Sky hace parte de una de las marcas que ha dejado el ciclismo, pese a sus grandes resultados. Ya lo hicieron la química belga Omega Pharma, el banco holandés Rabobank o el US Postal.
Nunca tuvimos cuenta de ahorros en el Banesto, tampoco tomamos leche La Vie Claire, y no mandamos encomiendas por US Postal. Pero eran marcas nuestras, como Sky, Rabobank, Once u otras, que llegaron a nuestra casa por el ciclismo y hoy no existen más en el lote multicolor.
La salida hace un par de semanas del Sky como principal patrocinador del equipo al que pertenece el cuatro veces campeón del Tour, Chris Froome, hizo perder a uno de los últimos nombres tradicionales del pelotón. Esta estructura, que viene desde 2010 con Dave Brailsford a la cabeza, ahora llevará el nombre de la empresa química Ineos, del millonario Jim Ratcliffe, y la empresa de telecomunicaciones prefiere irse al cricket, más popular en los países británicos y antiguas colonias.
El Sky hace parte de una de las marcas que ha dejado el ciclismo, pese a sus grandes resultados. Ya lo hicieron la química belga Omega Pharma, el banco holandés Rabobank o el gigante estadounidense US Postal, algunos sin el presupuesto necesario y otros cansados de ver a sus marcas vinculadas con líos de dopaje.
Hace parte del pasado ese lote de los 80, 90 y 2000, de marcas como la Once (Organización Nacional de Ciegos de España) o los italianos Mapei (pegamentos) y Lampre (metalúrgica). Capítulo aparte para la marca española Kelme, a la que solo conocí en unos tenis de mi hermano, que el día que se los estrenó se quebró un brazo. Pero sí la vi en los brazos levantados de Fabio Parra, Oliverio Rincón y Santiago Botero.
Hoy solo se mantiene un patrocinador de los 80: la lotería belga Lotto, que está desde 1986 y ha cambiado junto a Davitamon, Domo y el Adecco, hasta encontrar una relación estable con Soudal (masas y siliconas). En estructura, el Abarca Sport se mantiene desde 1980, cuando nació de la mano de José Miguel Echávarri, bajo el patrocinio de empresa de aluminio Reynolds. Luego pasó a ser Banesto y Caisse D’Epargne, ambos bancos, que tuvieron a Miguel Induraín, Perico Delgado y hasta a Rigo Urán, y que ahora es la telefónica Movistar, la casa de Nairo Quintana.
Hoy las marcas atienden intereses de algunos países o ciudades, como el Bahrein, los Emiratos Árabes Unidos o el Astaná. Otras van y vienen como la tecnológica Belkin, la petrolera Argos, o la empresa de explosivos australiana Orica. Algunas sobrevivientes con años, como los pisos holandeses Quickstep (siempre al borde del cierre) o la francesa AG2R, son cada vez más raras en el pelotón.
Marcas tan cercanas como las que vemos en la tienda del barrio, gracias al pelotón multicolor y lleno de felicidad que trae el ciclismo.