Van dos semanas de reapertura, de acomodar horarios, personal, menús y hasta perfiles de negocio. Fidelidad de los clientes de siempre, uno de los gestos más valorados.
Restaurantes, bares, gastrobares, tiendas de ropa, hoteles y centros comerciales han padecido los meses de cuarentena, la estrategia acordeón, el pico y cédula y más restricciones que, sin duda, han dejado huella en sus ingresos. La situación económica llevó al cierre definitivo a unos negocios, a prescindir de personal a otros o a cambiar menú, perfiles y horarios a tantos más.
Según Carlos Andrés Pineda, director ejecutivo de Fenalco Antioquia, una encuesta realizada la primera semana de septiembre reveló que “el 75 % de los comerciantes tiene grandes expectativas con la reapertura”, también indicó que hay flujo de personas pero aún no se ha reflejado en caja.
Tras la pandemia, el Dane reveló que a corte de julio de 2020, el desempleo se ubicó en el 24.7 %. “Es muy grave que uno de cuatro habitantes en Colombia esté sin empleo”, manifestó Pineda.
“El 75 % de empresarios ve positivamente estos cuatro meses que faltan de 2020. Esperamos que haya un buen comportamiento ciudadano y buen uso de los protocolos de bioseguridad” Carlos Andrés Pineda, director Ejecutivo Fenalco Antioquia.
Ludwing Chimá es el propietario de El Social, tienda mixta, conversadero y bar de salsa, que cumplirá 51 años en noviembre. Chimá dijo que la primera semana de reapertura “crecimos con la venta respecto a domicilios, pero seguimos muy por debajo de nuestros niveles de venta”. Proyectado para el mes apenas se acercaría al 31 % de lo que registraban antes de la pandemia.
Antes de la emergencia por COVID-19, en El Social había 60 trabajadores, ahora son 35. A pesar de ello, Ludwing se siente contento por haber podido soportar la carga por lo menos de todos los que tenían contrato.
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Soledad y gratitud
Mauricio Silva, propietario de Subula Gyros, restaurante de comida griega, también en Provenza, asegura que desde la reapertura todo sigue muy solo. “El fin de semana llegó gente, pero entre semana está solo aún. Es cuestión de tener paciencia”, asegura. Pasó de tener diez a cinco colaboradores y las ventas cayeron en un 60 %.
Con cautela abrió el restaurante Gato. Max Pérez, su gerente le contó a Vivir en El Poblado que “ha estado muy bueno para lo que pensamos que iba a ser, además, hay muy poco turista”. Dice que la gente estaba ansiosa de volver a salir y aunque los números no son los mismos, “estamos contentos con el flujo y estamos haciendo todo lo posible por mantener a los clientes satisfechos”.
Camila Cobollo se siente agradecida con los clientes que visitan Cubata, bar del que es socia. “Gracias a esos clientes vamos bien. No es lo mismo, es un 15 % o 20 % de lo que nos hacíamos antes, pero agradecemos esa fidelidad de los clientes que vienen aun sin que tengamos venta de licor”.
Andrea Lopez, propietaria de Vida mía tienda de ropa, en Vía primavera, también comparte su testimonio. Dice que ha sido un poco difícil volver. “Con la reapertura las ventas siguen muy parecidas, no ha sido un incremento significativo porque mi público ya me compra mucho online”. Andrea asegura que sus ventas se redujeron en un 80 %.
Vuelven los visitantes
Los centros comerciales también han resistido estos casi seis meses de recesión.
Adriana González, gerente del parque comercial El Tesoro, detalló que el balance de estos primeros días, a partir de la entrada en vigencia del aislamiento selectivo, ha sido positivo, con un aumento en el tráfico de hasta el 80 %.
“El objetivo de reactivar la economía se está cumpliendo y el levantamiento de medidas como el pico y cédula, así como la posibilidad de tener a niños en nuestros espacios ha traído muy buenos resultados”, dijo la ejecutiva.
María Fernanda Bertel, gerente del centro comercial Santafé dijo que el balance de reapertura es muy positivo y que se está dando gradualmente, “venimos creciendo y estamos sobre el 50 % de lo que hacíamos en tráfico en 2019.
Desde Sandiego, reportan el regreso de sus clientes y aseguraron que “nuestros comerciantes están muy positivos y esperanzados que las personas cumplan todos los protocolos de bioseguridad para que la economía despegue”.
La hotelería, por su parte, sufrió pérdidas millonarias. Con el cierre de fronteras, las opciones para ocupar sus habitaciones cayeron. Novotel, en el parque comercial El Tesoro, cuenta con 238 habitaciones y en toda la cuarentena, salvo 14 personas que renunciaron, la administración se las ingenió para que todos conservaran sus empleos.
Estrategias de ocupación
María Teresa Mejía, gerente general de Novotel le contó a Vivir en El Poblado que no cerraron en toda la pandemia. “Siempre estuvimos abiertos desde el primer momento, claro, con baja ocupación. Ahora es como una reinauguración porque han cambiado muchas cosas, es inevitable”, dijo Mejía y reveló que para septiembre, como una forma de celebrar el mes del amor y la amistad, tienen paquetes especiales en alianza con el spa.
Desde Fenalco Antioquia, Carlos Andrés Pineda, su director, aseguró que lo principal ahora es que todas las personas se cuiden y sigan los protocolos de bioseguridad para mantener la reactivación y evitar nuevos cierres. Para lo que resta del año hay una serie de fechas especiales que se constituyen en un impulso para la economía y en una posibilidad de mover los inventarios.
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Consecuencias de la apertura
Hasta este martes 15 de septiembre, la ocupación de camas UCI en Antioquia se registraba en el 72.07 %. Según explicó Leopoldo Giraldo, gerente para la contención de COVID en Antioquia, los casos de coronovirus van en aumento y eso se refleja en la ocupación de cuidados intensivos.
La cuarentena, los cierres con estrategia tipo acordeón y medidas como el pico y cédula y más restricciones a la movilidad, permitieron contener la propagación del virus; no obstante, el aumento en contagios es una de las consecuencias de la reapertura económica, asegura Giraldo, a la vez que señala que ahora sin la restricción y con la movilidad abierta, los contactos aumentan y con ello los riesgos.