Una historia llena de tristeza es la de Carlos Yelmis Restrepo, un precoz integrante de Nacional en 1987, que debutó en un clásico paisa a sus 16 años.
Hace unos días hizo conmoción en el hoy pequeño fútbol del fútbol internacional, la muerte de Tomás Carlovich, el Trinche, un casi desconocido, pero a quien Diego Maradona le dijo “sos mejor que yo”. Un mito argentino, que no estuvo en Selección ni ganó títulos, pero que mereció los elogios del Diego, de César Luis Menotti o de Marcelo Bielsa.
El Trinche creó una leyenda. No jugó en la A, pero su exquisito fútbol fue comentario en todos los cafetines de Rosario. Fue llamado a la Selección, pero nunca fue. Se quedó en su casa pescando. No hay un solo video de su fútbol, pero los que lo vieron decía que era un mago. Y eso lo hizo un mito futbolero, un nombre de los que todos hablan, pero pocos vieron. Y la pregunta saltó… ¿Tenemos en nuestro fútbol ese tipo de mitos?
Los viejos jugadores y técnicos de la Liga Antioqueña recuerdan a Animalito, un jugador de Bello, de nombre Argemiro Sierra, y que se cansó de pasearse haciendo goles en la década de los 60 en los equipos de las fábricas de Antioquia. Un calidoso como pocos. Pero Animalito nunca llegó, dicen, porque le gustaba mucho el trago.
Una historia llena de tristeza es la de Carlos Yelmis Restrepo, un precoz integrante de los Puros Criollos de Nacional en 1987, que debutó en un clásico paisa a sus tiernos 16 años. Las crónicas de la época hablaban de un jugador diferente para Pacho Maturana, que solo estuvo cinco partidos en Liga, y que terminó en la cárcel, sentenciado a cuatro décadas de prisión por homicidio.
Hoy, con planteles de 30 jugadores, 2 divisiones, 3 competencias y salida fácil al exterior, casi todo calidoso llega a la A. Menos Caliente, un volante de mucho talento del DIM de los 90, que todos recuerda como un crack. Juan Camilo Grisales llegó hasta Europa, e intentó jugar en Alemania y Bélgica sin éxito. Hoy va a esos partidos que llaman de “pirateo” y así se la rebusca. Gracias a su fútbol, Animalito, Yelmis y Caliente, así como el Trinche, son mitos que trascendieron sus pequeñas realidades.