El repostero puertorriqueño Antonio Bachour es uno de los mejores del mundo. Su trabajo se caracteriza por un alto componente estético.
Por: Juan Pablo Tettay De Fex / [email protected]
Desde hace más de 10 años, Antonio Bachour tiene como mandamiento crear un postre nuevo cada semana. Es puertorriqueño y trabaja en el hotel St. Regis Bal Harbour de Miami. Allí ha logrado desarrollar un trabajo admirable en el ámbito de la repostería, tanto que ha sido reconocido varias veces como uno de los mejores chefs reposteros de Estados Unidos y del mundo. Su trabajo es hoy una referencia para cientos de pasteleros que lo siguen en Instagram (@bachour1234) y consultan sus libros. “Me encanta cada vez que me etiquetan en un postre inspirado en mis preparaciones”, dice este chef que ha estado varias veces en Medellín dictando cursos y seminarios.
Sus raíces están en Puerto Rico, ¿cómo apareció ese amor por la repostería?
“Mi papá tenía una repostería en Puerto Rico. Yo no veía la hora de terminar el colegio y las tareas para irme para allá a ver a los pasteleros trabajar. Me quedaba desde las 3 de la tarde hasta que cerraran; ahí me di cuenta de que quería ser repostero”.
Y de Puerto Rico a Miami, luego estudió y trabajó en Francia y en España ¿Qué aportan el Caribe y Europa a su trabajo?
“El uso de frutas tropicales como el coco, el mango o el maracuyá es el aporte que me da el Caribe. En Francia aprendí la disciplina y el orden de las cosas y de España tengo todas las técnicas modernas, la mezcla de nuevas tendencias”.
La suya es una formación integral en temas de cocina y repostería. Obviamente, viajar por el mundo abre los ojos, ¿qué más lo inspira?
“Me inspiran la gente, los colores, las pinturas, las flores. Creo que cualquier cosa me puede inspirar, desde la camisa que tienes hoy hasta un sombrero que vea en la calle”.
¿Y cómo es su proceso creativo?
“Hace más de diez años que hago un postre nuevo cada semana, eso me abre la mente. Esto me obliga a innovar, a hacer las cosas por mí mismo y a no copiar. Lo primero que miro son las frutas de temporada, ese generalmente es mi punto de partida. A partir de allí se trata de crear, de jugar conel conocimiento”.
Sabor o apariencia?
“Lo más importante es el sabor. Puedes hacer algo bonito, pero si no tiene buen sabor no tienes nada. La mejor satisfacción es que a la gente le guste y que al probar se sorprenda. Nunca he tenido un cliente que no le haya gustado un postre mío”.
La repostería es casi que una ciencia exacta, pues hay que prestar atención a la química y la física de los alimentos ¿Qué tan fácil es crear en repostería?
“Después de que se tengan las técnicas es fácil. Lo importante es conocer la técnica, no las recetas; recetas hay miles en internet. Una vez domines una preparación podrás hacer muchos postres. Pero hoy la gente no sabe técnicas, se sabe es recetas. Se les olvida que cuando tienen la técnica se puede crear bastante. Claro, también hay que ser creativo para poder cambiar las cosas y crear nuevos postres”.
¿Qué tanto lo mueven los premios y los reconocimientos?
“No me importan, no le hago caso a eso, yo hago lo que me gusta y punto. Siempre he puesto mi carrera por encima de mi vida personal porque me apasiona mi trabajo. Cuando escogí mi carrera, mi papá me dijo que me iba a morir de hambre. Yo no podía fracasar, quería poder volver a donde él y decirle ‘viste, te lo dije: yo quería ser uno de los mejores’. Soy el mismo que cuando empecé, hago lo que me gusta y creo que soy bueno en lo que hago”.
En pocas palabras
El mejor postre que se ha comido.
“Un mousse de maracuyá con frambuesa”.
Un postre clásico. “Una creme brulée, cremosa y crocante”.
Su primer postre. “Tocinillo del cielo”.
El chocolate. “Le da sabor a todo”.
Un sabor. “El coco”.
Un postre inspirado en Colombia.
“Tendría que tener lulo”.