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La otra cara del egoísmo

Cuatro pistas bastante concretas sobre cómo terminamos por resistirnos a vivir
/ Juan Sebastián Restrepo

Creemos demasiado en ese viejo personaje que construimos con ayuda de nuestros semejantes, ese que acomodamos en “nuncas” y “siempres”, ese conocido que nos ahorra el riesgo de vivir y que nos permite quedarnos en nuestro mediocre purgatorio. Pero ese que creemos ser, ese tal ego, no es más que un filtro necesario para amortiguar la grandeza de la vida. Es una frontera, ficticia y mentirosa como toda frontera. Y está bien tener una fronterita, pero confundir el mapa con el territorio, y nuestro lugar seguro con la vida, nos hace sufrir, porque lo verdaderamente interesante, nutritivo y transformador es lo que está al otro lado.

Desde pequeños somos entrenados para resistirnos psicológicamente a vivir la vida. Y el resultado es que somos “godos” vitales recalcitrantes. Creemos conservarnos, pero lo que conservamos es un estereotipo, una ficción, un concepto imaginario. Y para conservarlo nos perdemos a nosotros mismos: la experiencia, la novedad, el crecimiento y la posibilidad de encontrarnos. El antiguo “pacto con el diablo” que aparece en los mitos es una forma de enunciar esta verdad.

¿Cómo se da concretamente esta operación mediante la cuál perdemos la vida en aras de sostener un auto-concepto? Les quiero dar cuatro pistas bastante concretas sobre cómo terminamos por resistirnos a vivir.

La primera de ellas es el miedo psicológico. Empieza como guardián pero terminamos erigiéndolo en tirano. Una vez le rendimos pleitesía empieza a darnos miedo, y cuando le tenemos miedo al miedo, entonces ya es muy tarde: ¡somos unos cobardes! Y yo no conozco al primer cobarde que haya sido feliz. El miedo, que empezó como una simple alarma, como el ladrido de un perro que dice: “atención, zona fronteriza, empieza lo desconocido”, terminó volviéndose una prisión que dice: “paralízate porque si no, te mueres”.

La segunda es la vergüenza. Esta mantiene separados al que somos y al que pretendemos ser, es decir, al que mostramos. Nos deja siempre divididos. Conlleva la incapacidad de abrirnos auténticamente y exponernos al mundo. Y el problema es que en esa exposición es que realmente maduramos. La vergüenza garantiza que permanezcamos guardaditos y nunca nos encontremos. Por eso todas las personas realizadas tienen algo de sinvergüenzas.

La tercera es el disgusto (no la rabia) del criticón o el amargado, que resiente ver las partes alienadas de su vida en los otros. A la espontaneidad le dice “mañezada”, le parece “ridícula” la alegría, y en general desacredita todo aquello que su vida psicorrígida, normativa, estandarizada no puede desear. Es el juicio de los que tienen el alma amarga: y ese disgusto es una cárcel, no solo para el criticón envenenado, sino para todos aquellos que no siguen su ley gris. Por eso siempre he creído que son más plenos los artistas que los críticos de arte.

Y por último tenemos a la ansiedad, esa forma de matar el presente y llenarlo con las fantasías catastróficas de un futuro desconocido. En la ansiedad nos consume la idea errónea de que todo debe estar bajo control. Ignoramos que, por fortuna, las cosas se descontrolan y cuando lo hacen, la vida nos muestra su nuevo rostro. Y lo peor de todo es que por andar fantaseando desatendemos el presente y ahí sí ocurren las catástrofes.

No pretendo que eliminemos estas afianzadas pautas de nuestras vidas, eso sería esperar demasiado. Lo que si quiero es invitarlos a que no les crean del todo y dejen de ser sus fieles servidores.
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Nuevo POT baja el índice de construcción al lote de Space

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Según el avalúo del lote, realizado por la firma Humberto Ochoa Asociados SAS, bajo la nueva normativa se construirían 83 viviendas

 

Por Catalina Peláez

El avalúo del lote donde quedaba la desaparecida urbanización Space, ya por fin está en manos de la Superintendencia de Sociedades junto con el proyecto de graduación y calificación de créditos de la sociedad Lérida CDO S.A., en liquidación judicial. En relación con los parámetros, criterios y la normatividad que debían ser tenidos en cuenta a la hora de realizar el avalúo del lote (de 10.945,72 metros cuadrados aproximadamente), se presentaron múltiples discusiones. Mientras unos argumentan que se debía hacer bajo el anterior Plan de Ordenamiento Territorial, otros, en cambio, dicen que debía ser sobre el recién aprobado POT. Finalmente la firma Humberto Ochoa Asociados S.A.S, designada por la sociedad en liquidación, realizó el avalúo según el acuerdo 048 de 2014, en el cual se delimitó el lote dentro del polígono C5-CN5-17, que establece un índice de construcción de 1.2 (número máximo de veces que la superficie de un terreno puede convertirse por definición normativa en área construida y se expresa por el cociente que resulta de dividir el área permitida de construcción por el área total de un predio), una densidad de 75 viviendas por hectárea, permitiendo otros usos como comercio hasta 500 metros, y descartando el uso para hotelería.

 

Avalúo soportado en el nuevo POT

Quienes dicen que el avalúo debía estar soportado sobre el anterior POT basan su argumentación en el decreto 1469, en su artículo ocho: “Reconstrucción. Es la autorización que se otorga para volver a construir edificaciones que contaban con licencia o con acto de reconocimiento y que fueron afectadas por la ocurrencia de algún siniestro. Esta modalidad de licencia se limitará a autorizar la reconstrucción de la edificación en las mismas condiciones aprobadas por la licencia original, los actos de reconocimientos y sus modificaciones”. Por su parte, la firma avaluadora dice que, a pesar de existir criterios que pueden ser válidos a la luz del decreto 1469 de 2010, “sobre la autorización que se otorga para volver a construir edificaciones que contaban ya con licencia, es claro que ello significa acogerse a la elaboración de un nuevo proyecto sometido a la legislación vigente sobre normas de sismo resistencia tanto normativa de usos como los índices constructivos, lo que conllevaría a un nuevo diseño estructural, con nuevos rediseños arquitectónicos y urbanísticos, pago de impuestos (…) entre otros, que significarían una nueva concepción estructural del edificio”. En la práctica, según la firma avaluadora, se traduce en acogerse a la normatividad del acuerdo 048 de 2014 contenida en el Nuevo Plan de Ordenamiento Territorial”.

83 viviendas

Space, con 161 apartamentos en 6 torres, se construyó sobre un lote bajo el polígono Z5CN2-19, del POT anterior, para un uso del suelo residencial, y que permitía un índice de construcción del 2,3 y un índice de ocupación del 30 por ciento. Hoy, dentro del polígono C5-CN5-17 de la normativa nueva, el mismo lote tendría un uso del suelo mixto, con un índice de construcción del 1,2 y un área de ocupación del 47 por ciento. Esto, según el avalúo de Humberto Ochoa Asociados, permitiría la construcción de 83 viviendas (75 por hectárea).

La comuna 6, donde la debilidad se vuelve fortaleza

Tanto su topografía empinada como sus diferentes tipos de poblamiento han marcado la diferencia de la comuna 6 (Doce de Octubre) con otras comunas de la ciudad. Lleva a cuestas una compleja historia de asentamientos informales y formales que la han convertido en una de las más densamente pobladas de Medellín. Por ejemplo, mientras la comuna 15 (Guayabal) tiene una extensión de 760 hectáreas y 93.000 habitantes, la comuna 6 agrupa en 383 hectáreas (casi la mitad) a 193.000 personas. En esta densificación ha incidido el ser una de las mayores receptoras de personas desplazadas, junto con las comunas Popular, Santa Cruz, Manrique, Villa Hermosa y San Javier. Las seis albergan el 65 por ciento de la población desplazada en Medellín.

Entre sus condiciones adversas también se cuentan las dificultades de acceso, la pobreza y la consolidación de diferentes grupos armados ilegales. Estas situaciones, sin embargo, lejos de amilanar a sus habitantes los han fortalecido y han propiciado la consolidación de un sinnúmero de organizaciones sociales que trabajan con un objetivo común: dignificar la vida en la comuna 6, norte que quedó plasmado en su Plan Estratégico de Desarrollo, elaborado en 2006.

Varios líderes coinciden hoy en señalar que los frutos se han visto y la comuna se ha transformado de manera positiva, tanto por el trabajo interno como por las inversiones realizadas por la administración municipal. Incluso, según el más reciente Informe de Calidad de Vida Medellín Cómo Vamos, es una de las tres comunas -con Manrique y Aranjuez- donde más creció el Imcv (Índice Multidimensional de Condiciones de Vida), con un 2,2 %. No obstante, sigue por debajo del valor medio del Imcv urbano.

Uno de los resultados del trabajo grupal de la comuna 6 y uno de sus distintivos es el desarrollo cultural. Allí hay cuatro casas de la cultura, cinco bibliotecas y un parque biblioteca, tres teatros al aire libre y se realizan al año varios festivales de rock, hip hop y de la raza. De barrios como Pedregal han surgido artistas de renombre como Fredy Serna, quien se ha servido del Cerro El Picacho para pintar algunas de sus célebres panorámicas de la ciudad.

Los retos aún son muchos pero hay capital humano y disposición de la municipalidad para continuar invirtiendo en esta comuna que mira a Medellín desde uno de los más bellos cerros tutelares.


Ubicación
La comuna 6 (Doce de Octubre) está situada al noroccidente de Medellín, en la llamada Zona 2. Al norte limita con el municipio de Bello, al oriente con la comuna 5 (Castilla), al occidente con el corregimiento de San Cristóbal y al sur con la comuna 7 (Robledo). Se asienta sobre la ladera que va desde la base del Cerro El Picacho hasta la cota 1.600 y predominan las pendientes fuertes, todas por encima del 20 por ciento. Algunos barrios están en terrenos con pendientes superiores al 60 por ciento, como El Picacho, El Picachito y el Mirador del Doce.

Extensión
383.65 hectáreas.

Barrios
De manera oficial, la comuna 6 está compuesta por doce barrios. Son ellos Santander, Doce de Octubre No. 1, Doce de Octubre No. 2, Pedregal, La Esperanza, San Martín de Porres, Kennedy, El Picachito, El Picacho, El Progreso No. 2, El Triunfo y Mirador del Doce.

Viviendas
Según la Encuesta de Calidad de Vida Medellín Cómo Vamos, en la comuna 6 hay 48.888 viviendas. De ellas, 28.454 están en estrato 2, 12.835 en estrato 3 y 7.599 en estrato 1. Población y edades De acuerdo con datos de la Alcaldía de Medellín, la comuna 6 tiene una población de 192.381 personas, de las cuales 101.069 son mujeres y 91.312 son hombres. Edades: De 45 a 64 años, 52.017 personas; de 0 a 14 años, 39.535; de 15 a 24, 31.654; de 25 a 34 años, 28.408; de 35 a 44 años, 25.209; de 65 años o más, 15.558.

Niveles de educación
Primaria: 62.765 • Media: 39.997 • Ninguno: 30.020 • Preescolar: 26.099 • Secundaria: 11.591 • Técnica: 9.219 • Tecnológica: 3.650 • Universitaria: 2.582 • Especialización: 188 • Maestría: 0 • Doctorado: 0

Seguridad
Según el Sistema de Información para la Seguridad y la Convivencia (Sisc), entre el 1 de enero y el 27 de junio de 2015 se registraron 14 homicidios en la comuna 6 (Doce de Octubre), un 30 por ciento menos que en el mismo periodo de 2014, cuando hubo 20 homicidios. Los días sin homicidios entre el 1 de enero y el 27 junio de 2015, sumaron 165, cuatro más que en igual lapso del año pasado, con 161. En la comuna 6 hay 20 cuadrantes de Policía y 22 cámaras de videovigilancia instaladas.

La comuna 8, rica en tejido social

Al observar con detenimiento la historia y la transformación de las comunas de Medellín, nos asalta una vez más la convicción de que las carencias generan cohesión social, al menos en nuestro medio. A menudo se evidencia que cuando una comunidad tiene mayores necesidades de primer nivel e incluso ha sufrido entre sus calles y sus casas los embates de la violencia, la pobreza, la injusticia y el desplazamiento, simultáneamente y a manera de curiosa compensación, van surgiendo entre sus gentes otros lazos que si bien no reemplazan los faltantes vitales, sí ayudan a sobrellevarlos y a desarrollar otras fortalezas que puedan minimizarlos.

Prosperan entonces la solidaridad, los liderazgos sociales, las organizaciones barriales, la valoración y el respeto por los vecinos viejos y nuevos, el sentido del bien común, la capacidad de análisis y la recursividad para estudiar, planear y realizar proyectos de beneficio general que el Estado no ejecuta. Al mismo tiempo se valora y reafirma la diferencia, sobre todo cuando ese sitio geográfico específico se convierte en receptor permanente de personas provenientes de otras regiones del departamento y el país, con deseos de crear arraigo en el lugar que los acoge pero también con nostalgia de sus raíces y ansia de mantenerlas latentes para conservar su identidad.

De todo esto es ejemplo la comuna 8, Villa Hermosa, una de las más deprimidas pero más organizadas comunitariamente, y la cual hoy es objeto, como nunca, de una cuantiosa inversión por parte de la municipalidad con el ánimo de contribuir a saldar la deuda social. En este séptimo cuadernillo de nuestra serie periodística Vivir en Medellín nos adentramos en la comuna 8. Mediante testimonios, imágenes, datos y la crónica Desde la montaña la ciudad es una ilusión, del periodista José Guarnizo, esperamos contribuir al conocimiento y entendimiento de esta ciudad, más allá de los límites de la comuna 14. En estas páginas se hacen visibles el tejido social, la esperanza en un futuro mejor ­—pese a tantas necesidades insatisfechas, ¡entre ellas el agua!— y la valentía de aquellos que encontraron en el servicio a los demás su razón de ser.


Ubicación
La comuna 8, Villa Hermosa, está situada en la zona centroriental de Medellín. Limita por el norte con la comuna 3 (Manrique); por el oriente con el corregimiento de Santa Elena; por el occidente con la comuna 10 (La Candelaria); y por el sur con la comuna 9 (Buenos Aires).

Barrios
Para el Departamento de Planeación, la comuna 8 tiene 18 barrios: Villa Hermosa, La Mansión, San Miguel, La Ladera, Batallón Girardot, Llanaditas, Los Mangos, Enciso, Sucre, El Pinal, Trece de Noviembre, La Libertad, Villatina, San Antonio, Las Estancias, Villa Turbay, La Sierra (Santa Lucía–Las Estancias) y Villa Lilliam. Según la comunidad, los barrios son 34.

Viviendas
De acuerdo con la Encuesta de Calidad de Vida Medellín 2013, en la comuna 8 hay 46.590 viviendas. De ellas, 18.371 están en estrato 2, 15.997 en estrato 1, 11.238 en estrato 3 y 984 en estrato 4. En los estratos 5 y 6 no hay.

Población y edades
Su número de habitantes, según la Encuesta de Calidad de Vida, es de 136.375, de los cuales 70.976 son mujeres y 65.399 son hombres. Del total, de 0 a 14 años hay 31.202 personas; de 45 a 64 años, 30.145; de 15 a 24, 24.625; de 25 a 34 años, 23.027; de 35 a 44, 16.902, y de 65 años o más, 10.474.

Niveles de educación
• Primaria: 38.346 • Media: 31.468 • Ninguno: 26.754 • Preescolar: 17.961 • Secundaria: 7.760 • Técnica: 6.818 • Universitaria: 3.598 • Tecnológica: 3.363 • Especialización: 217 • Maestría: 90 • Doctorado: 0

Servicios públicos
Agua: Según EPM, al finalizar mayo había en la comuna 8, por morosidad, 1.841 (2,82 %) clientes/usuarios cortados y 483 (0,74 %) suspendidos, de un total de 65.182 servicios. (EPM no especifica la cobertura que tiene en dicha comuna, pero líderes comunitarios aseguran que cerca de 10 mil personas no tienen conexión al agua potable).
Energía: Usuarios morosos cortados: 739 (1,08 %) y 338 usuarios morosos suspendidos (0,49 %), de un total de 68.374 servicios.
Gas: 357 clientes morosos cortados (1,64 %) y 217 suspendidos (0,99 %), de un universo de 21.815 servicios.

Seguridad
Datos del Sistema de Información para la Seguridad y la Convivencia (Sisc) indican que entre enero 1 y mayo 31 de 2015 hubo nueve homicidios en la comuna 8, mientras en el mismo periodo de 2014 se registraron 17 y en 2013, 32. En igual lapso, el número de días sin homicidios en 2015 aumentó: 142, frente a 136 en 2014 y 124 en 2013.
Villa Hermosa cuenta con 16 cuadrantes de Policía y 26 cámaras de videovigilancia.

Soluciones al detal

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Sin duda no hay una varita mágica pero sí la posibilidad de optar por la persistencia y la perseverancia en la evolución de las soluciones

La indigencia es uno de nuestros grandes barómetros sociales. Nos indica las fallas en el sistema educativo, judicial y de salud, en la prevención del consumo de drogas, en el resguardo familiar para la infancia y la juventud, en las oportunidades de empleo, incluso las debilidades en la economía local. También es un gran indicador de nuestra actitud. Es fácil asumir que aquellas personas de calle y en situación de calle son todas enfermas mentales, vagas, perezosas y drogadictas sin esperanza; incluso, para algunos, se trata de vidas tan desesperanzadas que no ameritan más gastos de recursos ni esfuerzos, pero sobre todo, para muchos, es fácil seguir de largo y aceptar la situación como algo normal, como parte del paisaje. La mirada debe cambiar.

Con motivo del Foro Internacional Modelos Públicos de Atención a la Población Habitante de Calle que se celebró en Medellín el 11 y 12 de junio y en el que participaron expertos de ciudades como Barcelona, Nueva York, Buenos Aires y Ámsterdam para intercambiar ideas y estrategias, la Secretaría de Inclusión Social y Familia dio a conocer que Medellín tiene 3.250 habitantes de calle –el 45 por ciento de ellos son de la ciudad y el 55 por ciento de otros municipios y regiones colombianas–. La entidad también ofreció el siguiente dato: en esta población se invierten 2.600 millones de pesos mensuales en atención básica, resocialización y egreso productivo. Las cifras, difíciles de calcular por el subregistro y por tratarse de una población flotante, son imprecisas y merecen, adicionalmente, un análisis más detallado para poder implementar las medidas más específicas que nacieron o se nutrieron del Foro. Así lo han concluido también otras voces como la del concejal Luis Bernardo Vélez: datos como edades, niveles de escolaridad, contextos y detonantes para estar y permanecer en la calle, años de consumo de sustancias sicoactivas, reincidencias, enfermedades, estado de sus vínculos familiares, son una parte de la información necesaria para que se dé un diagnóstico exhaustivo para enfrentar dicha cuestión. Esto, como bien lo explicaba Carme Fortea Busquets, una de las invitadas al encuentro y representante del Departamento de Atención a Personas Vulnerables de Barcelona, permite una mejor receptividad en la población de y en situación de calle, al realizarse un trabajo mucho más personalizado y un acompañamiento al detal para el reingreso a la sociedad.

Desde que se tiene memoria, esta ha sido la papa caliente de las administraciones municipales y los resultados de cada una de ellas se han centrado en cifras de dinero y otros recursos invertidos. Las gestiones de muchas de ellas, lamentablemente, han sido trasladarlos de un sitio a otro. Sin duda no hay una varita mágica pero sí la posibilidad de optar por la persistencia y la perseverancia en la evolución de las soluciones, buscar la continuidad entre uno y el siguiente gobierno.

En otros países, como se evidenció en el Foro, la situación no dista mucho de la nuestra; estamos en momentos diferentes del mismo proceso. Aunque en Medellín la dependencia a sustancias sicoactivas es más fuerte o el nivel de escolaridad más bajo, los motivos para que un ser humano duerma en la calle por primera vez son, aquí o en donde se quiera, un ítem de la misma lista: descuido con la población vulnerable. De ahí que sea fundamental el trabajo sólido en la prevención, en especial con la infancia y la juventud para esquivar el camino del indigente adulto con reincidencia crónica.

Con el ánimo de profundizar en el asunto e informar sobre el Foro Internacional Modelos Públicos de Atención a la Población Habitante de Calle, invitamos a leer en esta edición el artículo “Una búsqueda por detener el regreso a la calle”, en la página 8.

Amparo tiene miedo pero no se le nota (crónica de Mauricio Abad Echeverri)

En la comuna 6, caracterizada por sus organizaciones sociales, una líder con piel de lobo y corazón de oveja posibilita conocer la zona a través de su vida

“Si usted revisa, llevo cuatro años en los que no salgo a decir cosas muy duras en los medios. Yo, en 15 años, con todos los sufragios que me han mandado, ya tendría una empresa de venta de sufragios. Un día me mandaron uno con la foto de mi sobrino con su uniforme en el colegio. Eso sí me timbró y entonces la gente me dijo: Te volviste vieja, y les contesté: Es que el Estado no cuida a mi familia y mi familia no es la que está metida en todas estas mierdas, es Amparo Mejía”.

A las siete de la mañana, Amparo, habitante de la comuna 6 de Medellín, ya ha aseado los corrales y alimentado sus tres perros, ha puesto cuido y le ha cantado a las cacatúas que hace poco le regalaron, ha llevado a su sobrino pequeño al colegio y asiste a misa. “Siento que debo ir todos los días a misa de siete porque es Dios el que me mueve” –afirma–. “El año pasado fui víctima de una brujería que me hizo una líder por envidia, siento que lo que me ayudó fue estar tan entregada a Dios”, dice con fe de carbonero.

Barrio El Picachito, en la comuna 6 de Medellín. Al fondo se aprecia un amplio sector de la zona nororiental de la ciudad. Fotografía tomada el 1 de julio de 2015 por Róbinson Henao
Barrio El Picachito, en la comuna 6 de Medellín. Al fondo se aprecia un amplio sector de la zona nororiental de la ciudad. Fotografía tomada el 1 de julio de 2015 por Róbinson Henao

Un sol potente ilumina la gran plazoleta del Parque Biblioteca Doce de Octubre, ubicado en la centralidad de mayor desarrollo de la comuna 6. Ocho de la mañana. De todos lados van llegando niños de entre 8 y 10 años, la mayoría con pantalones marcados con los logosímbolos de la administración municipal. A sus espaldas cargan morrales de color verdeazul con la inscripción “Semilleros de Mesas Ambientales” y una frase en apariencia intrascendente pero que en esta comuna adquiere un profundo significado: “Renovando liderazgos”. Hacen parte de los 270 jóvenes que integran los Semilleros Ambientales de todo el Doce de Octubre. Amparo descarga de una camioneta, junto con el operador logístico de la Alcaldía, tres cajas repletas de refrigerios y firma la planilla de entrega. “El que no llegue aquí, es que no se bañó. Una fila, por favor, rapidito”, grita mientras destapa las cajas. Cada niño recibe un recipiente plástico con un picadillo de frutas surtidas, cuchara y una bolsa plateada amarrada con alambre que contiene una porción de hojuelas de maíz azucarado y un yogurt en bolsa. Al final de la fila, entre acudientes de los niños de cada barrio –todas mujeres, con excepción de un joven que resalta entre ellas– el conteo llega a 40 personas. El plan del día es realizar una caminata bordeando la quebrada y llegar hasta el sector de La Tinajita para que los niños realicen una práctica en el Aula Medioambiental. “No pude tener hijos, perdí tres, pero no hay nada que por bien no venga, un bebé me haría vulnerable ante tanta envidia, por el tema que me muevo en derechos humanos. Un hijo sería mi talón de Aquiles”, comenta Amparo.

La Negra, como muchos le dicen en su barrio, siente que pertenece a este lugar del mundo, un sector en el extremo noroccidental de Medellín a los pies de El Picacho, uno de los siete cerros tutelares que posee la ciudad, al que su abuelo llegó de San Pedro de los Milagros para comprar un pedazo de tierra y entregárselo a Serafina, la abuela, y allí echar raíces y multiplicarse. Una tierra que nadie de su familia ha querido lotear porque la ven como un regalo de Dios, el lugar para encontrarse con sí mismos. Cuando habla de su familia siempre salen a relucir las figuras femeninas. “Yo soy la última de una familia antioqueña, hija de Carmela, la hermana mayor de mi mamá, Ana Eliza. Ver a mi abuela es ver a mi tía Carmela, ver a mi tía Carmela es verme a mí, y verme a mí es ver a mi sobrina Paola porque somos físicamente iguales”. Amparo dice con orgullo que tiene ascendencia indígena y negra, que por sus venas corre sangre Wayuú.

Amparo Mejía, al centro, da instrucciones a los niños de los semilleros ambientales antes de salir a un recorrido de sensibilización por la comuna 6 (Doce de Octubre). Fotografía tomada por Mauricio Abad
Amparo Mejía, al centro, da instrucciones a los niños de los semilleros ambientales antes de salir a un recorrido de sensibilización por la comuna 6 (Doce de Octubre). Fotografía tomada por Mauricio Abad

Cuando cumplió ocho años, su familia se radicó en el barrio Miramar, en la casa donde hoy queda la sede de la tercera edad. Allí vivió con la tía Carmela y la tía Rosa. “Yo no me crié con mi mamá porque ella trabajaba cuidando enfermos en Laureles —un barrio de ricos, como le decimos aquí— y venía cada ocho días a la casa”. Su padre de crianza pertenecía a la Junta de Acción Comunal (JAC) y cada vez que él tenía reuniones se le pegaba. De lunes a viernes estaba en el barrio, asistía al kínder de Miramar y todos los fines de semana la llevaban a la finca que la hizo crecer en permanente contacto con la tierra y los animales. “Un domingo normal podía vernos haciendo carreras en burra, eso era lo que teníamos. En mi seno derecho tengo la cicatriz de una patada de una burra… nos montamos cuatro en una, el animal se rebeló y me conectó la patada”.

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La llegada de personas a este sector de Medellín en busca de dónde vivir se inició a finales de la década del 50. Con diversas modalidades de asentamiento se empezaron a marcar las maneras de poblar el territorio, el tipo de relación con las administraciones municipales y el comportamiento a la hora de empoderarse en los terrenos. Cuentan sus habitantes que en lo que hoy es la comuna 6 antes había fincas de grandes extensiones, propiedad de las familias Carvajal, Cock Alvear y Shwarberg, y que los primeros procesos de poblamiento se iniciaron gracias a ellos, que de forma filantrópica empezaron a entregar y negociar pedazos de tierra. Aunque no había presencia del Estado en términos de planeación, la gente se organizó en convites para adecuar los lotes, las manzanas y definir la ubicación de las casas. También entraron a escena los urbanizadores piratas que emprendieron procesos de loteo sin ningún tipo de norma ni técnica, y de esta forma emergieron barrios como Kennedy, La Esperanza, San Martín de Porres y Miramar.

La comuna 6 es una de las más densamente pobladas de la ciudad. Se estima que un 8 % de sus 193.000 habitantes son jóvenes entre 10 y 14 años. Foto Mauricio Abad
La comuna 6 es una de las más densamente pobladas de la ciudad. Se estima que un 8 % de sus 193.000 habitantes son jóvenes entre 10 y 14 años. Foto Mauricio Abad

Otra forma de poblamiento se hizo por parte del Estado en los años 60 y 70, cuando se iniciaron planes de construcción planificados en términos de espacialidad, otorgados por el Instituto de Crédito Territorial (ICT), entidad que luego se convirtió en el Inurbe. A empleados de la industria textilera de la ciudad se les adjudicaron predios y subsidios para autoconstrucción de vivienda y esto originó el nacimiento de barrios como Pedregal y, más adelante, Doce de Octubre.

Cuentan sus habitantes que en lo que hoy es la comuna 6 antes había fincas de grandes extensiones, propiedad de las familias Carvajal, Cock Alvear y Shwarberg

Pero el proceso de densificación no se detuvo y en una ciudad como Medellín, deficitaria en soluciones de vivienda, la gente buscó y encontró. Así se crearon zonas de invasión en sectores como El Mirador del Doce, El Triunfo y El Picacho, donde la Policía llegó una y otra vez pero los pobladores se resistieron a salir de los que consideraban sus territorios y los defendieron como pudieron. “Por los lados del barrio El Triunfo cuentan que una vez recibieron a la Policía a punta de mierda, que recogieron el excremento durante toda una semana y arrojándoselo a la Fuerza Pública lograron devolverlos”, dice Juan Carlos Tabares, de la Corporación Picacho con Futuro, una organización comunitaria que trabaja por el mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes de la comuna 6. El poblamiento continuó como resultado del fenómeno de violencia de la ciudad ejercida por grupos armados al margen de la ley; el lugar de donde se desplazaba población era ocupado por otros, en sitios designados directamente por los actores armados.

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A los 12 o 13 años, sus tías la llevaban a misa los domingos a una pequeña capilla que quedaba en predios de la finca de monseñor Félix Henao, en el Cerro El Picacho, y el padre Javier Giraldo le sugirió conformar un grupo juvenil. Así nació su arraigo por el trabajo comunitario. No olvida el impacto que le causaron, durante uno de esos recorridos por la comuna con el grupo juvenil, los tugurios hechos de plástico en el barrio El Triunfo y los niños corriendo sin zapatos por los caminos empolvados. Al regresar de la brigada, junto con sus amigos Ernesto y Fabiola, se preguntó qué podían hacer para ayudar a cambiar las cosas. En ese momento surgió la idea de crear la JAC en el barrio; para entonces solo existía la de El Picacho – Las Vegas. “Fuimos el primer barrio de Medellín -El Picacho- en pedir a la Administración la disgregación de la JAC y empezamos a gestionar la carretera que hoy sube al Cerro”, indica Amparo con satisfacción.

Personas de todas las edades se divierten en la Unidad Deportiva Progreso No. 2. Foto Róbinson Henao
Personas de todas las edades se divierten en la Unidad Deportiva Progreso No. 2. Foto Róbinson Henao

Para el año 1998 el barrio El Picacho logró conformar su primera JAC. Emocionada, Amparo habla de lo lindo que era el trabajo en comunidad y cómo cada semana hacían convites en los que todo el mundo colaboraba. Ella soñaba con estudiar Veterinaria, a pesar de que todos le decían que eso solo lo estudian los hombres. Su temple de mujer afloró y, rebelándose contra todo y todos en su casa, hizo saber que si no podía estudiar lo que le gustaba, no estudiaría nada. “Me fui para más arriba de mi sector, al convento de las hermanas del Rosario, donde las monjitas le enseñaban a uno costura, croché y pintura”, relata sonriendo. “Mi abuela Serafina siempre decía que lo urgente era sacar el bachillerato”.

El grupo de 40 niños avanza como una mancha verdeazul y desciende por las aceras bordeando la quebrada La Quintana que pasa al lado de la biblioteca del Doce de Octubre; buscan mariposas, gusanos, hojas y recogen cuanto bicho se encuentran a su paso. Van custodiados, por delante y por detrás, por sus acudientes. Amparo levanta una mano, detiene el tráfico y acosa a los niños para que crucen las calles hasta llegar al Aula Medioambiental La Tinajita, un terreno al lado de la cancha, que ha sido adecuado para que los niños siembren árboles y hagan prácticas de compostaje. Amparo es troza, de piel morena, 1.75 de estatura, pelo largo, negro y liso, y pecas negras que le pueblan la cara. Dice, coqueta, que se las ha dejado el sol trabajando en los barrios de la comuna en las jornadas de Vida que organiza la Alcaldía.

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Para 1991, Medellín vivía uno de los picos de violencia más aterradores de su historia. Pablo Escobar desafiaba al Estado con su máquina de muerte y en los barrios las Milicias Populares se disputaban los territorios. Durante ese año hubo 6.700 homicidios en la ciudad, un deshonroso primer lugar en el mundo. Según expertos, las causas de violencia pueden explicarse en la falta de equidad e igualdad social, acumuladas en décadas en la capital antioqueña. Max Yuri Gil, de la Corporación Región, sostiene que Medellín “es la ciudad más inequitativa de Colombia y Colombia es el tercer país más inequitativo de América Latina, que es la región más inequitativa del planeta”. Incluso, de acuerdo con el Informe de Calidad de Vida Medellín 2014, realizado por el programa Cómo Vamos y presentado el pasado 25 de junio, en el tema de pobreza, desigualdad y demografía, aunque la ciudad muestra reducción de brechas entre comunas, esa reducción es menor que en años anteriores. Y esto incluye a la comuna 6.

Fotografía aérea del barrio Doce de Octubre, tomada por Gabriel Carvajal Pérez el 22 de junio de 1976. Al fondo, el Cerro El Picacho. Cortesía Archivo Fotográfico de la Biblioteca Pública Piloto
Fotografía aérea del barrio Doce de Octubre, tomada por Gabriel Carvajal Pérez el 22 de junio de 1976. Al fondo, el Cerro El Picacho. Cortesía Archivo Fotográfico de la Biblioteca Pública Piloto

La familia de Amparo no fue ajena a la guerra y al terror que se desató en las calles en ese momento. “Somos una familia partida por la guerra”. Su padre de crianza administraba un billar en el barrio París, en Bello, y fue asesinado por no pagar una extorsión de un grupo armado del sector. Fue entonces cuando Amparo asumió una posición frente a cualquier tipo de actor armado que violentara su vida, como una manera de hacer resistencia. “Nació en mí la idea de juntarnos, a ver si juntos nos desaparecen, a ver si juntos nos dicen que nos vamos”.

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Si algo marca de forma particular a la comuna 6 frente a las demás comunas de Medellín son sus procesos de movilización y desarrollo comunitarios, los cuales se han gestado por medio de múltiples organizaciones de la sociedad civil, y todo gracias al complejo poblamiento y forma de ocupación del territorio. En la 6 hubo obreros que marcharon exigiendo sus derechos básicos, modelo que traían de la escuela del movimiento sindical de las empresas textiles que florecieron en la década del 70 en la ciudad; eran comunes los convites para construir vivienda y abrir carreteras. Cuentan que hubo comité de parteras para traer niños al mundo, prácticas legadas por los que llegaban de las zonas rurales al sector; las mujeres se juntaban para cuidar a los niños mientras los padres trabajaban; los líderes asumían el rol de educadores ante la falta de escuelas; había sacerdotes comprometidos que alentaban la organización, pero el denominador común de la movilización era la necesidad y las carencias por la falta de inversión del Estado. Lo anterior promovió, en todos los ámbitos, organizaciones culturales, deportivas, recreativas, sociales y políticas de gran potencial en la comuna hasta los años 90. “El gran potencial en las organizaciones de la 6 es que tenemos que estar juntos en los procesos, así seamos de diversas tendencias políticas; lo que nos diferencia es el trabajo en equipo, la organización social ha sido masiva por las carencias”, afirma Amparo. Con 12 barrios y 23 sectores, la comuna 6 tiene 20 Juntas de Acción Comunal operando.

Barrio El Pichachito. Foto Róbinson Henao 
Barrio El Pichachito. Foto Róbinson Henao

A los 21 años Amparo ya era la vicepresidenta de la Junta de Acción Comunal de El Picacho. Ella y sus compañeros lograron ser los primeros en desprenderse de Asocomunal. “En el sector del 12 de Octubre había un señor que se llamaba Viernol, presidente de la JAC de La Torre. Era nuestro candidato para la primera Asocomunal de la 6, un tipo muy transparente y honesto. Dijeron que le quitó la vida un sicario por un contrato que estaba haciendo, pero, mirando más a fondo, la causa estaba en que nosotros fuimos la primera comuna en salirnos de Asocomunal Medellín; se rumora que eran presiones de esos líderes para meterle miedo a las otras comunas, pero en vez de meternos miedo, nos disparamos a conformarla más rápido”, enfatiza Amparo.

“Por los lados del barrio El Triunfo cuentan que una vez recibieron a la Policía a punta de mierda, que recogieron el excremento durante toda una semana y arrojándoselo a la Fuerza Pública lograron devolverlos”

En el 2005, al quedarse sin candidato, Amparo decidió tomar las riendas y postularse. “Yo puedo —me dije—, a las mujeres nos tienen solo para hacer las actas y hacerle la segunda a los hombres, pero voy a encabezar la Asocomunal de la 6. Eso me retó más y empecé a trabajar con la gente”. Cuando se pregunta por Amparo en los barrios de la comuna, las mujeres son las que siempre contestan: “Esa mujer es una tesa, una verdadera líder que trabaja con la gente”. Cuentan que Amparo ha confrontado a jefes de combos y de bandas, y que le tienen cierto respeto en los combos. “Dicen que como líderes utilizamos este rumor que existe para intimidar a los operadores y contratistas, pero no es mi caso. Claro que me he echado muchos enemigos pero es que yo no soy una mamacita, aquí en los barrios siempre ha sido el conflicto el que me ha retado a buscar el inicio de procesos… Al hombre le metieron por décadas que no puede llorar y a las mujeres que no podemos ser bruscas, pero hay ocasiones en que a uno le toca ser brusco para exigir respeto”.

“Hoy en la comuna hay alrededor de 200 organizaciones, de las cuales 60 tenemos un trabajo social”.

Amparo tiene miedo pero no se le nota
Amparo tiene miedo pero no se le nota

Siempre crítica, Amparo cuestiona el curso que han tomado algunos procesos. “Para mí el programa de Planeación Local y Presupuesto Participativo, que inició Fajardo en el 2005, es bueno, pero nos volvimos PPdependientes. Siendo una herramienta buena, la permeamos y la dañamos porque creamos vicios. Hoy se reparten cerca de nueve mil millones de pesos anuales en proyectos para la 6, el PP ha transformado los procesos y grupos comunitarios, se prioriza poco en la necesidades reales de los barrios, los proyectos se multiplican y las organizaciones se relacionan en función de lo que cada una logra obtener, lo que ha generado que todo tipo de agrupaciones vayan en busca del presupuesto y cada vez trabajen menos en planeación de proyectos necesarios”. Juan Carlos Tabares, de Picacho con Futuro, afirma: “Hoy las organizaciones necesitan otro tipo de líderes, no deben tener como centro los recursos sino la condición humana, las personas y el territorio”.

Con 46 años, un atentado y muchos sufragios a cuestas, a Amparo lo que más le interesa ahora es trabajar de una manera integral por las víctimas. Es una de las 30 entrenadoras de entrenadores en No Violencia, graduada de la Universidad de Rhode Island, en Estados Unidos; coordina la línea de salud en la Comuna 6 y pertenece a la Corporación Madres de La Candelaria, donde trabaja en la Mesa de Derechos Humanos. Durante los cuatro años que estuvo al frente de Asocomunal se ganó el respeto de la gente y muchos enemigos, aprendió que en el trabajo comunitario, si se falla, “todos te señalan, pero si se hacen muchas cosas buenas, nadie te dice gracias”. Resignada, anota: “Como decía mi abuela, a bañarme primero todos los días con la sangre de Cristo, para que me proteja de esos malos enemigos y envidias que tengo, pero también en aceite para que todo me resbale”.

Bulevar de los abuelos, en el barrio Santander. La escultura fue elaborada con balas recicladas con el fin de mantener viva en la memoria del sector, los sufrimientos ocasionados por la violencia. Fotografía de Róbinson Henao
Bulevar de los abuelos, en el barrio Santander. La escultura fue elaborada con balas recicladas con el fin de mantener viva en la memoria del sector, los sufrimientos ocasionados por la violencia. Fotografía de Róbinson Henao

Una semana antes de que se realizaran las elecciones para nombrar nuevos delegados de Planeación Local y Presupuesto Participativo en la ciudad, el 27 de mayo pasado, fue asesinado Juan David Quintana Duque, de la Mesa de Derechos Humanos de la comuna 6. “Las amenazas vienen de los grupos al margen de la ley que captan recursos de todos los proyectos en los territorios, eso no se puede tapar con un dedo… como querer tapar el sol. Hoy en el tema de defender la vida íntegra, los líderes no tenemos garantías”. Sin embargo, tras pensar un poco, sentencia: “Yo aspiro a morirme de viejita”.

Barrio Pedregal. Fotografía tomada por Gabriel Carvajal Pérez el 22 de febrero de 1966. Cortesía Archivo Fotográfico de la Biblioteca Pública Piloto
Barrio Pedregal. Fotografía tomada por Gabriel Carvajal Pérez el 22 de febrero de 1966. Cortesía Archivo Fotográfico de la Biblioteca Pública Piloto

La práctica de Aula Medioambiental termina y el grupo retoma la loma bordeando la quebrada hacia el punto de partida. Cada niño lleva en su mano un vaso de plástico lleno de tierra y la responsabilidad de alimentar su propio cultivo de lombrices con pedacitos de cartón húmedo. Amparo los reúne y les dice: “Recuerden que la próxima semana vamos para el Parque Explora”.


El cronista

Mauricio Abad Echeverri

Comunicador social – periodista de la Universidad Pontificia Bolivariana.

Es fotógrafo y diseñador de formatos televisivos y realizador audiovisual con especialidad en producción multicámara en el CEV y en el Instituto de Radio y Televisión Española, en Madrid. Se ha desempeñado como director de documentales y guionista de programas institucionales; libretista de novela para Fox Telecolombia – RCN, director de programas periodísticos en vivo, y docente universitario, entre otros. Fue director asistente del largometraje Apocalípsur, Premio India Catalina Mejor Película Colombiana y Premio Especial del Jurado 2007. Desde 2012 es director del programa Camino al Barrio.

Desde la montaña la ciudad es una ilusión

Un recorrido por algunos de los 18 barrios de la comuna 8 (Villa Hermosa), una masa de 136 mil personas con necesidades tan básicas como el agua potable y el trabajo digno

Por José Guarnizo

Si solo hay una vía para subir a la montaña, allá donde brotan como la hierba las casas del barrio La Sierra, creces inevitablemente con un obstáculo en tu mente. Una única carretera implica una sola oportunidad en la vida. La tomas o te quedas aquí. No hay más.

A esa conclusión ha llegado Carmelo Prestipino, un sacerdote italiano de la comunidad Josefinos de San Leonardo Murialdo, que desde hace cuatro años ejerce como párroco, amigo, confesor, sicólogo, trabajador social y bibliotecario de La Sierra.

Cuando te adaptas a que no tienes nada, cuando te acomodas a la idea de que si no te avientas por esa culebrita a la que llaman camino, esa a la que no le cabe sino un carro en un solo sentido, te terminas conformando con lo que aquí te ofrecen. Te complaces con ver a Medellín a lo lejos, atorada de edificios y casitas, como si se tratara de otra ciudad. Otro planeta de por allá.


Muchos de los niños de la comuna 8 no conocen la ciudad y se limitan a verla desde sus laderas. Desde la montaña, la ciudad es una ilusión. Fotografía Róbinson Henao

Entonces, si alguien te ofrece un manojo de monedas por vender droga, a lo mejor lo aceptas porque necesitas comer. O tal vez te resistes, a fuerza, soñando con el día en que puedas bajar por esa carretera, definitivamente, para conocer el mundo.
No es descabellada la reflexión que en segunda persona lanza este siciliano de sandalias franciscanas, ojos color avellana y piel enrojecida por el sol. Cuando recién llegó, Prestipino pensaba que sus feligreses lo regañaban cada vez que lo abordaban. Acostumbrado a las voces serenas con las que se encontró en Albania, un país excomunista y mísero en el que trabajó 18 años, Prestipino se extrañó al ver que en La Sierra para hablar, gritaban.

Con el tiempo se dio cuenta de que en un barrio en el que hay que subir 400 escaleras todos los días para llegar a la casa, uno tiene que alzar la voz si quiere avisarle a la vecina que no se le olvide la bolsa de leche o si necesita reconvenir al niño que no quiere irse a dormir cuando ya ha oscurecido. El espacio físico —las interminables graderías, la única carretera, las calles elevadizas— termina por influenciar la manera de ser.


Un terreno en el barrio Los Mangos, zona central de la comuna 8, sirve ahora de aula ambiental. Al fondo, el Centro de Medellín. Fotografía Róbinson Henao

—Nosotros vivimos en un mundo de escaleras y pendientes, donde se hacen sancochos, se grita, se juega. Es un modo de relacionarse. Pero mentalmente también es un problema. Solo tenemos un acceso para llegar a La Sierra. Ahora por fortuna están construyendo otra carretera. Pero por muchos años la vida nos ofreció una sola opción —dice Prestipino desde la casa cural, un sombrío y modesto cuarto repleto de mercados para entregar—.

Al templo, uno de los pocos lugares que la comunidad tiene para reunirse, dejan de ir los ancianos cuando sus piernas y sus articulaciones nos les da para serpentear las lomas. Bajar a un enfermo desde las casitas más encaramadas de la colina, hasta la vía principal, es un acto propio de un héroe. Sobre todo porque el primer centro de salud está en el barrio Buenos Aires, a 25 minutos en carro. En ese lapso el enfermo languidece, el herido se desangra, el moribundo expira.
En la noche del 30 de noviembre del año pasado le tocó el turno a María, una niña de cinco años que se encontró con una mecha de pólvora que alguien lanzó al garete. El explosivo le cayó en el ojo izquierdo.


La comuna 8 reúne personas provenientes de diferentes lugares de Antioquia y del país. No están acostumbrados a vivir en edificios. Fotografía Róbinson Henao

El bramido de los voladores y la música a todo taco, invisibilizaron la escena que vendría después: la mamá de María se desmayó cuando quiso bajar por las escalas a su hija ensangrentada. Los totes siguieron sonando, en medio de la fiesta, del estallido de la alborada mafiosa, del estruendo de una ciudad embriagada de dicha, mientras una tía de María descendía con ella en brazos hasta la carretera. Cuando llegaron a la Unidad Intermedia de Buenos Aires, María había perdido el globo ocular.

Pocos días después María le pidió a su mamá que la alzara para verse en el espejo. Frente a su propia imagen, trastocada por un parche cruzándole la cara, María se sonrió, como si estuviera ante una noticia cotidiana, como si a los cinco añitos uno pudiera estar hecho de hierro, de uno bien macizo que ni los adultos son capaces de mostrar cuando llegan las tragedias.

Salir de La Sierra siempre ha sido una odisea. Más en los tiempos violentos. En 1995, el mismo año en que se levantó la parroquia y Pristipino ni se imaginaba que cruzaría el océano, hombres armados de una banda de Caicedo, un barrio a diez minutos abajo, llegaron preguntando por Hugo Londoño, uno de los primeros hombres a quien acusaron de ser paramilitar.

Londoño se alcanzó a esconder en la iglesia. El sacerdote de entonces, Humberto Arboleda Tamayo, no sabía cómo evitar el crimen. Afuera la gente se escondía en las casas mientras los muchachos del combo pavoneaban sus pistolas cuadra a cuadra. De un momento a otro salieron del templo dos sacerdotes, con sotanas y biblia en mano. Al verlos pasar, cuentan años después en La Sierra, los armados saludaron reverentes a los padres. “Bendición hijos míos”, contestaron los dos curitas, antes de tomar la vía rumbo a Medellín.

Con el tiempo, cuando el conflicto de bandas se prendió más en serio, se vino a saber que uno de los dos supuestos religiosos que había salido campante delante de los muchachos del combo era Londoño, quien logró escaparse, junto al padre Arboleda, vestido de sotana y lanzando, descaradamente, bendiciones al viento.

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Aunque tu madre no haya tenido dinero para levantarte, a lo mejor tuviste la suerte de ser vecino de Elvia Bonilla, la líder comunitaria que ha criado a más de veinte hijos ajenos. Y eso que ella tuvo también la responsabilidad de alimentar a siete nacidos de su propio vientre. En el barrio Villa Liliam parte alta era normal que las mamás no tuvieran qué darles de desayuno a sus hijos.

Pero era cuestión de que Elvia se enterara, para que terminaras pasando la mañana en su casa, tomando chocolate y comiendo huevos, al lado de un enjambre de niños que con los años se volvieron tus hermanos.

Nadie sabía a ciencia cierta cómo Elvia se las arreglaba para contar con tiempo para cuidarte —limpiarte el babero, cantarte canciones, regañarte amorosamente cuando hacías daños— si nunca recibió un centavo del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar. Todo lo conseguía de cuenta de ella. El milagro de la multiplicación de los panes lo hacía realidad una persona que encarna la forma más bella del servicio comunitario: renunciar a las propias comodidades para hacerte a ti, que eres un extraño, la vida más llevadera, más viable.


Aula ambiental que funciona en lo que antes era una plaza de vicio. Barrio Los Mangos, comuna 8. Fotografía Róbinson Henao

Con los años Elvia se cambió de barrio, pero no por eso dejó de estar pendiente de los muchachos. Desde que la comunidad puede decidir sobre las inversiones en la comuna, a través del Presupuesto Participativo, nació la posibilidad de que fueras a la universidad hasta graduarte. No son muchos, claro, los beneficiarios de la beca que Elvia ayuda a gestionar. Pero qué hubiera sido de tu vida aquí sin seres como ella, en un barrio en el que faltan padres y sobran madres, incluso de las que no llevan tu misma sangre.

La comuna 8, conocida como Villa Hermosa, es un territorio del centro oriente de Medellín que mide 57 kilómetros cuadrados, repartidos en tres cerros desde los cuales es posible adorar, con furia o indiferencia, a Medellín. Hay que insistir: aunque están en la misma ciudad, los habitantes de Villa Hermosa se acostumbraron a decir que van para “Medellín” cuando bajan al laberinto de edificios y vías modernas que se hunden a lo lejos. Villa Hermosa es y no es Medellín al mismo tiempo.

Hay una palpable e incuestionable sensación de pobreza en los 18 barrios que conforman la comuna, entre los que están, por supuesto, La Sierra y Villa Lilliam.

Si se revisa el plan de intervención de la Alcaldía de Medellín, Villa Hermosa aparece con una buena cantidad de obras e inversiones para mostrar en estos cuatro años. Pero sobre todo de cemento. Una institución educativa en La Sierra, dos líneas de metrocable, una estación de Policía en Villa Hermosa, un jardín circunvalar, un centro de integración en el barrio Los Mangos, un centro cívico en Las Estancias, dos unidades de vida articulada, entre otras construcciones, hacen parte del concreto y el ornamento verde, hay que decirlo, que ha ido entrando a la zona.

Y aquello ha traído trabajo. Pero no del calificado. En las faenas del metrocable se pueden encontrar obreros de La Sierra. Pero nunca un ingeniero o un arquitecto. El nivel de profesionalización en el barrio es precario. Se estudia la primaria, se estudia el bachillerato. Pero hasta ahí. En toda la comuna, compuesta por 136.375 habitantes, lo que es casi una ciudad entera, solo 3.598 personas fueron a la universidad, 217 cursaron una especialización y 90 estudiaron una maestría, esto es el 0,0644% de la población.

… Hay una palpable e incuestionable sensación de pobreza en los 18 barrios que conforman la comuna…

Y hay que ver, con las estadísticas en contra, cómo la comuna vibra en algunas de sus dinámicas económicas. Ni el comercio ni el mercado de la canasta básica se detienen. Se mueven con el impulso de precios mucho más bajos que los que se pueden encontrar abajo, quién lo creyera. Que Villa Hermosa esté por fuera de los estándares más altos de calidad de vida o de profesionalización, no la matan. Al contrario, la comuna ocho es una especie de ser palpitante y heterogéneo, capaz de reinventarse ante la adversidad diaria. Y vive al límite, gracias a tantos “padres prestipinos” y tantas “elvias” que no la dejan claudicar.

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Si no tienes más de veinte años de edad y nunca has salido del barrio Las Golondrinas, esa comunidad que se precia de estar a solo 10 minutos del Centro de Medellín, te podrán decir, sin miedo a la equivocación, que jamás en tu vida has visto salir una sola gota de agua potable de la canilla. Un puñado de niños sentados sobre galones vacíos, alrededor de un carrotanque que esta mañana envió Empresas Públicas de Medellín (EPM), son el ejemplo más palpable.


Varias generaciones de jóvenes no han visto salir de la canilla de su casa una gota de agua potable. Deben ir hasta un tanque donde llenan timbos. Fotografía Róbinson Henao

Ni una sola gota de agua, señor, se queja Luz Nancy Gutiérrez. Ella y unas 10 mil personas, en plena urbe, se levantan todos los días con una problemática similar a la de La Guajira, ese enorme desierto del norte del país en el que llueve en promedio cada dos años. Pero aquí, entre el aire templado que lisonjea las montañas, el agua también es un tesoro que llega por pequeños puchos de un acueducto veredal que se surte de la quebrada Santa Elena. Con lo que de ahí llega se abastecen los barrios El Pacífico, Altos de la Torre, Llanaditas y Golondrinas.

Pero como no alcanza para todos, es necesario estar pendiente del carrotanque, alrededor del cual se arremolinan filas de cientos y cientos de vecinos a la espera de llenar vasijas. A veces miles. Es el cuadro vivo del subdesarrollo. Luz Nancy es una mujer de mirada estrábica y una fuerza en los brazos que no se compensa con el alimento que pone a la mesa. Ella ofrece el servicio de subir timbos de 10 galones, loma arriba, hasta las casas de sus vecinas, en una en una operación que repite unas veinte veces al día. Por cada viaje de agua le pagan 1.000 pesos.

Esa forma de trabajo le garantiza reunir semanalmente un dinero con el que prepara comida para llevarle a sus hijos, cada ocho días. Ellos viven internos en un hogar del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf), del municipio de La Estrella. Cada lunes, Nancy sale de su casa cargada con cocas de arroz y carne frita para Cindy Johana, de 21 años, su hija sordomuda; María Leonor, de 17; Juan Esteban, de 10; y Juan de 5 añitos. Quién sería capaz de no darle la razón a Nancy cuando dice que la vida en Las Golondrinas es dura.

—Yo prefiero no tener energía para hacer de comer pero tener el agua. Lo mejor de la casa es el agua —dice—.

La petición de un mínimo vital se ha vuelto en el barrio Las Golondrinas la lucha diaria. La razón de vivir. Desde que Nancy llegó al barrio, se ha venido escuchando que el agua llegará, que construirán otro tanque que bombeará líquido al resto de los barrios, que EPM y que la Alcaldía ya garantizaron los recursos, que los timbos y los carrotanques serán, por fin, tan solo una mala pesadilla del pasado.


Desde hace más de 20 años, el barrio Las Golondrinas no cuenta con servicio de agua potable, pese a estar a 10 minutos del Centro de Medellín. Fotografía Róbinson Henao

Los problemas de falta de agua en Las Golondrinas, El Pacífico, Llanaditas y Altos de la Torre, están atados a los orígenes mismos de los barrios. Desde hace treinta años comenzaron a llegar desplazados y migrantes a levantar casitas donde podían, sin saber que muchas de aquellas tierras presentaban riesgos geológicos. Las invasiones se fueron repoblando desordenadamente, sin un control sobre la propiedad y la titulación de los predios. Todo aquello, sumado a la burocracia y a la falta de decisiones políticas, hicieron que Las Golondrinas se fuera atrasando de un modo que parece surreal si se tiene en cuenta su cercanía con el Centro de Medellín, la ciudad más innovadora del mundo. Las Golondrinas es un asentamiento irregular, sí, pero poblado de seres humanos con derechos.

En julio de 2013, el jefe de proyectos de redes de aguas de EPM, Ramón Alzate, anunció que para mayo de 2015 los barrios tendrían por primera vez agua potable, gracias a la construcción de un nuevo tanque que se sumaría a obras de protección geológica financiadas por la Alcaldía de Medellín. Al menos hasta el cierre de este artículo, el milagro no se había hecho realidad. Falta poco, le siguen diciendo a Nancy. Y ella, de tanto esperar, ya ni se lo cree.

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Desde el mirador donde termina el barrio Esfuerzos de Paz, los combos controlados por La Oficina de Envigado emplazaban ametralladoras M60 y fusiles. Las balas eran dirigidas hacia el morro de en frente, donde se ven como si fueran pesebres La Sierra, Caicedo, Villa Lilliam y Chococito. Y desde allá repelían con más plomo. Esta panorámica privilegiada, por el paisaje abrumador que sale a la vista, era también un sitio estratégico de la guerra.

Han pasado los años y es domingo en la mañana. En Esfuerzos de Paz se siente la resaca del día anterior en cada botella vacía de aguardiente desperdigada sobre la tierra. Bajo un sol abrasador aparecen dos muchachos en moto, alertados por la presencia de extraños. Hacen varias rondas. Van y vuelven, haciendo sonar el motor frenéticamente, llamando la atención.

De una de las casas que se erigen en el camino arenoso, sale John Restrepo, un líder comunitario y defensor de derechos de la comunidad Lgtbi, que en el año 2012 tuvo que irse, junto con 108 familias, porque temían que alguna de las balas que tanto resonaban fueran para ellos. Cada vez que se iniciaba un proceso comunitario y se consolidaba, dice John, aparecían las presiones de los violentos. Entonces la gente se iba por un tiempo y luego regresaba para comenzar de cero.

Y aquí está de nuevo John, tratando de explicar que Esfuerzos de Paz es un barrio invisible en el mapa. No existe ni desde el Estado ni desde la oferta institucional, dice. Es un asentamiento construido a mano limpia por la comunidad, en días de convites, sancochos y empanadas bailables.

Casi nadie lo sabe pero Esfuerzos de Paz huele a Pacífico colombiano. Muchas de las mejores cocineras de pescado que trabajan en exclusivos restaurantes de Medellín, llegaron aquí desplazadas de otros conflictos en tierras chocoanas. Porque en Colombia la guerra aparece donde menos se espera.


El barrio Esfuerzos de Paz fue construido por la comunidad, a través de convites. La violencia ha obstaculizado procesos comunitarios. Fotografía Róbinson Henao

Pero nada del trabajo comunitario ha sido en vano. La semilla que sembraron líderes como John y Olivia Castaño, han germinado en proyectos como la Casa Diversa, una vivienda en estado de abandono que hace años era usada por pandilleros para guardar motos. Ahora aquí funciona un centro de internet gratis, un sitio de reuniones comunitario, un espacio neutral para el teatro y las artes. Esta casa es, a todas luces, un lugar de resistencia.

Aunque los combos no han desaparecido, sus estragos se sienten cada vez menos. La confrontación que sostenían las bandas controladas por La Oficina de Envigado y la bacrim Los Urabeños, hace dos años perdió intensidad en parte por un pacto de no agresión suscrito entre ilegales en toda la ciudad. El objetivo es dividirse los territorios, sin renunciar al cobro de vacunas y las microextorsiones. Y sin entregar las armas.

… Habría que tener bastantes arrestos para haberle arrebatado este terreno a tres plazas de vicio y a un parqueadero ilegal…

Pero no deja de ser admirable la manera en que, en medio del desescalamiento de una guerra sumida en un peligroso estado de reposo, la vida por sí misma reverdece. Jairo Iván Maya es un líder de Los Mangos, barrio de la zona central, que ha sobrevivido a todos los conflictos: el de las milicias guerrilleras, el de los sicarios de Pablo Escobar, el de los paramilitares, el de los combos. En algún momento de persecución también estuvo a punto de aceptar un asilo en otro país, gestionado por una organización de asistencia humanitaria. Pero decidió quedarse.

Jairo, junto con varios amigos, invadieron un pequeño potrero en el que los muchachos pasaban interminables noches fumando marihuana o planeando asesinatos. La idea comenzó como huerta comunitaria y hoy está convertida en un vivero experimental en el que nacen, aún cuando no es su piso térmico ni su ambiente, repollos, fríjoles, arvejas, tomates, ajos y plantas decorativas. Lo que se vende se reinvierte.

Habría que tener bastantes arrestos para haberle arrebatado este terreno a tres plazas de vicio y a un parqueadero ilegal, para destinárselo a una aula ambiental. Pero Jairo y doce compañeros se atrevieron. Adaptaron semillas de otros climas en pocos metros de luz y atrajeron a niños que querían aprender a escarbar la tierra. Yeison*, de nueve años, llegó allí porque uno de los líderes cierto día le dijo: “No siga andando con esos muchachos que roban y más bien véngase para la huerta”. Como si fuera un milagro, las matas fueron pegando sobre una terraza en plena ciudad, mientras Yeison iba viendo cómo, cada domingo, florecía para él una nueva oportunidad.

*Nombre cambiado.


El cronista

José Guarnizo es comunicador social de la Universidad de Antioquia. Fue reportero del diario El Mundo, de Medellín, editor de investigaciones de El Colombiano y actualmente es corresponsal en Medellín de la revista Semana.

Sus crónicas han sido publicadas en El País, de España, en la revista Don Juan, y en la revista Semana. Ganador del Premio Rey de España de periodismo, en 2011, y del Premio del Círculo de Periodistas de Antioquia, en 2012.

Es autor de los libros La Patrona de Pablo Escobar (editorial Planeta), obra que fue adaptada a la televisión por RTI; y de Extraditados por error, texto de la misma editorial publicado en 2014, cuyos derechos fueron adquiridos por Sony Pictures para realizar una serie televisiva

Esto piensan de su comuna

Algunos habitantes y líderes sociales de la comuna 6 opinan sobre su territorio, su transformación, fortalezas y necesidades

Marlon Grajales. Foto Róbinson Henao

Marlon Grajales
Líder comunitario. “Tengo 35 años y hace 34 vivo en el Doce de Octubre, tercera etapa, sector Los Lotes. Cuando tenía 13 o 14 años (a mediados de los años 90) esta era una comuna muy violenta, había muchos asesinatos, bandas, enfrentamientos. Hace años daba miedo hacer denuncias. Pero desde hace cuatro años se ha transformado mucho, se ha pacificado. La parte alta está muy tranquila, aunque algunos se han quejado de que hay fronteras invisibles en la parte baja. Ahora hay más armonía dentro de la comunidad, más articulación ciudadana, mejores relaciones entre vecinos; se está haciendo una transformación para vivir dignamente en el territorio, estamos trabajando en ello. Las personas son conscientes de que para vivir más dignamente hay que trabajar en comunidad.

Una de las mayores necesidades que tenemos es la oferta educativa, apenas el 10 por ciento de las personas está accediendo a la educación superior. Muchos jóvenes se quedan solo con el bachillerato, algunos tienen que abandonar sus estudios para trabajar y ayudar a sus familias y esto es muy preocupante porque impide el desarrollo de la comunidad y el territorio. Otra necesidad en la parte alta de comuna 6 es el deporte; los escenarios deportivos no están bien adecuados, faltan bibliotecas. También hay muchos problemas de movilidad porque las vías son muy estrechas y hay muchos venteros ambulantes, lo que ocasiona una alta accidentalidad.

Esta comuna se ha caracterizado por ser una de las que más se preocupa por el desarrollo de su entorno y por querer seguir creciendo en el desarrollo de sus habitantes”.



Juan Carlos Tabares. Foto Róbinson Henao

Juan Carlos Tabares
Corporación Picacho con Futuro. “Cuando llegué de 10 años a la comuna 6, hace 29 años, se venía desatando la violencia entre las Milicias Populares y la llamada banda de Frank. Yo estaba estudiando, el fenómeno crecía y cuando asistía a la biblioteca del barrio, empecé a vincularme al trabajo comunitario y a formarme como sujeto político. Comencé a trabajar en proyectos barriales, lo que me facilitó tener un vínculo con el territorio y conocer en todas las esquinas hombre y mujeres que todos los días se levantaban a trabajar por la comunidad. Me formé como líder y eso me ha facilitado compartir y aplicar lo que he aprendido en el mismo desarrollo de la comunidad.

Soy muy optimista frente a la comuna 6. El territorio ha tenido importantes transformaciones físicas. Ha mejorado la calidad de vida. Antes no había vías pavimentadas, el sistema de movilidad peatonal era malo, no disponía de suficientes equipamientos educativos ni deportivos y había muchas viviendas de materiales no convencionales, ahora son muy pocas. Hoy el problema no es la cobertura educativa sino la calidad de la educación; tenemos mejores vías y andenes pero hay que recuperar el espacio público; hay buen transporte, pero no hay terminales adecuadas; tenemos quebradas y zonas verdes pero hay serios problemas ambientales por falta de cultura. Hay muy buena cobertura en servicios públicos, pero hay que seguir trabajando por los mínimos vitales, sobre todo en la parte alta, pues a muchas personas morosas les han cortado los servicios.

La comuna 6 ha mejorado en participación, en derechos humanos, pero todavía predomina la fuerza para la solución de conflictos. Falta que el Estado mejore su capacidad de respuesta y sus servicios en inspecciones y comisarías para que la comunidad resuelva allí sus problemas y no por otras vías”.



Marlon Robeiro Carmona. Foto Róbinson Henao

Marlon Robeiro Carmona
Integrante de la JAC Los Arrayanes. “He vivido acá casi los 35 años que tengo. Venimos ejecutando y fortaleciendo mesas ambientales y semilleros por medio de Presupuesto Participativo y Jornadas de Vida. Les contamos a las comunidades de la importancia de estas mesas, sabemos que los niños son el futuro de las comunas y los orientamos mucho en el cuidado de la naturaleza, los animales y en el proceso de recolección de residuos. Culturizamos a la gente acerca de los escombros, para que no los sigan dejando en las esquinas (…).

Como hay barrios muy alejados, todavía hay algunos (El Triunfo y El Progreso) que están depositando las aguas negras en las quebradas La Madera y El Triunfo. Estamos solicitando apoyo de EPM y el Área Metropolitana para que hagan unas instalaciones no convencionales de aguas negras y así poder limpiar esas corrientes, además para que no haya tantas ratas y mosquitos a su alrededor. Mediante educación y visitas puerta a puerta, los ambientalistas hemos logrado quitar varios de los puntos históricos de basuras, donde la gente tiraba muebles, colchones y escombros de remodelaciones. En esos sitios ya hay gente sensibilizada.

En la comuna ha habido muchas transformaciones físicas, como el parque biblioteca, las escuelas y colegios intervenidos por la EDU y el Cinturón Verde, el cual va en la mitad de la trayectoria. Son transformaciones muy bonitas y en este momento se está haciendo la reposición de alcantarillado de toda la zona. Las necesidades más específicas que tenemos son la generación de empleo y la educación ambiental.

En seguridad, el barrio El Triunfo está muy calmado desde hace tres años. En toda la comuna sigue habiendo bandas, entre ellas El Picacho y Los Bananeros, pero ya casi no hay guerra entre ellas, hay como una tensa calma. Están los actores pero no está la violencia”.



Ramón González. Foto Róbinson Henao

Ramón González
Conductor. “Mi nexo con la comuna 6 nació cuando trabajaba con la Fundación Social. Esta entró a la comuna recogiendo a todos los jóvenes, madres comunitarias, acciones comunales y empezamos a apoyarles con el barrio. Antes, yo vivía en Robledo, El Pesebre, y me conozco todas las comunas porque desde pequeño las andaba a pie, cuando no eran barrios sino lotes y potreros. A las comunas siempre me he metido sin problemas. La 6 se ha caracterizado porque son personas muy arraigadas a su tierra, al barrio. Muchos han tenido la oportunidad de irse pero no han querido porque el barrio es muy bueno, y aunque han tenido dificultades y diferencias, han salido adelante. La comuna 6 tiene la ventaja de tener una vista muy bonita, vive libre de contaminación de ruido y de aire, tiene muy buen acceso de transporte, la gente te es muy calidosa, las madres comunitarias son muy unidas, así como las acciones comunales. Todo esto hace que la gente se quede. Además, los servicios y los arriendos son muy baratos y hay muy buen transporte.

En una época esta comuna estuvo muy golpeada por la violencia. Conozco jóvenes que empezaron en su barrio a cobrar vacunas porque no había de qué vivir. Los que ya son viejos asentaron cabeza, aquí los muchachos ya todos son trabajadores, muy apegados a sus familias.

Pienso que falta promover el morro (el Cerro El Picacho) como sitio turístico, que le organicen un buen acceso para que la gente pueda llegar allá, porque no hay manera de subir ni en carro ni en moto. Es un sitio muy bonito de donde se divisa toda el área metropolitana”.



Luis Chica. Foto Róbinson Henao

Luis Chica
Líder comunitario. “En la comuna 6 nos caracterizamos por ser una comunidad de gente emprendedora; nos gusta hacer trabajos de diferente índole: construcciones, alcantarillado, actividades deportivas, nos gusta colaborar para lograr algo mejor para la familia y la comunidad. Es lo que más admiro. Nos gusta la paz, la seguridad, tratamos de vivir en armonía y ayudarnos unos a otros.

Tenemos muchas necesidades, como que haya más presencia de las autoridades porque se dan casos en que la gente acude a ciertas personas que dicen solucionar los problemas, en vez de acudir a la autoridad competente. Si la Alcaldía hiciera presencia, las cosas serían más legales.

También hay mucha indisciplina social, sacan las basuras a destiempo y botan escombros en cualquier parte. El transporte es muy bueno pero faltan resaltos y señalización en puntos neurálgicos, donde hay mucha accidentalidad, por ejemplo en la carrera 84 con la calle 98, que es muy estrecha, de doble vía y muy peligrosa. Otra necesidad urgente son las mejoras al colegio Jesús María Valle Jaramillo, ya que tiene muy deteriorados sus servicios sanitarios, tiene problemas de energía y son más de mil estudiantes.
En la comuna 6 hay excelentes servicios públicos, el centro de salud ha mejorado ostensiblemente. Ha habido mucha transformación. Hemos tenido etapas de seguridad y de violencia. Hace unos seis años estamos sosegados. Antes los taxistas no subían. Hemos mejorado mucho en lo educativo y en los grandes almacenes están empleando gente de la comunidad”.

Esto piensan de su comuna

Líderes y personas con trabajo comunitario en los barrios de la comuna 8 señalan las principales características y necesidades de su territorio y opinan sobre su transformación


Libardo Andrés Agudelo. Fotografía tomada por Róbinson Henao

Libardo Andrés Agudelo
Comunicador Social. Director del periódico Visión 8. “A la comuna hay que entenderla desde el territorio imaginado y el creado. El imaginado es todo aquello que nos ha dicho la administración municipal frente al número de barrios, las condiciones socioeconómicas, la necesidad de intervenirnos con ciertos macroproyectos —como el Jardín Circunvalar, el Camino de la Vida o Ruta de Campeones—pero otro territorio es el que habitan más o menos 155 mil personas y que tiene características muy particulares: contamos con cerca de diez comunidades indígenas, un 4% de población afro asentada en la parte alta, un 25 % de población juvenil, y unas características socieconómicas muy complicadas, con un alto índice de desconectados de servicios públicos; barrios como Llanaditas, Altos de la Torre, El Pacífico y Las Golondrinas nunca han tenido la cobertura de agua potable y quedan a pocos minutos del Centro de Medellín. Yo viví en Golondrinas y es muy teso porque desde finales de la alcaldía de Sergio Fajardo se prioriza el proyecto para la realización del acueducto y aún no han terminado ni las acometidas de las viviendas. Hay zonas sin acceso a vivienda de calidad o digna, problemas de movilidad gigantes, macroproyectos que no se articulan a las necesidades de la comuna y afectaciones por macroproyectos que nunca se consolidan. Por ejemplo, el Plan Urbano Integral (PUI) de la zona centroriental, que iba a intervenir la cuenca de la Santa Elena, que pasaba por el Parque Bicentenario hasta Caicedo Las Estancias, terminó arrasando un barrio histórico de la comuna —La Aurora— dizque para construir un parque biblioteca. Compran todos los predios y a quienes no venden los desplazan, con unos precios míseros, destruyen el barrio y nunca hubo recursos para hacer nada, ni siquiera un centro de conciliación. Por eso al subir por la vía principal de Caicedo a mano derecha hay un rastrojero lleno de escombros y de chicos que van a fumar marihuana, con todos los problemas de seguridad que implica. El corredor La Aurora, al borde la quebrada, frente de la centralidad de Caicedo, ahora es un lugar de peligro, de riesgo, que lleva cuatro años a cielo abierto, donde la gente tira basuras y escombros. Supuestamente ese plan incluía la ampliación de la vía La Estrechura; ahora sigue el mismo problema de movilidad y el barrio destruido…”.



Gisela Quintero. Fotografía tomada por Róbinson Henao

Gisela Quintero
Líder comunitaria, desplazada de Cocorná. Vive en Pinares de Oriente. “La comuna 8 es muy echada para adelante, crítica de su planeación pero siempre está construyendo, aportando a esa transformación. ¿Cómo han impactado las grandes obras que se están haciendo? Esto tiene dos caras. Una de ellas es la que la ciudad quiere vender: la ciudad innovadora, prestadora de servicios, y la otra es la de las comunidades. Reconocemos que son obras de admirar, pero la comunidad tiene otras prioridades. El tema habitacional es precario, hay que hacer construcción social del hábitat para encontrar una vida digna. (…). Gracias a Dios yo tengo el mínimo vital de agua y somos una comuna muy solidaria, pero hay muchas personas que no lo tienen… ¿Qué es esta sinvergüenzada? También faltan garantías para la participación, que realmente se nos dé la posibilidad de dejar la voz en los escenarios donde se toman las decisiones.
Somos 5.500 familias —25 mil habitantes— víctimas del conflicto armado que estamos en estos bordes y laderas de la comuna 8. Le estamos exigiendo al gobierno una reparación integral. ¿Dónde están las garantías de la no repetición? Nos desplazaron los grupos armados, ahora nos va a desplazar la planeación porque, ¿cómo nos van a asegurar que estos recursos que están invirtiendo en la comuna no nos los van a cobrar después en los impuestos, en los servicios? Somos víctimas con familias que escasamente tienen una primaria, viven de un rebusque, del día a día, ¿con qué vamos a pagar? Es que nosotros somos parte de esta ciudad, aportamos a ella, lo poco o mucho que yo gane me lo gasto acá. ¿Y me van a devolver al campo? ¿Allí que garantías tengo? Cuando llegué a esta ciudad era un entorno muy adverso para mí. En vez de que me despertaran los pájaros me despertaba el sonido de los carros, el aire contaminado. Pero pasó algo muy bonito: identifiqué unos cerros y dije ‘aquí puedo implementar algo que sea parte de mí: la alimentación’. Y a fuerza de luchas logramos implementar huertas, le mostramos a la administración que en la ciudad también se podía cosechar comida y ahora entregan premios de reconocimiento. ¿Y dónde esta la comunidad, si pesó más el cemento para tumbar alrededor de 25 iniciativas de agricultura urbana para hacer un sendero?”.



Jairo Maya. Fotografía tomada por Róbinson Henao

Jairo Maya
Líder comunitario. Habita en Los Mangos. “La transformación de la comuna 8 implica dos ámbitos: físico y social. En lo social ha sido una lucha de la comunidad por un desarrollo integral a escala humana, haciendo resistencias y propuestas a través de la planeación e implementando en el territorio estrategias para superar niveles socioeconómicos precarios, tratando de solucionar las necesidades más fundamentales: vivienda, servicios públicos, lo ambiental y lo económico. Hemos estado haciendo una plataforma organizativa desde diferentes sectores poblacionales, en medio de la guerra, los conflictos armados y sociales que nos han afectado y retrasado demasiado porque rompen el dinamismo social e impiden la participación. Y en lo físico hay una cantidad de intervenciones de la institucionalidad. Los proyectos en sí no son malos sino el cómo se hacen, pues la transformación que ha habido en el territorio ha sido impuesta y no concertada. Implementan simplemente espacio publico y equipamientos y dejan por fuera los mínimos vitales de una comunidad en una ciudad que pretende ser innovadora y equitativa. Nos intervienen de una manera descomunal y se vende a la ciudad como si eso fuera una panacea. Hay expulsión del territorio; a fuerza de la lucha social vienen a hablar de vivienda en la última fase de los megaproyectos, pero de modelos de vivienda no concertados, en las mismas zonas supuestamente de alto riesgo no recuperable de donde nos desalojan. Te quitan tu casa, te cambian la tierra por el aire y te ponen a vivir en altura cuando nuestra cultura no está para vivir en altura y en espacios muy reducidos. Hay problemas de servicios públicos sin solucionar en ocho barrios, más de 10 mil personas sin conexión al agua potable en una ciudad que es pionera en servicios públicos en América Latina, y cerca de 11 mil personas desconectadas por morosas, sin capacidad de pago. La Alcaldía justifica con un mínimo vital, una iniciativa loable, pero tenemos que seguir avanzando (…). Lo bonito de la comuna 8 es la gente. Somos una comuna muy diversa porque aquí han llegado y siguen llegando las grandes oleadas de desplazamiento forzado, y empieza a formarse un tejido cultural muy llamativo; hay mucha amabilidad, te reciben con calidez a pesar de la desconfianza que crea el conflicto armado y empiezas a ver esa mezcla cultural que es muy rica”.



Leonardo Jiménez. Fotografía tomada por Róbinson Henao

Leonardo Jiménez
Comunicador audiovisual e investigador. Director de la corporación Ciudad Comuna. Nació en Villatina. “En el tema cultural, la comuna 8 es un territorio muy rico, concentra mucha población desplazada de diversas regiones y eso genera hibridación cultural. Acá se mezclan algunas expresiones artísticas que han sido tradicionales en el territorio; en el caso de los jóvenes tenemos 18 agrupaciones y cinco escuelas de hip hop, muchos grupos de danzas folclóricas de la tercera edad, y como resultado de las expresiones culturales de comunidades desplazadas que se asientan acá, tenemos nuevas expresiones, folclor del Pacífico, grupos de cantaoras del Chocó; hay una asociación de expresiones artísticas indígenas que hacen parte del Cabildo Chibcariwak que articula distintas etnias asentadas en la comuna 8 y están también las expresiones urbanas, el reggaeton, el pop. Aquí la práctica cultural no se abandona nunca porque es una necesidad y hace parte de la identidad de las comunidades pero hay muchas dificultades para su ejercicio, entre ellas la carencia de infraestructura. Solo hay dos equipamientos culturales, y uno es prácticamente inaccesible a la comuna 8: el Parque Biblioteca La Ladera es muy lejos para la mayoría de la gente que vive en la parte alta. También tenemos la Casa de la Cultura de Las Estancias, pero sus condiciones son precarias porque comparte el espacio con una inspección de Policía.
La comuna 8 es muy organizada en participación comunitaria y tiene un alto grado de vulnerabilidad en derechos fundamentales. Al lado de ocho barrios que necesitan agua hicieron el Parque de la Vida; costó una fortuna con la que hubieran podido solucionar las necesidades básicas de esas comunidades (…). En el mapa de Planeación hay solo 18 barrios pero en el mapa que hizo la comunidad tenemos 34 barrios documentados. El que Planeación no los incluya afecta totalmente pues al no ser reconocido el territorio como es, las políticas que se diseñen nunca van a estar bien enfocadas. En la comuna hay planeadores increíbles, conocimiento sistematizado pero un poco desconocido por la carencia de títulos. Sin embargo, ha sido tan convincente este trabajo de los líderes que incluso esta comuna tiene otra riqueza y son las alianzas con varias universidades para hacer programas conjuntos: estudios de mejoramientos de barrios, suelos, derechos humanos (…)”.

Galería fotográfica comuna 9

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Galería fotográfica comuna 6

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Galería fotográfica comuna 8

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Instalan nuevos torniquetes en las estaciones Poblado, Aguacatala e Industriales

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Algunos de estos nuevos equipos ya comenzaron a operar en la estación Poblado. El costo de la iniciativa asciende a los $1.506 millones y se espera elevar la capacidad instalada sobre la demanda de manera significativa..


Se espera que los nuevos torniquetes permitan agilizar el ingreso a las estaciones. Los equipos están diseñados para el ingreso al metro con la tarjeta Cívica y no estarán habilitados para la validación de tiquetes

Con la puesta en marcha de cuatro nuevos torniquetes, la estación Poblado completa un total de nueve puntos para el ingreso de pasajeros a sus instalaciones.

Asimismo, esta semana entrarán en funcionamiento nuevos equipos en la estación Aguacatala, de la cual se sabe que quedará con 7 torniquetes habilitados, así como en la estación Industriales.

De esta manera, se espera mejorar los tiempos de ingreso al metro y disminuir las congestiones que, durante las horas pico, pueden generar situaciones críticas al interior del sistema.

En general, la medida fue bien recibida entre los pasajeros, quienes, en últimas, son los principales beneficiarios de la misma.

“Ojalá solucione un poco la congestión porque muchas veces entrar se pone muy pesado y se presta para empujones y demoras”, comenta Julián Camilo Vélez, quien se desplaza en metro todas las mañanas rumbo a su sitio de trabajo, precisamente a una de las horas con mayor afluencia de personas.

A su turno, Verónica Rojas afirma que “ya era hora que pusieran más entradas y con mayor razón en la estación Poblado que prácticamente a toda hora está llena de gente”.

No obstante, algunos usuarios expresan sus reservas. Tal es el caso de Melissa Fernández Acosta quien sostiene: “Aunque hagan instalación de torniquetes creo que faltan más soluciones porque la cantidad de gente es demasiado grande y permanentemente hay fallas y retrasos en el servicio”.

Por ahora, habrá que esperar un plazo prudencial para medir el impacto de los nuevos equipos en la operación diaria del sistema.

Otras estaciones serán intervenidas
El Metro de Medellín cuenta con un Plan de Mejoramiento Operativo que contempla el aumento del número de torniquetes en estaciones como Itagüí, San Javier, Acevedo y Alpujarra, entre otras.

En total, 53 nuevos torniquetes serán puestos en funcionamiento durante los meses de junio y julio, con lo cual el sistema pasará de tener 163 torniquetes a tener 216, lo que representa un aumento en la capacidad del 33 %.

Sancocho de gallina

En este sitio del pendón anaranjado se prueba un delicioso y auténtico sancocho de gallina cuyos aromas y presentación levanta muertos y duerme vivos

/ Julián Estrada

Todo comenzó con un aviso en un cartón con letras a mano alzada; días más tarde lo cambiaron por una tabla y finalmente, hoy, es un flamante pendón color naranja con letras negras donde se lee el título de esta columna y se complementa con: “todos los días”. Quienes vivimos entre los parajes de Don Diego y Llanogrande (Oriente cercano de Medellín) estamos viendo este aviso hace menos de un año, dada la excelente ubicación de tan sugestiva oferta. Al principio solo se veían “cuchariando” choferes de camiones repartidores de mercancías, motociclistas-mensajeros, conductores de taxis y pasajeros de colectivos. Pasados tres meses, todos los comensales pertenecían al ejército de empleados madrugados, que salen de sus casas en ayunas, y a quienes desde las once y media de la mañana las tripas les gritan “¡Pare!” cuando leen un aviso con semejante propuesta. Después de diciembre del año pasado, la romería de carros particulares comenzó a crecer durante los días de semana y ahora los sábados y domingos abundan los de alta gama, orillados de cualquier manera. Aclaro: el lugar en sí mismo no tiene nombre, solo se distingue por el aviso en mención y por una destartalada cocina que, a la sombra de una de carpa de huelga sindical, acoge un pequeño comedor de bancas en madera, donde almuerzan, codo con codo, el recién llegado con aquel que hace rato está haciendo siesta. El sitio tiene “un lejos” que provoca, pues da la sensación de estar entre el jardín de una típica casa campesina y, sin ínfulas de restaurante de carretera, más parece un prolífero caspete cuyo encanto se lo otorga su desorden.

Quienes somos amantes del sancocho (en todas sus versiones) sabemos que el de gallina tiene una gramática culinaria exclusiva, es decir que su caldo tiene un color dorado muy especial, sus ojos de grasa (otorgados por el cuero) son fundamentales, el cilantro lo exige como si fuera sal, los cascos de limón son esenciales, el aguacate es obligatorio… y una buena arepa corona las exigencias. Sobra decir que la gallina por antonomasia es dura, pero que su sabor es característico y junto con papas, yuca y ají conforman un bodegón que cautiva hasta un recién desayunado. Pues bien, en este sitio del pendón anaranjado se prueba un delicioso y auténtico sancocho de gallina cuyos aromas y presentación levanta muertos y duerme vivos. Al frente de sus ollas se encuentran dos laboriosas mujeres –Edilma y Natalia– quienes trabajan de sol a sol con sonrisa permanente y cuyo exitoso trabajo ya las puso a abrir otro lugar en las cercanías de Paulandia. Ojalá sepan crecer y el destino les permita seguir con prosperidad… enviudando gallos.
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A propósito de la exposición de grabado en el Museo El Castillo

No es exagerado afirmar que las distintas posibilidades del grabado están presentes con más fuerza que nunca en el arte contemporáneo

/ Carlos Arturo Fernández U.

Las que hoy llamamos “artes visuales” ofrecen un panorama extraordinariamente variado, que ha ido cambiando a lo largo de los siglos. No solo cambian los puntos de vista de los artistas sino también las funciones y sentidos que la sociedad les confía, la valoración que se tiene de esos productos y de sus autores, las técnicas con las que se enfrentan, los materiales que se emplean, las formas como se conocen, se conservan, se analizan o se disfrutan.


Rembrandt

En fin, conviene recordar siempre que todo lo que tiene que ver con el arte es esencialmente histórico; y no solo en el sentido de una genérica historia del arte que incluso puede llevarnos a análisis muy complejos como cuando se estudia, por ejemplo, la manera como nuestro arte colonial integra elementos que proceden del mundo cristiano medieval, del arte islámico español, del Renacimiento y de las tradiciones indígenas. La condición histórica del arte llega hasta los detalles más pequeños que casi siempre pasamos por alto: las plumas, los pinceles, el papel, la temperatura a la cual se logra llevar la cerámica o el metal para la producción de la obra. En realidad, vista de esta manera “generosamente histórica”, la del arte nos aparece como una particular historia del trabajo humano.

Henri de Toulouse-Lautrec
Goya

La Exposición Colectiva de Grabado que anualmente convoca el Museo El Castillo, y que en este mes de junio presenta su quinta edición, es una excelente oportunidad para pensar en el grabado como uno de los medios más significativos en el panorama contemporáneo, un valor que puede comprenderse a la luz de sus desarrollos históricos.

Los procesos de impresión son antiquísimos; aunque hay ejemplos muy anteriores, baste recordar aquí los rodillos de cerámica que las culturas precolombinas utilizaban para estampar sus tejidos. También en las civilizaciones orientales y en el medioevo europeo se producían impresos con distintas finalidades. De todas maneras, es interesante destacar que a finales de la Edad Media, en el mismo período en el cual decaen los grandes proyectos colectivos representados por la construcción de las catedrales, que son propiedad de todos, empieza a multiplicarse el arte de la impresión, que no está dirigido a la producción de una obra única sino a la de varios e incluso muchos ejemplares, lo que, en última instancia, permite que esas estampas impresas aparezcan como destinadas a una posesión y experiencia más individuales. Por lo demás, durante varios siglos los grabados se emplearon fundamentalmente para ilustrar los libros impresos, de tal manera que en la mayoría de los casos no tenían un valor propio ni interesaban de manera independiente. Podríamos decir que se trataba de un arte menor y secundario.

Henri de Toulouse- Lautrec
Goya

Cuando, sobre todo a partir del siglo 17, los artistas quisieron ir más allá de la ilustración de un texto, también los procesos técnicos se empezaron a modificar vertiginosamente. Los resultados fueron, entonces, grabados que todavía consideramos a la altura de cualquier pintura o escultura. Quizá Rembrandt haya sido el artista que alcanzó más plenamente el desarrollo del grabado, hasta el punto de que hoy resultaría difícil escoger entre sus pinturas y sus obras impresas.


Picasso

En general, sabemos que las artes se manifiestan hoy con una extraordinaria variedad. Pero, entre todas ellas, el grabado se destaca por la multiplicidad y evolución de sus técnicas y, por tanto, de sus resultados. Mientras que solo de manera muy excepcional encontramos actualmente pintores que se dedican a procesos antiguos como el fresco, el mosaico o el temple, en el contexto del grabado conviven las técnicas más tradicionales como la xilografía o el aguafuerte con las más modernas como la serigrafía y los medios digitales.

Por eso, no es exagerado afirmar que las distintas posibilidades del grabado están presentes con más fuerza que nunca en el arte contemporáneo.

En la actualidad, cuando las prácticas artísticas están profundamente influenciadas por el ámbito de lo conceptual, muchas personas tienden a creer que el arte ha abandonado la preocupación por la actividad manual para dedicarse solo al pensamiento y que, en consecuencia, es necesario expulsar del mundo del arte todo lo que pueda caer bajo el manto de lo artesanal o del oficio.

Picasso
Rembrandt

Sin lugar a dudas es cierto que hoy creemos que sin pensamiento no hay arte posible; pero es igualmente cierto que ahora comprendemos que las técnicas artísticas, los oficios y el uso de los materiales no son elementos externos sino que ellos hacen posible y real el pensamiento del artista. Picasso era un gran artista que, al mismo tiempo que pintaba o hacía escultura, también dibujaba, creaba grabados, trabajaba en cerámica y escribía piezas de teatro; pero una tal variedad de obras no se debía a la elección caprichosa de una técnica u otra sino a la conciencia de que había ideas que solo podían encarnarse y manifestarse en un medio determinado.

En realidad, los artistas piensan a través de sus materiales, técnicas y procesos.
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Joshua Bell en el Metropolitano

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El gran violinista y director estadounidense Joshua Bell se presentó con la prestigiosa orquesta londinense Academy of St. Martin in the Fields en el Metropolitano. Este importante concierto fue realizado como parte del aniversario número 28 del teatro y el año 40 de Medellín Cultural.

JOSHUA BELL
Valentina Estupiñan, María Eugenia Vargas
JOSHUA BELL
Antonia Yepes, Lucas Yepes

JOSHUA BELL
Aida Jaramillo, Mario Urrea, María Mercedes Gaviria, Hans Siegrist, Amalia Urrea

JOSHUA BELL
Alberto Correa, Emma Elejalde

JOSHUA BELL
Amanda Vásquez, Rafael Roldán

JOSHUA BELL
Diana Ramírez, Natalia Arbeláez, Tomás Restrepo

JOSHUA BELL
Esther Insuasty, Sara Insuasty, Carlos Mario Rúa, Luisa Fernanda Martínez, Andrés Mejía

JOSHUA BELL
Federico Restrepo, Adriana González

JOSHUA BELL
Jake Holmes, Liliana Restrepo

JOSHUA BELL
Jimena Grijalba, Mauricio Castro

JOSHUA BELL
Juan Felipe Mesa, Ricardo Mesa, Sara Lanau, Camilo Mesa

JOSHUA BELL
Juan Guillermo Botero, Stella Maya
JOSHUA BELL
Patricia Bravo, Teresita Gómez

JOSHUA BELL
Juan Guillermo Ortega, Juan Carlos Wolff

JOSHUA BELL
Juan Pablo Lema, Juan Camilo Solís

JOSHUA BELL
Lina Espinal, Felipe Flórez, Padre Hernando Uribe, Ángela Hurtado

JOSHUA BELL
Luis Alfonso Arias, Lina Pérez

JOSHUA BELL
Luis Fernando Mejía, Victoria Ángel, Darío Mesa

JOSHUA BELL
Luz Aída Arias, Gloria Cecilia Mejía

JOSHUA BELL
María Elisa Vieco, Bernardo Vieco, Gloria Zapata, Paula Vieco

JOSHUA BELL
Mariloli Linaza, Ramiro Pérez

JOSHUA BELL
Marta María Arango, Alejandro Gómez

JOSHUA BELL
Rodrigo Foronda, Ana María Correa

JOSHUA BELL
Sergio Restrepo, Piedad Aguirre

Los 30 del Fontán

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En el Museo El Castillo, el Colegio Fontán celebró tres décadas de existencia. El acto tuvo como evento central un concierto de piano a cargo de la maestra Teresita Gómez.

30A ÑOS COLEGIO FONTAN
Tatiana Vásquez, Valentina Lenis, Natlia González, Laura Castaño


Victoria Aguirre, Aurelio Castaño, Sebastián Castaño

30A ÑOS COLEGIO FONTAN
Alejandro Palomino, David Acosta

30A ÑOS COLEGIO FONTAN
Alexander Delagdo, Atanasio Roldán, Nelly Almeyda

30A ÑOS COLEGIO FONTAN
Catherine Montoya, Mario Palacio

30A ÑOS COLEGIO FONTAN
Cielo Elejalde, Mónica Sandoval, Sara Cuervo

30A ÑOS COLEGIO FONTAN
Cristina Fontán, María Fontán, Andrés Fontán, Ana Milena Espinal, Natalia Fontán

30A ÑOS COLEGIO FONTAN
Eliana Duque, Juan Diego Ramos, Mónica Chavarriaga

30A ÑOS COLEGIO FONTAN
Emilia García de Fontán, Teresita Gómez

30A ÑOS COLEGIO FONTAN
John Jiménes, María Elena Gaviria, Alberto Duque Osorio

30A ÑOS COLEGIO FONTAN
Luz Marina Ocampo, Adriana Rodríguez, Oswaldo Vélez, Diana Soley, Óscar Suescún

30A ÑOS COLEGIO FONTAN
María Isabel Quimbay, Mauricio Restrepo, Caroline Leflohic de REstrepo

30A ÑOS COLEGIO FONTAN
Natalia González, Juan Felipe González, Sara González

30A ÑOS COLEGIO FONTAN
René Jaramillo, María Rovira

30A ÑOS COLEGIO FONTAN
Ricardo Camargo, Nicolasa Marín, Juan Esteban Lara, Sara Velásquez, Felipe Ramírez

30A ÑOS COLEGIO FONTAN
Teresita Gómez

30A ÑOS COLEGIO FONTAN
Teresita Gómez

Metamorfosis

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En el Hotel Belfort tuvo lugar Metamorfosis, exposición anual del Club de Jardinería de El Poblado. Esta se dividió en una muestra de horticultura y diseños creativos con materiales naturales. 

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Rota, en Envigado

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En la Calle de la Buena Mesa, en el barrio Jardines (de Envigado), desde hace más de un año existe un lugar concebido para compartir en la mesa una diversidad de ricas entradas, tablas y platos.

Por Juan Sebastián Mora


Mariana Gaviria

En la Calle de la Buena Mesa, en el barrio Jardines (de Envigado), desde hace más de un año existe un lugar concebido para compartir en la mesa una diversidad de ricas entradas, tablas y platos. Se trata de Rota, de la chef Mariana Gaviria, formada en el IAG (Instituto Argentino de Gastronomía), y la ingeniera industrial Ana María Ochoa. Este restaurante invita a los comensales a “rotar” en grupo una serie de bocados diseñados para deleitar los paladares más exigentes.

Rota ofrece cuatro variedades de bocados para compartir: champiñones rellenos, crostinis (similares a los que se conocen como montaditos), triángulos de masa philo rellenos y brochetas. Cada una de ellas cuenta con múltiples opciones que permiten armar una exquisita tabla al gusto.

De los champiñones rellenos, Mariana Gaviria sostiene: “Los más exitosos son los de tocineta, cebolla caramelizada y queso crema; otros que recomiendo mucho son los de cangrejo, con queso cheddar y, opcional, jalapeños, para quienes les guste el pique”. Entre los crostinis, los más solicitados son los de camarones con limón, salsa chile dulce, rúgula y sour cream, y los de jamón serrano, dátiles y queso camembert. De las brochetas, sugiere la de espárragos envueltos con jamón serrano y reducción de balsámico y la de queso papialpa con manzanas caramelizadas. De los triángulos de masa philo, los recomendados son los rellenos de queso azul, espinacas, tomates secos y champiñones, y los de jamón ahumado, queso provolone, mostaza dulce y pepinillos.

Rota ofrece snacks (entre ellos, crispetas de sabores, carpaccios y dips para acompañar con papas o plátanos) pizzas, pastas, sándwiches y otros platos fuertes. Las pizzas, cuya masa es elaborada en el restaurante, son servidas en tamaño personal, pero cortadas de una manera que también se puedan compartir. La recomendada por Mariana Gaviria es la de jamón serrano, dátiles, queso manchego y reducción de aceite balsámico.

De las pastas, en corta o larga, la elegida es la de solomito con salsa de queso cheddar y tocineta; y de los sándwiches, el de pollo, que lleva pan focaccia artesanal elaborado en Rota, mayonesa de chipotle, aguacate, queso Monterey Jack, tomate y tocineta. El postre insignia de Rota es la red velvet, una torta típica norteamericana adaptada por el restaurante, que es servida en un vaso de vidrio con un frosting de queso crema y nutella.

Entre sus novedades como bar, además de las habituales jarras de sangría, Rota tiene jarras de cócteles, entre las que destacamos la de vodka, sandía y lychees y la de ginebra, mandarina, limón y jengibre.

Rota abre de lunes a domingo a las 12 m. De lunes a miércoles cierra a las 10 pm; los jueves a las 11 pm; viernes y sábados entre las 12 y 12:30 am. y los domingos a las 4 pm. Todos los días ofrece un llamativo menú de almuerzo. Calle 30 A Sur No.44 A-29. Informes en el 276 1841.


Brochetas de espárragos envueltos en jamón serrano
(4 unidades)

Ingredientes
• 4 espárragos.
• 4 tajadas de jamón serrano.
• Aceite de oliva.
• Reducción de balsámico.

Preparación
Cocinar los espárragos en agua hirviendo con sal por 30 segundos. Enfriarlos inmediatamente en agua con hielo para cortar la cocción y para que queden crocantes.

Cortar cada espárrago en cuatro pedazos y hacer lo mismo con las tajadas de jamón serrano.
Envolver los espárragos con el jamón y ensartarlos en un palillo o palo de brocheta de modo que queden cuatro brochetas.
En una sartén calentar un poco de aceite de oliva y dorarlas un poco.
Para servir, ponerles reducción de balsámico por encima.

 

receta 12Champiñones rellenos con tocineta, cebolla caramelizada y queso crema
(4 unidades)

Ingredientes
• 4 champiñones enteros grandes.
• 2 cucharadas de queso crema.
• ½ cebolla blanca picada.
• 1 cucharada de mantequilla.
• 1 cucharada de azúcar.
• 100 gramos de tocineta picada.
• Queso parmesano.

Preparación 
Quitar el tallo a los champiñones y terminar de ahuecarlos con una cuchara.
Saltear la cebolla en la mantequilla y agregar el azúcar y un poco de sal y pimienta, cocinarla hasta que se caramelice.
Cocinar la tocineta en una sartén hasta que quede crocante. Mezclarla con la cebolla caramelizada y el queso crema.
Rellenar los champiñones con esta mezcla y poner un poco de queso parmesano por encima de cada champiñón. Llevarlos al horno a 350 grados centígrados por aproximadamente 12 minutos. Servir.


Crostinis de camarones con limón, chile dulce, rúgula y sour cream
(4 unidades)

Ingredientes
• 4 unidades de pan (del tamaño de un montadito)
• 8 camarones del tamaño deseado.
• El jugo y ralladura de un limón.
• 2 cucharadas de salsa de chile dulce.
• 2 cucharadas de sour cream
• 4 hojas de rúgula.

Preparación
Poner a tostar los panes en el horno por aproximadamente siete minutos.
Saltear los camarones en una sartén y verter sobre ellos el jugo y la ralladura del limón.
Untar los panes con el sour cream. Poner una hoja de rúgula y dos camarones encima de cada pan. Para servir, agregar sobre cada crostini un poco de la salsa de chile dulce.

Bagels: La Ruta del Sabor

Mientras se desempeñaba como traductor para un banco de la ciudad, el diseñador industrial Jairo Romero decidió emprender un proyecto en el mercado de la gastronomía, por el que siempre tuvo una afinidad especial. Hace dos años, con mucho esfuerzo y la posterior asesoría del Sena y Microempresas de Colombia, puso en marcha La Ruta del Sabor, negocio especializado en bagels. A estos panes de origen judío, moldeados manualmente con un agujero en el centro, los utiliza para estructurar apetitosos y saludables sándwiches.


Quinta Avenida

La Ruta del Sabor cuenta con cinco tipos de bagels (tradicional con ajonjolí, uva canela, integral, queso, ajo) y 10 tipos de sándwiches, cuyos nombre remiten a famosas calles o avenidas de distintas ciudades del mundo.


Lomo Zurich

“Recomiendo el Piccadilly (roast beef, queso cheddar, tomate y salsa bbq casera), el Quinta Avenida (pavo, aguacate, manzana roja, lechuga y queso crema), Avenida San Juan (solomito, cebolla grillé, un bbq con panela y quesos cheddar y mozzarella) y lomo Zurich (lomo de cerdo, queso suizo, tomates secos y albahaca)”, afirma Jairo Romero.

Actualmente, Jairo Romero adelanta una investigación con la ayuda de una ingeniera de alimentos para determinar los acompañantes que mejor complementen los bagels.

La Ruta del Sabor funciona únicamente a domicilio (la entrega puede tener un sobrecosto si no es en Envigado o El Poblado) y los pedidos deben realizarse con un día de anticipación. Informes en el 316 379 8002.

El drama de la vida de relación

La amistad y la relación de amor están fundamentadas en el reconocimiento de mis límites y en la percepción de la organización del yo del otro

/ Jorge Vega Bravo

Comparto con los lectores la alegría de iniciar un nuevo ciclo en este noble oficio de escribir. Esta es mi columna No. 101 en Vivir en El Poblado. Cuando me comunico con los lectores estoy lleno de preguntas: me asisten las propias dudas, el camino recorrido, mis luchas interiores, la música, los seres que amo, los pacientes. Recuerdo a Georg Glöckler: “Las preguntas son puertas abiertas”.

En este encuentro mediado por la tecnología, la tinta y el papel, observo que una de las columnas más leídas en estos cuatro años largos es “El sentido del yo ajeno”. Me referí a este sentido superior, en el contexto de tres de las situaciones que impiden el desarrollo libre del ser humano y predisponen al cáncer: 1. El desarrollo intelectual precoz. 2. Los problemas que genera la falta de movimiento y uno de sus efectos: el pobre desarrollo de la voluntad. 3. El fomento del ego en la cultura actual con sus consecuencias: el egoísmo y el egocentrismo, donde se pierde el sentido del reconocimiento del yo del prójimo y del propio organismo. Voy a reflexionar sobre la dificultad para establecer relaciones y su origen.

El desarrollo equilibrado del niño en los primeros años está fundamentado en el cultivo de los cuatro sentidos corporales o inferiores: el sentido del tacto, el vital, el sentido del equilibrio y el del movimiento. Cuando un niño toca libremente lo que tiene en su entorno y es tocado con amor y calidez, desarrolla respeto y veneración y tiene la opción de practicar –como adulto– el reconocimiento del otro. Un sentido del tacto sanamente desarrollado se transforma en con-tacto, en sentido del tú. (M. Buber)

Reconocer el yo de otro ser humano es un acto consciente de aceptación de su individualidad; es la percepción de su proyecto de vida, de sus límites y sus posibilidades. La amistad y la relación de amor están fundamentadas en el reconocimiento de mis límites y en la percepción de la organización del yo del otro. La antropología antroposófica distingue entre el ego y el yo. El ego es el producto de la historia de vida y se va formando a través de ella. Es la estructura de la personalidad que busca reconocimiento y termina esclavizándonos. El ego se equilibra en la aceptación de los límites en la fuerza moral. El yo es el principio espiritual del ser humano y su aspecto más elevado. La organización del yo es una parte del yo humano que se manifiesta en varios planos: en el plano biológico como sistema inmune: él identifica lo compatible y lo extraño al cuerpo. En el plano emocional como guía de las facultades anímicas del pensar, sentir y actuar. Y en el plano existencial como la esencia del ser, que tiene un propósito de vida y puede reconocer el propósito de los otros.

Cuando el ego se impone sobre el yo, se abre la puerta para las enfermedades graves. La debilidad del sistema inmune predispone a las infecciones o al cáncer. En un tumor, el yo biológico no puede actuar soberanamente. La medicina moderna reconoce que la actividad del sistema inmune está relacionada con las vivencias y su elaboración psíquica. Nuestra actitud incide en la predisposición al cáncer: la resistencia a establecer vínculos, la soledad, la desesperanza, la agresividad contenida, la rigidez emocional y el egoísmo. A estas se suma la búsqueda del éxito a ultranza. Cito complacido a nuestro colega Juan S. Restrepo en “Diatriba contra el éxito” (Ed. 619): “Este mundo ya ha sido gobernado durante mucho tiempo por personas exitosas que nos tienen al borde del abismo”. Necesitamos pensar más en reconocer al otro y menos en triunfar. Tarea difícil pero posible.
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Movilidad sostenible: del discurso a las acciones puntuales (2)

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Un concepto que ha ido calando en las políticas de la administración pública y en la cotidianidad de los ciudadanos, se empieza a despertar en las empresas

Por Catalina Peláez

Según un informe presentado en 2014 por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la calidad del aire se deteriora paulatinamente en el mundo; revela además que más de la mitad de la población mundial reside en urbes con índices de polución 2,5 veces mayores de los recomendados por este organismo y, peor aún, que más de siete millones de personas mueren anualmente en el mundo a causa de la contaminación ambiental generada dentro o fuera de los hogares, siendo la polución el principal riesgo medioambiental para la salud. “Existen numerosos ejemplos de políticas fructíferas relativas a los sectores de transporte, planificación urbana, generación de electricidad e industria, que permiten reducir la contaminación del aire”, asegura la OMS. Particularmente en relación con el transporte automotor, que es una de las mayores fuentes de contaminación, sugiere la adopción métodos limpios de generación de electricidad, la priorización del transporte urbano rápido, las sendas peatonales y de bicicletas en las ciudades, el transporte interurbano de cargas y pasajeros por ferrocarril, y la utilización de vehículos pesados de motor diésel más limpios y vehículos y combustibles de bajas emisiones, especialmente combustibles con bajo contenido de azufre.

Si nos vamos a lo local, la calidad del aire ocupa los primeros lugares en la lista de preocupaciones ambientales. Según la última encuesta de percepción ciudadana Medellín Cómo Vamos, realizada en 2014, la congestión vehicular volvió a ser primer tema en la agenda, siendo elegida por el 63% de los encuestados y reportada como el problema de mayor importancia en todos los niveles socioeconómicos y todas las zonas de la ciudad; el dato preocupa si se tiene en cuenta que este problema está directamente relacionado con otros de tipo ambiental como son la contaminación del aire y el nivel del ruido. Vivir en El Poblado consultó con algunas de las grandes empresas del sector público y privado de la ciudad, para saber como están trabajando frente al tema de la movilidad sostenible.

EPM

Según Carlos Mario Montoya, gerente de Gestión Humana de EPM, esta empresa prestadora de servicios públicos cuenta con varias estrategias enfocadas hacia el tema de la movilidad sostenible. “Tenemos horarios flexibles de trabajo, que se coordinan y se acuerdan con el jefe inmediato. Los empleados (son 3.700) pueden cambiar de horario cada seis meses; estos horarios flexibles de trabajo nos han facilitado el acceso al edificio inteligente porque cuando el horario para todos era desde las siete de la mañana hasta las 5 de la tarde, las fila para entrar al edificio podía llegar casi que hasta Pies Descalzos”. La empresa tiene como política citar a reuniones solo entre las ocho de la mañana y las tres de la tarde para respetar el horario de las personas que, por ejemplo, finalizan su jornada laboral a las cinco de la tarde. El teletrabajo es otra estrategia. Cuenta el funcionario que existen 200 personas que trabajan bajo esta modalidad: “Hacemos una valoración de los espacios de las casas porque deben cumplir con unas condiciones especiales, también, hacemos una evaluación de competencias para determinar si esa persona sí está en capacidad de trabajar de manera efectiva bajo esa modalidad”. EPM cuenta además con una buseta que permanentemente viaja desde el edificio hacia la estación del metro de La Alpujarra, para transportar a los empleados.

“La Red Pems se ha convertido en un espacio interesante para las empresas, de todos los sectores y tamaños, para conocer nuevas alternativas de movilidad sostenible

Grupo Bancolombia

“Estamos ubicados a 50 metros de la estación Industriales del metro y metroplús: una buena parte de nuestros empleados utilizan este sistema de transporte, podemos decir que entre el 35 y el 40 por ciento de las personas (son 4.500 empleados en el edificio central). Ahora, un 25 por ciento viene en su vehículo particular”, cuenta Franco A. Piza, responsable de Sostenibilidad, del Grupo Bancolombia. El edificio tiene parqueaderos para bicicletas y en ambas torres (Sur y Norte) con duchas y casilleros que sirven a cerca de 50 personas que se transportan diariamente en bicicleta. Por medio de la campaña Comparte tu Carro, la compañía incentiva que hasta cuatro empleados se unan para llegar a trabajar en un solo vehículo y pagar así una sola mensualidad. Aproximadamente 30 personas están inscritas en este programa, asegura Franco A. Piza. El edificio central de Bancolombia también cuenta con parqueaderos con celdas privilegiadas para vehículos de menos de 1.600 cc, de no más de cinco años de antigüedad y que lleguen al edificio con más de un ocupante. El grupo financiero cuenta además con la opción de Teletrabajo que acoge a 500 empleados aproximadamente en el país y, además, con horarios flexibles de trabajo.

Servicios Nutresa

Rutas compartidas: con esta estrategia, que apenas será implementada, Servicios Nutresa pretende que aquellas personas que viven cerca una de otra o que se encuentran en la ruta de llegada a la oficina viajen en un mismo vehículo. ¿Cómo funciona? En la intranet los empleados (son 340) pueden consultar las rutas compartidas disponibles por los compañeros, de manera que si, por ejemplo, una persona vive en Laureles, consulta quién de la empresa ha registrado una ruta compartida en la intranet para ponerse en contacto con esa persona y movilizarse a la oficina en un solo carro. El grupo tiene también cuatro horarios flexibles de trabajo y aproximadamente cien personas hacen uso de alguna de las seis rutas de transporte suministrado por la compañía. Una encuesta interna arrojó que el 74 por ciento de los empleados llega en su carro a las instalaciones de la empresa, cinco veces a la semana; el 91 por ciento llega al trabajo en su vehículo particular los días de Pico y Placa; el 68 por ciento de las personas utilizan su vehículo particular para transportarse desde la casa al trabajo, un 15 por ciento utiliza el transporte suministrado por la compañía y solo un 11 por ciento utiliza el transporte público.

 

Pems, una solución
Pems, una solución
 

La iniciativa Pems, que traduce Planes Empresariales de Movilidad Sostenible, comenzó en el 2010 en Bogotá, como un proyecto de colaboración entre el sector privado y la academia, representados por la Fundación Chevrolet, la Universidad de Los Andes y la Asociación Nacional de Industriales de Colombia (Andi), con el objetivo de generar estrategias que permitieran al sector empresarial de esa ciudad ser un agente activo en la promoción de buenas prácticas de movilidad sostenible para sus empleados. Las empresas que deciden hacer parte de la red Pems, se someten inicialmente a un diagnóstico del cual se desprende finalmente un plan empresarial de movilidad sostenible diseñado según las particularidades de cada una. Actualmente 35 compañías entre las que se encuentran Bavaria, Ecopetrol, Servientrega y recientemente ISA en Medellín y Promigas en Barranquilla, hacen parte de la red Pems. “La Red Pems se ha convertido en un espacio interesante, para las empresas de todos los sectores y tamaños, para conocer nuevas alternativas de movilidad sostenible que les permita implementar estrategias específicas en sus organizaciones, ajustadas a las necesidades y características de sus empleados”. Esto se asegura en su página web, además de algunas herramientas y metodologías que permiten conocer el impacto de la organización.

Indicadores la red Pems:

  • Número total de empleados impactados: 29.275
  • Huella de carbono compensada: 0.25 hectáreas año por empleado
  • Huella energética compensada: 51.15 galones al año por empleado
  • Huella de calidad de vida compensada: 15.06 días transporte al año
  • Huella de equidad compensada: 5.22 por ciento salario en transporte al año

Y nada de los diseños

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La demora en la entrega de los diseños de la ampliación de la calle 4 Sur ha agudizado la incertidumbre de los vecinos del Distrito de Negocios Milla de Oro


Algunos habitantes del sector denuncian una supuesta ocupación y cambio de uso de la vía pública por parte de la constructora. Esta asegura que no es así

Por Luisa Martínez

Desde 2012 el proyecto constructivo Distrito de Negocios Milla de Oro se erige en la esquina sobre el costado oriental de la Avenida El Poblado, carrera 43 A, con la loma de Los González (calle 5 Sur). Ante la valla que rodea la nueva edificación, los transeúntes y vecinos perciben a simple vista una gran construcción. Sus inquietudes surgen porque esta mole, junto a un hotel que se construirá en el lote donde quedaba el restaurante J&C, están en el camino de lo que sería la ampliación de la calle 4 Sur, obra concebida para mitigar el impacto de la movilidad del puente Gilberto Echeverri sobre la Avenida El Poblado.

La preocupación de residentes y comerciantes del área de influencia de la obra vial, radica en que desconocen los diseños definitivos. Afirman que desde hace un año y medio la Administración prometió entregarlos, pero aún no la ha hecho. A su paso se implicarían predios del Centro Ejecutivo, los edificios El Guadal y Marruecos, el restaurante La Provincia y el Gran Casino Medellín. “¿Por qué, si no se tienen los diseños, se autorizó la construcción sin limitación para esas dos obras?, ¿la obra vial está condicionada por intereses particulares?”, se preguntan.

Render. Este proyecto con tres pisos comerciales y 17 pisos de oficinas, espera ser entregado en marzo de 2016

Sería un deprimido, dice Infraestructura
Javier Darío Toro, secretario de Infraestructura Física, asegura que los diseños estarían listos en unos cuatro o cinco meses y se socializarán con la comunidad. Explica que estos han sufrido diferentes valoraciones por las implicaciones ambientales y prediales. “No es tan simple hacer el diseño con la gente porque el de un predio quiere que el proyecto sea para el otro lado, y el predio del frente quiere que sea para el otro. Es tratar de acomodar”, agrega. Primero se planeó construir un puente sobre la loma de Los González -en doble calzada- y un deprimido en la Avenida El Poblado. “Ahora hemos convenido con Planeación que sea una sola calzada en ascenso, con tres carriles y un deprimido en la loma de Los González para que el impacto visual sobre la Avenida sea menor”, afirma. La obra iría desde la 43 B, donde termina el Puente de la 4 Sur -en el Centro Ejecutivo-. Allí se ampliaría un carril hasta llegar al cruce de la Avenida de El Poblado, donde se haría un deprimido en dos carriles que saldría adelante del Hard Rock Café.

Denuncian supuesto cambio de uso
El Distrito de Negocios Milla de Oro es producto de otras objeciones, expresadas en una Comisión Accidental del Concejo de Medellín en el Hotel Poblado Plaza el pasado 4 de junio. Estas también están descritas en una querella interpuesta ante el Municipio por el residente Jaime Matiz: “…La edificación se construye sobre una vía pública que hacía las veces de glorieta u oreja (…). Los ciudadanos vemos con asombro cómo esta vía fue cerrada con puertas de metal por la entrada de la loma de Los González, impidiendo el paso de vehículos y peatones. Además, la salida de la vía sobre la Avenida de El Poblado es ahora una cera adoquinada, lo que modifica su uso (…). El cerramiento fue con el objetivo de adherir la vía pública como propia de la construcción para luego justificar la zona de retiros y urbanismo que le corresponde por ley dejar de su terreno privado”. Asegura que los retiros se proyectaron desde la Avenida El Poblado y no en relación con la antigua oreja y que la vía hace parte del acceso necesario al edificio. “Los planos aprobados no significan que sean legales, cerraron la vía pública y ahora resulta que la construyeron”, se queja Matiz. La intención de la querella: recuperar la vía pública y verificar el cumplimiento de las normas urbanísticas.

Por su parte, el concejal Jesús Aníbal Echeverri afirmó que “por el Concejo no ha pasado la autorización para el cambio de uso”, por lo que solicitó una reunión con todas las autoridades competentes, Infraestructura, Planeación, Medio Ambiente, Movilidad y Personería.

Otros vecinos también llaman la atención sobre los retiros respecto a la quebrada La Sucia, que recorre la loma de Los González y que fue canalizada. “Queremos saber desde dónde midieron los retiros y si modificaron el curso de la quebrada con la intervención”.

Distrito de Negocios SAS se defiende
El Distrito de Negocios Milla de Oro hace parte de la segunda etapa de un Proyecto Urbanístico General (PUG), fue aprobado por la Curaduría Urbana Tercera y se encuentra en un perímetro privado certificado en Catastro de 11.712.86 metros cuadrados, afirma Alejandro García, representante legal de la sociedad Distrito de Negocios SAS que ejecuta el proyecto.

Con respecto al supuesto uso de la vía pública, asegura: “Parte de ese retorno, como estaba trazado, se metía al lote privado. Nosotros vamos a ceder este espacio al Municipio y a dar una solución vial completa para acceso del proyecto y para que los vehículos puedan circular”. Por su parte, Gabriel Arango, arquitecto de la obra, expresa: “Esa oreja que había allí es pública pero la convertimos en un espacio público peatonal”. Insiste en que se dejaron las franjas correspondientes para el futuro intercambio vial. Alejandro García concluye que la propuesta vial fue aprobada por Planeación y que está dentro del diseño vial del Municipio. Así mismo, hace hincapié en que la obra está en función del acuerdo 046 de 2006 (antiguo POT), por lo que los retiros se cumplen, según los tramos, hasta por más del mínimo exigido. Acerca del retiro frontal de la obra a la Avenida de El Poblado, dice que sí cumple las especificaciones y que es de 10 metros. Sobre la quebrada La Sucia indica que en 2012 el Área Metropolitana aprobó su canalización y que el retiro –de 10 metros– va desde el borde del canal hasta el paramento del edificio, así como la conservación de unas ceibas y una compensación arbórea. Además construyeron una rotonda en la loma de Los González y unas isletas al frente de J&C, como compensación urbanística.

Este proyecto cuenta con una inversión cercana a 180 mil millones de pesos. Se encuentra en un 70 por ciento de ejecución y espera abrir sus primeros locales en noviembre de 2015. Para finales de marzo de 2016, el proyecto estaría terminado.

¿Cuáles dones has recibido?

Si estás buscando una carrera que te satisfaga, empieza la búsqueda dentro de ti

/ Carolina Zuleta

Hace unos días vi una entrevista en la que Oprah Winfrey contaba la historia de cómo había llegado a ser la poderosa mujer que es hoy. Ella explicaba que desde muy joven sabía que le gustaba muchísimo tener conversaciones con personas y que era muy buena haciéndolo. En otra entrevista, J.K. Rowling, la autora de Harry Potter, explicaba que no podía parar de escribir. Que inclusive hoy en día escribe todos los días, pues es su manera de mantenerse mentalmente saludable.

Muchas personas están descontentas en su trabajo o en su carrera profesional y se sienten perdidos para encontrar esa satisfacción. Yo creo que a diferencia de Winfrey y Rowling, quienes siguieron sus instintos sobre lo que deseaban hacer, estas personas han buscado la respuesta en el lugar equivocado.

Para muchos, la búsqueda de qué hacer ahora, comienza con mirar cuáles son las opciones de trabajo que existen en el mercado u observar qué están haciendo sus amigos o familiares para seguir ese mismo trayecto. Yo creo que esto es un error. La respuesta de lo que realmente nos satisface en nuestro trabajo y vida no es necesariamente lo que vemos afuera, sino lo que ya vive dentro de nosotros.

Creo que como Oprah Winfrey y J.K. Rowling, todos hemos sido dotados con dones únicos, y cuando los cultivamos y expresamos, entonces nuestra vida cobra sentido y experimentamos más felicidad. La mayoría de veces nuestros dones no tienen el nombre de una carrera profesional: ingeniero, médico o administrador. A veces son características de nuestro ser que nos gusta compartir y que nos es fácil expresar: creatividad, curiosidad, amor por aprender, liderazgo, escuchar a los demás, debatir. Nuestra responsabilidad es reconocer los dones que hemos recibido, desarrollarlos y transmitirlos al mundo, así encontraremos satisfacción en nuestro trabajo.

Martha Graham fue una bailarina y coreógrafa estadounidense de danza moderna, y creo que tenía razón cuando dijo: “Existe una vitalidad, una fuerza de vida, una energía, una aceleración que es traducida en acción a través de ti, y como solo hay uno de ti en todos los tiempos, esta expresión es única. Y si tú la bloqueas entonces nunca existirá a través de ningún otro medio y se perderá por siempre. El mundo no la tendrá. No es tu deber determinar qué tan buena o qué tan valiosa es al compararla con otras expresiones. Tú único deber es mantener el canal abierto. Tú ni siquiera tienes que creer en ti mismo o en tu trabajo. Solo debes mantenerte abierto y consciente de los deseos que te motivan”.
Así que si estás buscando una carrera que te satisfaga, empieza la búsqueda dentro de ti. ¿Cuáles han sido los dones que has recibido?
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El lote de Space, avaluado en 9.000 millones de pesos

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Cuando el avalúo quede en firme, el lote saldrá a la venta para pagar a los acreedores. Así luce hoy lo que fue la unidad residencial Space

Por Catalina Peláez

En manos de la Superintendencia de Sociedades quedó el proyecto de graduación y calificación de créditos de la sociedad en liquidación Lérida CDO S.A, empresa constructora de la desaparecida urbanización Space. Este proyecto determinará la prelación que tendrá cada copropietario en el orden de pagos.

Sin embargo, los acreedores ya presentaron algunas objeciones, las cuales serán trasladadas a la Superintendencia.

La Super también recibió del agente liquidador Marco Tulio Zapata el avalúo del lote de Space (ubicado en la carrera 24 D No. 10 C – 120), el cual fue realizado por Humberto Ochoa y Asociados y arrojó un valor comercial de 8.998 millones 896 mil 144 pesos con 88 centavos. Esta firma aclara que como el avalúo se hizo sobre la totalidad (100 por ciento) del terreno es necesario descontar aquellos porcentajes que hoy están pendientes de su negociación, o sea, los de aquellos con los que la constructora no ha llegado a ningún acuerdo. Así las cosas, el total de los derechos de copropiedad que Lérida CDO S.A. –hoy en liquidación judicial– posee sobre el lote es del 77 por ciento, lo que equivale a 6.955 millones 491 mil 576 pesos. En la medida que se logre negociar con los que no hay acuerdo, esos porcentajes se irán adicionando al avalúo del lote, especifica la firma avaluadora. Esta también resalta que el avalúo se hizo con base en el nuevo Plan de Ordenamiento Territorial (POT). Una vez quede en firme el avalúo del lote se procederá con su venta. El agente liquidador Marco Tulio Zapata, asegura que en el proyecto de graduación y calificación de crédito se está dando prelación a los copropietarios. “Se proyecta cancelar como gastos de administración, aquellas negociaciones adelantadas o futuras; esto quiere decir que se le está dando prelación a ellos”.

Por otro lado, en relación con el proceso de reorganización de las compañías del Grupo CDO (Alsacia CDO S.A., Vifasa CDO S.A.S, Inversiones Acuarela CDO S.A.S., Bepamar CDO S.A.S. y Calamar CDO S.A.S), la Superintendencia de Sociedades publicó el proyecto de calificación y graduación de créditos para conocimiento de 2 mil 500 acreedores quienes podrán presentar objeciones al proyecto hasta el próximo 16 de junio. El proyecto de calificación y graduación de créditos se compone de unos listados donde se indica cuanto se le debe a cada persona y de que naturaleza es el crédito. Más de 90 mil millones de pesos suman las acreencias de esos 2 mil 500 acreedores.

Vivienda Segura, a segundo debate
El pasado 3 de junio, el proyecto de ley “Vivienda Segura” pasó el primero de los cuatro debates que debe surtir en el Congreso de la República. Por unanimidad, los integrantes de la Comisión Séptima de la Cámara de Representantes votaron positivamente el articulado que pretende reglamentar la construcción en Colombia. Cabe recordar que el 3 de marzo de 2015, el Ministro de Vivienda, Luis Felipe Henao, radicó dicho proyecto que pasará ahora a su segundo debate, esta vez en la Plenaria de la Cámara. Como las sesiones del Congreso se cierran el 20 de junio, se prevé que tampoco este semestre el proyecto se convierta en ley.

Un contrasentido

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No pretendemos desconocer las razones que tengan los perpetuadores del paro para estar descontentos, pero lo que sí cuestionamos es su manera de expresar su inconformidad y buscar soluciones

Preocupa la continuidad del paro estudiantil y los disturbios en el Politécnico Jaime Isaza Cadavid –el último de ellos en plena Avenida Las Vegas en la tarde del martes 9 de junio–, pues es evidente el contrasentido en que están incurriendo sus promotores: la interrupción del proceso de enseñanza-aprendizaje deteriora justamente la calidad educativa que pretenden salvaguardar y agudiza el déficit presupuestal. Así de sencillo. Y cada día que pasa, suma.

Hasta antiguos líderes estudiantiles de universidades públicas en los años 70, reconocen hoy el error que fue pretender imponer sus criterios mediante vías de hecho que derivaran en disturbios, pedreas, taponamientos de vías y paros indefinidos, acciones que solo dejaron pérdida de tiempo –con las consecuencias que esto conlleva para los estudiantes y sus familias–, muchos daños materiales y, lo peor, pérdida de vidas. Por eso resulta ingenuo y anacrónico que 45 años después, en pleno 2015 y en un contexto diferente, algunos pocos incurran en los mismos errores, e insistan en pasar por alto las enseñanzas de experiencias pasadas. El asunto no sería tan grave si solo fueran ellos los perjudicados, pero están arrastrando con sus decisiones a 14.800 estudiantes (en la sede de El Poblado), muchos de los cuales preferirían seguir en clases mientras simultáneamente se busca una concertación con las directivas del plantel educativo y la Gobernación de Antioquia. Aparte de la interrupción del itinerario académico, también se causan molestias al resto de la comunidad que nada tiene que ver en el asunto, como los vecinos y aquellos que al pasar por la vía pública quedan en medio de la revuelta y del riesgo, e impedidos para llegar a su destino. No es el mejor ejemplo que puede dar la academia al resto de la sociedad.

No pretendemos desconocer las razones que tengan los perpetuadores del paro para estar descontentos, pero lo que sí cuestionamos es su manera de expresar su inconformidad y buscar soluciones. La protesta es válida, claro, pero hay que mirar cómo se hace, buscar estrategias distintas y menos dañinas para los mismos estudiantes. La historia de nuestras confrontaciones y los malos rumbos que tomaron en muchos casos, deben servir para algo y en este caso sería para darle valor al diálogo con los que consideramos contrarios o antagonistas. Pero para esto se requiere entender al otro –llámese Gobernación, directivas o estudiantes– no como un enemigo sino como un interlocutor que merece respeto, con el que se puede debatir, discutir, exponer argumentos, inconformidades, solicitudes y, finalmente, concertar.

También nos preguntamos qué papel activo están jugando los estudiantes del Poli que no están de acuerdo con que se prolongue más el paro y en qué escenarios están expresando su posición. Porque si es cierto –como pensamos– que son la mayoría, aquí lo más preocupante sería su falta de participación. Habría que preguntarse entonces si es que son víctimas de intimidación o simplemente se trata de comodidad, apatía o indiferencia, algo aún peor.

En pleno uso

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Un alivio ha propiciado al tráfico de El Poblado el recientemente inaugurado intercambio vial

Aunque todavía falta por concertar el uso que se le dará a los bajos del paso a desnivel de la Transversal Inferior con la calle 10, está en su pleno funcionamiento desde el pasado 5 de junio. Esta obra, la primera en entregarse de los cinco intercambios viales que se ejecutan por Valorización en El Poblado, tuvo un costo de 11 mil 483 millones de pesos e incluye 1.600 metros cuadrados de nuevos andenes y 1.650 de espacio público. Su construcción, en cabeza del consorcio Azvi Ingevías, tuvo una duración de 15 meses. Se le dio el nombre de Lucía De la Cuesta de Londoño, en honor a la fundadora de la Federación Antioqueña de ONG, fallecida en 2013.

Fotografía tomada en sentido occidente-oriente

Como venida del cielo

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Un arpa que no parece de este mundo, debuta el viernes 12 de junio en el Metropolitano


Bosque de maple en Canadá

Por Alfonso Arias Bernal*

El maple –o arce, como se le conoce en español– es un árbol frondoso que crece en buena parte del territorio canadiense. Es tan importante para la economía y la cultura de ese país que su hoja aparece en la bandera. De hecho, la provincia de Quebec es el principal productor mundial de miel de maple.

Pero la producción de miel no es el único uso de este hermoso árbol, que además suele formar parte de los paisajes canadienses que vemos en los calendarios: su madera es muy apreciada para la fabricación de instrumentos musicales como violines, violas, chelos y, por supuesto, arpas.

Es la primera vez que en Medellín la Sinfonía Fantástica se hace como debe ser, es decir, con cuatro arpas. Fotos tomadas en la fábrica de arpas en Lyon & Healy, en Chicago. Fotos Alfonso Arias

El proceso de fabricación de un arpa empieza entonces en los fríos bosques de Canadá, donde curtidos leñadores escogen los árboles que van a derribar. Luego de un largo recorrido por ríos y carreteras, los troncos arriban a un aserrío donde los parten en trozas y tablones. De allí los despachan a la fábrica de arpas Lyon & Healy, en el corazón de Chicago, donde los artesanos les dan forma a los tablones para convertirlos en la caja de resonancia, en la tabla armónica, en la columna, en el cuello y en todas las demás partes del arpa. El abeto y el palo de rosa, nombres llenos de resonancias y de aromas, también llegan de distintas partes del mundo para integrarse al proceso.


Bibiana Ordóñez. Foto Karin Richter

La fábrica funciona en un edificio de ladrillo de cinco pisos. Decenas de artesanos trabajan con minuciosidad de relojeros, cepillando la madera, pegando las piezas con cola, ensamblando los mecanismos, calibrando y midiendo. Es un trabajo artístico más que una línea de producción. Los artesanos son maestros que transmiten sus conocimientos de generación en generación. Los aprendices pasan años al lado de sus maestros antes de hacerse cargo de un proceso determinado. A pesar de los computadores y de las herramientas de precisión presentes por todo el local, el ambiente se acerca más a un taller de luthería del siglo 18 que a una fábrica en una de las ciudades más modernas del mundo.

El arpa tiene algunas partes recubiertas en oro.
Foto Karin Richter

En el último piso del edificio hay un gran salón con cientos de arpas y un auditorio. Y allí estábamos los representantes de Filarmed. En el auditorio nos tenían preseleccionado un grupo de seis arpas debidamente alistadas para que, de entre ellas, escogiéramos la nuestra, la de nuestra ciudad y nuestra Orquesta.

Bibiana Ordóñez, arpista de la Filarmónica, se desplazó hasta ese lugar para la delicada tarea de seleccionar el instrumento. Con mirada de experto y una gran sonrisa, Bibiana contempló el grupo de arpas y sin mucha dilación se acercó a una de ellas. Su mano experta pulsó las cuerdas y despertó los sonidos maravillosos de la música. Durante toda la mañana estuvo probando cada una de las arpas. Pasó de una en una examinando cada detalle. Tocaba algunas notas, hacía un glissando, un arpegio, pulsaba una cuerda, escuchaba atentamente con la mirada perdida a lo lejos para aguzar el oído; pasaba a otra, repetía el proceso; a veces le pedía a alguien que pulsara unas cuerdas para ella poder escuchar desde lejos, luego tomaba nota en una libretica y volvía a dar otra ronda. Al final tenía clara su decisión, escogió dos arpas, una modelo 11 y una modelo 26. Bibiana se inclinaba por la modelo 26, pero esta era más costosa. La diferencia era significativa. La decisión final dependería del dinero.

Unos meses más tarde recibí una llamada al celular. Llegó el arpa. No lo podía creer. A los pocos minutos estaba bajando las escaleras del Teatro Metropolitano para acceder a la bodega de instrumentos de la Orquesta. Me sentía tan ansioso como el que llega a su primera cita con su primer amor. Abrí las pesadas puertas de hierro y allí estaba, resplandeciente, espléndida. La modelo 26. Lo habíamos logrado. Ahora lo que deseamos es verla en el escenario y oírla en concierto.

Es la primera vez que llega a nuestra ciudad un arpa de gran concierto de las mejores especificaciones. El arpa Lyon & Healy modelo 26 es un instrumento muy hermoso, pero aún más notable es su sonido. Un arpa de orquesta debe tener tres cualidades: la claridad de las notas a todo lo largo de su registro, la resonancia y la capacidad para proyectar el sonido y llenar la sala de conciertos. Ninguna otra orquesta de Colombia y pocas, si alguna, de Suramérica, poseen un arpa como esta. Será el arpa de la Orquesta por muchos años. El asunto tiene visos de acontecimiento histórico.

Muchas personas e instituciones de la ciudad se juntaron para hacer esto posible. Para todos ellos nuestra gratitud. Las generaciones venideras le agradecerán a la nuestra este magnífico regalo.
*Gerente Orquesta Filarmónica de Medellín (Filarmed)



El programa

El concierto inaugural de la nueva arpa de la Orquesta Filarmónica de Medellín, este viernes 12 de junio a las 8 pm en el Teatro Metropolitano, incluye las siguientes obras

• Primera parte Arpista: Bibiana Ordónez Obras:
• Dos danzas “sagrada y profana” para arpa y orquesta de cuerda (Achille-Claude Debussy)
• Introducción y alegro para flauta, clarinete, arpa y cuarteto de cuerdas (Maurice Ravel)
• parte (Tendrá cerca de 120 músicos en escena. Cuatro arpas: Bibiana Ordóñez, Juan Sebastián Blanco, Julián Steven Cárdenas y Emmanuel Rivera)
• Sinfonía Fantástica, Op.14 (Hector Berlioz, Francia 1803-1869): 1. Ensueños y pasiones. 2. Un baile. 3. En el campo. 4. La procesión al cadalso. 5. El aquelarre. Director titular: Francisco Rettig.

Nueva arpa en concierto

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La Orquesta Filarmónica de Medellín estrena arpa este viernes con la solista Bibiana Ordóñez

La Orquesta Filarmónica de Medellín estrena arpa Lyon and Healy Style 26 Concert Grand, un instrumento majestuoso diseñado por Lyon and Healy a finales de 1800. El arpa Style 26 une la recuperación del estilo gótico del siglo XIX con detalles del Renacimiento y está revestida a mano por una lámina de oro de 23 quilates. Su sonido se caracteriza por una increíble resonancia y claridad, que el público podrá apreciar este viernes 12 de junio, en el Teatro Metropolitano, en el concierto de Filarmed que incluirá la Sinfonía Fantástica, de Berlioz, Introducción y alegro, de Ravel, y Danzas sagrada y profana, de Debussy, con la participación de la arpista Bibiana Ordóñez y la dirección musical del maestro Francisco Rettig.

Bibiana Ordóñez
La solista del concierto, arpista principal de la Orquesta Filarmónica de Medellín, y quien dará a conocer por primera vez el sonido del nuevo instrumento de Filarmed, será la arpista colombiana Bibiana Ordóñez. Bibiana realizó sus estudios en el Departamento de Música de la Universidad Nacional de Colombia, donde obtuvo el título de Arpista con énfasis en Música de Cámara, bajo el tutelaje de María Grozdanova. Así mismo, la colombiana fue arpista principal de la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia y de la Orquesta Filarmónica de Santiago de Chile.

El concierto se llevará a cabo el viernes 12 de junio en el Teatro Metropolitano. A las 7 pm. habrá charla previa (entrada libre) y a las 8 pm será el concierto (entrada con boletería). Informes: 262 5500.

Entrega del primer intercambio vial del Proyecto de Valorización

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El puente de la Transversal Inferior con la calle 10 llevará el nombre de Lucía de la Cuesta de Londoño  

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Inauguración del nuevo puente Lucía de la Cuesta de Londoño

Por Luisa Martínez

En la mañana del viernes 5 de junio, la Alcaldía de Medellín inauguró y entregó el primer paso a desnivel de los cuatro que se están ejecutando en El Poblado, dentro de las obras de Valorización. Al puente, que se puso en servicio desde el pasado 2 de marzo, le dieron el nombre de Lucía de la Cuesta de Londoño.

En marzo de 2014 inició la construcción de esta obra por el consorcio Azvi Ingevías. Durante 15 meses, 90 obreros, entre ellos 12 mujeres, levantaron esta obra que contó con una inversión total de 11 mil 483 millones de pesos, para mejorar la movilidad de cerca de 30 mil vehículos que circulan por la zona cada día. Además de un puente de 100 metros de longitud, se construyeron 1.600 metros cuadrados nuevos de andenes, con un promedio de 2.50 metros de ancho, y se adecuó el espacio público con 1.650 metros cuadrados entre arborización y paisajismo.

“En esta zona teníamos un gran conflicto de movilidad porque los semáforos que distribuían los tiempos sobre la calle 10 hacían el cruce muy lento. El vehículo que bajaba por la calle 10 tenía que esperar dos o tres fases del semáforo y lo mismo los que pasaban por la Transversal Inferior”, explica Javier Darío Toro, secretario de Infraestructura Física. Por eso afirma que hoy, al separar los flujos con el puente, “se mejora inmensamente la circulación, los vehículos podrán cruzar sin mayor complicación y los peatones cuentan con semáforos y andenes más amplios y cómodos”. Asegura que las residencias y locales comerciales vecinos no perdieron la accesibilidad y que el beneficio también es ambiental porque “en la medida que es más facil la movilidad, los niveles de ruido y las emisiones de gases se reducen”. En cuanto a los bajos del puente aseguró que se concertará con la comunidad la utilidad y el diseño que se le dará a ese espacio.

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Familia Londoño en inauguración del intercamnbio vial en nombre de su madre

Lucía de la Cuesta de Londoño fue la fundadora de la Federación Antioqueña de ONG y es reconocida en la ciudad y en Antioquia como una mujer solidaria, con interés por la equidad y como una de las principales líderes sociales en favor de los niños y mujeres que dignificó el papel del género femenino en Colombia. Así lo reconocieron el alcalde Aníbal Gaviria y los demás presentes en el acto de inauguración, Javier Darío Toro, secretario de Infraestructura Física, Luis Alberto García, director Fonvalmed, Paula Andrea Tamayo, secretaria de las Mujeres, y Jesús Aristizábal, vicealcalde de Hábitat, Movilidad, Infraestructura y Sostenibilidad. Sobre el homenaje, Jesús Aristizábal dedicó sus palabras: “Fue una persona maravillosa y emblemática que tuve la oportunidad de que me honrara con su amistad y con quien tuvimos la posibilidad de compartir en muchas reuniones de instituciones no gubernamentales y del ejercicio público”. También recordó la labor de su hijo, Juan Luis Londoño, exministro de salud y de protección social, quien perdió la vida en un accidente aéreo en 2003.

A partir de ahora, en su homenaje, Lucía de la Cuesta de Londoño será el nombre que se verá al cruzar el puente. A propósito, Paula Andrea Tamayo expresó que uno de los objetivos de la Secretaría de las Mujeres es que es las obras de infraestructura lleven nombres de mujeres como una manera de hacerles un reconocimiento y como un aporte histórico a la memoria.

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Placa en homenaje a Lucía de la Cuesta de Londoño

El alcalde Aníbal Gaviria expresó su agradecimiento a la familia de la homenajeada por su aporte a la ciudad y también a la constructora y su equipo de trabajo por llevar a buen término esta obra. Así mismo, dio un mensaje a las demás constructoras que continúan en labores de ejecución para que tengan en cuenta el cumplimiento del presupuesto, el cumplimiento de cronogramas, el respeto a la ciudadanía y la calidad en la construcción. El Alcalde no dejó pasar la oportunidad para referirse al recaudo de la Valorización: “Tenemos el 25 por ciento del recaudo total, cuando no llevamos ni el 10 por ciento del tiempo desde que se distribuyó”, lo que habla de la “confianza de los ciudadanos en el proyecto”. Además llamó la atención a quienes aún tienen dudas del cobro para que “observen la pertinencia con que se están realizando las obras”.

“La culpa la tiene la factorización”

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A continuación publicamos una carta enviada por el avaluador de propiedad raíz, Daniel D’Amato, sobre el procedimiento de factorización para los cobros de obras por Valorización

¿En qué se parecen los predios de la sede de Bancolombia, del Centro Comercial Monterrey, del Colegio de la Enseñanza, de la sede de El Club Campestre, de una casa en el Barrio Cristo Rey, de una bodega industrial en la Autopista Sur con la calle 10, de un Edificio de apartamentos en la loma del Indio, de un edificio de oficinas en la Milla de Oro, de una casa en en el barrio Manila, de un edificio de apartamentos en Oviedo, de un edificio de apartamentos en el sector de Transversal Superior, de una casa campestre en la vía a Las Palmas, y un terreno rural en la vía Las Palmas? En que Fonvalmed las factoriza con la misma ecuación.

Desde el punto de vista inmobiliario son totalmente diferentes, son predios muy heterogéneos, tienen usos diferentes, estratos diferentes, ubicaciones diferentes, edades de las construcciones diferentes, normatividades urbanísticas diferentes, tanto la actual como las de los últimos 40 años, etcétera.

De conformidad con el artículo 11 del Acuerdo 58 de 2008, la factorización es el proceso mediante el cual se individualiza el beneficio, teniendo en cuenta las características de cada inmueble en cuanto a lo físico, lo normativo, lo jurídico y todo aquello que lo diferencia de los demás en su operación. Entonces, mediante el proceso de factorización, se encuentra el beneficio individual de cada predio, pero ¿cómo se encuentran los diferentes factores?

Qué es la factorización
La factorización es el procedimiento técnico-matemático mediante el cual un avaluador realiza la homogeneización de varios predios para poder compararlos y efectuar los análisis correspondientes para determinar su valor o, para el caso de Fonvalmed, determinar el beneficio teórico unitario.

Cómo se calculan los factores
Fonvalmed no explica cómo calcula cada uno de los factores, no están explicados en su documento técnico ni están explicados en las respuestas a los recursos de reposición entregados a los ciudadanos.
Sin embargo sí existen técnicas que permiten efectuar procesos de factorización como los que se necesitan para el cálculo de la individualización del beneficio de cada predio, pero se tienen algunas restricciones, veamos:

1. Para disminuir los errores, los factores se deben calcular entre predios que no sean demasiado heterogéneos en sus características principales. Por ejemplo, no se recomienda intentar homogeneizar un local comercial con una residencia, pero sí es posible intentar homogeneizar dos locales comerciales ubicados en diferentes centros comerciales.

2. También se recomienda efectuar homogeneizaciones entre predios que tengan las potencialidades normativas y económicas semejantes, por lo tanto no se recomienda homogeneizar un predio como el del Club Campestre con el predio de un edificio residencial.

El Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC), que es el órgano rector de los avalúos para el Estado en Colombia, utiliza para todos los avalúos catastrales las zonas geoeconómicamente homogéneas, y para ello diferencia el uso, la norma, la topografía, etcétera, de cada predio o sector.

Pero Fonvalmed prefirió efectuar una factorización en la que con una sola ecuación se agruparan todos los predios de la zona de citación, o sea que intenta encontrar factores de homogeneización entre inmuebles en más de 30 normas urbanísticas, con edades de 60 años hasta nuevos y con usos excluyentes, pues la industria no es compatible con la vivienda.

Por supuesto, esta audacia de Fonvalmed de utilizar una sola ecuación para todos los predios conlleva consigo errores graves, para ilustrar mostraremos solo el Factor Edificio (Fe).

Factor Edificio
Definición: Es la diferencia comparativa en un inmueble con respecto el área construida y el área ocupada en un determinado predio, en relación con los demás predios del área de influencia del proyecto.
Fórmula: Fe = 1 + K * Ic – X/Y*IoIc = Índice de construcción existente para cada lote.
Io = Índice de ocupación de la construcción existente en cada lote.
X = 1,241
Y = 0,682
K = 1
X/Y = 1.819648

Esta ecuación significa que el Predio Tipo con que se van a comparar todos los predios de la zona de citación tiene un índice de construcción de 1.241 y un índice de ocupación de 0.682, que según Fonvalmed es el promedio de toda la zona de citación.

Con el fin de mostrar los errores incurridos por Fonvalmed y mostrar la inequidad en el cálculo del Factor Edificio, se tiene el cuadro 1*

Se puede observar que todos los predios tienen la misma área de lote, y no importa dónde estén ubicados ni el uso ni el estrato en que estén.

Los predios 1, 2 y 3 tiene la misma área construida, deberían tener el mismo factor pues Fonvalmed explica en sus argumentos que este factor reconoce la construcción como elemento diferenciador de los predios.

Sin embargo, se observa que los factores son diferentes, lo cual conlleva a un error en el factor y a una inequidad en la aplicación del reparto de cargas y beneficios.

Si se compara el Predio 2 con el Predio 5, este último tiene menos área construida (9.541 m2) pero tiene el mismo factor (Fe = 1.59).

Lo mismo sucede si comparamos el Predio 3 con el Predio 4, este último tiene una mayor área construida (25.000 m2) pero tiene el mismo factor
(Fe = 2.04).

Daniel D’Amato B
Registro Nacional de Avaluador #706

Luis Fernando Franco es el camaleón

Un proyecto musical que inició hace más de 30 años y que ahora permite acercarse a la diversidad colombiana

Por Luisa Martínez

Luis Fernando puede pasar horas en el estudio de preproducción que tiene en la mansarda de una amplia y moderna casa en Llanogrande. Allí, frente a una estación de trabajo en forma de piano, genera los primeros sonidos de lo que serán encantadoras producciones musicales. A ese lugar, que en otro tiempo fuese su habitación en la antigua finca lechera de sus padres, lo llama su espacio creativo.

Esta es apenas una de las estaciones de Luis Fernando Franco Duque, un compositor, arreglista y productor musical colombiano, quien ha emprendido una misión intercultural fascinante: explorar las raíces de la música original de Colombia para compartirlas con el resto del país y el mundo. Ese deseo de volver a los orígenes que, según dice, es muy común cuando vemos esa necesidad de saber quiénes somos, empezó en su tierra, Antioquia. Y es que sus exploraciones comenzaron cuando era un joven de 17 años que visitaba los alrededores del Oriente y oía los bambucos y pasillos de las fincas vecinas. Siguió las músicas campesinas hasta Girardota, donde encontró la parranda paisa y demás sonidos andinos. Desde niño, en esa casa moderna, que ahora comparte con hermanos y parientes, fue donde sucedió su primera conexión con la música. Junto a su madre y a sus tíos, músicos de estudiantina que alegraban las reuniones familiares, aprendió a tocar su primer instrumento: un tiple. Sin embargo, sus instrumentos favoritos son los de viento.

Siguiendo los vientos en 1978, junto a sus hermanos Jorge Franco, también músico, y Carlos Franco, artista plástico, llegó a San Agustín, en Huila, y a los pueblos vecinos del Cauca, donde lo cautivaron las flautas de carrizo y las percusiones de la chirimía caucana. En 1983, su ruta fue el Atlántico y el Pacífico. Es por eso que este músico, con más de 30 años de experiencia, puede hablar con propiedad de cada región y de las formas musicales que se desarrollan en cada una de ellas. A la par con sus recorridos por Colombia, inició su formación académica, y entre tantos estudios, hizo una cátedra latinoamericana de composición y orquestación en Venezuela que abrió sus puertas a lo que sería una carrera musical al lado de músicos de todas partes del mundo y a una serie de proyectos que le merecieron nominaciones, becas y premios.

Guana Records: un sello propio

Al hablar de cada territorio y la complejidad de sus estéticas, se ve a un hombre sensible, noble y, como él mismo dice, afortunado, que aprendió a “mirar con más respeto la diversidad de Colombia”. Para que esa riqueza se conociera, en 1997 creó en Medellín, junto a Jorge Franco, el sello discográfico Guana Records, con el que grabaron las músicas étnicas antropológicas y las músicas étnicas contemporáneas.

Sentado en la sala de su casa en Llanogrande y oyendo unos cuantos de los más de 50 trabajos discográficos que rescatan la memoria musical, vuelve a viajar al Chocó, al río Magdalena, a las Islas de Providencia…“Llevábamos unas grabadoras grandes de rollo que pesaban hasta 50 kilos (…) Luego tuvimos las primeras grabadoras digitales que hacían una conversión fabulosa”, cuenta. “Aún las conservo… con ellas hicimos toda una historia”, continúa. Entre sus producciones están Ekos: Sonidos Ancestrales-Oídos Urbanos (2012), El Latir del Río (2010), Bulla Endiablada (2006-2008), El Brujo y su Timba (2007), Colombian Jazz Puerto Candelaria (2002) y Seresta (2000), esta última nominada a los Grammy Latinos en 2001.

La creación como disciplina

Para Luis Fernando, los impulsos y las emociones en el momento de la creación son muy importantes, pero cree en el trabajo creativo como una disciplina para cada día. “Este trabajo es una maravilla porque puedo integrar diferentes áreas artísticas, la música con algo”. Así puede moverse entre desarrollar el proyecto discográfico de un nuevo artista, hacer producciones para cine, danza, y teatro, componer musicoterapia, hacer propuestas pedagógicas e impulsar proyectos de desarrollo social por medio del arte. Su relación con el cine inició con el documental Lunes de Feria, de Gabriel Vieira, que ganó premio a mejor banda sonora en el Festival de Cine de Bogotá. Y luego llegaría la oportunidad de crear los sonidos sinfónicos que le dieran el toque mágico al realismo de la Vendedora de Rosas, de Víctor Gaviria, un buen amigo suyo. Su última intervención fue en el largometraje Juana Tenía el Pelo de Oro, de Pacho Bottía. En 2015 se destacan sus producciones musicales para la danza contemporánea En los Días del Cólera, de Danza Concierto, la compañía de Peter Palacio, otro amigo cercano; y para la obra Yuma, Río Amigo, del Teatro La Fanfarria.

Desde 1986 Luis Fernando es el director de grabación de la Corporación Cantoalegre y actualmente es director de currículo del programa Medellín Vive la Música. Hace 12 años, el estudio de Guana Records está en Bogotá, la ciudad donde vive, y también su Corporación Sonidos de la Tierra. Desde allí dirige su nuevo proyecto Laboratorios Creativos Interdisciplinarios, que realiza en la isla de Barú, Barrancabermeja y Salgar. A estos lugares llegan equipos de producción que, desde un modelo de educación no formal y la cultura, recuperan la memoria, incentivan la creación y ayudan según Luis Fernando “a que este país sea mejor”.

Ramón El Camaleón es una de sus obras sinfónicas ganadora de una beca nacional y con un valor especial. Son cuatro libros que se transforman según las necesidades formativas del estudiante. Esta, dirigida a niños, cautivó a todas las edades y se interpretó en España, Italia y Alemania. Cuenta el autor que de allí resultaron cuentos de niños que hablaban de un camaleón que vivía en Colombia y que quería recorrer el mundo. Podría decirse que Luis Fernando es ese camaleón que salió a descubrir su país y el mundo en busca de una transformación.

Primavera Fest, entretenimiento sostenible

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En el Jardín Botánico tuvo lugar una nueva versión de Primavera Fest, festival que combina gastronomía, música, diseño e ideas para el cuidado del medio ambiente, en un espacio ideal para compartir en familia.

PRIMAVERA FEST - ORQUIDEORAMA
Adriana Betancur, Juan Manuel Zabala
PRIMAVERA FEST - ORQUIDEORAMA
Alicia Hernández, Lulu Pomeroy, Coco Pomeroy

PRIMAVERA FEST - ORQUIDEORAMA
Ana María Jiménez, Ana María Serna, Antonia Cadavid

PRIMAVERA FEST - ORQUIDEORAMA
Beatriz Alzate, María Paula Vélez, Pablo Vélez

PRIMAVERA FEST - ORQUIDEORAMA
Andrea González
PRIMAVERA FEST - ORQUIDEORAMA
Eduardo Díez, Daniela Echeverri

PRIMAVERA FEST - ORQUIDEORAMA
Benjamín Gómez, Michelle Arango, Melisa Arango, Carlos Palacio

PRIMAVERA FEST - ORQUIDEORAMA
Camila Rendón, Andrea Villa

PRIMAVERA FEST - ORQUIDEORAMA
Camila Sierra, Juan David Posada

PRIMAVERA FEST - ORQUIDEORAMA
Elizabeth Correa, Frevier Hidalgo

PRIMAVERA FEST - ORQUIDEORAMA
Hugo James, María Vásquez, Juan Pablo Llano

PRIMAVERA FEST - ORQUIDEORAMA
Jorge Tulio Jiménez, Ana Ramírez

PRIMAVERA FEST - ORQUIDEORAMA
Juan Camilo Marulanda, Verónica Prada, María Paulina Sanín, Sara Moreno

PRIMAVERA FEST - ORQUIDEORAMA
Juan Esteban Restrepo, Estefanía Vásquez
PRIMAVERA FEST - ORQUIDEORAMA
Juan Fernando Sánchez

PRIMAVERA FEST - ORQUIDEORAMA
Juliana Caro, Deisy Piedrahíta

PRIMAVERA FEST - ORQUIDEORAMA
Liseth Gelves, Swami Castro, Anderson Zafra

PRIMAVERA FEST - ORQUIDEORAMA
Laura Escovar
PRIMAVERA FEST - ORQUIDEORAMA
María Fernanda Velásquez, Andrés Hoyos

PRIMAVERA FEST - ORQUIDEORAMA
Lucía Soto, Paola Pérez

PRIMAVERA FEST - ORQUIDEORAMA
Luz Marina Mesa, Luisa Eslava, Gabriela Chejne, Camila Rengifo

PRIMAVERA FEST - ORQUIDEORAMA
María Isabel Prada, Sara Pamela Vergara

PRIMAVERA FEST - ORQUIDEORAMA
María Paulina Robledo, Dora Sepúlveda

PRIMAVERA FEST - ORQUIDEORAMA
Pablo Gallego, Sandra Moreno

PRIMAVERA FEST - ORQUIDEORAMA
Paula Quintero, Salomón Nassiff

PRIMAVERA FEST - ORQUIDEORAMA
Ricardo González

PRIMAVERA FEST - ORQUIDEORAMA
Sergio Guiral, Heidy Pamplona


Susana Márquez, Sara Velásquez, Lucas Tabares

PRIMAVERA FEST - ORQUIDEORAMA

¡Qué Subasta! Arte con corazón

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Con la intención de recaudar fondos en pro de la salud de niños colombianos con cardiopatías congénitas, que atiende la Fundación Infantil Santiago Corazón,se realizó en el Centro Comercial Oviedo la ya tradicional ¡Qué Subasta! 63 obras de 62 artistas hicieron parte de esta sexta versión.

 QUÉ SUBASTA - OVIEDO
Tuti Barrera, Lorenzo Márquez

 QUÉ SUBASTA - OVIEDO
Alejandro Escobar, Jorge Molina

 QUÉ SUBASTA - OVIEDO
Carlos Tisnes, Arturo Vayda, Óscar Roldán

 QUÉ SUBASTA - OVIEDO
Dora Correa, Inés Elena Ferrer, Susana Urrea

 QUÉ SUBASTA - OVIEDO
Elena Castaño, María Adelaida Ochoa, Emilio Castaño

 QUÉ SUBASTA - OVIEDO
Elsy Chaux, José Miguel Lotero, Raquel Restrepo

 QUÉ SUBASTA - OVIEDO
Emilio Gómez Montoya, Juan Manuel Gómez, Laura Montoya

 QUÉ SUBASTA - OVIEDO
Gloria Castaño
 QUÉ SUBASTA - OVIEDO
John Urrea

 QUÉ SUBASTA - OVIEDO
Halim Badawi, José Darío Gutiérrez, Bairo Martínez

 QUÉ SUBASTA - OVIEDO
Isabel Trujillo, Inés Madrid

 QUÉ SUBASTA - OVIEDO
José Franco, Alejandra Franco

 QUÉ SUBASTA - OVIEDO
Liliana Hernández, Judith Duque

 QUÉ SUBASTA - OVIEDO
María González, Juan Carlos Chica

 QUÉ SUBASTA - OVIEDO

 QUÉ SUBASTA - OVIEDO

 QUÉ SUBASTA - OVIEDO

 QUÉ SUBASTA - OVIEDO

Paralelo, circuito de artes plásticas

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En el marco del festival cultural Paralelo, la galería SGR, de Bogotá, y Lokkus Arte Contemporáneo, de Medellín, crearon una exposición con las obras de 17 artistas jóvenes latinoamericanos. La muestra estuvo vigente durante cuatro días en Lokkus.

INAUGURACION PARALELO
Paulina Arango, María Arango

INAUGURACION PARALELO
Sara Luna Ruíz, David Vargas, Sabrina Daniels

INAUGURACION PARALELO
Susana Gómez, Sarah Fichtinger, Margaux Cannaméla, Lea Maillard

INAUGURACION PARALELO
Cristian Camilo Vidales
INAUGURACION PARALELO
Cristina Restrepo, Ronal Castañeda

INAUGURACION PARALELO
Daniela Giraldo, Alejandro Salazar, Sarah Vasco

INAUGURACION PARALELO
David Freyre
INAUGURACION PARALELO
Mariam Patiño, Carlos Acosta

INAUGURACION PARALELO
Jorge Mario Mira, Juan Felipe Palacios

INAUGURACION PARALELO
Juan Camilo Bedoya, Julián Gómez

INAUGURACION PARALELO
Juan David Henao, Aníbal Vallejo

INAUGURACION PARALELO
Juliana Henao, Margarita Valdivieso

INAUGURACION PARALELO
Julián Urrego, Mónica Zamudio

INAUGURACION PARALELO
Julie Zapata, Santiago Marzola

INAUGURACION PARALELO
Natalia Vanegas, Steven Guberek, Manuela Velásquez, María Clara Ramírez

INAUGURACION PARALELO

INAUGURACION PARALELOINAUGURACION PARALELO

INAUGURACION PARALELO

Aurora: Lo Sabes

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Con su productor Lelo Arango como artista invitado, la banda de indie rock latino, Aurora, presentó, en un concierto en Tres Cordilleras, su nuevo sencillo: Lo Sabes. Esta pieza musical es un adelanto de Inercia, segundo álbum del grupo que se encuentra en producción.

AURORA EN TRES CORDILLERAS
Alejandra Sierra, Laura Jiménez, Laura Mejía

AURORA EN TRES CORDILLERAS
Daniel Giraldo, Jorge Manco, Lina Correa

AURORA EN TRES CORDILLERAS
Daniel Torres, Daniel Sepúlveda, Mónica Cardona, Santiago Vanegas

AURORA EN TRES CORDILLERAS
Ian Palmer, Sebastián Londoño, Ana María Montoya, Sebastián Tovar, Laura Maya, Andrés González

AURORA EN TRES CORDILLERAS
Luisa Santamaría, Daniel Villa

AURORA EN TRES CORDILLERAS
Marcela Jiménez, Andrea Gallón, Juliana Valencia

AURORA EN TRES CORDILLERAS
Marcela Orozco, Daniela Tobón, Vanesa López

AURORA EN TRES CORDILLERAS
María Angélica Vergara, Luisa Bazalar, Sara Durango

AURORA EN TRES CORDILLERAS
Marly Oviedo, Natalia Correa

AURORA EN TRES CORDILLERASAURORA EN TRES CORDILLERAS
Mauricio Arango

AURORA EN TRES CORDILLERAS

AURORA EN TRES CORDILLERAS

AURORA EN TRES CORDILLERAS

AURORA EN TRES CORDILLERAS

AURORA EN TRES CORDILLERAS

AURORA EN TRES CORDILLERAS

Hoy x Ti, una carrera por los sueños

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Materializar los sueños de un grupo de niños con enfermedad en etapa terminal es la bonita causa de la carrera Hoy x Ti, aventura urbana que realizó hace poco el Centro Comercial El Tesoro.


Víctor Aristizábal hace realidad el sueño del niño Samuel Patiño, ser hincha oficial del Atlético Nacional

El regreso de Bruno y Olivier

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En el barrio Villa Ortúzar en Buenos Aires (Argentina), dos amigos y colegas pasteleros, Bruno Gillot y Olivier Hanocq

En el barrio Villa Ortúzar en Buenos Aires (Argentina), dos amigos y colegas pasteleros, Bruno Gillot y Olivier Hanocq, encontraron un antiguo local con un viejo horno de mampostería, de seis metros de diámetro, construido en 1911. Allí materializaron su anhelo de tener una panadería artesanal francesa, L’épi, que en su idioma natal significa “la espiga”. En un comienzo, el negocio estuvo centrado en proveer de panes a los principales restaurantes y hoteles de la capital argentina, pero después de dos años de crecimiento sostenido, abrieron un local de venta directa al público, al que hoy se le suma otro en el barrio de La Recoleta.

Bruno Gillot y Olivier Hanocq. Foto cortesía Escuela de Gastronomía Mariano Moreno

Diez años han pasado desde el inicio de L’épi y hoy los nombres de estos franceses son famosos, en gran medida, debido a su participación como presentadores de varios programas televisivos del canal internacional El Gourmet como Boulangerie y Francia y sus quesos.

De acuerdo con Bruno, L’épi se caracteriza por sus recetas de panadería ancestrales elaboradas con masa madre, cultivada para lograr un proceso de fermentación natural, sin necesidad de levaduras prensadas. De esta manera, en su gran horno de leña preparan el producto estrella de su negocio: el pan de campo (aunque Olivier también sugiere probar el croissant de almendras).

Los roles están claros. Olivier se ocupa de la mayor parte del trabajo manual de la panadería, mientras que Bruno, quien también es el chef director de Eat Catering, “participa activamente de ella y entre los dos tomamos las decisiones importantes”, señala Olivier.

La enseñanza, una pasión compartida

Tanto Bruno como Olivier destacan las ganas de aprender, la humildad y el amor por el trabajo más allá de una remuneración económica, como virtudes a cosechar en los nuevos panaderos y pasteleros.

Sus palabras se justifican con hechos. Antes de crear L’épi, Bruno se formó como pastelero y dio sus primeros pasos en los célebres restaurantes Le Fouquet’s (en los Campos Elíseos) y Le Grand Véfour (el histórico restaurante de los jardines del Palais Royal). Así mismo, trabajó en la prestigiosa pastelería Wittamer de Bruselas, proveedora oficial de la Corona de Bélgica. Mientras que Olivier comenzó como aprendiz de panadero a los 17 años en la célebre pastelería de Gaston Lenôtre y fue pastelero en el salón de té Valerie. Luego tuvo varios trabajos en el mundo de la gastronomía en Inglaterra, Brasil y México.

Hace poco visitaron por quinta vez nuestro país, con el objetivo de dictar unas clases de panadería francesa en las sedes de Medellín y Bogotá de la Mariano Moreno, institución de gastronomía de la que son docentes en Buenos Aires. La Buena Mesa de Vivir en El Poblado estuvo presente en uno de estos espacios y registró una de las recetas entregadas a los estudiantes, el far bretón, una tarta-flan típica de la región francesa de Bretaña.

Far bretón clásico con manzanas
Para 6 a 8 personas, con un molde de 20 centímetros de diámetro y 4 centímetros de altura


Ingredientes

• 150 gramos de harina.
• 125 gramos de azúcar blanca.
• 1 cucharada de extracto de vainilla.
• 750 mililitros de leche.
• 3 huevos.
• 40 gramos de mantequilla.
• 500 gramos de manzana.

Para el almíbar
• 1 litro de agua.
• 500 gramos de azúcar.

Preparación
Precalentar el horno a 220 °C y bajar a 180 grados para cocinar.
Pelar las manzanas, descorazonarlas y cortarlas en gajos. Hacer un almíbar con el agua y el azúcar. Blanquear las manzanas en el almíbar hasta que estén cocidas, procurando que estas conserven su firmeza. Escurrirlas y ponerlas en una lata con un poco de azúcar. Llevarlas al horno hasta caramelizar.

En un bowl, agregar los huevos, el azúcar y el extracto de vainilla. Batirlos e incorporar la harina. Mezclar muy bien. Calentar la leche a 50 °C y agregar la mantequilla. Dejar enfriar y luego adicionar a la mezcla de los huevos. Revolver muy bien.

En un molde enharinado y engrasado con mantequilla, verter la mezcla y encima de ella las manzanas. Hornear. Cuando la parte superior esté dorada, retirar, dejar enfriar y desmoldar.

Para tener en cuenta: este postre tiene una contextura tipo flan. También puede hacerse con duraznos, ciruelas o peras.

Fascinación Sherlock

josegabrielBaena

Aparte de los muy difíciles casos que hay que resolver, el gran caso es el propio Sherlock, con su muy bizarra personalidad

/ José Gabriel Baena

Como siempre me ocurre, y para satisfacción de mis archienemigos, suelo llegar tardísimo a los acontecimientos mundiales (tardísimo es algo así como un minuto de retraso) pero en el caso de Sherlock, la serie de tv británica filmada entre 2010 y 2014, la demora fue como de un año. Llegué a Sherlock por medio del canal de suscripción Netflix y por insistencia de mi hermosa psiquiatra, quien me decía que allí aprendería alguna cosa –no hay que creer en los psiquiatras nunca pero así fue–. La serie, para los retrasados que no la hayan visto, es por supuesto otra más sobre el personaje de Conan Doyle, pero no otra del montón sino la mejor de todas en toda su historia. Fue desarrollada en nueve capítulos de hora y media –y otro más de una hora- recogiendo las historias contadas en otros tantos libros, quizá los principales, pero titulados con ligeras diferencias o alusiones, tales como –entre otros– Un estudio en rosa, Escándalo en Belgravia, Los sabuesos de Baskerville, El banquero ciego, La catarata de Reichenbach, La carroza fúnebre vacía, El signo de tres, etcétera. Ya se ha dicho en otros lugares que los guiones son “superplay” y que los dos actores principales que hacen de Sherlock y Watson son insuperables: Benedict Cumberbatch y Martin Freeman, mucho más Cumberbatch, y que la otra gran protagonista es mi muy amada Londres (a donde no voy hace cincuenta años). Los productores quisieron fetichizarla tal como está hoy, como hizo Conan Doyle a finales del siglo 19. El otro gran personaje impersonal es la costosa gabardina de Holmes, sin la cual no sale nunca a la calle. Y sucede que, aparte de los muy difíciles casos que hay que resolver, el gran caso es el propio Sherlock, con su muy bizarra personalidad. Un crítico de la BBC describe a Holmes como “un dinámico superhéroe en el mundo moderno, un detective genio llevado por el deseo de probarse a sí mismo que es más lúcido que los criminales y que la policía, y más que todo el mundo, de hecho”, que tuvo un pasado con drogas nefastas, con alcohol, etcétera, pero que ahora sólo usa parches de nicotina. Otros dicen que “este Holmes de ahora se describe a sí mismo como un sociópata de alto rendimiento” o “un hombre que vive por entero en su cerebro con ningún interés por el mundo exterior” y otro agrega que el Holmes que interpreta Cumberbatch “es frío, tecno y ligeramente aspergeriano” –esto es que padece o goza del síndrome de Asperger, una disfunción que forma parte del espectro autista–. ¡Pero qué aspergeriano tan fascinante! Debo confesar que me devoré las nueve películas entre un sábado y un domingo, más cinco documentales sobre cómo hicieron la serie, y quedé con ganas de más. Todos los capítulos te amarran a tu butaca, en mi caso un taburete, pero a mí especialmente me liquidó, dejándome de rodillas, Escándalo en Belgravia, basada en Escándalo en Bohemia, donde aparece por primera vez el personaje de Irene Adler, de la cual Sherlock se enamora ferozmente: una bella dominatriz sexual de alta gama, y muy desnuda, que conoce todos los perversos secretos de la monarquía, el Parlamento, gente del mundo rosa, en fin. En Su último voto aparece un maligno magnate del periodismo que también sabe demasiado, como Rupert Murdoch; un penúltimo episodio, muy gracioso, es el de la boda de Watson, donde Sherlock hace el discurso y compara el matrimonio con un asesinato “pues tarde que temprano uno de los dos tendrá que morir”. Pero basta ya. Suscríbanse a Netflix, nueve dólares al mes, y fascínense primero que todo con Sherlock.
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Los bajos fondos

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Uno tiene la secreta sospecha de que en aquellas vidas está su propia vida y la sensación puede ser intolerable

/ Gustavo Arango

Pocos piensan que allí pueda vivir gente. Estamos en el fondo de un hueco sombrío y, al comienzo de la historia, la mirada se eleva en busca de luz. Contra una de las paredes de aquel hueco hay una casa. El techo enclenque hace pensar que es un lugar abandonado. Un par de chicos que pasan por allí piensan que aquello es un basural y arrojan residuos de verduras. Luego vemos el interior de la casa.

Llevo varias semanas inmerso en el cine temprano de Akira Kurosawa

Es invierno y el viento silba y se cuela por las ventanas rotas. Adentró hay una multitud aletargada. Todos habitan en el mismo espacio. Una pareja que vende dulces y se dispone a salir a trabajar. Un hombre que se obstina en limpiar la herrumbre de un caldero. Una mujer que tose y se aferra ya sin fuerzas a la vida. Un viejo actor hundido en la ebriedad. Una prostituta soñadora. Un samurái decadente y sin espada. Un tahúr lleno de rabia y de cinismo. Suciedad y miseria. Frío y desolación.

La historia es tan terrible que uno decide olvidarse de ella por unos días, sin saber si tendrá el valor de regresar. Pero al final regresa. Los personajes se van desarrollando. Hay también un ladrón joven y apuesto, enredado en un triángulo amoroso: fue amante de la mujer del casero, pero la llegada de la hermana menor de la mujer ha cambiado las cosas. Por esos días llega un anciano sonriente y apacible que se sorprende con la imposibilidad de todos para encontrar una salida a su situación.

El anciano no los juzga, los entiende. A la mujer que tose la ayuda a morir con tranquilidad. Siembra en el actor la idea de viajar a un templo cercano para escapar del alcohol. Escucha paciente los recuerdos alterados de la prostituta, la exaltación fantasiosa de un tiempo en que alguien la miró con amor. Es claro que la paz de aquel anciano fue conquistada con esfuerzo. Cuando habla revela que no siempre fue un buen hombre, que también él estuvo atrapado entre temores y pasiones.

El anciano no puede evitar meterse en problemas. Le aconseja al ladrón que se escape con la mujer que ama, que huya lejos de las amenazas y chantajes de la casera; pero el muchacho y la chica están atados con cadenas invisibles. La ira de la mujer es explosiva y el anciano comprende que ha llegado la hora de marcharse. El final de la historia es oscuro y complejo.

Entre las pocas dichas que ofrecen estos tiempos tan peyes se encuentra el acceso que tenemos a libros y películas que hace solo unos años habrían sido inalcanzables. Pienso en lo felices que serían Borges o Luis Alberto Álvarez si hubieran tenido acceso a lo que ahora se nos ofrece. Llevo varias semanas inmerso en el cine temprano de Akira Kurosawa. He visto hermosas historias de caída y redención (Escándalo, Un domingo extraordinario), he visto historias donde la corrupción tiene rostros humanos (Alto y bajo, Los malos duermen bien), he disfrutado de sus dramas juguetones de samuráis (La fortaleza escondida, Sanjuro, Yojimbo); pero con todo y lo fascinantes que han sido esas historias, ninguna me ha estremecido como Los bajos fondos. Uno tiene la secreta sospecha de que en aquellas vidas está su propia vida y la sensación puede ser intolerable.

No sé si contarles el final. Quizá sería estropearles la experiencia. La historia está basada en un drama de Gorky. La visita del anciano le da un toque budista. Pero la liberación que propone el budismo no tiene aquí la última palabra. Después de ver la película he leído reseñas; casi todas sugieren que en la historia triunfa la desolación. A mí me parece que en ese horror final hay un extraño brillo de esperanza.
Oneonta, junio de 2015.
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Nuestros Peajes, ¿unos afterthoughts?

Estimado usuario, pague por pasar, pero también pague en mayor gasto de tiempo y combustible haciendo estas colas que aquí le obsequiamos

/ Juan Carlos Franco

Pocos elementos de infraestructura están tan atrasados en Antioquia como los peajes. Son unas casetas primitivas, estrechas, con máximo dos carriles por sentido y que fácilmente se convierten en un bloqueo de tráfico. Cualquiera ve que no hay diseño, o que si lo hay, es accidental. El espacio asignado es mínimo y las vías de aproximación y de salida son cortas y estrechas. Se nota demasiado que los peajes no fueron incluidos en el presupuesto, o si lo fueron, la partida fue ínfima. En un país con tantas normas técnicas, para este asunto, o no hay o no se aplican.

Los peajes en Antioquia son la definición exacta de la palabra afterthought en inglés: algo que nadie pensó a tiempo, para lo que obviamente no hay plata y que solo a última hora se incluye. Y se construye a la ligera, por debajo de especificaciones. “Ah, sabe qué, hágale que ahí nos vamos defendiendo…”.

No existe en español una traducción precisa de la palabra afterthought. Pero un buen sinónimo podría ser “peaje antioqueño”.

¿Resultado? Los tacos enormes e infames que soportamos los fines de semana en las vías aledañas a Medellín. En especial las que comunican con el Oriente. ¿Cuánto dinero pierden vehículos particulares y públicos haciendo fila para pagar? Haga de cuenta, un peaje doble: Estimado usuario, pague por pasar, pero también pague en mayor gasto de tiempo y combustible haciendo estas colas que aquí le obsequiamos. El colmo de la falta de visión y de irrespeto hacia el usuario.

Hay que ver el peaje de Las Palmas en la vía al aeropuerto. Es tanto el tráfico de fin de semana que a veces le abren las cuatro vías a los carros que regresan a Medellín. Y que los otros, aunque revienten de frustración, se queden totalmente parados durante largos minutos. Para peor, cursa desde hace años el proyecto de trasladar ese peaje hacia el alto de La Posada de Posada. Supuestamente para darle comunicación sin peaje a las veredas que tiene Envigado en ese sector. Y también, supone uno, para instalar otro peaje que sí cumpla especificaciones o que al menos no sea un obstáculo para el tráfico creciente de esta vía.

¿Y qué pasa que no se ve el traslado? Hace un año el Municipio de Envigado terminó de pagar los terrenos y se disponía a iniciar construcción en el nuevo sitio. Pero resultó que había que comprar más tierras. Finalmente lo hicieron y confirmaron oficialmente que el inicio de obra no pasaría de febrero de este año, luego de dos años de mamar gallo. Y luego llegó el silencio…

No es difícil suponer –pesimista que es uno– que el peaje que requiere esa vía no hay dónde acomodarlo en el alto de Posada. ¿Que tenga tres carriles (mínimo) por sentido? ¿Que tenga vías de aproximación y de salida lo suficientemente largas para que el tráfico se reparta eficientemente? Eso como que no cabe ahí.

El hecho es que hoy ni el propio concesionario (Conexión Túnel Aburrá-Oriente) parece saber qué va a ocurrir con el traslado. ¿Será que entre todos (Envigado, Gobernación y Concesionario) concluyeron –aunque muy tardíamente– que en ese alto no es posible hacer un peaje decente y moderno, y que prefirieron afrontar el ridículo de congelar el proyecto al ridículo de construir algo muy por debajo de nuestras necesidades y expectativas? ¿Alguien puede explicar qué sucede y si finalmente el proyecto va?

Y ya que estamos en campaña para la Gobernación de Antioquia, aquí va una idea gratis para algún candidato: Que por ordenanza departamental todos los peajes del Departamento tengan que ser mínimo de tres carriles por cada sentido. A ver si, aunque sea a la fuerza, progresamos en sentido común y en respeto hacia los que pagamos resignadamente.
opinion@vivirenelpoblado

Fronteras visibles para atajar a Medellín

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Según la EDU, nadie conoce los límites de la ciudad, pero sus ignorados habitantes están sembrando en ellos dignidad, trabajo y empeño


Visión de una Medellín tendida a los pies del cerro Pan de Azúcar

Por Fernando Cadavid

Algunas de las verduras y granos que usted encontrará este domingo en el mercado campesino en el parque lineal La Presidenta, o en Ciudad del Río, fueron cultivadas en un jardín, al oriente de la ciudad.


Sonia Santana lidera el grupo de diez madres cabeza de familia que cultivan una de las 21 huertas comunes

Se trata del Jardín Circunvalar, en donde Sonia Santana, Blanca Serna, Maribel Cifuentes y otras siete madres cabeza de familia, hurgan la tierra y le sacan la ubérrima cosecha semanal. La mitad del dinero que perciben es para el fondo de la huerta agroecológica: insumos y demás; el resto lo reparten entre ellas. Y eso le permite a Sonia, por ejemplo, pagar servicios y solventar otros gastos familiares.

La lista es como de supermercado: cultivan cebolla cabezona, cebolla de rama, siete variedades de lechuga, ají, remolacha, cilantro, hierbas medicinales, yuca, fríjoles, plátano, papa criolla, arveja y pare de contar. “Yo nunca había jodido con tierra ni con plantas, y vea todo lo que aprendimos”, dice una orgullosa Sonia. Con su compañía femenina hacen parte de las 21 huertas agroecológicas que suman 31 mil metros cuadrados, dispersas en las comunas 1, 3, 6 y 8.

Si usted recorre hoy el Jardín Circunvalar, empezando en el barrio El Faro (comuna 8), encuentra cuadrillas de trabajadores que prolongan el Camino de la Vida hacia el barrio Golondrinas. El plan es llegar hasta Santo Domingo, algún día.

Al recorrer la obra, usted encuentra muros de contención de variable altura, lisos, enchapados en piedra o como soporte de una pintura de artista famoso. Artista que se tomó el trabajo de consultar con la comunidad qué temas plasmar, qué historia contar con sus tintas y pinceles.

< El Camino de la Vida precisa los límites de la ciudad, en sus laderas.Territorio rural para la conservación, y urbano para el mejoramiento y el desarrollo.

Algunos de los muros están coronados por una canalización para darle curso controlado a las aguas. El resto del talud aparece recién sembrado con maní forrajero. El piso está cubierto con un adoquín diseñado para la zona, a imitación de las piedras que otrora trazaban caminos ancestrales, hoy en proceso de recuperación. En lugares relativamente planos, el sendero avanza sin límites laterales. Cuando el talud se yergue al pie de la vía, se levanta el muro que describimos, mientras que en la otra orilla, si lo que sigue es abismo, se extiende una baranda de hierro, en muy prolongados tramos.

A los lados hay plántulas sembradas y con su cédula de identidad ahí colgada, para hacerse conocer del visitante: chagualo, ceiba rosada, cedro, pino romerón, yarumo. Y al borde del camino, hileras de jardín recién sembrado.

“Comen caliente”
En el recorrido usted también encontrará diligentes guardabosques que barren, hacen de guías y cuidan que los paseantes no arrojen basuras ni hagan fogatas o mal uso del espacio. Ahí estaba Anderson García, quien “come caliente”, para significar que se da el lujo de trabajar cerca de su casa; media jornada diaria, “pero los fines de semana estoy de 6 a 6”. Empezó en construcción, capacitado por el Sena, y en su trajín diario se apropió de expresiones como “crear conciencia”, “culturizar”, para definir su ocupación y hacerle ver al viandante que “la basura no se devuelve sola”.

Anderson comparte ilusiones y nuevas opciones de vida con unos 70 trabajadores, 35 de ellos mujeres que por igual palean, empujan carretas, cargan materiales y hacen vaciados de concreto, porque no hay campo para discriminaciones por género. “Para la ejecución del proyecto hemos generado más de 2.900 empleos de la comunidad en el proceso de transformación del borde urbano-rural, donde ha vuelto la esperanza, el respeto por la vida y la confianza en la institucionalidad”, sostiene Margarita Ángel, la directora de la Empresa de Desarrollo Urbano EDU, responsable de las obras.

Otro obrero, Jeferson Úsuga, cuenta que el sector era muy peligroso, y que la gente joven no trabajaba, estaba en la delincuencia. Antes decían “Vamos a ver qué resulta”, ahora “Vamos a trabajar al morro”. Reconoce que anduvo “enredado”, aunque se precipita a aclarar que “eso sí, nunca maté a nadie”. Ahora va armado pero de experiencia, porque puede demostrar conocimiento y trayectoria laboral ante cualquier contratista.

A propósito, la doctora Ángel explica que el 95 por ciento o más de los obreros casi nunca habían trabajado por falta de oportunidad y otras razones. Por ello resultaban envueltos en situaciones complejas. “No preguntamos de dónde vienen ni para donde van. Sabemos que muchos estuvieron en el conflicto armado porque ellos lo cuentan”.

La obra física es el pretexto para desarrollar el concepto “Urbanismo Pedagógico”, encaminado a formar jóvenes que se capacitan para acceder a un empleo digno, y para que la comunidad asuma la importancia de controlar el crecimiento urbanístico en los barrios.

Al final de los cuatro km del recorrido usted encontrará el Aula Educativa, en el sector de El Plan, del barrio Trece de Noviembre, donde está el otro extremo del Camino de la Vida, al pie del cerro Pan de Azúcar. El Área Metropolitana construye un ecoparque en Santa Elena, y el propósito es conectarlo con el del Trece de Noviembre, con dicho camino. En ese recorrido se conectará también con el cable Alejandro Echavarría, que se integrará al tranvía.

De Villatina a Barranquilla
La administradora del Aula, Carmen Agudelo, narra satisfecha las oportunidades que encierra el proyecto para los habitantes del sector. Refiere la pesadilla que fueron las fronteras invisibles, cuando hasta tres combos se disputaban el poder en ese territorio y las entradas a las viviendas estaban fraccionadas. Eso es historia, porque ahora la frontera es otra, muy visible y muy atractiva. La misma que ha servido para que se rebajen los atracos y se mitigue la violencia que antes soportaron.


Carmen Agudelo

Cerca al aula estaba Alexis Vargas, un veterano de la construcción: 3 años de vinculación, 20 de vida y ya con 2 hijos de 5 y 1 años. La sonrisa no le cabe en el rostro para contarnos que este 4 de junio viaja a Barranquilla, junto con Carmen, porque fueron seleccionados para recibir el premio Planeta Azul del Banco de Occidente, otorgado al proyecto. No ha montado en avión, no conoce esa ciudad, ni el mar, pero ya le avisaron que el vestido está listo. El premio lo recibe por su empeño en la obra, asegura. Dice que antes se la pasaba “parado en una esquina”, y que en su casa “somos un cocao, como nueve”, y él con otro hermano llevan la obligación: “Es que los hijos me mandaron a trabajar” y otra vez a pelar una dentadura que más blanca no se puede.


Alexis Vargas

En lo que compete a esta Administración, el Camino de la Vida será un sendero ecológico de 7.5 km que se extenderá entre los barrios 13 de Noviembre y La Sierra, pasando por siete barrios de la comuna 8. La inversión global es de 221 mil millones de pesos, para entregarle a la ciudad 2.000 metros de espacio público y 2.800 metros de área construida.



Jardines de contención

El Consejo Territorial de Planeación CTP le pone reparos al proyecto. Su presidente Alexis Mejía y la socióloga Francoise Coupé se muestran preocupados por la vulnerabilidad de las laderas de Medellín. Dicen que tiene que haber estudios puntuales, porque no es solamente la ladera sino qué peso le han puesto y qué características tienen las viviendas. Reconocen que el Municipio actualizó el mapa de zonas de riesgo para el POT y saben que la EDU hizo estudios puntuales para ciertas grandes construcciones. Afirman que el riesgo potencial en esas laderas no deja de existir y en esa topografía todo depende de cómo la gente va a conservar y a usar el espacio.


Francoise Coupé y Alexis Mejía, presidente del CTP

A su turno la doctora Ángel aclara que la iniciativa busca atenuar estos riesgos. Que no son visibles, en los costados, pilas de 12 y 15 m de profundidad, que sirven para contener procesos erosivos. En el diseño de obras se elaboraron mapas de riesgo (escala 1:2.000). Ahora se dispone de planos detallados y en menor escala, para intervenir el territorio. “Con Jardín Circunvalar hacemos puntual el riesgo para mitigarlo”, precisa.

Otra crítica de Alexis Mejía es que la obra se vende como una estrategia para contener el crecimiento de ciudad, pero estos mejoramientos estimulan el asentamiento humano. “El crecimiento no se contiene simplemente con hacer todo ese cordón, y la gente no va a decir yo no construyo a partir de esta ciclovía porque sé que este es el límite”.

Por su parte Francoise Coupé advierte que a Medellín llega un pueblo de Antioquia cada año: unos 20 mil nuevos habitantes, más el crecimiento normal de las familias. “Me parece que hay que pensar a dónde va a ir esa gente y realmente la atracción está arriba, porque allá no hay control y están los paisanos, y los conocidos y los que se desplazaron antes”.

La directora de la EDU replica que el proyecto busca controlar el espacio con desarrollo: “Un gran problema del crecimiento desordenado es la falta de control, que a veces está ligado a que no conocemos los límites urbanos de la ciudad”.

Explica que con los habitantes de las laderas avanzan en una formación para que entiendan que “el Camino de la Vida es como la línea amarilla del metro, que no se puede cruzar. Un proceso de formación que hacemos también con equipamiento sellante como las huertas agroecológicas: ellos entienden que es su territorio y lo cuidan, porque de allí comen”. Además, se instalarán cámaras de vigilancia y habrá dos equipamientos de seguridad en el territorio.

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¿Y por qué la cerveza y la gaseosa sí?

¿Y yo, y por supuesto cada vez más comensales, que pedimos vino, tenemos que beber maluco, caliente o a la ciega?

/ Juan Felipe Quintero

¿Y yo, que pido vino, soy el que tengo que beber maluco o a la ciega? La pregunta me la hice al menos cuatro veces el último mes. Molesto. Decepcionado. Sin pelear con la gente, pero sin ganas de pedir más. Y dudando si debo volver a esos sitios.

Restaurante número uno. El mesero reporta que en su carta hay vino ¿Cuál? ¿Cuáles? “Blanco, rosado y tinto”, responde, sin ponerse colorado. Pues claro que son blanco, rosado y tinto. ¡A 10 metros de distancia les veo el color! Y ¿la variedad con la que fueron elaborados? Cero datos. El chico no sabía.

Descorchar sin conocer la uva de origen es beber a ciegas, es tal vez arruinar la comida, o no lograr una buena armonía, es que tengas estado de ánimo Pinot Noir y te sirvan, sin saber, Syrah. No peleé. Hice un par de maromas y el vino que quería, de la variedad que quería, llegó a mi copa.

Restaurante número dos. El mesero ofrece, entre su variedad de tintos, un francés –mezcla de Cabernet y de Merlot– y un Carmenere chileno. Pedí el segundo y un par de minutos después a mi mesa llegó… el francés. Sin advertencia. Me di cuenta por la nariz: uno y otro tienen aromas muy distintos. Y vuelvo al punto: no es vino, así genérico, lo que quería; quería Carmenere. Como cuando compras un carro: quieres Renault o Mazda o Audi. No son lo mismo.

Restaurante número tres. El mesero, ante mi pedido de un vino tinto, va por la botella, la exhibe en mi mesa, ofrece un par de explicaciones y sirve. ¡Y lo que entrega es un vino “al clima”, unos 26 grados como hacía ese día! Imposible de tomar porque los tintos en general se deben descorchar a 18 grados. Frescos. Es regla. Más que para quitar la sed o el calor, para que expresen sus atributos. A 26, temperatura que el mesero defendió a capa, espada y sacacorchos, no habrá más que una colección de notas y de aromas a alcohol. Pesadas de tomar, difíciles de disfrutar. Cuáles frutas rojas, cuáles recuerdos de roble en nariz.

En cada uno de estos lugares, cuyos nombres me reservo porque no son los únicos donde mamarrachean con el vino –de manera que ante muestra incompleta es mejor ser justo–, miré a mi alrededor y vi mesas muy bien servidas. Los que ordenaron cerveza la tuvieron en buen vaso (otro error común en el vino es tenerlo en copas mediocres) y en la temperatura ideal, como también les ocurrió a quienes eligieron gaseosa: fría, con los hielos suficientes, con sus burbujas…

¿Y yo, y por supuesto cada vez más comensales, que pedimos vino, tenemos que beber maluco, caliente o a la ciega? Piénsenlo bien jefes en los restaurantes: una copa puede dar más ingresos que una gaseosa (que empalaga y no le rinde tributo a ningún plato) o que una cerveza (que sirve para establecer armonías con algunas preparaciones, pero que pronto da sensación de llenura). Un vino, bien elegido, con asesoría correcta, con servicio impecable, eleva la calidad de la comida y le suma puntos a favor a la experiencia gastronómica. Piénsenlo bien.
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“La culpa la tiene la factorización”

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A continuación publicamos una carta enviada por el avaluador de propiedad raíz, Daniel D’Amato, sobre el procedimiento de factorización para los cobros de obras por Valorización 
/ Daniel D’Amato B

¿En qué se parecen los predios de la sede de Bancolombia, del Centro Comercial Monterrey, del Colegio de la Enseñanza, de la sede de El Club Campestre, de una casa en el Barrio Cristo Rey, de una bodega industrial en la Autopista Sur con la calle 10, de un Edificio de apartamentos en la loma del Indio, de un edificio de oficinas en la Milla de Oro, de una casa en en el barrio Manila, de un edificio de apartamentos en Oviedo, de un edificio de apartamentos en el sector de Transversal Superior, de una casa campestre en la vía a Las Palmas, y un terreno rural en la vía Las Palmas? En que Fonvalmed las factoriza con la misma ecuación.

Desde el punto de vista inmobiliario son totalmente diferentes, son predios muy heterogéneos, tienen usos diferentes, estratos diferentes, ubicaciones diferentes, edades de las construcciones diferentes, normatividades urbanísticas diferentes, tanto la actual como las de los últimos 40 años, etcétera.

De conformidad con el artículo 11 del Acuerdo 58 de 2008, la factorización es el proceso mediante el cual se individualiza el beneficio, teniendo en cuenta las características de cada inmueble en cuanto a lo físico, lo normativo, lo jurídico y todo aquello que lo diferencia de los demás en su operación. Entonces, mediante el proceso de factorización, se encuentra el beneficio individual de cada predio, pero ¿cómo se encuentran los diferentes factores?

Qué es la factorización
La factorización es el procedimiento técnico-matemático mediante el cual un avaluador realiza la homogeneización de varios predios para poder compararlos y efectuar los análisis correspondientes para determinar su valor o, para el caso de Fonvalmed, determinar el beneficio teórico unitario.

Cómo se calculan los factores
Fonvalmed no explica cómo calcula cada uno de los factores, no están explicados en su documento técnico ni están explicados en las respuestas a los recursos de reposición entregados a los ciudadanos.
Sin embargo sí existen técnicas que permiten efectuar procesos de factorización como los que se necesitan para el cálculo de la individualización del beneficio de cada predio, pero se tienen algunas restricciones, veamos:

1. Para disminuir los errores, los factores se deben calcular entre predios que no sean demasiado heterogéneos en sus características principales. Por ejemplo, no se recomienda intentar homogeneizar un local comercial con una residencia, pero sí es posible intentar homogeneizar dos locales comerciales ubicados en diferentes centros comerciales. 

2. También se recomienda efectuar homogeneizaciones entre predios que tengan las potencialidades normativas y económicas semejantes, por lo tanto no se recomienda homogeneizar un predio como el del Club Campestre con el predio de un edificio residencial.

El Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC), que es el órgano rector de los avalúos para el Estado en Colombia, utiliza para todos los avalúos catastrales las zonas geoeconómicamente homogéneas, y para ello diferencia el uso, la norma, la topografía, etcétera, de cada predio o sector.

Pero Fonvalmed prefirió efectuar una factorización en la que con una sola ecuación se agruparan todos los predios de la zona de citación, o sea que intenta encontrar factores de homogeneización entre inmuebles en más de 30 normas urbanísticas, con edades de 60 años hasta nuevos y con usos excluyentes, pues la industria no es compatible con la vivienda.

Por supuesto, esta audacia de Fonvalmed de utilizar una sola ecuación para todos los predios conlleva consigo errores graves, para ilustrar mostraremos solo el Factor Edificio (Fe).

Factor Edificio
Definición: Es la diferencia comparativa en un inmueble con respecto el área construida y el área ocupada en un determinado predio, en relación con los demás predios del área de influencia del proyecto.

Fórmula: Fe = 1 + K * Ic – X/Y*IoIc = Índice de construcción existente para cada lote.
Io = Índice de ocupación de la construcción existente en cada lote.
X = 1,241
Y = 0,682
K = 1
X/Y = 1.819648

Esta ecuación significa que el Predio Tipo con que se van a comparar todos los predios de la zona de citación tiene un índice de construcción de 1.241 y un índice de ocupación de 0.682, que según Fonvalmed es el promedio de toda la zona de citación.

Con el fin de mostrar los errores incurridos por Fonvalmed y mostrar la inequidad en el cálculo del Factor Edificio, se tiene el cuadro 1*

Se puede observar que todos los predios tienen la misma área de lote, y no importa dónde estén ubicados ni el uso ni el estrato en que estén.

Los predios 1, 2 y 3 tiene la misma área construida, deberían tener el mismo factor pues Fonvalmed explica en sus argumentos que este factor reconoce la construcción como elemento diferenciador de los predios.

Sin embargo, se observa que los factores son diferentes, lo cual conlleva a un error en el factor y a una inequidad en la aplicación del reparto de cargas y beneficios.

Si se compara el Predio 2 con el Predio 5, este último tiene menos área construida (9.541 m2) pero tiene el mismo factor (Fe = 1.59).

Lo mismo sucede si comparamos el Predio 3 con el Predio 4, este último tiene una mayor área construida (25.000 m2) pero tiene el mismo factor 
(Fe = 2.04).

Daniel D’Amato B
Registro Nacional de Avaluador #706

La interpolación en el proyecto de Valorización: culpable

Propietarios se sienten indefensos ante la Valorización

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A pesar del monto recaudado por Fonvalmed, el pago por Valorización sigue siendo una preocupación para algunos contribuyentes

Por Luisa Martínez

Fonvalmed reporta un avance significativo para el Proyecto de Valorización El Poblado. A la fecha, 3 de junio de 2015, el monto recaudado es de 103 mil 681 millones 247 mil 737 pesos, que corresponde al 22 por ciento de los 458 mil 362 millones 761 mil 892 pesos distribuidos. Actualmente, 19.234 personas han realizado el pago total de la contribución.

Ante este informe positivo, las controversias continúan. “Fonvalmed dice que los ciudadanos realizan el pago, pero lo hacen no porque estén de acuerdo, sino porque los propietarios se encuentran ante una situación indefensa, de abuso de poder de una autoridad que sí tiene acciones coercitivas para la comunidad pero no para las obligaciones urbanísticas de los constructores ni para la cartera morosa de impuestos”, expresa Gloria Gaviria, del Comité de Valorización de El Poblado. Sobre “el significativo monto recaudado” expone que esto corresponde, además de lo que pagan los contribuyentes, a los aportes del Municipio para cubrir los estratos 1 y 2 –la Alcaldía ha aportado 11 mil 039 millones 422 mil 042 pesos, según Fonvalmed–, y al cobro a los bancos para las viviendas en leasing.

A propósito del leasing, Fonvalmed explica que, aunque la relación es con la entidad financiera, se busca que los locatarios cuenten con los mismos beneficios y derechos de los demás contribuyentes, entre ellos, el descuento por pago de contado, los 72 meses de plazo para pagar y la posibilidad de modificar la forma de pago, para lo que se hicieron acuerdos previos. Aclara que cada entidad financiera cumple con los beneficios de forma diferente. En el caso del pago, algunos operadores pagan las facturas y luego cobran a los locatarios y otros redistribuyen las facturas que envía Fonvalmed. Se recuerda que la tasa de financiación –del 8.74% Nominal Anual– y el interés de mora son iguales para todos los contribuyentes.

En cuanto a recursos de reposición, Fonvalmed informa que se han notificado 20.641 recursos de los 23.492 presentados, de los cuales encontró que en 582 casos se hace necesaria la revisión de algunos atributos que intervienen en el cálculo de la contribución. Los demás están en proceso de notificación para lo que el contribuyente se debe presentar de manera personal.

Habitantes de El Poblado y de Envigado presentaron una declaración a los alcaldes Aníbal Gaviria, de Medellín, y Héctor Londoño, de Envigado, en la Asamblea Departamental, en abril de 2015, en donde una vez más solicitan suspender, de forma definitiva, la contribución de Valorización. Al respecto, el diputado León Palacio, quien apoya la petición, expresó a Vivir en El Poblado: “La infraestructura vial es una responsabilidad del Estado. La Administración cuenta con estructura tributaria y la actualización catastral de Medellín es una de las más altas en el país, lo que le da una ventaja financiera. (…) El aumento del impuesto predial y de los servicios públicos es superior a los ingresos de un hogar, por lo que hay una escasa capacidad de pago de la población”. Palacio asegura que “son viables otras formas de financiación como la venta de activos e inversiones del Municipio” y reivindica: “el cobro por Valorización no es imposible de suspender, pero además de las vías jurídicas, necesita de voluntad política”. Por eso los demandantes esperan que este tema de la suspensión sea incluido en los planes de gobierno de los candidatos a la Alcaldía de Medellín.

La vocación del hombre (4)

Permanecemos sordos al concierto interno, a la música maravillosa que el crecer de la semilla produce en nuestro interior

/ Elena María Molina

Nacemos con una información infinita. Somos como la semilla de la que germina el árbol, la flor o los frutos. Semilla que en su interior mantiene un diálogo entre lo que es en ese momento y lo que está llamada a devenir. Qué secretos, qué misterios, qué guía y qué olvido la habitan… nos habitan.

Nacemos ricos en información y, a medida que el tiempo pasa, crecemos en el olvido de ella. Es la educación la que permite expresarla o ahogarla. Esa información se obstruye con facilidad en una realidad parental que no reconoce la inmensidad que les habita. Y la semilla se queda en un estanque de inquietudes no resueltas, o no aclaradas, donde esas aguas emocionales la van devorando. Basta observar el fenómeno en un vaso de agua: cómo se pierde una semilla que se deja ahí un buen tiempo, hasta que la lama y los bichos se la devoran. Así, las emociones devoran nuestra información semilla, lo que no vemos, lo que no aclaramos, no nombramos y no hacemos crecer en nuestro interior.

La educación va más allá del aprendizaje de las buenas maneras y de la escolaridad. La educación es permitirle al niño conocer su riqueza interior y ayudarle a descubrir el camino que lo conduzca a ella.

Permanecemos sordos al concierto interno, a la música maravillosa que el crecer de la semilla produce en nuestro interior. Y sin embargo, a pesar del ruido que ataca nuestros oídos, a cada instante –soy muy optimista– un acontecimiento, una palabra, un encuentro, una reflexión, puede hacer explotar ese germen, esa semilla interior y permitir que un árbol empiece a formarse en nuestra realidad. El milagro es entender la necesidad de las estaciones –¡qué vaina pensar que vivimos en la eterna primavera!–, la importancia de asumir las mutaciones para poder dar frutos.

En la medida en que la semilla crece en nosotros, la nutrición que uno requiere aparece. Y cada tierra y estación tendrá lo que el desarrollo de la misma exige. Mutar, cambiar, abandonar las situaciones tan sabrosas de instalarnos en una realidad. Eso de tener que abandonar zonas de comodidad es, por lo menos, incómodo. En la medida en que el árbol crece, en cada invierno perderá sus hojas y sus raíces se profundizarán más. Los nutrientes serán más ricos, más escasos y el desarrollo del crecimiento más riguroso.

En estos breves artículos hay simples bosquejos para mostrar que al olvidar el potencial que nos habita, erramos el camino. Pero la maravilla de la vida es que siempre es posible recuperar el camino que venimos a recorrer. La información está inscrita en la carne, sellada en nuestro femenino, que corresponde en nosotros a la noche, a la luna, al inconsciente… y ahí mismo está inscrito el camino de las etapas o estaciones, o mutaciones.

Desde su inicio, la vida de la semilla encuentra barreras, y en cada una que atravesamos hay un nuevo potencial de energía que integramos y nos permite desplegar aún más la maravilla del ser que somos en devenir.
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Movilidad sostenible: del discurso a las acciones puntuales (1)

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Un concepto que ha ido calando en las políticas de la administración pública y en la cotidianidad de los ciudadanos, se empieza a despertar en las empresas
Por Catalina Peláez

Dice la última encuesta de percepción ciudadana de Medellín Cómo Vamos que, en 2014, el aspecto peor evaluado por los medellinenses fue la contaminación del aire, que obtuvo una calificación promedio de 2,5/5, tres décimas por debajo de lo reportado en 2013, y una proporción de satisfechos del 15%, presentando una caída de 20 puntos porcentuales. Lo anterior traduce que los ciudadanos no están complacidos con la calidad del aire que respiran; un aire que se contamina, en gran medida, con las emisiones de los automotores.

Según los expertos, es necesario pensar en términos de una movilidad sostenible, un concepto que poco a poco ha ido calando en las políticas de la administración pública y en la cotidianidad de los ciudadanos, y que agrupa un conjunto de acciones y procesos orientados a lograr un uso racional de los medios de transporte. Se trata de reducir el número de automóviles que circulan por las vías, para disminuir la congestión y conseguir que la contaminación producida por estos disminuya. Vivir en El Poblado consultó con algunas de las grandes empresas del sector público y privado de la ciudad, para saber cómo están trabajando la movilidad sostenible.

Celsia

Celsia, empresa de servicios públicos especializada en los negocios de generación y comercialización de energía eléctrica y EPSA, su filial en el Valle del Cauca, compensaron 316 toneladas de huella de carbono por desplazamientos de sus empleados, como apoyo al proyecto de restauración y reforestación de bosques en áreas degradadas de Cáceres y Cravo Norte, en Colombia. También, desde 2014 implementó horarios flexibles de trabajo para sus empleados, quienes pueden elegir entre seis opciones de jornadas. Así mismo, la compañía puso en funcionamiento el flexitrabajo, una modalidad que les permite trabajar media jornada desde el lugar que prefieran, los días que les aplique la medida de pico y placa a sus vehículos. La empresa cuenta, además, con un programa piloto que integra vehículos eléctricos.

Isagén

“Somos una empresa que en términos generales piensa en este tema porque es del ADN de Isagén. Contamos con celdas específicas para los vehículos compartidos, celdas preferenciales para vehículos eficientes y parqueaderos para bicicleta, entre otros aspectos”, así lo explica Juan Pablo Villegas director de Servicios Administrativos de Isagén. La ubicación de su sede también fue pensada de manera que pasaran por allí rutas de transporte público para incentivar el desplazamiento de sus empleados por este medio. Adicionalmente, cuenta con ocho rutas de buses propias, asumidas por la empresa, para transportar a sus empleados a distintos puntos de la ciudad, disminuyendo así el uso de los vehículos particulares. Dos rutas más, hacen recorridos de ida y vuelta desde Isagén hasta la estación Poblado del metro. “El día que tengan pico y placa se les prohíbe el ingreso al parqueadero, a menos de que el dueño del vehículo haga carpooling (uso compartido del vehículo) o venga en uno eficiente”, asegura Juan Pablo Villegas. Agrega que diariamente 5 o 6 empleados de Isagén se transportan en bicicleta para llegar a su lugar de trabajo.
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Las bicicletas empiezan a ser un medio de transporte impulsado por las empresas públicas y privadas
Las bicicletas empiezan a ser un medio de transporte impulsado por las empresas públicas y privadas

 

Suramericana

Desde hace cuatro años, la compañía viene aportando a la iniciativa de ciudades saludables con diferentes estrategias: flexibilidad de horario, teletrabajo, uso de la bicicleta del transporte público colectivo y caminar hacia el trabajo. “El otro tema fundamental es que diseñamos un portal de movilidad para nuestra intranet. En él tenemos información actualizada sobre movilidad, clima, acceso al metro, y enlaces a Easy Taxi, Waze, Secretaría de Movilidad, entre otros, de manera que es un portal interactivo en el que los usuarios también nos hacen sugerencias”, comenta Nicolás Duque, director de Bienestar y Entorno Humano de Suramericana.

TigoUne

Cuenta Catalina Irurita, directora de Comunicaciones y Sostenibilidad TigoUne, que desde 2008 establecieron el transporte para los empleados a la hora de entrada, desde algunas estaciones del metro hasta la sede principal, y, en sentido contrario, a la hora de salida. “También implementamos el transporte interno para la movilización de los empleados entre nuestras sedes. Adicionalmente, para contribuir a la movilidad de la zona, desde hace un año se modificó el horario de entrada y de salida de los empleados a la sede principal, de común acuerdo con otras empresas y colegios de la zona”. A estas estrategias se suma la disposición de zonas de parqueo para bicicletas en diferentes sedes y otras, en donde se tiene acceso al sistema de ciclo rutas de la ciudad de forma segura. En el Programa Ambiental de Aire de la Dirección de Comunicaciones y Sostenibilidad de TigoUne, que gestiona las emisiones de gases efecto invernadero y la reducción de la huella de carbono, se vienen adelantando acciones que promueven la movilidad sostenible. Una de ellas es el uso, a modo de prueba, de una plataforma de carpooling denominada Ruta Compartida.

ISA

ISA tiene implementada la medida de pico y placa para sus empleados, lo que implica que 200 vehículos diariamente no circulen. Promueven el carpooling, además de grupos de caminatas para facilitar la movilidad del sector y contribuir con la calidad de vida de sus empleados. Cuenta, además, con 10 rutas de transporte por las diferentes zonas del área metropolitana y la medida de horario flexible en las empresas del grupo ubicadas en la sede, para disminuir el impacto en las vías aledañas en las horas pico. Otra medida fue la de modificar el horario de inicio de labores, para evitar el alto tráfico de vehículos en las mismas horas del día con las demás entidades del sector. Cuenta Luisa Fernanda Hernández, analista de comunicaciones de la Dirección Corporativa Talento Organizacional: “Iniciamos el proyecto PEMS, Planes Empresariales de Movilidad Sostenible, un programa que fomenta la implementación de políticas corporativas y acciones prácticas, encaminadas a reducir el impacto que generan los viajes con motivo trabajo en la movilidad de la ciudad, en las empresas y sus empleados”.

La comuna 13, un libro vivo

La comuna 13, como ninguna otra, quedó grabada en la memoria colectiva de Medellín. La causa: esa mediática operación militar que le dio la vuelta al mundo, Orión, realizada en el año 2002. Esta era solo la punta visible, el desenlace de una larga historia que de tiempo atrás sufrían en carne propia los habitantes de esta zona centroccidental de Medellín como resultado de la ausencia del Estado y la consecuente presencia de grupos armados ilegales. Ese momento, quiérase o no, marcó un nuevo rumbo a esta comuna, cambió la mirada que la ciudad tenía sobre ella y redireccionó el papel pasivo que el Estado había jugado.

La comuna 13 (San Javier) contiene historias de dolor, de muerte, carencias, desapariciones y desplazamiento, sí, pero también está pletórica de testimonios de vida y de rituales que la representan, de música, solidaridad, esperanza y sentido de lo colectivo, como los que narra el escritor Juan Diego Mejía en su crónica “Trece años después”, publicada en estas páginas.


Fotografía Róbinson Henao

Los sitios referenciales de la comuna 13 son como su propia historia. Simbolizan la muerte y la vida, la desesperanza y el optimismo frente a la construcción de un mejor futuro: allí están la tétrica “Escombrera” pero también la Casa Morada, la Casa Kolacho, las escaleras eléctricas que le cambiaron el chip a la comunidad, el metrocable que la unió entre sí y con Robledo, las hermosas plantas con nombres propios colgadas del muro del cementerio de San Javier y sembradas por los jóvenes. La lista es larga.

Al igual que la comuna 5 (Castilla), la 13 ha sabido transformar el dolor en alegría mediante el arte y diferentes expresiones culturales en las que el común denominador es el esfuerzo individual y comunitario. A pesar de que para la mayoría de sus habitantes las necesidades han ocupado primera fila, o quizás por ello mismo, la resiliencia es alta.

Su historia no ha terminado de construirse; aún hay mucho por cambiar, mejorar, aprender y conciliar. Pero eso mismo la hace un libro vivo, un laboratorio en constante experimentación que debe ser tenido en cuenta no solo por la comunidad sino por los gobiernos local, regional y central para no cometer y repetir errores que luego son tapados a sangre y fuego.


Ubicación
La comuna 13 (San Javier) está situada al centroccidente de Medellín. Limita al norte con la comuna 7 (Robledo), al oriente con las comunas 12 (La América) y 11 (Laureles-Estadio), al sur con el corregimiento Altavista y al occidente con los corregimientos San Cristóbal y Altavista. Tiene una extensión de 742 hectáreas.

Barrios
De manera oficial, la comuna 13 está compuesta por 19 barrios: El Pesebre, Blanquizal, Santa Rosa de Lima, Los Alcázares, Metropolitano, La Pradera, Juan XXIII – La Quiebra, San Javier No. 1, San Javier No. 2, Veinte de Julio, Belencito, Betania, El Corazón, Las Independencias, Nuevos Conquistadores, El Salado, Eduardo Santos, Antonio Nariño y El Socorro.

Viviendas
En la comuna 13 hay 49.733 viviendas. De ellas, 18.721 están en estrato 2; 17.458 en estrato 1; 11.018 en estrato 3, y 2.536 en estrato 4.

Población y edades
Su número de habitantes es de 136.689, de los cuales 71.569 son mujeres y 65.120 son hombres. Del total, 64.233 están entre los 15 y los 44 años; 31.570 entre los 45 y los 64 años; 30.893 entre los 0 y 14 años, y 9.993 son mayores de 65 años.

Niveles de educación
• Primaria: 34.807 • Media: 30.666 • Ninguno: 22.423 • Preescolar: 22.021 • Secundaria: 11.004 • Técnica: 6.294 • Universitaria: 5.239 • Tecnológica: 3.772 • Especialización: 276 • Maestría: 187 • Doctorado: 0

Servicios públicos
Agua: De acuerdo con datos de EPM, al finalizar mayo de este año, en la comuna 13 había 533 (0,74%) “clientes/usuarios morosos suspendidos” del servicio de agua y 2.318 (3,22%) “clientes/usuarios morosos cortados”, de un total de 72.081 servicios.

Energía: Al 31 de mayo, había 367 (0,49%) morosos suspendidos y 772 (1,04%) morosos cortados, de un total de 74.298 servicios.

Gas: Al 31 de mayo, había 250 (0,89%) morosos suspendidos y 648 (2,32%) morosos cortados, de un total de 27.938 servicios de gas.

Aclara EPM que “morosos suspendidos” se refiere a usuarios con cuentas de dos a siete meses de vencidas, y “morosos cortados” son los que hace más de siete meses no pagan.

Seguridad
Según el Sistema de Información para la Seguridad y la Convivencia (Sisc), entre el 1 de enero y el 31 de mayo de este año los homicidios se redujeron en un 79 % en la comuna 13, con respecto al mismo periodo de 2014. Mientras en 2014 se registraron 32 homicidios, este año hubo siete. En consonancia con esta reducción, el número de días sin homicidios en los cinco primeros meses de 2015 aumentó frente a 2014, al pasar de 90 a 113.

En la comuna 13 hay 46 cámaras de seguridad. Tiene 37 cuadrantes de Policía, 29 más que en 2012.

Aún nos falta

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Llegado el momento en que se considere la posibilidad de erradicar un mecanismo como el del PP, resultará más difícil mientras mayor sea el número de ciudadanos que lo utilicen

En los últimos nueve años de votación, la participación de la comuna 14 en las Asambleas Barriales y Veredales de Presupuesto Participativo ha tenido una fluctuación mínima, para bien y para mal, pero este año el asunto parece tener otra cara. En 2010, la Secretaría de Desarrollo Social de Medellín (hoy Secretaría de Participación Ciudadana) informó que en El Poblado votaron 1.789 personas que eligieron a 52 delegados. En 2011 el número bajó a 1.554 personas que votaron por 47 delegados. Para 2012 la cifra tampoco alcanzó los 2.000 votantes y al año siguiente, en 2013, descendió a 1.219 votos. En 2014 no se realizaron las elecciones y en 2015 (31 de mayo) la sorpresa fue grande: en El Poblado, 2.818 personas votaron para elegir a los delegados que integrarán la asamblea de la comuna 14 de Medellín. Ellos, con los ediles de la JAL, se encargarán de distribuir, en diversos proyectos, los recursos del Presupuesto Participativo que se ejecutará en 2016. Como lo hemos informado en otras ediciones, para El Poblado se destinarán 4 mil 638 millones de pesos.

Pese a que en esta ocasión se dio en la ciudad la votación más alta en los once años del programa de Planeación Local y Presupuesto Participativo, y a que la comuna 14 aumentó considerablemente su número de votos, esta aún se encuentra lejos de estar entre las de mayor participación. Comunas que no distan mucho en población de la nuestra, como la 7 (Robledo), nos superan en número de votos: de 2006 a 2015 su participación ha crecido, en términos generales, de forma positiva, al pasar en ese lapso de 2.611 votos a 12.911. No por ello podría decirse que la comuna 7 y su participación tendrán un impacto instantáneo en su calidad de vida, pero sí, como mínimo, se ahonda en el entendimiento de su entorno y de lo que verdaderamente requiere un cambio en sus barrios para contribuir a la equidad y a la igualdad.

Es por eso que desde estas páginas hemos insistido en la importancia de la participación como herramienta de desarrollo social, y aunque nos alegra ver que las cifras indican un mayor interés de los habitantes en la toma de decisiones de la comuna, sorprende que sea más fuerte la participación y el continuo debate de ideas, problemas y soluciones a través de redes sociales y medios digitales, frente a la escasa presencia en el ámbito barrial, donde los resultados podrían ser más tangibles. Así, sigue siendo importante mantener vivo el llamado a la actuación cívica para que cada individuo se pare del lado de los que hacen, más que del que los que observan. Llegado el momento en que se considere la posibilidad de erradicar un mecanismo como el del PP, resultará más difícil mientras mayor sea el número de ciudadanos que lo utilicen. Queda entonces, hasta un nuevo ejercicio democrático, impulsar y comprometerse con la participación diaria en el civismo y en el debate.

Trece años después ( crónica de Juan Diego Mejía)

Durante mucho tiempo los barrios construidos en las laderas de Medellín no estuvieron en el imaginario de los habitantes de la ciudad. Tuvieron que ocurrir tragedias naturales y sociales para que volviéramos a mirar hacia esas montañas.

Hoy no cabe duda de que los tiempos han cambiado y la vida en la comuna 13 ha vuelto a florecer

Una vez por semana voy a visitar a mi madre que vive en una de las casas que todavía no se han convertido en oficinas o en residencias de hombres solos en el barrio Prado. La gente le dice Pradocentro, como si fuera necesario diferenciarlo del corregimiento San Antonio de Prado. Es una costumbre nueva, pero al fin y al cabo ya es costumbre.

La visita siempre empieza con una sesión de crucigramas porque ella guarda el cerro de periódicos que aún no ha logrado derrotar. Mi mamá no se rinde fácil ante los crucigramas y tampoco acude al señor google para cumplir su tarea. Después de que se agotan mis conocimientos y cuando ya no soy capaz de hacer más atajos para adivinar palabras, pasamos a la mesa y comemos y conversamos.

A veces voy los lunes, otras veces los martes o los miércoles o cualquier otro día. Es una manera de no repetir menú porque la de ella es una casa con tradiciones y eso significa que cada día de la semana tiene un sabor, una cadencia, una rutina. Un miércoles de principios de 2015 estaba comiendo la torta de plátano que acompañaba a unos rollitos de carne atados con tiras de tocineta cuando oímos un llanto que venía de la cocina. Miré a mi madre que dudaba si desafiar su dieta baja en grasa o resignarse a tomarse la sopa insípida que tenía al frente.

A manera de ritual, cada mata sembrada en una botella en los muros del cementerio de San Javier lleva el nombre de una persona muerta o desaparecida en el conflicto. Fotografía Róbinson Henao
A manera de ritual, cada mata sembrada en una botella en los muros del cementerio de San Javier lleva el nombre de una persona muerta o desaparecida en el conflicto. Fotografía Róbinson Henao

Fui a ver de qué se trataba y encontré a Lorenza recostada contra el poyo temblando como una niña. No pude entenderle lo que decía en medio de los sollozos. Hablaba de un hijo y de un hermano y, por lo que deduje, ambos estaban en guerra pero en bandos contrarios.

Mi mamá me lo explicó todo. Lorenza vivía en la parte alta de la comuna 13 y tres de sus hijos habían terminado envueltos en una guerra que de alguna manera es la misma que desde hace más de veinte años han sufrido los habitantes de esos barrios del occidente de Medellín.

Ese día, después de comer, nos fuimos con Lorenza para una habitación a la que le pega el poniente. Desde allí miramos hacia el barrio donde vive con los hijos que le quedan y ella nos contó cómo había llegado al sector.

El origen de la tristeza

—Yo vivía en Buriticá y pude haberme quedado con mis hermanos que son mineros. A ellos les va muy bien con eso del oro. Pero conocí al papá de mis hijos que era de Mutatá y nos vinimos para Medellín. Yo lo seguía a él para donde me dijera. Y como él era pobre entonces todos éramos pobres, no importaba que mis hermanos sacaran oro en las minas de Buriticá. Por eso buscamos casa en un barrio donde pudiéramos pagar arriendo y fuimos a dar a Belencito Corazón. Vivimos en muchas casas. Nos pasábamos de una para otra y así casi nos recorrimos todo ese sector. Mis hijos se criaron como pobres y se hicieron amigos de los otros muchachos del barrio. Ah, y mi hermano menor se vino de Buriticá a vivir con nosotros. Esa fue mi desgracia.

Callejones en el sector de las Independencias. Fotografías Róbinson Henao
Callejones en el sector de las Independencias. Fotografías Róbinson Henao

Los hijos de Lorenza crecieron como pudieron en medio de las demostraciones de poder de los combos y por esas cosas del azar Yeison quedó en un lado y su tío en otro. Lorenza lloraba porque su hermano había señalado a Yeison como responsable de desplazamientos forzosos, de extorsión y de secuestro y la policía lo había capturado junto con todos sus amigos. Ahora estaba en la cárcel de máxima seguridad de Pedregal. Lorenza nos dijo que allí corría peligro de muerte porque en la misma prisión se encontraba el asesino de su hijo mayor. Lorenza lloró hasta que se quedó dormida sentada en un taburete al lado de la ventana por donde se veía su barrio como una mancha rojiza al otro lado del valle. El sol de las tres de la tarde le había secado las lágrimas cuando mi mamá y yo nos despedimos.


El llanto de Lorenza tenía un significado especial. No se trataba solo de una madre que llora porque su hijo está en una cárcel en medio de asesinos. Era un fragmento más de la historia de la comuna 13 que todavía no se acaba.

La 13

En siete kilómetros están concentrados 136.689 habitantes de 19 barrios construidos en las lomas del oeste de la ciudad. Muchos llegaron echados por la violencia y la pobreza y debieron vérselas con urbanizadores piratas que les vendieron con tal de que, después del tira y afloje de policías y colonos, pactaran con el gobierno municipal los términos para dotar de servicios públicos los terrenos afectados.

El origen de estos barrios explica en parte el trazado irregular de las vías que revela cómo cada familia iba levantando muros. Luego, el vecino de más arriba trataba de emular al anterior hasta que fueron llegando a alturas desde donde miraban juntos hacia la ciudad esquiva. El filo de la cordillera era el límite. Más allá estaba el río Cauca con sus pueblos ribereños, con las historias de mineros, esclavos y grandes señores. Y mucho más allá estaba el mar.

La tacita de plata

Durante varios años el imaginario de Medellín consideró a la ciudad como una tacita de plata. La forma que le dan las montañas y el orgullo de las calles limpias confirmaban esta figura. La gente veía lo que quería ver y en esa visión no aparecían los barrios construidos por los desplazados de la violencia. Tuvieron que pasar muchas cosas en Medellín para que los ciudadanos del común despertaran y vieran la realidad de frente.

Los primeros avisos vinieron de las laderas. Deslizamientos de tierra sepultaron a decenas de habitantes que habían construido sus casas en esas lomas como único recurso para establecerse en la ciudad. Cada tragedia era un campanazo que trataba de decirles algo a los medellinenses de todas las condiciones. Era una forma de obligar a la gente a mirar hacia las montañas y aceptar que había una nueva Medellín, desconocida para muchos, con sus propios dramas, con sueños de progreso pero sin mayores oportunidades de salir de la pobreza extrema.

Por allí pasaron los grupos en armas del narcotráfico y los otros que los combatían. También pasaron las milicias populares de las guerrillas y los otros que los perseguían. Mientras tanto la gente de la ciudad no se daba cuenta de lo que ocurría en el vecindario.

Orión

Mediante la Operación Orión, el Estado irrumpió en la comuna 13 en octubre de 2002. Foto cortesía periódico El Mundo
Mediante la Operación Orión, el Estado irrumpió en la comuna 13 en octubre de 2002. Foto cortesía periódico El Mundo

Pero el miércoles 16 de octubre de 2002 todo el mundo en Medellín supo lo que estaba pasando en la 13. Los medios de comunicación informaron que en la parte baja, en el barrio Santa Mónica de la vecina comuna 12, se había instalado un puesto militar desde donde se controlaban las acciones. La gente de la parte alta quedó en medio del fuego cruzado de la que sería la operación militar más devastadora de la historia reciente de la ciudad. Las cifras oficiales reconocieron entre 11 y 18 muertos pero nunca se supo cuántos fueron los desaparecidos.

Durante la Operación Orión la población civil quedo en medio del fuego cruzado. Foto Natalia Botero / Revista Semana 
Durante la Operación Orión la población civil quedo en medio del fuego cruzado. Foto Natalia Botero / Revista Semana

Esa operación, en la que participaron el Ejército, la Policía y la Fuerza Aérea además de grupos armados interesados en combatir la presencia de las guerrillas en el sector, dejó una honda huella en los habitantes de la comuna que también llevan quienes en el momento de la guerra eran unos niños, e incluso los que nacieron después de los hechos que nadie ha podido olvidar.

En Orión participaron la Policía, el Ejército, la Fuerza Aérea,  el DAS y la Fiscalía . Foto cortesía periódico El Mundo
En Orión participaron la Policía, el Ejército, la Fuerza Aérea,  el DAS y la Fiscalía . Foto cortesía periódico El Mundo

Los elegidos por la mala suerte

La vida de esta mujer es un calvario. Deberías escribir sobre ella, me dijo mi madre mientras Lorenza servía la sopa de arroz con carne molida y tajadas de plátano maduro de los viernes.

Tal vez sea cierto que haya personas a quienes persigue la tragedia. No sé si algún día encuentre una explicación, mientras tanto pienso en otra gente con mala suerte y nadie se acerca a lo vivido por Lorenza.

—Mi hermano es vicioso, no lo puedo negar. Todo el mundo lo sabe en el barrio. Se mete en problemas porque amenaza a la gente, se va de las cantinas sin pagar, vende vicio, mete vicio y por eso no quiere a mi Yeison que es un niño bueno. Mi niño trabajaba en Sofasa donde era draibolero*. Allá todo el mundo lo quería y en el barrio también.

El contraluz no me dejó verle la cara pero reconocí la figura de los raperos con su gorra grande y esa forma de caminar rítmica

La voz de Lorenza empezó a flaquear otra vez y las lágrimas le hicieron correr la rayita negra que se pinta alrededor de los ojos. Pensé en ella parada frente a un espejo quebrado maquillándose en la mañana antes de salir para Prado a trabajar en la casa de mi madre. Tal vez en esos momentos repasa su vida y piensa en sacudirse de la mala suerte que le ha hecho perder a cuatro de sus hijos. Al mayor, que vino con ellos desde Buriticá y fue asesinado a los veinte. Al segundo, que nació en la 13 y el azar lo empujó a la guerra de combos de donde no pudo salir nunca más. A la tercera, que no se salvó en un accidente de carretera en el que la única víctima fue ella. Y ahora a su niño Yeison, encerrado en una cárcel. Lorenza todavía tiene fuerza para pintarse los ojos antes de salir a la calle.

La 13 de hoy

Un sábado de fríjoles le dije a Lorenza que me gustaría saber más de la situación actual de la comuna 13.

—Si yo pudiera olvidar lo que sé de mi barrio sería feliz. No sé por qué a usted le interesa preguntar cosas que ya pasaron.

Las actividades comunitarias son intrínsecas a la Casa Morada, en San Javier. Fotografía Róbinson Henao
Las actividades comunitarias son intrínsecas a la Casa Morada, en San Javier. Fotografía Róbinson Henao

De alguna manera ya estaba involucrado con la historia de Lorenza. Cada vez que iba a visitar a mi madre me cruzaba con ella y siempre le hacía las mismas preguntas sobre su niño que está preso. Yo quería saber que hay otras opciones y que no todo es tragedia en esa parte de Medellín. Entonces hice un plan de búsqueda de nuevas voces que tuvieran una visión más optimista de aquel universo escogido por la violencia. Fue así como me encontré con una casa morada, un sembrador, un rapero y mucha historia.

La Casa Morada

Cerca de la estación San Javier del metro hay una casa de muros morados que sobresale en la cuadra de viviendas de clase media. De las paredes cuelgan plantas sembradas en botellas grandes de gaseosas que parecen barcos flotantes, otras se amontonan en macetas en el antejardín. Los muchachos del sector se acercan y entran confiados como si se tratara de un lugar propio. En cierta forma lo es. Allí opera la fundación Casa de las Estrategias, una organización no gubernamental que promueve el arte y trabaja por disminuir la violencia y conseguir modelos de sostenibilidad. Cada semana hay cursos de poesía, de canto, de narrativas, de diseño con herramientas para la web, hay cine y sesiones de dibujo. Lukas Jaramillo es uno de los fundadores con Juan Diego Jaramillo. Lukas es politólogo de la Universidad de Los Andes especialista en Resolución de Conflictos y Juan es economista con maestría en Estudios Culturales. Ellos han tejido una red en el barrio que les permite entender su trabajo como parte de la vida de la gente que se acerca a la que denominan Casa Morada.

La Casa Morada, en el barrio San Javier, es un punto de encuentro de la comunidad. Fotografía  Róbinson Henao 
La Casa Morada, en el barrio San Javier, es un punto de encuentro de la comunidad. Fotografía  Róbinson Henao

Cuando Lukas supo que yo andaba preguntando sobre la vida actual de la comuna 13 me sugirió que hablara con el AKA. Lo encuentras aquí mismo, me dijo. Luego me aclaró que se trataba de un joven rapero que estaba viviendo en la Casa Morada como parte de un programa de residencias artísticas creada por ellos mismos. Hicimos el contacto y programamos una reunión en la casa, pero el AKA me advirtió que debía llegar temprano y sin afanes porque después de mis preguntas vendrían las de ellos.

Llegué cumplido y entré como si fuera uno más de los visitantes habituales. El AKA me vio pero siguió hablando con unos chicos que lo rodeaban. Llevaba un pañolón rojo de pepas blancas en la cabeza. Dos aretes grandes en las orejas. Se veía como un gitano blanco y dulce en medio de los muchachos que le hacían preguntas sobre una canción que estaban ensayando. Una mujer mayor permanecía a su lado y de vez en cuando él le dirigía la mirada para que hablara. Después de unos minutos disolvió la reunión y se acercó a saludarme.

El AKA, rapero y sembrador de matas y de vida. Fotografía tomada por Róbinson Henao en el Parque Biblioteca San Javier - Presbítero José Luis Arroyave 
El AKA, rapero y sembrador de matas y de vida. Fotografía tomada por Róbinson Henao en el Parque Biblioteca San Javier – Presbítero José Luis Arroyave

Ese día supe un poco más de la comuna 13 de hoy. Debía acostumbrarme a que las personas mayores de quince años siempre mencionan su experiencia en los tiempos de Orión. Después se sintonizan de nuevo con el presente. AKA había sido muchas cosas antes. Ahora es un sembrador. Por la violencia me tuve que ir de la parte alta de la 13 donde me había criado. Llegué a donde tenía que llegar y allí aprendí a sembrar, me dijo, para empezar la conversación que tenía un tinte de datos cifrados.

La mujer que lo acompañaba me mostró un video en su celular. La llamaban la Mamá Rapera. Cantaba y gesticulaba como los raperos de verdad. Se veía extraña esta mujer, vestida como cualquier señora del barrio, cantando la canción de la que estaban hablando cuando llegué. Esto lo hice gracias a él, dijo, y le puso la mano en el hombro al AKA que apenas sonrió y después se despidió de todo el grupo para que pudiéramos hablar en calma.

Después de oírlo esa noche hablar de música y del movimiento hip hop de la ciudad, al día siguiente regresé a que me contara más cosas de su vida de sembrador. Entonces recorrimos los alrededores de la Casa Morada y me mostró las matas que cultivaban los muchachos en las mangas. Me habló de las virtudes de cada una como si estuviéramos en una clase de botánica en el colegio. Arrancaba hojitas, las acariciaba con sus manos gruesas y me las daba para que sintiera el aroma. Al pasar por el cementerio de San Javier me mostró otras botellas abiertas en un costado y colgadas en los muros en sentido horizontal. Cada una tenía sembrada una planta y escrito un nombre en la superficie.

—Nosotros sembramos y la gente viene y escribe los nombres en silencio. Es un ritual.

Kolacho

El AKA mencionó varias veces a un rapero asesinado en la 13 y así supe de la existencia de otro colectivo similar al de la Morada que tomó el nombre del joven músico. Una amiga me hizo el contacto con Jeihhco, líder del grupo de rap C15 que está muy ligado a Casa Kolacho, y nos fuimos para el centro de la ciudad a reunirnos con él.

Nos citamos en el Ástor de Junín. Llegamos un poco antes porque mi amiga me dijo que Jeihhco no conocía ese sitio que era el preferido de las señoras en una época todavía reciente de Medellín. Ellos no son del Centro, me dijo mi amiga, tatuada en los brazos y en los hombros, sonriente y alegre porque íbamos a hablar con una especie de ícono del hip hop.

Jeihhco llegó tarde luego de dos llamadas que le hizo mi amiga para orientarlo. Lo vi entrar y pensé que era enorme. El contraluz no me dejó verle la cara pero reconocí la figura de los raperos con su gorra grande y esa forma de caminar rítmica. Café con leche y milhojas. Tinto y tinto. Los tres estábamos listos para hablar de Kolacho.

—El parcerito se oponía a toda clase de violencia. En ese tiempo la Alcaldía daba una plata para que los jóvenes se salieran de la guerra y se pusieran a hacer cosas útiles. Kolacho denunció que los pillos aprovechaban ese billete para comprar armas y vicio, entonces lo mataron.

Jeihhco, líder del grupo de rap C15 ligado a Casa Kolacho. Fotografía Róbinson Henao
Jeihhco, líder del grupo de rap C15 ligado a Casa Kolacho. Fotografía Róbinson Henao

Jeihhco no cree que las muertes de los raperos que se multiplicaron en la comuna 13 haya sido una operación calculada para acabar con el movimiento musical de denuncia. Antes de 2000 habían asesinado a una decena de muchachos vinculados con el hip hop. Jeihhco recuerda algunos nombres y apodos:

—Andrés Medina, Chelo, Yhiel, El Gordo, El Duke, La Garra, Muletas y, claro, Kolacho. Todavía me acuerdo que yo estaba trabajando el día que mataron a Kolacho y tenía apagado el celular. Cuando lo prendí como a la una de la tarde vi una cantidad de llamadas perdidas de varios parceros. Ahí me enteré de lo que le había pasado. Entonces cogí un taxi y me fui pa’l barrio. Allá lloramos todos abrazados.

Y abrazados salieron de esa sin caer en la tentación de responder con violencia, pienso yo, mientras lo oigo hablar con la tristeza recorriéndole la cara grande y bonachona. Jeihcco dice que la muerte siempre es una posibilidad cuando se vive en un sector con tantos problemas como la comuna 13 de Medellín pero confía en que los niños de hoy, incluido su hijo Juan David, vivan un presente mejor que el que les tocó a los de su generación.

Tiempo de soñar

Oír a Jeihhco hablar de los niños me despertó la curiosidad por saber cómo viven, qué piensan, qué sueñan. De nuevo fue Lukas el que me tendió un puente. Me invitó a conocer a un grupo de chicos de la Institución Educativa Pedro Justo Berrio en el barrio El Salado. Todos los miércoles voy y tenemos un taller de creación de historias, me dijo. Entonces esperé que llegara el día y me puse de acuerdo con él para vernos en la Estación San Javier. Ahí tomamos un taxi que subió como una cabra de monte por las lomas estrechas que nos llevaron hasta una calle cerrada, al final de una pendiente, donde estaba el colegio.

Fotografía Róbinson Henao
Fotografía Róbinson Henao

Unos muchachos morenos tapaban la entrada. No se inmutaron cuando nos vieron llegar y ni siquiera se movieron para decirnos que la entrada era por detrás. Dimos la vuelta y también la encontramos cerrada. Lukas sabía que todo allí debía tomarse con paciencia. Regresamos al frente y ya no estaban los muchachos en la puerta. Entonces entramos y después de los saludos protocolarios a la coordinadora nos fuimos para el comedor, donde habitualmente Lukas se reunía con los pequeños escritores. Los vi entrar y acercarse sin temor a la presencia de un extraño. Se fueron sentando a mi lado y me preguntaron cómo me llamaba. Les dije, a cambio de que cada uno me dijera su nombre. Sara era una bella niña que llevaba puesta una camiseta amarilla de la Selección Colombia.

Dos santiagos, un Cristian, un Mateo, un Hernán. Los demás no fueron y no supe cuántos eran en total los alumnos de Lukas. Sara me leyó un cuento fantástico de una piedra que se convierte en pajarito. Nos pusimos a inventar historias y después de una hora estaban desconcentrados. Entonces jugamos cartas. Debíamos armar palabras. Ganaba el que primero lo lograra. Yo perdí todos los lances. Ellos celebraron conmigo y en el fondo querían que no me fuera derrotado. Sarita me abrazó cuando llegó el momento de irnos. Mateo y uno de los santiagos me cogieron las piernas y me dijeron que no me fuera. Prometí volver. Prometí no olvidarlos.

Todo puede ser mejor

Salimos del Pedro Jota y bajamos caminando. En el camino Lukas me mostró a un niño que subía y me dijo que era el hijo de Jeihhco. Iba tranquilo con sus útiles de estudio para la casa como cualquier niño de cualquier otro barrio de la ciudad. Pasamos por el cementerio y vimos las matas colgadas en botellas. Me despedí de Lukas en la esquina desde donde se veía la Casa Morada y seguí camino al metro. Iba pensando que en los últimos días había caminado por el escenario de la guerra de hace trece años, por las mismas calles en las que crecieron los hijos de Lorenza y ahora sentía que en la 13 hay mucha vida, inclusive para los perseguidos por la mala suerte


El cronista

Juan Diego Mejía

Matemático de la Universidad Nacional. Es director de la Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín y profesor en la Maestría de Escrituras Creativas de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá. Se ha desempeñado también como director de Canal U, del cual fue fundador; secretario de Cultura Ciudadana (2004-2005) y ha sido columnista y colaborador en varias revistas de circulación nacional.

Entre sus obras están los libros de cuentos Un pedazo de canción, Rumor de muerte y Sobrevivientes, y las novelas A cierto lado de la sangre, El cine era mejor que la vida, Camila Todoslosfuegos, El dedo índice de Mao y Era lunes cuando cayó del cielo.