Gran parte de lo que nos quedó sobre el rol de la mujer durante la Segunda Guerra Mundial, fueron posters e imágenes .gif con mujeres en poses de poder y una leyenda donde se lee “We can do it” (nosotras podemos hacerlo).
Ahora el contexto es diferente. No hay trincheras ni bombas, ni disparos. No hay sangre desperdigada por el suelo, no llegan telegramas de las fuerzas militares. Pero el sufrimiento y la muerte son los mismos. La capacidad de despliegue y destrucción de nuestro enemigo es superior.
La pandemia del COVID-19 nos da la oportunidad de reconocer a las personas que lidian con las peores partes de la crisis, ya sea desde los hospitales o desde casa. Estoy segura de que no es un papel secundario o al que se le pueda encontrar un reemplazo fácil.
En el informe Mujeres en Colombia de la ONU, publicado este año, que evalúa la calidad de vida de estas en el país, se estima que en promedio, las mujeres gastan 50 horas semanales en lavar platos, barrer, trapear, cocinar, cuidar a los niños (si hay) o planchar, entre otros. Mientras los hombres dedican alrededor de 24 horas semanales a tareas de este tipo, si es que en realidad alcanzan esa cifra.
Lo indignante, aunque también hace parte, no es la diferencia de horas, quién hace más o quién hace menos. Que las labores de la casa se consideren responsabilidad nuestra por naturaleza, y que de paso se tenga en mente como una labor menor que no considera remuneración alguna, sí.
También tengamos en cuenta que en Latinoamérica, según datos publicados por la OMS (Organización Mundial de Salud), el 75 % del servicio médico está conformado por mujeres. A nivel global esta cifra es del 70 %. Lo que significa que el gran cuerpo de personas que se enfrentan al virus son mujeres.
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En las manos de millones de mujeres está que nuestro mundo siga funcionando. En las enfermeras, médicas, auxiliares, amas de casa, empleadas domésticas, niñeras, cajeras, barrenderas, madres y muchas más.
Así que espero, una vez pasada la crisis, que nuestro agradecimiento no quede en menciones vagas, o en un simple día conmemorativo, por salir del paso.
Reconocer la importancia de las mujeres durante la pandemia es una necesidad que puede llevar al cambio social y a la reformulación del lugar de la mujer en la sociedad como lo conocemos.
Y espero que ahora entendamos que sin mujeres, se paraliza el mundo.
Por: Julieta R. Rossi