Vivimos en un amplio sistema de procesos ordenados por ritmos. Pero la vida actual se caracteriza por una creciente independencia de las relaciones rítmicas. Nos separamos de los ritmos cósmicos. Con la prisa perdemos el ritmo musical interior
/ Jorge Vega Bravo
Un aspecto importante del encuentro entre médico y paciente es el tema del ritmo. Día a día hacemos un diagnóstico genérico de “arritmia vital” o “alteración de los ritmos básicos”. La velocidad que propone la época actual, donde lo que importa es la eficiencia, nos aboca a vivir sin respeto por los ritmos.
La aceptación de una organización temporal en los seres vivos es un tema reciente en la biología. Tomó mucho tiempo comprender que la estructura básica -la figura- de los organismos vivos es el resultado de procesos temporales. “Todos los procesos vitales se basan en procesos rítmicos periódicamente estructurados. Los ritmos son un fenómeno fundamental de todo lo viviente” (B. Rosslenbroich. La Organización rítmica del ser humano)
Así como tenemos un organismo espacial -cuerpo físico- también tenemos un organismo temporal que llamamos cuerpo vital. “La estructura básica de la configuración temporal del organismo es la estructura del ritmo… Sin el ritmo no puede haber vida; de él emana toda vida” (Ibíd.) La cronobiología o investigación del ritmo biológico se abre paso en la biología moderna.
Para R. Steiner, “ritmo es la ley que regula el movimiento”. Como toda ley, tiene que ver con un mundo que trasciende el plano material y se enmarca en lo universal. Estamos inmersos en una serie de ritmos cósmicos que ya los antiguos habían observado. Los antiguos griegos conocían el período que tarda la Tierra en dar una vuelta completa por la precesión de los equinoccios; es el giro completo del eje de rotación de la Tierra en torno al actual Polo Norte de la eclíptica y fue nombrado como año platónico o ciclo equinoccial; dura aproximadamente 25.920 años. Este ciclo ya había sido observado por los antiguos mayas y egipcios.
El organismo humano vive en un amplio sistema de procesos rítmicamente ordenados. El ritmo básico es el ritmo día-noche. En el día transformamos el mundo y gastamos la vida en procesos de pensar, sentir y actuar. En la noche recuperamos la vitalidad que la conciencia consume en el día. Noche y día reúnen las grandes polaridades del universo, de la naturaleza y de lo vivo. Inmersos en el ritmo del día -ritmo del yo- tenemos unos ritmos de onda corta: los del sistema nervioso y sensorial (frecuencias de milisegundos); unos ritmos de onda media: los de la respiración, la circulación y la musculatura lisa (frecuencias medidas por minuto) y unos ritmos de onda larga: los del metabolismo (por horas) y otros que sobrepasan la frecuencia del día y se relacionan con los ritmos del mundo circundante: ejemplos de estos son los ritmos semanales -relacionados con lo anímico- ; los ritmos mensuales: reproducción, menstruación; y los ritmos anuales: crecimiento, involución, adaptación al medio. Los ritmos de 7 años están presentes en todas las culturas y nos hemos referido a ellos en columnas de las ediciones 440 y 450 de Vivir en El Poblado.
Vivimos en un amplio sistema de procesos ordenados por ritmos. Pero la vida actual se caracteriza por una creciente independencia de las relaciones rítmicas. Nos separamos de los ritmos cósmicos. Con la prisa perdemos el ritmo musical interior que está marcado por la relación 4:1. Cuatro pulsaciones por una respiración, ritmo que recobramos en el sueño profundo. Todo proceso de curación pasa por la recuperación de los ritmos. La salud cabalga en el ritmo-. opinion@vivirenelpoblado
Los libros son una fiesta y la lectura, un acto gozoso de principio a fin. No admite comparaciones, nadie es mejor o peor por sus preferencias literarias; ni obedece a rigideces, leer por obligación es una pérdida de tiempo cuando hay tanto para escoger
/ Etcétera. Adriana Mejía
La sensación es agridulce. De un lado, la emoción de ver, tocar, oler, sentir montones de publicaciones en el Jardín Botánico y, del otro, la tristeza de constatar el cierre de tantas librerías –sobre todo en el Centro- que se han visto obligadas a poner punto final a la novela de amor que por años han protagonizado con los compradores sui géneris que las frecuentan.
Por el deterioro del entorno, porque los vendedores están reemplazando a los libreros, porque la cibercultura llegó para quedarse, porque los profesores de Español no enseñan a leer, porque el alto costo de la canasta familiar excluye al libro, porque aquí se lee poco (en reciente estudio regional del Cerlalc, México y Colombia con 2.9 y 2.2 libros anuales leídos por habitante están, de lejos, al final del ranking. Chile y Argentina lo encabezan con 5.4 y 4.6, y España nos da sopa y seco con 10.3), porque el mercado de libros se ha convertido en un deporte de alto riesgo, porque el pez grande se come al pequeño, por lo que sea, lo cierto es que en Medellín se está cerrando un círculo fundamental para el alma.
Pero, menos mal, se abren y fortalecen otros para equilibrar la balanza. La novena edición de la Fiesta del Libro y la Cultura es muestra destacable. Un esfuerzo conjunto de los sectores público y privado, con el aliento vital de miles de estudiantes de colegio que son la razón fundamental de esta iniciativa encaminada a despertar el interés por la lectura antes que la compra de libros, la cual, si funciona aquella, llegará por añadidura.
Primero la pasión, después –si se puede- la transacción.
Y eso, el gozo, es a mi juicio lo mejor de esta fiesta. Después del nombre, claro. (Fiesta supera a feria en el imaginario colectivo). Los libros son una fiesta y la lectura, un acto gozoso de principio a fin. Subjetivo y libre. Que no admite comparaciones, nadie es mejor o peor que nadie por sus preferencias literarias; ni obedece a rigideces, leer por obligación –excepto en los casos en que, por trabajo, toca hacerlo- es una pérdida de tiempo cuando hay tanto para escoger y tan poco tiempo para leer. (O para vivir, que viene siendo casi lo mismo).
Además del gusto personal –novela, cuento, poesía, misterio, historia, biografía…-, no hay mejor guía para escoger un libro o un autor, que el instante vital que se atraviesa. Una gran obra en un mal momento es, seguro, una oportunidad perdida. Lo que no quiere decir que lo que no nos gustó hoy tenga que gustarnos mañana.
Todos los lectores, ocasionales y compulsivos, guardamos una lista negra de títulos a los que no les hemos podido hincar el diente por más que lo hayamos intentado. Sólo que muchos, la mayoría, lo ocultan como el mayor de los secretos por temor a ser tachados de superficiales, incultos o cortos de inteligencia. (En esto de la cultura a la fuerza hay pose y hay arribismo y hay moda y hay, incluso, bullying.) Otros hemos perdido, felizmente, la vergüenza.
Es una delicia poder decir, alto y claro, que La Montaña Mágica (Thomas Mann), luego de tres intentos –durante el bachillerato, la universidad, el ejercicio profesional- pasó, por fin, a dormir el sueño de los justos y que El Péndulo de Foucault (Umberto Eco) es más poderoso que la anestesia y que el Ulises de Joyce es ininteligible y que Memoria de mis putas tristes es la decadencia del ingenio monumental de García Márquez y que Tokio Blues (Murakami) está perfecto para cuñar puertas y que la María de Isaacs pues…
Y, ¿sabe qué? Sea lo que sea que usted piense de esta punta de iceberg –la parte ancha del listado de abandonados no cabría en este espacio-, tiene toda la razón. Cada quien es dueño de sus gustos y sus disgustos. De saltar de libro en libro.
ETCÉTERA: Hasta el domingo está abierta la Fiesta del Libro. Háganse el favor de ir. Su espíritu se los agradecerá. (Y de pronto va uno y se encuentra con Soy un gato de Natsume Söseki en cualquier estantería…). opinion@vivirenelpoblado
Su hoja de vida, su trayectoria política, su mirada sobre El Poblado, sus sueños sobre esta comunidad… todo lo que compone el perfil de un candidato a la Junta Administradora Local, estará para consulta de los electores en la web de Vivir en El Poblado.
El espacio está abierto para que los 36 candidatos, aspirantes a representar a El Poblado, divulguen su información, de carácter político y no comercial, como contribución al debate y para una mayor orientación de la ciudadanía.
Los candidatos deben enviar su información a [email protected] y también pueden comunicarse por el 268 2758.
Mateo Castro Gómez Candidato a la JAL de la Comuna 14 por el Partido Conservador Colombiano
Juan Felipe Vélez Álvarez Candidato a la JAL de la Comuna 14 por el Partido Cambio Radical
Gamaliel de Jesús Álvarez Osorio Candidato a la JAL de la Comuna 14 por el Partido de la U
Jorge Rodrigo Molina Morales Candidato a la JAL de la comuna 14 por el Partido Liberal Colombiano
Diego Alejandro Jiménez Sánchez Candidato a la JAL de la comuna 14 por el Partido Conservador Colombiano
Hilda Inés Escobar Mesa Candidata a la JAL de la comuna 14 por el Partido Cambio Radical
El artículo 318 de la Constitución Nacional estableció la figura de las Juntas Administradoras Locales, buscando una mayor y más efectiva descentralización del poder. Aquí, unas claves para comprender y para ejercitar este mecanismo de participación
La serie Especial Elecciones se ocupa en esta edición del órgano de poder por elección popular más inmediato al ciudadano: la Junta Administradora Local. La de El Poblado tendrá siete miembros que usted, con su voto, ayudará a integrar.
Para el período 2016 – 2019 aspiran a hacer parte de esta organización social 36 personas, distribuidas en las siguientes agrupaciones políticas:
Partido Social de Unidad Nacional Partido de la U: 6 Beatriz Elena Moreno Zuluaga Gamaliel de Jesús Álvarez Orozco Michael Nieto Betancur Julián Esteban Rendón Benítez Martha Isabel Isaza Zapata María Cecilia Franco Castaño
Partido Liberal Colombiano: 7 Anny Paulina Lopera García Diego Adolfo Rúa Sánchez Jorge Rodrigo Molina Morales Juan Camilo Arroyave Montoya Laura Jimena Hurtado Diana Escobar Hoyos Marlon Alberto Gaviria Gómez
Partido Conservador Colombiano: 6 Paola Andrea Rodríguez Castro Mateo Castro Gómez María Adelaida Guzmán Ortiz Ramón Henry Castrillón Gutiérrez Luis Guillermo Londoño Botero Diego Alejandro Jiménez Sánchez
Partido Cambio Radical: 7 Juan Felipe Vélez Álvarez Juan Pablo Montoya Saldarriaga Hilda Inés Escobar Mesa Alexandro Eduardo Colmenares Correa Sara Carolina Pérez Jiménez Felipe Mejía Duque Yuliana Andrea Gómez Palacio
Partido Alianza Verde: 3
Juana García Cortés Ángela María Vesga Patiño Juan Pablo García Gutiérrez
Partido Alianza Social Independiente ASI: 1 Jader Elías Rodríguez
Partido Centro Democrático: 6 Pedro Juan Arango Vargas Sebastián Montoya Maya José Bernardo Restrepo Correa Camilo Correa Restrepo Denice Arrieta de Oro Claudia Marcela Ramírez Echeverri
Los ediles elegidos se deben ocupar de recoger ideas, representarnos como comunidad, participar en el diseño de planes y programas para El Poblado y vigilar la inversión estatal en el ámbito local. Se trata de una instancia reguladora y dinamizadora de las relaciones entre la ciudadanía y el poder político municipal.
Los ediles no tienen remuneración: los debe mover el interés por transformar su lugar de trabajo o residencia. Participan en la mesa directiva del Consejo Comunal y, por ser representativos, sientan posición con resoluciones o comunicados y constancias. Les compete, igualmente, mantener un contacto fluido con la comunidad.
Los requisitos para pertenecer a la JAL, en el caso de El Poblado, son: vivir, trabajar o estudiar en la comuna 14, ser mayor de edad y contar con el aval de un partido político.
vivirenelpoblado.com, un foro abierto para los candidatos a la JAL
Su hoja de vida, su trayectoria política, su mirada sobre El Poblado, sus sueños sobre esta comunidad… todo lo que compone el perfil de un candidato a la Junta Administradora Local, estará para consulta de los electores en la web de Vivir en El Poblado.
El espacio está abierto para que los 36 candidatos, aspirantes a representar a El Poblado, divulguen su información, de carácter político y no comercial, como contribución al debate y para una mayor orientación de la ciudadanía. Los candidatos deben enviar su información a [email protected] y también pueden comunicarse por el 268 2758.
El abecé de la JAL: • ¿Qué es una Junta Administradora Local? Es una corporación administrativa que sirve para ejercer control y veeduría y para prestar apoyo a la administración de las comunas y los corregimientos. • ¿Quién autoriza su conformación? El Concejo Municipal; sus miembros son elegidos por votación popular. • ¿Cuántos miembros la integran? No menos de cinco y no más de nueve. • ¿Qué hacen las JAL? En general, participan en la elaboración de planes y programas municipales cuando el alcalde lo autoriza. • ¿Cómo se eligen los ediles? Por voto popular, para períodos de cuatro años que deben coincidir con el período de los concejos municipales. Cada comuna o corregimiento constituye una circunscripción electoral. • ¿Quiénes pueden votar por un edil? En este tipo de votaciones solo pueden participar los ciudadanos inscritos en el censo electoral que para cada comuna o corregimiento establece la Registraduría Nacional del Estado Civil. • ¿Ante quién asume el cargo el edil? Antes de ejercer su cargo, los miembros de las Juntas Administradoras Locales se posesionan ante el alcalde respectivo. • ¿Cómo se eligen los suplentes de los miembros de las JAL? No tienen suplentes. Sus faltas absolutas son suplidas por los candidatos no elegidos, según el orden de inscripción en la lista correspondiente. Son faltas absolutas la muerte, su renuncia aceptada, la declaratoria de nulidad de la elección y la decisión de autoridad competente que los prive del derecho a ejercer funciones públicas. • ¿Cuál es la responsabilidad de las JAL con las comunidades? Promueven reuniones con asociaciones cívicas, profesionales, comunitarias, sindicales, juveniles, benéficas o de utilidad común no gubernamentales, cuyo radio de actividades esté circunscrito a la respectiva comuna o corregimiento, para consultar la prioridad en la inversión o la ejecución de alguna obra pública.
La historia oficial Según el libro Medellín en zonas, de Gloria Naranjo Giraldo, la primera elección de una Junta Administradora Local se produjo en 1988. La que se eligió para El Poblado se caracterizó por la llegada de líderes políticos apoyados por los directorios. Se ocupó de ventilar diversos problemas y realizó algunos trámites ante la administración municipal.
Ya en la elección de 1990 hubo una directa incidencia de la organización comunitaria, por encima de los directorios políticos: “Llegaron líderes cívicos y comunitarios reconocidos por las comunidades para impulsar desde allí las banderas del comité de defensa de El Poblado, articulando estas dos instancias en una sola lucha contra la Obra de 500 de valorización”. (Naranjo 1992: 270).
A su turno Jaime Andrés Peralta, en el libro Los paisajes que han tejido nuestra historia, asegura que la JAL “inicialmente cayó en manos de los movimientos partidistas tradicionales, aunque es justo reconocerlo, han llegado a su seno grupos de jóvenes profesionales con nuevos proyectos en la cultura, el deporte, la preservación del espacio público, y en el uso y regulación del suelo, que están rompiendo la apatía inicial con la cual iniciaron sus actividades”. (Peralta 2001:175). Como balance de la gestión de la actual JAL, según un informe sobre 2014 del edil Hernán Mejía, la organización se propuso diferentes actividades en temas de seguridad, movilidad, medio ambiente, POT, educación, Jornadas de Vida, Presupuesto Participativo y proyectos del Plan de Desarrollo Local.
En seguridad se logró un aumento del pie de fuerza y la instalación de cámaras de vigilancia, entendidas como soluciones temporales.
La Mesa de Seguridad, que era una de las metas, no se pudo conformar. Hubo logros en la educación superior, al incluir los estratos 4, 5 y 6 en las becas del presupuesto participativo. Se realizaron algunas actividades deportivas.
El Poblado se quedó sin JAL El mensaje que entrega Juan Correa, secretario de Participación Ciudadana de Medellín, es que además de una responsabilidad civil, votar por la JAL se convierte en un importante ejercicio de participación ciudadana, que incluye a las comunas de la ciudad, para que este organismo incida en el mejoramiento de los servicios públicos y en la defensa de los derechos humanos. Agrega que la JAL cumple un importante papel como actor en la interacción del gobierno municipal con el territorio.
Sebastián Mesa y Hernán Mejía
Ahora bien, el funcionario opina que, lejos de la creencia de que los habitantes de El Poblado son apáticos frente a lo comunitario, “sí hay un importante nivel de participación e interés en los asuntos públicos”. La prueba es que la tercera mayor votación por un edil, en las elecciones de 2011, se registró en la comuna 14 con 2.173 votos (el primero y segundo lugares estuvieron en las comunas 11 y 10 respectivamente).
Además, para las elecciones de delegados al Presupuesto Participativo, realizadas este año, hubo 2.818 votantes, lo que aseguró 46 cupos para la comuna.
En cuanto a la situación actual de la JAL, explica que desde el año pasado renunciaron tres ediles, uno por diferencias con su partido político y los otros dos para no inhabilitarse como candidatos al Concejo de Medellín. Luego renunciaron dos más y solo quedaron los ediles Hernán Mejía y Sebastián Mesa. Advierte Juan Correa que no fue posible nombrar otros ediles porque se agotó la lista de representantes que había en la Registraduría, en relación con los movimientos que representaban; otros no aceptaron. No fue posible realizar nueva elección porque faltaba menos de un año para la siguiente jornada electoral.
En la próxima edición
Vivir en El Poblado publicará, en la tercera entrega del Especial Elecciones, las respuestas que emitan los seis candidatos a la Alcaldía de Medellín. A cada uno se les formularon dos preguntas concretas, que esperan planteamientos igualmente certeros. Estos tendrán igual despliegue y aparecerán en el orden que les fue asignado a los aspirantes en el tarjetón electoral. Se busca mantener unas reglas de igualdad de oportunidades para todos. Así el lector podrá comparar las respuestas y formarse un criterio responsable.
Sobre este corredor vial operan cuatro instituciones educativas, que movilizan miles de personas a diario. Su impacto, sus soluciones
Por Catalina Peláez
Para nadie es un secreto que la avenida Las Vegas es una de las más congestionadas de la ciudad, ni qué decir cuando hay un choque, o una protesta estudiantil obliga el cierre de las calzadas, o cuando caen esos aguaceros torrenciales. Buses, busetas y colectivos, motos, particulares, bicicletas… la cantidad es tal que la avenida no parece tener arrimadero. ¿Qué aportes están haciendo las instituciones educativas para mejorar la movilidad? Investigación de Vivir en El Poblado.
Colegio San José de Las Vegas
A esta institución ingresan a diario 1.364 estudiantes, se suman 193 personas entre docentes y entrenadoras, más el personal directivo, administrativo y de servicios, que son 103 más. El horario es de 8:00 am. a 3:00 pm. para el preescolar, y de 7:00 am. a 3:00 pm. para el colegio femenino. Los docentes llegan a las 7:00 am. para salir a las 3:30 pm. El personal administrativo tiene el mismo horario de entrada, pero sale a las 5:00 pm. “Algunos empleados pueden adelantar su horario de entrada a las 6:00 a.m. con el propósito de garantizar su regreso a casa más temprano y, de igual manera, contribuir a los flujos de movilidad en hora pico”, dice Juan Esteban Gallón, analista de Comunicaciones y Promoción Institucional del colegio. 70 busetas transportan a diario a 1.020 estudiantes y el número restante se moviliza en vehículos particulares y del sistema público. De las 155 celdas de parqueo, 120 están destinadas para carros, 25 para motos y 10 para bicicletas. El San José de Las Vegas tiene implementado el pico y placa que rige en la ciudad. Desde febrero de 2015 ejecuta el Plan Estratégico de Seguridad Vial que contempla los protocolos de ingreso y de salida de vehículos.
Politécnico Jaime Isaza Cadavid
Para este segundo semestre de 2015 la institución da cuenta de 14.692 estudiantes matriculados en los programas de pregrado, de estos, 12.760 están en la sede de El Poblado. “Tenemos, además, 187 estudiantes de posgrado, 324 funcionarios administrativos, 140 profesores vinculados y unos 1.400 de cátedra”, es el reporte de la Oficina Asesora de Planeación. Se acoge a la medida de pico y placa vigente en la ciudad, durante los períodos académicos. Es de resaltar que en la actualidad el grupo de investigación en higiene y medio ambiente GHYGAM, coordina la implementación del Plan Empresarial de Movilidad Sostenible, que consiste en políticas corporativas y acciones prácticas enfocadas a reducir el impacto que generan en la movilidad los desplazamientos de los empleados hacia el trabajo, dentro de un proyecto financiado por el Área Metropolitana del Valle de Aburrá, que incluye otras 21 entidades. La institución señala que la Secretaría de Movilidad hace controles aleatorios en el ingreso por la avenida Las Vegas.
Institución Educativa Inem José Félix de Restrepo
Al Inem ingresan a diario 4.500 estudiantes, 215 docentes y 65 personas del área administrativa. En cuanto a celdas de parqueo cuentan con 90 para vehículos y 40 para motos. La institución no tiene registro de cómo se movilizan los 4.500 estudiantes y los 215 docentes. A la pregunta de Vivir en El Poblado: ¿Qué estrategias o planes (carro compartido, uso de la bicicleta o del transporte público, entre otros) promueve la institución en aras de contribuir de manera positiva en la movilidad? responde que ninguna.
Universidad Eafit Esta institución reporta 10.600 estudiantes de pregrado, 2.500 de posgrado y 2.400 empleados. En total 18.000 personas ingresan a diario a la universidad que tiene un horario de lunes a viernes de 5:00 am. a 10:00 pm., sábados, domingos y festivos de 6:00 am. a 6:00 pm. De las 18.000 personas que entran, 3.200 lo hacen en carro, 1.200 en moto y 220 en bicicleta.
A través de un proyecto denominado Movilidad Sostenible, que se someterá a evaluación externa antes de una eventual puesta en marcha, se está investigando en qué medio de transporte se movilizan aquellas personas que ingresan a pie.
Frente a las estrategias o planes para contribuir de manera positiva con la movilidad del sector, Eafit promueve el uso de la bicicleta y del transporte público, el carro compartido y la implementación de horarios flexibles de trabajo para los empleados.
Esta institución que dispone de 360 celdas para moto, 1.038 para carro y 29 bicicleteros (con capacidad aproximada de 8 bicicletas cada uno) asegura que la Secretaría de Movilidad presta apoyo permanentemente dentro de sus posibilidades logísticas.
18 minutos se tarda la operación en el Palermo
Así operan las medidas internas en el colegio de la calle 9
Ubicado sobre la carrera 42 con las calles 8 y 9, cuenta con 420 estudiantes y 63 empleados que llegan a las 6:20 am. A partir de las 7:30 inicia la entrada de 168 estudiantes de transición a tercero y a las 8:00 am. los de preescolar. “Se busca que el ingreso de las estudiantes mayores y las pequeñas no coincidan, al igual que el del personal docente y administrativo. Además el acceso de las busetas escolares se realiza por el parqueadero Corpaúl del Parque Lleras, y el de los vehículos del personal docente y administrativo por la calle 8; el peatonal por la 9”, explica María del Carmen Montoya, administradora de la Institución y agrega: “Estas disposiciones permiten dar mayor movilidad en las calles aledañas. El tiempo promedio de ingreso y evacuación en la entrada y la salida es de 18 minutos”.
Reconoce que el cruce con la Superior no funciona como debería. Lo atribuye a cambios en la zona ocurridos desde 2008, año en que se diseñó, y al impacto de otras construcciones
Por Luisa Martínez
El puente de la Superior con El Tesoro, inaugurado el 15 de julio, ha generado todo tipo de críticas entre los usuarios, que señalan que la obra, que pretendía dar una solución vial, desató otros problemas ¿Qué acciones está tomando la Secretaría de Movilidad? La funcionaria Marta Suárez responde:
Marta Suárez, Líder de Prospectiva de la Secretaría de Movilidad. Foto cortesía
¿Qué sucedió con los diseños viales de la obra? “La obra se diseñó en 2008, puede ser que la dinámica en los usos del suelo y las gestiones sobre la malla vial haya cambiado. En el plan de manejo de tránsito hay muchas modificaciones que, a lo mejor, antes funcionaban bien. Según la dinámica actual, estamos viendo cómo puede funcionar mejor”.
¿Cuáles son las alternativas? “En la noche del miércoles la Secretaría de Movilidad expuso a la comunidad las posibles soluciones y escuchó a los habitantes. Tenemos que poner a funcionar esta vía y articularla a la obra de la Superior con la calle 10 (entrega en febrero de 2016) y con una futura en Los Parra. El tráfico actual es atípico: mucha gente prefiere tomar la loma de El Tesoro en lugar del puente para evitar la congestión en la Superior. Se impidió el atravesamiento por el puente y se reacomodó la salida del centro comercial”.
Atípico, como tener que ingresar por el mall del Este para llegar a la casa. “Quienes van por el mall lo hacen para evitar ir hasta la calle 6 sur y la calle 10, que es la manera correcta. Siempre habrá gente que tenga que hacer extrarrecorridos, pero no podemos pensar en el bien particular. Son casos excepcionales. Cuando se tiene un solo sentido, se aumenta la capacidad vial, se disminuye el impacto por combustible, se eliminan conflictos en los cruces, se disminuyen los semáforos y el riesgo, se posibilita el cruce de peatones, se facilita el ingreso y salida de las unidades residenciales”.
¿Qué influencia tiene el parque comercial El Tesoro en el funcionamiento de esas vías? “Lo que hacemos no es influenciado por el parque comercial, este está dispuesto a lo que le digamos que tiene que hacer. Evaluamos el flujo de entrada y salida y del entorno para definir cómo debe ser el funcionamiento”.
¿Por qué apenas ahora intervendrán? “La obra no lleva mucho de funcionamiento. Tenemos que volver a hacer simulaciones y aforos para verificar cómo se está comportando la gente y determinar la manera de mejorar la circulación y eso también lleva tiempo”.
Estoy convencida de que nuestra agresividad, egoísmo, envidia y demás comportamientos que hieren a otras personas, vienen desde nuestro propio dolor
/ Carolina Zuleta
Cuando me pregunto, si tuviera la capacidad de crear cualquier cosa, sin ninguna restricción, ¿qué haría? La respuesta es: sanaría los corazones de todas las personas del mundo. Para mí, sanar el corazón significa aliviar el dolor que llevamos dentro, remover los rencores y los resentimientos y llenar el corazón de amor, perdón y paz.
Casi todos los días vivimos situaciones donde sentimos que nos faltaron al respeto o que nos hirieron los sentimientos, eso es parte de la experiencia humana. El problema es que no sabemos reparar ese dolor y por lo tanto se convierte en rencor y muchas veces lo expresamos dañando a otras personas.
Una de mis frases favoritas de Tony Robbins dice: “Todos los actos de los seres humanos, son o una expresión de amor o un grito de ayuda”. Estoy convencida de que nuestros gritos de ayuda, es decir, nuestra agresividad, egoísmo, envidia y demás comportamientos que hieren a otras personas, vienen desde nuestro propio dolor. Cuando nos sentimos heridos y no tenemos mecanismos para procesar lo que sentimos, el dolor crece, se convierte en rabia y luego reaccionamos hiriendo a otros. Creo que el deseo de dañar a otro se crea porque queremos que el otro sienta el dolor que nosotros estamos experimentando.
Alison Armstrong, la fundadora de Pax y experta en relaciones humanas, propone los siguientes pasos para sanar el corazón de otra persona. Digamos que Juana le faltó al respeto a Carlos y Carlos está molesto. Si Juana quiere sanar a Carlos y él está dispuesto a ser sanado, entonces juntos harían este proceso:
1. Carlos le expresa a Juana lo molesto que está y le explica lo que él sintió. Es importante que Carlos describa la experiencia completamente. 2. Juana escucha con atención y empatía, tratando de ponerse en los zapatos de Carlos. 3. Juana le dice a Carlos: “Siento mucho haberte faltado al respeto”. Es importante que Juana utilice las palabras exactas que Carlos utilizó para describir su experiencia. 4. Carlos recibe las palabras de Juana y en silencio observa si necesita algo más de ella. Si es así entonces van al paso número 1.
La clave de este proceso es que Carlos sienta que Juana puede entender lo que el vivió y sintió. Lo que sana nuestro corazón no son palabras, sino es la experiencia de sentir que hay otro ser humano que ha visto y comprendido mi vivencia. En este proceso no importa si Juana tuvo la intención de irrespetarlo y ni siquiera importa si objetivamente lo irrespetó, lo que importa es que Carlos se sintió irrespetado. Si quieres sanar el corazón de otro, debes dejar ir lo que dice la cabeza acerca de justicia o razón. Sanar a otro no es un acto de inteligencia, sino un acto de amor. [email protected]
La legislación trata de ponerle freno al problema, pero la realidad la supera y nadie denuncia formalmente
A la informalidad hotelera, o parahotelería, que consiste en alquilar apartamentos o casas residenciales a particulares, por un período inferior a 30 días, sin cumplir con los requisitos de ley, se suma otro fenómeno: el uso de los mismos espacios para rumbas de fin de semana, sin control de horarios, de visitantes, de seguridad, de ingreso de menores, de ruido y de expendio y uso de sustancias.
Sin Dios y con ley Vivir en El Poblado ha conocido casos que dan cuenta del nuevo fenómeno, que se suma al de la parahotelería. “Durante dos fines de semana, en uno de los apartamentos de mi edificio hicieron fiestas como las de una discoteca, el volumen era estridente, los parqueaderos los tenían colmados y se veía gente entrando y saliendo. La administración verificó que el propietario del apartamento lo había alquilado por días”, comenta una habitante de un edificio localizado en El Poblado quien pidió no ser identificada por razones de seguridad.
La ley es clara frente a la práctica de alquilar por días. El decreto 2590 de 2009 ordena que “cualquier persona, natural o jurídica, que entregue la tenencia de un bien inmueble para uso y goce a una o más personas a título oneroso por lapsos inferiores a treinta días calendario, en forma habitual, se considera prestador de servicios turísticos”. La inscripción ante el Registro Nacional de Turismo es un requisito previo y obligatorio para que el inmueble pueda ser utilizado como vivienda turística.
Y es solo uno de los requisitos porque la asamblea de copropietarios debe aprobar el cambio de destinación del inmueble. “Para aprobación se necesita un quórum calificado del 70 por ciento o más”, dice Alfonso Álvarez, director ejecutivo de Asurbe.
El administrador de la propiedad horizontal también es responsable. Este deberá reportar al Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, cuando identifique algún inmueble de la copropiedad que esté destinado para el servicio turístico y que no se encuentre en el Registro Nacional de Turismo. La omisión de esta obligación “impone una multa en salarios mínimos equivalente a 1.933.050 pesos”, comenta Frey Cardona, administrador de copropiedades en El Poblado.
Negocio con impacto Uno de los orígenes del fenómeno es el de inversionistas de otros países que compran propiedades en la ciudad, las amueblan, les dan un perfil de lujo y las entregan a agencias inmobiliarias, nacionales o foráneas, con un público objetivo: el turista.
Estas agencias ofrecen las propiedades por períodos inferiores a 30 días y se blindan contra el efecto de la Ley: “Como en la mayor parte de los edificios de la ciudad está prohibido alquilar los apartamentos por menos de 30 días, ahora estamos en condiciones de ofrecerle tres edificios distintos y 12 apartamentos individuales en períodos mínimos de solo 3 días”, advierte una de estas agencias en su página web.
Hay agencias que aclaran que las propiedades a su cargo están inscritas en el Registro Nacional de Turismo y cumplen con todos los requisitos.
El problema radica en que estos apartamentos están en unidades residenciales y familiares y en el uso alternativo que se les viene dando. Uno es el de hospedaje, pero otro es el de escenario para after parties.
“Sé de un extranjero que le entregó un apartamento a una inmobiliaria para que se lo administrara. Inmediatamente llega un huésped a ese apartamento, a los minutos aparece un taxi con prostitutas”, cuenta la administradora de esa copropiedad quien pidió la reserva de su nombre.
El inspector 14B, Luis Fernando García, señala que, quien se sienta afectado en el caso de los apartamentos que cambian su destinación residencial a otros usos, sin autorización, deberá reportar su denuncia a la Policía o a la Inspección de Policía.
¿Y qué dice la Policía? El Teniente Coronel Fredy Ferney Pérez, Comandante de Distrito Suroccidente, le dijo a Vivir en El Poblado que no tiene registro de actividades como las mencionadas. Reporta, al contrario, un buen comportamiento por parte de los extranjeros. A la luz de las quejas, faltarían entonces denuncias formales de parte de la ciudadanía afectada.
El llamado de Johana Andrea Martínez, directora ejecutiva Cotelco Capítulo Antioquia Chocó, es a la formalización “a todas aquellas personas naturales o jurídicas que estén prestando este tipo de servicios, sin estar inscritos en el Registro Nacional de Turismo”.
¿Ahora vale más un apartamento en la parte alta de la calle 10? Al plan de Valorización sí que lo han rodeado especulaciones, pero desde el análisis experto de la propiedad raíz hay ya una conclusión: la mejor movilidad sí es un indicador como modificador del valor del suelo
11 mil millones de pesos valió la construcción del puente de la transversal Inferior sobre la calle 10, 10.300 millones fue el valor del intercambio de la Superior con El Tesoro, y 2.084 millones demandó la inversión en las obras de conexión de la avenida El Poblado con Las Vegas y el sistema vial de río, solo para citar los proyectos concluidos en el calendario más reciente.
¿Y qué dicen los propietarios de predios ubicados en la zona de influencia? Una parte de la evaluación es sobre cumplimiento y calidad de las obras. Factor importante porque en Medellín no pueden hacer carrera ni los pliegos de licitación a medias, ni los retrasos, ni los elefantes blancos, ni los resultados mediocres.
Otro filtro es el de utilidad y de operación integral correcta, que se perciba que aguantar tanta restricción, más ruido y polvo valió la pena porque el rendimiento en la vía cambió. En este caso tiene marcas negativas el puente de la Superior con El Tesoro, al punto que la Secretaría de Movilidad reconoció que el funcionamiento no ha sido el esperado y que se requieren rediseños, no de obra, sino en la forma de operar las vías del entorno.
Y una manera más de hacerles corte de cuentas a estos proyectos viene dada justo por la promesa inicial del paquete de obras, por el letrero que leímos a la entrada: Valorización.
Valorizar, además de equilibrar la inversión pública en la ciudad –los ciudadanos evaluados como más pudientes cofinancian las obras para liberar recursos que serán destinados a las comunidades que habitan en condiciones desfavorables–, fue la promesa inicial.
¿Y vale más su predio, señor propietario de un apartamento en la parte alta de la calle 10? Al plan de Valorización sí que lo han rodeado especulaciones, dimes y diretes, pero desde el análisis experto de la propiedad raíz hay ya una conclusión: la mejor movilidad sí es un indicador como modificador del valor del suelo.
El año pasado, con las obras en ejecución, los precios en el mercado inmobiliario crecieron 7,5%. No es posible establecer en detalle cuánto pesó la Valorización en ese incremento de valor, pero que incidió, según el análisis de propiedad raíz, incidió. Y lo seguirá haciendo, con un nuevo capítulo por desarrollar: ¿Qué ocurrirá con los avalúos catastrales y, en consecuencia, con el impuesto predial?
El mayor valor aportado por la valorización, con la discusión todavía abierta en la zona de El Tesoro y a la espera de soluciones de movilidad efectivas, se podrá medir predio a predio al final del año y cada caso tendrá sus consideraciones. La que sí es ya una evidencia es que El Poblado está saliendo del atraso vial alguna vez estimado en 30 años.
Las obras fueron cuestionadas y el sistema de cobro recogió todo tipo de pleitos jurídicos y políticos, pero vale una pregunta de cierre para que analice y compare: ¿Qué sería de las transversales (queda el lunar de El Tesoro), de la zona conocida como las Santas, de las lomas, de Linares sin los nuevos tramos? ¿De qué magnitud sería el colapso vial en una comunidad donde la construcción no se detiene?
La artista realizará el lanzamiento de su cuarta producción discográfica este 17 y 18 de septiembre en la Casa Teatro El Poblado
Agotada se encuentra la boletería para el concierto de Maite Hontelé este jueves 17 de septiembre. Aún quedan boletas para la presentación del viernes 18 en las taquillas de Casa Teatro El Poblado
Todo está listo para que los seguidores de Maite Hontelé disfruten durante dos noches de espectáculo musical, con motivo de la presentación de Te Voy a Querer, el más reciente álbum de la trompetista holandesa radicada en Medellín.
“Será un lanzamiento muy especial con dos conciertos diferentes. El jueves 17 haremos un concierto con el público sentado, mientras que el viernes 18 la gente va a estar parada y es más de goce, aunque habrá espacio para el bolero con el acompañamiento del cuarteto Babalú. Para mí será un momento muy especial; con este cuarto disco siento que el sello de Maite se ha afirmado más que nunca y gracias a la nominación al Grammy Latino creo que ya la gente y el ambiente salsero saben quien soy”, afirma la artista.
El disco Con el sugerente nombre Te Voy a Querer, el más reciente disco de Maite Hontelé es descrito como un viaje de sentimientos latinos que va desde el merengue tradicional, con los percusionistas de Juan Luis Guerra como invitados, hasta la salsa brava evocadora de la Nueva York de los años 70, pasando por el son cubano mezclado con la música del Pacífico, interpretado por los músicos de Herencia de Timbiquí en la canción Nochecita.
“Te Voy a Querer se grabó totalmente análogo, o sea en cinta, en Merlín Producciones, mi casa productora, y su primer sencillo es Me da Igual, el cual es un homenaje a la calle de Colombia, a Laureles y Belén, que son los barrios donde yo me muevo, donde me ves parchada en bicicleta con mis amigos. Después tenemos una colaboración con Herencia de Timbiquí, que es un currulao con son cubano que te lleva y te envuelve. Hay de todo en este nuevo disco, quería que fuera un trabajo con mucha variedad para que la gente no se aburra al oírlo en vivo ni en disco. Hay melodías para el bailador y también para aquel que simplemente quiere escuchar algo rico”, comenta Maite.
En la grabación del álbum participó además el cantante y bajista cubano Alaín Pérez, quien ha sido director musical de Celia Cruz y de Issac Delgado. Pérez compuso y produjo la canción Camínalo, en cuya grabación participó Diego Galé, interpretando la conga.
Asimismo, el álbum incorpora los sonidos del quinteto de cuerdas Babalú en canciones como La Bikina y Teoría del Todo.
La Mala, Hello My Friend y Pegaíto son otros de los temas incluidos, en total once, la mayoría de los cuales fueron compuestos por Juancho Valencia, quien ha estado nominado al Grammy Anglo con la agrupación Choquibtown y al Grammy Latino con el disco anterior de Maite Hontelé, Déjame así.
“Para mí es muy emocionante que por fin puedo mostrar al público este cuarto álbum. El tercero, Déjame así, fue fenomenal y estuvo nominado al Grammy Latino. Eso obviamente me generó mucha felicidad, pero también presión porque ya los ojos están dirigidos hacia nosotros, así que trabajamos muy duro en esta nueva producción. Juancho Valencia, el compositor de los temas, empezó a escribir hace más de un año, en diciembre empezamos a grabar y terminamos en febrero. Es un proceso largo y una que ha escuchado el disco siente muchas ganas de salir ya con él. Estoy muy contenta, cada canción tiene para mí emociones diferentes, todas tienen algo especial, algo propio. Juancho Valencia sabe muy bien cuáles son mis gustos y cada tema tiene escondido un montón de historia de Maite, de Juancho, de la ciudad y de la música latina. Es un viaje por emociones, por continentes, por sonoridades”, precisa la cantante.
El estado de conservación de la casa, construida a fines del siglo 19 y ubicada en el pueblo San Francisco de Paula, es tan impecable, que uno podría preguntarse cuándo es que llega Hemingway para el almuerzo
/ Álvaro Navarro
No teníamos programado salir de La Habana en nuestra visita a Cuba, pero un día el señor que llevaba y traía a mi esposa a la bienal, y que indirectamente hacía de guía de turismo, le preguntó: “¿Y no tienen previsto ir a conocer la casa de Hemingway? No dejen de hacerlo, les va a encantar”. Finalmente acordamos con él hacer la visita un día, al final de la mañana.
Finca Vigía, nombre de la casa, está localizada a unos 12 kilómetros del centro de la ciudad. A los pocos meses de llegar Hemingway a vivir en Cuba, su tercera esposa (Martha Gellhorn) arrendó la finca con el fin de salir del Hotel Ambos Mundos, donde residían.
La finca, que luego adquirieron en 1940, está en una colina en una zona rural del pueblo San Francisco de Paula y tiene un poco más de seis hectáreas, donde los mangos y los flamboyanes hacen una fuerte presencia, compitiendo con la casa y demás construcciones que conforman el museo. La principal característica es que la casa (construida a fines del siglo 19) hay que visitarla desde afuera mirándola a través de los amplios ventanales que la circundan.
Esta se conserva intacta desde los años sesenta del siglo pasado, con los muebles, libros, revistas, publicaciones y elementos dejados por Hemingway y su esposa Mary Welsh, con quien se había casado en marzo de 1946. El estado de conservación es tan impecable, que uno podría preguntarse cuándo es que llega Hemingway para el almuerzo. A través de un gran ventanal se puede ver una mesa larga, lista para servir a tres personas: en un lado están los dos puestos que utilizaban Hemingway y Mary y frente a ellos, del otro lado de la mesa, el puesto para el invitado.
La visita puede extenderse a la zona de la gran piscina, el cementerio de sus perros y sus gatos favoritos y el hermoso bote Pilar, construido íntegramente en madera y que era el que escritor utilizaba para sus grandes y famosas excursiones de pesca. A la entrada de la finca hay un pequeño campo de béisbol, hecho por Hemingway para jugar con los niños de San Francisco.
A unos pocos kilómetros de la casa, en Cojímar -pueblo de pescadores- está localizada La Terraza de Cojímar, una casa de esquina de altos techos que desde 1925 alberga un restaurante, conocido desde 1940 como La Terraza. Por su estratégica ubicación frente al mar, fue el favorito del escritor. Dice la leyenda que allí encontró y conoció a Anselmo Hernández, el viejo pescador descrito en la novela El Viejo y el Mar.
No más cruzar la puerta, el visitante se encuentra con una barra larga de madera en la que rápidamente tendrá servido un Daiquiri o un Don Gregorio, hechos con base al ron Havana Club tres años. Detrás de ella, estanterías de madera oscura que alojan los mejores rones del país, en frente un corredor largo con algunas mesas y que desemboca al fondo con un gran salón, ordenado impecablemente y que ventanea sobre el mar. El sitio es ideal para disfrutar un coctel hecho con camarones frescos, un buen pescado frito acompañado con tajadas de plátano maduro, o una muy buena paella marinera, platos estrellas del restaurante, acompañados de deliciosos mojitos.
Un buen almuerzo, historias de pesca y de Hemingway completaron las horas del medio día. Cuando empezó a soplar la refrescante brisa, regresamos a La Habana, donde hicimos una parada en el mítico Sloppy Joe’s bar, que desde 1917 está sirviendo los mejores tragos de la ciudad. Es un local señorial de gran ambientación, donde ordenamos una ronda del extraordinario Ron Santiago 11 años, antes de regresar a nuestro hotel y empacar nuestras maletas para el día siguiente abordar el avión que nos regresaría a casa. Si desea puede escribirme a: [email protected][email protected]
Delitos como el robo a personas, residencias y establecimientos comerciales, así como la micro extorsión, son más difíciles de cometer si la ciudadanía está alerta y en contacto con las autoridades
Toda acción preventiva contribuye a su seguridad y la de sus allegados. Denuncie movimientos sospechosos en la línea 123 y en la línea 165 del Gaula
Vivir en El Poblado hace un recuento de algunas recomendaciones de seguridad, cuya aplicación en la vida diaria puede ayudarle a evadir el accionar de los delincuentes. Tenga en cuenta esta información útil a la hora de hacérselo difícil a los amigos de lo ajeno.
Evite el hurto a residencias
Instale en su residencia un ojo mágico y una cadena para identificar a las personas antes de abrir.
En caso de perder las llaves, aunque sea por poco tiempo, cambie las cerraduras.
En las noches asegúrese de que las ventanas y puertas queden debidamente cerradas.
No permita la entrada a personas extrañas y desconfíe de servicios técnicos no solicitados.
Evite comprar celulares robados o en sitios de dudosa reputación
¿Quién más quiere vivir en Santa Elena? El único corregimiento al Oriente de Medellín se ha convertido en la nevera paradisíaca de un grupo de personas que buscan, cada vez más, distanciarse de la ciudad
Por María Camila Vásquez Jaramillo
Medellín se ha acostumbrado a sí misma. Dentro del tazón que es el Valle de Aburrá no se nota el veneno del tráfico, de la contaminación, del caos ni de la aceleración. Pero basta alzar la cabeza un poco. Sobre la ciudad, 1.500 metros más arriba y 17 kilómetros más lejos, como una figura mística y protectora, reposa Santa Elena. Se sostiene a sí misma, valiente y serena, con el valle de fuego a sus pies, como una mujer fuerte, compasiva y generosa que seduce a quien la visite con la humanidad de quienes residen en ella.
“¿Volver a Montería? ¡Nooooo, nunca!”, dice Gloria Escobar, una profesora retirada y residente de Santa Elena refiriéndose a la posibilidad de regresar a vivir a El Poblado y a las altas temperaturas de la ciudad del eterno verano. Gloria, como tantos otros expatriados de Medellín que viven en este corregimiento, se fue en busca del silencio, del frío, de la calma, de la naturaleza, de la ausencia de trancones. Se fueron, en gran medida, en busca de una vida menos acelerada, menos dictaminada por las escaleras corporativas, una vida diferente a la que ofrecen Medellín y sus otros corregimientos.
Panorámica de Santa Elena y el oriente cercano desde la vereda Las Palmas. Fotografía Róbinson Henao, septiembre de 2015
Santa Elena, el único de ellos que está hacia el oriente, se topa con Copacabana, Bello, Envigado, Guarne, Rionegro y Medellín en una mezcla única de territorios y habitantes. Pero si uno no le presta atención a los detalles de su ubicación geográfica, podría pensar que está en la comarca de Frodo Bolsón en El señor de los anillos. Es un montaña acomodada entre otras colinas que conforman una hilera de dientes cubiertos de musgo de incontables tonos de verde, de árboles melenudos y de tercos ojos de poeta. Allí no importa qué tanto brille el sol; siempre hace frío. La madrugada, particularmente, ofrece temperaturas sin misericordia, pero tanto nativos como residentes nuevos se han acostumbrado al clima a cambio de tantas bondades de esta tierra.
Las bondades de la tierra Teresa Atehortúa se levanta antes del amanecer todos los días de la semana pero los domingos madruga más: a las 2 de la mañana. Desde la víspera tiene preparados todos los vegetales, las frutas y las hortalizas que cultiva en su casa para llevarlos a los Mercados Campesinos en el Parque La Presidenta, en El Poblado.
Línea del metrocable hacia el Parque Arví. Fotografía Róbinson Henao, septiembre de 2015
Ella, como tantos otros de los Atehortúa de este corregimiento endógeno, tiene un carácter templado. No le gusta mucho la idea de que la entrevisten. Como los demás habitantes de la zona, es reservada y algo tímida. Los nativos parece que acumularan toda la excentricidad y festividad del año para estallarla durante la Feria de Flores, pero con el paso de los minutos y de la conversación, Teresa deja ver un poco su entusiasmo por la tierra, su oficio y sus ancestros. Ella y su esposo son campesinos de la vereda Perico. Viven a pocos kilómetros de donde será Meritage, un lujoso condominio de casas sobre la variante hacia el Oriente antioqueño y cuyo tamaño desentona con casas como las de Teresa y sus vecinos.
La de ella no es lujosa, pero sus cuatro paredes pintadas de azul pálido sostienen una vivienda digna de envidia, que goza del sepulcral silencio y la libertad de un lote sin cercar. Impera la tranquilad. Sus vecinos más cercanos son familiares suyos, suegros, cuñados, sobrinas y un habitante de El Poblado que decidió hace poco instalarse definitivamente allí. “Unos señores ricos de El Poblado”, dice Teresa en voz baja.
Silletero, oficio de algunos campesinos de Santa Elena que cargaban en una silleta flores y hortalizas para la venta en la ciudad de Medellín. Fotografía tomada por Gabriel Carvajal en 1955. Cortesía Archivo Fotográfico Biblioteca Pública Piloto
A las dos de la mañana su esposo le da la pelea a la neblina y coge carretera para Medellín. En el carro van Teresa y tomates, tomate cherry, tomate perla, auyama, pepinos, apio, perejil, perejil liso, cebolla, romero, yacón, penca’e sábila, hierbabuena, alcachofa, menta, ruda, habas, mora, maíz, arveja, frijol, papa, brócoli, uchuva, zanahoria, hoja de roble, lechuga batavia, lechuga lisa, lechuga crespa y crespa morada, cogollo europeo, acelga, acelga china, espinaca bogotana, rúgula, mostaza… todo lo que producen las más de seis mil matas cultivadas en las casi cinco cuadras de su terreno: un supermercado bajo la máxima expresión de la frescura. También van en el carro las fresas, las que se dice por Mercados Campesinos que son las mejores, que no saben a químicos, a diferencia de las fresas de otros mercados.
Según eso, todo lo que cultiva Teresa sabe mejor, pues son cultivos orgánicos, sin pesticidas ni químicos. Pronto tendrá un sello verde que certifique sus productos. “De los marranos sale el abono para las matas, mezclado con aserrín y cal, y eso es bendito, quedan una belleza esas verduras, además lo que estábamos comiendo antes era puro veneno”, sentencia.
>>Gloria González o Nanantzin Atekokolli. Foto Giscela Molina
A veces, en el carro, va uno de los hijos de la pareja. Son tres mujeres y un muchacho. Los cuatro ayudan con la huerta: siembran, recogen, pican, limpian y empacan los fines de semana. Sin embargo, sus estudios pintan destinos alejados de la huerta. Las dos hijas mayores estudian Ingeniería de Sistemas y Contabilidad y los dos menores aún están en el colegio. “Ellos son conscientes de que esto es de ellos”, dice Teresa con expresión serena mientras señala su terreno. A sus hijos también les pertenece otra de las tradiciones más fuertes de Santa Elena. Teresa es hija del silletero Agustín Atehortúa, ya fallecido, y uno de los fundadores del Desfile de Silleteros. Ella, sus hermanos, hijos, cuñados y otros parientes hacen parte de esta manifestación que este año se estrenó como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación y que les dejó a los santaelenenses desbordada alegría pero a la vez esa sensación que les queda a las ciudades tropicales luego de que pasa su huracán anual.
Se dice que Santa Elena es una cosa durante el año y otra muy distinta en la semana de la Feria. Para los nativos, especialmente aquellos que se lucran del turismo, la Feria dura todo el año, con los preparativos de la gran fecha. Pero para los habitantes que encontraron en Santa Elena un refugio sagrado, la semana de feria es un atentado a la calma.
Represa Piedras Blancas, al nororiente de Medellín. Inaugurada en 1921, cumplió su vida útil en 1952. Fue remodelada y puesta en servicio, junto con el embalse del mismo nombre, en 1958. Foto Gabriel Carvajal, 1951. Cortesía Archivo Fotográfico BPP
Gloria González, porejemplo, hace un mercado grande unos tres o cuatro días antes de que todo empiece. La idea es encerrarse con todo lo necesario para no tener que salir de su casa durante las festividades. El encuentro con turistas, carros y parranda entorpecen su estilo de vida.
Pareciera que todos los habitantes de Santa Elena, vestidos de chaqueta, bufanda y gorro, hubieran encontrado el paraíso terrenal
La abuela Gloria, como la conocen mejor en Santa Elena, es una mujer fuerte. En su vestuario, su pelo blanco trenzado y su forma de presentarse exhibe ausencia de vanidad y exceso de carácter. Pocas veces se le ve sonreír. Parece prevenida y de inmediato, sin reparos ni rodeos, expresa el origen de su prevención: “No me ha ido muy bien con los periodistas”. Para aceptar que se le haga una entrevista sobre su trabajo con baños de vapor, conocidos como temazcales, exige la participación en uno de ellos.
Domo en el Parque Arví. Fotografía Róbinson Henao, septiembre de 2015
La cita queda para un domingo en la vereda El Plan. También llegan otras 30 personas para hacer parte de esta ceremonia que “dura lo que tenga que durar” (entre tres y seis horas) y en la que, para ojos primerizos, lo que se aprecia es un baño de sudor dentro de un iglú de cobijas. El “iglú”, de tres metros por tres, está hecho de ramas flexionadas que sostienen mantas. Las mantas, unas sobre otras, forman un techo caliente y oscuro que expuesto al sol del mediodía acumula suficiente calor para abrir poros y destapar desesperos, pero la idea es que la temperatura sea mucho más alta. Así, luego de inhalar por la nariz un brebaje de tabaco que pica y estremece el cerebro, las personas van entrando una a una dentro de la estructura redonda, se sientan en círculo y esperan las indicaciones de la abuela Gloria. Luego, unas 15 o 20 piedras que llevan varias horas calentándose en un fuego cercano son llevadas por tandas al centro del círculo. Sobre ellas se vierte agua lentamente para producir el vapor continuo y el exceso de calor que las mantas van atrapando. La humedad se dispara y el calor se vuelve insoportable para algunos. Otros esperan, cantan y todos practican la paciencia.
Panorámica hacia el sur, tomada desde el mirador Cerro Verde, en la vereda Pantanillo. Fotografía Róbinson Henao, septiembre de 2015
Entre novatos y veteranos los propósitos varían: algunos asisten por curiosidad o porque encuentran allí una especie de reparación física, de desintoxicación y renovación para músculos, pulmones y piel. Para otros, el vapor, la unión con otras personas y los cantos les ayudan a despejar la mente… Unos más encuentran a través del temazcal una conexión especial con la tierra y la naturaleza. En esta ocasión la persona ubicada más cerca a la abuela Gloria tiene otra intención, aprender. Es una niña de 10 años que dice que quiere ser temazcalera cuando crezca, igual a Gloria.
Monumento al Silletero, de la escultora Luz María Piedrahíta, en el sector central de Santa Elena. Fotografía Róbinson Henao, septiembre de 2015
La historia de Gloria, o Nanantzin Atekokolli como la llaman algunos (significa abuela y sonido de la creación, en náhuatl, lengua antigua de Mesoamérica), es similar a la de otros habitantes de Santa Elena: se escapó de Envigado y de un trabajo en comercio internacional buscando una conexión espiritual más fuerte de la que ya tenía en su vida. Empezó con técnicas de respiración y yoga y luego por el camino fue encontrando a Santa Elena y a los tres elementos que hoy hacen parte de su oficio como temazcalera: el tambor, el fuego y el temazcal. En sus prácticas de baños de vapor ha visto ir y venir a centenares de personas, unas que siempre regresan, otras que nunca vuelven y algunas cuya vida cambia definitivamente con la limpieza del vapor.
Vivienda típica en la vereda Mazo, sector Los Vásquez. Fotografía Róbinson Henao, septiembre de 2015
“Quedé cero kilómetros”, dice Gigi dichosa y cansada cuando termina el temazcal. Giscela Molina, o Gigi, es de las que dice que su vida cambió y ahora es una visitadora frecuente de la abuela Gloria y los temazcales. Gigi es una vallecaucana que llegó a Santa Elena hace poco menos de un año. Dio con este corregimiento por una invitación a un festival de fotografía y descubrió que en Santalandia, como llama a Santa Elena, quería tener su campo base. Gigi es una viajera impulsada por su espíritu libre, pero luego de pasearse por lugares tan disímiles como India, Tailandia, Perú, Bélgica o Brasil, decidió asentarse. Su profesión es piloto comercial, pero asegura que en una toma de yagé la bebida le mostró los colores de la selva de una manera diferente y vio que su vocación sería la fotografía. Desde entonces ha venido cultivando esta pasión con retratos de niños e imágenes de lugares extraordinarios. A Gigi jamás se le ve sin una sonrisa. Siempre está inquieta y feliz. “El temazcal lo tenés que hacer con falda y sin calzones para conectarte con la madre tierra”, dice con naturalidad y un fuerte acento valluno.
Mirador Cerro Verde. Fotografía Róbinson Henao, septiembre de 2015
Las curvas de la carretera a Santa Elena, que tanto evitan otros habitantes de Medellín para llegar al oriente antioqueño porque se marean en los carros, enredan y atrapan a gente como Gigi y diferentísima a Gigi, gente de todos los lugares de Colombia y del mundo. Los franceses, ingleses y alemanes que conforman la colonia de extranjeros, por ejemplo, son muy retraídos y, al igual que los locales, son reacios a dejarse entrevistar. Pareciera que todos los habitantes de Santa Elena, vestidos de chaqueta, bufanda y gorro, hubieran encontrado el paraíso terrenal y no quisieran compartirlo con nadie más. “No vas a hablar maravillas de Santa Elena en ese artículo porque se nos llena esto aquí de gente y nos convertimos en El Poblado en seis meses”, implora a manera de chiste profético, Gloria Escobar. Mercado campesino en el Parque Arví. Fotografía Róbinson Henao, septiembre de 2015
Atentados al paraíso Desde 2005, e incluso antes, Santa Elena ha sufrido lo que sus habitantes han sentido como atropellos determinantes en la historia del corregimiento. En la alcaldía de Sergio Fajardo, a través de Corantioquia, se dio vía libre a la creación de una reserva forestal en la ladera oriental de Medellín donde se encontraban asentadas las tradicionales poblaciones de las veredas Piedras Blancas, Mazo, Piedra Gorda y Barro Blanco de Santa Elena: el Parque Arví. A pesar de que los habitantes sintieron en su momento que el lineamento de una zona pública para convertirla en parque era un atropello, sobre todo porque el proyecto se había hecho sin consultarles ni lo macro ni lo micro, este nuevo punto de referencia permitió que el corregimiento se visibilizara más en el panorama periodístico, administrativo y turístico.
Niño de la vereda Mazo, sector Los Vásquez. Fotografía Róbinson Henao, septiembre de 2015
Pero con el turismo llegó la línea del metrocable al Parque Arví, una caja de Pandora que regó 13 mil personas en una semana al corregimiento. “Santa Elena no estaba preparada para recibir lo que venía en el cable”, explica la periodista Ana Isabel Rivera, exeditora del periódico Viviendo Santa Elena. “No había vías, no había cultura metro ni estrategia de visitantes o de protección a moradores… ¡no había nada! No había baños ni canecas de basura; no estaba preparada para la avalancha humana de todo tipo que llegó”.
>>Barranquero en la vereda Piedra Gorda. Fotografía Róbinson Henao, septiembre de 2015
Además de la invasión a zonas privadas por parte de los visitantes del Parque Arví, la falta de claridad de los límites y dificultades en los permisos para construir, el disgusto más grande fue la demolición de la sede comunal de la vereda Mazo en 2010, en la administración de Alonso Salazar. Era una sede pequeña y sencilla pero construida por los habitantes con sus propios recursos. “Eso fue un acto de agresión muy grande en la historia de esa población y para la comunidad ha sido muy doloroso”, asegura Rivera. En efecto, los habitantes de la zona no lo han olvidado. En junio de 2015, cinco años después, convocaron un cacerolazo para protestar contra la administración municipal porque a pesar de negociaciones con la alcaldía de Aníbal Gaviria para reparar el daño, la deuda con sus habitantes no había sido saldada.
Beatriz Araque, directora ejecutiva de la Corporación Parque Arví, llegó hace cinco años a ese cargo en pleno aprieto y ruptura de relaciones entre la población y el municipio. Decidida a ver oportunidades en las crisis, lleva este lustro buscando la manera de dinamizar el territorio de formas innovadoras que le permitan a la comunidad aprovechar y enriquecerse con las puertas que abre el Parque Arví. Según cifras de la Corporación, en el mundo hay más de 22 millones de personas que buscan tres países de América Latina para turismo de naturaleza: Brasil, Costa Rica y Colombia, y de los 42 mil extranjeros que recibe Medellín cada año, un 20 por ciento sube al Parque Arví. Aproximadamente, y solo en el cable, hasta 3.500 personas suben cada día del fin de semana. Con ese nicho en mente, se han creado actividades de senderismo, camping, el kilómetro paisajístico, el Mercado Arví, entre otras. “Es una verdadera oportunidad para el corregimiento”, dice Araque.
Aves en la vereda Mazo. Fotografía Róbinson Henao, septiembre de 2015
Pero más recientes son otros dolores que se han asentado y convertido en una realidad en Santa Elena. Por ejemplo, los misteriosos incendios en los bosques del corregimiento que duraron más de una semana en mayo de este año y dejaron casi 20 hectáreas quemadas, aún son objeto de especulación para una comunidad que no ha terminado de comprender cómo y por qué se originaron. Y desde enero de este año se hace evidente, hasta para los más despistados, la arremetida del Túnel de Oriente en la montaña.
“¿Qué nos queda? Seguir mirando, seguir advirtiendo, pero ¡hombre, qué tristeza esperar a que se dañe la montaña!”
>>Vereda Mazo. Fotografía Róbinson Henao, septiembre de 2015
Ángela Londoño*, una de las activistas más veteranas de Santa Elena y quien ha hecho veeduría durante más de 10 años a la construcción del Túnel de Oriente, tiene muchas dudas sobre este macroproyecto, inquietudes que comparte con el Comité de Veeduría Ciudadana Túnel de Oriente y con habitantes del corregimiento. Su primer cuestionamiento es si vale la pena reducir de 45 a 18 minutos la conexión entre los valles de Aburrá y San Nicolás, a costa de lo que ellos ven como un tremendo impacto ambiental. Una segunda inquietud es que el túnel atraviese una zona que es Reserva Forestal Protectora Nacional del Río Nare. Pero, sobre todo, le preocupa la falta de claridad acerca de lo que pueda pasar con el sistema hídrico del sector: que se sequen los acuíferos de la montaña, que las aguas de Rionegro y Guarne se pierdan al correr hacia Medellín, que las quebradas La Aguadita, La Espadera, Santa Elena y otras sufran el mismo destino de la quebrada La Gata, abastecedora del acueducto de Calarcá (Quindío) y cuya severa contaminación por vertimientos industriales en la construcción del Túnel de La Línea le mereció una sanción al contratista por parte de la Corporación Autónoma Regional del Quindío (CRQ). Una multa de tres mil ochenta millones de pesos ($ 3.080´000.000), según informaron medios nacionales en mayo de este año.
A pesar de que los estudios del Túnel de Oriente fueron actualizados en 2014 para poder levantar la suspensión que el proyecto sufrió durante 2012 y 2013, el Comité de Veeduría Ciudadana de esta obra encontró nuevamente fallas en ellos. Acudieron entonces el año pasado a la Contraloría General de la Nación al ver que sus preocupaciones no hacían eco en Cornare. La Contraloría, según recuerda Ángela, envió un equipo de ingenieros geólogos y ambientalistas expertos en fauna y flora que hicieron recorridos de la zona, se reunieron con la Veeduría, con ciudadanos, con Cornare y con la Concesión Túnel Aburrá Oriente. De esa investigación salió una función de advertencia.
Panorámica nocturna de Medellín, desde la carretera de Santa Elena. Fotografía Róbinson Henao, septiembre de 2015
“Las funciones de advertencia de la Contraloría son como cuando una mamá le advierte a un niño que se va a aporrear: puede que no pase nada o puede que tengamos que salir con él pa’l hospital. Y como los niños no les paran bolas a la mamá, el 15 de abril de este año la Contraloría sacó un informe en el que vuelve y dice: ‘… Para la Contraloría el desarrollo del proyecto, según los parámetros de diseño planteados, presenta un riesgo alto sobre el componente hídrico e hidrobiológico del área de influencia. Esta decisión se fundamenta, además de lo anteriormente mencionado, en la exploración de los daños ambientales evaluados y documentados por el presente ente de control en un proyecto equivalente (Túnel de La Línea) cuyo planteamiento para el manejo de vertimientos industriales, en palabras propias del concesionario, es idéntico a lo propuesto para el Túnel de Oriente’”, explica y lee la activista.
Este es el resultado más reciente de su gestión y la del Comité de Veeduría Ciudadana Túnel de Oriente. Son frutos pequeños para el esfuerzo que hacen, y caen, según ella, en oídos sordos. Su objetivo y el del comité cívico, según afirma, es que el túnel se haga de la manera más responsable. “Aquí no nos oponemos al túnel como túnel ni al desarrollo del Departamento, pero sí nos oponemos totalmente a que se hagan proyectos sin claridad y sin cuidados para proteger las zonas por donde pasan”, dice un poco exhausta de volver a contar esta historia que ya lleva 17 años caminando. Y concluye: “¿Qué nos queda? Seguir mirando, seguir advirtiendo, pero ¡hombre, qué tristeza esperar a que se dañe la montaña!”. *Nombre cambiado para proteger la identidad de la fuente.
El cronista
María Camila Vásquez Jaramillo es comunicadora social – periodista de la Universidad Pontificia Bolivariana. Durante cuatro años trabajó como periodista y editora digital en el periódico Vivir en El Poblado. Entre enero y julio de 2015 también ejerció labores como editora general (E).
Decir Manrique es decir desborde vital en la carrera 45, es decir actividad abigarrada, es la diversión, es el comercio y la cultura. Es una parvada de niños persiguiendo sueños de libertad en la redondez de un balón de fútbol.
En general, sus habitantes se gozan sus calles como espacio vital, inmediato, sin alternativas. Así que las cierran para las rumbas de todas las estridencias, las usan para los juegos infantiles, para los picaditos de fútbol, para vitriniar y conseguir amores y, en fin, hasta para secar la ropa sirven.
Parodiando la Balada para un loco, las callecitas de Manrique tienen ese qué sé yo… Dos estatuas del mismo Gardel, pero un solo sentimiento inspirador, aunque dicen que ya nadie lo voltea a ver. Fotografías tomadas por Róbinson Henao en junio de 2015. Fotografía en blanco y negro de León Francisco Ruiz, tomada en 1969. Cortesía Archivo Fotográfico Biblioteca Pública Piloto
Entramado de vías que se quedó con la fama atorada en alguna bocacalle de comuna violenta. Ya no lo es, juran los vecinos. Hay que desmitificar que aquí a uno le dan bala en cada esquina, señala gráficamente una líder cultural procedente de otros ámbitos.
Por esas calles de dios rueda un eficiente sistema de transporte y avanza, glotona, devorando casas viejas color de humedad, la moderna urbanización. Lucen limpias y asfaltadas, pero de pronto, allende la loma, terminan en trochas a cuya vera la vida cobra otra dimensión: la de las carencias: barrios enteros levantados en zona de riesgo y por tanto huérfanos de redes de servicios públicos, de rutas de buses, de obras públicas. Refugios de supervivencia para familias enteras de desplazados, en su mayoría, que viven del rebusque, ellos, de trabajar en casas, ellas. ¡Ojo! una población en crecimiento, fenómeno que debería invitar a las autoridades a pellizcarse.
Así que las calles de Manrique son un popurrí de emociones y de contrastes. Fue el tango su himno durante generaciones, pero ahora está perdiendo la voz, porque otros ritmos gritan más alto. Sobre estas calzadas se levantan íconos representativos de lo divino y lo humano, que por igual mueven multitudes: el templo del Señor de las Misericordias, una construcción de estilo gótico, en el portón del barrio. Y el inefable Gardel, jugando a ¡estatua! a un lado de “su” carrera 45, desde la cual se proclama el muerto más vivo de Medellín. Porque perdura en esa vibrante vía y en el aún más vibrante corazón de los habitantes de la comuna, ella y él se toman las páginas centrales de este cuadernillo.
Ubicación La comuna 3 (Manrique) está situada al nororiente de Medellín. Limita al norte con la comuna 1 (Popular); al oriente con el corregimiento de Santa Elena; al occidente con la comuna 4 (Aranjuez) y al sur con la comuna 8 (Villa Hermosa).
Extensión: 549.65 hectáreas.
Barrios De acuerdo con la división territorial oficial, la comuna 3 tiene 15 barrios: La Salle, Las Granjas, Campo Valdés, Santa Inés, El Raizal, El Pomar, Manrique Central No. 2, Manrique Oriental, Versalles No. 1, Versalles No. 2, La Cruz, Oriente (Bello Oriente), María Cano – Carambolas, San José la Cima No. 1 y San José la Cima No. 2.
Viviendas La Encuesta de Calidad de Vida Medellín 2013 indica que en la comuna 3 hay 48.654 viviendas, de las cuales 28.360 están en estrato 2, 12.896 en estrato 1 y 7.398 en estrato 3.
Población y edades Según la Encuesta de Calidad de Vida Medellín 2013, Manrique tiene 158.028 habitantes, de los cuales 82.404 son mujeres y 75.624 son hombres. Del total de la población, 40.904 personas tienen entre 45 y 64 años; 34.788, entre 0 y 14 años; 26.483, entre 15 y 24 años; 23.998, entre 25 y 34; 20.139, entre 35 y 44, y 11.716 tienen 65 años o más.
Servicios públicos Agua: Según EPM, al 23 de junio de 2015, en la comuna 3 había 1.910 clientes/usuarios morosos cortados (2,56 %) y 545 suspendidos (0,46 %), de un total de 74.709 servicios. Energía: A la misma fecha, los usuarios morosos cortados eran 883 (1,10 %) y los morosos suspendidos 367 (0,46 %), de un universo de 80271 servicios. Gas: De un total de 30.802 servicios, al 23 de junio había 921 clientes/usuarios morosos cortados (2,99 %) y 1085 suspendidos (1,08 %).
Seguridad De acuerdo con el Sistema de Información para la Seguridad y la Convivencia (Sisc), durante los primeros nueve meses de 2015 se registraron diez homicidios en la comuna 3, siete menos que en igual periodo de 2014, 17 menos que en 2013 y 30 menos que en 2012. Entre el 1 de enero y el 30 de septiembre de 2015, los días sin homicidios en Manrique sumaban 263, cuatro más que en el mismo lapso del año pasado, 15 más que en 2013 y 23 más que en 2012. En la comuna 3 hay 19 cuadrantes de Policía y 10 cámaras de video vigilancia instaladas.
Una palabra rueda por las intrincadas laderas, por el playón vecino al río, pero en especial por los corazones de los habitantes de la comuna 2 Santa Cruz: persistencia.
Persistencia para ganarle a la muerte que en alguna época se ensañó con sus calles, con sus gentes. Para sostenerse y sostener familias prolíficas, a las que gracias a dios no les falta sino lo necesario. Persistencia para hacerse comunidad organizada y echada pa’lante, a pesar de la indiferencia estatal. Para conservar y fortalecer las formas de ser y de vivir propias de los pueblos antioqueños.
El improvisado crecimiento vertical de las viviendas da cuenta de la optimización del espacio ante el crecimiento de las familias, y de la recursividad para la generación de ingresos. Casa ubicada sobre la carrera Carabobo a la altura de Villa Niza. Fotografía tomada por Róbinson Henao, septiembre 26 de 2015
Gracias a esa palabra mágica, gente que se describe feliz, servicial, auténtica, gozona. Una cantera de líderes naturales que sabe de organización social para frentiar las dificultades, para arrebatar al Estado derechos básicos. Para sacudirse de un índice de pobreza apabullante (del 22 %) superado solo por la vecina comuna 1 – Santo Domingo (32 %), según la última encuesta de Calidad de Vida, realizada en el sector.
Encuesta que también reveló que de las 109 mil personas que viven allí, solo 26.572 están trabajando; 16.530 no laboraban y otras 4.328 buscan algún empleo.
A ello se suman las dificultades que presenta la atención en salud: el 26.1 % de la población goza de alguna afiliación al régimen contributivo, mientras que un 61,3 % está afiliado al Sisbén o al régimen subsidiado y el 8.9 % está desprotegido. Comuna fuente de dirigentes cívicos, políticos, espirituales, deportivos. De madres tempranamente “huérfanas” de sus hijos, que proclaman que en sus corazones no pueden albergar odios ni venganzas.
Adalides culturales dedicados a rescatar las potencialidades de la población joven, para forjar, según sostienen, seres portadores de alegría, de paz y de solidaridad.
Mientras se sacude de la maldición de que sean los viejos los que entierran a los jóvenes, la comunidad mantiene su lucha por causas elementales, pero para ella vitales: espacio público, escenarios recreativos, calidad en la atención de la salud, fuentes de empleo. Insistirá en su brega; sólo así le hará notar a la esquiva ciudad que en ese territorio se asentó un “pueblo paisa” que hace las veces de embajador de lo auténtico, de la insondable calidad humana que le es característica.
Ubicación Situada en la zona nororiental de Medellín, la comuna 2 Santa Cruz limita por el norte con el municipio de Bello; por el oriente con la comuna 1 Popular; por el sur con la comuna 4 Aranjuez y por el occidente con el río Medellín. Extensión: 219.52 hectáreas
Barrios La Isla, El Playón de los Comuneros, Pablo VI, La Frontera, La Francia, Andalucía, Villa del Socorro, Villa Niza, Moscú No. 1, Santa Cruz, La Rosa.
Viviendas Según la Encuesta de Calidad de Vida Medellín 2013, en la comuna 2 hay 31.121 viviendas, distribuidas en los estratos de la población, así: en el estrato 2 hay 26.902 y en el estrato 1, 4.219 viviendas.
Población y edades La información oficial indica que en la comuna habitan 110.202 personas, de las cuales 58.335 son mujeres y 51.867 son hombres. Entre 0 y 14 años suman 26.778 personas; de 15 a 44 años, 51.275; de 45 a 64 años, 24.475 y de 65 años o más, 7.674.
Seguridad Informa la Alcaldía de Medellín, a partir delos registros del Sistema de Información para la Seguridad y la Convivencia (Sisc), que entre el 1 de enero y el 26 de septiembre de 2015 se registraron 13 homicidios en la comuna Santa Cruz, igual que el número registrado en 2014; 4 menos que en 2013 y 9 menos que en 2012. Además se contabilizan, a septiembre 26, 256 días sin homicidios. Igual número se registró en 2014, dos más que en 2013 y seis días más que en 2012. En la comuna 2 operan 12 cuadrantes de Policía y 7 cámaras de videovigilancia.
La comuna 60 (San Cristóbal) es el cuarto corregimiento que visita las páginas de la serie Vivir en Medellín para enseñarnos de su territorio, pero en especial de sus mujeres y de sus hombres. Para hacernos notar dos preocupantes coincidencias con sus homólogas: la densificación urbanística y la ruralidad atropellada.
La producción agrícola es la principal actividad económica del corregimiento San Cristóbal, comuna 60, de Medellín. Cultivo de cebolla en la Vereda La Cuchilla. Fotografía tomada por Róbinson Henao en septiembre de 2015
Está aquí para narrarnos historias protagonizadas por campesinos de todo el maíz como se decía, de líderes natos, de jornaleros por vocación. En síntesis, de hombres y mujeres con un apego por la tierra que les corre por sus venas. Sus primigenios habitantes conforman un caleidoscopio humano de riquezas envidiables: vidas simples como los amaneceres que disfrutan cotidianamente. Seres humanos despreocupados, protagonistas de un buen vivir, como para suscitar la envidia del citadino cargado de angustias por las exigencias sociales.
Pero como a todo paraíso, le llegó su nube gris representada primero en las manifestaciones extravagantes de los dueños del dinero mal habido, y luego en los enfrentamientos entre combos y bandas. Otra más: con la nueva conexión vial al Túnel de Occidente muchas cosas cambiaron: se fracturó el territorio, algunas familias perdieron sus tierras y las actividades productivas decayeron.
Preocupa que ese jardín, antesala de Medellín, esté cediendo espacio a un ritmo acelerado a grandes urbanizaciones que están saturando el corregimiento. Se presenta, por igual, un choque de identidades que las autoridades deberían tener en cuenta. También para la agenda gubernamental: la crisis de la producción agropecuaria que lleva a sus campesinos a poner en evidencia las dificultades que soportan en razón al desestimulo de vieja data, que golpea la economía campesina. De allí que pidan a gritos una política pública que proteja al sector rural de los corregimientos en general.
Con todo, un buen vividero: población de paso entre esos dos centros administrativos y económicos en la época de la Colonia: Santa Fe de Antioquia y Rionegro, que conserva un cariz de pueblo sano y tranquilo, en criterio de sus llanos habitantes.
Ubicación Situado al occidente, el corregimiento San Cristóbal limita por el norte con el municipio de Bello; por el oriente con el perímetro urbano de Medellín; por el sur con los corregimientos de Altavista y San Antonio de Prado y por el occidente con el corregimiento de Palmitas. La cabecera del corregimiento se encuentra a once kilómetros del centro de la ciudad de Medellín. Extensión: 4.954 hectáreas
Veredas San Cristóbal está conformado por 17 veredas: La Loma, La Palma, El Patio, Las Playas, Travesías, El Uvito, La Cuchilla, El Llano, Naranjal, Boquerón, El Carmelo, San José de La Montaña, La Ilusión, Pedregal (alto y bajo), El Yolombo, El Picacho y Pajarito.
Viviendas Según la Encuesta de Calidad de Vida Medellín 2013, en la comuna 60 hay 24.167 viviendas, distribuidas en los estratos de la población, así: en el estrato 2 hay 15.180; en el estrato 3, 6.013; en el 1, 2.889 y en el 4, 85 viviendas.
Población y edades La información oficial indica que el corregimiento San Cristóbal tiene 71.518 habitantes, de los cuales 37.137 son mujeres y 34.381 son hombres. Entre 0 y 14 años suman 18.536 personas; de 15 a 44 años, 37.619; de 45 a 64 años, 12.491 y de 65 años o más, 2.872 habitantes.
Seguridad Según información de la Alcaldía de Medellín, a partir de los registros del Sistema de Información para la Seguridad y la Convivencia (Sisc), entre el 1 de enero y el 20 de septiembre de 2015 se registraron 17 homicidios en San Cristóbal, ocho menos que en igual periodo de 2014, 25 menos que en 2013 y 30 menos que en 2012. Además, se contabilizan, al 20 de septiembre, 240 días sin homicidios; vale decir, seis días más que en 2014, 19 más que en 2013 y 23 más que en 2012. En la comuna 60 hay 12 cuadrantes de Policía y 13 cámaras de videovigilancia.
La ya casi centenaria avenida Carlos Gardel es eje articulador del barrio Manrique; vía agitada y vital que siempre ha respirado tango, cual banda sonora de cuatro generaciones, aunque ahora su bar insignia amenaza extinción
A lo largo de la carrera 45 del barrio Manrique, bautizada Avenida Carlos Gardel por Acuerdo Municipal, en las 20 cuadras que van de la calle 66 a la 86 hay, bien contados, 307 establecimientos de comercio y servicios, casi todos tamaño garaje.
Se encuentra de todo: 42 almacenes de ropa, 28 tiendas de variedades y cacharrerías (una se llama Gardel), 12 almacenes de bolsos y zapatos, 9 de perfumes y productos de belleza, 7 de peluches y piñatas, 13 de otro tipo de objetos, 28 discotecas y tabernas, 20 barberías y peluquerías, 19 tiendas de barrio, 17 cafeterías y negocios de comida rápida, 13 panaderías (una se llama Gardel), 12 expendios de carnes, 10 restaurantes (uno chino), 10 ventas de helados, 9 droguerías, 8 ópticas y consultorios médicos, 8 puestos de Gana, 7 tiendas para mascotas, 7 prenderías, 7 establecimientos financieros, 6 ferreterías, 5 mercados de autoservicio (uno se llama Súper Gardel), 6 tiendas de rancho y licores (una se llama Gardel, a secas), 5 casinos, 4 papelerías, 4 billares, 3 tiendas naturistas, 2 depósitos de materiales, y un solo bar de tangos: el Alaska que, aferrado a su pasado, como desafiando el tiempo, sobrevive como mejor puede en su esquina de la calle 79.
En algún momento los planificadores decidieron que en las laderas nororientales se construyeran barrios obreros. Fotografía Róbinson Henao tomada en junio de 2015
Y por todo el centro corren los buses del metroplús, que allí tiene cuatro estaciones, una llamada Gardel. Pero corren más las motos, que aparecen por todas partes como avispas y se atraviesan en una vía que, se supone, es solo para el metroplús. Cómo será, que hay motociclistas que les pitan a los buses para que se muevan. Y otro dato: una moto estuvo involucrada en la mayoría de los 93 accidentes de tránsito ocurridos en La 45 en el primer semestre de 2015, y una cuatrimoto en uno de los casos.
Así que más veloz que nunca, La 45 sigue en su función de siempre: eje referencial de Manrique. Una avenida viva, llena de ofertas y trajines; y transeúntes, sobre todo al caer de la tarde, cuando sus aceras se congestionan con gente que viene o va para el trabajo, y asoman coloridos los uniformes de las colegialas que, en grupitos alegres, se dirigen a sus casas.
Y es más viva aun las noches de viernes y sábado, pero solo en un tramo de cuatro cuadras: de la calle 69 a la 72, donde se apiñan 24 discotecas y tabernas. Es la zona rosa de Manrique, que empieza a bullir y llenarse de gente después de que el metroplus termina operaciones y deja libre el espacio para la rumba y las motos. Se ven muchas de éstas, tantas como de día, algunas corriendo a todo pulmón, casi siempre con una hermosa chica encaramada atrás. Y otros, para alardear, paran las motos en una sola llanta y les hacen bramar el motor, como caballos relinchando.
Fotografía Róbinson Henao tomada en junio de 2015
Trópical, Éxtasis, Mango Biche y El Cubo son las discotecas que más gente atraen. Se llenan tanto que se dificulta bailar, pero se baila porque a la hora de bailar todo el mundo cabe. Las mujeres son mayoría, jovencitas, de mucho tacón alto, mucho maquillaje y mucha ropa breve. No pocas llegan así para aparentar más edad de la real, y con la anuencia de los porteros evadir el requisito de la cédula de ciudadanía.
Y hay efluvios de póper, hay aromas de cripi, hay perreo, y hay ráfagas de reggaetón en el aire de La 45. De cada diez canciones seis son reggaetón. De tal suerte que en la misma avenida donde por más de cuarenta años el tango mandó la parada, hoy la mandan Ñengo Flow, Nicky Jam y al resto de la tropa reggaetonera. Ya la pedregosa voz de Óscar Larroca no se escucha cantar “Lágrimas de sangre”, hoy las que resuenan son las arenosas voces de Lito y Polaco cantando “Maniática sexual”.
Panorámica del barrio Manrique. Fotografía de Horacio Gil Ochoa, tomada 1978. Cortesía Archivo Fotográfico Biblioteca Pública Piloto
Así es pues La 45 hoy, versión 2015. Porque ha tenido múltiples versiones a lo largo de su existencia, la mitad de ella al compás de la banda sonora del tango. Una existencia extensa, de casi cien años, si asumimos que el origen de todo fue el tranvía eléctrico.
Manrique nació con el tranvía
Los primeros cables de energía llegaron en 1923 y con ellos las catenarias y los rieles del tranvía. El paisaje era rural, de casafincas y mangas en las que pastaban vacas lecheras, de quebradas limpias donde los muchachos iban a nadar y las señoras a lavar ropa, y de árboles frutales y zarzamoras que por todas partes crecían silvestres.
Todo eso cambió con la llegada del tranvía. En un principio a su vera se edificaron casafincas, para gente de modo, pero después su uso cambió por la acelerada industrialización de Medellín. Los empresarios constructores, que en aquel tiempo fueron quienes en la práctica planificaron y trazaron la ciudad, decidieron que en las laderas nororientales se construyeran barrios obreros, casas pagaderas a cómodas cuotas. Así nacieron, con el tranvía como eje articulador, Manrique y sus vecinos Campo Valdés y Aranjuez, que a su vez crecieron a lo largo de otra línea del tranvía medio kilómetro más abajo.
El ánimo de lucro domina en todo el sector: la 45 es un inmenso centro comercial lineal. Fotografía Róbinson Henao tomada en junio de 2015
De modo que cuando murió Gardel, Manrique era un barrio en ciernes. El día del accidente, desde allí la gente alcanzó a ver el incendio, la humareda que se levantó a lo lejos, al otro lado de la ciudad, en el aeródromo de Las Playas, cuando el avión en el que iba el Zorzal Criollo chocó contra otro que estaba estacionado.
Ese fue el Manrique al que llegó a vivir la familia de Conrado Ramírez procedente de Concordia, su pueblo, de huida de la violencia partidista. Tenía él tres años cuando eso. Y será el mejor testigo de su evolución porque nunca se fue de Manrique. Se mudará de una casa a otra pero no a más de tres cuadras de La 45.
Recuerda que era un barrio consolidado cuando lo trajo su familia, en 1942, tanto que el tranvía ya empezaba a quedarse corto para atender la demanda de pasajeros, por lo que también había buses de escalera. No olvida a los conductores del tranvía, unos señores elegantes, con uniformes color caqui y corbatín negro, que cada vez que el vagón llegaba a la estación debían bajarse para trocar la conexión de la catenaria y poder devolverse por la misma línea; no había otra. Por eso los asientos tenían el espaldar intercambiable, de modo que en cualquier dirección los pasajeros quedaran de frente.
Un aspecto de la construcción del Señor de las Misericordias, que ocupa un área de 1.216 m2. Fotografía Rodríguez tomada en 1924. Cortesía Archivo Fotográfico Biblioteca Pública Piloto
El vetusto sistema de transporte finalmente fue derrotado por los buses, el nuevo servicio público que los usuarios prefirieron porque era más rápido y cómodo. En 1951 se recogieron los rieles y La 45 quedó habilitada como vía arteria para buses. Recuerda especialmente a un conductor, tan afiebrado a la aviación, que la vez que una avioneta cayó en una manga de Bello, con el fuselaje más o menos completo, él fue, se lo trajo y adaptó como carrocería de un bus. Le puso bancas adentro y afuera lo pintó con las siglas y los colores de la Flota Manrique; además lo manejaba disfrazado de aviador. A Conrado le gustaba verlo pasar veloz por La 45, porque tenía la ilusión de presenciar un avión a punto de alzar vuelo, como en las películas. Él con su imaginación le ponía las alas.
Fue por esa época cuando conoció a Martín Emilio Rodríguez, antes de ser conocido como Cochise, el campeón de las Vuelta a Colombia. Ambos vivían en la carrera 43, estudiaban en la misma escuela y sus familias se conocían; tanto que un hermano suyo terminó casado con una hermana de Martín. Los domingos en la mañana se reunían con otros niños para ir al cine, y en una de esas fueron al Teatro Manrique, en La 45, a ver El hijo de los llanos, una película del oeste que a todos les encantó. Contaba la historia de un guerrero apache llamado Cochise que peleó contra los soldados, y que al niño Martin fascinó tanto que ese fue su tema para toda la semana. Y así se quedó: Cochise Rodríguez. Conrado fue quien le puso ese apodo.
El encuentro con el tango
Para el niño Conrado los bares fueron unos sitios misteriosos que nutrieron su fantasía. Escuchaba la música y los ruidos que producían, el choque de las bolas de billar, la vida que bullía adentro, pero no la podía ver porque las puertas tenían cortinas de madera. Una vez se agachó para tratar de descubrir algo, pero una señora le pegó tal regaño que no lo volvió a intentar.
En medio del batiburrillo de mercancía, un tiempo para el solaz y la camaradería. Fotografía Róbinson Henao tomada en junio de 2015
Tendría que cumplir quince años y alargarse los pantalones para poder entrar a los bares; y al tango por ahí derecho, porque era la música que más se escuchaba. Bares de hombres, a los que raramente entraban mujeres distintas a las coperas; destinados solo para escuchar música y tomar trago, por lo que la mitad de la clientela era de copisoleros. Pero no faltaba el fulano que bailaba y hacia demostraciones, bailarines de barrio hechos a pulso porque en esa época no se disponía de academias como ahora.
Él se amañaba en esos bares, que por lo general eran tranquilos, lo que no quitaba que en cualquier momento estallara una pelea a puños o a puñal, como en el tango. Estaban el Alaska y el Bajo Belgrano en el cruce de la calle 79, el Río de Oro y La Cita en la esquina de la 78, y más allá El Perlita, todos bares frecuentados por choferes porque ahí quedaban los paraderos de taxis y buses. Estaban también Cien Guitarras y el Rincón de Buenos Aires, y un poco más retirados el Templo del tango, el Café Manrique y El Molino. Y el bar D`arienzo, el preferido de Conrado. Su propietario era un tanguero que se ufanaba de tener toda la música de Juan D`arienzo, que en Medellín no se conseguía. Él mismo viajaba a Argentina a traerla.
En 1958 Conrado consiguió empleo como chofer de bus, y entonces ya pudo frecuentar más los bares. Y se inició como coleccionista de música argentina. Compraba discos y grababa casetes que ponía a todo volumen en el pasacintas del bus que manejaba, cual cantina ambulante. Tenía pasajeros que viajaban con él solo por el gusto de escuchar tangos. También coleccionó la revista argentina Grandes valores del Tango, la misma que los dueños de las cantinas deshuesaban para sacarles los pósteres de los artistas que traía en sus páginas, y con ellos engalanar las paredes de sus bares. Por eso todos ostentaban los mismos posters y los mismos artistas.
Conrado Álvarez es tal vez el mejor testigo de la evolución del tango y de su altar, la carrera 45. Fotografía Juan David Caicedo
Recuerda que casi no tenía música de Gardel, porque el tango criollo, el que éste cantaba con guitarras, estaba descontinuado. El tango que molía la industria disquera era el de las grandes orquestas: Canaro, D´Angelis, Enrique Rodríguez, Biagi, Varela, Troilo… Y sus cantantes estelares, el primero de todos Óscar Larroca, que en el gusto popular de Medellín es más importante que el mismo Gardel. Y por supuesto Juan D`arienzo, el Rey del Compás, tango viril, tango marcado al cincel, tango de arrabal, el preferido de Conrado.
Y empezó a asistir a las tertulias del bar Alaska, donde no menos de diez coleccionistas de música se reunían todos los domingos a botar cháchara y a escuchar las novedades que cada uno conseguía. Recuerda a Oscar Posada, un agente de policía que tenía una de las mejores colecciones, y además era todo un personaje en el barrio, sobre todo en sus años de camaján.
En ese entonces los camajanes de Manrique eran de fama, tenían hasta imitadores en otros barrios. Óscar fue uno de ellos. Su oficio entre semana era de albañil, pero el fin de semana se ponía su mejor pinta: pantalón bien planchado, camisa satinada de colores vivos, abotonada en los puño y desabotonada en el pecho, donde brillaba una medalla de la suerte; zapatos de dos colores, pelo engominado, esclava en la muñeca, loción de pino silvestre en la nuca y un cigarrillo en la boca. Y así se iba para los bares de La 45 a tomarse sus guaros con los amigos, a echar chistes que él mismo celebraba con risa estruendosa, y a cantar y bailar tangos cuando estaba inspirado, con una voz que parecía de profesional.
Era además un as en el billar, varias veces campeón en los torneos del Alaska. Y en la pelea tampoco le ganaban, porque era grande y poseía una fuerza descomunal, tanto que en la inspección de policía le tenían multada la mano. Hasta que se casó, tuvo su primer hijo y con él la obligación de sentar cabeza, y entonces dejó la camajanería y se metió de policía. Era la más alta traición que un camaján podía cometer, pero él la cometió, la vida lo obligó, decía. Ya era policía y coleccionista de tangos cuando Conrado lo conoció.
Gardel vuelve a nacer
1968 fue un año crucial para el tango en Medellín, y para Manrique en particular. Ese año se celebró el primer Festival Internacional de Tango, evento que por varios años atrajo a la ciudad los grandes cantantes y orquestas del momento, y fue considerado el festival más importante fuera de Argentina. Para su primera versión la embajada ese país quiso rescatar la memoria de Carlos Gardel y rendirle un homenaje en la ciudad que lo vio morir, y escogió La 45 de Manrique para instalar un busto suyo.
Así nació, entre 1921 y 1931, el templo dedicado al Señor de las Misericordias. Fotografía tomada en 1941 por Francisco Mejía. Cortesía Archivo fotográfico Biblioteca Pública Piloto
En esa decisión seguramente tuvo algo que ver la referencia de los futbolistas argentinos que jugaban en los equipos de la ciudad, a quienes los domingos después de los partidos les gustaba tomarse sus chorros y escuchar tangos en los bares de Manrique. Entre ellos el “Charro” Moreno, una leyenda del fútbol que se paseaba por las canchas con el mismo agrado con que lo hacía por los bares, incluso antes de los partidos. Dicen que no pocas veces lo sacaron amanecido de un bar para llevarlo directamente el estadio, e igual salía figura de la cancha.
El metroplus modernizó la 45, la calle tradicional de Manrique. Fotografía Róbinson Henao tomada en junio de 2015
Si bien en ese momento Manrique era un reconocido barrio tanguero, no era el único; le competían el mismo Guayaquil en el centro, donde hervía la milonga y el tango. Pero con el busto de Gardel plantado en mitad de La 45, ya nadie pudo discutirle al barrio su condición de epicentro tanguero de Medellín.
Pero ese busto no le gustó a nadie, porque no se parecía a Gardel. Parecía un obispo, dice Conrado, y por eso los Zorros grises, como se llamaba una barra de choferes tangueros a la que él pertenecía, decidieron que ese busto no le hacía ningún honor a su ídolo y menos al barrio; entonces una noche, en medio de los tragos, consiguieron lazos y fueron a tumbarlo. “Después sí montaron el propio, el que era”, rememora Conrado, refiriéndose al Gardel de cuerpo entero que reemplazó al busto.
Fotografía de León Francisco Ruiz, tomada en 1969. Cortesía Archivo Fotográfico Biblioteca Pública Piloto
Un importante animador de los festivales y de la aventura del tango en Medellín fue Leonardo Nieto, un gastrónomo argentino que se amañó en la ciudad y montó el Salón Versalles, en Junín, donde todavía sigue exitoso. Allí se reunía con amigos tangueros y algunos intelectuales de la Asociación Gardeliana, que en una de sus discusiones concluyeron que Medellín ya merecía un sitio de tango de calidad, y se pusieron manos en esa obra. Pero finalmente fue Nieto quien asumió todo el riesgo y se metió la mano al dril. Montó el establecimiento en La 45, treinta metros arriba del monumento a Gardel. Lo llamó Casa Gardeliana y lo inauguró en 1973, casualmente el mismo año en que Mejía Vallejo publicó su novela Aire de tango.
Así luce hoy, entre las calles 67 y 68 y entre las carreras 47 y 48, el Señor de las Misericordias, imponente edificación de estilo neogótico. Fotografía Róbinson Henao tomada en junio de 2015
Pronto la Casa Gardeliana se convirtió en el referente del tango en Medellín, y en Colombia; epicentro de espectáculos de gran factura, pasados con buenos vinos y un jugoso churrasco que se hizo célebre en la ciudad. Era sitio de mostrar a turistas y personalidades visitantes, tanto que las reservas había que hacerlas con días de anticipación. Llegaban visitantes de Laureles y el Poblado, pero muy pocos de Manrique, porque no era un lugar popular. Un trago allí costaba tres veces lo que en un bar.
Cantantes e instrumentistas de la talla de Libertad Lamarque, Hugo del Carril, Pugliese, Irusta, Echagüe y Marchese desfilaron por su tarima. Este último maestro bandoneonista, a quien le gustó tanto el lugar y la amistad ofrecida por Nieto que se quedó a vivir, y durante un buen tiempo animó con su bandoneón las noches fantásticas de la Casa Gardeliana.
Se registra una moto involucrada en la mayoría de los 93 accidentes de tránsito ocurridos en La 45 en el primer semestre de 2015. Fotografía Róbinson Henao tomada en junio de 2015
Por la Casa también pasaron connotados personajes de la política y el arte. Allí el escritor Ernesto Sábato escuchó tangos y comió churrasco; y también Borges, que como ya estaba ciego no pudo ver la silla donde Julio Tobón, peluquero del Hotel Europa Normandie, motiló a Gardel por última vez, silla que Nieto exhibía entre los objetos curiosos de la Casa, que también fungía de museo.
Tal vez el hecho más conmovedor y de pronto poético, de todos los ocurridos en la Casa, fue la muerte de Guillermo Lamus en pleno escenario. Y no en cualquier fecha. Fue la noche del 24 de junio de 1975, la conmemoración de los 40 años de la muerte de Gardel, el ídolo de Lamus. Este era un buen cantante local, del barrio Aranjuez, que trabajaba como artista de planta en la Casa. Esa noche estaba interpretando “La última copa”, un tango de Caruso que inmortalizó Gardel, cuando de pronto su voz se quebró, se puso lívido, sudoroso, tanto que los músicos que lo acompañaban intentaron parar. Pero él les hizo señas para que siguieran, y siguió cantando: …que ha sido por su amor que mi vida ya se fue, alcanzó a tartamudear antes de que la vida, en efecto, se le fuera. Cayó aferrado al micrófono, pero no por causa de un amor desdichado sino por un infarto fulminante.
Estación Gardel, punto de encuentros y despedidas, como moderno homenaje a la encarnación del tango en nuestro medio. Fotografía Róbinson Henao tomada en junio de 2015
Menos de veinte años duró el apogeo de la Casa Gardeliana. Al final correría la misma suerte que Lamus, pero no por muerte súbita sino por una lenta agonía que empezó a finales de los años 80. En 1992 cerró al público y quedó como museo y refugio de los gardelianos. En 2002 el Concejo Municipal la declaró patrimonio cultural de Medellín, y en 2011 el Municipio la adquirió para convertirla en centro cultural, escuela de baile de tango, y eventualmente sede de alguna exposición. La última ilustraba en imágenes el eterno debate sobre si Gardel era uruguayo o francés.
Se puede afirmar que el gran momento final del tango en La 45 fue la Tango-vía, evento oficial de la Alcaldía en el que participaban las organizaciones y los comerciantes de la zona. La primera versión se realizó en 1986, y consistió en cerrar la avenida a los vehículos, montar varios tablados con espectáculos de cantantes y bailarines, e invitar a los dueños de los bares a sacar a la calle las mesas y los bafles. Y la gente se desbordó. Fue un certamen apoteósico, inolvidable, una gran fiesta alrededor del tango, que reunió en La 45 a unas 50 mil personas, con saldo de solo tres peleas y ni un herido.
Fotografía Róbinson Henao tomada en junio de 2015
Pero la Tango-vía terminará mal, o fue la ciudad la que se puso mal. Hacia finales de los 80 se cruzó con ese ambiente de terror y encierro que sembró en Medellín Pablo Escobar, y que en Manrique y barrios aledaños tuvo efecto invernadero: se calentaron al máximo. Y en ese escenario fue imposible que la Tango-vía sobreviviera. Los comerciantes se desanimaron, no la siguieron apoyando, y además hubo incidentes violentos que la volvieron insostenible. Sólo se alcanzaron a hacer cinco versiones, cada vez con menos público.
Y el tango mismo también se marchitó, hasta casi desaparecer de La 45. Los bares se acabaron, no solo por la inseguridad. Eran bares atendidos por sus propietarios, que se envejecieron y se cansaron de nadar contra la corriente, entonces cerraron y se fueron y no hubo quién los reemplazara. Solo el bar Alaska queda en pie, resistiendo, como sigue en pie la estatua de Gardel, que ya nadie voltea a mirar.
El Alaska
Más que un bar, el Alaska es un museo vivo del tango. Tiene 73 años, pero se conserva casi en su estado original. Sigue moliendo los mismos tangos, sirviendo el mismo tinto y usando la mesa de billar con la que empezó, incluso conserva el piso original, ajedrezado de baldosas verdes y amarillas.
Café Alaska. Fotografía tomada por Juan David Caicedo
Decenas de fotos y posters de artistas y motivos tangueros adornan sus paredes. La imagen de Gardel está 18 veces: con sombrero, sin sombrero, con guitarra, sin guitarra, sonriente, serio… Y en medio, varios escudos y fotos de jugadores del DIM, equipo del que el Alaka es hincha fiel, desde siempre, y así se advierte con un aviso sobre la pared del baño: “Si viene hablar mal del DIM, procure que su visita sea corta”.
En toda su historia el establecimiento solo ha tenido cinco dueños, Luis Eduardo Cardona el más recordado. Era un tipo buena gente y de recio carácter, respetado hasta por los malevos más agrios, como Carevieja, Balmore, Ángel Cano, Toñilas, Mono Trejos, el “Pote” Zapata, eximios delincuentes y ladrones que en su tiempo merodearon por La 45 como pedro por su casa.
Su propietario y administrador actual es Gustavo Rojas, quien le heredó a Cardona después de trabajar con él muchos años. Es un hombre cincuentón, de mediana estatura y rostro risueño, delineado por una delgada barba gris. En todo caso un rosto de muchos amigos, porque es amable, buen conversador y sabe todo lo que hay que saber sobre tangos.
Un aspecto del incipiente proceso de poblamiento de la comuna, durante la primera mitad del siglo pasado. Foto Rodríguez, tomada en 1924. Cortesía Archivo Fotográfico Biblioteca Pública Piloto
Dice que la música argentina le entró por ósmosis, y desde temprano. Lo arrulló en la almohada porque su casa quedaba cerca de La 45 y hasta su alcoba llegaba el rezongo de los bandoneones de los bares. O los escuchaba los domingos en su casa, cuando su papá llegaba ebrio y ponía tangos a todo volumen en la radiola de la sala. Y ya de adulto los coleccionó. Dice tener cerca de 50 mil canciones, en tres copias: una en el bar, otra en su casa y otra en la casa de su novia, no vaya a pasarle lo de hace años, cuando se le borró todo la música y tuvo que volver a empezar a conseguirla.
A veces llega gente joven que extrañamente gusta del tango, o llegan estudiantes de alguna academia que piden cerveza y preguntan si se puede bailar. Sí, sí se puede, les responde Gustavo, y les corre las mesas para que bailen.
Pero es básicamente un bar de tangueros vieja guardia, que allí tienen su refugio. Hay decenas, muchos octogenarios. Se sientan toda la tarde a tomar tinto, a conversar, a escuchar tangos, a ver hacer carambolas y a entretener la honda amargura de su eterna soledad, como en el tango de Gardel.
Así que solo por simple solidaridad humana debería seguir funcionando el Alaska, porque todos estos viejos no tendrían a dónde más ir, cuando se acabe. Y ese día parece que no está lejano. Puede desaparecer si no se hace nada para evitarlo. El dueño del local ya lo reclamó para montar allí una panadería, con el argumento de que los tangos no dan dinero y la panadería sí. Entonces, si eso ocurre, será difícil entender cómo en la avenida Carlos Gardel no se encuentra un solo sitio donde tomarse un trago y escuchar un tango.
El cronista
Ricardo Aricapa Ardila
Comunicador social – periodista de la Universidad de Antioquia. Estuvo vinculado a Radio Caracol, y a los periódicos El Mundo y El Colombiano, de Medellín. Periodista free lance. Director de Comunicaciones Alcaldía de Medellín 2001- 2002. Premio Nacional de Periodismo “Antonio Nariño” 1986, por una serie de crónicas sobre la Cárcel Bellavista. Autor de “El libro del agua”, “Historias de mi estación. Metro de Medellín”, “Medellín es así, crónicas y reportajes”, “La persistencia de las ideas. 70 años de la Biblioteca de la Universidad de Antioquia”, “Comuna 13, crónica de una guerra urbana”, publicada en 2005 y reeditada en 2015.
Una historia de luchas constantes, de héroes anónimos, se esconde en las laderas empinadas de la comuna 2 – Santa Cruz, un entramado de calles y casas que no se ha dejado amilanar por las adversidades
Con las sombras de la tarde, el paisaje de la comuna 2 – Santa Cruz, en el nororiente de Medellín, empieza a transformarse. Sus casas apiladas, como en un pesebre, se abren entre sus empinadas y estrechas calles que a su vez se escurren, como lombrices, hacia la cuenca que forma a su paso el río Medellín.Ese asimétrico y colorido entramado arquitectónico aparece sobrepuesto en una ondulada montaña que, desde lejos, amenaza con desprenderlo sobre la ladera.
Este conjunto de casas y calles era, en sus inicios, una inmensa loma adornada con pocas viviendas. Fotografía tomada por Róbinson Henao, septiembre 26 de 2015
Es Santa Cruz, la comuna 2 de Medellín, un sector dibujado por los procesos migratorios de la segunda mitad del Siglo XX y marcado, en casi toda su historia, por la exclusión, la inequidad y las violencias.
Sobre la curva de una de esas calles, en una casa de fachada verde, adornada por las forjas de una reja de hierro, vive Nubia Villa, una septuagenaria líder que ha escrito, junto a la suya, la historia de esta comuna.
Sus ojos han visto también la transformación del sector; las delicadas manos han pincelado parte de esa transformación y su corazón se ha arrugado infinidad de ocasiones por las ausencias propias y ajenas, derivadas de la violencia que también ha tocado su puerta.
Más arriba, en la misma línea del serpenteo de esa calle, vive Nelson Dayro David, de 60 años, otro forjador en ladrillos y cemento, pero también formador de deportistas.
Hoy, Nelson se duele porque su trabajo no bastó para que una bala “perdida” encontrara el cuerpo de su único hijo, en una noche oscura que apagó la luz de una familia que siempre luchó por “quitarle” motivos a las violencias.
Y un poco más arriba, en los límites con la comuna 1 – Santo Domingo, vive Eunice Pérez, otra líder comunal, persistente y luchadora como los demás, quien llegó a esas empinadas laderas durante la época en que sus habitantes trasegaban por algunos senderos para poder “coger” uno de los tres buses, tipo escalera, que bajaban al Centro de Medellín.
Entre el río y la ladera ha crecido un barrio signado por la exclusión, la inequidad y las violencias. Fotografía tomada por Róbinson Henao, septiembre 26 de 2015
Muere el poeta A qué sabes Medellín, a qué hueles ciudad expulsora, qué ofreces ciudad glotona, cuál es tu textura, qué pinta es la que más te luce, por qué hoy estás triste, gris, opaca…
Pareces adormilada, taciturna, como haciendo el rito de la ausencia de aquellas 92 mil almas que te han desangrado en los últimos 20 años…
Pido al Cielo que ese respiro no sea para abrir espacios en tus cementerios sino para tender las sábanas donde las novatas madres abrigarán a tus nuevos hijos, aquellos que escribirán otra historia, una mejor historia…
Este texto es parte de un largo poema que le escribió a su ciudad Manuel Alejandro, un joven de 20 años, muerto en un cruce de fuegos hace ya siete años, en una estrecha calle del barrio La Rosa.
El poema y la vida de Nubia, Eunice y Nelson no solo se juntan por la desgracia sino por la perseverancia y, sobre todo, por la ilusión de que, ahora, en medio de muchas dificultades, quieren vivir en otra ciudad y no en aquella inviable y caótica de finales de los 80 y principios de los 90.
La comuna surgió de un proceso de colonización e invasión, empujado por el auge industrial de Medellín y problemas políticos en el campo. Fotografía tomada por Róbinson Henao, septiembre 26 de 2015
Nubia llegó a La Rosa hace 52 años, “cuando esto por aquí eran puras mangas” dice, mientras señala la calle 98 que arranca desde la estación Tricentenario del Metro y corta la comuna de occidente a oriente. Recuerda que el poblamiento se dio en medio de un proceso de colonización e invasión, empujado por el auge industrial de Medellín y por los problemas políticos del campo, que surgieron a mediados del siglo pasado “Todo esto lo hemos construido con liderazgo”, reclama. Mientras su esposo trabajaba, “para traer la comida para los diez hijos”, ella se dedicaba a conformar la primera Junta de Acción Comunal (JAC), “con la que pudimos presionar para que nos trajeran la luz, el agua, la primera escuela y el primer centro de salud”, a principios de los 60.
Evoca que la mayor transformación se dio donde hoy funciona la Unidad Intermedia de Metrosalud, en la parte baja de la comuna, “porque era un botadero de muertos” y hoy es un espacio “que demuestra el esfuerzo de mucha gente”.
El mejor ejemplo
Nubia dice que esa JAC es la madre de las 13 que hoy tiene la comuna 2 y también se enorgullece de ser la primera edil del sector, cuando a principios de los 90 la Constitución Política de Colombia creó las Juntas Administradoras Locales.
A la sombra de la Iglesia se pudo superar esa comuna inviable y caótica de finales de los 80 y principios de los 90. Iglesia Nuestra Señora de la Asunción, barrio Moscú No. 1. Fotografía tomada por Róbinson Henao, septiembre 26 de 2015
“Fui edil durante cinco periodos consecutivos”, pero se marginó, “pues hay que dar la oportunidad a nuevos líderes”, agrega. Esta mujer, de tez morena y caminar lento, resulta tan familiar y popular como las obras que ha gestionado en Santa Cruz.
Cuando llegó a La Rosa, un fontanero repartía el agua; hoy todavía hace gestiones para canalizar 80 metros que faltan de la quebrada Alférez, el límite natural con Aranjuez, que también era “otro botadero de muertos”.
Su constante lucha le ha permitido vivir y jalonar procesos difíciles, pero también enriquecedores, como la llegada de la Línea K del Metro (llamado metrocable), a mediados de la década pasada.
Sistemas de protección del acceso a viviendas en el sector conocido como “Malvinas”, entre las comunas Santa Cruz y Aranjuez. Fotografía tomada por Róbinson Henao, septiembre 26 de 2015
“Me invitaron a la inauguración, como una de las líderes del barrio”, y espera que hagan lo mismo con la puesta en funcionamiento del puente de la Madre Laura, una obra que conectará, a finales de esta año y por primera vez en la historia, los sectores nororiental y noroccidental de Medellín.
“Hace unos años eso parecía imposible, porque lo único que nos unía eran las desgracias”, apunta Nubia, quien conoce cada detalle, cada fecha, cada rincón de su Santa Cruz, aunque a veces se vale de su celular para recordar algún nombre o algún teléfono. De manera valiente ha resistido otros procesos, como el embate de las milicias, en las décadas del 70 y el 80, cuando se aprovecharon de la ausencia del Estado e impusieron su “ley” en esas laderas.
“Me tocó ver salir a muchos de mis vecinos, presionados por los milicianos, pero yo nunca me quise ir ni dejar el trabajo por la comunidad”. Trabajo que prevaleció incluso por encima del temor y la tristeza que le generaron la muerte de su hijo, Jorge Iván Castaño, el 26 de enero de 1990, producto de una retaliación de dichos grupos.
Con una tasa de 381 homicidios por cada cien mil habitantes, Medellín era, a principios de los 90, una ciudad inviable. Los sectores nororiental, noroccidental y el centro de la ciudad aportaron gran parte de esas estadísticas. Épocas en las que la ciudad llegó a ser calificada como más peligrosa del mundo, pero fueron los 90 y estos guarismos los que obligaron a muchos dirigentes y gobernantes a iniciar un proceso de transformación.
Hoy la capital antiqueña no aparece ni en el ranquin de las 50 ciudades más violentas del mundo; en cambio, integra la lista de las capitales más innovadoras.
El desorden en el uso de las vías también atenta contra el poco espacio disponible. Fotografía tomada por Róbinson Henao, septiembre 26 de 2015
Gestores del cambio
Con muchas iniciativas, incluso culturales, parte de esa transformación comenzó en los sectores populares, entre ellos, la comuna 2 – Santa Cruz. En medio de esa persistencia y de la necesidad de trabajar por inyectar inversión social, para que las comunas dejaran de ser cinturones de miseria y exclusión, apareció otro elemento distorsionador: la proliferación de bandas, herederas del poder que ejerció el capo Pablo Escobar.
Esas comunas se infestaron de grupos ilegales que, una vez muerto Escobar, se convirtieron en empresas criminales dedicadas al sicariato, al robo de bancos y de autos, a la microextorsión y al microtráfico.
Camaradería, como referente de una cultura de vida, de sueños comunes. Fotografía tomada por Róbinson Henao, septiembre 26 de 2015
En medio de ese panorama, Nubia -ya viuda- prosiguió su trabajo comunitario, pero lo quiso heredar su hijo John Jairo Castaño. Con tal acierto que, a mediados de los 90, ya era presidente de la asociación de Juntas de Acción Comunal de Medellín, Asocomunal. Pero tuvo un final trágico: el 10 de febrero de 2000, murió baleado, al salir de su residencia en el barrio Santa Mónica, al occidente de Medellín. Otro demoledor golpe para Nubia, el tercero, porque en diciembre de 1995 otro de sus hijos, Luis Gildardo, apareció muerto en Montebello, en el Suroeste antioqueño, en un hecho del que todavía no tiene explicación alguna.
De manera valiente ha resistido otros procesos, como el embate de las milicias, en las décadas del 70 y el 80
Eran otros días, eran otros problemas, recuerda Nubia, pero insiste en que antes y ahora, con más o con menos garantías o amenazas, siempre hay y habrá por quién trabajar, “porque la transformación tiene que ser constante”. Parte de la transformación no solo se da producto de una calificada inversión social y de la gestión de mejores gobiernos locales sucesivos, sino por la entereza de líderes como la protagonista de este relato.
Taller de confección, sector Sinaí, margen derecha del río, uno de los sectores más deprimidos, socialmente, de la comuna. Fotografía tomada por Róbinson Henao, septiembre 26 de 2015
En la Comuna 2 se están desarrollado, desde 2004, procesos comunitarios de planeación como el Plan de Desarrollo Cultural, promovido por la Corporación Cultural Nuestra Gente y la Comisión de Convivencia y Participación, entidades que han trazado ya un horizonte hasta 2019.
Acceso típico a las viviendas del sector de Sinaí: bajar escalas, cruzar la quebrada y empezar el ascenso. Fotografía tomada por Róbinson Henao, septiembre 26 de 2015
Ahora los problemas son otros, como la violencia intrafamiliar, el madresolterismo, el desempleo, la salud, la movilidad y el acceso a la educación superior… Y obvio, la violencia que generan los grupos ilegales.
Por igual soportan un problema grave de hacinamiento; el mayor inconveniente es la tenencia y la calidad de la vivienda, pues la invasión incentivó la posesión y ocupación de terrenos baldíos, en muchos sectores de la comuna, los mismos que hoy están en proceso de legalización o reubicación.
Por eso las necesidades de la comuna apuntan a mejorar los índices de calidad de vida, entre ellos los de educación, la cobertura en salud, la alimentación en niños, niñas y ancianos, la infraestructura y los programas de recreación.
Una sola cifra que revela esta necesidad está referida al precario indicador de espacio público por habitante que, en Santa Cruz, es de apenas de 1,6 metros cuadrados, cuando el promedio en la ciudad es de cuatro metros y los estándares internacionales exigen, mínimo, 10 metros.
Más liderazgos
Gestionar nuevos liderazgos es parte de la labor que deben emprender los dirigentes y líderes del sector, aunque ya aparece en la lista de prioridades de personas como Eunice Pérez.
Limitada oferta de espacio público: apenas 1.6 metros por habitante, en Santa Cruz. Fotografía tomada por Róbinson Henao, septiembre 26 de 2015
Ella es una de las legendarias dirigentes de la parte alta de la comuna, a donde llegó hace 49 años, cuando su familia emigró de Valdivia y se instaló en esas laderas del nororiente de Medellín.
Una calle típica de la comuna, que da cuenta de la diversidad de sus actividades y valores culturales. En Carabobo por Santa Cruz. Fotografía tomada por Róbinson Henao, septiembre 26 de 2015
Eunice se casó y formó una familia, tuvo cuatro hijos y ahora disfruta también de sus tres nietos, mientras espera con ansia la llegada del primer bisnieto.
Cuando llegó al barrio tuvo que aliarse con algunos vecinos para impulsar la construcción de una capilla que hoy ya es la Parroquia San Martín de Porres.
Pausa para consolidar la amistad, en medio de lo que mejor saben hacer algunos de los habitantes del sector: la mecánica vehicular. Sector Carabobo por Villa Niza. Fotografía tomada por Róbinson Henao, septiembre 26 de 2015
Luego se concretó, gracias a su gestión y la de Nubia, la primera escuela que operó donde hoy funciona la I. E. Barrio Santa Cruz. Hoy, al mirar la comuna desde arriba, Eunice se sorprende de sus logros, porque ese entramado de casas y calles era, cuando empezó, una inmensa loma adornada con pocas viviendas y atravesada por una sola calle entierrada y transitada apenas por tres buses tipo escalera.
Aún recuerda con nostalgia las personas muertas y expulsadas en los años 80 y 90, producto de la confrontación con las milicias y de estas contra las bandas. En una de esas noches aciagas, en enero de 1997, la violencia le llegó de frente cuando, presurosos, algunos vecinos tocaron la puerta de su casa para anunciarle que entre los tres muertos de ese día aparecía su hijo.
Venta de mercancía puerta a puerta, por el popular sistema de abonos semanales. Así han podido dotar muchos de los hogares. Fotografía tomada por Róbinson Henao, septiembre 26 de 2015
“Es muy duro ver morir gente joven y ver morir a tu propia sangre, y es más duro aún cuando llegan en pleno velorio a decirte que el ataque no era para él, que se habían equivocado”, sostiene Eunice.
El corazón de esta mujer no pudo albergar odio ni venganza, al punto que siguió trabajando por su gente, como ahora lo hace. Del caos urbanístico de los años 60, Eunice se admira de que al menos ahora el barrio cuente con una infraestructura urbanística, con calles pavimentadas y -como en el resto de la ciudad- con eficiente prestación de los servicios de agua, luz y alcantarillado.
Los residentes acuden a un acto popular al pie del centro de salud, uno de los pocos espacios disponibles. Fotografía tomada por Róbinson Henao, septiembre 26 de 2015
Incluso la comuna ya tiene su propia historia, labrada a pulso y en medio de dificultades, y con uno o dos aditamentos que les da para sacar pecho: que hayan tenido como vecinos, en sus inicios, al cantante Rómulo Caicedo y al compositor Crescencio Salcedo, autor de la famosa canción Año Viejo, un emblemático y obligado tema decembrino.
El formador
Otro que puede sacar pecho, gracias a su trabajo silencioso pero constante, es Nelson Dayro David, un formador de futbolistas pero, sobre todo, de personas.
El trepidante bullir de los talleres de motos, infaltables en cualquier barrio de la ciudad, hoy en día. Taller en Santa Cruz. Fotografía tomada por Róbinson Henao, septiembre 26 de 2015
Procedente del municipio de Peque, en el Occidente antioqueño, hace más de 50 años se instaló en Santa Cruz. Conoció luego a Adela Londoño Acevedo, con quien sigue casado y quien se ha convertido en su memoria, en su complemento.
Luego de trabajar en una tipografía, como ayudante de construcción y como portero de un cine, desde septiembre de 1982 es empleado de una caja de compensación familiar, labor que le permite devengar un sueldo que lo deja tranquilo y le posibilita dedicar parte de su tiempo a los jóvenes del barrio.
La extracción de arena del río Medellín es otra fuente de ingresos. Aquí cubren la “producción” para protegerla. Fotografía tomada por Róbinson Henao, septiembre 26 de 2015
“Siempre he sido un líder, ya sea como presidente de una Junta de Acción Comunal o dirigiendo equipos de fútbol; inclusive, he puesto plata de mi bolsillo para comprar uniformes”, aunque se duele de que ninguno de sus discípulos haya podido llegar al profesionalismo.
Parte de la transformación es producto de una calificada inversión social y de la gestión de mejores gobiernos locales sucesivos “No es fácil”, advierte, porque muchas veces “me traía al equipo entero para que Adela le diera desayuno, pues sus integrantes no habían probado bocado”, lo que demuestra la situación de muchos hogares.
También aquí el tiempo es oro, por eso se vende por minutos. Fotografía tomada por Róbinson Henao, septiembre 26 de 2015
“En sus inicios tuve a los hermanos Juan David (del Atlético Nacional) y John (del Tolima) Valencia”, pero por muy poco tiempo. Por sus manos han pasado muchos jóvenes, algunos perdidos en los 80 y los 90, en medio de una ola de violencia que también lo tocó.
En esa época se convirtió en el escudo de muchos adolescentes, apetecidos por los grupos ilegales para incorporarlos a sus filas. “Un día me enfrenté a un jefe miliciano que le estaba pegando a un muchacho”, recuerda Nelson. Con miedo, pero con coraje, retó al agresor para que saldaran el asunto entre ambos.
Los dirigentes destacan sus calles pavimentadas y una buena prestación de los servicios públicos domiciliarios. Fotografía tomada por Róbinson Henao, septiembre 26 de 2015
“Como algunos de sus compañeros me conocían, habían jugado conmigo y me apreciaban, le dijeron a su jefe que si me tocaba tenía que meterse con ellos”, hecho que le valió el respeto de ese y de otros grupos.
Nelson se queja de que, en esa época, “las autoridades solo llegaban a recoger los muertos” y de que el barrio estuvo siempre a merced de los ilegales. Por la intolerancia de uno de estos grupos, tanto él como su esposa siguen llorando la ausencia del único hijo, asesinado cuando apenas tenía 23 años.
Tiempo para el solaz, a la vera de un transporte que marcó la comuna. Fotografía tomada por Róbinson Henao, septiembre 26 de 2015
“El 19 de junio de 1998 una joven lo citó en un lugar y, cuando llegó, le dispararon… No sabemos más…”. Nelson narra ese episodio con unas pausas profundas, porque persiste un sentimiento de inmenso dolor, que se agudiza al ver lo que esa tragedia todavía suscita en su esposa.
“Se acabaron entre ellos”, afirma acerca de las bandas de los 80 y los 90, pero insiste en que a él no le faltan ganas de trabajar por los jóvenes y por el barrio.
Arrumes de chatarra industrial, importante fuente de ingresos. Fotografía tomada por Róbinson Henao, septiembre 26 de 2015
Advierte que en la actualidad surge otra generación que no conoció la incertidumbre del pasado, y es la esperanza de que las cosas sigan cambiando para bien de una comuna que sobrevivió a momentos difíciles, pero que quiere ser un referente de transformación.
Al llegar la noche, la comuna 2 – Santa Cruz enciende las luces y sus calles se convierten en escenario para el encuentro de vecinos. Al volver la vista, se nota que allí ha imperado la persistencia, pues sus casas apiladas reflejan un trabajo de orfebrería que ha costado años, esfuerzos, vidas y muchos sueños.
Y como dijo el joven y anónimo poeta: En estas calles mis ojos se apagarán y cuando se apaguen el mundo será un poco más pobre; por eso, aprieto La Rosa entre mis manos, para que todos sepan mi origen…
La Casa Amarilla, una luz en las tinieblas
“En la tiniebla del asesinato, de la muerte precoz, un grupo de osados muchachos, por allá en los años 87, se convirtió en aurora para aquellas laderas de la comuna 2 – Santa Cruz”.
Con esta expresión Jorge Blandón resume la gestión que cumple la Corporación Cultural Nuestra Gente, de la cual es su director.
La Casa Amarilla, sede de la Corporación Cultural Nuestra Gente. El mural, en cerámica, es obra del artista Fredy Serna. Fotografía tomada por Róbinson Henao, septiembre 26 de 2015
Son los mismos “locos” de la famosa “Casa Amarilla”, ubicada en la esquina nororiental del cruce de la calle 99 con la carrera 50C. “Somos herederos de la Teología de la Liberación, hijos de los procesos comunitarios, a quienes nos dio y nos da sentido la cultura”, porque más allá de las artes que promueve, promulga y enseña la Corporación, “iniciamos, en ese entonces, una defensa por el patrimonio en medio de la barbarie de la violencia, de la ausencia del Estado y de la precariedad de la gobernabilidad”.
La Corporación inició su trabajo con mensajes desde los púlpitos, luego acudió a un periódico mural, a impresos, a una emisora comunitaria. Ahora es un conglomerado de artes, artistas, líderes y de comunidad, que sigue creciendo.
Se trata de múltiples expresiones: festivales de la Cultura y la Alegría, fiestas de abuelos, de niños, de las madres, de las mujeres… eventos que convocan a la gente entorno a expresiones que surgen del corazón del barrio.
Las artes, la cultura política, la apropiación del territorio y la defensa de los derechos humanos son su esencia, su razón de ser. “Son productos artísticos elaborados por niñas, niños, jóvenes y adultos que dan cuenta de que esa comunidad es arte y parte de la vida, y no de la cultura de la muerte”, ratifica el director.
El mismo nombre de la sede, Casa Amarilla, trae su simbología, advierte: el color hace alusión al Sol, al centro de la energía. “Las enfermedades se curan más fácil cuando tienen una fuerza vital puesta en el Sol”. Por enfermedades entienden la violencia, la indiferencia, la inequidad, los desgobiernos, la corrupción.
“Desde nuestra propuesta buscamos formar personas que sean referentes de una cultura de vida, de sueños comunes; seres portadores de alegría, de paz y de solidaridad”, apunta.
“Quienes vienen, en especial los niños, salen inquietos por lo bueno y por lo bello” y, a juicio del director, quien se motive por esas dos palabras siempre pensará en que con esas dos palabras se podrá transformar no solo el entorno sino la misma humanidad.
Por igual se ocupa del valor de los derechos humanos, de las víctimas del conflicto y de la reconciliación. Wbeimar Alexander Atehortúa, líder de la Mesa de Derechos Humanos de la comuna, y de la JAC de Villa del Socorro, entiende el valor de ese trabajo. Él y muchas personas que sufrieron los embates de las violencias pasadas y actuales, trabajan en un proyecto de memoria. “Nadie puede ser olvidado, todos debemos ser recordados, así sea por un escrito, por un mural”, argumenta.A su turno Johana Andrea Olarte, una joven vinculada a la Corporación, advierte que la mejor enseñanza que ha tenido es ampliar el concepto de cultura.
“La cultura se divide en tres partes: los conocimientos artísticos, las costumbres de una sociedad y, la principal, la forma de relacionarnos con el otro”.
Jorge Blandón sabe que el trabajo de la Corporación seguirá iluminando esas sombras, porque está convencido de que mientras los jóvenes sigan esa luz, nunca serán oscuridad de la calle.
El cronista
Javier Antonio Arboleda García
Comunicador social – periodista de la U. de A. Miembro fundador de la Fundación para la Libertad de Prensa (Flip). Vinculado al periódico El Colombiano entre 1995 y 2008. Autor de un capítulo del libro “Los muertos no hablan”, del periodista español Paco Gómez Nadal. Autor de diversas series periodísticas; ha trabajado en radio, TV y prensa. Docente universitario. Nominado al premio Simón Bolívar 1998, a mejor narración periodística. Premio Prensa Libre. 2002, a la mejor investigación periodística. Premio (colectivo) Rey de España. 2002, por una serie periodística sobre el conflicto urbano en Medellín.
Un pasaje por inadvertidas historias rurales y urbanas que se tejen en las montañas de este corregimiento de Medellín que cada día se densifica y se transforma. Un llamado de sus habitantes a la protección de la vida campesina y a la necesidad de una urbanización digna
Don Sigifredo
“El jornal es maldito. Si se empieza a jornalear, así se muere”. Sentado en el patio de la casa, Sigifredo Acevedo deja que sus pensamientos se pierdan en la montaña. Desde su primer sueldo de un centavo, en los años 30, la vida era difícil y ahora, a sus 85 de edad sigue igual, aunque con servicio de luz y carreteras.En sus recuerdos están vivos los tiempos en que la gente arrimaba la bestia con la carga de mercado a una tienda, tomaba trago y tenía para comprar un pedazo de tierra. Esta proveía el alimento, las semillas, los abonos, los servicios, los trabajadores, el transporte… “pero ya no da”, asegura. “A veces, enfermo, me confundo; me anervio, me atasco, pero le pido a Dios y se desenvuelve el hilito, me saca de las malas a las buenas… Ahora pienso ¡qué voy a hacer con el mundo a esta edad, dónde lo descargo, dónde lo pongo!… La vejez es muy dura”.
A la orilla del Camino del Virrey, en la vereda Boquerón de San Cristóbal, está la finca de don Sigifredo. A ella se entra por un paraje conocido como “La Legumbrera”, donde antes tenía su tienda de verduras. Ahora, en uno de los ranchos del antiguo negocio, se guardan las canecas de leche que cada día, de madrugada y al atardecer, carga su hija Fabiola, de 46 años. Es domingo. Fabiola lava dos canecas. “Será que luego les limpio el jundillo”, dice sonriente, y se las alza al hombro para bajar a la finca. Lassie, su perrita, mueve la cola y la persigue. “Uno porque se acostumbra, pero a mí me toca muy duro”. Sin embargo, le parece peor irse de la casa. “Mi hermana se fue con el novio. Salió un domingo de Resurrección a buscar al Señor y no volvió… ¡Bruta, yo no dejaría la casa paterna por irme con un hombre!”.
Panorámica del Alto de Boquerón, en donde nace la quebrada La Iguaná. Fotografía tomada por Róbinson Henao en septiembre de 2015
Mientras camina señala sus cultivos: frijoles, papa criolla, cebolla junca, cilantro, espinaca, rábanos, coliflor, coles, maíz, perejil, cidra, uchuvas, moras, lulos, tomate de árbol, plantas aromáticas… De pronto se detiene. “Por aquí, una mula que cargaba unas remolachas soltó una patada y mató a mi hermanito de seis años”. Era 1977. Seis años después, su madre no soportó la pena y se fue tras él.
Sigifredo construyó su casa, y al frente, en el mismo terreno, una para los hijos. Como la mayoría de campesinos de San Cristóbal, vive de la agricultura y a pesar de la edad no para de trabajar. Se levanta al amanecer a picar tierra, desyerbar, abonar, hacer una era, recoger cilantro o cebollas hasta que la luz se esconde y ya no ve. “Él cree que uno no se cansa. Parece de apellido Mando”, bromea su hija Consuelo, mientras lava una trapeadora. Varios días a la semana, los dos sacan los cultivos hasta el camión que los recoge para su distribución en la Central Mayorista, en Itagüí, de donde van a las tiendas, supermercados y grandes almacenes de cadena de la ciudad.
Ensimismado en los recuerdos de los años que se le pasaron sin darse cuenta, el campesino muestra las manos y las uñas. “¡Ave María, vea cómo las tengo, pero no me las puedo arrancar!”. Tras la risa, su expresión se torna seria. “A veces, cuando estoy trabajando, pienso que con los años que tengo debería tener una protección considerable del Estado… lo que uno ha escarbado la tierrita gracias a Dios. Dios me dio la niñez, la juventud, la salud, pero ¿la vejez?, esa no le brega nadie”.
Rancho Grande. Estadero donde se encuentran los viajeros, en la antigua Vía al Mar. Fotografía Róbinson Henao
San Cristóbal, pueblo de arrieros
A sus 91 años, Jesús María Álvarez Correa, a quien llaman Conrado, vive en una gran casa detrás de la iglesia. Oriundo de San Cristóbal, agricultor, ganadero, conservador y amigo de curas, es reconocido en el corregimiento por “hacer política”. “Empecé a gestionar con los políticos para que cumplieran la parranda de cosas que prometían”, dice, sentado en un sillón de la sala, con su voz ya temblorosa. En su casa inició la campaña presidencial por Belisario Betancur, quien llegó a caballo a visitarlo, acompañado por sus partidarios. Su hija Cecilia, profesora jubilada, hace la lista de sus ejecutorias. “Papá siempre ha buscado el bien del campesino y del corregimiento. Ayudó en el antiguo colegio de las Carmelitas, en el colegio oficial, en las escuelas de las veredas, en la pavimentación de las carreteras, con una casa para los campesinos, con cunetas, con lotes para construir barrios…”. Lejos de estar dormido en los laureles de la edad, don Conrado sigue preocupado. “San Cristóbal está habitado por gente que vive en grandes condiciones de pobreza y desigualdad y los campesinos han sido abandonados por las últimas administraciones. La legumbre no les da para vivir, trabajan para el comisionista y el revendedor, tienen un impuesto predial muy alto y tienen que vender las fincas para poder pagarlo”.
Conrado Álvarez. Fotografía Róbinson Henao
Los Álvarez son descendientes de arrieros. Su padre Elías Álvarez y sus tíos eran propietarios de las muladas que trajeron la planta eléctrica Pelton para la primera fábrica de Coltejer. Un encargo tan tortuoso, que dos de las mulas se ahogaron por los lados de Caracolí. Narra también Conrado que un pariente hizo parte de la comitiva que construyó el Camino del Virrey, por orden de Juan Antonio Mon y Velarde, en 1785. Conocido como Camino Real, servía de conexión con el occidente por el sector de Boquerón, y fue transitado durante más de 300 años por indígenas, colonizadores y arrieros. Es considerado patrimonio arqueológico de San Cristóbal y en la actualidad se puede recorrer un tramo, desde el Alto de Boquerón hasta la autopista, como le dicen a la vía al Túnel de Occidente. Como homenaje, en el parque principal de San Cristóbal se exhibe el Monumento al Arriero, del escultor Darío Vélez.
Calle del Comercio. Un pasaje donde las legumbres se exhiben en las aceras y en carros viejos. Fotografía tomada por Róbinson Henao en septiembre de 2015
Al igual que a la familia de Sigifredo, la tragedia visitó a los Álvarez. En 1947 una tempestad enfureció a la quebrada La Iguaná. El padre y Luis, un hermano de Conrado, llevaban las mulas con una carga desde la vereda Las Playas. Estaban en el agua, en el paso La Ladrillera, cuando el afluente se creció. “¡Pasen rápido!”, les gritaba Conrado desde la orilla, mientras don Elías trataba de ayudar a su hijo, a quien ya arrastraba la corriente. Pero no hubo tiempo y La Iguaná se los llevó hasta el cielo.
Llegar al campo para no irse nunca
En 1981 José Luis Montoya llegó de Sabaneta a vivir a Boquerón, a la casita que Sigifredo Acevedo levantó para sus hijos. Le dio por vivir en el campo después de visitar varias veces a Uriel, un cuñado que para entonces era el mayordomo de Sigifredo. Recién se había instalado la luz eléctrica en la vereda, el Camino del Virrey aún era empedrado y a su vera estaba la Casa Grande o El Reposadero, como se le conocía a esa enorme vivienda de tapia, chambranas en madera, corrales y numerosas habitaciones, que servía de posada a los arrieros que venían del occidente antioqueño. Hoy es una casa de concreto verde limón, protegida por una reja de hierro y rodeada de materas florecidas. El letrero “Se vende” es visible desde lejos.
José Luis Montoya. Fotografía Róbinson Henao
En su primer día de trabajo, José Luis se vio en un potrero “voleando gambia” (especie de azadón pequeño), como se dice. Nunca antes había cogido ese instrumento de labranza, ni un azadón, ni una pala. Preocupado, miró a su alrededor: unos diez hombres trabajaban con ahínco. Trató de no quedarse atrás, pero a eso de las dos de la tarde, con las manos ampolladas, se rindió. Clavó la herramienta en la tierra y le dijo a su jefe que se sentía incapaz de terminar el jornal. A lo que este le objetó: “No, no, no, acabe el día como pueda pero no me lo va a dejar iniciado”. Al atardecer, cuando llegó a su casa, hizo lo que le recomendó el patrón: lavarse las manos con carne gorda de novillo.
“…los campesinos han sido abandonados por las últimas administraciones. La legumbre no les da para vivir, trabajan para el comisionista y el revendedor, tienen un impuesto predial muy alto y tienen que vender las fincas para poder pagarlo”
La empresa del campesino era vivir de varios jornales. Un día, desde la montaña, en la casita de Sigifredo, José Luis vio a unos trabajadores sembrar papa al otro lado del camino. Hasta allá se fue. Doña Fabiola era la dueña del terreno. Ese mismo día, le dio trabajo, le prestó las botas de su esposo Isaac Álvarez (hermano de Conrado Álvarez) y al terminar la jornada, hizo que le empacaran medio bulto de papas para la familia. Y así era. A donde iba en la vereda, los vecinos daban de lo que tenían: una frisolera, lleve sus siete kilos de fríjol verde; cebolla, tome su manojo; zanahoria, coja lo que pueda. Pero eso no ha cambiado mucho. En San Cristóbal la generosidad se conserva. Se presta el fogón, se ayuda con una herramienta, se recoge un mercado para el que no tenga. Y en ese aire fresco de campo que se respira, se oye decir “buenos días”, “mejor las tenga usted”, “Dios le guarde y le dé”.
Hace 17 años, un poco más abajo de la escuela comunal y cerca del reconocido Centro Turístico y Recreativo Truchera Boquerón, José Luis construyó su casa. Dejó atrás los días de agricultor y ahora, como muchos otros habitantes, tiene una microempresa de arepas, mientras su esposa Aleida prepara morcilla que luego vende en el negocio de Esperanza Delgado, en el Alto de Boquerón.
El desengaño de Esperanza
Durante 43 años, desde que nació la JAC de Boquerón en 1972, Esperanza Delgado trabajó como líder de la comunidad. “¡Ay las rabias que me hicieron sacar!, la gente es muy terca y pa todo hay que rogarles”, expresa. Pero una de sus metas antes de irse, era entregar la nueva vía. Con ayuda de los vecinos, hace 16 años, se pavimentó la parte alta de la carretera (Camino del Virrey).
Esperanza Delgado. Fotografía Róbinson Henao
Esperanza levantó a sus hijos jornaleando. Hacía lo que fuera y como estuviera: tirar pica, recoger flores, ordeñar vacas, sacar legumbre, cargar bultos, todo estando o no en embarazo. A veces salía de la huerta derechito para la clínica a tener el bebé. Pasaban veinte días, el muchachito se quedaba con las hijas mayores y seguía trabajando. “Ay Trinidad Bendita, ¡la vida mía antes!, no se la deseo a nadie: 18 embarazos, 14 hijos vivos (9 mujeres, 5 hombres) y un marido vicioso (…) Me iba a mercar porque si le daba la plata al viejo se la tomaba en trago” cuenta, sentada en el comedor de su casa, mientras señala al marido que está sentado en el corredor que da hacia la carretera. Acentúa la mirada, reflexiona y luego ríe: “Yo por eso digo, una pobre mujer hoy en día, que le toque la vida como la de uno, coge un estoraque y se tira por una orilla”.
Cerca de su casa en el Alto de Boquerón, hace 37 años, Esperanza instaló un negocio de pandequesos, almojábanas, arepas y fritos. ¡Ay la preocupación cuando supo de la construcción de una nueva vía! Ninguna de sus hijas estudió, entonces, ¿qué iban a hacer? Una vez quedó listo el túnel, ella se sintió engañada. La indemnización prometida, al igual que para otros comerciantes de la zona, nunca llegó. “Ese resentimiento sí me lo llevo, con ese viejo Juan Gómez Martínez…”, dice, pensativa y moviendo la cabeza.
Ventas de pandequesos, almojábas y chorizos en el Alto de Boquerón, por la antigua vía al mar. Fotografía tomada por Róbinson Henao en septiembre de 2015
Esa ruta, que ahora llaman la antigua Vía al Mar y en la que una réplica gigante de una cajetilla de Marlboro, en el Alto de Boquerón, anunciaba el fin o el inicio del viaje, quedó en el olvido. Sin embargo, a su orilla, sobreviven unos pocos negocios como el de Esperanza, en donde sus hijas Gladis, Estela y Aleida, la esposa de José Luis Montoya, atienden con amabilidad a los viejos y nuevos visitantes que pasan por la vereda.
De fincas de verano, pasaje de viajeros y mafia
A La Legumbrera llegaban médicos, abogados, ricos, mafiosos, a temperar a San Jerónimo, Santa Fe de Antioquia y Sopetrán. José Luis Montoya, quien también trabajó allí, recuerda a un tipo joven, de unos 29 años, que entraba acompañado de otros pelados. Uno con un maletín y otros con revólver en mano que lo custodiaban “como si fuera el presidente de la República”. “El tipo compraba la legumbre y para pagar, llamaba al del maletín con una voz chillaíta: ‘hágame el favor’, y abría ese maletín, con un cerro de billetes para sacar 10 mil pesos”, cuenta José Luis, entre risas. Eso fue a finales de los años 80.
Casa de María Emilia Toro “Milita”, en la vereda La Ilusión, en la antigua Vía al Mar. Fotografía tomada por Róbinson Henao en septiembre de 2015
San Cristóbal fue corredor de la mafia. Por la antigua Vía al Mar y la de San Pedro, se pavoneaban Pablo Escobar, los Ochoa, los Chica, los Builes… La hacienda Lusitania, ubicada en lo que hoy es Ciudadela Nuevo Occidente, era el lugar de encuentro; aún existe la plaza donde los capos practicaban el rejoneo. También varias familias pudientes de la ciudad tuvieron en estas montañas sus fincas. Los Barrientos, en Pedregal; los Maya y los Arteaga, en La Palma; los Moreno, en El Llano.
En la vereda La Ilusión una casona de paredes blancas y de zócalos azules, con amplios corredores y una capilla, parece abandonada en medio del silencio de la carretera. Pero no es así. Su más antigua habitante, de 87 años, pervive dentro. Los conductores, que con frecuencia pasan por el frente, la reconocen: “¡Ah! ¿La casa de “Milita”?”. María Emilia Toro o “Milita”, como le dicen a la abuela de la modelo Natalia París, pasa sus días solitarios en compañía de dos fieles empleados, Martín y María. La réplica de tres loras la alegran, y en vez de vacas o caballos tiene seis exóticas llamas en un amplio prado. Para la década de los años 80, la casa de “Milita” era la única con teléfono en la vereda, por lo que hasta allí llegaron muchos a pedir una llamada.
Acueducto San Cristóbal. Fotografía Gabriel Carvajal Pérez. Cortesía Archivo Fotográfico Biblioteca Pública Piloto
El jardín que podría morir
Cultivar flores también ha sido tradición en San Cristóbal. A propósito, el ingeniero y escritor Horacio Augusto Moreno narra en su libro San Cristóbal de La Culata y San Sebastián de Palmitas, caminos y poblamiento al occidente de Medellín (2012): “fue en Mayo de 1956, cuando realmente nació en San Cristóbal la Feria de las Flores, un año antes de la celebrada en Medellín”. Uno de los organizadores fue Enrique Arteaga, quien también impulsó la creación del Desfile de Silleteros.
Y así era. A donde iba en la vereda, los vecinos daban de lo que tenían: una frisolera, lleve sus siete kilos de fríjol verde; cebolla, tome su manojo; zanahoria, coja lo que pueda. Pero eso no ha cambiado mucho. En San Cristóbal la generosidad se conserva
Elías Correa cultivaba flores que llevaba al hombro a la Plaza de Cisneros, en una vara de donde colgaban macetas al lado y lado, o en una bestia. Luego de morir a los 92 años, en 1987, su hija Ofelia Correa conserva la costumbre. En su casa en la vereda La Cuchilla, cultiva un jardín con más de trescientas especies de flores al que en 2011 la Alcaldía de Medellín nombró Museo Vivo de Las Flores. “Y eso que ya no es como antes. Me ha tocado vender las matas más hermosas porque no tengo con qué sostener el proyecto”, asevera, metida entre novios y curazaos. Dos muertes le nublaron el rumbo: la de William Román (líder del corregimiento asesinado el 10 de julio de 2011) impulsor del museo hasta el último momento, y la de su querido hijo León Darío, el 15 de julio de 2014, y quien hacía de todo en el jardín. “A veces, estoy sembrando y me provoca ponerme a llorar. Le he dicho a los hijos que me quedan que voy acabar con esto”, expresa acongojada.
Ofelia Correa. Fotografía Róbinson Henao
Aunque Ofelia ganó varios premios de la Administración Municipal con los que mejoró el espacio, hoy se siente abandonada. Una mañana, a principios de 2015, funcionarios de la Alcaldía le hicieron una propuesta: “me dijeron ‘queremos que el museo quede bellísimo y organizado para que la gente quiera venir pero usted tiene que renunciar a la propiedad’”. Les manifestó indignada: “Si esa es la ayuda, gracias, pero esta casa es para los hijos cuando me muera”.
El jardín tiene 35 años, pero su amor por las flores nació con ella: les habla con su voz ronca y dulce. Por ejemplo a los novios les dice caprichosos, porque no crecen en materas pequeñas y a las suculentas guapas porque no se dañan al mover la tierra. Las plantas de la casa crecen en olletas, muñecos, zapatos, marranitos de barro, botellas, tarros y frasquitos. Últimamente han disminuido las visitas al museo. Ofelia ha visto que los conductores de vehículos particulares se devuelven cuando ven en el aviso de la entrada que se debe dar un aporte. A pesar de la nostalgia y el desamparo, ella espera que no muera su vivo jardín.
Museo Vivo de las Flores en la casa de Ofelia Correa, en la vereda La Cuchilla. Fotografía tomada por Róbinson Henao en septiembre de 2015
La llegada de Ciudadela Nuevo Occidente y la esperanza de otras flores
Cuando se ve a San Cristóbal desde la vía al túnel Fernando Gómez Martínez, aparece una imagen de casitas amontonadas, rodeadas de montañas con sembrados simétricos de cebolla y cilantro, el edificio negro y horizontal del Parque Biblioteca Fernando Botero y torres altas, con estrechos apartamentos en donde familias enteras construyen sus sueños. Esas torres se levantan en la Ciudadela Nuevo Occidente, erigida como parte del Plan Parcial Pajarito (2002) para detener el crecimiento desordenado en la ciudad y ofrecer una solución de vivienda a la población desplazada, víctima de la violencia o que vivía en zonas de alto riesgo. Allí se asentaron diversas comunidades provenientes de Moravia, Vallejuelos, La Iguaná, La Sierra, El Popular…
Ciudadela Nuevo Occidente, un proyecto urbano que surgió con el Plan Parcial Pajarito en 2002. Fotografía tomada por Róbinson Henao en septiembre de 2015
En los últimos años, San Cristóbal ha sufrido varias transformaciones físicas, entre ellas el túnel Fernando Gómez Martínez (2006) y el Centro Carcelario y Penitenciario El Pedregal (2010). Actualmente las obras más importantes son la nueva unidad hospitalaria (entrega este 24 de septiembre) y los 4.1 km de la conexión vial Aburrá- Río Cauca, que unirá al corregimiento con la avenida 80 (se entrega en octubre). Sin embargo los nuevos proyectos de vivienda que conforman la Ciudadela Nuevo Occidente, son los que más han impactado al corregimiento.
Desplazado del municipio de Turbo por la violencia, Darío García llegó a Moravia en 1993 y se instaló en uno de los lotes que los grupos armados ilegales repartían y a quienes tenía que pagarles. Acceder a una casa y a mejores condiciones para vivir con su esposa y sus dos hijas, se convirtieron en su mayor deseo. Así que puso todas sus ilusiones en la vivienda que el Municipio de Medellín le ofreció en Las Flores, la primera urbanización del proyecto. Era el lugar añorado, con una vista privilegiada desde la montaña y donde podrían tener acceso a colegios, locales comerciales, parques, zonas verdes y centro de salud. En 2004 fue notificado: “ha sido beneficiado para una vivienda”. Esta le sería entregada tres años después. Sin embargo, algo lamentable agilizó el proceso: el incendio que consumió a Moravia el 1 de marzo de 2007 y en el que perdió todo lo que tenía. El 23 de junio de 2007 llegó a la segunda etapa de Las Flores.
“Chiveritos” que se mueven en el sector urbano y en las diecisiete veredas del corregimiento. Fotografía tomada por Róbinson Henao en septiembre de 2015
Ahora, en 2015, todo lo que Darío pensó que tendría, no lo ha logrado. Los equipamientos urbanos y espacio público son una necesidad urgente. Los colegios no dan abasto. El nuevo colegio Paz de Colombia, sede Lusitania (próximo a entregarse), tiene una capacidad para 900 estudiantes, cuando una sola urbanización alberga hasta mil viviendas. A falta de locales comerciales, los negocios funcionan en las residencias. En los ventanales se oferta de todo: tienda, peluquería, billar, carnicería, panadería, ferretería, miscelánea…El desempleo es evidente. Cada fin de semana los comerciantes que sacan sus ventas a la calle terminan luchando con los funcionarios de espacio público. Un apartamento en concreto supuso una mejor calidad de vida, pero se redujeron los ingresos y los gastos aumentaron.
Puente colgante que simula al Puente de Occidente, de Santa Fe de Antioquia, sobre La Iguaná. Fotografía Róbinson Henao
Las primeras familias llegaron a Ciudadela Nuevo Occidente en 2005. “Las trajeron en unas volquetas y las dejaron ahí”, es la imagen que quedó en quienes vieron el éxodo. Según proyecciones del Dane para el 2015, el perfil sociodemográfico de San Cristóbal indica que tiene una población total de 79 mil 458 personas. Entre las autoridades municipales se maneja una cifra de 80 mil habitantes solo en Ciudadela Nuevo Occidente, sin embargo admiten que no es una cifra oficial. Actualmente Ciudadela tiene 13 urbanizaciones, una suspendida, cuatro proyectos en ejecución y cinco centralidades: La Aurora, Monteclaro o La Huerta, Lusitania, Pajarito y Nazareth.
Desde su llegada, los nuevos habitantes se vieron obligados a utilizar los servicios (sobre todo de salud y educación) de San Cristóbal y este colapsó. Esa fue la opción que les dio el Estado, aunque a los habitantes del corregimiento tampoco los involucraron en este proyecto de urbanización. “Para ellos, éramos unos aparecidos que llegamos a invadir su territorio”, cuenta Darío, sin resentimiento. Cuando empezaron a demandar recursos del Presupuesto Participativo el rechazo de algunos líderes fue sentido. Desde 2011 la comunidad de Ciudadela, con el apoyo de la JAL de San Cristóbal, está proponiendo la creación de la comuna 17, para acceder a recursos propios; tema que sigue en discusión.
Pero el choque de identidades no fue solo con San Cristóbal. Los conflictos que había en los barrios de la ciudad se trasladaron a las torres de veinte pisos. Según narra Darío, entre 2010 y 2012 la Ciudadela y en gran medida Las Flores, “sufrió el mayor número de muertes y desplazamientos, debido a la disputa entre combos por este territorio. Hoy se respira tranquilidad y no tenemos las barreras invisibles de ese tiempo”, dice. Aunque también se oye en las calles que sí hay fronteras invisibles, pero como son los mismos, no tienen problemas.
Vista panorámica de San Cristóbal. Se observa la nueva Unidad Hospitalaria y el Parque Biblioteca Fernando Botero. Fotografía tomada por Róbinson Henao en septiembre de 2015
A pesar de las ausencias, Darío encuentra en Ciudadela un lugar apacible y hermoso que le rememora el campo de donde vino. Se mueve de aquí para allá como vicepresidente de Asocomunal, con todo tipo de actividades para ayudar a la comunidad. Y expresa motivado:
“Muchos de nosotros ya tenemos raíces aquí y tenemos la esperanza de que este sea un lugar mejor”.
Necesidad de una política pública para proteger al campesino y la zona rural
En las veredas de San Cristóbal los campesinos agradecen la tranquilidad y la lejanía de todos los males de la ciudad: el bullicio, la contaminación, la inseguridad… El amor y el apego por sus tierras se conservan, aunque cada día es más difícil mantenerlo. Las transformaciones urbanas, la llegada de nuevos habitantes y la desvalorización de los productos agrícolas han cambiado las condiciones de vida. Los agricultores se ven acorralados por los precios del mercado, la manera como se comercializan sus productos y las “mafias” de las plazas de distribución. Por eso, entre otros, el propósito de los líderes comunitarios (existen 38 JAC) es defender la economía y la permanencia de la vida campesina, definido en el Plan de Desarrollo Local del corregimiento. Juan Diego Uribe, presidente de la Asocomunal, explica que la mayor afectación a la comercialización de los productos se debe a los comisionistas: “el campesino vende sus productos a comisionistas que los ofertan en las grandes plazas de distribución y, lo que el comisionista le liquida al campesino no corresponde a lo que realmente vale el producto”. El líder llega a la conclusión de que el campesino es un esclavo de lo que produce para una ciudad que quiere pagar bajos precios, sin tener en cuenta su esfuerzo. No encontrar una mejor calidad de vida ha llevado a muchos de ellos a vender sus tierras a personas que cumplen con el deseo de acceder a una finca de recreo y, en algunos casos, quienes se van para la ciudad pasan a vivir en unas condiciones más lamentables.
Es por eso que desde hace dos años en las Jornadas de Vida de la Alcaldía de Medellín se priorizaron 2 mil 500 millones de pesos, en un proyecto que promueve la comercialización directa mediante la creación de un centro de acopio y puntos de venta, la capacitación en emprendimiento y la transformación de los productos. Hace más de un mes se empezó a ejecutar, pero, según asegura Uribe, la Alcaldía modificó parte del proyecto: “Se están haciendo capacitaciones a campesinos y se están dando unos apoyos en insumo y maquinaria, pero lo de los acopios, por ahora no. El municipio le cambió la destinación”.
Ante este panorama, una política pública que promueva y proteja el sector rural es un anhelo:
“…esta ciudad tiene una dificultad y es que desconoce el campo, cuando se habla de Medellín se habla de una ciudad tecnológica, turística, innovadora, pero no se ve el potencial de las montañas que nos rodean y de las fuentes de agua que aquí nacen; se olvida que este territorio es agrícola y lo quieren convertir en un territorio de urbanización, que es lo que ha venido creciendo en los últimos años. Se desarrollan proyectos pero no para el desarrollo interno de las personas que habitan el corregimiento”.
La cronista
Luisa Fernanda Martínez Gómez
Comunicadora social – periodista de la Universidad Pontificia Bolivariana. Trabaja como periodista en el periódico Vivir en El Poblado desde hace tres años.
El incidente de tránsito se presentó a la altura de la Universidad Eafit
El accidente provocó un cuello de botella en la calzada que permite la circulación en sentido sur norte por el Valle de Aburrá (FOTOS CORTESÍA)
Un camión volcó en la calzada oriental de la Avenida Regional, este martes 15 de agosto sobre las once de la mañana, generando lentitud en la movilidad por el corredor vial.
La Secretaría de Movilidad de la Alcaldía de Medellín informó que la situación, que no dejó personas lesionadas, está siendo atendida por personal de los Bomberos y el Tránsito.
Asimismo, la dependencia hizo saber que el paso se encuentra habilitado por un solo carril y recomienda a los conductores tomar rutas alternas para evitar mayores congestiones.
El hecho ocurrió este lunes 14 de septiembre en horas de la mañana
Atravesado en la vía que de Medellín conduce al Oriente Antioqueño quedó el poste del alumbrado derribado esta mañana por un automotor (FOTO: CORTESÍA)
La Secretaría de Movilidad reportó que el incidente, ocurrido a la altura del Hotel Intercontinental, dejó una persona lesionada y que a mediodía de este lunes se mantiene restringido el paso vehicular por el lugar de los hechos.
“Un vehículo colisionó con un poste y lo derribó. En este accidente resultó lesionada una persona que fue trasladada a un centro asistencial. Estamos a la espera de que nos informen cuál es su estado de salud; aparentemente no reviste gravedad pero vamos a estar muy atentos a cómo se desarrolla la situación”, declaró Carlos Alberto Marín, subsecretario de Seguridad Vial y Control.
Sobre las posibles causas del accidente, el funcionario indicó que “al Tránsito le corresponde iniciar a investigación, mirar los frenados, las huellas y los testigos para establecer cuál fue la situación que pudo haberlo originado. En el centro asistencial nos darán el reporte del estado de salud y el estado de sobriedad de la persona que conducía”.
Las autoridades de Tránsito se encuentran a la espera de que Empresas Públicas de Medellín levante el poste derribado para proceder a terminar con los trámites de rutina y normalizar la circulación por Las Palmas.
Héctor Hoyos, del Polo Democrático; y Federico Gutiérrez, del movimiento Creemos fueron los candidatos que respondieron a la convocatoria realizada por la Mesa de Jóvenes de la Comuna 14
Héctor Hoyos, candidato del Polo Democrático Alternativo; y Federico Gutiérrez, candidato del movimiento Creemos (FOTOS: CORTESÍA)
Por: Álvaro León Pérez
Solo dos de los seis candidatos a la Alcaldía de Medellín participaron en el Foro con Candidatos a la Alcaldía de Medellín, organizado por la Mesa de Jóvenes de la Comuna 14, el 8 de septiembre en la Casa Teatro El Poblado.
Durante el evento, Héctor Hoyos y Federico Gutiérrez tuvieron la oportunidad de hablar sobre sus propuestas de gobierno y de responder a una serie de preguntas planteadas por los organizadores, quienes hicieron especial énfasis en las temáticas que atañen a la juventud de la ciudad.
“Hay que darle autonomía a la juventud, a los grupos que participan en los diferentes barrios, comunas y corregimientos; a las JAC y las JAL que son las que tienen relación directa y permanente con la ciudadanía, y darles una preferencia en la ejecución presupuestal, básicamente en lo que tiene que ver con los jóvenes”, afirmó Héctor Hoyos, candidato del Polo Democrático Alternativo.
Hoyos enfatizó que su programa de gobierno está basado en la educación como vehículo transformador de la sociedad y se refirió al problema de la deserción escolar como un factor que incide negativamente en el desarrollo social y personal de la juventud medellinense.
“La deserción escolar es un problema grave que afecta sobre todo a los jóvenes y una de sus causas es la falta de motivación para ir a los establecimientos educativos. Nosotros proponemos actividades extracurriculares deportivas, artísticas y culturales que incentiven a los jóvenes a permanecer más tiempo en los planteles. También queremos crear programas especiales para que quienes no quieran o no puedan entrar a la universidad, adquieran competencias que les permitan desarrollarse efectivamente en una vida laboral posterior al bachillerato”, agregó.
A su turno, Federico Gutiérrez, quien aspira a la Alcaldía por el movimiento Creemos, manifestó que “la Política Pública de Juventud no debe estar solo en cabeza de la Secretaría de Juventud, sino que debe tener transversalidad en todos los ejes de gobierno. ¿Quién dijo que no hay transversalidad en temas de educación, deporte, mujeres y seguridad? Hoy en Medellín quienes más sufren la violencia son los jóvenes y más de la mitad de los homicidios que se comenten en la ciudad son de personas entre los 14 y 26 años”.
Adicionalmente, Gutiérrez aseguró que su intención es conceder más participación a la población joven en los temas liderados desde la Administración Municipal, si es elegido alcalde.
“Los jóvenes son para tenerlos en cuenta en los grandes temas de ciudad y ahí tienen que participar. ¿Quiénes tienen que participar y ejecutar la Política de Juventud? Pues la gente joven de Medellín, los que conocen las diferentes problemáticas. Ahí es donde nosotros nos vamos a centrar; cuando yo hablo de independencia es para eso, para poder hacer lo que hay que hacer en la ciudad, para gobernar con los que tenemos que gobernar y no con los que nos imponen”, añadió.
Instituciones vecinas de la Loma de Los Balsos movilizan por día más de 4.200 personas entre estudiantes y empleados. Estas son sus estrategias
Por Luisa Martínez
La movilidad de los colegios en El Poblado se ve afectada por la construcción de las obras de Valorización y por el flujo externo de vehículos, pero al mismo tiempo estas instituciones cada día generan impacto por la movilización de una comunidad académica establecida en miles de usuarios. Partiendo de la premisa de que la educación es uno de los pilares fundamentales de formación, así como la convivencia es una necesidad de ciudad, Vivir en El Poblado indagó sobre las acciones que están tomando las instituciones educativas de esta comuna para contribuir a la movilidad.
La Loma de Los Balsos y las transversales son, además de vías arterias, sede de varias instituciones educativas que a diario enfrentan el reto de la movilidad. Sus estrategias apuntan a la evacuación ágil, al orden, a evitar la congestión y, dicen, en especial al manejo de la seguridad de los estudiantes; sin embargo, coinciden en que no hay una política para trabajar en llave con la Secretaría de Movilidad para conectarse con el resto de la ciudad.
Colegio La Enseñanza
Cada mañana, a las 6:30 am, 1.095 estudiantes y 130 empleados ingresan al colegio. En promedio, el ingreso diario es de 1.400 personas. Según Liliana Henao, coordinadora de Convivencia, así se movilizan: 536 alumnas y 30 profesores se transportan en 24 buses, y cerca de 240 estudiantes en 16 busetas particulares. 72 docentes usan carro, 200 niñas son recogidas por sus padres, 120 salen caminando para luego tomar vehículo particular, máximo 20 estudiantes se van en transporte público y unas 50 se van hasta sus casas a pie. El transporte en bicicleta no es común, solo la usan tres empleados. A las 8 am ingresan las pequeñas de preescolar en ocho buses y 16 busetas. Las horas de salida son 12:30 pm, 2:30 pm y 4:30 pm (la de mayor actividad).
Entre sus estrategias para que la movilidad funcione está el manejo de horarios. “Tenemos variedad para que no coincidan con horas pico de la ciudad, por eso el ingreso es a las 6:30 am”, afirma Liliana Henao. Asegura que el ingreso y la salida son tan ágiles que no tardan más de 15 minutos. Para esto cuentan con guías en las dos porterías del colegio y con tres personas en los parqueaderos, quienes usan radiocomunicadores. El flujo es por turnos por razones de seguridad: primero evacuan a quienes van caminando, luego buses y busetas y por último los vehículos particulares.
La institución cuenta con 118 celdas de parqueo con capacidad para 150 vehículos y con una zona para 40 motos.
Henao explica que algunos profesores comparten el carro y se turnan para usar el vehículo, sobre todo los que viven en la zona norte. “Ha mejorado mucho la movilidad. Hay quejas constantes de que la salida de las niñas paraliza la loma, pero es muy difícil controlar el exterior y también falta tolerancia. Tenemos una unidad en el área de Ciencias Sociales sobre seguridad vial, informamos a los padres sobre los cambios viales y les damos un mapa con las rutas de los buses; también capacitamos a los docentes. Cuando hay congestión en la ciudad, estamos dispuestos a cambiar los horarios. La Secretaría de Movilidad nos ha dado charlas y hasta nos ha felicitado. Además le hemos solicitado el servicio de guardas, pero no ha sido posible”, expresa Liliana.
Colegio Gimnasio Los Pinares
“La información y el orden han sido vitales para mejorar la movilidad. Los ministerios de Transporte y de Educación nos han exigido que tengamos un plan estratégico de seguridad vial que consiste en tomar medidas preventivas para evitar cualquier incidente y en eso nos hemos centrado. En la medida que nos organizamos, hacemos que sea más seguro para los que estamos adentro y salimos a la Loma de Los Balsos, que es donde se genera el mayor impacto”, asegura Beatriz Vélez, coordinadora de transporte del colegio.
Seis personas ubicadas en puntos estratégicos coordinan la movilidad y están al tanto de la seguridad. La salida se hace de manera gradual y cada una de las alumnas es dirigida hasta los padres de familia o hasta los conductores de buses. “Estamos haciendo las cosas con la mejor intención de evitar cualquier congestión y riesgo”.
Pinares tiene 598 alumnas y 111 empleados. A diario, 909 personas ingresan al colegio y cerca de 100 más que son variables. La coordinadora explica que los padres de familia son quienes asignan en qué tipo de transporte viajan sus hijos: 400 estudiantes se transportan en 30 busetas (cada una para 14 pasajeros), 200 estudiantes en vehículos particulares de sus padres y máximo 10 en vehículo propio (que lo usan con la hermana y compañeras). Los empleados: 45 en carro particular y 100 en transporte público. Ninguno en bicicleta. El estacionamiento tiene 40 celdas, para personal del colegio, 10 para motos y 30 para visitantes (que después de las 3 pm usan las busetas).
Vélez afirma que han contado con ayuda externa, pero no con la Secretaría de Movilidad.
Colegio Campestre La Colina
Tiene 494 estudiantes y 73 empleados. En promedio, cerca de 600 personas ingresan diariamente al colegio. Según informe del rector Juan Andrés Escobar, así se movilizan: dos personas en bicicleta, 318 en once buses, nueve en transporte público, 210 en vehículo particular, ocho en moto y 20 a pie. También tiene un protocolo para el ingreso de los buses y de vehículos particulares.
Para el estacionamiento, cuenta con 40 celdas para carros y 15 para motos. En eventos especiales, tiene capacidad para 200 vehículos, incluyendo una cancha de arenilla.
Para mejorar la movilidad “promovemos el uso del transporte escolar. Les explicamos a los padres que no solo es un servicio, sino que es una manera de educar en diversos aspectos. Generamos conciencia en la importancia de aportar a la movilidad de la ciudad, especialmente con las obras que se están realizando en el sector. Habilitamos una portería en una vía de muy bajo flujo vehicular para impactar lo menos posible el tráfico de Los Balsos, hacemos campañas de inteligencia vial con las familias y tenemos un plan interno de tránsito que se explica en las clases de sociales”, expone el rector Escobar. Por otro lado, el colegio participó en un estudio de flujo vehicular y movilidad realizado por empresas vecinas como ISA y otros colegios. Gracias a este se ajustaron horarios de ingreso y salida. “No recibimos un especial apoyo de la Secretaría de Movilidad, solo algunas veces agentes nos acompañan en las horas de ingreso y de salida”, agrega.
Colegio Marymount
“El colegio está en un cuello de botella, por todos lados tenemos obras: la de la calle 7 con la Loma de El Tesoro (el puente de la quebrada El Chambul) y la de la Superior con la calle 10, entonces la entrada y la salida son muy complicadas”, explica Lina Jaramillo, coordinadora del Colegio Marymount. Uno de los problemas es que la salida de la calle 7 está bloqueada por el retorno que hacen los vehículos que van por la Transversal Superior. Además, 20 metros antes de la entrada, la vía tiene un solo carril. Las horas de salida son a las 12:30 pm, 3 pm y 4:30 pm.
El Marymount tiene 950 estudiantes y 200 empleados. El personal ingresa a las 7:20 am, excepto las 72 niñas del grado maternal que entran a las 8:30 am. 700 niñas se movilizan en 18 buses (de 35 pasajeros) escolares y seis vans (de 16 pasajeros) y 100 en vehículos particulares. Los viernes, 350 estudiantes salen en carro. De los empleados, 30 van en transporte escolar, los demás usan carro. Para eso cuentan con 108 celdas de estacionamiento. “Muy pocas alumnas vienen caminando por la cantidad de obras que hay alrededor y porque en la calle 7, donde hay un alto flujo vehicular, no tenemos aceras. Eso les da inseguridad a los padres y aun si viven cerca prefieren pagar transporte”, explica la coordinadora.
Entre las estrategias para ayudar a la movilidad, habilitaron ambas porterías para salir, dividieron las rutas, prohibieron estacionar afuera de las porterías, algunos empleados comparten el carro y varios padres que viven cerca se turnan. Por otro lado, reportan que “la ayuda de la Secretaría de Movilidad ha sido nula. Han venido al colegio porque obstaculizamos, pero no nos ayudan con un plan de pare y siga mientras se ejecutan las obras. Yo he ido a las reuniones de las obras y he realizado las solicitudes”, afirma.
Centro Infantil Los Ositos
“La salida y el ingreso de los niños están muy organizados. Tenemos dos puertas, una para entrar y otra para salir. Como tenemos doble línea, ganamos espacio para que casi ninguno se quede parado en Los Balsos. Los transportes se parquean en un sitio distinto para ubicar a los niños y no están en las filas por la que salen los padres”, afirma Clara Velásquez, directora del centro infantil. Tienen dos jornadas, de 8 am a 12 m y de 1:30 a 5:30, pero la salida más compleja es la del mediodía. En ese momento ningún padre se baja del auto, sino que cada profesor, con la ayuda de una auxiliar, entrega al niño y otras dos personas están atentas a las placas de los carros. Así identifican el vehículo y agilizan la salida. Los Ositos tiene 320 alumnos y 55 empleados. 40 niños van en transporte escolar, 220 van en carro y tienen 40 celdas de parqueo. Del personal administrativo, ocho utilizan moto, nueve llevan carro y 43 van en transporte público. Según Clara Velásquez, los eventos especiales, por ejemplo, se distribuyen para que no asistan 220 familias al mismo tiempo y se les solicita a los padres llevar un solo carro.
En cuanto a la construcción de vías en su entorno, “hemos tratado de mantener la calma y hacerle entender a la comunidad que son necesarias a mediano plazo”. Sin embargo, esperan más eficiencia del nuevo contratista de la obra de la Inferior con Los Balsos, por los perjuicios que les ha causado.
Esta novena edición de la Fiesta del Libro y la Cultura estará llena de tesoros escondidos para leer la vida y alegrar el corazón
Por Luisa Martínez
Ansioso, contento y seguro de que esta edición va a ser igual o mejor que la anterior, se siente Juan Diego Mejía, director de la 9° Fiesta del Libro y la Cultura. Se acabó la cuenta regresiva. Del 11 al 20 de septiembre la Zona Norte de la ciudad toma forma de feria con bombillitos amarillos y banderines de colores; libros, ilustraciones y souvenires; auditorios para conversar sobre la vida; encuentros para 121 lanzamientos de nuevas creaciones y carpas adecuadas para ofrecer cientos de experiencias (34 entidades promotoras dictarán 2.600 talleres en la Zona Jardín Lectura Viva).
¿Por qué visitar este espacio de letras y arte? “Esta es una opción muy interesante para una ciudad que estuvo durante muchos años cercada por el miedo y los estigmas de la violencia. Esa ciudad que antes estaba encerrada, ahora hace uso del espacio público de una manera orgullosa. El evento tiene un crecimiento continuo y una cualificación cada vez mayor (cuarta feria del libro en Latinoamérica), esas son razones fuertes. Pero además es la oportunidad de hacer una pausa. Somos una sociedad que madruga, se acuesta tarde y está en función del trabajo. Tendremos diez días para el espíritu y por eso vamos a hacer una fiesta bonita, con los mejores autores y la mejor programación”, expresa Juan Diego Mejía.
La Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín está a punto de entrar en un período de consolidación. “Hay unos procesos aprendidos, unas enseñanzas durante los últimos años y un prestigio en la ciudad y en el país. Podemos decir que nacimos, dar un salto en el crecimiento. Ahora lo que sigue es consolidar”. El director asegura que se deben dejar unas bases fuertes para que en un futuro se desarrolle un crecimiento planificado y no se desborde la demanda que actualmente tiene la Fiesta. Cada año hay un esfuerzo grande para conseguir recursos. “Pero no es un tema de presupuesto sino de creatividad. Este año tuvimos en cuenta los puntos más exitosos del año pasado y los replicamos, como el Salón Infantil, una muestra que superó seis mil títulos de América Latina”. Este año se abre el Salón Iberoamericano del Libro Universitario y se invita al Salón Nuevas Lecturas para tener experiencias digitales, hablar de todos los temas posibles, dar otras miradas y crear. Además, conservará la amplia muestra comercial.
El reto después de una fiesta exitosa es mantener la expectativa del público que siempre espera algo mejor. “Eso es lo más asustador, lo más difícil y también lo más emocionante”, concluye Juan Diego, motivado.
Horarios y recomendaciones • Ingreso de 10 am a 9 pm. • Stands y actividades hasta las 10 pm. • Planee su visita y revise la programación. • Mire en el mapa la ubicación de los eventos. • Hay invitados y obras increíbles, documéntese para aprovechar más cada encuentro o conversatorio.
Cómo llegar • El metro es la opción más recomendable. Estaciones Poblado e Industriales a Estación Universidad. Valor tiquete: 2.000 pesos. Valor con Tarjeta Cívica: 1.750 pesos. • Cuatro empresas de buses pasan cerca: Cootranscol, Combuses, Expreso Campo Valdés y Coonatra. Valor: 1.800 pesos.
Dónde parquear La 9º Fiesta del Libro y la Cultura habilitará los siguientes estacionamientos: • Parque Explora. • El Jardín Botánico. Otros parqueaderos: • El Centro Comercial Bosque Plaza. • Parqueaderos barriales.
Dónde comer • Carboneros: zona donde se concentrará la oferta gastronómica. Contará con 15 stands y seis foodtrucks. • Patio de las Azaleas: comida de mar. Encontrará paellas, cebiches, wafles y helados. • Pasaje Carabobo: tres cafés, tacos y perritos calientes.
La mejor programación
Jorge Boccanera: poeta y periodista
El autor, exponente de la poesía latinoamericana, conversa con Luz María Montoya, editora de Vivir en El Poblado, el 11 de septiembre a las 8 pm en el auditorio del Planetario
Foto Fernando Pérez Re
En un puerto del sur de Buenos Aires, Bahía Blanca, nació en 1952 el poeta, periodista y ensayista argentino Jorge Boccanera. Allí surgió su creación literaria que se teje entre poemas, ensayos, relatos, entrevistas y crónicas. “Es un gran poeta invitado por Juan Manuel Roca, quien organiza un tradicional encuentro internacional de poetas en la Fiesta y, él es uno de los grandes exponentes de la poesía latinoamericana del momento”, comenta Juan Diego Mejía, director de la Fiesta del Libro y la Cultura.
El viaje y el exilio es un tema recurrente en su obra, pues vivió desterrado en México entre 1976 y 1984, por la dictadura militar argentina. Sus diez poemarios han sido galardonados con importantes reconocimientos nacionales e internacionales y varios de sus textos fueron convertidos en letras de canciones por artistas como Mercedes Sosa y Silvio Rodríguez. Su última obra, Palma real (2008) ganó el VIII Premio Casa de América de Poesía Americana y, en 2012 recibió el Premio Iberoamericano Ramón López Velarde.
Estos y otros detalles de su vida y obra se conocerán de la mano de Luz María Montoya, editora de Vivir en El Poblado, el viernes 11 de septiembre a las 8 pm. Convoca: Vivir en El Poblado.
Viernes 11 Las palabras y los mundos Cómo la poesía hace una lectura de las cosas y de la vida. Cómo esa interpretación cambia y se enriquece entre las culturas. Alma Karla Sandoval (Mx), Robin Myers (USA), Hugo Jamioy y Fernando Herrera conversan con Gustavo Garcés. 5 pm. Sala 3D. Parque Explora. Charlas de la tarde
Lectura a fuego lento Existió una época en la que ninguna montaña mágica era inalcanzable y por eso queremos rescatar del olvido a los lectores de largo aliento, a los que leen sin afán, a los que esperan la última página de cualquier libro como si se tratara de una cima. Octavio Henao (Didácticas y Nuevas Tecnologías U. de A.). 5 pm. Auditorio Aurita López. Jardín Botánico. Nuevas Lecturas
Del color de la leche de Nell Leyshon Presenta Jacobo Celnik. Convoca: Siglo del Hombre Editores. 6:30 pm. Salón Humboldt. Jardín Botánico. Lanzamiento de libro
Sentir que es un soplo la vida de Juan José Hoyos Presenta Pascual Gaviria. Convoca: Sílaba Editores. 6:30 pm. Auditorio Aurita López. Jardín Botánico. Lanzamiento de libro
Sábado 12 La vida está en todas partes ¿Dónde buscar la vida que aparece en las novelas y en las crónicas? Carlos Franz (CHI) y Alberto Salcedo Ramos conversan con Esteban Carlos Mejía. 3 pm. Sala múltiple. Parque Explora. Charlas de la tarde
La voz de los que callan Una frase de Nell Leyshon representa su arte poética: ser la voz de los que callan. La conversación de los dos autores gira alrededor del tema de los personajes de sus obras. Nell Leyshon (GBR) conversa con Tim Keppel (USA). 5 pm. Sala múltiple. Parque Explora. Charlas de la tarde
Concierto. Federico Gómez Una tarde para oír el sonido original de un nuevo proyecto solista. Convoca: Periódico Vivir en el Poblado. 5 pm. Tarima de Carabobo. Programación artística
Mujeres tras las rejas de Pinochet de Vivian Lavín (CHl) Convoca: Ediciones Radio Universidad de Chile. 8 pm. Salón Humboldt. Jardín Botánico. Lanzamiento de libro
Domingo 13 Dibujar, cantar, escribir, soñar Autores de hoy que van por el mundo en busca de diferentes formas de expresión. Afonso Cruz (POR) conversa con Jerónimo Pizarro. 3 pm. Sala múltiple. Parque Explora. Charlas de la tarde
Contigo en la distancia de Carla Guelfenbein (CHl). Presenta Héctor Abad Faciolince. Convoca: Penguin Random House. 3:30 pm. Salón Humboldt. Jardín Botánico. Lanzamientos de libro
El taller de talleres “No me abandones poesía/ Como una amiga, háblame/ de alguna cosa en mí, de alguna urgencia”. Taller corto de poesía con Inés Posada. Convoca: Colección Bicentenario de Antioquia. 5 pm. Auditorio Carabobo. Salón del Libro Iberoamericano Universitario.
La cultura sin boom Sobre fenómenos culturales y literarios en el espectro latinoamericano que aún no han hecho ¡boom! Vivian Lavín (CHl) conversa con Fernando Araújo. 7 pm. Sala 3D. Parque Explora. Charlas de la tarde
Lunes 14 La utilidad de lo inútil y otros manifiestos En un mundo que le rinde culto sólo a las actividades que producen riqueza material suena una voz que proclama la utilidad de lo inútil. Nuccio Ordine (ITA) y Carlos Vásquez conversan con Jaime Restrepo Cuartas. 7 pm. Sala 3D. Parque Explora.
Charlas de la tarde Preparándonos para MICSUR 2016 Talleres preparatorios, mercado de industrias culturales del sur. Convoca: Ministerio de Cultura y Redlat. 9 am. Auditorio Salón del Libro Infantil y Juvenil. Jardín Botánico. Otras actividades
La isla de la niebla de Mario Melguizo Bermúdez y Gema la nieve y el batracio de John Saldarriaga. Presentan Natalia Uribe Angarita y Juan José García Posada. Convoca: UPB. 6:30 pm. Auditorio Carabobo. Lanzamiento de libros
Martes 15 Los niños piensan la paz Presentan Ángela María Pérez y Javier Naranjo. Convoca: Banco de la República con el apoyo de la Biblioteca y Centro Comunitario Rural Laboratorio del Espíritu. 8 pm. Salón Restrepo. Jardín Botánico.
Lanzamiento del libro Historia de la vida en la tierra La extinción como posibilidad. Gonzalo Tancredi (URU). Convoca: Parque Explora. 5 pm Sala múltiple. Parque Explora. Charlas de la tarde
La utilidad de lo inútil de Nuccio Ordine (ITA). Presenta: Memo Ánjel. Convoca: Grupo Penta. 6:30 p.m. Auditorio Aurita López. Jardín Botánico. Lanzamiento de libro
Miércoles 16 VI Congreso Internacional de Literatura Medellín Negro. La Memoria es el tema de esta año. Melanie McGrath (GBR), Lorenzo Silva (ESP), Lorenzo Lunar (CUB), José Gai (CHl), Rebeca Murga Vicens (CUB), Pablo Yoiris (ARG), Simon Booker (USA), David Knutson (GBR). Convoca: Universidad de Antioquia. 8 am a 5 pm. Salón Humboldt. Jardín Botánico. Evento destacado
Textos con lengua Encuentro de traductores. Sobre el oficio de los traductores. Su visión de la literatura colombiana. Peter Kultzen (GER), Anne Guthmann (FRA) y Juan Fernando Merino conversan con Iván Hernández. 5 pm. Sala 3D. Parque Explora. Charlas de la tarde
Colección Debajo de las estrellas Presentan Juan Diego Mejía, Octavio Escobar y Roberto Burgos Cantor. Convoca: Fondo Editorial EAFIT. 5 pm. Salón Humboldt. Jardín Botánico. Lanzamiento de libro
Humo y ocre de Ingrid Jonker Presentan Agustín B. Sequeros y María Cecilia Salas. Convoca: Editorial U. de A. 8 pm. Auditorio Carabobo. Lanzamiento de libro
Jueves 17 La novela enmascarada Dos autores que se caracterizan por el rigor de la investigación en sus trabajos conversan sobre la obra de Luisa Valenzuela, autora de La máscara sarda, el profundo secreto de Perón. Luisa Valenzuela (ARG) conversa con Azriel Bibliowicz. 5 pm. Sala múltiple. Parque Explora. Charlas de la tarde
Einstein está vivo Para que el conocimiento no solo circule en universidades e institutos especializados, hacen falta hombres y mujeres que saquen a la calle y a los parques las investigaciones académicas más avanzadas. Estos periodistas científicos nos enseñan hacia dónde va el mundo. Antonio Calvo Roy (ESP), Diana Cazaux (ARG) y Lisbeth Fog conversan con Silvia Inés Jiménez (directora Departamento Biblioteca ITM). Convoca: ITM. 5 pm. Auditorio Carabobo. Salón del Libro Iberoamericano Universitario.
Viernes 18 La llamada de la selva Selvas y ríos conservan saberes desconocidos por las ciudades contemporáneas. Wade Davis (CAN) y Ciro Guerra conversan con Juan Fernando Merino. 5 pm. Sala múltiple. Parque Explora. Charlas de la tarde
La literatura florece en la universidad Tres escritores cuentan su experiencia. María Cristina Restrepo, Gustavo Arango e Ignacio Piedrahíta conversan con Víctor Manuel Mejía (Ministerio de Cultura). Convoca: Colección Bicentenario de Antioquia. 5 pm. Auditorio Carabobo.
Salón del Libro Iberoamericano Universitario. El doble oficio de escribir e ilustrar Tanto si eres un ilustrador o un escritor cuentas historias. Cuando las dos direcciones se mezclan, no solo se crea una historia, también nace una experiencia. Ivar Da Coll (Ilustrador y escritor) y Olivier Douzou (FRA) (Ilustrador y escritor) conversan con Juan Carlos Restrepo (Editor Tragaluz editores). 6:30 pm. Auditorio Salón Restrepo. Jardín Botánico. Salón del Libro Infantil y Juvenil
Sábado 19 El crudo encanto de la realidad Tres autores de novelas, poemas y películas buscan sus historias en la realidad. Ray Loriga (ESP), Gabriela Alemán (ECU) y Víctor Gaviria conversan con César Alzate Vargas. 7 pm. Sala múltiple. Parque Explora. Charlas de la tarde
El miedo en la literatura infantil y juvenil ¡Ah! Esos viejos monstruos debajo de la cama o en el clóset. El miedo, tan rico en posibilidades, tiene un lugar central dentro de la literatura infantil y juvenil. Ivar Da Coll (COL) (Ilustrador y escritor), Antonio Ventura (ESP) (Editor El jinete azul) y Lola Larra (CHl) (Escritora) conversan con Mauricio Andrés Misas (Bibliotecólogo). 6:30 pm. Auditorio Salón Restrepo. Jardín Botánico. Salón del Libro Infantil y Juvenil
Ciudades revisadas Uno de los frentes de reflexión más interesantes dentro del mundo académico actual tiene que ver con las ciudades. ¿Qué se puede decir hasta ahora? Álvaro Andrés Villegas (Doctor en Historia. U. Nal.), Ignacio René Uribe López (Arquitecto. UPB) conversan con Luis Fernando González (Doctor en Historia. U. Nal.) Convocan: U. Nal. y UPB. 5 pm. Auditorio Carabobo. Salón del Libro Iberoamericano Universitario
Domingo 20 El oficio de escritor underground Los responsables de los blogs son especies extrañas de escritores. Es cierto que sus textos pueden llegar al mundo entero, pero en el maremágnum de contenidos que se producen a diario casi siempre se pierden, viajan a la deriva, aguardan unas pocas playas. Saúl Álvarez Lara (lamarginalia.com), Ave Velásquez (lamentirablog.tumblr.com)conversan con Mónica Quintero (ecbloguer.com/camilaavril) 5 pm. Auditorio Aurita López. Jardín Botánico. Nuevas Lecturas
Las novedades de la Fiesta
Nuevas caras, nacimiento de sellos locales independientes, otros espacios y sobre todo, distintas formas de leer la vida
Una gran fiesta tiene premio La Fiesta del Libro y la Cultura lanzará el Premio León de Greiff al Mérito Literario como reconocimiento a la obra publicada de autores iberoamericanos que han enriquecido la narrativa y la poesía en el contexto internacional. La presentación será el 16 de septiembre en la Sala Múltiple del Parque Explora, a las 7 pm, y estará a cargo de Juan Diego Mejía, director de la Fiesta; Juan Luis Mejía, rector de Eafit; Héctor Abad Faciolince, director de la Biblioteca Eafit, y Eduardo Arias Villa, familiar de León de Greiff. Ese día se conocerán las condiciones para la postulación de candidatos. El premio se otorgará por primera vez el próximo año a poetas y el siguiente a narradores.
Nueva editorial para literatura portátil
Ficción La Editorial nació en 2015 por iniciativa del escritor e ilustrador Saúl Álvarez Lara. La idea es publicar literatura de autores contemporáneos que esté cercana al relato, al cuento, a la crónica y a la novela corta. Inspirada en el concepto de “literatura portátil”, los libros son en pequeño formato. Su lanzamiento será en la Fiesta, con cuatro títulos: Con los ojos bien abiertos, de Saúl Álvarez, septiembre 13, café Orquideorama, 5 pm; Mantel de cuadros, de Julián Estrada, septiembre 14, auditorio Salón del Libro Infantil y Juvenil, 5 pm; Tres tratados de baja herejía, de Memo Ánjel, septiembre 16, Salón Humboldt, 8 pm; y El asunto, de Emperatriz Muñoz, septiembre 20, auditorio Salón del Libro Infantil y Juvenil, 8 pm.
Anfitriones que visitan por primera vez la Fiesta 260 invitados nacionales y 60 internacionales (17 países), serán protagonistas en esta fiesta de letras. Llegan, entre otros, por primera vez, Carla Guelfenbein, escritora chilena ganadora del Premio Alfaguara de Novela 2015 por su obra Contigo en la distancia; Afonso Cruz, novelista y artista portugués ganador del premio European Union Prize 2012 con su libro La muñeca de Kokoschka; Nell Leyshon, dramaturga y novelista inglesa autora de la novela El color de la leche; Nuccio Ordine, filósofo y escritor italiano; Wade Davis, antropológo y documentalista canadiense; Ray Loriga, escritor, guionista y director de cine español; Carlos Franz, escritor chileno autor de Santiago Cero; Paula Bombara, novelista y bioquímica argentina, ganadora del Premio El Barco de Vapor por Una casa de secretos; y Gonzalo Tancredi, astrofísico uruguayo.
Encuentro de traductores Una conversación con esos autores que por su especialidad en los idiomas han llevado a viajar las historias a diferentes lugares del mundo. Entre ellos estarán Anne Guthmann (Francia), escritora y periodista que tradujo Angosta, de Héctor Abad Faciolince, y Mujer en traje de batalla, de Antonio Benítez Rojo; Jos Den Bekker (Holanda), traductor de Los almuerzos, de Evelio Rosero, y de Primero estaba el mar y Los caballitos del diablo, de Tomás González; y Peter Kultzen (Alemania), traductor al español, inglés y portugués de Roberto Bolaño, Martin Kohan, Jordi Soler, entre otros.
Salón Iberoamericano del Libro Universitario
Crear un espacio para las universidades y llevar su producción académica y literaria a la calle, es una de las novedades. Entre 80 fondos de editoriales universitarias, participan 10 universidades de la región. Está ubicado en el Pasaje Carabobo.
Elkin Restrepo: adoptado en El Poblado
“…un espacio muy significativo porque esas oportunidades no abundan, ese contacto del escritor con un público formado y con inquietudes”
Llegas al colegio, te reciben la rectora y las profesoras, recorres las instalaciones que te llevan hasta las estudiantes que te están esperando… Narra el poeta, editor y dibujante Elkin Restrepo, después de su reciente visita al colegio San José de Las Vegas, en El Poblado, donde fue adoptado. Adopta un autor es la estrategia de promoción de lectura en la que durante dos meses, niños y jóvenes leen la obra de un escritor invitado a la Fiesta del Libro y la Cultura para luego compartir con él en un encuentro.
Las estudiantes estaban esperando a Elkin Restrepo en un salón con figuras de origami. Entre ellas unas rosas, recuerda él. “Fue, por supuesto, una reunión muy cálida y afectuosa, con unas estudiantes interesadas que habían leído el libro La bondad de las almas muertas, ¡completo!”. Sobre este, conversaron, dibujaron y crearon. Dos niñas leyeron sus propios poemas inspiradas en su libro A un día del amor y otras “cantaron precioso”. “Para mí es una experiencia nueva, es un espacio que conmueve y que para uno como autor es muy significativo porque esas oportunidades no abundan, ese contacto del escritor con un público formado y con inquietudes”, agrega. Le pareció curioso que de 14 cuentos, las lectoras hicieran varias preguntas sobre uno en el que una joven muere. Pero luego pensó que era lógico, pues era un personaje como ellas.
Elkin Restrepo valora que el San José de Las Vegas tenga un taller de poesía y recuerda con aprecio al profesor que las niñas llaman Harry Potter: “Es una persona que quiere la poesía y ha transmitido ese interés a las estudiantes”. Además destaca el papel de la profesora del colegio y de la promotora de la Fiesta que guiaron la lectura.
Al terminar el encuentro, según cuenta, recibió tantos regalos que parecía un árbol de Navidad. Pero lo que realmente agradece es la actitud amable y generosa. “Me dijeron que me adoptaron para toda la vida… Estoy pensando en irme a vivir allá”, dice entre risas.
Restrepo es conocido por ser fundador de las revistas literarias Acuarimántima, Poesía y Deshora y actualmente es director de la revista Odradek, dedicada a los géneros de poesía y cuento. Como él, más de 80 escritores —internacionales, nacionales y locales—, serán acogidos en 72 colegios públicos y privados, nueve bibliotecas, cinco entidades culturales de la ciudad y en diez municipios de Antioquia, hasta octubre.
La cantante argentina Juana Molina y el grupo colombiano Parlantes fueron los encargados de celebrar con música la inauguración del nuevo edificio del Mamm, una expansión positiva para el crecimiento de la arte y la cultura en nuestra ciudad.
Como acto protocolario central de su aniversario número 55, la Universidad Eafit celebró una ceremonia especial en homenaje a sus fundadores y exrectores. En este evento efectuado en el auditorio Fundadores, Eafit recibió la Medalla Alcaldía de Medellín, categoría Oro, que fue otorgada por el alcalde Aníbal Gaviria. Por otra parte, el concejal Jaime Cuartas le hizo entrega de la Orden del Mérito Juan del Corral, un reconocimiento del Concejo al aporte de Eafit al desarrollo de la ciudad.
Aníbal Gaviria, Juan Luis Mejía
Cecilia Uribe, Juan Felipe Gaviria, Cecilia Espinosa, Hilda Olaya de Posada, Ana Cristina Abad
Eduardo Murillo, Mauricio Alviar Ramírez, John Branchl
Jaime Cuartas, Juan Luis Mejía
Luciano Alberto Ángel, Isabel Gómez
María Alejandra González, Jorge Tabares, Ana Cristina Restrepo, Adolfo Maya
Durante tres días, tuvo lugar en el Centro Comercial Santafé, el Mercadillo Saludable, un espacio pensado para los amantes de los productos naturales y benéficos para la salud. El evento incluyó microcharlas dictadas por diferentes expertos sobre temáticas relacionadas con la alimentación saludable y el cuidado del cuerpo.
Camila Londoño
David Giraldo, Mirian Quintero
Hernán Cepeda, Jorge Morales
Isabel Correa, Samuel Gómez, Elizabeth Berrío
Lucía Piedrahíta
Mirian Quintero , Katherine Quintero, Mariana Quintero , David Giraldo
Hasta el 25 de septiembre en la Galería de La Oficina estará exhibida Horror Vacui, exposición del artista Fredy Alzate, compuesta por un conjunto de obras que reflexionan sobre el deber del urbanismo, la arquitectura y la construcción.
La cocina peruana, la japonesa y la fusión entre ambas (nikkei) son la especialidad de La Causa, un restaurante que invita a la exploración de estas gastronomías afines aunque geográficamente distantes. Su carta es el resultado del trabajo y el conocimiento de un grupo de chefs, que logró un adecuado balance entre el respeto por lo tradicional y la búsqueda de la innovación.
Equipo de cocina de La Causa: Juan Felipe López y Hugo Alvernia
Con la cocina nipona como punto de partida, La Causa ha estructurado una original selección de rollos de sushi, de los que destacamos el salmón crunch, el ojo de tigre (como hecho curioso no lleva arroz, solo proteínas de mar) y el peruano (incluye pico de gallo). La gastronomía del país inca es la predominante en este lugar, donde los ceviches (sugerido el akuma), las causas (nuestro elegido es independencia) y los piqueos (recomendado el tayapa) no podían faltar como entradas o platos para compartir.
El lomo saltado, los arroces Nazca y tinta negra, y la parihuela (sopa muy típica de Perú, que contiene calamar, pulpo, langostinos, mejillones negros y verdes con verduras), son algunos de los fuertes recomendados por Ricardo Trujillo, uno de los propietarios de La Causa.
Del apartado de la carta enfocado a la cocina nikkei, Ricardo aconseja probar los palmitos independencia (apanados rellenos con queso crema) e insurgente (tataki de atún encostrado con perejil seco, acompañado de zanahoria y puerros crocantes en salsa ponzu).
Los pisco sour de frutos rojos y el chilcano son cocteles que complementan la experiencia de La Causa, que opera de lunes a miércoles de 12 m a 9:30 pm. De jueves a sábado abre a la misma hora, pero cierra cocina a las 10:30 pm. Los domingos funciona hasta las 5 pm. La Causa está ubicado en el barrio Provenza, en la carrera 33 No. 8A 41. Informes en el 266 3190.
El equipo de cocina del restaurante nos brinda la receta del ceviche La Causa.
Ceviche La Causa
(para una persona)
Ingredientes
• 20 gramos de calamar.
• 40 gramos de pulpo.
• 80 gramos de tilapia picada fresca.
• 5 camarones.
• Un langostino.
• 20 gramos de cebolla cortada en plumas.
• Una base de leche de tigre (90 gramos de tilapia picada, 10 gramos de cilantro, 2 cucharadas de jengibre, 200 mililitros de leche, 300 mililitros de agua, 20 gramos de apio España).
• Limón al gusto.
• Sal.
• Una pizca de Ajinomoto.
• Salsa de ají rocoto al gusto.
Ceviche La Causa
1 de 16
Procedimiento
Para preparar la salsa ají rocoto: con el objetivo de quitarle el picor, cocinar 4 veces (cada una de ellas, hasta que hierva). Retirar el ají, macerarlo y tamizar. Para elaborar la base de leche de tigre, licuar los ingredientes y colar.
Cocinar el calamar (picado en rodajas) en agua hirviendo y un poco de vino blanco durante dos minutos. Realizar un choque térmico con agua fría. Aplicar el mismo proceso de cocción para los camarones y el langostino. “Asustar” el pulpo y cocinarlo en agua con un poco de vino blanco, cebolla y zanahoria durante aproximadamente una hora y 20 minutos. Retirar la piel y extraer los tentáculos y picar en láminas.
En un bol agregar los mariscos, el pescado, una pizca de sal, Ajinomoto y cilantro. Verter limón y la base de leche de tigre. Agregar la salsa de ají rocoto y la cebolla. Revolver. Decorar con hilos de wanton, una rodaja de camote y un choclo desgranado.
Cosmo Cookies es el universo de galletas imaginado por la estudiante de economía Susana Arango. Antes de finalizar su carrera y una vez concluida su práctica profesional, la joven de 22 años decidió crear un negocio de galletería. Así, durante las vacaciones y luego de muchos intentos de diferentes recetas, nació esta marca que ofrece galletas de chips de chocolate, de Oreo con trozos de chocolate blanco, de macadamias con inserciones de chocolate blanco, y la double chocolate que tiene troncos de chocolate de leche y chocolate blanco.
Por Camila Vásquez
Pero lo que más llama la atención de las dulces creaciones de Susana son las pizzas de galleta. Con la forma de una pizza tradicional, las gigantes galletas de chips de chocolate hacen las veces de un delicioso postre de ocho o doce porciones para disfrutar entre varias personas o como regalo para una ocasión especial. Las pizzas se ofrecen en los mismos sabores de las galletas, con la opción de agregar salsa de arequipe o nutella como topping. Para los más dulceros, Cosmo Cookies también ofrece la opción de la pizza de chocolatinas en la que, sobre la misma base de chips de chocolate, se adicionan toppings de Reeses, Oreo, chocolatinas Hershey’s cookies and cream y Snickers, masmelos, M&M’s, entre otras ricas tentaciones. La pizza S’more, nuestra recomendada, combina los sabores de la Nutella con masmelos derretidos y chocolatina Hershey’s.
Al momento de enviar estas delicias como regalo, las salsas, unas letras de chocolate o marcadores y la tapa de la caja en la que viene la pizza, pueden ser el medio para mandar mensajes de cumpleaños, de celebración o de cariño.
En Cosmo Cookies atienden los pedidos (mínimo con un día de anticipación) por medio de Whatsapp en el celular 320 721 8210, de lunes a sábado de 8 a.m. a 7 p.m. La galletas se pueden recoger en el punto de venta o se pueden pedir a domicilio con un costo adicional.
Hoy en día la moda es una serie de platos, entre siete y diez servicios de la entrada al postre. Un largo y dispendioso proceso en el cual si bien se disfruta de la variedad, al final del recorrido se necesita tener memoria de concursante de programa de televisión
/ Julián Estrada
En los avatares de la gastronomía es necesario aceptar que son dos las grandes tendencias que se oponen y a la vez, de esa manera, dinamizan la discusión: lo tradicional y lo moderno. Jamás me he visto enmarcado en el bando de lo tradicional, pues en muchos aspectos de la vida, tanto en el pensar como en el actuar, soy vanguardista; pero desde hace algunos años, me siento en oposición con las últimas tendencias de la gastronomía.
Aclaro: no tengo nada contra el modernismo culinario; me parece importante el asunto de la gastronomía molecular; admiro como nadie la renovación de equipos y accesorios sobre los cuales se ha experimentado profundos estudios de física y química con una alta dosis de ingeniería; me descresto con los resultados de la cocina a base de hidrógeno; acepto la revolución de las transformaciones en el campo de las consistencias sólidas y líquidas. Pero me resisto a aceptar la nueva propuesta –hoy en boga– de preparar y confeccionar privilegiando el concepto de ensamblaje y diseño en detrimento del buen sabor, o mejor aun, de un sabor evidente.
Me explico: en las cartas que nos ofrecen actualmente, fácil es encontrar platos como los siguientes: “láminas de serrano sobre mousse de melón con obleas de aceitunas negras”. En principio uno cree que el plato viene con jamón serrano, melón y aceitunas, pero aquello que aparece a nuestra mesa es un remedo de lo enunciado y, por lo tanto, es necesario poner mucha imaginación y una gran memoria gustativa, para aceptar la propuesta. En otras palabras hay que adivinar y esto para no hablar de la moda de la deconstrucción, moda que en más de una ocasión me ha exigido pedir instrucciones claras para comenzar a degustar el plato, pues se puede correr el riesgo de comer lo que no se come y dejar a un lado lo comestible.
Hoy en día la moda son los menús de degustación, es decir la oferta de una serie de platos, entre siete y diez servicios de la entrada al postre. Se trata de un largo y dispendioso proceso en el cual si bien se disfruta de la variedad, al final del recorrido se necesita tener memoria de concursante de programa de televisión, pues fácilmente se puede caer en la confusión en cuanto al orden de su degustación, sus sabores y sus nombres.
Añoro entonces los menús de máximo cinco o seis servicios, cada uno de ellos avalados por una propuesta sólida del sabor que enuncia la carta. En otras palabras: cuando me sugieren espárragos al limón, me llegan espárragos con deliciosa mantequilla al limón; cuando me dicen consomé al jerez, me llega un caldo de sustanciosa proteína animal con insinuado y preciso toque de jerez; cuando me proponen medallones de solomito en salsa de champiñones, me sorprenden un par de dados de carne cuyo corte y salsa son incuestionables.
Me encanta observar las nuevas generaciones de chefs y sus incursiones en el mundo de la nueva mesa; sin embargo, considero que muchos están trabajando por sobresalir con platos cuya estructura estética tenga reconocimiento, antes que lograr algo sublime en cuanto al sabor.
Todo lo anterior se deriva del auge que ha tomado el menú de degustación. Afortunadamente las modas pasan. [email protected]
Del éxito de la octava versión del Festival Internacional de Música hablan las cifras presentadas por los organizadores al término del evento
La violinista española Leticia Moreno interpretó el Concierto para violín en Re menor, de Sibelius. El canal de televisión Une anunció que transmitirá en diferido el concierto de cierre y otras cuatro presentaciones del Festival
Por Álvaro León Pérez
La unión, sin precedentes, de la Orquesta Filarmónica de Medellín con la Orquesta Sinfónica de la Universidad Eafit, y la actuación de la virtuosa violinista española Leticia Moreno fueron el cierre perfecto para el Octavo Festival Internacional de Música.
Con más de 140 músicos en escena y un programa que incluyó al Concierto para violín en Re menor, Op. 47 de J. Sibelius y la Sinfonía No.5 en Re menor, Op. 47 de D. Shostakovich , el concierto de clausura, llevado a cabo el lunes 7 de septiembre en el Teatro Metropolitano, estuvo a la altura de un evento que año tras año se consolida más como un referente cultural de primera línea para la ciudad.
No es para menos. Este año el Festival Internacional de Música de Medellín tuvo a España como país invitado de lujo y contó con una brillante nómina de artistas, incluyendo directores, solistas y agrupaciones de gran reconocimiento en Colombia y en el exterior.
Una fiesta con cientos de talentosos artistas Fueron alrededor de 200 músicos los que durante diez días hicieron gala de su talento en doce conciertos y recitales, a los que asistieron más de 15.000 personas. Mención especial merecen los solistas españoles Roberto González-Monjas (violín), Javier Perianes (piano) y Leticia Moreno (violín); además de los colombianos Santiago Cañón (chelo) y Sergio Posada (piano); y el suizo taiwanés Wen-Sinn Yang (chelo).
Cabe destacar que Roberto González-Monjas y Wen-Sinn Yang también fungieron como directores musicales en el Festival, junto a los colombianos Gonzalo Ospina y Alejandro Posada, quien es el director general del evento.
En lo que respecta a las agrupaciones, los convocados este año fueron la Orquesta Sinfónica Eafit, el Ensamble Sinfónico de Medellín, la Banda Trilogía, el Cuarteto de New World Symphony, el Ensamble de Cámara Filarmed, Nana Baudelaire y su grupo, la Orquesta de la Academia Filarmónica, y 100 de La Habana.
“No se trató de reunir a un montón de artistas para tener el mayor número de presentaciones, sino que se evidencia una selección cuidadosa de músicos y grupos talentosos, que permiten proyectar el Festival como uno de los mejores a nivel nacional”, afirmó Iván Camacho, licenciado en Música que viajó desde Bogotá para presenciar el concierto de cierre.
Música para todos Entre el 28 de agosto y el 7 de septiembre la ciudad vibró al ritmo de jazz, música cubana, rock, salsa, pasillos, boleros, bandas sonoras de películas y las grandes obras del repertorio sinfónico y de cámara.
Alcanzar un público más amplio fue posible gracias a que la programación incluyó actividades en escenarios estratégicamente escogidos como el Teatro Metropolitano, el Teatro Suramericana, la Casa de la Música, el Parque de los Pies Descalzos, el Museo El Castillo, la Universidad Eafit y la Universidad de Antioquia. Fue una decisión bien recibida por el público así como que la gran mayoría de actividades tuvieran ingreso gratuito.
Carolina Agudelo, una de las asistentes, destacó que “la ciudad necesita más festivales como este y que se lleven los conciertos a todas las zonas de Medellín, porque algo universal como la música no debería estar disponible solo para quienes pueden pagar una boleta. En mi caso, asistí a cuatro presentaciones y me impresionó ver cómo toda clase de personas disfrutaban en torno a la música”.
De manera paralela a la programación artística, los organizadores desarrollaron una agenda académica, gracias a lo cual más de 140 jóvenes estudiantes de Música de la ciudad tuvieron la oportunidad de recibir cinco clases magistrales dictadas por solistas y directores invitados, de forma gratuita.
La interpretación conjunta de la Sinfonía No. 5 en Re menor, de Shostakovich, por parte de la Orquesta Filarmónica de Medellín y la Orquesta Sinfónica de la Universidad Eafit fue uno de los aspectos más comentados y celebrados por los asistentes al concierto de clausura
Estrenos locales y nacionales Artistas, académicos y el público general recordarán como hechos memorables del Octavo Festival Internacional de Música de Medellín, los varios estrenos y presentaciones inéditas que se produjeron durante el mismo.
En primer lugar, el Festival fue la ocasión para que se presentaran, por primera vez en el país, las Tres piezas para flauta, cuarteto de cuerdas y arpa, de Daniel Gregory Mason. Asimismo, composiciones como Quinteto con arpa, de Bax; Invocación y danzas rituales para clarinete, flauta y arpa, de Henry Tomasi; Serenata Haffner en Re mayor, de Mozart; y Sonata para violín y piano, de Enrique Granados; fueron interpretadas por vez primera en la ciudad.
De igual manera, los espectadores medellinenses presenciaron por primera vez la interpretación, en una sola tarde, de la Integral de las sonatas para violonchelo y piano, de Beethoven.
36 horas de actividades Las actividades realizadas durante el Festival Internacional de Música de Medellín completaron 36 horas de expresión artística y académica. La cifra es diciente a la hora de elaborar un balance del evento. También lo son las palabras de Aura María Vélez, espectadora y aficionada quien manifestó: “¡Quedamos con ganas de más música, queremos más buena música en Medellín!”.
Vivir en El Poblado inicia una serie de seis entregas sobre las elecciones que se realizarán el 25 de octubre. Información para que usted vote a conciencia
Vivir en Democracia es disfrutar de libertades –que llegan hasta donde comienzan las del otro–, como la de expresión responsable, de empresa, de participación en la elección de los mandatarios. Es voluntad de mayorías sin oprimir a minorías. Es ejercicio de construcción y fortalecimiento de las instituciones democráticas, por la vía de la participación.
De allí la importancia de que usted vote a conciencia, para lo cual debe disponer de una información esencial. Mediante la serie de entregas que iniciamos hoy, Vivir en El Poblado ofrece a sus lectores unos mínimos relativos al ejercicio democrático del próximo domingo 25 de octubre, cuando podrá participar en el proceso de elección de autoridades locales.
Uno de ellos será el próximo alcalde de Medellín
Según orden de aparición en el tarjetón electoral
Gabriel Jaime Rico Betancur Exgerente de Plaza Mayor Medellín. Comunicador social – periodista. Firmas ciudadanas por medio del movimiento Juntos por Medellín, y aval de los partidos de La U, Cambio Radical y Conservador.
Alonso Salazar Jaramillo
Exalcalde de Medellín. Periodista y escritor. Movimiento Compromiso Ciudadano, con apoyo del Partido Alianza Social Independiente y del Partido Alianza Verde.
Eugenio Prieto Soto Exsenador de la República. Contador Público. Partido Liberal Colombiano.
Héctor Manuel Hoyos Meneses Exdiputado de la Asamblea de Antioquia. Abogado. Partido Polo Democrático Alternativo.
Federico Gutiérrez Zuluaga Exconcejal de Medellín. Ingeniero Civil. Firmas ciudadanas conseguidas con el movimiento Creemos.
Juan Carlos Vélez Uribe Exsenador de la República. Abogado. Centro Democrático.
De aquí sale el Gobernador de Antioquia
En el orden en que aparecerán en el tarjetón electoral
José Luis Jaramillo Castrillón Fue aspirante a la Cámara de Representantes Ingeniero geólogo. Unión Patriótica.
Andrés Felipe Guerra Hoyos Exdiputado de la Asamblea de Antioquia. Comunicador Social. Con aval del Centro Democrático.
Olmedo López Martínez Exsecretario de Medio Ambiente de Itagüí. Economista. Partido Polo Democrático Alternativo.
Luis Pérez Gutiérrez
Exalcalde de Medellín. Ingeniero industrial. Coalición Partido Liberal Colombiano y Partido Cambio Radical.
Federico Restrepo Posada
Exgerente de EPM. Ingeniero civil. Firmas con el movimiento Compromiso por Antioquia.
Notas para que no se embolate
¿Quiénes pueden votar? • Usted solo puede depositar su voto si presenta la cédula amarilla de hologramas. • Luego de identificarse, uno de los jurados le hace entrega de cinco tarjetas electorales: para señalar su opción por gobernador, alcalde, un diputado, un concejal y un miembro de JAL. • Ya en el cubículo, cruce con una raya la fotografía del candidato de su preferencia en cada tarjeta electoral. • Doble los tarjetones, de manera independiente, y deposítelos en la urna. • No olvide reclamar su cédula y el certificado electoral. • Recuerde que los nuevos dignatarios que resulten elegidos este 25 de octubre se posesionan el 1 de enero de 2016, para un período que va hasta diciembre 31 de 2019.
¿Dónde puede usted votar? Consulte su número de cédula en el link de la página web de vivirenelpoblado.com También puede hacerlo en la página web de la Registraduría (www.registraduria.gov.co). En ambos casos le indicarán el puesto y la mesa de votación en la cual podrá ejercer su derecho al voto. También puede consultar el censo electoral en las registradurías municipales, especiales y auxiliares de todo el país.
¿En qué consiste la biometría electoral? Es un sistema que permite identificar o autenticar plenamente al elector que se acerca con un documento de identidad a votar, para evitar posibles suplantaciones. La autenticación se realiza mediante el cotejo de la huella dactilar y la información encriptada que hay en la cédula de ciudadanía. Estos datos se confrontan con la información dactilar del ciudadano que reposa en los archivos de la Registraduría Nacional del Estado Civil.
¿Qué beneficios otorga el certificado electoral? • Prelación en el caso de obtener un empate en los resultados de los exámenes de ingreso a las instituciones públicas o privadas de educación superior. • Rebaja de un mes en el tiempo de prestación del servicio militar obligatorio si son soldados bachilleres o auxiliares bachilleres, y dos meses si son soldados campesinos o soldados regulares. • Beneficios en la adjudicación de becas educativas, predios rurales y subsidios de vivienda ofrecidos por el Estado en casos de igualdad de condiciones estrictamente establecidas en un concurso abierto. • Un tratamiento similar tendrán en caso de igualdad de puntaje en una lista de elegibles cuando se trate de un empleo de carrera con el Estado. • Los estudiantes de una institución oficial de educación superior tendrán derecho a un descuento del 10 % en el costo de la matrícula, según el artículo 1, de la Ley 815 de 2003, con la cual se agregan nuevos estímulos al sufragante. • Rebaja del 10 % en el valor de la expedición del pasaporte que solicite durante los cuatro años siguientes a la votación, por una sola vez. • Descuento del 10 % del valor a cancelar por el trámite inicial y expedición de duplicados de la Libreta Militar; por duplicados de la cédula de ciudadanía, del segundo duplicado en adelante. • Derecho a media jornada de descanso compensatorio remunerado por el tiempo que utilice para sufragar.
Para tener en cuenta: • La Asamblea Departamental es una corporación administrativa. La Asamblea de Antioquia está integrada por 26 diputados. • El Concejo Municipal es una de las instituciones más representativas del derecho constitucional y administrativo. El Concejo de Medellín dispone de 21 curules. • Las Juntas Administradoras Locales son un instrumento de control, veeduría y administración municipal de apoyo para los concejos, las alcaldías, corregimientos y comunas. Las JAL están integradas por no menos de cinco miembros, llamados ediles, y no más de nueve.
Sabía usted que… Ya está sorteada la ubicación en el tarjetón de los 13 partidos y movimientos que aspiran a un cupo en el próximo Concejo de Medellín. Cada agrupación tiene varios candidatos. En total son 238 los aspirantes a ocupar una curul en esta corporación. Igual para la Asamblea de Antioquia, con 11 partidos y movimientos reconocidos por la Registraduría. Son 207 los candidatos inscritos.
En próximas ediciones:
Espere en la siguientes semanas, cuatro entregas dedicadas a explorar la opinión y compromisos de los candidatos a la Alcaldía de Medellín, en temas de especial interés para la ciudad y específicamente para El Poblado.
También habrá un especial sobre los candidatos a la Gobernación de Antioquia y uno más se destinará a las propuestas de los aspirantes a integrar la Junta Administradora Local de El Poblado.
Igual espacio, igual oportunidad
Creemos en el poder revelador que una pregunta específica, directa, puede tener respecto a determinado tema o situación. Por esa razón, Vivir en El Poblado les formulará a los candidatos interrogantes precisos, orientados a explorar sus opiniones y compromisos en temas sensibles para la ciudad y en especial para El Poblado.
Enviaremos los cuestionarios, simultáneamente, a los diversos aspirantes a la Alcaldía y a la Gobernación. Sus respuestas serán publicadas a la manera de un foro sincrónico, para que la audiencia pueda compararlas. El periódico recibirá las respuestas escritas, las cuales se publicarán sin correcciones ni edición. Para desarrollar cada respuesta tendrán una extensión de 500 caracteres. Si algún candidato se queda corto al responder, el resto del espacio aparecerá en blanco. Si supera el límite, se cortará en el último punto que redondea una idea. Estas condiciones buscan garantizar que haya igualdad de espacio y de oportunidades. La web vivirenelpoblado.com manejará las mismas reglas de espacio y de equidad, pero ofrecerá la oportunidad de desarrollar temas adicionales a las páginas del impreso.
Es certera, sin sentimentalismos, la descripción del encuentro de Archie con la chica, del enamoramiento, de sus reuniones secretas a pesar de que la relación es imposible. En el llanto de la chica con que termina la novela, la tierra toda y hasta Dios mismo parecen estar llorando
/ Gustavo Arango
La historia transcurre en un sitio desolado: la propiedad rural del juez Adam Weir, un hombre “adamante”, severo e implacable, por encima de cuyo dictamen y autoridad solo parece estar la voluntad de Dios. A Weir lo llaman “el colgador”, porque no vacila en condenar a la gente a la horca si las leyes lo establecen y el delito lo amerita. Su esposa, Jean Rutheford, es una mujer sin gracia, hija de una estirpe largamente arraigada en la región. El suyo es un matrimonio sin amor. La esposa siembra en Archibald, el hijo, una mezcla de desprecio y reverencia hacia su padre. El juez es rara vez amable con Jean o con su hijo; solo muy pocas veces condesciende a conversar con Kirstie, la criada, dueña en espíritu de aquella casa.
La muerte de Jean parece no afectar el ánimo de su esposo y de su hijo. Se mudan a Glasgow, donde el juez sigue cumpliendo con su deber de colgar criminales y el hijo decide estudiar para ejercer la misma profesión. Desayunan, cenan y callan juntos, en medio de la indiferencia del padre y del resentimiento del muchacho. Un día, Archie es testigo de la crueldad burlona con que su padre envía a la horca a un ladronzuelo, y la ira contenida se desborda. En la plaza, en el momento de la ejecución, cuestiona a gritos la autoridad de esa justicia que comete crímenes peores que los que está juzgando.
La reacción de su padre no se deja esperar. Esa misma noche se decide que su castigo sea el destierro en la propiedad rural de Hermiston. Kirsten, la criada, ahora una mujer de cincuenta años, observa con misteriosa dicha la llegada de un Archie ya hombre, de diecinueve años. No es difícil para ella adueñarse de las veladas nocturnas, con historias de familia y leyendas locales. Todas sus emociones de mujer incompleta se vuelcan a esas horas compartidas con el chico que la escucha con atención resignada. Todo parece perfecto. El castigo no parece tan severo. “El recluso”, como lo llaman en el pueblo, disfruta del silencio y de la soledad. Hasta el día en que conoce a la sobrina de Kirstie, también llamada Kirstie, y todo cambia de manera radical.
Es certera, sin sentimentalismos, la descripción del encuentro de Archie con la chica, del enamoramiento, de sus reuniones secretas –sobre la piedra de una tumba legendaria– a pesar de que la relación es imposible. La visita nocturna de la vieja criada, al cuarto de Archie, con su delirio de mujer contrariada, es una escena sublime y aterradora. En el llanto de la chica con que termina la novela, la tierra toda y hasta Dios mismo parecen estar llorando. El texto se interrumpe en pleno llanto, en el justo momento en que Archie la sostiene en sus brazos y observa “el rostro ambiguo de la mujer sin adornos”. La última frase es intraducible sin que se pierda su fuerza: “It seemed unprovoked, a wilful convulsion of brute nature”.
Es de entender que el autor de esa frase perfecta sintiera que el día de trabajo estaba más que bien librado. Es razonable que estuviera de buen humor y que se ofreciera a ayudar a su esposa a preparar la ensalada. Estaba casi escrito en las estrellas que se llevara las manos a la cabeza y que gritara de dolor, poco antes de caer al suelo. No podía tener otro final el “contador de cuentos” de Vailimia.
Samoa lloró su muerte y le rindió emotivos homenajes. Quizá esa muerte fuera necesaria para dejar en el punto culminante la que muchos consideran su mejor novela; en lugar de cerrarla con capítulos desganados. Es dudoso que el título –Weir, el de Hermiston– fuera definitivo. Hay años de razones para creer que la dedicatoria a su esposa es de naturaleza apócrifa o por lo menos irónica. Pues hay pocas novelas tan lúcidas y agudas sobre lo que es y significa una mujer. [email protected]
La dinámica del sector de la construcción, el precio del dólar, el nuevo POT o el efecto Space, según la visión de Eduardo Loaiza, gerente de Camacol Antioquia, en entrevista conVivir en El Poblado
Por Catalina Peláez
¿El gremio cómo preveía el año 2015? Lo veíamos con cierta inquietud por el tema del petróleo, el mundo en crisis, el crecimiento bajo de América Latina y una revisión a la baja del crecimiento del país. Pero a principios del año hicimos los estudios de demanda de vivienda en el Oriente, en Urabá y en todo el Aburrá y nos sorprendió encontrar el optimismo de la gente para comprar vivienda.
Eduardo Loaiza
¿Qué revelan las cifras? Son históricas, hemos tenido ventas en este primer semestre en un 41 por ciento más que en el mismo período del año anterior. Esperamos cerrar 2015 con 24 mil unidades de vivienda vendidas para un total que superaría los 3,5 billones de pesos. Este año está tan bueno que ya nos empieza a asegurar la actividad del primer semestre de 2016.
¿El sector se ha afectado por el dólar? El dólar nos encarece insumos y costos de construcción, pero abre una posibilidad muy interesante con los colombianos residentes en el exterior, que con lo mismo compran más. En Colombia con 50 mil dólares se puede comprar una vivienda muy buena; en Estados Unidos esa sería la cuota inicial. En nuestra región entre el 10 y el 13 por ciento de los negocios se origina en recursos de residentes colombianos en el exterior, en el Aburrá esa cifra ronda el 20 por ciento.
¿Cuáles son las expectativas frente al nuevo Plan de Ordenamiento Territorial? Lo compartimos, lo apoyamos y creemos que trae enormes oportunidades. Genera un cambio en relación con El Poblado porque se disminuyen las alturas y las densidades en la parte alta. En la parte central quedó una altura media de 20 pisos y de la avenida El Poblado para abajo una altura libre limitada por el cono de aproximación del aeropuerto Olaya Herrera.
En términos de construcción, ¿cuál es la participación de Medellín? Medellín ha perdido participación frente a los otros municipios y la región, como consecuencia del POT anterior. Creo que eso se va a corregir en los próximos años porque el nuevo POT estimula la construcción. Esperamos que Medellín vuelva a recuperar parte de la actividad porque tiene el 65 por ciento de la población y construía el 75 por ciento. Hoy, en cambio, construye el 32.
¿Dónde están las mejores oportunidades? Hoy la zona más dinámica es el Aburrá Norte, sobre todo Bello. Este municipio vendía 100 viviendas en 2010, en el primer semestre del año pasado vendió 2.000 unidades y en el primer semestre de este año vendió 4.000. En 2010, el 65 por ciento de lo que vendía era vivienda de interés social; hoy es el 50 por ciento. En el sector de Norte América, por ejemplo, hay unas parcelaciones campestres que uno dice ni en El Poblado.
Urabá está tomando fuerza… En Urabá hay 25 proyectos, esta es una zona que ya pesa el 5 por ciento, en cinco años pesará más del 10 o el 15 por ciento, por un factor clave: con la conexión en doble calzada podremos ir a Urabá en cuatro horas.
La tragedia de Space en 2013, ¿qué tanto afectó al gremio? El mercado entendió pronto que era un problema puntual. ¿Qué hemos hecho? Capacitación, actualización, les hemos recordado a las empresas las responsabilidades legales, éticas, económicas, penales en el ejercicio de la profesión de la construcción y hemos sido muy juiciosos en insistir a los empresarios en las segundas revisiones de los cálculos estructurales; también hemos promovido la implementación de la supervisión técnica por parte de las empresas.
Gracias por el puente. El único problema es que todo lo demás es un desastre. Ya que conocemos esta obra, vemos que resolvió un problema vial creando o agudizando otros, al mejor estilo del puente de la 4 Sur
/ Juan Carlos Franco
Decía hace poco que el Municipio de Medellín y Fonvalmed habían demostrado liderazgo y coherencia para llevar a cabo obras muy complejas, entre ellas los cuatro pasos a desnivel en cruces críticos de El Poblado.
Que siguen adelante a pesar de la lluvia de críticas. Que por lo general entregan obras completas y a tiempo y probablemente sin perderse un peso. Eso en cuanto a la ejecución. Con la enorme y obvia excepción del cruce de Los Balsos con la Inferior.
Ahora bien, varias semanas después de haber sido entregado a la comunidad, es momento de analizar con cuidado la operación puntual de uno de los más críticos: el cruce a desnivel de la Superior con la Loma de El Tesoro. Sí, el puente quedó bien. El que venga por la Superior hacia el norte cruza fácil por encima de la Loma del Tesoro. Ya no tiene que esperar semáforo en ese cruce.
Gracias por el puente. El único problema es que todo lo demás es un desastre. Ya que conocemos esta obra, vemos que resolvió un problema vial creando o agudizando otros, al mejor estilo del puente de la 4 Sur. Veamos:
1. Mezcla flujos que eran independientes. Los tráficos de ingreso y de salida del Centro Comercial El Tesoro (CET) se están cruzando (¡ambos!) con el tráfico que baja por la Loma. Resultado obvio, fila larguísima bajando por la Loma arriba de la Superior, y fila larguísima sobre la Superior para cruzar a la izquierda y entrar al CET o bajar por la Loma hacia la Inferior.
2. Obliga a maniobras arriesgadas. Los que salen del CET por la Superior y buscan bajar hacia El Poblado, -tal vez la mayoría- deben atravesar como puedan la Superior para hacerse en la calzada opuesta de la vía, siempre y cuando la fila les permita. Como con frecuencia la fila es más larga, quedan atravesados en la Superior. Entonces hasta el tráfico dentro del propio CET puede colapsar. Deben estar felices allí, ¿no?
3. Es peligroso para quien no conoce. Quien viene por la Superior y por primera vez se acerca al puente, se tiene que ir ubicando de manera poco natural hacia la izquierda -sin advertencia previa- con gran riesgo de chocar contra su baranda derecha.
4. Deja como permanente un nuevo cruce a nivel. Qué negocio tan chimbo para una comunidad hacer un flamante cruce a desnivel (el nuevo puente), pero una cuadra antes poner uno nuevo a nivel, ¡con semáforo y todo! El flujo de la Superior se detiene mientras suben carros hacia la Clínica El Rosario y Las Palmas. Este cruce pudo tener sentido mientras se construía la obra, pero ya con ella en servicio, equivale a haber desplazado una cuadra hacia atrás el viejo problema.
5. Gracias a lo anterior, el caos en las vías abajo del CET es monumental. Hay una miniglorieta virtual que se ha convertido en un nudo funesto para la movilidad de la zona. No da abasto. Sus vías de acceso se mantienen colapsadas. Peor aún, no está señalizada, ni siquiera con humildes avisos de “uno a uno”. Nadie sabe quién tiene la vía, o si darle la vuelta o pasarle por encima. Dudas, madrazos y accidentes frecuentes. En fin, un bonito puente y un cruce suave por encima de la Loma de El Tesoro. Pero un desastre para todo lo demás.
Cabe la pregunta, entonces. ¿Esta obra a cuántos predios perjudica (muchísimos) y a cuántos beneficia? ¿Cuáles se valorizarán gracias a su construcción? ¿Cuáles percibirán desvalorización y quién los escuchará ahora?
O, siguiendo con el síndrome del Puente de la 4 Sur, ¿luego de entrar en operación se darán cuenta de que tal vez de pronto a lo mejor quién quita quedó faltando una, o quizá varias orejas? Hombre, lo peor que le puede pasar a un proyecto es que los usuarios añoren las épocas en que no existía. ¡Estábamos mejor sin él! opinion@vivirenelpoblado
La ciudad presenció en el último mes dos meritorios intentos por perpetuar los valores que sostienen socialmente la música académica: el Festival Internacional de Música de Medellín, en su octava versión, y el Encuentro de Música de Eafit, en su versión número once
/ Sebastián Mejía
Dentro de las múltiples expresiones sonoras, la denominada música académica se caracteriza, entre otros factores, por perpetuarse a través de la tradición escrita y por sustentar su potencial estético en la relación formal de los elementos que la componen.
La difusión de este tipo de música requiere un enorme componente formativo que contextualice su “disfrute”, permitiéndole a su público “comprender” en su audición la forma en que está construida.
La ciudad presenció en el último mes dos meritorios intentos por perpetuar los valores que sostienen socialmente la música académica.
El Festival Internacional de Música de Medellín, en su octava versión, permitió disfrutar de repertorio popular y académico en formatos sinfónico y de cámara dentro de una amplísima programación que acompañó cada presentación principal con conferencias, conversatorios y clases maestras.
Entre sus importantes invitados fue definitivamente el joven violonchelista Santiago Cañón quien se apoderó de la atención de los asistentes. No solamente el éxito de su esperada versión del Beethoven como solista, sino también una destacada actuación en el concierto de música de cámara, ratificaron el porqué de su posición en el mundo musical internacional.
Como si no fuera suficiente, el joven músico participó activamente de las sesiones formativas del festival, cerrando la brecha entre quienes actúan como solistas consagrados y los jóvenes del entorno local que aspiran a la misma posición.
Por su parte, Eafit fue la anfitriona de la undécima versión de su Encuentro de Música. El evento estuvo denominado por la intención de complementar una agenda de difusión con actividades de formación para músicos y público en general. Sobresalió la variedad de los programas ofrecidos, conformados por obras de compositores contemporáneos, así como performances musicales, canciones de Bossa y “onda nueva”, en una agenda también de concurrencia sobresaliente.
Entre las actuaciones y clases destacadas vale resaltar la del cuarteto inglés Arditti, que ejecutó obras de autores contemporáneos poco escuchados en nuestro contexto.
Celebramos el reiterado compromiso de la Orquesta Sinfónica de la Universidad Eafit que respalda abiertamente el reconocimiento de nuevos talentos. Su concierto del 26 de agosto cerró su agenda mensual con la presentación del joven pianista Fernando Illera, quien junto a un director invitado y al lado del ya consagrado pianista Sergei Sichkov, interpretó con suma habilidad el concierto para dos pianos de Mendelssohn. La apuesta de esta orquesta profesional por dar a conocer nuevos talentos ratifica su sello distintivo.
El mes de festivales se cerró con un evento simbólico: la unión de las dos únicas agrupaciones de ánimo profesional de la ciudad, la Filarmónica y la Sinfónica EAFIT, reunidas con el fin de ofrecer un concierto donde fue definitivamente la música la mejor beneficiada.
Coda: recomendado el concierto del 10 de septiembre del coro inglés Cantus. Interpretará importantes obras del repertorio coral actual, así como adaptaciones de música popular colombiana. [email protected]
Las personas que prefieren las manos y hacen del trabajo su forma de honrar y agradecer la vida, saben que da más poder la gratitud que la queja
/ Juan Sebastián Restrepo
En los últimos días he estado entendiendo la belleza del hecho de que todo cueste. Después de defender por años el valor de la gratuidad, he empezado a cambiar de opinión: la gratuidad es solo el inicio, el punto de partida, un correlato de nuestra infancia. Pero después, a medida que maduramos, tenemos que aprender a valorar y pagar.
Los enredos que tenemos por ser inconscientes de la importancia de valorar y pagar son infinitos: la pobreza económica, la dependencia, el desamor, la insatisfacción crónica, la falta de dignidad, la depresión y estar en constante lucha con el mundo y las personas, son algunos de ellos. Pero hay varias formas de inconsciencia frente al valorar y el pagar.
Algunas personas, por ejemplo, padecen de diferentes formas de “merecimiento”. Unas pelean con la vida por no darles lo que ellos “por nacimiento tienen ganado”. Siempre ven el lado vacío del vaso. Esperan, sin moverse, a que las cosas cambien por arte de magia, a que el mundo se rinda a sus pies sin mover un dedo, a que el amor perfecto llegue sin esforzarse. Otras se dan el derecho de consumirse al mundo y a las personas como parásitos. A todo le buscan rebajas, si el otro no pierde, no hay negocio, si no lo consiguen por las buenas, lo rapan a las malas. Al fin y al cabo se lo merecen. Los merecidos no valoran nada y nunca pagan ni cobran con justicia.
Otros padecen de algo peor: el “no-merecimiento”. Estos no reciben, no cobran. Siempre piden rebaja porque su ley es la carencia. Cuando les dan amor no creen. Y como no reciben, no tienen nada sustancial para dar. No pueden ganar dinero sanamente y siempre alguien más debe pagar su escasez: sus padres, sus hermanos, sus médicos, sus terapeutas, sus parejas. Los que “no-merecen” no se valoran a sí mismos y rompen el equilibrio sano de la vida: al no valorarse no valoran nada realmente y no cobran ni pagan lo justo.
Las personas maduras, por otro lado, tienen muy clara la importancia del intercambio justo como pauta de armonía y salud en las relaciones humanas. Saben cobrar y saben pagar justa, impecablemente. Tienen dignidad y abundancia, se dan el derecho a recibir y pagan, con consciencia, sabiendo que lo que pagan es la afirmación espiritual del valor que les dan a las cosas que reciben, sin merecimientos. Procuran no dejar cuentas abiertas –económicas, afectivas, espirituales–, para así poder disfrutar de lo que recibieron. También cobran con alegría y justicia, porque así se aseguran de que el otro valore y disfrute lo que recibe.
Cada vez me convenzo más de que el hombre “muere por la boca y se salva por las manos”. Y frente a la felicidad hay dos tipos de personas: aquellas para las que la boca es lo importante, las que se pasan la vida pidiendo, ingiriendo, quejándose, consumiendo o explotando. Las que prefieren las manos y hacen del trabajo su forma de honrar y agradecer la vida, saben que da más poder la gratitud que la queja, y entienden que en ese hermoso ritmo humano del dar y el recibir, se juega el valor de la vida. Solo el que valora, agradece, cobra y paga, como un acto del corazón, se acerca a la prosperidad, la felicidad y la paz.
Le propongo que haga de la gratitud un arte sublime, que entienda la dimensión sicoespiritual del intercambio –incluido de dinero–, que pague por lo que reciba, que pague lo que valore y que encare absolutamente todas y cada una de sus deudas. [email protected]
Con más de 152 mil millones de pesos, Fonvalmed asegura estar al día con el recaudo por Valorización
Por Catalina Peláez
Según Luis Alberto García, director del Fondo de Valorización de Medellín –Fonvalmed– el proceso de cobro en El Poblado avanza conforme a lo presupuestado. “El recaudo está en 152 mil 270 millones de pesos, de los cuales 11 mil 39 millones corresponden a obligaciones del Municipio de Medellín y no a aportes. Hago esa aclaración porque el Municipio tiene obligaciones consagradas en el Estatuto de Valorización, por ejemplo, pagar por los bienes fiscales que posee y que de acuerdo con la ley son objeto de la contribución de Valorización. Otra obligación es el pago de la contribución de los estratos 1, 2 y 3”, explica el funcionario, quien también asegura que al terminar 2015, Fonvalmed habrá recaudado algo más de 178 mil millones de pesos, suma cercana a los 180 mil millones que presupuestó la entidad.
Casos calamitosos Según Fonvalmed, 697 propietarios, incluyendo los de Asensi, Continental Towers y Space, tienen congelado el pago de la contribución por Valorización. Inicialmente la medida contempla un año de gracia, con la posibilidad de extenderla por otro año más una vez revisado cada caso. Cabe la pena preguntarse qué pasará una vez se cumplan los dos años. “Del estudio de casos, hemos concluido que hay situaciones que hoy se pueden entender como calamitosas, pero que en un año podrían no serlo. Por ejemplo, el caso de familias compuestas por padre y madre donde alguno de los dos está sin empleo. Hay otras más delicadas donde existe una situación económica muy compleja de forma permanente y no temporal, como sucede con los pensionados. En esos casos habrá que buscar una solución distinta y definitiva, que hoy no está consagrada en el Estatuto de Valorización”, comenta el funcionario. La competencia de cambio depende del Concejo de Medellín. “Habrá que buscar el momento oportuno para hacerlo, pienso que será mejor esperar que pase el proceso electoral”, agrega García.
“Si la demanda contra el estatuto de Valorización se falla a favor nuestro, eso implicaría anular de por vida la financiación de obras en Medellín, por el sistema de Valorización”
“A alguien se le ocurrió” Con gran expectativa fue inaugurado el puente de la Transversal Superior con la Loma El Tesoro, una de las 23 obras que hacen parte del proyecto de Valorización, pero pasó muy poco tiempo para que los usuarios mostraran su inconformismo frente a la funcionalidad. Ante el hecho, García dice: “La recién inaugurada obra se diseñó bajo un esquema de usos en las vías distinto al de hoy. Mientras la obra estaba en ejecución se hizo un cambio general en los sentidos viales de la zona y a alguien, incluso ni siquiera de adentro (Fonvalmed), se le ocurrió que se podía dejar así”. Agrega que se están tomando correctivos preliminares y que a más tardar en dos semanas el problema estará resuelto.
Se alista demanda contra el Estatuto de Valorización Aparte de dos acciones de nulidad interpuestas en 2011, se prepara una tercera, pero en esta oportunidad contra el Estatuto de Valorización. “Pretendemos que se declare nulo porque tiene vicios de constitucionalidad. Por ejemplo, en su articulado dice que debe haber equidad tributaria y me pregunto si será que la ha habido en el cobro del tributo de Valorización, cuando hay construcciones nuevas a las cuales les han cobrado unas cifras irrisorias, y construcciones de casi 40 años que están pagando millonadas. Si la demanda contra el Estatuto de Valorización se falla a favor nuestro, eso implicaría anular de por vida la financiación de obras en Medellín por el sistema de Valorización”, dice Alfonso Vergara, presidente del colectivo ciudadano Corporación Dignidad Colombia.
Obra de Los Balsos con la Inferior va avanzando Humberto Barrios, director del proyecto y quien hace parte de Gisaico S.A., empresa contratista, comenta: “Se hizo limpieza de la obra y pavimentación, mejor dicho, se aseó la casa. Con la Secretaría de Movilidad estamos elaborando otro plan de manejo de tránsito que estaremos socializando e implementando en los próximos días. Esperamos terminar la obra a principios de febrero de 2016, pero vamos a hacer lo posible para que algunos puntos estén funcionando en diciembre”.
De cuadra en cuadra se construyen ciudadanía, buenas relaciones, desarrollo, sentido de pertenencia, seguridad y, pensando en grande y en plazos mayores, paz
Con ocasión del premio que otorgará este año la Alcaldía de Medellín a los Súper Vecinos 2015 (en realidad, Supervecinos 2015, según la Real Academia Española), bien vale hacernos todos la pregunta. En el edificio, en la urbanización, en el mall comercial o en el industrial, en la gran superficie, en el locker del gimnasio y hasta en el semáforo: ¿qué tan buenos vecinos somos?, ¿con cuánto nos calificarían y nos calificaríamos?
El premio convocó a la ciudadanía a que postulara a gente que trabaja silenciosa y desinteresadamente por los demás y que promueva la convivencia, y al final del proceso habrá reconocimientos para quienes aporten valor en los espacios públicos, el manejo de mascotas, el desarrollo local, en el comercio y el sector educativo y quienes rechacen cualquier forma de violencia, eviten los chismes y se cuiden de hacer ruidos molestos. ¿Postuló a alguien? ¿Postularía sus propios actos de carácter privado con efectos públicos?
Sobre ser buen vecino hay un espectro de posibilidades: para la Policía, un buen vecino es quien apoya en prevención, en denuncia y hasta en vigilancia, por ejemplo en épocas de vacaciones. Ver y reportar a la autoridad. Para un residente un buen vecino es aquel que hace fiestas hasta horas “decentes”, contando con el reto de definir de manera objetiva cuál es una buena hora para terminar una parranda en un edificio. O el que las celebra sólo los fines de semana. O el que no las celebra. También se dirá que es quien paga cumplido las cuotas de administración. O asiste a las asambleas, aun más, se suma al consejo de administración. O todas las anteriores.
Un buen vecino también es el que barre el andén y el antejardín de la fachada, pero no descarga su recolección de basura en el andén del vecino. Es el que llena, sube y vuelve a bajar y deja en su sitio el carrito del mercado, y no dentro del ascensor bajo cualquier pretexto, tipo cansancio, afán u olvido.
De uno a diez, ¿cuánto va sacando en calificación? ¿Iza la bandera en días festivos?, ¿consigna ideas más que quejas en el libro de la portería?, ¿le da buen trato al personal de servicios colectivos?, ¿baja a tiempo a su hijo al transporte escolar y evita el pito torturador de las 5 de la mañana de un conductor afanado?, ¿deja la parrilla del club house tan limpia como la encontró? Y puede haber más y más preguntas, como las que hace el premio que otorgará la Alcaldía: ¿chismes?, ¿peleas?
¿Qué dicen en su barrio y en las vías arterias del entorno sobre el colegio en el que trabaja? ¿Y su negocio, tienda, almacén, mini o supermercado? ¿Le pondrían de nota un 1.0 o un 9.5 –no en ventas ni cartera sino en convivencia–?
La Alcaldía, al margen de los premios, y de un uso inadecuado del prefijo super, hace bien en sacar a la luz el tema cuadra por cuadra sobre la convivencia de calidad y en generar y resaltar modelos. Porque de cuadra en cuadra se construyen ciudadanía, buenas relaciones, desarrollo, sentido de pertenencia, seguridad y, pensando en grande y en plazos mayores, paz.
Calificar a un buen vecino puede ser un reto de subjetividad, no obstante hay dos vías que unifican criterios: el manual que reposa en la portería, en teoría construido por todos, y los 10 principios del Manual de Convivencia Ciudadana de Medellín.
No los ha leído. Y en las preguntas arriba planteadas se rajó en un montón. No se descalifique: siempre será un buen momento para comenzar a comportarse como buen vecino y generar convivencia de calidad.
“Una librería es una empresa difícil si uno cree que se va a hacer rico con ella”
Por Saúl Álvarez Lara
En los libros se encuentran todas las historias y cada uno es un laberinto de sorpresas. Quizá como La biblioteca de Babel de Jorge Luis Borges, una librería es un complejo de galerías trazadas por las páginas de los libros. Una librería es un lugar donde uno sabe cómo y cuándo entra, pero ignora cómo y cuándo sale. Las paredes tapizadas de libros no permiten la circulación veloz, hay que detenerse, mirar los libros, acercarse, en ocasiones con temor, pero, en general, con curiosidad y muchas veces con emoción. Hay que tocar los libros, acariciarlos, abrirlos, ojearlos y hojearlos, leer algunos párrafos o, si tienen ilustraciones, deleitarse con los colores y los dibujos. Uno puede detenerse cuantas veces quiera frente a cuanto libro encuentre, las cubiertas son imanes que atraen con sus imágenes y títulos llamativos. De uno a otro pasadizo y quizá por secciones, el visitante encuentra libros de literatura, novela, cuento, poesía, crónica, ensayo, y, también, más allá o en el pasadizo vecino, libros de sociología, política, historia, administración o filosofía. Incluso, en un lugar especial de la librería y en ediciones preciosas, los libros infantiles y juveniles son mayoría. Los libros son una tecnología perfecta: es posible adelantarse, buscar en las páginas de atrás, resaltar. Se pueden cerrar y abrir sin temor, no cambian. Y cuando el aroma del papel y la tinta, y en algunos casos del tiempo, apunta desde las hojas de un libro abierto, la emoción de tenerlos a mano aparece.
Por supuesto, los pasadizos no siempre están despejados, otros visitantes interesados en navegar, podemos utilizar el término, entre hojas y letras están por allí, en general hablan sobre el libro que buscan, o el que esperan encontrar y como todos están abiertos a la sorpresa, las conversaciones se extienden y llegan a convertirse en encuentros que, para estímulo de los visitantes, se hacen al pie de la letra, a la misma hora y día de cada mes.
Gloria Melo González
El párrafo anterior es un corto inventario de la fascinación a la que se expone quien vive al pie de la letra. Veintidós años hace que las hermanas Gloria y Blanca Melo González viven Al pie de la letra, la librería que con la inauguración del Museo de Arte Moderno de Medellín abrió una nueva sede en las instalaciones ampliadas del Museo, en la misma esquina donde antes estaba la Tienda, visible desde la plazoleta frente a la anterior entrada y desde la avenida Las Vegas.
Blanca Melo González
Hace veintidós años empezó Al pie de la letra, en Brasilia, en el barrio Suramericana, en Otrabanda, en el mismo local donde estaba La Mesa del Silencio. Cuando ellos dejaron el local, Al pie de la letra lo ocupó, corría el año 1993 y un grupo de amigos, entre quienes estaba Moisés Melo, decidió poner una librería en Medellín. Las hermanas Gloria y Blanca entraron como socias en esa librería que se llamó desde el primer día Al pie de la letra. En los primeros años tuvo una sede en Oviedo y también una sucursal en Bogotá, pero la distancia hacía difícil la presencia y la cerraron. Después vino una repartición entre los socios, unos se quedaron con la librería de Oviedo que se llamó La Balsa y las hermanas Melo, con Al pie de la letra, en Brasilia.
“Una librería es una empresa difícil si uno cree que se va a hacer rico con ella”, dice Blanca Melo. “Creo que una librería del tamaño de Al pie de la letra da con qué vivir decorosamente y da empleo. No se puede pensar en nada más allá”, y por supuesto, agrega, “hay que contar con las satisfacciones que vienen con los libros”. Luego dice: “El valor diferencial de una librería como Al pie de la letra, está en la selección de los libros, nosotros no tenemos el bestseller de moda o el último libro de autoayuda, nuestra propuesta está en la literatura, las ciencias sociales, en obras muy escogidas de filosofía, sociología, historia o antropología. Además del espacio que dedicamos a los libros para niños y adolescentes donde hemos encontrado lectores que con el paso de los años siguen frecuentando los libros. El otro punto importante es el contacto directo con la persona que viene en busca de un libro. Nunca aconsejamos a nadie de buenas a primeras, tenemos mucho respeto por quienes vienen a la librería, la recorren y observan los libros uno tras otro. Pero si alguien pregunta nos atrevemos a aconsejarle autores que puedan ampliar su interés y puedo decir que casi nunca nos equivocamos”.
Al pie de la letra tiene amigos incondicionales con quienes organiza el último viernes de cada mes Las lecturas de los viernes. Cada lectura responde a una selección de temas que se hace desde enero para todo el año, allí se leen textos de los asistentes o de autores que traten el tema propuesto para la sesión. El único requisito es que no sean textos largos. En tiempos donde se habla de bajos índices de lectura en el país, Al pie de la letra hace amigos a través de los libros y la lectura. No es fácil. Nada es fácil. Pero las hermanas Melo lo hacen.
Por su dedicación a los nuevos lectores Al pie de la letra está en La Fiesta del Libro, en compañía de la Editorial Babel, en la organización del Salón del Libro Infantil y Juvenil. Un espacio pleno de sorpresas, como siempre sucede al pie de la letra.
Federico Gómez, un apasionado músico, decidió comenzar un nuevo camino para dar rienda suelta a su propio estilo
Fotos Juan Felipe Osorio
Por Catalina Peláez
Hablar con Federico Gómez es confirmar que la vida se enriquece en la medida en que se tienen pasiones, en su caso la música. Su carrera da cuenta de 10 años de trabajo en los que tuvo la oportunidad de fundar e integrar bandas como Volätil, que finalizó en 2014 y de la que fue solista y compositor.
Desde entonces, emprendió un camino en solitario con la idea de abrazar su vocación, ese arte llamado música que combina sonidos y silencios. Desde octubre de 2014 comenzó a darle forma al proyecto y a caracterizar ese personaje que hoy en la ciudad se conoce como Federico Gómez. Se define a sí mismo como “una voz poderosa y expresiva, con la capacidad de escribir letras inteligentes y emocionales a la vez, y un agudo sentido melódico, hijo de la cultura musical de quien no juzga ningún género, sino que está dispuesto a aprender”.
Fotos Juan Felipe Osorio
La faceta de compositor “Andrómeda es un personaje que me inventé a partir de esa fuerza creativa que me lleva a hacer lo que quiero, este personaje que es una figura femenina, es también como mi madrina”, cuenta refiriéndose no solo a esa figura inspiradora sino también al nombre de una de sus canciones. El convencimiento con el cual habla del personaje, hace pensar que a partir de la “fuerza poderosa” de Andrómeda, compuso 12 canciones que hoy hacen parte de su primer trabajo discográfico como solista. Dice que el pop alternativo es el género en el que se enmarcan sus composiciones. Federico no está solo, a este compositor y cantante de 24 años lo acompaña una banda con la que, según dice, está experimentando y construyendo sonidos nuevos y muy propios. Adelaida Oesch en el teclado y en el sintetizador, Juan Pablo Rodas en el bajo y Sara Zuluaga en la batería, lo acompañaron el 31 de julio en CasaTeatro de El Poblado cuando hizo el lanzamiento de su proyecto musical.
Vivir en El Poblado lo invita a conocer esta nueva propuesta el sábado 12 de septiembre, a las 5 pm en la tarima Carabobo de la Fiesta del Libro.
La expansión del Mamm y sus alrededores, un espacio público para todos
Ya no tendrá que imaginarse el nuevo edificio del Mamm y sus alrededores porque ahora es una realidad: la ciudad tiene más museo y más espacio. Una tarde de domingo, y cualquier día de la semana, visite la sede ampliada de Ciudad del Río, conozca los nuevos espacios de exhibición, la librería, las aulas múltiples, los salones de talleres, vea una película en el teatro, acomódese en las terrazas para disfrutar el atardecer de la ciudad o, simplemente, siéntese en la plazoleta a la plácida tarea de ver pasar. La expansión del Mamm hará que pueda disfrutar de una programación cultural diversa y renovada.
Horarios de atención: • Martes a viernes de 9 am a 6 pm. (Jornada continua). • Sábados de 10 am a 6 pm.(Jornada continua). • Domingos de 10 am a 5 pm. (Jornada continua).
El artista se interesa por los viejos textos que, hasta no hace muchos años, reivindicaban una historia de Antioquia basada en la afirmación de una raza “pura” que se reservaba todos los espacios de poder y de desarrollo social
Las Vanguardias del siglo 20 le dieron una importancia absoluta a la idea de originalidad. La ruptura radical con el arte del pasado significó, al mismo tiempo, que se dejaran de lado los valores a partir de los cuales se juzgaban las obras, tales como la belleza, la representación exacta de la realidad o el dominio de las técnicas académicas del trabajo artístico.
En ese estado de cosas se impuso la idea de que la obra de arte se distinguía por la creatividad, y la mejor demostración se daba cuando el trabajo era original o, mejor, distinto a todo lo que se hubiera visto antes.
Aunque de allí surgieron muchos procesos fundamentales para el arte, también se derivaron situaciones problemáticas que, de alguna manera, lo empobrecieron. En concreto, durante mucho tiempo se pensó que era inaceptable que una obra se pareciera a otra anterior o la utilizara para su desarrollo.
Solo cuando estas ideas se pusieron en tela de juicio y se dejaron atrás, pudimos empezar a hablar de posvanguardias y de arte contemporáneo. En otras palabras, el arte actual encuentra uno de los caminos de la creación artística en el debate y actualización del arte pasado.Libres de toda mala raza es el nombre de una serie de trabajos del artista Tomás Ochoa (Cuenca, Ecuador, 1965), creada en 2013, a partir de una reflexión que se mueve, al mismo tiempo, en dimensiones históricas, sociales y artísticas que no habrían sido posibles a partir de la exaltación exclusiva de la originalidad. En efecto, nos encontramos frente a una clase distinta de artista que interpreta su actividad como una forma de investigación cultural, lo que, como a cualquier investigador, le exige la humildad de darse a la tarea de estudiar la realidad antes de poder formular sus puntos de vista. Y, lo mismo que en toda investigación, las líneas de trabajo se van desplegando simultáneamente e iluminándose unas a otras.
Por una parte, el artista se interesa por los viejos textos que, hasta no hace muchos años, reivindicaban una historia de Antioquia basada en la afirmación de una raza “pura” que se reservaba todos los espacios de poder y de desarrollo social. Esas clases, “libres de toda mala raza”, son las que, por supuesto, escribieron la historia oficial que afirmó su predominio y que impusieron su propio poder como la imagen más perfecta de la sociedad. Frente a ello, al artista interesado por lo que lo rodea se le impone el hecho de una sociedad actual, multicultural y pluriétnica, que afirma cada vez de manera más contundente que su riqueza radica en la diversidad.
Y, como una mediación, le aparece la obra de Benjamín de la Calle que en Antioquia y en Colombia es una figura clave de la fotografía, del arte y de la afirmación de la sociedad como diversidad. Este descubrimiento le posibilita a Tomás Ochoa enfrentar la realidad presente, sobreponiendo las imágenes actuales de habitantes de la ciudad con las que nos han llegado a través de las fotografías de De la Calle y agregando, además, la frase que, en este contexto, viene a afirmar que no existen “malas razas” sino sociedades ricamente diversas. La imagen fotográfica así lograda es sometida a un proceso adicional: los granos fotográficos son reemplazados por gránulos de pólvora que al quemarse exacerban la potencia significativa de una imagen que es, al mismo tiempo, antigua y actual. De esta manera, la obra de Tomás Ochoa vive de sus múltiples vertientes, pero no se limita a una formulación teórica de carácter sociológico o histórico acerca de nuestros imaginarios culturales, sino que crea una imagen potente que invoca una reflexión ética y política y una intensa participación estética.
El equipo de arqueólogos encargado de la inspección y exploración del terreno en el Canal Parque Gabriel García Márquez encontró una pieza de cerámica de mas de dos milenios de antiguedad
Vasija encontrada (FOTOS: CORTESÍA)
Según el antropólogo Juan Pablo Díez Ramírez, director del Equipo de Investigaciones Arqueológicas de la Corporación Sipah, esta podría ser una vasija del período conocida como Ferrería.
“El hallazgo se produce gracias al desarrollo de un programa de arqueología preventiva en el que se determinó que había que hacer un monitoreo que tuvo un resultado positivo, por lo cual se decidió excavar, encontrando una vasija de barro de doce centímetros de diámetro por diez centímetros de alto. Tanto el estilo decorativo como la forma de la vasija apuntan a que pertenecería al estilo cerámico conocido como ferrería, el cual se encuentra en un rango de entre los 2200 y 3000 años de antigüedad”, manifestó Díez Ramírez.
De acuerdo al director del Equipo de Investigaciones Arqueológicas de la Corporación Sipah, conformado además por las arqueólogas Ana Cristina Cuello y Lucy Astrid Tobón Ospina, este es un hallazgo muy importante, desde el punto de vista arqueológico.
Asimismo, el antropólogo explicó que la vasija será sometida a una prueba de Carbono 14 para establecer con precisión su edad y precisó que la custodia de todos los materiales está en manos de Sipah, pero quien determina su destino final es el Instituto Colombiano de Antropología e Historia.
Entretanto, se verificará si en el terreno del barrio El Poblado en el que se construye la sede de Telemedellín, hay otros elementos prehispánicos.
Desde ya, Juan Diego Hernández, director de Planeación de Telemedellín, propuso que el canal quede con la custodia de la pieza para que haga parte de la visita guiada que se realizará en la nueva sede.
El propósito es que las personas conozcan la vasija y el valor histórico que representa para el Valle de Aburrá.
Otros descubrimientos
En la Universidad Eafit permanecen las piezas halladas en diciembre de 2010 en el lote conocido como Los Guayabos, ubicado en el costado oriental de la obra del puente de la cuatro Sur.
Son varias vasijas a las que se les realizaron análisis de Carbono 14, estableciéndose que datan de los años 670, 1140, 1280, 1800 y 1820 después de Cristo. Las más antiguas pertenecen al periodo Marrón Inciso y las más recientes están asociadas al periodo Republicano.
Entretanto, la Universidad Nacional tiene bajo su custodia una serie de muestras paleobotánicas como semillas, frutos y fustes de diez mil años de antigüedad.
“Es un material sumamente importante porque permiten hacer un análisis de la evolución del clima en el Valle de Aburrá durante los últimos cinco a diez mil años”, comenta Juan Pablo Díez.
El fuego generó confusión entre los vecinos y transeúntes del sector
Varias tripulaciones de bomberos tuvieron que hacerse cargo de la situación, ayer en la tarde
El Cuerpo Oficial de Bomberos de Medellín atendió la emergencia causada por un conato de incendio que se presentó en el interior de un edificio de apartamentos y que no dejó personas heridas.
El hecho ocurrió el lunes 7 de septiembre, a las 3:30 pm, en la carrera 25 con la calle 9 Sur.
El Departamento Administrativo para la Gestión del Riesgo y Prevención de Desastres de Medellín informó que el fuego se originó en el conducto de basuras de la edificación, afectando a dos apartamentos a causa del humo.
Coreógrafos, bailarines, académicos y expertos de varios países se encuentran reunidos en Medellín
Imagen de una de las actividades desarrolladas durante el Primer Seminario Internacional de Danza (FOTOS: CORTESÍA)
Por: Álvaro León Pérez S.
En Medellín hay una gran reserva de talentosos bailarines y existen las condiciones necesarias para realizar producciones artísticas de alto nivel.
Así lo afirman el español Raúl Perales, coordinador general de la compañía y productora barcelonesa Alta Realitat, y el cubano Armando González, master ballet nacional de República Dominicana, quienes participan en el Primer Seminario Internacional de Danza.
Sin embargo, Perales y González consideran que la ciudad debe poner la vara cada vez más alta, si se quiere posicionar a la danza como la industria cultural respetada, reconocida y rentable que merece ser.
“Ustedes tienen una materia prima que es el talento de unos jóvenes que son bárbaros, excepcionales y muy buenos. Hay que seguir formando más muchachos de estos y hacer que ellos vean la danza como una carrera. Y no una carrera por debajo de otras; todo lo contrario. En Cuba, donde yo nací, pertenecer al Ballet Nacional es posiblemente tener una de las mejores carreras del país”, sostiene Armando González, quien durante varios años fue el bailarín principal de dicha compañía.
Por su parte, Raúl Perales opina que en Medellín la danza pasa por un buen momento y que hay una adecuada preparación del talento local. Además, destaca que en la ciudad hay ganas de avanzar y evolucionar.
“Esto hace que solo se necesite, desde mi punto de vista como productor, que la producción realmente se analice en serio y se trabaje, todavía más, para crear estructuras y potenciar valores de producción. Así como hay que estimular el talento de los bailarines, hay que potenciar las capacidades de los productores, que son, al fin y al cabo, quienes gestionan los recursos y son capaces, junto con la dirección artística, de llevar a una compañía a donde se merece”, manifiesta.
Armando González, Zuleima Asprilla y Raúl Perales
Crear, gestar, hacer Hasta este sábado 5 de septiembre se estará realizando en la ciudad el Primer Seminario Internacional de Danza La producción en danza: crear, gestar, hacer, evento organizado por el Ballet Folklórico de Antioquia, con el apoyo del Ministerio de Cultura y la Universidad Eafit.
Durante los dos primeros días, los participantes han asistido a una serie de actividades académicas para dialogar sobre temas como la formación de talentos y la producción artística.
“Es fundamental seguir indagando y sensibilizando al sector de la danza sobre la importancia de la producción artística, porque a medida que las producciones tengan mayor calidad, habrá más posibilidades de atraer al público a los espectáculos”, declara Zuleima Asprilla Rojas, gerente general del Ballet Folklórico de Antioquia.
Para Asprilla Rojas, el público de Medellín se ha vuelto exigente a medida que cada vez más personas viajan a otras ciudades y países, donde observan espectáculos de excelente factura. Eso, sumado a que compañías y ejecutantes reconocidos están visitando la ciudad con mayor frecuencia, hace que los espectadores quieran ver la misma calidad en los artistas locales.
“De esa manera se produce una comparación y nosotros tenemos que subir el nivel para estar a la par”, agrega la gerente del Ballet Folklórico.
Infraestructura consideró que el contratista resolvió las situaciones de incumplimiento en la obra de la Inferior
Por Álvaro León Pérez
Mediante la resolución 170 de agosto 26 de 2015 , la Secretaría de Infraestructura oficializó su decisión de “abstenerse de declarar el incumplimiento y de imponer sanciones a la Unión Temporal Cruce Balsos” con relación al contrato de construcción en la intersección de la Transversal Inferior y la Loma de Los Balsos.
Desde que se inició en marzo de 2014, esta obra de Valorización ha tenido un sinnúmero de problemas, al punto que la Unión Temporal Cruce Balsos tuvo que ceder el contrato a Gisaico S.A.
Adicionalmente, la Secretaría de Infraestructura le abrió al contratista doce causales de multa, las cuales fueron saneadas en su totalidad, mediante la demostración de la cesación de incumplimiento.
En uno de sus apartes, la resolución 170 reza que “de acuerdo con la norma transcrita y la jurisprudencia vigente, debe concluirse que la naturaleza de las multas que se pactan en los contratos tienen como finalidad apurar, empujar al contratista para que se ponga al día en sus obligaciones y si se acredita que las mismas se encuentran cumplidas, resulta improcedente su imposición”.
La Alcaldía precisó que los retrasos en la obra no generarán costos extras, pues los recursos se han desembolsado a contraentrega de los avances en la construcción.
Entretanto, Gisaico S.A. comenzó esta semana el empalme físico de la obra y anunció que el paso vehicular estaría habilitado en diciembre de 2015.
Disfrute, recorra, explore, conozca cada uno de los espacios de la 9º Fiesta del Libro y la Cultura, del 11 al 20 de septiembre en la Zona Norte de la ciudad
Por Luisa Martínez
La reflexión académica sale a la calle
Salón Iberoamericano del Libro Universitario
Este salón, que recoge las publicaciones editoriales universitarias de cerca 80 fondos de Latinoamérica y de España, es una de las grandes novedades de la Fiesta. “Las universidades son ejes importantísimos de conocimiento, ninguna empresa tiene tantos especialistas, maestros y PhDs. Son espacios que concentran la reflexión intelectual académica de muchos temas y queremos llevarlo a la calle; es muy simbólico romper las fronteras de las universidades y poner el conocimiento al alcance de la ciudadanía”, expresa Juan David Vélez coordinador de la Fiesta.
El salón se creó con el acompañamiento del comité de la colección Bicentenario de Antioquia y tendrá la participación de diez universidades de la región. “Es una oportunidad para que las editoriales universitarias de la ciudad emprendamos un proyecto conjunto para difundir contenidos no solo académicos, sino literarios. La edición universitaria está tomando mucha fuerza porque permite ampliar el panorama de las posibilidades de publicación”, agrega Natalia Uribe, jefe (e) de la editorial UPB. Entre los lanzamientos de esta editorial, se destacan la colección de Novela de Suspenso, Policías y Bandidos, con una obra de Memo Ánjel (Rambert, un exinspector catalán apurado) y otra de Emilio Restrepo (Joaquín Tornado, detective).
Espejos de Papel
Literatura ilustrada
Cuando el escritor e ilustrador Saúl Álvarez Lara recibió el fragmento del libro Como la sombra o la música, de la escritora Paloma Pérez, se imaginó toda una película y empezó a crear. Él fue uno de los 54 ilustradores elegidos por la Fiesta del Libro y la Cultura para darles forma y color a los fragmentos de libros de escritores invitados a esta novena edición y hacer parte de la exposición Espejos de Papel.
Cuenta el ilustrador que en las cuatro líneas que leyó, la escritora “narra un momento en que sale de la universidad y va para la casa a almorzar. Ella se imagina la carne que se va a comer, las especias que le va a poner, cuando la va a meter en el horno… Pero cuando va hacia la autopista, no me queda claro si al sentir un golpe en la ventanilla del carro y ver una moto que se chocó con ella, se suspendió la idea del almuerzo o si se le quitó el hambre”. Esta hace parte de la interpretación de Saúl y lo que hizo, según explica, fue separar los momentos de la narración: “Le hice dibujos a cada momento y los puse como una película, uno al lado del otro. Hay dibujos de especias, pedazos de cielo, el botón del horno, fragmentos del motociclista y de la moto. Al final, esos cuadritos se amontonan. No dice si se rompió el vidrio, pero yo lo rompí, no supimos si almorzó o no almorzó, eso ya queda para la interpretación del lector”.
Para el creador del fragmento de Paloma Pérez, la exposición “es una posibilidad importante que abre la Fiesta para los ilustradores de Medellín porque es una ciudad donde realmente no ha habido mucho espacio. Es un reto grande ilustrar en poco tiempo –ocho días–. Veo que hay unas muy buenas, muy elaboradas, que se centraron en interpretar, que fue lo que yo intenté hacer”.
La convocatoria para la exposición tuvo una buena acogida. “De los 54 elegidos, llegaron unos 100 portafolios. Nos dimos cuenta de que hay demasiados ilustradores en Medellín y una cantidad de personas muy talentosas, lo que hizo que fuera muy difícil escogerlos. Unos muy buenos se nos quedaron por fuera”, afirma Juan David Vélez, coordinador de Proyectos Especiales de la Fiesta del libro y la Cultura.
En las ilustraciones se reflejarán las distintas miradas que dieron los autores. “Unos se fueron por la literalidad y otros hicieron un ejercicio distinto, no recrearon la imagen, la completaron. Por ejemplo, la de Samuel Castañeda, que trabajó un poema de Juan Manuel Roca. Es una imagen simple, pero supremamente profunda, te da sensaciones distintas”, comenta el coordinador.
Las ilustraciones estarán colgadas en 54 soportes y darán la bienvenida a la fiesta, en el Museo de la Calle, en el pasaje Carabobo.
“A Víctor Regino no le preocupa que esta noche, cuando regrese al ring después de un retiro de trece años, el público le grite anciano o el rival le desencaje la mandíbula: a él solo le interesan los cien mil pesos de la paga, con los cuales podrá restablecer mañana su pequeño taller de traperos”. Autor: Alberto Salcedo Ramos. Libro: La eterna parranda. Ilustración Federico Fernández
“Ya podía sentir el aroma fuerte de la carne mezclado con el del romero, el tomillo y el laurel tostados. No veía la hora de llegar a encender el horno. Anticipando la delicia, salí de la universidad y cuando, como de costumbre, iba a tomar la autopista sur por un atajo poco transitado, una moto me cerró el paso; frené y sentí un golpe seco en el vidrio de mi ventanilla”. Autor: Paloma Pérez Sastre. Libro: Como la sombra o la música. Ilustración Saúl Álvarez Lara
“¿Quién sabe cómo serán las cosas después de Tokio? No es extraño que cualquiera que se encuentre suspendido en mitad de un periodo de extraña alegría renuncie por igual a los rumores del pasado y a los rumores del futuro. Como la madre de una familia cierra las puertas, para que nadie entre, y las ventanas, para que nadie escape, con idéntica preocupación. Así voy viviendo yo estos días a su lado: cerrando a nuestro alrededor todas las trampas. Cerrando todas las puertas de todas las habitaciones de todos los hoteles, como los compartimientos estancos de un barco que tiene ya una vía de agua y, a pesar de ello, pretende no hundirse”. Autor: Ray Loriga. Libro: Tokio ya no nos quiere. Ilustración Daniel Gómez
“Este es mi libro y estoy escribiéndolo con mi propia mano. En este año del señor de mil ochocientos treinta y uno yo todavía estoy sentada al lado de mi ventana. El viento entra por las grietas del marco. Estoy cansada de hacer esto y me duele la muñeca de hacer esto, pero me prometí a mí misma que escribiría la verdad y las cosas pasaron. Eso es lo que voy a hacer. Y mi pelo es del color de la leche”. Autor: Nell Leyshon. Libro: Del color de la leche. Ilustración Lina Rada
Nuevas Lecturas
Crear, compartir y conocer
El que se conocía como Salón Digital, cambió de nombre. Este año se creó un espacio que permite todas las posibilidades: Nuevas Lecturas. “No queríamos cerrarnos en el libro, queríamos tener un espacio fresco y plural para hablar de más cosas: redes sociales, música, radio, artistas, sátira, academia, librerías. Lo digital no es lo importante, lo importante es como la gente construye, crea, sueña”, explica Juan David Vélez, quien se siente muy conectado con este espacio porque se espera que los invitados al salón le apunten a la creación. Crear, compartir y conocer, es la intención.
Destaca una de las charlas: Lectura a fuego lento, con Octavio Henao. “En esta época, donde todo parece ser rápido, es importante hacer un llamado a la lectura lenta, a la crítica juiciosa, a la escritura detenida, revisada, cuidadosa”.
“Somos conscientes de que las nuevas lecturas no se hacen en una sola plataforma como se hacía hace 800 años. La gente está compartiendo con un clic lo que hace, pero además crea cosas simples como un comentario, un meme, un blog. Estas nuevas lecturas son las que permiten la redefinición del mundo”, complementa Juan Diego Urrea, Líder de Contenidos de Medellín Ciudad Inteligente.
Este programa que cree en la transformación de la ciudad a partir de las Tic, participará en la Fiesta con varias experiencias: 11 lecturas estarán en diferentes zonas de la ciudad, se podrá leer un fragmento de Angosta, de Héctor Abad Faciolince, al borde del río Medellín, o un texto de A solas Contigo, de Gonzalo Arango, en el Parque Bolívar. También habrá un laboratorio de creación de memes por medio de una app: “Los memes son esas figuras que se vuelven virales, lo que nos interesa es que se convirtieron en la manera de la gente satirizar, criticar; a quien no lo sepa hacer, le enseñaremos y los publicaremos en las redes sociales y en espacios de proyección de la Fiesta”, agrega Juan Diego. Además tendrán kits de inclusión digital con dispositivos de hardware y software para personas en situación de discapacidad.
Un mundo para chicos y grandes
Salón del Libro Infantil y Juvenil
El año pasado se materializó un sueño en el que se venía pensando años atrás: el Salón del Libro Infantil y Juvenil. “Medellín es un epicentro en términos geográficos, por eso queremos convertir la ciudad en una plaza para la literatura infantil”, afirma el coordinador Juan David Vélez.
La sensación que les quedó de la octava Fiesta, es que la ciudad estaba esperando un espacio así. “El salón más que un puente que comunica, es un río que se mantiene vivo, que se transforma, que es dinámico. El libro en este espacio conecta de una manera increíble lo que piensan los niños y los grandes, es un espacio para todos”, expresa Juan David, con emoción.
Este año estará ubicado en el Salón Restrepo del Jardín Botánico y la muestra contará con al menos 6 mil títulos. Allí mismo habrá un auditorio donde se ofrecerá una rica programación académica para hablar de miedo, vida, alegría, adolescencia, muerte, amor, desamor. Entre los invitados están Ivar Da Coll (Colombia) Antonio Ventura (España), Lola Larra (Chile).
Al lado del salón, la exposición La isla del tesoro, en honor al invitado a la Fiesta Robert Louis Stevenson, nos invitará a un mágico recorrido por sus paisajes y personajes.
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