Lo que se nos presenta es un reto de pensar el futuro como sociedad. Es una posición de optimismo, de que se puede ser mejor.
En un mundo agobiado por el presente y que rumia las frustraciones que le deja el pasado, pensar las posibilidades de futuro parece un poco sin sentido. Sin embargo, intuir lo que pueda pasar más allá del ahora es la mejor opción de mejorar lo que hoy se vive y de cuadrar cuentas con el pasado. De ahí la importancia del ejercicio que le proponen al país la Fundación Konrad Adenauer (KAS) y el Centro de análisis y entrenamiento político (CAEP), plasmado en el libro Colombia en su ruta, recorriendo el camino hacia 2050, presentado en Medellín.
Se trata de una compilación de estudios y visualizaciones de los retos que tiene el país para las próximas tres décadas en cuatro áreas: sostenibilidad ambiental y energías renovables, pobreza, ciudades y nuevos mercados, todas de indudable importancia para quienes vivirán en la Colombia de 2050.
En los once textos que recopila la publicación se trazan propuestas sobre el desarrollo de la diversificación económica, el fortalecimiento de las regiones, la producción limpia, la descarbonización de la matriz energética, la protección del agua y de los ecosistemas, la seguridad alimentaria, la inserción en nuevos mercados (en especial el de Asia-Pacífico), el desarrollo inteligente y la promoción de la equidad social con base en mejoramiento de la vivienda y la infraestructura del país. Todos los textos tienen la impronta de analizar con cifras, de proponer con bases sólidas, de alentar a la toma de decisiones como sociedad hoy, para ser mejores mañana.
Más allá de las ideas y propuestas sobre la Colombia de 2050 que atesora el libro, e independientemente también de si se comparte el sentido de los análisis, lo que se nos presenta aquí es un reto de pensar el futuro como sociedad, lo que es ya una posición de optimismo, de que se puede ser mejor porque existirán un espacio y un tiempo para serlo. Se trata de un reto para la academia, pero también para los políticos y en especial para la sociedad en su conjunto, puesto que solo entre todos, encontrando coincidencias, podemos desde hoy, construir lo que viene.
Nos motivan pues la KAS y el CAEP a transitar ya una senda de reflexión y de participación en la construcción de un futuro que supere las carencias del pasado y del hoy, con creatividad y en especial con constancia, con continuidad, superando un mal nacional que nos lleva a explayarnos en los propósitos, pero a evidenciar pocos resultados.
La mejor forma de reconocer este esfuerzo de pensamiento y propuestas sobre el futuro de la sociedad colombiana es aceptando el reto, es participando de la discusión sobre los temas propuestos y sobre otros que debemos abordar para definir nuestro futuro. Reto que debemos aceptar todos, desde lo individual como ciudadanos y desde lo grupal como sociedad; es la única forma para que verdaderamente exista el futuro.