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Colombia Moda 2007

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Pasarela Movistar

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Pasarela Movistar
Con las diseñadoras
Francesca Miranda y Maria Adelaida Penagos.
Hora: 8:00 p.m.
Fecha: 9 de julio
Lugar: Colegio Columbus School
 
     
 
Francesca Miranda
 
 
En la pasarela de Francesca Miranda se pudieron apreciar prendas elaboradas con la técnica de tejido de la comunidad Wayuú, y una mezcla entre los materiales tradicionales de esta cultura indígena con los hilos de seda de Pereira. El tamo de trigo, técnica ancestral de los artesanos de Pasto, el reconocido barniz y los bordados y calados de Cartago aplicados a diferentes bases textiles para hacer prendas, vestidos, blusas, faldas y chaquetas, hicieron parte de los detalles más llamativos de las prendas de la diseñadora.
 
     
 
 
 

 
 
 
 

 
 
 
 

 
 
 
 

 
 
 
 

 
 
 
 

 
 
 
 

 
 
 
 

 
 
 
 

 
 
 
 

 
 
 
 

 
 
 
 

 
 
 
 

 
 
 
     
 
 
 

 
 
 
 

 
 

Francesca Miranda
Esta salvadoreña es especialista en Fashion Merchandising y una de las principales protagonistas de Colombiamoda desde hace 12 años. Con experiencia tanto en el diseño de prendas masculinas como femeninas, Francesca es considerada una de las mejores diseñadoras en Latinoamérica, ha presentado sus colecciones en varias pasarelas europeas como París, Londres y Milán. Su Showroom en Paris atiende compradores de Europa y el Medio Oriente, quienes ofrecen en sus boutiques sus diseños al lado de nombres como Roberto Cavalli, Christian Dior, Vittorio & Lucchino, Valentino, entre otros. En el mercado americano tiene alrededor de 30 distribuidores a lo largo y ancho del país y es común verla invitada a múltiples pasarelas latinoamericanas.

 
 

 
 

 
 
Maria Adelaida Penagos
 
 
Maria Adelaida Penagos presentó “Niña del Carmen”, una pasarela inspirada en El Carmén de Viboral, en la que los materiales artesanales como el tejido en algodón, y las fibras sintéticas como la lycra, se mezclaron en procesos artesanales y manuales como el bordado en cinta y el estampado en tintas textiles. En “Niña del Carmén”, Maria Adelaida utiliza colores primarios como base, transformándolos para llegar a una explosión de color y encontrar un blanco y negro conciliadores.
 
 

 
 
 
 

 
 
 
 

 
 
 
     
 
 
 

 
 
 
     
 
 
     
 
 
 

 
 
 
 

 
 
 
 

 
 
 
 

 
 
 
 

 
 
 
 

 
 
 
 

 
 
 
     
 
 
 

 
 
Maria Adelaida Penagos. Estudió Diseño Industrial con Énfasis en Moda en la Universidad Pontificia Bolivariana. Posteriormente, tras dos años dentro del mundo de la moda nacional, viajó a Londres en donde fue madurando al idea de crear en Colombia su reconocida marca Miau. Maria Adelaida ha sido una asidua participante en las diferentes ediciones de Colombiamoda, pasarelas en las que con sus diseños inspirados en la vida rural y del campo se ha convertido en una de las predilectas de público.
 
 

 
 

 
 
En los camerinos
 
     
 
 
 

 
 
 
 

 
 
 
 

 
 
 
 

 
 
 
 

 
 
 
 

 
 
 
 

 
 
 
 

 
 
 
 

Jueves 5 de julio, 11:00 a.m.

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Jueves 5 de julio, 11:00 a.m.

 
 

Se llevaron a cabo varias marchas por la paz de Colombia en casi todo su territorio, y Medellín fue una clara muestra de que cuando se entrelazan voces y corazones, las posibilidades de encontrar el bien común, sonaltas. La jornada por la libertad, por el respeto a la vida, y por la sonrisa plena de los colombianos cansados de una guerra que sufren a diario, comenzó con una eucaristía en la Basílica Metropolitana a las 10 a.m. y continuó con una caminada simbólica desde el Parque Bolívar hasta La Alpujarra, pasando por la Plaza de las Esculturas y Carabobo. El color blanco predominaba. Banderas de Colombia y otras con el signo de la paz, se ondeaban gracias a los vientos de esperanza, fe, amor, y unión.

 

 
  “No más dureza, no más arrogancia, sí al cambio humanitario, esta es la voz del pueblo”, enunciado que llevaba inscrito un ciudadano en una de las tantas pancartas que acompañaron la marcha que partió bajo la atenta mirada de Bolívar montado en su caballo. “Ni guerra que nos destruya, ni paz que nos oprima”, fue el mensaje de la ruta pacífica de las mujeres colombianas que a su vez decían exigir justicia con memoria histórica, para que no se repitan hechos de barbarie y horror. Otras organizaciones que acompañaron la marcha fueron, la Asociación Caminos de Esperanza, Madres de La Candelaria; la Mesa por la Vida de Medellín, Redepaz Antioquia; y un grupo ciudadano de opinión, conformado por docentes y estudiantes de la Universidad Católica de Oriente, la Escuela de Ingeniería de Antioquia, la Universidad San Buenaventura y la Universidad Pontificia Bolivariana.

El Alcalde de Medellín, Sergio Fajardo, y el Gobernador de Antioquia, Aníbal Gaviria, encabezaron la marcha.

 
 

Carlos Pinel

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Carlos Pinel
años delineado y transformando la silueta femenina 25.

Hondureño de nacimiento debido a los continúos viajes de su padre diplomático, Carlos Pinel es uno de esos nombres que ha trascendido el exclusivo círculo de la moda para introducirse en el armario de muchas mujeres, incluso las más reacias a las cambiantes tendencias modernas. Su camaleónica capacidad para amoldarse a la elaboración de accesorios aparentemente disímiles como los trajes de baño y el calzado le han convertido no solo un reconocido diseñador sino un exitoso empresario.
Retratado por Carlos Tobón en julio de 1983, Carlos Pinel continúa realizando aquello que mejor sabe hacer: elaborar prendas elegantes sin sacrificar un ápice de comodidad.

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Una obra de gratitud con los sacerdotes ancianos

 

Una obra de gratitud con los sacerdotes ancianos 

 

 
 

El Hogar Sacerdotal Pedro Pablo Isaza amplía sus instalaciones  

 
     

La situación del sacerdote anciano en Medellín es preocupante. Una vez cumple 75 años, deja sus oficios y sale a descansar, pero un buen número de ellos vive su retiro en medio de la enfermedad, la pobreza y la falta de cuidados.

 
     
 
 
     
 

Algunos asumieron el cargo de rectores en colegios, otros fueron capellanes en instituciones y tuvieron la oportunidad de devengar una jubilación digna. Sin embargo, un amplio número de sacerdotes que dedicaron toda su vida al trabajo pastoral en las parroquias, no tienen beneficios en materia de seguridad social y solo reciben 400 mil pesos de la Iglesia Católica, destinados para medicamentos o tratamientos. Muchos se ven forzados a vivir con sus familias y así atender sus necesidades. Más aún, algunos religiosos que poseen recursos económicos, no podrían vivir solos por sus dolencias físicas. Tampoco cuentan con la ayuda de personas preocupadas por su cuidado. Para solucionar este problema, la Parroquia Santa María de los Ángeles auspicia desde hace 13 años el Hogar Sacerdotal Pedro Pablo Isaza, ubicado al lado de la Transversal Inferior antes de San Lucas. Es un lugar especializado en la atención de sacerdotes ancianos y en la actualidad se encuentra en la segunda etapa de ampliación.

La nueva obra
“Las obras empezaron en marzo de 2006 y nos sabemos la fecha de terminación, pues eso lo determinan las donaciones y aportes de los feligreses” explica Elías Lopera, párroco de Santa María de los Ángeles. Calcula que la construcción, sin dotación de muebles y accesorios, puede llegar a un presupuesto de 1.100 millones de pesos. La mayoría de los recursos son aportados por los fieles de la parroquia y los vecinos de San Lucas; la Iglesia también colabora con algunos aportes.
La edificación tiene 1.300 metros cuadrados construidos. Está diseñada para albergar 30 sacerdotes que podrán disfrutar de una capilla de oración, una sala de enfermería, 16 habitaciones dobles y 2 sencillas. No obstante, la nueva obra no está pensada solo para el cuidado de los religiosos; también incluye la construcción de una biblioteca, en la que también operará una sala de juegos de mesa y de música. Además cuenta con balcones ideales para apreciar la panorámica del sector del Campestre. Para facilitar la movilidad de los nuevos huéspedes, los tres niveles de la casa, no están comunicados por escaleras, sino por un sistema de rampas. Con esta particularidad es más fácil caminar o desplazarse en una silla de ruedas.

Nace la idea.
“Don Pedro Pablo Isaza, antes de morir, cedió su finca para esta obra social… en esta vivienda antigua recibimos al primer padre, ahora viven en ella las religiosas que cuidan a los sacerdotes”, comenta el padre Elías Lopera. En este momento, 10 religiosos son atendidos por las Hermanas Auxiliadoras de Cristo Sacerdote, una comunidad especializada en amparar sacerdotes necesitados. En un principio, los servicios en el Hogar comenzaron con el traslado a la finca del padre Mario Morales en 1993. Unos meses después, cuando Elías Lopera fue nombrado párroco, el Arzobispo lo puso al frente del proyecto, con la finalidad de sacarlo adelante. Hasta la fecha 13 hombres de fe han muerto en la antigua finca de los Isaza que se fue quedando pequeña para recibir a los beneficiados. Por eso se vieron en la necesidad de realizar la primera ampliación hace 5 años, con 11 habitaciones, corredores y un patio central donde una fuente relaja los sentidos, con el crepitar continuo del agua. En este espacio viven en medio de plegarias y lecturas, el obispo Javier Naranjo, los monseñores Jaime Serna y Jesús Giraldo y los presbíteros Fernando Gómez, Humberto Jimenez, Jorge Calle, Alfonso Giraldo y Bernardo Arboleda.

Cómo transcurre la vida allí
Una de las premisas del lugar radica en respetarle al sacerdote, su libertad y su estado de ánimo. Se levantan temprano, desayunan y a las 8:00 a.m., asisten a misa. Luego leen e intercambian opiniones sobre las lecturas. También aquellos que gozan de buenas condiciones físicas hacen ejercicio. Almuerzan, rezan en la tarde, reciben una segunda eucaristía a las 5:00 p.m. y se acuestan temprano. Algunos fines de semana, los transportan afuera de Medellín, con la intención de hacer turismo en los pueblos de Antioquia.
Los vecinos de San Lucas le tienen cariño a la obra. Van a la misa de la mañana y de la tarde, conversan con los sacerdotes sobre temas de vida y religión y llevan donaciones en especie. 

 
 

Los sacerdotes opinan
“Este es un sitio donde recibimos amor y consideración, es el lugar perfecto para vivir cuando la muerte se siente cercana, cuando muy pronto el Señor nos llame a su presencia”, afirma monseñor Jesús Giraldo, al describir su ritmo de vida. Cerca de su habitación, el padre Jaime Giraldo inicia su caminata vespertina: “Mantenemos una relación de respeto y oración entre los sacerdotes… las hermanas nos ponen mucho cuidado y están atentas a nuestras necesidades”, reflexiona el sacerdote para luego seguir, con su andar lento y contemplativo por los rincones de la vieja finca.

 
     
 

Óscar Jaramillo

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Óscar Jaramillo
El retratista de los noctámbulos.

Acompañado de su más fiel compañero, el lápiz, durante más de 40 años Óscar Jaramillo ha plasmado con exquisita maestría y realismo una multitud de personajes y situaciones que reflejan distintivos estilos de vida y, al mismo tiempo, los cambios vividos en nuestro país con el trasegar de las décadas. Ese es el caso de las ilustraciones que adornaron las últimas cuatro portadas de Vivir en El Poblado, dibujos que según este artista antioqueño provienen en su mayor parte de una época menos violenta, y en los que se evidencian la cotidianidad de los oscuros y a veces olvidados habitantes del otro Medellín, el Medellín nocturno.

Recuento 2007

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Recuento 2007 

 
     
 

Una muestra académica impregnada de moda, cultura y estilo 

 
     
 
 

 
 

Recientemente el Parque Biblioteca España albergó el lanzamiento de la muestra Recuento 2007,  exposición que recopila los proyectos académicos más llamativos de los estudiantes de los diferentes programas profesionales de la Colegiatura durante el presente año. La exhibición, estará disponible al público, en el lugar de su inauguración, hasta el 6 de julio.

 
     
 

Paladares jóvenes descubren sabores ancestrales

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Paladares jóvenes descubren sabores ancestrales 

 
     
 

La voz más ronca del grupo se dirige al paciente mesero y concluye: lo único que entendemos en esta carta es la palabra chicharrón

 
     
 

El título de esta crónica puede hacer pensar al lector que el asunto sobre el cual voy a tratar va encaminado a un tema científico cultural. No es el caso. Se trata sí, de una vivencia personal acontecida recientemente en la que sin tener intenciones de entrometerme en el asunto, por la bullaranga propia de sus protagonistas, me enteré con pelos y señales del rollo que ahora paso a relatar. La semana pasada me encontraba muy oronda en la poltrona de un nuevo restaurante de cocina criolla en los alrededores de Medellín, cuando súbitamente aparecieron por todas partes muchachos y muchachas quienes por su manera de vestir, sus accesorios y su parlache, me atrevo a ubicar en el estrato 9. En mi soponcio causado por una contundente frijolada, logré observar como en menos de un minuto ya habían juntado dos mesas y aproximadamente docena y media de taburetes. Todos hablaban al mismo tiempo, todos se reían al unísono y por lo visto, todos se entendían perfectamente… y yo no entendía absolutamente nada. Como era de esperarse, apareció el mesero del lugar a ofrecerles inicialmente servicio de bar, pero en coro la solicitud fue: ¡Queremos comida! Presto, el buen hombre trae 6 cartas y las reparte de cualquier manera… comienzan su lectura y las carcajadas aumentan sus decibeles. Alguien comenta que están leyendo en portugués, otros afirman que la arracacha es un animal de monte, palabras como palangana, parentela, recua o chocha les produce una hilaridad extrema; finalmente, la voz más ronca del grupo se dirige al paciente mesero y concluye: lo único que entendemos en esta carta es la palabra chicharrón, ¿qué nos puede recomendar? El gentilhombre les hace una descripción detallada de cada plato y de cada producto… debo reconocer que fue escuchado respetuosamente como si fuese un maestro de cibernética o de tarot… finalizada su intervención, las miradas se cruzaban y las decisiones comenzaron a brotar con entusiasmo y expectativa; el pedido general se fue consolidando y ante la variedad de la oferta, estos nuevos aventureros del sabor se arriesgaron a probar toda aquella jerigonza que minutos antes les había causado risas y más risas. Comenzó el desfile de platos… llegaron papitas de fonda caminera, luego una recua de chorizos, más tarde una parentela de empanadas, apareció la morcilla, apareció la sopa de guineo, probaron la sobrebarriga, les encantaron las papas chorreadas, se deleitaron con la torta de frijoles, se arrebataron los tamales: salieron plenos y gozosos de tan pantagruélica mecateada. No lo podían creer; todo hacía parte de una ancestral y desconocida cocina popular colombiana. Aseguraron que regresarían.
Estamos en los albores del siglo 21, nuestra juventud ya no come lo mismo de hace 25 años, mucho menos aquello de hace 50 y poco o nada de aquellas preparaciones de más de un siglo. La alimentación de las nuevas generaciones en los diferentes estratos urbanos es algo que merece una importante investigación sociológica y culinaria. Los parceros de Manrique, Aranjuez, La Toma, La Floresta y tantos otros barrios de sectores populares o clase media, aún disfrutan de aguapanela, mazamorra, frijoles y arepas, recetas que hasta hace no menos de 40 años eran pan de todos los días en cada uno de los estratos sociales de Medellín. Hoy gran parte de la nueva generación de los acomodados y de los más que acomodados, están culturizados por la oferta de comidas y cocinas extranjeras… saben más de sushi que de los 300 pescados de Colombia; saben más del jengibre y el balsámico que exige la comida thai, que de nuestros vinagres de chontaduro y borojó o de nuestra conspicua malanga de la cocina del Pacífico; saben más de las variedades de ajíes y tortillas mejicanas, que de nuestros ajíes criollos y nuestras 72 clases de arepas; en otras palabras, conocen y dominan la cocina mejicana, la italiana, la japonesa, la tailandesa y ahora están “anonadados” con la peruana, pero conocen muy poco o nada de la colombiana.
¡Ya lo dije! Todos los pelados salieron más risueños de cómo entraron y encantados con los sabores de nuestra cocina. Yo salí plena de optimismo, pues constaté que nuestra aun desconocida cocina colombiana sí tiene futuro.

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Alejandro Ramírez no le come cuento a la invidencia

 

Alejandro Ramírez no le come cuento a la invidencia 

 
     
 

Resultó elegido con una de las mayores votaciones en el Consejo Municipal de la Juventud 

 

 
 

De 24 años de edad, Alejandro Ramírez, es DJ de música electrónica y masajista profesional. Desde siempre tuvo el sueño de estudiar administración de empresas en la Universidad Eafit, lo cual podrá hacer a partir del próximo semestre. En la actualidad cursa una diplomatura en administración de riesgos en ese centro universitario. Desde hace 2 años pertenece a las juventudes del Partido de la U, donde capacita a los jóvenes en cuestiones de participación política y cultura ciudadana. Fue elegido al Consejo Municipal de la Juventud en las elecciones pasadas.

 
     
 

 
     
 

¿Qué propuestas tiene para los jóvenes y para la población discapacitada de El Poblado?
Entre las ideas que he formulado, está la conformación de clubes y grupos de jóvenes, es decir, espacios de encuentro donde puedan compartir gracias a las bondades de las manifestaciones culturales, lo que es una verdadera ausencia en la actualidad. Iniciativas en las que se puedan encontrar otras opciones de diversión diferentes a la rumba. Por eso, el objetivo primordial será fomentar los eventos culturales en la Comuna 14, enfocados no solo a los jóvenes, sino también a toda la población. El Poblado tiene una necesidad apremiante: en el momento, no existe un Centro Cultural donde la gente pueda acceder de manera gratuita al arte y a la cultura, ya que el trabajo de la Casa de la Cultura es prácticamente nulo. Se debe estudiar la posibilidad de utilizar los parques, para realizar presentaciones de teatro al aire libre. Ahora bien, creo que los jóvenes y los discapacitados pueden ser invitados a otros planes de fin de semana, diferentes a quedarse en la casa viendo televisión o a irse para el club. También tengo la idea loca de crear ferias artesanales donde los jóvenes artistas puedan ofrecer sus productos.
¿Desde hace cuanto tiempo desarrolla su labor de líder?
Durante toda mi vida he vivido en el sector de La Visitación. Tengo sentido de pertenencia con estos espacios y por eso llevo 6 años trabajando en el sector político, con los jóvenes. Así mismo, estoy vinculado con el Partido de la U, organización con la que vengo trabajando el tema de la discapacidad. Aunque en el Concejo Municipal de Juventud, no tengo la facultad de contratar, tengo la meta, como lo he venido haciendo, de exponer las necesidades más recurrentes de los discapacitados de El Poblado. Eso se puede traducir en la falta de rampas acondicionadas para los minusválidos en el espacio público; además esta parte de la ciudad es demasiado pobre en aceras. Estas acciones le corresponden a la Junta Administradora Local, pero yo también puedo darle mi empujoncito.

¿Qué es para usted El Poblado y cuál es la relación con el sector?
Es un sector de la ciudad al que se le debe trabajar mucho y sensibilizar frente al tema de la discapacidad. Un lugar geográfico donde hay que crear una cultura de respeto y consideración por los discapacitados. También es pertinente analizar el tema de la contaminación ambiental y ponerle el tatequieto a la ausencia de aseo en algunas vías. El Poblado es mi vida; es un paraje aún por construir. Por tanto, aquí es necesaria una política agresiva para incentivar la equidad generacional y de género.

¿Cómo pueden los jóvenes entrar en contacto con usted para comunicarle sus inquietudes?
Me pueden llamar al 282 7113. En esa línea vamos a dar los detalles de futuras reuniones en sedes comunales, en escuelas y colegios. Con los interesados me voy a poner en la tarea de conformar el Grupo de Jóvenes que le cambiará la cara al sector en materia de cultura ciudadana y de respeto por las diferencias.

¿A qué atribuye usted sus votos en las pasadas elecciones para el CMJ?
Saqué alrededor de 700 votos en los anteriores comicios. Creo que incidieron las propuestas que formulé luego de mis conversaciones en los colegios, escuelas y calles de la Comuna 14. En esas visitas pude condensar las necesidades de los jóvenes y discapacitados del sector. Por ejemplo, cuando visitaba una institución educativa nunca iba a prometer ideas imposibles. La campaña duró 4 meses, de febrero a mayo y en mis contactos con los electores, les vendí la siguiente idea: los elegidos del CMJ debe ser personas preparadas en un plano académico y que conozcan la ciudad como la palma de su mano.

¿Cómo es su grupo de trabajo?
Tengo asesoría permanente de un grupo de abogados, de un contador público y cuento con el aval de Augusto Posada, Representante a la Cámara por el Partido de la U. En este momento estamos conformando las juventudes de nuestro partido político. En las elecciones fui respaldado por la Corporación Juvenil Ciudadanía Activa que desarrolla trabajos con los jóvenes de la ciudad. No pertenezco a ese grupo, pero para la contienda electoral, solo se podía presentar un candidato por grupo, entonces decidimos darle el apoyo a una candidata de la U que lastimosamente no resultó elegida. La idea era tener dos representantes en el Consejo.

¿Cómo aprovecha sus estudios universitarios en pro de la comunidad?
Estoy haciendo una diplomatura en administración de riesgos, lo cual me ayudará en futuras capacitaciones y asesorías que pienso realizar con los jóvenes, para ayudarles a gestionar recursos para la creación de nuevas y pujantes empresas. El próximo semestre comienzo Administración de Empresas en Eafit. 

 
 

Funciones del Consejo Municipal de la Juventud
• Ser un canal de comunicación para compartir y proponer iniciativas de desarrollo entre la población juvenil y las entidades públicas y privadas.
• Proponer planes que reconozcan los derechos y deberes de los jóvenes.
• Realizar veeduría a programas dirigidos a la población juvenil.
• Motivar a los ciudadanos para que participen activamente en la transformación de la ciudad.

 
 

Une pide ayuda contra los robos de cable

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El programa incluye un componente social, judicial, ambiental, y de comunicaciones, entre otros, informa Laura Pérez, Gestora Social de Une Telecomunicaciones: “La idea es llegarle a los ciudadanos con el mensaje y la importancia de que se muestren dispuestos a vigilar e informar a las autoridades situaciones sospechosas”. El robo de cables que contienen cobre, metal perseguido por los ladrones, se puede evitar en parte con un poco de cultura ciudadana, esa es la idea de Une, por eso quiere transmitir un mensaje de colaboración mutua, que produzca un sentido de pertenencia en los ciudadanos de El Poblado, uno de los puntos críticos en el tema, sobre todo en barrios como Castropol y Manila.
Que la comunidad se habitúe a avisar situaciones extrañas, para evitar casos como el que sucedió el año pasado en Las Vegas, y que generó grandes pérdidas gracias al el robo de cable de fibra óptica, que dejó una zona grande y de importancia residencial, comercial, empresarial e industrial, incomunicada: sin internet, sin teléfono, sin cajeros electrónicos.
Una de las estrategias consiste en avisar a través de la línea telefónica 44 44 170 ó al 123; otra es la identificación del personal: gris de rayas, y la palabra Une en letra roja encima de la solapa del bolsillo izquierdo; el contratista de Epm: camisa verde manga larga y pantalón caqui; y contratista de Une: uniforme caqui con rojo, con el Une en letras grandes sobre la espalda. “Igualmente es importante saber que los horarios de trabajo son de 7:30 a.m. a 9:00 p.m., después no tiene porque haber un funcionario trabajando, a no ser de que un daño grave lo amerite,” dice Laura Pérez.
Un ciudadano de El Poblado, que fue consultado por Vivir en El Poblado y que prefiere mantener la reserva de su nombre, cuenta que a este problema hay que sumarle el papel de las chatarrerías, ya que el Gobierno autorizó el año pasado la exportación de 25 mil toneladas de cobre a la China, y Colombia no produce el metal, “el kilo de cobre en diciembre costaba 8 mil pesos, para mí esa medida del Estado funciona como aliciente a los ladrones.”
La idea es involucrar y unir esfuerzos, Une continuará con su campaña de sensibilización ciudadana, para que esta abra los ojos, pues es un problema en el que todos pagan. 

 
 

Mencken

Contemos su vida a vuelo de murciélago: Henry Louis, nacido en Baltimore, EU, en 1880, a los 19 años abandonó sus estudios y se hizo reportero del “Baltimore Morning Herald”, ejerciendo como crítico de teatro, editor de temas ciudadanos y del Herald vespertino. En 1906 se traslada al “Baltimore Sun”, donde permanece durante años como editor, columnista o colaborador, pero también escribiendo para muchas otras publicaciones. Admiraba a Bernard Shaw y a Nietzsche. Entre 1914 y 1923 fue coeditor de una revista satírica, “The smart set” y en 1924 fundó el “American Mercury”, una revista cultural para “una minoría civilizada”, que duró nueve años. Dicen en la Red que “los rebeldes sociales admiraban la lucidez de Mencken, sus ataques demoledores contra la estupidez de la clase media, la mojigatería, las religiones organizadas, los políticos”. Como reseñador y crítico literario les dio madera en cantidad a los autores de segunda y puso en primera fila a escritores de avanzada como Theodore Dreisier, Sinclair Lewis y Joseph Conrad”. A mediados de los años 30 le parece a Mencken que su antipatía y su cinismo contra todo están fuera de época, vuelve el pasado y escribe sus tiernas memorias: “Días felices”. Un derrame en el 48 lo incapacita hasta su muerte en el 56.
De lo poco que se conoce de Mencken en español, conservo en mi mesita de noche al lado de la “Imitación de Cristo”, cual tesoro místico, una antología de sus “Prejudices” –seis volúmenes que recopilan sus reseñas y artículos de entre 1919 y 1927- titulada “Prontuario de la estupidez y los prejuicios humanos” ¿De quién se burla Mencken allí? ¿A quién alaba? Ladrillo por ladrillo y piedra por piedra todo cae a tierra: como decíamos, la Educación y las Universidades, las Religiones, la Política, la Historia, el Trabajo, la Autoridad, los Presidentes, la Muerte y sus Protocolos, la Psicología, la Moral, la Democracia, la Ciencia, las Mujeres, el Amor, el Matrimonio, la Familia, el Periodismo, el Arte, los Novelistas por contrato… Pero en cambio se deshace de admiración, por ejemplo, por las Putas y su honestidad, valentía e inteligencia frente al mundo que las ha puesto en la alcantarilla, se deshace en lágrimas cuando contempla a los niños de Baltimore rumbo a la Escuela en pleno invierno para caer en las garras de profesores tarados, es un fanático de la soltería y sus innúmeras ventajas, le gustaría vivir en un mundo donde todos sus habitantes vivieran perpetua y ligeramente embriagados: “No habría guerras”, etcétera.
Uno de sus tantos textos ácidos se refiere a una curiosa epidemia de suicidios en las universidades norteamericanas (1927). Se pregunta por las causas que llevan a tantos jóvenes a cerrar la puerta de sus nacientes vidas y “prometedoras” carreras, aventura hipótesis (el mundo gris que se les viene encima y la caterva de dirigentes que los rodea: obispos, rectores de universidades, conferencistas mercenarios y otros idiotas profesionales): “Si se conociera el futuro, todo hombre inteligente se mataría al instante y la República estaría poblada exclusivamente por cretinos”, y remata con una propuesta salvaje, que no nos resistimos a reproducir:
“A lo que me gustaría asistir, si semejante cosa se pudiera organizar, sería a una ola de suicidios entre los Rectores de las Universidades. Yo suministraría con mucho gusto las pistolas, cuchillos, cuerdas, venenos y otras herramientas necesarias. Más aún, me encantaría cargar las pistolas, afilar los cuchillos y anudar los lazos corredizos. El estudiante universitario que se arroja sin que nadie lo instigue en los brazos de Dios sólo se gratifica a sí mismo. Pero si un Rector de Universidad hiciera otro tanto, su acto se convertiría en motivo de vehemente e indeleble regocijo para grandes multitudes de personas. Lanzo la idea y la hago correr”.

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Mi árbol y yo

Los adultos ya no vemos los árboles como escaleras servidas hacia el cielo sino como los describen las páginas de la botánica, es decir, como una decorativa e intocable composición de raíz, tallo, ramas, hojas, flores y frutos. Con inconsciente mezquindad, censuramos la figura caótica de un árbol que tenga alguna rama baja, y deseamos la poda de lo que, en últimas, es el flamante primer peldaño de un magnífico castillo infantil. Otras veces arrugamos el ceño ante la maniobra juvenil de arrancar o derribar los frutos, como si se tratara de la más terrible profanación y como si pensáramos que solo los pájaros tuvieran el derecho de comer esa hostia jugosa (siendo honestos, solo resulta un poco más malvado aquel monstruo que no hace mucho, en Bogotá, disparó una escopeta contra el furtivo e inocente cazador de una naranja). La tradición escrita ha preparado nuestras cabezas para desconfiar de la aventura arborícola: en el famoso “En la diestra de Dios Padre” de Tomás Carrasquilla, la Muerte paga cara la imprudencia de trepar en un aguacatillo, y en la novela “Gran sertón: veredas” del brasileño João Guimarães Rosa, un muchacho que retozaba en un árbol es cazado y devorado por un ejército famélico que lo confundió con un mico; mientras tanto, hablan por sí solas las páginas del Génesis que relatan los infortunios de Adán y Eva luego de mordisquear una manzana.
Una novela de Italo Calvino, “El barón rampante”, se acerca más a las expectativas de la vida niña: allí, Cósimo Piovasco de Rondó, a sus 12 años, indignado por la soberbia autoridad de sus padres, trepó a una encina y no bajó nunca más. Nada más entendible: cuando se está en un árbol, acomodado sobre una rama firme y gruesa y protegido por un tupido y fresco follaje, lo que abajo sucede es por completo banal y prescindible; si la restante humanidad importa es solo porque puede ser espiada o atacada con alguna pepita. La vida en el árbol anula timoratas reglas sociales relacionadas con la ropa limpia y el sosiego forzado, y funda un nuevo orden en que solo importa el vigor personal: hay que subir hasta la rama más alta y romper el récord del mayor tiempo de permanencia entre la ramas. Pero lo esencial a la hora de estar montado en un árbol es sentirse escondido, a salvo de la intranquilidad del mundo y haciendo realidad el ideal -ni siquiera logrado por el balcón- de ver sin ser visto. Posiblemente eso fue lo que nuestros remotos antepasados más gozaron cuando, hace millones de años, se resistían a poner un pie sobre la sabana africana.
Presentados anécdota, lamento y reflexión, a esta columna solo le falta arremeter contra alguien o algo. Por tratarse apenas de una inofensiva crónica veraniega, dejaremos las cosas como están; pero que quede constancia de que lo más fácil sería criticar una ciudad donde a cualquier planchón de concreto con tres macetas se le llama “parque”, y donde en nombre del progreso se ha dirigido la motosierra contra muchos de los gigantes verdes que vieron crecer a Medellín.

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Por ahora no hay cambios en el sistema

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Así era la cotidianidad de la Zona Rosa antes de los parquímetros.  Carros sobre las aceras, estacionados en las esquinas, garages obstruidos, etcétera. Este es el cruce de la calle 8 con la carrera 38. 
 
     
 

Opinión del Tránsito
“Los parquímetros ubicados en El Poblado, con el cambio de administración, que pasó a manos de  las Terminales de Transporte,  no representan un negocio para el Municipio, simplemente son una iniciativa que contribuye al reordenamiento del espacio público y al uso adecuado del mismo”, puntualiza Marta Suárez, Subsecretaria de Tránsito y Transporte. Así mismo, dice, aún no se contempla la posibilidad de implementar cambios a los parquímetros de la Comuna 14; estos se van a estudiar en los próximos tres meses, lo que quiere decir que el servicio se seguiría prestando de la misma manera como lo venía haciendo Azer. Por eso, en ese período de análisis, se estudiaría la posibilidad de poner en marcha tarifas fraccionadas por tiempo de utilización y la opción de implementar equipos en las zonas que presentan problemas críticos de estacionamiento, como es el caso de Provenza. Asegura que gracias a los parquímetros, en El Poblado se viene creando una cultura fuertemente arraigada de la utilización de andenes por parte de los peatones; adicional a esto, se ha configurado la tendencia de dejar los automóviles en los lugares autorizados, lo que ayuda a controlar la invasión de vehículos en el espacio público. Por otro lado, en el tema de la administración de los equipos, se llegó a un acuerdo para que a Las Terminales les corresponda el 8% de lo recaudado.
Por último, Suárez sostiene que la entrega de los equipos por parte de Azer, se adelantó de manera responsable. “Ellos en ningún momento incumplieron con la entrega del material, simplemente algunos medios de comunicación tergiversaron la situación, pues los únicos problemas que se presentaron tuvieron que ver con la instalación del software en los equipos”, comenta la funcionaria.

Los antecedentes
En un principio, cuando los parquímetros fueron instalados en 1999 y su administración fue adjudicada a Azer, fueron el blanco de muchas críticas por parte de la ciudadanía, pues se relacionaba su funcionamiento con negocios turbios de políticos locales. Inclusive, la situación llegó al extremo de atentar contra los aparatos por medio de material explosivo. Sin embargo, José Fernando Ángel, Secretario de Tránsito, luego de 8 años de continua operación en las calles de El Poblado, considera que se creó una nueva cultura de utilización del espacio público. “A partir de ahora, los recursos obtenidos con las zonas de parqueo comenzarán a llegar en su totalidad a la finanzas públicas y también es una forma de retribuirle a la ciudad por la utilización de sus espacios”, afirma.
Con el cambio de administración la Secretaría de Tránsito estudia la posibilidad de sacar al mercado varios productos, diseñados para pagar las horas de parqueo. En medio de estas modalidades de pago se pueden encontrar la tarjeta cívica, el pago desde un celular con solo hundir un botón y el uso de calcomanías.

La posición de Azer
“La decisión de la Administración Municipal se puede definir como poco planeada, pues no existe continuidad con lo que veníamos haciendo y es sorprendente, cuando se detalla la documentación del convenio con las Terminales” sostiene Orlando Oviedo, de Azer. Ahora, comenta,  se está desarrollando el proceso de liquidación con el Municipio que tiene una duración de 4 meses. No obstante, si no se evidencian acuerdos sustanciales, dice, Azer llevaría el caso ante un Tribunal Administrativo. Considera que con el cambio de administración se afectaría el erario público si se tiene en cuenta que cada mes ellos le aportaban 69 millones de pesos al Municipio y ahora este solo recibirá 29 millones. Adicional a esto, la empresa deseaba que el contrato no culminara el 15 de junio, pues el 13 de septiembre de 2006, formuló una petición contractual a la Alcaldía para que les adjudicara una prórroga de 4 años adicionales de operaciones y así fuera posible una modificación en las tarifas de los parquímetros. “El Municipio tenía un plazo legal de 3 meses para respondernos y solo lo hizo el 3 de febrero, con una negativa rotunda a nuestra propuesta; por tanto ahora nuestros abogados estudian las acciones legales correspondientes”, advierte Oviedo

 
 

120 emprendedores graduados

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Cursos de Manejo y Conservación de Alimentos y Cocina Gourmet 
 
     
 

Se encuentra en desarrollo a través del  Centro de Desarrollo Empresarial de la Universidad Pontificia Bolivariana, en convenio con la Secretaría de Desarrollo Social, un proyecto que consiste en la capacitación para el trabajo de más de 160 personas de diferentes zonas de El Poblado, y que también incluye la transmisión de conocimientos para llevar a cabo un plan de negocio.
Cursos de Manejo y Conservación de Alimentos y Cocina Gourmet, de Confecciones, de Informática Básica, de Administración de la Pequeña y Mediana Empresa, son dictados para buscar  la formación de ciudadanos: “Mediante la capacitación se pretende cualificar a los emprendedores  para que continúen adelante con sus planes de negocio,” comenta Diana Marcela Ramírez, Coordinadora Técnica del Presupuesto Participativo para El Poblado.
“A más tardar en la primera semana de julio deberá darse el veredicto de los proyectos”, informa Diana Marcela Ramírez.
“El proceso cobijó a personas de todos los estratos”, cuenta Gabriela Ángel,  integrante del grupo que formuló el proyecto. El viernes 22 de junio se graduaron 120 habitantes de El Poblado en dos diplomados: Formulación y Evaluación de Planes de Negocio y en Formación de Formadores en Emprendimiento y Empresarismo, con tres grupos de personas, uno para profesionales, otro para bachilleres y amas de casa, y un último para personas sin bachillerato, informa Esperanza Prieto, coordinadora del Cetra (Unidad de Gestión Laboral de El Poblado).

Guías ciudadanos
Este programa ha brindado la oportunidad a 1.046 jóvenes ente los 18 y 29 años que no se encuentren laborando o estudiando, de ser vinculados en un proceso de formación ciudadana y comunitaria, informa Patricia Cuenca, coordinadora del programa. Es la primera vez que se desarrollará en los barrios de El Poblado, y el motivo para que el público objetivo sean los habitantes de los estratos 1 y 2, “es que el que estudia o trabaja tiene de cierta manera un factor protector, mientras el que está parado en una esquina, es vulnerable por ejemplo a ser reclutado por grupos armados ilegales”.

Por el espacio público                 
También a través del presupuesto participativo desarrollaron unas jornadas lúdico culturales por el buen manejo del espacio público en El Poblado. Un presupuesto de 30 millones fue aprobado para incentivar la sana convivencia en parques como El Fundadores, (Parque El Poblado) “lugar al que se piensa meterle mucho la mano”, comenta Carlos Francisco Merchán, Técnico Administrativo  de la Secretaría de Gobierno. En el momento el proyecto se encuentra en el proceso precontractual, las invitaciones están abiertas para que las organizaciones sociales, comunitarias y cívicas de El Poblado, inscritas en el Banco de Proponentes, participen dentro del sorteo; escogerán 3 propuestas para evaluar y adjudicar el proyecto a desarrollar durante el segundo semestre del presente año.

 
 

La Vía Distribuidora sigue su curso

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Así mismo, Vivir en El Poblado conoció la opinión de la Universidad Eafit, en cabeza del Rector, que será una de las más afectadas con la apertura de los trabajos. Por otro lado, la Urbanización Bosques de la Aguacatala adelanta reuniones de concertación con el Área, en las que discute el acceso a la urbanización y las eventuales medidas de mitigación del ruido.

La postura de Eafit
“Nadie niega que la Vía Distribuidora nos afecta, pero es un proyecto necesario para mejorar los problemas de movilidad que son habituales en la Avenida Regional”, sostiene Juan Luis Mejía, Rector de Eafit. La universidad, afirma, cedió terrenos para la construcción de un proyecto que está inscrito en algunos planes viales de la ciudad desde la década de los 50. Por eso, asegura, ante la imposibilidad de encontrar opciones para solucionar el problema de movilidad, no queda otro camino que aceptar su construcción.
Por otro lado, la semana pasada, se escuchó el siguiente rumor: ante la eventual apertura de los trabajos, el centro universitario tomaría la decisión de cerrar las tres entradas de acceso cercanas a la Regional; de esa manera los estudiantes solo podrían entrar por la Avenida Las Vegas, lo que supondría problemas de congestión en esta concurrida vía. Sin embargo, Mejía desmiente los rumores y asevera que el acceso por la Regional se mantendrá durante la ejecución del proyecto vial. Comenta que una de las ideas de mitigación ambiental es la siembra de 300 guayacanes cerca de la nueva autopista, al lado del cerramiento, que frenará un poco la contaminación atmosférica. “La obra puede afectar a los bloques y salones ubicados en el costado occidental de la universidad; por eso vamos a hacer una inversión de 1.500 millones de pesos en un sistema de aire acondicionado y vamos a adecuar estos espacios con estructuras insonorizadas”, concluye el Rector.

Los ambientalistas y Bosques de la Aguacatala
“Ya sostuvimos una reunión donde discutimos con el Área el cambio en el diseño al acceso de la urbanización por la Regional, donde está ubicado el paradero de buses y taxis, y llegamos a un acuerdo para sembrar árboles en la jardinera que linda con el cerramiento de la unidad ”, explica Luis Alfonso Yepes, Presidente del Consejo de Administración de Bosques de la Aguacatala. En ese sentido, el Tránsito de Medellín le ha solicitado a Autobuses El Poblado, que traslade el paradero a una bahía cercana al intercambio vial, con el fin de facilitar el acceso de los residentes a la urbanización. A su vez, también se desarrolló una segunda reunión con el Área en la que discutieron las medidas de mitigación para contrarrestar el ruido, pero aún no hay acuerdos sustanciales sobre este aspecto. En otra instancia, la solicitud para realizar una audiencia pública fue rechazada por el Ministerio del Medio Ambiente, porque consideró que la licencia está amparada con estudios serios de análisis de los impactos ambientales. “Por lo tanto, los copropietarios reformularemos la solicitud para una nueva audiencia pública donde se clarifiquen estos impactos”, puntualiza Yepes.
De otro lado, Julio Jiménez, ambientalista del Grupo Fauna, espera la decisión del Ministerio del Medio Ambiente para concederles una audiencia pública. Sin embargo, también ha hecho gestiones para realizar una mesa de diálogo con las autoridades del Área Metropolitana en el lugar que ellos lo requieran. “Este es un afán por gastarse los recursos en una vía innecesaria… hay otras opciones diferentes como la integración del transporte público del sur con el Metro, por medio de tiquete integrado; instaurar pico y placa durante todo el día y disponer de un horario nocturno para el transporte pesado”, opina el ambientalista.

Debate en el Concejo
“En primer lugar, en el debate se expuso que en la Avenida Regional no se presenta mucha congestión en el tramo comprendido entre el Centro Comercial Monterrey y el sector de Zúñiga, el problema se presenta desde el Politécnico Jaime Isaza Cadavid hasta Argos… por eso, la vía se debe construir desde ahí y así evitar la tala de 1.600 árboles”, conceptúa el concejal Carlos Chaparro.
En su disertación en el Concejo puso sobre el tapete el tema de las audiencias públicas, tal como lo demanda el Decreto 330 que establece que toda obra que genere impacto ambiental, debe estar acompañada de una audiencia pública, con el fin de adelantar una socialización óptima con la comunidad.
La construcción de la Vía Distribuidora, tres carriles de servicio a la Regional entre Zúñiga y Argos, aún no ha empezado.

 
 

Los Parra

El barrio está a la espera de que inicien los trabajos de la primera etapa de las obras del colegio Santa Catalina de Siena y de las decisiones en el proceso para ubicar la terminal de buses en otra parte.

Con satisfacción fueron recibidos los planos de la primera etapa de las obras del Colegio Santa Catalina de Siena. Si todo sale bien, en enero de 2008 regresarán los niños a clase aquí.

En 2006 el terreno donde está el Colegio Santa Catalina de Siena, mujer que en el siglo 14 sirvió a los pobres y trabajó por la conversión de los pecadores, presentó una falla en una vieja tubería, situación resuelta de forma parcial por Empresas Públicas, pero un día antes de la fiesta de fin de año otro fragmento de la red de aguas que no se intervino de manera oportuna, ocasionó un alud de tierra que debió trasladar las clases a la sede social de El Garabato por parte de los padres de familia, pues la solución de la Secretaría de Educación era enviarlos al salón parroquial de la iglesia de San Lucas, situación no compartida por las familias de los 176 niños (los padres argumentaban la no viabilidad de esta solución, debido a los gastos de transporte).

La construcción de la nueva planta física y el mejoramiento de la actual sede de Santa Catalina de Siena, con recursos logrados a través del Presupuesto Participativo y Epm, debió haber comenzado en abril, según informó en febrero a Vivir en El Poblado, Teresita Aguilar García, Subsecretaria Administrativa de la Secretaría de Educación.

Durante una reunión el pasado jueves 21 de junio entre la comunidad de Los Parra, la Edu, Empresa de Desarrollo Urbano, y la Secretaría de Educación, se le comunicó a los habitantes del barrio la buena noticia que ellos esperan se haga realidad lo más rápido posible. Alba Gutiérrez, Presidenta del Consejo de Padres de Familia de la escuela, transmite su alegría al informar que ya les mostraron los planos, y que si todo sale bien, agrega, en enero podrán comenzar el año escolar de manera normal. “Esperamos en unos 15 días comenzar las obras de la nueva planta física, las cuales tendrán un plazo de ejecución de 150 días,” dijo en la reunión Wilmar Moncada, ingeniero civil, contratista de la obra.

La primera etapa de las obras comprende 9 aulas en total. En el primer piso habrá restaurante, cocina, plazoleta, tienda escolar y unidades sanitarias. En el segundo nivel un aula de informática con óptimas condiciones de ventilación e iluminación, informa Andrés Mauricio Montoya, arquitecto de la Edu. Y el cuarto nivel tiene en sus planes un aula múltiple. La próxima etapa traería beneficios no solo para la comunidad educativa, pues un coliseo sería construido para el barrio en general.

El barrio mejora

El tema de Santa Catalina de Siena ha avanzado de manera satisfactoria, “primero porque logramos aclarar la construcción del colegio, quedan solo detalles por definir, en segundo lugar porque se logró eliminar los escombros que cayeron por la quebrada La Escopetería, en tercer lugar porque ya se hizo el desvío del colector de aguas residuales, cuarto porque están en estudio unas obras para hacer unos drenajes, quinto porque se realizó un diseño técnico sobre el talud y así realizar estructuras que permitan contener los deslizamientos, y sexto porque hay otras obras pensadas con el objetivo de canalizar las aguas lluvias y evitar las inundaciones que se presentaban en Los Parra”, informa Carlos Chaparro, Concejal.

¿Dónde pararán los buses?

Los habitantes de Los Parra interpusieron una acción popular el año pasado para que se solucione el uso de la vía contigua al barrio como terminal, en pro de un medio ambiente más sano, pero hasta el día de hoy siguen a la espera. “En el momento se continúa tratando el tema en medio de un debate legal”, informa Jaime Sánchez, Asesor de Gerencia de Autobuses El Poblado. 


Recuerdos
“A los 5 años me acuerdo que mis tías tiraban gelatina y yo les ayudaba a empacar, también me acuerdo que al Parque de El Poblado íbamos a pie, un camino de herradura como se dice,” cuenta Blanca Berrío de 73 años, todos vividos en Los Parra. “El barrio comenzó con 8 casas, entre ellas las de mis abuelos y mis suegros, era conocido como El Hoyo, pues no se ve, está como escondido, pero hace 3 años en la Subsecretaría de Catastro le dieron el nombre de Florida.”

Sin embargo la verdad es que esta zona es conocida como Los Parra, más que con cualquier otro nombre.

En la actualidad, y después de que la población del barrio se fue acrecentando, sobre todo a partir de 15 años para acá, el barrio está conformado por 47 casas, informa Blanca Berrío, “de las 8 casas iniciales que fueron construidas con tapia, hoy existen 3, muchas de estas con un segundo piso que se fue añadiendo mientras pasaba el tiempo y las familias crecían.” El camino para ir al Parque de El Poblado, que debía atravesar los límites de la finca Sauzalito, estaba rodeado de una imponente arborización y vegetación, cuenta Blanca Berrío, árboles de plátano, de naranjas, de limones, de guayabas, entre otros, adornaban el barrio y sus alrededores.

¿El líder de la modernidad?

Nuestro líder de la modernidad (LM) probablemente -como casi todos los alcaldes- hizo algunas cosas buenas en sus años de gobierno. Y podría incluso tener algunas ideas interesantes para el futuro. Sin embargo, a pesar de su reconocida astucia, son evidentes sus serios problemas para comprender conceptos básicos. Errores imperdonables de apreciación y de criterio, impropios de alguien con tanta experiencia y que promete conducir a estos casi 3 millones de habitantes a ser la “ciudad más próspera de América Latina”.
Como por ejemplo:
Aceras: En El Poblado no se conoce una sola acera buena que provenga de la administración anterior. Las pocas que se hicieron son pésimas. Estrechas, con obstáculos, con huecos, etcétera. Sin duda, le tocó a la actual administración inventarlas. Al fin tenemos unas cuantas aceras decentes, y no propiamente gracias a nuestro LM.
Reducir velocidad: ¿Qué sentirá nuestro LM cuando sube o baja por la loma de ISA y tiene que pasar sobre sus 19 resonadores? ¿Acaso orgullo por una obra extraordinaria? Hasta la fecha no hemos encontrado en Medellín un mejor ejemplo de cómo un alcalde derrocha dinero público en ejecutar una obra innecesaria, y todo para dejar las cosas mucho peor que antes. Desde que se hizo esta magna obra los vehículos aumentaron su velocidad. Lo mínimo que se espera de alguien que quiere repetir es pedir excusas por cosas tan mediocres como esta. Excusas a los dueños de vehículos y a los vecinos de la loma por el ruido garantizado 24 horas al día.
Cifras: Nuestro LM propone sembrar un millón de hectáreas de palma africana para producir biodiesel y generar 400-500 mil empleos. La idea puede ser buena pero las cuentas no cuadran: Un millón de hectáreas son 10.000 km2, o sea la mitad del departamento del Valle del Cauca, o el equivalente al área completa de Urabá. Es mucho más de lo que hay sembrado en café en toda Colombia y más del doble de lo que hoy tiene el país en plátano o en caña de azúcar. Y claro, 6-7 veces más de lo que hay en coca. ¿Dónde quedarán todas estas hectáreas? Mejor dicho, si eso funciona y en esas magnitudes, nos tocará importar trabajadores y nuestro LM habrá resuelto de manera definitiva el problema del desempleo. ¡Y hasta lo reelegiríamos de forma vitalicia!
Lealtad: Hoy nuestro LM afirma que el famoso enredo de la vajilla fue algo que magnificaron los medios y que era un negocio normal y conveniente para Epm. En esto puede tener razón. Pero si alguien brilló por su ausencia durante ese debate fue el Alcalde, que parecía escondido y prefirió dejar que los lobos devoraran viva a la pobre Gerente. Jamás la defendió, o al menos no en voz alta.
En síntesis, y como él mismo lo afirmó repetidamente durante la entrevista, “por sus obras los conoceréis”. Justo por eso estamos tan preocupados.

 

 

El Edificio Dallas sigue en venta

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Click para ver lista de bienes suministrada por la
Dirección Nacional de Estupefacientes.

 
     
 

El caso Dallas
La Dirección Nacional de Estupefacientes encargó a la Inmobiliaria Gabel la venta del Edificio Dallas, que hasta la fecha no recibe propuestas de adquisición. La edificación tuvo un avalúo comercial de 2.812 millones de pesos. “Fue complicado fijar el avalúo comercial, porque el Municipio tardó en disgregar el valor del predial y separarlo de los impuestos anteriores a la incautación y después de la misma”, anota Jorge Iván Velásquez de la Inmobiliaria Gabel. Por lo tanto, la subasta estaba prevista para marzo, pero por esas contrariedades, la edificación solo se está ofreciendo desde hace un mes.

El Dallas tiene un área construida de 5.179 metros cuadrados, con 3 sótanos y 9 pisos y se encuentra en obra negra por el atentado que sufrió en la década de los 80, cuando era conocido como un centro de oficinas y de vivienda.

¿Cómo se desarrolla la subasta?
“Cuando llega la primera oferta, se dispone de un calendario abierto y durante ese período, que se extiende por 10 días, se escuchan otras ofertas; es decir, que desde del primer ofrecimiento surge el proceso de venta”, expone el funcionario de Gabel. Cuando vence ese plazo, citan a los oferentes a una apertura de sobres, entonces se leen las propuestas en voz alta para que todos los interesados las escuchen. Acto seguido, cuentan con la opción de realizar una segunda oferta. Vuelven a abrir los sobres y leen de nuevo las iniciativas y gana el que presente el mayor valor. Posteriormente, la hoja de vida del seleccionado en la subasta es remitida a la Dirección Nacional de Estupefacientes con el fin de analizar el pasado judicial de la persona y comprobar si es apta para comprar el inmueble. Cuando corroboran que estas disposiciones están en regla, se inicia un proceso normal de compraventa. La Inmobiliaria Gabel tiene más inmuebles de estos a la venta.

Otros inmuebles en venta
La Inmobiliaria Araujo y Segovia, del departamento de Córdoba, ofrece un apartamento. Por su parte, Juan Gaviria Restrepo Cía S.A vende varios apartamentos. Inmobiliaria Mozzibett ofrece un lote. Todos de la lista de la Dirección Nacional de Estupefacientes.

 
 

La cuestión del Politécnico
En 2005, el Politécnico Jaime Isaza Cadavid presentó una solicitud a la Dirección Nacional de Estupefacientes para la asignación del Edificio Dallas. No obstante, esta fue negada por el Consejo Nacional de Estupefacientes que quiso acatar los parámetros fijados por el Conpes de 2004 y 2005 que detallaba que los recursos obtenidos en la venta de inmuebles de extinción de dominio, se destinarían al mejoramiento de los centros carcelarios del país.

 
     
 

La memoria

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La memoria

 
 

Los ciudadanos en las sociedades democráticas deben tomar decisiones sobre las vida pública todo el tiempo, y lo menos que se espera de ellos es que tomen decisiones informadas, es decir, que se tomen el trabajo de documentarse antes de optar por x o y. Claro que ese ciudadano teórico es muy difícil de encontrar en la práctica. A qué horas, con todas las exigencias de la vida moderna, va un padre o una madre de familia a ponerse a estudiar sobre los asuntos de la vida pública. Es más fácil no pensar en eso y dedicar los minutos que quedan después de resolver las urgencias cotidianas a alguna distracción.
Sin embargo, esto es una descripción, no una justificación. La vida sigue su curso y lo público requiere de ciudadanos que actúen en consonancia con los derechos que tienen. Se les pide que no traguen entero, que junten la información que reciben, de los periódicos, de la televisión, de los conocidos, y que hagan sus propios análisis para poder tomar una decisión que responda a sus convicciones y a las necesidades propias y de la comunidad.
Y aquí la cosa se enreda más. Un votante de 18 años hoy, tenía 14 cuando eligieron a Sergio Fajardo (¿se interesaba por lo público entonces?), tenía 11 ó 12 cuando gobernó Luis Pérez… y 7 u 8 en el gobierno de Sergio Naranjo. ¿Qué memoria tiene ese votante de los últimos años de la vida pública de Medellín? La mentalidad propia de la juventud de creer que el mundo empezó con ellos y que todo lo que hubo antes suyo no deja de ser un pasado irrelevante es quizás una de sus mayores amenazas. Y es a lo que se les pide que se sobrepongan para que llegado el momento de estrenar su derecho al voto no lo hagan como víctimas de las frases de campaña y la propaganda política sino sabedores de que este presente es consecuencia del pasado cercano y que el futuro, que es de los jóvenes, dicen, será consecuencia de lo que hacen ahora. Pero no solo el suyo sino el de todos los demás que tendrán que vivir con las decisiones que esos jóvenes tomen en su calidad de mayoría en las próximas elecciones.
No es poca la responsabilidad que tienen sobre sus hombros.

 
 

No sabían que este año también iba a llover

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Los periodistas de Vivir en El Poblado le preguntan con escepticismo si esa fecha la van a cumplir y los funcionarios contestan con visible malestar o con una sonrisa incómoda, que sí, que claro, que todo está debidamente planeado, que nada ha sido dejado al azar, que salvo inconvenientes de fuerza mayor, ese día la ciudadanía podrá disfrutar de los beneficios del puente, la glorieta o lo que sea. Hasta ahí todo normal. Pero resulta que nunca, no es una exageración sino un hecho fácilmente comprobable, nunca ha sido cumplida una fecha de entrega de una obra pública en El Poblado, y los imprevistos, no es ironía, son siempre los mismos: el invierno y las redes de servicios públicos. Y esto ha sido igual con alcaldes buenos, regulares y malos.

Este año, igual que el año pasado, el invierno fue el gran imprevisto que no permitió terminar a tiempo las obras de la Avenida El Poblado. ¿Recuerda los rollos de la primera etapa, la que es frente a la iglesia de San José? Bueno, como los retrasos y los inconvenientes causados por las obras fueron tantos, Luis Alberto García, Gerente del Plan Poblado, le dijo entonces a Vivir en El Poblado que para la segunda etapa, la que va del Dann hasta Oviedo, afinaron la planeación al máximo para evitar los mimos problemas que tuvieron en 2006. La fecha prometida fue abril de 2007 y tras varios incumplimientos, llegamos al anuncio de que la entrega sería el 20 de junio pasado. Nada todavía.

La explicación
“La obra en lo fundamental ya está terminada, el grueso del proyecto ya está listo, simplemente estamos puliendo algunos detalles, situación que es habitual cuando culminan este tipo de iniciativas”, explicó Luis Alberto García el 25 de junio a Vivir en El Poblado. Ese día dijo que para la entrega definitiva de la obra necesitarían unas dos semanas más.

Pero, ¿qué tipo de ajustes están realizando? Obras Públicas está adecuando algunos postes de energía; falta sembrar algunas coberturas vegetales y falta por instalar 20 metros cuadrados de adoquín en el costado occidental. El 26 de junio, se hizo una labor de limpieza para remover los escombros de basura y adoquín que estaban diseminados a lo largo de la vía. En pocas palabras, el 20 de junio no habían terminado.

 
     
 

Nuevo pico y placa a partir del miércoles 2 de enero

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Nuevo pico y placa a partir del miércoles 2 de enero

 
     
  Para vehículos particulares, la medida sigue con el mismo horario: lunes a viernes de 6:30 a 8:30 de la mañana, y de 5:30 de la tarde a 7:30 de la noche, con excepción los fines de semana y festivos, el pico y placa para el primer semestre del presente año, queda así: lunes 8 y 9, martes 0 y 1, miércoles 2 y 3, jueves 4 y 5 y viernes 6 y 7.  
     
 
MARTES
JUEVES

Sábados, domingos y festivos

no hay PICO y PLACA

 
     
  Para los taxis la medida continua tal cual como venía funcionando, rotación del último dígito de la placa cada mes y durante todo el día.  
     
 

Vías que quedan sin pico y placa
La Avenida Regional en sus calzadas oriental y occidental. La Avenida Las Palmas y su empalme con la calle 37 (Avenida 33) hasta el Sistema Vial del Río. La Carretera al Mar y su empalme con la calle 65, por toda la transversal 73 conocida como la vía El Volador y su recorrido normal hasta la glorieta de la Terminal del Norte para llegar al Sistema Vial del Río. La 10, entre el corredor del Río hasta la Terminal de Transportes del Sur y las vías de servicio aledañas a ésta. Todos los puentes sobre el Río Medellín, incluyendo sus lazos de salidas e ingresos, incluyendo la Autopista Norte desde el puente de Acevedo hasta el límite con el Municipio de Bello. La Avenida del Ferrocarril entre calles 34 y 37. Los vehículos que circulan en sentido occidente oriente sobre La 10 a la altura de la carrera 48 (glorieta del Éxito de El Poblado) tendrán su conexión para empalmar con la Vía Regional circulando por dicha glorieta hasta llegar a la calle 14 (Centro Comercial Monterrey y edificio del Seguro Social). La calle 36 y la 38 desde la Glorieta de San Diego hasta la Glorieta de Exposiciones y su conexión con el Sistema Vial del Río. Las transversales Superior e Inferior desde Las Palmas hasta la Loma de Los Balsos, mientras se continúe con el cierre de la Doble Calzada Las Palmas, entre Chuscalito y El Tesoro.

Vehículos que pueden circular sin restricción
Vehículos de emergencia demarcados con identificación permanente (ambulancias, bomberos y todos aquellos que transporten equipo y material logístico, así como los que prestan atención médica personalizada) y los requeridos para la atención de siniestros. Automóviles de transportes escolares debidamente legalizados y demarcados con identificación permanente. Vehículos para el transporte de alimentos perecederos debidamente legalizados. Carros dotados tecnológicamente para el mantenimiento de redes de servicios públicos con identificación permanente. Vehículos operativos de las empresas de servicios públicos domiciliarios debidamente legalizados con identificación permanente. Vehículos de propiedad de medios de comunicación que estén dotados de equipos que no permitan que sean reemplazados por otro vehículo debidamente identificados. Medios de transporte oficiales de representación. Vehículos pertenecientes a las Fuerzas Militares, Policía Nacional y el Inpec para el transporte de personas detenidas. Autos destinados al control del tráfico, las grúas y carros talleres o de asistencia técnica debidamente identificados. Carros utilizados para el transporte de personas discapacitadas, siempre y cuando él o los discapacitados estén ocupando el vehículo. Automóviles acreditados para transportar valores. Las motocicletas. Vehículos de transporte público colectivo. Vehículos recolectores de basura debidamente acreditados. Carros de carga, con sus respectivas restricciones de circulación en horas pico. Autos de servicio especial. Vehículos con blindaje igual o superior a nivel 3. Coches fúnebres, más no el cortejo funerario, y vehículos pertenecientes a empresas privadas de vigilancia.

 
 

Un lustro de destinos cumplidos

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Un lustro de destinos cumplidos
American Airlines celebra sus cinco años de operación en Medellín.

En la terraza de la Suite Presidencial del Inter, American Airliness celebró sus cinco años transportando a los antioqueños a Estados Unidos. En este especial aniversario, homenajearon a las agencias que han contribuido al éxito de esta prestigiosa aerolínea en nuestra ciudad. La velada también estuvo marcada por un sentido discurso del Director General de American Airlines para Colombia, José María Giraldo, quien con sus palabras selló esta celebración que quedará para el recuerdo.

Alonso Monsalve, María Cristina Sierra, Cecilia Bernal,
José María Giraldo, Clara Peláez.

Luz Helena Naranjo, Tony Ruiz, María Luisa Ruiz.

Andrés Peláez, Erika Klinkert, José Giraldo, Marta Martínez, Marta Zúñiga.

Marcela Páez y Carlos Andrés Giraldo.

Tendencias de verano

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Tendencias de verano

 

 
 

Lanzamiento de la nueva colección de PMP Pompilio

 
     

En las antiguas y renovadas paredes de la Casa Prado, sede principal de todos sus lanzamientos, PMP Pompilio presentó su colección para este verano, un conjunto de creaciones en las que lo clásico y lo vanguardista se entrelazan para vestir al hombre moderno. Prendas ideales para estos calores, pero prendas para cualquier estación.

 
     
   
     

Raphael

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Raphael
El Ruiseñor de Linares.

Tras cuatro décadas de andanzas musicales, el apodado Ruiseñor de Linares ha logrado permanecer en los oídos de melómanos del mundo entero, desde ‘‘Ayer, hoy y siempre’’, como reza el título de uno de sus álbumes más exitosos. Famoso por su talento para combinar una generosa capacidad vocal con un lenguaje corporal expresivo y atrapante, Raphael no solo ha incursionado en el mundo de la música; su participación en notorias películas y obras teatrales es bien conocida por sus seguidores. Capturado por la lente de Carlos Tobón en 1983, Raphael señala el compartir con su familia como su pasatiempo preferido; después de todo, es asu esposa e hijos y no a alguna de sus multitudinarias presentaciones a quienes cariñosamente se refiere como ‘‘mis mejores conciertos’’.

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Naturalmente, expedicionarios

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Naturalmente, expedicionarios

 

 

“La primera impresión siempre es única. El primer amor, la primera aurora, el primer contacto con una isla de los mares del Sur, son recuerdos aparte en nuestra vida, y han hecho estremecer en nosotros, hasta la emoción, una especie de virginidad de los sentidos”.

R.L. Stevenson lo hizo con Los mares del Sur y sus historias de piratas, ladrones y soñadores… y junto con él, juglares, historiadores y creadores de fantasía se apoderaron del recóndito lugar ubicado en los recovecos de la mente en el que resguardamos el inconsciente colectivo de los ‘sueños de expedición’.

No existe quien en algún momento de su vida no haya fabulado con su propia odisea, la búsqueda de un cofre con doblones, el secreto tras el Ábrete Sésamo, el hallazgo de la piedra de los alquimistas, un boleto de cortesía en el batiscafo de Cousteau o un puesto en primera clase en un trasbordador. ‘Expedicionarios’, ‘exploradores’ y ‘aventureros’… nadie está inmune al vértigo de la búsqueda; sin embargo muy pocos se atreven a salir tras su ‘santo grial’.

Sin embargo, y sin ir muy lejos, sin recurrir a utilería de Survivor, sin sombrero de Indiana Jones ni chalecos con dientes de mamut como botones… de aquí, de nuestra ciudad, hay quienes han salido a hacer su propia expedición. Y, a través de las huellas en la tierra y la orientación del sol, han encontrado su mayor tesoro.

 
     
 

Franco Ospina, expedicionario del océano
Quién:
Franco es instructor Padi y buzo industrial. Participó en Expedición América 500 (1992), fue capitán de la expedición Natibo Visa (2004) y, desde 1993 es director de su propio centro de buceo en la Transversal Inferior.

 
 

Su aventura: ‘El caminante del viento’ es el nombre de una aventura en la que el capitán Ospina le dará la vuelta al mundo en un velero, con una tripulación de tres navegantes colombianos más, y en la que recopilará valiosa información sobre el estado del medio ambiente en diferentes lugares del planeta, la calidad del agua, las poblaciones de fauna marina y los estragos producidos por el calentamiento global. El punto de partida y el de llegada será Santa Marta y la materialización de la odisea serán notas informativas para los noticieros nacionales, cortos cinematográficos, un reality de expedición, un documento científico y un anecdotario sociológico.

Su tesoro: Para Franco no existe barco pirata repleto de riquezas y naufragado en el fondo del mar más valioso que el recurso del agua, al respecto afirma: “Debemos concientizarnos de que éste es un recurso finito y vulnerable, pero imprescindible para la vida y el desarrollo. Somos el quinto país más rico en recursos hídricos y solo tenemos datos de aguas subterráneas contaminadas, ríos que pierden más del 25% de su volumen y una lista interminable de problemas medioambientales asociados.

El mensaje: No en vano el punto de partida de la expedición ‘El caminante del viento’ parte de la costa del Tayrona. Según reza la cosmogonía de los Koguis: “Primero estaba el mar. Todo estaba oscuro. No había sol ni luna ni nada. El mar estaba en todas partes. El mar era la Madre”.

 
     
 

Gabriel Bedoya, expedicionario gastronómico
Quién: Antropólogo, exdirector de Estrategia /TBWA, Colombia. Es buzo hace 23 años.

 
 

Su aventura: De todas las expediciones que ha hecho en su vida, sin duda fue la primera como antropólogo la que se le reveló como el encuentro con “La tierra prometida”… “¡Créanme! Este lugar existe, lleva el nombre de Old Providence, una pequeña isla al noreste del mar de las Antillas”, espacio que le permitió descubrir las relaciones existentes entre lo que comemos y el ecosistema. “Los isleños interactúan con el medio ambiente para reproducir la vida”.

Su tesoro: El mayor descubrimiento de Bedoya es el mensaje que liga medio ambiente, cultura y gastronomía, que le fue dado en su recorrido por la isla colombiana: “Lo que nosotros ponemos en el plato es una fotografía del ecosistema que habitamos y de lo que pensamos. Como dice Marvin Harrys, ‘lo que es bueno para comer, es bueno para pensar’. En Providencia manejan el concepto de equilibrio en lo que se cosecha y lo que se ingiere, con una lógica cultural de autosubsistencia. Un león no mata dos cebras para alimentarse y solo come hasta que calma el hambre, lo que quiere decir que no podemos depredar más de lo que podemos consumir, algo muy difícil de entender y extrapolar a la sociedad industrial. El consumo humano debe ser sustentable, más que sostenible”.

El mensaje: “La naturaleza no existe desligada de lo humano. El discurso verde heredado de los setenta nos ha hecho creer que la ecología consiste en cuidar los árboles y los pajaritos. Pero esta debe partir del reconocimiento del otro como un igual, es decir, del verdadero respeto por los demás”.

Periodista Agenda del Mar.

 
     
 

El futuro de las ballenas

 
 
 
 

 
 

La cacería de las ballenas empezó desde el siglo XI; la matanza aún no ha terminado. Para evitar la extinción de los gigantes del mar se creó en 1986 La Comisión Ballenera Internacional (CBI); a través de ella se estableció en 1986 una moratoria que prohibe la caza comercial y asigna unas cuotas de captura para cada país miembro, por razones científicas o alimentarias de comunidades aborígenes. Esto significa que siguen matando más de 2000 ballenas anuales.

La recuperación de las poblaciones permitió el inicio de una nueva industria turística, el avistamiento, una forma de uso no letal que ha permitido el desarrollo de más de 500 comunidades costeras y hoy mueve miles de millones de dólares.

Las reglas establecidas deben aprobarse cada año en una reunión de la CBI en el mes de junio, sus miembros están divididos entre los países balleneros y los que están en su contra. La reunión Nº 59 se llevó a cabo en Anchorage (Alaska); al ponerse en juego el futuro de las ballenas se destacó la defensa realizada por el bloque latinoamericano integrado por 9 países: Brasil, argentina, Chile, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, México, Panamá y Perú, que inclinó la balanza hacia la conservación, manteniéndose la moratoria por un año más. Una buena noticia a la que se agrega el que Colombia se hizo por fin miembro de la CBI.

 
 

Lo que ha cambiado la gastronomía en nuestro medio

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Lo que ha cambiado la gastronomía en nuestro medio

¿Pero qué salsa de tomate utilizaba?, la del frasco de salsa de tomate (ketchup que le dicen en Miami)

La gastronomía tradicional de Colombia, con pocas excepciones, no cuenta con la calidad y complejidad de otras cocinas de América, como son las de México, Perú, Cuenca, Bahía, etcétera. En esos lugares a través de los años se desarrolló una comida autóctona pero compleja, que aprovechó los productos locales o foráneos para crear sabores y platos de gran complejidad, en ello tuvo que ver la inmigración de gentes procedentes de diversos lugares o países, que adaptaron los productos locales a los usos y costumbres culinarias de sus sitios de origen, e importaron semillas o animales para atender a sus necesidades y gustos, complementado lo que les daba la tierra en su nuevo mundo.
Para mí en Colombia, y en Antioquia particularmente, esto no existió. Por las características físicas de la región, hasta bien entrado el siglo 20 en Antioquia hubo un aislamiento importante del mundo exterior, la inmigración, realizada principalmente en los siglos 16 y 17, consistió fundamentalmente de población española y negra; en general gente trabajadora y poco sofisticada en cuestiones de la mesa. La dieta se componía, en su mayoría, de los productos locales: el maíz, la papa, el fríjol, los tomates, la yuca, los ajíes, la batata, la vitoria, la guayaba, la curuba, la guanábana y esa lista interminable de productos de la tierra que América le aportó al mundo. Desde España llegaron el trigo, la cebolla, el ajo, el arroz, el plátano, las vacas, los cerdos, etcétera.
Así entonces, la gastronomía propiamente dicha no existía. Para mí, las precursoras de ella enMedellín fueron Doña Sofía Ospina de Navarro, con su libro “La Buena Mesa”, y Doña Zaida Restrepo de Restrepo, con su libro “Nuevo Manual de Cocina”, ellas aportaron conocimiento y recetas innovadoras, con sus escritos di mis primeros pasos en el arte de las ollas y los sartenes.
En la casa de mis abuelos y padres (casas típicas de Medellín en los años 50 del siglo pasado), la dieta normal constaba de una sopa de vegetales recién hecha, arroz, carne, fríjoles, tajadas de maduro, arequipe, leche y arepa. Cuando mi madre decidía hacer algo especial, cocinaba punta de anca al horno con papas, pollo con alguna salsa, o espaguetis con salsa de tomate. ¿Pero qué salsa de tomate utilizaba?, la del frasco de salsa de tomate (ketchup que le dicen en Miami) que se diluía en un poco de agua o leche. Un día a uno de los primos le dio por innovar y le agregó mayonesa a la salsa de tomate. ¡Qué horror! digo yo hoy, pero en esas épocas lejanas era una exquisitez. ¿Y cuál era la forma de hacer la pasta? Cocinarla hasta que quede blanda, unos 20 minutos aproximadamente decían los paquetes de pasta seca… Me tomó como 20 años de vida aprender que la forma ideal de cocinar y comer la pasta es al dente, tal como lo recomiendan los italianos, que algo saben de esto.
Para preparar la columna fui a antiguos textos de cocina colombiana, para ver cual era otra forma de hacer la salsa de tomate en Colombia hace 40 ó 50 años. Me encontré que se hacía con tomates, caldo y harina para espesarla y eventualmente algunas hierbas, nada más lejos de la salsa que utilizan en Italia para la pasta.
Afortunadamente la gastronomía en Medellín ha progresado en forma asombrosa. Hoy existen algunos muy buenos restaurantes, que ofrecen una carta variada que incluye platos de diferentes orígenes, que cuidan el producto y lo saben manejar de acuerdo a las técnicas más modernas. El vino, además, ha entrado a formar parte del consumo habitual, encontrándose buenas opciones en los súper mercados y almacenes especializados, un poco caro eso sí, y mucho más caro si se consume en los restaurantes. Casi que el mensaje implícito en estos es “consume Coca Cola o cerveza, porque lo que es con el vino, te vamos a matar”.
Para terminar, y como esta columna tiene que ver con la cocina, comparto con ustedes una receta sencilla de salsa de tomate casera, ideal para acompañar una pasta al dente y si es pasta fresca al huevo, mucho mejor.

Salsa de tomates para la pasta
Ingredientes:

1 kilo de tomates chontos, maduros, pelados y sin semillas.
Sal al gusto.
10 hojas de albahaca.
Preparación:
Pelar los tomates, sacar las semillas, cortarlos al medio y ponerlos a cocinar en una olla sin agregar nada. Cocerlos una hora a fuego bajo. Después de que están cocidos, y si es necesario, licuarlos muy rápidamente para que no queden trozos grandes. Volver la salsa a la olla, agregar la sal y dejar cocer brevemente por dos minutos.
En el plato adonde se va a servir la pasta, poner en el fondo 2 ó 3 hojas de albahaca, cortada a mano en varias piezas, poner encima la pasta que ha sido cocida previamente, y luego la salsa. Agregar un poco de aceite de oliva y queso parmesano rallado.

Bueno Aires, mayo de 2007.
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Beatriz Saldarriaga de Posada

 

Beatriz Saldarriaga de Posada

 

 
 

Beatriz Saldarriaga de Posada sabe que los recuerdos permanecen vivos, pero para no dejar duda, ella consignó todas esas memorias de su vida en un texto que reúne capítulos como uno titulado: Medio siglo de violencia. Para ella El Poblado de hoy es como Hong Kong, lleno de edificios.

 
     
 
 
 

Beatriz Saldarriaga de Posada se acuerda cómo en los inicios de El Poblado, la gente acostumbraba dar vueltas por el parque, una vida de pueblo donde la parva fresca era llevada hasta las casas todas las mañanas.

 
     
 

Memorias
Retrato de una vida, son las vivencias de una familia en Medellín en el siglo 20, yo viví prácticamente todo el siglo 20, nací en 1927. Empecé a ver películas viejas, y pensé: cómo es posible que aquella hermosura de tiempo, no lo vaya a plasmar en algo. A raíz de esas películas me nació la idea de escribir este libro, un compendio de lo que era la vida en Medellín, habla de lo primero que comíamos, el diario que la muchacha del servicio iba a comprar todos los días a la tienda, de los muchos proveedores que teníamos en las casas, la parva la llevaban fresca todas las mañanas, habla también de espectáculos, vida de familia, es muy personal.

Medellín y El Poblado
De Medellín hacia El Poblado se salía por la calle San Félix, para llegar detrás de San José, por lo que hoy es la Avenida Oriental, donde había una calle estrecha para pasar a la calle El Convento, al pie de la Iglesia de San Antonio, y así salir hacia El Poblado, demás que por lo que hoy es Palacé, después pasando por Pintuco, y salir a la parte de abajo del Parque de El Poblado. Cuando nosotros estuvimos en Villa Carlota ya no existía tranvía. El Parque era un espacio chiquito con su respectiva iglesia. En el costado sur, donde hoy es el Centro Comercial Aliadas, existían unas casas viejas, en una de estas, los hermanos Mesa -José, Juan y Luis- abrieron una fábrica de materas de barro, y durante mucho tiempo surtieron a todo Medellín. También recuerdo que en esa zona, en toda la esquina, quedaba la salsamentaria Excelsior, y una casa grande, de bahareque, de ventanas arrodilladas, con un patio en la mitad, era de la familia Posada, una morada tan grande que iba de cuadra a cuadra.

Una manga extensa
En esa época en que vivimos en Villa Carlota, en El Poblado todo era fincas, todos los ricos de Medellín venían a temperar aquí, la zona era una manga extensa con unas fincas hermosas, crecían pomos, mangos, guayabos, las quebradas eran inmensas y no habían perdido su cauce, sus lados estaban arborizados, entre estos unos carboneros, originarios de Medellín, y hoy en vía de extinción. Cogíamos guamas ahí a las orillas de las quebradas. Toda esta arborización atraía muchos animales, mucha culebra, cantidades de ardillas, hasta miquitos saltaban por ahí; uno desde las partes altas, porque nosotros tuvimos una finca en esa zona, veía unas fincas grandes rodeadas de arboledas, muchos frutales, y ganado.

Saliendo de Medellín hacia El Poblado, había una finca donde nació el abuelo de mi esposo, don Nolasco Posada Lalinde, por donde hoy es el Ástor. Vendían leña y después ingresaron en la exportación de café. Donde hoy es Hato Viejo, quedaba la finca Villa Lucía, de don Paulino Londoño; también estaba la finca de los Lalinde, en el barrio Lalinde que ellos mismos fueron urbanizando; Castropol, era otra finca, de la familia Restrepo Naranjo, una casa vieja alta, zona que también se fue parcelando.

El primer supermercado
No había supermercados, nos surtíamos en las tiendas o íbamos a la Plaza Cisneros, ya con la llegada del primer supermercado, La Candelaria, en la hoy calle 10A, que en ese entonces no tenía paso, era ciego el camino para ir a La Candelaria o Avenida El Poblado, había que dar la vuelta por la plaza (Parque de El Poblado). Otro recuerdo que tengo es de la iglesia, la de moda en los años 50, todos los matrimonios eran en la iglesia de San José, con parqueaderos amplios en toda la plaza, no había que buscar donde parquearse como ahora con toda esa congestión vial, uno se parqueaba en cualquier parte, dejaba el carro en cualquier lugar, tanto que nosotros alquilamos una finca en La 10, que en ese tiempo era la 11, y parqueábamos el carro ahí no más, había doble vía, de subida y bajada. En ese entonces esa zona se llamaba el barrio La Aurora, que comenzó con la casa de don Ramón H. Londoño, que cubría todo ese sector, lo que hoy es la Zona Rosa.

El primer edificio
Me acuerdo mucho del barrio La Aurora, que a pesar de irse abriendo era tranquilísimo, mis hijos estaban en el colegio y tenían muchos amigos, en la calle 10 jugaban fútbol de forma tranquila con los hijos del doctor Miguel Briñón y unos primos. Además de jugar fútbol en la calle, hacían fiestas, daban serenatas, no había problema de ninguna clase. Después en la época en que mi marido, Ricardo Posada Ochoa, fue Alcalde de Medellín, de 1959 a 1960, vivimos en Laureles y subíamos a temperar a El Poblado, en una casa por los lados de El Tesoro, un lugar delicioso, tranquilo, un clima ideal, no había contaminación de ninguna clase. El primer edificio que se construyó, es el blanco que está al frente de Pomona, ayer La Candelaria; en ese entonces decíamos qué tontería la de la gente venirse a vivir a El Poblado, sí es para temperar, hacer fincas.

 
 

colega (Señor Álvaro Navarro)

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Carta abierta nuestro nuevo colega
(Señor Álvaro Navarro)

 
 
     
 

Don Álvaro:
Por el pedigríquenos refirió su amigo y tocayo Álvaro Molina y por su clara y encantadora columna de presentación, me nace de lo más profundo de mi estómago el ánimo de escribirle estas cortas líneas para darle mi bienvenida a nuestra sección de la Buena Mesa con la seguridad de que nuestro periódico -aunque quincenal y de provincia-invitando a gente como usted a escribir, día a día consolida la calidad de sus páginas gastronómicas. No es fácil conformar en la Colombia de hoy -ni siquiera en nuestra chirriada capital- un equipo de periodistas especializados, como el de Vivir en El Poblado. Desde hace algunos años Anita Botero, Álvaro Molina, Olga Clemencia Villegas, Julián Estrada, El Tiburón Anfitrión y la que escribe, nos hemos dado a la tarea de comentar acerca de cocinas y comedores con la única intención de poner ante los lectores nuestras modestas opiniones. Habiendo leído su columna referida, tengo el pálpito de que usted es un peso pesado de bajo perfil y silenciosa sabiduría, cuyos comentarios condimentarán nuestra sección como la sal le hace al huevo.

Don Álvaro:
aunque usted no me ha pedido explicaciones, permítame comentarle cuál es la filosofía que alimenta mis comentarios. Para mí, en estos trajines del periodismo gastronómico no se trata de tener la razón; desde hace más de 15 años respeto con el silencio el mal gusto y procuro -cuando las condiciones lo ameritan-recomendar o disentir con educación y gallardía. No soy especialista de nada, no soy cocinera profesional, soy una observadora y golosa permanente de lo sencillo, de lo trivial, de lo auténtico. Le reitero: llevo más de 15 años escribiendo mis columnas acerca de aquello que todo el mundo conoce y consume cotidianamente, la mayoría de veces, sin ninguna reflexión. Es así como he escrito sobre el vaso de agua, el arroz blanco, la arepa de bola, la empanada de parroquia, el limón del chorizo, el chorizo sin limón, la mazamorra, el dulce de macho, el buñuelo navideño, las patas del chicharrón, el huevo sin sal, la nevera vacía, la olla pitadora, el aroma de la tajada madura y un glosario casi infinito de temas que hoy sobrepasan más de 300 columnas.

Desde ya con su deliciosa y afinada presentación estoy convencida de que me llega un colega de la misma cuerda, con quien espero compartir no solo conceptos y comentarios, sino viandas, copas y manteles. Una vez más, sin la autorización de mis jefes, me apropio de funciones y calificativos de las cuales solo yo soy la responsable y por lo tanto finalizo esta pequeña misiva utilizando para usted las mismas sabias palabras con que un día me recibió una anciana cocinera, quien al yo llegar yo de manera súbita a su casa, solo atino a decirme: ‘‘Bien pueda entre mi doña, que aunque esta es casa de pobre… no huelemaluco’’.

 
 

Baudrillard

Curiosamente, a ninguna de esas instituciones académicas se le ha ocurrido, como sucede cada que hay un cadáver excelente, programar los consabidos ciclos de conferencias o seminarios en homenaje. Mucho antes de morirse Baudrillard era un muerto ya olvidado. Cómo estaría de desprestigiado (al igual que Lacan, que Foucault, que Derrida y todos esos franceses) que hasta había sido citado en la “Matrix” de los hermanos Wachowski como uno de los inspiradores de la cinta (reconozcamos que la primera parte fue excelente, contra los dos bodrios que siguieron después).

Luego de haber sido uno de los más brillantes teóricos de la crítica posmoderna de los “media” y la alienación contemporánea, Baudrillard, con una conciencia implacable de su significado, se había dedicado a hacer el payaso. “No sé quién soy, soy un simulacro de mí mismo”, fue su lema en los últimos años. El más lúcido artículo sobre este fantasma apareció en “The Guardian” de Londres por aquellos días de marzo, sin la retórica que se gastaron los reseñadores hispanoamericanos: allí aparece retratado en 30 líneas ese Baudrillard que había sostenido desvergonzadamente que la Guerra del Golfo Pérsico del 91 nunca había tenido lugar sino que había sido un puro montaje televisivo, un espectáculo planetario, un videojuego de grandes efectos, con los periodistas narrando en directo desde las torretas de los tanques, con esas cámaras de la CNN montadas en la punta de los misiles que iban hacia Bagdad (el mismo horror amplificado en la segunda guerra de Bush hijo, la que tumbó a Saddam). Pero el escándalo beato fue peor cuando declaró con admiración filosófica que el atentado del 11 de septiembre contra Nueva York había sido “El Último Evento, La Madre de todos los Acontecimientos”.

En los 70s Baudrillard había ganado renombre con su postulado de que la lucha de clases había sido ya sustituída por una mera “simulación” en lo que él denominaba la “era pos-industrial”, porque en un mundo donde la TV dictaba lo que era “real” ya no podría haber sino una “realidad virtual”: de ahí la idea de la “Matrix”: “… una Tierra muy cercana en el futuro donde la sociedad humana es una simulación diseñada por máquinas malignas para mantener a los humanos esclavizados…” La teoría no deja de ser fascinante y a lo mejor estamos en ello, en vista de lo que nos toca presenciar todos los días: locutores zombies y locutoras clonadas de la televisión (todas son igualiticas) muertos de la risa e invitando a la sección farandulesca después de anunciar la muerte cotidiana de 10 ó 20 de nuestros soldaditos en el monte. Decía Baudrillard: “La Matrix es justamente esa clase de películas que la misma Matrix puede producir para mantener la confusión”.

Ahí quedan como recuerdo todos esos libros suyos, “El sistema de los objetos”, “La sociedad del consumidor”, “El espejo de la producción”, “Olvidar a Foucault”, “De la seducción” (recomendable todavía), “Simulacro y simulación”, “El pacto lúcido o la inteligencia del Mal”, otros más, esas obras que él denominaba “puras teorías de ficción surrealista”. A los lectores más desocupados les recomendaría buscar en una librería de segunda el que para mí es su libro más poético: las “Cool memories”, diario de uno de sus viajes por los EEUU, repleto de imágenes deslumbrantes: el Baudrillard manipulador del lenguaje en estado puro.

Alguna vez el ensayista hizo un recital de poemas suyos en un bar de Las Vegas, vestido con un traje de lamé adornado todo con insignias espejeantes: hagan de cuenta un vestido daliniano. Baudrillard no se tomaba en serio a sí mismo, ni –se quejan los académicos- tampoco tomaba en serio “las cosas”: lo calificaban de “filósofo payaso”, como dijimos al principio, por darse el lujo de firmar aforismos tan tajantes como “La tarea del pensamiento radical, ya que el mundo se nos ha dado como ininteligible, es hacerlo mucho más ininteligible, más enigmático, más fabuloso”… El filósofo, que a principios de los setentas se había declarado “patafísico” o científico de soluciones imaginarias (como Perec, como Cortázar), hacia el final de sus días (a los 77 años) afirmó ser un “trasfini”: alguien que está situado más allá de todo, más allá del fin: “Siempre fue mi estrategia ir más allá del concepto, para ver qué sucede más allá”. Y remata el cronista: “Ahora quizá lo sabe…”

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¿Es erotismo o pornografía lo emitido en algunos canales de cable?

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Por ese motivo, considera, se le está violando su derecho como televidente y en principio, se estaría vulnerando el contrato con la empresa de cable, porque en ningún momento pactó este tipo de contenido en la parrilla de programación.

La visión de Une
“En primera instancia se deben definir los conceptos de pornografía y erotismo. El canal en cuestión está diseñado para la familia, donde es posible encontrar todo tipo de públicos; por lo tanto, durante el día pueden acceder a películas familiares y después de la medianoche, disfrutar de producciones estrictamente eróticas”, sostiene Mónica Fernanda Cadavid, de Une Telecomunicaciones. Adicional a esto, afirma, este tipo de programación no viola el acuerdo 017 de 1997 de la Comisión Nacional de Televisión, que regula el sexo y la violencia en la pantalla chica y estipula que la programación para adultos solo puede ser emitida de 12:00 a.m. a 5:00 a.m.

Así mismo, Cadavid explica que esta franja es erótica, porque los televidentes nunca se van a topar con primeros planos de penetraciones o de genitales y solo encuentran relaciones íntimas entre parejas, sin necesidad de recurrir a escenas que, considera la funcionaria, entren en el terreno de lo burdo y lo vulgar. “Son filmes soportados por un guión y una trama, entonces los actores no participan todo el tiempo en escenas de sexo. Además, en realidad los canales que presentan escenas explícitas de sexo solo pueden ser vistos siempre y cuando el cliente adquiera paquetes adicionales que figuran bajo la modalidad de pague por ver. Nuestra empresa no decide los contenidos de los canales internacionales, nosotros simplemente comercializamos los productos”, asegura Cadavid.

Hablan los expertos
“Habría que mirar cuáles son las condiciones del contrato, si en este compromiso entre consumidor y empresa figura algún punto donde se estipule la prohibición expresa de transmitir material erótico”, dice Diana Montoya, experta en temas de televisión. Por eso, para ella, el material no tiene ningún tipo de relación con la pornografía.

También pone sobre el tapete el tema del pague por ver, pues este tipo de canales son comprados por aparte. Afirma que es difícil pretender que toda la programación sea de tipo educativa y cultural, pues la televisión es un reflejo del mundo actual, donde existe la democracia televisiva y en el que están sumergidas todo tipo de tendencias y propuestas.

Por su parte, cuando se interroga sobre el tema a Anselmiro Bañol, de la Asociación de Consumidores de Medellín, de inmediato cita al artículo 1602 del Código Civil: “Todos los contratos son ley para las partes y los contratos solo pueden invalidarse por su consentimiento mutuo o por causas legales”. Después de leer el Código, el especialista dice que en este caso pueden presentarse dos cosas: por un lado, bajo las condiciones de suscripción no se estableció la inclusión de ese canal y si con el usuario no se convino esa clase de material, entonces el operador estaría violando el contrato. De esa manera, Une estaría obligado a anular ese espacio en la parrilla de programación del televidente. No obstante, si el suscriptor asumió y aceptó las condiciones del contrato, a estas alturas es imposible suponer la violación del mismo.

La Comisión Nacional de Televisión
Vivir en El Poblado quiso escuchar la opinión de la Comisión sobre este asunto, pero allí argumentaron que era necesario enviar una solicitud por escrito y la respuesta podría llegar en los próximos 15 días hábiles. Sin embargo, el 14 de febrero pasado el organismo promulgó el Acuerdo 004, el cual es muy claro al decir que la presentación de material violento y con escenas de sexo, debe ser en horario nocturno, pero no hay injerencia en canales internacionales que cuentan con otros órganos de control en sus países de origen.

 
 

Una semana sin Laura

Hace días recibí una circular de la rectora del colegio de mi hija, en la cual me informaba que, según no sé qué resolución del Ministerio de Educación Nacional, Laura no estaría en vacaciones hasta el 9 de julio sino hasta el 3. La buena monja, sabedora de la importancia de las tradicionales vacaciones de mitad de año, tomaba la decisión a regañadientes y advertía, al final de la esquela, que la corrección al calendario estaba motivada “exclusivamente por la nueva legislación”. Según el adefesio ése, la semana robada a los escolares será respuesta en octubre, en una suerte de Semana Santa sin santos en que los niños tendrán que entretenerse frente a la televisión o sabe Dios cómo, resignados a la soledad vacacional alejados de sus padres, dado que ellos estarán sumidos en el cacareado “trabajar, trabajar, trabajar” presidencial.

Los miles y miles de profesores que -con algunas excepciones- malviven en Colombia, tienen alguna recompensa cuando, por el receso lectivo, vuelven a ser por quince días los directos beneficiarios de la compañía de sus hijos. Sin embargo, la “nueva legislación” pone en jaque ese derecho, devorando una de las semanas con que los padres contaban a la hora de acomodar sus días de descanso de mitad de año. En mi caso, me resigno desde ya a, por un lado, madrugar a preparar lonchera durante una de las semanas de mis vacaciones y, segundo, a estarme en casa durante ese mismo lapso, extrañando a mi hija en medio de la ociosidad de la primera semana de julio: días que, históricamente, se dedicaban al bronceador o los paseos montañosos. Y sé muy bien que el inocente lustro con que apenas cuenta Laura no le impedirá sentir la monotonía de aquella semana con que la caprichosa legislación la indemniza en octubre: durante esos días, con existencialismo precoz y televisivo, creerá que la vida es un constante ir y venir de canal en canal.

La actitud de nuestro gobierno ratifica lo que hace casi siglo y medio alegó Felipe, un personaje de Gregorio Gutiérrez González: aquí todo se da a favor de los negocios. Tal ha sido el origen de la reforma vacacional: habilitar, a mediados del segundo semestre, una semana para paseos, comilonas y compras de familia en días de asueto; una temporada dorada para el comercio, en detrimento de las expectativas familiares y de los ritmos de reposo y estudio de los estudiantes. Sin embargo, la astucia de nuestros sabios legisladores no alcanza para que entiendan que para tapar un hueco es necesario cavar en otro lado, y que poco sirven las vacaciones cuando la billetera del hogar -léase el padre- está amarrada a otra agenda. Y están los otros líos suscitados por los irresponsables legisladores: niños que, por falta de cuidador, irán a trabajar con sus progenitores o a estarse toda la mañana en la tentadora -o espantable- soledad de su casa.

El gobierno negocia con secuestradores y asesinos pero no con maestros en paro, y manosea la intimidad de las lógicas lectivas y familiares para complacer a Fenalco. La educación es la Cenicienta de la patria, y se adivina que no habrá para ella zapatillas de cristal.
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Santa María de Los Ángeles espera el cambio

El Plan Parcial, la Vía Distribuidora, el destino final del Mónaco: una transformación en grande

Nidia Acero, coordinadora de Planes Parciales del Municipio de Medellín, informa que el antecedente del Plan Parcial de Santa María de Los Ángeles, es la construcción del edificio Amatista, pues la Secretaría de Planeación puso en entredicho esta obra y su licencia de construcción, pero los constructores con el ánimo de solucionar el problema, se propusieron desarrollar un Plan Parcial. El principal objetivo del proyecto es crear un gran parque, sigue Nidia Acero, cerca de la iglesia, y que se articularía con la salida y entrada de las vías que rodean el barrio. Hasta el momento continúa la funcionaria, el Plan Parcial Santa María de Los Ángeles está listo en un 80%, solo falta un tema de tipo ambiental en un asunto relacionado con un caño. Este mes debería quedar aprobado.

Cerca a la iglesia, se construiría el parque para ofrecer a los habitantes de esta barrio, un espacio de encuentro y entretenimiento.

El Plan Parcial pretende planificar y gestionar el redesarrollo urbano de las manzanas delimitadas por las carreras 44 y 48 (Avenida Las Vegas), y las calles 15 Sur y 17 Sur (manzana 010, manzana 011, manzana 019) en el marco de un proyecto integral para el sector, a partir de la consolidación de la centralidad barrial mediante la estructuración del espacio público del sector articulado al sistema de ciudad.

Vía Distribuidora
Para el Padre Elías Lopera, Párroco de Santa María de Los Ángeles, es complejo tomar una decisión ante el proyecto de la Vía Distribuidora que entre sus planes tiene el propósito de mejorar el flujo vehicular, una construcción que afecta al barrio desde el punto de vista de calidad del aire y del ruido, con la llegada de gases por el mayor tráfico, y que significaría la tala de muchos árboles adultos. Dice además el padre Lopera, que este proyecto está planteado hace 60 años, y que no es culpa de los habitantes del barrio que apenas se vaya a llevar a cabo, por eso la comunidad está dividida, unos exponen que es un acto contra la naturaleza y el paisaje del sector, y otros están conscientes de la existencia del proyecto, apoyándose además en el beneficio por una mejor circulación a través de esta arteria. “El Metro ya le quitó vocación al barrio, pues muchas casas son negocios de diversa índole”, dice el Padre.

Otras obras
Un proyecto vial en el sector de La Frontera, donde habría una estación del Metroplús, busca descongestionar el tráfico vehicular en un cruce por el que pasan rutas de San Lucas, Zúñiga, y Santa María de Los Ángeles, dice William Freydell, gerente de Áreas Flexibles, empresa que está a cargo de los obras. Se trata de darle continuidad a la calle 21Sur y así unirla con la Avenida Las Vegas. “Los diseños ya están aprobados por las respectivas direcciones de Planeación de Medellín y Envigado”. Entre las obras están los retornos por la calle 21Sur, con doble calzada de subida y bajada, más un puente en el costado sur de Santa María de Los Ángeles. En el momento se encuentra en construcción el tramo de Sao Paulo y la Parroquia la Niña María.

No lo quieren los vecinos
Ningún vecino quiere que los empleados de la Fiscalía, que permanecen en el edificio Mónaco, expropiado por la Dirección Nacional de Estupefacientes, estén ahí, “porque ese no es el uso de un espacio confiscado, no es normal que un edificio administrativo del Estado esté ubicado en zonas residenciales, se decía que era temporal”, comenta un habitante del barrio que prefiere permanecer en el anonimato. “No es compatible el uso de un edificio como este con un barrio de características residenciales”, comenta el padre Elías Lopera, y agrega que hace dos años le informaron desde La Fiscalía que en un año se trasladaría al personal para el edificio del Barrio Caribe. El padre Lopera afirma que el edificio le da una mala cara al barrio y daña la estética de Santa María de Los Ángeles por la que sus vecinos tanto se preocupan.

Según el Padre, hay varios rumores sobre el destino que tendría el Mónaco, ninguno de los cuales parece satisfactorio para la comunidad en nombre de la que él habla. Por eso confían en que la decisión final que tomen los responsables de ese inmueble considere las preocupaciones tantas veces expresadas en el barrio.

Siguen los desacuerdospor la Vía Distribuidora

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Impacto ambiental
“Después de esperar mucho tiempo, el 28 de mayo, funcionarios del Área Metropolitana por fin nos presentaron los estudios de impacto ambiental y aprovechamos para fijar las medidas de mitigación”, comenta Luis Alfonso Yepes, Presidente del Consejo de Administración de Bosques de La Aguacatala. Esos informes, asegura, demostraron que en este momento -cuando aún no está concluido el proyecto- los niveles de ruido están por encima de los topes permitidos y la contaminación de material particulado se encuentra en el límite que fija la normatividad.

Habla la SAI
“Vemos con mucha satisfacción y aprobamos totalmente la reciente decisión emitida por el Área Metropolitana para acometer la construcción de la Vía Distribuidora”, expone esta asociación en un comunicado emitido el 23 de abril. Afirma que estás vías figuran desde hace 50 años en el Plan Maestro para Medellín y por lo tanto, el proyecto es de suma importancia para el mejoramiento de la movilidad en la zona suroriental de la ciudad, pues la Avenida Regional se encuentra completamente saturada en la actualidad y es la única vía en sentido sur-norte de la Cordillera Central por donde está permitido el tráfico pesado.

Adicional a esto, la SAI considera que la mitigación del impacto ambiental sobre los árboles que actualmente se encuentran en la zona del proyecto, será fácil gracias a las bondades de la siembra tecnificada de nuevos árboles en un número mayor a los talados y con el trasplante de algunas especies arbóreas.

 
     
 

Barrio La Chacona: un paraje de vida tranquila

En el barrio La Chacona se respira mucha tranquilidad. Su nombre proviene de un antiguo ritmo español caracterizado por melodías tranquilas y suaves.

Por eso, al transitar por la calle 9A, la única vía estrecha que corta el barrio por la mitad, es posible detallar que la mayoría de las casas y viviendas permanecen con las puertas de par en par durante todo el día. El barrio está segmentado por una hilera de casas, situadas en un largo rectángulo que deja las riberas de las quebradas Moná Sanín, La Presidenta y la Chacona, en medio de una topografía un tanto agreste. Para ingresar a La Chacona, es necesario transitar por la concurrida Transversal Superior y toparse al lado izquierdo con el Colegio Marymount y de frente con el paradero buses de la ruta 134 de Autobuses El Poblado.

Proyectos comunitarios 

“En este momento estamos montando un segundo piso en una edificación en comodato con las Empresas Públicas, donde pensamos instalar mesas de billar y de tenis de mesa, en las que la gente del barrio se pueda divertir sanamente”, opina William de Jesús Molina, integrante de la Junta de Acción Comunal, Jac. La idea, dice, es contactar al Inder para que maneje de manera organizada este sitio, tal como lo viene haciendo con la placa polideportiva donde se adelanta un torneo de microfútbol, desde principios del año y que culmina en agosto. Participan 8 equipos provenientes de las lomas del Garabato, Los Parra, El Tesoro La Virgen y obviamente La Chacona. El campeón será premiado con 500 mil pesos. Es un barrio amante del deporte y el entretenimiento sano, pues dentro de 20 días comienza un torneo interno de voleibol en el que ya están inscritos 6 equipos. 

Pero también están sobre el tapete otras iniciativas de integración comunitaria, como la celebración del Día de la Familia, prevista para el 26 de agosto.

Otro de los propósitos de la Jac es mejorar la sede comunal, pues sus paredes se encuentran resquebrajadas y con humedades. Así mismo, la comunidad estudia la posibilidad de crear una guardería y un supermercado, en la sede de la Jac, manejados por una pequeña cooperativa.

Por otro lado, adyacente a la calle 9A y de cara a las viviendas, está ubicado un muro de 30 metros de largo de una finca que entorpece la locomoción de los peatones, pues no deja posibilidad para configurar un sistema de andenes. “En ese espacio, queremos adecuar aceras y ensanchar la vía, pero el propietario de la finca no quiere ceder terreno y aún no tenemos el permiso para construir… con esta iniciativa se solucionaría de manera sustancial la movilidad de los peatones”, enfatiza Molina. Ellos cuentan con que la Secretaría de Obras Públicas compre la franja de tierra y les obsequie materiales y cemento para echar a rodar este proyecto; sin embargo el propietario del predio aún no se pronuncia al respecto.

Un nuevo acueducto
En este momento, la Junta de Acción Comunal discute la construcción de un acueducto barrial que se nutriría directamente de la quebrada La Chacona. Aparte del acueducto manejado por Empresas Públicas, aseguran, el agua del afluente es de óptima calidad, pues nace cerca de sus casas y en esa parte aún no recibe vertimientos de aguas residuales. Harían un tanque y pondrían una motobomba con el objetivo de captar el liquido, que sería utilizado para regar plantas y lavar baños. También es una buena idea, dicen, para contribuir a la economía barrial, porque las facturas de los servicios de acueducto tendrían rebajas ostensibles.

Los vecinos 
La Chacona limita en la parte superior con el Colegio La Providencia; así mismo colinda con varias urbanizaciones. No obstante, la comunicación entre la gente del barrio y las urbanizaciones es prácticamente nula; inclusive no hay cabida para concertar problemáticas: Falsos laureles sembrados en dos conjuntos residenciales amenazan con desprenderse y de paso, ocasionar daños en algunas viviendas. “Llevamos un año rogándoles para que corten esos árboles”, sostiene William de Jesús Molina. Por su parte, la Administradora de la urbanización en cuestión, explica que los árboles fueron podados, pero la idea no es talarlos porque algunos copropietarios aseveran que de esa manera sus residencias perderían privacidad.

“Es genial vivir aquí… es como estar en la sucursal del cielo. Se vive con mucha tranquilidad, pues si usted mira, las casas permanecen abiertas a toda hora. Existe mucha solidaridad entre los vecinos; si alguien tiene un problema de inmediato todos quieren socorrerlo”. Carmen Emilia Castaño, residente.

Inconformidad con manejo de las obras de La 10 y la 43A

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La Avenida El Poblado
“Ya estamos en la recta final, queda faltando la adecuación total de adoquines y ya instalamos las cajas de los operadores privados de telecomunicaciones”, expone Luis Alberto García, Gerente del Plan Poblado. Así mismo, comenta, todavía hay algunos temas pendientes. En ese sentido, los peatones aún deberán esperar para utilizar los cruces peatonales en el separador de la vía y en estos espacios, en algunas áreas, también hace falta la siembra de coberturas vegetales. Sin embargo, en el primer tramo del paseo urbano, construido el año pasado, las plantas sembradas en el separador están en malas condiciones. García responde que Obras Públicas hace mantenimiento de estos espacios en el sector, pero sus labores no dan abasto, porque deben atender todas las zonas verdes de la ciudad. Por su parte, la Empresa de Desarrollo Urbano tiene la meta de instalar el 100% de las luminarias en el costado oriental y de adecuar algunos semáforos que aún no están en funcionamiento, lo cual viene creando congestiones.

Habla la Veeduría
Opina Agustín Botero, miembro de la Veeduría de la Avenida El Poblado: “La obra de la Avenida es un proyecto sumamente mal manejado, pues el gerente no ha sido eficiente para darnos gusto, pues en múltiples oportunidades no asiste a las reuniones de la Veeduría.Por eso puedo decir que los retrasos se deben a falta de planeación”. Por tanto, considera que no se le puede echar toda la culpa al invierno y argumenta que es difícil coordinar el trabajo de muchos contratistas y subcontratistas, al mismo tiempo. Por su parte, Santiago Torres, otro integrante de la Veeduría, es escéptico y asegura que la obra no se entregará el 20 de junio: “Los andenes están llenos de escombros y esa situación afea todo lo intervenido, sumado a los estragos del invierno, las obras carecieron de una óptima administración”.

La 10
“Llevamos un 65% en la ejecución de los trabajos en La 10. Teníamos previsto cerrar la vía solo una semana en mayo, para trabajar en las adecuaciones de acueducto y alcantarillado, pero nos pasamos de ese plazo porque tuvimos dificultades con el invierno”, explica Luis Alberto García. Esto se traduce, asegura, en bajos rendimientos en los trabajos y en dificultades para excavar en la vía. Además, sigue, es un verdadero obstáculo botar escombros en los centros de recepción que están cerrados en época de invierno, entonces se merma la pega de materiales, porque no cuentan con la humedad técnica requerida debido a los niveles de lluvia.

En esta quincena, 14 trabajadores llamaron a Vivir en El Poblado y expusieron que uno de los contratistas les debía un mes de salario, con el agravante de no estar amparados con el seguro contra accidentes. El Gerente del Plan Poblado comenta que la responsabilidad laboral recae en los subcontratistas y en este momento evalúa la situación con los contratistas, pues es consciente de algunas deserciones que pueden ocasionar retrasos en los trabajos.

La Jal y la Corporación Zona Rosa
“No existe un cronograma lógico de actividades, cuando terminan un tramo, al poco tiempo vuelven a excavar en él y borran con el codo lo que hicieron con la mano”, sostiene Amparo Gaviria, Presidente de la Junta Administradora Local, Jal. Adicional a esto, advierte, las montañas de escombros generados por la obra están siendo removidas cerca de los negocios y alejan a los clientes. Argumenta también que el cierre de la vía origina tacos y congestión, creando problemas de tráfico en las vías alternas a La 10.

Por su parte para Sergio Sierra, Director de la Corporación Zona Rosa, los impactos en los negocios son negativos porque las ventas se han disminuido en un 60% y se han cerrado 7 negocios. En su opinión, los trabajos están retrasados, ya que nunca se implementó un cronograma que incluyera dos turnos de trabajo y con urgencia se debe estudiar la posibilidad de crear jornadas laborales los domingos y días festivos.

 
     
 

Hablan los comerciantes

“Han rebajado las ventas, porque no hay acceso para la gente. Es muy preocupante la falta de aseo de las obras, por donde uno camine siempre encuentra escombros y polvo”. Víctor Múnera, de Superpollo Paisa.

 

“La diferencia en las ventas es notable, debido al cierre de la calle la gente decide no entrar en los negocios. Para los clientes es difícil encontrar un sitio dónde estacionar los carros. Las ventas se han rebajado en un 60%: normalmente venían 40 clientes por día y ahora solo recibimos entre 12 y 15 personas”. Diana María Arenas, de Ediciones Paulinas.
“Las obras nos han afectado bastante, las ventas se han mermado mucho, pues es casi imposible que los clientes lleguen a los negocios. Nos quitan el agua en cada momento y para nosotros eso es fundamental para la aplicación de tinturas, entonces toca cancelar citas”. Miriam Herrera, de la Tienda del Peluquero.
 
 

Talarán árboles antes de que se caigan solos

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A esto hay que sumarle que muchas personas sembraron especies foráneas sin una comprobada adaptación al medio, agrega Eugenio Gaviria, y explica que no siempre es predecible el comportamiento de los individuos: “Se da el caso, por ejemplo, de especies aparentemente muy bien plantadas y sanas que sufren volcamiento por un deficiente sistema de raíces de anclaje. En consecuencia, los árboles más recomendables, en términos generales, son las especies nativas del sistema andino, que han evolucionado en este medio”.

Marta Ruby Falla, Secretaria de Medio Ambiente, explica que a finales del año pasado su despacho terminó el Plan Maestro de Zonas Verdes de Medellín, que arrojó un diagnóstico en detalle del estado de los árboles en la ciudad. “Existe un convenio entre el Área Metropolitana y la Secretaría de Obras Públicas para el mantenimiento de zonas verdes, para empezar a intervenir esos árboles en mal estado, de los cuales muchos están ubicados en El Poblado, barrio que posee muchos eucaliptos con varios años de estar sembrados, y que presentan dificultades a pesar de verse en buen estado, tienen raíces muy superficiales y una altura entre 40 y 50 metros que no permite que las raíces sostengan el árbol”.

En El Poblado existen varios árboles que serían talados, algunos de estos están ubicados en barrios como La Aguacatala (dos falsos laureles), Santa María de los Ángeles (un casco de vaca), Villa Carlota (un tulipán africano), Los Balsos (un ciprés), San Lucas (5 poma rosas, un mango y un eucalipto), Patio Bonito (un eucalipto), Astorga (un pino pátula) y Manila (2 eucaliptos y 4 acacias forrajeras).

Una buena guía
Reconociendo que la vegetación arbórea en las áreas urbanas cumple importantes funciones al captar dióxido de carbono, retener partículas en suspensión, conformar barreras físicas y visuales contra ruidos, vientos y olores, proteger cuencas y cuerpos de agua, regular el clima, controlar la temperatura, mejorar el suelo, además de servir de referente simbólico, estético, histórico y patrimonial, la Secretaría de Medio Ambiente y el Jardín Botánico editaron el Manual de Silvicultura Urbana para Medellín, que busca brindar a la ciudadanía un mayor conocimiento sobre los árboles existentes en la ciudad.

Evaluar los proyectos urbanísticos y prestar las asesorías respectivas, son algunas de las acciones del Comité de Silvicultura Urbana y Paisajismo de Medellín, que trabaja un tema más bien nuevo en la ciudad, comenta Luz Enith Solano, profesional universitaria de la Secretaría de Medio Ambiente: “En Medellín tenemos mucha arborización pero de muy poca calidad y diversidad, según el Plan Maestro de Zonas Verdes del Área Metropolitana, con más de 342 mil árboles concentrados en 15 especies, entre ellas urapanes, falsos laureles, mangos, crotos, y palmas aretas, teniendo la ciudad un gran potencial de siembra (…) El Manual de Silvicultura Urbana, está pensado para que sea utilizado por constructores, arquitectos,, ingenieros civiles, y la población en general. Se recomiendan 100 especies nativas potenciales para ser sembradas”.

El Manual informa sobre temas básicos de la silvicultura: normatividad, funciones, objetivos, criterios y características que se deben tener en cuenta para la intervención de la flora urbana, y aspectos prácticos sobre mantenimiento, trasplantes, talas, poda y plantación, entre otros.

Lectura obligada para los sembradores de buena voluntad.

 
 

Construyendo nuevos destinos

Por todos lados en Colombia se ven señales de este fenomenal esfuerzo: Nuevos hoteles y restaurantes, ferias y eventos, centros de convenciones, escuelas de gastronomía, etcétera. Y claro, campañas que tratan de presentar al mundo nuestra pasión, así como invitaciones a los grandes cruceros caribeños para que visiten al menos Cartagena.
Como ocurre casi siempre que algo es bueno, todos los demás países también han estado muy ocupados haciendo lo mismo. Nos estamos peleando con nuestros vecinos -y a la larga, con muchos no tan vecinos- por los mismos dólares de los mismos turistas. Un canadiense o francés que gastó su tiempo y su dinero en ir a Jamaica en marzo, por ejemplo, casi con seguridad ya no vendrá a Colombia este año, y posiblemente en varios más.
El problema es que algunos de nuestros vecinos están haciendo mucho más que nosotros, por más pasión que le pongamos al asunto. Veamos el caso de México, sin duda el más exitoso de América Latina y el Caribe. Recibe más de 22 millones de turistas al año, en tanto Colombia a duras penas acaba de superar su primer millón. ¿Y cómo llegó México allá?
Hace 30 años el único destino de playa importante era Acapulco. Muy lujoso y exclusivo en su momento. Cancún, por ejemplo, no existía más que como una playa grande, muy común y corriente. Entonces el gobierno le encargó a Fonatur (que equivale a nuestra Corporación Nacional de Turismo) que coordinara un gran esfuerzo de desarrollo y venta de infraestructura.
Adecuaron playas, construyeron vías, instalaron servicios básicos y remataron con un moderno aeropuerto. Planearon un futuro con claridad y rápidamente muchas de las cadenas importantes de hoteles, locales y extranjeras, se hicieron a lotes junto a la playa. Y poco a poco fue surgiendo Cancún y luego la Riviera Maya, que hoy atraen cerca de 3 millones de visitantes al año, el triple que Colombia entera.
Este desarrollo generó cantidades enormes de empleo durante su construcción, y luego más todavía durante su operación. Casi todos empleos estables y de buen nivel. Y no se detuvieron ahí. Después construyeron Los Cabos, Ixtapa, Huatulco y ahora van a construir Litibú, otro macrodesarrollo que traerá enormes flujos de inversión y empleo.
En Colombia, en cambio, con miles de kilómetros de playa, todavía tenemos los mismos destinos turísticos de hace 50 años. Sin duda, cada año hay más y mejores hoteles y restaurantes. Pero no se ha desarrollado ninguna zona realmente nueva. Tal vez la única sería San Andrés y Providencia ¡Pero de eso hace ya 50 años!

Cartagena y Santa Marta poco a poco se van saturando y cada vez serán menos atractivas para el público internacional por congestión, inseguridad, servicios públicos y acoso de vendedores ¿Y qué más tendremos para ofrecer? Ojalá Colombia se pusiera las pilas de verdad, nuestros vecinos y competidores ya lo hicieron.

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Derecho a soñar

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Derecho a soñar

 
 

Muchas veces lo hemos dicho en estas páginas, la idea de hacer una ciudad como la que imaginamos llena de espacios graciosos donde los ciudadanos disfruten del placer de estar ahí, no se le puede pedir a otras personas distintas que a nosotros. Hay que creer que vivir en una ciudad donde los niños y los ancianos, los limitados, los peatones y los ciclistas tengan cupo es posible.

Tenemos derecho a imaginar una ciudad donde los jóvenes encuentren espacios para pensar su futuro, donde la educación no solo sea un derecho sino también un placer, es responsabilidad de nosotros como ciudadanos.

Amamos ciudades extranjeras. Soñamos con visitarlas y nos atrae sobremanera el orden y los espacios con que ciudadanos de otras latitudes amanecen. Pero ¿por qué no pedirlas también como un derecho para nosotros? Tenemos en nuestras manos el mejor instrumento para hacer que la ciudad cambie y para vivir en esa ciudad soñada: votar a conciencia. Se demostró que la plata del municipio alcanza, solo faltaba rigor, disciplina y visión para hacerla rendir. Y eso también lo podemos exigir. Los programas de gobierno deben garantizar que lo hecho bien se mantenga y que lo que deba continuarse se continúe. París alguna vez también fue un sueño.

 
 

Sofía Salazar

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Sofía Salazar
Una de las mezzosopranos colombianas con mayor reconocimiento internacional.

Nació en Medellín donde estudió canto en el Instituto de Bellas Artes y se perfecciono en Milán con Sara Corti. Debutó en la Ópera de Colombia con el papel de Ulrico en Baile de Máscaras de Giuseppe Verdi. Vivió en España y su talento vocal la trasladó a otros escenarios europeos para recibir positivos comentarios de la crítica especializada. En 1983 recibió el premio Francisco Viñas a la més jove mezzo-soprano, obtuvo el segundo premio en el Concurso Mundial de Voces Verdianas, Italia y tuvo el honor de representar a su continente en el Concurso Luciano Pavaroti. Dirigida por figuras de la talla de Carlo Bergonzi, Will Dicker, Mauricio Arena y Nello Santi. Captada por el lente de Carlos Tobón en 1992.

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Hopper

Ivo Kranzfelder es el autor de este magnífico estudio biográfico y documental sobre las obras de un hombre reservado y silencioso que “nunca fue proclive a manifestarse detalladamente sobre sí mismo, sobre su pintura o sobre su arte… muchas aseveraciones en torno a su vida sonmeras presunciones. No obstante existen algunos datos reales”.

Un hombre del común, nacido a orillas del Hudson River (N.Y.), siempre “quiso ser artista y sus padres no se opusieron a ello. Simplemente le aconsejaron estudiar artes gráficas o ilustración, ya que les parecía que así podía asegurar su existencia material”… Después de su formación académica en Nueva York viaja a Europa, donde no lo impresiona la pintura de moda mas sí los grandes de antes: Turner, Rembrandt, Hals. De otros dos viajes posteriores no se conocen sus opiniones. Nunca más volvió a salir de América. Se casó en 1924 con la artista Josephine Nivison, con la que vivió toda la vida.

De 1907 datan las primeras pinturas de Hopper donde en grandes espacios desolados se pasea su mirada: paisajes, carreteras, sombríos caserones en el campo, o donde aparecen figuras marginales conversando en cafecitos al lado de bulevares imaginarios. Hopper empieza a ganar distinciones y consideración hacia los 20’s y unos diez años más tarde es el dueño único de ese estilo misterioso que lo consagra entre los más interesantes artistas del siglo 20.

Hopper movió su arte entre tres dimensiones principales de la tan nombrada “realidad”: el paisaje natural y crudo; lo que podríamos llamar “el paisaje amoblado”, ya en el campo, ya en la ciudad, y, finalmente, sus abrumadoras pinturas metafísicas donde el alma humana, aprisionada en el maldito cuerpo, mira sin esperanza alguna hacia la nada o espera nada en escuetos escenarios.

Difícil es hallar gran número de obras de este artista reunidas en un solo museo o galería en Norteamérica o Europa que pueda visitar un turista accidental. Pero en este libro espléndido puede el observador apreciar, así sea transmigrados al papel, estos milagros del arte y de la luz: pueblos vacíos, panoramas inmensos y otoñales donde aparece una casita en primer plano, tranvías al anochecer, ríos bajo la luna, puentes, escaleras, portones, trenes fantasmas, estaciones de gasolina abandonadas, faros, fábricas.

Pero lo más trivializado por los “mass media”, sus pinturas de hombres y mujeres solos, al borde de la epifanía o la tragedia, son quizá los acontecimientos pictóricos hopperianos donde más debemos detenernos con respeto: el artista conoce el alma humana como si ella le hubiera sido revelada en algún sueño, pero sin duda ello nace de la contemplación diurna perpetua, amorosa y asombrada de nuestra enigmática especie. Su mujer aparece en numerosos cuadros, pero en la gran mayoría de ellos lo que vemos es esa esencia oscura de “lo femenino mítico” que los sujetos masculinos nunca podremos develar: mujeres ante el tocador, sentadas ante la ventana en horas del día indefinibles, iluminadas por soles muy fríos, ya desnudas, ya tocadas con trajecitos de entrecasa, leyendo, viajando, siempre solas en inmensos vagones imposibles, en la playa, en el vestíbulo de algún teatro, esperando, siempre esperando… Muy pocas veces aparecen más de dos o tres personas en las pinturas, quizás una pareja en silencio o algún tropel de abrigados hombrecillos bajo el viento del otoño. En una de sus últimas pinturas, “Dos comediantes” (1965), aparecen Hopper y su esposa como mimos ataviados de un blanco espectral, en un escenario oscuro de teatro, despidiéndose “de un público imaginario, mostrando una vez más cómo hay que entender su arte: como un montaje en el escenario de la pintura”, apunta Kranzfelder. “Hopper quería pintar la luz pero lo que propiamente pintó es la iluminación…” Algunos han querido ver en sus obras una calma desesperada en la búsqueda de lo religioso, de un sentido sobrenatural de nuestra ínfima existencia insectaria. Y Hopper afirma: “Muchas cosas en el arte son expresión del subconsciente, me parece a veces como si todas las cualidades importantes surgieran inconscientemente y que pocas son las cosas que logra el intelecto consciente. Pero son problemas que tendrá que develar la psicología.”

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Aniversario del Country Club Ejecutivos

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Aniversario del Country Club Ejecutivos
Un sueño en infinito crecimiento.

Elvira Mesa

 

Elvira Mesa

 

 
 

Una líder de El Poblado, de las de toda la vida

 
     

¿Qué se le viene a la cabeza cuando le nombran El Poblado?
De El Poblado solo queda el nombre. Nací en la Loma del Garabato, hace 79 años y el único templo religioso que existía era la Parroquia de San José en el Parque de El Poblado. En ella me casé hace más de 50 años. Mucha gente desconoce que para ir al Centro, uno debía desplazarse hasta donde está localizado Oviedo, donde era posible tomar el tranvía.Esto no es lo mismo desde que nos fueron descubriendo algunos políticos que se fueron entrando para hacernos promesas incumplidas. Estas eran lomas y alrededor de ellas estaban ubicadas fincas enormes. Se respiraba aire puro, todo era taciturno y tranquilo.Aquí estaban Campo Amalia, San Francisco, Monserrate y entre ellas, mis antepasados vivían en bohíos y chozas,claro está que a mí me tocó vivir en casas de bahareque.

 
     
 
 
     
 

¿Qué diferencia existe entre el sector actual y El Poblado de antaño?
Ahora El Poblado dejó de ser pueblo y campo para cederle terreno a la ciudad. Por eso las grandes extensiones de zonas verdes cargadas con árboles frutales se extinguieron, con el fin de construir grandes comercios y unidades residenciales. Cuando nací en esta tierrita, aquí no existía comercio, a excepción de los graneros. Para comprar telas y zapatos, mi mamá tenía que desplazarse hasta el Centro. No había mercados y uno de los programas de todo un día, era ir a mercar hasta la Plaza de Cisneros.

¿Cómo vivió su niñez por estas lomas?
Fue una época deliciosa. Me recuerdo siempre descalza, comiendo frutos silvestres sin pedirle permiso a nadie. Cogiendo zapotes, naranjas y uvas. Por ese entonces, mi papá era jardinero en Campo Amalia, propiedad de la familia Ángel, en lo que hoy es el Centro Comercial El Tesoro. Allí también cuidaba las vacas y las ordeñaba. Era normal que lo visitara en su trabajo todos los días. Me iba en un caballo sin montura para llevarle el desayuno y me encantaba verlo ordeñar las vaquitas. En la sombra de los naranjos, mi mamá me enseñó a leer, por tanto, cuando empecé a estudiar a los 6 años, en la Escuela mixta La Aguacatala, yo ya tenía esa ventaja. Era una casona enorme, de salones amplios y los baños eran una zanja. En esa escuelita cursé mi primaria y en el mismo año, me pasaron de primero a segundo, porque sabía leer de corrido. Mi papá murió cuando yo tenía 8 años, los dos hermanos mayores se casaron, entonces me trasladé con mi mamá y mi hermana, a una casa de bahareque que no tenía energía. Años después, don Lázaro Londoño, un personaje importante de Epm, le trajo el fluido eléctrico a la loma.

¿De qué manera inicia su trabajo como líder comunitaria?
Mi trabajo como líder empezó desde la escuela, porque allí fui una de las fundadoras de la Cruz Roja. Mi mamá me diseñó un uniforme blanco de enfermera. La profesora Isabel Maya nos dio un curso de enfermería y para comprar las curitas y los medicamentos, hice colectas en todas las casas de la loma. Recuerdo que en una de las fincas, donde vivía una pareja de alemanes, me dieron un billete de un peso y eso nos alcanzó para comprar todas las cosas del botiquín. Cuando una niña se aporreaba, yo siempre estaba atenta para hacerle la curación… era la enfermera feliz, dándoles jarabe a las niñas con gripa. A los 13 años, la señorita Mercedes Echavarría fundó la Residencia Social, en la calle 10, adonde asistía para recibir clases de redacción, ortografía, trabajos manuales y aprendí a poner mis primeras inyecciones. En ese lugar atendían a personas humildes a través de asesorías médicas, en las que practicaba con la jeringa. Me convertí en la enfermera de la loma, ponía las inyecciones gratis y donde me necesitaban, ahí estaba.

¿Qué pasó después?
Me casé a los 22 años. Meses después del matrimonio, un carro me atropelló, entonces me fracturé una pierna y la perdí. Por el accidente, mi trabajo como enfermera se vio entorpecido, inclusive tuve mi primer hija en muletas. Empecé a usar una prótesis que mandaron desde Estados Unidos, lo cual era una verdadera novedad. Tiempo después se creó la Junta de Acción Comunal, en Los González, integrada por personas de diferentes partes y cuyo fiscal era Samuel Loaiza, habitante del Garabato. Sin embargo, ya en los años 70, Loaiza tuvo sus diferencias y decidió montar una junta en el barrio. Ahí entré de lleno a trabajar en el aspecto de la salud, aunque no pertenecía a la Junta. Entonces nos empieza a apoyar Darío Londoño Cardona, un aspirante al Concejo de Medellín y el alcalde Bernardo Guerra que comienza a fortalecer nuestro trabajo comunitario. Luego empecé mi labor como fiscal; después propuse un reinado para recolectar fondos, también hacíamos empanadas cada 8 días. Gracias a esas actividades, construimos alcantarillados y abrimos carreteras. Sin embargo, el cuento mío era la salud y saque adelante un comité de atención médica que sigo liderando hasta el sol de hoy.

Usted aún se mantiene activa en el trabajo comunitario
Yo siempre parezco una hormiguita, me deprime estar inactiva. Todavía manejo el plan de salud en estrecha colaboración con el Simpad. Pero la cosa ya es muy diferente, la gente ya no es tan solidaria como antes y son muy perezosos para trabajar. Cuando ya se tiene agua potable, energía y buenas vías, las personas se conforman y no luchan por la comunidad. El cambio más radical se dio cuando las personas pudientes fueron vendiendo las fincas y los lotes fueron invadidos por las constructoras para construir torres residenciales. Durante muchos años hemos tratado de vincularlos a nuestros cuentos, pero todo ha sido infructuoso, ya que nunca nos responden a las invitaciones que les hacemos. Por tanto, esa la labor social está enfocada a nuestras necesidades, pero sería muy rico que todos sin importar la condición social, se vincularan al trabajo comunitario.

 
 

Ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario

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“De los resultados del estudio no podemos concluir si eso es bueno o malo”, diceFrederick Zimmerman de la University of Washington.

Otro estudio de reciente publicación sugiere, mas no asegura, que ver televisión en exceso puede ocasionar problemas de atención en el futuro.

La Academia Americana de Pediatría calcula que los niños de ese país ven más o menos cuatro horas de televisión todos los días. La recomendación de la Academia es que los niños menores de 2 años no vean televisión (cero horas) y que los mayores de 2 años no vean más de dos horas al día y solo de programación de calidad. A eso se le puede añadir que deberían estar acompañados de los padres. Y la recomendación está sustentada en argumentos como los del doctor Zimmerman, según los cuales hasta que no se conozca a ciencia cierta cuál es el efecto de la televisión en los niños más pequeños, lo mejor es no exponerlos a esos mensajes.

No obstante, el 29% de los padres encuestados en el estudio de laUniversity of Washington, creen que la televisión y los DVDs especializados para bebés tienen beneficios educativos. A eso el doctor Zimmerman le contrargumenta: “Los padres reciben con claridad el mensaje de los publicistas, según el cual esos productos son buenos para sus hijos, que les ayudarán en el desarrollo de sus cerebros y nada de eso ha sido comprobado”.

El equipo del doctor Zimmerman mostró en su estudio que los menores de 3 meses ven menos de una hora al día, pero cuando llegan a los dos años, su consumo diario ya va en hora y media, y no solo de televisión o DVDs educativos o específicos para niños sino también algo de televisión para adultos, muchas veces de forma incidental, es decir, mientras juegan al lado de sus padres que ven el noticiero, por ejemplo.

Enfoque conservador
El problema con todo esto, según lo publicado por los especialistas en Estados Unidos, es que ellos no saben si la televisión (aún si es educativa y supervisada por los padres) es buena o mala para niños tan pequeños.

Lo que sí se sabe y está perfectamente documentado es que los adolescentes que ven de tres a cuatro horas de televisión al día tienen más probabilidades de desarrollar problemas de atención o de aprendizaje y, consecuentemente, de fracasar en la universidad.

Y el problema no estaría necesariamente relacionado con el contenido de la televisión, sino con el tiempo dedicado a ella, pues entre más horas pasa un muchacho frente a la pantalla, menos probabilidades hay de que de haga sus tareas escolares (tiene menos tiempo).

Esas conclusiones son las mismas, según estos especialistas, en todos los estratos socioeconómicos.

Programación infantil
Ninguno de estos estudios hace alusión al contenido de los mensajes televisivos, sino al mero hecho de estar frente a la pantalla. A pesar de eso, de que no se sabe si la televisión es positiva o dañina para los niños pequeños, o quizás por eso, la oferta de programación para bebés y caminadores va en aumento.

Los padres de niños pequeños en nuestro medio lo saben muy bien. Al paradigma de los padres que ven televisión con sus hijos pequeños, Discovery Kids, se suma la programación de las mañanas en Nickelodeon y Disney, y ahora con la nueva oferta de National Geographic y Fox Life, este último promocionado como especial para bebés y sin comerciales, hay aún más opciones.

¿Qué grupo de padres tiene el enfoque correcto frente a la televisión? Sus hijos, dentro de pocos años, lo dirán.

 
 

A manera de presentación a los lectores

manera de presentación a los lectores
No soporto ni tengo contemplaciones a la hora de opinar sobre aquellos restaurantes o sitios que se creen de estrato 6, y cobran como tal

Leo asiduamente Vivir en El Poblado, desde que mi vecino de columna y amigo Álvaro Molina me habló de él. A través de la sección de la Buena Mesa conocí a los otros columnistas de gastronomía, todos ellos con algo en común: buscar extender los conocimientos sobre el disfrute de la gastronomía, que según su definición es el arte de preparar una buena comida o también, la afición a comer regaladamente.

Recientemente Doña Gula solicitó que le enviaran recetas para cocinar los frijoles verdes; me acordé que tenía algo escrito sobre ello y lo puse a su disposición, con tan buena suerte para mí, que le gustó los editores del periódico, quienes me invitaron a escribir regularmente una columna.

Les confieso que soy un pescador bastante regular y un pasable cocinero por afición, que lleva más de 30 años cocinando y leyendo temas de gastronomía, pero eso no más. No soy profesional de las ollas y sartenes ni pretendo serlo. La naturaleza me dio el don del gusto, mi gusto, que no necesariamente es el de los demás, y entonces dedico esta afición y don a evaluar lo que veo y como. Me encanta también descubrir las particularidades y secretos de las plazas de mercado, busco restaurantes adonde la carta me apetece, o que he encontrado por referencias en escritos o recomendaciones de terceros, visito almacenes adonde venden artículos relacionados con la gastronomía, o librerías para buscar nuevos libros de cocina.

Para centrar un poco más la idea sobre mi persona por parte de los lectores, me acordé que en Colombia en la década de los 80 del siglo pasado inventaron los estratos como una manera de definir a la sociedad: el uno para los más humildes y así sucesivamente hasta el seis para los de mayor nivel económico. Gastronómicamente creo que pertenezco a todos ellos; me encanta disfrutar de una buena taza de agua de panela caliente (estrato 1), o de una buena arepa con mantequilla y quesito (estrato 2 ó 3), o de una punta de anca sudada y bien aliñada (estrato 4), o de una langosta recién sacada del mar adobada con mantequilla negra o de un rissoto con salsa al tartufo (estrato 6).

No soporto ni tengo contemplaciones a la hora de opinar sobre aquellos restaurantes o sitios que se creen de estrato 6, y cobran como tal, y tienen una cocina y atención de 2, 3 o más estratos inferiores; valoro infinitamente a los restaurantes estrato 1 que ofrecen una comida honesta, bien hecha y a un precio amable.

El desafío que me puso la dirección de Vivir en El Poblado fue el de colaborar con mis artículos para ayudar a construir la idea de ciudad sibarita que Medellín quiere tener, trayendo visiones del mundo, historias de productos comparados, sabores, restaurantes, consejos, sugerencias, rincones del mundo, etcétera.

Trataré de cumplir con ese desafío, que no es poco. Ustedes me dirán si cumplo con esas expectativas y atenderé, dentro de mis posibilidades y conocimientos, a vuestras sugerencias o inquietudes.

Bueno Aires, mayo de 2007.
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Los encantadores desayunos de aeropuertos de provincia

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Los encantadores desayunos
de aeropuertos de provincia

 

 
 
 
     
 

Por razones que no son del caso explicar en esta columna, al título de mi crónica anterior mis editores le quitaron el adjetivo que le otorgaba la sal para entender mis comentarios. Me explico: yo titulé “Los desabridos desayunos de aeropuerto internacional y ellos sencillamente publicaron “Los desayunos de aeropuerto internacional”. Hoy mis comentarios van dirigidos a reconocer la buena sazón y la delicia de desayunos que afortunadamente hacen presencia en la mayoría de aeropuertos que son de tercera o cuarta categoría para la Aeronáutica Civil por el deterioro de sus sedes y la precariedad de su ayudas técnicas. Paradójico: entre más recóndito y destartalado el aeropuerto… mejor y más suculento el desayuno.

Como es mi costumbre recurriré a mi memoria de infancia. Hace más de 45 años, la empresa SAM viajaba a Planeta Rica (Córdoba); por aquella época la carretera a la costa se encontraba destapada desde Los Llanos de Cuibá hasta Cartagena y si hoy abundan los derrumbes, por aquellos días el trancón podía durar semanas, razón por la cual más de una vez me vi invitada a llegar a la tierra de los jugos en 40 minutos, aterrizando en un aeropuerto que a la hora de la verdad era un potrero más de la otrora finca de la familia de Don Gonzalo Mejía (Hacienda la Abastecedora). Llegar a aquel aeropuerto era llegar al mundo de los olores y los sabores. Nunca olvidaré los patacones con suero y el queso frito que allí despachaba una señora de nombre Ramona. Pero no solo era patacón con suero, también salían tortas de pescado, quibbbes, costillas fritas y deliciosos jugos granizados de mamoncillo, mango biche o níspero, según la temporada. Lo más granado de la sociedad ganadera de aquella época viajaba por Planeta Rica y en tarimas y taburetes, aguantaban horas y horas esperando el vuelo y deleitándose hasta más no poder con las viandas servidas por Ramona.

Aeropuertos como el de Planeta Rica abundan hoy por hoy en todo el país. Y lo digo porque he tenido el privilegio y la fortuna de pasearme por este territorio de norte a sur y de oriente a occidente y cada vez refuerzo más mi idea sobre la buena comida que se ofrece en estos aeródromos de dudosa calidad aeronáutica, pero con deliciosa cocina. Se trata casi siempre de mujeres que se ganan su sustento ofreciendo el mejor café o aguapanela o la bebida típica de la región acompañada de guisos y fritos, pasteles y empanadas casi siempre hechas sobre hornillas de carbón o en pailas aledañas a la entrada del aeropuerto. Da gusto desayunar en Bahía Solano tortas de pescado o pescado frito con yuca cocinada; no menos deliciosos son los desayunos en Quibdó con longaniza ahumada de Itsmina y queso con café negro; imposible olvidar las cocadas y dulces de Tumaco o aquellos de Nuquí. Y lo mismo pasa en Capurganá, Acandí, Nuquí, Florencia, Turbo, Caucasia, Corozal y otras dos docenas de pequeñas poblaciones donde por fortuna una o dos veces a la semana llega el avión. Es un hecho: entre desayunar a las 5:30 a.m. en un aeropuerto de primera con una dona y un café en vaso plástico y diminuto sobre de coffe- mate, o tener que esperar hasta las 7:30 a.m. para desayunar con placer, obviamente prefiero aguantarme el hambre hasta la remota población de mi destino y allí satisfacer mi hambruna con fritos en hoja de plátano y café en pocillo de peltre… al fin y al cabo no me canso de repetir mi frase de combate: La mejor salsa que hay, es el hambre.

 
 

La teoría de la ventana quebrada

Pronto habrá más ventanas quebradas y la sensación de anarquía, de que cualquier cosa puede hacerse, se extenderá del edificio a la calle, luego al barrio y finalmente a la ciudad entera. En un ambiente de estos, dice la teoría, es mucho más probable que haya alta criminalidad y vandalismo.

Personas que en condiciones normales tendrían un comportamiento ajustado a las normas se sienten empoderadas -como se dice hoy- para cometer infracciones pequeñas como tirar basuras a la calle, pasar semáforos en rojo, destruir señales de tránsito o incluso llevárselas para la casa.

Esto lo hace aún gente “muy educada” en el sentido académico, gente que es bachiller, profesional o con títulos de postgrado. Y -sigue la teoría- entre este ambiente de tolerancia con las cosas pequeñas y un ambiente de alta inseguridad y criminalidad solo hay un pequeño paso. Dicho de otra manera, si se reparan rápidamente los daños y se controlan estrictamente las infracciones pequeñas, con toda probabilidad la gente respetará más la propiedad pública y se cometerán menos crímenes mayores Como resultado, la comunidad vivirá más segura y tranquila.

En nuestra ciudad el tema de moda es la educación. Por un lado está la Alcaldía con sus exitosas y admirables campañas de nuevas escuelas y bibliotecas y su programa para que Medellín sea “la más educada”. Y por el otro la Gobernación buscando que al final de la próxima década -¡ya casi!- Antioquia sea conocida como “la mejor esquina de América”. ¡Wow!

Es evidente que ambas administraciones están haciendo lo que está a su alcance para que el mayor número posible de niños y jóvenes vayan al colegio y se vuelvan bachilleres y eventualmente se gradúen como profesionales. Obviamente, un primer beneficio fundamental es que no estarán perdiendo el tiempo al menos hasta los 18 años. Y que aumentarán sus posibilidades de empleo al final de su ciclo educativo.

Estamos mejorando en la parte académica, excelente. Es un paso necesario, pero no suficiente. Porque no se está haciendo gran cosa en cultura ciudadana. Salvo el Metro, en la ciudad seguimos llenos de “ventanas quebradas”. Señales de tránsito vandalizadas, barreras metálicas destruidas, bocas de alcantarillas taponadas o sin reja, lotes enmalezados sin control, muros pintados por doquier, aceras inexistentes o llenas de huecos, etcétera. Pasan años y años sin ser reparadas. La percepción inevitable es que a nadie le importa.

Y por otro lado, nuestras autoridades han sido tradicionalmente muy laxas en controlar infracciones menores (de tránsito, de vandalismo, de convivencia ciudadana), pues al parecer prefieren reservarse para los crímenes importantes. ¡Hagan lo que quieran señores, estamos muy ocupados!

Mientras no implantemos una cultura de real respeto a las normas pequeñas en la ciudad, vámonos olvidando de que nuestra ciudad será ni la más educada ni la mejor esquina de ninguna parte.

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Aplazarían entrega del Parque Lineal La Presidenta

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¿Qué es un parque lineal?
“No es un concepto nuevo, inclusive la idea está contemplada en el Código de Recursos Naturales de 1974, donde se incluye el término vías parque, como zonas urbanas de espacio público, situadas alrededor de espacios colmados con vegetación natural y recursos como quebradas y afluentes”, puntualiza Falla al explicar el concepto. Más aún, dice, las grandes ciudades del mundo desarrollan este tipo de proyectos en las riberas de los ríos principales. Lo que es imposible adelantar en el Río Medellín, se puede efectuar en quebradas como La Presidenta que no presentan altos grados de contaminación, en una zona que se ha caracterizado en los últimos años por un desarrollo vertiginoso de centros comerciales y proyectos residenciales, con una clara ausencia de políticas de mejoramiento del espacio público.

Pero ¿qué tipo de diseño se encontrarán los ciudadanos en La Presidenta? La idea es adecuar zonas verdes, acompasadas por tres plazoletas grandes que estarán comunicadas por tres puentes peatonales. También la gente podrá disfrutar de bancas y cerca de estas, estarán uns hermosas jardineras. A su vez, en el terreno encontraron 125 árboles nativos, de los cuales 30 fueron talados y en los próximos días sembrarán 127 nuevos.

Espacio público
“Dos meses atrás, iniciamos un proceso de activación social con el que hemos hecho acercamientos con la comunidad, con la meta de convertir ese espacio en un epicentro de la cultura, así mismo estamos en conversaciones con Metroseguridad para instalar cámaras de seguridad”, comenta la Secretaria de Medio Ambiente. Entonces, una vez terminadas las obras, existe la iniciativa de realizar jornadas de lectura, charlas de yoga, clases de spinning, cursos de jardinería para la tercera edad y proyección de películas al aire libre. Ahora bien, la comunidad aledaña no desea que el sitio se torne en un lugar de parranda y consumo de licor y por eso se estudia la posibilidad de implementar aquí el decreto 1846 de 2004 por parte de la Secretaría de Gobierno que prohibe el consumo de bebidas alcohólicas en el Parque Lleras.

Opiniones y propuestas
“Por medio de una carta le solicitamos al Municipio, ser los padrinos del parque, para operarlo en concesión con la Sociedad Antioqueña de Ornitología y que se estudie la posibilidad de incluirlo dentro del Plan de Desarrollo Turístico del Área Metropolitana del Valle de Aburrá”, afirma Sergio Sierra, Presidente de la Corporación Cívica Zona Rosa, en misiva firmada por otros 9 integrantes de esa asociación.

Por su parte, Carlos Arturo Mesa, integrante de la Junta de Acción Comunal de Manila, hace parte de la veeduría ciudadana que vigila la construcción del parque lineal. En su opinión, los trabajos se ejecutan de manera oportuna y afirma que es pertinente que la comunidad asista a la jornada de siembra de árboles prevista para el 2 de junio. “Sería grato que existiera más comunicación entre el Dann, la Clínica Medellín y la Corporación Zona Rosa, con los miembros de la veeduría y esa jornada es la ocasión precisa para hacerlo”, opina Mesa.

En un mes y medio, la comunidad disfrutará de un nuevo pulmón verde que le aportará oxígeno a la comunidad de El Poblado.

 
 

Voces de la Jal
“La concertación con la comunidad ha sido excelente. Cada mes se lleva a cabo una reunión con los miembros de la veeduría, en las que se informa la ejecución de la obra. Sin embargo, sería muy pertinente que los avances de la misma se le comuniquen a toda la comunidad por medio de boletines. En otros aspectos, los ciudadanos queremos conocer cómo se va a manejar la seguridad y la convivencia desde la Secretaría de Gobierno”. Amparo Gaviria, Presidente de la Jal.

 
 

Nostalgia continental

La suma de los cambios arroja un saldo positivo si se piensa en los muchos talleres grises y mangas criminales que se han remplazado por pabellones de ciencia o plazoletas que usarán los enamorados aficionados o los circos mexicanos. Sin embargo, el aspecto de la nueva ciudad también implica una punzada en el corazón, y ello sin que, necesariamente, tenga que irse a pique otro Teatro Junín. Sentí el alfilerazo hace un par de días, cuando, de paso por el cruce de Palacé con la Avenida 1.o de Mayo, descubrí en lo que devino el local que fue de la Librería Continental: un parqueadero para motos. No quiero decir que la planeación de Medellín haya forzado al cierre del templo libresco -sabrá la familia Vega qué oscuros demonios fueron los que llevaron a la liquidación de la librería, cuya persiana cayó definitivamente en 2003, a 60 años de su fundación y luego del sangriento remate de sus existencias-, pero es claro que la Medellín de las calles vedadas, los estacionamientos regulados y la persecución contra los conductores fue la que, en últimas, sugirió el plebeyo nuevo uso del entrañable local.

En mi triste excursión, lo primero que hice al pasar frente al dichoso garaje fue reconstruir, en la imaginación, la disposición de estantes y libros que se mantuvo hasta el último día: primero estaba la vitrina con las novedades y los volúmenes de gran formato, adosada a ella la caja registradora y más atrás, sobre la interminable pared sur, la literatura colombiana, la universal, la latinoamericana, la poesía… En fin: un acogedor jardín de libros de todas las materias que se distribuía en varias salas, lado a lado, hacia arriba o hacia abajo a través de escaleras. Consciente de la exageración, cito unas líneas de Borges relacionadas con mi evocación y en las que apenas cambio una palabra: “El universo (que otros llaman la Librería) se compone de un número indefinido, y tal vez infinito, de galerías hexagonales, con vastos pozos de ventilación en el medio, cercado por barandas bajísimas…”.

El ronquido de un bus me volvió a la grasosa realidad: donde antes se habían exhibido, con arrogancia y lujuria, las obras pictóricas de Grau y Degas, reposaba una vetusta motocicleta negra, raspada y abollada por la desmaña de su propietario. Más atrás, un enorme y empalagoso vehículo -que, más que moto, parecía la nave espacial diseñada por un niño enfermo- afrentaba la humildad del rinconcito en que antes reposaron “María”, “Manuela” y otras novelas colombianas deliciosamente provincianas. Un lago de aceite inundaba el piso en que antes se afirmaron Shakespeare y Balzac, ahora más duchos en empaques y válvulas que en dramaturgia o realismo. Un aviso sobre horas y tarifas se levantaba donde antes se leían títulos grandilocuentes como “El siglo de las luces”, “Yo el Supremo” y “El mundo es ancho y ajeno”.

En otras décadas, el uso de los edificios evolucionaba con el romanticismo que hace de una cárcel un convento, o viceversa. Pero la vida moderna es descaradamente vulgar, y día a día propone cambiar el altar por la taquilla y el corazón por el carburador. Sonreído, el fantasma de Carrasquilla deambulará por Palacé viendo a lo que nos llevó “tanto dinero y tantísima civilización”.

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