Al finalizar el año tendrá unos 115.000 puntos, lo que le permitiría viajar con un acompañante a una ciudad de Colombia, casi gratis y tendrá algún dinero para gastar.
Las tarjetas de crédito son un excelente medio de pago y de financiación en las compras. Si las usamos de manera inteligente y eficiente, las ventajas son mucho más atractivas de lo que se piensa. Pero es clave saber utilizarlas.
Para ello lo primero que hay que definir es cuánto se debe tener de saldo. (Excepto que no cobren cuota de manejo, tener más de una no hace sentido). El saldo deberá tener un límite entre el 30% y 40% del ingreso mensual de la persona, para que pueda pagarse mensualmente la totalidad del mismo. Ahí está la primera gran ganancia.
Si todas las compras se ponen a un mes, la entidad bancaria no cobra intereses, por lo que está dando un mes gratis financieramente hablando. Y entonces qué se debe pagar a un solo mes: mercado, gasolina, colegios, transporte escolar, servicios públicos, restaurantes, Soat, celular, etcétera.
Demuestro la eficiencia del ejercicio: si durante enero una persona paga todo lo anterior, y asumamos que fueron $4 millones, solo los deberá pagar en febrero, pero durante todo enero pudo tener los recursos en una cuenta de ahorro o en una fiducia, ganando intereses. En febrero, paga los mismos $4 millones y le quedan sobrando los intereses que recibió. Si repite eso indefinidamente, irá acumulando los intereses de su ahorro. Y suena tétrico, pero como la tarjeta incluye un seguro de vida por el saldo de la misma, ese último mes, al final, lo pagará gratis el seguro.
Pero hay otra ventaja: los puntos o las millas. En el ejercicio de arriba, la persona al finalizar el año podrá tener unos 115.000 puntos, lo que le permitiría viajar con un acompañante a una ciudad de Colombia, casi gratis y tendrá algún dinero para gastar con los intereses que fue generando.
¿Y para las otras compras de montos más elevados? Seguro de vehículo, del hogar e incluso seguro de vida, matrículas de colegio o universidad, pueden ser muy elevadas para pagarlas a una sola cuota. Pero si tiene ahorros, es el mejor negocio, ya que la tasa de interés que se paga es cercana a la tasa de usura. Si hay que financiarlas, lo óptimo es que sea a tres o cuatro meses, e ir balanceando esos grandes pagos durante el año, para evitar pagar más intereses de los requeridos.
Finalmente, si es una compra muy cuantiosa, para nada es aconsejable 24, 36 o más cuotas. Terminará pagando dos veces lo que adquirió. En esos casos es mejor un crédito de libre inversión o hasta una adición al crédito hipotecario, si lo tiene, donde el interés es la mitad de lo que paga en una tarjeta de crédito.