“Nos hace falta como sociedad deconstruir los roles sociales y culturales que hacen que se sigan justificando las violencias contra las mujeres, violencias desde las más sutiles hasta las más sucias y mundanas”, dice Dora Cecilia Saldarriaga.
Es abogada de la Universidad de Antioquia, especialista en Estudios Urbanos de Eafit y magíster en Derechos Humanos y Democratización de la Universidad Externado de Colombia y hoy es una de las mujeres que se ha declarado en emergencia nacional por feminicidios y violencias machistas.
También es concejala de Medellín por el movimiento Estamos listas y desde su rol plantea que “debemos poner este tema como una prioridad en nuestros municipios”. La convocatoria Emergencia nacional por feminicidios, añade, “implica de manera especial a concejales y concejalas por su responsabilidad de ejercer de control político”.
La declaración de emergencia exige que las autoridades aborden las violencias contra las mujeres como una crisis humanitaria ante la realidad de 104 homicidios ocurridos durante la cuarentena y tiene de presente el crimen del que fue víctima Daniela Quiñones, que refleja, en opinión de Dora, “los estereotipos que justifican las violencias en Colombia”.
“Ante un hecho de estos, nos tendríamos que indignar como sociedad. Una mujer fue asesinada, sin embargo, las preguntas que genera el hecho son por qué ella estaba por fuera si hay cuarentena o por qué se le subió a un hombre a una moto a altas horas de la noche”, analiza la concejala, también defensora de derechos humanos de las mujeres y del territorio campesino, feminista, profesora universitaria e investigadora en derecho constitucional.
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Hoy, en medio del dolor por el crimen de Daniela, todavía por resolverse, Dora reportó en sus redes sociales la desaparición de Yuly Pepelito Barrigón, una joven embera con discapacidad auditiva. Y dice, “hay qué ver los comentarios desatinados que recibió mi publicación. Puras banalidades, les vale huevo”.
“Paren la guerra contra las mujeres”, es un llamado al que se suma Dora, quien señala que es tiempo de nuevas construcciones en la sociedad: “entre los hombres, todavía en una mayoría de ellos, hay que cambiar roles hegemónicos que indican, por ejemplo, que en la sexualidad todo tiene que ser a la fuerza o que no se conquista sino que se acosa”.
La instrumentalización del cuerpo, como otro de los efectos del narcotráfico, el abuso por relaciones íntimas o económicas o políticas, son otros fenómenos que la sociedad debe reconsiderar, opina la abogada. “Hay sociedades que lo han logrado, aquí todavía se nos convierte en paisaje”.
Hay a quienes “les vale huevo”, en palabras de Dora; otros descalifican estas expresiones o reclaman la misma valoración para otros crímenes. “No es equivocado que hagamos ese énfasis particular. A los hombres también los matan por construcción cultural, por la figura del ‘guerrero’. Pero los feminicidios los tenemos que nombrar. A las mujeres nos matan los hombres que supuestamente nos aman, para las mujeres estar en casa es un peligro”, cierra.