Luego de la tan esperada inauguración del puente Gilberto, El Poblado parece estar en shock, como cuando hay un accidente y todos tratan de entender qué pasó… ¿Quién golpeó a quién? ¿Quién va a pagar los daños?
O cuando eliminaron tan fácil a Colombia en los mundiales de fútbol de los 90… ¿Pero cómo, no teníamos pues uno de los mejores equipos? ¿No que íbamos a pasar suavecito encima de esos equipos débiles?
Parece que de nuevo nos hemos estrellado de frente contra la realidad. Nuestro querido Gilberto ya trabaja a fondo pero los tacos en El Poblado empeoran. Los usuarios reclaman desde el primer día; las autoridades tratan de calmar los ánimos y dicen cosas vagas y superficiales, tranquilos que esto es mientras la gente se adapta, en un mes todo estará mejor.
Gilberto sí sirve bien para cruzar el río y sobre las avenidas, pero esa ganancia se pierde toda al llegar al otro lado y encontrar congestiones peores que las anteriores. O sea, ya estamos llegando más rápido al taco, pero en el taco nos demoramos más. Resultado neto… empate.
Claro que la sensación de empate se disipa al recordar los $200.000 millones invertidos y tantas ilusiones despertadas por el gran optimismo de esta administración y la anterior.
Ante esta realidad, solo queda afirmar que Gilberto es apenas un componente, que hay tacos porque El Poblado está atrasadísimo en infraestructura. O sea, lo que ya sabíamos todos desde el principio.
Y justo por estos días nos confirma la Alcaldía que finalmente sí va a hacer todas las obras de Valorización, sin cambiarle un pelo al proyecto original. Con sus virtudes pero también con todas sus graves falencias.
Nos van a hacer obras, qué bueno. Pero, por favor, sean realistas y empiecen a portarse y a tratarnos como adultos. Luego de esta ducha helada de un puente tan anunciado y con efectos tan negativos sobre algunas zonas, dejen de prometer que todo va a mejorar mágicamente. ¡Y menos si sabemos que cada año hay 20.000 vehículos adicionales en El Poblado!
Que no traten de convencer a los dueños de oficinas en el Centro Ejecutivo o de apartamentos vecinos a Oviedo que sus propiedades seguro van a valorizarse… Tal vez hoy quisieran decirle algunas cositas al Fonval.
Que no repitan la costosa y farsante campaña publicitaria en la que nos pintaban vías despejadas y prometían que gracias a las obras podríamos pasar más tiempo con la familia. Bueno, tal vez porque nos quedaremos en casa justo por miedo a los tacos. O, si salimos juntos, estaremos compartiendo más y más tiempo en vías colapsadas de tráfico.
A propósito, ¿esa campaña será demandable ante alguna Superintendencia? ¿Fue ingenuidad o convicción genuina del Fonval?
Que aterricen y acepten que cuando se tienen zonas ya saturadas de tráfico, cualquier ampliación o mejora será absorbida en breve por el crecimiento en la cantidad de vehículos y en el número de viajes. Y habrá más frustración para residentes, dueños, conductores y autoridades.
A ver si entonces, cuando ya no nos quede espacio para más vías, aprenderemos la lección y empezaremos a volver peatonales grandes sectores del Poblado. Y, ahí sí, que cobren la Valorización que quieran, carajo.
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Llega pronto al taco, con Gilberto
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