/ Juan Carlos Franco
En la columna anterior expresé la profunda insatisfacción de tantos ciudadanos de El Poblado sobre algunas –no todas, ojo– de las obras contratadas por Fonvalmed, situación que pone a la entidad en una seria crisis de relaciones públicas. Pedía resolución rápida de los problemas de ingeniería y movilidad, así como un manejo urgente de la crisis de imagen.
Para mi sorpresa, el propio director de Fonvalmed, César Giraldo, me buscó para conversar. Para explicar cosas que los observadores no vemos, para compartir el nuevo enfoque de la entidad y, claro, también para escuchar más. Oportuno y valiente. Tuvimos un diálogo interesante y abierto.
Anticipo de una vez mis conclusiones: esto sí está cambiando, por fin están escuchando, las cosas pueden mejorar. Y poco a poco irán recuperando su activo más importante: la credibilidad.
El cambio más destacado es que Fonvalmed vuelve a sus raíces. No es, nunca debería haber sido, una entidad constructora. En esencia es un fondo financiero, una fiducia. Ha decidido enfocarse en su misión original de administrar el dinero de los contribuyentes e invertirlo de manera efectiva en las obras. La labor constructiva ha quedado encomendada a la EDU y a la Secretaria de Infraestructura ¡Enhorabuena!
O sea, no le pregunte más a Fonvalmed por el componente técnico de las obras o por cuándo estarán listas porque lo remiten a otra entidad.
Otro avance importante, por fin atendiendo un clamor ciudadano, es que han decidido revisar y ajustar diseños antes de iniciar las nuevas obras. No quieren repetir amargas experiencias recientes. En la práctica reconociendo que los estudios de tráfico y movilidad en que se basaron los diseños no servían para casi nada, como tantas veces varios reclamamos.
También están trabajando de manera más estructurada y oportuna con las interventorías y recurriendo, si es del caso, a asesorías especializadas.
Son cambios bienvenidos e impostergables que contrastan con la actitud arrogante y sorda que caracterizó por tanto tiempo a la entidad. No era para menos, luego de darse tantos portazos con la realidad
Después de prometer valorización donde no podría haberla y de contribuir para desvalorizar el concepto, bienvenida esta decisión de Fonvalmed de tomarse un respiro y sanar sus heridas.
Después de verse arrollada por el crecimiento insospechado del parque automotor, por la devaluación, por los cambios en el uso de tantos predios, por la selección equivocada de algunos contratistas y por el sinnúmero de reclamaciones que no cesan, ahora elige ir bajando su perfil mientras se concentra en resolver los problemas sin crear otros nuevos. Ojalá.
También es cierto que la prensa y el público en general no destaca los aciertos, que de estos también ha habido.
Tal vez el más notable es la apertura hasta ISA de la doble calzada en Los Balsos. Esta obra quedó muy bien y está funcionando según las expectativas. Ha tenido un positivo impacto sobre la movilidad.
Y también funcionan bien algunos de los pasos a desnivel ya entregados, aunque no hay duda de que en general a sus diseñadores les faltó ambición y conocimiento profundo del tema.
¿Y los problemas con las obras actuales? En Los Balsos con la Inferior se puede usar el puente sin pánico, pero, por ahora, paciencia mientras que Integral y Conconcreto ponen a fluir de nuevo la obra. En la 34 (entre calles 10 y 13) y el parqueadero del casino en Los Parra, nada qué hacer. Solo sentarse a esperar imprevisibles decisiones judiciales que podrían desenredar las obras. O enredarlas aún más.
[email protected]