A la par con el desarrollo de la zona, en Ciudad del Río aumentan las alternativas de comida.
Por: Claudia Arias / [email protected]
María Camila Arroyave probó toda la oferta de El Colmado, una de las primeras ofertas gastronómicas que abrió en Ciudad del Río. Cuando ella llegó al barrio hace ocho años, con el Museo de Arte Moderno inaugurado un año antes y la zona apenas iniciando su desarrollo, eran pocas las alternativas para encontrar comida, así que la tradicional salsamentaria con sus perros calientes y su parva fresca era un tesoro –y sigue siéndolo, aunque las opciones de locales han crecido–.
Ella vivía entonces en Santa María de los Ángeles y llegó a abrir un minimercado esquinero en un local del complejo Torres del Río, que mantuvo por cuatro años, cuando cambió –en el mismo espacio– a la panadería Panera, con la cual lleva otros cuatro. Ahora, además, habita en el sector. “¿Un tintico?”, pregunta Camila apenas cruza alguien por la puerta y luego explica que le encanta atender a la gente, muchos conocidos, que llegan buscando pasteles de queso, de pavo, ranchero, empanadas y demás productos de su vitrina; también van allí a almorzar o por unas cervezas en la tarde.
Conoce el barrio como pocos y de tanto en tanto se come algo en los food trucks, “incluso pido y me lo llevan a domicilio”, cuenta y continúa destacando el crecimiento de la oferta en el sector. Pero para ella lo mejor es estar allí, dispuesta, sonriente “como el payaso, con la mejor actitud, incluso cuando la procesión va por dentro”, lo cual sus clientes reconocen, diciendo “vamos para donde Camila”, que es quien al final los recibe en Panera.
Un crecimiento notorio
Edward Jaramillo llegó al barrio hace casi dos años a trabajar en la sede de Comfama, tiempo en el que ha conocido más que bien la oferta de comida disponible, pues “desayuno, almuerzo y como aquí”, dice. Le ha gustado mucho ser testigo del crecimiento de la oferta: “Lo más fuerte en un inicio eran los food trucks, que es un parche chévere, aunque más para ciertas noches; pero las opciones se han multiplicado con espacios como Mercado del Río, que abrió en octubre de 2016 y que es un lugar para encuentros más calmados; o zonas como la del Centro Empresarial Ciudad del Río, que tiene una oferta diversa con alternativas como Hacienda, La Bottega Verde, Fire House o Subway”.
Uno de sus favoritos para almorzar es Nativa, en el edificio de la Clínica del Prado, un concepto de ejecutivo o menú casero balanceado, que incluye sopa, un wrap o una crepe y la bebida. Ya saliendo de Ciudad del Río y entrando al barrio Colombia, Edward dice que vale la pena echarse el viaje a Parrilla Don Miguel, reconocido por sus carnes, que solo abre de lunes a viernes al almuerzo. En un sector cercano también se ubica Tres Cordilleras, que ofrece tours cerveceros.
Una zona inclusiva, así lo destaca Edward, con opciones para los habitantes, personas que como él trabajan allí o para quienes van a divertirse. En su opinión, la transformación apenas está en curso y se trata de un espacio de ciudad que se ha convertido en punto de referencia para muchas actividades culturales, académicas, deportivas y, poco a poco, también para aquellas que giran alrededor de un plato de comida.
Mercados campesinos
Los domingos, cuando el barrio está más calmado por menor movimiento de las instituciones médicas y las empresas del sector, los mercados campesinos se instalan en la Plazoleta Las Vegas, que da sobre la avenida Los Industriales, y que ofrece la posibilidad de comprar frutas y verduras para llevar y, al mismo tiempo desayunar alguna delicia local o tomar algo para refrescar la jornada deportiva de la mañana.
Comer en el museo
El arte y la buena mesa van bien de la mano, no en vano los museos suelen tener en sus sedes propuestas culinarias cuidadas. El Mamm tiene esta premisa presente y cuenta con dos restaurantes en sus instalaciones. En una terraza exterior en la parte posterior se ubica Ganso & Castor, un bistró con una carta de preparaciones ligeras como sándwiches, wraps y ensaladas, preparados con ingredientes de calidad; y hacia un costado del museo, donde hasta hace unos meses estaba el restaurante Bonuar, acaba de abrir la reconocida cadena Crepes & Waffles, que desde 2016 se ubica también en el Museo de Arte Moderno de Bogotá –Mambo–, en una apuesta que ha dado buenos resultados para ambos.