Asma infantil

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  El asma es una enfermedad del sistema respiratorio que afecta principalmente a los niños, aunque también se puede dar en adultos. Entre los niños, el asma es quizás la primera causa de hospitalización, enfermedad crónica y ausentismo escolar.  
     
 
 
     
  En las personas con asma, las vías respiratorias que van desde la nariz hasta los pulmones son extremadamente sensibles. El asma es una respuesta excesiva de las vías respiratorias a un detonante como el polvo en el aire. Esa respuesta puede ser hinchazón e inflamación de las vías respiratorias y un estrechamiento reversible de los pequeños músculos que les rodean (broncoespasmo). En los casos severos de asma, el daño a los pulmones puede ser acumulativo y terminar con un estrechamiento permanente de los bronquios.

Los niños con asma pueden ser capaces de respirar normalmente la mayor parte del tiempo. Sin embargo, cuando encuentran un detonante, ocurre el ataque. Esta es una lista de detonantes comunes: Humo de cigarrillo, polvo, polen, ejercicio, infecciones virales (como la gripa común), animales (pelo o caspa), químico en el aire o la comida, moho, cambios en el clima (más a menudo el clima frío), emociones fuertes, aspirina y otros medicamentos.

La contaminación
En años recientes, se ha presentado un incremento a nivel mundial del número de niños con asma. Dicha tendencia ha sido relacionada con factores ambientales como la contaminación del aire. Sin embargo, es importante entender que aun dentro de las casas puede haber detonantes que propicien ataques de asma iguales a los que puede haber en espacios abiertos.

Las vías respiratorias de los niños son más estrechas que las de los adultos, lo cual significa que esos detonantes que pueden causar una respuesta leve en un adulto, son muchos más serios en los niños. De hecho, en los niños la enfermedad puede aparecer súbitamente con síntomas severos. Por esta razón es importante diagnosticar y tratar el asma de manera apropiada. Para algunos niños esto puede significar tomar medicamentos diarios, incluso durante períodos en los que los síntomas de la enfermedad han desaparecido. Es de anotar, sin embargo, que aunque los síntomas desaparezcan, el asma sigue allí, agazapada, y puede reaparecer bien sea debido a la presencia de uno de los detonantes mencionados arriba, o porque se suspenden los medicamentos (o por las dos cosas).

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Tratamiento
Las familias y su pediatra deben trabajar juntos en equipo para desarrollar y llevar a cabo un plan que incluya la eliminación de los factores desencadenantes del asma, el monitoreo de los síntomas y un plan sobre lo que deben hacer cuando se presenta el ataque de asma en el niño.

Existen dos clases básicas de medicamentos para el tratamiento del asma: Medicamentos de control a largo plazo, que se utilizan de manera regular para prevenir los ataques y no para el tratamiento durante un ataque; y medicamentos de alivio rápido o de rescate, usados para aliviar los síntomas durante un ataque.

Los niños con asma leve (ataques poco frecuentes) pueden utilizar medicamentos para el alivio en la medida que lo necesiten, mientras que los que tienen asma persistente deben controlar los medicamentos con regularidad para evitar que se repitan los síntomas. Un ataque severo de asma requiere una evaluación médica y pueden ser necesarias la hospitalización y la administración de oxígeno y medicamentos intravenosos.

La familia
Las familias juegan un papel muy importante en el control del asma, al ayudar a eliminar los factores detonantes de los espacios cerrados que empeoran esta condición. Por ejemplo, es extremadamente importante eliminar el consumo de cigarrillo en la casa. Mantener los niveles de humedad bajos y reparar las filtraciones puede reducir el crecimiento de organismos como el moho. La exposición a las cucarachas se puede reducir con un poco de aseo. Loscobertores, cobijas y sábanas (mejor si son antialérgicos) se deben cambiar con frecuencia para reducir la exposición a los ácaros del polvo. Igualmente, los detergentes y productos de limpieza deberían ser sin aroma.
Todos estos esfuerzos pueden establecer ayudar mucho al niño asmático, aunque no se note de inmediato. Un alergólogo puede ayudar a elaborar un plan para reducir los desencadenantes del asma dentro del hogar.

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A la sala de emergencias
Se debe buscar asistencia médica si se cree que un niño tiene alguno de los síntomas de la enfermedad, pues es muy importante diagnosticar y tratar el asma a tiempo con el fin de reducir el riesgo de complicaciones. Si una persona cree que el niño está teniendo problemas con la respiración o que está teniendo un ataque de asma, debe buscar asistencia médica de inmediato.

 
     
 
Prueba para detectar si usted tiene asma

Si la respuesta es sí a cualquiera de las siguientes preguntas, es posible que el niño tenga asma y deba consultar de inmediato con el médico. Si responde no a todas las preguntas, aparentemente está controlando el asma de forma adecuada. De todos modos, siempre es buena idea discutir los resultados con el médico, que siempre es el mejor recurso para asegurarse de que asma está controlada.

1. La tos o la dificultad para respirar me impiden realizar mis actividades cotidianas.
2. No me gusta hacer ejercicio porque se me dificulta la respiración o comienzo a toser cuando lo hago.
3. La tos o la falta de aire me interrumpen el sueño.
4. Falto al trabajo o a la escuela porque tengo problemas para respirar.
5. A veces me falta el aire.
6. A veces siento opresión en el pecho.
7. Cuando tengo dificultad para respirar, a veces tengo sibilancia y respiro con un ‘‘silbido’’.
8. Algunas veces tengo ataques de tos.
9. El polvo, el polen o los animales domésticos me provocan tos, respiración sibilante o dificultad para respirar.
10. Me resulta más difícil respirar cuando hace mucho frío.
11. Me resulta más difícil respirar cuando hace mucho calor.
12. El humo del tabaco, los vapores o los olores fuertes me dificultan aun más la respiración.
13. Cuando tengo resfríos de pecho, me resulta difícil respirar.

 
 
 
 
Cómo controlar el asma

Lo primeros que hay que hacer es limitar la exposición a los factores detonantes. Afortunadamente, debido a que los síntomas del asma son causados usualmente por un factor específico o una combinación de factores, el asma puede controlarse una vez la familia del niño comprenda cuáles son esos detonantes específicos y limite su exposición a ellos.

Estos factores varían mucho entre las personas con asma, pero hay un número de ellos que son comunes a todos:

1. Alergias al polen, al moho, a los animales domésticos y a otros factores ambientales.
2. Contaminación del aire, tal como el humo del tabaco, los niveles de ozono altos y los gases del tráfico automotor.
3. Emociones fuertes, como el miedo, el llanto o la risa.
4. Ejercicio en exceso o en clima muy frío.
5. Agentes irritantes que se encuentran en el hogar, como el polvo, los productos para la limpieza y los perfumes.
6. Enfermedades, como la gripa o las infecciones respiratorias.
7. Algunos medicamentos para el dolor que se compran sin receta médica.
8. El clima, particularmente el viento y el aire frío.

 
     
 
Consejos para controlar el asma
El pediatra Bill Sanders, reconocida autoridad internacional en el tratamiento del asma, da esta lista de recomendaciones sencillas para la familia del niño con asma:

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1. Desarrollar un plan de tratamiento: Las recomendaciones de tratamiento vigentes indican que el uso diario de corticosteroides inhalados es la terapia preferida para personas con asma persistente (cuyos síntomas se presentan más de dos veces por semana). Pregunte a su médico si esta terapia es la más adecuada para usted.
2. Evitar los factores desencadenantes de los ataques de asma: Hay que hablar con el médico sobre las cosas que le empeoran el asma al niño, y evitarlas tanto como sea posible.
3. Mantener un registro de control. Un registro diario de síntomas y medicamentos puede ayudarle tanto al niño como al médico a determinar si el plan de tratamiento está dando resultado.
4. Tomar los remedios tal como han sido recetados: Si le recetaron un medicamento preventivo diario para evitar los síntomas, hay que tomarlo todos los días tal como fue indicado (incluso si el niño se siente bien) para que la medicina siga funcionando de manera adecuada.
5. Tener siempre a mano un inhalador de rescate y usarlo cuando sea necesario. Hay una advertencia: Si hay que usar el inhalador de rescate más de dos veces por semana, esto puede indicar un control inadecuado del asma. Lo mejor es consultar con el médico.
6. Ir al médico al menos una vez cada seis meses para revisar el plan de acción contra el asma. Finalmente, dice el doctor Sanders: ‘‘Recuerde que el asma no desaparece cuando desaparecen los síntomas.

El asma es una enfermedad crónica que siempre está presente, incluso cuando usted se siente bien. Colabore con su médico para desarrollar un plan de tratamiento adecuado para usted, ¡y sígalo!.

 
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