/ Juan Carlos Franco
Decía hace poco que el Municipio de Medellín y Fonvalmed habían demostrado liderazgo y coherencia para llevar a cabo obras muy complejas, entre ellas los cuatro pasos a desnivel en cruces críticos de El Poblado.
Que siguen adelante a pesar de la lluvia de críticas. Que por lo general entregan obras completas y a tiempo y probablemente sin perderse un peso. Eso en cuanto a la ejecución. Con la enorme y obvia excepción del cruce de Los Balsos con la Inferior.
Ahora bien, varias semanas después de haber sido entregado a la comunidad, es momento de analizar con cuidado la operación puntual de uno de los más críticos: el cruce a desnivel de la Superior con la Loma de El Tesoro. Sí, el puente quedó bien. El que venga por la Superior hacia el norte cruza fácil por encima de la Loma del Tesoro. Ya no tiene que esperar semáforo en ese cruce.
Gracias por el puente. El único problema es que todo lo demás es un desastre. Ya que conocemos esta obra, vemos que resolvió un problema vial creando o agudizando otros, al mejor estilo del puente de la 4 Sur. Veamos:
1. Mezcla flujos que eran independientes. Los tráficos de ingreso y de salida del Centro Comercial El Tesoro (CET) se están cruzando (¡ambos!) con el tráfico que baja por la Loma. Resultado obvio, fila larguísima bajando por la Loma arriba de la Superior, y fila larguísima sobre la Superior para cruzar a la izquierda y entrar al CET o bajar por la Loma hacia la Inferior.
2. Obliga a maniobras arriesgadas. Los que salen del CET por la Superior y buscan bajar hacia El Poblado, -tal vez la mayoría- deben atravesar como puedan la Superior para hacerse en la calzada opuesta de la vía, siempre y cuando la fila les permita. Como con frecuencia la fila es más larga, quedan atravesados en la Superior. Entonces hasta el tráfico dentro del propio CET puede colapsar. Deben estar felices allí, ¿no?
3. Es peligroso para quien no conoce. Quien viene por la Superior y por primera vez se acerca al puente, se tiene que ir ubicando de manera poco natural hacia la izquierda -sin advertencia previa- con gran riesgo de chocar contra su baranda derecha.
4. Deja como permanente un nuevo cruce a nivel. Qué negocio tan chimbo para una comunidad hacer un flamante cruce a desnivel (el nuevo puente), pero una cuadra antes poner uno nuevo a nivel, ¡con semáforo y todo! El flujo de la Superior se detiene mientras suben carros hacia la Clínica El Rosario y Las Palmas. Este cruce pudo tener sentido mientras se construía la obra, pero ya con ella en servicio, equivale a haber desplazado una cuadra hacia atrás el viejo problema.
5. Gracias a lo anterior, el caos en las vías abajo del CET es monumental. Hay una miniglorieta virtual que se ha convertido en un nudo funesto para la movilidad de la zona. No da abasto. Sus vías de acceso se mantienen colapsadas. Peor aún, no está señalizada, ni siquiera con humildes avisos de “uno a uno”. Nadie sabe quién tiene la vía, o si darle la vuelta o pasarle por encima. Dudas, madrazos y accidentes frecuentes.
En fin, un bonito puente y un cruce suave por encima de la Loma de El Tesoro. Pero un desastre para todo lo demás.
Cabe la pregunta, entonces. ¿Esta obra a cuántos predios perjudica (muchísimos) y a cuántos beneficia? ¿Cuáles se valorizarán gracias a su construcción? ¿Cuáles percibirán desvalorización y quién los escuchará ahora?
O, siguiendo con el síndrome del Puente de la 4 Sur, ¿luego de entrar en operación se darán cuenta de que tal vez de pronto a lo mejor quién quita quedó faltando una, o quizá varias orejas?
Hombre, lo peor que le puede pasar a un proyecto es que los usuarios añoren las épocas en que no existía. ¡Estábamos mejor sin él!
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