Para mí la experiencia de cocinar no está completa sin música que lo ambiente. No soy la más entonada, pero disfruto cantar a grito herido entre los fogones.
En esta columna creo que he hablado de todo, aunque confieso que a veces es un reto pensar en temas que les puedan ser interesantes a ustedes, lectores en la hermosa Medellín, cuando yo escribo desde Barranquilla (y antes lo hacía en Bogotá).
Presionada a entregar esta columna por el paciente y siempre cordial director, me puse a pensar en un tema que pudiera resultarles entretenido a ustedes en El Poblado, pero también a un lector en el barrio Cedritos (Bogotá) y a mis vecinos de Laureles (pero en Barranquilla). Y se me ocurrió: ¿qué tal escribir sobre la música que nos inspira a cocinar?
Para mí la experiencia de cocinar no está completa sin música que lo ambiente. No soy la más entonada, pero disfruto cantar a grito herido entre los fogones. Creo, incluso, que hace que las cosas queden mejor.
¿Cuáles requisitos deben cumplir esas canciones que ingresan a la cocina? Aclaro, no soy experta en música, pero considero que deben ser alegres, tener una robusta instrumentación (ojalá con algún solo de guitarra, piano o instrumentos de viento) y, como ya les decía, poder cantarse a viva voz.
No es raro encontrar lista para estos efectos en Internet. Por ejemplo, Greatist, un blog de cocina, salud y tips para el hogar que seguro han visto por sus videos virales, sugiere una en Spotify. Me identifico con algunas recomendaciones: Kiss, de Prince; Copacabana, de Barry Manilow; You Make My Dreams, de Darryl y John Oates; Africa, de Toto, y That’s Life, de Frank Sinatra, entre otras.
Yo añadiría Ride Like The Wind, de Christopher Cross, The Year Of The Cat, de Al Stewart, y Breakfast In America, de Supertramp.
Pero, ojo, el sabor latino no se puede quedar por fuera. Mi favorita, además por la forma como explícitamente menciona la comida, es Arroz con habichuela, del Gran Combo de Puerto Rico, y, de la misma orquesta de Rafael Ithier, la conocidísima El menú, que en su coro dice “Y después que le pongan salsa pa’ mojá’, pa’ mojá’”.
También podríamos mencionar Chicharrones de Compay Segundo y un par de adiciones para que el repertorio sea más colombiano: Los Sabores del porro, en la voz de Totó La Momposina, y El Comelón. de Diomedes Díaz, muy popular acá en mi Costa Caribe.
Seguramente el repertorio paisa tendrá buenas canciones para aportar a mi lista tan variopinta, recuerden que a través de mis cuentas en Twitter e Instagram (@gastroglam) pueden dejar las sugerencias. ¡Hasta la próxima!