No van ni tres meses del año, y el ciclismo ya ha sufrido varias caídas, de esas que es difícil levantarse y alcanzar la rueda.
La más fuerte de todas ha sido la muerte de Nicolas Portal, un francés que supo sacarles lo mejor a los colombianos. Nico fue el director deportivo del Ineos en la hazaña más grande de nuestro deporte: el triunfo de Egan Bernal en el Tour de Francia de 2019. Buen tipo, de sonrisa fácil, encantado con los colombianos, Portal fue el cabeza detrás de las piernas de Egan en la victoria en los Campos Elíseos. Un tipo inteligente, que murió hace unos días de un paro cardíaco en Andorra. Una estela de dolor que aún se lee en los posts de redes sociales de los corredores nacionales.
La muerte de Nicolas llegó casi al mismo tiempo de la noticia de los primeros positivos del coronavirus en el deporte: los dos integrantes del equipo UAE Team Emirates. Ese pequeño foco, ocurrido en Abu Dhabi, terminó cancelando la carrera y dejando en cuarentena a Fernando Gaviria, integrante del equipo, y alguien que por semanas estuvo recluido en el hotel. Mientras iban y venían las versiones sobre su estado de salud (un contagiado solo puede hacer público su nombre por determinación propia o de la familia), el chisme y el morbo están siendo el caldo de cultivo para todo tipo de especulaciones que van más allá del estado de salud del embalador.
Pero la caída más grande, y en la que se vio afectado todo el pelotón, fue la cancelación de varias carreras del calendario internacional. Italia, uno de los principales focos del covid-19, debió suspender la Strade Bianche, la Tirreno-Adriático y la Milán-San Remo (primera vez que una patología cancela un Monumento) y el Giro de Sicilia, que buscan un nuevo acomodo en el calendario, posiblemente para octubre.
Igualmente, muchos equipos decidieron parar su actividad europea hasta finales de este mes, como el Movistar, el Ineos, el Michelton, el Astana y el afectado UAE Team Emirates. Pero los cuadros continentales, como el Arkea de Nairo Quintana, se vieron obligados a tomar la partida de la Paris-Niza, con el colombiano a bordo. Para estos clubes chicos todo está en riesgo, pues si no corren no pueden mostrar a sus patrocinadores, y así se puede perder y acabar la escuadra.
Todo esto sin contar la amenaza inminente de retraso o cancelación de los Juegos Olímpicos de verano, algo que solo ha pasado tres veces en la historia, y siempre por las Guerras Mundiales (1916, 1940 y 1944). Un golpe más para un pelotón que en 2020 corre caído, raspado y con la cicla bien averiada.