Aprender a comer, aprender a vivir y se alivió Tere, ahí está la virgen

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Aprender a comer, aprender a vivir y se alivió Tere, ahí está la virgen 
Pero, y usted, ¿cómo está educando sus hijos? ¿Ya saben comer de todo, o se dan el lujo de pedir a la carta so pena de armar pataleta?

Cuando yo estaba chiquito, el tema de la educación era como bien distinto a como es ahora, ya que esa época eran los papás los que daban los correazos, coscorronazos, aruñetazos y demás, ahora la cosa como que es al revés porque según parece la nueva pedagogía, sobre todo la de la ignorancia ridícula de la que se cree la élite, la mañé de club, qué risa, que dice más o menos que los niños pueden hacer, decir y comer exactamente lo que se les dé la gana. A mí me va a dar algo. Por eso, algunos incultos, porque conozco otros bien educados, se dan e lujo de decir “gas” cuando sirven sudao, mondongo, frisoles, ajiaco o el diario de carne, papa y yuca. “Gas”… cuando la gente a menos de un kilómetro a duras penas tiene un caldo para sobrevivir. Cuando veo al famoso Bear en Discovery exprimiendo bosta de elefante para no morirse de sed, pienso que eso no es nada para las peripecias que hace mucha parte de la gente cercana y la mierda real que tiene que comer, la que no puede decir “gas”, que vive mal y fuera de eso casi siempre tiene un patrón que engaña, trata mal y paga mal. Confieso que a pesar de los esfuerzos de mi casa para que aprendiera a comer de todo, con métodos pedagógicos tan extremos como la tortura gástrica (porque nunca gastronómica) en el semi-internado del San Ignacio, hay sabores que todavía superan mi capacidad y creo que ya no aprenderé a comer muchas cosas y por eso tristemente me pierdo muchos placeres de la vida. Mi hermanita nueva abuela, mi papá insaciable y mi sobrino cocinero belga tienen la virtud de ser capaces de probar y comer y gozar de todo y los envidio; mi esposa es tan gallina como yo.
Pero, y usted, ¿cómo está educando sus hijos? ¿Ya saben comer de todo, o se dan el lujo de pedir a la carta so pena de armar pataleta? Hágales el favor desde niños de enseñarles a comer, de lo contrario les hace un daño. Chiquitos, antes de que puedan opinar mucho, empiéceles a variar constantemente los menús para que se adapten a todos los sabores; mi amigo el médico Carlos Benjumea, ortopedista y parrillero educó sus hijos así y desde bebés gozan increíblemente con los sabores, todos, los del diario, los ocasionales y los excepcionales. Esos niños tienen ya asegurados tres momentos felices en el día: los tres golpes; porque comer rico es un placer que llega al alma.
En mis investigaciones por el Círculo Polar leí una frase que dice que la vida solo es feliz cuando se goza hasta llorar y para eso la tengo dura,  ya que paso por días en que me encharca el ojo una empanada (mapuche), pero gracias a Dios me muevo entre otros sensibles y otras muy sensibles y a veces cuando salimos lloramos en coro para celebrar algún sabor nuevo o sublime. Y es que anoche lo dije en un curso de cocina y no me da pena, cuando como foie gras yo lloro: Cocinero que nunca haya llorado de emoción con algún sabor nuevo, está en el negocio equivocado. Porque comer es un placer tan sublime como el amor, como volar, como leer, como pescar y lo puede hacer varias veces al día. La vida es mucho más feliz cuando se goza mucho y por igual con una arepa con quesito fresco, con las galletas saltín de Noel (hay quien cree que me pagan, pero no, son para mí una obsesión) que ahora lograron una dietética tan buena como la original, con un zapote de Fredonia, con una trufa del Perigord, con una papita rellena de Las Palmas, con los chuzos de Palmitas que puedo con 6 sin inmutarme, con el foie (y a llorar), con las mostazas artesanales magníficas [email protected] de StephenDavison… en fin, no es que haga propaganda sino que quedé encantado con muchos productos de la sección charcutería de Colombia Provoca como los [email protected], los de Clara Inés Posada en [email protected], los de Conservas Victoria de los Ceballos, los deshidratados y ajíes sin igual [email protected]  y los productos muy exquisitos de Tres Tomates de Marta Arango en [email protected]. Me sentí feliz y orgulloso de que en Medellín y Antioquia por fin se estén produciendo alimentos artesanales en los que se recuperan y exaltan, nuestros ingredientes paisas… dejemos esa obsesión por Miami y a querer lo nuestro. Toda esta gente paisa trabajadora merece su apoyo de ahí que se ganaron la cuñita.
Creo que nunca había empezado la nota con el ahí está la Virgen, pero, ahí está la Virgen, que Tere se nos alivió y volvió a su rutina culinaria; el sector está de fiesta, y Teresita: nos estabas matando de la falta. Ahora sí comprobé que a vos te quiere todo Medellín.

[email protected]

 

 
Aprender a comer, aprender a vivir y se alivió Tere, ahí está la virgen

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Pero, y usted, ¿cómo está educando sus hijos? ¿Ya saben comer de todo,
o se dan el lujo de pedir a la carta so pena de armar pataleta?

 

Cuando yo estaba chiquito, el tema de la educación era como bien distinto a como es ahora, ya que esa época eran los papás los que daban los correazos, coscorronazos, aruñetazos y demás, ahora la cosa como que es al revés porque según parece la nueva pedagogía, sobre todo la de la ignorancia ridícula de la que se cree la élite, la mañé de club, qué risa, que dice más o menos que los niños pueden hacer, decir y comer exactamente lo que se les dé la gana. A mí me va a dar algo. Por eso, algunos incultos, porque conozco otros bien educados, se dan e lujo de decir “gas” cuando sirven sudao, mondongo, frisoles, ajiaco o el diario de carne, papa y yuca. “Gas”… cuando la gente a menos de un kilómetro a duras penas tiene un caldo para sobrevivir. Cuando veo al famoso Bear en Discovery exprimiendo bosta de elefante para no morirse de sed, pienso que eso no es nada para las peripecias que hace mucha parte de la gente cercana y la mierda real que tiene que comer, la que no puede decir “gas”, que vive mal y fuera de eso casi siempre tiene un patrón que engaña, trata mal y paga mal. Confieso que a pesar de los esfuerzos de mi casa para que aprendiera a comer de todo, con métodos pedagógicos tan extremos como la tortura gástrica (porque nunca gastronómica) en el semi-internado del San Ignacio, hay sabores que todavía superan mi capacidad y creo que ya no aprenderé a comer muchas cosas y por eso tristemente me pierdo muchos placeres de la vida. Mi hermanita nueva abuela, mi papá insaciable y mi sobrino cocinero belga tienen la virtud de ser capaces de probar y comer y gozar de todo y los envidio; mi esposa es tan gallina como yo.
Pero, y usted, ¿cómo está educando sus hijos? ¿Ya saben comer de todo, o se dan el lujo de pedir a la carta so pena de armar pataleta? Hágales el favor desde niños de enseñarles a comer, de lo contrario les hace un daño. Chiquitos, antes de que puedan opinar mucho, empiéceles a variar constantemente los menús para que se adapten a todos los sabores; mi amigo el médico Carlos Benjumea, ortopedista y parrillero educó sus hijos así y desde bebés gozan increíblemente con los sabores, todos, los del diario, los ocasionales y los excepcionales. Esos niños tienen ya asegurados tres momentos felices en el día: los tres golpes; porque comer rico es un placer que llega al alma.
En mis investigaciones por el Círculo Polar leí una frase que dice que la vida solo es feliz cuando se goza hasta llorar y para eso la tengo dura,  ya que paso por días en que me encharca el ojo una empanada (mapuche), pero gracias a Dios me muevo entre otros sensibles y otras muy sensibles y a veces cuando salimos lloramos en coro para celebrar algún sabor nuevo o sublime. Y es que anoche lo dije en un curso de cocina y no me da pena, cuando como foie gras yo lloro: Cocinero que nunca haya llorado de emoción con algún sabor nuevo, está en el negocio equivocado. Porque comer es un placer tan sublime como el amor, como volar, como leer, como pescar y lo puede hacer varias veces al día. La vida es mucho más feliz cuando se goza mucho y por igual con una arepa con quesito fresco, con las galletas saltín de Noel (hay quien cree que me pagan, pero no, son para mí una obsesión) que ahora lograron una dietética tan buena como la original, con un zapote de Fredonia, con una trufa del Perigord, con una papita rellena de Las Palmas, con los chuzos de Palmitas que puedo con 6 sin inmutarme, con el foie (y a llorar), con las mostazas artesanales magníficas [email protected] de StephenDavison… en fin, no es que haga propaganda sino que quedé encantado con muchos productos de la sección charcutería de Colombia Provoca como los [email protected], los de Clara Inés Posada en [email protected], los de Conservas Victoria de los Ceballos, los deshidratados y ajíes sin igual [email protected]  y los productos muy exquisitos de Tres Tomates de Marta Arango en [email protected]. Me sentí feliz y orgulloso de que en Medellín y Antioquia por fin se estén produciendo alimentos artesanales en los que se recuperan y exaltan, nuestros ingredientes paisas… dejemos esa obsesión por Miami y a querer lo nuestro. Toda esta gente paisa trabajadora merece su apoyo de ahí que se ganaron la cuñita.
Creo que nunca había empezado la nota con el ahí está la Virgen, pero, ahí está la Virgen, que Tere se nos alivió y volvió a su rutina culinaria; el sector está de fiesta, y Teresita: nos estabas matando de la falta. Ahora sí comprobé que a vos te quiere todo Medellín.

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