El 22 de febrero de 2019, una implosión controlada de tres minutos acabó con el antiguo y destartalado edificio Mónaco, del barrio El Poblado. En su lugar, el Parque Memorial Inflexión rinde homenaje a las 46.612 víctimas del narcotráfico en Colombia. Cambio de paradigma.
Un muro de piedra negra de 70 metros de largo, perforado por diminutos agujeros; 46.612 agujeros, exactamente. 46.612 víctimas. Es el primer mensaje del Parque Memorial Inflexión: agujeros que representan ausencias. De noche, se iluminan desde el interior.
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Al otro lado del muro, la línea cronológica del horror: los 208 hechos violentos atribuidos al narcotráfico, ocurridos en Medellín y en Bogotá, entre 1983 y 1994. Es la desazón de 11 años nefastos; el dolor grabado en miles de seres queridos.
46,612 víctimas del narcotráfico, representadas en el Muro de la inflexión.
208 hechos violentos en Medellín y Bogotá, asociados al narcoterrorismo.
5.300 m2 el tamaño del Parque Memorial Inflexión, como homenaje a las víctimas.
Desde un monolito de piedra del Parque nos interpela Carlos Mauro Hoyos, el procurador general asesinado el 25 de enero de 1988: “Hago una convocatoria a la solidaridad. En el país no hay solidaridad permanente, hay una solidaridad de 24, 48 horas, o de un minuto de silencio cuando matan a un personaje”.
Do not say that name
El Parque Memorial Inflexión es un espacio público construido en el lugar que ocupaba el edificio Mónaco, antigua propiedad de Pablo Escobar. En 2019, el entonces alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez Zuluaga, decidió demoler el edificio, casi en ruinas, que se había convertido en un lugar de visita de turistas fanáticos de las series televisivas de narcos. La implosión, que se llevó a cabo el 22 de febrero de ese año, fue un evento público trascendental.
Irne Franco, el guía de la empresa contratada por la alcaldía de Medellín para acompañar el tour que recorre los sitios de la memoria en la ciudad, ayuda a los visitantes a reinterpretar este nuevo espacio. Irne conoce el lugar desde que estaba allí el edificio Mónaco, y más de una vez atendió a los turistas que llegaban a tomarse fotos. Trabaja con la empresa Colombia Travel Operator, de Julio Casadiego, que empezó a realizar el Do not say that name tour mucho antes de que el edificio dejara de existir. Ahora Irne está feliz con el nuevo guión: “Estamos ayudando a que la gente cambie la percepción de lo que fue el narcotráfico, y respete la memoria de las personas que fallecieron”. Julio, por su parte, se siente satisfecho de su contribución: “Con este enfoque histórico se ha cumplido con cambiar el estigma”.
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Entre el grupo de visitantes, Wallington y Ana Lydia Santiago, dominicanos, escuchan con atención la explicación del guía Franco. “Sabíamos que el edificio le pertenecía a Pablo Escobar -dice Wallington-, y conocíamos todo el terror que pasó el pueblo de Medellín y de Bogotá. Lo había visto en televisión. Pero leyendo ahora mismo la historia, digo que es algo que hay que respetar”. Ana Lydia, su esposa, complementa: “Lo que yo conocía de Colombia es por lo que uno ve en internet y en las redes; pero estando acá, y viendo esta historia, me sentí triste, muy triste”.
Al frente de la Senda de los héroes, una serie de 9 monolitos de piedra grabados con frases de personajes de la vida pública asesinados por el narcotráfico, Maria Camila García, vecina del lugar, pasea a su perro: “Acá la energía es muy bonita… qué diferencia. Ese edificio abandonado se veía super frío, y con ese tour que hacían, a la gente le contaban una historia que me parecía horrible. Ya les cuentan otra historia, desde el otro lado, como a modo de reflexión; ya no se trata de admirar a una persona que no era de admirar. Para mí, se logró el objetivo”. Pablo Mejía, su vecino, lo confirma: “Sí, esto cambió completamente”.
Medellín abraza su historia
¿Por qué se decidió demoler el edificio en vez de reutilizarlo? La administración del alcalde Federico Gutiérrez, en su momento, contempló la posibilidad de repotenciar la estructura para construir allí un museo, pero los altos costos que implicaba esta opción, según un estudio realizado por la Universidad Nacional, la hicieron inviable.
La alcaldía, entonces, decidió consultar a la ciudadanía. Más de 800 personas participaron en talleres de imaginarios, y la mayoría optó por sugerir la demolición del edificio y la construcción de un espacio público que se centrara en la conmemoración de las víctimas, y no del victimario, como invitaba el antiguo edificio. En alianza con EDU y la Sociedad Colombiana de Arquitectos, la administración municipal realizó un concurso internacional de arquitectura pública, al que se presentaron 45 propuestas. El jurado otorgó el primer premio al grupo de arquitectos Taller Alterno, Pequeña Escala Arquitectura y Luis Felipe Zapata Flórez.
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Al tiempo, la alcaldía de Medellín presentó la iniciativa Medellín abraza su historia. La comunicadora Paula Jaramillo, directora del Grupo Trébol, empresa guardiana de esta iniciativa, explica el propósito: “No era solo derribar el edificio, sino poner el foco en la problemática de las víctimas y darles voz. Fue el inicio de una iniciativa de administración público-privada, para invitar a la ciudadanía a un tema de reflexión y análisis, con una mirada de cómo el narcotráfico nos trastocó los valores”.
La construcción del Parque Memorial Inflexión es la primera acción de Medellín abraza su historia, pero no la única: es también un trabajo pedagógico con los niños, para que conozcan la memoria de la ciudad; obras con diversos artistas, para construir reflexión, crítica y narrativa; documentales y piezas audiovisuales, para generar nuevas narrativas.
En este momento, sin embargo, está en pausa. Así lo afirma Paula Jaramillo: “En febrero de 2020 hablamos con la gestora social, Diana Osorio, quien recibió la iniciativa de una manera muy positiva, y trabajamos con el despacho de ella hasta agosto. Durante la pandemia se invirtió el cronograma y, obviamente, las inversiones, por ser prudentes y cautelosos, y por la necesidad de atender las otras prioridades. Estamos a la espera de lo que venga”.
Los años del horror
El recorrido cronológico por el muro Inflexión inicia con el recuerdo del carro bomba puesto en la Embajada de Estados Unidos, en Bogotá, el 26 de noviembre de 1984, y termina con las dos explosiones del Edificio Dallas, en el barrio Castropol de Medellín, el 19 de abril de 1993.
Y en medio de la línea de tiempo, el registro, por ejemplo, de ese nefasto 1989. En Bogotá, el 18 de agosto, fue asesinado el candidato presidencial Luis Carlos Galán; mientras tanto, el terror rondaba en Medellín: en un solo día, el 27 de agosto, estallaron bombas en seis sedes del Banco Cafetero, (en los barrios La Florida, Fátima, Naranjal, Corazón de Jesús, La Candelaria y Colón), y en una sede del Banco de Colombia, en La América. Dos días después, el 29, las bombas resonaron en cuatro estanquillos de venta de licor, en Itagüí, San Antonio de Prado y Medellín. Y seis días después, el 5 de septiembre, en los restaurantes La Bella Época y Estación San Lorenzo, y en las sedes de Castilla del Banco Caja Social y el Banco Coopdesarrollo.
El muro que narra esos 208 hechos de horror interpela al visitante: ¿cómo sobrevivimos? Al final, la respuesta puede estar en el mensaje puesto al lado de uno de los árboles que se conservan del antiguo edificio Mónaco: “Este algarrobo ha sido testigo mudo de la tragedia vivida por la ciudad. Configura una de las formas en que la naturaleza se ha sobrepuesto a la adversidad, constituyéndose en un ejemplo de resiliencia”.
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¿Qué es Medellín abraza su historia?
Es una iniciativa que nace de una profunda reflexión sobre el pasado reciente y doloroso que vivió la ciudad y los motivos por los cuales esta capital ha sabido levantarse luego de sus horas más oscuras. Memoria y legalidad son dos palabras que presiden esta alianza liderada por la alcaldía de Medellín y acompañada por importantes aliados privados e institucionales y la ciudadanía.
En el desarrollo de la iniciativa Medellín abraza su historia fue fundamental, además, el apoyo de la academia. Convocados por la alcaldía de Medellín, en 2019, el Colegio Mayor de Antioquia (a través del Grupo de Investigación Empresarial y Turístico) y Unisabaneta (el grupo Estudios de Derecho y Sociedad), acompañaron la formulación de la iniciativa, con la investigación y la recolección de información de sitios de interés y su evaluación para la producción de la guía de turismo, y la asesoría y formulación de los proyectos para gestionar recursos ante el Fontur.
La investigación continúa, ya que el interés de las docentes Luz Helena Naranjo y Catalina Pérez Mesa es realizar un análisis de los lugares de memoria histórica, y entender su articulación a las diversas formas en que las prácticas turísticas presentes en la ciudad de Medellín le pueden aportar al desarrollo local urbano.
La Plataforma www.medellinabrazasuhistoria.com alberga toda la relatoría de la investigación, los hitos y los hechos. Un espacio para conocer la historia de cada héroe, víctima y afectado por el narcoterrorismo, así como videos pedagógicos, entrevistas a 52 personajes de la época, familiares, víctimas, y videos de talleres de imaginario colectivos con ciudadanos.