Más candidatos al Oso de Lata

La obra de mayor merecimiento, y que ya declaramos fuera de concurso, es la loma de ISA con sus 19 “reductores” de velocidad. Por ser la solución más torpe y costosa a un problema y porque, lejos de reducir la velocidad de los vehículos que suben y bajan, la aumentó. No perdemos la esperanza de que algún día, en un acto de sensatez, algún alcalde decida quitar, o al menos tapar estos “quiebrapatas” con algo de pavimento.

Ah, perdón, olvidaba que los señores cementeros están ayudando a taparlos por medio de sus “diarreícas” mezcladoras de concreto.

Pero hay más candidatos para el Oso, a saber:

  1. Baje usted de la Transversal Inferior por El Tesoro hacia Vizcaya y se encontrará sobre la vía dos enormes islas de concreto que pretenden organizar el tráfico. Si de día son poco visibles (gris concreto sobre gris pavimento no es una combinación muy contrastante), de noche son trampas mortales. Y para mayor mérito, no tienen la más mínima señal, ni luz, ni cinta reflectiva, ni nada. No hay más accidentes porque son muy pocos los visitantes que se aventuran a manejar en Medellín.
  2. Al entrar por la bomba de los Ochoa hay una loma al fondo, muy empinada y que conecta arriba con la Loma del Campestre y con San Lucas, que es ejemplo de torpeza colectiva: Anchuras variables (entre 3 y 8 metros, compruébelo usted), quebrada vecina que la carcome, vegetación que impide aún más la visibilidad, etcétera.
  3. Circule entre la lomas de Alejandría y Los González (por uno de esos famosos “broches”), al llegar a esta última se encuentra con que no hay la menor visibilidad hacia su izquierda para controlar vehículos que vengan bajando. La loma tiene curva y además hay una reja y vegetación que impiden la vista. Ingresar a la loma para hacer un giro izquierdo o seguir de frente es un acto que exige gran valor. ¿Será que si tengo un accidente ahí, el Municipio me responderá?
  4. Está de moda obligar a los constructores a que ellos construyan la acera –y en algunos casos la vía- adyacente a sus proyectos. Resultado: Una melcocha impresionante de estilos, anchuras, acabados, etcétera. Pero no hay derecho a que aceras nuevas, como en el caso del lujoso proyecto Cibeles en la Transversal Superior, tengan un poste en toda la mitad, con tremenda caja de inspección incluida. Un oprobioso obstáculo que nuestro Municipio recibió y toleró sin inconvenientes.

Seguramente nuestros alcaldes y secretarios pensarán que son muy creativos con estas soluciones. No tanto. Como todo queda a medias, dejémoslos simplemente en medio-creativos. O mejor aún, ¡mediocre-ativos! ¿Qué más candidatos habrá para el Oso de Lata?

Y para rematar: ¿Quién habrá diseñado el sistema de ascensores de la Clínica Medellín? ¿Habrá en El Poblado un caso más notable de fracaso en el diseño de un edificio de atención al público?

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