La expansión de la pandemia a lo largo de toda Latinoamérica ha obligado a millones de personas, de las llamadas “no bancarizadas”, a abrir cuentas en las instituciones financieras, según lo reportan varias organizaciones.
A lo largo de muchos años, se ha insistido en la necesidad de que un mayor porcentaje de la población de bajos recursos, sobre todo la que se dedica a actividades laborales informales, ingrese al sistema bancario. Esto le permitirá recibir de manera directa los aportes que desde los distintos gobiernos se realizan a los hogares más vulnerables, más en época de pandemia, para ayudar a paliar los efectos en la economía familiar.
Las campañas publicitarias llevadas a cabo por los bancos, en aras de captar nuevos clientes, han sido históricamente un aspecto en el cual se ha invertido altas sumas de dinero, buscando motivar a las personas para que resguarden su dinero, ofreciéndoles importantes beneficios para la obtención de créditos y la seguridad en sus haberes.
Sin embargo, en estos momentos la pandemia ha sido el motor que impulsa la apertura masiva de cuentas en los bancos, modificando los hábitos de inversión y consumo de los habitantes de la región. El confinamiento social, derivado de la emergencia sanitaria, redujo la circulación del dinero efectivo y potenció el uso de los servicios financieros digitales.
El director regional para América Latina y el Caribe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Luis Felipe López, afirmó que es cierto el ingreso de un mayor número de personas al sistema financiero, ya que ello facilita a los gobiernos movilizar mayores cantidades de recursos en beneficio del desarrollo de los países.
Agregó que el mayor desafío estriba en que no solo se abran las cuentas, sino en la real bancarización de estas personas; y ello pasa por ser que estos puedan ser sujetos de crédito y, de esta manera, tengan la oportunidad de que efectivamente sus ahorros sean empleados con fines productivos y para el mejoramiento de su calidad de vida.
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El nivel de bancarización en América Latina es de 55 % de la población, mientras que en Europa alcanza 95 %.
Argentina es uno de los países en los cuales se ha observado un mayor número de apertura de cuentas durante el periodo de pandemia: solo en la banca pública se contabilizaron 2,5 millones de nuevos clientes.
En lo que respecta a Colombia, la Asociación Bancaria informó que, hasta el mes de agosto, los bancos informaron que recibieron a 1,5 millones de nuevos clientes, que era la cifra meta de bancarización prevista por el gobierno a cumplir para el año 2022.
En el caso de Costa Rica, los reportes señalan que se abrieron más de 900 mil nuevas cuentas bancarias también hasta agosto. Bolivia y El Salvador informaron acerca del incremento de nuevos clientes en las instituciones bancarias.
El reto de los bancos es retener a ese gran número de clientes, desarrollando productos financieros acordes con sus necesidades y que además permitan, en alguna medida, que los nuevos cuentahabientes puedan ver beneficios tangibles y decidan dejar la informalidad monetaria.
Por: Danilo Díazgranados