En medio del concreto de Medellín, el Hospital San Vicente Fundación Medellín conserva un patrimonio verde que ha acompañado a pacientes desde hace más de 112 años. En el Día Mundial del Medio Ambiente, esta institución resalta el impacto que tienen sus espacios naturales en la recuperación de quienes enfrentan enfermedades de alta complejidad. Estudios recientes sostienen que la exposición a entornos verdes durante la hospitalización mejora el ánimo, acelera la recuperación e incluso disminuye el uso de medicamentos para el dolor.
El canto de las aves, la sombra de árboles centenarios y los senderos silenciosos no son un lujo decorativo, sino parte de una estrategia terapéutica.
“Si bien el contacto con la naturaleza no reemplaza los tratamientos médicos, sí reduce el estrés y mejora la salud mental, lo que incide en el bienestar general del paciente”,
explica Catalina Velásquez, analista de Gestión Ambiental del hospital.
Entre los árboles conviven guacamayas, búhos, perros zorros e iguanas, una fauna que sorprende y reconforta a pacientes y trabajadores en el día a día.
Además de servir como espacio de contemplación, los jardines son escenario de actividades con pacientes y familiares, como siembra de plantas o encuentros culturales. Médicos y enfermeras también los usan como refugios de descanso en medio de jornadas exigentes. En paralelo, el hospital impulsa una gestión ambiental activa: transforma residuos en combustible, produce compostaje con material vegetal podado y mantiene un corredor biológico para la fauna local.
La integración de naturaleza y salud, conocida como diseño biofílico, es una tendencia en entornos hospitalarios de vanguardia. San Vicente Fundación se suma a esta mirada con un enfoque que va más allá de la infraestructura médica. En palabras de Velásquez, “conectarse con la naturaleza es una parte esencial del proceso terapéutico”. Un mensaje claro en una fecha que invita a cuidar el planeta y también a quienes lo habitan.
