El programa Antioquia es Mágica promueve la producción y compra local, y que los restaurantes creen propuestas atractivas con los frutos de su tierra, para volver la mirada a lo propio.
Mientras escribo esta columna me preparo para viajar, justo cuando el periódico circule, a una experiencia cafetera a Concordia, que celebra la Feria de Café de Altura entre el 17 y el 21 de noviembre. Visitaremos dos experiencias de café, como una invitación de Antioquia es Mágica, estrategia de la oficina de la primera dama del departamento Claudia Márquez Cadavid, con la cual buscan promover destinos impulsando saberes –aquí entra el componente gastronómico y la agricultura–, talentos y experiencias, fomentando el turismo natural y la compra local.
Entusiasmada, percibo también esas mariposas en el estómago que me han dado este año cuando me debato entre salir o no, aceptar una invitación o no, visitar un restaurante o no, ir a cine o no, y resuelvo el dilema atendiendo las recomendaciones de bioseguridad y siguiendo mi intuición y lo que me indica en cada caso. Hace unos días justo rechacé la invitación de un cocinero a conocer su nuevo concepto, no sin antes disculparme y decirle que no me sentía tranquila, aunque fuéramos pocos, que lo visitaba después; no fue fácil, no ahora que nos necesitamos tanto, pero ya llegaré.
Mi columna de hoy tiene un aire introspectivo: mi estado por estos días, en los que disponer de un espacio en un medio impreso respetado, para opinar de temas alusivos a la alimentación, las cocinas y los restaurantes, al tiempo que veo cerrar tanto medios de comunicación, como negocios de comida, implica una responsabilidad mayor. Sigo mi intuición: la invitación a Concordia llegó mientras hacía reportería sobre Antioquia es Mágica, atenta a conocer su componente de cocina y agricultura en los veinte municipios de la primera etapa del proyecto; me subo en el bus al Suroeste con tranquilidad.
Los esfuerzos para mantener a flote el sector de la restauración son titánicos y suelen estar más enfocados en las ciudades; por eso la apuesta de la oficina de la Primera Dama del Departamento me resulta más fundamental hoy que nunca. Camilo Castaño, cocinero asesor del proyecto, relata que cada viaje que ha realizado es un hallazgo, que por más que se prepare y llegue informado, en el territorio descubre muchos más productos, tradiciones y preparaciones de las que había imaginado. Me cuenta de Don Matías, de tradición porcícola, donde junto con cocineros locales crearon la preparación este bendito chicharrón, que hoy se vende en 19 establecimientos; y hablamos de la importancia del café en Venecia y de la finca La Amalia, pionera en la producción y exportación del mismo.
Este es solo un abrebocas, Antioquia es Mágica, en alianza con la Universidad de Antioquia, el Cesde y el Colegio Mayor de Antioquia, para el componente de investigación; y con PorkColombia para el de capacitación, aún tiene mucho camino por recorrer. Pero, como me explica Yolanda Echeverry, a cargo del tema gastronómico, pasaron solo un par de meses entre dos viajes que hicieron a Venecia, y entre uno y otro encontraron cuatro restaurantes nuevos con preparaciones interesantes. La intención es clara, me recuerda Yolanda: promover la producción y compra local y que los restaurantes creen propuestas atractivas con los frutos de su tierra para ofrecer a los visitantes, volver la mirada a lo propio.
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