poco frecuentes) pueden utilizar medicamentos para el alivio en la medida que lo necesiten, mientras que los que tienen asma persistente deben controlar los medicamentos con regularidad para evitar que se repitan los síntomas. Un ataque severo de asma requiere una evaluación médica y pueden ser necesarias la hospitalización y la administración de oxígeno y medicamentos intravenosos. La familia A la sala de emergencias |
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Al D-Tal, punk rock para sentirse bien
Tras las huellas del éxito
Carlos Cano es ingeniero administrador, Pablo López y Sebastián Gaviria son administradores de negocios internacionales y Jorge Conde es ingeniero de sistemas. Con estas profesiones resulta difícil creer que sean miembros de un grupo que toca punk rock. Pero este grupo llamado Al D-Tal es el ganador del concurso Adiós Garaje del canal MTV, que seleccionó (por votación popular) a esta banda entre muchas de Latinoamérica para presentarse como el grupo revelación del mes de diciembre. Además una de sus canciones actualmente está de novena en el conteo de las 40 más pedidas en las emisoras locales de rock. ¿Cómo es esto posible? Para saberlo hay que rebobinar el casette y dejar que los mismos protagonistas nos cuenten su vertiginosa y exitosa historia.
Como mosqueteros
La formación musical de estos muchachos en algún momento pasó por la academia “Solo Rock”, pero su real vocación de músicos se logró robándole tiempo al estudio e insistiendo como autodidactas; practicando por goma, dirán algunos. Pablo López, guitarrista líder y coros, comenta que la idea del grupo surgió con Sebastián Gaviria, el vocalista y él, que tocaban guitarra desde chiquitos. Un día se decidieron a hacer música en serio y necesitaron más gente para ensamblar una banda. La búsqueda duró un año. Después de varias tentativas y del ir y venir de músicos, en 2004 se articularon los 4 integrantes que hoy conforman Al D-Tal. Al comienzo la banda carecía de nombre y ensayaba bajo el seudónimo de ‘Skylobby’. Tras varios intentos se optó por Al D-Tal. “El nombre es el reflejo del aporte de cada integrante, es un homenaje al esfuerzo personal que al integrarse, construyó una propuesta colectiva”, explica Carlos Cano, baterista del grupo, consciente de que su sonido es una confluencia de visiones, estilos y búsquedas, que se logró porque han sido todos para uno y uno para todos, como los mosqueteros.
Preparación del disco
Entre junio y julio de 2004, Al D-Tal grabó su primer demo, titulado ‘‘Tan solo el comienzo’’, trabajo que cuenta con 4 canciones grabadas en estudio y una grabada en ensayo en vivo. Después de una maratónica agenda de conciertos en diversas ciudades y tocar en cuanto festival o encuentro de rock ha habido, entre mayo y octubre de 2005 Al D-Tal entró a estudios para grabar su primer larga duración. La producción fue de Jorge Mejía ‘‘Chata’’ y Al D-Tal. El disco llamado igual que el grupo, compuesto por 12 canciones, fue grabado en Igneus Estudios de Medellín. “El principal aporte de la producción es que afila el sonido significativamente. Con Chata obtuvimos un mayor nivel de exigencia, para sacar un trabajo muy limpio, sin descuidar la vitalidad y energía de nuestra música. Con Chata ganamos en claridad, para que la música fuera contundente y con una intención dura”, explica Pablo López.
Cómo ganaron en MTV
Un día Carlos Cano vio la convocatoria de MTV, ingresó la información de la banda por acto reflejo, sin mayores expectativas. Pronto se olvidó del cuento y a las dos semanas recibió una llamada de Miami. Le dijeron que eran finalistas de mayo, junto con otras 5 bandas de Latinoamérica y que entraban a votación del público en internet. “Afortunadamente con el apoyo de la gente quedamos ganadores de mayo y pasamos a la final con los ganadores de junio y julio”, comenta el baterista. Para las votaciones finales entre esos tres grupos, recurrieron a varios medios para que colaboraran con la difusión de la banda. El premio es ser la banda Alerta del mes de diciembre, que va a tener exposición todo el mes en el canal, que con este espacio impulsa a los nuevos músicos de diversas tendencias de rock en Latinoamérica. “La idea es viajar entre octubre y noviembre a México y esperar que haya una buena receptividad”, comenta López, el guitarrista.
En su proceso de preparación ya tuvieron un primer examen cuando los invitaron a tocar el 13 de julio de 2006 en el Theatron de Bogotá como parte del programa ‘‘Alerta Live’’ de MTV junto con la banda bogotana Diva Gash. La presentación fue grabada por las cámaras de MTV y la banda recibió muy buenos comentarios de los asistentes al concierto y de la prensa.
Hacia dónde van
Ahora Al D-Tal se está abriendo a otros géneros para enriquecer su música. “Lo que estamos haciendo, cada día nos lleva a ampliar el espectro de ritmos y de las tendencias para obtener un producto que le marque una identidad al grupo, ya que es innegable que con los otros músicos de la ciudad nos terminamos encontrando en ciertos puntos”, comenta López. “Estamos fortaleciendo nuestro estilo. Pero sabemos que es un proceso, donde el arte se madura con la práctica, se va afinando con trabajo y a eso le estamos apuntando”, complementa Conde. “Por eso nos entregamos a la exploración, sin perder la capacidad de asombro y la energía de quien se atreve a descubrir nuevos territorios del sonido”, resalta Cano.
Marcel Marceau
El mimo eterno.
Ya son cinco generaciones las que se han deleitado con el ingenio y talento del maestro de la pantomima, Marcel Marceau. Creador inigualable de mimodramas y de aventuras gestuales, el considerado ‘‘Mimo de Mimos’’ ha transcendido en el tiempo para convertirse en uno de los íconos artísticos de nuestra era.
Este retrato fue tomado por Carlos Tobón, en el año de 1987, en el Teatro Metropolitano, durante la segunda visita del famoso mimo francés a Medellín, ciudad a la que retornaría una vez más, con motivo de su inolvidable gira mundial de despedida, en el año 2005. Una anécdota curiosa detrás de esta foto, fue el deseo del mimo Marceau porque se le hicieran siete y no solo una como inicialmente se lo propuso Tobón, tratando de cuidar el tiempo del artista, pues una superstición de este francés, quien al igual que muchos otros considera este número como cabalístico, lo obliga a usarlo como su número de la suerte.
Dotado de una capacidad de improvisación inagotable, Marcel Marceau será recordado por ser el autor de Bip, divertido personaje de rostro blanco, pantalones de payaso y camisa de marinero, gracias al que pocos desconocen su relevancia en el mundo de las artes escénicas del siglo XX.
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Un talento de diferentes mundos
Un artista en constante movimiento.
Un viajero frecuente, Camilo ha sido influido por una mezca de culturas y experencias, ya que a sus raíces colombianas y a sus veinte años de vivencias en Francia, se le debe agregar el contacto directo que ha tenido con la filosofia y el estilo de vida oriental, fruto de la convivencia con su esposa de origen coreano. Este conocimento de universos distintos, ha enriquecido su particular visión de concebir el arte yha ampliado sus horizontes personales.Camilo C. ha conseguido, por medio de su trabajo pictórico y escultórico, crear un lenguaje propio donde las figuras abstractas, los espacios y las líneas, usualmente con puntos de llegadas imprevistos, se entralazan para formar sensaciones contrarias y afines.Este Arquitecto de la Bolivariana y ex alumno del Taller de José Posada, sigue vigente, prueba de ello, es su reciente exposición en la Cámara de Comercio de Medellín, muestra en donde se pudo apreciar su pasión por las formas provenientes de la naturaleza, que plasmadas en su obras, continúan con vida para ser reinventadas por las mentes de quienes las observan y por él mismo.
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En la edición anterior apareció un artículo mío criticando la carencia total de pasos peatonales -en cualquiera de sus posibles diseños- para cruzar con relativa seguridad la Avenida El Poblado en el sector que nos gusta llamar Milla de Oro. Sin sustos, sin carreras. Y argumentando que hasta el momento ni las administraciones municipales, ni mucho menos el sector privado, cómodamente afincado en sus orillas, habían hecho algo concreto por resolver esta situación, inaceptable en una ciudad medianamente seria. Y concluyendo que en estas condiciones el pomposo remoquete “Milla de Oro” suena hueco, casi sarcástico. Recibí comunicaciones casi inmediatas tanto de la Junta Administradora Local, como del Gerente del Plan Poblado, Luis Alberto García. Los primeros se mostraban interesados en promover con mayor intensidad el tema para asegurar una buena y pronta solución. Y el Gerente del Plan manifestaba que el problema sería enfrentado cabalmente con la segunda fase del Plan, o sea la remodelación del tramo de Avenida entre la quebrada La Presidenta y Oviedo. Si bien la postura de esta columna tiende a ser crítica y escéptica, porque lo normal en los temas de tránsito e infraestructura en nuestra ciudad es la mediocridad y la improvisación, quiero confesar mi respeto y expectativa por esta obra, que aparentemente lograría el muy difícil doble efecto de favorecer a peatones y conductores. Algo que rarísima vez se ha logrado en esta ciudad, pero que, combinando buena planeación e impecable ejecución, es lo que siempre debería ocurrir. Por supuesto, todo dependerá de un elemento clave, que también en esta columna se ha mencionado repetidamente: Contener la falta de educación de los conductores y su patológica agresividad. Según informa Luis Alberto, en la primera fase del Plan Poblado, hicieron pasos peatonales que por el momento no han contado con semáforos. Se dejaron previstos pero no se instalaron. Esperando que a lo mejor no fueran realmente necesarios. En su lugar, se tuvo un equipo de Guías Ciudadanos y Gestores Pedagógicos de Tránsito durante varias semanas instruyendo a los conductores. Al parecer, tan pronto salieron estos volvió la ley de la selva y habrá que instalar los semáforos. O multar seriamente a los infractores, como tanto les gusta hacer con quienes no encienden las luces de día o los que no observan las restricciones del pico y placa. Inevitablemente, tener más semáforos en la Avenida significa menos movilidad para los vehículos. Podrá ponerse uno, máximo dos, lo que claramente no será suficiente para los peatones en un segmento tan largo. Y en los cruces demarcados que queden sin semáforos, que se eduque para su buen uso, pero que también se castigue con firmeza su abuso. Tanto al conductor que no respeta al peatón, como al peatón cuando se lanza a la calle de manera irresponsable. Estaremos, al igual que la Junta Administradora Local, muy pendientes del tema a medida que avance el Plan en su segunda fase. A ver si finalmente encontramos el liderazgo competente que tanto hemos anhelado. |
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Los ricos pobres del jet set paisa
Chismes de pesca con Mauricio Chica, el publicista
Clasificar a las personas como ricas o como pobres siempre me ha parecido de muy mal gusto. Sin embargo, para mí el tema nada tiene que ver con la plata, porque como ya lo había escrito una vez, hay pobres muy ricos y ricos muy pobres. Haciendo una aberrante clasificación de life style, como típica shit de publicista en presentación de campaña, me atrevo a describir algunos prototipos de nuestra bella sociedad paisa, mucha que vive en el pomposo barrio El Poblado. No es ningún análisis profundo, más bien es un desquite evidente contra la salsa rosada, la uña roja y la media pantalón, el terlete y por supuesto, contra aquellos individuos de dos dedos parados que producen náuseas, de los que despotricamos y nos reímos hasta llorar, Mauricio Chica el publicista y yo, durante nuestras pesquerías memorables y muy confidenciales, en las que cargamos libreta con los apellidos que se nos quedaron pendientes de chisme la pesca anterior. Sin más carreta, estos son los ricos pobres del jet set paisa y lo que comen:
Los yernos del club: abundan los yernos muy ricos que ascendieron de tapetusa a whisky de 18 años y salen con prepagas buenísimas a disfrutar de la fortuna que unos años antes los ricos pobres de sus suegros, austeros de la sociedad antioqueña, ahorraron para que sus hijas vivieran como damas de alta alcurnia. Comen sin la mujer en los restaurantes caros pero viaticando y muchos creen que gazpacho es carne congelada y carpaccio sopa fría. Para ellos la alcachofa es decorativa y amarga.
Pululan las quemonas: arrimadas o igualadas que viven del apellido de sus maridos o, peor, de sus fortunas, mientras se la pasan todo el día en el club hablándoles mal del sinvergüenza del esposo a las amigas y a los exnovios. “Que tenga moza si quiere, pero que pague”. Solo comen comida light o sushi, cuando no pasaban del frisol.
Llueven las millonarias pobres: qué tal 10 señoras ya grandes, todas millonarias sentadas en el club más pinchado de la ciudad haciendo vaca para comer empanadas y palitos de queso con cocacola ligth: “mijito, pero fijate que sí partan bien la cuenta entre todas”… con el mesero, qué pena, cuando su marido al año se gana lo suficiente para comprar dos veces el club. ¿Serán ricos porque solo saben comer empanadas y palitos de queso? ¿Serán ricos porque el marido solo las deja comer eso, será que las regañan, o será que nunca aprendieron a comer otra cosa? Señoras de las mismas características en cualquier otra ciudad estarían comiendo paté y tomando té, o al menos whisky de malta.
Cada día hay más ricos: que llevan el agua al club porque todo está muy caro y piden llevar el vinito pero sin descorche a los restaurantes. Comer en los ejecutivos caseritos les encanta, pero sin que nadie los vea. Le meten 1.000 pesos al bolsillo del mesero como cosa extraordinaria. Se viven preguntando el porqué no habrá una zona como El Hueco pero de restaurantes. Exigen como ricos de verdad.
La buenona mañé: ¿está viendo la serie de la prima de mi mujer, Sin tetas no hay paraíso? Ya la identificó, aquella que dice: escuchá este disco, o cojamos tasi, pero que está buenísima. Ya se detalló cómo come y cómo coge los cubiertos. ¿Usted la llevaría a un cumpleaños donde su mamá? (La mía siempre me llamaba furiosa con el Álvaro José en vez del dulce mijito, cuando hace varias décadas se me ocurría llevarlas a la casa). Mauro, esa trucha sí está como lo más de bonita…ahí está la Virgen que a mí me va a dar algo, qué dolor. Todo las engorda, por eso para ellas el bonyurrrrr y el claro con dulce de macho. Las bastantoncitas se ven lindas doña Lucrecia.
El gastrónomo-enólogo funcionario: este personaje detestable, de la supuesta nueva onda del boom del vino y la gastronomía en nuestra ciudad.
Como un rector de escuela que para cobrar caro cree que ya somos mejores cocineros que los vascos, puffff! Lee las cartas de menús y vinos y todo le parece una porquería, para saber que en la casa está acostumbrado a catar aguapanela y mazamorra, ahora pues se las da de vinatero mendocino (a que ni entiende). Este se come el tallo del espárrago y bota la punta y no entiende lo que quiero decir con esto (¿Usted sí?).
La señora descrestona: que cree que si la finca huele a queso azul a varias millas a la redonda, le gente pensará que son muy ricos; qué pena mientras que a casi todos nos huele como a mierda. Para esta tampoco sin tetas hay nada. Señora, de eso no venden y aunque se vista de seda y mejor siga comiendo salchipapa, que el queso azul no le va. Y por favor cómprele calzoncillos nuevos a su marido en vez de seguir descrestando. Los ricos del marranito: ahorrar y guardar y ganar y abusar y depositar y evadir y tumbar y acumular y amontonar y atesorar y escatimar y mentir y maltratar y engañar y abusar y no pagar y guardar y pagar mal y dominar; estos son los marranitos ricos que entienden y practican estos verbos a diario. Confunden el foie con un paté, imperdonable porque tienen con qué, pero lástima que les falta el gustito y no han podido liberarse de la cultura de Miami Bitch.
Por favor, no me diga que se vio en alguno de nuestros perfiles sicográficos porque eso está mal y lo siento por usted. Aún está a tiempo de cambiar. Faltaron muchos, pero quedan aquellos fascinantes con los nombres propios para las pesquerías, porque como las autoridades dejaron que se extinguiera el pescado en el Peñol, tenemos mucho tiempo para charlar y reírnos. Mauro, te espero el sábado a las 5 y 28, decile a Ana que me mande fiambre, pero que no se le olvide que estoy a dieta.