¿Cuántos de ustedes ven un día hermoso, radiante, soleado, perfecto para ir a piscina, a un mirador, a visitar a los padres, abuelos, amigos y sienten la impotencia de no poder hacerlo?
Después de 146 días de declaratoria de pandemia por la COVID-19, aumenta esa sensación de querer estar en el lugar justo donde estábamos antes de que nos informaran sobre la primera parte de la cuarentena.
Viajar, salir a comer, a cine, a ejercitarse, ir a la peluquería, bailar, ‘loliar’ o simplemente ir por la calle eran actividades tan nuestras, tan libres y tan sencillas, que luego de un tiempo y como el psicólogo dice Juan Diego Tobón, nos dimos cuenta de que “hemos perdido cosas que no sabíamos que podíamos perder“.
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“Todos estamos viviendo un duelo personal y colectivo”, afirma Tobón, y asegura que el fenómeno de agotamiento, cansancio, sobresaturación emocional “lo tenemos todos, solo que cada uno lo vive de una manera distinta, pasa por el orden de la condición personal, pero es un asunto que compartimos entre todos”.
Algunos perdieron sus empleos, sus, propiedades, sus empresas e incluso, han perdido familiares por la COVID-19. Otros, sin embargo, tienen empleo, familia salud y todas las condiciones para sobrellevar esta situación y aún así, tienen dificultades emocionales.
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Los niños han perdido el espacio de su colegio, el espacio de interacción; los adultos su espacio laboral, con su familia y amigos, solo por mencionar algunos.
Se han cerrado un montón de escenarios. Hay unas teorías en psicología social, explica Tobón, que son de los contextos y los escenarios. “Los seres humanos hemos establecido contextos sociales y culturales que nos dan un marco y esta pandemia nos quitó la capacidad de decisión y la diversidad de esos espacios”.
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Es por eso que aunque haya dinero en el bolsillo o en la cuenta del banco, cuando a los seres humanos les quitan la posibilidad de refrescarse, de salir a un bar, a un restaurante, a trotar, a encontrarse con sus amigos o pareja, el mundo interno en parte colapsa”.
Tobón opina que es más difícil de aceptar el hecho de que “podíamos tener acceso a cualquier lugar así no tuviéramos dinero y podíamos ser dueños de nuestro tiempo y nuestra decisión”.
Una de las cifras más lamentables del confinamiento, es el incremento de suicidios, según asegura el profesional, las consultas psicológicas están al doble de requerimientos, en comparación con esta misma época en años anteriores.
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Hay unos indicadores de quiebre psicológico que es importante tener en cuenta, incluso para hablar de validación emocional.
“Todos tenemos chance hoy de sentirnos aburridos, hartos, abrumados, sobrepasados, pero también tenemos derecho e incluso que validar que nos sintamos tranquilos, cómodos, felices“, señala Tobón.
La gente, revela el profesional, se invalida tanto en lo que siente de manera inadecuada en eso que se supone no debería sentir, angustia, miedo, tristeza, pero también se invalida por lo contrario. ¿A quién se le va a ocurrir sentirse bien en medio de la pandemia? Sí, hay personas que están y se sienten bien.
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Síntomas críticos a los que hay que prestarles atención:
- Hay que prestarle atención a los patrones del sueño. Hay personas que están durmiendo en exageración y otros que no están durmiendo prácticamente nada.
- Respuestas emocionales como irritabilidad y sensación de rabia permanente.
- Expresión fisiológica manifestada en llanto, desánimo, no quererse levantar de la cama.
- Sensación de confusión o incapacidad para resolver las situaciones que cotidianamente se resolvían
- Dificultad en relacionarse con los otros
Son cinco asuntos de la vida cotidiana, una persona estando o no en pandemia, puede perder el sueño, se puede irritar. Pero ahora vale la pena prestarle un poco más de atención para no dejar que eso se incremente.
Cuando estas conductas se prolongan por semanas y se empieza a volver crítico, vale la pena buscar ayuda.
Si necesita ayuda, puede comunicarse con la Línea amiga de la Alcaldía de Medellín 444 44 48