Se perdieron las huertas, la erosión atacó la quebrada sin que se tomaran correctivos y, para colmo, Medio Ambiente cedió el uso de los módulos a la Secretaría de Seguridad.
El Parque Ambiental La Frontera no pasa por un buen momento.
La comunidad de ese sector de El Poblado logró, hace ya casi una década, que se iniciara la protección de una porción verde del borde suroriental de Medellín, en el costado norte de la quebrada La Paulita, para que se conservaran la vegetación y la fauna, se permitiera el uso pasivo del espacio público, y se promoviera la educación ambiental.
El primer sector del terreno fue adecuado con sendero, iluminación, mobiliario y un conjunto de tres módulos para administración, vigilancia y un pequeño auditorio.
En los primeros años se avanzó en el desarrollo de huertas demostrativas trabajadas por la comunidad de la zona, en la protección de los árboles y de la fauna y la flora, así como en una oferta de talleres para diferentes sectores de la comunidad.
No fue fácil la continuidad de estos proyectos, lo señalan vecinos del sector, sin embargo, la Secretaría del Medio Ambiente de Medellín seguía adelante con la administración y consolidación del parque.
Al iniciar la actual administración, en 2016, se renovaron peticiones de la comunidad sobre control de la seguridad y correcto uso del parque, los programas de educación ambiental y la ampliación de los terrenos protegidos, que estaban contemplados desde el diseño inicial.
Se adicionaron peticiones para una posible integración con los predios de Montecasino y de la esquina de la avenida El Poblado, que lo robustecieran como corredor de vida.
Pero la Secretaría de Medio Ambiente viró hacia el desentendimiento en la protección y la promoción del Parque Ambiental La Frontera.
Se perdieron las huertas y solo se mantuvo un rutinario mantenimiento, cuestionado por algunos ciudadanos que se preguntan por las actividades y tiempos del mismo; la erosión atacó con fuerza la quebrada, sin que se tomaran correctivos y, para colmo, Medio Ambiente cedió el uso de los módulos a la Secretaría de Seguridad; previamente, por lo menos desde 2017, no desarrollaba proyectos educativos en el parque.
La situación hoy, reportada en las pasadas semanas por la comunidad a las diversas dependencias de la Alcaldía de Medellín, indica que la erosión del costado sur de la quebrada La Paulita ya amenaza con socavar la vía aledaña; que las podas y entresacas mal realizadas afectan los guaduales que son un atractivo del sitio, que cerramientos y separadores están deteriorados, mientras que se gastó, de forma no concertada con la comunidad, un recurso aportado por un privado; que la infraestructura para educación ambiental sigue ocupada por oficinas de otro uso y no hay proyectos activos.
Debemos salvar el Parque Ambiental La Frontera, salvarlo del desgano de la Secretaría de Medio Ambiente de Medellín.