Equidad, medio ambiente y seguridad: lo que como sociedad hagamos en cada uno de esos grandes campos, definirá lo que seamos en el futuro.
A finales del siglo XIX, ciudadanos agrupados en la Sociedad de Mejoras Públicas, inquietos porque se estableciera un buen rumbo para el crecimiento urbano, comenzaron a discutir la realización de un plano regulador del “Medellín Futuro”.
Los historiadores indican que el proceso se intentó hasta la década del 30 del siglo XX, pero que, entre indecisiones administrativas y trabas de intereses privados, nunca se pudo concretar.
Vuelve, creo, a ser hoy un imperativo para los ciudadanos, discutir y decidir sobre cómo queremos el “Medellín Futuro”.
Nuestros conciudadanos del pasado querían regular el futuro de la ciudad exclusivamente desde lo físico, que, para ellos, permitiría orientar la vida en todos los aspectos. Cuando propongo una renovada discusión sobre el Medellín Futuro, pienso en unos asuntos definitorios e integrales, que nos convoquen como sociedad, integrando lo político, pero evitando que ninguno lo monopolice, o use en favor exclusivo, y que, por ejemplo, le sirvan a cada uno para definir su aporte a ese futuro, para evaluar propuestas de gobierno, en fin, para manifestar su interés por el bienestar de todos hoy y mañana.
Las tres áreas definitorias e imperativas, en la cuales debemos proponer y aportar para orientarnos a un mejor Medellín futuro son: equidad, medio ambiente y seguridad. Lo que como sociedad hagamos en cada uno de esos grandes campos, definirá lo que seamos en el futuro.
Superar la inequidad social implica que Medellín consolide o reoriente todo lo concerniente a la educación, la salud, la vivienda, la cultura, la recreación y todos los campos que generan un entorno positivo para el desarrollo de las personas, las familias y las comunidades. Consolidación de procesos económicos y de trabajo y empleo, así como de desarrollo físico (vías y transporte, equipamientos, etc.), los considero dentro de esta gran área de construcción del Medellín Futuro.
Superar los problemas de contaminación y aportar a mejorar el medio ambiente local y global es otro reto del Medellín Futuro. Aquí tenemos que orientar de manera efectiva la ciudad hacia un ambiente sano (aire, agua, suelo, biodiversidad), así como a la transición energética hacia las energías limpias y el aporte a la protección de ecosistemas estratégicos, aún lejanos, de los que recibimos los servicios ecosistémicos. La relación positiva de Medellín con Antioquia.
La seguridad integral humana es el otro gran reto del Medellín Futuro. Se trata de controlar y rebajar los índices de violencia y criminalidad, en todos los campos, así como también de promover el respeto por los derechos humanos, evitar el desplazamiento y promover la convivencia, logrando que no sean poderes ilegales los que regulen la vida en la ciudad.
La reflexión y la propuesta sobre el futuro colectivo como ciudad es necesaria hoy, como lo fue ayer, puesto que, en palabras de Ricardo Olano “los ciudadanos de cada generación tienen una gran responsabilidad ante las venideras, para cuya felicidad deben trabajar por todos los medios que estén a su alcance”. Reto de todos.