La luz de la nevera en medio de la noche, el vaso a medio secar en el lavaplatos, me repito no quieres nada, es ansiedad, no me importa.
Las pequeñas burbujas del gas contenido hacen microexplosiones, pienso en el régimen, no quisiera subir de peso, pienso en el pan, delicioso y prohibido, abro la alacena, pan en mano, si no es ahora, ¿cuándo?
No te engañés, me repito, no te engañés, no importa, el pan va a la boca, suave y exquisito, la bebida sigue chispeando, mañana continuaremos con la dieta. La luz de la nevera cuida mi secreto, el vaso lavado y sin migas restantes.
Mi idilio de media noche termina, pero el sentimiento permanece, no hay nada mejor que un pan con Coca-Cola.
Por Juana Vélez Lemos.
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