En otras décadas, el uso de los edificios evolucionaba con el romanticismo que hace de una cárcel un convento, o viceversa
Con sus muchas trasformaciones simultáneas, Medellín se parece hoy a la candidata al Reinado de la Belleza que, antes de viajar a Cartagena, se somete a las mil magias del quirófano estético. Y como siempre hay quien elogie las nuevas posaderas de una diva departamental o quien critique su nariz, también nuestra ciudad anda en boca tanto de quien se emociona por una nueva calzada adoquinada como de quien se lamenta por la demolición de alguna casona insigne.
Monseñor Juan Botero Restrepo (1920-2002) Por Roberto López Campo
Pretender describir en unas pocas líneas la eximia vida del sacerdote, escritor e historiador, Monseñor Juan Botero Restrepo, es un imposible. Brillante en ideas y con un alto compromiso social, este humilde sacerdote no se limitó a su labor pastoral, sino que realizó una serie de actos para favorecer a los más necesitados; ejerció la cátedra con gran solvencia, escribió numerosos artículos de interés social y la biografía de varios prelados antioqueños y de un buen número de profesionales médicos del Departamento de Antioquia. Tuvo tiempo aún, para incursionar en la poesía (“Holocausto” –oraciones en verso – 1981) y en la historia de su amado terruño: Sonsón.
Un alcalde muy aplaudido puede mostrarse amigable con sus gobernados y no tomar decisiones impopulares
La situación de relativa estabilidad y alto crecimiento económico que atravesamos hoy (nótese que no digo disfrutamos) tiene mucho de bueno, no hay duda. Pero trae unos efectos negativos para los que no estábamos preparados. Pregunten a los exportadores, por ejemplo.
Retrato oblicuo de mujeres tristesDoña Clementina, Doña Juana Pastor, Doña María Gutiérrez Mejía con su adorable bigotito, Doña Mercedes En el gran vestíbulo del edificio...
Bienestar Social habla de lo que está haciendo, sus alcances y límites
Varios residentes y comerciantes del centro de El Poblado se quejan por la proliferación de niños habitantes de calle que hay en los alrededores de los parques de El Poblado, Lleras, Patio Bonito y La Aguacatala. “El problema es que cada vez se ve un grupo más numeroso que se mantiene inhalando sacol. Mientras tanto la autoridad brilla por su ausencia y no se ven acciones para rehabilitar a estos niños o llevarlos a las instituciones con las que cuenta el Municipio”, afirma Mauricio Leyva. Así mismo, otros habitantes de la calle 9 y 8, debajo de la carrera 43B, denuncian que otros muchachos más grandecitos, también habitantes de calle, se reúnen en las noches. “Perturban el descanso de los residentes con sus escándalos, roban el cableado público y lanzan toda clase de objetos a las casas. Incluso a algunos se les ha visto con la intención de subirse a los tejados”, asegura Marta Gómez. Por ello, la comunidad reclama acciones de la Secretaría de Bienestar Social del Municipio para que le de una atención digna a estos niños y una solución a este problema.
El anuncio de la tala de varios árboles en la Avenida El Poblado tiene molestos y preocupados a varios ciudadanos
Poco después de que los avisos de tala fueran clavados en los árboles, a la redacción de Vivir en El Poblado llegó este comentario escrito por Amparo Zabaleta Enciso:
Uno de los primeros toques que recuerda Ramón, fue en Bello hace 9 años. Como era un músico novel le pagaron 5 mil pesos y terminó tan tarde que tuvo que poner plata de su bolsillo para regresar a su casa. Allí comprendió que su carrera musical no solo le iba a exigir talento sino muchos sacrificios. Pero en lugar de desistir, se animó más. Ahí se puede intuir la voluntad de mártir y loco que hay en cada artista.
Aquí el cliente no tiene la razón, la pierde Al César lo que es del César. Este restaurante es un fenómeno. Su montaje cuenta con una creatividad casi única en el mundo.
Aspirantes a famosas ¿Listas? L a riqueza se puede aparentar. Vestidos, joyas, automóviles, incluso temporadas de vacaciones en lu-gares accesibles solo para millonarios...
Qué pueden y qué no pueden hacer los centros de estética
De la edición impresa (Edición 313)
Las intervenciones que los centros de estética están autorizados para realizar están definidas con claridad en la legislación colombiana. Según la Ley 711 de 2001, que reglamenta el ejercicio de la cosmetología, en estos lugares no se pueden realizar procedimientos invasivos, y esto incluye algunos en apariencia simples como el maquillaje permanente y la aplicación de piercings, pasando por otros como la mesoterapia y por supuesto los más complejos, como las liposucciones, lipoesculturas e implantes. Todos estos están reservados a profesionales de la medicina, quienes los deben realizar en sitios autorizados para ello, pues son procedimientos que no están exentos de complicaciones.
Aún a estas alturas de la vida hay padres y madres que no dudan un segundo para darle una palmada a sus hijos si los ven sacando mocos, comiéndose las uñas o cualquier otra cosa por el estilo. Como la agresión física no es una opción, ¿qué se debe hacer para lidiar con estas prácticas infantiles?
En medio del lluvioso noviembre, nuestros conciudadanos más fiesteros hacen todo tipo de comentarios, promesas y especulaciones a propósito del fin del invierno, pues la huida de las aguas significa, sobre todo, el arribo de los días decembrinos, plenos de luces, estallidos -algunos de ellos nefastos, por cierto-, porcinos inmolados, indigestión y bolsillos desangrados. Claro que aquellos que odian esas celebraciones también cuentan los días que dilatan su arribo, y supongo que por aquello de la guerra que, por avisada, no mató al soldado. Pero ya sea para salir radiante a las calles o para amargarse encerrado en casa -lo que no deja de ser paradójico- prevalece el deseo común de presenciar el arribo del verano: “¡Qué pereza un diciembre mojao!”, es lo que por estos días se oye aquí y allá, y cuando las lluvias se van, el 8 de diciembre -porque, el día anterior, ¿a quién no se le han mojado las velas?-, los sentimientos ya pueden expresarse en seco.
Las obras del Museo de Antioquia... una visita guiada
Dama colombiana (Ed. 307)
Textos de Carlos Arturo Fernández, profesor deArtes de la Universidad de Antioquia y miembro del Consejo de Curaduría del Museo de Antioquia, para Vivir en El Poblado.
En algún año desastroso de mi vida (aquel en que el DIM perdió el título por sólo un milímetro) me vi con una mano enyesada y traspasada por un alfiler gigantesco, y con una espinilla hecha una miseria, abierta en una herida cuyo recuerdo me será perenne, e hinchada hasta el extremo de obligarme a ir con pantaloneta a la universidad. Pues bien, buscando cumplir con los deberes que allí se me asignaron, fui con mi cruz a la Biblioteca Piloto y, allí, un funcionario criado bajo sabe Dios qué extraños preceptos morales estuvo a punto de echarme a patadas, pues a juicio suyo yo había cometido el horrible delito de estar en un templo de libros con las piernas al desnudo. Al final, quizá porque una mancha café pugnaba por salir desde dentro de la gasa, aquel Cancerbero, ceñudo, dio media vuelta sin insistir más, dejándome a mí la tarea de entender que podía quedarme y a él la refrescante convicción de saberse un hombre magnánimo.
Pum, tas, shsss, el Ensamble de Percusión de Eafit.
De la edición impresa (Edición 302)
En condiciones normales no habría que explicar qué es un ensamble de percusión, pero para la mayoría de las personas que asisten a sus conciertos, la primera sensación es de expectativa, esa que produce lo desconocido. ¿Será un concierto de timbales, congas y bongos? ¿Hora y media de tambores, de pum, pum, tas? ¿Será acaso uno de esos conciertos experimentales en que muchas personas sienten que están en el lugar equivocado?
Doña Gula estuvo paseando por los lados de Popayán, y allí, en una de las ciudades con la aristocracia más tradicional de Colombia, realizó una incursión por los comedores de una popular galería, en la que encontró un plato sumamente exquisito. La sopa en cuestión, dice Doña Gula, es tan agradable a la vista y al gusto que podría figurar sin problemas en el menú de restaurantes de mucha alcurnia.
El cuy asado de Catanambuco, una receta para la guía Michelin
De la edición impresa (Edición 301)
Aunque no escribí una carta de protesta, nunca estuve de acuerdo con el reality 20/05 del canal Caracol, cuando como prueba final puso a probar a sus finalistas la receta más representativa de la cocina nariñense. Auténtica vergüenza ajena sentí viendo a Tatiana de los Ríos y a Catalina Jaimes haciendo arcadas y espulgando el plato de aquella prueba.
Adaptado para internet de la edición impresa (Edición 301)
En este tratamiento se usan drogas para destruir las células cancerosas. Los especialistas pueden recomendar la quimioterapia después de la cirugía para matar las células cancerosas que pueden haber alcanzado otros órganos fuera del seno. Usualmente se trata de tomar 2 o más drogas en combinaciones diferentes, bien sea de forma intravenosa, en píldoras o las dos. El tratamiento puede darse de 4 a 8 sesiones en un período de 3 a 6 meses.
Sin importar cuándo se administra, antes o después de la cirugía, la quimioterapia puede sentirse como otra enfermedad. Los efectos secundarios podrían incluir pérdida del cabello, nauseas, vómito y fatiga. Estos efectos se dan porque la quimioterapia afecta células sanas tanto como cancerosas. Sin embargo, no todo el mundo sufre los efectos secundarios y hoy se cuenta con mejores métodos para controlarlos en las personas que los padecen.
Del 3 al 7 de agosto se realizará la X versión de la Feria de Antigüedades y Decoración que organizan desde su inicio los tradicionales anticuarios de El Cerrojo.
Enlace Velásquez-Mejía Con una eucaristía concelebrada por los sacerdotes Eliseo Velásquez y Gabriel Mesa, celebrada en Santa María de Los Ángeles, contrajeron matrimonio Carolina Velásquez Londoño y Diego Alejandro Mejía Vélez.
Museo Interactivo EPM De la edición impresa (Edición 298)DirecciónCarrera 57 #42 – 139, vecino del Parque de los Pies Descalzos. AtraccionesEntre en contacto con...
A mi hija le va bien en eso de dormir, y a sus casi tres años ha desarrollado una especial sensibilidad por el tema, de modo que la visión de una persona dormida –espectáculo soso a más no poder- le parece el fenómeno más inquietante de la naturaleza. Devanando todo el asunto, resulta que lo que más llama su atención es el bulto de algún vagabundo a quien no le ha quedado otro remedio que echarse a dormir en cualquier césped o acera, sin ninguna posibilidad de intimidad dada la inaudita proliferación de transeúntes sobre la Tierra. Mi hija, entonces, me pregunta por qué el buen hombre de turno se ha recogido en un lugar tan inhabitual (no lo pregunta de ese modo, se entiende: que ni siendo la hija de Rufino José Cuervo). Yo le respondo cada vez con una frase que, de lo puro ingenua o tierna, un día de estos va a hacerme llorar: “Porque no tiene casita, bebé”.
Diez años tuvieron que pasar para que en El Poblado buses y metro integraran paraderos y estaciones, y también tarifas: hoy con mil 400 pesos un usuario puede montar en vagón y en una de las rutas nuevas.
Que tiene el oro que gusta tanto A lo largo y ancho de este libro, según sus realizadores, se ofrece un retrato de Mineros narrado por sus protagonistas y presentado de forma que sea de fácil comprensión y agradable lectura.
¿Cómo saber si un niño (o una niña) es muy alto?, ¿o muy bajito? Aunque los niños de hoy vienen en todas las formas y tamaños, un niño saludable debe crecer a un ritmo regularizado para su edad, desde la infancia en adelante.
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